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la nulidad procesal

Prof. Günther besser valenzuela


Noviembre 2017
INTRODUCIÓN
• El proceso se compone de un conjunto de actos sucesivos ligados entre sí y que
permiten la sustanciación del juicio.

• El conjunto de actos y actuaciones que forman el proceso, sea que emanen de las
partes o del tribunal, están regidos por normas legales que constituyen el
procedimiento. Para que el proceso sea un instrumento adecuado, es imprescindible
que se realice de la manera como lo determina la ley, de lo contrario, los actos
resultan viciados y el proceso no será el medio adecuado para resolver el conflicto
de relevancia jurídica.

• No siendo conveniente que los actos viciados produzcan los mismos efectos que los
actos regulares, la nulidad procesal es la institución destinada a restarle eficacia a
los actos, diligencias y actuaciones en cuya ejecución se han omitido los requisitos
señalados por la ley.
CONCEPTO

• La nulidad procesal “es la sanción mediante la cual se priva a un acto o


actuación del proceso o todo él de los efectos normales previstos por la
ley, cuando en su ejecución no se han guardado las formas prescritas
por aquella” (Hugo Alsina, citado por Julio Salas).

• Tiene por finalidad restarle valor a la actuación viciada, ya que no


constituye el medio idóneo destinado a cumplir el fin para el que fue
prevista por el legislador.

• Su fundamento es proteger el ordenamiento jurídico que rige el proceso,


lograr el respeto de las normas procesales y resguardar la garantía
constitucional del debido proceso.
CARACTERÍSTICAS

• La nulidad procesal en materia civil no tiene una reglamentación


acabada en la ley, y se encuentra regulada en disposiciones aisladas,
aún después de la modificación al CPC por la Ley N° 18.705, por lo
que carece de la orientación filosófica que le comunica una
reglamentación orgánica.

• En cambio, el CPP regula esta institución de forma más acabada en su


Libro I, Título VII, arts. 159 a 165.

• Pese a lo anterior, la doctrina y la jurisprudencia coinciden en las


características y principios que informan esta institución. Así, la nulidad
procesal se caracteriza porque requiere de declaración expresa y porque
debe ser alegada.
DEBE SER DECLARADA JUDICIALMENTE
• Mientras no medie una resolución judicial que lo declare así, al acto o actuación
viciada se le asignarán todos los efectos de uno normalmente ejecutado, aún
cuando no esté en condiciones de hacerlo.

• Por lo tanto, la nulidad procesal no opera de pleno derecho, sino que debe ser
declarada judicialmente, de oficio o a petición de parte. Así se concluye del art. 83
inciso 1° del CPC que señala que “la nulidad procesal, podrá ser declarada, de
oficio o a petición de parte...."

• En doctrina, sin embargo, se distingue entre actos nulos e inexistentes. El acto


inexistente es aquel que está tan seriamente dañado que no tiene valor alguno ante
la ley, mientras que el acto nulo si bien es irregular, esta irregularidad no es tan
relevante como sucede en caso de la inexistencia.

• En la práctica, la distinción entre nulidad e inexistencia no tiene relevancia, ya que


siempre se requerirá de una declaración judicial en materia procesal.
DEBE SER ALEGADA
• Por regla general, las partes deben alegar la nulidad, y sólo excepcionalmente el tribunal
podrá declararla de oficio, lo que se desprende del art. 83, inc. 2º del CPC.

• El sujeto activo de la nulidad procesal debe cumplir los siguientes requisitos:

1. Ser parte (directa o indirecta) en el respectivo proceso.


• Para que el tercero pueda alegar la nulidad, debe haber acreditado el interés actual que le
permite participar en el respectivo proceso, y sólo puede alegar irregularidades ocurridas
con posterioridad a su intervención en el mismo (arts. 22 y 23 CPC).

2. Ser agraviado con la irregularidad del acto.

3. No ser causante del vicio, ni haber contribuido a su materialización (ni haberlo


convalidado, como veremos más adelante).
PRINCIPIOS QUE INFORMAN LA NULIDAD PROCESAL

1. Principio de la extensión.

2. Principio de la generalidad.

3. Principio de la trascendencia.

4. Principio de la convalidación.
PRINCIPIO DE LA EXTENSIÓN
• La nulidad de un acto del proceso tiene efectos extensivos a otras actuaciones del mismo y,
en ciertos casos, la nulidad de un acto puede restar valor a todo el proceso, si la diligencia es
indispensable para la vida del mismo (arts. 80 y 84 CPC).

