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1) Noción preliminar
Para situar al lector más fácilmente en el concepto de NULIDAD, voy a comenzar por una
noción sumaria. Un conjunto muy numeroso de normas jurídicas establece prescripciones
que los particulares deberán observar necesariamente. En materia de CONTRATOS el art.
1261 fija los REQUISITOS ESENCIALES. Así por ejemplo para que la compraventa de
inmuebles se considere perfecta, la ley exige que sea extendida en escritura pública. Si se
celebra verbalmente o por instrumento privado, comprobamos una discordancia o
disconformidad con lo dispuesto por la ley. A esta imperfección se llama NULIDAD.
Esta falta de ajuste entre el negocio tal cual es disciplinado por el legislador y el contrato
concreto pactado en la realidad, proviene de una circunstancia denominada VICIO.
Existe un imperfección en el supuesto de hecho concreto porque la forma empleada no
corresponde a la que el legislador prescribe.
En la raíz del fenómeno de la nulidad se encuentra la inobservancia de una norma legal por
parte de un particular. La doctrina llama leyes ordenativas este tipo de disposiciones que
regulan la conducta de dos sujetos imponiendoles cumplimiento de determinados requisitos
o presupuestos a fin de que el efecto jurídico perseguido se verifique.
Cuando el negocio celebrado no concibe con el modelo, está afectado de una anormalidad
o patología que explica que está viciado. La nulidad está constituida por una anomalía del
supuesto de hecho.
La nulidad es una calificación realizada por el legislador que se aplica a los actos o
negocios no ajustados al modelo preestablecido por la ley.
Caracteres de la imperfección que provoca la nulidad del acto o contrato. Vicio estructural;
originario.
Hay nulidad para la doctrina dominante cuando falta un elemento esencial, que se requiere
necesariamente para la formación del contrato y también cuando el elemento existe pero no
reúne las calidades exigidas (es ilícito o está indeterminado).
Los elementos estructurales son necesarios para que el contrato pueda llegar a formarse,
son requisitos de validez y de perfeccionamiento todos aquellos mencionados en el art.
1261:
1º. Consentimiento de partes.
Si uno de estos elementos esenciales está presente al momento del perfeccionamiento del
contrato pero falta luego, no invalida el contrato, sino que es un problema de riesgos, pero
no de nulidad.
Nuestro código implanta un sistema general de nulidad fijando los requisitos esenciales para
la validez de los contratos y estableciendo que la contrariedad a las normas prohibitivas
producen nulidad.
VALIDEZ - INVALIDEZ
Concepto
La noción de validez se emplea por oposición a la de nulidad. Es válido el acto o negocio
jurídico que no es nulo. Inválido es que el negocio es nulo. El negocio válido tiene que ser
un negocio carente de vicios.
Cuando nuestro código dice que el contrato está o se considera “perfecto” no atiende a los
vicios del acto o contrato, sino al momento de su formación. Para la ley uruguaya un
contrato no perfeccionado es un contrato nulo.
El contrato nulo es aquel sin vicios. El contrato perfecto aquel que nace. Y existen dos
grados de nulidad. Esto permite la existencia de un contrato perfecto pero nulo, esto sucede
en los casos de nulidad relativa, por ejemplo por error vicio de consentimiento se produce la
nulidad relativa y el contrato es inválido por tener vicios, pero el contrato se perfecciona ya
que tiene todos su elementos constitutivos.
Cuando falta alguno de los elementos constitutivos repercute en los dos campos, el contrato
es nulo y no se perfecciona, ya que la nulidad absoluta no produce ningún efecto.
NULIDAD E INEFICACIA
Las nulidades en la categoría de la ineficacia. Ineficacia en sentido amplio y estricto
El concepto de ineficacia es más amplio que el de invalidez. La ineficacia es la no
producción de efectos, o la producción de efectos que pueden ser eliminados luego. Se
habla de ineficacia cuando no se producen los efectos y también cuando se producen pero
de un modo efímero.
La ineficacia que resulta de un negocio nulo es el natural reflejo del vicio, de la deficiencia
estructural del negocio.
Pueden distinguirse dos tipos de ineficacia:
Con sentido amplio la ineficacia comprende todas las especies.
En sentido estricto se limita a los casos en que los efectos faltan originariamente o se
extinguen luego, como consecuencia de una circunstancia extrínseca.
Clases de ineficacia
Atendiendo a la ineficacia en sí misma considerada, es posible distinguir diversas especies.
1. La ineficacia originaria es la que comprende los casos en que el efecto jurídico no se
produce desde el comienzo (nulidad absoluta, condición o plazo suspensivo).
