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Corporeidad de la mano

 
Corporeidad de la mano a partir de diferentes tipos de títeres.

¿Cuál es el objetivo de un espectáculo de títeres?


Simplificar el mundo, para emplear un lenguaje
sencillo que todos podamos entender; captar al
espectador, encender emociones, compartir. Los
titiriteros creen que su arte debe ser artesanal. Por
tradición y por elección repudian el arte como
negocio, el arte como mercadería acabada. Debe ser
armónico, artesanal, simple, tierno, y tienen que
satisfacer las necesidades del espíritu. Desde los
albores de la humanidad hasta la actualidad, haya
sido consciente o no, esta ha sido y es la ética de
todo titiritero.

¿Qué es un títere?
En la actualidad decimos que un títere es:
Un muñeco. Nos brinda la increíble posibilidad de remontarnos a los inicios de los
tiempos, cuando ya había juguetes, y a la historia personal, en la que de una y otra
manera jugábamos con objetos a los que dábamos vida.
Un objeto intermediario. Nos permite conectarnos con algo o alguien que está
ausente y que el títere "trae" al aquí y ahora.
Un artefacto cultural. "Es un aspecto del mundo material que se  ha modificado
durante la historia de su incorporación a la acción humana dirigida a metas. En virtud
de los cambios realizados en su proceso de creación y uso, los artefactos son
simultáneamente ideales (conceptuales) y materiales. […]. La forma de un artefacto
es más que un aspecto puramente físico […], al ser creado como una encarnación
del propósito e incorporado de una cierta manera a la actividad de la vida -al ser
fabricado por una razón y puesto en uso- el objeto natural adquiere una significación.
Esta significación es la forma ideal del objeto, una forma que no incluye un solo
átomo de sustancia física tangible que lo posee" (Cole, 1999).
Un personaje teatral. Por esta característica tendremos muy en cuenta las reglas
del teatro: de dónde sale el títere, a dónde ingresa, cómo, cuándo, de qué modo. Si
no consideramos las reglas del personaje teatral, nuestro juego titiritero resultará
poco creíble. Porque jugar es un hecho muy serio. Lo podemos ver, por ejemplo,
cuando dos niños  juegan y uno de ellos no lo hace "en serio"; en ese caso, el otro
suele pararlo y decirle: "¡Jugá bien!, es decir, "¡Comprométete!".
Del mismo modo, el juego titiritero implica conocimientos de todo tipo puestos en
acción. Es un medir, accionar, trabajar con otro intercambiando, tejiendo historias,
armando secuencias. Cuando, en su juego, un niño levanta un muñeco, suele
hacerlo con la sensación del peso del objeto u animal que representa: si es un bebé
lo hace como si pesara lo mismo que un bebé real y tuviera su fragilidad; es una
actividad lúdica, placentera, comprometida, que se pongan en juego conocimientos,
sentires, sueños, miedos y también crear un hilo argumental propio e irrepetible.
Como escuchar una poesía  o un cuento, como cantar una canción, el títere es la
magia del "aquí y ahora", tan nombrado y poco vivenciado en un mundo de tiempos
corridos y con permanente apasionamiento por el futuro.
En la infancia, este tiempo esencial requiere de pausa, espacio, cuidado y de "arte"
para construir un futuro personal y reflexivo en el que nada de lo que sueño entre en
el terreno de lo imposible de realizar.
En la escuela, donde no trabajamos para el espectáculo sino para un encuentro
pequeño, mínimo e irrepetible, una intervención con títeres habilita un disfrute del
presente. Se trata de un acontecimiento que perdura en el recuerdo de los niños.
Algunas claves para trabajar con títeres. 
Hablar de títeres es hablar de arte, por eso es fundamental no perder de vista que el
objetivo es expresivo y no debemos poner sólo el foco en la técnica y/o los
materiales. No se trata de que el docente titiritero manipule correctamente muñecos,
sino de que juegue, de que se exprese y pueda manifestar todo aquello que es difícil
de decir si no se cuenta con este andamiaje lúdico.
Para iniciarse en los caminos de este arte es recomendable comenzar por el juego.
La técnica por si sola es la "cáscara". No debemos olvidar que siempre está al
servicio de la expresión. El rol del docente o tutor de aprendizaje es ayudar a
encontrar herramientas válidas para "poder decir".
Existe un trabajo previo a la primera presentación de un títere. Se trata de un objeto
dramático, lo que conlleva pensar un nombre, una edad, características y gustos
personales, una voz y formas de moverse. Sin esto, sólo será un objeto.
Más allá de los conocimientos que tenga un docente sobre este arte, cuando decide
trabajar con títeres es fundamental que seleccione uno que le resulte significativo.

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