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Causas

Aunque la causa exacta del TDAH no está clara, las investigaciones continúan. Los factores que pueden estar
involucrados en el desarrollo del TDAH incluyen la genética, el medio ambiente o problemas con el sistema nervioso
central en momentos clave del desarrollo.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención/hiperactividad se pueden incluir:

 Familiares consanguíneos, como padres o hermanos, con trastorno por déficit de atención/hiperactividad u
otro trastorno de salud mental
 Exposición a toxinas ambientales, como el plomo, que se encuentra principalmente en la pintura y las
tuberías de edificios antiguos
 Consumo de drogas, consumo de alcohol o tabaquismo por parte de la madre durante el embarazo
 Nacimiento prematuro

Aunque popularmente se sospecha que el consumo de azúcar causa hiperactividad, no hay pruebas confiables que lo
confirmen. Muchos problemas en la niñez pueden llevar a que se presente dificultad para mantener la atención,
pero eso no es lo mismo que padecer de trastorno por déficit de atención/hiperactividad.

Complicaciones

El TDAH puede dificultar la vida de los niños. Los niños con TDAH tienen estas características:

 A menudo luchan en el aula, lo cual puede llevar al fracaso académico y al juicio de otros niños y adultos
 Tienden a tener más accidentes y lesiones de todo tipo que los niños que no tienen TDAH
 Tienden a tener baja autoestima
 Son más propensos a tener problemas para interactuar con sus compañeros y los adultos, y para ser
aceptados por ellos
 Están en mayor riesgo de abuso de alcohol y drogas, y de otras conductas delictivas

Afecciones coexistentes

El TDAH no causa otros problemas psicológicos o de desarrollo. Sin embargo, los niños con TDAH son más propensos
que otros a tener afecciones como:

 Trastorno de oposición desafiante, generalmente definido como un patrón de comportamiento negativo,


desafiante y hostil hacia las figuras de autoridad
 Trastorno de conducta, marcado por un comportamiento antisocial, como robar, pelear, destruir propiedad
y hacer daño a personas o animales
 Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo, caracterizado por irritabilidad y problemas para
tolerar la frustración
 Discapacidades de aprendizaje, incluidos problemas con la lectura, escritura, comprensión y comunicación
 Trastornos por abuso de sustancias, incluidos drogas, alcohol y tabaquismo
 Trastornos de ansiedad, que pueden causar preocupación y nerviosismo abrumadores, e incluyen el
trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
 Trastornos del estado de ánimo, incluidos depresión y trastorno bipolar, que incluye depresión y
comportamiento maníaco
 Trastorno del espectro autista, una afección relacionada con el desarrollo cerebral que afecta la forma en
que una persona percibe y socializa con los demás
 Tic nervioso o síndrome de Tourette, trastornos que involucran movimientos repetitivos o sonidos no
deseados (tics) que no se pueden controlar fácilmente

Prevención
Para ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo padezca TDAH:

 Durante el embarazo, evita cualquier cosa que pueda dañar el desarrollo fetal. Por ejemplo, no bebas
alcohol, no uses drogas recreativas ni fumes cigarrillos.
 Protege a tu hijo de la exposición a contaminantes y toxinas, incluido el humo del cigarrillo y la pintura con
plomo.
 Limita el tiempo frente a las pantallas. Aunque todavía no se ha comprobado, puede ser prudente que los
niños eviten la exposición excesiva a la televisión y a los videojuegos en los primeros cinco años de vida.

Factores genéticos

Se han demostrado que los factores de origen hereditario explican en un 80% de los casos la aparición del trastorno, siendo la
probabilidad de presentar el trastorno mayor si algún progenitor  está afectado, esto es,  que el padre o la madre
tengan TDAH multiplica por 8,2 el riesgo de padecer el trastorno (Soutullo y Díez, 2007).

El coeficiente de heredabilidad del TDAH es de 0,76, lo que significa que si el niño tiene TDAH, el 76 por cierto se explica por
causa genética. A pesar de estas cifras, no existe una acción genética directa, por lo que un padre tenga TDAH no determina con
exactitud que sus hijos vayan a desarrollarlo, tan sólo que existe una probabilidad mayor, como ocurre con otras patologías
psiquiátricas como la depresión, o la esquizofrenia (Soutullo y Díez, 2007).

Los estudios de genética molecular han relacionado el trastorno fundamentalmente con varios genes en diferentes cromosomas y
sus variaciones en el número de copias. Se trata, por tanto, de un trastorno de herencia poligénica, es decir,  múltiples genes
contribuyen al fenotipo del TDAH. El principal candidato sería el gen DRD4*7, en el cromosoma 11, responsable de producir el
receptor D4 del neurotransmisor dopamina y que en el caso de los afectado por TDAH este gen está alterado hasta en un 50-60%
de los casos (Soutullo y Díez, 2007). 

Por todo ello,  es que el TDAH no se trata de un constructo social, o algo relacionado únicamente con el entorno del niño y su
educación, sino que el origen  del TDAH se debe en buena parte a modificaciones específicas en determinados cromosomas que
componen el genoma humano, como explicación más plausible hasta la fecha.

Factores neuroquímicos

Las teorías explicativas neuroquímicas describen como origen de las disfunciones comportamentales y cognitivas y emocionales
atribuidas al TDAH a un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales del córtex prefrontal, los ganglios basales y las conexiones
frontoestriadas, lo que provoca fallos en el sistema ejecutivo del cerebro y los mecanismos de inhibición y autocontrol (Soutullo y
Díez, 2007). 

Estos fallos en el funcionamiento cerebral se explican debido al desequilibrio de los


neurotransmisores dopamina y adrenalina (sustancias químicas del cerebro encargas de transportar la información) que provoca
que la producción de estos dos neurotransmisores sea irregular. Este déficit de dopamina y noradrenalina genera problemas en
los circuitos reguladores de varias zonas del cerebro como el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales lo que
altera el funcionamiento de las funciones ejecutivas, responsables de dirigir el foco de atención, planificar, organizar y regular la
conducta e inhibir estímulos irrelevantes del entorno.

Factores psicosociales

Más allá de los agentes ambientales que no parecen implicados en el origen del trastorno (aditivos, determinados alimentos)
algunos estudios si relacionan algunos agentes externos como precipitantes o contribuyentes a la aparición del TDAH durante la
etapa gestacional (factores Prenatales) o cerca del nacimiento (perinatales) como: el tabaquismo (Langley, 2005 y Thapar, 2009) y
el estrés y ansiedad maternas durante el embarazo (Rice 2010,  Van der Bergh y Marcoen, 2004,2005). Pero no existen
evidencias científicas concluyentes acerca de que exista una relación directa de causa efecto sobre estas variables.

A pesar de que el estilo de crianza y la educación recibida no es origen del trastorno, si contribuye a agravar los síntomas y la
evolución del trastornos en niños que ya presentan el trastorno, por lo que la elección de intervenciones psicológicas, educativas y
familiares adecuadas contribuyen a una mejoría de los síntomas y a un mejor pronóstico.

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