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Paul I.

Moga
Textos TFG

Resúmenes

Texto 1. La subjetividad como objeto del análisis social. Álvaro Pazos.

Sobre las nociones culturales de persona. Persona y presentación de la persona en y a


través discursos e intercambios discursivos.

 Análisis antropológico-social de la subjetividad:


1. Subjetividad como objeto de estudio en CCSS; cómo se manifiesta la
subjetividad en discursos sobre diversos ámbitos en los que está el sujeto.
MARCO DISCURSIVO. Aunque la subjetividad no es solo discurso, los
discursos son imprescindibles para el análisis.
VIGILANCIA EPISTEMOLÓGICA.
Los discursos tienen sentido en una dinámica más amplia. Esta orienta la
aproximación a ese discurso. Estudiando esto, contribuimos a “2”:
2. Sobre si es válido abordar fenómenos sociales a través de las experiencias
subjetivas. Subjetividad no como campo de especialización, sino como
tema teórico y epistemológico que proponga preguntas teóricas sobre la
naturaleza del conocimiento de la realidad social (lo que, en última
instancia, nos remite a la ontología social).
SUBJETIVIDAD SOCIAL O EXPERIENCIA SUBJETIVA DE LO
SOCIAL.
 Usos comunes de la palabra o concepto de subjetividad (prenociones
habituales):
 Tendencia empirista: definir un objeto de estudio suponiendo que la
realidad es tal como la planteas. Suposición de que la realidad social es
de tal forma y construir la problemática de investigación a partir de ello.
Ilusión empirista.
 Se identifica, por ejemplo, subjetividad con individuo o individualidad.
Ej. La construcción conceptual individuo – sociedad es real (ilusión
empirista) y se trabaja a partir de ella.

Se busca romper con la dicotomía individuo – sociedad. Rompiendo con la


identificación subjetividad – individuo se critica esta dicotomía. No usará individuo
como sinónimo de subjetividad porque remite a un planteamiento que diferencia entre
dos ámbitos separados de la realidad social, que en realidad no lo están.
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Mejor subordinar subjetividad con sujeto y la cuestión de la reflexividad.


ENTENDER AL SUJETO COMO RELACIONAL.

Paul Ricoeur habla de dos polos de identidad.


- Mismidad. El qué como pregunta que nos hacemos: lo objetivable. A la persona como
producto objetivo de unos procesos.
- La ipseidad: el quién: nos remite a una dimensión subjetiva. Lo que no es objetivable.

De la misma forma, tenemos que diferenciar entre:

- Agente social: procesos objetivos que crean al sujeto, y que se pueden objetivar.
- Sujeto: significación que tiene para esos sujetos los procesos que les afecta.
Para estudiar esto se necesita una metodología específica.

Reflexividad como categoría central de la ontología social; es decir, algo en nuestro


modo de entender y preguntarnos por lo social.

1970. Ruptura objetivista. 1990. Segunda ruptura de Bourdieu, integra los


procesos reflexivos para abordar la intencionalidad.

El sujeto es el producto de un estructura social, que le asigna un rol. La apertura


reflexiva nos habla de una forma específica de constituirse. De una capacidad y
forma en la que se hace a sí mismo. La reflexividad forma una posición subjetiva. El
sujeto es el rol objetivo más la posición subjetiva, porque le afecta
significativamente las cosas. La ruptura objetivista implica que prestemos atención a
esta dimensión, en CC.SS.

Agente social – Sujeto. No quiere decir que el sujeto sea incondicional, al


margen de esos procesos sociales. Ambos son sociales; solo que cada concepto
apunta a una dimensión del ser social. Y tienen conexiones. El sujeto se forma en y
en relación a los procesos sociales objetivos. La subjetividad es una dimensión de ese
ser social. esa subjetividad siempre remite a posiciones sociales (objetivas), y el
sujeto reflexiona sobre ellas (reflexividad).

