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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad de los Andes, Núcleo Táchira
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Necesidad y Pertinencia de la Prueba

En el Proceso Penal Venezolano

Integrantes:

Abg. Arrieta B. Yaneimily P., C.I.: V- 26.015.777


Abg. Bustamante G. Gabriel A., C.I: V- 24.693.800
Abg. Bustamante S. María de los Ángeles, C.I: V- 27.353.200

San Cristóbal, 24 de Junio de 2021


INTRODUCCION

El presente ensayo tiene por objeto introducir al lector en nociones básicas del
derecho probatorio, tomando como punto álgido de referencia los principios procesales
de necesidad y pertinencia aplicados al campo de la prueba en el proceso, desde el
momento en que este inicia en la fase preparatoria a través de los distintos modos de
proceder a la investigación, transitando por la fase intermedia y de juicio oral, hasta que
llegar a la sentencia definitiva que coloca fin a la controversia, inclusive más allá, en la
etapa o fase recursiva del recurso de apelación.

En el proceso penal venezolano se cuenta con una amplia libertad probatoria en


virtud del poder o facultad que la legislación le otorga al órgano jurisdiccional,
específicamente al juez en su labor de juzgamiento, ya que se le permite valorar todos y
cada uno de los medios de prueba fundamentándose en la sana crítica, es decir, el juez
como director del proceso podrá valorar todos y cada uno de los medios de prueba
ofrecidos por las partes de acuerdo a sus conocimientos científicos, máximas
experiencias y razonamientos lógicos.1

Sin embargo pese a que las partes cuentan con dicha libertad, también se le
presentan restricciones, la principal de ellas es lo concerniente a la legalidad, por el
hecho de la licitud de la prueba, consagrada en el ordenamiento jurídico venezolano,
fundamentándose en dos aspectos, el primero, es aquel donde se antepone la licitud antes
que la veracidad, o sea, que la misma no haya sido obtenida por engaño, coacción,
tortura física o psicológica, por ningún hipnótico, fármaco o estupefacientes enervantes
de la voluntad de las personas. Y el segundo, pero no menos importante el cumplimiento
de las formalidades específicas en el código y leyes referentes a la materia.

1
http://www.oas.org/juridico/PDFs/mesicic4_ven_des_cont.pdf
Necesidad y Pertinencia de la Prueba

Los principales principios probatorios que orientan la actividad probatoria en el


proceso penal son: la carga de la prueba, la cual le corresponde al titular de la acción
penal, el titular es el ministerio público o puede que haya un acusador privado, o sea
que2 el imputado no está obligado a probar su inocencia; la legalidad de la prueba, por
ejemplo en la declaración de los testigos no puede ser obtenida mediante engaño,
coacción, tortura física o psicológica, por medios hipnóticos o por efectos de fármacos,
estupefacientes o brebajes enervantes de la voluntad de las personas; la comunidad de
la prueba, se refiere a que toda evidencia recabada es acervo común de las partes, si así
lo manifiestan, es decir que, las evidencias traídas por una parte sirven de provecho para
la otra si así lo estima conveniente.

El cuarto principio es la eficacia legal y jurídica de la prueba, guarda relación


con que la prueba dé la convicción al juez para tomar una decisión y también se refiere
al hecho de que el medio probatorio debe ser idóneo para probar la circunstancia en
cuestión. Es decir, cada hecho es susceptible a ser demostrado por un medio probatorio,
pero por ejemplo cuando se quiere verificar si el ADN de una persona está en la
tapicería de un carro, el medio correspondiente e idóneo viene siendo un experto y no un
testigo.

Destaca también la pertinencia de la prueba, es decir que no sea agotado el


trabajo de los funcionarios por un medio de prueba que no sirva en lo absoluto para los
fines propuestos, o sean improcedentes. Finalmente destaca la veracidad de la prueba,
lo cual indica que, debe ser utilizada para ocultar la realidad o tratar de inducir al juez en
engaño sino con lealtad, probidad y veracidad. Este principio alude tanto a las partes
como a la actividad inquisitiva del juez.