2. La ineficacia sucesiva, originariamente eficaz, puede perderlos luego (nulidad
relativa, condición resolutoria).
Correspondencia Absoluta
Inoponibilidad
Cuando el contrato es inoponible a terceros significa que no puede obligar a quienes no
fueron parte del mismo. El contrato siempre es ineficaz respecto del tercero porque el
vínculo obligacional vincula exclusivamente a las partes contratantes (debido al principio de
autonomía privada).
Existe otro enfoque de la inoponibilidad, que es que el tercero no puede desconocer y debe
respetar la situación jurídica generada por el contrato, absteniéndose de cualquier acto que
pudiere afectar su función económica.
Impugnabilidad
La impugnabilidad puede ubicarse en la categoría más amplia de la ineficacia, ya que
extingue los efectos que el negocio produce. La variedad de las causas que provocan la
ineficacia, como las distintas modalidades que presenta, le confieren a esta categoría un
aspecto residual.
La impugnación comienza con una petición de parte, que es presupuesto necesario para
que el juez dicte sentencia privando de efectos a un negocio válido.
Se puede pedir la impugnación por incumplimiento de un contratante, fraude pauliano del
deudor, donación que excede la parte de libre disposición, etc.
Nulidad e inexistencia
La distinción entre inexistencia y nulidad es inadmisible en derecho positivo porque el
código califica de nulos típicos casos de inexistencia. Al fijar el concepto de inexistencia se
establece la noción de nulidad absoluta. La nulidad absoluta equivale a la inexistencia del
contrato.
NULIDAD ABSOLUTA
Bases para la distinción entre nulidad absoluta y relativa
Las categorías se construyen teniendo en cuenta la gravedad de la imperfección. La nulidad
absoluta corresponde a la irregularidad máxima, puesto que el acto absolutamente nulo es
aquel que carece de alguno de los requisitos constitutivos exigidos por la ley.
Se tiene por referencia el modelo legal del supuesto jurídico contrato, que está tipificado en
el art. 1261.
La nulidad relativa existe y produce efectos porque el vicio que lo aqueja no tiene entidad
suficiente como para impedir la formación del negocio. El contrato puede llegar a formarse
cuando el consentimiento existe pero adolece de error por ejemplo.
Existen otros casos de nulidad absoluta, por ejemplo la condición ilícita o imposible (art.
1408).
La omisión de requisito o formalidad que las leyes prescriben para ciertos contratos (art.
1560).
Además de ser completa, la ineficacia originaria del negocio nulo es perpetua, definitiva. El
contrato además de carecer de efectos desde el inicio, nunca podrá producirlos porque la
deficiencia es insubsanable.
En caso de controversia acerca de si existe nulidad absoluta o no, se requiere una decisión
judicial para dirimirla. La declaración de nulidad también puede reclamarse como medio
preventivo a fin de evitar futuras molestias, cuando alguno pretende ejercitar un derecho
invocando el acto.
Pero la sentencia no crea la nulidad, la nulidad es preexistente, la sentencia sólo reconoce
que el contrato era nulo.
En la nulidad absoluta, las sentencias son meramente declarativas y en la nulidad relativa
las sentencias son constitutivas.
Alegable por todo interesado
La nulidad absoluta puede alegarse por todo aquel que tenga interés en ello (art. 1561).
La nulidad relativa solo puede solicitarse por aquellos en cuyo beneficio lo han establecido
las leyes (art. 1562).
Están legitimados para peticionar la nulidad de declaración absoluta al juez tanto los sujetos
que celebraron el contrato nulo, como terceros, mientras estos tengan un interés en la
misma. Un tercero totalmente ajeno al negocio y sin relación alguna con las partes no podrá
solicitar su nulidad, ya que le es indiferente la situación.
Si no se pudiera declarar nulo de oficio, las partes se podrían poner de acuerdo y reclamar
su cumplimiento para que el contrato nulo resultara eficaz.
INSANABLE
No se subsana por la voluntad de las partes
La nulidad absoluta no se subsana por confirmación, en cambio la nulidad relativa si se
subsana por confirmación.
Un contrato nulo por falta de objeto no puede confirmarse, ya que no se perfecciona sin este
requisito, por más que haya voluntad de hacerlo (consentimiento) de los sujetos.
Frente a un acto absolutamente nulo, solo cabe la renovación, esto significa hacer un nuevo
y distinto negocio que producirá efectos a partir del momento de su perfeccionamiento.
Por ejemplo, cuando el consentimiento existe pero viciado, el contrato se forma y el acto es
relativamente inválido. La imperfección que provoca la nulidad relativa tiene menor
importancia.