¿Podemos objetivar esa reflexividad del sujeto en los procesos que nos
conforman? ¿Cómo acceder a la estructura de la subjetividad? A través de los sujetos
mismos: condiciones, situaciones, relaciones que viven los sujetos y experiencias de
esas estructuras y procesos sociales. Un análisis descriptivo y fenomenológico no
causal, que de cuenta de los esquemas y pautas de significación que se activan en el
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sujeto, y que forman singularidades. Estos esquemas y pautas son recursos simbólicos
que se tiene como miembro de esa sociedad y agente social, integrante de un
proceso objetivo. En esto se incorporan disposiciones.

Elias, N (1990) nos dice que la sociedad es más que la suma de individuos; es un
proceso cualitativamente diferente a una suma de sus partes. El individuo no es un ente
separado de estos procesos, ni de una dimensión social, como da a entender el concepto
de individuo. Siempre está en una relación relacional a los procesos en los que está
inmerso. Hay una relación de dependencia psíquica, biológica y estructural.
Entendernos como individuos es un proceso propio de nuestra sociedad, resultado de
dinámicas sociohistóricas. La construcción y compresión de uno mismo como
individuo, es decir, pensarse como aislado, abstraído, racional, consciente,
absoluto, transcendental, independiente de las formas sociales en las que vive, son
categorías incorporadas en la socialización, en la socialización occidental, y que no
se desarrollan de forma natural.

La subjetividad es un proceso dinámico y ambivalente. El estudio de la


subjetividad es el estudio de las vinculaciones sociales (implicación – pertenencia –
dependencia), que vamos a llevar a cabo a través de los discursos. En los discursos se
encuentran vinculaciones que nos remiten a su experiencias en los contextos en los que
vive. Estos contextos o ámbitos en los que se expone, vive y se constituye el sujeto en y
en relación son difíciles de clasificar. Bourdieu nos propone el concepto ESPACIOS
DE PUNTOS DE VISTA para analizar los discursos de los sujetos en una perspectiva
relacional; la construcción del punto de vista de alguien respecto a algo.

Al hablar de esas vinculaciones sociales nos remitimos también a elementos


estructurales, por lo que el estudio de la subjetividad es un doble análisis. Es necesario
conocerlos para identificar los elementos del discurso del sujeto; nos abren camino a la
reflexividad del sujeto. Por otro lado, el sujeto está vinculado a diversos mundos de
vida (campos sociales, ámbitos diferentes, cargados de capital simbólico,
relativamente autónomos, independientes y diferenciados: escuela, trabajo,
amigos, religión, hobbies…). No hay una articulación clara y homogénea entre estos
ámbitos, simultaneidad.

Subjetividad e identidad
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Subjetividad no es sinónimo de identidad. No es solo identidad, sino que la


subjetividad es una dimensión de la identidad. La subjetividad tiene una función
integradora, dota a uno mismo de unidad. Se asigna una identidad, en relación a
diferentes mundos de vida.

Intencionalidad narrativa de la experiencia de vida, que apunta a la


construcción de una identidad. Pero hay más elementos que no se tienen en cuenta al
estudiar la identidad, y que la hacen diferente de la subjetividad; por ejemplo, cómo ha
creado esa narrativa y por qué contribuye a esa identidad. Hay una lógica más allá
de la narrativa que la crea, y coexiste con múltiples narrativas. Sin embargo, esta
narrativa no es la clave para entender el discurso y la subjetividad. Para su estudio,
hay que centrarnos en una dinámica más amplia, que es la de la subjetividad.

Metodología

Nos vamos a centrar en:

- Los casos singulares


- Exploración exhaustiva.
- Inducción de discurso y de la reflexividad. (cuidado con el
intelectualocentrismo)

Lahire. Análisis de las disposiciones individuales a través del discurso. el propio


sujeto da cuenta de los ámbitos de actividad en los que está inmerso, a través del
discurso. señala subjetivamente ámbitos relevantes y con su propia concepción de
cómo es ese ámbito.