El fundamento constitucional del derecho a la prueba dentro del proceso


venezolano, se encuentra previsto en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en el ordinal 1º en el cual se consagra el derecho de acceder a
las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer la defensa,
2
https://pandectasdigital.blogspot.com/2016/06/codigo-de-procedimiento-civil-libro_30.html
consiste entonces, en el derecho a presentar pruebas y a controvertir las que se presenten
en su contra. Sin embargo en este ordinal, se fija que serán nulas todas aquellas pruebas
que sean obtenidas mediante violación del debido proceso, por lo que el trámite de la
prueba, la vigencia del contradictorio, la igualdad de las partes, la imparcialidad dentro
del proceso y la nulidad de la prueba ilícita, son principios que se deben cumplir a
cabalidad.

La prueba dentro del proceso juega un papel fundamental, y es pieza clave de esa
garantía compleja del debido proceso, la función de la prueba en el proceso, es el medio
a través del cual se acredita o demuestra la razón de las proposiciones fácticas que se
hacen en el proceso, es decir, de los hechos que se afirman o se niegan. Sin el derecho
de prueba, no pudiera administrarse justicia y por ende no pudiera hacerse efectivo el
derecho constitucional de acción ni mucho menos la garantía del debido proceso. Ahora
bien, la función jurídica de la prueba, es trasladar al proceso los hechos ocurridos y que
están siendo debatidos para poder aplicar las normas de derecho sustancial y realizar la
justicia. En consecuencia, la prueba tiene una función de interés general, no puede
usarse para ocultar o deformar la realidad, para tratar de inducir al juez a engaño ya que,
si no logramos reconstruir los hechos tal y como ocurrieron, se crea zozobra e
inseguridad jurídica. Es por ello que no puede decidirse en contra de una de las partes,
sólo por lo que afirme la otra, es necesario que esas proposiciones fácticas, es decir, los
hechos alegados por las partes, sean confirmados o ratificados por las pruebas. Tampoco
puede decidirse con base en el conocimiento privado del juez, pues ello privaría a las
partes de la oportunidad para controvertir las pruebas.

Ahora bien, la prueba es necesaria, cuando el hecho imputado o invocado


pretende ser demostrado, es decir, establecido en el proceso mediante pruebas
incorporadas al mismo, por las partes o por el juez de acuerdo a lo previsto en el artículo
401 del Código de Procedimiento Civil, el cual prevé lo siguiente: “Concluido el lapso
probatorio, el Juez podrá de oficio ordenar la práctica de las siguientes diligencias:

1º Hacer comparecer a cualquiera de los litigantes para interrogarlos


libremente, sin juramento, sobre algún hecho que aparezca dudoso u obscuro.
2º Exigir la presentación de algún instrumento de cuya existencia haya algún
dato en el proceso y que se juzgue necesario.

3º La comparecencia de algún testigo que habiendo sido promovido por alguna


de las partes, sin embargo, no rindió oportunamente su declaración, o la de cualquier
otro que sin haber sido promovido por las partes, aparezca mencionado en alguna
prueba o en cualquier acto procesal de las partes.

4º Que se practique inspección judicial en algún lugar, y se forme un croquis


sobre los puntos que se determinen; o bien se tenga a la vista un proceso que exista en
algún archivo público y se haga certificación de algunas actas, siempre que en el pleito
de que se trate haya alguna mención de tal proceso y tengan relación el uno con el otro.

5º Que se practique alguna experticia sobre los puntos que determine el


Tribunal, o se amplíe o aclare la que existiere en autos.

