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I:III.- Fuentes: El Derecho Hereditario o Derecho Sucesorio, es una parte del Derecho
Privado.
Por ser de Derecho Positivo, el Derecho Sucesoral nace de la ley; el legislador
divide la sucesión en dos clases: la testamentaria y la ab-intestato; o sea, aquella que
nace de la voluntad del causante y la que, por vía supletoria de la voluntad de éste, es
impuesta por la ley; y se alega, en consecuencia, que existen disposiciones legales que
imponen la forma de transmisión de estos bienes y derechos a los sucesores. Cuando el
causante no ha expresado su voluntad a través del testamento, deberá entenderse que él
acepta que sus bienes sean trasmitidos a sus herederos o causahabientes, en forma que lo
señala el Código Civil; y esto en cierta forma viene a ser una expresión de voluntad
presunta.
Como fuentes directas tenemos la ley y el Testamento, su fundamentación legal se deriva
del artículo 807 del Código Civil.
No obstante lo dicho, hay sí una excepción, que viene a limitar la voluntad del
causante: Es la institución de la legítima, que como expresa el artículo 883 del Código
Civil:”es una cuota de la herencia que se debe en plena propiedad a los descendientes, a
los ascendentes y al cónyuge”; y que por lo tanto, niega la posibilidad de disponer libre y
voluntariamente de esa parte de los bienes, para después de su muerte, a su titular.
II.- SUCESIONES.
II.I.- Concepto. Nuestro Código Civil establece en su artículo 796 que “la propiedad y
demás derechos se adquieren y trasmiten por la ley, por la sucesión y por efecto de los
contratos”; es decir, que la sucesión es, entonces, uno de los modos de adquirir y trasmitir
la propiedad y demás derechos. En sentido extenso la palabra sucesión, es la transmisión
de un derecho de una persona viva o muerta, a otra. Así se dice que el comprador, el
donatario, el heredero, y el legatario, son sucesores; pero en su sentido estricto, que es el
que se da en esta parte del Código Civil, es la transmisión de los derechos de un difundo a
un heredero o a un legatario. Quien trasmite los derechos se llama causante, quien los
recibe se denomina sucesor o causahabiente.
II.II.- Clases. Toda persona titular de derechos puede trasmitir éstos a otra; ya sea en su
totalidad o sólo una parte. Esta trasmisión puede tener lugar entre personas vivas o a
causa de la muerte. O sea, que puede haber sucesión inter vivos o sucesión mortis causa.
Ejemplo: Ricardo Combellas e hijos, Sucesores. O C.A. Sucesora de Aries, S.A., esto es en
sucesiones entre vivos cuando una persona natural o jurídica recibe y continúa ejerciendo
los negocios de otra. Cuando nos referimos a sucesión mortis causa, es cuando fallece una
persona y sus herederos reciben la totalidad de los bienes y derechos del fallecidos y
continúan ejerciéndolos por él.
2.- Delación: La palabra delación viene del verbo latino defero fers tuli latum fere que
significa llamar. La delación es un efecto de la apertura de la sucesión. La delación se
traduce en el llamamiento efectivo del heredero, la posibilidad concreta y actual que el
llamado tiene que hacer suya la herencia. La delación difiere de la apertura de la sucesión
y de la adquisición, porque la primera implica sólo el fenómeno de un patrimonio sin
titular y la segunda supone la sustitución del nuevo titular en dicho patrimonio. La
delegación es pues el llamamiento que hace la ley para aceptar o repudiar la sucesión.
La delación da lugar al ius delacionis, a saber, la opción de aceptar o rechazar la herencia.
Facultad intransmisible de hacer propia la herencia o rechazarla, y que precisa que el
llamado sobreviva al difundo, es decir, no puede suceder quien premura al de cujus, así
como tampoco el que no haya sido concebido al momento de la apertura de la sucesión,
ni el ausente porque se duda de su existencia, nos obstante el derecho de representación
(art.442 CC). Cuando el llamado fallece sin haber usado el ius delationis, éste se transmite
a sus herederos.
La transmisión supone la muerte del llamado a suceder después que la sucesión se le
había deferido, pero antes que él se hubiese pronunciado sobre aceptarla o no; entonces
pasa a sus herederos el derecho de deliberar respecto de aquella sucesión.
Suele confundirse los conceptos de delación, vocación y llamamiento; y es que en
todos indican, bajo diversos aspectos, una misma situación jurídica. El designado para
suceder no tiene vocación hereditaria; ya que la designación adquiere valor jurídico en el
momento en que se abre la sucesión. La vocación se adquiere en el momento en que se
abre la sucesión y se es llamado a ella, y la delación se hace a favor de quien es llamado.
