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Liderazgo

“El mejor ejecutivo es aquel que tiene suficiente sentido común para elegir buenos
hombres para que hagan lo que él quiere que se haga, y el suficiente autocontrol como
para no inmiscuirse mientras lo hacen.” Theodore Roosevelt

Hoy en día las empresas se encuentran inmersas en un ambiente de grandes


cambios y transformaciones como consecuencia de la globalización, los desarrollos
tecnológicos, las fluctuaciones de la economía y los poderes políticos. Esto conlleva a
formar líderes, que sean capaces de gestionar equipos de alto desempeño y así mostrar
resultados y alcanzar los objetivos planteados por las instituciones.
Esto ha generado unos grandes problemas para las empresas, ya que a pesar de
que existe en el mercado laboral un gran número de profesionales de las diferentes
disciplinas, pocos tienen la capacidad de liderazgo, lo que los hace poco atractivos a la
hora de presentarse a un cargo. Un buen líder, debe contar con la capacidad de
reaccionar eficientemente a los cambios, dicho en otras palabras, de anticiparse a ellos.
La persona que es lidera mantiene a su equipo constantemente informado y formado,
para estar preparado a las incidencias de cambio que puedan surgir.
El trabajo de un gerente es variada y complicada, por lo que requieren tener
ciertas habilidades para poder desempeñar los deberes y las actividades propias a su
cargo. Es por esto, que debe desarrollar el liderazgo, que en “nuestros días se ha
convertido en un desafío, dentro de los tiempos que nos toca vivir el liderazgo ha
adquirido una relevancia fundamental” (Naranjo, 2012, p. 27). Se debe reflexionar y
analizar cuáles son los recursos necesarios para el crecimiento del líder” (p. 27).
Naranjo (2008) enfatiza que:
“ser líder no es, como erróneamente se cree, una capacidad personal para hacer
que otros los sigan ciegamente. Un líder es, en cambio, la posibilidad y la
decisión personal de comprometernos a ayudar a otros a utilizar en sus propias
vidas el potencial creador que duerme dentro de ellas, de tal manera que puedan
comportarse en función de sus propios principios y prioridades. Sin embargo, el
liderazgo necesita hombres y mujeres dotados o revestidos de un blindaje que
solo proyecte servicio; donde el liderazgo sea una construcción de la gente y
para la gente. Sólo con líderes comprometidos, lograremos la construcción de un
mundo mejor” (p. 27).
EL LIDERAZGO.