Caracteres
En la nulidad relativa el negocio existe pero está viciado. No impide que el negocio
produzca originariamente todos sus efectos de la misma manera que fuera valido, pero:
a. La nulidad es subsanable por el transcurso de un plazo de 4 años o por confirmación
(ratificación de las partes)
b. La ley también permite impugnar judicialmente el acto relativamente nulo, se
extinguen retroactivamente como si no hubiera existido.
Naturaleza
En la nulidad relativa el estado de nulidad (invalidez) también preexiste a la sentencia,
porque es la consecuencia de la patología estructural que afecta al negocio, aunque no
tiene los mismos caracteres, ya que no impide la producción de los efectos.
La sentencia judicial que declara la nulidad relativa altera la situación jurídica preexistente,
puesto que extingue el negocio y sus efectos, pero no crea la nulidad sino que transforma
ese estado de nulidad previo en nulidad absoluta.
Respecto a los herederos, se toma en cuenta el tiempo que hubiera transcurrido en vida del
causante, en los herederos mayores de edad.
En el heredero menor de edad no empieza a correr el plazo (el cuatrienio íntegro o su
residuo) hasta que no sea mayor de edad, pero se fija un límite temporal (30 años desde la
celebración del contrato) y después de esta no se podrá reclamar la nulidad.
Confirmación
La confirmación es un negocio jurídico, ya que el confirmante emite una manifestación de
voluntad (sea expresa o tácita) destinada a subsanar la nulidad (art. 1570). Es unilateral,
basta la voluntad de un sujeto para formarlo, emanado del sujeto que es titular del derecho
de impugnación. Se requiere que el vicio haya dejado de obrar, sino la confirmación sería
inválida.
Sólo quien celebró el acto o contrato nulo está legitimado para confirmar y debe ser el
incapaz o la víctima del vicio del consentimiento (art. 1562).
Ratificación y confirmación
La ratificación atañe a un acto válido y emana de un tercero, el ratificante es siempre un
sujeto que no celebró el negocio que ratifica, que aprueba lo actuado por otro y con ello
hace suyos (retroactivamente) los efectos del negocio.
La ratificación se emplea en casos de gestión sin poder donde el gestor actúa en nombre
ajeno por ejemplo. La venta de cosa ajena, ratificada después por el dueño, confiere al
comprador los derechos desde la fecha de la venta.
Formas de confirmación
Puede ser tanto expresa como tácita, lo que importa es que exista una voluntad dirigida a
confirmar. El confirmante debe expresar que decidió subsanar el vicio que afecta al contrato
y que renuncia a reclamar la nulidad o simplemente confirma el acto que adolece de nulidad
relativa por tal o cual causa.
La confirmación expresa debe hacerse con las solemnidades a que por la ley está sujeto el
acto o contrato que se ratifica.
EFECTOS DE LA ANULACIÓN
La anulación unifica el régimen ya que el negocio relativamente nulo pasa a considerarse
como si no hubiera existido, adquiere los mismos caracteres que la nulidad absoluta.
En caso de ejecución o de cumplimiento del contrato nulo, las cosas deben reponerse al
mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo
(restituciones mutuas).
Requisitos de eficacia
Cuando el contrato produce sus efectos se dice que es eficaz. La eficacia puede verse por
distintas causas. Puede suceder que por el interés de las partes se modifique la producción
de efectos por la fijación de un plazo o por condicionarla con un hecho externo (condición
suspensiva).
La ineficacia también puede derivar de la nulidad absoluta del negocio, como reflejo de la
falta de un requisito esencial de validez que afecta la propia vida del contrato.
La fuerza vinculante del contrato
Art. 1291. En qué consiste la fuerza vinculante del contrato.
Entre los efectos del contrato se enuncia su obligatoriedad, porque el contrato vincula
imperativamente a las partes, crea una regulación preceptiva de interés que los contratantes
están obligados a observar.
Antes de contratar los sujetos están en libertad de querer o no, y de querer en tales y cuales
condiciones o modalidades, pero luego de estipulado el contrato esa libertad desaparece y
es sustituida por un estado de sujección.
MUTUO DISENSO
Noción
El mutuo disenso está regulado en el art. 1294: Las partes pueden por mutuo
consentimiento, extinguir las obligaciones creadas por los contratos y retirar los derechos
reales que se hubiere transferido.
El mutuo disenso es un nuevo contrato que tiene un contenido igual pero inverso u opuesto,
al de un contrato precedente contra cuyos efectos se dirige.