El auto en que se ordenen estas diligencias, fijará el término para cumplirlas y


contra él no se oirá recurso de apelación. Cumplidas las diligencias, se oirán las
observaciones de las partes en el acto de informes”. [CITATION Jer05 \l 3082 ] Dijo “La
prueba es algo mágico que tiene el proceso: un hacer reaparecer presente aquello que ha
pasado, un hacer tornar inmediato aquello que ha desaparecido en su inmediatez, un
hacer representar vivos sentimientos que se han consumido y en general más singular
todavía, hacer tornar integra una situación que se ha descompuesto”; igualmente, afirmó
“El Arte del proceso no es esencialmente otra cosa que el Arte de Administrar Pruebas”.
[CITATION Chi05 \l 3082 ], considera que la prueba consiste “en crear el convencimiento al
Juez sobre la existencia o inexistencia de los hechos en el proceso, lo que implica
suministrarle los medios para tal fin”, Silva Melero señala que la prueba “es un medio o
Instrumento que se emplea en el proceso para establecer la verdad”. La sentencia
judicial, debe ser elaborada por el juez, basándose en lo que se debata y se pruebe, para
así construirse el silogismo judicial, a su vez, esta deberá ser encuadrada en la normativa
legal que el juez considere idónea y correcta de aplicar al caso concreto, por lo que en
definitiva se resolverá la controversia conforme al efecto jurídico que señale la norma.
Si bien es cierto, el derecho es conocido por el juzgador, pero estos hechos que
se debaten o controvierten en el proceso, no pueden ser fijados por el juez o ser tenidos
como ciertos partiendo del conocimiento privado o particular que tiene el juez, el cual
pudo haberlos percibido fuera del proceso, ya que para el establecimiento de los hechos,
es necesario la existencia de pruebas que lleven al juzgador el convencimiento sobre la
afirmaciones o negaciones que las partes han expresado como fundamento de su
pretensión o excepción. Es por ello, el juez para tener como fijados o establecidos los
hechos concretos del caso que aplicará o subsumirá en la norma jurídica para producir la
consecuencia que en definitiva resuelva el conflicto judicial, requiere de la existencia de
material probatorio, vale decir, de pruebas demostrativas de los hechos debatidos, siendo
así de suma importancia que en el proceso cursen las pruebas de los hechos, bien por la
actividad probatoria que desplieguen las partes o que realice oficiosamente el juzgador,
pues en definitiva, lo que cuenta es que en el proceso cursen las pruebas de los hechos,
pues ante la ausencia de material probatorio o ante la presencia de material probatorio
insuficiente, ante falta de prueba de los hechos, el operador de justicia para poder
sentenciar inclinando la balanza a favor o en contra de alguna de las partes, deberá
acudir a la regla de juicio referida a la carga probatoria o riesgo probatorio, pues a éste le
es prohibido absolver la instancia por falta de pruebas, todo lo cual conlleva a que en el
proceso se hace necesaria la prueba judicial. Es por ello que las pruebas se hacen
necesarias en el proceso para convencer al operador de justicia sobre los hechos que se
discuten y se someten al criterio jurisdiccional, así como para la emisión del
pronunciamiento del fondo, siendo las partes quienes tienen la carga de aportar al
proceso las mismas, ya que el decidor no puede suplir la deficiencia o negligencia
probatoria de las partes, pues su facultad oficiosa en materia probatoria, no ha sido
creada con la finalidad de subsanar tales falencias sino para que el magistrado judicial
complemente su ilustración sobre los hechos debatidos en el proceso, bien a través de la
búsqueda de las pruebas que tiendan a demostrar la verdad discutida, o bien para aclarar
hechos que aparecen dudosos u oscuros, por lo que la necesidad de la prueba en el
proceso es fundamental, pues se requiere que los hechos sobre los cuales recaerá el
pronunciamiento judicial, se encuentren demostrados en el proceso y solo ante la
ausencia de pruebas o su insuficiencia demostrativa, es que podrá aplicarse la carga
probatoria como regla contenida en una noción procesal que le dirá al juzgador como
sentenciar y en contra de quien.