El estudio del liderazgo se fundó en plantear estructuras de cómo dirigir a la


sociedad y en segunda instancia en el análisis de los grandes líderes, identificando
cuales eran esas características que los diferenciaban de los demás para llegar a una gran
conclusión que los líderes nacían, no se hacían. Para el siglo 20 d.C esta hipótesis es
objetada por todos aquellos investigadores en el tema, dado que plantean que todos los
tipos de liderazgo que se presentan hoy en día, pueden ser aprendidos. El liderazgo está
relacionado con las habilidades de dirección, de influir sobre las personas para
conducirlos al logro de metas y objetivos compartidos (Daft, 2006).
Como respuestas a estas hipótesis sobre el liderazgo, surgieron nuevos estudios
para analizar dicha situación, es por ende que el liderazgo ha sido estudiado como rasgo,
característica, habilidad, condición, proceso, entre otras; concepciones de las cuales se
han derivado distintas definiciones (Contreras 2008, p. 65). A lo largo de la historia se
ha podido demostrado cómo el liderazgo ejerce influencia sobre sus seguidores.
Al hacer la revisión de la literatura se encontraron tantas definiciones como
escuelas de liderazgo existen, lo que origina que no es posible encontrar una única
definición frente al tema. Sin embargo, Naranjo (2008) sostiene que el liderazgo no
debería reducirse a una capacidad personal para hacer que otros los sigan, sino a la
posibilidad y la decisión personal de comprometerse a ayudar a otros a utilizar su
potencial en función de sus propios principios y prioridades proyectadas al servicio, y
que el liderazgo sea una construcción de la gente y para la gente.
Ahora, Naranjo y González (2012) sostienen que “un líder es la persona que está
dispuesta a atraer, concentrar y guiar a sus seguidores, no se puede guiar a quien no se
conoce y para ello el líder debe desplegar una intensa labor para conocer a su gente y
guiar a cada uno de sus seguidores por el camino más adecuado” (p. 28). El líder de hoy
debe convertirse en un alto gerente, que posea conocimientos amplios sobre los tres
puntos neurálgicos de la mediana empresa: el producto y/o servicio (si no lo conoce, no
lo vende), la empresa (si no la conoce, no sabe qué esperar de ella) y el sector en que se
mueve la empresa (si no lo conoce, no puede proyectar la empresa).
El líder de hoy debe ser un hombre visionario que pueda asumir riesgos en
procura del crecimiento de las personas y la empresa (Naranjo, 2014, p. 123).
“El liderazgo no se relaciona con buscar seguidores; por el contrario, está
vinculado con la posibilidad de ayudar a otras personas a dar lo mejor de sí
mismos en sus relaciones laborales y personales. El líder es un servidor y no
alguien que ha de hacerse servir por supuestos seguidores. Ayudar a otros a
descubrir quiénes son en verdad; cuál es su misión en la vida; conducirlos y
acompañarlos en ese camino, es la única tarea del liderazgo. Todo lo demás
puede peligrosamente caer en el espectro de la manipulación con fines
egoístas” (Naranjo, 2014, p. 122).

El liderazgo es considerado para algunos autores como un concepto mitológico


Cohen y March (1974), es uno de los temas más antiguos del mundo Bass (1990) y,
además, es uno de los aspectos más discutidos y analizados en las últimas décadas
(Podolny, Khurana y Hill-Popper (2005). Por consiguiente, el estudio del liderazgo ha
venido creciendo de forma apresurada y su investigación es cada vez más
interdisciplinaria (Friedman, 2010). Vázquez, Agudo y Liesa (2014), indican que:
“Delimitar conceptualmente el liderazgo no es una tarea tan sencilla como
inicialmente pueda parecer. Porque hablar de liderazgo hoy en día supone hacer
referencia a un término que se caracteriza, esencialmente, por el enrevesamiento
terminológico y la complejidad. Las razones, entre otras, las encontramos en la
propia procedencia del término y su aplicación a ámbitos de naturaleza diversa,
hecho que ha dificultado su comprensión” (p. 80).

