Está en la página 1de 5

2.2.

9 Principio de Preclusión:
Según AZULA CAMACHO, Profesor de la Universidad Autónoma de Bogotá (2006), “el Proceso
se surte mediante una serie de etapas o instancias concatenados entre sí, de tal manera que uno
es presupuesto del siguiente y éste, a su vez, del posterior, destinados cada uno a realizar
determinados actos procesales”.

Para el Profesor PEDRO BARSALLO (2009), “con este Principio se pretende buscar un orden y
rapidez; así, de conformidad con el mismo se establece en el Proceso un orden consecutivo
dividiéndose en fases o etapas, en cada una de las cuales deben forzosamente realizarse
determinados actos procesales, cuya falta de ejercicio o el ejercicio indebido del acto procesal
dentro del orden o el periodo señalado, trae aparejada la extinción de la fase respectiva y la
imposibilidad de realizar el acto correspondiente”.

La Preclusión significa pues, a nuestro criterio, la clausura o cierre de fases o etapas, por el
vencimiento de los términos fijados por la ley procesal. Luego entonces, el principio de preclusión
supone que en cada fase del proceso deben realizarse los actos que la Ley determina y que, una
vez vencida esa fase, ya no pueden efectuarse porque la misma se cerró”. Es decir, que la actividad
procesal debe cumplirse en cada una de sus fases conforme los términos legales.

Nuestro Código Judicial vigente introduce este Principio de Preclusión en sus Artículo 508, que a
la letra preceptúan:

ARTÍCULO 508. Toda resolución o diligencia judicial deberá


cumplirse en el término designado. (La Negrita es nuestra).

2.2.10 Principio de Motivación:

Significa este Principio que el Juez u Operario judicial debe fundamentar sus resoluciones
(especialmente autos y sentencias) exponiendo las razones y motivos de su decisión.

La motivación desarrolla el razonamiento lógico – jurídico del Juez, apreciando y valorando las
pruebas aportadas; con sustento en la Ley, la jurisprudencia (si la hay) y la Doctrina, de ser
necesario.
En nuestro Derecho Procesal básico este Principio se encuentra consagrado en los Artículos 989 y
990 del Código Judicial de 1984 (vigente desde 1987); que dicen:

ARTÍCULO 989. Las resoluciones judiciales indicarán la


denominación del correspondiente juzgado o tribunal, firmadas en el
lugar y en la fecha en que se pronuncien, expresados en letras y
concluirán con la firma del juez o los magistrados y del secretario. Los
autos serán motivados y expresarán los fundamentos jurídicos
pertinentes con cita de las disposiciones legales aplicables al caso. Las
providencias indicarán el trámite que se ordena, el plazo que se fija para
él y sólo llevarán media firma.

ARTÍCULO 990. Las sentencias se dictarán de conformidad con las


reglas siguientes:
1. Se expresará sucintamente la pretensión formulada y los puntos
materia de la controversia;
2. En párrafos separados se hará una relación de los hechos que han sido
comprobados, que hubieren sido alegados oportunamente y que estén
enlazados con las cuestiones que hayan de resolverse. Se hará referencia
a las pruebas que obran en el expediente y que hayan servido de base al
juez para estimar probados tales hechos;
3. Enseguida, se darán las razones y fundamentos legales que se estimen
pertinentes y se citarán las disposiciones legales o doctrinas que se
consideren aplicables al caso; y
4. Se indicará que se dictan administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley. Los tribunales sólo podrán
transcribir lo esencial del texto de la demanda y de la contestación.
Cuando la resolución fuere dictada en segunda instancia, en casación o
en revisión, no se insertará en ella la que es objeto de recurso, pero
deberá hacerse un extracto sustancial y conciso de la decisión
impugnada. La infracción de cualesquiera de estas reglas, sólo dará
motivo a sanciones disciplinarias en contra del respectivo funcionario.

2.2.11 Principio de Congruencia:

Consiste este Principio en la relación de consonancia entre la petición (Pretensión) y lo que se


decide (Sentencia). Debe existir una estrecha vinculación entre lo que se solicita y lo que resuelve
el Juez.

En el Proceso Civil existe una estricta aplicación de este principio. No obstante, en los Procesos
de Familia, así como en los Laborales y aquellos de naturaleza social, no rige ni aplica la
congruencia procesal, ya que puede existir la ultra petita (más de lo pedido) y la extra petita (fuera
de lo pedido) debido a otros principios de interés superior.
Este Principio se encuentra regulado en el Artículo 991 del Código Judicial, que establece:

ARTÍCULO 991. La sentencia deberá estar en consonancia con las


pretensiones aducidas en la demanda o con posterioridad en los
casos expresamente contemplados y con las excepciones que
aparezcan probadas y hubieren sido alegadas, si así lo exige la ley.
No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto
distinto del pretendido en la demanda. Si lo pedido por el demandante
excede de lo probado, se le reconocerá solamente lo último. Si se
hubieren formulado diversas peticiones se hará la correspondiente
declaración respecto a cada una de ellas. (La negrita es nuestra).

2.2.12 Principio de Impugnación:

La impugnación como acto procesal esta relacionada con el Principio procesal Constitucional del
Debido Proceso, ya que “constituye el derecho que tienen las partes a atacar y recurrir las
resoluciones judiciales que le causen agravios y perjuicios, ante un superior Jurisdiccional para
un nuevo examen valorativo, en base a su revocación, ya sea parcial o total” (SANTANA
VÁSQUEZ, 2019).

El reconocido procesalista y profesor de la Universidad Autónoma de México (UNAM)


EDUARDO PALLARES (2012), precisa que la Impugnación “es el acto por el cual se exige del
órgano jurisdiccional la rescisión o revocación de una resolución judicial que, no siendo nula o
anulable, es, sin embargo, violatoria de la ley, por tanto, injusta”.

