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Derecho de Propiedad.-
Antecedentes históricos en la Constitucionalidad venezolana.
La Constitución de 1811 disponía en su artículo 155 que la "propiedad es el derecho que
cada uno tiene a gozar y disponer de los bienes que haya adquirido con su trabajo e
industria".
La Constitución de 1819 mantuvo esta regulación de la propiedad en su artículo 12,
reforzando aun más su carácter absoluto al disponer que la facultad del propietario de
gozar y disponer de los bienes que hubiese adquirido con su trabajo e industria pudiera ser
ejercida libremente. Asimismo, en su artículo 15, se disponía que "nadie puede ser privado
de su propiedad sino con su consentimiento, a menos que la necesidad pública o la utilidad
general probada legalmente lo exijan. En éstos casos la condición de una justa
indemnización debe presuponerse".
Las Constituciones de 1821 y 1830 establecían que nadie podía ser privado de la menor
porción de su propiedad ni ésta podía ser aplicada a ningún uso público sin el
consentimiento del propietario o del Congreso y, en caso de que el interés común
legalmente comprobado así lo exigiere, debía presuponerse siempre una justa
indemnización. Esta regulación se mantuvo, salvo ligeras modificaciones en las
Constituciones de 1857 y 1858, con la particularidad de que, en la primera de ellas, se
destacó el carácter inviolable de la propiedad.
Es en la etapa constitucional que se extiende del año 1914 hasta nuestros días que, a nivel
constitucional, se abandona el carácter absoluto de la propiedad y se prevé, por vez
primera, la posibilidad de someterlo a limitaciones distintas a la ejecución de obras de
utilidad pública. Es Así, en la Constitución de 1914 que se estableció por primera vez la
posibilidad de limitar la propiedad por razones distintas a la expropiación con fines de
utilidad pública, al señalarse que ésta podría estar sujeta a las medidas sanitarias que se
dictasen conforme a la ley.
La Constitución de 1925, siguiendo la senda trazada por el texto constitucional de 1914,
amplió aún más el ámbito de las limitaciones a la propiedad al disponer que los
propietarios estaban obligados a observar las disposiciones que estableciera la ley en
beneficio de la comunidad en materia de conservación de bosques y aguas y otras
semejantes. Esta regulación se mantuvo prácticamente inalterable y cólume en las
Constituciones dictadas en 1925, 1928, 1929, 1931, 1936 y 1945.
Fue la Constitución de 1947 la que reconoció por primera vez en nuestro ordenamiento
jurídico la función social de la propiedad, señalando expresamente que "En virtud de su
función social, la propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o interés general" (art. 65,
Constitución de 1947). Esta norma, principios éstos que fueron reproducidos en forma
similar en la Constitución de 1953 y recogidos finalmente en la Constitución de 1961, que
en su cuyo artículo 99 establecía: "Se garantiza el derecho de propiedad. En virtud de su
función social, la propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés social".
La Constitución de 1961 consagró así un derecho de propiedad afectado a una función
social que tiene que cumplir. La propiedad deja de ser absoluta dado que ningún derecho
reconocido jurídicamente en el texto constitucional puede revestir tal carácter. No puede,
por lo tanto, concebirse al derecho de propiedad como perpetuo, sino más bien como un
derecho potencialmente precario, ya que por causa de utilidad pública o razones sociales,
puede el Estado extinguirlo sin perjuicio de la correspondiente indemnización pecuniaria.
La Constitución de 1999 mantiene la regulación del derecho de propiedad en forma
prácticamente idéntica a la prevista en la Constitución de 1961, únicamente añadiendo
que garantía del derecho de propiedad se extiende a todos sus elementos: uso, goce,
disfrute y disposición.. Sin embargo, a diferencia del Constituyente del 61, el de 1999 no
hizo referencia a la "función social" de la propiedad. A pesar de ello, estimamos que la
eliminación de dicha expresión no desvirtúa el hecho de que la propiedad cumpla una
eminente función social. En efecto, la función social de la propiedad, se traduce en la
posibilidad de que ésta pueda ser afectada por el Estado a la satisfacción de intereses
colectivos y ello aparece implícito en la propia norma, la cual establece que la propiedad
estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con
fines de utilidad pública o de interés general y podrá ser objeto de expropiación. En todo
caso, a pesar de ésta omisión, se establece en el artículo 115 constitucional que la
propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que
establezca la ley con fines de utilidad pública e interés social. De igual manera y a
diferencia del texto del 61, se garantiza el ejercicio de la propiedad en todos sus
elementos: uso, goce, disfrute y disposición.