• Este principio de la nulidad ha sido siempre reconocido por la doctrina y la jurisprudencia, y


tiene su origen en el carácter complejo y unitario del proceso.

• Se encuentra actualmente establecido en el art. 83 CPC, que se refiere a él diciendo:

1. “La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado”.

2. “El tribunal, al declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuáles actos quedan
nulos en razón de su conexión con el acto anulado”.
• De este modo, la regla general en la materia es que, declarada la nulidad de un
acto, ella sólo se extiende a los actos que emanan o dependen del acto
anulado, y si este último es un acto aislado, no afecta a ninguna otra actuación
del proceso. En cambio, si se anula un acto que incide en un presupuesto
procesal, se anula todo el proceso.

• Por su parte, el propio tribunal debe marcar el límite de la extensión de la


ineficacia, la que incidirá sólo respecto de aquellas diligencias íntimamente
ligadas con aquel, conservando su valor las que no tengan tal dependencia.

• Si el juez no cumple esta obligación, la parte interesada deberá solicitar la


complementación pertinente por medio del recurso de aclaración, rectificación
o enmienda respecto de la resolución correspondiente (J. Salas).
PRINCIPIO DE LA GENERALIDAD
• La nulidad procesal tiene un carácter genérico, lo que implica que basta con
que un acto se ejecute irregularmente para que se produzca la nulidad
procesal, sin necesidad que la ley nos indique que debe producirse esta sanción
de ineficacia procesal (art. 83 inciso 1° CPC).

• Siendo esta la regla general, el legislador ha debido señalar casos en que la


irregularidad de un acto no traerá consigo su nulidad. Ejemplos: arts, 46, 50 y
450 CPC).

• Sin embargo, hay casos en que el legislador acoge el principio de la


especificidad, según el cual no hay nulidad procesal sin ley específica que la
disponga. Ello se reconoce en el art. 83 inc. 1° CPC. Ejemplos: recurso de la
casación en la forma (art. 768), nulidad de todo lo obrado por falta de
emplazamiento (art. 80).
• En síntesis, en nuestro ordenamiento opera tanto el principio de la generalidad
como el de la especificidad, lo que dependerá de la materia y del medio por el
que se reclame la nulidad.

1. En materia penal:
a) Incidente de nulidad: principio de la generalidad (art. 159 CPP).
b) Recurso de nulidad: principio de la especificidad (art. 373 CPP).

1. En materia civil:
a) Recurso de casación en la forma: especificidad (art. 768 CPC).
b) Recurso de casación en el fondo: generalidad (art. 767 CPC).
c) Incidente de nulidad procesal: ambos principios (art. 83 inc. 1° CPC).
PRINCIPIO DE TRASCENDENCIA
• Procede la nulidad de un acto cuando la irregularidad que le sirve de antecedente corrompe
su sustancia y le impide cumplir su finalidad dentro del proceso, siempre que el acto
irregular afecte particularmente a las partes o en general al orden público.

• El daño debe ser de tal magnitud que ha impedido absolutamente a la parte hacer valer su
derecho, lo que tiene expresa aplicación en el recurso de casación en la forma.

• Este principio importa una doble exigencia:


1. Que el vicio cause perjuicio, esto es, que la irregularidad dañe a las partes, irrogue
injusticia o altere gravemente el ordenamiento jurídico, cuya protección interesa a la
sociedad.
2. Que el vicio sólo sea reparable por la nulidad procesal, de modo que si existe otra vía para
subsanar la irregularidad, se debe usar ese mecanismo.
PRINCIPIO DE CONVALIDACIÓN

• La nulidad de un acto del proceso sólo puede alegarse y declararse en


la etapa procesal que corresponda y, en todo caso, durante el transcurso
del juicio (in limine litis).

• Si la nulidad procesal no se alega y declara en la etapa procesal


señalada por la ley, se producirá la convalidación del acto irregular.

• Esto es una gran diferencia entre la nulidad del derecho civil y la nulidad
procesal. La primera se sanea por el paso del tiempo (prescripción de la
acción ordinaria de nulidad). La nulidad procesal, en cambio, se
convalida por la preclusión y, en último término, por el efecto de cosa
juzgada.
• La convalidación puede ser definitiva o anticipada:

1. Convalidación definitiva:
• Se produce una vez terminado el proceso por sentencia ejecutoriada, pues ha
operado la autoridad de cosa juzgada. Concluido el proceso por sentencia
ejecutoriada ya no podrá ser nuevamente discutido el asunto, tanto su fondo
como los vicios ocurridos en el curso del proceso.

