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Aunque la causa exacta del TDAH no está clara, las investigaciones continúan. Los factores que pueden estar
involucrados en el desarrollo del TDAH incluyen la genética, el medio ambiente o problemas con el sistema nervioso
central en momentos clave del desarrollo.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención/hiperactividad se pueden incluir:
Familiares consanguíneos, como padres o hermanos, con trastorno por déficit de atención/hiperactividad u
otro trastorno de salud mental
Exposición a toxinas ambientales, como el plomo, que se encuentra principalmente en la pintura y las
tuberías de edificios antiguos
Consumo de drogas, consumo de alcohol o tabaquismo por parte de la madre durante el embarazo
Nacimiento prematuro
Aunque popularmente se sospecha que el consumo de azúcar causa hiperactividad, no hay pruebas confiables que lo
confirmen. Muchos problemas en la niñez pueden llevar a que se presente dificultad para mantener la atención,
pero eso no es lo mismo que padecer de trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Complicaciones
El TDAH puede dificultar la vida de los niños. Los niños con TDAH tienen estas características:
A menudo luchan en el aula, lo cual puede llevar al fracaso académico y al juicio de otros niños y adultos
Tienden a tener más accidentes y lesiones de todo tipo que los niños que no tienen TDAH
Tienden a tener baja autoestima
Son más propensos a tener problemas para interactuar con sus compañeros y los adultos, y para ser
aceptados por ellos
Están en mayor riesgo de abuso de alcohol y drogas, y de otras conductas delictivas
Afecciones coexistentes
El TDAH no causa otros problemas psicológicos o de desarrollo. Sin embargo, los niños con TDAH son más propensos
que otros a tener afecciones como:
Prevención
Para ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo padezca TDAH:
Durante el embarazo, evita cualquier cosa que pueda dañar el desarrollo fetal. Por ejemplo, no bebas
alcohol, no uses drogas recreativas ni fumes cigarrillos.
Protege a tu hijo de la exposición a contaminantes y toxinas, incluido el humo del cigarrillo y la pintura con
plomo.
Limita el tiempo frente a las pantallas. Aunque todavía no se ha comprobado, puede ser prudente que los
niños eviten la exposición excesiva a la televisión y a los videojuegos en los primeros cinco años de vida.
Factores genéticos
Se han demostrado que los factores de origen hereditario explican en un 80% de los casos la aparición del trastorno, siendo la
probabilidad de presentar el trastorno mayor si algún progenitor está afectado, esto es, que el padre o la madre
tengan TDAH multiplica por 8,2 el riesgo de padecer el trastorno (Soutullo y Díez, 2007).
El coeficiente de heredabilidad del TDAH es de 0,76, lo que significa que si el niño tiene TDAH, el 76 por cierto se explica por
causa genética. A pesar de estas cifras, no existe una acción genética directa, por lo que un padre tenga TDAH no determina con
exactitud que sus hijos vayan a desarrollarlo, tan sólo que existe una probabilidad mayor, como ocurre con otras patologías
psiquiátricas como la depresión, o la esquizofrenia (Soutullo y Díez, 2007).
Los estudios de genética molecular han relacionado el trastorno fundamentalmente con varios genes en diferentes cromosomas y
sus variaciones en el número de copias. Se trata, por tanto, de un trastorno de herencia poligénica, es decir, múltiples genes
contribuyen al fenotipo del TDAH. El principal candidato sería el gen DRD4*7, en el cromosoma 11, responsable de producir el
receptor D4 del neurotransmisor dopamina y que en el caso de los afectado por TDAH este gen está alterado hasta en un 50-60%
de los casos (Soutullo y Díez, 2007).
Por todo ello, es que el TDAH no se trata de un constructo social, o algo relacionado únicamente con el entorno del niño y su
educación, sino que el origen del TDAH se debe en buena parte a modificaciones específicas en determinados cromosomas que
componen el genoma humano, como explicación más plausible hasta la fecha.
Factores neuroquímicos
Las teorías explicativas neuroquímicas describen como origen de las disfunciones comportamentales y cognitivas y emocionales
atribuidas al TDAH a un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales del córtex prefrontal, los ganglios basales y las conexiones
frontoestriadas, lo que provoca fallos en el sistema ejecutivo del cerebro y los mecanismos de inhibición y autocontrol (Soutullo y
Díez, 2007).
Factores psicosociales
Más allá de los agentes ambientales que no parecen implicados en el origen del trastorno (aditivos, determinados alimentos)
algunos estudios si relacionan algunos agentes externos como precipitantes o contribuyentes a la aparición del TDAH durante la
etapa gestacional (factores Prenatales) o cerca del nacimiento (perinatales) como: el tabaquismo (Langley, 2005 y Thapar, 2009) y
el estrés y ansiedad maternas durante el embarazo (Rice 2010, Van der Bergh y Marcoen, 2004,2005). Pero no existen
evidencias científicas concluyentes acerca de que exista una relación directa de causa efecto sobre estas variables.
A pesar de que el estilo de crianza y la educación recibida no es origen del trastorno, si contribuye a agravar los síntomas y la
evolución del trastornos en niños que ya presentan el trastorno, por lo que la elección de intervenciones psicológicas, educativas y
familiares adecuadas contribuyen a una mejoría de los síntomas y a un mejor pronóstico.