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Síntoma y fantasma

Introducción

La importancia de las categorías de síntoma y fantasma reside en el


ordenamiento que operan sobre la clínica psicoanalítica. El sujeto ingresa al
análisis presentando su síntoma, pero lo finaliza solo en el atravesamiento de su
fantasma, que es la condición de posibilidad de toda producción sintomática en la
neurosis. A continuación, se desarrollará el concepto de fantasma en la neurosis
para luego ubicar su lugar, junto con el síntoma, en el grafo del deseo.
Finalmente, se realizará una lectura del caso presentado por Bernia y Rodríguez
(2007) a partir de estos dos conceptos. Este análisis permitirá discernir los
tiempos lógicos del proceso analítico que busca articular un pasaje del síntoma al
fantasma.

1. Síntoma y fantasma

El concepto de fantasma busca extraer la lógica que subyace a la fantasía


freudiana, toma como eje dos nociones centrales de la teoría lacaniana: por un
lado, el sujeto del inconsciente atravesado por la falta y, por otro, el objeto petit a,
causa de deseo. 

En primer lugar, el fantasma tiene la función de sostener una consistencia


narrativa, cierta producción de imágenes, personajes y lugares que se organizan
en una escena inconsciente de la que el sujeto es, en principio, un espectador.
Este es su aspecto imaginario, que se organiza al modo literario de una novela
para el neurótico (Miller, 2018).

En la clínica, el fantasma es un obstáculo a la experiencia analítica y se manifiesta


como resistencia a la cura. Contiene, en este sentido, el lugar de lo real que se
resiste a la interpretación, presente a través del objeto petit a. A diferencia del
síntoma, el fantasma se caracteriza por su inercia, cierta monotonía repetitiva que
revela su modo de goce. Ante la inercia del fantasma, el sujeto se encuentra
fundamentalmente alienado a la escena imaginaria en la que se encuentra inserto
y que sostiene su deseo. 

Pero el deseo no es otra cosa que la imposibilidad de esa palabra, que


al responder a la primera no puede sino redoblar su marca
consumando esa escisión (Spaltung) que el sujeto sufre por no ser
sujeto sino en cuanto que habla.

(Lo cual está simbolizado por la barra oblicua de noble bastardía con
que afectamos la S del sujeto para señalar que es ese sujeto). (Lacan,
2011: 604).

Como sostén del deseo, el fantasma busca mantener al goce en el principio del
placer, petrificarlo en la repetición. A su vez, en su carácter de montaje, determina
el modo de responder a la falta en el Otro, al hecho de que no hay ningún
significante en la estructura que pueda cifrar definitivamente la pregunta del sujeto
por su lugar en el mundo y frente a los otros. Funciona como un velo que impide
el enfrentamiento inmediato con lo insoportable de lo real, con la incompletud del
tesoro de los significantes. 

El modo de gozar del sujeto aparece articulado a partir de los términos que
componen la fórmula del fantasma:

Figura 1: Fórmula del fantasma

Fuente: elaboración propia con base en Lacan 2011.


El articulador lógico que media entre los términos de la fórmula indica la relación,
siempre mediata, que el fantasma permite sostener entre el sujeto y el objeto en lo
real. Si esta mediación estuviera ausente, lo excesivo del goce, sin articulación
posible con el significante, llevaría al sujeto más allá del principio del placer
(Lacan, 2010).

Esta relación entre la falta del Otro, el goce y el fantasma aparece figurada en el
piso superior del grafo del deseo:

Figura 2: Grafo del deseo

Fuente: Lacan, 2010, p. 12.

Debajo del fantasma se encuentra el matema del síntoma - s (A) - que se lee
“significado del Otro”. Es la respuesta que el fantasma permite articular frente a la
falta del Otro, una asignación de sentido que intenta suturar, de un modo siempre
fallido, lo real del goce; se puede decir, en este sentido, que no hay síntoma sin
fantasma. Si el fantasma se caracteriza por su inercia, el síntoma lo hace por su
insistencia, por su llamado a ser interpretado.

El fantasma no suscita la demanda. El fantasma en el sujeto suscita su


propio asombro. Incluso el sujeto se siente extraño especialmente en
relación a su fantasma. No se siente totalmente extraño a partir de su
síntoma porque hace nacer de él una demanda al Otro y esa demanda
nos humaniza. Por el contrario, a nivel del fantasma el sujeto es más
susceptible de sentirse inhumano. Está persuadido de que, si se
tuviera verdaderamente una idea de su fantasma, solo merecería el
estatuto de desecho. (Miller, 2018, p. 99).

2. Articulación clínica

Retomamos el caso presentado por Bernia y Rodríguez (2007) para realizar una
lectura clínica de síntoma y fantasma. En primer lugar, el síntoma aparece como
la emergencia repetitiva de la culpa y el auto reproche, visible en los siguientes
fragmentos:

"Me pongo rojo... aunque no haya hecho nada". “Cuando entro a


un lugar me miran...".
(Bernia y Rodríguez, 2007,
https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm). 
Reconoce que la palabra pérdida le afecta, no está satisfecho
consigo mismo, "no me acepto a mí mismo". 

“Todos decían que yo era muy inteligente y llegaría a la


universidad (algunas amistades y no recuerda bien si algún
profesor) y no llegué”.