2. Convalidación anticipada:
• Se produce cuando el litigante habilitado para solicitar la nulidad, no emplea
oportunamente los mecanismos señalados por la ley para hacerlo. Opera el
principio de preclusión.
• La convalidación anticipada se reconoce expresamente en el art. 83
inciso 2° parte final CPC:

a) Convalidación tácita: Se produce cuando la parte perjudicada por el vicio de


nulidad deja pasar la oportunidad procesal que corresponde para alegar la
nulidad procesal. Se habla en doctrina de convalidación por conformidad.

b) Convalidación expresa: Se produce cuando la parte perjudicada por el vicio de


nulidad realiza cualquiera gestión dentro del proceso que implique pleno
conocimiento de él sin reclamar la nulidad, contribuyendo a su respecto a que el
acto cumpla los fines previsto para él. En doctrina, se llama convalidación por
confirmación.
• La convalidación no es la única forma de sanear un acto viciado. Existen, por tanto, otras
formas de saneamiento:

1. Rectificación: es una forma de subsanar la nulidad que proviene de la misma parte que
originó el vicio y que consiste en realizar el acto nuevamente, ahora de forma correcta, o
en introducirle las enmiendas habilitantes que correspondan, antes que se declare la
nulidad.

2. Ratificación: consiste en la aprobación por parte del interesado de los actos realizados
por un tercero a su nombre sin poder suficiente para ello, antes que se declare la nulidad
de los actos realizados por quien compareció en su representación.

3. Renuncia: las partes pueden renunciar a reclamar de un vicio ya consumado, pero no


pueden renunciar anticipadamente a utilizar los medios destinados a reclamar la nulidad
de eventuales vicios posteriores de procedimiento.
DECLARACIÓN DE LA NULIDAD PROCESAL

• Ya vimos que la nulidad procesal debe ser declarada


judicialmente. Para obtener esta declaración, la nulidad debe
ser alegada por la parte agraviada con el vicio, sin perjuicio de
la facultad que la ley le confiere al juez para proceder de oficio
en ciertos casos.

• Para alegar y obtener la declaración de nulidad procesal, la


doctrina y la jurisprudencia han determinado los medios
idóneos para ello, los cuales pueden ser clasificados en medios
directos e indirectos.
1. Medios directos: son aquellos cuya finalidad precisa es lograr una
declaración judicial de ineficacia de los actos procesales. Estos medios son:
a) Incidente de nulidad procesal.
b) Excepciones dilatorias.
c) Recurso de casación en la forma.
d) Facultad de los tribunales de declarar de oficio la nulidad procesal.

2. Medios indirectos: son aquellos que no persiguen exclusivamente la


declaración de ineficacia del procedimiento, pero a través de ella puede
obtenerse. Estos medios son, en general, los recursos procesales.
• No queda al arbitrio de las partes o del tribunal elegir discrecionalmente
cualquiera de los medios señalados. La ley determina, según la
naturaleza de la irregularidad cometida, el medio adecuado para obtener
que se declare su nulidad.

• Entre los medios para pedir y obtener la declaración de nulidad de un


acto no se encuentra la acción ordinaria de nulidad del Derecho Civil,
puesto que ella se substanciará en un juicio ordinario diverso de aquel
en que se cometió la irregularidad y con el fin de restar eficacia a un acto
allí sucedido.

• La razón de esta exclusión se encuentra en el principio de la


convalidación: la nulidad procesal sólo puede declararse in limine litis.
Relación entre nulidad civil y nulidad procesal
• La nulidad civil y la nulidad procesal deben alegarse por medios distintos, no
obstante ser su finalidad la misma. Ello nos lleva a dilucidar el problema de precisar
cómo se persigue la ineficacia de actos que tienen a la vez carácter civil y procesal.

• Al hablar de estos actos nos referimos especialmente a actos o contratos de orden


civil que forman parte o se generan durante la tramitación de un proceso. Así ocurre,
por ejemplo: a) con el remate de bienes raíces durante el procedimiento ejecutivo, b)
la adjudicación que se realiza en un juicio de partición judicial de bienes, y c) la
realización de bienes dados en prenda; entre otros.

