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Libro de Habacuc.
Exposición
presentada como requisito del curso de
Profetas menores.
04 de marzo 2023
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Introducción.
propia experiencia espiritual con Dios. El texto bíblico no dice nada acerca de la persona de
Habacuc; se escribió antes del exilio; fue testigo del declive y caída del imperio asirio en el
transcurso de su vida; los demás profetas hablaron a los hombres de parte de Dios, mientras que
Habacuc habla con Dios, acerca de la forma en que se comporta Dios con los hombres. Lo más
Contexto histórico; profetizo durante los días finales del imperio Asirio y el principio
del dominio babilónico a escala mundial bajo Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor. Cuando
este ascendió al poder en el 626 a.C., comenzó a expandir su influencia al norte y oeste, bajo el
liderazgo de su hijo, el ejército babilónico venció a Nínive en el 612 a.C, forzando a la nobleza
El rey egipcio Necao, viajando por Juda en el 609 a.C. para ayudar al rey asirio que huía,
fue confrontado por el rey Josías en Meguido (2 Crónicas 35:20-24), Josías murió en la batalla
que se llevó a cabo, dejando su trono a una sucesión de tres hijos y un nieto. Antes, como
resultado de descubrir el Libro de la ley en el templo (622ª.C) Josías había instituido reformas
padre Amón (2 Reyes 21:20-22), y abuelo Manases (2 Reyes 21:11-13). No obstante, cuando
murió, la nación rápidamente regreso a sus malos caminos (Jeremías 22:13-19), causando que
Habacuc cuestionara el silencio de Dios y aparente falta de acción para castigar (Habacuc 1:2-4)
Autor y Fecha; así como con otros profetas menores, casi nada se conoce acerca del
profeta excepto lo que puede ser desprendido del Libro, en el caso de Habacuc, la información
interna casi no existe; su simple introducción como “el profeta Habacuc” puede implicar que él
1:6) sugieren una fecha a finales del siglo siete a.C, poco antes de que Nabucodonosor
muy respetado en Jerusalén, profetizo después de la caída de Nínive en el año 612 a.C, antes de
la primera invasión de Judá por Babilonia en el 605 a.C, este era un tiempo de dolor nacional
para Judá. El rey Josías había muerto trágicamente y su hijo Joacaz fue nombrado rey; pero fue
quitado del trono por Faraón Necao después de solo tres meses de reinar y Joacim, el hijo mayor
de Josías, reino en su lugar; fue un tiempo de tiranía y contiendas en que la gente justa fue
extensamente.
Habacuc considero las circunstancias de su nación y quedo confuso; parecía que los
otros, él no abandono su fe ni se sumió en la amargura sino que busco a Dios para obtener
respuestas. El observo intensamente los pecados de Judá y deseaba saber porque Dios no hacía
nada al Respecto. Pero Dios le dice a Habacuc que si está haciendo algo; Él está levantando a los
babilonios como instrumento de castigo contra Judá. Para Habacuc, el remedio es peor que el
Problema: ¿Cómo es posible que Dios use una nación vil y malvada para juzgar a su propio
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Habacuc deseaba vivir por vista, pero Dios le da una revelación más alta en un
extraordinario mensaje: más el justo por su fe vivirá (2:4). La instrucción de Dios continúa,
pecaminosa de Judá en una serie de cinco ayes que afectarán a Babilonia, y también a Judá. Dios
pronuncia ayes contra los que a la fuerza toman lo que no es suyo (Habacuc 2:6–8), contra los
que buscan la seguridad sólo en defensas físicas (Habacuc 2:9–11) y los que practican la tiranía y
la opresión (Habacuc 2:12–13). Junto con esta desgracia, viene la consoladora promesa de que
cuando Cristo regrese Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las
aguas cubren el mar. (2:14). Luego continúa un ay contra los oportunistas (2:15–17) y los
idólatras (2:18–19). Pero junto con esta desgracia hay un glorioso contraste entre los ídolos y
Dios: el Señor está en su santo templo, calle delante de Él toda la tierra (2:20). El capítulo final
Como leer el libro; Habacuc en ninguna ocasión entregó un mensaje al pueblo de parte
de Dios. Todas sus palabras fueron dirigidas a Dios y todas las respuestas de Él fueron solamente
para Habacuc; el libro se puede dividir en tres secciones: las primeras dos registran las preguntas
pregunta, el profeta desafía a Dios por no haber castigado la maldad de su propio pueblo. Él
básicamente dice: « ¿Dónde estás Dios cuando la injusticia está en desenfreno? ¿Por qué́ no
haces algo al respecto?» Dios responde a su clamor diciendo: «¡Yo haré algo al respecto!». Él
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promete traer a los conquistadores babilonios contra Jerusalén para ejecutar justicia sobre su
pueblo pecador.
Esto nos lleva a la segunda pregunta puesto que la primera respuesta de Dios solo parece
empeorar la situación. Habacuc clama con una queja angustiada porque los babilonios son aun
más malvados que los hacedores de maldad a los cuales vinieron a destruir. Dios le responde
asegurando que a su debido tiempo los babilonios también serán castigados por su maldad.