El liderazgo es una “condición humana universal, es una acción sobre personas en


la que intervienen sentimientos, intereses, aspiraciones, valores, actitudes y todo tipo de
reacciones humanas; por tanto, líder es quien guía a su equipo de trabajo hacia un
objetivo en común” (García, Boom y Molina, 2017, p. 9). En este mismo sentido, se
puede señalar que el liderazgo es la capacidad que orienta y estimula por su influencia a
todas las personas que trabajan en los diferentes departamentos que conforman la
empresa, fortaleciendo al máximo el desempeño y la productividad, traducida en la
satisfacción de necesidades, con el fin de alcanzar los objetivos generales de la empresa
(Maxwell, 2003).
Como se puede apreciar en todas las definiciones se evidencia que el liderazgo por
lo general se da en una posición de rango dentro de una organización y segundo, que es
un proceso de influencia social (Acosta et al., 2015; García, Boom y Molina, 2017).
Agregado a esto, se reconoce que los líderes son individuos de aprendizaje que están en
permanente crecimiento, ocupándose a la vez de incentivar a los demás hacia su propio
desarrollo, por medio de “la capacidad que poseen para transmitir su enfoque,
motivando a todos los que están a su cargo, logrando su aprobación y consecuente
adhesión, para lograr las metas planteadas por la organización” (García, Boom y
Molina, 2017, p. 9).
El liderazgo, según Chiavenato (2009) es un “poder personal que permite a
alguien influir en otros por medio de las revelaciones existentes” (p. 336). Además, este
autor agrega que la influencia involucra una transacción interpersonal, donde una
persona actúa para incitar o alterar un comportamiento.
En esta relación está el líder (la persona que influye) y los liderados (los
sometidos a su influencia). Lo anterior, conlleva a que la influencia está estrechamente
relacionada con poder y autoridad. Poder es el potencial de una persona para influir en
otras, por ejemplo, el gerente tiene la capacidad de controlar las decisiones y las
acciones de otras personas, aun cuando éstas se resistan. Autoridad es el poder legítimo
que confiere la ocupación de un cargo, es el poder legal y socialmente aceptado.
Tácticas de poder. Son aquellas expresiones que utilizan los gerentes, directivos o
mandatarios para influir en las personas y convierten el poder en acciones específicas
(Chiavenato, 2009). Algunas tácticas pueden ser.
 Tácticas de poder. Son aquellas expresiones que utilizan los gerentes, directivos o
mandatarios para influir en las personas y convierten el poder en acciones
específicas. Algunas son.
 La razón. Cuando se recurre a los hechos y datos para presentar una situación lógica
o racional.
 La amabilidad. Se refiere a expresar elogios creando un clima de buena voluntad,
adoptando así una postura humilde cuando se solicita algo.
 La coalición. Cuando se logra que un grupo de personas apoyen una iniciativa.
 La negociación. Se refiere a lograr acuerdos por medios del intercambio de
beneficios, favores o ventajas.
 La afirmación. Hace referencia a repetir recordatorios y a dar órdenes que se deben
cumplir o reglas que exigen obediencia.
 Las autoridades superiores. Hace énfasis en que los niveles superiores de una
organización apoyen una idea.
 Las sanciones. Está relacionado con castigos, promesas o amenazas relacionadas con
el salario, evaluación del desempeño o ascensos.
De la Corte (2012), expresa el liderazgo (L) en una fórmula: el potencial del líder
(p) opera como factor de multiplicación en un producto, en el que el multiplicando es la
capacidad de liderazgo (C): L= p·C. Además, este autor expresa que:
“La capacidad de liderazgo (C) se podría igualar a lo expresado antes como
responsabilidad en el ejercicio del mando, nuestra verdad de vida, pero la voy a
definir de forma separada, como una función exponencial, en la que la base son
las cualidades, y el exponente, el compromiso C=xy. Las cualidades (X) abarcan
un conjunto de ellas: físicas, morales e intelectuales. En las cualidades físicas no
voy a entrar, aun cuando es evidente que tienen una importancia capital para
cualquier mando. Las cualidades morales son virtudes que un militar, que
pretenda ser líder, tiene que conseguir. Al ser virtudes, necesitan la repetición de
actos hasta alcanzar la habitualidad en la conducta. En relación con ellas, quiero
destacar algunas virtudes humanas y otras típicamente militares. Entre las
virtudes humanas, la más importante para un líder es la humildad. Consiste en
saber que el mando tiene que tener espíritu de servicio y, que para servir: servir.
Debe hacer lo contrario de aparentar, figurar y apuntarse los tantos de los
subordinados. Debe señalar el buen hacer de aquellos, cuando le feliciten, y
asumir los fallos como propios, cuando se los recriminen” (p. 63).

