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T R A S T O R N O S

M E N T A L E S

PSICOLOGÍA
W E N D Y A R A C E L Y
B O R O R O R D O Ñ E Z ,
4 T O C C L L " A "
TRANSTORNOS MENTALES
los trastornos mentales como alteraciones clínicamente significativas en la cognición, la
regulación emocional o el comportamiento de un individuo que se asocian con angustia o
discapacidad funcional. Se estima que en 2019, una de cada ocho personas en el mundo padecía
un trastorno mental, siendo los más comunes la ansiedad y los trastornos depresivos. La
pandemia de COVID-19 ha aumentado considerablemente estos trastornos. Aunque existen
opciones eficaces de prevención y tratamiento, muchas personas no tienen acceso a la atención
adecuada y sufren estigma, discriminación y violaciones de los derechos humanos.

Hay muchos tipos diferentes de trastornos mentales. También se denominan problemas de salud
mental, aunque este último término es más amplio y abarca los trastornos mentales, las
discapacidades psicosociales y estados mentales asociados a una angustia considerable,
discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Esta nota descriptiva se centra en los
trastornos mentales según se describen en la Undécima revisión de la Clasificación Internacional
de Enfermedades . Aunque existen opciones eficaces de prevención y tratamiento, la mayoría de
las personas que padecen trastornos mentales no tienen acceso a una atención efectiva.

¿Quién corre el riesgo de presentar un trastorno mental?


Existe un conjunto diverso de factores individuales, familiares, comunitarios y estructurales que,
en conjunto, protegen o socavan la salud mental. Aunque la mayoría de las personas son
resilientes, quienes están expuestos a circunstancias adversas, como la pobreza, la violencia, la
discapacidad y la desigualdad, corren un mayor riesgo. Entre los factores de protección y de
riesgo se cuentan factores psicológicos y biológicos individuales, como las habilidades
emocionales y la genética.

Sistemas de salud y apoyo social


Los sistemas de salud aún no han respondido adecuadamente a las necesidades de las personas
que padecen trastornos mentales, y no cuentan con los recursos necesarios para ello. Las
personas que padecen trastornos mentales también requieren apoyo social, en particular para
desarrollar y mantener relaciones personales, familiares y sociales.

Respuestas de la OMS
El Plan de Acción Integral de Salud Mental 2013-2030 de la OMS reconoce el papel esencial de
la salud mental para lograr la salud para todas las personas.

- Fortalecer los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones sobre la salud
mental.
El Programa de Acción de la OMS para Superar las Brechas en Salud Mental se apoya en
orientaciones, instrumentos y métodos de capacitación basados en datos científicos para ampliar
los servicios en los países, especialmente en entornos de escasos recursos.
TIPOS DE TRASTORNOS MENTALES
Trastorno bipolar
Trastorno obsesivo-compulsivo
Trastornos de ansiedad (por ejemplo, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico,
trastorno de estrés postraumático)
Trastornos de la alimentación (por ejemplo, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa)
Trastornos de la personalidad (por ejemplo, trastorno de personalidad límite, trastorno de
personalidad narcisista)
Trastornos psicóticos (por ejemplo, esquizofrenia, trastorno delirante)
Trastornos del sueño (por ejemplo, insomnio, trastorno de apnea del sueño)
Trastornos de la conducta alimentaria (por ejemplo, trastorno por atracón, trastorno
alimentario no especificado)
Trastornos de la impulsividad y la agresividad (por ejemplo, trastorno explosivo intermitente,
trastorno de la conducta)
Trastornos sexuales (por ejemplo, disfunción eréctil, trastorno de la excitación sexual).
Ansiedad
Depresión
Trastorno de oposición desafiante
Trastorno de la conducta
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
Síndrome de Gilles de la Tourette
Trastorno obsesivo-compulsivo
Trastorno por estrés postraumático
TDAH
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del
neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Habitualmente su diagnóstico se realiza en la niñez y
a menudo dura hasta la adultez. Los niños con TDAH pueden tener problemas para prestar
atención, controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el resultado) o ser
excesivamente activos.

Signos y síntomas
Es normal que a los niños les cueste concentrarse y comportarse bien de vez en cuando. Sin
embargo, los niños con TDAH no van dejando atrás esas conductas a medida que crecen. Los
síntomas continúan y pueden provocar dificultades en la escuela, el hogar o con los amigos.
Un niño con TDAH puede presentar las siguientes conductas:
Fantasear mucho.
Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
Retorcerse o moverse nerviosamente.
Hablar mucho.
Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
Tener problemas para resistir la tentación.
Tener problemas para respetar turnos.
Tener dificultades para llevarse bien con otros.