“He perdido oportunidades, tiempo y vida... Lo pensé seriamente


a los 18 años porque comencé a practicar esgrima y alguien me
dijo: eres muy viejo para el entrenamiento".

Se queja de avanzar poco, de perder el tiempo y por lo tanto se


define como un perdedor.

A partir de la delimitación del síntoma, la asociación libre buscará que el sujeto


produzca la escena fantasmática en la situación transferencial. Como se destacó
anteriormente, mientras que el síntoma demanda interpretación, asignación de
sentido por parte del analista, el fantasma es abordado por la vía de la producción
del significante amo. Esto implica que el sujeto pueda poner en juego el
significante que sutura el sentido de su síntoma, aquel que lo ubica dentro de la
novela de su fantasma. En el caso abordado, este significante es el de “pez pega”,
que el paciente usa para auto identificarse:

"Hay mucha tensión en el trabajo, anuncio de inspecciones, al


administrador seguro lo echan. Y a mí con él —yo trabajo con él—.
Soy como el pez pega".

Tiene una propuesta de trabajo como segundo administrador o jefe de


almacén en otro lugar y tiene dudas de aceptar "en ese giro el 95 % de
las personas son extrovertidas. Me van a sudar las manos, los
dirigentes tienen que transmitir seguridad...”. "Es preferible ser pez
pega". (Bernia y Rodríguez, 2007,
https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm).

Desde esta posición de sujeto es articulado el deseo y el lugar del Otro, al que el
sujeto se adhiere para velar su falta. Esto le permite tener las cosas bajo control y
participar de un modo de goce de manera activa:

En una de las consultas dice "Hice una de las mías", pensé en algo en
mi casa y después lo llevé a cabo, me pasó... ". Parece ser una
fantasía. "Mi jefe me pide cuentas y yo me pongo rojo” (él lleva los
papeles de la contabilidad). El administrador confía en mí, pero él
puede pensar que yo estoy por la libre...". Vuelve a comentar "Bueno,
en realidad él dice que confía en mí, pero no debe confiar mucho…".

Pongo límites y le comunico al paciente que él confunde las cosas y se


contradice.

Al siguiente día actúa su fantasía: "El jefe le pide unos papeles, él se


pone rojo y hace como si fuera a recoger algo del piso para que el jefe
piense que se puso rojo por el esfuerzo de inclinarse".

Le señalo que es importante como él dice "hice de las mías" porque


eso habla de su participación activa en lo que hace, por el goce que
implica. Me pregunta si eso es placer y le contesto que se siente como
algo mortificante, pero en su caso consistió en poner en escena lo que
fantaseó con anterioridad. En este preciso momento recuerda una
escena infantil, "que olvidé contarle". Tenía 8 años y le propone a una
niña desvestirse y que lo toque. Son sorprendidos por la madre de esta
niña quien le pega mucho a la hija. Él se esconde, pero a él no le
pegan, lo cual refiere, era habitual por parte de sus padres. "Me dio
tanta vergüenza que me puse muy retraído y dije a veces que las
mujeres no me gustaban". (Bernia y Rodríguez, 2007,
https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm).

El recuerdo de la escena infantil reproduce los elementos mínimos del fantasma


del sujeto, que recuerdan a la frase “Pegan a un niño” de Freud (1992), en donde
el lugar central es ocupado por la fantasía de flagelación. La posición ante el Otro
de la ley, luego del acto sexual, es la de la renuncia al propio deseo, motivado por
la culpa de haber causado, en su fantasía, el castigo de la niña; el castigo se
invierte y cae sobre el sujeto, que cifra su goce a partir de la repetición de la
escena a lo largo del relato clínico.

Video conceptual


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Referencias

Bernia, M. y Rodríguez, M. (2007). Problemas contemporáneos en la clínica de


las neurosis. Recuperado de
https://www.psicomundo.com/foros/investigacion/bernia2.htm 

Freud, S. (1992). Obras completas (vol. XVII). Buenos Aires, AR: Amorrortu. 

Lacan, J. (2010). El seminario. Libro 10: La angustia. Buenos Aires, AR: Paidós.

Lacan, J. (2011). Escritos 1 y 2. Buenos Aires, AR: Paidós.

Miller, J. A. (2018). Del síntoma al fantasma. Y retorno. Buenos Aires, AR:


Paidós.

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

☰ El inconsciente estructurado como un lenguaje


En esta lectura, reconstruimos los fundamentos del inconsciente a partir de la
recepción que Lacan realiza de la teoría estructural del lenguaje. Ferdinand de
Saussure sienta las bases de una lingüística sincrónica del signo de la que
derivará, luego, la teoría del significante. 
☰ Constitución del sujeto
La tesis del inconsciente estructurado como un lenguaje incluye, a diferencia del
estructuralismo clásico, a un sujeto del inconsciente que se diferencia
fundamentalmente del yo freudiano y del sujeto cartesiano de conocimiento. 
☰ Revisión del complejo de Edipo/castración
Los conceptos de complejo de Edipo y complejo de castración, claves en la teoría
psicoanalítica, son revisados de manera crítica por Lacan desde las bases de su
teoría estructural del significante.

☰ Síntoma y fantasma
Síntoma y fantasma son dos categorías que orientan la práctica analítica y dan
cuenta del posicionamiento del sujeto frente al objeto que causa su deseo y su
modo de significar la falta en el Otro.

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