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Universidad de Baja California

Actividad 3 Psicología Social


“Reporte de lectura: Subjetividad Social, sujeto y
representaciones sociales”

QUE PRESENTA
Liliana Mejía Serna

PARA LA ACTIVIDAD 1 DE
Psicología Social

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO


Dr. SANTIAGO RESTREPO

La Dorada, Caldas, Colombia; 4 de marzo de 2018.


INTRODUCCIÓN

El presente informe, destaca la importancia de generar nuevas visiones sobre las


dinámicas sociales con una metodología y visión diferente. Muestra la importancia de
retomar el concepto de subjetividad, no como como una construcción sustancialista sino
como la relevancia del individuo en la construcción de lo social. Es así, como la presente
propuesta busca alejarse del monismo metodológico impuesto en el positivismo, y la
tendencia de una parte de la psicología por cumplir estos cánones.

De igual forma, se replantea las construcciones de la psicología social, en cuanto


que a partido de apreciación empirista del sujeto y la sociedad; se propone entonces, una
visión comprensiva de los fenómenos, destacando el papel de lo subjetivo y las
construcciones sociales.
Subjetividad social, sujeto y representaciones sociales

Dentro de los aspectos relevantes se destaca en primera medida el concepto de


subjetividad, como se menciona en la introducción. En primera instancia la psicología
siempre ha visto el concepto de lo subjetivo con recelo, esto, en cuanto que el concepto de
subjetividad se remota a la filosofía cartesiana que concebía lo subjetivo como una sustancia,
es decir un fenómeno mental. Posteriormente, con Kant y Hegel, el concepto de subjetividad,
deja de ser planteado en términos metafísicos para ser considerado más como una capacidad
intelectual.

De igual forma la concepción de subjetividad se ha utilizado mas como un concepto


argumentativo según el interés teórico particular. Asumido por ejemplo como una entidad
psíquica en los discursos clínicos de la psicología. El punto central radica en el discurso
científico, planteado en términos de monismo metodológico, lenguaje matemático, relaciones
cáusales, etc. asume con desdén el concepto de subjetividad en cuanto que siempre a asumido
como concepto metafísico con poca posibilidad de estudio científico.

La propuesta de Gonzalez (2008) plantea un abordaje diferente, en cuanto que define


la subjetividad no como una capacidad meramente intelectual o de actividad psíquica, sino
que se configura como una condición ontológica implicada en la construcción de los social
y lo individual.

Dentro de la psicología social se ha manifestado la tendencia positiva, enmarcada en


la lógica de la conducta y de los esquemas cognitivos, que ha dejado por fuera la relación
intrínseca del individuo y lo social. Dejando el primero como un sujeto pasivo dominando
por las construcciones sociales. Es así, como Gonzalez (2008) sostiene que estas propuestas
no permiten identificar que la organización psíquica individual se desarrolla en el marco de
la experiencia, y la realidad histórica y social de cada sujeto inmerso en ellas. Y además,
que muy lejos de la consideración del sujeto pasivo, este genera procesos de transformación
en las organización sociales desde la producción subjetiva.

En ese sentido se hace necesario, considerar las implicaciones de esta relación


individuo sociedad, en cuanto que se establece una relación dialógica donde las
construcciones sociales, influyen en las configuraciones subjetivas de lo individuos. Y a su
vez, desde las visiones subjetivas se generan procesos de trasformación en el orden social.
Para Gonzales (2008), ese punto de unión entre lo social y lo individual recibe el nombre de
sentido subjetivo.

Este concepto tiene consecuencias frente a la compresión de los fenómenos sociales,


como el caso de las representaciones sociales; estas se han entendido como representaciones
compartidas dentro de las relaciones interpersonales. Es decir, se concibe la representación
social como una construcción colectiva y que se desarrolla en el campo de la interacción
entre los sujetos. Para Gonzales (2008), las representaciones sociales no son meras
construcciones exteriores que se sobre ponen y se aprehenden de los sujetos, sino que estas
hacen parte de las construcciones subjetivas de los sujetos.

Para este autor, no es posible pensar la subjetividad como entidad cerrada, sino que
responde a una construcción histórico-cultural. En este orden de ideas, el sentido subjetivo
se desarrolla dentro de un campo histórico y cultural, y esto hace referencia a que el sentido
subjetivo se define por la unidad inseparable de las emociones y de los procesos simbólicos
(Gonzalez, 2008. Pág. 233). Es decir, se da la interacción de las capacidades cognitivas y
afectivas en relación con espacios simbólicos. En este orden de ideas, no solo implica la
interacción inmediata de los individuos en relación, sino que trae consigo el trasfondo
histórico de cada sujeto que interactúa, así como las formaciones históricas de los espacios
en que se comparte. De esta forma, no es posible pensar el sentido subjetivo como una
cualidad única de la individualidad, sino que es necesario pensar en una subjetividad social,
es decir, los sentidos subjetivos que implican la historia y simbolismo de los individuos,
también son compartidos y desde acá también se construye el fenómeno social.

Es así, como el sentido subjetivo tiene una configuración particular para cada sujeto;
las construcciones subjetivas se dan en las interacciones sociales, es decir en el experienciar
del sujeto, no obstante, no se entiende como un proceso objetivo de la experiencia, sino que,
implica las condiciones interpretativas de cada sujeto inmerso en los procesos sociales. Cada
sujeto construye un sentido subjetivo particular así tengan las mismas vivencias, y esto se
debe a que las condiciones histórico culturales de cada uno varían. Gonzalez (2008) lo
explica así:
Todo el material simbólico y emocional que constituye los sentidos subjetivos se produce en
la experiencia de vida de las personas, pero no como operaciones que se interiorizan, sino como
producciones que resultan de la confrontación e interrelación entre las configuraciones subjetivas de
los sujetos individuales implicados en un campo de actividad social y los sentidos subjetivos que
emergen de las acciones y procesos vividos por esos sujetos en esos espacios, que son inseparables de
las configuraciones de la subjetividad social en la cual cada espacio de vida social está integrado.
(Pág. 234)

Como se evidencia, el proceso de interacción entre lo social y el individuo es


complejo y dinámico. Pero este esquema permite comprender fenómenos sociales y sus
posibilidades de trasformación no solo como fenómenos exteriores, sino que parten de la
subjetividad individual. Es así como las representaciones sociales, no solos e plantean como
un conocimiento aprehendido, este implica también un procesos emocional por parte del
sujeto. Su manera de vivenciar los contenidos simbólicos de lo social, implica una vivencia
emocional que genera construcción subjetivas particular, y estas a su vez serán compartidas
como un fenómeno de la subjetividad social, es decir, la representación social es una
construcción intersubjetiva.
CONCLUSIONES

Es importante destacar las implicaciones notorias en cuanto a la búsqueda de rescatar


la subjetividad del lastre metafísico al que se a expuesto. Mostrando la subjetividad como
una condición ontológica que interactúa entre la emoción y lo simbólico. De igual forma, se
muestra la relación articulada entre los devenires histórico culturales en la construcción de la
subjetividad.

Es realmente importante notar el cambio de papel en los procesos de construcción


social, en cuanto que el concepto de sentido subjetivo implica una interacción articulada e
influyente entre el individuo y los fenómenos sociales.
BIBLIOGRAFÍA

Gonzales, F. (2008). Subjetividad social, sujeto y representaciones sociales. Diversitas,


225-243.

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