• Respecto de estos actos, se presenta el problema de saber a qué regla debe


someterse su declaración de ineficacia, cuando se pide la nulidad de ellos. Al efecto,
la doctrina y la jurisprudencia diferencian entre:
1. Vicios cometidos en el acto, mirando su aspecto meramente civil:
• Estamos en presencia de irregularidades producidas en el acto en cuanto es contrato, lo
que determina que se produzca su nulidad civil, y ella deberá reclamarse, en otro juicio
ordinario, por medio de la acción ordinaria de nulidad, pero sin que igual sanción sufra el
procedimiento en que se generó.

2. Vicios que se han producido, en relación con las actuaciones procesales de las que forma
parte:
• Se refiere a la situación en que se han omitido requisitos o formalidades durante la
secuela del juicio, y que se refieren a actos meramente procesales.

• De acuerdo con el efecto extensivo de la nulidad procesal, deben anularse aquellas


actuaciones que se siguen del acto ineficaz, de tal manera que si en ellos hay contratos
civiles, sufren igual sanción, aun cuando según la ley civil, sean perfectos. Esta nulidad
debe alegarse dentro del proceso, y por los medios señalados por el legislador para lograr
la nulidad procesal.
Incidente de nulidad procesal
• La petición de nulidad durante el curso de un proceso es claramente un incidente,
pues constituye una cuestión accesoria que las partes pueden promover (acerca de
la falta de validez de la relación procesal o de determinados actos de procedimiento)
que debe ser resuelta por el juez mediante un pronunciamiento especial (art. 82
CPC).

• Son múltiples las ventajas de poder alegar la nulidad de un acto por vía incidental,
sin tener que esperar que se dicte la sentencia final en la causa para hacer valer
vicios u omisiones cometidos en el proceso.

• No obstante la importancia de este incidente, no tiene asignada una tramitación


especial por la ley, por lo que se aplica la tramitación ordinaria o común del Título IX
del Libro I del CPC.

• Debe recordarse que las partes, al igual que el tribunal, están afectas a limitaciones
en el ejercicio del derecho de impetrar la nulidad procesal, y deben hacerlo "in limine
litis".
OPORTUNIDAD PARA PROMOVERLO
• Para estos y otros efectos, se distingue entre actos esenciales y actos no esenciales
del proceso.

• Los primeros son absolutamente necesarios para la estructura del juicio, de manera
que si faltan o se ejecutan imperfectamente, provocan la ineficacia y nulidad de todo
el proceso.

• Los segundos, complementarios de los anteriores, si se ejecutan defectuosamente


su declaración de ineficacia sólo se circunscribe a ellos y no se extiende a todo el
proceso.

• Antes de la Ley 18.705, se podía solicitar la nulidad que incidía en un acto esencial
en cualquier etapa del proceso, aun después de citadas las partes a oír sentencia.
En cambio, la nulidad de un acto no esencial podía formularse en las etapas
normales de interposición de los incidentes ordinarios.
• La Ley 18.705 modificó la estructura del Titulo IX del Libro I del CPC en lo que dice
relación con el incidente de nulidad procesal, y destinó, en forma exclusiva, un
artículo a él (art. 83), que establece sus características más sobresalientes.

• Entre los mandatos que contiene, se destaca el relativo a la oportunidad en que


debe ser promovido este incidente. Señala que la nulidad sólo podrá impetrarse
dentro de cinco días, contados desde que aparezca o se acredite que quien deba
reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trate de la
incompetencia absoluta del tribunal.

• Esa parte del art. 83 CPC, contiene, en consecuencia, dos reglas: 1) una regla
general, que se aplica a todos los incidentes de nulidad, sin distinguir la magnitud del
vicio, ni la importancia del acto en que incide; y 2) una regla especial, referida a la
incompetencia absoluta.
1. Regla general:

• El incidente de nulidad sólo puede impetrarse en el plazo fatal de cinco días,


lapso que se cuenta desde que aparezca o se acredite que el sujeto activo tuvo
conocimiento del vicio. No se atiende a la oportunidad en que se origina el
hecho que da origen al incidente.

• Le corresponde a la contraparte probar que el conocimiento aludido se


adquirió en una oportunidad distinta a la sostenida por el incidentista, dado
que éste se encuentra protegido por la presunción legal de buena fe.
2. Regla especial:

• En lo que respecta a la incompetencia absoluta del tribunal, queda al margen


de la normativa anterior y podrá, por ende, invocarse la nulidad de todo lo
obrado en cualquier momento del proceso, hasta que surja la "autoridad de
cosa juzgada", que va a convalidar ese vicio. Lo anterior, debido al carácter de
orden publico de las normas sobre competencia absoluta.