En definitiva, el liderazgo es tener seguidores, es decir, la disposición de las


personas a seguirla es lo que hace de una persona un líder; más aún, los individuos
tienden a seguir a quienes ven que proporcionan un medio para lograr sus deseos,
anhelos y necesidades (Koontz, Weihrich y Cannice, 2012). Knootz, y Heinz (2007),
citados en Zuzama (2014) e Issa (2017) plantean que el “liderazgo se define como
influencia, es decir, el arte o proceso de influir sobre las personas de tal modo que se
esfuercen de manera voluntaria y entusiasta por alcanzar las metas de sus grupos” (p. 6).
Davis y Newstrom (2003), creen que el liderazgo es la función ejercida por un
líder de una organización, que debe influir en cada uno de los empleados para que
alcancen libremente los objetivos definidos, preferiblemente con entusiasmo. Lussier y
Achua (2016), consideran que el liderazgo es un proceso en el cual influyen líderes
sobre seguidores, e inversamente, para conseguir los objetivos de la organización a
partir del cambio; además, los buenos líderes enseñan destrezas de liderazgo a su
personal; además, los líderes eficaces instruyen a sus seguidores a pensar en función de
la compañía, no de sí mismos.
“El liderazgo se define como la capacidad de influir sobre otros, pero es posible
identificar grandes diferencias en la manera en que se ejerce el liderazgo, pues algunos
líderes pueden influir sobre otros según sus cargos, y otros en cambio pueden influir de
acuerdo con sus características y actitudes, las cuales generan identificación o
entusiasmo en los seguidores” (García, 2011). El liderazgo es fundamentalmente un
proceso atributivo resultado de un proceso de percepción social, siendo la esencia del
mismo el ser percibido como líder por los otros (Lupano y Castro, 2008).
De acuerdo a los componentes del liderazgo, se puede plasmar que el LÍDER es
aquel que tiene la capacidad de trabajar con un grupo de personas, que ejerce influencia
en los demás (seguidores), tiene la habilidad para comunicarse de forma asertiva con su
equipo de personas, piensa de forma estratégica a futuro y hace que sus empleados
trabajen con entusiasmo para alcanzar los objetivos deseados.
De acuerdo con Hellriegel y Slocom (2009), el liderazgo “es el proceso de
desarrollar ideas y una visión, de vivir conforme a los valores que apoyan esas ideas y
esa visión, de influir en terceros para que los adopten en sus propios comportamientos y
de tomar decisiones difíciles sobre los recursos humanos y otros” (p. 262).
En este mismo sentido, Tichy, citado por Hellriegel y Slocom (2009), consideran
“que el liderazgo es lograr por medio de otras personas, algo que no se habría logrado si
uno no hubiera estado ahí. Y en el mundo actual, esto se logra cada vez menos por
medio del mando y el control, y más por medio de cambiar la mentalidad de la gente,
así como modificar su comportamiento. Hoy en día el liderazgo puede mover ideas y
valores que llenan de energía a otras personas” (p. 262).

Perspectiva del líder: Usted jamás logrará que las personas lo sigan y jamás podrá
guiar si no administra su propia vida y si no puede actuar en una forma moral y ética
en todos los entornos. Esto no significa que tenga que ser perfecto. Lo que significa es
que la integridad personal es una característica fundamental que permitirá que las
personas lo sigan. Michael E. Moroone, presidente director general y director de
operaciones de Auto Nation, citado en Hellriegel y Slocom (2009, p. 263).

¿QUE SIGNIFICA SER LÍDER?

