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LIDERAZGO CON PERSPECTIVA SOCIAL

«La innovación es lo que distingue al líder de los seguidores», Steve Jobs.


«El liderazgo no consiste en estar al mando, sino en cuidar de las personas a tu cargo», Simon Sinek.
«Si tus acciones inspiran a los demás a soñar, aprender y hacer más; eres un líder», John Quincy Adams.
«Conviértete en el tipo de líder que las personas seguirían voluntariamente, incluso si no tienes el título o la
posición», Brian Tracy.

¿Qué significa liderazgo?

A lo largo de los últimos cincuenta años, académicos muy prestigiosos han realizado
más de un millar de estudios intentando determinar cuáles son las características o los rasgos
de personalidad que poseen los grandes líderes. Afortunadamente, ninguno de ellos ha sido
capaz de definir exactamente el perfil del líder ideal. Si esos estudios hubieran revelado la
“receta mágica” para llegar a ser un líder auténtico, la gente se empeñaría en intentar
imitarlos, es decir, actuarían como personajes, no como personas. No hace falta que nazcas
con unas características o determinados rasgos para poder ser un líder.
Sin embargo, el tiempo, la investigación y la experiencia han evidenciado que el
comportamiento y la actitud de la persona, son elementos influyentes para lograr la
perdurabilidad, la calidad y el éxito en el momento de dirigir a un grupo de personas. Con
base a esto, es posible afirmar que, si se quiere generar cambios, mejorar los procesos, lograr
que las personas se motiven a lograr los resultados, se debe contar con personas que inicien,
faciliten, gestionen, impulsen y coordinen el proceso de transformación.
La presidenta y directora ejecutiva de Young & Rubicam (empresa estadounidense
de marketing y comunicaciones especializada en publicidad, medios digitales y sociales),
Ann Fudge, dijo:
«Todos tenemos la semilla del liderazgo en nosotros mismos, tanto para los negocios
como para trabajar en el gobierno o para ser un voluntario de una ONG. El desafío
consiste en conocernos lo suficientemente bien para saber dónde podemos usar
nuestro liderazgo para servir a los demás».
En la práctica, según los teóricos Kouzes & Posner (1996), con base en estudios,
observaron un conjunto de comportamientos en el liderazgo:

1. Desafiar los procesos. El líder asume los riesgos de los procesos administrativos,
operativos, así como su dinámica interna y externa.

2. Inspirar una visión compartida. Se refiere a una imaginación apasionante continua


del líder sobre escenarios futuros.
3. Habilitar a los demás para que actúen. El líder lleva a cabo, de forma persistente,
un proceso participativo y cooperativo en la toma de decisiones, comportamiento que
incide favorablemente en fomentar seguidores proactivos.

4. Modelar el camino. Este comportamiento constituye el marco axiológico y en la


moralidad. Primeramente, refiere a una alta jerarquía de valores y
complementariamente, una alta moralidad. El líder predica con el ejemplo de manera
constante, tanto en sus valores profesionales como en sus inseparables estimaciones
personales.

5. Dar aliento al corazón. El líder proporciona siempre una retroalimentación positiva:


él reconoce de manera pública las contribuciones individuales y celebra los logros del
equipo.

Perspectiva social del liderazgo

La comunicación es esencial para poner en práctica el liderazgo, en la actualidad,