Tipos
Hay formas en que el TDAH se presenta, según qué tipos de síntomas sean más fuertes en la
persona:
Presentación en la que predomina la falta de atención: Es difícil para la persona organizarse o
terminar una tarea, prestar atención a los detalles o seguir instrucciones o conversaciones. La
persona se distrae fácilmente o se olvida de detalles de la rutina diaria.
Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: La persona se mueve
nerviosamente y habla mucho. Le resulta difícil quedarse sentada quieta durante mucho
tiempo (p. ej., para una comida o mientras hace la tarea escolar). Los niños más pequeños
pueden correr, saltar o trepar constantemente. La persona se siente inquieta y tiene
problemas con la impulsividad. Una persona que es impulsiva puede interrumpir mucho a
otros, agarrar cosas que les pertenecen a otros o hablar en momentos inapropiados. Es difícil
para la persona esperar su turno o escuchar instrucciones. Una persona con impulsividad
puede tener más accidentes y lesiones que los demás.
Presentación combinada: Los síntomas de los dos tipos anteriores están igualmente
presentes en la persona.
Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación también puede
cambiar con el tiempo.
Causas del TDAH
Los científicos estudian las causas y los factores de riesgo para intentar encontrar mejores
maneras de manejar y reducir las probabilidades de que una persona tenga TDAH. Se
desconocen las causas y los factores de riesgo del TDAH, pero investigaciones actuales
muestran que la genética tiene un papel importante.
Además de la genética, los científicos están estudiando otras causas y factores de riesgo
posibles que incluyen los siguientes:
Lesión cerebral
Exposición ambiental (p. ej., al plomo)
Consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo
Parto prematuro
Bajo peso al nacer
Los resultados de investigaciones no respaldan las opiniones populares de que el TDAH se
origina por comer demasiada azúcar, ver demasiada televisión, por las técnicas de crianza o por
factores sociales y ambientales, como la pobreza o el caos familiar. Por supuesto, muchas cosas,
incluidas estas, podrían empeorar los síntomas, especialmente en ciertas personas, pero no hay
suficientes datos de peso como para concluir que son las causas principales del TDAH.

Diagnóstico
Decidir si un niño tiene TDAH es un proceso de varios pasos. No hay un único examen para
diagnosticar el TDAH y hay muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y ciertos
tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar síntomas similares. Un paso del
proceso implica realizar un examen médico, que incluye pruebas auditivas y de la visión, para
descartar otros problemas con síntomas similares a los del TDAH. Otra parte del proceso puede
incluir completar una lista de verificación para calificar los síntomas del TDAH y recolectar los
antecedentes del niño por parte de los padres, maestros y, a veces, el propio niño.

TDAH EN ADOLECENTES
No existe un adolescente con TDAH típico: los síntomas y déficits varían según el género, el tipo
de TDAH que tengan, su entorno, así como sus fortalezas individuales y cualquier otro trastorno
que pudieran tener.
En general, los adolescentes con TDAH tienden a manifestar menos los síntomas de
hiperactividad que asociamos con el TDAH en los niños. Esa es la buena noticia.
Pero una vez que los niños llegan a la high school, lo que se espera de ellos a nivel académico y
social aumenta considerablemente, y esto puede ser especialmente difícil para los adolescentes
con TDAH.
Desde el punto de vista del desarrollo, se espera que los adolescentes puedan manejar un grado
mayor de autonomía: menos estructura en su vida escolar y familiar, y menos supervisión de
padres y maestros.
Piense en esto como un gráfico con la línea correspondiente a estructura y supervisión yendo
hacia abajo, y la línea de demandas y expectativas yendo hacia arriba. Las líneas se cruzan en la
adolescencia,
Y a medida que la brecha se hace más amplia, los retos para los niños con TDAH se multiplican.
Además, los adolescentes son más susceptibles a la influencia de sus compañeros, la cual se
torna más marcada durante la adolescencia a medida que los niños se alejan gradualmente de
sus padres y otras figuras de autoridad.
Si su hijo tiene TDAH, es importante estar alerta a los desafíos que se puedan presentar en
diferentes áreas, no solo en su funcionamiento escolar. Usted también querrá estar atento a
posibles dificultades en las relaciones con amigos, el funcionamiento emocional, su estilo de
conducir y comportamientos de riesgo. Revisemos estas áreas una por una.