Victoria (2010), plantea que “el objetivo del líder puede ser enfocado en un sin fin
de circunstancias, es decir, un individuo puede ejercer el trabajo de líder en otros
sentidos de su vida y trascender en espacios o esferas distintas, en relación a causas y
acontecimientos diferentes” (p.20). Es por esto, que se puede considerar que las
representaciones del liderazgo son aún complicadas por el tipo de personas, coyunturas,
grupos y contextos. Thomas Caryle, citado por Victoria (2010) señala, que los pueblos
están fundados sobre las ideas de sus líderes. Las grandes ideas pueden transformar la
historia, solo se requiere la presencia de un gran líder que les dé fuerza.
El líder debe tener la capacidad cognitiva, social y comportamental para ayudar al
desarrollo de equipos altamente efectivos (Uribe, Molina, Contreras, Barbosa &
Espinosa, 2013). Desde este punto de vista, el “liderazgo implica el desarrollo de
habilidades, fomentar la participación, la creatividad y el crecimiento personal de todos
los miembros de la organización (McCollum, 1999; Perdomo & Prieto, 2009)”, citado
por Vaillaba y Fierro (2017, p. 157). En este mismo sentido, el líder no tiene que ser por
fuerza el gran benefactor, tal como lo señala Victoria (2010), donde da el ejemplo de
Adolfo Hitler quien paralizó un país entero con la fuerza de su retórica, Yósif Stalin era
bestialmente eficaz en el ejercicio del poder autoritario. Ho Chi Minh llegó a convertirse
en un héroe legendario para millones de personas en Vietnam y lejos de sus fronteras.
Los grandes líderes, son hombres supremamente inteligentes con una capacidad
de análisis y de pensar en profundidad. Su pensamiento es más concreto que abstracto,
con más facilidad de medir consecuencias que para construir teorías. Cada día la
sociedad es más compleja y por ello requiere verdaderos líderes, capaces de incentivar
y/o motivar a sus colaboradores y llevar a las empresas al logro de los resultados
deseados. Es por esto que Naranjo (2008), plantea que:
“Las organizaciones requieren líderes que puedan ir más de la mera
capacitación técnica, el “líder debe poseer habilidades administrativas y
habilidades humanas, el líder de hoy debe convertirse en un alto gerente, que
posea conocimientos amplio sobre los tres puntos neurálgicos de toda empresa:
el producto y/o servicio (si no lo conoce, no lo vende), la empresa (si no la
conoce, no sabe que esperar de ella) y el sector en que se mueve la empresa (sino
lo conoce, no puede proyectar la empresa)” (p.28).
De la Corte (2012), manifiesta que:
“La personalidad del hombre tiene componentes innatos que algunos llaman
temperamento, y otros que se adquieren y que constituyen el carácter. En todo
caso, son componentes variables, por lo que podemos afirmar que la
personalidad es absolutamente valorable. Por otro lado, esa secreta fuerza
interior que vimos antes forma parte de la personalidad, y en lo hondo del ser es
potencia, no es acto, en términos de filosofía aristotélica. Así, en el ser del líder,
que llamaremos liderazgo, hay un elemento potencial que puede o no llegar a ser
acto, incluso que puede no ser” (p. 62).
Delgado y Delgado (2003), señala que “primero, es necesario que los líderes se
conozcan mejor ellos mismos, para percibir lo que les gusta, lo que no les gusta, lo que
hacen bien y lo que hacen errado. Y de ahí, pasar a incorporar nuevas técnicas” (p. 77).
Delgado (2003), cita algunas de las definiciones encontradas sobre el líder, tales como:
“Ken Blanchard1 compara la función del líder, con la de entrenador en un juego
de fútbol: “Como en un juego de fútbol, el líder debe entusiasmar al equipo,
aplaudir sus progresos en dirección a la portería, incentivándolo a marcar gol.
Pero sin puntuación no hay juego. El entusiasmo es igual a la misión, a veces a la
remuneración y otras al reconocimiento” (p. 80). Senge (2001) dice que “un líder
es una persona que participa en la organización modelando su futuro, que es
capaz de inspirar a las personas a su alrededor, de realizar cosas difíciles y de
probar cosas nuevas, simplemente significa andar para adelante. Es todo lo que
significa. Y todos los seres humanos tienen capacidad para adelantar. Eso
implica una estructura que valorice a todas las personas en la empresa. Es tan
sencillo como eso” (p. 81).
Carnegie (s/f), plantea que:
“Los verdaderos líderes «empoderan» a sus trabajadores y además el líder
sirve a sus trabajadores, no al revés. La típica figura geométrica que asociamos a
la mayoría de empresas es el triángulo. En la cima está el jefe, que da órdenes a
la directiva intermedia, ésta da órdenes a los supervisores y éstos, a su vez, dan
órdenes a los trabajadores. En la parte inferior del triángulo se hallan los
clientes, que esperamos que estén satisfechos con lo que les proporcionamos
(p.12). Es importante, que, desde los altos cargos, se trabaja para prestar un
buen servicio a los clientes, es decir, todo el personal está en función de éstos.
Siempre se ha discutido si las características de líder son innatas o pueden
desarrollarse, por lo cual, se puede señalar según Delgado y Delgado (2003), que
plantean que existen personas que de alguna manera nacen dotadas de cierto carisma
que las hacen líderes en diferentes circunstancias, son aquellas a las que usualmente se
les conoce como “líderes innatos”. Otro tipo de líder es el que se forma como resultado
de una sumatoria de experiencias concretas de vida y del desarrollo de algunas
habilidades que lo van ayudando cada vez más a alcanzar y perfeccionar la función de
líder (p. 81). Se podría entonces argumentar que los grandes líderes poseen una alta
cantidad de poder de convencimiento, transmiten seguridad, hacen que las otras
personas acaben creyendo en las pautas que ellos dan.
Ahora, en el enfoque tradicional, los trabajadores sirven a sus supervisores, los
supervisores a sus directivos y todos, finalmente, al gran jefe. El cliente, en la parte
inferior, prácticamente se ignora
Debería invertirse el triángulo. La directiva del nivel más alto debería servir a los
gerentes intermedios, que a su vez sirven a sus supervisores, que están para servir a los
trabajadores, y todos obedecen al cliente (Carnegie (s/f), p.12). El gerente es la persona