La vía idónea para solicitar la revisión o revocación de las resoluciones judiciales son los
denominados: Medios de Impugnación o Recursos que en opinión del maestro JORGE FÁBREGA
(2011) “es el remedio que queda a la parte agraviada en un proceso para ocurrir al Tribunal que
ha dictado una resolución o al respectivo superior en solicitud de enmienda al agravio (de
carácter material o procesal) que cree se le ha inferido”.

Los Recursos o Medios de Impugnación pueden ser: Ordinarios y Extraordinarios. Entre los
Ordinarios, encontramos: La Reconsideración (o de Rectificación entre otras legislaciones); la
Apelación (que es el típico y natural medio de impugnación) y el llamado Recurso de Hecho (o de
Reposición, también en otras legislaciones); y en los Extraordinarios, la Casación y la Revisión.

Nuestro Código Judicial recoge lo referente al Principio de Impugnación, en su Artículo 1119, que
señala:
ARTÍCULO 1119. Las resoluciones judiciales sólo podrán ser
impugnadas por los medios y trámites previstos en este Código, a
efectos de que el propio juez que ha dictado una resolución o el
respectivo superior enmiende el agravio que estime se ha inferido. Las
resoluciones dictadas en procedimientos cautelares son igualmente
recurribles, con arreglo a las disposiciones de este Título. En este caso,
el recurso no suspende la medida cautelar, mientras no se ejecutoríe la
resolución que lo decida favorablemente. Los recursos pueden ser
interpuestos por la parte agraviada, por el tercero agraviado o por el
respectivo agente del Ministerio Público en los casos en que por
disposición de la ley interviene. Cualquiera de las partes está legitimada
para impugnar una resolución aunque lo dispositivo le sea favorable y
pueda sufrir un perjuicio substancial o procesal o justifique interés
legítimo en la impugnación.

El Artículo 1122 del mismo cuerpo legal procesal, consagra los Recursos o Medios de
Impugnación, al detallar:

ARTÍCULO 1122. Se establecen los siguientes recursos:


1. Reconsideración;
2. Apelación;
3. De Hecho;
4. Casación; y
5. Revisión. Algunas resoluciones tienen un grado de competencia
denominado de consulta. (El resaltado es nuestro).

Tenemos, que de manera específica la principal ley Procesal regula cada recurso en Capítulos
separados y artículos del Título XI del Libro II del aludido Código Judicial, así: Cap. II
Reconsideración (Arts. 1129 y ss.), Cap. III y IV Apelación (Arts. 1131 y ss.), Cap. IV Recurso de
Hecho (Arts. 1152 y ss.), Cap. VI Recurso de Casación (Arts. 1162 y ss.) y Capítulo VII Revisión
(Arts. 1204 y ss).

2.2.13 Principio de Doble Instancia:

Este Principio se deriva del de impugnación, toda vez que al recurrir las partes contra una
resolución de un Tribunal o Juez determinado ante su superior, el primario o aquo, se constituye
en tribunal de Primera Instancia y el superior o a quem, actúa como tribunal de Segunda Instancia.

El Código Judicial Panameño establece este Principio de Doble Instancia, en su artículo 463, que
prescribe:
ARTÍCULO 463. Todos los procesos admiten dos instancias o grados,
salvo que la ley los sujete expresamente a una sola instancia.

Guarda relación este principio, al igual que el de impugnación con el principio Constitucional del
Debido Proceso; al garantizar la oportunidad de acudir ante un Tribunal o Juez superior para
procurar una revisión o reparación procesal de las actuaciones judiciales, a favor de las partes.

2.2.14 Principio de Cosa Juzgada:

Este principio, conocido también como: “Autoridad de la Cosa Juzgada”, emana de la necesidad
en un estado de derecho de garantizar la seguridad jurídica de las resoluciones y fallos judiciales;
ya que una vez concluido un proceso en todas sus fases y haberse agotado todos los recursos
o medios de impugnación dispuestos por la Ley, se hace tránsito a la cosa juzgada como
elemento de estabilidad del sistema, terminando de manera definitiva la controversia y hacer
viable su cumplimiento o ejecución.

El maestro EDUARDO PALLARES (2012) define la cosa juzgada como “la autoridad y la fuerza
que la ley, atribuye a la sentencia ejecutoriada” (la que está en firme porque no admite ya recurso
alguno y agrega que: “se entiende por autoridad, la necesidad jurídica de que lo fallado en las
sentencias es considere como irrevocable e inmutable”.

El efecto de cosa juzgada opera en el mismo proceso objeto de la controversia y en otro donde
haya identidad de partes, cosa u objeto y de la causa o razón de pedir. Nuestra legislación procesal
consagra este Principio de Cosa Juzgada, en el Artículo 1028 del Código Judicial, cuyo texto dice:

ARTÍCULO 1028. La sentencia ejecutoriada que en proceso


contencioso decide la pretensión tiene fuerza de cosa juzgada en
otro proceso cuando entre la nueva demanda y la anteriormente fallada
hubiere:
1. Identidad jurídica de las partes;
2. Identidad de la cosa u objeto; y
3. Identidad de la causa o razón de pedir. Se entiende que hay identidad
de personas siempre que los litigantes del segundo pleito sean los
causahabientes de los que contendieron en el pleito anterior, o estén
unidos a ellos por vínculos de solidaridad o por lo que establece la
indivisibilidad de las prestaciones, entre los que tienen derecho a
exigirlas u obligación de satisfacerlas. (La negrita es nuestra).

También podría gustarte