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El patrimonio.
Se define como el conjunto de relaciones jurídicas susceptibles de valoración
económica. El patrimonio es una cuestión abstracta y es fruto de la deducción
de los autores del Derecho civil. Tenemos un conjunto de instituciones que se
admiten las ideas de patrimonio, por ejemplo, la herencia. Cada autor tiene sus
propias ideas sobre determinadas instituciones y del patrimonio.
La capacidad patrimonial
Es una manifestación de la capacidad jurídica. Nos permite ser el titular de
derechos patrimoniales para lo que no es necesario que el patrimonio sea muy
abundante.
Todos tenemos patrimonio (por ejemplo los recién nacidos no). Quien tiene
deudas también tiene patrimonio. Al Derecho civil no le importa cuál es el
patrimonio neto de una persona, lo que se valoran son otras cuestiones.
Tipos de patrimonio
Patrimonios separados: masas patrimoniales que durante un
determinado momento están diferenciados o separados del resto del
patrimonio de su titular, para tener una finalidad específica. Por ejemplo:
la herencia aceptada a beneficio de inventario.
Patrimonios colectivos: aquellos en los que hay varios titulares. Por
ejemplo: patrimonio ganancial o herencia indivisa.
Patrimonios de destino: nuestro Derecho admite la existencia de
patrimonios sin titular pero de forma transitoria. Por ejemplo: herencia
yacente, mientras no se acepte la herencia está en situación yacente.
Derechos de la personalidad.
Recaen sobre determinados atributos o cualidades del ser humano.
Presenta unas características que los distinguen de otros derechos subjetivos:
Son derechos necesarios, los tiene todo el mundo.
Son inseparables de la persona. A su vez implica que:
o Son derechos inalienables, no se pueden enajenar, no podemos
disponer de ellos.
o Son irrenunciables.
o Son imprescriptibles.
o Son innatos u originarios, se ostentan en el mismo momento del
nacimiento.
o Son derechos absolutos, se pueden ejercitar y exigir ante todo el
mundo.
o Son extrapatrimoniales.
EL NEGOCIO JURÍDICO
El principio de autonomía de la voluntad supone que el derecho privado no
impone una regulación a los particulares en su vida privada, sino que permite
que sean ellos los que decidan la relaciones jurídicas que quieran establecer.
Este principio implica la capacidad que tenemos de autorregularnos. El
ordenamiento jurídico no nos obliga y tampoco determina el contenido de esa
relación jurídica.
Si los interesados no establece nada, el ordenamiento jurídico dispone de una
regulación recogido en el artículo 1255 del Código civil.
Esto no implica que no haya límites. Los contratantes pueden establecer los
pactos, cláusulas y límites que tengan por conveniente, siempre que no afecte
a la moral, al orden público o a la ley.
Casi todas las normas de materia de contrato son de carácter dispositivo, pero
en otros ámbitos no. Por ejemplo, el testamento podemos decidir si hacerlo o
no, pero si aceptamos hay leyes que lo regulan y que deben cumplirse; el
matrimonio podemos decidir si casarse o no, pero si contraemos matrimonio,
hay que cumplir una serie de leyes recogidas. En otras materias matrimoniales
podemos elegir como por ejemplo las capitulaciones.
A través del negocio jurídico se pone en práctica este principio de autonomía
de la voluntad.
La representación.
El negocio jurídico exige como mínimo una declaración de voluntad,
normalmente la persona que quiere llevar a cabo ese negocio jurídico,
mediante acción directa (nosotros mismo) o mediante acción inidirecta
(mediante otras personas). Podemos permitir que otra persona lo haga por
nosotros. Las figuras se denomina representante o representado (principal).
se pueden distinguir dos tipos:
La representación legal: procede de la ley. Hace referencia a que es la
ley la que determina cuando se produce, la que señala que personas
pueden actuar como representantes, la que define o establece las
facultades son los poderes de ese representante y la que determina
cuándo se extingue la representación legal. Pueden ser un tutor,
representantes legales del ausente o los representantes de la patria
potestad. La ley es la que decide qué representación se establece.
Cuando hay representante legal, actúa él y no es representado.
La representación voluntaria: procede de la voluntad. La voluntad es
la que determina esta representación. Es una persona que aunque tenga
pena capacidad de obrar, autoriza a otra persona para que lo haga por
ella. No implica perder la capacidad de obrar. Se pueden distinguir:
o Representación voluntaria indirecta: tiene lugar cuando el
representante actúa por cuenta del representado pero el nombre
propio.
o Representación voluntaria directa: el representante actúa por
cuenta y el nombre del representado.
El negocio jurídico celebrado por otro sin poder es nulo pero se puede utilizar
posteriormente a través de la ratificación aunque se haya llevado a cabo el
negocio jurídico sin poder para ello.
La ratificación es un negocio jurídico basado en una declaración de voluntad
en virtud del cual una persona manifiesta querer para sí los efectos jurídicos del
negocio que un tercero realizó por el sin poder para ello. Se llama
apoderamiento a posteriori. Es preciso que se realice antes de que el tercero
revoque su oferta.