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En revisión la Resolución 008/2011 de 19 de agosto, cursante de fs. 143 a 151 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Edgar Luís Núñez Crespo y Willy
Antezana Rocha en representación de la empresa minera INTI RAYMI S.A. contra Bernardo Bernal
Callapa y Franz Mendoza Cárdenas, Vocales de la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior -
ahora Tribunal Departamental de Justicia-; Ricardo Flores Carvajal, Juez Tercero de Partido en lo Civil
y Comercial; y Edda Sarah Fiorilo Barrios, Jueza Segunda de Partido de Trabajo y Seguridad Social,
todos del Distrito Judicial -ahora departamento- de Oruro.
Por memorial presentado el 11 de agosto de 2011, cursante de fs. 55 a 69 vta., los representantes de
la empresa minera INTI RAYMI -ahora accionante-, expusieron:
Dentro del proceso laboral de beneficios sociales seguido, por Alberto Bautista Yucra, Presidente de
la Asociación Mixta de Trabajadores del Cerro La Joya, contra la empresa accionante que
representan opuso excepción previa de impersonería en el demandado fundándola en que la
demanda debió ser dirigida contra los representantes de la empresa minera La Joya SRL y no así
contra INTI RAYMI S.A., debido a que nunca existió vínculo laboral con los ex contratistas que
explotaban los parajes del cerro La Joya, ya que ellos eran pequeños empresarios mineros que
efectuaban por cuenta y capital propio actividades de extracción de mineral de oro para su posterior
venta, mediante contratos comerciales, a la empresa minera La Joya SRL; sin embargo, dicha
excepción fue declarada improbada por la Jueza Segunda de Partido de Trabajo y Seguridad Social,
mediante Resolución 038/2010 de 23 de noviembre, sin considerar los fundamentos procesales
expuestos ni realizar el análisis y valoración de la prueba presentada. Resolución, que habiendo sido
apelada fue ilegalmente confirmada mediante Auto de Vista 14/2011 de 28 de enero, con el
argumento de que la empresa minera INTI RAYMI S.A. debió haber planteado excepción de falta de
acción y derecho en lugar de la excepción de impersonería del demandado, criterio que no se
encuentra acorde al art. 127 del Código Procesal del Trabajo (CPT).
Señalan que la presente demanda tiene por finalidad, ingresar a verificar la labor interpretativa
desarrollada por las autoridades demandadas, toda vez que en los fallos judiciales ahora
cuestionados mencionan que dicha excepción sólo se referiría a la carencia de capacidad civil de los
litigantes para estar en el proceso o a la insuficiencia de la representación y no atacaría
procesalmente a la titularidad del derecho o a la legitimación procesal pasiva; el art. 127 del CPT,
establece en sus incs. a) y b), cuáles son las excepciones previas y perentoria admisibles, entre las
que no se encuentra la excepción de falta de acción y derecho, que según los demandados, era el
medio de defensa correcto que debió interponer su mandante y no así la impersonería, criterio
restrictivo y errado debido a que el art. 131 del citado código adjetivo laboral permite impugnar la
titularidad del derecho del demandado. En base a ello, considera que las dos resoluciones objetadas
contienen una labor interpretativa errada, carecen de motivación y congruencia, por lo que
correspondía que los Vocales demandados, ingresen a resolver el fondo del recurso de apelación
como lo ordena el art. 236 del Código de Procedimiento Civil (CPC) y no denegar el mismo alegando
que debió interponerse la excepción de falta de acción y derecho.
Sostiene que la falta de aplicación de los principios, valores y criterios de interpretación de los
preceptos procesales mencionados tienen un nexo de causalidad entre la interpretación impugnada
con la vulneración de las garantías fundamentales de acceso a la justicia o tutela judicial efectiva, de
prevalencia del derecho sustancial y de congruencia; de igual forma, las autoridades ahora
demandadas no cumplieron con su deber de motivar sus decisiones, puesto que la Resolución
038/2010, emitida por la Jueza de primera instancia, no expresó el por qué considera que existiría
vínculo laboral entre los demandantes y su representado; y, cuáles son las razones jurídicas que le
permiten arribar a esa conclusión a pesar de que existe abundante prueba que demuestra lo
contrario, limitándose a declarar improbada la excepción de impersonería por aspectos formales. De
igual manera, el Auto de Vista 14/2011, tampoco ingresó a resolver los puntos expuestos por su
poderdante, en la fundamentación de agravios, pese a que tenía el deber de fiscalizar si la Jueza
inferior cumplió con los plazos y las normas procesales que rigen el procedimiento social, habiendo
confirmado el Auto apelado con el argumento erróneo de que la excepción previa de impersonería
en el demandando fue mal planteada.
Afirma que, los derechos que demanda tienen estrecha conexión con el principio de seguridad
jurídica, que fue desconocido por los Vocales ahora demandados, ya que no cumplieron con su labor
de resguardar y respetar los principios básicos de la administración de justicia y del procedimiento
social, porque no resolvieron el fondo de la excepción planteada, ni sopesaron las pruebas aportadas
y menos existió motivación o fundamentación en relación a los agravios expuestos en su recurso de
apelación; asimismo, no aplicaron el principio de prevalencia del derecho sustancial sobre el formal,
toda vez que la Jueza de primera instancia, omitió cumplir su deber y obligación de ingresar a
resolver el fondo de los fundamentos expuestos en la excepción de impersonería. Por su parte, los
Vocales demandados, tampoco cumplieron con la aplicación de los mencionados principios, porque
no resolvieron el fondo del recurso de apelación planteado, impidiendo así la efectiva tutela de los
derechos.
