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Este es el anuncio que ha causado controversia, ya que, en él se muestra como está creciendo
la demanda por contratar expertos de compañías militares privadas, que realicen desde
misiones de "extracción" hasta apoyar con la logística.
La preocupación del uso de las PMC, es que, sus miembros son mercenarios, por lo que se
genera una línea borrosa entre usar o no fuerza letal, además, de existir casos en que algunos
de los mercenarios producen que el conflicto dure más para así poder tener una mayor
ganancia. Estas preocupaciones son porque ya ha habido antecedentes de ello como es el caso
de Blackwater que se hizo famoso después de una serie de incidentes de alto perfil, incluida la
muerte de 14 civiles iraquíes asesinados a tiros por sus contratistas en Bagdad en 2007.
Los contratistas occidentales se rigen por las leyes y reglamentos de sus propios países, lo que
nos genera la interrogante: ¿en caso de responsabilidad internacional, respondería el
contratista, el contratante, o al estado donde se realiza la misión? En el caso en que sí fuera
posible la atribución de responsabilidad, ¿habría un límite en la atribución de la
responsabilidad o por el contrario estaríamos ante una responsabilidad absoluta?
-Inicio con los detectives privados, por ejemplo: “Pinkerton National Detective Agency” y los
mercenarios que operaban luego de la Segunda Guerra Mundial.
-En los 90’s, debido principalmente a la guerra fría surgen una mayor cantidad de PMC, entre
ellas encontramos a Executive outcomes, Duncorp,Halloburton,Military Professional Resources
Inc, entre otras.
-La ONU, también a utilizado los servicios de seguridad de la empresa DSL - “Defense Systems
Limited” y de la EMPS DynCorp para la OMP en Bosnia. Otro ejemplo es el contrato entre la
ONU y Lifeguard y DSL en 1998 para que brindaran servicios de seguridad a las operaciones de
ayuda humanitaria en Sierra Leona antes del establecimiento de la OMP.
Para poder responder a las interrogantes que nos plantea este problema jurídico internacional
debemos saber si en todos los casos las PMC tiene responsabilidad, para ello, analizaremos
primero su estructura.
Según Singer las actividades de las PMC se dividen en tres áreas según su ubicación en el
campo de batalla. En primer lugar, coloca a las empresas proveedoras militares (Military
Provider Firms), las cuales se encargan de dirigir las operaciones militares e implementar las
órdenes desde el campo de batalla. En segundo lugar, se encuentran las empresas consultoras
militares, las cuales prestan servicios de asesoramiento y de formación integral para el
entrenamiento y la reestructuración de las fuerzas armadas, es decir, son los encargados de
realizar las estrategias y tácticas, aunque no operan en el campo de batalla. Por último, las
empresas de apoyo militar, las cuales prestan servicios militares complementarios a las
operaciones militares; en otras palabras, se encargan de tareas no letales como realizar la
logística, servicios de inteligencia, apoyo técnico, transporte, entre otras cosas.
De acuerdo con los comentarios del Protocolo Adicional I, se debe entender acto de hostilidad
como aquellos actos que, “por su naturaleza y su propósito, están destinados a causar daños
concretos al personal y al material de las fuerzas armadas”; en otras palabras, el concepto de
hostilidades debe entenderse como los medios y métodos realizados por las partes en
conflicto para causar daño al enemigo. Además, la palabra hostilidades cubre el tiempo
durante el cual se desarrolla la acción sin necesidad de portar un arma. Por su parte,
participación directa se refiere al grado de participación individual en actos hostiles
específicos.
El artículo 4.2 del III Convenio de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo al trato debido a
los prisioneros de guerra siempre y cuando cumplan con las cuatro condiciones que se
establecen. Si bien es cierto, el artículo 4 se refiere a la protección de prisioneros de guerra y
no a la conducción de hostilidades, el estatuto de combatiente se encuentra comprendido en
el reconocimiento del estatuto de prisionero de guerra en caso de captura. para que los
miembros de otras milicias, así como movimientos de resistencia organizados pertenecientes a
una de las Partes en el conflicto, sean considerados prisioneros de guerra, es decir tengan el
estatuto de combatiente, se debe cumplir con los requisitos contemplados en el artículo 4.A.2
del III Convenio de Ginebra. Por tanto, se puede decir que todos los miembros de las fuerzas
armadas (a excepción del personal sanitario y religioso) son combatientes, pero no todos los
combatientes forman parte de las fuerzas armadas.
El Tribunal llegó a la conclusión que el fin de colocar “pertenecer a una parte” era hacer
responsable al Estado de las conductas no solo de sus fuerzas armadas sino también de sus
fuerzas irregulares.
No hay tratado que prohíba el uso de PMC, el uso de las mismas no es ilimitado. Sin embargo,
es evidente que un Estado no puede utilizar a las PMC para que realizan acciones que están
prohibidas para sus fuerzas armadas.
En el ámbito del DIH, los Convenios de Ginebra de 1949 contienen ciertas disposiciones que de
manera exclusiva delegan ciertas acciones a las fuerzas armadas del Estado como por ejemplo
el ejercer el poder del oficial responsable de los campamentos de prisioneros de guerra o en
los centros civiles de detención. Dichas responsabilidades son exclusivas de las fuerzas
armadas por lo cual no se puede contratar a un PMC para que desarrolle dicha función.