Concluimos al decir, que el requisito indispensable para que surja el ius dalationis es que
el llamado sobreviva al difundo; no importando cuanto viva. Basta, en nuestro derecho,
que haya nacido vivo; aunque fallezca a los pocos minutos
La confusión del patrimonio del difundo con el del heredero, que es uno de los
efectos patrimoniales más importantes de la sucesión hereditaria, puede perjudicar tanto
al heredero como a los acreedores hereditario.
Para evitar estas peligrosas consecuencias existen dos instituciones:
1.- El beneficio de inventario.
2.- La separación de patrimonio del difundo y del heredero.
La finalidad de ambas instituciones es impedir la confusión y mantener separados los
patrimonios.
4.- Fundamento:
En doctrina se afirma que la sucesión ab intestato, como disposición supletoria de
la voluntad del causante, ha sido fundamentada, y así lo ha entendido el legislador, en dos
aspectos: Los afectos naturales de quien fallece sin manifestar su última voluntad, y las
necesidades de cumplir determinadas exigencia de orden social. En efecto, la Ley al
interpretar lo que debió ser la voluntad del de cujus, atribuye el derecho a la sucesión en
primer lugar a los descendientes, luego a los ascendientes y por último a los colaterales,
entendiendo que el afecto primero desciende hacia aquellos en quienes nos vemos
reproducidos; luego asciende hacia quienes son dieron el ser, y finalmente, va hacia
aquellos que han compartido con nosotros buena parte de nuestra vida: los colaterales.
En cuanto a las exigencias de orden social, el legislador toma en cuenta, además del
aspecto puramente afectivo, la necesidad de mantener a toda costa la organización
familiar; de allí que atribuye el derecho a la sucesión intestada, primero los descendientes,
ascendientes y cónyuge, y luego el resto del grupo familiar. Porque son los antes
mencionados quienes constituyen el núcleo fundamental de la familia y a quienes
necesariamente se debe proteger, atribuyéndoseles la facultad de hacerse titular del
patrimonio del de cujus, que ellos han contribuido en parte a formar.
5.- La Capacidad
Pero no siempre las personas mencionadas tienen derecho a ser llamados a la
herencia; pues para ello hace falta, además, tener capacidad para suceder, es decir, no
estar afectado de ninguna de las incapacidades que expresamente señala la ley. (art. 808
CC). Incapacidades que la doctrina ha separado en dos grupos: absoluta y relativa siendo
la primera las que afectan a una persona para venir a la sucesión. En tanto que la
incapacidad es relativa cuando afecta a una persona sólo en relación con otra
determinada. Ejemplo el no concebido, el indigno. El artículo 809 CC, consagra la
incapacidad absoluta.
En cuanto al ausente declarado, sus derechos en la sucesión a la cual fueren llamados
pasan a los que con él hubiesen tenido derecho a concurrir, o a aquellos a quienes
corresponda dicha sucesión a falta suya, salvo el derecho de representación. Sus
derechos, no obstante, se extinguirán si transcurre el término fijado para la prescripción.
Artículos 442 y 443 del Código Civil.
La incapacidad relativa es la indignidad, consagrada en el artículo 810 del CC. Como puede
apreciarse, pues, el legislador sanciona con la privación del derecho a heredar, a aquellos
que han incurrido en una falta de indignidad.
Ahora bien, existe el perdón establecido en el artículo 811 del CC. Pero debe considerar
algunas características:
Debe constar en acto auténtico, es decir, que no basta la simple declaración
privada del ofendido, aunque fuere escrita.
Debe ser conformada por un funcionario capaz de dar fe pública de lo dicho.
El perdón deberá ocurrir después de los hechos que ocasionaron la indignidad.
El perdón concedido en estas condiciones surte efecto iuris et de iure es decir, que
no admite prueba en contrario.
5.1.- La Indignidad.
Estable el artículo 810 del Código Civil “Son incapaces de suceder como indigno…..”
Se aprecia que el legislador sancionó al declarado incapaz de suceder por indignidad, a la
pérdida del derecho hereditario. Y ha sido doctrina jurisprudencial, que: “La indignidad
funciona en sucesión tanto testada como intestada, la indignidad existe en mérito a la Ley,
sin requerir declaración del causante contra el indigno que pretende heredar, accionan los
coherederos.”
5.2.- el Adulterio.
Unión carnal o sexual íntima entre un hombre y una mujer que no son cónyuges
entre sí, cuando al menos uno de ellos no está casado. Esto es, las relaciones sexuales
entre una pareja heterosexual constituyen adulterio si uno o ambos están unidos en
matrimonio.
5.3.- Acción para hacer valer la indignidad, puede ser ejercida:
El objeto de la acción es obtener del Juez que sea revocada la delación hereditaria hacha a
favor del indigno, y eventualmente, la revocación de la cuota hereditaria que éste haya
recibido. En cuanto al plazo para intentar la acción, el legislador no establece ninguno; por
lo que debe aplicarse por analogía la disposición establecida en el artículo 1011 del CC. Y,
por tanto, no podrá ejercitarse después de pasados 10 años de la fecha de la apertura de
la sucesión.
X+ (Causante)
____________________________________
A+ B C
______
A1 A2
Ejm. X falleció y dejo de herederos a 3 hijos, durante la apertura de la sucesión falleció
uno de sus hijos A, quién deja dos hijos, estos entran en representación de su padre A.
Cuando concurre el cónyuge con los hijos del causante se partirá así.
A casado con B, de esa unión procrearon dos hijos C y D, a la muerte de A le sobrevive su
cónyuge e hijos así: la herencia se partirá en 1/3 al cónyuge y 1/3 a cada uno de los hijos.
Lo veremos en monto. Monto de la herencia 100, de aquí se divide entre 2, es 50 ese
divide éste entre 3, es decir 50/3 = 16,67. Recordándole que el otro 50% es parte del
patrimonio de la esposa sobreviviente, el otro 50% es el que se reparte porque pertenece
al de cujus.
Los colaterales.
El pariente colateral más próximo excluye al más remoto por cuanto en esta línea
no existe representación. Todos los parientes del mismo grado concurren en partes
iguales. No hay diferencia entre colateral por doble o por simple conjunción. Todos los
herederos ab intestato en línea recta excluyen a los colaterales. Esta categoría de
herederos no excluyen a ninguna otra.
Únicamente Colaterales de 3er grado hasta 6to. Grado. Toda la herencia va a estos
herederos, dividiéndose el monto hereditario entre el número de ellos, teniendo siempre
en cuenta que los de grado más próximo excluyen a los de grado más lejano.
X.- SUCESION TESTAMENTARIA.
La sucesión testamentaria también denominada voluntaria, es la que tienen lugar
como manifestación de la última voluntad del de cujus, mediante testamento, por el cual
en vida se dispone del destino de sus bienes a su muerte, dentro de ciertos límites legales.
Es aquella en que la vocación sucesoria es determinada por la voluntad del causante,
manteniendo siempre el respeto a la legítima.
Lo importante es que esa voluntad expresa del causante debe cumplir ciertos
requisitos para que pueda tener eficacia jurídica.
Que sea emitida en forma válida; conforme a las disposiciones legales o sea
mediante testamento.
Que el de cujus sea capaz de disponer
Que el instituido sea capaz para recibir
Que en las disposiciones testamentarias se hayan respetado los derechos de la
sucesión necesaria (legítima) que pudiera existir.
Nuestro Código Civil prohíbe el pacto sobre sucesiones futuras, así como la donación
mortis causa.
El testamento: según Ulpiano: Manifestación legítima de nuestra voluntad, hecha
solemnemente para que sea válida después de nuestra muerte.
Francisco López Herrera: Es el acto unilateral, sjui generis, unilateral, personalísimo,
solemne, de última voluntad y esencialmente revocable, por el cual una persona dispone
de la totalidad o una parte de su patrimonio, o hace cualquier otro tipo de ordenación.
El Código civil, lo define en su artículo 883.
1.- Capacidad para recibir por testamento. Artículo 839, 840 y 841 CC
2.- Clases de testamento:
a.- Ordinarios: Abiertos art. 852, 853,854,856 y 882 CC
Cerrado artículo 857 al 860 y 882 CC.
b.- Especiales: En lugares donde exista epidemia: art. 865, 866 y 882 CC
A borde de buques de marina de guerra y mercante. Art. 867 al 874 y 882 CC.
Otorgado por militares Art. 875 al 878 y 882 CC.
c.- Otorgados en el Extranjero Art. 879 y 881 CC.
XI.- LA LEGÍTIMA.
1.- SE QUIERE SABER CUAL ES EL GRADO QUE HAY ENTRE EL CAUSANTE Y SU BISNIETO A2,
SE CUENTA DESDE Z HASTA A2 Y SE RESTA UNO O PUEDE SER A+A1+AZ = 3ER GRADO DE
CONSAGUINIDAD EN LINEA RECTA DESCENDIENTE.