Señalan como lesionados los derechos de la empresa que representan a la tutela judicial efectiva,
debido proceso en su elemento de motivación, fundamentación y congruencia de las resoluciones y
a la defensa, citando al efecto los art. 115.I, 117.I y 119.II de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitan se conceda la tutela invocada y en resolución se disponga: a) La nulidad del Auto de Vista
14/2011 de 28 de enero, pronunciado por los Vocales de la Sala Social y Administrativa; y de la
Resolución 038/2010 de 23 de noviembre, dictada por la Jueza Segunda de Partido de Trabajo y
Seguridad Social, debiendo emitirse nueva resolución motivada y fundamentada que ingrese al
fondo de la excepción de impersonería presentada, procediéndose al examen y valoración de la
prueba presentada; y, b) Se determine la responsabilidad civil y penal de los demandados más el
pago de daños y perjuicios.
Celebrada la audiencia pública, el 19 de agosto de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 133
a 142 vta., se produjeron los siguientes actuados:
Bernardo Bernal Callapa y Franz Mendoza Cárdenas, Presidente y Vocal de la Sala Social y
Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de
Oruro, mediante informe escrito cursante de fs. 106 a 107, señalaron: i) La apelación presentada
contra el Auto 038/2010, fue resuelta mediante Auto de Vista 14/2011, en forma clara y ajustado a
la ley; ii) La empresa minera INTI RAYMI S.A., planteó la excepción de impersonería que no ataca el
fondo de la demanda; iii) El Auto de Vista referido, explica que la excepción de impersonería, ataca
la falta de capacidad procesal o cualquiera de los defectos de representación, pero no la ausencia de
legitimación para obrar, circunstancia que constituye objeto de una excepción previa independiente,
llamada falta de acción y derecho; y, iv) En dicha Resolución, no se indica que la empresa debía
haber planteado la excepción de falta de acción y derecho, en lugar de la excepción de impersonería
del demandado, como entiende subjetivamente la empresa ahora accionante; sino tan solo explica
que la falta de acción y derecho ataca el fondo de la pretensión. Con esos argumentos, solicitan se
deniegue la acción de amparo constitucional, con costas y multa.
Edda Sarah Fiorilo Barrios, Jueza Segunda de Partido de Trabajo y Seguridad Social, en la audiencia
de garantías señaló: a) El Auto 038/2010, se encuentra fundamentado en base a la prueba
presentada, situación por la cual declaró improbada la excepción de impersonería; b) No hubo
indefensión de la empresa accionante, ya que presentaron recurso de apelación contra el Auto
038/2010; c) En el presente caso no existió vulneración ni restricción a ningún derecho o garantía de
la empresa ahora accionante; d) La acción de amparo constitucional, no es la vía idónea para anular
autos dictados por autoridad competente; y, e) Corresponderá, que una vez dilucidadas las etapas
del proceso, establecidas por el Código Procesal del Trabajo, determinar los derechos pretendidos
por ambas partes. En tal sentido, pide denegar la tutela, con costas y multa contra los accionantes.
Por su parte Ricardo Flores Carvajal, Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial, en suplencia del
Juzgado Segundo de Partido de Trabajo, en audiencia, simplemente indicó que “no he participado en
emitir ninguna resolución motivo de éste recurso” (sic).
Alberto Bautista Yucra, por intermedio de su abogado, en audiencia señaló: 1) Es la tercera acción de
amparo constitucional, que se interpone solicitando la anulación de las resoluciones antes
mencionadas y contra las mismas autoridades; en la primera acción se fijó como domicilio procesal
de su persona, la localidad de La Joya; en la segunda y tercera se fijó otro domicilio, lo que hace
presumir la malicia de la empresa minera INTI RAYMI S.A.; 2) Se adhiere a los informes presentados
por los Vocales de la Sala Social y Administrativa; así como de la Jueza Segunda de Partido de Trabajo
y Seguridad Social; 3) A partir del ingreso de la empresa minera INTI RAYMI S.A. y La Joya en 1980, se
suscribieron convenios con la comunidad, donde claramente se establece que la empresa minera
INTI RAYMI S.A., por la explotación de recurso mineralógico de oro, se compromete a dar trabajo a
los comunarios de La Joya, motivo por el cual se suscribieron diversos contratos; 4) La modalidad de
trabajo de los convenios eran diferentes, eran contratos de prestación de servicios en forma regular,
eran contratos de entrega de mineral, existían contratistas, asimismo concurría una remuneración,
una indemnización a los comunarios que no deseaban trabajar, de lo que se tiene que la empresa
minera INTI RAYMI S.A. fue la que directamente era parte patronal; 5) En un convenio
interinstitucional entre la Prefectura, la empresa minera INTI RAYMI S.A. y representantes de La
Joya, la empresa demandada, reconoció que los trabajadores sí tenían derechos, pero para ello
tenían que recurrir a la judicatura laboral; es decir, a la Inspectoría de Trabajo, pero
lamentablemente dicha empresa no cumplió con ello, motivo por el cual formularon la demanda de
pago de beneficios sociales; 6) La empresa al contestar la demanda asumió plena defensa de todos
los actos procesales; 7) No se puede ingresar vía amparo constitucional a examinar las pruebas que
se hubieran presentado en el proceso, sino sólo si se ha restringido o suprimido derechos y garantías
constitucionales; 8) Para revisar la interpretación de legalidad ordinaria, es necesario que la parte
agraviada, exprese de manera adecuada y precisa, los fundamentos jurídicos que sustenten su
posición; los principios y criterios interpretativos, que fueron desconocidos por el Juez o Tribunal,
asimismo qué principios o valores fundamentales no fueron tomados en cuenta o fueron
desconocidos; ya que resulta insuficiente la mera relación de hechos o la enumeración de las normas
legales supuestamente infringidas, como ocurre en el presente caso, ya que no se hace una relación
circunstanciada de cómo el debido proceso fue restringido; no hace una interpretación de cómo ese
derecho le causó indefensión, le causó inseguridad jurídica; 9) El proceso laboral, será donde se
determine si la tutela judicial pedida, es verídica o real; y, 10) La empresa minera INTI RAYMI S.A., al
no haber solicitado la explicación, complementación y enmienda, dentro las veinticuatro horas,
consintió de manera libre, el acto constitutivo de la lesión a los mismos; por lo que solicita se
deniegue la acción, con costas y multa.