1
Ken Blanchard es presidente de la Blanchard Training and Development, Inc., y mundialmente conocido
por los cinco libros de la colección «One Minute Manager» y por el modelo de liderazgo situacional,
inicialmente desarrollado con-juntamente con Paul Hersey.
responsable de planear, dirigir, organizar y controlar el trabajo de las personas que
laboran para una organización y así mostrar resultados ante sus superiores.
Chiavenato (2009), señala que en la “práctica, todo administrador o gerente debe
ser un líder, pero no todo líder es un administrador o gerente. El administrador basa su
posición en la jerarquía organizacional, mientras que el líder se basa en sus cualidades
personales. En conclusión, administrar y liderar no son actividades idénticas”
Es fundamental tener claro cuál es la diferencia entre un jefe y un líder. Como se
ha venido mencionando, el líder puede ser cualquier persona de cualquier rango que
fomente el trabajo en equipo, interactuando, estimulando e influyendo a sus seguidores
al cumplimiento de metas y objetivos que comparten (Gómez, 2008) y el jefe, puede ser
toda aquella persona de rango superior que se preocupa en asignar funciones para
gestionar su organización, esperando que todos los subalternos de rango inferior
(subordinado) cumplan a cabalidad todo lo que se ordena (Hernández et al., s.f).
(Figura XX).
Figura XX. Diferencias entre jefe y líder

Jefe Líder

Manda Guía

Estimula el trabajo en equipo.


Retroalimentación permanente.
Asignación de tareas. Trabajo creativo.
Baja motivación. Visión a largo plazo.
Poca interacción. Le apasiona los retos.
Trabajo rutinario. Liderazgo participativo.
Visión a corto plazo. Buena comunicación.
Alta supervisión y control. Los empleados proponen.
Poca retroalimentación. Estimulación a la creatividad.
Clima laboral tenso.
Liderazgo autoritario.

Fuente: Elaboración propia de los autores (2021).


Otras características de los líderes.
Sabiduría.
Prudencia.
Justicia.
Toda persona puede,
Fortaleza.
en principio,
Perseverancia.
desarrollar en algún
Persuasión o retórica
grado estas
Alegría.
características,
Espíritu de servicio y
acercándose al perfil
Magnanimidad.
Humildad.
Solidaridad o caridad.

Fuente: Elaboración propia de los autores (2020).