• Si el incidente de nulidad versa sobre la incompetencia relativa del tribunal, se


vuelve a la regla general, pues si no se alega oportunamente la incompetencia
relativa del tribunal se producirá la prorroga tácita de la competencia.
• Con todo, la regla del art. 83 se oscurece con lo dispuesto en el art. 84 CPC. Para conciliar ambas
disposiciones, conviene distinguir:
1. Incidente de nulidad basado en hechos cometidos antes o coetáneos a la iniciación del juicio:
a) Si el vicio anula todo el proceso (acto esencial):
a) Si se acredita o aparece que quien lo formula tuvo conocimiento del vicio, debe promover el
incidente antes de hacer cualquier gestión principal en el pleito (art. 84).
b) Si no se acredita o no aparece que quien lo formula tuvo conocimiento del vicio, procede la
remisión al art. 83.
c) Si la parte conoce el vicio, pero no realiza gestión de ninguna clase, se debe volver al art. 84, sin
perjuicio de la convalidación definitiva del vicio.
b) Si el vicio no anula todo el proceso (acto no esencial): existen dos alternativas:
1) El incidente se rige por el art. 83.
2) La irregularidad debe formularse por medio de una excepción dilatoria (opinión del prof. Julio
Salas).

2. Incidente de nulidad originado en un hecho acaecido durante el curso del juicio: se rige por el art. 83,
que es especial respecto del art. 85.

3. Incidentes de nulidad fundados en hechos que ocurren simultáneamente: deben promoverse


conjuntamente (art. 86), dentro del plazo del art. 83.
INCIDENTE DE NULIDAD PROCESAL Y CITACIÓN PARA OÍR SENTENCIA
• De lo dispuesto en el art. 433, se concluyen las siguientes reglas:

1. Tratándose de incidentes basados en vicios que anulen el proceso, y que ocurren antes o que son
coetáneos con su inicio, o que inciden en circunstancias esenciales para su ritualidad, podrá
promoverse el incidente después de la citación para oír sentencia, en la medida que: a) esté corriendo
el plazo de cinco días que establece el art. 83; y b) que la parte que lo promueve no haya hecho
gestión alguna que suponga conocimiento del vicio, pues en caso contrario habría operado la
convalidación.

2. La incidencia que se origine en la incompetencia absoluta puede promoverse aun cuando haya
transcurrido el plazo de cinco días o se haya realizado alguna gestión.

3. Aquellos actos que no persigan la ineficacia del proceso, sino que de actos aislados de él, quedan
comprendidos en la limitación del art. 433, y no pueden suscitarse después de haber sido citadas las
partes para oír sentencia, aun cuando no haya transcurrido el plazo del art. 83.

4. Los incidentes que ocurren después de la citación a oír sentencia podrán deducirse conforme al art.
83.
INCIDENTES ESPECIALES DE NULIDAD PROCESAL

• La ley regula dos incidentes especiales de nulidad procesal en


los artículos 79 y 80 CPC, y estable una norma común de
tramitación para ambas nulidades.

• En efecto, la nulidad de todo lo obrado por falta de


emplazamiento y la nulidad por fuerza mayor se formularán
incidentalmente, incidente que se substanciará en cuaderno
separado, sin suspender el curso de la cuestión principal (art.
81 CPC), situación distinta a la regla del art. 83.
Nulidad por falta de emplazamiento
• El art. 80 CPC regula el incidente de nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento,
que requiere, para que proceda, de la existencia de los siguientes supuestos:
1. Que al demandado no se le haya hecho saber en persona ninguna de las providencias
libradas en el juicio, en atención a que por un hecho que no le es imputable, han dejado de
llegar a sus manos las copias a que aluden los arts. 40 y 44 o que ellas no son exactas en su
parte sustancial. Esto es, que el demandado no ha sido emplazado al juicio.
2. Que por la razón anterior, el juicio se ha seguido en su rebeldía (sin la comparecencia del
demando).

• Dándose estas condiciones, la ley establece que el demandado puede solicitar la rescisión de
todo lo obrado, dentro del plazo fatal de cinco días, contados desde que aparezca o se
acredite que tuvo conocimiento personal del juicio.
• Si ese conocimiento lo tiene el demandado mientras subsiste el
juicio, hará valer la nulidad mediante el respectivo incidente o recurso
que corresponda, respetando el principio "in limine litis“.