Asimismo, hay ciertas actividades reservadas a las fuerzas armadas o agentes del Estado como
la conducción de las hostilidades, la toma de decisiones judiciales, el mantenimiento del orden
público y seguridad y la firma de acuerdos con otros Estados para el establecimiento de zonas
desmilitarizadas.
Por tanto, se considera que existen funciones inherentes al Estado que por ser propias del
Estado no deberían ser delegadas a terceros y serían el límite a los servicios que pueden ser
ofrecidos por las EMSP
¿Mercenarios?
Las PMC tienen una organización de estructura permanente y jerarquica, incluye un directorio
y accionistas, con la finalidad de obtener ganancias empresariales. Se rige por las normas
nacionales, sus miembros de ser especializados. Mientras que los mercenarios son trabajan
individualmente o milicias, el móvil que tienen es obtener una ganancia individual. No se rigen
bajo la ley, por lo que su servicio es mayormente en solicitados en el mercado negro. Respecto
a quienes pueden realizar esta función son personas sin especialidad.
AMBITO JURIDICO
se puede asegurar que la regulación disponible para tratar el tema de las CMSP descansa, en
últimas, sobre el segundo plano. Lo anterior porque la reglamentación universal disponible
termina regresándole la responsabilidad a los Estados. Por la parte tanto el documento de
Montreux como la conferencia de Montreux no se tienen las herramientas para vincular a
estas compañías debido a las ramas del derecho desde las que se trabaja (DIH y DDHH). El DIH
sólo es vinculante para las personas y las partes en un conflicto, no para las empresas y el
DDHH sólo vincula a los Estados. Por lo tanto, lo que ambos Montreux establecen es que como
tanto el DIH como los DDHH pueden estar integrados en las legislaciones nacionales y pueden
ser aplicados a las CMSP, estas compañías estarían obligadas a respetarlos. Es decir, Montreux
y Montreux se limitan a clarificar obligaciones y colaborar para que los Estados trasladen reglas
internacionales ya existentes en leyes o políticas nacionales.
De su parte, el código de conducta tampoco se presenta como una gran alternativa por más
que sus destinatarias sean las empresas proveedoras de servicios de seguridad, ya que su
propósito es el de organizar un conjunto de principios comúnmente acordados para las CMSP y
volverlos estándar de buen gobierno
En la norma 149 del Proyecto de artículos sobre responsabilidad del Estado por hechos
internacionalmente ilícitos se señala la responsabilidad internacional de los Estados por las
violaciones cometidas por sus órganos, personas o entidades autorizadas a ejercer
prerrogativas de su autoridad gubernativa, personas o grupos que actúan de hecho
obedeciendo sus instrucciones o bajo su control o dirección y las violaciones cometidas por
personas o grupos privados que el Estado reconoce y acepta como comportamiento propio.
Esta norma no solo forma parte del DIH consuetudinario, sino que forma parte del Derecho
consuetudinario genera
Luego del análisis realizado a los instrumentos jurídicos existentes, se considera que no hay, a
ningún nivel, un cuerpo normativo vinculante que regule de manera específica a las EMSP. Por
ahora, solo el Derecho internacional consuetudinario contiene normas (como por ejemplo
normas de DIH y de derechos humanos) que deben de ser cumplidas por las EMSP y su
personal. Por tanto, se considera que la regulación a las EMSP es insuficiente, siendo el mayor
problema la falta de mecanismos para hacer efectivas las obligaciones de dicho personal y de
las EMSP cuando se cometen violaciones.
El proyecto sobre la responsabilidad del Estado fue formulado vía codificación y desarrollo
progresivo por lo que contiene normas básicas de Derecho internacional que ya formaban
parte de la costumbre internacional. Se divide en cuatro partes: (i) el hecho
internacionalmente ilícito; la cual trata de las condiciones que deben darse para que la
responsabilidad internacional del Estado se produzca, (ii) el contenido de la responsabilidad
internacional del Estado; en esta parte se determinan las consecuencias jurídicas para el
Estado responsable, (iii) modos de hacer efectiva la responsabilidad internacional del Estado,
parte que se refiere a cuándo el Estado o los Estado pueden reaccionar ante un hecho
internacionalmente ilícito y (iv) disposiciones generales.
Tomando en cuenta que la idea central de este artículo consideraba que la debilidad que
exhibe el derecho internacional para dar herramientas de regulación a los contratistas de las
CMSP o para vincularlos a otras figuras jurídicas mejor tipificadas refleja un problema
eminentemente político que alimenta un status quo antidemocrático, puede decirse que hay
una demostración parcial de este argumento.
Las falencias del derecho internacional son fuertes si se toma en consideración que los
acuerdos existentes sobre CMSP privilegian al soft law, a las reglas del DIH y de los DDHH ya
ratificadas y a las normas del derecho interno más de los países en donde estas compañías
tienen sus centros de operaciones que de aquellos en donde ellas operan. Además, si se piensa
en que el derecho internacional vigente debe cumplir una serie de condiciones para tener
competencias sobre el actuar de estos individuos, su papel se limita aún más. Estas
condiciones pasarían por la declaración de conflicto, la discriminación entre conflictos armados
internos, conflictos internacionales y por el estatuto jurídico del personal de las CMSP.