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Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Carrera de Derecho
Diplomado en Ciencias Penales -

Diplomante: Jhon Edson Rojas Cabrera


Fecha: 09/06/2022

EL LENGUAJE QUE USA EL LEGISLADOR BOLIVIANO


NECESITA UN TRADUCTOR

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. -

“El lenguaje que usa el legislador en la elaboración de una norma penal solo complica
la labor del abogado penalista y dificulta la comprensión del ciudadano de a pie”.

Preguntas

¿Porque el lenguaje que usa el legislador al redactar una norma penal es tan complejo
de entender?

¿Como pretende el legislador motivar al ciudadano abstenerse de la cometer un delito


si el lenguaje utilizado en la ley penal es tan ambiguo?

¿Qué consecuencias puede llegar tener que la norma jurídico penal en el contexto
actual boliviano solo tenga alcance a cierto circulo privilegiado?

II. OBJETIVOS. –

Analizar el lenguaje tan complejo que usa el legislador al momento de redactar una
norma penal.

Evaluar si el legislador logra motivar al ciudadano de abstenerse de cometer un delito,


tomando en cuenta que el lenguaje que se utiliza en la redacción de una norma penal
es tan ambiguo.

Establecer qué consecuencias puede llegar a tener que la norma jurídico penal en el
contexto actual boliviano solo tenga alcance a cierto circulo privilegiado.
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III. MARCO TEÓRICO. -

La normativa legal debería de ser clara, precisa, y de fácil entendimiento para las
personas que la usan, esta apreciación ya se la tenía desde los primeros filósofos,
donde podemos ver esta concepción primigenia de Platón cuando decía “La
naturaleza no ha dado nombre a ninguna cosa: todos los nombres tienen su origen en
la ley y el uso; y son obra de los que tienen el hábito de emplearlos” (Platon, 1969,
pág. 3).

El uso de un lenguaje entre pares ha sido y es un método de comunicación entre los


seres humanos, pero el comunicarse y entenderse son 2 esferas totalmente
diferentes. Ya que no será suficiente que una comunicación donde uno gesticule
palabras que la otra persona jamás escucho, algo similar pasa en el ámbito del
derecho en general y especifico en la norma jurídico penal. El remitente de la norma
debería ser capaz de entender esta, sin necesidad de una formación previa, incluso
muchos que la llegan a tener no poseen la capacidad de compresión del lenguaje
usado por el legislador.

Con razón el profesor, (San Miguel E. , 2020) afirmo lo siguiente:

“El derecho moderno pareciera tener como una meta el lenguaje claro y preciso, y
por más tecnicismo que incorpore en su seno, no deja de ser parte del lenguaje
natural, y por tanto carga consigo todas las características de éste: ambigüedades y
vaguedades, originadas a veces en el significado semántico de los términos y otras
en las construcciones sintácticas; textura abierta del lenguaje, etc (p. 9).

Esto es una realidad innegable, y el pretender hacer caso omiso es imposible, la


constante vulneración de un principio constitucional penal, que para efecto de esta
investigación es que “El contenido esencial del principio de legalidad en materia penal
radica en que no puede sancionarse ninguna conducta ni imponerse pena alguna que
no se encuentra establecida en la ley” (Muñoz, 2007, pág. 99).

Este principio hoy en día es vulnerado de manera diferente, y no es ignorado por


nadie, todo lo contrario, pareciera que los que menos se quejan de esto son las
personas que no entienden la norma, e irónicamente son a los que va dirigido, es por
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eso, de vital importancia la obligación que debe tener el legislador con la ciudadanía,
que al final del día, es quien va legitimar las decisiones que tome este, “Encontrar una
forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los
bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno, uniéndose a todos, no
obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes, tal es el problema
fundamental, al cual da solución el Contrato Social” (Rousseau, 1762, pág. 105).

Como podemos evidenciar el legislador se apartó de ese común de la sociedad, y


estableció un nuevo lenguaje, exclusivo de ciertos círculos privilegiados. Entonces
aquí es donde surge la pregunta, quien verdaderamente es el intérprete de esa
normativa penal, y como bien nos ilustra el profesor (San Miguel E. , 2015) lo siguiente
“Si revisamos nuevamente a Hobbes, encontramos que si bien entendía por
interpretación auténtica el sentido del legislador” (p. 31). El mismo legislador estaría
traduciendo su propio lenguaje, en una conversación privada, que solo cuando se
acuerda la comparte con nosotros.

IV. BIBLIOGRAFÍA. –

Muñoz, F. (2007). Derecho Penal Parte General. Valencia: tirant lo blanch.

Platon. (1969). Cratilo. México: OEUVRES COMPLETES.

Rousseau, J. J. (1762). El Contrato Social. Francia: Integra.

San Miguel, E. (2015). El Derecho y el Reves de la interpretación. La Paz - Bolivia: Weinberg


S.R.L.

San Miguel, E. (2020). El Lenguaje en la Legislación y en el Pensamiento Jurídico. La Paz -


Bolivia: Weinberg S.R.L.

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