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A veces la vida nos somete a duras experiencias, pero cerrar los ojos ante lo que sucede

no cambiará los hechos, al contrario, puede conducir a la aparición de trastornos


psicológicos Es fundamental entender que la frustración suele depender de nuestras
expectativas. Si alimentamos expectativas irreales y estas no se cumplen, nos
sentiremos frustrados e insatisfechos. Ese tipo de pensamientos dinamita nuestra vida y
hace que nos instalemos en las quejas y la amargura. La aceptación de la realidad tal
y como es nos ayudará a vivir los contratiempos con sosiego y serenidad.

La aceptación implica dejar de identificarnos con determinadas situaciones y,


sobre todo, liberarnos de los sentimientos que nos dañan. 

¿Cómo aceptar las cosas tal y como son?

 No te ahogues en las quejas, busca soluciones. Lamentarte por lo que


te ha ocurrido no cambiará la situación. Hasta cierto punto puede ser
catártico, pero si te quedas atascado/a en las quejas te convertirás en una
víctima de las circunstancias.

Las quejas que no conducen a un plan de acción son una pérdida de


energía, una energía que podrías usar de manera más inteligente para
buscar soluciones alternativas. Pregúntate qué es lo que te molesta y qué
puedes cambiar realmente de tu situación para mejorarla.

 Aprende a dejar ir. No siempre podrás cambiar las situaciones ya que


tu nivel de control sobre lo que sucede es limitado. En ese caso debes
aprender a dejar ir todos esos pensamientos y sentimientos dañinos a los
que te estás aferrando.

El maestro de meditación Ajahn Chah dijo: “Si dejas ir un poco,


obtendrás un poco de paz. Si dejas ir mucho, obtendrás mucha paz.

 Practica la gratitud. “Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo
que te falta tampoco lo serás”, escribió Erich Fromm. En vez de
centrarte en todo lo que te falta, recuerda todo lo que tienes. Llevar un
diario de la gratitud es una excelente herramienta para que aprendas a
fijarte en todas las cosas valiosas que probablemente estás dando por
sentado.

Un estudio realizado en la Universidad de California comprobó que


realizar un diario de gratitud, es decir, una lista de cosas por las cuales
sentirse agradecidos incrementa en un 25% nuestra felicidad y el nivel de
satisfacción con la vida en apenas diez semanas. Lo ideal sería que todas
las noches, antes de acostarte, escribieras tres razones por las cuales te
sientes agradecido/a. Poco a poco comenzarás a mirar la vida con ojos
más positivos y cada vez encontrarás más razones para experimentar
gratitud.
 Cambia tu narrativa. Eres tu historia. No se trata de la historia de los
acontecimientos de tu vida sino de la narrativa que has construido a su
alrededor y del papel que has asumido: héroe o víctima, competente o
incompetente…
En vez de colocarte etiquetas generalizadoras que te limiten, céntrate en
la situación que te genera malestar. Piensa en lo que no te gusta y en lo
que necesitarías cambiar para sentirte satisfecho/a. ¿Cómo reaccionas
cuando tienes ese pensamiento negativo? ¿Qué serías capaz de hacer si
ese pensamiento negativo no estuviera rondando tu mente? ¿Cómo te
sentirías sin él? Cambiar la narrativa que construyes en torno a un
acontecimiento te permitirá asumir la realidad desde una perspectiva más
positiva y desarrolladora.

En la vida nos encontramos con rachas y etapas que no son como deseamos. Y la única
solución para que nuestro bienestar emocional no se vea muy alterado es instalar en
nuestra vida la aceptación. Aceptar lo que no puedes cambiar es de vital
importancia para que puedas seguir adelante y transformar tu vida. ¿Quién no ha
deseado alguna vez que la realidad fuera otra diferente a la que está viviendo? ¿Quién
no ha cometido algún error que desearía modificar? ¿A quién no le ha molestado la
actitud o forma de vida de otra persona? ‌Ante cualquier situación que te produzca
malestar, analiza si puedes hacer algo para solucionarlo. De ser así, crea un plan de
acción para mejorar tu vida Pero, en el caso de que veas que no puedes hacer nada
para cambiar algo, si quieres seguir adelante tienes que aceptar la realidad o sufrirás
más de lo necesario. Luchar en contra de una realidad inamovible, será un gasto
de energía inútil y dañina. Solo desde la aceptación podrás seguir adelante sin
estancarte.