parece imposible que el hombre haya sido capaz de dominar el mundo, el espacio, y aún no
le sea posible dominarse a sí mismo, comunicarse de una manera eficaz, con su entorno,
familia y compañeros de trabajo. Es por ello, que a pesar de ser un tema explorado por
muchos autores, el factor humano en cualquier organización educativa, profesional y social
requiere de un liderazgo presente que le permita alcanzar sus objetivos con un plan de acción
bien definido.
Liderar en entornos tan complejos como los actuales no es una tarea fácil. La
incertidumbre, los cambios demográficos y sociales, el impacto de la tecnología, etc. son
factores que añaden más presión a los responsables de guiar en diversos sectores. En el
ámbito del sector social, esta complejidad tiene incluso algunos retos añadidos, como la
dificultad de afrontar los desafíos sociales actuales derivados del incremento de las
desigualdades, así como de la limitación de los recursos tradicionales.
Para afrontar los desafíos sociales del mundo actual en un contexto VUCA (volátil,
incierto, complejo y ambiguo), se necesita de líderes dinámicos que tengan coraje, capacidad
de liderar la innovación y aptitudes para reescribir continuamente las “reglas del juego”. Es
decir, ir más allá, que los líderes se autoperciban como impulsores de entornos dinámicos, de
tal forma que fomenten la autonomía e iniciativa de las personas para alcanzar los objetivos
individuales y comunitarios. Tal y como afirma Peter G. Northouse en su libro Leadership:
theory and practice, «el liderazgo es un proceso por el cual una persona o un grupo de
personas influyen en una serie de individuos para conseguir un objetivo común».
La relación entre estos tres elementos –el líder, el propósito y el equipo– conforma
el triángulo virtuoso del liderazgo.
PROPÓSITO
(¿con qué nos comprometemos?)

RESULTADOS
LÍDERES EQUIPO
(competencias y capacidades) (valores y actitudes)

En la actualidad se requiere de un liderazgo fuerte y capaz de adaptarse a esta nueva


realidad y de adoptar una visión de futuro para hacer frente a los retos sociales de forma
efectiva. Entonces, ¿hacia donde va el liderazgo social? Un estudio realizado por ESADE en
co-autoría con PWC (2019) (institución academica española de nivel superior y firma de
consultoría), realizó un estudio sobre el liderazgo para contribuir a una sociedad más justa,
inclusiva y cohesionada, este documento reveló que es imprescindible tener en cuenta los
cuatro aspectos fundamentales siguientes:

1. La importancia de liderar desde el propósito. Plantearse ¿Qué es lo que nos motiva


para liderar? Es decir, tener un faro que nos guíe, dos propósito: por un lado, el
propósito personal, individual, de liderazgo y, por otro, el propósito colectivo.

2. Liderazgo compartido. No vinculado a una única persona al frente de la entidad,


consistente en distribuir las funciones y los roles del liderazgo.

3. Estilos de liderazgo. Identificar que estilos deben de potenciarse y cuales deben de


minimizarse e incluso evitarse, ya que cada estilo se adapta a diferentes situaciones.
Por lo que un buen lider debe de cambiar el estilo según lo que el contexto requiera.
Un estilo de liderazgo es una herramienta, no un rasgo de la personalidad.

4. Nuevas competencias. Necesidad de desarrollar competencias emocionales


(personales y sociales) y nuevas habilidades para abordar cuestiones emergentes. Por
ejemplo: autoconomiento emocional, autocontrol, empatía, mirada positiva, gestión
de conflicto, mentoria y coaching. Asimismo, competencias más actuales como:
humildad, habilidad para generar confianza y honestidad, resiliencia, espíritu
emprendedor, hablidad para colaborar y pensamiento sistemático.

En este contexto, se habla de un liderazgo más allá de los líderes, en el cual es


necesario revisar profundamente cómo se toman las decisiones, cómo se definen los objetivos
o cómo se motiva a las personas. Asimismo, el desarrollo de nuevas competencias, el fomento
del aprendizaje y el establecimiento de alianzas y colaboraciones.
REFERENCIAS

Pwc & ESADE (2019). ¿Hacia donde va el liderazgo social? Nuevas tendencias y competencias.
Barcelona. Recuperado de https://www.pwc.es/es/publicaciones/tercer-sector/informe-liderazgo-
social-pwc-esade.pdf

Business Review, H. y Monrabá Bueno, G. (Trad.) (2019). El auténtico liderazgo. Barcelona,


Editorial Reverté. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/bibliotecauv/128588?page=17.

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