Bourdieu. Socio análisis: entrevista no predefinida. Es más bien un encuentro que


una búsqueda.

Problemas epistemológicos:

- Subjetividad del investigador. Para hacer una buena entrevista hay que
involucrarse de cierta forma como sujeto.
- ¿Ejercicio retrospectivo? NO. Las condiciones de las prácticas son
incontrolables; analizarse a sí mismo no sirve para mucho más que conocer unas
prenociones que no es previsible ver cómo actuarán en la práctica. Evaluación
de los supuestos implícitos en la visión del investigador. SÍ, pero a lo largo
del proceso de investigación. VIGILANCIA EPISTEMOLÓGICA. Los
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elementos de la subjetividad del investigador no son a priori ni buenos ni


malos para la investigación: se ve en la práctica.
- Etnografía de la entrevista. Porque el investigador (sujeto objetivable) es
también un sujeto.

Análisis de los discursos.

Procesos de significación de la experiencia subjetiva: están en la acción y la vida


social también, aunque nos acotamos a las formaciones discursivas, que es un medio
de aparición y de acción más evidente y significativo. (Aunque Lahire piensa que
puede ser problemático solo centrarse en los discursos, procedimiento que se justifica
por la dificultad de fijarse también en otras dimensiones de la experiencia subjetiva).
Sin embargo, en nuestro estudio el discurso es un ámbito privilegiado de articulación de
la reflexividad. Lo que sería erróneo es reducir la subjetividad al discurso, porque
contendría toda la subjetividad del sujeto; no hay una relación mecánica entre
subjetividad y discursos. Reto metodológico y epistemológico. Dejamos de lado el
nivel al que entra el psicoanálisis, aunque tomamos algunos de sus conceptos y los
adaptamos: denegación, inversión o ideal del yo.

¿Cómo nos aproximamos al discurso?

- Recursos socioculturales activados


- Etnografía de la entrevista
- Integridad

El discurso estaría organizado según modelos. Guiones y esquemas que dan


forma a la situación que se relata (pluralidad de guiones). Relaciones entre estos
guiones, profundizar en las nociones que se despliegan en el discurso.

Los discursos indican cómo el sujeto es afectado y se posiciona subjetivamente


en relación a los ámbitos de actividad a los que hace referencia. Tres tipos de
relaciones que constituyen al sujeto y la subjetividad.

- Con los otros


- Con otras instancias sociales
- Consigo mismo como otro
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Caracterizarlas y cómo se integran en una problemática específica. ¿Presencia de


formas de disputa? Espacios de puntos de vista. Formas de pertenencia, y formas
subjetivas más allá de la lógica identitaria.

Texto 2. Origen y negación del sujeto. Notas de ontología social. Álvaro Pazos.

Origen, orígenes y originario. Estas nociones tienen muchos presupuestos


ontológicos. Se entienden como un punto de partida, un principio constitutivo:
asigna una forma específica de ser.

Edward Said (1985). Propone distinguir

Comienzo: Parte de algo, que cambia; algo relacionado con lo anterior.

de origen: es algo distinto, alterno. Algo en sí, esencialista.

Cuando se igualan los dos términos, y se entiende algo como origen, se borra con lo
anterior (cosa que nunca sucede así). Es problemático en el estudio de los social, y
fuente de problemas epistemológicos.

Nietzsche. Buscar el origen, la esencia de algo, no es pertinente.

Foucault. Lo que hay que explorar es el comienzo histórico, donde no hay algo
coherente, como se establecería a posteriori, resultado de un relato sobre le origen,
esencialista, que entendería este inicio como algo coherente y ordenado. Foucault critica
así la perspectiva metafísica de la historia, que establece fines y significados ideales a
las realidades históricas. Esta no es la mejor forma de estudiarlas.

