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Revisión del complejo de


Edipo/castración
Introducción

A continuación, se presentarán los fundamentos del análisis estructural del Edipo y el complejo
de castración por parte de Jacques Lacan. En este se intenta formalizar, a partir de la teoría del
lenguaje heredada de Ferdinand de Saussure, los elementos postulados por Freud dentro de
una lectura ambiental de los complejos vinculares centrales en la conformación de las neurosis.
Para esto, será fundamental poder definir las funciones simbólicas en juego, las distintas
inscripciones de los elementos significantes presentes y la validez antropológica de los
conceptos en relación con las formas de parentesco. Finalmente, se tomarán algunos
fragmentos del caso de Bernia y Rodríguez (2007), para interpretar el fenómeno clínico a partir
de este marco conceptual.

1. Revisión del complejo de Edipo/castración

A partir de 1950, Jacques Lacan realiza una lectura estructural de dos de los conceptos más
importantes de la teoría psicoanalítica: complejo de Edipo y complejo de castración. El Edipo
es considerado por Freud el complejo nuclear de las neurosis, al punto que toda estructura
psicopatológica puede rastrearse hacia una disfunción en este. Desde un punto de vista
ambiental, reconstruido por Freud a partir de los síntomas y fantasías de la neurosis, refiere al
lazo libidinal, amoroso y hostil, que el sujeto manifiesta hacia sus padres. En síntesis, se centra
en dos sucesos ocurridos dentro de la estructura de parentesco, el incesto y el parricidio.

La teoría del significante permite a Lacan hacer un análisis formal y de mayor rigor del Edipo y
la castración, alejado de la lectura ambientalista y evolutiva de Freud. Para Lacan, el Edipo se
comprende como una estructura tríadica que pone en juego cuatro funciones significantes:
madre, hijo, padre y falo. Estas no hacen referencia a roles ligados a una condición de género
o a un lazo sanguíneo, sino a funciones simbólicas presentes en el tesoro significante de la
cultura, que trascienden la particularidad temporal del sujeto y se encuentran disponibles para
ser ocupadas por diversos actores. Con esto queremos decir que por “madre” designaremos un
conjunto de características vinculares que expresan un modo cultural de ligar el deseo; el
deseo de hijo, la investidura libidinal del cuerpo, la fundación de la pulsión a través de la
demanda, expresan la presencia del Otro que dona sentido al niño. A su vez, Lacan introduce
el falo como significante de la falta y cifrado del goce, que puede inscribirse en los tres
registros. 

Para escribir el falo, se utiliza la siguiente notación (Lacan, 2011; Eidelsztein, 2005): 

- ϕ: Falo en lo imaginario (letra Fi minúscula del alfabeto griego). Designa la falta en la imagen.
Puede aparecer sin el signo de sustracción adelante. 

- 1: Falo en lo simbólico. Indica la regla lógica que postula como condición necesaria de la
estructura “la falta de al menos un significante”.

φ: Función fálica o falo en lo real (letra Fi mayúscula del alfabeto griego). Lacan cambia el uso
de este matema a lo largo de su enseñanza, puede representar al falo simbólico en
determinados contextos.

Desde una lectura estructural y sincrónica, no es posible comprender los momentos del Edipo
dentro de un marco temporal definido (de los 3 a los 6 años, como establecía Freud), sino que
su desenvolvimiento se realiza en tres tiempos lógicos. En este sentido, no hay una evolución
cronológica de los cambios, sino configuraciones de los significantes que necesariamente
hacen posible la operación del tiempo siguiente. Estas pueden actualizarse en cualquier
momento de la vida del sujeto, dependiendo de su posicionamiento respecto del Otro. Bajo
este nuevo marco de interpretación, pierden sentido las discusiones sobre el ‘cuándo’ que
forzaron a los psicoanalistas, desde Freud a Klein, a ubicar el fenómeno en un momento
‘normal’ o ‘esperable’, que necesariamente obliga a suponer momentos ‘anormales’ o
‘patológicos’ ligados únicamente a la variable del tiempo lineal. 

La operación que articula Edipo y castración es una operación metafórica en donde el padre,
en cuanto símbolo o significante, sustituye a la madre. Se trata, en este sentido, del modo en
que el sujeto pasa de la relación dual imaginaria con el otro a la terceridad simbólica en donde
se inscribe la ley paterna, representada por el significante nombre del padre.

El primer tiempo lógico comprende a los significantes, madre, hijo y falo imaginario. El padre,
en este momento, se encuentra ‘velado’, es decir, ubicado en un segundo plano por la relación
imaginaria dual en la que se encuentran el niño y su madre. 

Digo que hay una relación entre este ternario simbólico y lo que planteamos aquí el
año pasado bajo la forma del ternario imaginario para presentarles la relación del
niño a la madre, en tanto que el niño depende del deseo de la madre, de la primera
simbolización de la madre y de ninguna otra cosa. Mediante esta simbolización, el
niño desprende su dependencia efectiva respecto del deseo de la madre de la pura
y simple vivencia de dicha dependencia, y se instituye algo que se subjetiva en un
nivel primordial o primitivo. Esta subjetivación consiste simplemente en establecer a
la madre como aquel ser primordial que puede estar o no estar. En el deseo del
niño, el de él, este ser es esencial. ¿Qué desea el sujeto? No se trata simplemente
de la apetición de sus cuidados, del contacto, ni siquiera de la presencia de la
madre, sino de la apetición de su deseo. (Lacan, 2003, p. 187-188).