I.2.4. Resolución
La Sala Civil, Familiar y Comercial Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de Oruro, constituida en Tribunal de garantías, mediante Resolución
008/2011 de 19 de agosto, cursante de fs. 143 a 151 vta., concedió en parte la tutela solicitada,
disponiendo la nulidad del Auto 038/2010 de 23 de noviembre y del Auto de Vista 14/2011 de 28 de
enero, debiéndose dictar una nueva sobre la excepción de impersonería planteada por la empresa
minera INTI RAYMI S.A. respetando el debido proceso, con la debida fundamentación y motivación
en cuanto a los medios de prueba; y, denegó respecto al pago de daños y perjuicios en vista a que
los mismos no fueron demostrados; asimismo, declaró improcedente, en cuanto al Juez Tercero de
Partido en lo Civil y Comercial, Ricardo Flores Carvajal, en base a los siguientes razonamientos: i) El
Auto 038/2010, hace una relación cronológica de hechos y sucesos; una exposición de los elementos
de prueba presentados; explica el por qué de su decisión y asume una determinación en su parte
resolutiva; sin embargo, no explica el por qué de la no valoración de los elementos de prueba,
existiendo por ello una omisión en la fundamentación, vulnerando por ello este derecho; ii) Al haber
sido objeto de la presente acción, el incumplimiento del art. 236 del CPC, se tiene que el Auto
038/2011, gira en torno a la falta de pronunciamiento del Juez a quo sobre la prueba y la incorrecta
aplicación e interpretación de la excepción previa de impersonería; en cuanto al primer aspecto, el
tribunal de segunda instancia, no expresa sobre el hecho de que el a quo no se pronunció sobre los
medios de prueba presentados y cursantes en la causa original, lo que genera una resolución infra
petita; el Tribunal ad quem realiza criterios no enmarcados en la norma, al manifestar que debió
plantearse excepción de falta de acción y derecho, lo cual va contra el art. 127 del “DRLGT”; la que
se establece, que sólo se aceptan las excepciones previstas en ella y no otras, por lo que el
razonamiento, expuesto por el Tribunal ad quem, no se adecuó a las normas que rigen la materia,
máxime si en materia de excepción no existe ninguna analogía con otra norma; por lo que se
advierte que el Juez a quo, no cumplió con el deber de fundamentar su resolución como expone la
jurisprudencia, incumpliendo el deber previsto en el art. 236 del CPC, por lo que se establece que no
se honró el debido proceso en su vertiente de fundamentación de las resoluciones; iii) El Tribunal de
garantías, no puede pronunciarse en el fondo de la causa, ya que no puede valorar los medios de
prueba, siendo ello competencia privativa del órgano jurisdiccional; tampoco puede pronunciarse
sobre la personería, si correspondía o no, en vista a que ello debe ser también analizado por los
órganos jurisdiccionales; y, iv) Ricardo Flores Carvajal, Juez Tercero de Partido en lo Civil y Comercial,
en suplencia legal del Juzgado Segundo de Partido de Trabajo, no dictó ninguna resolución que sea
objeto de la presente acción, por lo que mal puede otorgarse la calidad de sujeto pasivo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Cursa fotostática legalizada de la demanda laboral presentada el 18 de agosto de 2010, por
Alberto Bautista Yucra, en calidad de Presidente de la Asociación Mixta de Trabajadores Mineros del
Cerro La Joya contra la empresa minera INTI RAYMI S.A. sobre pago de beneficios sociales de Bs23
915 895,64.- (veintitrés millones novecientos quince mil ochocientos noventa y cinco 64/100
bolivianos) afirmando entre otros, que existe documentos y convenios con la citada empresa que
ratifican su política de empleo con muchos de sus compañeros desde 1987 hasta el momento de su
despido y retiro forzoso; y, que los contratos suscritos son nominativos o figurativos que eluden la
responsabilidad laboral de dependencia directa, siendo la empresa demandada la que realiza la
parte operativa de elaboración de planillas y pago de haberes a través de su cuenta en banco BISA
(fs. 10 a 30); que ocasionó que Edda Sarah Fiorilo Barrios, Jueza Segunda de Partido de Trabajo y
Seguridad Social, mediante providencia de 7 de octubre de ese año, haya determinado correr en
traslado a la referida empresa demandada para que la conteste en el plazo de cinco días a partir de
su legal notificación (fs. 30 vta.).
II.2. Por escrito de 12 de noviembre de 2010, la empresa minera INTI RAYMI S.A., interpuso
excepción previa de impersonería en el demandado afirmando que no se demuestra la existencia de
vínculo laboral respecto a ellos sino contra la empresa minera La Joya SRL, solicitando la anulación
de obrados hasta la admisión de la demanda (fs. 31 a 34 vta.); que provocó la dictación de la
providencia de 13 de ese mes y año, que dispuso correrla en traslado (fs. 35).
II.3. Por Resolución 038/2010, pronunciada por Edda Sarah Fiorilo Barrios, Jueza Segunda de
Partido de Trabajo y Seguridad Social, se determinó declarar improbada la excepción previa de
impersonería en el demandado opuesta por la empresa minera INTI RAYMI S.A. argumentando: a) La
excepción previa de impersonería en el demandado se refiere a la carencia de capacidad civil para
estar en el proceso por la insuficiencia de la representación, lo que en los hechos no ocurre; b) El
convenio celebrado entre partes hace presumir la prestación de servicios, así como la existencia real
de una relación laboral que unió a los demandantes con la parte demandada en base a la mutua
coordinación de trabajo e implementación de la seguridad industrial; y, c) Las normas laborales se
interpretan y aplican bajo los principios de protección a los trabajadores como principal fuerza
productiva de la sociedad, la primacía de la relación laboral, la continuidad y estabilidad (fs. 36 a 38
vta.).
