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LA INEFICACIA DEL ACTO JURÍDICO

En la doctrina, uno de los temas más amplios a resolver es el acto jurídico del cual su
simple conceptualización ha generado diversas controversias y debates entre los
operadores del Derecho; en el presente trabajo desarrollaremos una categoría de gran
relevancia dentro de su estudio como lo es la ineficacia del acto jurídico.

Cuando se realiza un acto jurídico se espera que el mismo tenga efectos y cumpla su
finalidad propia. Esto es, según Zanoni, E. (1986) “Todo acto jurídico posee, desde la
perspectiva del deber ser, la finalidad- causa final- de producir ciertos y determinados
efectos y en ello residirá, precisamente su eficacia. Es decir que por eficacia del acto
jurídico debemos entender la aptitud que se predica de él para alcanzar sus efectos
propios”. (p. 124) Pese a lo enunciado, existen diversos supuestos en los que el ACTO
jurídico no tendrá los efectos jurídicos inicialmente planteados o simplemente no tendrá
efecto alguno. Los supuestos de ineficacia del acto jurídico se presentan porque esta
evidencia una deficiencia estructural o porque, aun formado perfectamente el acto, este
presenta ciertas circunstancias extrínsecas que inciden de manera total o parcial en sus
efectos.

Desarrollemos el concepto de ineficacia, para Gutiérrez, E. (2015) significa “dejar sin


efecto a aquello que si lo producía, que aplicado al estudio del acto jurídico se entiende
como la categoría que impide la producción de efectos previstos por el ordenamiento
respecto de aquellos actos que adolecen de vicios tanto en su estructura, como fuera de
ella, y que conllevan a la sanción de ineficacia” (p. 2) Esto quiere decir, que la
ineficacia se presenta en aquellos casos en los que el acto jurídico producía los efectos
previstos por el ordenamiento o que se encontraba en la potencialidad de producirlos,
pero que por un vicio existente no es capaz de producirlos o de seguir produciéndolos.
Por otro lado, Torres, A. (2001), sostiene que “El acto es ineficaz tanto cuando no se
dan los efectos (sociales, económicos, etc.) perseguidos como cuando se hacen cesar, o
los efectos no pueden hacerse valer frente a ciertas personas” (pág. 661). Concluimos
que la ineficacia es una consecuencia de aquellos tipos de irregularidades o
anormalidades del acto jurídico.

En nuestro ordenamiento jurídico existen dos vertientes de ineficacia que han sido
recogidas por nuestra Corte Suprema: 1) la ineficacia estructural o también llamada
invalidez y 2) la ineficacia funcional o ineficacia en sentido estricto, que junto a la
inexistencia pueden dejar sin efectos jurídicos a los actos celebrados por las personas en
su vida de relación; sin embargo, estas vertientes de ineficacia se encuentran recogidas
en nuestro Código Civil con diversas denominaciones para cada supuesto.

INEFICACIA ESTRUCTURAL

La ineficacia estructural es aquella donde el vicio o defecto se presenta en la formación


del acto jurídico y que puede afectar sus presupuestos o elementos, y los requisitos
correspondientes a cada uno; así como contravenir lo dispuesto por una norma de
carácter imperativo.

Según Soria, A. (2015) “la imperfección se encuentra en la génesis del acto defectuoso
y se vincula con la ausencia o defecto de los elementos esenciales en el proceso de
formación, mejor dicho, una cuestión de invalidez. Y esta constituye una categoría
genérica y descriptiva de todos aquellos escenarios en los cuales se produce una
disconformidad de los valores del acto jurídico con los valores del ordenamiento
jurídico, disconformidad que podrá ser resultado de las diversas patologías que incidan
sobre la estructura del acto”. (p. 136). Entonces, se refiere a una deficiencia en la
estructura o conformación del acto. Siendo una deficiencia intrínseca (en su estructura
interior) y por eso la ineficacia es genérica.