Su finalidad es liberar a las partes de un contrato anterior pero también colocar a los
contratantes en el mismo estado en que se encontraban antes de contratar.
Fundamento
Se fundamenta en el art. 1294, si los contratantes tenían el poder de crear la situación
jurídica, también puede destruirla, es una aplicación general de la autonomía de la voluntad.
El art. 1294 no excepciona el principio de fuerza vinculante sino que es por el contrario, una
consecuencia del art. 1291.
Los derechos adquiridos por terceros en el tiempo que corre entre el primero y segundo
contrato (mutuo disenso) nunca puede ser afectados, porque emanan de un contrato válido.
En la donación por causa de matrimonio, si el donatario fallece antes que el donante sin
dejar descendientes, nace un poder de revocación en favor del donante.
La revocación existe sólo en los casos concretos en los que la ley lo consagra y son
razones excepcionales las que fundamentan su concesión.
Efectos
La revocación tiene efecto meramente extintivo, cuando la obligación que emana del
contrato todavía está vigente.
Pero cuando el contrato ya se ejecutó, conjuntamente con la eficacia extintiva la revocación
hace nacer obligaciones porque tiene por finalidad volver a la situación jurídica que existía
antes del contrato, así que la revocación por donación por ejemplo, obliga al donatario
restituirá al donante, excepcionalmente el ejercicio del poder de revocación genera una
obligación de resarcir los daños y perjuicios.
La revocación opera hacia el futuro, sin tocar la situación anterior. La devolución del
producto es uno de los presupuestos de la revocación.
Desistimiento unilateral
Concepto
El desistimiento unilateral del contrato es el ejercicio del derecho de receso, atribuido a uno
o ambos sujetos de la relación, para que por su sola voluntad determinen la cesación del
vínculo obligacional en forma extrajudicial.
Es un derecho potestativo atribuido por la ley, basta su ejercicio para que la relación jurídica
se extinga sin que sea necesaria la aceptación ni la resistencia del sujeto pasivo. No
requiere ni la participación ni la declaración judicial para que el efecto extintivo se opere.
La declaración unilateral provoca por sí sola la extinción de la relación nacida del contrato,
afectando la espera de las otras partes contratantes.
Efectos
Tiene efectos hacia el futuro, los efectos del desistimiento son irretroactivos. Esto determina
que el desistimiento unilateral no afecte los derechos que los terceros hayan adquirido
durante la vigencia del contrato.
a. Es un negocio unilateral
b. Es un negocio recepticio
c. Es un negocio extintivo
d. Es un negocio con eficacia ex nunc
e. Es un negocio interpartes
La ineficacia respecto a terceros está consagrada en el art. 1293, los contratos no pueden
oponerse a terceros ni invocarse por ellos, solo en los casos de los art. 1254 a 1256.
Partes y terceros
Parte contractual
Las partes en un contrato son los sujetos que forman el negocio con su acuerdo de
voluntades. Son los sujetos que le dan forma y contenido al negocio jurídico llamado
contrato.
Sucesores
Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y demás
sucesores de las partes. Estos sujetos no intervinieron en la formación del contrato pero
devienen parte como consecuencia de un hecho superveniente.
REPRESENTANTE ESTIPULANTE
REPRESENTADO BENEFICIARIO
El tercero tiene que estar determinado o por lo menos ser determinable en el momento en
que el contrato se forma.
Si bien el derecho nace sin necesidad de la cooperación de un tercero, se requiere que las
partes acuerden clara y expresamente que desean atribuir al tercero el derecho de exigir
una determinada prestación al prometiente.
En cuanto a la resolución del contrato, debe tenerse en cuenta que existe un tercer sujeto
involucrado. La doctrina en general limita el ejercicio de este derecho hasta el momento en
que el tercero aceptó, porque habiendo aceptado consolidó su derecho y este no puede ser
extinguido.
Efectos
Cuando el tercero ratifica el prometiente queda liberado, en caso contrario la garantía se
concreta en la obligación de indemnizar.
Una vez obtenida la ratificación, el prometiente ya no garantiza más, el tercero pasa a ser el
obligado y en caso de incumupliento de su parte el promisario no puede dirigirse contra el
prometiente pues este garantizaba la asunción de la obligación, no de su cumplimiento.
REPRESENTACIÓN
La necesidad de la representación es evidente para aquel que está jurídicamente
imposibilitado de actuar por sí mismo (como sucede en los incapaces) y también es
necesaria la representación en casos de imposibilidad física.
También puede ser por necesidad, porque es útil emplear un representante que sea más
hábil por ejemplo.
