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DELITOS:

OMISION DE ACTOS FUNCIONALES

ENCUBRIMIENTO REAL:

Señor Magistrado, a lo largo del presente juicio hemos logrado consolidar nuestra tesis propuesta en
nuestros alegatos de apertura, es decir nuestra teoría del caso a logrado consolidarse y se logra
establecer que mi patrocinado Alexander Miguel Cabanillas Linares, no es responsable en calidad de
autor de los delitos de OMISIÓN DE ACTOS FUNCIONALES Y EL DELITO DE ENCUBRIMIENTO REAL.

Nuestra tesis ha propuesto que no puede responsabilizarse a mi patrocinado de la comisión del


delito de omisión de actos funcionales, toda vez que de las actividades y funciones especificas que
ostenta mi patrocinado, están han sido desarrolladas de manera cabal. Además de ello que la
representante del ministerio público no ha logrado identificar ni acreditar que acto de función ha
sido omitida por mi patrocinado.

Señor Magistrado, vuestro digno despacho debe tomar en cuenta que al inicio del presente juicio la
representante del Ministerio Público, propone que mi patrocinado al encontrarse prestando
servicios del día 13 al 14 de setiembre del 2015, en calidad de Comandante de Guardia no custodió
los camiones que venían cargados con un material aun no identificado de manera plena. Asimismo
su tesis establece que el no probado cambio de material o el gran cambiazo como ha denominado al
presente caso la representante del Ministerio Público, se hubiera producido a las 02.00 de la
madrugada del día 14 de setiembre del 2021, y que estas conductas serían determinantes para
concluir que mi patrocinado tiene responsabilidad penal en cuanto a los delitos de omisión de actos
funcionales y encubrimiento real.

Es importante colegir, que durante todo el despliegue de actuaciones del presente juicio, la
representante del ministerio público no ha logrado probar, nisiquiera mediante prueba indiciaria
que mi patrocinado haya omitido función especifica o general alguna para ser responsable de tal
delito. Sin embargo no debemos perder de vista que durante la actuación de las testimoniales
ofrecidas por la señora fiscal, se ha logrado concluir diversas circunstancias, tales como:

Dentro de las actividades previas y posteriores desplegadas dentro de la comisaria rural de Chilete,
la organización de la comisaria había dividido las actividades en dos turnos para la realización del
servicio de prevención y patrullaje, estos eran conformados de la siguiente manera:

TURNO 1:

- Cabanillas Linares Alexander en calidad de comandante de Guardia.


- Sobrino Sobrino Cesar
- Rivas Moncada Wilmer
- Carranza Torres Javier.
- Davalos Cosanatan Kevin

TURNO 2:

- Fernandez Quesquen Oscar en calidad de comandante de guardia.


- Fernandez Hernandez Taylor
- Cruz Nunja Edwar.
- Mendocilla Diaz Alex
Quedando claro este punto, debo indicar que a la fecha y hora que la representante del ministerio
público a determinado se hubiere realizado el denominado “Gran Cambiazo”, se encontraba en
prestación de servicio los efectivos policiales siguientes:

ESTACIONAMIENTO TÁCTICO:

- Alexander Miguel Cabanillas Linares, desde las 19.00 (día 13.09.2015) hasta la 01.00 am
(14.09.2015), se encontraba desarrollando el servicio de Estacionamiento táctico, frente a la
comisaria (a un costado del cajero del Banco de la Nación).
- Wilmer Rivas Moncada, desde la 01:00 de la madrugada hasta las 7.45 am del día
14.09.2015, desarrollando el servicio de estacionamiento táctico.

COMISARIA:
- Javier Carranza Torres, desde las 20:00 horas (del día 13.09.2015) hasta las 02.00 am (del día
14.09.2015) se encontraba en calidad de vigilante de puerta.
- Taylor Fernandez Hernandez, entro desde las 02.00 am a 7.45 am (14.09.2015) en calidad de
Vigilante de Puerta.

Esto a sido corroborado mediante el caudal probatorio actuado en el presente juicio. Asimismo ha
quedado totalmente establecido que las llaves del armario donde se ubican las armas y el estuche
donde se ubicaban las llaves de los vehículos, se relevaban entre los vigilantes de puerta, es decir
que el efectivo policial Javier Carranza Torres desde las 20 horas del día 13 de setiembre, hasta las
02 horas del día 14 de setiembre del 2015, mantenía bajo su responsabilidad las llaves del armario, y
este hubiera sido quien se las entrego al efectivo policial Taylor Fernández Hernández. Ello conforme
podemos advertir de las declaraciones vertidas en el presente juicio por el señor Oscar Fernández
Quesquen, Javier Carranza Torres, Cesar Sobrino Sobrino, quienes han indicado que ese era el
tratamiento a efectos de que en cualquier emergencia el vigilante de puerta pueda actuar de
manera inmediata. Por lo que la noche del 13 al 14 de setiembre mi patrocinado no tuvo en su poder
las llaves del armario y por consiguiente las llaves de los vehículos en custodia.

