INTRODUCCIÓN

Liderar, es un ejercicio clave del orden y del éxito. El conjunto de actividades hechas
por una persona o un grupo de las mismas, encargadas de dirigir al resto, para perseguir
un mismo objetivo, es una tarea que se dice fácil, sin embargo a la hora de la práctica, es
todo lo contrario. Existen varias formas de dirigir, y el estilo que se elija será determinado
al plantear cómo son las tomas de decisiones (unilaterales, en conjunto, a intervalos,
entre otros).
Tanto así que, incluso el más mínimo cambio variará considerablemente el estado del
ambiente y la manera en que se cumplirán los objetivos planteados, de allí su importancia.
Latinoamérica, desde hace varios años, viene siendo visto como el continente relegado,
sumido en pobreza y subdesarrollo (generalizando), y ello, muy probablemente, no
depende al 100% de los recursos económicos, sociales, y culturales del territorio, sino del
dirigente, puesto que un gran líder sabe que tiene en sus manos la vida de muchas
personas, y no juego con ellas avariciosamente, sino que se regocija en el surgimiento y
empoderamiento, para explotar lo poco o mucho que tenga, como beneficios lucrativos o
ganancias para todos.
La investigación realizada plantea el objetivo de informar y expandir los conocimientos
relacionados a nuestra historia como americanos, puesto que “quien no conoce su pasado
está condenado a repetirlo en su futuro”. De ahí lo importante de dar a conocer este tipo
de datos, en vista de que la historia es cíclica y conocerla puede ser la llave que nos libre
de las cadenas de la esclavitud política.
El presente trabajo está conformado por la definición de algunos tipos de líderes, como
el intelectual, el heroico, el revolucionario, entre otros, al igual que el planteamiento de los
tipos de liderazgos existentes en Latinoamérica, como el carismático, democrático, o
autocrático, a la vez que se plantea la relación con respecto a las categorías de cada
líder, y algunos ejemplos claros de la descripción.
Líder Intelectual.

