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Materia: Derecho Privado

Profesora: Giovinazzo Claudia Paola

Cursos: 2 AÑO (A-B Y D)

Derechos personalísimos

Los derechos personalísimos son prerrogativas de carácter extra patrimonial,


inalienables, inherentes al hombre desde antes de nacer y hasta su muerte,
son perpetuos Erga Omnes.
Los primeros atisbos de los Derechos Personalísimos están en la ley 11723
(Ley de propiedad intelectual) en los Art. 31 a 35. La ley deja planteado en que
casos de puede utilizar y en que casos no la imagen de una persona.
Posteriormente, en el código aparecen con la reforma de la ley 17711 en el Art.
1071 bis.que introduce el derecho a la intimidad de las personas (después en
forma indirecta en los Art. que van desde el 1084 al 1090 (no con la reforma)).
En materia normativa aparece la ley 24193 y 26066, ley que tiene que ver con
la dacion de órganos, la integridad física, los tratamientos quirúrgicos.

Naturaleza jurídica
Son derechos no patrimoniales ni económicos en cuanto a prerrogativas pero
para el supuesto de lesión de estas prerrogativas si cabe puede pedirse una
indemnización por daños y perjuicios.

Clasificación
1) Los vinculadas a las manifestaciones físicas Fundamentalmente como
derechos personalísimos, la vida, la salud corporal y mental.
2) Los vinculados a las manifestaciones psíquicas: Intimidad, honor, imagen e
identidad espiritual.
3) Los vinculados a las libertades: Libertad de culto, de ideas, de pensamiento
y de expresión (estos últimos pueden chocar con la imagen y el honor)

En cuanto a las manifestaciones físicas el bien jurídico tutelado sin duda es la


vida. El derecho a la vida como derecho personalísimo por excelencia esta
previsto por todo el ordenamiento, los códigos, los tratados, la CN, etc.

Estructura de los derechos de la personalidad:

Como en todo derecho subjetivo, encontramos en la estructura de los derechos


personalísimos un elemento subjetivo (sujeto), un elemento objetivo (objeto) y
un contenido que le es propio. El elemento subjetivo no es sino la persona
física, todo hombre, por su sola condición de tal es sujeto activo de tales
derechos, en un plano de igualdad total.

Se ha discutido si las personas jurídicas son también titulares de derechos


personalísimos; estimamos que aun cuando no lo sean en igual medida y
plenitud que las personas físicas, las personas de existencia ideal gozan de
algunos derechos de la personalidad como el honor (comercial o societario), o
el nombre (razón o denominación social).
En el derecho peruano Carlos Cárdenas Quirós señala con acierto que "las
personas colectivas o jurídicas pueden experimentar la agresión de algunos
derechos tales como el honor, la buena reputación, el crédito comercial, la
igualdad ante la ley, la inviolabilidad del domicilio, la libertad de contratación,
etc.".

El elemento objetivo está íntimamente unido a la persona, y como lo


adelantáramos precedentemente, no se confunde con ella. El objeto de estos
derechos son las manifestaciones determinadas en los hechos reales de la
persona, que la sociedad reconoce y el derecho protege, como, por ejemplo, la
integridad del cuerpo, la salud, el honor, etc.

Interesante al respecto ha sido la tesis formulada por Beltrán de Heredia, quien


considera que el objeto de los derechos de la personalidad no es el bien en sí
mismo (la vida, el honor) como no lo es la cosa en el derecho de propiedad,
sino el "interés" que el bien material o inmaterial representa para su titular.
Creemos que no se contraponen la idea de "manifestaciones" e "interés", por el
contrario, se complementan.

Así, el objeto de los derechos personalísimos son las manifestaciones de la


persona en la sociedad, en cuanto dichas manifestaciones importan un interés
o beneficio para la persona, interés digno de tutela jurídica.

Finalmente, el contenido de los derechos de la personalidad se integra de un


haz de facultades o poderes que permiten al titular del derecho ejercerlo,
disfrutar y gozar del bien inmaterial protegido, exigir jurisdiccionalmente el cese
de los actos que lo lesionen o perturben, y reclamar la indemnización de la
lesión que se le causare.

Caracteres de los Derechos de la personalidad.


Aun cuando los derechos de la personalidad son verdaderos derechos
subjetivos, estos derechos tienen un conjunto de notas distintivas que los
hacen singulares, especiales y los individualizan y distinguen de los otros
derechos subjetivos. En efecto, se trata de una categoría con perfil propio y con
caracteres -en su mayoría no compartidos con el resto de derechos subjetivos.

Siguiendo, en líneas generales, las enseñanzas de Santos Cifuentes,


mencionamos como caracteres de esta categoría de derechos los siguientes:

a) Se trata de derechos innatos en virtud de que nacen con el sujeto mismo.