Mientras Habacuc escucha las respuestas de Dios, se da cuenta que Él realmente está
Esto cambia toda su perspectiva de vida. Habacuc comienza este libro abatido debido a la
realidad que lo rodeaba, pero termina con la certeza de que la justicia finalmente prevalecerá́ .
Esta nueva esperanza lo lleva a adorar a Dios. Pero este no es una repetición religiosa para
esconder sus preocupaciones anteriores. Las circunstancias difíciles ya no son las que determinan
su perspectiva de Dios; ahora es el carácter confiable de Dios el que determina la manera en que
él ve las circunstancias: «Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque
se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños
mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡aun así́ me alegraré en el Señor! ¡Me gozaré
Temas; La justicia. Habacuc afirma que Dios es santo y justo (1:12-13; 3:3), y nunca es
hecho, ha fijado un “tiempo señalado” (2:3) en la historia para revelar su justicia y el juicio sobre
el mal. Habacuc les advierte a los fieles de cada generación que la situación actual nunca debe
interpretarse como el estado verdadero y final de las cosas. Los justos deben esperar la
La fe. es necesaria para soportar la injusticia (2:4). Aun cuando la vida parece confusa, el
pueblo de Dios debe esperar pacientemente por su liberación, confiado en que él eventualmente
hará todas las cosas juntamente (2:3). “El justo vivirá por su fe” (2:4), no por lo que aparece
como verdadero según la apariencia de las cosas (1:4; véase (Heb 11:1). Así como Abraham
esperó pacientemente a que Dios cumpliera su promesa (Heb 6:13-15) y así como Habacuc y el
remanente débil debían esperar a que el Señor respondiera en justicia (2:3; 3:16), así también los
creyentes de todas las épocas deben esperar en la fe para que Dios lleve a cabo sus propósitos
Interpretación; Las preguntas del profeta representan unas de las más fundamentales en
toda la vida, con las respuestas que proveen piedras cruciales de fundamento sobres las cuales
historia. La esencia de su mensaje yace en el llamado de confiar en Dios (2:4): "el justo por su fe
vivirá".
escritor de Hebreos cita Habacuc 2:4 para aclarar la necesidad del creyente de permanecer fuerte
y fiel en medio de la aflicción y las pruebas (He. 10:38). El apóstol Pablo, por otro lado, emplea
el versículo dos veces (Ro. 1:17; Gá. 3:11) para acentuar la doctrina de justificación por la fe. No
hay conflicto de interpretación alguno, ya que el énfasis tanto en Habacuc como en las
referencias del NT va más allá del acto de la fe para incluir la continuidad de la fe.
justo por Dios, habitualmente perseverará en la fe a lo largo de toda su vida (Col. 1:22, 23; He.
Temas teológicos históricos; Los versículos de apertura revelan una situación histórica
tierra; la violencia e impiedad se encontraban por todos lados, existiendo sin freno. En medio de
estos días oscuros, el profeta clamó por intervención divina (1:2-4). La respuesta de Dios de que
Él estaba enviando a los caldeos para juzgar a Judá (1:5-11), crea un dilema teológico aún más
grande para Habacuc. ¿Por qué Dios no purificó a su pueblo y restauró su justicia? ¿Cómo podía
Dios usar a los caldeos para juzgar a un pueblo más justo que ellos (1:12-2:1)? La respuesta de
Dios de que Él también juzgaría a los caldeos (2:2-20), no satisfizo en su totalidad el dilema
teológico del profeta; de hecho, únicamente lo intensificó. En la mente de Habacuc el asunto que
clamaba por resolución ya no era la respuesta justa por parte de Dios hacia el mal (o falta de
bien), sino la defensa de la persona y pacto de Dios con su pueblo (1:13). Al igual que Job, el
profeta discutió con Dios y a través de esa experiencia alcanzó un entendimiento más profundo
de la persona soberana de Dios y una fe más firme en Él (Job 42:5, 6; Is 55:8, 9). Finalmente,
Habacuc se dio cuenta de que Dios no debía ser adorado simplemente por las bendiciones
Conclusiones; Los creyentes deben acudir a este libro maravilloso para encontrar
dirección y consuelo cuando sea difícil ver cómo los propósitos de Dios están llevándose a cabo
en la vida. El principio de vivir por fe (2:4b) es el fundamento de la vida cristiana (Ro 1:17; He
10:38).
Todos los siervos del Señor tienen tiempos cuando hay grandes preguntas e inquietudes;
en tales tiempos, es necesario expresar las inquietudes, y evaluar nuestra fe; Habacuc mostró su
pueblo, por esa razón él oraba al Señor. Oremos para que Dios nos mande un avivamiento.
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Bibliografía.
Robinson George L. (1982). Los doce profetas menores. Casa Bautista de publicaciones.
https://www.indubiblia.org/estudio-de-la-biblia