En el mismo sendero debemos precisar que durante la actuación de las declaraciones testimoniales
de cada uno de los efectivos policiales que han participado en el turno del 13 al 14 de setiembre, se
ha corroborado que los vehículos no se hubieran movido del lugar donde se encontraban
estacionados, es más según la testimonial del señor Javier Carranza Torres, este hasta las 2.00 de la
mañana que estuvo como vigilante de puerta, logro divisar circunstancia anómala respecto los
camiones, sino que como el mismo indica, todo se encontraba con normalidad. Asimismo que según
la propia declaración del señor Carranza Torres, el se quedo hasta las 02.30 de la madrugada en la
ciudad de Chilete, por consiguiente por las máximas de la experiencia, quienes hemos viajado a la
costa sabemos que se toma el bus para ir a la costa frente a la comisaria.

Por otro lado, según la documental consistente en la declaración testimonial del señor Taylor
Fernandez Hernandez en la pregunta 10, respondió que en la madrugada del día 14 de setiembre del
2015 s persona no observo ningún movimiento de los vehículos incautados, habiendo entregado el
turno al superior cabanillas sin ninguna novedad. A esto le da soporte la respuesta a la pregunta
número 11, que establece desconozco los motivos por los que refieren lo indicado, porque el
servicio se realizado sin ninguna novedad. Es decir no existió desplazamiento alguno de tales
vehículos.

Ahora bien, en el servicio de estacionamiento táctico se corrobora estas circunstancias, toda vez que
mi patrocinado a manifestado de manera congruente y en armonía con las declaraciones antes
señaladas, que durante su prestación de servicio que se desarrollo desde las 19 horas hasta la 01.00
am del día 14.09.2015, no existió desplazamiento de los vehículos, por lo que durante la prestación
de servicios de mi patrocinado y de su grupo no se ha realizado el traslado o desplazamiento de los
vehículos incautados, por consiguiente no existe medio probatorio alguno que logre rebatir tal
circunstancia.

Adicionalmente debe tomar en consideración que la representante del ministerio público ha


ofertado actividad probatoria periférica e indiciaria que no ha logrado satisfacer certeza al juzgador
para determinar o establecer que los presuntos hechos se hubieren desarrollado durante el turno
del grupo que dirigía mi patrocinado.

Muestra de ello, es que durante el examen de la testigo Rosmery Castillo Diaz, ha establecido de
manera categórica que el olor no emanaba de los vehículos sino del desagüe del lugar donde
laboraba, asimismo que la irritación de garganta y ojos se debía a un padecimiento de salud,
expresiones distintas a las que hubiera descrito la representante del ministerio público en el acta de
entrevista de fecha 22 de setiembre del 2015 (folio 30), asimismo que el mencionado documento NO
PUEDE dotar de certeza a vuestra judicatura, ya que tiene un desenlace incongruente, por cuanto la
Dra. Marín Reyes y Tafur Chilon, en un primer momento dejan constancia que perciben un olor
fuerte que provoca sensación de mareo, olor extraño y fuerte que proviene de los trailers, sin
embargo continua la entrevista y describen que la entrevistada indica que el día 14 de setiembre ya
habría desaparecido tal olor, es decir inicialmente tenemos que la percepción de un olor puede
definir la situación de mi patrocinado, y posteriormente queda la interrogante ¿Si presuntamente ya
se habían cambiado los sacos porque permanecía el olor hasta el 22 de setiembre del 2015?, es decir
resulta sumamente probable que nunca hubo cambio alguno.

En este oriente es sumamente claro que las funciones especificas y generales de las que se
encontraba obligado mi patrocinado, las ha desarrollado de manera efectiva y cabal, asimismo que
la conducta que acusa la representante del ministerio público, al indicar que no se custodió los
vehículos incautados, se encuentra desvanecida por los mismos medios probatorios que ha ofertado
para el desarrollo del presente juicio.

Asimismo que se ha corroborado que mi patrocinado ha actuado de manera diligente en todas las
actividades que le corresponden por su cargo y función, asimismo, ha quedado acreditado que mi
patrocinado ha actuado conforme a sus obligaciones y nunca ha descuidado sus funciones. Asimismo
que los documentos de gestión que dirigen las actuaciones de los servidores públicos de la comisaria
rural de Chilete han sido desarrollados con total idoneidad, por lo que de ninguna manera se le
puede atribuir a mi patrocinado la comisión del delito de omisión de actos funcionales.

Es importante traer a colación que el bien jurídico que se pretende proteger con este hecho punible
es el normal y correcto funcionamiento de la Administración Pública en cuanto a la oportunidad y
eficacia en el cumplimiento de la función pública por parte de los funcionarios públicos que
representan al Estado.