• Si ese conocimiento se adquiere después de afinado el juicio por una


sentencia de término, ¿se puede pedir la nulidad de todo lo obrado o
lo impide el principio "in limine litis" derivado de la cosa juzgada?
¿Operó la convalidación del vicio?
• Sí se puede, por las siguientes razones:
1. El art. 182, que establece el principio del "desasimiento del tribunal",
señala en su inc.2º, agregado por la Ley 7.760 de 1944, que: "lo
dispuesto en este artículo no obsta para que el rebelde haga uso del
derecho que le confiere el articulo 80“.
2. El art. 231 del CPC, autoriza el cumplimiento de las sentencias
definitivas o interlocutorias, una vez que estén firmes. A dicho
cumplimiento, pueden oponerse por el ejecutado ciertas excepciones,
que son las del art. 234 CPC, cuyo inciso final, agregado por la misma
Ley 7.760, señala que “lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de
lo prevenido en el artículo 80”.
3. Así se desprende de la historia fidedigna del establecimiento de la Ley
7.760.
• En conclusión, la nulidad de lo obrado del art. 80 se puede solicitar con posterioridad
a que se encuentre firme la respectiva sentencia que pone fin al proceso. Lo dicho
opera antes y después de la ley 18.705, que nada dijo sobre el particular.

• Lo anterior no constituye una excepción al principio "in limine litis", pues producida la
situación de la citada norma, es decir, la falta de emplazamiento del demandado
rebelde, no se formó la relación procesal entre las partes, que es de la esencia de
todo proceso. Éste, entonces, ha tenido una aparente validez, y aparente es también
el valor de la sentencia que le pone fin. En otras palabras, jamás se ha producido el
efecto de cosa juzgada en un proceso irregularmente substanciado.

• Si el demandado no fue emplazado al juicio, para él no hay una sentencia firme, sino
sólo una apariencia de ella, y esa apariencia no puede ser un obstáculo para pedir la
rescisión de todo lo obrado en su contra. Así lo ha entendido la Corte Suprema.

• La jurisprudencia ha extendido la aplicación de esta norma a todo defecto en el


emplazamiento del demandado rebelde.
Nulidad por fuerza mayor
• El art. 79 regula la facultad del litigante rebelde para pedir la nulidad de lo obrado por
haber estado impedido por fuerza mayor para actuar en el proceso.

• Esta disposición tiene un ámbito de aplicación amplio: se refiere a toda rebeldía, sea
del demandante o del demandado, y se funda en el principio “al impedido no le corre
plazo”.

• Este derecho debe hacerse valer en el plazo de tres días desde que cesó el
impedimento. La fuerza mayor puede probarse por cualquier medio de prueba (es un
hecho).

• Existen casos particulares de fuerza mayor en nuestro CPC, que tienen una solución
distinta a la que se legisla en el art. 79. Así acontece respecto de ciertos
entorpecimientos que impiden rendir prueba dentro del término probatorio,
permitiéndose la concesión de términos probatorios especiales para ese fin (arts.
339 y 340 CPC).
Facultades del juez en relación con la nulidad procesal
• Los jueces no sólo deben resolver las solicitudes que presentan las
partes para reclamar de la nulidad procesal.

• La ley también los autoriza para declarar de oficio la nulidad sanción, y


para adoptar actor con el objeto de evitar que se produzca una
irregularidad que pueda dar origen a esta sanción.

• Estas facultades del juez se inspiran en el fin público y social del


proceso, y dejan subsistente el principio dispositivo en lo que dice
relación con la incoación del pleito y el planteamiento de los hechos por
las partes, por cuanto su iniciación y el ámbito de la tutela jurisdiccional
que se preste siempre dependerán de la voluntad de los interesados.
Facultad para declarar de oficio la nulidad

• Esta atribución del tribunal está establecida en el art. 84 inc. 4º, que señala “el juez
podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso”. Se
trata, por tanto, de una excepción al principio de la pasividad de los tribunales.

• No obstante los términos amplios de la disposición transcrita, la doctrina y la


jurisprudencia limitaron esta facultad del tribunal a determinados actos del proceso.
Así, se señala que esta atribución sólo incide respecto de aquellas actuaciones del
proceso que miran al orden publico o al interés social y que el Estado esta obligado
a cautelar y proteger a través del juez.