Por otro lado hablaremos sobre la pertinencia de la prueba, [ CITATION Jau05 \l


3082 ], define a la prueba pertinente como “Aquella que de alguna manera hace
referencia al hecho que constituye el objeto del proceso”. En materia penal, la
pertinencia del medio probatorio no estará determinada por la circunstancia de que las
partes hayan controvertido o admitido el hecho, sino por la vinculación del elemento de
convicción con los hechos que es necesario probar para verificar la verdad histórica.
Prueba impertinente será, aquella que evidentemente no tenga vinculación alguna con el
objeto del proceso en razón de no poder inferirse de la misma ninguna referencia directa
ni indirecta con el mismo o con un objeto accesorio o incidental que sea menester
resolver para decidir sobre el principal. Expresa [ CITATION Bel07 \l 3082 ], La prueba
judicial debe tener por objeto la demostración de los hechos debatidos o controvertidos,
esto es, que luego de producida la contestación de la demanda, no hayan sido expresa o
tácitamente admitidos o aceptados por las partes, pues precisamente el objeto de la
prueba judicial son los hechos pero no todos los hechos traídos al proceso, solo aquellos
que sean debatidos o controvertidos por las partes, serán el tema u objeto de la prueba
judicial, circunstancia ésta que influye en materia probatoria, pues las pruebas que
presenten o promuevan las partes en el proceso, deben tender a demostrar hechos
controvertidos, debatidos o discutidos en autos para que puedan ser tenidos como
establecidos por el juzgador como premisa menor de su silogismo judicial. Agrega el
autor que luego, las pruebas que se presenten al proceso, las pruebas que eleven las
partes al órgano jurisdiccional, deben demostrar los hechos controvertidos en el proceso,
es decir, los hechos que alegados por el accionante que hayan sido contradichos por el
demandado, siempre que no se encuentren eximidos de prueba, como por ejemplo los
hechos notorios, evidentes, expresa o tácitamente admitidos, presumidos.

[ CITATION Bel91 \l 3082 ] “El medio de prueba es el vehículo o transporte por


conducto del cual se llevan al proceso esas razones o argumentos demostrativos de la
existencia o inexistencia de los hechos controvertidos”. Cuando el defensor del
imputado presenta en el procedimiento un documento como base de su defensa, el medio
de prueba, sería el documento y la prueba sería la declaración contenida en dicho
instrumento, en el caso de los testigos, la declaración es la prueba, el testigo es el medio
de la prueba.

En Venezuela, la fase preparatoria o de investigación está conformada por el


cumulo de diligencias y otros actos procesales que se inician bajo la orden e instrucción
del Fiscal del Ministerio Público cuando se tiene noticia sobre la existencia de un hecho
punible, hasta el momento en que se decide presentar al término de esa fase investigativa
el correspondiente acto conclusivo, llámese acusación formal contra el presunto autor
del delito, o el sobreseimiento o archivo de la causa.

Esta fase preparatoria comprende tanto los actos de fijación de los elementos
materiales de la comisión del delito antes de que exista todavía un imputado concreto e
individualizado, como también los actos realizados para corroborar o desvirtuar la
participación o autoría de una persona a los efectos de plasmarlo en acusación.
Antiguamente producto del pasado inquisitivo, el Ministerio Público no solía hacerse
cargo de la instrucción y delegaba esta función a la Policía Judicial, siendo costumbre
que los funcionarios policiales actuando por inercia, llenasen los expedientes de la fase
preparatoria de inútiles acciones policiales que no hacían más que engrosarlos
desconsiderablemente, aportando elementos de convicción y prueba que no contaban
con la idoneidad, necesidad y pertinencia para acreditar fundadamente la participación
de una persona en la comisión de un punible; esto, evidentemente cambio con la
introducción del Código Orgánico Procesal Penal, cuando por fin el Fiscal del Ministerio
Público el que asume el rol de director de la investigación penal.

Siendo al acto conclusivo quizá más importante de esta fase preparatoria el


escrito acusatorio, dónde el Fiscal debe procurar blindarlo con la mayor influencia que
aporta los principios procesales de utilidad, necesidad y pertinencia tanto en la teoría
fáctica, como la teoría probatoria y teoría jurídica; así lo ha orientado nuestro máximo
tribunal, en sentencia Nro. 514, proferida por la Sala Plena del Tribunal Supremo de
Justicia en fecha 08 de agosto de 2005, al señalar lo siguiente:
“Considera la Sala, que la acusación fiscal como acto formal debe cumplir
impretermitiblemente los requisitos del artículo 326 del Código Orgánico Procesal
Penal, y el requerimiento de apertura a juicio oral y público, siendo la acusación un
documento que debe bastarse por sí solo, y que en relación con el ordinal 3° del citado
artículo, debe contener referencia directa a las resultas de la investigación,
materializándose ello en el señalamiento de los elementos de convicción que motivan la
presentación de la solicitud de enjuiciamiento de los imputados. Pero una cosa debe
quedar clara y es que ese señalamiento no es una mera enunciación o una enunciación
más o menos extensa de las resultas de la investigación, sino por el contrario fundar
una imputación es dar razones, explicar o abundar en motivos.”