La idea de sustitución
La representación se perfila con la idea de sustitución: el representante coopera con el
representado ocupando el lugar de este y realizando el negocio por el, la sustitución
consiste en reemplazar a un sujeto por otro. Se trata de sustituir al interesado en la
actividad jurídica que va a desarrollarse: el representante actúa por el representado.
El poder
Para que los efectos vayan a radicarse al patrimonio del representado, sin pasar
previamente por el patrimonio del representante se requiere de un segundo presupuesto, el
poder.
Definición
a. concepción amplia: toda vez que alguien actúa por cuenta y en el interés ajeno. En
la representación directa el cooperador actúa en interés y nombre del interesado,
con la consecuencia de la eficacia directa del acto. En la representación indirecta, el
cooperador actúa en interés ajeno pero en nombre propio, produciendo eficacia
directa y efectos del primer negocio deben ser transferido por un segundo negocio al
interesado.
Para que los efectos del negocio a celebrar por el mandatario como tercero (negocio de
gestión) vayan a radicarse directamente al patrimonio del mandante es necesario que este
le otorgue un poder, negocio jurídico unilateral (negocio de apoderamiento) que lo faculta
para obrar con eficacia directa respecto del representado.
Frente al tercero el representante debe obrar a nombre del representado para que el efecto
repercute en el patrimonio de este.
Los arts. 2051 y 1833 sólo conciben un mandato con eficacia representativa y por otro, el
art. 2068 admite la posibilidad del mandato sin eficacia representativa.
En el plano práctico las diferencias son casi nulas, ya que frente al mandato sin poder el
contrato será tipificado, ya como mandato (en la tesis que no exige el poder) ya como
innominado (en la que lo exige), pero como a este último se le aplicaría por analogía la
regulación que corresponde al mandato, el régimen jurídico que regirá la situación será el
mismo cualquiera se la tesis que se acepte.
Se deduce que un incapaz puede ser designado representante, ya que esta incapacidad del
representante no afecta la validez del negocio de gestión.
Si bien la incapacidad del representante carece de trascendencia en la relación de negocio
de gestión, en la zona del mandato, ha de tener capacidad para contratar ya que estipula un
contrato. El contrato de mandato entonces está afectado por nulidad relativa que produce
la contratación con un menor púber.
Legitimación
La legitimación pasiva debe apreciarse en la persona del representado. Cuando la ley
prohíbe el contrato, no puede recurrirse a la representación para hacerlo (la compraventa
entre cónyuges será nula absolutamente)
La legitimación para disponer también debe apreciarse en el representado. El acto del
representante no puede producir respecto del representado, efectos contractuales
superiores de aquellos que produciría el acto del representado mismo.
EL PODER
Negocio de apoderamiento: naturaleza, efectos
En la representación voluntaria el poder de representación proviene de un negocio jurídico
que llamaremos negocio de apoderamiento.
Es unilateral, basta para formar la voluntad del representado (poderdante). No se requiere
que el representante acepte, basta con que comparezca exclusivamente el poderdante.
Tiene por finalidad conferir el poder de representación a otro sujeto. El apoderado resulta
investido del poder de representación que le confiere el representado (poderdante) en ese
mismo acto se fijan también los límites y el contenido del poder.
2. Abstracción
El poder es abstracto, esto se afirma considerando que la relación de base puede tener muy
diversa naturaleza (mandato, sociedad, arrendamiento de servicios) a la cual se contrapone
la unidad de poder.
Requisitos
1. Forma
El negocio de apoderamiento para negocio de gestión solemne deberá otorgarse
indistintamente por escritura pública o por documento privado con firmas certificadas
notarialmente. La norma consagra la solemnidad del apoderamiento para celebrar negocio
solemne, aunque la ley admite que el poder pueda ser extendido en documento privado con
firmas certificadas notarialmente.
2. Poder tácito
Para saber si estamos frente a un poder tácito debemos examinar el comportamiento del
representado y determinar si del mismo puede deducirse la voluntad de conferir un poder.
3. Capacidad
El poderdante debe tener la capacidad que se necesita para estipular el negocio de gestión
o representativo, y que la capacidad del apoderado no es tomada en cuenta en el negocio
de apoderamiento.
2. Poder especialísimo
Dentro del poder especial, a veces la ley requiere una especificación mayor. Por ejemplo no
basta un poder especial para transar, sino que es menester además que se especifique la
materia litigiosa.
4. Instrucciones
La distinción entre límites e instrucciones no es pues absoluta: cuando las instrucciones
figuran en el poder o éste se refiere a ellas, pasan a formar parte de los límites. La
instrucción forma parte del contenido del poder siempre que se incluya en el mismo o éste
haga referencia a ella.
