Está en la página 1de 1

Exposición de Profetas Menores : Habacuc

1) Presentacion
Este Libro profético tiene su nombre de su autor y probablemente significa “uno que abraza . 1:1 – 3-1
(HEB., HAVAQ-QUQ, ABRAZAR)
2) Autor y Fecha :
Al final de la profecía este nombre se vuelve apropiado conforme el profeta se aferra a Dios
independientemente de su confusión por los planes de Dios hacia su pueblo, escrito tal vez en el 607.
Prácticamente nada se sabe de Habacuc, excepto lo que puede saberse de algunas tradiciones que por
cierto no están muy de acuerdo entre sí. De 3:1,19 se ha inferido que era levita y participaba de la
música en el templo.
Como Nahúm predijo la destrucción de la nación asiria, y Abdías de los idumeos, así Habacuc profetizó
la caída del imperio caldeo. Como él habla del poder creciente de la nación últimamente mencionada y
de la inminencia de la invasión de Judá, se ha llegado a la conclusión de que Habacuc profetizó durante
los reinados de Joacaz y Joacim.
3) Contexto Histórico de Habacuc
Se cree que esta profecía pertenece al periodo entre el 612 y 606 a.C. eran los tiempos finales del
imperio asirio y los caldeos ya avanzaban hacia oeste (1:6), pero aún no habían llegado hasta Judá. Los
tiempos de la gran reforma de Josías habían quedado en el olvido y Habacuc veía la maldad, el pecado.
La injusticia del pueblo de Dios lo que causó que cuestionara directamente a Dios por su silencio y
aparente falta de acción para castigar (1:2-4)
4) Bosquejo El libro de Habacuc
Presenta el cuadro de un hombre de Dios perplejo por el problema de la aparente tolerancia de la
iniquidad por parte del Señor.
El profeta está rodeado por todas partes de la iniquidad triunfante que no recibe castigo. Al parecer, al
principio Dios no escucha su clamor por el juicio.
Cuando al fin su oración es contestada y se pronuncia el juicio, queda aún más perplejo, porque los
agentes del juicio de Dios, los caldeos, son más impíos y más dignos de castigo que las víctimas.
Habacuc está lleno de dudas y de preguntas. Pero afortunadamente lleva sus perplejidades al Señor, que
pronto las disipa, y que presenta una solución a sus problemas resumida en una declaración que es el
corazón del libro: “El justo por su fe vivirá” (2:4).
Es decir, no importa cuán oscuro se vea el porvenir y cuán triunfante parezca el mal, el hombre
justo no debe juzgar por las apariencias, sino más bien por la Palabra de Dios; aunque los impíos
vivan y prosperen en sus impiedades y los justos sufran, estos últimos deben vivir una vida de fidelidad
y confianza.
El profeta aprendió bien esta lección, pues aunque su profecía empieza con misterio, preguntas y
dudas, termina con certidumbre, afirmación y fe.

5) Temas:
La Justicia y la fe
6) representaciones
del libro

También podría gustarte