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CASO CLÍNICO 1

1. ¿Cuál es el diagnóstico más apropiado y explica por qué?


La paciente cursa con un cuadro compatible con una depresión doble es decir presenta
una distimia (F34.1) y un episodio depresivo mayor recurrente leve a moderado (F33.1 a
F33.2) basado en lo siguiente:
En lo referente a la distimia podemos observar que esta se caracteriza por una depresión
crónica (más de dos años) del estado de ánimo que no se corresponde con la descripción
o las pautas para el diagnóstico de un trastorno depresivo recurrente, o bien por su
gravedad o por la duración de los episodios. Estos pacientes tienen a menudo días o
semanas en los que refieren encontrarse regularmente bien, pero durante la mayor parte
del tiempo se sienten cansados y deprimidos, expresan que todo les supone un esfuerzo
y nada les satisface o les gratifica. Suelen estar meditabundos y quejumbrosos, presentan
sueño inadecuado y se sienten incapaces de todo, aunque normalmente pueden hacer
frente a las demandas básicas de la vida cotidiana. La distimia puede especificarse si el
comienzo es precoz (tuvo lugar durante la adolescencia o la tercera década de la vida) o
tardío.

La depresión prolongada es un estado de ánimo que no suele ser lo suficientemente


intensa como para satisfacer las pautas para trastorno depresivo recurrente, episodio
actual leve o moderado (F33.0, F33.1). Suele comenzar al iniciarse la edad adulta y
evoluciona a lo largo de varios años, o bien es de duración indefinida. Cuando el comienzo
es más tardío, suele ser la consecuencia de un episodio depresivo aislado (F32.-) o
asociarse a pérdidas de seres queridos u otros factores estresantes manifiestos.

Incluye:
Depresión ansiosa persistente.
Neurosis depresiva.
Trastorno de personalidad depresiva.
Depresión neurótica (de más de dos años de duración).

Excluye:
Depresión ansiosa leve o no persistente (F41.2).
Reacción de duelo de menos de dos años de duración (F43.21, reacción depresiva
prolongada).
Esquizofrenia residual (F20.5).
Depresión postesquizofrenia.

En lo referente al episodio depresivo mayor recurrente leve a moderado podemos


observar que es un trastorno caracterizado por episodios repetidos de depresión, como
los descritos para el episodio depresivo (F32.–), sin ninguna historia de otros episodios
distintos en los que hubiera habido elevación del ánimo y aumento de la energía
presentada como manía. Las formas más graves del trastorno depresivo recurrente
(F33.2 y F33.3) tienen mucho en común con conceptos más primarios, como los de
depresión maníaco-depresiva, melancolía, depresión vital y depresión endógena. El
primer episodio puede ocurrir a cualquier edad entre la niñez y la senectud. El comienzo
puede ser tanto agudo como insidioso, y la duración del cuadro varía desde unas pocas
semanas a varios meses. El riesgo de que un paciente con un trastorno depresivo
recurrente sufra un episodio de manía no desaparece jamás totalmente, por muchos que
hayan sido los episodios depresivos que haya experimentado. Si esto ocurre, debe
modificarse el diagnóstico por el de trastorno afectivo bipolar (F31.–).

2. ¿Con qué otros cuadros establecerías un diagnóstico diferencial?


Diagnósticos diferenciales
Los trastornos depresivos deben diferenciarse de la desmoralización y la pena como en
el curso de un duelo. La depresión mayor (trastorno unipolar) debe diferenciarse del
trastorno bipolar. En los pacientes ancianos, la depresión puede manifestarse como
demencia depresiva (antes denominada seudodemencia), que produce muchos de los
signos y síntomas de la demencia, como retraso psicomotor y disminución de la
concentración. Sin embargo, la demencia temprana puede provocar depresión. En
general, cuando el diagnóstico es dudoso, debe intentarse el tratamiento de un trastorno
depresivo. Puede ser difícil diferenciar los trastornos depresivos crónicos, como la
distimia, de los trastornos por abuso de sustancias, sobre todo porque pueden coexistir
y contribuir entre ellos. Los trastornos físicos también deben excluirse como causas de
los síntomas de depresión. El hipotiroidismo a menudo causa síntomas de depresión y es
frecuente, sobre todo entre los ancianos. La enfermedad de Parkinson en particular
puede manifestarse con síntomas que se parecen a la depresión (p. ej., pérdida de
energía, pérdida de expresividad, escasez de movimiento). Se requiere un examen
neurológico minucioso para excluir este trastorno. (Coryell, 2020)

Coryell, W. (2020). Trastornos depresivos. Carver College of Medicine at University of


Iowa.
CASO CLINICO 2
1. ¿Qué tipo de recogida de información realizaría en este caso?

Las obsesiones se definen según los dos aspectos siguientes:

• Pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten constantemente.


Estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales son indeseados y causan
mucha ansiedad o estrés.
• La persona que tiene estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales trata de
ignorarlos o de hacer que desaparezcan.

