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De Chico, muchas noches vi los abusos verbales y físicos que mi padre infligía
a mi madre. Aún recuerdo el olor a alcohol, veo el miedo en los ojos de mi
madre y siento la irremediable desesperación que se experimenta al ver a
nuestros seres queridos lastimarse de manera incomprensible. Racionalmente,
sé que mi padre hacía sufrir porque sufría. Espiritualmente, sé que mi fe me
dice que mi padre merece ser perdonado, como Dios nos perdona a todos
A veces es tristeza del corazón, sentir adentro algo como que amarga la
existencia, porque cargo con una responsabilidad, es un fracaso.
Uno lo pasa a la educación de los hijos y genera una nueva culpa, entonces
cualquier falla o circunstancias ajenas me involucran mal. Sea el caso uno u
otro me consumo en la tristeza. Pierdo el rumbo. Para que me case para qué fui
padre. Porque hice esto mal. Mi hija es así porque yo soy así. Me pueden decir
como halago “tu hija es parecida a vos en su forma” y yo lo tomo como algo
que está mal que no acepto. O tantas otras que no hacen más que uno estén
pendientes de cuando viene el miedo a volver a echarme culpas. Y es eso
miedo. Porque los pasos son con culpabilidad no son firmes entonces
crecemos solos o en relación con miedo. Me arrancaron verde. Mis bases no
son sólidas. Hecho culpas o agredo que es una manera de defenderme por las
dudas de cualquier error. No se rectifica el camino y todo lo que hice es tiempo
perdido.
La solución dicen que es nunca dejarse consumir por la tristeza, sino rectificar
en lo posible el rumbo. Aprender y mirar el futuro con esperanza. Pero cuando
uno está anclado en la culpa eso es imposible.
La falta de perdón para uno mismo suele generar tristeza, y una y otra tiene su
origen en el orgullo. Y así como el orgullo del que es simplemente vanidoso, es
el más corriente y menos peligros, en cambio, pasarse la vida dando vueltas a
los propios errores suele ser señal de un orgullo más refinado y destructivo.
Mira como me flagelo, no hace falta que vos me lo marques yo me doy cuenta
de mi error. Eso también es agredirse.
Hacer frente a esos desánimos que acompañan los propios errores y fracasos
no es fácil, porque del otro lado estoy yo y yo me conozco, quien me va a
manipular si es mi mente contra mi mente. Son instantes de hundimiento y de
desazón, bajones de ánimo que pretenden ganarnos la vida.
Entonces me tengo que parar a ver las razones que lo producen. A veces da
vergüenza ver cómo nos desanimamos ante cosas tan tontas, cosas de tan
poca importancia pueden hacernos pasar de la euforia al abatimiento, o
viceversa de forma rápida. Tengo que hacer un esfuerzo de reflexión, un serio
intento para ser objetivo, para ver cómo alejar esas sombras de pesimismo que
nos asaltan inadvertidamente a todos y que tantas veces no dejan ver la cara
linda de la vida.
Porque nací con tal enfermedad? porque me dejaban de lado porque yo
convulsionaba? porque mi mama murió un día antes que yo me enterara que
estaba tan enferma? porque me agredí? porque mi papa para que no sufra me
escondía cosas de la vida? Porque porque y porque. Hasta llegar al extremo de
no poder disfrutar, si hasta los buenos logros y la alegrías no las vivía
plenamente. Todo tenía que tener un porque.
Isaias 43,25
Perdonarme a mí mismo si quiero tener paz y darla.
Confesamos una y otra vez e mismo pecado. Dios ya lo perdono de una vez y
para siempre. Soy yo quien no logro perdonarme
Isasias 1,18
Juan 8,36
No es más importante el pecado q Dios. El pecado mata la felicidad del ala nos
roba la gracia. Pero jesus resucitado nos ha revelado con su muerte que nos
perdona todo cuando nos arrepentimos de corazón. Juan 8, 32
Ezequeil 36,26