Primero que nada, hay que definir el intelecto. Si bien, es asociado con la
mente, trabajos mentales, implica más allá de la digestión de los datos, debido a
que abarca el proceso de comprensión del mundo (el espacio en que se habita),
manteniendo un contacto continuo con la realidad. De acuerdo con Pérez (2022),
el intelecto es representado en la habilidad o capacidad propia de los seres
humanos de comprender los datos expuestos. Por lo tanto se trata, propiamente,
de una capacidad de comprender más fácilmente, o mejor, los problemas, o las
situaciones mentales enlazadas a la realidad, o sea, una facultad mental,
característica de los procesos de aprendizajes, enseñanza, toma de decisiones y
formación de ideas, mediante el cual, la persona que lo ejecuta, logra alcanzar un
grado de conocimiento e interpretación de información que le permitirá
internalizarla, para después procesarla y aplicarla en algún momento de la vida.
Entonces, comprendiendo un poco mejor aquello relacionado al intelecto (en
sinonimia de inteligencia), un líder intelectual es constituido por todo aquel
individuo que, cumpliendo con su papel de líder, sea la fuente de información y de
obtención de soluciones sobre determinado tema; por sí mismo, tiende a ser un
concepto de muchas definiciones, por lo tanto, no se ha de abordar tanto en ellas,
sino más bien las características que lo sintetizan.
Sin embargo, para no dejar el término al aire, resumido por Ricardo (2020),
viene siendo el experto designado en un grupo para que este llegue a ser el más
innovador del futuro (obviamente ejerciendo el papel de líder), en explicaciones
sumamente generales. Con otras palabras, es un líder cuya característica más
fuerte es la inteligencia y la sabiduría en su campo de trabajo, por lo que
comprenden las influencias, la tecnología, las condiciones del mercado, y a las
personas dentro de su campo.
Concretamente hablando, se puede describir, basándose en Coronado (s/f), en
dos grandes ítems, “la parte colectiva, y su capacidad para entender y asumir la
realidad”. Lo primero refiere a que, actualmente, no es válido el concepto de líder
como extraordinario en su especie, aquel único e inalcanzable, pues, el resultado
lideratico es concerniente a las cualidades obtenidas de las relaciones
interpersonales, el aprendizaje y el trabajo en equipo a la hora de resolver
problemas, donde hace juego el proceso grupal por encima del individual, con
actitudes positivas que busquen el crecimiento del grupo y del propio individuo.
Y por otra parte, el segundo punto implica la realidad concreta. Esto refiere a la
centralización de los objetivos, acordes a las necesidades sociales existentes para
la época, que cubran alguno de los distintos ámbitos (de educación, salud, política,
entre otros). En este aspecto, la escuela y base de los líderes intelectuales es la
universidad. En ella se aplica el liderazgo intelectual entre los salones, a fin de
incentivar la curiosidad, las ganas por aprender, y los experimentos.
 Volviendo a lo de las características, se le puede agregar la autonomía, la
libertad, la verdad y el bien común, con lo cual se pretenda buscar o diseñar
planes de beneficios a largo plazo, obsoletizando aquellos de resultados rápidos
en un corto periodo. Al consultar con Ricardo, (s/f), no obstante, le agrega 3
descripciones importantes:
 Innovación: se propusieron cambiar los estándares y crear
prácticas aún mejores (…) realizar grandes cambios
innovadores y nuevos.
 Apasionado: el liderazgo de pensamiento no ocurre sin pasión
(…) que creará seguidores sin los cuales no hay líder ni
liderazgo.
 Reputación: para que las personas sigan sus ideas y
pensamientos, deben conocerlo como un experto en lo que
hace. Esto hará que los consumidores confíen más en sus
ideas y marketing.
A partir de tales, es lógico decir que los mencionados son vitales en la
formación de un líder intelectual (diciendo formación porque no es un proceso que
va de la noche a la mañana, sino que lleva su tiempo y proceso). La innovación,
de hecho, es vital en cualquier buen líder, las personas buscan seguir a alguien de
ideas nuevas, frescas, revolucionarias, capaces de cambiar al mundo, y es que
son esas las que resaltan entre todas. La parte de la pasión se le atribuye al
desempeño en la labor, ya que, se tiende a ser más convincente y seguro en los
quehaceres cuando se disfruta de las actividades, y más que verlas como una
obligación, se ven como una esperanza. Y el elemento de la buena reputación, y
su explicación es sencilla, es más fácil confiar en quien se ha visto o escuchado
que sabe lo que hace, a diferencia de aquel que solo emplea palabras (en vez de
hechos) para explicar sus destrezas. Paralelamente no se debe olvidar la
obligación de los líderes de estar preparados y/o generar una respuesta a las
preguntas comunes y urgente, de igual forma, tiene que dar a conocer su
planteamiento por distintos medios, ello le facilitara la comunicación con el resto
de su equipo, al tiempo que fomenta el compromiso con el mismo (un buen líder
valoriza y delega al grupo que dirige).
Ser un líder intelectual conlleva a una serie de ventajas que incitan, cada vez
más, a un mayor número de personas para formarse en base a este tipo de
líderes. Planteado por la empresa dedicada al fortalecimiento del liderazgo
personal y grupal Life Perú (2016), en parte de esas ventajas para el grupo está la
facultad del líder intelectual para crear y proveer servicios innovadores o difíciles
de encontrar. Asimismo, contar con o ser un líder intelectual, indudablemente,
hace resaltar dicho dato, como diferencia de la competencia. Sin lugar a dudas,
los mencionados ayudan al aumento de la rentabilidad y mejoran el ambiente
laboral, debido a que son unidades de trabajo que aprovechan verdaderamente
los recursos disponibles a su alcance, personal o material, siendo una fuente de
motivación en el entorno. En resumidas cuentas, el liderazgo intelectual no busca
un jefe que maneje a los empleados, sino a alguien que enseñe y aporte al
mercado, un visionario en todas sus descripciones, es decir, una persona activa.
Liderazgo Carismático
Si se entiende el carisma como la cualidad o el don natural que poseen algunas
personas para llamar la atención y atraer a otros por su palabra o personalidad, es
decir, la gracia o el encanto de algunos pocos para caer bien o ejercer fuerza de
atracción sobre los demás, entonces es factible estudiar el liderazgo carismático
como aquel en el cual Orellana (s/f) explica que su principal movida es la empatía
con los integrantes de la organización a fin de obtener máximo partido de los
mismos. Es decir, se trata de una manera de liderar donde se toma en cuenta la
posición del resto del equipo, individualmente, comprendiéndolos. Al tomar esta
línea, se vuelve un tipo de liderazgo que puede ser adaptado a otros entornos
como el laboral, familiar, o político (en este caso).
En concreto, el liderazgo carismático agrupa características de otros estilos de
dirección, por ejemplo: la escucha activa de los otros, la tenacidad a la hora de
tomar decisiones, la convicción y la empatía. Así lo explica Hugo (s/f), quien
expresa concretamente una serie de connotaciones características de este tipo de
líderes:

 Tiene la capacidad de llegar a cambiar los valores, creencias y

actitudes de sus seguidores.
 Posee una gran capacidad de convicción.
 Motiva.
 Ayuda a asumir riesgos.
 Utiliza medios innovadores y no convencionales para cumplir con
las tareas.
 Promueve la admiración.
 Tiene una gran visión de futuro.
 Desarrolla persuasión de quien lo ejerce.
 Crea un círculo de confianza.
 No se conforma, usa la proactividad para dar ese aporte adicional
en sus procesos.
 Desarrolla positivismo realista.
 Hace de quien lo ejerce, un individuo capaz de sacrificarse y dar
el todo por la empresa.

Ello quiere decir que, en el liderazgo carismático, influye algo más que buenos
tratos y tolerancia, se trata de hecho, de contagiar entusiasmo, energía positiva,
por medio de una personalidad alegra, para envalentonar la confianza de abordar
todo tipo de problemas; de la mano, debe ser capaz de crear relaciones
interpersonales estrechas, y transmitir seguridad (la colectividad no suele seguir a
quien no sabe lo que hace, o tiene la certeza de ello), puesto que no es alguien
inexperto. Paralelamente, y en trabajo conjunto, tiene que mantener la
participación del grupo, no basta con asignar tareas individuales, aquel que dirige
tiene que proponer soluciones de mejora continua, y comunicación participativa
con todos, con lo que podrá aprovechar mejor las fortalezas de cada uno. En otros
términos, un líder carismático tiende a ser dominante, seguro de sí mismo, con
deseos de influenciar a otros, y una fuerte convicción en sus creencias,
complemento de una visión compulsiva con un propósito definido.
No obstante, todas estas descripciones son puestas en juego por una serie de
4 etapas, expuestas por Castillo (2009) en lo siguiente:
1. Es capaz de percibir las deficiencias en la situación existente, sentir
la necesidad del cambio y formular una nueva visión.
2. Debe ser capaz de trasmitir a los miembros de la organización, la
importancia de su visión y de inculcar en sus seguidores la
necesidad del cambio en el sentido por él indicado
3. Debe ser capaz de inspirar en los miembros de su organización una
gran fe y confianza tanto en él, como en la visión que sostiene.
4. Logrando que los seguidores adquieran una gran confianza en sí
mismos, hace que la visión inicial se cumpla.
Se entiende, por consiguiente, este conjunto de procesos consecutivos y
relacionados entre sí, porque uno conlleva al otro. O sea, todos estos líderes
posean una nueva imagen sobre el futuro, y es que, de lo contrario, no pudieran
dirigir al resto por un camino de supuesta productividad. En igual, si él, como
director, no logra captar la atención de sus dirigidos, termina fracasando como
líder carismático, puesto que todo lo que dice tiene que llegar directamente a los
receptores. Aunado al hecho de que si no inspira confianza, impide el
cumplimiento de los objetivos, debido a que recae en lo mismo “nadie sigue a
alguien en quien no cree”.
En parámetros generales, liderar carismáticamente tiende a resultar muy
motivador, tanto para los emisores como para quien recibe la acción, pues, es una
actividad muy fructífera y productiva que favorece indiscutiblemente la resolución
de conflictos mediante la ejecución de ideas trabajadas. Uno de los elementos
más importantes a destacar es que genera espíritu de grupo, aquello que hará que
en los días malos, los integrantes no se vengan abajo o se desmotiven, ya que
cada uno se sustenta en el otro, tal como un engranaje, y lo mismo, en
consecuencia, mejora el clima laboral. A pesar de lo anterior, en determinadas
ocasiones surgen algunas desventajas que dificultan o retrasan el avance
progresivo de la unidad, ya sea cuando hay cambios de puesto en las personas
que van al mando, si alguno siente exclusión debido a la atención extra recibida en
el líder, además puede que se idealice mucha la figura del mismo, y en otros
casos sencillamente, el grupo a compaginar es muy grande.
 Ahora bien, conociendo más ampliamente el panorama al cual se visiona el
concepto de liderazgo carismático, puede ser relacionado con algunos tipos de
líderes. Tomando en cuenta lo ya explicado del carismático, el mismo abarca un
poco de otros tipos de liderazgo, en resultado, no es de extrañar, al mencionar al
líder ideológico, tomando en cuenta, que la mayoría de los líderes de primer
campo son aptos socialistas, el vínculo ideológico explica por qué tienen un claro