II.4. Por su parte, la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora
Tribunal Departamental de Justicia- de Oruro, ante la apelación formulada por la empresa minera
INTI RAYMI S.A. mediante Resolución 14/2011, confirmó la Resolución 038/2010, y mantuvo
incólume el decreto de 25 de noviembre de 2010, cursante a “fs. 1031” del proceso principal con el
siguiente fundamento: 1) Los hechos expuestos por la empresa recurrente aludían a situaciones que
no hacen a la excepción de impersonería, sino a aspectos de fondo de la litis; 2) “…la excepción de
falta de personería, se refiere a la carencia de capacidad civil de los litigantes para estar en el
proceso o en la insuficiencia de la representación invocada, mientras que la falta de acción
(legitimación) se vincula directamente con la titularidad del derecho sustancial que se pretende
ejercitar con la demanda, no se discute la capacidad, sino la calidad de titularidad de la pretensión;
de manera que en tratándose de apoderados se traduce en defectos de otorgamientos de poder que
pueden ser: la ilegalidad del poder o la insuficiencia de la representación invocada” (sic); y, 3) No
corresponde valorar la prueba que se refiere al fondo de la demanda (fs. 48 a 53).
Los representantes denuncian la lesión de los derechos a la tutela judicial efectiva, a la defensa y al
debido proceso, en su elemento de motivación, fundamentación y congruencia de la empresa
accionante, por cuanto dentro del proceso laboral sobre pago de beneficios sociales incoado en su
contra por la Asociación Mixta de Trabajadores Mineros del Cerro La Joya interpuso excepción previa
de impersonería en el demandado, debido a que la demanda debió habérsela planteado contra la
empresa minera La Joya S.R.L. no así contra la empresa accionante; empero, fue declarada
improbada mediante Resolución 038/2010, emitida por la Jueza Segunda de Partido de Trabajo y
Seguridad Social sin analizar y valorar la prueba que fue presentada; y, habiendo presentado recurso
de apelación contra la referida determinación, fue confirmada por Auto de Vista 14/2011,
pronunciado por los Vocales de la Sala Social y Administrativa Segunda de la Corte Superior del
Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Oruro, sin tomar en cuenta el principio
de congruencia y pertinencia de las resoluciones.
Añade, que ambas resoluciones carecen de fundamentación y motivación; y, que existe una errada
interpretación sobre la excepción de impersonería, al extremo que en el Auto de Vista 14/2011, se
sostuvo que debía oponerse en su lugar la excepción de falta de acción y derecho, criterio que no
guarda relación con la previsión del art. 127 del CPT.
En el mismo sentido el art. 51 del Código Procesal Constitucional (CPCo) establece: ‘La Acción de
Amparo Constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica,
reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las omisiones
indebidas de las y los servidores públicos o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir’”.
III.2. Interpretación de la legalidad ordinaria
La SCP 1673/2012 de 1 de octubre, indicó: “Al respecto corresponde mencionar, que el Tribunal
Constitucional Plurinacional, estableció que la interpretación de legalidad ordinaria, corresponde
realizarla a los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria y no así a la jurisdicción constitucional,
toda vez que la misma, llega a ser una atribución privativa de los primeros. Sin embargo, en
determinados casos y de manera excepcional, la jurisdicción constitucional, podrá revisar dicha
interpretación, siempre y cuando se cumplan determinados requisitos de procedencia. En ese
sentido la SC 2002/2010-R de 26 de octubre, reiterando jurisprudencia constitucional, refirió: ‘En la
presente acción tutelar, conforme a los antecedentes que cursan en obrados y la pretensión de la
recurrente, ahora accionante, es imperioso referirse a la interpretación de la legalidad ordinaria,
respecto a la cual la jurisdicción constitucional se ha pronunciado, señalando que si bien la
interpretación de la legalidad ordinaria debe ser labor de la jurisdicción común, corresponde a la
justicia constitucional verificar si en esa labor interpretativa no se han quebrantado los principios
constitucionales informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad
jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso; principios a los que se
hallan vinculados todos los operadores jurídicos de la nación; dado que compete a la jurisdicción
constitucional otorgar la protección requerida, a través de las acciones de tutela establecidas antes
en los arts. 18 y 19 de la CPEabrg, ahora en los arts. 125 y 128 de la CPE, ante violaciones a los
derechos y garantías constitucionales, ocasionadas por una interpretación que tenga su origen en la
jurisdicción ordinaria, que vulnere principios y valores constitucionales.
Por su parte la SCP 0291/2012 de 8 de junio, aludiendo jurisprudencia constitucional señaló: ‘En ese
sentido, para que la jurisdicción constitucional ingrese al análisis de la interpretación de la legalidad
ordinaria, efectuada por los jueces y tribunales, la SC 1970/2010-R de 25 de octubre, sostuvo que:
«La jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los tribunales
departamentales de justicia, los tribunales de sentencia y los jueces; la jurisdicción agroambiental
por el Tribunal y jueces agroambientales; la jurisdicción indígena originaria campesinas se ejerce por
sus propias autoridades»; no obstante, también en coherencia con una de las finalidades del
Tribunal Constitucional, que es el respeto y protección a los derechos fundamentales, de manera
excepcional y si es que en dicha labor o competencia exclusiva de interpretación se han lesionado
derechos fundamentales, se abre la tutela o protección que brindan las acciones de defensa, claro
está sujeta a requisitos o exigencias desarrolladas jurisprudencialmente también por este Tribunal;
los cuales son:
'1) Exponer de manera adecuada, precisa y debidamente fundamentada, los criterios interpretativos
que no fueron cumplidos o fueron desconocidos por el juez o tribunal que realizó la interpretación
de la norma al caso concreto; es decir, por qué le resulta «insuficientemente motivada, arbitraria,
incongruente, absurda o ilógica o con error evidente, identificando, en su caso, las reglas de
interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo».