En la precitada sentencia, se configura el sentido de la motivación que debe


contener la acusación fiscal por cuanto debe existir plena congruencia entre los hechos
suscitados, recogidos en las distintas actas policiales con las diligencias de investigación,
el hecho imputado y la presunción de culpabilidad del imputado; el Fiscal debe hilvanar
de forma útil, pertinente y necesaria los indicadores que señalan las fuentes de prueba
que recopiló en el curso de la investigación, con respecto a la identificación plena del
imputado para buscar destruir el principio de presunción de inocencia y dar paso a la
presunción de culpabilidad; así por ejemplo, hablar de pertinencia, es hablar de una
relación lógica-jurídica entre el medio probatorio y el hecho que se buscar probar, tal
seria el caso de que se buscase probar “una condición de demencia” con una “inspección
técnica criminalística” (esto resulta impertinente a todas luces).

Una vez admitida la acusación fiscal en conjunto con el acervo probatorio que la
sustenta, y sin que el imputado se haya acogido al procedimiento especial por admisión
de los hechos, el juez de control decretará mediante auto, la apertura al juicio oral y
público, donde solo allí resulta posible hablar de prueba formada en el sentido propio; la
actividad probatoria que se desarrolla de forma esencial en el juicio oral consiste en dos
acciones principales: una, la práctica de la prueba, y otra, la valoración que debe realizar
el tribunal sobre esas pruebas con vista a la sentencia definitiva.
En este orden de ideas, dando inicio a la audiencia para el debate oral, el tribunal
verificará la presencia de las partes, expertos, intérpretes y testigos que deban intervenir,
aquí vuelve a influir de forma importante la necesidad y pertinencia probatoria, toda vez,
que las partes, comenzando por el Fiscal del Ministerio Público y el querellante –de ser
el caso-, expondrán sus acusaciones fijando especialmente los hechos y elementos
probatorios que lo respaldan, es el momento en el cual las partes van a presentarle al
Juez el caso que está a punto de conocer y por ende, deben explanar una argumentación
fáctica precisa, exponiendo los elementos probatorios que serán útiles, necesarios y
pertinentes por cuanto del examen de estos se obtendrá la certeza de los hechos
alegados; el litigante, fiscal o defensor debe presentar una teoría del caso coherente y
persuasiva.

Ya en la oportunidad del debate probatorio, se realiza el examen directo del


acusado, de los funcionarios actuantes, expertos, testigos y documentos, para extraer de
estos medios la información relevante que permita reconstruir la historia que afirma
nuestra hipótesis. Así por ejemplo, en la evacuación de un medio de prueba como sería
la experticia, esta debe ser promovida como un medio de prueba documental y a su vez,
debe promoverse al experto que la suscribió para que pueda adquirir pleno valor
probatorio, en este último caso, en la exposición que realizará el experto, el litigante
debe tener sumo cuidado en el interrogatorio que va a realizarle, por cuanto ese experto
deberá declarar exclusivamente sobre hechos que fueron objeto de la experticia sin
llegar a establecer valoraciones acerca del caso o sobre la conducta del acusado, porque
estaría rozando los límites de la pertinencia, se volvería impertinente que depusiese
sobre hechos y circunstancias ajenas a lo contenido en el dictamen pericial; por tal
motivo, siguiendo este ejemplo, debe el litigante preguntarle al experto de forma
concreta, aquello que le será útil y necesario para demostrar el hecho que pretende
comprobar ante los ojos del juzgador.

El Doctor Pérez Sarmiento señala lo siguiente: “…Es bueno señalar aquí, que
quien pretenda promover prueba de expertos para el juicio oral, debe proponer a los
expertos por su nombre, apellidos y expresar sobre qué versará su dictamen o
exposición. Pero si algina parte propone como prueba de expertos solo el dictamen que
alguno haya rendido en fase preparatoria, pero sin promover al experto en persona
para el juicio oral, ese dictamen solo tendrá la fuerza de un documento más, pues en
este tipo de sistema, para que se considere como prueba de expertos en toda sus
extensión, es menester que el experto se presente en el juicio para exponerse al
escrutinio de las partes…”3