Aceptar no significa conformarse


Estas son las principales diferencias entre la conformidad y la aceptación:

 La aceptación: va encaminada a la tolerancia de una situación. Es decir, a saber


que la vida es así y no todo puede ser bueno, pero inclinándonos siempre hacia
la acción. Se puede convivir con esa situación desagradable sin que eso cause un
malestar exagerado. Pero, a pesar de ello, se logra centrar el interés y el foco
de atención hacia otras áreas, se intentan abrir nuevas puertas. Aceptar es
abandonar una lucha hacia algo que no tiene solución y buscar otros caminos
que nos permitan vivir como nos gustaría. Se tienen pensamientos del tipo:
“Esto es lo que hay y no puedo hacer nada, lo esquivo y sigo con mi vida para
ver si consigo mis propósitos”

 La conformidad: se produce cuando no toleramos una situación. Como las


cosas no son como queremos, nos cerramos en banda y tendemos a la inacción y
estancamiento. Las emociones negativas aparecen y nos rendimos, creemos
que no podemos mejorar nuestra vida. Se tienen pensamientos del tipo: “no
puedo hacer nada para cambiar mi vida, soy un desgraciado y siempre seré
infeliz”. Se tiende a la lamentación y victimismo, se pierde la esperanza de
poder mejorar en el futuro. La persona no se abre a nuevas posibilidades y tira la
toalla, se conforma con la vida que tiene aunque no le guste, no moverá un dedo
para cambiar su situación, lo que provocará cada vez más frustración.
Tu futuro está en tus manos
Acepta la realidad y haz algo para que en el futuro puedas salir de esa situación
que te hace infeliz. No todo puede ser de nuestro agrado, ni todas las personas que nos
rodean pueden ser iguales que nosotros. Por ello, la aceptación será tu mejor aliado
para llevar una vida menos estresante.

Abre tu mente a nuevas posibilidades y, aunque tu entorno y tu vida no sea ahora como
deseas, sí lo podrá ser en un futuro si siembras en el presente.

No decaigas en tus intentos. Todos tenemos el poder de crear y cambiar nuestra vida.
Recuerda que cada pequeño paso, cada pequeña acción contínua, se convertirá en
algo grande en el futuro.

ACCIÓN EN ACCION

La acción es fundamental para cualquier logro que se anhele, nada se puede conseguir si uno
no actúa luego de haber cultivado una idea fija en su mente.

Nunca se quede quieto, si se ha trazado un objetivo trabaje para ello, si en su entorno puede
realizar alguna acción conducente a sus objetivos, hágalo.

Pero también puede hacerlo en su espacio particular, lea un libro, escriba algo, busque
información de Internet, converse con alguien por teléfono. Todo eso hecho con frecuencia,
acostumbrará a su mente a unas ideas de convicción de que nada lo va a detener en lo que
quiere lograr.
Puede ser que en el proceso Ud. cometa errores y por allí tenga algún desliz, o quizás tome el
camino equivocado. Entonces hay que estar atentos a corregirse, a hacer un alto y con calma
repetirse que esos pequeños tropezones son parte de dicho proceso, es muy estimulante
seguir adelante sabiéndose capaz de superar los obstáculos que se presentan en el camino.

La acción, esta claro debe ser algo permanente. Pero cuando se trata de los objetivos, antes de
pasar a la acción que tiene que ver concretamente con el objetivo deseado, se debe sembrar la
idea en el subconsciente, se debe mediante la perseverancia cultivar ideas de
autoconvencimiento de que eso que Ud. se anhela de logrará, sea en el trabajo, en los
negocios, en la salud, el amor, el dinero, etc.

Cuando ya su mente rebalse de ese autoconocimiento de sentirse capaz y convencido de


lograrlo, entonces ese es el momento de pasar a la acción, allí es cuando Ud. puede planear
alguna estrategia a seguir para conseguir su sueño, o incluso puede dejar que el Universo se
encargue de todo incluido el resultado.

Mientras ese momento llegue sus otras acciones deben estar dirigidas a otros asuntos de su
vida. La naturaleza funciona así, sin apego por los resultados y un fuerte deseo. Ud. actuará sin
muchos esfuerzos para conseguir sus metas, si sus acciones están enmarcadas dentro del
conocimiento de las leyes del Universo.