2) Exponer qué principios fundamentales o valores supremos no fueron tomados en cuenta o fueron
desconocidos en la interpretación que considera lesiva a sus derechos, siendo insuficiente «la mera
relación de hechos o la sola enumeración de las normas legales supuestamente infringidas».
3) Qué derechos fundamentales han sido lesionados con dicha interpretación que considera
arbitraria y a los resultados que hubiese arribado con la interpretación que indica es la correcta,
«estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y la interpretación impugnada; dado que sólo de
esta manera la problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia constitucional» (SC
0854/2010-R de 10 de agosto)’” (las negrillas son nuestras).
Según el diccionario jurídico de Manuel Osorio excepción: “En sentido lato equivale a la oposición
del demandado frente a la demanda. Es la contrapartida de la acción / En sentido restringido
constituye la oposición que, sin negar el fundamento de la demanda, trata de impedir la prosecución
del juicio paralizándolo momentáneamente o extinguiéndolo definitivamente, según se trate de
excepción dilatoria o perentoria”.
En la enciclopedia jurídica OMEGA se indica: “En un sentido más restringido es la defensa fundada
en un hecho impeditivo o extintivo que el juez puede tomar en cuenta únicamente cuando el
demandado lo invoca”. Es una excepción dilatoria “La que no tiene por objeto destruir la acción del
actor y sí sólo retardar la entrada en el juicio”; mientras que, es una excepción perentoria: “La que
extingue el derecho del actor o la que destruye o enerva la acción principal, lo que pone fin al
litigio”.
Carlos Morales Guillén, citando a Chiovenda y Reus, señala que al margen de las dilatorias y
perentorias, existen varias distinciones de las mismas así indica a las: “…sustanciales y procesales;
distinción que corresponde a las nociones de la excepción en sentido estricto y más estricto”; y,
también señala a las llamadas mixtas o anómalas, que son aquellas que funcionando procesalmente
como dilatorias, provocan, en caso de ser acogidas, los efectos de las perentorias (Couture)”.
El Código Procesal del Trabajo, en su capítulo segundo, al igual que la doctrina, prevé como medio
de defensa a las excepciones señalando en su art. 127 que: “En el procedimiento social solo se
admiten las siguientes excepciones:
Seguidamente, el art. 128 del CPT, indica: “Todas las excepciones previas se opondrán al mismo
tiempo, antes de contestar a la demanda acompañando prueba preconstituida”.
La importancia de la referida distinción radica en los efectos para su resolución, puesto que: “La
oposición de excepciones previas no suspenderá el plazo para contestar la demanda” (art. 132 del
CPT), mientras que: “Las excepciones perentorias serán resueltas con la causa principal. En ejecución
de sentencia sólo podrán oponerse las excepciones perentorias sobrevinientes y fundadas en
documentos preconstituidos” (art. 133 del CPT).
III.4. El rol del Juez y la vigencia de los principios del Derecho Laboral en la resolución de las
causas judiciales
Tomando en cuenta que la potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano, nuestra Ley
Fundamental estableció que: “…La jurisdicción ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de
Justicia, los tribunales departamentales de justicia, los tribunales de sentencia y los jueces; la
jurisdicción agroambiental por el Tribunal y jueces agroambientales; la jurisdicción indígena
originaria campesina se ejerce por sus propias autoridades; existirán jurisdicciones especializadas
reguladas por la ley” (art. 179.I de la CPE); empero, no sólo fijó la estructura del Órgano Judicial sino
que también precisó que “La jurisdicción ordinaria se fundamenta en los principios procesales de
gratuidad, publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia,
eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso e igualdad de las partes ante el
juez” (art. 180.I de la CPE).
Por su parte, el art. 3 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ), prevé que los principios que sustentan a la
administración de justicia entre otros, son:
“3. Imparcialidad. Implica que las autoridades jurisdiccionales se deben a la Constitución, a las
leyes y a los asuntos que sean de su conocimiento, se resolverán sin interferencia de ninguna
naturaleza; sin perjuicio, discriminatorio o trato diferenciado que los separe de su objetividad y
sentido de justicia.
4. Seguridad jurídica. Es la aplicación objetiva de la ley, de tal modo que las personas conozcan
sus derechos, garantías y obligaciones, y tengan certidumbre y previsibilidad de todos los actos de la
administración de justicia.
(…)
Asimismo, el art. 15 de la citada ley, indica: “I. El Órgano Judicial sustenta sus actos y decisiones en la
Constitución Política del Estado, Leyes y Reglamentos, respetando la jerarquía normativa y
distribución de competencias establecidas en la Constitución. En materia judicial la Constitución se
aplicará con preferencia a cualquier otra disposición legal o reglamentaria. La Ley especial será
aplicada con preferencia a la Ley general.
II. Los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que hayan sido
firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, y que declaren derechos más
favorables a los contenidos en la Constitución, se aplicarán de manera preferente sobre ésta.
III. La autoridad jurisdiccional no podrá alegar falta oscuridad, insuficiencia de la Ley o
desconocimiento de los derechos humanos y garantías constitucionales para justificar su
vulneración”.
Según el diccionario enciclopédico Larousse Juez es la “Persona que tiene a su cargo la aplicación de
las leyes, teniendo autoridad y potestad para juzgar y sentenciar (En todas las acepciones, el
femenino también puede ser la juez)”. Eduardo Couture, citado en la Enciclopedia Jurídica OMEBA,
expone: “Juez es el magistrado integrante del Poder Judicial, investido de la autoridad oficial
requerida para desempeñar la función jurisdiccional y obligado al cumplimiento de los deberes
propios de la misma bajo la responsabilidad que establece la Constitución y las leyes”.