Las características de la ineficacia estructural son:

 Legalidad: Los vicios de ineficacia estructural siempre se encuentran regulados de


manera expresa o tácita por el ordenamiento y no está sujeta a la voluntad de los
sujetos; es decir no se puede denunciar la ineficacia estructural de un acto jurídico
por una causal que no se encuentre regulada como tal.
 Estructural: Los vicios de ineficacia estructural siempre atentan contra la estructura
del acto; es decir, que pueden atacar tanto los presupuestos como los elementos y sus
correspondientes requisitos.
 Inicial o intrínseca u originaria: Los vicios de la ineficacia estructural se presentan en
el momento de formación del acto. (Gutiérrez, 2015, p. 32)

Los supuestos son los siguientes:

 Nulidad: Todos los supuestos de nulidad implican una anomalía grave en la


estructura del acto jurídico. En un primer plano podemos comprender por nulidad
aquel acto en la cual no llega a producir los efectos jurídicos queridos por las partes
ya sea por la ausencia de alguno de los elementos, requisitos o presupuestos del acto
jurídico, o porque el acto atente contra normas imperativas, el orden público o las
buenas costumbres. Este acto nulo no puede por ningún motivo ser convalidado a
través de la confirmación, pero sí lo puede a través de la prescripción extintiva cuya
convalidación es muy discutible en cuanto a la naturaleza propia de la nulidad la cual
es objeto de investigación en el presente trabajo.
 Anulabilidad: El acto anulable puede producir sus efectos, pero que se encuentra
afectados por la presencia de vicios en su estructura, dicho de otro modo, el acto
jurídico se halla bien estructurado pero que esta estructura se encuentra afectado por
un vicio. A diferencia de la nulidad que no tiene vida y por ende no tiene destino más
que ser inválido e ineficaz, la anulabilidad cuenta con un doble destino, o puede ser
convalidado a través de la confirmación y seguir produciendo normalmente sus
efectos jurídicos, o de lo contrario puede ser declarado nulo a través de la acción de
anulabilidad lo cual implicaría que los efectos que venían produciendo hasta la fecha
se retrotraigan al momento de su formación o celebración. Cabe aclarar, para
declarar su convalidación o nulificación del acto anulable se debe hacer
necesariamente vía judicial, o sea debe haber de por medio una sentencia de carácter
constitutiva. Sea que el acto anulable se declare nulo o su convalidado la sentencia
que lo declara como tal siempre será de carácter constitutiva, es decir la sentencia
creará una situación de validez a través de la confirmación, o de invalidez a través de
la declaración de nulidad. (Quispe, 2018, p. 28)

INEFICACIA FUNCIONAL

Dentro de la ineficacia funcional los actos jurídicos siempre están correctamente


formados a diferencia de la ineficacia estructural. En esta categoría la ineficacia se
produce a consecuencia de causas extrañas a la formación del acto jurídico, además la
norma le da un carácter posterior a la celebración, es decir que las causales extrañas
deben presentarse con posterioridad a la formación del acto jurídico.

De acuerdo con Soria, A. (2015) “es aquella mediante la cual el acto jurídico constituido
posee todos los elementos esenciales, no adolece de ningún vicio de estos, no consta de
defectos en su estructura. Supone un acto jurídico perfectamente estructurado, en el cual
han concurrido todos sus elementos, presupuestos y requisitos de orden legal, sólo que
dicho negocio jurídico por un evento ajeno a su estructura debe dejar de producir
efectos jurídicos. Tienen también un defecto, pero totalmente ajeno a su estructura, no
intrínseco, sino extrínseco”. (p. 139)

Será causa extrínseca de la ineficacia de un acto jurídico, aquella circunstancia o


situación realizada junto al nacimiento del acto, ya sobreviniente, pero que no afecta a
su proceso de formación ni a sus elementos constitutivos que determina que un acto que
nació válido sea privado momentáneamente de surtir efectos o sea privado
posteriormente de continuar produciéndolos.

Los supuestos son los siguientes:

 Resolución: Como hemos descrito, la ineficacia puede ser funcional, lo que supone
un acto jurídico válidamente celebrado, pero que se tornará ineficaz por una causa
exterior a este. Precisamente, la resolución contractual, es uno de los supuestos de
ineficacia funcional. Por ello, el artículo 1371 del Código Civil dispone que “La
resolución deja sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a su
celebración”. Al respecto, Vincenzo Roppo (2009) ha señalado que “la resolución
afecta no el contrato, sino directamente y solo sus efectos: hace el contrato ineficaz,
sin tocar la validez. En otras palabras: la invalidez atañe al contrato como acto; la
resolución como relación” (p. 859). La resolución es el acto por el cual el contrato
queda sin efecto debido a la concurrencia de circunstancias sobrevinientes.
 Recisión: A través de la rescisión se puede dejar sin efecto un contrato por causal
existente a su celebración. El acto jurídico está perfectamente constituido, pero puede
ser declarado ineficaz ya que puede generar algún perjuicio a una de las partes o a un
tercero. Esta busca balancear un hecho contractual que se convirtió injusto para
alguna de las partes o para algún tercero. El artículo 1370 del Código Civil recoge la
rescisión disponiendo que: “La rescisión deja sin efecto un contrato por causal
existente al momento de celebrarlo”. Entre las teorías de la invalidez y de la
ineficacia, el Código se pronuncia por esta últimas, o sea que se considera que el
contrato se celebró válidamente, pero por razón de la rescisión queda sin efecto, o
sea es ineficaz. Si se bien la rescisión comparte con la anulabilidad que ambas tienen
su origen en una causa existente al momento de la celebración del contrato, lo cierto
es que se trata de dos figuras distintas. El acto rescindible está válidamente celebrado
y no tiene problemas en su estructura, no es un negocio jurídico inválido, pero por
previsión legal, puede tornarse en ineficaz por producir un perjuicio a alguna de las
partes o a algún tercero. En cambio, en la anulabilidad, existen problemas
estructurales en el negocio jurídico, deficiencias o defectos de los elementos
esenciales del acto que pueden ser alegados por la parte afectada quien puede obtener
la invalidez del negocio a través de la acción de anulabilidad.
 Revocación: La revocación es una manera de extinción del negocio jurídico,
declarándolo ineficaz, de esta forma, se deja al acto jurídico sin efecto por
manifestación de voluntad de una de las partes. Se trata de la ineficacia de un
contrato originariamente válido y eficaz. La revocación cuenta con las siguientes
notas características: a) es un acto unilateral; b) debe provenir del autor del acto
revocado; c) es siempre realizada extrajudicialmente; d) no necesariamente
condicionada por circunstancias sobrevenidas o hechos nuevos.
 Inoponibilidad La inoponibilidad implica la ineficacia del acto celebrado respecto de
terceros. El negocio jurídico inoponible conserva toda su validez y eficacia entre las
partes, es decir, la eficacia del negocio jurídico no es total respecto de todas las
personas, pues ciertos terceros pueden desconocerlo como si no existiera. Por ello, en
este caso no se trata de un acto válido entre las partes e inválido para ciertos terceros,
no está en juego la validez o eficacia estructural del negocio, sino una ineficacia
funcional. El acto válido no puede ser inválido a la vez. Pero el acto válido puede
incidir “disfuncionalmente” respecto de intereses legítimos ajenos a los sujetos que
lo otorgaron”. La inoponibilidad se encuentra dentro de la ineficacia funcional, y esta
puede ser sobrevenida o existir desde el nacimiento del acto, en consideración a
determinados terceros que deciden que les sea inoponible, lo que significa que no son
eficaces frente a estos, no los afectan ni los comprometen, pero mantienen su eficacia
entre los que lo celebraron y también, frente otros terceros.
Un ejemplo claro de inoponibilidad, en nuestra codificación, es el artículo 161° del
Código Civil que establece “El acto jurídico celebrado por el representante
excediendo los límites de las facultades que se le hubiera conferido, o violándolas, es
ineficaz con relación al representado, sin perjuicio de las responsabilidades que
resulten frente a este y a terceros”.
La inoponibilidad de un acto jurídico es la sanción legal que consiste en declarar
válido y eficaz entre las partes, al acto jurídico celebrado, pero ineficaz frente a
ciertos terceros. Es decir, el negocio jurídico inoponible no produce efectos frente a
terceros, que desconocen el acto jurídico y, por tanto, no los afecta -en los casos que
la ley lo permita- con el fin de protegerlos. Los terceros pueden oponerse a que el
negocio sea eficiente o productor de efectos a su respecto. (Soria, 2015)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Gutiérrez, E. (2015). Nuevas tendencias y criterios de la ineficacia del acto jurídico en


el derecho civil peruano a propósito de la publicación del quinto pleno casatorio
civil. (Tesis de titulación). Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa,
Perú. Recuperado de http://repositorio.unsa.edu.pe/handle/UNSA/2208

Quispe, E. (2018). La imprescriptibilidad de la pretensión de nulidad de acto jurídico en


el código civil peruano de 1984. (Tesis de titulación). Universidad Andina del
Cusco, Cusco, Perú. Recuperado de
http://repositorio.uandina.edu.pe/bitstream/UAC/2014/1/Edson_Tesis_bachiller_
2018.pdf

Soria, A. (2015). La Ineficacia del Negocio Jurídico. En revista Forseti (1), pp. 135-142

Torres Vásquez, A. (2001). Acto jurídico. Lima: Editorial Idemsa

Vincenzo Roppo (2009). El contrato. Lima: Editorial Gaceta Jurídica

Zanoni, E. (1986). Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos. Buenos Aires: Editorial
Astrea.

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