En el mundo globalizado en que vivimos actualmente, aunque los conocimientos
siguen siendo ineludibles, las organizaciones demandan gerentes con cualidades
adicionales, con virtudes y grandes habilidades humanas. Directivos equilibrados que no
respondan a un modelo autoritario y deshumanizado, pero tampoco a un modelo
paternalista y débil, sino que, por el contrario, que sean personas optimistas y logren
transmitir esa actitud a todos los miembros de la organización, que inspiren confianza y
sepan liderar al equipo de trabajo.
Carazo (2011), cita a Drucker cuando aseguraba que “el liderazgo es
responsabilidad”. El gran gurú de la gestión lo resumía del siguiente modo: “Los líderes
con éxito no empiezan preguntando “¿Qué quiero hacer?”, preguntan: “¿Qué debe
hacerse?” “En otras palabras, el liderazgo ha de tener en cuenta la ética y los valores”.
(p.15). En este mismo sentido, Jericó, citado en Carazo (2011), se plantea el siguiente
interrogante: ¿Y por qué el líder es el motor del cambio?, a los que Jericó comenta:
“a nadie se le escapa que estamos inmersos en una profunda incertidumbre. Más
allá de la crisis económica de los últimos años, nos vemos en la imperiosa necesidad de
reinventar nuestros sistemas. Los valores sociales parecen transformarse, como se
observa en los más jóvenes, y la presión del mundo de Internet en nuestras vidas está
creando organizaciones cada vez más transparentes y colaborativas” (p. 15).

PRINCIPIOS DE LIDERAZGO

Según el Concilio Nacional de Minorías contra el SIDA (NMAC, 2009), señalan


que cuando se refiere a la responsabilidad compartida, los buenos líderes saben el
concepto de “ser, hacer, conocer,” inherente en estos once principios:
 Conózcase a sí mismo y trate de mejorar. Fortalezca sus habilidades de liderazgo
leyendo, estudiando, tomando clases apropiadas, etc.
 Sea técnicamente capaz. Como líder, debe conocer su trabajo y tener un
conocimiento sólido del trabajo de sus empleados.
 Busque y asuma la responsabilidad por sus acciones. Busque maneras de conducir a
su organización hacia nuevos horizontes. Y cuando las cosas vayan mal, no culpe a
los demás. Analice la situación, tome la acción correcta y avance hacia el próximo
reto.
 Tome decisiones firmes y oportunas. Utilice herramientas apropiadas para la
resolución de problemas, toma de decisiones y planificación.
 Mantenga informada a las personas. Sepa cómo comunicarse con los empleados,
directivos y otras personas claves dentro de la organización.
 Desarrolle un sentido de responsabilidad en los demás. Promueva buenos atributos
de personalidad entre las personas para que les permitan llevar a cabo sus
responsabilidades profesionales.
 Asegúrese que las tareas se entiendan, se supervisen y se cumplan. La comunicación
es clave para esta responsabilidad.
 Prepare a sus empleados como un equipo. Aunque muchos líderes llaman “equipo” a
su departamento, sección, etc., se trata en realidad de un grupo de personas que
hacen su trabajo. Los buenos líderes forman equipos sólidos.
 Use toda la capacidad de su organización. Al desarrollar un espíritu de equipo, podrá
hacer que su organización, departamento, sección, etc. utilice toda su capacidad.
 Predique con el ejemplo. Sea un modelo para sus empleados. Ellos no sólo deben
escuchar lo que usted espera que hagan, sino también ver que usted lo hace.
 Conozca a sus empleados y vele por su bienestar. Entienda la importancia de
interesarse sinceramente en sus trabajadores (p. 14).
 Debe ser humilde. Debe comprender la igualdad y dignidad de todos los sujetos;
valore el esfuerzo y el trabajo de los demás, escuche a todas las personas y tenga en
cuenta las opiniones y finalmente, respeta a todos.
 Fomente en sus empleados la perseverancia, la constancia, persistencia, firmeza,
dedicación y tesón.
 Mostrar autoridad, con respeto. De ejemplo de autoridad, pero sin sobrepasar los
límites del poder.
 Debe transmitir buena energía. Siempre imparta una buena energía a sus seguidores.
 Debe transmitir amor, pasión y tolerancia en sus seguidores.
 Finalmente, debe propiciar la disciplina en la empresa.

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