Es así, que para la resolución de la presente causa, se hace necesario dirigir nuestra atención a la
labor que debe desempeñar el Juez laboral, pues “La Judicatura del Trabajo tiene competencia para
decidir las controversias emergentes de los contratos individuales y colectivos de trabajo, de la
aplicación de las leyes de seguridad social, vivienda de interés social, denuncias por infracción de
leyes sociales y de higiene y seguridad ocupacional, la recuperación del patrimonio de las
organizaciones sindicales, del desafuero sindical y otras materias y procedimientos señalados por
Ley” (art. 9 del CPT).
En el ámbito procesal, que es precisamente donde se resuelven las controversias laborales, el art. 4
del CPT, establece que es deber del juzgador desempeñar una función activa y de dirección “…de tal
suerte que de oficio puede analizar su propia competencia, la capacidad de las partes, llamar nuevos
testigos, provocar peritajes, conminar la presentación de pruebas a las partes, y adoptar las
diligencias para mejor proveer lo que juzgare conveniente”, habiéndose fijado que “El Juez no estará
sujeto a la tarifa legal de pruebas, y por lo tanto formará libremente su convencimiento,
inspirándose en los principios científicos que informan la crítica de la prueba y atendiendo a las
circunstancias relevantes del pleito y a la conducta procesal observada por las partes.Sin embargo,
cuando la ley exija determinada solemnidad ad substantiam actus, no se podrá admitir su prueba
por otro medio.
En todo caso, en la parte motivada de la sentencia el Juez indicará los hechos y circunstancias que
causaron su convencimiento” (art. 158 del CPT).
Para el cumplimiento de tan importante misión, el legislador determinó en el art. 3 del CPT, la
incorporación de los principios procesales, tales como:
“a. Gratuidad, por el que todas las actuaciones en los juicios y trámites del trabajo serán
absolutamente gratuitas.
c. Publicidad, por el que las actuaciones y trámites del trabajo serán eminentemente públicos,
es decir, que a ellos pueden asistir todos los que libremente así lo deseen.
d. Impulsor de oficio, por el que los juzgadores tienen la obligación de instar a las partes a
realizar los actos procesales bajo conminación de seguir adelante en caso de omisión.
e. Preclusión, por el que el juez, no cumplido por la parte un acto procesal, dentro del tiempo
conferido por la Ley, determina la clausura de la etapa procesal respectiva.
f. La lealtad procesal, por la que las partes ejerciten en el proceso una actividad exenta de dolo
o mala fe.
j. Libre apreciación de la prueba, por la que el juez valora las pruebas con amplio margen de libertad
conforme a la sana lógica, los dictados de su conciencia y los principios enunciados”.
Por su parte, la SC 2543/2010-R de 19 de noviembre, señaló: “El principio de prevalencia del derecho
sustancial sobre el formal, se desprende del valor supremo justicia, que es uno de los pilares
fundamentales del Estado democrático de derecho y que se encuentra consagrado por el art. 8.II de
la CPE, pues en mérito a éste los ciudadanos tienen derecho a la justicia material, así se ha plasmado
en el art. 180.I de la Constitución Política del Estado que ha consagrado como uno de los principios
de la justicia ordinaria el de ´verdad material´, debiendo enfatizarse que ese principio se hace
extensivo a todas las jurisdicciones, y también a la justicia constitucional.
De este modo se debe entender que la garantía del debido proceso, con la que se especialmente se
vincula el derecho formal no ha sido instituida para salvaguardar un ritualismo procesal estéril que
no es un fin en si mismo, sino esencialmente para salvaguardar un orden justo que no es posible
cuando, pese a la evidente lesión de derechos, prima la forma al fondo, pues a través del
procedimiento se pretende lograr una finalidad más alta cual es la tutela efectiva de los derechos”.
Debido, a que las más de las veces, los problemas que deben resolver los jueces en el ámbito laboral
son complejos por la existencia de contratos civiles y comerciales que tienden a encubrir la relación
laboral o la coexistencia del fenómeno de la terciarización -vigente por la necesidad de lograr mayor
especialización y rentabilidad empresarial-, el legislador determinó la vigencia de los principios del
Derecho Laboral.
Así, el art. 4 del Decreto Supremo (DS) 28699 de 1 de mayo de 2006, dispuso:
§ In dubio pro operario, en caso de existir duda sobre la interpretación de una norma, se debe
preferir aquella interpretación más favorable al trabajador.
II. La presente enumeración de los principios laborales no son excluyentes con principios
establecidos anteladamente ni con las que pudieran incorporarse con posterioridad” (las negrillas
son nuestras).
Jorge Rodríguez Mancini expresa, como función de los principios del Derecho Laboral, la de ser: “a)
informadora, al inspirar al legislador, sirviendo como fundamento del ordenamiento jurídico; b)
normativa, integra el derecho, actuando como fuente supletoria en caso de ausencia de la ley si el
derecho de cada país la prevé positivamente como fuente supletoria, y c) interpretadora, al actuar
como criterio orientador del juez o intérprete.
El papel que desempeñan los principios del derecho del trabajo, en la aplicación de las normas, se lo
debe entender no sólo cuando se resuelve un conflicto específico, mediante un fallo judicial, sino
también antes, cuando distintos órganos sociales adecuen su conducta a lo establecido por la ley o a
la que interpretan que establece ella”. Por su parte, Luís Zegada Saavedra indica: “Los Principios
Generales del Derecho del Trabajo son los fundamentos jurídicos que informan y otorgan sustento
legal a las pretensiones ontológicas del Derecho Laboral y sus institutos”.
A su vez, el art. 63 del CPT, indica que: “Las dudas de este Libro se aclararán mediante la aplicación
de los principios generales de Derecho Procesal del Trabajo, de manera adecuada al logro de su
finalidad especial. Cualquier vacio se llenará con las normas que regulen casos análogos y a falta de
éstos son los Principios Generales del Derecho Procesal Laboral”.