DESCUBRIRSE A SI MISMO
El Coaching es una disciplina, una técnica y una herramienta que permite a las personas lograr
resultados extraordinarios en sus vidas personales y profesionales. A través de la indagación, el
Coach acompaña al Coachee en la búsqueda de su Ser más profundo. Decimos que, de manera
natural, el proceso de coaching permite a la persona incrementar su nivel de
autoconocimiento. Esto es así porque la persona profundiza en ella misma a unos niveles que
nunca antes había hecho.

Las personas vivimos completamente enfocadas hacia afuera, con el foco en los demás y en las
situaciones, juzgando lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Discriminando entre lo que está
bien y lo que está mal, lo que nos parece justo o injusto. Nos olvidamos de mirarnos a nosotros
mismos en un espejo y de vernos tal y como somos. Nadie antes nos enseñó a recorrer este
camino.

El Coach ayuda a la persona a descubrirse, a conocerse y saber qué le mueve y qué le motiva
en esta vida, le ayuda a entrar en “coherencia con uno mismo” y para ello utiliza cuatro
momentos distintos:

1. Momento para definir objetivos; en ocasiones las personas pedimos un cambio, sabemos
que necesitamos progresar, avanzar, transformar algo en nuestras vidas, pero no sabemos
exactamente el qué. El Coach ayuda a definir qué se quiere lograr, ayuda a la persona a fijar
metas claras y alcanzables. Metas y objetivos concretos que dirigirán las acciones y decisiones
de la persona evitando el movimiento sin rumbo y sin dirección. Las personas necesitamos
saber adónde vamos para elegir correctamente el camino. Esta fijación de metas genera
compromiso y responsabilidad en uno mismo y facilita en enfoque en cualquier proceso de
cambio y transformación.

2. Momento para valorar lo que ya está en uno mismo; las personas tenemos muy desarrollada
la capacidad de juicio, crítica y culpa hacia nosotros mismos. Nos pasamos la vida exigiéndonos
más, pero somos incapaces de valorar nuestros éxitos, nuestros logros, en definitiva no vemos
todo lo bueno que ya está en nosotros. Tenemos la mirada en la carencia y

en lo que falta y esto nos impide crecer y confiar en nosotros mismos. El Coach acompaña a la
persona en un viaje de autodescubrimiento donde se para a observar esos logros, esos
resultados que se suelen pasar por alto, dando valor, agradeciendo y permitiéndose sentir
orgullo de todo lo conseguido.

3. Momento feedback y de imagen pública; obtener feedback de nuestro comportamiento es


clave en cualquier proceso de desarrollo, pero la verdad es que no vamos por la vida
preguntando a las personas de nuestro entorno cómo nos ven. Por ello, el trabajo que nos
propone el Coach es muy interesante ya que nos da la llave a hacer una petición que de otra
manera resultaría un poco extraña. Con el objetivo de nuestro proceso de crecimiento
personal y profesional, el Coach, nos plantea preguntar al entorno qué aspectos positivos
(fortalezas) y qué aspectos negativos (de mejora) ven en nosotros. Este ejercicio nos permite
conocer el impacto que generamos en los demás. El objetivo no es tanto el valorar esta
información como hechos consumados sino más bien observar la percepción que tienen los
demás sobre nosotros y que está basado en nuestras acciones, en lo que hacemos más que en
lo que somos. Por lo tanto resulta sencillo tomar consciencia, de que nuestras acciones,
determinan nuestro ser. Y que si queremos cambiar como personas y como profesionales,
nuestro cambio está en la acción y en nuestro comportamiento. (Ej. Una persona deja de ser
“impuntual” cuando empieza a llegar puntual de manera repetida)
4. Momento para preguntar y cuestionar; durante el proceso de coaching, el Coach utiliza la
pregunta como herramienta clave para la reflexión y la toma de consciencia de la persona.
Preguntas abiertas que nos permiten cuestionar lo establecido, preguntas que nos ayudan a
profundizar en nosotros mismos para identificar emociones, motivaciones, inquietudes y
necesidades. Preguntas para valorar y elegir. Preguntas que ayuden a la persona a tomar
nuevas decisiones desde nuevos prismas. Y también preguntas que identifican aquellas
creencias limitantes que suponen un lastre en el desarrollo personal y profesional. Tan
importante como la pregunta, es el silencio, que permite crear un espacio de reflexión e
introspección. El Coach hace la pregunta y se mantiene a la espera de que el Coachee
encuentre la respuesta, su respuesta y por tanto su aprendizaje.

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