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TITO Y EL CAIMÁN
Francisco Izquierdo Ríos
LECTURA
Iniciamos la lectura, tomando en cuenta que el docente debe de haber leído con
antelación el cuento, para que esté acostumbrado a la historia, y pueda usar
debidamente la entonación en los momentos que sea necesario.
Durante la lectura el docente también hará pausas para resolver inquietudes que
los estudiantes tengan sobre el vocabulario del cuento. Podemos pedir a los
estudiantes que den el significado, que lo busquen en el diccionario del aula o el
docente responda, de acuerdo a cómo lo juzgue apropiado.
Terminado el cuento, los estudiantes y el docente, comentarán ¿qué les gustó de la
lectura?, ¿qué les pareció interesante? y ¿qué fue lo que no les impactó?
Preguntaremos sobre el mensaje que rescatamos de la historia, tomando en cuenta
que cada estudiante merece respeto por su opinión, incluso si esta es que el
cuento no fue de su agrado.
Tito y el caimán
Luego se exponen todos los dibujos en un lugar visible y se vuelve a narrar el
cuento. Los estudiantes irán presentando cada uno de los personajes que aparecen
en el paisaje.
El docente puede agregar algunos dibujos que no tienen nada que ver con el relato
para medir el nivel de atención de los estudiantes.
Tito y el caimán
Tito y el caimán
Tito era manco de la mano derecha. Sin embargo, era el más
travieso del pueblo. Un gran pendenciero: con el muñón golpeaba a
todo el mundo. Nunca estaba quieto.
Tito y Vero eran expertos bogas. Con gran pericia sorteaban los
peligros. De pronto un inmenso claro, lleno de luz, hirió sus ojos: era
el lago que, bañado por el alegre sol mañanero, semejaba un
descomunal espejo dentro del bosque. Una vez en el lago los
muchachos se aprestaron a pescar. Tito debía arponear y Vero
manejar la canoa con el remo.