Por ende, se arriba al entendimiento de que el Juez, en el ámbito laboral, como autoridad investida
de la potestad de juzgar y sentenciar, a tiempo de resolver las causas sometidas a su conocimiento
debe velar por la primacía de la verdad material sobre el formal, puesto que bajo el régimen de la
sana crítica, previsto por el art. 158 del CPT, se encuentra autorizado para formar libremente su
decisión, teniendo a su lado, como criterios de interpretación y orientación, no sólo a las normas
sustanciales sino también a los principios generales del Derecho Laboral, que fueron diseñados para
garantizar el respeto de los derechos y las garantías constitucionales, debiendo el juzgador -en todo
momento- motivar sus determinaciones señalando los hechos y las circunstancias que provocaron su
convencimiento.
Sobre el deber de motivar y fundamentar las resoluciones judiciales, la SCP 0515/2012 de 9 de julio,
que cita a la SC 2401/2010-R de 19 de noviembre, fijó: “Las autoridades sean estas judiciales o
administrativas dentro de su competencia, al emitir sus determinaciones sean autos, resoluciones,
sentencias, etc., inexcusablemente deben contener la debida fundamentación y motivación del por
qué llega a dicha conclusión, garantizando así el debido proceso, al respecto este Tribunal en la SC
0943/2010-R de 17 de agosto, señaló que: 'La garantía del debido proceso, comprende entre uno de
sus elementos la exigencia de la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad
que conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica,
debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es
necesario que exponga los hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el
justiciable al momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la
estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las
partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al
caso, sino que también la decisión está regida por los principios y valores supremos rectores que
rigen al juzgador, eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al litigante el pleno
convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino de la forma en que
se decidió'.
Por lo expuesto, queda establecido que las resoluciones judiciales, deben estar fundamentadas y
motivadas, debiendo fijarse la razón por la que se arriba a una determinada conclusión, para brindar
certeza y seguridad a los actos jurisdiccionales provenientes del órgano jurisdiccional.
Presentado el recurso de impugnación contra una decisión judicial surge la obligación del tribunal de
alzada, a tiempo de resolverla, de pronunciar el respectivo Auto de Vista con pertinencia y
congruencia, conforme prevé el art. 236 del CPC, que señala: “El auto de vista deberá circunscribirse
precisamente a los puntos resueltos por el inferior y que hubieren sido objeto de la apelación y
fundamentación…”.
(…)
De esa esencia, deriva a su vez la congruencia como principio característico del debido proceso,
entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo
peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la coherencia que
debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica también la concordancia
entre la parte considerativa y dispositiva; sino además, debe mantenerse en todo su contenido,
efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su
estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su ve la cita de las
disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En
base a esas consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes
y pertinentes” (el resaltado está agregado).
Tomando en cuenta que los derechos fundamentales y garantías constitucionales, serian simples
declaraciones formales, si no existiera la posibilidad de que la persona afectada pueda acceder a los
tribunales a reclamar el cese de la amenaza, de la restricción o la supresión del derecho invocado
como lesionado, no es suficiente que los derechos y garantías sean reconocidos constitucionalmente
o que existan leyes que regulen su ejercicio, sino que su vigencia exige contar con medios legales
para efectivizar el derecho material atribuido a su titular.
Así el art. 115.I de la CPE, refiere de forma textual “Toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos”,
paralelamente a dicho precepto constitucional, el Pacto de San José de Costa Rica, en su art. 8
expresa: “GARANTIAS JUDICIALES, 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter”.
Asimismo, sostiene que ambas resoluciones carecen de fundamentación y motivación; y, que existe
una errada interpretación sobre la excepción de impersonería al extremo de que en el Auto de Vista
14/2011, se sostuvo que debía oponerse en su lugar la excepción de falta de acción y derecho,
criterio que no guarda relación con la previsión del art. 127 del CPT.
En cuanto al derecho a la tutela judicial efectiva, denunciado como lesionado, expresar que de la
revisión de obrados se constata que la empresa minera INTI RAYMI S.A. tuvo conocimiento de la
demanda de pago de beneficios sociales interpuesto por Alberto Bautista Yucra en su calidad de
Presidente de la Asociación Mixta de Trabajadores Mineros del Cerro La Joya, situación que le
permitió interponer la excepción de impersonería en el demandado; corrido el traslado y luego de
ser respondida la citada excepción, se dictó la Resolución 038/2010, que determinó declararla
improbada, habiendo planteado recurso de apelación que mereció la dictación del Auto de Vista
14/2011, que decidió confirmar la Resolución impugnada; por tanto, en la tramitación de la causa no
se evidencia la lesión del citado derecho -en su vertiente de acceso a la justicia-, en razón a que las
autoridades demandadas en ningún momento restringieron la facultad que tiene la empresa minera
INTI RAYMI S.A. de acudir ante el Juez que conoce la demanda de pago de beneficios sociales,
habiendo incluso dirigido pretensiones que fueron resueltas por el órgano jurisdiccional -como se
detalló precedentemente-.
Sobre el derecho a la defensa reclamado por el accionante como vulnerado, indicar que de la
compulsa de antecedentes se comprobó que la empresa minera INTI RAYMI S.A. -ahora accionante-
tuvo la oportunidad de ser escuchada por las autoridades judiciales -ahora demandadas-, habiendo
ejercitado su derecho a través de los siguientes actos jurídico procesales: 1) Luego de ser citado con
la demanda de pago de beneficios sociales incoado en su contra, por la Asociación Mixta de
Trabajadores Mineros del Cerro La Joya, opuso excepción de impersonería en el demandado, que
mereció la providencia de 7 de octubre de 2010, que la corrió en traslado; 2) Mediante Resolución
038/2010, se resolvió la misma; y, 3) En resguardo de su derecho -considerado como restringido, por
el accionante- interpuso recurso de apelación contra la citada Resolución 038/2010, que luego de ser
concedida, generó la dictación del Auto de Vista 14/2011, que determinó confirmar la decisión de
primera instancia; y, siendo que el derecho a la defensa comprende: ser escuchado en el proceso,
presentar prueba, hacer uso de los recursos y observancia de los requisitos de cada instancia
procesal, como se expuso en el Fundamento Jurídico III.7 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional, no se constata que fueron suprimidos o restringidos por las autoridades demandadas
en la presente acción de amparo constitucional.
