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LOS PERSONAJES Y LOS ACTANTES

Los distintos personajes de una narración ejecutan acciones que los relacionan entre sí.
Por ejemplo, el accionar del detective para esclarecer un crimen se enfrenta con el objetivo
del criminal de no ser descubierto, por lo que entre el detective y el criminal se establece
una relación de oposición.

Según las acciones que realicen los personajes, su rol se corresponderá con una función
básica: desear algo; transferir (un mensaje, un secreto, un objeto valioso); recibir (esos
elementos); ayudar a alguien a conseguir algo; oponerse a que lo consiga.

Sin embargo, además de los personajes, intervienen otros elementos que también pueden
cumplir algunas de las funciones anteriores. Por ejemplo, si un detective emplea una lupa
para descubrir una huella digital a fin de resolver el caso, estos elementos desempeñan las
funciones de ayudar a ese sujeto.

En ese sentido, se denomina actante a cualquier componente (ser o cosa) que participa en
su desarrollo y desempeña alguna de las anteriores funciones. De esta manera, la categoría
de actante supera a la de personaje, por lo que en un relato pueden existir muchos
personajes, pero sólo seis actantes. Estos conforman el esquema actancial:

 Un sujeto que posee un proyecto o desea algo.

 El objeto, aquello a lo cual tiende o busca el sujeto.

 El destinador, que hace posible que el objeto sea accesible al sujeto.

 El destinatario, que será quien reciba el objeto.

 El ayudante, que presentará su apoyo al sujeto para que alcance su objeto.

 El oponente, que pondrá obstáculos a la labor del sujeto.

Texto recomendado para entender de qué se trata: El


Esquema Actancial de personajes
Crear personajes puede ser un arduo trabajo de investigación, de buceo en modelos
conocidos, de rastreo de las necesidades de la historia que querés contar o puede que te
pase como a mí: Los desgraciados (mis personajes) se me aparecen en la cabeza
hablándome de cualquier cosa sin que yo pueda ni hacerlos callar, ni saber concretamente
qué acciones podrían realizar en una buena historia. Ellos hablan y hablan (en general
nacen de a uno (una en la mayoría de los casos) y monologan incansablemente) hasta que
yo me decido a sentarme delante del teclado y hacer que “les pase algo”. Me cuesta mucho
armar una secuencia de hechos interesantes y evitar que las minas que invento (en general
son minas) dejen de parlotear en un tiempo eterno donde no hay “acción” (ni violenta con
autos y armas, ni de la otra).

El esquema de personajes que voy a proponerles hoy es, precisamente, para saber qué hace
cada personaje: no cómo es física ni emocionalmente, no cómo habla, sino cuál o cuáles
son sus objetivos y cómo se relaciona (según ese objetivo) con los demás personajes. Se
llama “esquema actancial” porque analiza a cada personaje como un “actante”, alguien que
“actúa”, que “acciona”, que realiza una acción, que mueve un entramado de sucesos (no
como mis personajas que se la pasan charlando). Veamos la teoría básica (no te desesperes
con las definiciones: juro que lo vas a entender refácil cuando llegues al ejemplo de
Caperucita Roja).

Un esquema actancial consta de seis elementos:

Sujeto: Es el personaje que tomaré como centro del esquema, aquél que realiza una acción,
que busca cumplir con algún objetivo, que se mueve con algún objeto. (Cualquier
personaje, principal o secundario, puede ser tomado como sujeto para realizar un análisis
diferente o profundizar en las relaciones de los personajes entre sí.)
Objeto u objetivo: Es lo que el sujeto quiere conseguir, lo que lo mueve a actuar.

Destinador: Es el personaje o la fuerza externa o interna que mueve al sujeto a querer


conseguir el objeto u objetivo.
Destinatario: Es quien se beneficia si el sujeto consigue el objeto u objetivo (puede ser el
mismo sujeto u otro personaje o ambos).

Ayudantes: Son los que ayudan, precisamente, al sujeto a conseguir el objeto.

Oponentes: (Apuesto a que ya sabés la definición de esto sin que yo te la escriba): Sí, son
los que se oponen a que el sujeto consiga el objeto.

Ejemplo tonto (acordate o releé lecciones anteriores para valorar un buen ejemplo “tonto”):
¿Se entiende? La cosa cambia si ponés como sujeto al lobo, cuyo objetivo es comerse a
Caperucita, movido por ¿el hambre?, ¿la maldad?, ¿la lujuria?, y con él mismo como único
beneficiario, sin ayudantes, pero con muchos oponentes, lo que justificará su derrota final.