Extinción
Con frecuencia la extinción del poder coincide con la extinción de la relación causal, pero
puede darse una disolución independiente del apoderamiento.
La declaración del pseudo representante es ineficaz porque la falta de poder le impide que
los efectos del contrato se dirijan al patrimonio del representado. Esta ineficacia no es
permanente, sino que está suspendida a la ratificación del dominus, que confiere eficacia
retroactivo al negocio permitiendo que los efectos alcancen su esfera.
La tesis del negocio incompleto (Gamarra) no estamos ante un caso de nulidad absoluta,
sino frente a un contrato al que le falta un elemento esencial para perfeccionarse y cuando
ese elemento esencial se agrega a los que ya están presentes, el negocio de gestión se
forma.
La representación aparente
A la ausencia de poder se sobrepone una apariencia creada por índices objetivos así como
engañosos que hace aparecer como existente el poder inexistente. La consecuencia es que
el negocio es eficaz frente al representado y lo vincula de la misma forma que si el
representante hubiera tenido el poder suficiente.
El principio de la apariencia se funda en el de la confianza y el de la autorresponsabilidad.
Se requiere que el seudo representado haya dado lugar a que la apariencia fuera eficaz, si
no hay culpa del dominus, la apariencia es irrelevante. El representado con hechos positivos
u omisiones graves tiene que haber dado lugar a la apariencia.
ABUSO DE PODER
El representante debe actuar en el interés del representado y cuando así no lo hace incurre
en abuso de poder:
a. cuando actúa en conflicto de intereses con su representado
b. cuando descuida o lesiona el interés del representado
c. cuando incumple las instrucciones debidas
La doctrina identifica a la primera hipótesis como conflicto de intereses y las otras dos como
exceso de poder.
El conflicto de intereses
Se configura cuando el interés del representante resulta incompatible con el interés del
representado.
El conflicto de intereses abarca un campo más amplio que el que considera el derecho
positivo uruguayo, que solo tienen en cuenta el conflicto de intereses que afecta a la esfera
del representado y representante. Dentro de estas hipótesis encontramos el contrato
consigo mismo (que es el único que tiene en cuenta nuestro derecho) donde el
representante es la contraparte sustancial en el contrato que celebra por la parte que
representa (B es representante de A y celebra una compraventa en la que es vendedor en
representación de A y comprador en nombre propio) y también en el caso de la doble
representación (compraventa entre A y C celebrada por B como representante de ambos).
También puede darse el conflicto de intereses indirecto o mediato, tiene lugar cuando el
interés en contraste con el del representado pertenece a un tercero, que está ligado al
representante por vínculos de parentesco, amistad o comerciales.
El contrato consigo mismo está permitido cuando no plantea un conflicto de interés, ya sea
porque el mandante ha aprobado expresamente el negocio (art. 2070), ya porque el
contenido del contrato está predeterminado de tal forma que excluye el conflicto (art. 2071).
La cesión de credito no modifica las partes en el contrato (lo que si sucede en la cesión de
contrato), el vínculo contractual subsite incambiado, no se alteran objetivamente las
originarias obligaciones.
Cuando el vendedor A vende a un tercero C su crédito por el precio, el comprador B deberá
pagar al cesionario C, pero la obligación del vendedor respecto del comprador no se altera.
Cesión de deudas
La deuda puede transmitirse de un sujeto a otro, siempre que el acreedor otorgue su
consentimiento.
Cuando el contrato ya se ejecutó por completo la cesión no es posible, pero puede cabe la
cesión singular del crédito o de la deuda que no se hubieren extinguido.
SUBCONTRATO
La subcontratación presupone necesariamente la coexistencia de dos contratos, aunque en
el fenómeno participen solo tres sujetos.
El subcontrato deriva de un contrato anterior, llamado contrato base. La participación
exclusiva de tres sujetos está impuesta porque uno de ellos (el intermediario) es parte en
los dos negocios (en el contrato base y en el subcontrato).
En el contrato base son parte A y B, en el subcontrato las partes son B y C. El sujeto que
actúa como intermediario es B, siendo parte de los dos contratos, tiene relaciones
obligacionales con dos sujetos distintos: por un lado con A (contrato base) y por otro con C
(en el subcontrato).
SIMULACIÓN
Simular significa hacer aparecer lo que no es, mostrar una cosa que realmente no existe.
