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LA PRUEBA
(Ensayo)
Realizado por:
Junio 2021
Es importante dentro de la terminología jurídica conocer según diferentes autores la
definición de Prueba en el ámbito legal Jeremías Benthan (2005), dijo la Prueba es
“algo mágico que tiene el proceso: un hacer reaparecer presente aquello que ha
pasado, un hacer tornar inmediato aquello que ha desaparecido en su inmediatez, un
hacer representar vivos sentimientos que se han consumido y en general más singular
todavía, hacer tornar integra una situación que se ha descompuesto”; igualmente,
afirmó “El Arte del proceso no es esencialmente otra cosa que el Arte de Administrar
Pruebas”.
A su vez como puede evidenciarse de los conceptos anteriores, las pruebas serían
las razones o argumentos que demuestran la existencia o inexistencia de un hecho,
que lleva al convencimiento de quien decide el procedimiento de determinación de
responsabilidades que una persona incurrió o no en un hecho generador de
responsabilidad administrativa, reparo o multa.
Precisado lo anterior, destacamos que los medios de prueba son todos los
elementos o instrumentos utilizados por las partes o el titular del órgano de control
fiscal, que le suministran las razones o argumentos para decidir, como lo dice Bello
Tabares “el medio de prueba es el vehículo o transporte por conducto del cual se llevan
al proceso esas razones o argumentos demostrativos de la existencia o inexistencia de
los hechos controvertidos” (1991).
Para tratar el tema de la prueba indiciaria resulta imprescindible, como cuestión
previa, adentrarse en el estudio de la prueba judicial, institución de suma importancia
en el Derecho procesal, para así, una vez evidenciada esa relevancia, su utilidad y
necesidad, intentar establecer aquellos elementos y características distintivos del tema
específico que corresponde a la materia de investigación, sin perder de vista el
contexto en el que se ubica dentro del proceso, es decir, atendiendo siempre a la
finalidad y objeto que conciernen, precisamente, a la actividad probatoria.
Para tales efectos, el tribunal habrá no sólo de verificar que esos hechos coinciden
con el supuesto fáctico que la norma contempla en forma abstracta, sino y en primer
lugar determinar si esos hechos han acontecido en la realidad.
Por ello ha afirmado Bentham, de manera ilustrativa, que “el arte del proceso no
es, esencialmente, otra cosa que el arte de administrar las pruebas”. La prueba hace
posible que el juez se cerciore acerca de lo que ha ocurrido en el caso , y será a partir
de esa constatación, al apreciar el elemento fáctico que ha dado origen al conflicto, que
se encontrará en condiciones de determinar cuál es la norma de Derecho que deberá
aplicar para resolverlo apropiadamente.
En tal sentido, como quedó asentado, resulta evidente la importancia que para el
proceso reviste la prueba, importancia que ha sido puesta de relieve reiteradamente
por la doctrina. Como ejemplo de ello, cabe citar a Echandía, quien afirma que “la
administración de justicia sería imposible sin la prueba”, pues si se careciera de ella,
los derechos subjetivos de una persona serían simples apariencias, sin solidez y sin
eficacia diferente de la que pudiera obtenerse por propia mano o por espontánea
condescendencia de los demás; entonces, el Derecho se encontraría expuesto a su
irreparable violación y el Estado no podría ejercer su función jurisdiccional para
asegurar la armonía social.
De poco puede servir a una persona hallarse en posesión del derecho más
claro e incontrovertible si en el momento procesal oportuno no logra demostrar
los hechos que constituyen la hipótesis legal. Por eso se ha dicho que quien no
consigue convencer al juez, cuando su derecho es desconocido o negado, de
los hechos de que depende su derecho, es como si no tuviera ni hubiese tenido
nunca el derecho.
Por otra parte, es interesante la visión que expresa Florián en cuanto a la prueba, al
señalar: “Como fácilmente puede apreciarse, esta materia es de suma importancia por
constituir una parte importantísima del proceso, si no se quiere decir la esencial, la vital
y la más apasionante.”
En todo caso es un concepto que trasciende del Derecho, pues, como indica Serra
Domínguez, la imperfección y limitaciones del ser humano hacen necesaria una
continua comprobación de las distintas afirmaciones que son sometidas a
consideración del propio hombre. En cuanto al uso del término en el lenguaje común es
Carnelutti quien señala que “probar” significa demostrar la verdad de una proposición
afirmada, y que “prueba” se usa como comprobación de la verdad de esa proposición.
En tal sentido, explica Ramos Méndez que el legislador de finales del siglo XIX
trató de distinguir las reglas del procedimiento probatorio, comprendidas en la ley
procesal, de las reglas de valoración de la prueba, contenidas en leyes sustantivas; sin
embargo, éstas últimas sólo tenían razón de ser en un juicio
Para concluir en este punto, es necesario señalar que en nuestra opinión debe
aplicarse con las adaptaciones necesarias el Código de Procedimiento Civil para
valorar aquellas pruebas sometidas a tarifa legal, en consecuencia el funcionario
decisor deberá antes de aplicar la sana crítica apreciar y valorar de acuerdo al Código
Civil, las siguientes pruebas:
1. La confesión, la cual conforme al Art. 1401 del Código Civil tiene el grado de
convicción de plena prueba. Esta prueba es plena si se hace ante un Juez, aunque
este sea incompetente, o la extrajudicial que se hace a la parte misma o a quien la
represente, en cambio cuando se efectúa frente a un tercero es solo un indicio. En este
caso es evidente que por estar en un procedimiento administrativo debe a temperarse
el valor de la confesión, que solo debe tenerse como una prueba pero no como plena
prueba.
De Pina, Rafael: Tratado De Las Pruebas Civiles, Editorial Porrúa, México, 1942.