I.- LA PROPIEDAD.
La propiedad está definida en el artículo 545 CC, (una vez leído) nos encontramos con unos
elementos como son:
1.- La propiedad es un derecho, que está enmarcada dentro de los derechos reales.
2.- Ese derecho es un derecho absoluto, para el uso, goce y disposición de las cosas sobre
las que recae.
Del carácter absoluto y de la exclusividad deriva su oponibilidad a terceros y ser un
derecho excluyente e individual.
3.- El propietario es, en principio, el único que puede ejercer sobre las cosas el poder que
lleva consigo, así lo establece el artículo 547 de la norma sustantiva. En razón de ese
carácter absoluto original encuentra limitaciones legales de distintos orden.
4.- Objeto del derecho de propiedad las cosas, siempre que se trate de objetos corporales,
sean muebles o inmuebles y los derechos reales, así como los créditos, los objetos
inmateriales como las obras del ingenio, literarias o artísticas y los inventos industriales,
pueden ser también objeto del derecho de propiedad, aunque el ejercicio de tal derecho
este sometido a regulación de leyes especiales, aparece reconocido expresamente en la
legislación civil ordinaria, tal como lo estable el artículo 98 constitucional y el artículo 546
del Código Civil.
5.- El derecho de propiedad sobre los bienes, puede adquirirse de diversas formas; ellas
son: los contratos, la sucesión por causa de muerte y la ley.
a.- El procedimiento normal del cual una persona se hace propietaria de una cosa, es a
través de la convención: compraventa, donación, permuta.
b.- Al fallecimiento de la persona, sus herederos quedan subrogados en el ejercicio del
derecho de propiedad sobre las cosas que pertenecían al patrimonio del causante; se trata
de la sucesión por causa de muerte como modo de transmitir o de adquirir la propiedad.
c.- En virtud de la ley puede adquirirse las cosas mediante accesión, que viene a ser el
modo de adquisición de la propiedad que lleva al propietario de la cosa principal a adquirir
todas las cosas accesorias que se unan a aquella cosa. Así lo establece el artículo 552 y 553
del Código Civil.
d.- También por disposición expresa de la ley, la ocupación constituye un modo de adquirir
la propiedad respecto de las cosas que no son de la propiedad de nadie (res nullius), pero
pueden llegar a serlo de alguien, como los animales que son objeto de la caza, la pesca, el
tesoro y las cosas mueble abandonadas, así lo observamos en el artículo 797 CC.
¿Qué es el dominio?
Son aquellos actos o hechos, a los cuales la ley le ha conferido la facultad de transferir,
transmitir y constituir derecho reales sobre el dominio.
Cuando hablamos de hechos es un acontecimiento o suceso que ocurre en un momento y
espacio de la vida real, cuando ese acontecimiento produce consecuencia jurídica, se
denomina hecho jurídico. Ahora bien cuando un hecho al que la norma confiere
consecuencia jurídica, es objeto de deliberación y decisión, se convierte en Acto Jurídico.
II.- LA POSESION.-
La posesión es un hecho, pero no un simple hecho, sino un hecho jurídico, porque nuestro
ordenamiento jurídico le otorga importantes consecuencias jurídicas, como la protección
que brinda al poseedor a través del ejercicio de las acciones interdictales; y aunado al
transcurso del tiempo, esta situación de hecho puede convertirse en un derecho definitivo
a través de la prescripción adquisitiva.
La posesión es un derecho real sui géneris, por cuanto es objeto de una protección
provisional. Esto es lo que distingue a la posesión del Derecho de propiedad y otros
derechos reales, pues mientras estos son objetos de protección definitiva, aquella es objeto
de protección provisional.
Nuestro legislador la define así: “La posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un
derecho que ejercemos por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la
cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre” Artículo 771 del Código Civil.
C.-Clases de Posesión.
a.- Posesión Legítima y Posesión Viciada.
La posesión es legítima cuando es contínua, no interrumpida, pacífica, pública, no equívoca
y con intención de tener la cosa suya propia. Artículo 772 CC.
b.- Posesión de buena y mala fe.
Establece la norma sustantiva que es poseedor de buena fe quien posee como propietario
en fuerza de justo título, es decir, de un titulo capaz de transferir el dominio, aunque sea
vicioso, con tal que el vicio sea ignorado por el poseedor. Artículo 788 CC.
Es poseedor de mala fe quien se encuentra en caso contrario. El artículo 771 CC hace
referencia no sólo al que posee como propietario sino también al que posee como titular
de otro derecho.