Utilizar este esquema te servirá para darle coherencia a tus historias: Alguien cuyo objetivo
es conquistar el planeta Venus no puede pasarse tres páginas hablando sobre su infancia a
menos que eso sea decisivo para explicar cuál es su destinador (alguna experiencia infantil,
un mandato paterno, etc.) o para justificar su destinatario (quiere conquistar el planeta para
regalárselo a su abuelita) o para presentar a sus ayudantes o cualquier cosa que le dé a la
narración de la escena infantil un sentido claro dentro del esquema de la acción.

Si te ponés a analizar los cuentos, novelas, obras de teatro, historietas, series o pelis con
este esquema actancial vas a ver cuántas posibilidades de conocer a los personajes y sus
motivaciones te aporta. A mí el elemento que más me gusta es el destinador. Ej: ¿Qué
mueve a Frodo Bolsón hacia Mordor para destruir el anillo? ¿Su valentía? ¿Su fidelidad a
los amigos? ¿Su necesidad de conservar el mundo que conoce? ¿La fuerza de la amistad de
Sam? ¿La seguridad de que es sólo él quien puede hacerlo? ¿Su deseo de desterrar al mal
del universo? Pensar en los oponentes abstractos además de los representados por
personajes concretos también está bueno: ¿Y quiénes son los verdaderos y más poderosos
oponentes de Frodo? ¿Los orcos? ¿Sauron? ¿O la avaricia de los humanos? ¿La
mezquindad de Boromir (¡cómo amo a Boromir y Faramir!) o la de todos los humanos? ¿La
cobardía inicial del heredero de Isildur? ¿La desunión de La Tierra Media? ¿Los elfos que
se borran?

Así podemos seguir especulando, discutiendo, agregando nuevos aspectos a cualquier


historia y cualquier personaje. Probá y vas a ver qué importante será saber por qué un
personaje no tiene ayudantes o cuyo único destinador es él mismo, un personaje que
desconoce su objetivo y anda a tientas, uno que cree tenerlo muy claro pero a mitad de la
narración vive algo que lo hace cambiar ese objetivo por completo. Algo muy interesante es
realizar el esquema poniendo a los personajes secundarios como sujetos para ver cómo los
objetivos y destinadores de ellos influyen (para bien o para mal) en los objetivos de los
personajes centrales. ¿Que se te va a armar flor de kilombo? Y sí, pero yo prometí
explicarte pero no aburrirte, ¿no?

Transcripción de Esquema pasional canónico


Esquema paSIONal
canónico Despertar afectivo Es la etapa en la cual el actante es "sacudido": su sensibilidad
es despertada, una presencia afecta su cuerpo. Es necesario que se pueda observar a la vez
una modificación en la intensidad y una modificación e la extensión.
(Fontanille, 2001: 108) Disposición Pivote pasional Emoción Moralización El estadio del
simple sobresalto es superado, el actante apasionado es ahora capaz, por ejemplo, de
imaginar los escenarios respectivos de lo que sintió (miedo, envidia, amor, orgullo, etc.). La
disposición es pues el momento en el que se forma la imagen pasional, esa escena que
provocará el placer o sufrimiento.
(Fontanille, 2001: 109) El pivote pasional es el momento mismo de la transformación
pasional (...), se trata de una transformación de la presencia (...). Solamente a lo largo del
pivote pasional el actante conocerá el sentido de la turbación (despertar) y de la imagen
(disposición) que preceden. En ese momento está dotado de rol pasional, la supera o la
vuelve certeza.
(Fontanille, 2001: 109) Es la consecuencia observable del pivote pasional: el cuerpo del
actante reacciona a la tensión que padece, se sobresalta, se estremece, tiembla, enrojece,
llora, grita... No se trata solamente de dar sentido a un estado afectivo, sino, sobre todo, de
expresar el acontecimiento pasional, de hacerlo conocer, a sí mismo y a los otros. Socializa
la pasión.
(Fontanille, 2001: 110) La pasión puede ser evaluada, medida, juzgada, y el sentido de la
pasión adquiere, entonces, para un observador exterior, un sentido axiológico.
Con la moralización, la pasión revela los valores sobre los cuales se funda; estos últimos
son confrontados con los de la comunidad y, finalmente, sancionados (positiva o
negativamente) según si refuerzan o comprometen los valores establecidos de esa
comunidad.
(Fontanille, 2001: 110) La pasión en discurso pertenece al orden de lo "vivido", del sentir:
en relación con la presencia, es una intensidad que afecta el cuerpo propio.

El presente esquema canónico busca estudiar las formas como nuestra cultura reconoce sus
pasiones típicas. La secuencia está organizada conceptualmente en los círculos y se coloca
ejemplos visuales procedentes de la publicidad. De esta manera y con este apoyo
busquemos la secuencia completa en el mundo deportivo. Adelante... ¿qué representa el
esquema
pasional canónico?

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