Michael Dobry (1989). Habla de la ilusión etiológica. Pensar que estas realidades
tienen un origen; mientras que no es más que un comienzo complejo, singular y azaroso.
Esto no quiere decir que este comienzo sea a-casual; lo social es producto de la época.
Que no haya un origen no significa que no haya un comienzo, lejos de una relación
causa efecto esencial de ese fenómeno.

El sujeto y el origen

A la hora de entender la experiencia subjetiva, se tiende a pensar en un origen


esencial, un núcleo originario de cada persona. Vemos este supuesto en la forma de
hacer bibliografía o auto bibliografía en occidente: como una unidad del sujeto que
radica en el centro de su ser, una problemática existencial originaria. esto es, según
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Foucault (2013), la Hermenéutica del sujeto: una forma de subjetivación occidental


particular. ¿Qué implicaciones ontológicas de este supuesto en las CC.SS?

Sartre (1943). Habla del proyecto original. Un origen para-sí del sujeto. Un
sentido unitario, esencial, de la vida de la persona, que no es sustancia, sino unidad
personal. Que, según Sartre, no se encuentra en una fecha determinada, sino en una
problemática que confiere sentido y forma de ser a ese sujeto. Es algo inherente a la
constitución de ese ser. Es también la forma en la que ese sujeto daría sentido a su ser,
totaliza su existencia. En una lógica teleológica, ese momento – problemática fija
una forma de ser. El concepto de proyecto original tiene un

- carácter decisional y libre; un sujeto no determinado por lo exterior.


- Y también un carácter totalizador. Aspira a ser la clave para comprender cada
vida humana.

Crítica sociológica del sujeto

Bourdieu. Explora mecanismo o dispositivos sociales de la formación del


agente social, que ya no es indeterminado y libre. La problematización de nociones
como sujeto, persona, vida o bibliografía está en los trabajos del autor como la
inversión bibliográfica. Se pregunta sobre las condiciones sociales de posibilidad. Por
lo que hace (condiciones sociales) que entendamos la vida como una unidad en un
sentido teleológico; lo que nos desplaza la atención de la naturaleza fragmentada,
discontinua e incoherente de la vida. La forma de ser no tendría un origen esencial,
constitutivo.

Bourdieu sustituye sujeto por agente social; sujeto sociológicamente


constituido, por entero social. El sujeto que hace la acción, conoce y da sentido está
socialmente constitutivo. Por lo que, frente a la historia de vida, propone restituir
trayectorias, según las cuales han sido constituidos los agentes sociales (siempre en
procesos históricos objetivos).

Disposiciones sociales: formas de actuar, sentir, evaluar, pensar…

Hábitus: sistemas de disposiciones socialmente constituidos.


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X. TEORÍA DISPOSICIONALISTA DEL SER HUMANO . Por otro lado, esta


teoría también critica un sujeto que mecánicamente hace la acción; resalta una
reflexividad involucrada en este proceso. El concepto de disposición es ontológico
porque nos remite a una forma de entender al ser humano, y la forma en la que existe en
la sociedad, criticando la idea de origen.

X. TEORÍA DE LA ACCIÓN PRÁCTICA. Las disposiciones sociales se manifiestan


en las prácticas; en situación. En su capacidad de afectar y ser afectado. Por lo que es
relacional.

X. El concepto fundamental en esta teoría (X, es la misma) es hábitus: articulación


sistemática de las disposiciones. Lo que nos remite a un esquematismo Kantiano o
Neokantiano, que asume Bourdieu de forma crítica.

 Es decir, el hábitus aúna disposiciones de una forma unitaria y sistemática;


están ordenadas según schèmes; expresadas por y en un orden cognitivo
axiológico sociocultural.

PERO a diferencia de

o Formas de clasificación de Durkheim y Mauss.


o Estructuras del estructuralismo
o Función simbólica de Cassier.
o Categorías del cognitivismo.