Lo académico
Sin apoyo, los adolescentes con TDAH tienden a obtener puntajes más bajos en las pruebas
estandarizadas, y tasas más altas de fracaso escolar y suspensión por problemas de conducta.
Incluso si la hiperactividad e impulsividad no son un problema importante para su adolescente,
los síntomas asociados con falta de atención y dificultades con la organización pueden causar
estragos cuando aumentan las expectativas académicas.
Cómo puede ayudar: Asegúrese de que su hijo tenga acceso a adaptaciones en la escuela y en
los exámenes en caso de que las necesite. Un tutor o asistente para las tareas pueden ayudarlo
si está teniendo problemas con alguna asignatura en particular, o simplemente con la
autodisciplina a la hora de hacer la tarea. Ayudarlo a organizarse (y mantenerse organizado)
puede ser fundamental, ya sea que lo haga a través de crear una estructura para trabajar en casa
o contratando a un entrenador organizacional que tenga como misión ayudarlo a aprender a
organizarse por su cuenta.
Pero sobre todo, los adolescentes con TDAH necesitan que sus padres estén atentos y sepan lo
que ellos tienen que hacer y cuándo, en lugar de dar por sentado que están manejando el trabajo
de manera independiente.

Relaciones con compañeros


Aproximadamente la mitad de los adolescentes con TDAH tienen problemas serios en sus
relaciones con compañeros. Las investigaciones muestran que tienden a tener menos amistades
recíprocas, y que es más probable que sean ignorados o rechazados por sus compañeros.
También tienen más probabilidades de ser víctimas de acoso o de acosar a otros. Esto puede
deberse a una falta de habilidades sociales y de comunicación: puede que no escuchen a sus
amigos, no capten pistas sociales importantes, o que actúen de manera impulsiva o intrusiva.

Cómo puede ayudar: Lo más importante que usted puede hacer es saber con quién se relaciona
su hijo, y tratar de animarlo a hablar con usted u otro adulto de confianza sobre sus amistades y
las dificultades en sus relaciones. También es importante animarlos a participar en actividades
extracurriculares, las cuales ofrecen oportunidades sociales en un entorno estructurado. Si
descubre que está teniendo dificultades serias para hacer o mantener amigos, tal vez quiera
encontrar un terapeuta que le enseñe habilidades sociales.
Funcionamiento emocional
Los años de la adolescencia tienden a ser una montaña rusa emocional para todos los niños,
pero aquellos con TDAH son más propensos a tener un menor control emocional, lo cual puede
conducir a altibajos emocionales. Su impulsividad emocional puede hacer que les resulte
especialmente difícil tolerar la frustración. Puede ser difícil para ellos y para quienes están a su
alrededor.
Cómo puede ayudar: Algo que usted puede hacer es ayudar a su hijo a practicar estrategias para
calmarse y desarrollar herramientas para enfrentar situaciones difíciles. También puede hablar
con su hijo acerca de la importancia de disculparse después de haber perdido el control. La
terapia cognitivo-conductual puede ser efectiva en niños con TDAH que tienen serios problemas
de autocontrol.

Comportamientos de riesgo
Los estudios muestran que los adolescentes con TDAH tienden a comenzar a consumir tabaco,
alcohol y drogas ilegales antes que otros niños. Más adelante, tienden a tener tasas más altas de
tabaquismo y abuso de substancias, y mayor incidencia de problemas relacionados con el
alcohol. También tienden a iniciar antes su actividad sexual, tienen mayor probabilidad de
mantener relaciones sexuales sin protección y mayor incidencia de enfermedades de transmisión
sexual.

Cómo puede ayudar: Es especialmente importante que los padres sepan dónde y con quién está
su hijo en todo momento. Fomente la participación en actividades extracurriculares para
minimizar el tiempo libre sin supervisión. Explíquele los riesgos asociados con el uso de
substancias y la actividad sexual, y anímelos a tener un diálogo abierto con usted acerca de estos
temas. Usted seguramente querrá que su hijo sepa cuáles son sus reglas y qué espera de él,
pero también es importante que se sienta cómodo de recurrir a usted si tiene dudas o si se
encuentra en una situación complicada.

Conducir
Los adolescentes con TDAH pueden tener dificultades al volante por falta de atención o
impulsividad. Los estudios muestran que tienen un mayor índice de infracciones de tránsito y
accidentes, y que sus accidentes tienden a ser más serios que la media.
Cómo puede ayudar: Es muy importante tener especial cuidado al enseñar a conducir a los
adolescentes con TDAH. En algunos casos podría ser conveniente retrasar la edad en que su hijo
comienza a conducir, y limitar cómo y cuándo puede hacerlo (y quién puede estar en el vehículo
con él) hasta que usted esté seguro de que sus habilidades y juicio son lo suficientemente
maduros. Si su hijo toma medicamentos para el TDAH, es importante asegurarse de que los esté
tomando cuando esté al volante. Asegúrese de que es consciente de las dificultades asociadas
con la conducción y el TDAH, y que comprende la importancia de vigilar él mismo su propio
comportamiento para asegurarse de que conduce de manera segura.

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