La exigencia de la motivación no implica efectuar un ampuloso análisis legal y doctrinal, sino que se
cumple con exponer el razonamiento realizado, la conclusión arribada e indicar los lineamientos
jurídicos aplicados; en el presente caso, Edda Sarah Fiorilo Barrios, Jueza Segunda de Partido de
Trabajo y Seguridad Social, aplicó en su sana crítica los principios del Derecho Laboral expuestos en
el Fundamento Jurídico III.4 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, citando al efecto:
el principio de protección a los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad, la
primacía de la relación laboral, la continuidad y estabilidad; por ende, no se evidencia que hubiese
lesionado el derecho de la empresa accionante a la fundamentación y motivación, comprendiéndose
el motivo de su determinación. Ahora bien, el hecho de que la decisión pronunciada -a criterio del
accionante- no sea justa o se hubiese apartado de las normas laborales, puede ser corregida a través
del recurso de apelación previsto por el art. 130 del CPT, que establece: “Contra el auto que los
resuelva procederá el recurso de apelación sólo en el efecto devolutivo”; y, siendo que el accionante
hizo uso de su derecho al doble examen a momento de impugnar la Resolución 038/2010, abrió la
competencia del Tribunal de alzada, para que éste haciendo uso de su facultad pueda analizar la
decisión de primera instancia y determinar: confirmar total o parcial; revocar en forma íntegra o
parcial; o, anular o reponer obrados, determinando la responsabilidad del inferior, conforme
establece el art. 237 del CPC.
Sobre el Auto de Vista 14/2011, pronunciado por la Sala Social y Administrativa de la Corte Superior
del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de Oruro, que determinó confirmar la
Resolución 038/2010, manifestar que si bien dijo: i) Los hechos expuestos por la empresa recurrente
aludían a situaciones que no hacen a la excepción de impersoneria, sino a aspectos de fondo de la
litis; ii) “…la excepción de falta de personería, se refiere a la carencia de capacidad civil de los
litigantes para estar en el proceso o la insuficiencia de la representación invocada, mientras que la
falta de acción (legitimación) se vincula directamente con la titularidad del derecho sustancial que se
pretende ejercitar con la demanda, no se discute la capacidad, sino la calidad de titularidad de la
pretensión; de manera que en tratándose de apoderados se traduce en defectos de otorgamientos
de poder que pueden ser: la ilegalidad del poder o la insuficiencia de la representación invocada”
(sic); y, iii) No corresponde valorar la prueba que se refiere al fondo de la demanda; sin embargo,
omitió motivarla y fundamentarla conforme a las normas de la materia, como se desarrolló en el
Fundamento Jurídico III.5 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional.
En efecto, el entendimiento asumido por los Vocales ahora demandados de que los hechos
expuestos por la empresa minera INTI RAYMI S.A. aludían a situaciones que no hacen a la excepción
de impersonería sino a aspectos de fondo de la litis, no está sustentada en las disposiciones legales
que la respaldan, puesto que se llega a la conclusión sin mencionar el sustento nomotético en que se
funda; la jurisprudencia constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.5 del presente fallo,
establece que es deber inexcusable de las autoridades judiciales motivar sus decisiones, exponiendo
el porqué se llega a dicha conclusión, de modo que cuando se omite este aspecto y se indica
directamente la conclusión a la que arribaron, son razonables las dudas del justiciable de que no esta
siendo juzgado conforme a los principios y valores supremos establecidos por nuestra Ley
Fundamental. Asimismo, sostuvieron que “…la excepción de falta de personería se refiere a la
carencia de capacidad civil de los litigantes para estar en el proceso o la insuficiencia de la
representación invocada, mientras que la falta de acción (legitimación) se vincula directamente con
la titularidad del derecho sustancial que se pretende ejercitar con la demanda, no se discute la
capacidad, sino la calidad de titularidad de la pretensión…” (sic) (el resaltado es nuestro); pero,
olvidaron resolver la controversia conforme a las disposiciones legales que rigen la materia; y, a falta
de ella en base a los principios generales del Derecho Laboral, como se desarrolló en los
Fundamentos Jurídicos III.3 y III.4 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional. El art. 127
del CPT, prevé que en el procedimiento social sólo se admiten las excepciones previas: de
incompetencia, impersoneria, conexitud de causas e imprecisión o contradicción de la demanda; y,
las perentorias: de pago, prescripción y cosa juzgada, rigiéndose bajo el sistema de números clausus,
por lo que no correspondía hacer alusión a la falta de acción, por lo que al haberla analizado vulneró
el derecho de la empresa ahora accionante al debido proceso en su vertiente de motivación y
fundamentación; es decir, a resolver la controversia conforme a las normas específicas que rigen el
ámbito laboral.
Finalmente, cabe pronunciarse sobre la determinación de responsabilidad civil y penal, más el pago
de daños y perjuicios reclamado; sobre este punto manifestar que en razón a que la jurisdicción
constitucional es una instancia que vela por la vigencia y el respeto de los derechos y las garantías
constitucionales de las personas conforme establece el art. 196.I de la CPE, se encuentra impedida -a
tiempo de realizar su labor- de establecer la existencia de responsabilidad civil o penal, pues esa
labor corresponde a la vía ordinaria a través de los mecanismos legales establecidos en la ley; y, en
cuanto a los daños y perjuicios, el accionante no acreditó la existencia de los mismos.
POR TANTO
No interviene el Magistrado, Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales, por no haber conocido el asunto.