A su vez, cabe señalar el pronunciamiento que realizo la Sala de Casación Penal


del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nro. 311 de fecha 12 de octubre de 2003,
con ponencia el Magistrado Alejandro Angulo Fontiveros, al señalar los siguiente: “En
materia penal, la prueba está dirigida esencialmente a corroborar la inocencia o
establecer la culpabilidad del procesado, por consiguiente, todo lo ateniente al debido
proceso está estrictamente relacionado con la actividad probatoria y los jueces deben
acatar todas las pruebas que sean útiles, necesarias, pertinentes y eficaces para lograr
tal fin…”

Una vez dictaminado el caso en estudio, el tribunal se pronuncia con una


sentencia definitiva de carácter condenatoria o absolutoria; en esta etapa, la actividad
probatoria se limitara al examen de si los medios probatorios oportunamente propuestos
y no admitidos, debieron serlo o no, o si se usaron medios ilícitos, o si el tribunal valoro
toda la prueba practicada en la fase de juicio, o si por el contrario omitió valorar alguna.
Sin embargo, según nuestro Código Orgánico Procesal Penal, existe la posibilidad de
promover pruebas en esta fase recursiva con ocasión a comprobar las irregularidades
procesales que hayan afectado la legalidad o el correcto desarrollo del proceso, en este
caso, también habrá, consecuentemente, la necesidad de que la instancia superior se
convierta en admisor y ordenador de prueba y que exista la posibilidad de práctica y
valoración de prueba conforme a la sana crítica y con fundamento en los principios de
necesidad y pertinencia del medio probatorio que se pretenda hacer valer para demostrar
el vicio o quebrantamiento alegado.

Al respecto, la Sala Plena del máximo tribunal de la República, en sentencia


Nro.357 de fecha 27 de julio de 2006 señalo lo siguiente: “…Se puede verificar la
3
Salazar R. “Incorporación del dictamen pericial al juicio”. (2008). Página 232. Editorial Vadell
Hermanos
promoción de pruebas en la fase de apelación cuando el motivo o fundamento de dicho
recurso sea la violación de un precepto legal que constituya un defecto de
procedimiento materializado en el juicio oral. Igualmente, solo es posible el
ofrecimiento de pruebas, bien sea el medio de reproducción o, en su defecto, la prueba
testimonial, para respaldar el alegato de defecto de procedimiento sobre la forma como
se celebró el acto y que estuviere en contraposición a lo que aparezca reflejado el acta
del debate o la sentencia; en el presente caso, se advierte que el objetivo que tenía el
impugnante con la prueba promovida, no era el de comprobar un defecto de
procedimiento ocurrido durante el juicio, sino probar la inocencia de su defendido, vale
decir, pretendía que la recurrida la apreciara y valorara, para que luego procediera a
establecer o fijar hechos, lo cual en salvaguarda al principio de inmediación previsto en
el artículo 16 del COPP, le está prohibido a las Cortes de Apelaciones, por cuanto esa
competencia es asignada exclusivamente al juez de juicio…”

BIBLIOGRAFIA
 Rivera Morales R. (2008): “Actos de Investigación y Pruebas en el
Proceso Penal”. 1era Edición. Barquisimeto-Venezuela. Editorial J.
Rincon G. C.A.

 Sarmiento Pérez E. (2001): “La Prueba en el Proceso Penal Acusatorio”.


2da Edición. Caracas-Venezuela. Editorial Vadell Hermanos.

 Delgado Salazar R. (2008): “Las Pruebas en el Proceso Penal


Venezolano”. 3era Edición. Caracas-Venezuela. Editorial Vadell
Hermanos.

 Mendoza R. y De León O. (2013): Extracto del libro “Los Principios, los


Actos y las Pruebas”. COFAE Programa de formación para Auditores y
Abogados, consultable en:
http://www.oas.org/juridico/PDFs/mesicic4_ven_des_cont.pdf

 Sentencia Nro. 514, Sala Plena del TSJ, 08 de agosto de 2005.

 Sentencia Nro. 357, Sala Plena del TSJ, 27 de julio de 2006.

 Sentencia Nro. 311, Sala de Casación Penal del TSJ, 12 de octubre de


2003.

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