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Ética empresarial: qué es

El mundo corporativo ha experimentado, como todos los sectores, un cambio sustancial en sus bases. Con
origen en la globalización y la digitalización, las empresas y la regulación corporativa han evolucionado en
favor a los consumidores, que ahora tienen garantidos sus derechos.
La ética empresarial, conocida también como deontología corporativa, es el estudio de la actuación de las
empresas ante problemas o situaciones de dudosa ética o controvertidas. Dicho de otra manera, la ética
empresarial o corporativa es el conjunto de valores, normas y principios que una empresa adopta para
alcanzar un compromiso social.
Objetivos de la ética corporativa
En este sentido, a medida que el mundo globalizado y la ética corporativa, las empresas han evolucionado
junto a ellos. Así, la ética empresarial se aplica para conseguir algunos objetivos, por ejemplo:
Evitar la mala calidad. El valor de los productos o servicios y su calidad es primordial para los consumidores
o clientes. En este sentido, la ética empresarial insta a aplicar normas de calidad que no solo aseguren un
producto correcto, sino que también aseguren la transparencia en su producción.
Compromiso empresarial con causas sociales y medioambientales. Es un hecho notorio, por ejemplo, en
las empresas o marcas con actividades que dañan el planeta tierra y el ecosistema. La ética empresarial, en
este sentido, busca un compromiso de la marca para con la restauración de los daños ocasionados. Todo
ello da paso a la responsabilidad social corporativa.
Motivar y generar confianza y ‘engagement’ con el público objetivo y con sus propios empleados, que
sienten que la empresa es éticamente responsable.
Evitar la competencia desleal. La ética empresarial insta al “vive y deja vivir”, por lo que promueve la
eliminación de conductas de competencia desleal.
Reflejar el “modus operandi” de una empresa con transparencia.
Por qué necesita una empresa contar con un código ético
Contar con un código ético dentro de la empresa es de vital importancia hoy en día por muchos motivos
variados. Primero, tener un código ético es imprescindible para que la empresa se comprometa a trabajar
siempre dentro de su marco legal vigente. Es decir, evitando que se cometan faltas o delitos por parte de
sus empleados, consumidores, proveedores o clientes.
Asimismo, contar con un código de ética empresarial permite que las compañías puedan generar confianza
con sus clientes o consumidores. Todo ello repercute, a su vez, a los resultados positivos de la empresa.
Dicho de otra manera, contar con un código de ética empresarial puede convertirse también en un punto
de una estrategia de marketing. Más en concreto si se determina tratar una problemática en particular.
Todo ello se convierte en una estrategia de valor de marca que, a su vez, contribuye a la confianza de los
clientes y su prescripción.
Tener una empresa ética es también atractivo para posibles inversores o accionistas. En este sentido, es
probable que se elija un proyecto sólido, con un código ético marcado y transparente antes que uno que
carece de él. Finalmente, la ética empresarial también es beneficiosa para los empleados y las operaciones
empresariales. Una buena gestión de la ética corporativa es también una manera de atraer talento. Los
empleados no solo valoran la conciencia social sino que además pueden sentirse parte de la mejora

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