La simulación es caracterizada frecuentemente como procedimiento, como un complejo de
actos que actúa por grados, el primero de los cuales está constituido por el acuerdo o
entendimiento entre los simulantes para producir un acto aparente, ficticio, no real, de forma
que aparezca que el inmueble es propiedad de X en vez de A. Este es un acuerdo
simulatorio.
La segunda etapa tiene lugar cuando los simulantes celebran el negocio simulado (la
compraventa) a través del cual generan la apariencia perseguida (el bien ya no es de A sino
de X) con el propósito de engañar a los terceros (acreedores de A).
Es un negocio no querido en su contenido sustancial, ya que A no le quiere vender a X ni
este comprarle, su único fin consiste en crear la apariencia para engañar a los terceros.
El acuerdo simulatorio consiste en el acuerdo entre los simulantes para producir un acto
aparente no real (negocio simulado), con el fin de engañar a los terceros.
En el acuerdo simulatorio las partes convienen que el contrato simulado no tiene valor,
porque no quieren sus efectos y convienen cuales son los efectos realmente queridos. Esta
es la zona oculta de la simulación que las partes mantienen en secreto y los terceros no
pueden conocer.
El negocio simulado es el que concretan las partes para crear la situación aparente, tiene
una apariencia contraria a la realidad o porque no existe en absoluto (simulación absoluta) o
porque es distinto de como aparece (simulación relativa). Esta es la zona visible de la
simulación, la única que ven los terceros.
Tratamiento legal de la simulación
La simulación crea una doble relación:
a. relación interna, generada entre las partes simulantes como consecuencia del
acuerdo simulatorio
b. relación externa, generada por el negocio simulado que es la que ven los terceros.
Entre las partes rige el acuerdo simulatorio, prevalece la realidad que solo conocen las
partes simulantes.
En las relaciones externas prima la valoración objetiva (la que aparece como real a los ojos
de los terceros) y estos tienen derecho a atenerse al negocio simulado como si fuera válido,
el acuerdo simulatorio les es inoponible.
Elementos constitutivos
1. El acuerdo simulatorio.
Es el elemento cardinal de la simulación, ya que es la base de todo el procedimiento
simulatorio, anterior al negocio simulado.
Es un negocio jurídico porque regula las relaciones internas entre las partes simulantes, los
obliga a ajustar su comportamiento a lo establecido en el acuerdo.
Cuando se trata de una simulación relativa, el acuerdo simulatorio incluye el consentimiento
del negocio simulado.
No hay requisito de forma respecto al acuerdo simulatorio, este puede ser verbal o por
escrito.
2. El negocio simulado
Es el negocio insincero, no querido por las partes, cuya formalización sólo tiene por objeto
crear una apariencia que pueda engañar a los terceros.
a. El contradocumento
Es un instrumento probatorio, que tiene como cometido documentar el acuerdo simulatorio.
No debe confundirse el título (documento) con el acto (acuerdo simulatorio). Tampoco debe
confundirse este documento con un contrato que modifica o suprime otro contrato. El
contradocumento no es el acuerdo simulatorio, sino la documentación de éste y tiene por
función aprobar el acuerdo.
b. La causa simulandi
Es el motivo o la razón de ser de la simulación. Es un elemento externo así que no forma
parte de la estructura de la simulación.
El negocio simulado es un contrato absolutamente nulo (art. 1261), resulta intrascendente
determinar cuál fue la razón que llevó a las partes a crear la apariencia. La importancia de la
causa simulandi solo tiene lugar en el campo probatorio.
SIMULACIÓN ABSOLUTA
Hay simulación absoluta cuando los simulantes se proponen únicamente crear la apariencia
de un contrato (el negocio simulado) pero no tienen ninguna intención de contratar, por
debajo de la apariencia no existe nada. En el acuerdo simulatorio se prevé que en lugar de
la relación que deriva del contrato simulado, no se constituye ninguna relación contractual
entre las partes. La situación jurídica de los simulantes no sufre realmente ninguna
modificación.
La simulación absoluta solo puede servir para perjudicar los derechos de los terceros, pero
la relativa es utilizada para evitar el pago de impuestos o burlar ciertas prohibiciones
legales.
SIMULACIÓN RELATIVA
En la simulación relativa el negocio simulado sirve para ocultar otro negocio, que es real y
querido por las partes (negocio disimulado).
Se tienen dos negocios, uno aparente y vacío, el negocio simulado, y otro, oculto, pero
querido y verdadero: el negocio disimulado.
El negocio simulado tiene exactamente el mismo valor, sea simulación absoluta o relativa,
está sometido al mismo régimen jurídico, en ambos casos son negocios absolutamente nulo
por falta de requisitos esenciales (arts. 1291 y 1560).