Las compulsiones se definen según los dos aspectos siguientes:

• Conductas (por ejemplo, lavarse las manos, colocar cosas en un orden específico
o revisar algo una y otra vez como cuando se verifica constantemente si una
puerta está cerrada) o pensamientos (por ejemplo, rezar, contar números o
repetir palabras en silencio) que se repiten una y otra vez o según ciertas reglas
que se deben seguir estrictamente para que la obsesión desaparezca.
• La persona siente que el propósito de estas conductas o pensamientos es prevenir
o reducir la angustia, o evitar una situación o acontecimiento temido. Sin
embargo, estas conductas o pensamientos no tienen relación con la realidad o
son claramente exagerados.

2. ¿Cuál sería el diagnóstico en este caso y por qué?


Trastorno obsesivo compulsivo caracterizado por actos e ideas obsesivas mixtos
(F42.2)
Considero este diagnostico en vista de las manifestaciones clínicas del mismo y que en
este caso la aparición del mismo no es a lo largo de un continuum en la vida del paciente
ya que expresa que en este momento “se le esta yendo de las manos”, su cuadro actual
es compatible con los criterios diagnósticos como ser:

1. Son reconocidos como pensamientos o impulsos propios.


2. Se presenta una resistencia ineficaz a por lo menos uno de los pensamientos o
actos, aunque estén presentes otros a los que el enfermo ya no se resista.
3. Necesidad comprobatoria y rituales
4. Los pensamientos, imágenes o impulsos deben ser reiterados y molestos.

3. ¿En qué consistiría la intervención psicoterapéutica? Explica brevemente cada técnica


a emplear.
El tratamiento general del trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo es similar a
la de todos los trastornos de la personalidad se hare la recomendación de usar la terapia
psicodinámica, la terapia cognitivo-conductual y principalmente el tratamiento por
excelencia que tenemos para el espectro de los trastornos obsesivos compulsivos es la
terapia de Exposición y prevención de la respuesta, la terapia psicoanalítica La terapia
psicoanalítica es un proceso terapéutico que intenta resolver los problemas psicológicos
de las personas teniendo en cuenta las fantasías, los pensamientos, las emociones, los
sentimientos y los sueños, es decir, su mundo interior, el tratamiento cognitivo
conductual consiste en la exposición a lo que se teme (pensamiento o realidad) con la
prohibición de realizar conductas de evitación, en este caso rituales neutralizadores, de
forma que el paciente se arriesgue a sentir la ansiedad. La aceptación de la ansiedad que
se siente es un proceso que ayuda en el tratamiento. La terapia de exposición con
prevención de la respuestas está dirigida a interrumpir este patrón. Para ello, se expondrá
al paciente a situaciones que le producen un malestar obsesivo y se evitará que el
paciente lleve a cabo comportamientos compulsivos. (Garcia, 2013)
También se habla de que los ISRS pueden ser útiles en el manejo de los pacientes con
TOC.
4. Explique brevemente cómo plantearía la exposición en vivo al paciente.
La terapia de exposición se basa en la teoría del aprendizaje, que postula que las
obsesiones evocan ansiedad y angustia, mientras que las compulsiones o rituales reducen
dichos síntomas. La EPR se basa en la suposición de que las obsesiones producen una
ansiedad y un malestar marcados, mientras que las compulsiones sirven para reducir esta
ansiedad. De esta forma, aunque las compulsiones sirven de forma temporal para reducir
la ansiedad, las obsesiones permanecen, porque al realizar la compulsión no se desarrolla
habituación. Así, el comportamiento compulsivo permanece porque es reforzado por la
reducción de la ansiedad. La terapia de exposición con prevención de la respuesta está
dirigida a interrumpir este patrón. Para ello, se expondrá al paciente a situaciones que le
producen un malestar obsesivo y se evitará que el paciente lleve a cabo comportamientos
compulsivos la intervención con personas con TOC se basa en tres principios
fundamentales: exponer a los pacientes a los estímulos ansiógenos asociados a sus
obsesiones; impedir que los pacientes realicen durante las exposiciones conductas de
evitación o neutralización observables o no (compulsiones o rituales) encaminados a
reducir la ansiedad (prevención de respuesta); y favorecer la gestión de la ansiedad y las
emociones asociadas a las obsesiones. El objetivo principal de la terapia de exposición
con prevención de la respuesta es que el paciente pueda adquirir, mediante el
aprendizaje de estrategias y técnicas, un sentimiento de control y eficacia, ante la
respuesta provocada automáticamente por los pensamientos o imágenes obsesivos.
(Skodol, 2019)

Garcia, J. (2013). Tratamientos eficaces del trastorno obsesivo compulsivo.


Psicoterapeutas.
Skodol, A. (2019). Trastorno obsesivo-compulsivo . University of Arizona College of
Medicine.
American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders,
fifth edition: DSM-5. Washington, DC: 2013.

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