concepto del socialismo moderno, del de pleno siglo XXI, a través de distintos
puntos de vista.
Para referirse al reformador, el mismo proporciona un proceso dinámico
interno, por el cual logra exteriorizar mejoras generales, un punto de sinonimia con
respecto al líder carismático, ambos buscan mejorías a la unidad, e intentan
sobreponerse a prácticas gerenciales deficientes, inútiles en la era moderna, de
constante cambio y evolución.
Al traer a colación el líder revolucionario, como ya se debió haber explicado, es
un fiel creyente del partido comunista marxista (aquel que afianza la existencia de
países subdesarrollados como consecuencia del egoísmo y la negligencia de los
países desarrollados; no existe la propiedad privada, todo es del pueblo, y para el
pueblo). Aquí aplica una relación muy particular, debido a que el liderazgo de
carisma, siendo revolucionario, mantiene sometido a los hombres, en vista de ser
la personalización extrema del poder. En tan alarmante caso, es de obviar que no
son precisamente una fuerza positiva para las sociedades.
Luego, el heroico. Quizá, uno de los puntos que más hace convergencia en
relación al liderazgo comparado, es que ambos presentan convicción al tratar una
idea exitosa, puesto que pretenden buscar el bienestar o la mejora. Pero, la
diferencia entre los dos, la más importante, es que al héroe le es difícil superar
obstáculos, y al otro no tanto, siempre lo intenta, apoyándose en los suyos.
Y por último, el líder intelectual, aquel que sabe de lo que habla y que no duda
de sus conocimientos ni de sus capacidades. Con lo mismo, influencia
fuertemente al carismático, de hecho, deberían ser dos ideas que van de la mano,
mucho carisma y simpatía no sirve de nada al no conocer los problemas a resolver
ni haber internalizados los mismos, mientras que, no sirve de mucho el intelecto si
no se tiene la parte carismática para compartir el conocimiento y convencer al
resto acerca de tales ideales.
Llevando estos conceptos a la realidad, es válido resaltar una serie de líderes
latinoamericanos que vienen compartiendo las características como líderes de
carisma, y es que, claramente cada país ha tenido por lo menos uno. Entre ellos,
empezando la lista está Hugo Chávez, su poder de convencimiento y
manipulación fueron increíbles, con el don de la palabra, empleando un lenguaje
un poco coloquial, llegó a cautivar a las masas, y perpetuarse en el poder, luego
de hacer el golpe militar. Si bien, hablaba cosas bonitas, es dicho que hundió a
Venezuela en la pobreza y la desesperación. Recorriendo otro país, se señala a
José “Pepe” Mujica, el cual construyó las bases para que Uruguay surcara un
camino parecido.
Mencionando algunos otros están: Evo Morales (en Bolivia); Pedro de
Braganza, Getulio Vargas, y Stroessener (Brasil); Bernardo O´Higgins, Manuel
Montt, y Pinochet (Chile); Alan Gracia, y Fujimori (Perú); Fidel Castro (Cuba);
Antonio José de Sucre (Ecuador); San Martin, Manuel de Rosas, Perón y Menem
(Argentina); Porfirio Díaz, Agustín de Iturbide, y Lázaro Cárdenas (México);
Caldera y Chávez (Venezuela); y Uribe (Colombia).
Según Fischer (2016), la presencia de los mismos fue a causa de la cultura y
costumbre latinoamericana, muy susceptible al surgimiento de esta clase de
caudillos. De igual modo, expone que, estos líderes carismáticos “encantadores de
serpientes”, se mantendrán en constante atracción flechando a los extranjeros con
parloteo en contra del capitalismo y consumismo, a la vez que los países que
dirigen, permanecerán sufriendo las consecuencia de su “filosofía barata”.

Castillo, E. (2009). PONENCIA PRESENTADA PARA LAS II JORNADAS DEL CENSUD Y EL IV

ENCUENTRO DEL CERPI “LA REALIDAD SUDAMERICANA DE CARA AL BICENTENARIO”. Universidad
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Fischer, H. (2016). Latinoamércia: Líderes carismáticos peligrosos. Panampost. Extraído el 14 de

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Pérez, M. (2022). Definición de Intelecto. Concepto definición de. Extraído el 13 de junio de 2022
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Ricardo, R. (2020). ¿Qué es el liderazgo intelectual? – Definición y ejemplos. Estudyando. Extraído
el 13 de junio de 2022 en: https://estudyando.com/que-es-el-liderazgo-intelectual-definicion-y-
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