NO se trata de un principio conceptual abstracto. SINO a principios


incorporados; con una realidad corporal y práctica, que se producen en
la realidad social. Esto restituye el carácter del sujeto como activo y como
cuerpo socializado.

Las disposiciones se activan en la práctica social, y el hábitus garantiza la


coherencia del sujeto en la realidad social.

 El origen del hábitus es la infancia, en relación a la pertenencia de


clase. La clase es el conjunto de individuos dotados de un mismo
hábitus. Es una realidad probabilística. No todos los miembros de
una clase tienen la misma experiencia, pero es probable que se
enfrente a situaciones más frecuentes para los de su clase.
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 Retoma así la dialéctica entre interioridad y exterioridad: hay


hábitus singulares dentro el hábitus de clase, pero como variante
estructural: una forma de ser que difiere, pero es similar, en
tanto que se da dentro de un hábitus de clase (una estructura
común), pero a la vez se viven experiencias singulares
individualmente.

La crítica sociológica no niega la unidad de ese sujeto, sino que incorpora el


carácter determinado del mismo por factores estructurales. Por lo que también
subyace una idea de origen en el planteamiento de Bourdieu, pero que nos remite a
otros factores. La crítica a la teoría disposicionalista resalta esta connivencia. Lahire
cuestiona radicalmente la noción de origen de la teoría de Bourdieu. La constitución
de ese agente social no tiene origen, no se puede reducir a una síntesis. El agente
social se socializa de forma plural y heterogénea, porque los mundo sociales son
plurales y heterogéneos; no es un proceso unilineal de conformación, sino que
entran en juego socializaciones diversas, en contextos de socialización que aúnan
diversas pertenencias, grupos, encuentros, instituciones, etc. Experienciarlas y
socializarse en ellas se hace de forma distinta según la posición que se ocupa en ese
entorno.

 Ej. Alguien nace en una familia con un hábitus de clase (estructura que
sintetizaría la trayectoria de ese sujeto); pero no es lo mismo ser hijo o
hija, primer o segundo hijo, haber nacido en un momento u otro, antes y
después de Y acontecimiento.

Conclusión, el agente social no tiene origen, sino múltiples y discontinuos


comienzos. La clase no es la esencia o síntesis constitutiva del agente social. No hay
un hábitus de clase que organice a priori las disposiciones, sino una heterogeneidad
social. Lahire sigue en el plano de las disposiciones, solventando la contradicción
disposicionalismo – esquematismo que subyace en la teoría de Bourdieu, haciendo
hincapié en la complejidad de las socialización. En lugar de fijarnos en el hábitus
hay que centrarse en las disposiciones, según Lahire, SIN SISTEMATIZACIÓN
PREVIA.

XY. TEORÍA DEL AGENTE SOCIAL PLURAL. Resalta la naturaleza


disposicional del ser humano, frente al esquematismo organizador. Las
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disposiciones no están ordenadas según schèmes que constituyen un sistema unitario;


las disposiciones se agrupan en stocks (repertorios asociados a contextos sociales
diversos y a las posiciones que se mantienen en esos contextos). Se constituyen
históricamente, en situaciones (no son esenciales). Están articuladas entre sí, de
acuerdo a hábitos de comportamiento o actitudes. Hábitos en el sentido de
encadenamiento, en y por la repetición de situaciones. No son necesariamente
transferibles a otras situaciones, por lo que no tienen una estructura autónoma a
esa situación; es contextual el hábito y no sistemático, lo que también apunta a su
naturaleza relacional. Son contextos de relaciones, y nunca se definen fuera de estos
contextos (como la pretensión del hábitus de clase).

- Organización y acción: hábitus. Reducción a un principio generador; incurre


en el mismo error que la auto o bibliografía.
- Disposición y articulación: hábito. La constitución del agente social es plural,
heterogénea, difícilmente trazable y se condensa en infinidad de disposiciones
sociales, que se mantienen en stock, que son contextuales.