Ahora bien, al poseedor de buena fe no al de mala corresponde el derecho de retención de
los bienes por causa de mejoras realmente hechas y existentes en ellos, con tal que las
haya reclamado en el juicio de reivindicación. Artículo 793 CC
4.- La posesión puede conducir a la adquisición de la cosa o derecho poseído a través de
varias instituciones entre ellas tenemos:
1.- la ocupación y la usucapión.
D.- Efectos de la Posesión.
1.- La Ley enuncia como principio general de protección a la posesión que “en igualdad de
circunstancias es mejor la situación del que posee” Artículo 775 CC.
2.- Tiene derecho de seguir poseyendo mientras no sea vencido en un juicio petitorio. Aquí
la ley coloca al poseedor en posición de demandado.
3.- La ley protege al poseedor al establecer una serie de presunciones, como son la
presunción de no precariedad tal como lo establece el artículo 773, aquí el poseedor sólo
tiene que probar el corpus de su posesión para que se le considere poseedor.
El artículo 779 CC, indica el poseedor actual que pruebe haber poseído en un tiempo
anterior, se presume haber poseído durante el tiempo intermedio, está es la posesión
intermedia.
III.- LA OCUPACIÓN.
Definición.-
La ocupación es el modo originario de adquirir la propiedad de las cosas mediante la
aprehensión que de las mismas cosas realizamos y sobre las cuales se va a cristalizar la
posesión. Pero es imprescindible que las cosas que se adquieran en propiedad por la
ocupación no tengan dueño. La ocupación es la fuente más importante de la cual surge el
derecho de propiedad.
Supuestos.
Para que exista un caso de verdadera ocupación deben concurrir los siguientes
supuestos:
1.- En cuanto al objeto es necesario:
a.- que la cosa sea apropiable
b,- que la cosa no pertenezca a nadie, sea porque nunca haya tenido propietario, sea
porque su dueño anterior la abandonó; de modo que la ocupación propiamente dicha
se refiere a las res nullius, y a las res derelictae, lo que en nuestro derecho implica que
la ocupación sólo es un modo de adquirir cosas muebles. En efecto los inmueble no
pueden ser res nullius porque, si carecen de otro dueño, pertenecen al dominio privado
de la nación o de los Estados, según el caso (C.C. art.542). Sin embargo, la Ley asimila a
la ocupación ciertas formas de adquirir cosas muebles que, en realidad, podrían
pertenece a alquien, pero que nadie reclama.
c.- que la cosa sea corporal, y
d.- que la cosa no sea una universalidad.
Efecto.
La ocupación produce la adquisición originaria de la propiedad, y por lo tanto, libre de
cargas y gravámenes.
Casos Especiales.
Son casos especiales de ocupación propiamente dicha o de otras formas de adquirir
legalmente asimilados a ella: la ocupación de animales, la invención o hallazgo y la
ocupación de los productos de mar. Fundamentamos lo aquí expresado en los artículos
798 y 799 de nuestro código sustantivo, así como las leyes especiales tal como: Ley de
Pesca, Ley de Caza.
NOTA: SE RECOMIENDA LA LECTURA DE LOS ARTÍCULOS 570, 797 AL 806 DEL CÓDIGO
CIVIL.
Asimismo, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha
30 de junio de 2011, expediente 10-403, establece lo siguiente:
“… se desprende que la acción de deslinde está dirigida a la fijación de los linderos de dos
terrenos contiguos, a los fines de determinar puntualmente los límites que separan a dos
propiedades, con el propósito de poner fin a la falta de certeza oficial que genera hasta
dónde llega la propiedad frente a la del vecino y/o que la franja de terreno sobre el cual
surge la incertidumbre puede estar ocupada por cualquiera de los vecinos.
Mientras que la reivindicación, es la restitución del inmueble al propietario, quien sólo
debe demostrar su derecho con justo título.
Asimismo, se evidencia que para valorar cuando se está presencia de una acción de
deslinde o de reivindicación, en el referido criterio se señala que cuando “…el tema a
decidir no es la atribución de la propiedad (reivindicación), sino el interés de los
propietarios de fijar los límites entre dos propiedades contiguas, para impedir
usurpaciones en el inmueble (deslinde)….”, es decir, que cuando se discute el derecho o la
atribución de la propiedad estamos en presencia de una reivindicación y por tanto la vía es
ejercer la acción de reivindicación, pero, cuando el interés de los propietarios de los fundos
colindantes o propiedades contiguas, es fijar los límites entre los mismos para impedir -
como lo señala también la doctrina autoral patria- usurpaciones en el inmueble, estamos
en presencia de un deslinde, por ende, la vía sería ejercer la acción de deslinde.