Figura 1: Triángulo imaginario del Edipo

Fuente: Vega, 2015, https://www.bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFG/12adolescencia/moreira/complejo_edipo.pdf 

Este tiempo es el del idilio narcisista de la madre y el niño, donde cada uno se identifica en lo
imaginario con el deseo del otro: la madre es el falo para el niño, el niño es el falo para la
madre. Predomina la ley materna del deseo, donde cada uno intenta colmar la falta del otro.

El segundo tiempo es el de la aparición del padre imaginario, que se introduce en el vínculo


madre-niño como un ‘padre terrible’, es decir, identificándose en lo imaginario con el falo y
privando a la madre y al niño de consumar la relación incestuosa. Es importante destacar que
el padre no puede imponer la privación si no es deseado por la madre, que lo reconoce como
objeto fálico de su deseo. En este momento, el niño registra los límites de su cuerpo que no
alcanza para colmar el deseo materno.

El tercer tiempo da lugar a la metáfora paterna, operación simbólica donde el significante deseo
de la madre es sustituido por el significante nombre del padre. El padre aparece como portador
de la ley, que opera una interdicción sobre el incesto. Aquí la identificación con el falo se
inscribe en lo simbólico, ya que el padre tiene el falo y no se confunde con él en el plano del
ser, pudiendo donarlo, como potencia de goce, al niño para ser utilizado por fuera de la
relación endogámica y ahorrándole la imposible tarea de colmar el deseo materno. La metáfora
paterna realiza una inscripción simbólica de la ley de la cultura y establece el ideal del yo y la
conciencia moral en la identificación con el padre. La castración se define, en este contexto,
como el registro de la falta del objeto que estructuralmente ya estaba presente en el sujeto. ​​
Figura 2: Operación de la metáfora paterna

Fuente: Lacan, 2011, p. 533.

2. Articulación clínica

Tomaremos el caso de neurosis obsesiva presentado por Bernia y Rodríguez (2007) para
señalar algunos puntos de análisis clínico. Podemos comenzar con el siguiente fragmento:

El paciente vive con una hermana 8 años menor, padres y sobrino. Sobre sus
padres refiere "Nunca me han ayudado" y agrega "odio a mi hermana porque no es
inteligente" refiriendo que no soporta a la gente poco inteligente. Su padre "isleño",
un hombre mujeriego que "nunca se ha ocupado de mí". "Él tiene su historia... mi
abuelo lo echó de la casa cuando tenía 13 años" y su madre siempre "plegada a él".

Refiere un recuerdo infantil "mi padre me hizo algo terrible". Me regaló un juego de
ajedrez, me enseñó a jugar y cuando le pedía que jugara conmigo me decía que no,
"al directo". (https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm).

Podemos aislar en este relato la configuración edípica, donde el padre aparece como una
figura terrible que opaca al deseo materno. El recuerdo del regalo del juego de ajedrez puede
interpretarse como un acto de donación fálica de goce, capacidad y potencia. En este sentido,
la negativa del padre a jugar con el paciente da cuenta de la imposibilidad de identificación
simbólica con este, que aparece como una figura que no puede donar el atributo fálico, ya que
se manifiesta en lo imaginario como aquel que es el falo: un hombre mujeriego con un total
dominio sobre su madre. En lo sintomático, esta forma de inscripción de la ley se manifiesta
como una reactualización —repetición compulsiva— de la escena de castración, donde
diferentes figuras representan la ley en su aspecto más sádico y prohibitivo:

"Me pongo rojo... aunque no haya hecho nada".

"Llego a casa de un amigo, su mujer está embarazada, pero tiene una bata de casa... El
marido le pide que vaya a cambiarse de ropa, yo soy incapaz de mirarla con malas
intenciones".

"Mi jefe me pide cuentas y yo me pongo rojo” (el lleva los papeles de la contabilidad) El
administrador confía en mí, pero él puede pensar que yo estoy por la libre..." Vuelve a
comentar "Bueno, en realidad él dice que confía en mí, pero no debe confiar mucho…".
(Bernia y Rodríguez, 2007 https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm).

Referencias

Bernia, M. y Rodríguez, M. (2007). Problemas contemporáneos en la clínica de las neurosis.


Recuperado de https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm 

Eidelsztein, A. (2005). El grafo del deseo. Buenos Aires, AR: Letra Viva.

Lacan, J. (2003) El seminario. Libro 5: Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires, AR:
Paidós.

Lacan, J. (2011). Escritos 1 y 2. Buenos Aires, AR: Paidós.

Vega, V. (2015). El complejo de Edipo En Freud y Lacan. Escrito inédito entregado a los
alumnos durante el curso de la materia Psicología Evolutiva Adolescencia, Facultad de
Psicología, Universidad de Buenos Aires. Recuperado de
https://www.bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFG/12adolescencia/moreira/complejo_edipo.pdf 

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