La concepción del sujeto plural no sería algo propio de la modernidad occidental (la
sociedad moderna frente a la tradicional), en la que se multiplican los ámbitos y
mundos sociales, como interpretarían Corcuff (1999) o Martuccelli (2002), dentro del
enfoque disposicionalista. Son rasgos ontológicos de toda experiencia social humana.

 La dicotomía tradicional – moderno en CC.SS no se sostiene. Ambas se


caracterizan por la complejidad de experiencias, ámbitos y mundos sociales.
 La pluralidad no solo se refiere a los mundos sociales, sino también a la
pluralidad intencional característica de la experiencia humana.

Si hablamos de origen constitutivo en la experiencia subjetiva sacamos al sujeto


de esa misma experiencia, en la que se subjetiva. La experiencia consiste en planos, en
realidades múltiples (Schütz, 1974). Son órdenes de realidad en los que nos implicamos
de formas distintas. La unidad del sujeto es fragmentada. No son regiones diferenciadas,
sino que conviven, se dan al mismo tiempo en tensión. Hay niveles de experiencia
diferenciados, más que ámbitos distintos.

Por otro lado, están las vivencias, que son síntesis pasivas de lo que llega o
vivimos. Luego, las experiencias, según orientaciones del sujeto; y algunas adquieren
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sentido en actos reflexivos activos del sujeto. En esas orientaciones distingue Schütz,
sintetizado por Luckmann (1996) los siguientes elementos:

 Interés. Interesa al agente social; aunque estos no son conscientes


siempre, o no se perciben como intereses, por lo que son más preferencia
y orientaciones. Estas no están subordinadas a relaciones fijas.
 Pazos resalta que, al orientar una acción, en forma de síntesis, no se
anulan los diferentes niveles implicados.
 El mundo del agente social no es una unidad de sentido, sino que es
plural y diverso, en los modos de existencia del sujeto. Este vive una
vida diversa y simultáneamente se entrecruzan los modos de vida.
 Vinculación social compleja a estos modos de vida.

Esta complejidad, que dota de significaciones heterogéneas a la experiencia


subjetiva, da cuenta de la dificultad de asignar un solo mundo social a un sujeto, o una
disposición del mismo. Un plano es el fundamental: el de las síntesis pasivas, siempre
operativo. Son elementos que aun no están formados en nosotros, responsables de la
incertidumbre y la ambigüedad de toda realidad social. Lahire, al centrarse en las
disposiciones, se sitúa en el plano mismo de la acción del sujeto, en el que también está
la síntesis pasiva. Antes de lo constituido del agente social, hay debajo todo este
material o forma de actuar que es inconsciente. Las CC.SS se centran preferentemente
en las síntesis activas, dejando esto último de lado. Lahire se interesa por una sociología
de los actos fallidos, consecuencia de que estamos constantemente entrando en marcos
sociales con intenciones, sensaciones, actitudes… La mismo Piette (1996, 2009) con su
fenomenografía. No solo hay sujeto constituido, sino también inercias, fugas, lapsus,
etc. Que suponen dispersión, pero juegan un papel importante. Piette propone focalizar
más allá o debajo del instante de presencia, donde la implicación subjetiva se disuelve.
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Texto 3. El otro como sí-mismo. Observaciones antropológicas sobre las


tecnologías de la subjetividad. Pazos.

Dentro de la dicotomía tradicional – moderno, encontramos la distinción socio


céntrico – individualismo, dos concepciones de la persona. La primera, presenta al
sujeto como constreñido por la comunidad, y la segunda lo entiende como libre de
los lazos sociales. Al hablar de subjetividad, así se entiende y se teoriza sobre ella,
desde un marco que es hegemónico. De esta forma, se entiendo el otro, no
individualista, como sujeto formado a partir de la comunidad, de lo social.