En buena cuenta, el bien jurídico protegido es el normal desarrollo de las funciones públicas, pues se
trata de evitar que estas se vean perjudicadas por la inercia dolosa del funcionario que ejerce un
cargo determinado.

El delito de omisión de actos funcionales (artículo 377 del CP) es uno de infracción del deber, que se
perfecciona con la sola omisión, sin exigir un resultado lesivo a la Administración Pública más allá de
la propia inercia dolosa del funcionario, lo que implica que estamos ante un delito de mera actividad.
La jurisprudencia penal ha señalado que en el delito de omisión de actos funcionales se afecta la
regularidad y legalidad de dichos actos y no directamente el patrimonio público.

Ahora bien, de la revisión del tipo penal se cae en la cuenta de que la figura delictiva que en
conjunto se conoce con la denominación de “incumplimiento de deberes” se perfecciona hasta por
tres hipótesis o supuestos ilícitos perfectamente diferenciados. Ello tiene que ver con los tres verbos
rectores que recoge el contenido del tipo penal: “omitir”, “rehusar” y “retardar”.

a) Omitir algún acto de su cargo

El comportamiento se configura cuando el agente —siempre un funcionario público— prescinde,


descuida, desatiende o incumple algún acto funcional que normalmente está en la obligación de
hacer o cumplir por estar dentro de sus atribuciones en el cargo, empleo u oficio que desempeña en
la Administración Pública, es decir, correspondía a la representante del Ministerio Público
determinar que la conducta de mi patrocinado, se circunscriba en no cumplir con sus obligaciones
del cargo que ostentaba, sin embargo no ha sido así, la representante del Ministerio Público, no ha
logrado acreditar ni establecer que acto que debería cumplir o hacer no ha desarrollado.

La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema. En su Casación N° 169-2012-


ÁNCASH, 12 de setiembre de 2013, ha establecido que:

La conducta típica es omitir algún acto propio del cargo de forma ilegal, el
cual está delimitado en el respectivo reglamento o ley, de ahí que sea
necesario hacer mención a la norma que obliga al funcionario a efectuar
determinado acto. Pero para diferenciar esta conducta de una simple
infracción administrativa, se requiere de esta omisión sea ilegal, es decir,
contraria a la normas que regulan la Administración Pública, y, además,
dolosa, es decir, realizada con el conocimiento de que se omite hacer algo
propio del cargo (omisión que se sabe es ilegal)

Por lo que, se encuentra totalmente acreditado que mi patrocinado no es responsable de los delitos
que se le acusan, por consiguiente requerimos absolver de los cargos a mi patrocinado.

RESPECTO AL DELITO DE ENCUBRIMIENTO REAL


No debemos olvidar que la existencia del delito previo es conditio sine quanom para la configuración
del delito de encubrimiento real. No puede existir encubrimiento típico alguno si un tercero no ha
lesionado o puesto en peligro un bien jurídico tutelado por el Derecho penal, ya que lo que se
encubre son los elementos materiales o fácticos del delito precedente.

Conforme al artículo 405 del Código Penal, la conducta del encubridor se realiza en un momento
post consumativo del delito primario. Esto significa que el encubridor no debe haber intervenido
como autor o cómplice del delito previo hasta que no esté consumado, de lo contrario, deberá
responder como partícipe en dicho delito.
Es inexorable la existencia – mas no la mera posibilidad o creencia– de un delito previo, y por ello
resulta evidente que debemos hacer referencia como delitos previos al cohecho activo y pasivo de
los que ha acusado la representante del Ministerio Público, y de los que mi patrocinado no hubiere
conocido. Es importante mencionar que mi patrocinado no tiene conocimiento ni participación si se
hubiera pactado o no el presunto desplazamiento de los vehículos para que sean cambiados,
entonces es insustentable la teoría de que mi patrocinado es un encubridor.

La tipicidad objetiva del delito de encubrimiento real se configura bajo dos supuestos: i) Procurar la
desaparición de las huellas o pruebas del delito; y, ii) Ocultar los efectos del delito, advirtiéndose que
dichas acciones dificultan la acción de la justicia. La doctrina reconoce como componente de la
tipicidad objetiva de este delito la exigencia de que la acción sea idónea para alcanzar el efecto de
dificultar la acción de la justicia.

En el presente juicio, no se ha logrado determinar la responsabilidad penal de mi patrocinado bajo


los parámetros que determina la norma para poder ser sancionado por encubrimiento real, más aun,
la representante del Ministerio Público tampoco ha logrado identificar y acreditar que mi
patrocinado haya cometido esta conducta, ni la forma, manera, y circunstancias, además que de la
actividad probatoria actuada no hallamos soporte probatorio que determine esta responsabilidad
contra mi patrocinado.

Por consiguiente, solicito a vuestro despacho proceder a absolver de los cargos que se le acusan.

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