EFECTOS DE LA SIMULACIÓN
Partes y terceros
Las partes son los simulantes, los sujetos que se ponen de acuerdo para dar vida al
proceso simulatorio, que celebran el acuerdo simulatorio y estipulan el negocio simulado.
El art. 1580 incluye a los contrayentes (partes) y a sus herederos, o sea que los sucesores a
título universal que continúan la persona del causante y ocupan la misma posición jurídica
que tenía este.
Son terceros todos aquellos que no son partes. Tienen calidad de terceros en la simulación
los causahabientes a título particular y los acreedores de los simulantes. Los sucesores por
título singular son las personas que no han participado en la simulación pero adquieren
derechos fundados en el acto aparente.
En la simulación relativa existe otro negocio debajo del simulado, que es querido por las
partes (el disimulado). Además de que se admita la nulidad del negocio simulado, se
requiere identificar el negocio disimulado y controlar si cumple los requisitos de fondo y
forma de todo contrato.
El negocio simulado está afectado por nulidad absoluta, la acción de simulación es una
acción ordinaria de nulidad.
Prueba de la simulación
Es distinta la situación según se trate de una acción que involucre exclusivamente a las
parte simulantes o de un juicio promovido por un tercero.
El art. 1596 dispone que “no será admisible a las partes la prueba de testigos para acreditar
una cosa diferente del contenido de los instrumentos…” como el negocio simulado de regla
se redacta por escrito, las partes necesitan el contradocumento para probar la simulación y
no pueden recurrir a la prueba testimonial. Pero el art. 1605 admite la prueba por
presunciones cuando el acto sea atacado por causa de fraude o dolo, y en tanto que la
simulación es un procedimiento que tiene la finalidad de engañar a terceros, las partes
estarían habilitadas a recurrir a la prueba presuncional.
En cuanto a los terceros, hay acuerdo en que pueden recurrir a cualquier medio de prueba
sin limitaciones de especie alguna.
La otra clase de fiducia se pacta en interés del fiduciante (y no del fiduciario como en el
caso anterior). El fiduciario recibe la propiedad del bien con la obligación de usar esta
propiedad con un fin concreto (custodiar o administrar los bienes del fiduciante, o hacerlos
llegar patrimonio de un tercero), es titular a nombre propio pero actúa en interés ajeno.
EL NEGOCIO INDIRECTO
En el negocio indirecto las partes realizan un negocio jurídico pero además de querer el fin
que es típico y normal del negocio adoptado, persiguen la obtención de fines ulteriores que
son ajenos y extraños a este negocio.
Para obtener el fin las partes siguen una vía indirecta, ya que el fin ulterior, que es distinto al
del negocio utilizado, puede lograrse normalmente por otro camino.
El negocio es un mero presupuesto que se utiliza para alcanzar el fin ulterior, desempeña
por tanto una función instrumental y puede calificarse como negocio medio.
Causa y motivo
Por un lado está la causa del negocio medio adoptado por las partes, que es su fin típico, y
por otra el fin ulterior, que técnicamente se ubica en la categoría de los motivos.
El negocio medio es un negocio verdadero, realmente querido por las partes, por eso su
causa existe y es operante jurídicamente, pero junto a esa causa se agrega el fin ulterior
que también es querido como móvil decisivo para la estipulación del negocio.
Este motivo coexiste con la causa, la causa sirve de soporte o plataforma para que las
partes puedan lograr ese fin ulterior extraño a ella.
En cambio desde la perspectiva de la causa concreta, el resultado indirecto que persiguen
las partes no se concibe como motivo sino que queda integrado al analizar la compleja
operación económica.
Razón de ser del negocio indirecto
El procedimiento indirecto permite suplir las eventuales deficiencias del ordenamiento
positivo, los contratantes utilizan formas conocidas, mediante un proceso de adaptación de
las mismas, en lugar de crear nuevas formas porque las antiguas ya están admitidas.
También pasa que a veces el esquema negocial ya existe pero se recurre al negocio
indirecto porque los contratantes no desean adoptar el esquema negocial.
Se puede emplear también como medio de obtener un resultado prohibido por la ley, esto
ingresa en la zona de los negocios en fraude a la ley.
2. Si con los criterios anteriores no puede llegar a develarse cual fue la común
intención, la ley proporciona las reglas de interpretación objetiva (art. 1304). Son
objetivas porque no buscan individualizar la voluntad concreta, sino fijar el
significado del contrato cuando es dudosa la común intención. Por ejemplo, se
establece que las cláusulas dudosas deben interpretarse en favor del deudor o
contra el sujeto que las redactó.