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El divorcio en India se rige por la Ley de Matrimonio Hindú de 1955. Dado que los hindúes representan la
abrumadora mayoría de la población india, este es el principal conjunto de leyes que tratan sobre el
divorcio. Los musulmanes y los cristianos tienen sus propias leyes que son exigibles en cualquier tribunal de
India. Las leyes de divorcio hindú son básicamente similares a las leyes estadounidenses, aunque las causas
de divorcio son menos. El procedimiento básico es el mismo.
MUNDO RELIGIÓN
La Justicia tumba el tradicional divorcio exprés que permitía a los hombres separarse con sólo pronunciar
tres veces la palabra "talaq".
3 septiembre, 2019
La escena parecía el final de una película de suspense jurídico. Tras décadas de permitir el
polémico “divorcio exprés” entre musulmanes, cinco jueces del Tribunal Supremo indio iban a decidir si
era constitucional o no que un marido musulmán pueda romper el matrimonio simplemente diciendo
“talaq” tres veces. Entre los siete demandantes estaban Ishrat Jahan, a quien su marido llamó por teléfono
desde Dubái para acabar con 15 años de matrimonio; Gulshan Parveen, que recibió el “talaq, talaq, talaq”
escrito en un sello de 10 rupias; Atiya Sabri, que leyó las palabras en una carta certificada, como otra
demandante llamada Afreen Rehman...
Tras una tensa sesión, tres de los cinco jueces declararon inconstitucional la costumbre del divorcio
unilateral, rápido y definitivo al que tienen derecho los maridos musulmanes con solo pronunciar o escribir
tres veces la palabra “talaq” (“divorcio” en árabe). Desde hace unos días, tal práctica ha pasado a dejar de
tener validez jurídica y además se ha convertido en un delito que puede acarrear tres años de prisión. Para
muchos, ya era hora de que se impidiese un hecho claramente injusto con las mujeres; para algunos, se
trata de una intromisión del poder terrenal en los asuntos religiosos de los musulmanes. Sin embargo, el
“talaq” o divorcio “exprés” no aparece mencionado en el Corán ni siquiera en la Sharia o ley tradicional
islámica.
La resolución, que tras haber sido sancionada por el presidente pone el punto final a una lucha que ha
durado décadas, está en sintonía con decisiones legales similares tomadas en otros países musulmanes
como Turquía (que prohibió el triple talaq en 1926), Egipto (1929), Túnez (1955), el vecino Pakuistán
(1961), Bangladesh (1971) y Sri Lanka (2006). La comunidad musulmana india es la segunda más numerosa
del mundo, con 200 millones de personas.
El hecho de que haya sido un gobierno fundamentalista hindú como el de Narendra Modi quien haya dado
el impulso final a la prohibición y criminalización del “talaq exprés”, y que la decisión final haya coincidido
en el tiempo con la represión en Cachemira, donde se ha suspendido la autonomía de la única región de
mayoría musulmana del país, ha provocado críticas sobre el carácter, más político que humanitario, de la
prohibición.
“Modi ha querido proyectar su poder, y por extensión la hegemonía hindú, sobre la población musulmana
india”, se quejaba un comentarista político en el canal indio NDTV. Sin embargo, el fin del talaq de vía
rápida forma parte del proyecto de implantar un código civil uniforme que, aun respetando los derechos
religiosos de todos los indios, recoja unos principios legales comunes a todos y destierre prácticas injustas o
discriminatorias que afecten a los derechos fundamentales de las personas. En el caso del divorcio exprés,
bastaba con que el marido -la mujer no tenía derecho a ello- pronunciase en voz alta “talaq” tres veces
seguidas para deshacer completamente un matrimonio musulmán que, por otra parte, no se suele
inscribir en registro alguno porque no es obligatorio.
Tradicionalmente, el divorcio solo se hacía efectivo si el hombre lo denunciaba durante tres ciclos
menstruales consecutivos, para que la esposa tuviese la oportunidad de enmendar sus supuestas faltas y
para confirmar que ésta no estaba embarazada. Sin embargo, en los últimos tiempos se llegó a admitir
el talaq más expeditivo por teléfono, escrito en papel, correo electrónico e incluso en mensaje de
Whatsapp, dando lugar a casos grotescos como los sufridos por las demandantes. Gran parte de la
comunidad musulmana considera esta práctica un abuso discriminatorio y no acepta su validez, ni siquiera
en países como Afganistán. En 2017, un millón de musulmanas indias firmaron una petición al gobierno
para terminar con esta costumbre. Ese mismo año se hizo célebre el caso de Shayara Bano, una mujer de
35 años que, tras sufrir golpes y encierros por parte de su marido y su familia política, recibió por correo
certificado el “talaq”. Con el divorcio perdió la custodia de sus dos hijos, de 13 y 11 años, lo que le impulsó
a emprender una lucha legal. Con una sentencia favorable, Bano hizo historia y abrió el camino para que
otras indias musulmanas no tuvieran que sufrir la vergüenza de un divorcio arbitrario, unilateral y sin
derechos.
Harsh Mander, que encabezó una campaña para impedir que se prohibiese el talaq, afirmó que “bajo la
excusa de proteger a las mujeres se está criminalizando a los hombres” y que ahora “se pueden dar
situaciones tan injustas como que el marido ingrese en prisión y encima la pareja continúe casada”.
La Constitución india, que entró en vigor en 1950, concede la libertad de contraer matrimonio o ejecutar
divorcios a los seguidores de todas las religiones según sus respectivos ritos y costumbres y solo quien lo
desee debe inscribir la unión o separación en el registro civil. En la India hay unos dos millones y medio de
mujeres separadas o divorciadas, un número que dobla al de hombres. En una sociedad con grandes
desigualdades entre sexos como es la india, las solteras, separadas, divorciadas e incluso viudas acarrean un
estigma social que les marca de por vida y la tradición les relega a un rol secundario no exento de
vergüenza.
El Talaq-e-Bidat (tal es el nombre completo de esta práctica), descrito como “machismo disfrazado de
religión”, fue la fórmula preferida por casi el 80% de los hombres para deshacerse de su esposa
musulmana, según recogió un estudio del Movimiento de Mujeres Musulmanas, una organización
conectada con el partido de Modi que impulsó la reciente prohibición. Frente a este grupo, el Panel de
Leyes Personales Musulmanes de la India argumenta que “si bien se trata de un acto pecaminoso, el triple
talaq existe desde hace 1.400 años y es un asunto de fe para los musulmanes; algunos maridos, si se les
impide divorciarse, pueden recurrir a medios criminales para acabar con la esposa, matándola o
quemándola viva”.