Esta es, por ejemplo, la imagen antropológica de la India, que nos muestra
Dumont (1970, 1989): no habría individuos, si no entes socio céntricos, definidos a
partir de su casta. Shweder y Bourne (1984) también comparan la India con occidente,
argumentando que hay una relación diferente entre individuo y sociedad que la que
tenemos aquí. Sería orgánica y socio céntrica, frente a la individualista y emancipada de
lo social de occidente. Geertz (1987) también caracteriza como socio céntrica la noción
de persona de Bali.

Sin embargo, estamos frente a un decalage entre un plano normativo-ideológico


y otro práctico-experiencial. Es decir, las cosas no son como las estamos describiendo.
Malinowski reivindica la agencia y autonomía de un individuo en la sociedad primitiva.
Lo que no es más que una proyección etnocéntrica, aunque no deja de ser significativo,
en el sentido de que abre una brecha en la dicotomía tradicional – moderno, a la hora de
hablar de noción de persona.

La noción de socio céntrico como negación de la noción de sí-mismo


(individualista). Se argumenta que esta última es una forma característica de la
modernidad occidental, un yo puro, emancipado, racional, etc. Mientras que la
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categoría de socio céntrico nos remite a un yo constreñido por lo social,


características de las sociedades tradicionales.

Crítica. Spiro (1993) se plantea si estas categorías son operativas. Mines (1988)
dice que los datos que se usan para los estudios comparativos de las nociones de
persona nos avocan a un análisis de las formas normativas-ideológicas de esa sociedad.
Metodológicamente es más pertinente las historias de vida.

Murray (1993). Apunta a cómo se usa la filosofía (como ideología


estructuradora de la realidad social), a la hora de hablar de la concepción de persona.
Se usa la tradición hegemónica de la filosofía, cogiendo una imagen concreta del yo de
nuestra tradición intelectual; la de el yo como racional, trascendental, individual, que
trazamos en Descartes y Kant. La tradición cultural occidental no es una sino muchas
que ha sufrido un proceso de selección con respecto a ciertas categorías que se han
convertido en hegemónicas.

Lo que hacen los autores más arriba citados es un reduccionismo de las


distintas concepciones de persona no occidentales a la categoría de socio céntrica.
Implica una definición en oposición al supuesto individualismo monolítico que habría
en nuestra sociedad. No es una categoría operativa porque no refleja el modo de ser
de las concepciones de persona ni en nuestra sociedad ni en otras.

 Ni socio céntrica; Ni individualista

No son categorías operativas para el estudio de la realidad social, ni refleja


correctamente lo que es la subjetividad, entendida como vínculo social. La estructura de
la acción y la condición de las prácticas sociales nunca es mecánica, de acuerdo con un
rol o reglas de esa sociedad. Pero se ha establecido una noción cultural del yo,
entendido de esa forma.

Obeyesekere (1990). Afirma organización psíquica universal relacional frente a la


fabricación académico occidental de las imágenes socio céntricas exóticas de la
formación del yo en otras sociedades. Pone en cuestión la visión emic, producto de
homogeneización a partir de distintos testimonios conflictivos.

El yo es una formación social e histórica (Foucault, 1995), en relación a condiciones


y problemáticas específicas de reproducción. Hay que tener en cuenta una dimensión
material y práctica (Bourdieu, 1993, 2004).
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No hablar esencialmente de tradición y modernidad para explicar la noción de


persona, sino analizar relación producción y reproducción subjetiva, económica y
social. El estudio de la subjetividad es el de los puntos de vista o posiciones que
adopta el sujeto en relación a realidades del mundo. EL SUJETO SE
CONSTITUYE EN Y POR LOS VÍNCULOS. ES RELACIONAL, EN TODAS
LAS SOCEIDADES. CORPORAL Y DISPOSICIONALISTA, PLURAL Y
HETEROGENO LOS MUNDOS SOCIALES A LOS QUE ESTÁ EXPUESTO,
DE MUCHAS FORMAS DIFERENTES.

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