• Estos actos son los denominados actos esenciales, que podemos definir como
“aquellos cuya omisión o ejecución imperfecta producen la nulidad de todo lo
obrado, porque miran al orden público, sirven de base a la relación procesal y
constituyen la estructura misma del proceso”.
1. Alcance de esta facultad:
• La forma principal como el juez puede corregir por propia iniciativa los actos del proceso es
decretando su ineficacia si se han ejecutado de modo anormal.

• También puede ordenar que se efectúen en forma los tramites o diligencias cuya omisión o
irregularidad produjo la nulidad, y tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los
futuros actos del procedimiento.

2. Límites:
• Fuera de la limitación general ya comentada (sólo procede respecto de actos esenciales), hay
otros casos en que el juez no puede hacer uso de esta facultad:
a) Si el vicio no consta determinadamente en el proceso (art. 160 CPC).
b) Producido el desasimiento del tribunal (art. 182 CPC).
c) No puede subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse practicado fuera del
plazo fatal indicado por la ley (art. 84 inc. final, segunda parte).
Facultad para evitar la nulidad procesal

• El juez no sólo tiene la facultad de declarar de oficio la nulidad


de un acto irregular, sino que también puede ”tomar las
medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos del
procedimiento” (art. 84 inc. 4º segunda parte).

• La importancia y conveniencia de esta facultad son innegables,


pues con ella se evita la repetición de actos que adolecen de
defectos de fácil subsanación.
Resolución que declara la nulidad procesal
• En cuanto a su naturaleza jurídica, la resolución que falla un incidente de nulidad procesal, es
una sentencia interlocutoria, pues establece derechos permanentes a favor de las partes (art.
158) una vez que adquiere el carácter de firme.

• Lo anterior también es aplicable respecto de la declaración oficiosa de nulidad, que si bien no


falla un incidente, se está refiriendo a una cuestión accesoria al objeto del juicio y, por tanto,
tiene el carácter de sentencia interlocutoria.

• Debe reunir los requisitos de toda sentencia que falla un incidente y, además, el juez deberá
establecer precisamente cuáles actos quedan nulos en razón de su conexión con el acto
anulado (art. 83 inc. final), y ordenar la práctica de las diligencias necesarias para que el
proceso siga su curso legal (art. 84 inc. 3º).

• En contra de la resolución que declara la nulidad de un acto (régimen de impugnación) procede


el recurso de apelación.

• No procede el recurso de casación en la forma ni en el fondo, por cuanto esta resolución no


pone término al juicio ni hace imposible su continuación, salvo que se declare la nulidad de
todo lo obrado por incompetencia del tribunal.
Renovación del acto anulado
• Declarada la nulidad de un acto, el mismo se considera como no
realizado.

• Problema: ¿puede o no renovarse el acto procesal que ha sido


anulado?; ¿procede que se realice de nuevo esa actuación, con sujeción
ahora, a las disposiciones legales respectivas?.

• No confundir la renovación del acto anulado con la rectificación de un


acto irregular, que es una forma de subsanación del vicio que emana de
la misma parte que lo produjo, antes que se solicito o declare su nulidad.

• Para responder a esta interrogante, debemos distinguir según si el acto


anulado es de aquellos que deben verificarse dentro de determinado
plazo, o si es de aquellos no sujetos a plazo fatal.
Actos anulados no sujetos a plazo fatal

• Declarada la nulidad de un acto cuya realización no está sujeta a plazo


fatal, sea que se trate de un acto esencial o de un acto no esencial o
complementario, los tribunales no solo están facultados para renovar el
acto procesal, sino que, además, están "obligados a ordenar que se
practiquen las diligencias necesarias para que el proceso siga su curso
normal, según lo prescribe el art. 84 inc. 3º CPC.

• A su vez, nada impide que los litigantes puedan pedir la renovación del
acto anulado.
Actos anulados sujetos a plazo fatal
• En este caso, y siempre que el plazo se haya extinguido, la doctrina propone dos soluciones:

1. Hay quienes creen que ese acto es posible renovarlo, aun cuando esté vencido el plazo.
Con todo, la mayoría de la doctrina se inclina por la tesis opuesta.

2. No es posible su renovación. Es más atendible esta postura, porque si el juez no puede


subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado ellas, fuera del plazo legal
fatal (art. 84 final CPC), menos podrán hacerlo las partes litigantes.

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