Son connaturales al hombre y pertenecen a él por su sola condición de persona
humana, siendo indiferente lo que disponga o no al respecto el derecho
objetivo.

b) Son derechos vitalicios, ya que pertenecen a la persona durante toda su


existencia, no faltando en ningún instante de la vida.

c) Son necesarios: No pueden faltar sin perjuicio de que en ciertas ocasiones


su ejercicio pueda ser limitado por la autoridad pública (por ejemplo en el caso
de una condena penal de prisión se privaría el ejercicio al derecho de libertad
ambulatoria, o en el supuesto de un estado de sitio, situación excepcional y
temporaria).

d) Asimismo se trata de derechos esenciales, ya que no le pertenecen al


hombre por una circunstancia ajena o externa sino que se trata del mínimo
indispensable, básico, para el contenido de la personalidad humana. La
persona sería incompleta sin estos derechos.

e) Son derechos de objeto interior, en virtud de que al ser manifestaciones de


la persona se encuentran íntimamente vinculados a ella y no pueden ser
captados sin atender a la unidad compuesta del hombre. Por tanto no se trata
de derechos exteriores, sino interiores al propio sujeto titular.

f) Son derechos inherentes, en el sentido de que son intransmisibles por no


ser posible escindirlos de la persona a la que pertenecen. Como consecuencia
de ello resulta que los derechos personalísimos son irrenunciables.

g) Son extrapatrimoniales ya que no son susceptibles de apreciación o


medición pecuniaria. Esto no significa que no sean capaces de producir bienes
económicos, mas esto es sólo un efecto secundario de los derechos
personalísimos. Asimismo, no obstante este carácter extrapatrimonial, la lesión
de los derechos personalísimos tiene repercusiones económicas ya que si se
atenta contra ellos, la víctima tiene la facultad de exigir su reparación in natura,
y si la reparación en especie fuera imposible, la obligación de resarcir se
resuelve en el pago de una suma de dinero.

h) Se trata de derechos relativamente indisponibles ya que no es posible


venderlos, transmitirlos. Por ello, los derechos de la personalidad están fuera
del comercio y no pueden ser objeto de ningún negocio jurídico. Es decir se
trata de derechos inenajenables, inembargables, intransferibles,
imprescriptibles e inejecutables. Sin embargo afirmamos que esta
indisponibilidad es "relativa" porque es posible alterarlos, transitoria y
parcialmente.

i) Son derechos absolutos por cuanto son oponibles erga omnes a todos los
miembros de la comunidad y no sólo a los particulares, sino también frente al
Estado.

j) Los derechos personalísimos son derechos privados por cuanto se colocan


en el campo del comportamiento de los particulares.

k) Finalmente se trata de derechos autónomos, porque los derechos de la


personalidad tienen un conjunto de caracteres, los estudiados que los
caracterizan e individualizan frente a los otros derechos subjetivos.

. Clasificación de los derechos de la personalidad:

La clasificación de los derechos personalísimos ha de realizarse atendiendo a


los bienes jurídicos, o a las manifestaciones innatas de la persona que
respectivamente protegen.
En este sentido se ha clasificado a los derechos de la personalidad en:

a) Derechos de la integridad física: dentro de los que quedan comprendidos


todos los derechos relativos a las manifestaciones de la persona sobre su
propio cuerpo.

Un jurista español, Borrell Maciá, se pregunta si el hombre tiene derechos


sobre su propio cuerpo y luego de pasar revista a la opinión de una serie de
autores, señala que "la técnica tradicional encuentra dificultades para
amoldarse al reconocimiento del derecho sobre la propia persona", pero su
interesante estudio gira sobre el problema de la posible disponibilidad de esos
derechos, mientras que nosotros en este trabajo enfocamos principalmente la
protección de la persona humana y de su integridad física.

En esta clase de derechos se incluyen las facultades humanas personalísimas


vinculadas con el desarrollo, provecho y defensa de la personalidad física de la
persona: el derecho a la vida que atañe a la existencia vital del cuerpo
(consecuentemente se encuentra sancionado en nuestro ordenamiento el
aborto, el homicidio en todas sus modalidades y en general todos los atentados
contra la vida) y el derecho a la salud (tanto la conservación como el recupero
de la misma; por eso se encuentran prohibidas ciertas operaciones quirúrgicas,
imposibilitados ciertos tratamientos y prohibidos algunos exámenes médicos
sin el consentimiento del paciente).

b) Derechos de libertad: que no sólo atienden a la libertad de movimiento (de


locomoción o desplazamiento) sino también a la libertad espiritual, es decir a la
posibilidad de hacer o no hacer (la concertación de negocios, la realización de
actos) y la que se vincula a la libertad de conciencia (libertad religiosa, libre
expresión de ideas, etc.).

Estos derechos atienden al ejercicio sin trabas tanto de las fuerzas físicas
como de las espirituales.

En el derecho peruano Espinosa afirma que "el derecho a la libertad tutela


tanto el libre desarrollo de la personalidad de los sujetos .como el poder que
estos tengan para crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas".

c) Derechos sobre la integridad espiritual: comprensivos del honor, de la


imagen y del derecho a la intimidad o a la vida privada.

d) Derechos al reconocimiento y respeto de la propia individualidad del


sujeto: En esta clase suele ubicarse el derecho al nombre; pero, como ya
hemos expuesto, para nosotros, más que de un derecho personalísimo se trata
de un atributo de la persona.

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