Por otro lado, es importante destacar que cuando se trata del restablecimiento de los
mojones o linderos cambiados de lugar o removidos, estos hechos pueden implicar actos
de perturbación o despojo, pues, perturban o privan la posesión de parte del fundo a uno
de los propietarios colindantes, lo cual daría lugar a un interdicto por perturbación o
despojo, por ende, la vía es intentar el interdicto posesorio correspondiente dependiendo
de las circunstancias fácticas del caso y, no la acción de deslinde, pues, los límites entre los
colindantes ya están determinados, es decir, se sabe cuál es línea que divide los fundos
colindantes..”
Clases.
Existen dos clases de deslinde:
a.- El deslinde amigable o convencional: Es celebrado por los colindantes, pudiendo hacerlo
constar o no por escrito, pero requiriéndose el otorgamiento de documento protocolizado
en la Oficina Subalterna de Registro competente del lugar de ubicación de los inmuebles,
para que surta efectos contra terceros.
b.- El deslinde judicial contencioso. Es aquel que se intenta mediante formal demanda ante
el juzgado de municipio o ante el juez de primera instancia civil o agrario, según la
naturaleza de los inmuebles objeto de deslinde. Su tramitación se llevara a cabo conforme
a lo previsto del artículo 720 y siguiente del CPC.
Condiciones de Procedencia.
Resulta menester traer a colación, al autor Abdón Sánchez Noguera, quien en su libro
“Manual de Procedimientos Especiales Contenciosos”, señala lo siguiente en cuanto a las
condiciones de procedencia:
1.- Legitimados:
Conforme al artículo 550 del Código Civil: “Todo propietario puede obligar a su vecino al
deslinde de las propiedades contiguas”. Conforme a la primera parte del artículo 550,
establece que podrá proponer la acción de deslinde sólo quien detente la nuda propiedad
del inmueble; tal afirmación se funda en el criterio de que constituyendo el deslinde un
acto de disposición sólo puede ser realizado por quien tenga capacidad de disposición, esto
es, el propietario del inmueble.
2.- Que se trate de propiedades contiguas:
Las propiedades que se trate de deslindar deben ser colindantes, “entendiéndose por tal,
no únicamente la que existe entre dos terrenos cuando no hay entre ellos solución alguna
de continuidad, siendo el lindero una línea ideal, sino también la que existe entre fincas
separadas por caminos o por corrientes de agua de propiedad particular, por fosos, muros,
setos vivos o empalizadas.”
3.- Que exista duda en cuanto a la línea divisoria o que el lindero sea desconocido:
La duda o confusión puede resultar del contenido de los títulos de las propiedades
colindantes, del señalamiento que exista entre tales propiedades para determinar el
lindero, o de la inexistencia de señales que lo determinen.
Puede tratarse de límites confundidos, cuando ninguno o alguno de los colindantes sabe
cuáles son sus respectivas propiedades, o de límites cuestionados, porque alguna de las
partes disiente de la consideración de certeza de un lindero determinado y exige su
revisión a través de la acción de deslinde.
4.- Es competente el Juez del Distrito ante quien se intenta la acción, para fijar la línea
divisoria por donde crea que sea de justicia, y a este fin está en la obligación de estudiar
los documentos que les presenten las partes, compararlos entre sí, oír las razones que
aduzcan y la opinión de los expertos si fuere necesario, medir ambos terrenos para
cerciorarse, de acuerdo con los títulos, de la extensión de ambos, y valerse de todos los
medios posibles para dictar una decisión justa. Artículo 721 CPC.
Nota: se le recuerda que hoy día no hay Juez de Distrito sino de Municipio. El tribunal
que conoce es dependiendo de la cuantía.
5.- Requisitos de la Demanda. Debe cumplirse los requisitos del 340 CPC. El cumplimiento
de tales requisitos se hace necesario en razón de que si bien el procedimiento puede
concluir como de jurisdicción voluntaria no contencioso, también puede convertirse en
contencioso, al producirse la oposición de alguno de los colindantes respecto de la fijación
de algún lindero provisional.
Si el procedimiento deviene en contencioso, debe tenerse en cuenta que para la
interposición de los recursos correspondientes; así, para anunciar recurso de casación, sea
cual fuere la naturaleza del inmueble a deslindar, se hace necesario estimar la demanda,
pues de no hacerlo, resultaría improcedente su anuncio.
Como aspectos resaltantes de la solicitud de deslinde, relativos a los requisitos del 340 CPC
o a los que determina el artículo 720 ejusdem, puede señalarse: