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n,rTRODUCCIÓN

Como ya hemos dicho, «déficit» es un término favorito de


la neurología ... el único, en realidad, para indicar cualquier tras-
torno de función. O bien la función es normal (como un con-
densador o un fusible), o bien ·es deficiente o incompleta: ¿Qué
otra posibilidad hay en una neurología mecanicista, que es bási-
camente un sistema de capacidades y de conexiones?
¿Qué decir pues de lo contrario, de un exceso o superabun-
dancia en la función? La neurología no tiene ningún término
para designar esto, porque no tiene ni concepto siquiera. Una
función, o un sistema funcional, opera o no opera: ésas son las
únicas posibilidades admisibles. Por tanto, una enfermedad que
es «efervescente» o «fructífera» por su carácter desafía los con~
ceptos básicos mecanicistas de la neurología, y ése es sin duda
uno de los motivos por los que tales trastornos (pese a ser co-
rrientes, importantes e intrigantes) no han recibido nunca la
atención que merecen. La reciben en psiquiatría, donde se habla
de trastornos estimuladores y fructíferos, extrava¡:;ancias de la
fantasía, del impulso, manías. Y la reciben en anatomía y en pa-
tología, donde se habla de hipertrofias, monstruosidades, de te-
ratomas. Pero la fisiología no tiene equivalente alguno de estos
fenómenos, no tiene nada equivalente a las \nonstruosidades o

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manías. Y ya esto solo nos indica que la noción o la concepción ción de la L-Dopa (aquinesia, abulia, adinamia, anergia, etcéte-
básica que tenemos del sistema nervioso (como si se tratase de ra) y los excesos casi igual de terribles que desencadenaba la ad-
una máquina o un ordenador) es fundamentalmente impropia ministración de la L-Dopa (hiperquin~sia, híperbulia, hiperdi-
y ha de complementarse con concepciones más dinéímicas, más namia, etcétera),
vivas.
Y vemos surgir así una nueva especie de término, de térmi-
Esta impropiedad fundamental quizás no resulte evidente nos y conceptos distintos de los de función (impulso, voluntad,
cuando consideramos únicamente pérdidas la privación de fun- dinamismo, energía), términos fundamentalmente cinéticos y
ciones que analizamos en la Primera parte. Pero se hace notoria dinámicos, mientras que los de la neurología clásica son funda-·
de modo inmediato cuando abordamos los excesos, no la amne- m~ntalmente estáticos. Y, en la mente de un mnemonista, ve-
sia sino la hipermnesia; no la agnosia sino la hipergnosia; y to- mos cómo actúan dinamismos de un orden mucho más elevado:
dos las demás «hiper» que podamos concebir. el empuje de una imaginería y una asociación casi incontrolables
La neurología «jacksoniana» clásica no tiene nunca en cuen- y en un proceso de crecimiento consta,nte, un desarrollo mons-
ta esos trastornos de exceso, es decir, la superabundancia pri- truoso del pensamiento, algo así como un teratoma de la mente,
maria o efervescencia en las funciones (frente a las llamadas al que el propio mnemonista denomina un «ello».
«desconexiones»). Bien es verdad que el propio Hughlings Jack- Pero el término «ello» o automatismo, es también demasia-
son habla de estados «hiperfisiológicos» y «superpositivos», pero do mecánico. «Crecimiento» transmite mejor el carácter inquie-
cuando lo hace podríamos decir que se deja ir un poco, que di- tantemente vivo del proceso. En el mnemonista (en mis pacien-
vaga o que se limita simplemente a ser fiel a la experiencia clíni- tes hiperactivados, galvanizados por la L-Dopa) vemos una
ca, aunque contradiga sus propias concepciones mecanicistas de especie de animación que se vuelve extravagante, monstruosa o
la función (estas contradicciones eran características de su ge- :t loca, no se trata de un simple exceso sino de una germinación,
nio, del abismo que había entre su naturalismo y su formalismo una proliferación orgánica; no es sólo un desequilibrio, un de-
rígido). f sorden de la función, es un desorden de generación.
Tenemos que llegar prácticamente al día de hoy para hallar En un caso de amnesia o agnosia podríamos pensar que
un neurólogo que acepte considerar al menos un exceso. Así, las sólo hay una función o una actitud deficiente ... pero en los pa-
dos biografí~s clínicas de Luria están magníficamente equilibra- cientes con hipermnesias e hipergnosias vemos que mnesis y
das: El hombre con un mundo destrozado trata de una pérdida, gnosis son intrínsecamente activas, y generativas, de un modo
La mente de un mnemonisttz de un exceso. A mi modo de ver la continuo; intrínsecamente y (potencialmente) también mons-
segunda es muchísimo más interesante y original que la prime- truosamente. Nos vemos obligados, pues, a pasar de una neuro-
ra, porque constituye, en realidad, una investigación de la ima- logía de la función a una neurología de la acción, de la vida.
ginación y de la memoria (y una investigación de este género no A este paso crucial nos fuerzan las enfermedades del exceso, y sin
cabe en la neurología clásica),
hacerlo no podemos empezar a investigar la «vida de la mente».
En Despertares había una especie de equilibrio interno entre La neurología tradicional, con su mecanicismo, su insistencia
las terribles limitaciones que se manifestaban antes de la aplica- en los déficits, nos oculta la vida real que es instinto en todas las
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funciones cerebrales, al menos las funciones superiores como las Me han intrigado siempre estas ironías, y no es la primera
de la imaginación, la memoria y la percepción. Nos oculta la vez que escribo sobre elias. En Migran.a hablaba de la sensación
propia vida de la mente. Será de estas disposiciones vivas (y con 1' de plenitud que puede preceder a los ataques, o constituir su
frecuencia sumamente personales) de la mente y el cerebro, so- iniciación, y citaba lo que decía George Eliot de que sentirse
bre todo en un estado de actividad potenciada, y por tanto ilu- 1 «peligrosamente bien» solía ser, en su caso, indicio o presagio de
un ataqueº «Peligrosamente bien», qué ironía encierra esta ex-
minada, de las que nos ocuparemos ahora.
La potenciación no sólo incluye la posibilidad de una exube- 1 presión: refleja con toda exactitud la duplicidad, la paradoja, del
rancia y una plenitud sanas, sino de una monstruosidad, una (,.' sentirse «demasiado bien».
aberración, una extravagancia que resultan más bien amenazado- 1 Porque «sentirse bien» no es, claro está, motivo de queja •••
en eso uno se goza, disfruta, es algo que está en el polo opuesto
ras, el género de «exceso» que acechaba continuamente en Des-
·~ a la queja. Nos quejamos de sentimos mal, no de sentimos
pertares, cuando los pacientes, hiperexcitados, tendían a la desin- 1
tegración y al descontrol; un exceso de impulso, de imagen y de bien. Salvo que, como en el caso de George Eliot, tenga uno al-
voluntad; la posesión (o desposesión) por una fisiología enloque- gún indicio de «malignidad», de peligro, por conocimiento o
cida. por asociación, o del propio exceso del exceso. Así, aunque sea
Este peligro se halla enraizado en la misma naturaleza del difícil que un paciente se quej~ de encontrarse «muy bien», pue-
desarrollo y de la vida. El desarrollo puede convertirse en hiper- de inquietarse un poco si se siente «demasiado bien».
desarrollo, la vida en «hipervida». Todos los estados «hiper» pue- Éste era el tema básico, y (digamos) cruel, de Despertares, el
ij que pacientes profundamente enfermos, con los déficits más
den convertirse en monstruosos, en aberraciones perversas, en
estados «para»: la hiperquinesia tiende a la paraquinesía (movi- profundos, durante varias décadas, pudieran encontrarse, como
mientos anorrnales, corea, tics); la hipergnosia se hace fácilmen- por un milagro, bien de pronto, sólo para pasar de ahí a los ~e-
te parngnosia (perversiones, apariciones, de los sentidos mórbi- ligros, a las tribulaciones del exceso, de funciones estimuladas
damente exaltados); los ardores de los estados «hiper)) pueden mucho más allá de los límites «admisibles». Algunos pacientes
convertirse en pasiones violentas. comprendían esto, tenían premoniciones, pero otros no. Así,
La paraq.oja de una enfermedad que puede presentarse como Rose R. decía, en la exaltación y el júbilo iniciales de la salud re-
bienestar (como una sensacíón maravillosa de bienestar y de sa- cuperada: «¡Es fabuloso, es rnagnífico!», pero al precipitarse las
lud, y no revelar hasta después sus potencialidades malignas) es cosas hacia el descontrol decía ya: «Esto no puede durar, se ave-
una de las ilusiones, trucos e ironías de la naturaleza. Y ha fasci- cina algo horrible.» Y de una forma similar, con rnayor o menor
nado a muchos artistas, sobre todo a los que equiparan el arte penetración, en casi todos los demás, como en el caso de Leo-
con la enfermedad: es éste un tema (dionisíaco, venusino y fáus- nard L., cuando pasó del hartazgo al exceso: «Su abundancia de
tico al mismo tiempo) que aparece una y otra vez en Thomas salud y energía (de "gracia", como decía él) se hizo demasiado
Mann, desde las febriles alturas tuberculo~as de La montaña md- abundante y empezó a adquirir un cariz extravagante. Después
gica hasta las inspiraciones espiroquéticas de Doctor Fausto y la de un sentimiento de armonía, de un control fácil y cómodo
malignidad afrodisíaca de su último relato, El cisne negro. vino una sensación de que aquello era demasiado, un enorme

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excedente, una gran presión»que amenazaba con desintegrado, 10. RAY, EL «TICQUEUR» INGENIOSO
con hacerlo pedazos.
Ésa es la aflicción y el don simultáneos, el deleite, la angus-
tia, que otorga el exceso. Y los pacientes avisados lo viven como
algo dudoso y paradójico: «Tengo demasiada energía», decía
una paciente aquejada por el síndrome de T ourette. «Es dema-
siado brillante todo, demasiado potente, demasiado. Es una
energía febril, una brillantez mórbida.»
«Bienestar peligroso», «brillantez mórbida», una euforia en-
gañosa con abismos detrás, ésta es la trampa con que el exceso
promete y amenaza, ya sea la naturaleza quien lo aporte o noso-
tros en forma de agente tóxico, o de una adicción estimulante.
Los dilemas humanos son, en esas situaciones, de un género GiUes de la T ourette, alumno de Charcot, describió el
fuera de lo común: los pacientes se enfrentan aquí al trastorno asombroso síndrome que hoy lleva su nombre en 1885. El «sín-
como seducción, algo que se aleja del tema tradicional de la en- drome de T ourette», como se )e denominó inmediatamente, se
fermedad como sufrimiento o aflicción, y que es bastante más caracteriza por un exceso de energía nerviosa y una gran abun-
equívoco. Y nadie, absolutamente nadie, es inmune a esta extra- dancia y profusión de ideas y movimientos extraños: tics, espas-
vagancia, a esas indignidades. En los trastornos del exceso pue- mos, poses peculiares, muecas, ruidos, maldiciones, imitaciones
de haber una especie de connivencia, en la que el yo se va alir,:ean- involuntarias y compulsiones de todo género, con un humor ex-
do más y más y se identifica con la enfermedad, de modo que traño y juguetón y una tendencia a juegos de carácter extrava-
parece perder al final toda existencia independiente, y ser sólo gante y bufonesco. En sus formas «superiores», el síndrome de
un producto del trastorno. Este miedo lo expresa en el capítu- Tourette afecta a todos los aspectos de la vida instintiva, imagi-
lo l O muy bien Ray, el ticqueur,cuando dice: «Sólo soy tics, no nativa y afectiva; en sus formas «inferiores», y quizás más comu-
• hay nada más», o cuando imagina un tumor mental (un «tou- nes, puede haber poco más que impulsividad y movimientos
rettoma») capaz de absorberlo. Él, con un yo muy sólido, y un anormales, aunque aparezca, incluso en este caso, un elemento
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síndrome de T ourette relativamente leve, no corría, en realidad, de rareza. Este síndrome fue perfectamente identificado y minu-
ese peligro. Pero los pacientes con egos débiles o subdesarrolla- ciosamente descrito en los últimos años del siglo pasado, que
dos aquejados por enfermedades de una potencia abrumadora, fueron años de una neurología amplia que no vacilaba en unir lo
corren un peligro muy real de acabar siendo víctimas de esa 1 orgánico y lo psíquico. Para T ourette y sus colegas era evidente
«posesión» o «desposesión». No hago más que rozar leven1ente que este síndrome constituía algo así como una posesión del in-
este tema en «Los poseídos». dividuo por instintos e impulsos primitivos: pero también que
se trataba de una posesión con una base orgánica, de un trastor-
no neurológico muy definido, aunque todavía por descubrir.

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En los años que siguieron inmediatamente a la publicación ciencia médica fueron olvidados y «desaparecieron» misteriosa-
de Íos primeros artículos de Tourette se detallaron varios cente- mente. Pero hay una conexión mucho más íntima, que ya se
nares de casos de este síndrome: nunca se hallaron, sin embar- vislumbró por la década de 1920, en las formas hipercinéticas o
go, dos casos que fueran exactamente iguales: se hizo evidente frenéticas que adopta a veces la enfermedad del sueño: los pa-
que había formas suaves y benignas y que había otras de una cientes solían manifestar, al principio de su enfermedad, una
violencia y un carácter grotesco terribles. Asimismo, se hizo pa-
tente que ciertas personas podían «tomar» el síndrome de Tou-
'i:: agitación creciente de la mente y el cuerpo, movimientos vio
lentos, tics, compulsiones de todo tipo. Poco después, se apode-
; ¿,_;r raba de ellos un sino contrario, un «sueño» similar al trance que
rette y acomodarlo dentro de una personalidad flexible, benefi-
ciándose incluso de la rapidez de pensamiento, asociación e ·1 lo abarcaba todo, en el que yo los encontré cuarenta años más
inventiva que lo acompañaba, mientras que otros podían verda- tarde.
deramente quedar «poseídos», virtualmente incapacitados para
conservar una verdadera identidad en medio del caos y la pre-
! En 1969 administré L-Dopa a estos pacientes de la enfer-
medad del sueño o posencefalitis. La L~Dopa, un precursor de

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l
sión terribles de los impulsos to~rétticos. Había siempre, como la dopamina transmisora, cuya cuantía se hallaba notablemente
indicaba Luria en el caso de su mnemonista, una lucha entre un mermada en sus cerebros, los transformó. Primero los «desper-
«Ello» y un «Yo». tó», haciéndoles pasar del estupor a la salud: luego se vieron em-
Charcot y sus discípulos, entre los que figuran Freud y Ba- pujados hacia el otro extremo,' los tics y d frenesí. Ésta fue la
binski además de Tourette, fueron de los últimos en su profe- primera experiencia que tuve de síndromes como el de T ouret-
sión que tuvieron una visión conjunta de cuerpo y alma, «ello» te: agitaciones incontrolables, impulsos violentos, combinados
y «yo», neurología y psiquiatría. En el cambio de siglo se produ- frecuentemente con un humor bufonesco y extraño. Empecé a
jo una escisión entre una neurología sin alma y una psicología hablar así de «tourettismo», aunque no había visto nunca un
sin cuerpo, y desapareció con ello cualquier posibilidad de acla- paciente con el síndrome de Tourette.
rar el síndrome de Tourette. En realidad pareció desaparecer el A principios de 1971, el. Washington Post, que se había inte-
propio síndrome, apenas si se habló de él en la primera mitad resado por el «despertar» de mis pacientes posencefalíticos, me
de este siglp. En realidad algunos médicos lo consideraban preguntó cómo les iba. Yo contesté: «Tienen tics», y eso les im-
como una cosa «mítica», un producto de la terril imaginación pulsó a publicar un artículo sobre «Tics».. A raíz de la publica-
de T ourette; pero la mayoría no habían oído hablar de él siquie- ción de este artículo, recibí muchísimas cartas, la mayoría de las
ra. Estaba tan olvidado como la gran epidemia de enfermedad cuales se las pasé a mis colegas. Pero hubo un paciente al que
del sueño de la década de 1920. acepté ver: Ray.
El olvido de la enfermedad del sueño (encephalitis lethargi- Al día siguiente de ver a Ray, me pareció que identificaba
ca) y el olvido del síndrome de T ourette tienen mucho en co- tres víctimas del síndrome de Tourette en la calle, en el centro
mún. Ambos trastornos eran extraordinarios y de una rareza in- de Nueva York. Esto me desconcertó, porque según se decía el
creíble, al menos para una medicina de criterios estrechos. síndrome de Tourette era rarísimo. Tenía una incidencia, según
Como no podían encajar en los esquemas convencionales de la yo había leído, de un caso por millón, y sin embargo yo había

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visto, al parecer, tres ejemplos en una sola hora. Esto me sumíó sobre la bioquímica del cerebro de las víctimas del síndrome;
en un torbellino de desconcierto y de asombro: ¿no sería que sobre los aspectos genéticos y sobre otros factores que pueden
aquello era algo que siempre había pasado por alto, no viendo a codeterminarlo; sobre las asociaciones y,reacciones indiscrimina-
aquellos pacientes o desechándolos nebulosamente como tipos das y anormalmente rápidas que lo caracterizan. Las investiga-
«nerviosos», «chiflados», «crispados»? ¿Era posible que nadie hu- ciones han permitido descubrir estructuras instintivas y compor-
biese reparado en ellos? ¿Podría ser que el síndrome de Tourette tamentales de un género primitivo en cuanto al desarrollo y hasta
no fuese una rareza, sino una cosa bastante corriente, mil veces filogenéticamente. Se ha estudiado el lenguaje corporal y la gra-
más corriente, quizás, de lo que se decía? Al día siguiente, sin fi- mática y la estructura lingüística de los tics; se han descubierto
jarme demasiado, vi otros dos casos en la calle. Entonces se me cosas insospechadas sobre la naturaleza de las maldiciones y las
ocurrió una fantasía extravagante, un chiste privado: suponga- palabras malsonantes, las bromas (que son también característi-
mos (me dije) que el síndrome de Tourette es muy común pero cas de algunos otros trastornos neurológicos); y-y tiene una im-
no se le identifica y sin embargo una vez identificado se le ve fá- portancia destacable- se han hecho estudios sobre la interacción
cil y constantemente. 1 de las víctimas del síndrome de T ourette con su familia y con los
¿Y si una de las víctimas del síndrome de T ourette identifi- demás, y de las extrañas contrariedades que pueden acompañar a
ca a otra, y estas dos a una tercera, y las tres a una cuarta, hasta estas relaciones. Estas actividap.es tan fructíferas de la AST son
que, al crecer la identificación, se descubre toda una banda: her- parte integrante de la historia del síndrome de Tourctte y, como
manas y hermanos de patología, una especie nueva en nuestro tales, no tienen precedentes: es la priroera vez que los pacientes
medio, unificada por la identificación y el interés mutuos? ¿No abren la marcha en la tarea de descubrir la causa de una enfer-
podría formarse, a través de esta agregación espontánea, toda medad, que se convierten en los agentes impulsores y activos de
una asociación de neoyorquinos con el síndrome de T ourette? la investigación de su propio mal y de su curación.
Tres años más tarde, en 1974, iba a encontrarme con que Lo que se ha descubierto en estos últimos diez años (pri-
mi fantasía se había hecho realidad: con que se había formado mordialmente bajo la égida y el estímulo de la AST) es una cla-
realmente una Asociación del Síndrome de Tourette. Tenía en- ra confirmación de lo que intuyó ya Gilles de la T ourette: que
tonces cincµenta miembros: hoy, siete años después, tiene varios el síndrome tiene realmente una base neurológica orgánica. El
millares. Este aumento asombroso debe atribuirse a los esfuerzos «Ello» del síndrome de T ourette, lo mismo que el «Ello» del
de la propia AST, aunque esté formada sólo por pacientes, pa-- parkinsonismo y el de la corea, es un reflejo de lo que Pavlov
rientes y médicos. La asociación ha trabajado muchísimo por el llamó «la fuerza ciega del subcórtex», un trastorno de esas partes
objetivo de dar a conocer (o, ,,divulgar», en el mejor sentido) la primitivas del cerebro que gobiernan la «marcha» y la «direc-
tragedia de los que padecen este síndrome. Y ha logrado interés ción». En el parkinsonismo, que afecta al movimiento pero no a
y preocupación responsables donde antes sólo había repugnan- la acción en cuanto tal, el trastorno se localiza en el cerebro me-
cia y menosprecio, que solían ser el sino de las víctimas del sín- dio y en sus conexiones. En la corea (que es un caos de acciones
drome de Tourette, y ha fomentado todo tipo de investigacio- cuasifragmentarias) el trastorno se sitúa en niveles superiores de
nes, desde d campo fisiológico al sociológico: investigaciones los ganglios basales. En el síndrome de Tourette, en el que hay

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1 agitación de las emociones y de las pasiones, un trastorno de las tencial»: en concreto, una comprensión sensible de la acción, el
bases instintivas y primordiales de la conducta, la alteración pa- arte y el juego como cosas básicamente saludables y libres, y an-·
rece localizarse en las partes más altas del «cerebro antiguo»: el tagónicas por ello de los puros impulsos e instintos, de «la fuer-·
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tálamo, el hipotálamo, el sistema límbico y la amígdala, que es za ciega del subcórtex» que aflige a estos pacientes. El parkinso-
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¡ donde se alojan los determinantes básicos, afectivos e instinti- niano que no puede moverse, puede cantar y bailar, y cuando lo
vos, de la personalidad. Así pues, el paciente de síndrome de hace, se halla completamente libre de su parkinsonismo; y
Tourette constituye (tanto clínica como patológicamente) una cuando la galvanizada víctima del tourettismo canta, juega o ac-
especie de «eslabón perdido» entre el cuerpo y la mente, y se túa, también está totalmente liberada de su síndrome. En este
emplaza, digamos, entre la corea y la manía. Lo mismo que en campo el «Yo»triunfa y reina sobre el «Ello».
las formas raras, hipercinéticas de encephalitis lethargfra y en to- Entre 1973 y 1977, en que murió, disfruté del privilegio de
dos los pacientes posencefalíticos sobreexcitados con L-Dopa, mantener correspondencia con el gran neuropsicólogo A R. Lu-
los pacientes con el síndrome de T ourette, o con «tourettismo» ria, y le envié frecuentemente comentarios y grabaciones sobre el
debido a cualquier otra causa (ataques, tumores cerebrales, into- síndrome de T ourette. En una de sus últimas cartas rne decía lo
xicaciones o infecciones), parece ser que tienen en el cerebro un siguiente: «Esto es ciertamente de tremenda importancia. Cual-
exceso de transmisores excitantes, sobre todo de la dopamina quier descubrimiento sobre este síndrome ampliará sin duda
transmisora. Y lo mismo que mis pacientes parkinsonianos le- enormemente nuestra comprensión de, la naturaleza humana en
tárgicos necesitaban más dopamina para reaccionar, lo mismo general. No conozco ningún otro síndrome que posea un interés
que mis pacientes posencefalíticos eran «despertados» por la L- comparable.»
Dopa precursora de la dopamina, a los pacientes frenéticos y Cuando vi por primera vez a Ray, éste tenía veinticuatro
tourétticos había que reducirles su dopamina mediante un anta- años y estaba casi incapacitado por múltiples tics de extrema vio-
gonista de ella, como el fármaco haioperidol (Haldol). lencia que se producían en andanadas cada pocos segundos. Era
Por otra parte, en el cerebro de la víctima del síndrome de víctima de ellos desde los cuatro años y,se hallaba gravemente es-
T ourette no hay sólo un exceso de dopamina, lo mismo que no tigmatizado por la atención que despertaban, aunque su elevada
hay sólo una;deficiencia de ella en el cerebro del parkinsoniano. inteligencia, su ingenio, su firmeza de carácter y su sentido de la
Hay también cambios mucho más sutiles y mucho más genera- realidad le permitiesen pasar con éxito por la escuela y por la
les, como podría suponerse tratándose de un trastorno que pue- universidad, y ser estirnado y querido por unos cuantos amigos y
de alterar la personalidad: hay vías sutiles e innumerables de por su mujer. Desde que había abandonado la universidad, sin
anormalidad que difieren de paciente a paciente, y de día a día embargo, lo habían despedido de una docena de trabajos (siem-
en cada paciente. El Haldol puede ser una solución para el sín- pre debido a los tics, nunca por incompetencia), er;i.víctima de
drome de T ourette, pero ni él ni ninguna otra droga puede ser continuas crisis de un tipo u otro, debidas normalmente a su
la solución, lo mismo que la L-Dopa no es la solución dd par- impaciencia, su belicosidad y su «descaro» inteligente y tosco, y
kinsonismo. Cualquier enfoque puramente medicinal, o médi- había visto amenazado su matrimonio por exclamaciones invo-
co, debe tener también como complemento un enfoque «exis- luntarias («¡Joder!» «¡Mierda!», etcétera) que brotaban de él en

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momentos de excitación sexual. Tenía (como muchos pacientes Volvió a la semana siguiente con un ojo morado y la nariz
del síndrome de Tourette) una notable sensibilidad musical y rota y dijo: «Se acabó su jodido Haldol.» Pese a ser una dosis
difícilmente podría haber sobrevivido (emotiva y económica- tan minúscula, el Haldol, me explicó, Jo había desequilibrado
mente) si no hubiese sido un batería de jazz de fin de semana de por completo, alterando su velocidad, su ritmo, sus reflejos in-
auténtico virtuosismo, famoso por sus improvisaciones súbitas e creíblemente rápidos, Como a muchos otros enfermos de tou-
incontroladas, que surgían de un tic o un golpeteo convulsivo de rettismo le atraían las cosas giratorias, y en especial las puertas
un tambor y que se convertían instantáneamente en el núcleo de giratorias, en las que entraba y salía como un relámpago: con el
una improvisación maravillosa y desbocada, de modo que el «sú- Haldol había oerdido esta habilidad, había coordinado mal los
bito intruso» llegaba a convertirse en una brillante ventaja. Su movimientos ; se había destrozado la nariz. Además, muchos
síndrome de T ourette constituía también una ventaja en diver- de sus tics, lejos de desaparecer, se habían hecho simplemente
sos juegos, sobre todo en el ping pong, al que jugaba magnífica- lentos, y enormemente prolongados: podía quedarse «paraliza-
mente, debido en parte a su rapidez anormal de reflejos y de do a medio tic», según su propia expresión, y caer en posturas
reacción, pero sobre todo, una vez más, debido a «improvisacio- casi catatónicas (Ferenczi llamó a la catatonia el opuesto de los
nes», «tiros frívolos, nerviosos, muy súbitos» (son sus propias pa- tics, y sugirió que éstos se llamasen «catadonia»). Ofrecía una
labras), que resultaban tan inesperados y sorprendentes que eran imagen, incluso con esta dosis minúscula, de parkinsonismo
prácticamente imbatibles. Sólo se veía libre de tics en el relaja- marcado, distonía, catatonia y «bloqueo» psicomotor, en una
miento poscoito o en el sueño; o cuando nadaba, cantaba o tra- reacción que parecía desfavorable en extremo, indicando no in-
bajaba rítmica y regularmente, y hallaba «una melodía cinética», sensibilidad sino una hipersensibilidad, una sensibilidad pato-
un juego, en que estaba libre de tensión, libre de tics, libre. lógica tal, que quizás fuese posible tan sólo lanzarlo de un ex-
Bajo una superficie bulliciosa, arrebatada, bufonesca, era un !
tremo a otro, de la aceleración y el tourettismo a la catatonia y
hombre profundamente serio... y un hombre desesperado. 1 el parkinsonismo, sin la menor posibilidad de un feliz término
Nunca había oído hablar de la AST (que, la verdad sea dicha, '
medio.
apenas existía por entonces), ni había oído hablar del Haldol. El Se hallaba comprensiblemente decepcionado por esta expe-
síndrome de,Tourette se lo había diagnosticado él mismo des- riencia (y este pensamiento) y también por otro pensamiento
pués de leer el artículo sobre «Tics» del Washington Post. Cuan- que me expuso a continuación.
do le confirmé el diagnóstico y le hablé de la posibilidad de uti- -Supongamos que pudiese usted quitarme los tics -dijo-.
lizar Haldol, se mostró interesado pero cauto. Hizo una prueba ¿Qué quedaría? Yo estoy formado por tics, no hay nada más.
de Haldol en inyección y resultó extraordinariamente sensible a Parecía, al menos humorísticamente, tener poco sentido de
él, quedando prácticamente libre de tics durante un período de su identidad salvo como ticqueur: se describía como «el ticqueur
dos horas después de administrarle sólo un octavo de miligra- del Broadway del Presidente», y hablaba de sí mismo, en tercera
mo. Tras este ensayo auspicioso, empecé a tratarlo con Haldol, persona, como «Ray, el ticqueur ingenioso», añadiendo que era
recetándole una dosis de un cuarto de miligramo tres veces tan proclive a las «agudezas con tics y a los tics con agudezas»
al día. que no sabía muy bien si se trataba de J.m don o de una maldi-

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ción. Decía que no podía concebir la vida sin el tourettismo, y duradera. Cuando volví a tratar a Ray con Haldol, con la mis-
que no estaba seguro de que le interesase sin él. ma dosis minúscula de antes, se vio libre de tics pero sin efectos
Esto me hizo recordar inmediatamente lo que me había su- secundarios negativos notorios, y así h'.1continuado durante los
cedido con algunos de mis pacientes posencefalíticos que eran últimos nueve años.
extraordinariamente sensibles a la L-Dopa. En el caso de éstos Los efectos del Haldol fueron, en este caso, «milagrosos».,,
yo había observado, sin embargo, que estos desequilibrios y estas pero llegaron a serlo únicamente cuando se permitió un mila-
sensibilidades fisiológicas extremas podían superarse si el pacien- gro. Sus efectos iniciales rondaban lo catastrófico: en parte, sin
te podía llevar una vida rica y plena: que el equilibrio «existen- duda, por razones fisiológicas; pero también debido a que cuai-
cial», o la estabilidad, de un tipo de vida con estas características quier «cura» o liberación del tourettismo, habría sido en ese
podía permitir superar un desequilibrio fisiológico grave. Cre- momento prematura e imposible económicamente. Ray, que
yendo que Ray tenía también esas posibilidades, que, a pesar de padecía el síndrome de T ourette desde los cuatro años, no tenía
lo que él mismo decía, no estaba irremediablemente centrado en experiencia alguna de vida normal: dependía abrumadoramente
su propia enfermedad, de un modo exhibicionista o narcisista, le de s¡1 exótica enfermedad y, como es natural, la utilizaba y la
propuse que nos viésemos una vez por semana durante un perío- explotaba de diversos modos. No estaba en condiciones de
do de tres meses. Durante este período intentaríamos imaginar abandonar su tourettismo y (no puedo evitar pensarlo) no po-
la vida sin tourettismo; investigaríamos (aunque sólo fuese con dría haber estado nunca en condiciones de hacerlo sin aquellos
el pensamiento y el sentimiento) todo lo que la vida podía ofre- tres meses de preparación intensa, de ,meditación y análisis pro-
r:er,pedía ofrecerle, sin las atenciones y atracciones pervecsas del fundo tremendamente duros y concentrados.
síndrome de Tourette; examinaríamos el papel y la importancia Los últimos nueve años han sido, en conjunto, felices para
económica que tenía el síndrome para él y cómo podría arreglár- Ray, ha sido una liberación superior a cualquier posible expec-
selas s;n ellos. Investigaríamos todo esto durante tres meses y tativa. Después de estar veinte años encenado en el tourettis-
luego haríamos otra prueba con Haldol. mo, y viéndose forzado por su desatinada fisiología, disfruta de
Siguieron tres meses de investigación profunda y paciente, una amplitud y una libertad que jamás habría creído posibles
en los que a,floraron (a menudo a pesar de su mucha resistencia (o, como máximo, durante nuestro análisis, sólo teóricamente
y rencor, falta de fe en sí mismo y en la vida) todo tipo de po- posibles). Su matrimonio es feliz y estable, y ahora es padre
tencialidades curativas y humanas: potencialidades que habían también; tiene buenas amistades, que le quieren y le aprecian
logrado sobrevivir a veinte años de tourettismo grave y de «vida como persona, y no sólo como un payaso rouréttico consuma-
touréttica», ocultas en el núcleo más firme y más profundo de la do; desempeña un papel importante en su comunidad local y
personaUdad. Esta investigación profunda fue ernocionante y ostenta un puesto de responsabilidad en el trabajo. Sin embargo
estimulante por sí sola y nos otorgó, al menos, una esperanza li- sigue teniendo problemas: problemas quizás inevitables tenien-
mitada. Lo que sucedió en realidad excedía todas nuestras ex- do tourettismo y administrándose Haldol.
pectativas y demostró ser algo más que una llamarada fugaz, de- Durante las horas de uabajo, y durante la semana laboral,
mostró ser una transformación de reactividad permanente y Ray se mantiene «sobrio, firme, normal» con Haldol (así es

136 137
como él mismo describe su «yo de Haldol»). Es lento y parsi- Tener el síndrome de Tourette es delirante, es como estar
• • • • • • • 1 •
1nomoso en sus n1ov1m1entosy en sus JUlCIOS, sm 1a 1mpac1en-

borracho siempre. Con el Haldol todo es tedioso, uno se vuel-
cia, la impetuosidad que desplegaba antes del Haldol, pero tam- ve normal y sobrio, y ninguna de las 9-0s situaciones es de ver-
bién sin aquellas inspiraciones y aquellas improvisaciones dadera libertad, ustedes los «normales», que tienen los trans-
desbordantes. Hasta sus sueños tienen un carácter distinto: misores adecuados en los lugares adecuados en los momentos
«Son puros sueños, normales», dice, «sin las complicaciones y adecuados en sus cerebros, tienen todos los sentimientos, to-
las extravagancias del síndrome de T ourette.» Es menos agudo, dos los estilos, siempre a su disposición: seriedad, frivolidad,
menos ingenioso en las respuestas, no desborda ya tics y chistes lo que sea más propio. Nosotros, los que padecemos tourettis-
y agudezas. No disfruta ya con el ping pong y con otros juegos mo, no; nos vemos forzados a la frivolidad por nuestro síndro-
ni se destaca en ellos como antes; no siente ya «aquel instinto me y nos vemos forzados a la seriedad cuando tomamos Hal-
imperioso y asesino, el instinto de ganar, de derrotar al otro»; dol. Ustedesson libres, tienen un equilibrio natural: nosotros
es, pues, menos competitivo y también menos travieso y reto- hemos de sacar el máximo partido de un equilibrio artificial.
zón; y ha perdido el impulso, o la gracia, de los movimientos
súbitos «frívolos» que cogen a todo el mundo por sorpresa. Ha Ray saca el mejor partido posible y lleva una vida plena a
perdido sus obscenidades, su descaro grosero, su chispa, ha lle- i pesar del tourettismo, a pesar del Haldol, a pesar de la «no li-
gado a creer, progresivamente, que está perdiendo algo. 1 bertad» y el «ardid», a pesar de hallarse privado de ese derecho
t innato de libertad natural del que disf~utamos la mayoría, pero
Lo más importante, e incapacitante, porque esto era vital
para él (como medio de apoyo y también de autoexpresión) es su enfermedad le ha enseñado y, en cierto modo, la ha trascen-
que ha descubierto que con Haldol era musicalmente «insulso»,
t dido. Podría decir, con Nietzsche: «He atravesado varios géne-
vulgar, competente pero sin energía, sin entusiasmo, sin extra- ros de salud y sigo atravesándolos. Y en cuanto a la enfermedad:
1
¿no nos sentimos casi tentados a preguntarnos si podríamos
vagancia y júbilo. No tenía ya tics y aporreaba compulsivamen- i arreglárnoslas sin ella? Sólo el gran dolor libera de verdad el es-
te los tambores ... pero no tenía ya arrebatos desbordantes y crea-
dores. píritu.» Paradójicamente Ray (privado de salud fisiológica, ani-
Cuando .se le hizo patente esta pauta, y después de analizar- mal, natural) ha hallado una nueva salud, una nueva libertad, a
la conmigo, Ray tomó una decisión trascendental: tomaría Hal- través de las vicisitudes a las que está sometido. Ha logrado lo
dol «obligatoriamente» durante la semana laboral, pero prescin- que a Nietzsche le gustaba denominar «La gran salud», humor
diría de él, y se «dispararía» los fines de semana. Esto es lo oue extraño, valor y flexibilidad de espíritu: a pesar de padecer, o
ha hecho durante los tres últimos años. Y ahora hay dos R;ys, quizás por ello, el síndrome de T ourette.
uno con Haldol y otro sin él. Hay un ciudadano sobrio, cavila-
dor, pausado, de lunes a viernes; y hay el «Ray, el ticqueur inge-
nioso», frívolo, frenético, inspirado, los fines de semana. Es una
situación extraña, y Ray es el primero en admitirlo:

138 139
11. LA ENFERl\1EDAD DE CUPIDO
Pero entonces lo hice. Me dije: «Natasha, tienes ochent:i y nue-
ve, esto ya dura un año. Siempre fuiste muy moderada en tus
sentimientos, ¡y ahora esta extravagancia! Eres una mujer vieja,
casi al final de la vida. ¿Qué podría justificar una euforia repen-
tina como ésta?» Y en cuanto pensé en euforia, las cosas adqui-
rieron un nuevo aspecto. «Estás enferma, querida», me dije.
«¡Te sientes demasiadobien, tienes que estar mala!»
. -¿Mala? ¿Emotivamente? ¿Mala mentalmente?
-No, emotivamente no, mala físicamente. Era algo de mi
cuerpo, de mi cerebro, lo que me ponía tan eufórica. Y enton-
ces pensé: ¡maldita sea, esto es la enfermedad de Cupido!
--·La
C enfermedad de Cuoido? --repetí, sin comprender. Era
C
Natasha K., una mujer inteligente de noventa años, acudió la primera vez que oía aquello.
recientemente a nm:stra clínica. Explicó que poco después de -Sí, la enfermedad de Cupido, la sífilis, comprende. Es que
cumplir los ochenta y ocho advirtió «un cambio». ¿Qué clase de yo estuve en un burdel en Sal~nica, hace casi setenta años. Cogí
cambio?, le preguntamos.
la sífilis, muchas de las chicas la tenían, la llamábamos la enfer-
-¡Delicioso! -exclamó-. Era muy agradable. Me sentía con medad de Cupido. Mi marido me salvó, me sacó de allí, hizo
mucha más energía, más viva, me sentía joven otra vez. Empe- que me la trataran. Eso fue muchos años a_ntesde la penicilina,
zaron a mteresarme los hombres jóvenes. Empecé a sentirme, claro. ¿No es posible que haya seguido conmigo durante todos
digamos, «retozona», sí, retozona.
estos años?
-¿Y eso era un problema?
Puede haber un inmenso período de latencia entre la infec-
-No, al principio no. Me sentía bien, extremadamente bien, ción primaria y la aparición de neurosífilis, sobre todo si la in-
¿por qué iba a pensar yo que pudiese haber problemas?
fección primaria ha sido contenida, no erradicada. Yo tuve un
-¿ Y después?
paciente, tratado con Salvarsán por el propio Ehrlich, que ma-
-Mis amistades empezaron a preocuparse. Al principio de- nifestó tabes dorsalis(una forma de neurosífilis) más de cincuen-
cían: «Estás radiante ... ¡Parece que hayas rejuvenecido!», pero ta años después.
luego empezaron a pensar que aquello no era del todo razona- Pero yo no me había encontrado nunca con un intervalo de
ble. «Tú eras siempre tan tímida», decían, «y ahora eres una frí-
setenta años ni con un autodiagnóstico de sífilis cerebral expues-
vola. Andas siempre riéndote, cuentas chistes... , ¿tú crees que
to con aquella tranquilidad y claridad.
está bien eso a tu edad?»
-Es una sugerencia sorprendente -contesté después de pen-
-¿Y cómo se sentía usted?
sármelo un poco-. Nunca se me habría ocurrido, pero quizás
-Y o estaba desconcertada. Me había dejado llevar, y no se tenga usted razón.
rne había ocurrid.o poner en entredicho lo que estaba pasando. Tenía razón; d fluido espinal dio positivo, tenía neurosífi.-
140
141
lis, eran realmente las espiroquetas las que estimulaban su cór- POSDATA
tex cerebral antiguo. Se planteó entonces la cuestión del trata- ,r·...
miento, Pero surgía aquí otro dilema, que planteó, con su agu- Muy recientemente (enero de 1985) me he encontrado con
deza característica, la propia señora K. algunos de estos mismos dilemas e ironías en relación con otro
-No sé si quiero curarlo -dijo-. Ya sé que es una enferme-· 1 paciente (Miguel O.), admitido en el hospital del Estado con un
dad, pero me ha hecho sentirme bien. He disfrutado de ella, diagnóstico de «manía», pero que pronto se comprobó que se
,, .•• hallaba en la etapa agitada de la neurosífilis. Miguel, un hombre
aún sigo disfrutando, no voy a negarlo. Hacía veinte años que 'ft;

no me sentía tan viva, tan animada. Ha sido divertido. Pero sé sencillo, había sido peón agrícola en Puerto Rico y, aquejado
muy bien cuando una cosa buena va demasiado lejos, y deja de por una cierta dificultad del habla y de la audición, no podía ex-
ser buena. He tenido ideas, he tenido impulsos, no Ie contaré, presarse demasiado bien con palabras, pero se expresaba, expo-
que son ... , bueno, embarazosos y estúpidos. Era como estar un nía su situación, con claridad y sencillez, por medio de dibujos.
poco ida, un poco achispada, al principio, pero si la cosa va más
lejos...
Remedó a un demente espasmódico y babeante. Luego
continuó:
-Pensé que lo que tenía era la enfermedad de Cupido, por
eso acudí a ustedes. No quiero que la cosa se ponga peor, eso
sería horroroso; pero no quiero que me cure, eso sería igual de
malo. Hasta que me asaltó esto yo no me sentía plenamente
viva. ¿Cree usted que podría rnantenerla exactamente como está?
Lo pensamos un rato y nuestra vía de actuación, afortuna-
damente, estaba clara. Le hemos administrado oenicilina aue
ha matado las espiroquetas, pero que nada puede• hacer pa:a ~li-
l -
Figura A

minar los carn,bioscerebrales, las desinhibiciones, que las espiro-:-


q uetas han causado.
Y ahora la señora K. tiene ambas cosas, disfruta de una de-
sinhibición suave, una liberación del pensamiento y el impulso,
Elaboración excitada («una caja abierta»)
sin nada que amenace su control de sí misma y sin el peligro de
una mayor lesión del córtex. Alberga la esperanza de vivir, rea-
nimada así, rejuvenecida, hasta los cien. La primera vez que le vi estaba muy excitado, y cuando le
-Es curioso -me dice-. Ha conseguido usted jugársela a pedí que copiase una figura sencilla (figura A), realizó, con nm-
Cupido. cho brío, un dibujo tridimensional (figura B), o por tal lo tomé
yo, hasta que él explicó que se tratahi de «una caja de cartón

143
142
A.Kii::r,adón
excitada («COI!leta volando») abierta», y luego intentó dibujar un fruto den.tro. Inspirado im-
pulsivamente por su imaginación exaltada, había ignorado el
círculo y la cruz, pero había retenido, y concretado, la idea de
«recinto». Una caja de cartón abierta, una caja llena de naranjas:
¿acaso no era eso más excitante, más vivo, más real que mi in-
sulsa figura?
Unos días después le vi de nuevo, muy acelerado, muy acti-

) vo, .desbordante de ideas y sentimientos, volando muy alto,


como una cometa. Le pedí de nuevo que dibujase la misma fi-
gura. Y entonces, impulsivamente, sin detenerse un instante,

ft
( Figura C
transformó el original en una especie de trapezoide, un rombo,
y luego le añadió una cuerda y un niño (figura C).

tado.
-¡Niño lanzando cometa, cometas volando! -exclamó exal-

Le vi por tercera vez pocos días después de esto, y le encon-


tré más bien alicaído, muy pa~kinsoniano (le habían adminis-
trado Haldol, para tranquilizarlo, mientras esperaban los últi-
mos análisis del fluido espinal). Le pedí de nuevo que dibujase
la figura, y esta vez la hizo copiándola sin gracia, correctamente,
y un poco más pequeña que el original (la «micrografía» del
Haldol), y sin ninguno de los primores y complicaciones, de la
animación y la imaginación, de las otras (figura D).
Drogado, tratado ...
-Ya no veo <<cosas» -dijo-. Parecía tan real, parecía tan vivo
• Imaginación y animación eliminadas
antes. ¿Todo parecerá muerto con el tratamiento?
Los dibujos de pacientes con parkinsonismo, cuando se los
«despierta» con L-Dopa, constituyen una analogía instructiva.
Ei parkinsoniano, cuando se le pide que dibuje un árbol, tiende
a dibujar una cosa pequeña y escuálida, raquítica, empobrecida,
un árbol deshojado en invierno. Cuando se «calienta», se «recu-
pera», se anima con L-Dopa, el árbol adquiere vigor, vida, ima-
ginación ... y follaje. Si se pone dernasiado excitado: demasiado
exaltado, debido a la L-Dopa, el árbol puede adquirir una exu-
FiguraD berancia y una complicación fantásticas, estallando en una fron-

145
dosidad de follaje y ramas nuevas con pequeños arabescos, volu- bienestar paradójico puede otorgar incluso un beneficio perdu-
tas, etcétera, hasta que por último su forma original queda com- rable, como en el caso de la señora O'C. y su extraña «reminis-
pletamente perdida bajo estos primores enormes, barrocos. Es- cencia» convulsiva (capítulo quince).
tos dibujos son también bastante característicos de los pacientes Nos adentramos aquí en aguas desconocidas donde pueden
del síndrome de T ourette (la forma original, el pensamiento cambiar completamente de sentido todas las consideraciones
original, queda perdido en una selva de adornos) y en el llama- habituales, donde enfermedad puede ser bienestar, y normali-
do «arte veloz» del anfetaminismo. Primero la imaginación des- dad enfermedad, donde la excitación puede ser una esclavitud o
pierta, luego se excita, cae en un frenesí y desemboca en lo in- un;:¡liberación, y donde la realidad puede residir en la ebriedad,
terminable, en el exceso. no en la sobriedad. Es el reino de Cupido y Dioniso.
Qué paradoja, qué crueldad, qué ironía hay aquí. ¡La vida
interior y la imaginación pueden permanecer apagadas y ador-
mecidas si no las libera, si no las despierta, una intoxicación o
una enfermedad!
Es precisamente esta p;;,radoja la que constituye el corazón
de Despertares;es responsable también de la seducción del sín-
drome de Tourette (véanse los capítulos diez y catorce) y asi-
mismo, sin duda, de esa inseguridad peculiar que puede acom-
pañar a una droga como la cocaína (de la que se sabe que, como
la L-Dopa y el síndrome de T ourette, eleva la cuantía de dopa-
mina en el cerebro). De :thí el comentario sorprendente de
Freud sobre la cocaína, de que la sensación de bienestar y eufo-
ria que provoca «... no difiere en modo alguno de la euforia
normal de la persona sana. En otras palabras, estás sencillamen-
te normal, y.pronto resulta difícil de creer que se halla uno bajo
la influencia de una droga».
Esta misma valoración paradójica se puede aplicar también
a ias estimulaciones eléctrícas del cerebro: hay epilepsias que
son estimulantes y adictivas, y pueden autoprovocárselas, repe-
tidamente, los que son propensos a ellas (lo mismo que en las
ratas con elec~rodos cerebrales implantados se estimulan com-
pulsivamente los «centros de placer» del cerebro); pero hay otras
epilepsias que aportan paz y bienestar genuino. El bienestar
puede ser genuino aunque lo provoque una enfermedad. Y este
l
146 147
12. UNA CUESTIÓN DE IDENTIDAD ces, con esas chaquetas blancas y los estetoscopios ... ¡Como si
necesitase usted un estetoscopio para escuchar un coche! Es us-
ted mi viejo amigo Manners de la estación Mobil del final de la
manzana, que ha venido por su salchicha con pan de centeno ...
William Thompson se frotó de nuevo las manos, en su ges-
to de tendero, y buscó el mostrador. Al no encontrarlo, me
miró de nuevo extrañado .
. -¿Dónde estoy? -dijo, con una súbita expresión aterrada-.
Creí que estaba en mi tienda, doctor. Se me ha ido el santo al
cielo. ¿Querrá usted que me quite la camisa, para examinarme
como siempre?
-No, no como siempre. Yo no soy su médico de siempre.
-¿Qué será hoy? -dice, frotándose las manos-. ¿Media libra -Claro que no lo es. ¡Ya me di cuenta de eso enseguida! Us-
de Virginia, un buen trozo de Nova? ted no es mi médico habitual que me examina el pecho. ¡Y vaya
(Me tomaba por un diente ..., no había duda, descolgaba el te- barba que tiene, cielo santo!. Pero si parece usted Sigmund
léfono del pabellón muchas veces, y decía «Ultramarinos Thomp- Freud. ¿Me he vuelto loco, he perdido el juicio?
son».) -No, señor Thompson. No ha perdido el juicio. Lo único
-¡Oh, señor Thompson! -exclamo-. ¿Quién se cree usted que pasa es que tiene usted un pequeño trastorno en la memo-
que soy? ria, tiene dificultades para recordar y para identificar a la gente.
-Dios Santo, la luz es mala, lo torné por un diente. Como -La memoria me ha estado jugando malas pasadas, sí -ad-
si no stipiese que eres mi viejo amigo Tom Pitkins ... Tom y yo mitió-. A veces cometo errores ... , confundo a una persona con
(le cuchichea en un aparte a la enfermera) siempre íbamos jun- otra ... ¿Qué querrá ahora, Nova o Virginia?
tos a las carreras. Así sucedía, con ciertas variantes, cada vez... con improvisa-
-Se equiyoca usted de nuevo, señor Thompson. ciones, siempre rápido, a veces divertido, a veces brillante y, en
-Sí que me equivoco -acepta, sin inmutarse-. ¿Por qué iba último término, trágico. El señor Thompson me identificaba
a llevar usted una chaqueta blanca si fuese Tom? Usted es (me pseudoidentificaba) con una docena de personas distintas en
Hymie, el carnicero judío de la tienda de al lado. Pero no le veo el transcurso de cinco minutos. lVIaniobraba, ágilmente, de una
manchas de sangre en la chaqueta. ¿Ha ido mal el negocio hoy? suposición, una hipótesis, una idea, a la siguiente, sin apariencia
¡A final de semana parecerá usted un matadero! alguna de inseguridad en ningún momento, nunca sabía quién
Sintiéndome un poco aturdido yo mismo en. este rernolino era yo, o dónde estaba o qué era él un ex tendero con síndrome
de identidades, señalo el estetoscopio, que me cuelga del cuello. de Korsakov grave, ingresado en una institución neurológica.
-¡Un estetoscopio! -exclamó-. ¡Y fingía usted ser Hymie! No recordaba nada más allá de unos cuantos segundos. Esta-
Ustedes los mednicos están empezando a creerse que son médi- ba continuamente desorientado. Se abrían a sus pies continua-

148 149
mente abismos de amn-=:sia,pero él los salvaba, con ingenio, me- rar y dejó de reconocer a la familia) aún seguía en ebuliición,
diante rápidas fabulaciones y ficciones de todo tipo. Para él no aún se mantenía en un delirio confabulatorio casi frenético (del
eran ficciones, era como veía de pronto o interpretaba el mundo. tipo a veces denominado «psicosis de K9rsakov», aunque no sea
El flujo incesante y la incoherencia del mundo no podía tolerar- en modo alguno una psicosis), creando continuamente un
los, no podía admitirlos ni un instante, sustituía aquella cuasico- mundo y un yo, para sustituir al continuamente olvidado y per-
herencia extraña y delirante, con la que el señor Thompson, con dido. Este frenesí puede producir potencialidades de invención
sus invenciones continuas, inconscientes y vertiginosas, improvi- y de fantasía sumamente brillantes (un auténtico genio confa-
saba sin cesar un mundo a su alrededor, un mundo de Las mil y bulatorio), pues el paciente debe literalmente hacerse a sí mismo
una noches, una fantasmagoría, un sueño de situaciones, imáge- (y construir su mundo) a cada instante. Nosotros tenemos, todos
nes y gentes en perpetuo cambio, en transformaciones y muta- y cada uno, una historia biográfica, una narración interna, cuya
ciones continuas, caleidoscópicas. Pero para el señor Thompson continuidad, cuyo sentido, es nuestra vida. Podría decirse que
no era un tejido de ilusiones y fantasías evanescentes y en cambio cada uno de nosotros edifica y vive una «narración» y que esta
incesante, sino un mundo fáctico, estable, plenamente normal. narración es nosotros, nuestra identidad.
Por lo que a él se refería, no había ningún problema. Si queremos saber de un hombre, preguntamos «¿cuál es su
En una ocasi6n el señor Thompson se fue de viaje, identifi- historia, su historia real interior?», porque cada uno de nosotros
cándose en recepción como «elreverendo William Thompson», es una biografía, una historia. Cada uno de nosotros es una na-
pidió un taxi y salió a pasar el día fuera. El taxista, con el que rración singular, que se construye, continua, inconscientemen-
hablamos más tarde, dijo que nunca había tenido un pasajero te, por, a través de y en nosotros, a través de nuestras percepcio-
tan fascinante, pues el señor Thompson le contó una historia nes, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras
tras otra, historias asombrosamente personales, llenas de aven- acciones; y, en el mismo grado, nuestro discurso, nuestras na-
turas fantásticas. «Parecía haber estado en todas partes, haberlo rraciones habladas. Biológica, fisiológicamente, no somos dis-
hecho todo, haber conocido a todo el mundo. Yo apenas podía
creer que fuese posible tanto en una sola vida», explicó. «No es
J tintos unos de otros; históricamente, como narraciones, somos
todos únicos.
exactamente;_una sola vida», le contestamos. «Es un caso muy Para ser nosotros mismos hemos de tenernos a nosotros mis-
raro ... una cuestión de identidad.» 1 mos, hemos de poseer, de reposeer si es preciso, nuestras histo-
Jimmie G., otro paciente con síndrome de Korsakov, del rias biográficas. Hemos de «recolectar» nosotros mismos, reco-
que ya he hablado por extenso (capítulo dos), hacía mucho que lectar el drama interior, la narración, la nuestra, la de nosotros
se había aliviado de su Korsakov agudo, y parecía haberse asen- mismos. El individuo necesita esa narración, una narración inte-
tado en un estado de desvinculación permanente (o quizás un rior continua, para mantener su identidad, su yo.
sueño permanente con apariencia de presente o una reminiscen- Esta necesidad narrativa es, quizás, la clave de la fantasía de-
cia del pasado). Pero el señor Thompson, nada más salir del sesperada del señor Thompson, de su verbosidad. Privado de
hospital (su síndrome de Korsakov se había manifestado hacía continuidad, de una narración interior continua y tranquila, se
sólo tres semanas, en que le sobrevino fiebre alta, empezó a deli- ve empujado «. una especie de frenesí narrativo, de ahí sus histo-

150 151
nas incesantes, sus fabulaciones, su mitomcrnía. Al no poder hombre somerido a una presión interior continua; y de cuando
mantener una narración auténtica o una continuidad, al no po- en cuando, no muy frecuentemente, o enmascarada si aparece,
der mantener un mundo interior auténtico, se ve empujado a la una expresión de desconcierto patente, franco, patético. Lo que
proliferación de pseudon:uraciones, a una pseudocontinuidad, a salva por una parte al señor Thompson, y lo condena por otra,
pseudomundos poblados por pseudogentes, por fantasmas. es la superficialidad forzada o defensiva de su vida: la forma en
¿Y cómo le va al señor Thompson? Superficialmente, parece que se halla reducido, en realidad, a una superficie, brillante,
un comediante entusiast~L La gente dice: «Es tremendo.» Y hay temblequeante, iridiscente, en perpetuo cambio, pero a pesar de
mucho de burlesco en esta situación, en la que podría basarse todo una superficie, una masa de ilusiones, un delirio, sin pro-
una novela cómica. 2 Es cómico, pero no es sólo cómico... es ·1• .·, fundidad.
; •-<:
y/
también terrible. Pues se trata de un hombre que, en cierto sen- Y unido a esto, ningün sentido de que ha perdido el sentido
tido, está desesperado, frenético. EJ.mundo desaparece incesan- (precisamente porque le ha perdido), ningún sentido de que ha
temente, pierde sentido, se esfuma ... y él ha de buscar sentido, perdido la profundidad, esa profundidad insondable, misterio-
elaborar sentido, de un modo desesperado, inventando conti- sa, de infinitos niveles, que define de algún modo la identidad o
nuamente, tendiendo puentes de sentido para salvar abismos de la realidad. Esto es algo que resulta evidente para todos los que
insensatez, el caos que se abre continuamente a sus pies. han estado en contacto con él durante un tiempo ... Que bajo su
Pero ¿sabe, siente esto el propio señor Thompson? Después facilidad, su frenesí incluso, hay una extraña pérdida de senti-
de considerarlo «tremendo», «muy simpático», «muy divertido», do."' ese sentido, o juicio, que diferencia entre «real» e «irreal»,
la gente siente inquietud, miedo incluso, por algo que hay en él. «verdadero» y «no verdadero» (no se puede hablar de «mentira»
«No para», dicen. «Es como si estuviese corriendo en una carre- en este caso, sólo de «no verdad»), importante y trivial, relevan-
ra, como si intentase alcanzar algo que siempre se le escapa.» Y, te e irrelevante. Lo que brota, torrencialmente, en su confabula-
verdaderamente, nunca puede parar de correr, porque esa bre- ción inacabable, tiene, por último, una cualidad peculiar de in-
cha de la memoria, de la existencia, del sentido, no se cura nun- diferencia ... como si no importase en realidad lo que dijese, o lo
ca, hay que tender puentes, hay que poner «remiendos», a cada que cualquier otro hiciese o dijese; como si ya nada importase
instante. Y lps puentes, los remiendos, pese a toda su brillantez, en realidad.
l
no funcionan ... porque son confabulaciones, ficciones, que no Un ejemplo sorprendente de esto sucedió una tarde en que
pueden sustituir a la realidad, y que no se corresponden además 1 William Thompson, farfullando sobre una serie de individuos
con ella. ¿Siente esto eI señor Thompson? O, dicho de otro que iba inventándose sobre la marcha, dijo: «Ahí va mi hermano
modo, ¿cuál es su «sentido de la realidad»? ¿Se siente atormenta- pequeño, Bob, ahí pasa por el ventanal», en el mismo tono, exci-
do continuamente, siente la angustia del hombre perdido en la 1
1 tado pero igual e indiferente, que el resto del monólogo. Me
irrealidad que lucha por superar su situación mediante ilusio- quedé estupefacto cuando, al cabo de un minuto, asomó por la
nes, invenciones incesantes que son también totalmente irreales, puerta un hombre y dijo: «Soy Bob, soy su hermano pequeño,
en las que se hunde? Es indudable que no se siente muy a gus- creo que me vio pasar por la ventana.» Nada del tono o de la ac-
to .. tiene siempre una expresión tensa, crispada, como de un
º titud de \XTilliam (nada de su tipo de monólogo eniberante,

152 153
pero invariable e indiferente) me había preparado para la posibi- Esta vez, sin embargo, pareció inquietarles mi pregunta,
lidad de ... realidad. Willian:1hablaba de su hermano, que era como si hubiesen pensado ya algo parecido: no podían decir
real, exactamente en el mismo tono, o con la misma ausencia de «juzgue por sí mismo. Observe a Willie en la capilla», porque
tono, con que hablaba de lo irreaL ¡Y allí, de pronto, aparecía, hasta en la capilla seguía con sus bromas, sus fabulaciones. En
entre los fantasmas, una persona real! Además, William no trata- Jimmie G. hay un patetismo total, un sentido triste de carencia
ba a su hermano pequeño como «real» (no mostraba ninguna que uno no percibe, o no percibe directamente, en el eferves-
emoción auténtica, no se mostraba orientado o libre de su deli- cente señor Thompson. Jimmie tiene estados de ánimo y una es-
rio en ningún sentido) sino que, por el contrario, trató inmedia- pecie de uisteza cavilosa (o, al menos, anhelante), una profun-
tamente a su hermano como algo irreal, borrándolo, perdiéndo- didad, un alma, que no parece existir en el señor Thompson.
lo, en otro remolino de delirio ... algo totalmente distinto de las Éste tenía sin duda, como decían las monjas, un alma inmortal
ocasiones, raras pero profundamente conmovedoras, en que en el sentido teológico; el Todopoderoso podía verlo, llamarlo,
Jimmie G. (véase el capítulo dos) se encontraba con su hermano como individuo; pero, ellas estaban de acuerdo: al señor Thomp-
y mientras estaba con él dejaba de estar perdido. Esto resultó su- son le había sucedido algo muy inquietante, a su espíritu, a su
mamente desconcertante para el pobre Bob, que decía: «Soy carácter, en el sentido humano, ordinario,
Bob, no Rob, no Dob», sin resultado alguno. En medio de sus Precisamente porque está «perdido», Jimmie puede ser redi-
fabulaciones (quizás algún hilo de memoria, de parentesco re- mido o hallado, al menos du~ante un tiempo, a través de una
cordado o identidad se mantuviese aún, o volviese por un ins- relación emotiva auténtica. Jimmie se halla sumido en la deses-
tante) V/iJliam hablaba de su hermano mayor, George, utilizan- peración, una desesperación tranquila (utilizando o adaptando
do su presente de indicativo habitual. el término de Kierkegaard) y en consecuencia tiene posibilidad
-¡Pero si George murió hace diecinueve años! -dijo Bob, de salvación, puede tocar base, asentarse en la realidad, en el
horrorizado. sentimiento y el sentido que ha perdido, pero que aún identifi-
-¡Ay, este George siempre está de broma! -pretextó \Wil- ca, que aún anhela ...
liam, ignorando al parecer el comentario de Bob, o indiferente Pero en el caso del señor \)Villiam, con su superficie brillan-
a él, y sigui6_hablando de George en su estilo agitado, obsesivo, te, pulida, el chiste interminable con que sustituye el mundo
insensible a la verdad, a la realidad, a lo propio y lo impropio, a (que si cubre una desesperación es una desesperación que él no
todo, insensible también al desasosiego manifiesto de su herma- siente), para William, con su indiferencia manifiesta hacia la re-
no vivo, al que renía delante. lación y ia realidad atrapadas en una verbosidad incesante, no
Fue esto, sobre todo, lo que me convenció de que había una puede haber nada, absolutamente nada, «redentor». Sus fabula-
pérdida total y básica de realidad interior, de sentido y de signifi- ciones, sus apariciones, su frenética búsqueda de significados,
cado, de alma, en William, y lo que me indujo a preguntarles a fas son la barrera fundamental para cualquier significado.
monjas lo mismo que les había preguntado en el caso de Jimmie Así pues, paradójicamente, el gran don de William (para la
G.: «¿Creen ustedes que William tiene alma? ¿O la enfermedad le fabulación) que ha sido conjurado para saltar continuamente el
ha vaciado, le ha dejado hueco por dentro, lo ha des-almado?» abismo siempre abierto de la amnesia, c;lgran don de \)í/illiam es

]54 155
también su perdición. Ay, si pudiese estar callado un solo instante, facultad, o algunas facultades, sino la ciudadela misma, el yo, el
piensas; si pudiese parar esa charla y ese parloteo inacabable; si pu- alma misma. William está «perdido», en este sentido, mucho
diese abandonar la superficie engañosa de las ilusiones, entonces más que Jimmie, pese a toda su vivacida,d; nunca se tiene sensa-
(¡ah, entonces!) podría penetrar 1a realidad; podría entrar en su ción, o muy raras veces, de que persista una persona, mientras
alma algo auténtico, algo profundo, algo cierto, algo sentido. que en Jimmie hay claramente un yo real, moral, aunque esté
Porque la víctima última, «existencial», no es la memoria desconectado la mayor parte del tiempo. En Jimmie, al menos,
(aunque su memoria esté completamente devastada); no es la es posible la reconexión: el reto terapéutico puede resumirse en:
memoria únicamente lo que se ha alterado tanto, sino cierta ca- «Basta conectar.»
pacidad básica para sentir, que ha desaparecido; y es en este sen- Nuestras tentativas de «reconectar» a William fracasan to-
tido en el que él está «des-almado» o «desanimado». das, aumentan incluso la presión fabuladora. Pero cuando re-·
Luria habla de esta indiferencia o «igualación», y a veces pa- nunciamos y lo dejamos, vaga a veces por el jardín plácido y
rece considerarla la patología primaria, el destructor definitivo tranquilo, que nada le exige, que rodea la institución y allí, en
de cualquier mundo, de cualquier yo. Ejercía en él, en mi opi- esa tranquilidad, recobra la suya. La presencia de otros, de otras
nión, una fascinación aterradora, y constituía además un reto personas, le excita y le inquieta, le lanza a un parloteo social fre-
terapéutico esencial. Volvía a este tema una y otra vez; a veces nético, infinito, un verdadero delirio de búsqueda y elaboración
en relación con el síndrome de Korsakov y la memoria, como de identidad; la presencia de plantas, el jardín silencioso, el or-
en La neuropsicología de la memoria, más frecuentemente en re- den no humano, al no ejercer ninguna presión social o humana
lación con síndromes del lóbulo frontal, especialmente en Cere- sobre él, pernüte que este delirio de identidad se relaje, se afloje;
bro humano y procesospsicológicos, que contiene varios casos clí- y con su plenitud y autosuficiencia no humanas, tranquilas, le
nicos extensos de estos pacientes, perfectamente comparables en ,¡ permite una extraña calma y autonomía propia, le ofrece (por
¡
su terrible coherencia y su impacto a «El hombre con un mun- I debajo, o más allá, de todas las identidades y relaciones mera·
do destrozado», comparables y, en cierto modo, más terribles mente humanas) una comunión muda y profunda con la propia
aún, porque se trata de pacientes que no tienen conciencia de naturaleza, y con ello la sensación renovada de estar en el mun-
que les haya, sucedido nada, pacientes que han perdido su pro- do, de ser real.
pia realidad, y que no lo saben siquiera, pacientes que quizás no
sufran, pero que son los más olvidados de Dios. Zazetsky (en El
hombre con un mundo destrozado) aparece constantemente des-
crito como un luchador, siempre consciente (apasionadamente
incluso) de su estado, luchando siempre «con la tenacidad de
los condenados» para recuperar el uso de su cerebro enfermo.
Pero William, como los pacientes del lóbulo frontal de Luria
(véase el capítulo siguiente), está tan condenado que no sabe
que está condenado, porque lo dañado no es simplemente una

156 157
13. SÍ, PADRE-HERMANA -No, no le miro a usted en absoluto.
-¿Comprende usted la diferencia entre un padre, una her-
mana y un médico?
-Conozco la diferencia, pero no significa nada para mí. Pa-
dre, hermana, doctor. .., ¿qué importancia tiene?
A partir de entonces, burlonamente, diría: «Sí, padre-her-
mana. Sí, hermana-doctor» y otras combinaciones.
Comprobar la distinción izquierda-derecha resultó extraor-
dinariamente difícil, porque la señora B. decía izquierda o dere-
cha indistintamente (aunque no hubiese, en reacción, ninguna
confusión entre ellas, como cuando hay un defecto lateralizante
de percepción 'o atención). Cuando le indique esto, dijo:
La señora B., una antigua química investigadora, había expe- -Izquierda/derecha. Derecha/izquierda. ¿A qué tanto pro-
rimentado un rápido cambio de personalidad, volviéndose «chis- blema? ¿Cuál es la diferencia?
tosa» (jocosa, dada a chistes y bromas), impulsiva ... y «superfi- /t'.
·¡· /····•
'·'
, .• <· - ¿Hay una diferencia? -pr_egunté,
cial». («Te da la sensación de que no se preocupa por ti», <leda ',>
::t 'i
1
-Por supuesto -dijo ella, con una precisión de química-.
una de sus amistades. «No parece preocuparse ya por nada.») Al .:>: •. Podría usted decir que son enantiommfos entre sí. Pero no signi-
principio se creyó que podía ser hipomaníaca, pero resultó que fican nada para mi. No hay ninguna diferencia para mí. Ma-
tenía un tumor cerebraL La craneotomía reveló, no un menin- nos ... Doctores ... Hermanas ... -añadió, al ver mi desconcierto-.
gioma como se había esperado, sino un carcinoma inmenso que ¿No comprende? No significan nada, nada para mt Nada signi-
afectaba a los sectores orbitofrontaíes de ambos lóbulos frontales. fica nada, al menos para mí.
Cuando yo la vi, se mostraba alegre, caprichosa («es tre- -Y este no significar nada ... -Vacilé, con miedo a seguir-.
menda», decían las enfermeras), pródiga en ocurrencias y agu- Esta falta de significado ... , ¿le molesta eso? ¿Significa algo para
dezas, con frecuencia divertidas e inteligentes. usted eso?
-Sí, padre -me dijo en una ocasión. -Nada en absoluto -dijo rápidamente, con una sonrisa ra-
-Sí, hermana -en otra. diante, en el tono de quien hace un chiste, gana en una disputa,
-Sí, doctor -una tercera. gana al póker.
Parecía utilizar los términos de forma intercambiable. ¿Era esto una negauon. r,..
., ;i ¿Era una rantarrona d a.1 ¿.t,ra
~ '
la «ta-
-¿Qué soy yo? -le pregunté, intrigado, al cabo de un rato. padera» de alguna emoción insoportable? En su rostro no se re-
-Veo su cara, su barba -dijo-; pienso en un sacerdote ar- flejaba ninguna expresión más profunda. Su mundo había que-
chimandrita. Veo su uniforme blanco y pienso en las Herma- dadovado de sentido y de significado. Nada resultaba ya «real»
nas. Veo el estetoscopio y pienso en un médico. 1 (o «irreal»). Todo era ya «equivalente» o «igual», el mundo ente-
-¿No me mira usted a mí en absoluto? l
l
ro se había quedado reducido a una insignificancia jocosa.

158 159
::s,sto a m1'
~
me parccm • ' muy ch ocante (tam,)len
1 • , se 1o parecía encanta 1arnúsica, que no le gust2.,que se ha roto un;, ,:adera,
a sus amistades y a su familia) pero ella, por su parte, aunque no que no se la ha roto ...
la había abandonado la inteligencia penetrante que poseía, se
mostraba despreocupada, indiferente, mostraba incluso una es- Concluía _rrj comentario con una nota de incertidumbre:
pecie de apatía o ligereza burlona y terrible.
La señora B., aunque inteligente y aguda, no estaba presente ¿Cuánto de todo ello es criptoamnesia-confabulación,cuán-
en cierto modo (estaba «des-animada») como persona. Me acordé to indiferencia-igualacióndel lóbulo frontal, cuánto alguna ani-
de \Xlilliam Thompson (y también del doctor P.). Éste es el efecto . quilación-aplastamiento y desintegración esquizofrénicaextraña?
que produce la «igualación» que describió Luria y que examinamos
en elcapítulo anterior y examinaremos también en el siguiente. De todas las formas de esquizofrenia la «boba-feliz», la lla-
mada «hebefrénica», es la que más se parece a los síndromes or-
gánicos amnésicos y del lóbulo frontal. Son las más malignas, y
POSDATA las más increíbles ... y nadie se recupera y regresa de esos estados
oara contarnos cómo eran.
!.

El tipo de indiferencia jocosa y de «igualación» que refleja- En todos estos estados (aunque parezcan <(graciosos»y a me-
ba esta paciente no es algo insólito, los neurólogos alemanes le nudo ingeniosos) el mundo está desarticulado, socavado, reduci-
llaman Witzelsucht («Enfermedad jocosa»), y Hughlings Jackson do a la anarquía y al caos. Deja de haber un «centro» de la mente,
la identificó como una forma básica de «disolución» nerviosa aunque puedan estar perfectamente conservadas las capacid.ades
hace ya un siglo. No es algo excepcional, aunque sí lo es la ca- intelectuales formales de ésta. El punto final de estos estados es
pacidad de discernimiento ... y ésta, quizás afortunadamente, se una (<estupidez»insondable, un abismo de superficialidad, en el
pierde a medida que la «disolución» avanza. Veo bastantes casos
al año con fenomenología similar pero con las etiologías más di,.
versas. A veces no estoy seguro, al principio, de si el paciente
1· que todo carece de sustentación y flota y se despedaza. Luria dijo
en cierta ocasión que la mente quedaba reducida en estos estados
a ((mero movimiento browniano». Comparto el género de horror
está sólo «haciéndose el gracioso», bromeando, o si es esquizo- que claramente sentía él ante tales estados (aunque esto estimula,
frénico, Así, tomo casi al azar, me encuentro con lo siguiente en más que obstaculizar, su descripción precisa). Me hacen pensar,
mis notas sobre un paciente con esclerosis cerebral múltinle.
l ,
al ante todo, en «Funes» de Borges y en su comentario: «Mi memo-
que examiné (aunque no pude seguir su caso) en i 981: ria, señor, es como un vaciadero de basuras», y por último en
la Dunciad, la visión de un mundo reducido a Pura Estupidez, la
Habla muy de prisa, impulsivamente y (parece) con indi- Estupidez como el Fin del Mundo:
ferencia, modo que lo importante y lo trivial, lo verdadero
y lo falso, lo serio y lo cómico, brotan en una corriente rápida, Tu mano, gran Anarco, deja caer el telón.
no selectiva y semifabulatoria. Puede contradecirse completa- Y la Tiniebla Universal lo cubre Todo.
mente en un intervalo de unos segundos, puede decir que le

160 161
14. LOS POSEÍDOS casque a veces provoca la L-Dopa y, también, con los frenesís
confabulatorios de la psicosis de Korsakov (véase atrás, el capí-
tulo doce). Y como todos estos trastornos puede aplastar casi a
la persona.
Al día siguiente de ver a Ray, mi primer paciente con el sín-
drome de Tourette, se me abrieron los ojos y el entendimiento,
como ya comenté antes, cuando vi, en las calles de Nueva York,
tres. víctimas más del síndrome, nada menos ... todas ellas tan

i
características como Ray, aunque con síntomas más exagerados.
Fue un día de visiones para el ojo neurológico. En rápidas viñe-
tas fui testigo de lo que podía significar padecer el síndrome de
T ourette de gravedad máxima, no sólo tics y convulsiones del
En el capítulo diez («Ray, el ticqueur ingenioso»), describí movimiento, sino tics y convulsiones de la percepción, la imagi-
una forma relativamente suave del síndrome de Tourette, pero nación, las pasiones ... de toda la personalidad.
indiqué que había formas más graves «de una violencia y una Ya Ray había mostrado 19 que podía $Uceder en la calle.
extravagancia absolutamente terribles». Dije que algunas perso- Pero no basta con que se lo digan a uno. U no ha de verlo por sí
nas podían adaptar el síndrome de Tourette dentro de una per-- mismo. Y el pabellón de una institucióri o la clínica de un médi-
sonalidad amplia, mientras que otras podían realmente estar co no es siempre el lugar más adecuado para observar la enfer-
«poseídas», y apenas ser capaces de integrar una identidad real medad, al menos no para observar un trastorno que, aunque de
en medio de la presión y el caos tremendos de los impulsos tou- origen orgánico, se expresa en impulso, imitación, personifica-
rétticos. ción, reacción, interacción, llevados a un extremo y a un grado
El propio T ourette, y muchos de los clínicos más antiguos, casi increíbles. La clínica, el laboratorio, el pabellón hospitalario
solían identificar una forma maligna del síndrome, que podía están concebidos para reprimir y centrar la conducta, y hasta
desintegrar la personalidad y conducir a una forma extraña, fan- para excluirla totalmente, en realidad. Son adecuados para una
tasmagórica, pantomímica y con frecuencia imitativa de «psico- neurología sistemática y científica, reducida a tareas y pruebas fi-
sis» o frenesí. Esta forma del síndrome de Tourette («supertou- jadas, no para una neurología abierta, naturalista. Ésta ha de ver
rette») es muy rara, quizás cincuenta veces más que el síndrome al paciente desinhibido, no observado, en el mundo real, total-
ordinario, y puede ser cualitativamente distinta, además de mu- mente entregado al acicate y al juego de cada impulso, y uno
cho más intensa que cualquiera de las formas ordinarias del mismo, el observador, no debe ser observado tampoco. Qué me-
trastorno. Esta «psicosis de Tourette», este frenesí-identidad jor, para esto, que una calle de Nueva York (una vía pública
singular, es completamente distinto de la psicosis ordinaria de- anónima de una gran ciudad), donde el sujeto de trastornos im-
bido a su fenomenología y su psicología subyacentes, y exclusi- pulsivos y extravagantes puede gozar y exhibir hasta el extremo
vas. Guarda además afinidades con las psicosis motoras frenéti- la libertad monstruosa, o la esclavitud, de su condición.

162 163
La «neurología de calle» tiene, en realidad, antecedentes res- ¿Deberíamos decir, más bien, que estaba caricaturizando a todas
petables. James Parkinson, un paseante tan inveterado de las ca- las personas con las que se cruzaba? En un segundo, en una dé-
lles de Londres como lo sería Charles Dickens cuarenta años cima de segundo, las «captaba» a todas ..
después, delineó la enfermedad que lleva su nombre, no en su He visto a innumerables actores de mimo e imitadores, pa-
despacho, sino en las calles atestadas de Londres. De hecho, el yasos y cómicos, pero nada rozaba siquiera la horrible maravilla
parkinsonismo no puede verse y comprenderse plenamente en que contemplé entonces: aquel reflejo convulsivo y automático,
la clínica; para que revele plenamente su carácter peculiar (que prácticamente instantáneo, de todos los rostros y todos los cuer-
Jonathan Miller ha mostrado maravillosamente en su película pos. Pero no sólo era una imitación, con todo lo extraordinario
!van) hace falta un espacio abierto, complejamente interactivo. que habría sido esto. La mujer no sólo adoptaba y asimilaba las
El parkinsonismo hay que verlo, para comprenderlo plenamen- características de innumerables personas, las remedaba, Cada
te, en el mundo, y si esto es cierto respecto al parkinsonismo, reflejo era también una parodia, una burla, una exageración de
ha de serlo mucho más respecto al síndrome de T ourette. Así, expresiones y gestos distintivos, pero una exageración que era
una descripción extraordinaria desde dentro de un ticqueur imi- en sí misma tan convulsiva como intencional, una consecuencia
tativo y bufonesco en las calles de París nos la proporciona «Les de la distorsión y la aceleración violentas de todos sus movi-
confidences d'un ticqueur» que prologa el gran libro de Meige y mientos. Así, una sonrisa lenta, monstruosamente acelerada, se
Feindel Tics (1901), y una viñeta de un ticqueur amanerado, convertía en una mueca viol~nta que duraba milésimas de se-
también en las calles de París, nos la proporciona el poeta Rilke gundo; un gesto amplio se convertía; acelerado, en un movi-
en El cuaderno de Malte Laurids Brigge.Así pues, no fue sólo ver miento ridículo y convulsivo.
a Ray en mi despacho, sino lo que vi al día siguiente, lo que En la extensión de una manzana pequeña esta anciana fre-
constituyó para mí una revelación tan importante. Y una escena nética caricaturizó convulsivamente los rasgos de cuarenta o
en concreto fue tan singular que se conserva en mi memoria cincuenta transeúntes en una secuencia vertiginosa de imitacio-
hoy tan clara como el día que la vi. nes caleidoscópicas, que duraban un segundo o dos cada una, a
Recuerdo que me llamó la atención una mujer de pelo ca- veces menos, y la vertiginosa secuencia completa muy poco más
noso, de ses~ma y tantos años, que parecía ser el centro de un de dos minutos.
alboroto muy sorprendente, aunque lo que estaba sucediendo, Y había imitaciones ridículas de segundo y tercer orden;
lo que era tan escandaloso, no se rne hizo patente en un princi- porque la gente de la calle, asombrada, ofendida, desconcertada
pio. ¿Tenía acaso un ataque? ¿A qué se debían sus convulsio- por las imitaciones de la anciana, adoptaba como reacción esas
nes ... y, por una especie de simpatía o contagio, las de todos expresiones; y esas expresiones eran a su vez, re-reflejadas, re-di-
aquellos con los que ella se cruzaba rechinando los dientes y ha- rigidas, re-deformadas, por la víctima del tourettismo, lo que
ciendo visajes? provocaba un grado aún mayor de conmoción y cólera. Esta
Cuando me acerqué más me di cuenta de lo que sucedía. grotesca resonancia involuntaria, o reciprocidad, por la que to-
Ella estaba imitando a los transeúntes, aunque puede que «imi- dos se veían arrastrados a una interacción absurdamente amplifi-
tación» sea un término demasiado apagado, demasiado pasivo. cante, era el origen del alboroto que yo había visto desde lejos.

164 165
Aquella mujer que, convirtiéndose en todos, perdía su propio tismo percibe su desdicha con una agudeza aplastante, y quizás
yo, se convertía en nadie. Una mujer con mil rostros, máscaras, irónica en último término, aunque puede que sea incapaz de
personae,¿cómo debía sentirse ellaen aquel torbellino de identi- hacer algo al respecto, o que ni siquiera 9-eseehacerlo.
dades? Pronto llegó la respuesta sin un segundo de retraso; por- Porque mientras que al que padece el síndrome de Korsa-
que la acumulación de presiones, la suya y las de los demás, se kov lo impulsa la amnesia, la ausencia, a la víctima del síndro-
aproximaba rápidamente al punto de explosión. Súbita, deses- me de T ourette la arrastra el impulso extravagante ... un impul-
peradamente, la anciana se desvió, entró en una calleja que la so del que es al mismo tiempo creador y víctima, impulso que
alejó de la calle principal. Y allí, con todas las apariencias de puede repudiar pero que no puede ignorar. Se ve así arrastrado,
una persona muy enferma, expulsó, tremendamente acelerados a diferencia del paciente del síndrome de Korsakov, a una rela-
y abreviados, todos los gestos, las posturas, las expresiones, los ción ambigua con su trastorno: lo vence, es vencido por él, jue-
comportamientos, todos los repertorios de conducta, de las últi- ga con él... hay todo tipo de conflictos y de connivencias.
mas cuarenta o cincuenta personas con las que se había cruza- El ego de la víctima del síndrome de T ourette, al carecer de
do. Efectuó una regurgitación vasta y pantomímica, en la que las barreras protectoras normales de inhibición, los límites nor-
vomitó las identidades engullidas de las últimas cincuenta per- males, orgánicamente determinados, del yo, se halla sometido
sonas que la habían poseído. Y si la asimilación había durado a un bombardeo que dura toda la vida. Se ve seducido, asalta-
dos minutos, el vómito fue una exhalación única: cincuenta do, por impulsos que vienen d~ dentrn y de fuera, impulsos que
personas en diez segundos, un quinto de segundo o menos para son orgánicos y convulsivos, pero también personales (o más
el repertorio condensado de cada persona. bien pseudopersonales) y seductores. ¿Cómo soportará, cómo
Yo pasaría más tarde cientos de horas hablando con pacien- puede soportar el ego este bombardeo? ¿Sobrevivirá la identi-
tes del síndrome de T ourette, observándolos, grabando sus con- dad? ¿Puede desarrollarse, frente a este aniquilamiento, frente a
versaciones, aprendiendo de ellos. Pero creo que nada me ense- estas presiones... o quedará aplastada, produciendo un «alma
ñó tanto, tan de prisa, tan penetrante, tan abrumadoramente tourettizada» (en expresión conmovedora de un paciente al que
como aquellos dos minutos fantasmagóricos en una calle de conocería más tarde)? Hay una presión fisiológica, existencial,
Nueva York.,. casi teológica, que pesa sobre el alma de la víctima del tourettis-
Se me ocurrió en aquel momento que esos «supertouret- mo, ya logre mantenerse completa y soberana, ya se vea arreba-
ters» han de hallarse, por una singularidad orgánica, de la que tada, poseída y desposeída, por todos los impulsos y las necesi-
no son en modo alguno culpables, en una posición existencial dades primordiales.
de lo más extraordinaria, verdaderamente única, que guarda Hume, como ya hemos indicado, escribió:
ciertas analogías con la de los «superkorsakovs» extremos, aun-
que tengan, claro, una génesis completamente distinta y un ob- Me atrevo a afirmar que no somos más que un amasijo o
jetivo. Ambos pueden verse precipitados a la incoherencia, al colección de diversas sensaciones, que se suceden con rapidez
delirio de identidad. La víctima del síndrome de Korsakov, qui- inconcebible, en un movimiento y un flujo perpetuos.
zás afortunadamente, nunca lo sabe, pero el que padece touret-

166 167
Así pues, para Hume, Ia identidad perso,,2.l es una ficción: Tercera parte
no existimos, no somos más que una sucesión de sensaciones o
percepc10nes. Arrebatos
Esto no se cumple, evidentemente, en el caso de un ser hu-
I ;'
<",,

mano normal, porque éste posee sus propias percepciones. No


son un mero flujo, sino que son suyas, están unidas por una in- -C:t:';
dividualidad o yo duradero. Pero lo que dice Hume puede apli-
carse sin duda a un ser tan inestable como la víctima del super-
tourettismo, cuya vida es, hasta cierto punto, una sucesión de
movimientos y percepciones convulsivos o imprevisibles, una
agitación fantasmagórica sin centro ni sentido alguno. En ese
aspecto el paciente del síndrome de. Tourette es un ser «humea-
no» más que humano. Éste es el destino filosófico, casi teológi-
co, que aguarda, si la relación entre impulso y yo es demasiado
abrumadora .. Tiene afinidades con el hado «freudiano», al que
también abruma el impulso, pero el hado freudiano tiene senti-
do (aunque sea trágico), mientras que el hado «humeano» es in-
sensato, absurdo.
Así pues, la víctima del supertourettismo se ve obligada a
luchar, como no se ve obligado ningún otro, simplemente para
sobrevivir, para convertirse en un individuo, y sobrevivir como
tal, frente a un impulso constante. Puede tener que afrontar,
desde la más temprana infancia, barreras extraordinarias a la in-
dividuación 1. a la posibilidad de convertirse en una persona reaL
Lo milagroso es que en la mayoría de los casos lo consigue, pues 1
l
la capacidad de supervivencia, la voluntad de sobrevivir, y de
sobrevivir como individuo único e inalienable, es, no cabe duda
alguna, la más fuerte de nuestro yo: más que cualquier impulso,
más que la enfermedad. La salud, la salud militante, es normal-
mente la que triunfa.

168
.n.U~lllC LCIUrI
r ·, 1
. Robert Lef ort
,.
i"'
t l¡

la relación sexual se convirtió


ahornción imaginaria que Melanie
1ortación de Lacan a este tema.
en e! centro <le toda la
Klein atribuye al nfño', La
siguiendo a Freud. fu~ la
jJDiálogos sobre
.,,1clínica
rmuladón de algo esencial: «No hay relación sexual».
Roben Lefort

presentación de casos corrió a cargo de: Francisco Estévez.


,é Gómez. Angustias Iglesias y Rami!o. Cipriano L. Jiménez
sus, Aurorn Justo. Fe Lacruz. M. • José Louzao. Angel
: , 1 de la infancia
1rín, Remedios. Martínez Monín. Antonio Miguel. Remedios
·ga, Ana Rodrigues. y Victoria. Torres. ¡ -~il, 1

• 1¡
·~
Participan
1: Francisco Estévez
1 Cipriano L. Jiménez Casas
Fernando de Vicente

Serie
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'! :, ...
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n,. Encuentros

1m
:#\·
1


'

Ediciones Paradisoº
( (
(

caniano -como un punto de referencia ya clásico- ia


cesión de palabra de Jacques Lacan efectúa el 10 de Mar-
zo de 195.4 dando entrada a Rosine Lefort para que ex-
ponga, en su Seminario, el caso Roberto, conocido tam•
bién con el título de ¡ El lobo! ¡ El lobo!
Acompaña a Rosine y Robert Lefort, como ustedes
saben, Fernando de Vicente, español, analista en París,
que, justo es reconocerlo, ha sido uno de los artífices de
esta visita a Vigo. El nos ayudará con su exposición y
también en uno de los aspectos más meritorios de este
encuentro : la Traducción. Le acompañan en este tan de- PRESENTACION CLINICA: EL NOMBRE DEL PADRE
cisivo trabajo, Ana Rodriguez y Minela Román. A ellos,
Victoria Torres
nuestro agradecimiento.
Fe Lacruz
Y en este punto no podemos olvidar al Colexio Oficial
M. Antonio Miguel
de Psicólogos de Galicia y a la persona de su presidencia,
Francisco Estévez
Miguel Pérez, quien ayer en Santiago nos mostró sus po-
sibilidades organizativas, llenas de sentimiento acogedor.
La ciencia, creo yo, no debe desestimar la estética. Miguel
lo ha tenido muy en cuenta.
Y por último, agradecer a la Caja de Ahorros de Vigo,
que nos ha proporcionado este agradable marco en el
que vamos a trabajar durante el día de hoy. Y a las per-
sonas que van a ofrecer su material clínico a nuestra
consideración, miembros de los equipos de Luar y Menela,
y a todos los que nos acompañais con vuestra presencia.
Pero hay una consideración que merece ser resaltada,
y es la que todos debemos a Cipdano Jiménez. Su labor
ha sido decisiva para la realización del Encuentro, en
todos sus aspectos: desde el aspecto clínico hasta el más
pequeño detalle organizativo y de infraestructura.
A todos ellos, a todos vosotros, gracias.
Y ahora, señores Lefort, ustedes tienen la palabra.

22
( (

ENTREVISTA CON NARCISA

Narcisa se presenta sola en la consulta. Viene a ha-


blarme de su hijo Juan, de 3 años, 10 meses. « Hace mue-
cas y gestos raros; de nada que se le hace o se le toca,
llora. Le noto esto, sobre todo desde que los primos están
en casa. Puede ser que tenga celos».
A continuación me explica que su hermana, casada,
trabaja desde hace dos meses. Desde entonces ella y sus
tres hijos viven en la casa.
Juan fue concebido en la única relación sexual con el
hombre con el que Narcisa salía desde un año antes.
Este contacto no fue deseado ni placentero. «Quedé em-
barazada sin querer. A él no volví a verlo más». El desa-
pareció de su v1da cuando ella no se sabía aún emba-
razada.
Juan inicia su vida sin ningún lugar en la palabra de
sus progenitores. El padre, cuya única función ha sido
la de engendrarlo, lo ha dejado colocado en un medio
social, pero no le ha dado un lugar en el lenguaje huma-
no. Lleva los apellidos de su madre. Nunca ha preguntado
por su padre. Nadie le ha hablado tampoco de él.
Narcisa se recluye en la casa de sus padres cortando
las escasas relaciones que mantiene con el mundo exte-
rior:{< No tengo amigas y no salgo nunca. No me interesa
nada. Me ocupo de la casa y de los niños: De mi hermano
pequeño (de 11 años), de Juan, y ahora de mis sobrinos)>.
Narcisa dice poco, los datos que me aporta los con-
sigo a través de mis preguntas. Me cuenta que el parto
fue fácil y que el niño pesó 3 kilos al nacer. Hasta los

25
( (

6 meses se alimentó bien, con biberón, ya que ella no Pero Narcisa no ha explicado todavía qué es lo que
tenía leche suficiente. A partir de los 6 meses -y des- le preocupa. Qué motivo la trae ante mí. Estas son sus
pués de una afección estomacal en la que estuvo a punto palabras : «Yo, si vengo aquí es por mi mamá, por cum-
de deshidratarse- Juan empezó a perder apetito. A los plirle el gusto. Una consulta no viene mal». Y añade re-
14 _meses comenzó a andar. Las primeras palabras apa- firiéndose a su hijo: « Tuvo más manías de las que tiene,
recieron poco antes de los dos años. El control de esfín- a veces se pone a hablar como si no le salieran las pa-
teres se produjo a los tres años. labras, con mimo, como vicioso, cosas :de niños».
A los 6 meses dormía solo en un sofá. Actualmente La mujer que esto relata es, a sus 23 años, una perso-
-desde la intromisión de la tía materna y sus hijos en na obesa, de aspecto descuidado y rasgos poco femeni-
la casa, y a causa de la falta de espacio- Juan duerme nos. Su discurso carece de afecto. Habla de su hijo de
con su madre. Esta confiesa que a ella le gusta, sobre forma indeterminada -al igual que su madre- siempre
todo en invierno, porque está más caliente. en tercera persona y sin pronombres. Esta falta de sen-
. , La venida a la consulta de Juan coincide con la irrup- timiento y la ausencia de proyectos en su vida, la sitúan
c10n de. l_a tía y su familia en el hogar. Parece que esto alejada del deseo. Narcisa evoca a su: madre para sa-
ha movilizado algo en el niño. A la vez, los adultos que tisfacerla.
le rodean -su madre y su abuela- comienzan a ver sín- Como. dice Osear Masotta : El Narcisismo es el punto
tomas en él.
ideal en donde se sueldan dos deseos. Si se realizara su
Los primos ocasionan en Juan unos cambios de com- exigencia conllevaría el aplastamiento del sujeto, como
portamiento que su madre y su abuela califican, acerta- deseante, por el deseo del otro (la madre).
damente, de celos: se vuelve caprichoso, llora, imita ges- Juan es hijo de una madre que lo mantiene encerrado
tualmente a su primo. Estos celos, que en su base no en una situación dual y sin salida; una madre que, ago-
repr:sentan una rivalidad vital, sino una identificación tando en él su mirada, lo sostiene eternamente como en-
previa con el semejante, son señal de que algo se movili- tero y sin falta («al niüo no le pasa nada»). No puede
za: Dicho semejante es ese otro que se contempla por acceder a la palabra. ¿ Qué decir, qué desear, si nada
pnrr_i~ra ve~ en. el espejo, y con cuya imagen unificada falta?
~l n1no se ~den t1fica, sintiéndose a la vez amenazado por Narcisa es una madre cuyo solo nombre cierra la en-
el (la propia imagen puesta en el campo de lo real). trada por la que un tercero pueda introducir su palabra,
. Ante esta irrupción. del exterior, Narcisa reacciona me- rescatando a Juan de esa relación dual que le condena
tiendo a su hijo en su propia cama. El repliegue es a permanecer ajeno al estatuto del sujeto. Al no haber
mutuo.
algo prohibido -la madre- no es posible desear y ha-
. E! inexistente padre no puede entrar en esta situación blar. Narcisa ha cortado los hilos de su relación con el
eJerc1endo la función de corte. Aquella doble prohibición mundo, pero en el mundo cerrado en que están madre
que Lacan s_e~a.Ia, dirigida a la madre: No integrarás tu e hijo, el deseo está ausente.
producto. D1ng1da al hijo: No te acostarás con tu madre.
Ambos transgreden la prohibición en la realidad bordean-
do su emergencia en lo Real.

26
27
l
SESIONES CON JUAN
vive en casa habla por señas, puede ser que él lo imite.
Es malo de convencer. Al vestirlo por la mañana llora.
. Las sesiones con Juan transcurren en una línea seme- Lo veo como angustiado>>.
Jante. Acude a la consulta acompañado por su madre y Los síntomas de Juan que hacen dudar a su abuela
stt a~uela. Entra solo en mi despacho. Está serio y con acerca de su inteligencia, son poco consistentes. ¿ Qué
la mirada un poco perdida. No dice nada. Se dirige a hay detrás de la pregunta sobre la subnormalidad? Pare-
una cesta co~ juguetes, se sienta y saca algunos de ellos. ce que esta mujer necesita de un handicap en el_ nífio. .
Los _mueve silenciosamente. Más tarde coopera, sin resis- La abuela dice, bajando la voz, buscando m1 compli-
tencia, en la realización de las pruebas de desarrollo de cidad, que el próximo día intentará traer ella sola al
Brúnet-Lézine, obteniendo éxito en las correspondientes niño para poder hablar conmigo libremente.
a los 3 años de edad.
En efecto, en la tercera sesión de Juan ella lo acom-
En las sesiones posteriores, hasta un total de tres, su paña. Al final de la sesión con el niño, y estando él pre-
comportamiento es similar: no habla nunca, sin embargo sente, me proporciona los siguientes datos :
parece encontrarse a gusto. Le gusta que yo le dirija la Su. marido trabaja y está fuera del hogar todo el día.
palabra, pero él no me contesta. Tan sólo con la mirada Tiene 5 hijos: tres varones y dos mujeres. Narcisa es
Y al_guna, vez con la cabeza, afirmando o negando. Mues~ la tercera. Fue una niña muy desarrollada y pacífica.
tra mtere~ por las posibilidades de uso del material. Cuan- Apenas se relacionaba con otras niñas. Hoy, sus secretos
do le sugiero pintar, él pinta; si le ofrezco un juguete no se los cuenta a nadie. A pesar de ello se comunica un
lo toma, aunque sin entusiasmo.
poco con su hermana casada. Ni siquiera se queja cuando
. Sólo es capaz de establecer una relación personal con- se encuentra mal. Fue mujer a los 11 años. Tenía una
migo a través del juego de la pelota. Entonces se mues- menstruación muy irregular. Engordaba en demasía. El
tra contento. Incluso sonríe al tirar la pelota o al reco- ginecólogo no le dio importancia. Le recetó anovulatorios.
gerla para lanzármela.
Desde que nació Juan se normalizó paulatinamente.
~ final de la primera sesión con él, recibo en su pre- Anteriormente al embarazo, Narcisa trabajaba en una
s~nc1a a su madre y a su abuela. Esta me pregunta an- fábrica. «Un día cortó los hilos de un ventilador. Nadie
10
s _samente si el niño me ha hablado. Dirigiéndose a él sabe por qué lo hizo. La despidieron. Yo la llevé al psi-
le msta para que me diga su nombre. Juan baja 1a cabe- quiatra. No le encontró nada. Pero no hemos conseguido
za y no dice nada.
que nos diga quién es el padre del niño, no se lo quiere
La abuela, llorosa, me pregunta: «¿Cree usted que· es decir a nadie».
subnormal?» Mi contestación es una interpretación: «Es- La pregunta de la abuela: ¿es éste niño normal?, a
te temor que usted tiene parece relacionado con el hecho quién se refiere: ¿a Juan, a su hija, a los dos? Parece
de que Juan no ha sido un hijo legal. Hijo de un padre tener dudas de la normalidad de su hija, ya que la lleva
Y una madre y fruto del deseo y amor de ambos» La al psiquiatra.
abuela llora. Nardsa y Juan permanecen mudos, A p~sar Narcisa quiere complacer a su madre, y por ello se ha
de su llanto afirma que ve en él algo raro• T. 1 dejado arrastrar a la consulta, pero ha ocultado con obs•
• • d • « 1ene e
v1c10 e señalar. Habla poco. Su primo, de 2 años, que tinación el nombre del padre de su hijo. Este padre in-
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(

nombrado es la garantía que le permite mantener su lí- el que los hombres están ausentes o no tienen nombre,
bido replegada sobre sí misma. No dar entrada al padre, ¿es Juan un hijo fantaseado entre la madre de la madre
a la prohibición que encarna la ley, es el impedimento y ésta misma?
más decisivo para que Juan se constituya en sujeto de- Su identidad de ser sexuado, desean~e, el acceso a la
seante. palabra plena, parecen estar vedados p~ra quien, ª. falta
Me veo en este momento de la entrevista en la nece- de un padre, no puede encontrar un lugar en el umverso
sidad de explicarle a la abuela que su hija necesita ayuda humano del lenguaje que formula la lógic;a del parentesco.
para salir al mundo exterior, para sentirse sujeto que El significante subnormal en los labios de la ~buela,
pueda desear. Le sugiero, previa aceptación de Narcisa, exige al niño comportarse como tal para cumplirle el
que sea ésta quien telefonee para pedir consulta. Agrego, gusto a la mamá de su mamá. .
finalmente, que me parece oportuno que la vea otro ana- ¿ Pero qué significa preguntarse acerca de la defict~n-
lista. Me parece importante separar la terapia de la ma- cia y del nombre del padre? La deficiencia es una henda
dre y del hijo. No deseo, además, aparecer ante Narcisa en el cuerpo real, el nombre del padre es la ubicación de
como cómplice de la abuela tras mantener con ella esta la castración en lo simbólico. Lo que la abuela pregunta
entrevista. se puede traducir en las siguientes palabras : ¿ Cuando
Esta me proponía entrar en el juego entre ella y su mi hija corta los hilos lo hace porque es tonta o porque
hija. Su demanda se podría traducir por la siguiente in- está loca?
terpretación: «Mi hija está para cumplirme el gusto, es
tonta, hágame usted caso a mí y hágase cargo de este
niño tonto». ENTREVISTA CON NARCISA
Mi respuesta fue; «Hagámonos cargo de su hija si
ella quiere, y esperemos que sea ella quien pida algo Veo a Narcisa en tres consultas a lo largo de una 5e-
para su hijo.» mana. En la primera viene acompañada por su madre.
Finaliza la entrevista. La abuela insiste en decir al En la última prevista no aparece. Sucede a principios de
niño que me diga su nombre y se despide de mí. Juan Marzo. Desde entonces no he vuelto a tener noticias de
dice -a diferencia de las sesiones anteriores- en voz ella ni de su madre o su hijo. •
muy baja, su nombre y apellido y luego, saludando con En esta tercera consulta se cumplía el plazo Y el nú-
la mano, «alló». mero de sesiones que ella misma se había fijado para
Parece evidente la significación que han conferido es- estructurar su propio psicodiagnóstico y para decidir,
tos tres sujetos a los nombres. Narcisa calla el nombre conforme a su deseo, la necesidad de emprender una
del padre, Juan se dice a sí mismo confusamente, y la psicoterapia. Por esto consultaba, aunqüe sobre todo, por
abuela persigue ansiosa un nombre que se le oculta. So- darle gusto a mamá. .
lamente Narcisa -que deniega la castración- es nom- Todo sucede entre el viernes 19 de Febrero Y el j ue-
brada con claridad. En ella no hay fisuras. ves 4 de Marzo, en que se produce la ausencia.
La confµsión de Juan se articula con la propia del La primera consulta conmigo se realiza tras .la indi-
lugar que ocupa. ¿De quién es hijo? En este discurso en cación de Victoria Torres, quien expresa la necesidad de

30 31
. . lo desea. Acepta. Está de
necesita el tratamiento y s1 . • 1
que la madre de Juan se coloque en situación de deman- acuer d o. D
ecide venir tres sesiones
, .
más, so ª:
l s oJoS • «A ver
dante antes de emprender cualquier tratamiento con su Su madre se despide con lagnrnas en o •
hijo. Hasta ese momento la abuela maneja los hilos de si a usted se lo dice, doctor».
la situación.
En esta primera entrevista habla solamente la abuela.
Narcisa permanece callada y, en cierto modo, resistente. SESIONES CON NARCISA
Me dicen que ya debo estar enterado de lo que suce-
dos sesiones son, en realidad, una sola, Pº: su
de. Contesto que Victoria me ha introducido someramen- Las l t"po de discurso que mantiene,
te en la situación, pero que aparte de eso desconozco las manera de expresarse, e 1 • ellas se
determinantes del caso. Les preciso que. no he visto ni a 1 t'tud resistente y la transferencia que en d
Juan ni está en mis proyectos conocerlo, y que la cita ;t;ccuia. Este últ:m~ ~~e~~o c~:r:t:e 1::bc:~~i::!::~~:~ e:
presente está centrada •en ellas dos: « Ustedes tienen la adecuadamente_, en~e ·al que Narcisa establece
palabra». Tengo la precaución de no ubicar a una de las decir: el deshgam1ento esenci
dos mujeres ~por ejemplo Narcisa- en la situación de con los objetos., "d d mía con la abuela -manifestada
paciente. Escucho a ambas aunque solamente hable una. La no comphc1 a . 1 osibilidad de escucharla
Narcisa apenas contesta a las preguntas que le dirijo ex- cuando ofrezco a Nalrc1sa a :i1a acceda a consulta. Sin
plici tamente. . 1 permite que a menos, d"d
so a- . , "ble dificultad que no he po 1 o
La abuela,· mujer recia, un tanto hombruna, gallega embargo existe una pos1 ahora apunto como hi-
fuerte, llora con escasas lágrimas al referirse a Juan. constatar en su momento Y, que únicas salidas de
Aunque se reconoce más tranquila desde que le han co- pótesis. ser un analista varon. Las dos b . o
N . • hacia el mundo exterior fueron para a nr_se
municado que ·1a sospecha de la subnonnalidad del niño arc1s? dos muchachos. cerrándose a continua-
no es consistente. Sin embargo, si la duda ha remitido, s~~- ab1er:a;~~e rigor dado el fracaso de la experiencia.
la culpa permanece. c1onp~~; a pesar del desarrollo frente a frente de las_ en-
Las lágrimas no desaparecen del todo y afloran con . ue conceder demasiada importancia a
nueva intensidad al aludir al nombre del padre. trev1stas, no hay q . . , de un sexo en el analista
lo apuntado, ya que la u 61cac1on . a inarios de
«A ver si a usted se lo dice doctor, porque a nosotros implicaría la emergencia de los aspectos im g . de lo
jamás nos lo quiso decir. No sabemos quién es el padre . p 1 o trario la emergencia
la transferencia. or e c n , 1 l o de lo
del niño». . "do en Narcisa parece moverse en e p an .
repnm1
Narcisa calla impasible. Ante mi pregunta me precisa
que si no es por su mamá ella no hubiera venido. Se en- reabel material que ella aporta, merece ser destacado el
cuentra bien y no necesita nada.
que se r~fiere a sus ddos relacloi:n:; ::a~~~:~uchacho se
Pero ya que está aquí, una consulta no viene mal. Le La pnmera se pro uce a , . h"
A ella le gustaba mucho. «Fue el umc_o e lCO
propongo concertar un número breve de sesiones --ella
sola- para que vea qué es lo que está en juego en una llama Q. tó Pero mis padres no querían que saliera con
que me gus .
psicoterapia y para que ella misma -al final- dt>.cída si 33
32
( ( (

él. Por eso yo lo dejé. Me cansaba de la situación. Me y le dijo que no me podían tener más tiempo en la fá-
ponía de mal humor que no me permitieran salir con él. brica ... porque hacía estas cosas».
Como yo lo dejé, él después ya no insistió nada». - ... « No me importó».
La prohibición de salir con Q. estaba centrada en la - ... «Me fui a mi casa por el camino. Al llegar dije
edad. Esto constituye una paradoja. A partir de los 15 que me habían echado. No me dijeron ~ada. N? me hi-
años, las chicas· gallegas se comportan como mujeres y cieron nada. Sólo me preguntaron porque lo habia hecho.
acceden pronto al matrimonio. En la prohibición de los Por nada. Se me ocurrió».
padres -especialmente de la madre- hay algo que tras- -<<Tengo la impresión de que usted -que acababa de
ciende a la edad. Narcisa no era demasiado joven, sobre cortar la relación con el hombre que le gustaba- quiso
todo recordando que fue mujer a los 11 años. cortar también los hilos que la unían al mundo exterior,
Otro aspecto a resaltar de la prohibición, es que no vengándose, a la vez, de su madre, que la había colocado
produce deseo. Narcisa no dirige su agresividad hacia en la fábrica y que le había prohibido salir con Q,)_
los padres prohibidores sino hacia el muchacho. El se -« Sí». Impasible.
cansa y 1a deja. El segundo hombre que conoció -el padre de Juan-
-«Yo, entonces, no le hacía caso. Me enfadaba con se llamaba A. Me dice el nombre sin resistencia y sin
él y le daba plantones. El se cansó». afecto, en contraste con la significación que su madre ha-
Pero anteriormente habían mantenido contactos se- bía otorgado a esta ocultación. Narcisa lo guarda corno
xuales ocasionales. Confiesa que no sentía nada. La rela- algo propio que no desea comunicar a su madre, per?
eión duró 6 meses. Q. le gustaba. Pero reconoce que él que dice tranquilamente en otro lugar. La sobredetermi-
no hizo demasiado por permanecer a su lado cuando ella nación de este dato esencial la provoca básicamente la
se empezó a mostrar arisca. No insistió. abuela al perseverar.
• A. no le gustaba, Salieron juntos durante 1 año. Se
-«Quizás usted lo abandonó adelantándose a su pro-
pio abandono». acostó con él una sola vez, al final de la relación, que-
-« Sí». Impasible. dando embarazada. El quería acostarse con ella, pero
Narcisa no accedió hasta el último momento.
Después de esta separación se produce el episodio de Lo dejó al poco tiempo. Las cosas ya iban mal. Más
cortar los hilos. Le pregunto sobre ello.
tarde se dio cuenta de que estaba embarazada. Pero no
-« Como no me dejaban salir con O., yo fui y corté lo fue a ver. El vivía en una aldea cercana. -« No sé si
los hilos del ventilador. FLie después de separarnos. Me
él se enteró».
echaron por eso"·
Sin embargo, siendo importante la ausencia de -A.,
- ... «Fue en el lavabo de mujeres. Fui con unas tije- existe otra ausencia de padre a la que ninguna de las dos
ras y los corté».
mujeres alude, excepto con el olvido. Sé trata de la ausen-
• - •••<<Meparece que no me vio nadie. Yo lo hice muy cia del padre de Narcisa, esposo de la abuela, aquél lla-
tranquila. Pero sabían que era yo. Ese mismo día me
mado a ser el padre de la casa. Solamente se dice de él
despidieron. La encargada conocía a mi mamá. Por eso
que trabaja fuera todo el día. ¿Acaso existe? Y todavía
me habían admitido en la fábrica. Fue hasta mi mamá hay otra ausencia menos percibida: la del marido de la
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35
hermana, padre de los primos que irrumpen en la vida -es decir, esa palabra que la madre no le puede decir
de Juan. Una familia de hombres irrelevantes dirigida a la abuela y puede decirla afuera, porque si se lo dijera
por una madre omnipresente y arcaica, siendo Juan el esto produciría un corte en el espejo- que provocaría
hijo incestuoso de dos madres : una que lo es y otra que la muerte de la abuela y sería para ella el retorno a la
parece serlo. no existencia, a su propia muerte. Segurament_e por esto
Pero queda abie:r:-ta la pregunta de por qué abandona no volvió a la consulta.
Narcisa un tratamiento que empieza a funcionar. ¿Qúizá FeC"nando de Vicente: Lo único que se encuen•
porque una vez depositado en el Otro el nombre del pa- tra en el espejo no es algo que retorna, sino algo del
dre ya pudo ser confesado a la gran madre? ¿ O tal vez objeto real. Romper esa imagen en el espejo, la imagen
su asistencia a la última sesión implicaría reconocimien- de la abuela, llevaba como consecuencia posible la muer•
to de su necesidad de hablar, en contradicción con su te de las dos.
libido replegada y su deseo inexistente? Rosine Lefort: La prohibición de la abuela a Nar•
Ustedes tienen la palabra.
císa de amar al primer hombre (probablemente lo amó),
Rosine Lefort: Es verdaderamente apasionante este
actuó para ella como un mandamiento « No debes amar
caso, ya que como decíamos antes, todo está relacio- a nadie más que a mí». A partir de ese momento, la
nado con el significante, con una palabra. Aunque esa
madre la precipitó en la psicosis.
palabra, el nombre del padre del niño, no es lo único
que falta. Es curiosa la predestinación de esa niña en lo Entonces hizo esa irrupción psicótica que la lleva a
significante, con este nombre Narcisa; ¿es un nombre cortar los hilos del ventilador. Era un acto psicótico.
corriente en Galicia? Es extraordinario, si uno recuerda A partir de ese momento obedeció al mandamiento, re-
un poema de Valery sobre Narciso, que dice que esa gresó a su casa para seguir siendo el objeto de la madre.
imagen que él ve en el agua es el único objeto que le Luego hubo otra tentativa de aproximación a un hombre,
defiende de los muertos. Y es evidente, salta a la vista pero fundamentalmente en lo real, para tener un niño Y
.en este caso que para la abuela, Narcisa es justamente nada más, el objeto real del padre .
esa imagen real lo que la defiende de los muertos. Es Esto remitió a la madre (Narcisa), a algo que fue im-
decir, Narcisa se encuentra en una relación de objeto ima- posible y no simbolizado entre ella misma y su propia
gen con respecto a su madre, que hace que si ella misma madre en el estadio oral, cuando era bebé. Volvemos a
es una imagen real, no hay ningún objeto que pueda to- la historia de Nadia.
mar de su madre. Por eso el niño, en las sesiones des- Si no hubiera habido la prohibición de amar al primer
critas, no sabe qué hacer con los objetos. No sabe, porque hombre, es probable 4.ue la psicosis no se hubiera de-
siempre ha estado delante de una madre que nunca le sencadenado, no se hubiera revelado en esta joven la
ha ofrecido ningún objeto. Ella es el objeto que defiende brecha simbólica que había entre su madre y ella. Al re-
a la abuela de la muerte. Este es uno de los aspectos de mitirle a esto la prohibición, se desencadena la psicosis.
la cuestión. Llevado hasta ese punto resulta extraordina- En el adulto, cuando la psicosis se produce, es justa-
rio. Está ~ealmente próximo a la estructura de la psicosis, mente porque ha habido un encuentro. Para Schreber es
con esta lffiagen real en el espejo, con ese -sjgnificante Flechsig, para otros es otra cosa, para ella es la prohibi-

36 37
( (

ción de la madre, que lo renúte justamente a lo que no acto sea el corte de los hílos del ventilador, sea hacer
ha sido al nivel más arcaico. un ~iño, pero esto no produce sentid_o. _
Rosine Lefort: Aquí se plantea Jl;IStamente la cues-
Fernando de Vicente: Lo que la hunde en la
tión del espejo. Yo no estoy segura de .que esté bien pl~n-
psicosis no es el acto de cortar los hilos del ventilador,
teada. Esto es: el mandamiento del super-yo es antenor
sino algo que vuelve a hacer referencia al mandamiento.
al estadio del espejo. Por eso es también inexorable. Su
El hombre aparece como el que le va a dar un hijo, y
tentativa de ser algo distinto que el objeto de la madre
no como ruptura entre ella y la madre.
implicaría la muerte de ésta ; pero si ella volviese a usted
Robert Lefort : Yo quisiera decir unas palabras ; para tratar de encontrar su deseo y ac_cede~ a algo, es
efectivamente, ustedes han subrayado la falta del abuelo, decir, hacer una separación entre el obJeto imagen r~~l
nadie habla de él. Aquí está la brecha. Es aquí donde que es ella para la madre, y ella misma, pondría tamb1en
encontramos tres generaciones, la de los abuelos, la de su propia existencia en peligro.
la madre y la del niño. Pero lo interesante es ver cómo Fernando de Vicente: Ella es el objeto del deseo
el síntoma y los actos sitomáticos de Narcisa, no tienen de la madre. Esta es su condición. Si intentara hacer
sentido. Cortó los hilos del ventilador pero no sabe por algo contigo, lo perdería, y el peligro _de su propia muerte.
qué. Le proponen venir, venir a explicar algo suyo y ella Rosine Lefort: Pero de cualquier modo el encua-
se va, no es como el neurótico que quisiera explicar, jus• dre le fue impuesto a usted, no pudo emprender un tr~-
tifi.car, comprender lo que le pasa. Está sometida a ese tamiento. Lo importante era entender algo, Y no modi-
significante que está ahí, significante del super-yo. El sig- ficar alguna cosa dentro de este encuadre, y luego .•.
nificante, cuando no es mediatizado por la presencia del Robert Lefort: Yo creo que de todas maneras,
padre, siempre tiene un efecto de mandamiento y de su- era muy difícil evitar lo que pasó, dado que la demanda
per-yo. Es decir, ha hecho las cosas para y según el venía de la abuela. No había demanda por parte de Nar-
significante de su padre, en definitiva es esto. No puede cisa, y todavía menos por parte del niño.,
salir de esta especie de mandamiento y nada tiene sen- Rosine Lefort: Sí, pero tampoco babia demanda de
tido para ella, es psicótica. Por eso ustedes no han podido la abuela para la hija. ._
continuar. En lugar de aprovechar la ocasión de venir a Robert Lefort: Sí, una demanda para el nmo, que
verles para al fin corregir o debatir un síntoma con al- pasaba por encima de Narcisa. Es decir, que si . se
guien que le ha faltado, un padre, ella se va. No tiene trataba al niño según la demanda de la abuela, Narc1sa
derecho a desobedecer al significante materno. lo perdería. Pero ella no quería perderlo, quería guarqar-
Fernando de Vicente: Se evidencia esta especie de lo pegado a su piel, como en la cama, para tener calor.
repetición que a veces se encuentra en la psicosis. Apa- Rosine Lefort : Narcisa tendría de esta forma su
rece en la tercera generación. Los actos que aparecen propio objeto real, representativo de aquél que jamás
fuera de una transferencia posible, «acting out>>, ni si- pudo obtener de su propia madre.
quiera tienen sentido de «acting out». Ella está sujeta a Fernando de Vicente: Así, todos estaban satisfechos
un único principio: « No amarás a nadie más que a mí». con esta relación al objeto real.
Robert Lefort : Es decir, que hace un pasaje al Resine . Lefort: En un principi~ eso se plantea

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38
(

lo primero, y al padre del niño después, pidiéndole a la


siempre en relación al objeto de la madre. Es difícil,
cuando la madre ha tenido una relación con su propio hija que renuncie a él.
Fernando de Vicente: La palabra aparece sola-
padre que no ha ido muy bien : no quiere que el padre
de su hijo intervenga en la relación que ella tiene con su mente a través del mandamiento y del super-yo, con efec-
bebé. Su bebé es un objeto tan estrictamente suyo que tos mortales.
completa algo de su propio cuerpo. Robert Lefort : Con el nombre del padre, el sig-
nificante tiene un efecto simbólico ; sin el nombre del pa-
Robert Lefort : Sobre el modelo que conoció con
dre, el significante tiene un efecto de super-yo.
su madre. Todavía queda una cuestión: la relación entre la per-
Rosine Lefort: Sobre el mismo modelo. No quie- versión y la psicosis. La abuela se conduce de_ una ma-
re que eJ marido intervenga en esta relación, porque ello nera perversa, y esto da lugar, al final de la cadena, a
la obligaría a renunciar al objeto, tal como debería haber
una psicosis.
hecho antes con su propia madre. No puede hacer inter-
venir al padre a causa de la renuncia que implicaría, lo
que hace que lo preserve.
Robert Lefort: El super-yo de la mujer del cual ha-
blan no está ...
Fernando de Vicente : No sólo se excluye la figu-
ra del padre, sino también el nombre de quien podría
aparecer como elemento separador respecto a su propio
ser y, por lo tanto, posible simbolización.
Rosine Lefort: Nadie hará renunciar a Narcisa al
cuerpo de su hija porque, al mismo tiempo, ella obedece
al mandamiento de la madre .
. Robert Lefort: Quisiera hacer una precisión para
evitar todo efecto imaginaria en esto que estamos di-
:'.i_endo: el mandamiento de la madre, el super-yo feme-
~100, y todas estas cosas en sí mismas, son efectos --efec-
'.os de estructura-. Es decir, cuando el niño no es puesto
~n r~la~ión con el tercer término --el nombre del padre-,
:1 s1gmficant~ cambia de naturaleza y deviene un signi-
1cante que tiene efectos de mandamiento. ¡ Efectos de
;uper-yo ! No son efectos de estructuración del sujeto, son
:fectos aplastantes y destructivos. Por Jo que podríamos
>ensar que la abuela tiene un super-yo, pero en realidad
o que hace es actuar como super-yo, eliminando al abue-
41
( (

PRESENTACION CLTNICA: EL CASO MARIO

María José Louzao


Remedios Parga
Angel Marín
Remedios Martínez Morán
Ana Rodrigues
Angustias Iglesias y Ramílo
José Gómez
Aurora Justo
Cipriano L. Jiménez Casas
{ (

PRESENTACION DEL CASO MARIO


A ROSINE Y ROBERT LEFORT

Poder estar hoy aquí, y tener la posibilidad de pre-


sentar este niño a los señores Lefort, nos agrada y sa-
tisface al permitirnos plantearles y plantearos a los
aquí presentes toda una serie de interrogantes que han
surgido en torno al lugar que puede ocupar Mario en el
deseo de su familia adoptiva.
Desde 1977, fecha en que el {<Centro Menela» se pone
en marcha, el equipo no ha dejado de preguntarse acerca
de la ideología y metodología en el tratamiento del niño.
En un primer momento, el proyecto consistía en asumir
únicamente a niños autistas y psicóticos, pero progresi-
vamente hemos ido cuestionando la razón de esa segre•
gación por los efectos que producía en la propia institu-
ción y en los siguientes aspectos:
-Relación adulto-niüo.
-Relación adultos entre sí.
-Relación niños entre sí.
-Relación niños-diagnóstico.
-Y un largo etc.
Hoy no nos preguntamos tanto sobre la veracidad de
un diagnóstico. Pretendemos más admitir al niño en fun.
ción de las necesidades de los niños que ya están con
nosotros, sin que ello perjudique al recién llegado. Pau-
latinamente pretendemos orientar nuestro trabajo hacia
el campo psícodinámico y analítico. Somos conscientes de
que nuestra experiencia y formación son todavía bastan-
te limitadas, pero a través de las posibilidades que se

45
( ( (

nos ofrecen, tratamos de adquirir una mejor formación a ser inaudibles e ininteligibles las siguientes. Por todo
psicoanalítica. esto la escolarización se hizo difícil.
Mario, el caso que nos ocupa, es un niño atractivo, de En nuestras primeras observaciones, sus juegos eran
ojos oscuros, rasgados, con mirada expresiva y presente; más bien repetitivos. Se dedicaba a atarlo todo y a todos
de complexión fuerte y no muy alto, en relación a la me- con una cuerda, y a entrar y salir de un arcón. Más ade-
dida de su edad. Siempre va cuidadosamente vestido. lante el juego se va modificando para ir tomando, cada
Hijo de madre soltera, ha nacido en una clínica pri- vez más, una dimensión simbólica y de intercambio con
vada, de un parto normal. Su madre natural, que tenía los otros.
20 años, trabajaba y dejó al niño al cuidado de su abuela. La señora R., madre adoptiva de Mario, tiene 33 años,
Al casarse ésta, la madre lleva a Mario a una guardería, es hija única de madre soltera. A su padre lo conoce de
ingresándolo posteriormente, a los 14 meses en una casa- vista, y siente por él <cmás antipatía que simpatía». Su
cuna, donde al parecer establece una buena relación con madre y ella vivieron con su abuela y un hermano de la
una cuidadora que allí trabaja. A los 3 años y medio es madre, soltero, con el que tiene buena relación.
adoptado por los señores R. «Nos criamos juntos», nos dice. Este tío, 13 años ma-
Los señores R. se ponen en contacto con nuestro Cen- yor que ella, tiene un defecto físico, y conjuntamente
tro, a través de un gabinete de psicología infantil, y des- con otro hermano casado llevan una empresa familiar,
pués de haber consultado a un médico. que heredan de su madre.
«Ahora nos preocupa. Tres años de un médico para Describe a su madre con10 nerviosa: « son nervios di-
otro. Cremas que lo mejor para el niño es un Centro ferentes a los míos, es más lenta, más hacia la depre-
especializado. Nos afecta pensar en pasar tantas horas sión», y a su abuela, como activa, siendo ésta, según ella,
separados de Mario, si llegase a ser admitido en el Cen- la que sacó verdaderamente adelante a la familia. Quedó
tro», nos dice el señor R. viuda a los 40 años. <eDe pequeña me tiraba más por mi
Ya en este primer momento notamos gran ambivalen- abuela», comenta la señora R.
cia con respecto a la posible estancia del niño con no- En su adolescencia estuvo enferma del pulmón, pien-
sotros. sa que esta enfermedad afectó a su abuela y por ello mu-
Mario tiene 6 años y 9 meses cuando le vemos por rió. Se siente culpabilizada de la muerte de su abuela,
primera vez. Su contacto con los demás es muy agresivo. que llevaba enferma 10 años a consecuencia de un «ama-
Agresivo y tierno a la vez. Evita cualquier acercamiento go de infarto» sufrido tras un incendio en la empresa
de los otros hacia él. Se esconde ante cualquier mani- que dirigía. La señora R. justifica su culpa de esta ma-
festación afectiva. Parece darle vergüenza ser objeto de nera: <<le repitió y se murió>).
afecto. En sus primeros años de matrimonio, los serrares R.
En cuanto al lenguaje, observamos que a nivel com- viven con la madre y el tío de la señora R., luego el tío
prensivo es extenso, siendo el verbal muy reducido. En se va a vivir con ellos a otro piso. «Mi madre no quiso
ocasiones emite palabras o frases cortas que se compren- dejar su casa».
den perfectamente. Pero generalmente, se puede decir La relación con su marido la describe como buena,
que pone un mayor énfasis en la primera sílaba, pasando « hay discusiones como en cualquier ma trímonio}), Las re-

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(

ladones sexuales son satisfactorias y nunca usan méto- tualmente, el señor R. está tramitando la adquisición del
dos anticonceptivos. apellido del padre. A pesar de ello, el apellido de Mario
« Fue a partir del primer año de casada cuando des- no va a cambiar, porque el primer apellido del padre del
confié mal por no quedarme embarazada». Tras otro año señor R. coincide con el primero de su madre. (Por ejem~
de espera acude al ginecólogo. Nos dice tener una obs- plo: el apellido Pérez López, pasará a Pérez Pérez.)
trucción de trompas debido a la enfermedad pulmonar Tras el diagnóstico del psiquiatra que le trataba: «fal-
(probablemente tuberculosis) que tuvo de pequeña, por la ta de niño», la señora R. piensa en adoptar un niño, a lo
misma que se siente culpabilizada de la muerte de su que el marido accede para que, según sus propias pala-
abuela. ,< El ginecólogo me dio a entender que no podía bras «ella tuviese algo de que ocuparse". El marido no
tener hijos». Le habla de la posibilidad de una interven- parece pronunciarse respecto al sexo, edad y demás ca-
ción quirúrgica, proposición que rechazó: « No me daban racterísticas del niño a adoptar. La madre, sin embargo,
garantías ... , si el resultado fuese garantizado ... sí, si fue- insistió en que ella quería una niña de O a 2 años. El tío
se un niño sano, sí,>, palabras que nos trasmite la se- que vive con ellos opinaba que era mejor que ella adop-
ñora R. tase una niña. La señora R. dice: « Quería una niña por-
En este segundo año de matrimonio dice haber sen- que las niñas, pues ... » Otra de las razones que ella des-
tido una gran depresión. «Tenía depresión, angustia, llo- cribe como fundamental a la hora de elegir el sexo del
raba ... , pensaba que no podía tener hijos. También cis- níño a adoptar, la resume en un episodio de su vida, que
maba con la m.uerte de mi abuela. Para mí fue una madre. ella nos comenta: una vez casada cuidaba de una niña
Me consentía todo. Como no tenía padre, ella lo era todo con la que se encarifi<'.i muchísimo. Sus padres, trabaja-
para mí,,. Acude a la consulta de un psiquiatra y durante dores, no se podían hacer cargo de ella todo el día, y
dos meses asiste a sesiones de relajación. El diagnóstico como ella no tenía hijos, podía atenderla. A pesar de los
fue: «falta de niño», nos dice el señor R. consejos de su marido: « te estás encariñando demasiado
El padre adoptivo de Mario, el señor R. tiene 34 años, con la niña, no es hija tuya i>, la señora R. sufrió una
y trabaja en una oficina. También es hijo de madre sol- gran desilusión cuando la madre dejó de confiársela. Esto
tera y es el segundo de tres hermanos, siendo el único creó tensiones entre los dos matrimonios, y la señora R.
varón. pensó que adoptando una niña ya no tendría nada que
Su padre, casado con otra mujer, mantenía relación envidiar, y le ayudaría a superar la pérdida de esa otra.
con su madre, con la que tiene estos tres hijos, Cuando Al doptarla no se arriesgaría tanto, por lo menos a nivel
su padre queda viudo y la mayoría de los hijos habidos legal, a que se la llevasen de un día para otro. Podríamos
en el primer matrimonio logran cierta independencia eco- pensar que la señora R. quiere adoptar una niña para
nómica, contrae nuevas nupcias con la madre del sefi.or R. sustituir a la que ella había cuidado anteriormente.
Este tenía entonces 10 años, y junto con la madre y sus A los cinco años de casados presentan la solicitud de
hermanos se van a vivir a la casa que su padre compartía adopción. Tras año y medio de espera, reciben una carta
con el hijo menor, habido en su primer matrimonio. El en la que se les cita a una entrevista con el Director de
señor R. siempre tuvo rivalidad con este medio hermano. la Casa-cuna, Una vez allí se les propone a un niño de
La convivencia fue difícil. Los padres viven todavía. Ac- 3 años y medio que no dice más qL~c Ana (nombre de su

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( ( (

cuidadora) y «pi» para decir caca o pis. El Director les qmrurgica que ella no intenta. ¿Qué es lo que hace a la
indica que con «amor y cariño en poco tiempo hablaría». señora R. sentirse estéril? Quizá debamos recordar que
Para tranquilizarles les comunica que de todas formas ambos cónyugues han sido hijos «no deseados», hijos en
hay un período de prueba de 6 meses que les permitiría situaciones no previstas.
devolver al niño en caso de que no se sintieran a gusto Los motivos que este matrimonio describe como prin-
con él. Ella duda, y el señor R. se limita a decir « Pién- cipales a la hora de decidir la adopción de un niño tienen
satelo ... luego no me vengas». Como si él no tuviese nada que ver, en primer lugar con las indicaciones del psiquia-
que pensar o decir respecto a la elección de su hijo adop- tra que había visto a la señora R., y con que al señor R.
tivo. El Director propone que vean al niño, y la madre le parecía que su mujer necesitaba «tener ALGO de que
nerviosa exclama : ¡ pero ya ! Traen a Mario y éste se ocuparse». El niño va a tener una función y un lugar
aisla en un rincón del despacho, la señora R. se dirige particular: curar el síntoma de la madre y ser objeto de
hacia él con estas palabras: cuidados para que ésta se entretenga, situado en el lugar
-« ¡ Hola Mario ! » de proporcionarle a la madre «el objeto del que ocupar-
-« a ver... ¿ quieres ser mí amigo?» se)), Su crecimiento o evolución podría venir a significar
El señor R. se queda callado, parece quedarse miran- para ella, en algún momento, la pérdida de ese objeto.
do a su esposa y al niño. Una asistente social allí pre- De ahí la dificultad de esta familia para ingresar a Mario
sente dice a Mario: ~¡hala! ¡ que te vas con mamá!». en el Centro. Anteriormente haban consultado numerosos
Entonces, dice la señora R.: «se me abrazó de tal forma ... médicos durante tres años, y decidieron obedecer al que
como si me viese de toda la vida», nos lo describe como les había dicho que no había que hacer nada todavía.
si de una seducción se tratase. Ambos se llevan al niño En estos padres aparece toda una serie de sacrificios
negándose a conocer cualquier dato de su historia ante- y ambivalencias. Estuvieron esperando año y medio para
rior, negándose incluso a coger la ropa del niño. tener un niño como cualquier padre y madre esperan
nueve meses. Desean tener una niña de O a 2 años de edad,
pero adoptan a un niño de 3 años y medio. Una vez en
INTERROGANTES SOBRE LA HISTORIA casa le acuestan en una cuna en la habitación paterna
como si fuese el recién nacido que ellos esperaban. Desean
Frente a esta adopción aceptada con facilidad en su un niño normal y adoptan un niño que a pesar de su
aspecto manifiesto, nos sorprenden las condiciones que edad no habla. Aceptan que el niño no ·hable por carencia
se le ofrecieron al niño. De ahí que la historia de Mario afectiva, pero le dan unas clases intensivas de iniciación
nos sugiera múltiples interrogantes. al lenguaje : « me quedé afónica varias veces de tanto de-
Tras consultas con un mismo ginecólogo que no afir- cir le el nombre de las cosas,, nos dice la señora R., como
mó rotundamente su esterilidad, fueron suficientes para si para la adquisición del lenguaje de un mero aprendi-
que la señora R. se considerase estéril. ¿Ante qué tipo zaje se tratase. Mario empezó a comunicarse por gestos
de estirilidad nos encontramos? En lo que se refiere a la que la madre significaba. Posteriormetjte sólo ella podía
obstrucción de trompas, el ginecólogo parece haberle entender y descifrar el lenguaje que el niño fue adqui-
dado ciertas esperanzas. Le recomienda una intervención riendo a pesar de todo.
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( ( (

J. INTRODUCCION

En su primera acepción,se entiendecomo lo pertenecienteal pecado


de incestoy en segundotérmino, como pecadocarnal cometidopor pa-
rientesdentro de los gradosen que está prohibidoel matrimonio.
La moderna antropologíay el psicoanálisis,especificanque la prohi-
bición del incestoes regla universalque por razón de parentesco veda
que determinadaspersonas puedan mantener relacionessexualesen-
tre si.
La extensíóngeográficay la severidadsocialy legal de la reglaes muy
variaday en rigor, se puede decir que lo universalno es ella mismasino
el sentidoque anima la prohibición.
La prohibicióndel incestose presentaa la reflexión,en la claridad de
una ley, que explicael carácter invariantede la prohibiciónmisma. Re-
gla que por serlo es social, !a encontramosarticuladaen el mandato, en
la ley moral y allí donde esta instanciase nos impone, regulanuestra ac-
tividad, en tamo está estructurada por el orden simbólico,es decir, de-
terminandolo real.
En relaciónal tema, es deseabledestacar, que !as llamadasvivencia~
o emocionesde la experienciapsicológica.se hallan determinadas por
una confusiónde conceptos,quiero decir, ideologías,sistemasfilosófi-
cos morales de tipo científico o práctico o en suma religiosos,de los
cualesnormalmenteno sabemosnada, e~decir,:quevivimosbajo el do-
minio de los conceptos_ mucho más allá de lo que creemos, esto es, de
las aparienciasque revi.>tenuestro curso vital. Las formas de reflexión
son fundamentales,para los modos en que con_cibenlas diferentescul-
{ (
turas su ~cr. Conjuntamente, las funcionesdel hombre y la mujer, la merosasrelacionesclínicas,deja ver de dónde esesignificante,recibesu
rn:rnera de vivir,conviviry morir y cómo el pasajepor la razón práctica rango primordial.
(la moral)a las leyesdel amor, la reproduccióny la alianza instauran un Estructura que en el encuentro con el cuerpo, es decir, con lo sexual,
ciertoorden. se haceantropológicay en el sesgodonde lo sexualinterrumpesu flujo,
Situacionesque como es sabido. están inmersas,tienencomo soporte para gozar o para morir, la estructura padecerálos efectosd_ela ley que
una estructura imaginaria, determinadapor el orden simbólico,y éste la cultura impone a toda cosa hombre, para poder nombrarse con su
no es abordable sino por su propio medio conceptual. El orden huma- nombrey ser.
no se caracteriza, por la función simbólicaque intervieneen todo mo- Si Edipo reína, la Ley prohibe el incesto.
mento y grado de suexistencia.Para concebirlo que sucedeen el domi- Se propone para semej~~t~,objetivo:el i_nconsci.ente,,c?~stítuyéndo-
nio propio del orden humano, es necesariopartir de la idea de que este se como efecto de la proh1b1c10n, una c1enc1a:el ps1coanáhs1s.
orden constituyeuna toralidad, que se llama universo. El orden simbó-
lico entonces, está dado primeramenteen su carácter universal.No se
constituyepoco a poco, desdeque el símboloaparece, existeun univer-
so de símbolos.
Si a alguienpuede ocurrírscle!a pregunta ¿al cabo de cuántos símbo-
los, numericamenteconsiderado, el universosimbólico se constituye?
podemoscontestar que por pequeñoque sea el número de simbolosque
se puedan concebir, en la emergenciade la función simbólicacomo tal
en !a vida humana, implicala totalidad de todo lo que es humano y el
todo se ordena en rela~ióna los símbolosuna vezque se constituyen.
Si la función simbólicaforma un universo en el cual todo lo que es
humano debe ordenarse, esto supone que sus instanciasfuncionanen la
sociedaddesde sus orígenes, desde el momento en que aparece como
humana, por.1.0tan_toal estar estructuradasegun las leyesdel lenguaje,
s~p.o~etambien el mconscientetal como lo escribióy lo usa el psicoa-
nal!s1s.
. Así encomramosen la mitología reconstruidaen Totem y Tabú de
S1gmundFreud, las hipótesisacerca de cómo un drama olvidado atra-
viesaen el inconscientelas edades.
La relacióndel hombre con el significante,allí donde las humanida-
des dibujan la experienciay es en ella, donde las relacionesgeneradoras
de lo que llamamosla humanidad se instituyen,como lo atestiguael he-
cho de que Freud, en pleno cientificismose haya vistollevadono sólo a
1omarpara el pensamientopsicoanalíticoel mito de Edipo, sino a pro-
mov_eren nuestra epoca un mito de los orígenes, bajo la forma de un
a~esmatode_l~adre. Asesinatocon•sideradodrama inaguralde la huma-
mdad, conc1b1~ndo allí la primordialldadde ese significante,que reprc-
,enta la paternidadmás al!á de los atríbutos que aglutina y de los que el
azo de la generaciónno constí1uyesino una parte. La conexiónde la
)aternidad con la muerte, que Freud, distingueexplícitamenteen nu-

rn 49
( (
2, Intervención
sobrelanaturaleza Es en este sentido, en el que se dice que el complejode Edipo, recu-
bre con susignificaciónel campo de la experienciadel hombre,durante
el periodoque bien podríamosllamar "in fans" y marca los límitesque
la teoría psicoanalíticaasignaa la subjetividad,a saber: lo que el sujeto
puede conocerde su participacióninconsciente,en el movimientode
Encarada de manera independientede sus modalidades,la prohibi- las estructurascomplejasde la alianza -donde ya la estadística,deja
ción del incestose constituyeen regla fundamentalde la constituciónde entrever,que la forma de las relacionesde parentesco,no serealizanal
la sociedad,ya que si la naturalezaabandonala alianza al azar y a lo in- azar, porque una lógica intersubjetiva, subterraneamentelas orienta
determinado, es imposible para la cultura no introducir un orden en sus efectos- verificandolos efectossimbólicosen su existenciapar-
-para existircomo tal- de cualquierclaseque sea, allí donde no exis- ticular,en el movimientotangencialhaciael incesto.
te ninguno. El papel primordial de la cultura es asegurar la existencia Leyesde constitucióndel reino de la cultura y sus pivotessubjetivos.
del grupo como grupo y por lo tanto, sustituir en este dominio, como Ningún poder, sin las denominacionesde parentesco, ha tenido el al-
en los demás, el azar por la organización.La prohibicióndel incesto cancede instituirel orden de las preferenciasy los tabúes que anudan y
constiluyecierta forma -y hasta formas muy diversas- de interven• trenzan, a travésde generacionesel hilo de las estirpes.
ción. Pero es, por decirlo, de manera directa consideradacomo "la" Es en efecto, la confusiónde las generaciones,lo que en la Biblia,co-
intervención. mo en todas las leyestradicionales,es maldecidocomo la abominación
Reglaque opera sobre el "instinto sexual", que en sí mismono cons- del verboy la desolacióndel pecador.
tituye el paso de la naturalezaa la cultura, pero aporta a las razonespor Por otra parte, entre las teorías digamossociológicas,ha habido in-
la~ c~alesen el terreno de la vida sexual, es donde puede y opera, el tentos de caracterizarla prohibición, en otros sentidos que también
transito entre los dos órdenes. La ley que estamostratando, en Jasocie• mencionaremos.Intentos de explicaciónalgunos, que coinciden por
dad ab~rcalo que le es más extraño pero, al mismotiempo, reglasocial otro lado con creenciaspopularesy equívocospor desconocimientoen
que retiene en la naturalezaaquello que es susceptiblede superarla la las clasesintelectuales,vigentesen muchassociedadescontemporáneas;
prohibicióndel incestose encuentraa la vez, en el umbral de la cult;ra intentan mantenerel doble carácter de la prohibición,disociándolaen
en la cultura y en cierto sentido, es la cultura misma. El horror que eÍ dos fasesdistintas,dicen:el origende la prohibicióndel incestoes natu•
incestoinspira, no es en realidad, más que una defensa, una resistencia ral y socialal mismotiempo, pero en el sentido de ser el resultado de
al saber, acercade la genealogíade los caminosdel odio y de los desti• una reflexiónsocial "sobre" un fenómenonatural. La prohibicióndel
nos de la elecciónamorosa entre los humanos. Reglasde la alianzaque incesto sería una medida de proteccióndestinada a evitar a la especie
ordenan el sentidoen que se da el intercambiode mujeresy las presta- los resultadosnefastos de los matrimoniosconsanguíneos.Esta teoría
cionesrecíprocas,que la alianzadetermina.Marcadapor un orden pre- presenta un matizsorprendente,está obligada, por su mismoenuncia-
ferencialcuya ley, que implica los nombres del parentesco,es para el do a extenderel privilegiosensacionalde las pretendidasconsecuencias
grupo, como el lenguaje:imperativaen sus formase inconscienteen su de las unionesendógamasa todas las sociedadeshumanas, inclusoa las
estructura. más prim1tivas,que en otros dominiosno han dado pruebas de seme•
Leyes,cuya armonía o callejonessin salida, regulan el intercambio jan te clarividenciaeugenésica.
-restringido o generalizado- y preocupan al teórico. Podemos ver, Sin embargo,tal justificacióndel origende la prohibicióndel incesto
como éste, asombrado, encuentralá lógicade las combinaciones:así, la es reciente,antes del sigloXVI no apareceen parte alguna de los testi-
!eyesdel número, es decir, el simbolismomás depurado, muestran ser monios de la sociedadoccidentaly con ello resulta sorprendente, el vi•
inmanentesal simbolismooriginal. Estodeja pensar, que acaso, sea tan gor con que el pensamientomodernose ha mostrado renuente a aban-
sólo, la inconscienciade su permanencia,lo que permitecreer, en la¡¡. donar la idea de que la prohibición de las relacionesentre consanguí•
bert~d.de elección,en las estructurascomplejasde la alianza bajo cuya neoso colateralesinmediatosse justificapor razoneseugenésicas.
ley vivimos. En cuanto a la repugnanciainstintivaal incesto, es claro que es sos-

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(
pechosa su "naturalidad", ya que el incesto, si bien prohibido por ~a y la prohibición del incesto son extrañas a nuestro estudio; si por lo
!eyy las costumbres,existey sin duda es más frecuenteque lo que deJa contrario ofrecen solucionesaplicablesno sólo a las reglas de exoga•
suponer la convencíóncolectivade silenciarloy en caso de querer estu- mía sino~ esta forma particular de exogamíaque constituye_laproh_ibi-
diar estos temas como ejemplos de perversioneso anomalías, se debe- ción del incesto, son del todo rechazab!es,ya que pretendenan ~envar
rán definir en el único nivelposibleen que se los.puede invocarsin tau- una ley general -la prohibición del incesto- d~ tal_o cual feno?1eno
tologías,esto es, en el registrode la psirnpatología. especialde carácter, a menudo anecdótico, propio sm du~a de ciertas
Si el horror al incesto result.asede tendenciasfisiológicaso psicológi- sociedades,pero cuya presunciónno puede consider~rseumversal.
cas "congénitas" ¿por qué se expresaríacon la forma de una prohibi- El problemade la prohibícióndel incesto no consistetanto en bu_scar
ción que es al mismo,tiempo tan solemney tan básicacomo para que se qué configuracioneshistóricas, diferentes según.los grupo_s,exph:an
le encuentreen todas las sociedadeshumanas con la misma aureola de las modalidadesde la instituciónen tal o cual sociedadparticular, smo
prestigiosagrado? Nbhabría razón alguna para prohibir lo que sin pro- más bien, en preguntarnos por las causas fundam~ntalesque hacen
hibición, no correría·e]riesgo de ejecutarse.Se han formulado dos res- que, en todas las sociedadesy en todas las épocas, exista una regl~en-
puestas a este argumento: la primera consisteen decir que la prohibi- tación de las relacionesentre los sexos.Proceder de otro modo se'.1ac~-
ción no está destinadamás que a casosexcepcionalesen los que la natu- meter el mismoerror que el lingüístaque creeríaagotar, por la h1stona
raleza falla en su misión. Pero, ¿cuál es la proporción existente entre linealdel vocabulario,el conjunto de las leyesfonétícaso morfológicas
esas excepcionesque la hipótesisobliga a considerarcomo raras en ex- que presidenlos desarrollosde la lengua:
tremo y la importanciade la leyque apunta hacia ellas?Y además,si no Los antiguos teóricosque se han dedicado al problemaentonces, en
se las concibiera,como posiblesy peligrosas,¿por qué en muchassocie- relación a la prohibición del incesto se han situado en alguno de los
dades los desvíosserían prohibidos y aún más, castigadoscon el rigor puntos de vista siguientes:algunos_in_vocaronel doble carácter, natural
extremoque se conoce? y cultural de la regla, pero se han !umtadoa establecer_
e~tre uno~ otro
Sea que el peligroexista-como señalaLévi-Strauss- para el grupo, una conexiónextrínseca,llevadaa cabo por un proced1m1ento rac10nal,
para los individuosinteresadoso para su descendencia,en el grupo -o de produccióndel pensamiento, en el peor sentido del términ?. Otros,
en la realidad que se le otorgue- es donde la antropología contempo- 0 bien han intentado explícarla prohibicióndel incestoexclusivamente
ránea, despuésde Freud, buscalas explicacionesdel origen de la instau- 0 predominantementepor causas naturales, o blen viera~ en ella, sóla-
ración de la prohibicióndel incesto. La prohibicióndel incestoconside- mente un fenómenocultural. Cada una de estas perspectivasposee sus
rada como institución social, aparece bajo dos aspectosdiferentes. En contradiccionesque llevana sus propios callejonessin salida, en conse-
ocasiones, sólo estamos en presenciade la prohibición de la unión se- cuenciadinamizarel análisispor decirlo de algún modo, nos conducea
xual entre consanguíneospróximoso colaterales;a veces,esta forma de pensar que no debe tratarse de ingredientes,es decir,_no~stá en cues-
prohibiciones,fundada en un criterio biológicodefinido, no es más que tión qué elementoshay de menos o de más en la consutuc16nde la_ley,
un aspecto de un sistema más amplio que parece carecer de toda base sino de dimensionarel movimiento fundamental por el cual, en el ~e
biológica:en muchas sociedadesla regla de la exogamiaprohibe el ma- cumple el pasaje de naturaleza a cultura. E~ un senti~ose llega a dem
trimonio enrre categoríassocialesque incluyenparientes próximospe- que pertenecea la "naturaleza" (sin especificarde que clasede natura-
ro, junto con ellos, incluyeun número considerablede individuosentre leza se está tratando) ya que es una condición general de la cultura Y
los que no es posible establecerrelación alguna de consanguineidado por tanto no debe causar asombro comprobar que tiene el -~arácter.for-
de colateralidado en todo caso, relacionesmuy lejanas. En este últímo mal de la naturaleza, vale decir, su universalidad.Tamb1enen c1ert_o
caso, es el capricho aparente de la nomenclaturael que llevaa conside- sentido es ya cultura, pues actúa e impone su regla en_~l seno de f en_o-
rar como parientes biológicosa los individuosafectadospor la prohibi- menos que no dependenen principio de ella. La relac1onentre la exis-
ción. tencia biológicaanimal y la existenciasocialdel hombre, lleva~ ~la_n-
Toda una serie de concepcionespueden descartarse con una razón tear el problema del incesto y es comprobable allí, que la pr?h1b1c1on
muy simple:si no quierenestablecerconexiónalguna entre la e~ogamia no correspondeexactamenteni a una ni a otra, sino que constituyepre•

52 53
ma ~aJate\aóon.ata \o~\\om\)te":i en\.ie':i\~ ~\\\)e~~ane a \o~~ \~~
cisamen& ~asajeentreunay otra,y enelmo~entoenqueseestable-
na\.u.ro.\t'S
a.t\ \Ya.í.tí.\\t<:ic.Cl, -(;\\lt o.\)i.\\\í.~t t\\\í..fütt~~~ló.\\
\Cl':i~·mrn\Cl":i
ce, modificatotalmente1asituaciónen queadvien~.En efecto~esme- 1 1
nos una uniónqueuna transformación o un ~asa)ecomodeC\íl. ante- 'S\l<s\.r~\~(}'S
a\ 0.1.i, r.\t\<:)\tí.\~\ltí.\\í.(.)\
\\ o.\o. "QC)':i\\.\t
'~'ttl\\\\~t\l\Cló.~
Cl\:
úormente·antes<ke\\a,\a cu.\tmaaún ne eiiste·,cone\\a,\a na\utakz.a \as tt\o.t\cine,¡,
\im\\\a.,t~- ó&\o.a\\o.T\l'o. í.ti\llo.~aí.í.ti\i.~.
ck\aóe s~t~beta.naene\te'tnoo.e\nombre.\..,a ~rnn,\:1-..Ci.ém
óe.\im:e~\o ~e\\nte.~toti mene)~
\.:a\)~l:)tú'n\óon ci~a¡~e
\lna rei\a (.\\\t \Yr0\\\\)1;;,
es e\ procesepm e\ cua\,se dice1 \a natura\eiasesuperaa s1misma,en- rnn\a maureo \aberma.na o \a hija, queunare~\a.
queobligaa entregar
ciendela chispabajo cuyaacciónuna estructura nuevay complejase la madre o la hija a otra persona. Así,las relacionesfamíliaresdefi-
formay se superpone -integrándolas- a las estructurasmássim- 1 nen cierto conjuntode derechosy obligacionesy su ausenciano define
ples de la vida psíquica, así como estasúltimasse superponen-inte- nada, de tal maneraque un individuocualquieradebe ser -según el es-
grándolas- a las estructuras más simplesde la vida animal, quie- tado de cosas- o bien, un parientereal o ficticioo bien un extranjero
re decir, que la Leyopera y por sí mismaconstituyeel advenimientode con el cual no tiene usted obligacionesrecíprocasy al que trata por lo
un nuevoorden. generalcomoun enemigovirtual.
Llegadosa este punto, es muy interesanterecordara modo de ejem- El problemadel incestono tiene soluciónen el interior de la fam_ilia
plo, las reglasmatrimoniales,inclusoaquellascuya singularidadapa• biológica,inclusosi se suponea ésta ya situadaen un contextocultural
rente, parecierajustificarsesólo por medio de una interpretacióna la que le imponeexigenciasespecificas,éstasno cons)stenen un conjunto
vez, especialy arbitraria, en las que en todos los casosencontramosun de condicionesabstractas; resulta de un hecho simpleque lo expresa
sistemade intercambio. por entero: la familiabiológicano está sola y debe recurrira la alianza
La noción de intercambiose complica,diversificay constantemente con otros grupos para perpetuarsey así, todo matrimonioes un en-
aparecebajo formas diversas,sea en formadirectao indirecta,el inter- cuentrodramáticoentre naturalezay cultura, entre la alianzay el pa-
cambio es lo que surge como base fundamentaly cÓmúna todas las rentesco,un arbitrajeentre dos amores:el amor familiary el conyugal
modalidadesde la instituciónmatrimonial,incluso el llamado matri- y en la unión ambos se encuentran·y confundeny en la maniobra se
moniode grupo, en el cual un cierto númerode hombres ejercedere- produceun cambiode posiciones.Entrechocarlas copas de alegríapor
chos conyugalessobre un cierto número de mujeres, los hijos nacidos el lugar conquistado.tampocopareceser suficiente,el infiernointerior
de este matrimonio de grupo deben considerarseunos a otros como no cedeni ante la ley.
hermanos,aunquepuedan no tener todos la mismamadre y considerar Sin embargo,puestoque se terminapor cedera la naturalezaa fin de
a todos loshombresdelgrupo comosus padres. que seperperúela especiey con ellala alianzasocial,es necesarioque al
Lasdiversasmodalidades,puedenincluirsebajo la denominaciónge- menosse la desmientaa la vezque se le concedeun valorel gestoque se
neral de exogamiay la finalidadque tiendea asegurar,por mediode la cumplehacia ellase acompañeen todos los caso.s.con un gesto que la
prohibicióndel matrimonioen los grados censurados,es la circulación restringe.
total y continuade esosbienesdel grupo: sus mujerese hijas. El compromisoentre naturale7ay rnltura, se realizasegún dos mo-
La exogamiaes el medioque permitemantenerel grupo socialcomo dos principales,estos son: uno donde la naturalezadebe introducirse
tal, a fin de evitar el fraccionamientoy la opresiónen suma, que aca- puesto que la sociedadlo puede todo, el otro donde la naturalez.adebe
rrearía la prácticade los matrimoniosconsanguíneos,si sedispusierade excluirsepuestoque esta vez es ella la que reina: ante la filiaciónpor la
elloscon persistenciao de modofrecuente,estosmatrimoniosno tarda- continuidadde ciertosprincipios,ante la alianza,por la instauraciónde
rian en hacer.estallaral grupo socialen una multitudde familias,móna- losgradosprohibidos.
das sin puertasni ventanasy cuya proliferacióny antagonismono evita Al reconocery sancionarla unión de los sexosy la reproducción,la
ningunaarmoníapreestablecida. sociedadse imponeal orden natural, al mismotiempole dá su oportu-
En efecto,el intercambiono sólo valelo que valenlas cosasque se in- nidad y puededecirsede todas las culturasde los hombreslo que al-
tercambian:el intercambio-y en consecuencia,la regla de exogamia guiendijo de una de ellas:la nociónreligiosamás fundamentalse refie-
que lo expresa- tiene en sí mismoun valor social:proporcionae! me- re a la diferenciaque reina entrelossexos.

54 55
(
A su1~ .eracadaunoesnormal,
perosucontacto
estállenodepeli- 3. Elincestoesinconsciente
grosparaambos. I
¿Quiénentregó
alanovia?
¿A quíénlaentregó? 1
Eselamorquiénlaentregóy a élfueentregada.
El amorllenó el océano.Conamoryo la acepto.Quéellate perte•
Las múltiplesreglasque prohibenciertostipos de cónyuges,y la pro•
nezca.
hibicíóndel incestoque las resumea todas, se aclaran a partir del mo-
mento en que los hombresse planteanque es necesarioque la socíedad
exista. Y si las reglasy la interpretaciónque venimostrabajando es co-
rrecta, las leyesdel parentescoy del matrimoniono se hacen necesarios
por el estado de sociedad.Son el estado de sociedadmismo, al modifi-
car las relacionesbiológicasy los "sentimientosnaturales", al impo-
nerlesla necesidadde situarse en estructurasque los incluyeal mismo
tiempoque en otras, lesobligaa superarsus primeroscaracteres.
En este sentido, la obra de SigmundFreud ofrece un ejemploy una
lecciónmagistral.En el escritoTotem y Tabú, es posibledeterminarcó-
mo era necesariover que los fenómenosque ponían en juego la estruc-
tura más fundamentalde la sociedadhumana, no pudieronaparecerde
golpe azarosamente:se reeditan por entero en cada sujeto y la explica-
ción que lescorrespondepertenecea un orden que a la vez trasciendea
las sucesioneshistóricasy a las correlacionesdel presente.Así, sólo es
posiblehablar de explicacionesa partir del momentoen que el pasado
de la especie,vuelvea jugarse en cada instante en el drama indefinída-
mente multiplicadode cada pensamientoindividual,porque, sin duda,
él mismono es más que la proyecciónretrospectivade un pasaje que se
produjo, puestoque se producecontinuamente.
Freud explicacerteramente,no desdeel origen de la cívilizacíónsino
desdesu presentey al salir en busca del origen de una prohibición,no
expllta por qué el incestoes conscientementecondenado,sino cómo se
lo deseainconscientemente.
El deseo por la madreo la hermana, el asesinatodel padre y el arre-
pentimientode los hijos no debemosbuscarlosnecesariamenteen un
conjunto de hechosque ocupen en la "historia" un lugardeterminado,
aunque en realidadtal análisisdepende exclusivamente,de cuál sea la
historia que consideremos.Tales figuras traducen sin embargo, bajo
una forma simbólica,un sentidoa la vezperdurabley antiguo y al tiem-
po, el prestigiode ese sentido, su poder para modelar las vidas de los
hombresa pesar de ellos; actos evocadosen la literatura y que tal ve'/,
nunca se cometieronporque los hombresse han opuesto siemprea ello,
actos que en la realidadpsíquicapodemosver todos los días en los más

56 57
( (
variados registros. Satisfaccionessimbólicasa las que se inclina según 4. LefendoELELEGIDO,de ThomasMann
Freud, la nostalgia del incesto, que no constituyenla conmemoración
de un acontecímientosino que expresanun deseo permanentede desor-
den o de contraorden y las fiestas en ese caso, serían entoncesalgo co-
mo la vida socialal revés, es decir, festejanno lo que antaño fue así, si-
no porque nunca lo fue. Temasrecreadosen la literatura universalque nos dicen de su impor-
tancia en la vida de los hombres, podemosrecordar parrafos de la no-
vela El Elegidode Thomas Mann, de la que como ejemplo citaré unos
fragmentos:Quien relata es e] espíritude la leyenda, al son de un do-
blar de campanas,un torrente de campanassobre toda la ciudad en sus
aires colmados de sonidos, campanas de mil voces que en babilónica
confusiónse agitan y balancean,vibran y se mecenen sus armaduras y
espadañas. Pesadas y ligeras, vibrando y repiqueteandosin orden ni
concierto,se hablan unas a otras interrumpiéndosemutuamentey do-
minandoaún sus propias voces, golpeanlos badajos y todavía suena el
herido metal, cuando aquéllos, ya en el otro borde, despiertannuevos
sonidos.
En las alturas y en los bajos, en los sietelugaressagradosde peregri-
nación y en todas !as iglesiasde las sieteparroquias de ambas márgenes
del Tíber dos vecesencorvadoresuenanlas campanas. Retumbanen el
Aventino, en los santuarios del Palatino y en San Juan de Letrán, re-
tumban en su sepulcrocuya salidaconducea la colinavaticana, en San-
ta María Maggiores,en el Foro, en los Dominicosy en el Transtíber;en
Ara Celi, fuera de los muros de San Pablo, en San Pedro y en la mora-
da sagrada de la Cruz de Jerusalén. Resuenantambién en la capílladel
cementerio,sobre los techados de iglesiasy oratorios y hasta en las ca-
llejascuyosnombresnadie conoce.
Retumba todo como cuando el viento y la tormenta, despiertan el
mundo sonoro que en vibrante armonía universalsepara lo que está le-
jos y junta lo que está cerca. Así ocurre con el doblar de los bronces
que, hendiendolos aires, suenan altamentefestivosy solemnes.¿Quién
toca las campanas? No son los campaneros. Como todo el mundo,
ellos han echado a correr por las callescuando comenzó el retumbar.
Las cuerdas penden flojas y sin embargomuévenselas campanas y los
badajos golpean. ¿Se dirá que nadie las toca? No, sólo un entendimien-
to ignorantede los elementosde la lógicasería capaz de semejanteafir-
mación. Lo cierto es que doblan las campanas, esto es, que son toca-
das, pero en los campanariosno hay nadie.
El espíritude la leyenday de la narración, habla también a través de
un velo de lágrimas, de vergüenzay dolor, recordando todo cuanto se
;g
59
(
dijo y se hizoen mediode los suspirosy dulcescariciasen la horriblesi- do por esposo?Locura\ delito! Sarcasmo!risa estridente\... Y negrura,
tuaciónde desconocimientomutuo y de monstruosodesvíoque el mis- negrura!... . , . d .,
mo Demoniohabía preparado; en efectocómo soportar la visiónde la Dijo al fin Sibyllaa Grigorss:-¿Por que hab~evemdo al ~un o,
;abezade Grigorsscogida dulcementepor las manos de Sibylla,los Ja. Malditasea, por boca de Dios, la hora en .quenact. Po~.es.oel c1el~me
Jiosde uno muy cercade los de la otraaspir~ndoy murmurandopor hizo soñar que yo había dado a luz un dragón que hab1endosealeJado
•rimeravez sus nombres en sus alientos y extasiándoseen "ámame, volandoretornó más tarde para volveral desgarradosenode su madre!
uerido;encantode las lejanías, acércatea mí paraque te vea mejor", Grigorss,eseeras tú. Y el cielome ha cum~lidosu jur~mentode que se-
ver quesus labiosse penetrabanmutuamente,en prolongadosilencio, ría desgraciada,puespor un placerhe debido?~gar milvecescon do~o-
1 deleitosoabsurdo. res de mi corazón. Despuésde gozar de la fehctdaden,la pureza, ~l m-
Vinoslos hubo de todas clasesy en profusión, innúmerasantorchas fiernome trae al hijo del pecadopara que duermacon el comomando.
1minaronla fiesta en todas las galerías. Grigorss visitó entonces a Grigorssseestremecióde horror y elevósusmanos. .
bylla y cálido ardor les íluminó en su aposento: ya eran marido y - Madreprofanada, no hablestan crudamente_! Pero si, hazlo.
ujer. Comprendopor qué lo haces.Tenemosla necesidadde_expresarl? to-
Se preguntaentoncesel narrador: ¿Por qué no? El era un hombrey do crudamentey llamara \as cosaspor su nombre, por v1ade castigoY
a una mujer; por lo tanto podíanconvertirseen maridoy mujer, pues mortificación.Pues decirla verdades mortificarse.
a naturalezano le interesair más allá de eso y es concebidacomo el Señora no habléisde esa manera y no os entreguéisa la desesper~-
,miniode Satanás,pues su indiferenciano tienelimites.Se preguntay ción, ello va contra los mandamientos,pues al h_ombre sólo le~ pc_rm1-
isiera cuestionara la naturalezacómo se atreve a hacer obrar y ac- tido desesperarseante sí mismo, pero no ai:iteDios,que es la m1sencor~
:1ra un honestojovendel modo máscorrientey natural en un casose- dia misma,Estamosambosenfangadosen el pecadohasta el cuelloYs1
!jante y cómo permiteque se complazca,rebosantede placer, en los creéisque vos lo estáis más profundamenteque yo incurrísen pecado
chos que lo amamantarony en el seno que lo dió a luz. Ante tal re- de vanidad.No agreguéiséste al otro pecado,porque el fangoos llega-
)che, la naturaleza,a la·quemuchosllamanmadre y diosa, tal vezre- rá entoncesa la boca y a la nariz.
que que no es ella la que autoriza al joven a cometersu nefasta ac- Grigorsshabía aprendido que la gracia divina acepta el_.verdadero
,n, sino la ignorancia,¿no caeríaen susbrazos y haciendocausa<.O- arrepentimientocomo expiaciónde cualquierpecado~ le d1Jo:vuest~a
m con ella, no autorizaríanambas al joven? Y obra la naturalezade alma está aún muy enferma, pero basta que vuestrosOJOS derram7? la-
suertey con tan infinitaindiferencia,que no es Grigorssel único ig- grimasuna hora por sinceroarrepentimiento,.:reed}ea vuestroh_1Jo, a
rante, sino tambiénella misma,Si, a la naturalezatodo le dá lo mis- vuestro monstruosomarido, para que os salve1s.Sé y he determmado
1, pues de lo contrario, ¿cómoexplicarse que permita, trasgrediendo -prosiguió- lo que hay que hacer. . , ..
. propias leyesde tiempoy dirección,que una criatura nacida de mu- Pues mirad, el niño se ha hecho hombremientrasque vos o~habe1s
' en lugar de proyectarsehacia adelanteen el tiempo,vuelvaal seno quedadomujer. Aquí soy yo el hombrey aunquede un modo mse,nsa-
su madre provocandouna descendenciaque, por decirloasí, tieneel to soy tambiénvuestroesposo,de modo que me correspondea m1 d~-
tro en la nuca? cidir. Soyyo el merecedordel castigomás duro Yno digo-~stopor vani-
;¡n embargotiempo después,al tener Sibyllaen sus manos !as prue- dad, porque soy el hombre. Tambiénvos, empero,tendre1s~ucho ~ue
; de que su marido era también su hijo, exclamaen la pluma del expiary lo haréiscuando me marche_. Cuando yo me vaya es 1mpo~1ble
-rador: Delirio!delirio! Es demasiadomorboso,irrisoriaconfusión que continuéisrigiendoel país en calidadde duquesa;convocada vues-
los sentidos.Esto tambiénreducela razonablediferenciaentre Gri- tros señoresy noblesy hacedelegirentreellosun.nuevoduque. ,
·ss y e! niño. Pero, ¿dónde está mi cabeza?El niño no se llamaba Entonces,habiendoabdicado,ejerceréishumildementela candad en
gorss,se llamaba,se llamaba... No sellamabade ningúnmodo. ¿Se mayor medidaaún que cuando lo hacíaisllorandoa vuestro h~rman.~,
na ahora Grigorss?¿Es Grigorssel niño? ¿Tengoal hijo de mi peca- mi querido padre. Y así como abandonaréisel trono:.lo prop1~harcts
con el castillo.Con vuestrosbienesde viuda mandareisconstrmra sus

61
(

pies un asil~ en el_camino para los menesterosos,los ancianos, los en- 5. Psicoanálisis
delincesto
fe~mos,los 1mped1dos e inválidosy vos mismalo gobernaréisvestidade
gns,_~onfortandoª.!os_enfermos,limp!ándolessus llagas, lavándolosy
cubriendo/osy dare1slimosnasa los viandantes,mendigosdespuésde
lavarleslospies.
- Grígorss-dijo Sibyllacon los o_iosdeshechosen lágrimasal paso Consideramoseste punto, en especialdesdela producciónpsicoana-
ruesus labiosintentabandibujar una dulcesonrisa,que resultósin em- litícarecordandolos desarrolloselaboradosen la obra, ya mencionada,
argo horrible- Grigorss,hijo querido, ¿no podríamosante el mundo Totem y Tabú, que forma parte de losensayosde Freud, evaluadosco-
ejar las cosas como estaban y sin volvernosa acercar, expiar juntos mo psicoanalisisaplicado, en la que se encara la elucidaciónanalítica
uestro secreto? Mi amor por ti es ahora genuinoy totalmentemater- de ciertas formacionesde la psicologíacolectiva,cuyo testimoniofue
a!, mi amor de esposaha desaparecidodel mismomodo que el tuyode de algún modo recogidopor la etnología. Dos de tales formaciones,
;p?so. T~Ivez nuestraexpiacióny padecimientossean más profundos despertaronparticularmentela atenciónde los teóricos, a causa de su
:mendasiemprepresentenuestro pecado al permanecerjuntos, que si relación con la experienciapsicoanalítica:los tabúes en la semejanza
os separamosy nos alejamos uno del otro por el mundo. Lo mismo con ciertossíntomasde la estructuraciónde la llamadaneurosisobsesi-
adré yo construirel asilo y lavara los menesterosos. va y el totemismo,por sus relacionescon la exogamia,es decir, con la
, ~ Habláisc~mo una mujer- repuso Grigorss- pues mujer os ha- prohibicióndel incesto.
:1squedadomientrasyo me hice hombre. Mehicehombrepara ser ar- Tanto desdeel punto de vista sociológicoQ antropológicocomo des-
~ce de vuestra ignominia, más ahora quiero serlo de vuestra salva- de el psicológico,esta prohibiciónque correspondea un deseo incons-
on. Que todo sea como vuestro esposo lo ha determinado. Una vez cientecomún a todos los hombres, es el en.igmaevitado o reprimido,
1ás os digo adiós. No, ni un beso de despedida ni aún en la frente n• cuando se trata de las leyes fundamentalesde ci:rnstituci6nde la socie-
!lllpocoen m1 .mano. Por ellacomenzótodo. ' ' 1 dad humana.
El problemaes fundamentalpa,ralos psicoanalistas.La prohibición
del incestoestá en el centro tanto de las neurosiscomo del desarrollo
normar del individuo. En los trabajos clínicos, se le asigna un lugar
causalen !aslimitacionesde la capacidadde gocesexualen el hombreo
sea que, el problemade las disfuncionesde la sexualidadhumana, pare-
cen penderde ella.
La mencionadaelucidación,señalau·nrecorridotendientea esclare-
cer la relaciónentre totemismoy exogamia,a partir de una analogía.
El Totem, es en primer lugar, el antepasadodel clan y en segundo,su
espírituprotector y su bienhechor,que envía oráculosa sus hijos y les
conocey protegeaún en aquelloscasosque resultapeligroso.
Losindividuosque poseenel mismoTotemse hallan, por esto, some-
tidos a la sagrada obligación, cuya violacióntrae consigoun castigo
automático,de respetarsu vida y abstenersede comer su carne o apro-
vecharsede él en cualquierforma.
El Totem se transmitehereditariamente,tanto por línea paterna co-
mo materna, aunquehay quien afirmaque esta ha sido en todas partes
la primera, reemplazamas tarde por la paterna. En casi todos aque-
llos lugaresen los que este sistematiene vigor,comporta la ley segúnla

2 63
( ( (
cual,losmíembrosde unúnicoy mismoTotemnodebenentrarenrela- o transferido; y 3.º) un tabú intermedioentre los dos que anteceden,
ciones sexualesy por lo tanto no deben casarse entre sí. La ley de la cuando se dan en él ambos factores, por ejemplo,en la apropiaciónde
exogamia,esinseparabledelsistematotémico. una mujerpor un hombre.
Analogíadecía, con las fobias infantilesa animalesen los que la in- Los finesdel tabú son muy diversos.Así, los tabúesdirectoscumplen
vestigaciónpsicoanalítica,pudo ver los efectosde un desplazamiento las siguientesfunciones:l.º) protegera ciertospersonajesimportantes
jel míedoinspiradoen la figuradel padre. • -jefes, sacerdotes- y preservar los objetos valiososde todo daño.
Sí el animal totémico no representaotra cosa que al padre, tenemos 2.º) Protegera los débiles-mujeres, niños y hombresvulgares- con-
:n efecto las siguientesconsideraciones:los dos mandamientoscapita- tra el poderosomana (fuerzamágica)de los jefesy sacerdotes.3.º) Pre-
es del totemismo, las dos prescripcionestabú que cOnstituyensu nú- servar al sujeto de los peligrosresultantesdel contacto con cadáveres,
;leo, esto es: la prohibiciónde dar muerteal Totem y la de desposar a de la absorciónde determinadosalimentos.4.º) Precaverlas perturba-
ma mujer pertenecienteal mismo, coincidentambién con los dos crí- cionesque puedan sobreveniren determinadosactos importantesde la
ncnes de Edipo, quieridió muerte a su padre y desposó a su madre y vida, tales como el nacimiento,la iniciaciónde los adolescentes,el ma-
:oincidena su vez, con los dos deseosprimitivosdel niño, cuya repre- trimonio, las funciones sexuales. 5.º) Proteger a los seres hmpanos
.ióninsuficientea su despertar,configuranquizásel núcleode todas las contra el poder o la cólera de los dioseso los demoniosy 6.º) Prote-
1eurosis. ger a los niñosque van a nacer y a los reciénnacidosde los peligrosque
En cuanto al tabú, pr·esentados significacionesopuestas:la de sagra- a causade !a relaciónque les une a sus padres,pudieran éstosatraer so-
io o consagradoy la de inquietante,peligroso,prohibidoo impuro. El bre ellosrealizandodeterminadosactos o absorbiendociertos alimen-
málisisdel término, nos dice que ha sufridosu uso, una gran transfor- tos que habrían de comunicarlesespecialísimascualidades.
nación con el correr de los siglosy que en los orígenestal práctica era El castigode la violaciónde un tabú quedaba abandonado primiti-
icsignadapara relaciorieshumanasperfectamentedefinidasy caracte- vamentea una fuerza interior que habría de actuar de un modo auto-
·izadaspor una gran ambivalenciaafectivay ha sido ulteriormenteex- mático.
endidaal uso para otras relacionesanálogas.La inteligibilidadde estos El tabú se vengabaa sí mismo. Más tarde, cuando empezóa consti-
·enómenos,nos dicen de la historia de la concienciamoral, ya que la tuirse la representaciónde la existenciade seressuperioresdemoníacos
:oncíenciatabú es una formaciónsocialque constituyeprobablemente o divinos,se enlazóa ella el tabú y se supusoque el poder de tales seres
a forma más antiguaque a su vez,representala percepcióndel rechazo superioresdesencadenabaautomáticamenteel castigpdel culpable. En
le determinadasestructurasdeseantes. La moral se justifica en sí mis- otros casosy probablementea consecuenciade un desarrolloulteriorde
na, de allíla seguridadque otorga en su ejercicio,tan natural y tan des- dicha noción, tomó a su cargo la sociedadel castigodel atrevido, cuya
·onocidossus orígenespor el sujeto, sujetadoal paroxismode leyesín- falta atraía e! peligrosobre sus semejantesy de este modo los primeros
·iolables. sistemaspenalesde la humanidad, podemosdecir, se hallan enlazados
Muertey repeticiónson el principioy el sujeto queda fijado, pasada con el tabú.
a horda primitiva,la moral se instalaen la mirada. Sin embargoen re- Aquél que ha violado un tabú adquiere,.por este hecho, una cuali-
ación al tabú, es necesariohacer ciertas consideraciones.Segúnla En- dad. Determinadospeligros resultantes de tal violación, pueden ser
:iclopediaBritánica,la palabra tabú no designaen rigor, más que las conjuradosmedianteactos de penitenciay ceremoniasde purificación.
res nocionessiguientes:a) el carácter sagrado o impuro de personasu El tabu se suponeemanadode una especialfuerzamágicainherentea
Jbjctos,b) la naturalezade la prohibiciónque de este carácte.remana y ciertosespíritusy personas, susceptiblede transmitirseen todas direc-
·) la consagracióno impurificaciónresultante de la violación de la ciones,por la mediaciónde objetos inanimados.Las personasy lasco-
nisma. Desdeun más ampliopunto de vista,puedendistinguirsevarias sas tabú pueden ser comparadasa objetos que han recibido una carga
:!asesde tabú l.º) un tabú "natural" o directo,productode una fuerza eléctrica:constituyenla sedede una terriblefuerzaque se comunicapor
nisteriosainherentea una personao cosa 2.º) un tabú transmitidoo in- el contactoy cuya descargatrae consigolas más desastrosasconsecuen-
11recto,emanado de la misma fuerza, pero que puede ser: adquirido cias,cuando el organismoque la provocano es lo suficientementefuer-

'>4 65
(
te como para resistirla.Por lo tanto, las consecuenciasde la violaci~n
una prohibiciónimpuestapor la tradición y la costumbre f L1ltimo
términopor la ley. .
de un tabú no dependentan sólo de la intensidadde la fuerzamágica y así,transcurriendolos siglos,el hombrepadecelas hendas de sabe:
inherenteal objeto tabú, sinotambiénde la intensidaddelmana que en y no ser en nada de lo que se determine,el centro de\sistema~~que vi-
el impíoseopone a esta fuerza. ve, imietadoa le.~es1nvio\ab\es 1 donde coma personana ?artmpa enla
Reyesy sacerdotesposeenuna fuerza extraordinariay aquellossúb-
ditol'>
que entraseneI).contacto inmediatocon ellos, pagariansu atrevi-
e\ecdoncie\a -pos\óbn
(\Ue\e tacaraocu~aren:i\l v1da,-pme:itai:
miento con la vida. En cambio, un ministrou otra persona dotada de -porser hombre
soluigacio a \aúrarúade\s\g,n\Ücantesise.tratade\a
una mana superioral corrientepuedecomunicarcon ellossin peligroy adquisiciónde\ lenguaje;a la tiranía de \as relacionesde parentescosi
talespersonasintermediariasresultan por su parte, accesiblesa sus su- se trata de la adquisiciónde la sexualidadhumana o bien y ademássi-
bordinados,sin peligropara estosúltimos. multáneamentea la tiranía de los modosde producción(seade mercan-
La importanciade un tabú transmitidodependetambiéndelmana de cíaso de sentidos)si setrata de la adquisicióndelser social.
1apersonade que procede. Un tabú transmitidopor un rey o por un sa- Confrontando los resultadosdel psicoanálisis,con la hipótesis de
cerdotees mas eficazque el transmitidopor un hombreordinario. Darwin,segúnla cual la humanidadprimitivahabría vividoen hordas
Existentabúes permanentesy tabúestemporales.Los sacerdotesy je- dominadaspor el machomás viejo, monopolizadaslas mujeresen de-
fes, así comolos muertosy todo lo relacionadocon ellospertenecea la trimentode los machosjóvenes,Freud a su vezemitirásobre el estado
mismaclase.Los tabúes pasajerosen enlazana ciertosestadosy activi- primitivode la sociedaduna hipótesisque segúndice,puedeparecerca-
dades,talescomo la menstruacióny el parto, el estado del guerreroan- prichosapero presentala ventaja de realizar,entre seriesde fenómenos
tes y despuésde la expedición,Hay tambiéntabúesgenerales,que a se- aisladosy separados,una coherenciahasta entoncesinsospechada.Los
mejanza de un interdicto de la Iglesia,pueden ser suspendidossobre hermanosmiembrosde la horda, rebeladoscontra la tiranía del padre,
una extensaregióny mantenidosdurantemuchosaños. se habrían asociadopara matarlo y despuéscomerlo,efectivizandoa
¿Máspor qué dedicarnuestrointerésa esteenigmadeltabú? A nues- travésde esteúltimoacto su identificacióncon él, al incorporarsu fuer-
tro juicio, no sólo porque todo problemapsicológicomereceque se in- za. Esteacto, delcual la comidatotémica,la primerasupuestafiestade
tente su solución, sino también por otras razones. Sospechamosen la humanidad seria conmemoración,habría significadoel punto de
efecto, que el tabú de los pueblosprimitivosno nos es tan ajeno como partida de las organizacionessociales,las restriccionesmorales y las
puedeparecerloy que los fundamentosde las prohibicionestradiciona- religíoñes.
les y éticasa las que por nuestra parte obedecemos,pudieran poseer Este asesinatocondujo a los hijos a imponersecomo expiación,la
una ciertaafinidadcon este tabú primitivo,de maneraque el esclareci- mismarenunciaque el padre imponíapor la fuerza, vale decir, lapo-
mientodelmismohabría, quizá, de proyectaralgunaluz sobre el oscu- sesiónde lasmujeresde la horda. La !eytomó así el lugarde la coerción
ro origende nuestropropio "imperativocategórico". y el padre muerto pasó a ser más poderosode lo que nunca había sido
Sin embargo,las fuentes verdaderasdel tabú, Freud nos aconseja en vida.
buscarlasmás profundamenteen los interesesde las clasesprivilegiadas Por otra parte, el mismo arrepentimientollevóa crear un sustituto
y su nacimiento,en el lugar de origen de !os miedosmás primitivosy del padre: el tótem, encarnadopor un animalal que estará prohibido
más duraderosen el hombre, esto es, en el temor a !a acciónde fuerzas dar muerte.Su creaciónrepresentauna repudiacióno tal vezuna elabo-
demoníacas.No siendo originariamente,sino una objetivacióndel te- racióndel acto asesino,que con ello quedareprimido,al mismotiempo
mor al poder demoníacoque se suponía oculto en el objeto tabú, que que la comidatotémica-el levantamientoritual de la prohibiciónde
prohibeirritar a dicha potenciay ordenaapaciguarla cóleradel demo- matar al tótem y la consumicióncolectivade éste- representala con-
nio Y evitarsu venganzasimpreque se ha llevadoa cabo una violación memoracióndel asesinatoy el retorno de lo reprimido.
. .
mtenc10nada o no. ' Sin embargo,el arrepentimientono debió ser la única fuente de la
En un determinadomomentose constituyeel tabú en un poder inde- instauraciónde estas prohibiciones.La rivalidadde los hombresde la
pendiente,desligadodel demonismo,hasta que llega a convertirseen horda por la posesiónde las mujeresy el ejerciciodel poder arriesgaba

66 67
(
(
tiva de antaño en la que los padreshan recuperadogran parte de los de-
no tener saliday debió dejar sitio a un pacto entre los hermanos,según rechosde que gozabanen esa horda.
el cualcada uno renunciabaa sus deseosde omnipotencia,a la posesión
de todas las mujeres y a acaparar el poder: nunca más podía ni debía El recuerdodel asesinatodel padre primitivocayóbajo los efectosde
nadie alcanzar la omnipotenciapaterna, que era el fin primitivode ca- la represióny lo que la tradición transmitióson formacionessintomáti-
da uno. Este pacto culminóen el reemplazodel padre real y todopode-• cas constituidasa partir del retorno de lo reprimidoy si bien perpetúan
roso por la ley, que hereda la función y ante la éual son todos iguales. su huella, lo hacen a la manera de la renegación.Sinembargo,la fami-
La prohibicióndel asesinatose extendióa codoslos miembrosdel gru- lia no es comose creeun hecho natural.
po, cada uno de los cualesadquiría el derechoa la vida mediantesu re- Sistemade sistemas.Máquina hominizante,ella sólo desea reprodu-
nunciaa las mujeresdel grupo. cir. Estructura reproductorade la especiehumana, donde la mujer no
Las leyesasí instituidas, a partir del asesinatoprimordial, leyesde existe,sino como función {madre)para imponeren lo que nace huma-
prohibicióndel incestoy del asesinato,legislanel ejerciciodel poder y no (semejantepero no igual)una ley que desconocey que no dictó, ya
son el fundamentode todas las sociedadeshumanas,inducidasde este que fue la incalculablevoz de su madre quien le habló de su padre que
modo a imponerla renunciaa los deseosmás poderososde cada uno y cuando habló, habló por boca de su propiamadre.
en particulara la elecciónincestuosade objeto, lo cual constituye,la si- Una cadena, al parecer,que nos tiene atados por humanos, a la mis-
tuaciónmás sangrientaimpuestaquizá con el correr de! tiempo,a 1avi- ma noria.
da amorosadel hombre. Ella podrá en nosotroslo que con él no pudo. Ella podrá en nosotros
La civilizaciónsería de algún modo, la organizacióncolectivade la lo mismoque su madrepudo en ella.
expiaciónde ese asesinatoprimordial,el intento de saldar la deuda así El Nombredel padre como vemoses, en realidadel nombrede la ma-
contraída. Cada generaciónestá obligadaa transmitireste legado a la dre. El padre no existe.Estuvopor ley, desdeel principio,muerto. Y si-
siguiente,ya que no puede haber sociedadsin el pacto que la ley ins- guiendode cerca a las disciplinasque pretendenuna luz sobre semejan-
tituye. te oscuridad, diremosque existenformas precarias,para ser un hom-
E! conjunto de los fenómenospsíquicosque la teoría psicoanalítica bre; fonnas varias (dentro de cierta armonía)y perfectaspara ser ma-
designacomo Complejo de Edipo y por el cual pasa todo sujeto a lo dre. Pero cuando ella mujer, quiere ser su propio sexo,el atributo que
largode su desarrollo,corresponderíaa la reminiscenciaen el individuo las cienciasmodernasle conceden,es que accedaa su ser femenino in-
.
lercamb1ando '
lo que en ella es ausencia,por un hijo, así de "simple",
de aquellosacontecimientosfundadoresde la historiade la humanidad.
Esta, a travésde sus instituciones,perpetuaríalo que está en sus funda- con su padre, que para colmo, yacemuerto. El cuerpo de la mujer de-
mentos y la sociedadsería de algún modo, la memoriaviva del crimen sapareceen esa paradojay se transformaen máquina, familia.
cuyo recuerdofue reprimido. Un día de pequeño, ella medió algo sin pedirmenada a cambio, y en
Cada ser humano tendría que habérselascon esa deuda y aceptara su e~aescenase generóel símbolo. Y el símbolono es el viento que corre,
vezla renunciaque se impusieronlos hermanosde la horda. sino el recuerdopermanentede aquelloque no hubo en el primermovi-
_Cadacual es iniciadoen ello en su paso por el co111plejo de edipo, su- miento. Y por haber faltado a la primeracita, no podrá ser ningunode
friendouna doble determinación. . - • los términosdel intercambio,ni siquieraella misma,sino más bien, por
Por un lado, la de una herenciafilogenéticaque formaría parte de su su pureza, la razón de dichosintercambios.
patrimoniosignificante,la memoriade estos acontecimientosorigina- La familiaentonces,está capacitadapor estructura,a que se produz-
les, obligaría a repetirlos; por el otro, las provistas por la estructura can en ella transformacionesen todossus elementosy sus relacionesen-
familiaren la que el n'iñoes 1ntr~ducido,organizaciónque forma parte tre sí, frente al movimiento,por mínimoque sea, de cualquierade sus
del retomo de lo reprimido,siendoella mismauna conmemoraciónde elementosconstitutivos.Para reproduciro produciren sus transforma-
talesacontecimientos:primitivo$ .. ciones y ahora por sexual(entendiendoque no por sexual deja de ser
La familiase ha convertidoen una reconstituciónde la horda primi- social)goce,mercancías,ideología,hijos.
El goce no necesitapara su producciónde ninguna formaciónespe-

68 69
( ( (
..
•.•

cialYla producciónde mercancias,másalla de cualquierrelaci6nentre


un ho~bre Yuna mu~~r1 dependede la relaciónentre fuerzade trabajo
Ymediosde producc1on,Tenemosentonces,que la familiaasí creada,
es una máquinareproductorade hijos(estructuraque hastaque no se
'1
1
1
l

demuestrelo contrario, tiene como fundón1 reproducir,conservary


cuidarla especiehumana)y por esabrechaquedeja lo biológico,má-
quínaal fin,reproduceideología,
Podemosver entonces,el destinoque esperaa la mujer en este siste-
ma así creadoa partir de la primeramujer Eva, aquellaque accedea la
vida,no desdela carne de ella, ni de la tierra, sino en el intercambiode
las relacioneshomosexualesentre Dios-padrey Adan-hombre,por lo
tanto nace como productoefectodel trabajo humano (entredos hom-
bresmasculinos),
Ellano es, de esa manera,humanacomotodos, es decir,distinta,pe-
ro tambiény simultaneamentesemejante,sinoque ellaes, directamente
distinta.Másallá de lo natural, mas allá de lo humanopropiamentedi-
cho, nace cultura y por lo tanto, puedeintercambiarse.Ella es una ri-
quezaen si misma.
Por ser cultura,es valory se puedetenero no tener, comolossignifi-
cantes,como las mercancías,que a la larga en estos sistemasde vida,
siempeterminanperteneciendoa una persona,en el mismomomento
quele son privadasa otra persona.
La heterosexualidadpor ahora comopodemosver, sólouna sugeren-
ciade!lenguaje.
Una mujer que ofreceen todos los casossu cuerpopara las ceremo-
nias y un hombre que más allá de su grandezao su miseria,cada vez
que está.enfrentadocon ella, tiene que ver con el nombrecon el que se
nombranlas cosas,
Ypara colmouna sóla verdad. La Leyperdurandoa travésde todos
los tiempos,a travésde todos los espacios.Leyque se nos muestracon
las infinitascaras de la sabiduría. Se corporizaen sus efectos,En su
nombresse dan recompensasy castigos.Es justa.
Soberanade mí, Fuerade mí. Persiste.Es dios,símboloentresímbo-
los, nuncafue carne, ni pasión,estuvosiempremuerta.
El edipoes as!, el relato, con el que se trata de sugerirque la familia
comoestructurasexual,padecelosefectosde una leyprecisaquelegisla
y determinasus desarrollosy sus posibleseventualidades.Ley qui!pide
para su cumplimientono sólo la prohibición,sobrepersonao cosa, o
partes de personao cosa, sino, el deseode transgrediry su renuncia.
Desear,dice la ley, deseatodo el mundo de la mismamanera,la dife-
renciade efectos,quedanmarcadasen losmodelosde renuncia.
70
f

C.-.rírui..o 6

!;UNCJONAMlENTOS CON
PROOUCTJVJDAO NEURÓTICA

lNTIIODUCCIÓN

Los vínculos familiares pueden ser pensados como precipirn-


ciones de! sistema de parentesco propio dt' una culcurn. Las
nomendamras del parentesco conforman las denominaciones
prescriptas y prohibid:ts más allá de la realid::i.d biológica: la
familia como institución 110 tiene un fundamento natural. En
los funcionamientos con pro<lucrividad nc:urótica se logra 1111
adecuado vclamienco de lo irnposible (aienidaJ, soledad radical.
situaciones rrnum,íri<:as) a través de una organización defensiva
de co-rc:presión. 2 ' Esre movimicnro conduce a su vc·l a una
aceptación, m1n,a plena, de la5 proh¡bicione~ y presc:ripciona
de-cada CL1lmra, que suponen la. ren11ncia pulsion.1 l. Proceso Je
comtitución ele lo neg:irivo en eJvínculo, d acravesamicmo de
la represión implic1 el :mudamienrp <lee.~rosdos movimientos:
el vebmiemo <lelo imposible y IJ pue~ra en jLJcgoJe la renum:ia
pulsional. La dominancia de l,1 repreSión posibilita t:imbién la
consrn1cción ele 11narealidad vinculJr que rn~\l'cl1eacompasada-
menre con la realidad acordada en lacultura. Dicho mecanismo
permite un proceso de ligadura pulsional, sostén de una trama
fonrasmárica que habilita a un mayor rrabaj<>de::la representación.
En rdación <:on las modalidades de remrno y a las cuestio-
nes transgener:idonales, cualldo la represión es predominante,

~~ ~m esr.Hut.)~cc,mranJn en lo r,rod11cid<1 \.'mcuh.nncorci ". no pnr w1 mln ruJcm. No


~it~nific.:a lucg.n,q11t. t~,í.-miliao lap.ucjaorcrtn i.:-on
c:.sm,dt_"'q)c.- un m«::anismnpsic1ui~o
ron,·,.,. pMo <cñ::tbc.•ñ1nn los 131ft, f.unHiMcsplvotc:111 -mhr<'mrc:rni~mo,ln~rimicfoi.,
J'Ol f,¡~ Jiícrcf,ccJs.uhjcrh·¡d
..,dcs }"ll ,u ve'/. inu1lu) cnH.~ de la! mü,111.u,

Página rr7
{'

.r ·----------\

aquello que retorna lú hace por vía de 1-asrcpresencacio11es.De de la idenci6cación narcisista ligada a la rivalidad especular.
CSlemo<lo, tendremos una preponderancia de las producc.:iones Esta rnnsiste en aniquilar al otro en cuanto scmejantt:, pués 1a
del ~ecir por sobre las precipitaciones del hacer, cu particular agrc:sividad es la comracara de la fancasía de disolu~ión ~oica
refendo a la emergencia sintomal y al conflicto. Cuando se (Lacan, J978). O yo o d otro. En este punto emergen s1ruac1ones
prnduce angustia, en uno o varios sujetos, puede ser nominada de furia narcisista, en particular en momentos de disolnci6n
Y en g~ocral n? _desborda hacia la acruación. Si ésta llegara a matrimonial o infidelidad y también, con frecuencia, en la pele:,
producirse, casr siempre logra ser encauzada vía interpretaciones entre hermanos. En la disolución vincular retorna aquello de
o señalamientos. lo negativo que correspondió a los pactos y acuerdos <lela pa-
•Respecto a lo atinente al sufrimiento vincular, en este fun- reja. En algunos casos; lo excluído continua velado y en otros,
cionamiento la presencia generalmente no produce efecto cuando la ruptura dd vínculo pone en juego el riesgo <le la
traumático en los sujetos, pues 5e halla ligada a lo simbólico desubjerivación por déficit en la renuncia pulsional, irrumpe la
Y lo ima_giJ'.ario.En cuanto a la diferencia, es posible aquí d imposibilidad vincular. Irrupción que a v:ccs se intenta obturar
rcconoc1m1ento mutuo en 1anro diferente y semejante, as/ con una perpetuación de la relación (Efhon y otros, 1998) que
como rambién el margen de ajenidad que cada uno supone pone en marcha conducras desuuctiva.s que alcanzan no sólo
para el otro del vínculo. De este modo, d sufrimiento vincu- al vínculo sino también a los sujcrns.
1.u se c:emra básicamente en la obJjgacoriedad de la renuncia Cuando los pactos y .icucrdos en el inicio de la pareja fueron
pulsional que exige la ley de la culmra, en forma a.compasada el producro de un;1elabornci,'.invinClllar que per111it ió procesar
al manda ro exogá mico. b 3 lrcridad y la ajenicL1ddel otro, la separación simbolizará un
La foncasmática rdacionada con la puesca en juego de la corre:, una nucv(I puesta en juego de la casrración. Pero si el cn-
se~ualidad,_ la~ dificultades del pasaje de pareja a familia, la rnenrro fundance <lela pareja no pudo producir un vdamienro
salida ex.ogamtca de los hijos, las rivalidades, exclusiones, ere. efü..
ilz de hi imposibilidad vinc.:ular,se rcinsrnlará d trauma en d
nos habilitan a hablar de conflicto. Conflictos rdacionad<.1scon momento de la d 1soluci6n promoviendo aclings que intentarán
situaciones de crisis vitales tales como nacimientos, casamien- reconstntir l.acompletud perdida y en los cuales la agresividad
t~s, duelos, migraciones, crecimiento de los hijos, y/o rambién cumplini un papel preponderante.
l'.~ados a 1aproblemática del deseo y el goce y la puesta en cues- La cMerc:nciaciónemre agresividad y violencia no alcanza, sin
tton de la Femineidad y la masculinidad. En relación con este embargo, d carácrer de antinomia. En las situaciones dínic,is
iíltim_o punro, se juegan los distintos imaginarios familiares y surge con frecuencia un borde indecidible emre una y otra, o
ta~b1én el del analista. Existe una identidad de género pautada alternam:i:1s en su emergencia.
soc1almenre que es utilizada frecuemcmcnce como tefcrencia En cuanco a la vuiable de la pertenencia, no está puesta
con la c~al med}rse o medir al otro y resulta fuente inagotable en duda y funciona en su carácter <le apuntafar la identidaJ
de confücros y fi:ustraciones. identilicatoria de los sujetos del vínculo. Sin embargo, será con
En paralelo al conflicto aparecerá también muchas veces la frewencia eje del confücto -al igual que el sistema de ideales-,
cuestión de la agresividad. Diferente de la violencia, aunque sobre todo en relación con el crecimiento de los hijos y la salida
en borde con ella, resulta intrínseca a 1a operación misma exogárnica.

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( H Ma IS

LA ESPOSA INFIEL
A: A ver, la sítuación es muy difiál, pero lespido que ,e serenen
y no se hllgan daño.
Martín (43)y Florencia (40) consultan por crónicas desavenencias M: A vos también te engañó, ¿no te das cuenta? Te vas a quedar
cotidianas. Sesión tras sesión cuentan sus peleas interminables sin nada, te lo pwrnero. (Toma su.rcosm. La analistrt intenta
e~ relació~ con el manejo del dinero, de los hijos y de las rela- detenerlo pero se v.1). Florencia llora.
ciones sociales. Florencia acusa a Martín de un control obsesivo
sobre los gastos y éste le replica que ella no tiene límites en el il: ¿Qué vas a hacer?
u_sode la tarjeta de crédito. Cada uno aporta largos y tediosos f: Él nunca va a aceptar que él tiene que ver con esto. Pero re
CJem?losa _favorde sus argumentos o en contra del otro. Llegan digo: si 9uiere guerra, va a renerla.
a ses10n gritando entre ellos.
La infidelidad desrnbierca l!t:va a la furia/injuria narcisista. El
M: (Muy alterado) ¿A qué no sabés qué pasó? Le encontré un
discmso es agresivo, lleno de amenazas de destrucción y tam-
mensaje de texto a la señora: ¡tiene un amanrc! ¿Cómo me bién de términos descalificatorios. La aparición de un tercero
pudiste hacer esto? (grita enfurecido). Mentirme, hacer e! es un golpe a la amoestima y d narcisismo injuriado dama por
amor. ¡Estábamos haciendo un esfuerzo viniendo aquí para revancha. En la sesión se percibe un dima de angustia, que
ver si nos podíamos arreglar!
F: (Llora) No tengo un amante, fue una locura de un ti.n de culmina en el abandono de la escena por pam: del marido.
También es interesante apttmar que la analista se ve sumergida
semana. Mesentía muy mal por nuestras discusiones y... en el conflicto, tanto cuando Florencia le dice que se siente
M: ¡Ahora vas a decir que la culpa es mía!
F: No, yo esroy avergonzada, y con vos (dirigiéndose a l.-1ana- avergonzada y se pregunca qué estará ptnsando como al mo-
mento en que Marrín le grira: '.11vos también te engañó, ¿no te
lista), no sé qué estarás pensando ... Pero yo quiero seguir Ella también se ve !-nrprrn<lida por hi lnfiddidad,
das c/.!enttz?".
con este tratamiento, quiero ver qué nos pasa.
y en verdad experimenta cierta incornodíJad al darse cuenta
¡vos ESTÁS LOCA! Nunca tuviste límites y ahora queda de que la relación había comenzado en simult,inco con el inicio
claro. Rompiste un acuerdo tácito, el de no mentir. Para de an,i.lisis.¿Una infi.delídaJ analírica? En d momento necesita
mí es una cuestión éríca, un punto de no retorno. Te vas conectarse con sus propios sent.imiencos para no involucrarse
a ir de casa hoy mismo. Yo me quedo con los chicos y vos con lo que est,i sucediendo y tomar parte por d marido. Esta
te arreglarás como puedas.
viücra muestra qué fácil puede resultar atravesar d delicado
F: Yo 110 me voy, sí querés te vas vos. Te estoy diciendo que
borde entre implicación e involucración.
quiero seguir y vos me echás de casa. En cuanto al sufrimiento vincular, responde a las vicisitudes
M: Si no te vas, les digo a los chicos lo que hiciste.
F: Entonces yo les digo lo que pasaba en la cama ... del juego amoroso, que puede acarrc.1.tsentimientos de exdusión.,
M: (Se levanta enfitrecido) ¡Te voy a destruir, voy a contar abandono, olvido y culpa. Nos preguntamos si la infidelidad de
Florencia constituyó un llamado en d lugar donde no se senría
en tu rrabajo lo que hiciste! Sos una mentirosa, una escuchada como otro diferenciado o hunde sus raíces en una
perversa.
rransforrnaci6n de ~u simación amorosa.

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No LOS PUEDO OLVIDAR

M: [s cierro que yo me aferré al nene, pero vos escabas wmo


Marian (34) Y Simón (36) piden una consulra a raiz de los ido ...
traston'.os del sueño de Julio (4). Hay otra hermanita, Olivia, S: Dueno, sí. Cuando nació el nene yo consumía mucha
que c:sma punto de cumplir un año.
marihuana, pero hace dos años que no consumo y ya no
S: (Habla con mucha vehemencia, enojado). Yo no aguanto .-"!guamomás esta situación. No renemos vida de pareja, les
tengo que pedir permiso a lns chicos para tener relaciones
más la siruación. Julio no puede dormir solo v ah(>ra la con mi mujer.
~áxima; duerme con nosotros en la cama y el!~ lo deja.
M: (Se la ve cansa.da.,como agotada). Probamos de todo: leerle M: (Sonríe). Bueno, no exageres ...
S: (Dirigiéndose a la analista). ¿Ves?Para ella no es t,tn grave.
diez cuentitos, cantarle canciones, tenerlo de la mano. Se Ento11ccs, cu:rndo yo inrento que d rn:m: se qued.e en m
duerme, pero en cuanto uno se levanta se pone a 1lorar y no cwmo, quiero poner límites o me pongo firme, ella no me
se quiere quedar solo en h habitación. También probamos acompaña. Tampoco quiero estar en el lugar dd tormraJ.or.
el Duérmete niilo y fue un desastre:.
S: Para mí, ella es la culpable, porque no quiere dejarlo solo.
A: ¡Qué lio_lSi poner límites estdequipamdo d /,¿ tormrtt, no me
Y ya veo que Olivia va por el mismo camino. Vamos a extr1uí11que les sea t,zn difícil hacerlo.
terminar los cuacro en la cama.
S: Y rnmbién está el tema del nombre. Julio es el me$ en que
Nosorros somos dos huérfanos. Quiero que dla re cuenre se llevaron a los padres de Mari.an.
su historia porque para mí ahí está el nudo del problema. M: Pero yo te di diez nombres para que elijas. En la li.,ta estaba
M: Yo soy hija de desaparecidos. Cuando tenfa nueve meses se
Julio pero había muchos otros. Vos elegiste el nombre.
llevaron a mi papá y a mi mamá y me dejaron en la cuna.
Después vino un vecino y llamó a mis abuelos.
La trama discursivo-escénica va delineando a un padre acu-
A: ~Afectada por lo que acaba de escuchar). ¿Timésalguna sador v a una madre culpable, y al mismo tiempo se deslizan
tm,tgen de ese tinnpo?
asocia~ivamente los .,ignificantcs desaparecido/poner límites/
M: No, no me acuerdo de nada. Pero me imagino que algo tonurador. La analista logra hacer una intervención que liga
debe tener que ver esta historia con que me cue5ta dejar los significantes en juego y abre a lo que cirrnla en calidad de
solos a los chicos co. la cuna.
i nconciente.
S: ,Ar.Go? Para mí riene todo que ver. Julio remite a la historia de la madre, pero sin embargo esel
padre quien elige el nombre. ¿Evocando a sus propios padres
A: Vo.rdijiste que los dos mm huhfanos.
"desaparecidos"? ¿Qué es de uno y qué es del otro? No sabemos:
S: Lo dije metafóricamenre. Mis padres están vivos, pero ran lo que sí sabemos es que e! nombre del niño es una producción del
dcsaparec:ídos como los de ella.
decir realízada entre los dos padres, que necesita ser descifrada.

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Página 12-3
R
- =·

El sufrimiento vincular se <lapor tapresencia de la ausencía semanas que no estamos en contacto pero nos queremo.5,
de los padres desaparecidos representada en el nombre del nifio. y sé cpe si los necesito los voy a tenér.
Est~m~s frente a un doble dudo en d que está en juego no sólo D: Él no se da cuenta, pero no nos dan la misma bola gue
la perdida de un ser amado, sino también la marca de la cruel-
a sus hermanos. A mí me gusta cómo es mi familia y no
dad que supuso el no reconocimiento social de dicha pérdida
soporto a la familia de él.
dur.an'.e largos años, y de la propia existencia del desaparecido. H: Para que te des una idc::i,cada vez que queremos irnos un
S1bien el nombre lleva la marca de lo traumático, sin em-
fin de semana afuera, la hermana soltera b llama y le re-
bargo, el hecho de que el niño sea portador de un síntoma
crimina que el padre se va a quedar solo. Ellos no aceptan
permite avizorar que los padres han podido realizar un trabajo
que Dolores está casada y yo soy 11110 <le afuera, no me
de transformación elaborativa de lo sucedido.
wnsideran de la Familia...

A: Quizá no pueden soñ,u· con un hijo porque esttÍn demasiado


Pon SI EMPRE HIJOS
ornpado.r nrtuando como hijos, defendiendo cada unu a su
propic1.familin, y Lesrntsta pemar en construir una familia
Dolores. (30) Y Hcra,~n (32) solicitan una emrevista de pareja. con códigosque wtetÍes mismos creen.
En la pnmera emrevisca, Hernán dice que la consulta se hace
a pedido de él, porque Dolores quiere: buscar un embarazo y Hernán y Dolores dramati?,an )¡¡ rnestión del IJeal, en las
él no emí seguro.
vacilaciones de un horizonte conflictivo entre endogamia y
c:x:ogamia, vale decir, frente a nuevas modalidades de perrenen-
H: Nos estamos llevando mal y en este clima no podemos ci:t. Surge el sufrimiento vincular por la exigenda Je: trabajo
pensar en un hijo. Desde gue nos casamos la cosa fue difícil, psíquico para los sujcros puesca en juego por la transforma-
Dolores excraftaba a su familia v lloraba.
cíón de lo ajeno en diferente y semejante, con la aparición del
D: Es verdad, pero (se le llenan los ~jos de lágrimas) te quiero
deseo de un hijo o la aceptación de las respectivas familias
éo~tM que hace cinco años mi mamá empezó con Parkinson
de origen. Podríamos suponer que se trata de una presencia
Y h1c empeorando cada vez más. Cuando me casé, yo me excesiva de las familias de origen que obstaculízan d pasaje
sentía culpable de ser feliz estando mi mamá en ese estado. de pareja a familia.
Al poco riempo de casarnos la.tuvimos que internar y ahorn En relación con !as modalidades discursivo-escénicas, pre-
estamos todos pendientes de ella.
dominad discurso verbal por sobre las modalidades del hacer,
H: Eso se re-entiende y yo la acompaño mucho a b dinica. lo cu;i_lposibilíta. la conformación de una escena pasible de
Pero ella está peleada con roda mi familia. Critica todo, desciframiento c11 cuanto a. sus soportes inconcientes, vía la
m~ dice gue no me doy cuema de que mis padres no me disposición asociativa. Por otra parte, las cuestiones referidas
quieren, y eso no es a~í. En la familia de elb son todos pe- a la transmisión generacional pueden ser relatadas a. través <le
gados, se hablan 1os o tres veces al día, no dejan pasar un una historia familiar que supone cierta riqueza representacional
cumpleaños. Mi familia no es así, por ahí pasan dos o tres y una predominancia de lo dicho sobre lo acrnado.

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( ~¡;:;;;;;:;:;:::;:¡¡¡¡-~;::;¡¡:¡i¡--c::=i;=i::a:a-m;¡¡¡¡;;;¡¡¡:¡m===:==::=m==::..-1

No SOY DE AQUÍ NI SOY DE ALLÁ


R.: Cuando vivíamos en España estábamos los tres muy juntos,
no h..1bíaclub, ni familia, ni muchos amigos, acá cambió
En la primera entrevista acude Elena (39): roda, el primer año trabajaba codo el día, incluso sábados
y domingos, no veía ni.mea a las chicas.
E: Me tomé la responsabilidad de ser el filtro de la familia, si E: Estuvimos muy mal, Roberto había aumenrado veime kilos
bie1'.pensaba hacer d tratamiento junto con mi marido, y yo diez, recién después de lo de Florencia empezamos un,l
¡.~referívenir sola ames ... Hace tres años que volvimos de dieta y Roberto ahora está rracando de volver más rcmprano.
España, donde vivimos seis años y donde nació nuestra
primera hija, Romina, que ríene cuatro años. Nuestra vudra A: ¿Podríamos pensar que haya rt!guna relación entre los duelos
coincidió con la muene de mi padre, enfermo desde siempre, que lestomron 11Ívir como lap/rdida de la casade Espailao
Ypor ese entonces yo estaba embarazada de Florencia, que l,1muerte del padre de E!ma?
hoy ~í~nc dos años. Roberto~ mí marido, es investigador E: F.n mi familia .siempre hubo pérdidas: mi abuelo materno
y es~a siempre pensando en volver a irse Jd país, porqLte pierde a toda st1 familia siendo muy pequeño en la g\icrra,
aqu1 no puede desarrollarse profesionalme:nte. y ,e salva porque logra escaparse de un campo de refugia-
dos, defendiéndose con un cuchillo de sus perseguidores.
A: (Piensa que a esta altura de la primera entrevista todavía no tvfi mama. fue golpeada por este padre en su infancia, }'al
sabepor qué viene a consultar, aunque time cierto regútro de final r.erminó insultando a sus hijos y esposú, con la misma
smtimientos de angusria, desconji1irizae in,estabiiidadl.
1 violencia con que recibió las palizas de mi abuelo. Yo siem-
E· H ace pocos meses nuestra hija menor hizo un espasmo
pre traté de irme <le mi casa y busqué familias sustitutas a
~)r?~quial m~y fuerre., justo d día que llegó la carta para t,avés de mis amigas.
1nic1ar los tramites de búsqueda de era bajo en Estados R: [ n cambio, yo a mis padres los quiero y los admiro mucho.
Urüdos. Emonces hicimos un dick y pensamos que algo Mamá, porgue es la bondad y la generosidad por excelencia,
estaba pasando en la familia. Por otra parte, Romina lo hereda de sus padres, y Pap,i porque es muy recto, sin
no quiere jugar con amiguitas y está muy aislada en el dobles intenciones. Siempre fue muy generos0 conmigo,
colegio.
canto en lo ec0nórnico como en colaboración. Tal vez es
un poco ácido en d trato. Yome pare·z;coa él en lo bueno
Dos meses después vuelven a llamar, concurriendo esca vez coda y en lo malo.
la familia: Elena (39), Roberto (44), Romina (4) y Florencia (2.). E El padre es muy bueno pero crió a sus hijos con un píe aquí
y otro allá.
E: No vinimos anees porque teníamos algunos problemas R.: Mi viejo se quedó huérfano desdc muy dlic:o y luvo que
económicos, pero en el colegio nos dijeron que no la veían criarse con otros familiares, todos, por otra. parte, judíos
bien a Romina, <¡ue estaba siempre inquieta y sin po- sobre\'ivicmcs de la Segunda Guerra.
der concentrarse en nada, por eso decidimos empezar el
tratamiento. A: (A Romina): ¿Cuántos anos tenés?

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-:z•~!::Z::a'alll_a. ______ ¡;:;¡¡;;!Qil-1:i;::::11---- ·•·--=
( I

Rom: :en~o cuatro años y pronro voy a cumplir cinco como bien y de golpe sale corriendo a romper algo o a pegarle
l
1111 prima, y yo no voy a invitar a ninguna amiguira a mi
a alguien.
cumpleaños, sólo R mi prima, porque todos me rompen los
juguetes y por :ihí no los Ye(} más.
Micncras ranco, Florencia juc:ga muy plácidamente <.:onb caja
de juegos y se Jc:dica fundamenralmenrc a ordenarlos: pone los
A: Podrías guardar Loschiches que mds querés cuidar y así no anim,tlitD!ijuntos, los cubos por un ladCl,las muñecas por orro.
reperdés [¡7posibilidtd de invitar a tus amiguitos; me parect'
tp~ea lo ,mejor Romina no está segura de que cuando mmpla A: (A Romina): Cadn 11ez que 1ientas grmas dr: SttÍir corl'imdo
anos e1unsus campaneros si se van a vivir (l otropaís. pam romper o pegar, pediit" 11 la maatm o a tus ¡){tptÍsqite te
nbracen o te hag1111
mímo,.
Rom: ¡Y si no se me pasa?
Sesión 11 la que falta el padre
A: les podéJ pedir mtls mimos...
A: (A rodos): ¿Quieren dibujar la casa en donde viven? • 1~
Rom: ¿Ysi no se me pasa 1gua .
Rom: Mi pieza está toda rota, el mundo está todo roto.
E: No es cierro, está muy linda, tal vez elresto de la casa no A: }n tt' promt!to rJllt' U' te' llff n p11St1Y.
esrá termi~a<lo de armar, faltan sillas y sillones parad living, Rom: DejJ <leprcgumar y s~ pone a JibuJ.1r.
falr:u~co_rnnas,_perola pieza de las nenas está muy coquera. E: (Mira al analista con lágrimas en los ojos) ¿Esto tiene
Rom: (D1bu¡a su pieza). La voy a cortar (recorta la cama la arregló?
biblioteca, la venrana). '

A: Por supuesto que tiene arreglo.


A: Pnreáera que el nn saberdónde van a q11edaru a, vivir te hace
smtir qu!! tot'Í<Jestd en movimiento, que todopuede quedar Tanto la denigración como la idealización de las familias de
roto o sepamdo.
origen los lleva a cumplir con un mandato eransgc:n~ciona_l:
E: En realidad Romina no rompió las cosas de la pieza, sino irse, migrar, por lo cual el senrimienro de pertenencia es mas
que sólo las corró separadas. con la di:hpora, como lugar e hiscori.¡ de una raza, que con ~s
hjscorias de las familias de origen. El conAicco y la angusna
A: Si qt-tíerenpodrlan pegar con cinta adhesiva las partl'S que aparecen en relación con una imposibilida<l de echar raíces ~n
.repararon,para. volver a armar el cuartoy poner todojunto algún lugar. Esra cuestión se juega también en la tra nsferencm.:
otra vez,
por un lado, la tardanza de los dos meses que traos~urren emr~_la
La mamá y las nenas aceptan Ja propuesta y pegan las partes primera y la segunda entrevista y, por orro, la acrt.1ucide la h'.'ª'
separadas.
quien se instala en la sc;sión respondiendo a_lanal1sr~ co~o s1 la
E: Eso de que todo está en movimiento para Romina me conociera desde siempre o, ral vi:.z,como s1 no rnv1era tiempo
hace acordar tJLIC a veces la maestra dice que ella está para ir conocicndoJa.

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Aparece claramente una línea de transmisión rransgeneracinnal
M • lv1ecostó decidirme. Tengo cuarenta y nueve años, tres hijos,
donde, como el abudo materno, Elena trató de irse siempre de
uno de veinticinco, otro de veinte y una nena de quince.
s~1 ca~ay buscó familias sustitutas. Durante d proceso cerapéu- Lo q 11e me uae es mi sexualidad. Estuve c:i.sada muchos
tlco fue surgiendo el semimiemo de no lugar de Elena: raíces años, me separ¿ y nunca más hice pareja estable. Hace tres
~amillares qLteno funcionaron como sostén, ya que quedaron años que tengo una relación <:on una persona que no sé
ligadas al maltrato y la violencia.
cómo definirla: amisrad, cuidado, amistad pero llevada a lo
Observamos que el dima transferencial de confianza apun- subli111e,no sé... No sé, Judith es hermana <le una amiga
tala el trab~jo interpretativo y favorece asimismo la aparición de muchos «ii.os. Muy insegura, muy necesitada. Ella es
d~-no:edad. En la viñeta, cuando el rerapeura le asegura a b soltera v vo soy omnipotente, me gusta dar, proteger ...
n111a: Yo te prometo que se te va a pasar'', arma un anclaje que No sé, ~; rengo claro por qué me puse en par~ja con una
pone un tope no sólo al goce de la repetición, sino a la incerti- mujer. Es algo que si vos me lo decías unos años antes, me
dumbre. La imervención analfrica permite calmar la angustia hubiera reído. Pero ahora ...
desde una perspectiva imaginaria, condición para que en otro
~1omento .la fomi.lía pueda soportar una imerpretación que A: Ahora ...
ligue los diferentes duelos en juego. La dir~cción de la cura en:
M: Apareció una tercera persona. Con Judíth tenfamos un
"por supuesto que tiene arreglo" está sostenida en la intención
pacto, ella se apoyaba mucho en mí y yo creí que la ~adía
de bordear lo imposible del vínculo desde un espacio ilusorio
ayudar en todo. (Al decir esto llora). Es q,u~_me s1e~to
donde cierto velamienro sea posible.
responsable. Hasta le dije que dejar~ su anahs1s. ~,a ~1.ce
En cuanto al sufrimiento vincular, se da por un exceso de depender mucho de mí y ahora.,. Esta muy solad~ tarmh~,
acercamiemo emre ellos que los aísla del resto (amigos, familia, también. Se plegó mucho a mi familia, a mis chicos. Mis
vecinos), defensa fallida frente a la dificultad de elaboración de hijos la consideran como una amiga mía de roda la vida.
las n:ültiples pérdidas sufridas. De este modo, la t.'inicaperte- Por otra parte pienso: tengo cuarenta y nueve años, ya no
nenc_i~confiable es la intrafamiliar y es la niña quien pone de tengo compromisos con nadie. ¿Por qué no asumir lo que
mamficsro el temor a enlazarse en nuevas pencnencías, freme me está pasando? Pero me angustia.
al riesgo de abandono.

A: ¿Qué es lo que te angustia? . .


M: Haber sido desleal, haberla traicionado. Y no saber bien
qué soy. Judith es una persona muy semible e inrdig:nte,
pero con bajones anímicos tremendos. Por eso me sient~
Primera entrevista con Mariana {49)26 • Llega Mariana, una mujer ran culpable de haber hecho lo que hice. Realmente yo fu1
de alrededor de cincuenta años. Es muy eleganre, finamente desleal, pero es que 110 sabía cómo decirlo. (Llora).
vestida y arreglada.

,6 Una primera "'"ión dec,;,a viiie,o fue pub./i,:.1\do


m: Gomel, S.: "Bisocnalidad ypmcrea.cí<in.
Elorrcme<.jmit:nto de:la.sc.ucgorfa,,;/',
Re-visea
AAt 1ll-(i, Tru·nn xxv1rr, rl', J. Os. As., ?00\

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Pigina 131
.[

Traté de dejar de ver a Graciela -la otra persona en cues- Tengo muchísimos aíws de psicoanálisis y sé ~ue éste es d
tión- para poder solucionar esra situación pero me sienro c~pacio de ella. Y lo peor es que con una mu¡~r. Nosocras
mal si no la veo. Hacía varios meses que ya no teníamos siempre sabíamos que lo mtcsno era cemporano, m1enr~as
relaciones. Yo no sabía cómo enfrentarla y decirle que había no apareciera un hombre. Pero que fuera con ttn;, mu¡er
Otra persona. Se dio cuenra sola y me lo preguntó. Le dije para mi es incomprensible, inacepr.tble ...
que sí. Ella se puso tcrriblememe mal. Realmente yn fui
desleal, pero e::scp1eno sabía cómo decirlo. (Llora).
J: y~creo que Mariana siempre actuó así, no pudi~ndo pemar
Yoq1úero que volvamos a ser amigas, dla es muy iniponance en las cosas que le producen dolor y yenc,lohacia adelante.
para mí. ¿Sería posible que viniéramos ju neas? Yo no soy asi, yo trato de pensar, quizá demasiado. A ella
k resultó su 1mll1i::r;1 de ~cr, es exitosa, ro<los la buscan.
A: ¿Cudlmia rLobjetivo? Cuando estoy tan enojada no puedo pensar en reconstruir
M: Tener un espacio para hablar, porque entre nosotras no f..amistad. Ella todo el dcmpo dice que se siente:culpable.
podemos. Todo termina en gritos y acusacione~. Ver si se Para mí la c1.ilpano me mueve 11.ada,culpable también se
puede reconstruir la amistad. sienten los asesinos. ¿Vossólo semis culpa conmigo?
M: No, no solameme culpa. También sicnro b pérdida de
la analista propone tc::ne::r
algunas entrevistas y después decidir nucsna relación.
en cuanto a convocar a Judith.
J: Ella dice que las cosas pasan. Pero eso no es verdad. Las
cosas nos pasan, cenemos que ver con lo que no:. pasa. YI.)
tengo otra m:111crade pensar las cosas.
Primaa entrevista con
Marínnr1 y Juditb (H) A: Quizu las dos diccmalgo verdadero.Las cornsnos~tUtt~, ""~l
sentidode que estamosimplicadosen nuestrapropu'.v,dn.,sin
Judith es ;J~a mujer descuidada en su modo de vescir y arreglo duda. Perotambién esciertoq1telas cosaspttsan, s, lo enten-
personal. f iene una expresión de exrrema dureza, que contrasta demos comoque sucedencosasfuera de control, inesperadas.
oscensiblememe con el llanto casi concinuo de Mariana. imprevisibles.
M: Yo nunca quise mentirle. Pero es que no sabía como decirse-lo
M: Bueno, le dije a Judith de venir, para ver cómo podemos J: Nunc., supiste cómo enfrenrnr las situaciones dolorosas en
seguir la rdación. Yo tengo 1ailusión, por ahí es imposible, m vida. Siempre zafaste de pensar y acwaste.
de reconsrruir nuestra relación de amistad, que ruvimos
dur:i.nre quince años.
J: Vi~c solamente porque Mariana me lo pidi6. Yo estoy muy A: Porahí 110 se trate de reconstruirsino dt' comtruir un vfn(u/o
henda, muy dolida. Al principio pensé que nada se podía nuevopnrqueustedesno sanÍrtsmismasy necesitrmsaberquién_
reconstruir. Me sentí engañada, ella ten/a una relación es Inotra para poder creareseuínrnLo inédito. (.. .) Bueno,s1
paralela y no lo había dicho. A mí esto me resulta raro. están de awerrlo, me gustnrlrrtl(Jlvc1·rrverlas.

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1
M: Pormí no hay ningún problema. a dormir conmigo. Veía cuánto se divercía por un lado y
J: Buen~, yo ya lo dije al principio. No quiero invadir d después medía cu.ímo podía bancarsc la se~a~~ción. Yo ~e
espao~ de dla; ella tiene sus problemas y yo los míos. De dije al principio c¡uc era precipitada la dec_1S1on;
desp~es
cualquier manera, si Mariana quiere, yo vengo. me di cuenta de que era precipitada p:ira m1.Vos lo sabias
desde mucho tiempo :más. Yo cuve t¡ue acar cabos sola y
finalmente preguntarte si salhts con Graciela.
Segunda entre11ist11 con kfariana y Judith
A: (A Mariana). iQué pemds df' esto?
M: Yocreo ~lle nos h'.~º bien venir. Yo estuve mejor y me parece M: Está visco del lado de ella. Yo siento jusco lo contrario. Yo
que J_ud1thramb1en. La mayor parre de las cosas que ella quise inrcgrarla a mi gmpo de amigos, ella nunc.1 quiso
cont 0 son o b·¡envas.
• Es verda d que yo rengo muchas cosas venir. Ell.i. estaba bien si cmíbamns las dos solas en casa.
no rcsu~ltas en mi vida. (Llora). Bueno, creí que:.hoy iba a y yo necesim ver gente, salir. Judith es muy absorbente.
escar mas compensada, pero no. Pero siento que la situación Si ·i::llame hubiera acompañado más, creo que no hubiera
con :lfo ~s b más importante para resolver. Yo quiero poder pasado esro. . ,
seglllr dandole cosas y también seguir recibiendo todo lo J: Salía, volvía, no se decidía ni a irse n1 a quedarse. A mi
q~e ella siempre me dio. (Silencio). Bueno, ¿no vas a hoblar? e.~egrupo no me gustaba, igual hice mnc~os esfue:z.os ~t,r
J: (Con ~xpresión censay seria). Yoquiero hacerte una preguma. adaptarme. Muchas veces pensé qlle Mariana hab1a salido
Vos sie_mpreme ~jiste que yo ocupaba un lugar especial gratis de esto y to~.ioel costo era para mí. Quizá ~o es así.
en ru v~da. Que primero estaban tus hijos y después estaba Pero yo no quiero cener ningún proyecto de ~mistad _cnn
Yº:¿ Don~e quedó ese lugar especial? Yo fu¡ desplatada de ella porque esw me provoca expectativa. Necesito termtnlH
all1 y pus1sce a orra. e~"tardaci6n, cerrarla, para poder seguir mi vida.
M: Pero es que para mí vos sos especial. M: Si vos necesitás que yo me aleje, ql1C no ce llame, yo lo voy
J: EJ lu~ar espe~ial ~sel de w1a pareja. Vos me dijisre que con a hacer.
Gr_aciela~ d1veruas más, te calentabas más. ¿Entonces qué ): No, tampoco quiero eso. Tengo que pensar en todo lo que
quiere decir especial? s.: dijo aquí, necesito tiempo.
M: Yo?ien~o q.~e uno puede ccner distintos lugares especia les:
es~an mis h1¡0s'.;stás vos y puede haber otro para 1apareja.
~'.nguna_ rdacion es a! cien por ciento y en eso sic-mpre Sesión con Jvfariana
fuimos diferentes.
J: Mariana puede hablar así porque ella se empezó a alejar M: Bkn, estoy contenta. (Llora). Bueno, pensé que ya no iha
~ace mucho tiempo. Yo me daba cuenta y le pregunraba: a llorar mis aquí. Se me arruino d maquillaje ... Ayer la
¿Te pasa algo? Hablemos'. La falta de comunicación con llamé para pcoponede cenar juntas y me dijo que sí. ~har-
:lla hacía que Yº,tuviera que adivinar lo que pasaba. Ella 1:.mos bien, tranquilas, y por momentos yo tuve la misma
fue prob:u1do, as1como es ella: iba a verla a Graciela, volvía ~ensación que tenin antes, de amistad.

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r

A: ¿LiZmismasemaciJnde ames de serpareja o de cuando fueron Caletre Soler (2000) propone la idea de mm degradadón
parej(1?
gene1alizad;:¡ (diferente a la degradación dd neurótico), que
M: (ReRexiona). Para mí no hay diferencia entre las dos cosas. supouc una fractura irreductible entre el parten aire del amor y
Nosotras estábamos muy solas y nos jumamos por eso. La d del goce. Lo me¡or que puede pasar es que, "a veces, en lt1vid,1
sexualidad fu.: algo circunstancial. Había otras cosas que h1m111na se crmjtt,~11en
alredédor de áaro.t oljetOJ, en oportunid,1.d
nos unían mucho. Para mí era como una amistad diferente. ele ciertos mwentros, pero su separatión -entrl' llmor y goce- es
Nunca lo sentí de otra manera. Y ahora que está todo más irremecli,1Ml'por esenáa ".
tranz¡uilo, que ella no me demand:1 tanto, 9ue no me ILima Prohab!c:1nente, p::irnJu,líth Se' conjugan en Mariana los U(JS
ramo, sieruo que tengo ganas de verla, de ayudarla. parten aires, b del:imor y la delgoce, mientras que para Mariana,
su amiga constituye boy solo un. sujeto amado, quedando en
ouo lugar d objeto de su goce. PnJríamos visualizar, siguiendo
Mariana y Judith acuden con una problemática muy frecuente en a Soler, la situación de Mariana como una resolución donde d
la consulta de pareja: la infidelidad. El discurso fluye, dialogan síntoma promueve una disyunción entre dos objetos distinros,
enrre ellas, hay enojo pero no violencia. La trama discursiva/ uno para el goce y orro µara d amor. Pero cal vez no se trate
escénica permite al analista intervenir y esas intervenciones son sólo de esro, sino de la posibilidad de guardar para la relación
escuchadas. Elclima es de angustia, pero no inhibe la capacidad con ludirh el vínculo de amistad, en el que la ternura, como
de pensar. Nos parece interesante reflexionar sobre d modelo moción coartada en su fin, permite ver al otro corno sujeto de
de preguntas que habirualmcnre nos hemos hecho freme a las amor sin L1 necesidad de tomarlo como objeto de goce sexual.
diversidades sexuales presentes en la consulta actual, y a la cues- Mucho se habla en estas entrevistas sobre d tema de la amis-
tión del pacto suscripto por ambas partenaires. En lo atinente tad, auténtica supkmentación donde la presencia del ouo puede
a la pareja, privilegian la elección heterosexual respecto de b lk:gar a ser ímprescindible para l~ consrrucdón del senri,'.niento
relación que sosrienen emre ellas; para el imaginario social vigente Je sí: en rigor, el motivo manifiesto de la consulta es recons-
, , ª I" ,
sena mas norma , mas enrendible, más acorde a lo esperado. truir !a amistad''. Mariana y Judith, íncímas amigas, armaron
Creemos, sin embargo, qut: estas mujeres parecen estar en una en un dererminado momer~to un espacio de intimidad sexual.
situación bisagra entre ideales inherentes a la cultura tradicional Durante mucho tiempo ubicamos la sexualidad como paráme-
en cuanto a los valores propios de la familia y nuevas formas de tro tldinirorio del vínculo de pareja. En la actualidad h1scosas
pareja amorosa y agrupamientos familiares con espacios cada ya no son ra.n daras -posiblemente nunca lo fueron-: existen
vez más significativos en la cultura. los "amigovios", los "amigos con privilegios" o los programas
El cambio en el imaginario social que fue habilitando la y series televisivas donde los vínculos de amistad y de pareja
inclusión de las parejas homosexuales como parce de las diversi- v las diversidades sexuales se entretejen con fronteras difusas.
dades vinculares y ya no cómo vínculos disfuncionales respecto • El sufrimiento víncular se da en razón de los enlaces y des-
de la elección heterosexual nos lleva hoy a repensar también la enlaces de! vínculo amoroso, en cspccíal en cuanto al recono-
oscílación entre amor y deseo, entre elección erótica y vínculo cimiento de la.diferencia respecto d.e lo que cada um de dla~
de amistad.
espera dd vínculo.

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CAPÍTULO 7

l~UNCIONAMIENTOS CON
PRODUCTIVIDAD Pl:·:RVE.RSA

INTRODUCCIÓN

La modalidad de las ,ilianzas se apoya en este caso sobre el


mecanismo de la co-Jesmenti.<la, que supone uo velamiento
ex.cesivo de lo imposible y un déficit en la ren!Lncia pulsional.
El anudamiento de ambas instancias se sostiene en el: "lo
sabemos,pero aun así... •: que se coagula muchas veces con un
alto grado de fijeza.Si bien todo pacto perverso se apoya en la
desmentida, no todo pacto de desmentida es necesariamente
perverso (M ams y Moscona, 1995).La función de la desmentida
perversa consiste no solamente en obturar a través de los objetos
~cticbes la diferencia que marca la castracióo del Otro, sino
también en velar el vado que remite a la ajenidad del otro, ~sro
es, a la imposibilidad víncu.lar. PMtiendo de esta hipótesis, es
posible pensar la desmentida como un mecanismo constirutivo
de la subjetividad·yde los vínculos, en tanto permite "sabersin
saber" acerca del vacío fundante. Resulta importante registrar
los puntos de intersección y de diferencia entre la desmenrida
jugad:1 en los vínculos perversos y la desmentida como motor
de construcción vincular; las modalidades de los goces en juego
son las que nos darán la pauta de la diforencia. Asimismo, es
posible hablar de rasgos de perversión en alianzas basadas en
mecanisn1<:1sde represión, repudio y escisión.
Los actos de corrupción, por ejemplo, entran en esta catego-
ría: es gé:neralmente uno de los miembros de la familü quirn
los lleva a cabo, pero existe una complicidad en los demá5,
que desmienten los dalos de !a realidad gue podrían llevarlos a

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(

aceptar la verdad. Es factible que circulen hechos decorrnpc.:ión son dé muy <.lifícil:ibord.tje y suelen llewr a que el analista los
Je diferente ímlo!c, considerados banales por la pareja o la fa- considere fracasos terapéurícos.
milia -muchas veces avafados por el contexto social-qui: dejan Ou-a rasgo predominante en los vínculos con productividad
al analisr¡¡ en nna posición incómoda y a veces insostenible en perversa es la violencia.
cuanco a posibilidades de intervención. Un rnamos vincula ridad violenta a la relación entre uno o
El discurso es monológico, proliferan las creencias y convic- varios sujetos donde alguno de ellos aparece con volunrad
ciones, el ocultamiento de la verdad y el malentendido. Como de anular al otro para llevarlo a un estado de objeta liza.ción,
señalamos antes, el velamíento de la imposibilidad vincular y d otro tolera la situación desde un lugar e.lesomecimiento
es excesivo, no hay pérdida posible; de este modo, también se o también puede responder en una escal::i<la.Los lugares de
desmienten las muertes, las enfermedades, los riesgos, lleva1_1do violencador y violentado son intercambiables y pueden ser
mud1as veces a actuaciones peligrosas por la creencia en la in- ocupados alternativamente por distintos personajes, con
vencibilidad y el predominio de las figuras del yo-ideal. En las excepción de los niños o de adultos que por alguna d_rcuns-
parejas es tajante la distribución de los lugares de cada uno de tancia se encuentran en situación de ínermidad, por e1emplo
los sujeros en las figuras del yo-ideal y del negativo dd yo-ideal: los ancianos. En ese caso hablaremos de abuso. Por otra parre,
esta línea divisoria también sude observarse en la distribución resulta una escena priv ilegia<la para d ejercicio del podt'r de
de los ideales sobre cada hijo. En cuanto a la pertenencia, se da género, de asimetría generacional, ccon6mica o social. Hemos
por exceso; el vínculo es un baluarte oarcisisra frente al dolor insistido a lo largo de este libro en q11ela familia no es u.n:1
y al sufrimiemo. Es desde allí que podemos aviwrar por qué burhuja aislada del contexto. La violencia inrrafamilhir se halla
hay personas que sostienen la relación a ultranza, aun cuando en múltiples ocasiones entrelazada a la viokncia social, abierta
su subjetividad peligre a causa de dicho laz.o. Merece especial o enmascarada. Entrelazada no es sinónimo de "causada", si
atención puntuar el clima transferencia!. Es muy frecuente bien consideramos que es una de las condicior1es posibles e.le
que la angustia esté suprimida en el vínculo y caiga dd lado su emergencia.
del analista, quien ad,cmás está en general puesto en un lugar La violencia se presentl con diversas modalidades: 11iolmcia
de descalificaci6n. Se hacen relatos obscenos de la sexualidad verbal (burlas, <.kscalificadón, i multos); corporal (golpes, ab\lSO
que tienen como meta :ipabullarlo y ponerlo en situación cm- sexual, m:1lualos); violencia e.legénero; violencia del IJeal;
barawsa, objerivo que muchas veces se logra. También en el violencia por amenaza de abandono, encrc ocras. SigU.ienc.lo a
funcionamiento con productividad psicótica puede utilizarse Piern Aulagnier (t975), señalamos que es necesario diferenciar
un vocabulario procaz y hablar con crudeza: la diferencia con- una violencia primaria, relacionada con la necesaria impuskión
siste en que en el caso de la productividad perversa emana un del ocro dd vínculo, motor de construcción vincular, respecto
goce en cuan.ro a escandalizar o herir los diques del pudor y la de una violencia se.cundarbt, c¡uesupone un exceso. pmmowr:i
vergüenza de quien esté ddance. de desligadura y del desvdamiemo de lo imposible vincular.
Son asimismo habituales las trasgresiones al encuadre (horario, Observamos dos moc.lalidac.lesdiforences de esta violencia se-
pago), c::nun clima desafiante en cu amo al lugar de las normas. cundaria: la.violencia perversa, ligada al deseo de apropiación¡
Algunas de estas razones aplican por qué cscos funcionamientos

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Y la crudJad, relacionada con la nadificación del orroY Para con prkcicas perversas que, como d~fioicra Cl:wreul (l984),
Bcrczi n (2.010), '' '4 crueldad es u.na violencia organizada para necesitan siempre de un tercero que mire la escen:i. A veces
hacer padecer a otros si1t conmoverse o con complacencia... La son los hijos quienes no pueden rehusarse a mirar o escuchar,
crueldad es un modo de violencia que se despliegapara anular para goce de sus padres; y en el vínculo tc~apé~cico sude ser
walqttier modo de alteridad. No es solo la destrucción de los el an.tlisc3 quien queda en el lugar de tcsngo unpotenre dd
otros... sino de sf mismo uimbién . .. la crueldad no es adscribible goce de esos otros. Complicidad de ·goce a costa d~ u_ntc:r-
11 alguna p,uoLogía en particular, es una condición p()tenciaí del cero, que resulta burlado. El carácter perverso de las alianzas
ser humano que se efectiviza en determinadas condiciones micro se denne a la vez. por las personalidacles que las componen y
y mat·rosocio~hirtóricas". por un modo de funcionamiento caracceri-zado por el sec;e~o.
Vayamos ahora a las modalidades de la transmisión. Es aquí. E.Iocultamiento, la trasgresión de las normas y el descrcd1to
donde nos topamos muchas veces con secretos u oculramientos de:.aquello que está consensllado como verdadero circ~lan
que van pasando de una generación a la otra produciendo vacíos coma moneda corrienre. Sin embargo, en general la reahda<l
representacionales. El secreto crea una división: los que saben y vincular se forja acompasadamente con la realidad aceptada
los que no saben. El contrato sccreco dd que hablaba Clavrcul socialmente.
(1984) puede darse inter o inrrageneracionalmente, armando Cuando se trata de familias, los actos de perversión bordean
lazos de complicidad entre las gene.r.tcionesy creando corrientes 10 incestuoso y se ocultan bajo el manto de la co-desmenc.ic\a
clandestinas en la vida en común. La modalidad del secreto y d amor parental. Con frecm~nciano se traca propiamentt: de
puede darse en rransfcrenda: uno de los miemhros del vínculo incesto sino de lo que Racamier (r995) denomina "lo inccsnrnl",
hace cargo de un secreto al analisra, con la prohibición. implícita "lo incestwii es un clim4 en donde sopl.ael viento deLíncestosin
de revelarlo al otro. El analista queda as/ ubicado frente a una que h,1Jaincesto. .. calificaaquello en Lavida psiquiat indi1'.id11,rl
a.lternariva insostenible: callar una verdad sobre d otro que no y fam:liar que lleva Inimpronta del incesto nofflntasea~o, sm que
pucJe revelar o traicionar el secreto. sean necesririanunte wmplimentad((.S Ím fomzus gerutrtles••, r,z
Partimos de la clásica diferenciación entre productividad ciertaforma e1tdtomado (apri.sion,ido)entre el incestofantllsetido
perversa en el pfano de la sexualidad y en d plano n.arcisista. En y el incestogenitrilmente consttmado". .
d primer caso, cuando se erara de una pareja, nos encontramos En estas familias reina una atmósfera que se ha co11sm11do
sobre !a base de miradas equívocas, cocanüenros banafoados
:7 Sara 1\!u, oua (2000) sosrien-e qttt •,ulemJs d,,/ '11lfll,/, la r•rvrrsión "J)íldm,01 dlrti11g11/r y un lenguaje donde la sexualidad aparece sin velamicnt~s. El
ou,11 d1JS
7 totid;,,,,. •.,¡ue,,¡,,,/,,t los ,ompor111mfr11101,-adtim.r, ua11d,Uicoi
Jormm: el '11111! J sufrímícnro vincular se relaciona con un exceso de acercam1cnm
11111üori11/rs:
prod11cdo1u1 d,: per;o,1,u rom1111r11/Mo, IIJJtlútint/1, 11/ve/11r
de¡., 1wi1/i,11teM11tl
rr,,l,zan tf,1ami11,11los fltlvs .r !mrrrJtt rtJ11di,c¡¡¡s titlcs,01110 por ~J,mp{oí1u·endiflrobj,.•11». sexual, co11secuencia de que las barreras entre generaciones Y
d,¡,i,tr/11, o,·ompalm, sin ttmuJY <01/Cimrr.r. J,: su a,·,·i,h,,t11 1111,1 mtru dr 'porq1u ;;: 11¡ vínculos no se establecen claramence y rdna un dima de con•
riq11imtp<Jrq11ealgoqmi111lrr,ur1c11u les11111/r11e v lr.rp,r111rbt.Y /'O'úÍliltl(J,d '11111{ drl
fusión entre lo prohibido y lo banal. Es el reino de la :1jeniJ.:id,
horrur; "" 1/ltll rd,.w/wo 1•1r 110puttÚ w· ,·,d11ddv a 11111ti1111, rum¡m•mlhfn, ,t ,¡11,
h1111111110,
n·at,"A'Qhrr h1pl11uij11:J.ri011 )I IJZ industrltt de la. 1111ttrt~ pt•r¡utradnpor serf'SJlfl ¡u.1u,111rrj, qué' erige 1:1imposibilid:td vincular como hege~1ónir.:n.
.i;crarosifi,·,1do1 prcv/111n(·111r, 'JIU'' sigue.,,11n pl,w frl,, y.tlt,ttP4-L.fio1111do. ortlt11,1rlo
cvnl't'hitlfJ/ El anali:;ra aparece en d lugar de la denuncia y much:1sve-
,ti ,~11/11d,• l,1 111d, prrfant bwwrr11iu1,·id11. ("P~reldoias y cstoeidas dd ideal". Rcviml
A,Ul•G, Tomn :CX:111• Bs.As., 2000). ces es visro como el "loco'' que no sabt' lo que dice. Verdadera

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perversidad en la pareja parental, en la cual circula un pacto con ella. En cambio, esta.amora afitma que:$e traca de la relación
por el cual uno hace y el otro desmiente lo que hace el primero. asi 111érrica entre un psicópata y otra persona qut: ha perdido su
Otra variedad de este funcionamiento es aquel que hemos de- c;ipacidad de pensar. Por ese motivo denomina "vít:tima" al
nominado funcionamiento con productividad perversa narcisista. partenaire. A partir de nuestra experiencia pensamos (JUe~las dos
Se organiza a partir de una trama fanrasmática donde reina la ideas, aparentemente irreconciliables, no lo son tamo. ~u.ando
idea de completud y también la obtenci6n de insumos narcisistas se trata de vínculos que se han sostenido a lo largo del ncmpo,
de un sujeto a costa de otro. A nivel de lo individual Racamier d pacco inicial -en el cual posiblememe se dio un arre~lo de
' •

(1995)describe al perverso narcisistacomo alguien más ligado a goces-mu.ca, porque el mismo funcionamiento va pr?duc1c:ndo
~1:a per~ersión moral que sexual. Es una forma <le perversión un arrasamiento psíquico, un colapso de la auroesmna y una
tna, racional, combinada con una incapacidad de considerar-a caída desubjetivancc de tal calibre que, cuando se presentan
los ocros como seres humanos. Vidal (2007)l 8seftaJa que no en- frente al analisca, la persona ha perdido su posibilidad de pensar
co~cramos a escas personas en los consulcorios, pues no existe el y, por ende, de transformar la situación. Si bien no adoptamos
sufrimiento; es más, muchas veces se ha transformado en goce. Laterminología víctima y victimario, sí creemos que ~n esas
Por e~remorivo, las ~onsultas vinculares se realizan casi siempre sirnaciones es de extrema urgencia sostener a ese pinten aire para
a ped1do del Otro rruembro de la pareja o por indicación exrerna que pueda recobrar sn capacidad df reflexión. Por _calmoti~o-
(el c~legio de los hijos, el pediatra, d juez.).En el caso de parejas, cuando la situación clínica se presentaba con este canz, en vanas
el vrnculo se arma generalmente entre un sujero que se siente ocasíonc::s hemos interrumpido los rrat:tmienros,sugiriendo terapia
a_menazado por un otro al que es imperioso destruir y al mismo individual p.ua ambos cónyuges pm considerar iacrogénko d
uempo s~ necesita _desesperadamente para sostener al propio yo, dispositivo vinco lar para ese momento de la ~elación. .
Y otro su¡eto con fuertes déficits en su aucoesdma que lo llevan En las familias puede no cracarsc de u11 su¡ern con requen-
a colocar al primero en el lugar de un Yo ideal. El sufrimiento micnros 1urcisistas sino de un vínculo, por ejemplo la pareja
vincular se da por un exceso de presencia de uno de los sujetos conyugal por una parre y los hijos por otro. ~e: rrarnría de _un
en relación con la voluntad de alienación del pensamiento del circuiio de aspirar/ofrendar d narcisismo para I ncentar d,tr vida
otro. Estamos frente a un sufrimiento por desborde de lo ima- a un 11arcisisrnomuerto o morralmence herido.
ginar~o en relación con la bt'1squedaa Lilmmza de la semejanza.
Es llllc:resanre aquí citar a Marie-France Hirigoyen (2009),
quien realiza una crítica a los psicoanalistas en cuanto a la idea El. p 1\ D R E T 13R R I BLE i•t
de que d parrenairc de un psicópata siempre debe preguntarse
en q~1émedida es responsable de la agresjón que padece y c:nqué Concurren el padre, Roberto t6o), la madre, Mina (59),Y San-
med1da la ha deseado, calvez de modo inconciente, y aún goza dra (27), la hermana mayor, para consultar por María (2.3).Los
padres están separados.
18 llara Vidal, eJ movimiento p.:rvcrsl'l: si nt) es por d con.curso involllnr.:irio
1111s~ k>grn
pc'.o 3ctivo )' tlcccs,irlo Jd n,cdio. b pcrversióo nardoisca implica siempre orro psi-
qu_ismo(Vi_dal, J~P.:D~ út¡-.;r,,mió11n.irrimqur. Mo,üruiti d11¡t.nu1p,D,tnr In 01iuiqtJf
p.r1Cl111mlly1u¡u,•,
Erés !-ronce, ~007)

Página 144 P:igina T4'i


(
(

R: María habla como una nenita, maneja a la madre, a mí y Mi: Me genera miedo que haga col.as,no sólo por matarse;:.Ayer
a Sandra. Cuando se angustia es cuando es más normal, estaba llorando diciendo: "Me quiero morir, no quiero vivir
cuando está con esa mascarada genera un efecto reboce. así, me enamoré del colt:ctivero, es casado y me pateó",
Siempre fue rechazada. S: ;Cómo podés romper una familia?
Mi: Ella no fue deseada y estuve en la puerta de hacerme un Ma: (En forma casi inaudible). No quit:ro eso. boluda.
aborto, mientras que a Sandra hasta sabemos qué día la • • con e1padre.1
S: ¡Que se vaya a v1v1r
engendramos.
R: María siempre está al borde dd pdigro, te pone los testkulos Al finalizar la sesión, María dict'.:"La terapeura me qttiere". La
ad (se1íalándosela garganta). analisrn no enciende bien la frase y tampoco puede unirla al
S: Es varonil, es una chica muy masculina. resto de.-lo sucedido en la sesión.
R: Sí, es verdad. Días después, Sandra llama con u1·genciaa la analista diciendo
S: Yo la veo mal, db no es manipuladora, es enferma. que María fue abusada por el padre estando en la casa d~ él.
R: (Habla en forma desafectiva). Una vez alucinó y no me María la había llamado muy angustiada para contarle lo sucedido.
gusta, y a usted tampoco le va a gustar ... (dirigiéndose a la
analista).
S: Mi papá habla de psicosis, de perversión, pero no hace Sesión posteríor al llamado
nada.
Mi: Ella se quiso macar y fue por una estupidez. Mi: A los tres mesesde María, el padre ahusó d!!susobrina de ocho
a fíos. Escando en la casa de la hermana, la nena vino y le dijo
a la madre que el tío b había manosead~: La madre nos ech~}
María asiste a las siguientes entrevistas. Es obesa e impresiona a todos sin decirnos por qaé y griraba: Te mato, a golpes •
como alguien desvitalizado, inmutable. Elige sentarse siempre Nos fuimos y mi suegra decía: "Esta nen;~C'.Sfantasiosa".
en el mismo lugar, al lado de la analista. Su participación verbal ' • ?
es escasa, respondiendo con un "No sé" a cualquier pregunta. A .. (·Í.rei•
, que {os l' 1:
11cosmtenten en eso.
Mi: Es un monstruo, con este tipo tuve: dos bijas.
Mi: (Muy enojada). María le robó a una compañera de trabajo.
No puedo con mi cabei.a, estoy descolocada, ¿dóride'l/amos A: Peroustedttigosrthia. , .
a parnr, hasta dónde tiene que lkgar, hasta tocar fondo? Mi: Yo le dije a Marta que con el padre sola no pod1a.salir.
Me da muchísima vergüenza, estoy totalmente confur.dida,
siento dolor porque es mi hija. A: (Dirigiéndose a María). ¿Alguru111ez t:11papá te bahín11111~
S: Yo cambién estoy muy enojada. Estoy más que cansada, me noseadoa vos?
dan ganas de que desaparC'z.ca,me avergüenza que sea mi Ma:Sí.
hermana.. ¿Tendrá discernimiento entre el bien y el mal?
A: ¿Cuándo?

P:ígiim 1,17
Página 146
(

1-1a:Cuando tenía nueve afias me rocó la cola. algunos de los rasgos patognómicos de esras familias: la bana-
lizadón de las situaciones, "ella se quiso matar pero fue por unfl
A: ¿Se lo contaste.a alguien? estupidez", o el riesgo permanente di! María en cuanto a perte-
Mi: A mí, por eso no quería que se quedara sola con d padre. necer o no a esta familia por estar, de un modo no solamente
Me comó mi hermana que este tipo Ja agarró y le dio un meraforico, "en la puerta del aborto'', por lo cua I parece que la
"chupón", mi hermana 1c: dijo de todo ... Y yo no me daba única manera de pertenecer es alucinando o infantilizándose.
cuenta ... no sé por qué no lo conté. O qui2.ñcontribuyendo a la "mascarada" de una familia en la
S: Convengamos en que María miente un montón. Cuando cual ella debe ocupar el lugar de:la perversa o de la loca.
ella me llamó ayer le pregunté: "¿Esrás segura que me decís El dima transferencia! es violcnro, y se entreabre cierta ame-
la verdad?" nna en el modo en que el padre le dice a la analista: 'íl usred
Jampvco le v,ztt gustnr", marcándole lo que debe sencir o pensar.
(La analista piensa que cuando María dijo: la terapeuta "me Podemos imaginar la cualidad del sufrimienro de María, víc-
quiere", tal vez haya querido decir "me cree"). En esta entrevista, tima de una ca-desmentida familiar que Indej6 a merced de un
y a partir Je escuchar mensajes amena1.adores del padre en el padre gozador con consecuencias trawnáücas para su psiquismo.
celular de María, indica la consulta urgente con un abogado, Sandra ~e pregunLa acerca de b diferencia entre d bien y el mal,
y la sugerencia es aceptada por la familia. diferencia fundamental que se pierde en el funcionamiento con
productividad perversa, banalizando lo prohibido y cjercien1o
sobre los integrantes del grupo familiar un.a suerte de indife-
En el discurso parental surge claramente cómo los padres pro- rencia afectiva frente al sufrimienco y la cmddad, así corno la
mueven la división entre las hermanas, Sandra representando pérdid:1 del reconocimiento de las diferencias generacionales.
el ideal y Maria el negativo dd ideal, una la hija deseada y la El secreto que mantiene la madre acerca de los actos de abuso
otra casi un aborto. Sin embargo, Sandra denuncia la función del padre l.t maestran como cómplice de lasimadóo de violencia
paterna fallida, en t:inco hay un padre goz.ador de la enfermedad familiar, al igual que la suegra 9t1ed<::smiencela aetitud del hijo,
de María. marcando así una cadena transgeneracional de desmentidas.
Cuando los padres muestran la imposibilidad de cumpli.r l:on Como señalamos anees, la pareja parental aparece arma<la
las funciones de soscén y corte, surge en algunas oportw1idades sobre un pacto en el que uno hace y d orro desmiente lo que.:
la posibilidad de que el vínculo fraterno se ponga en juego, hace el primero. Tal vez.la prcgw1ea de Sandra acerca de si su
armando una unión que les permita salir del lugar de testigos hermana dice la verdad muestra de qué manera akam.a a todos
mudos de la relación narcisisca entre los padres. Como sei1ala11 los miembros de la familia el mecanismo de la desmentida. Es
Edelscein y Erbin (2006), « /11.vincularidad de estafamilia se sólo la presencia de la analista la que garantiza la posibilidad de
org/f.niza alrededor de la violencia. Violencia que en el presente ser querido/creído, es decir, reconocido como otro sujeto con
adquiere modos denigratoriosy descalificadores(.. .) pero, al mismo capacida<l para d.iforenciarse y pensar.
tiempo, induye nbruptarnente situaciones delpasada que quedaron El ,·elamienro excesivo de lo imposible, y el borramienco de
mudas y exduídas deLdisp,mo familiar". Aparecen en d discurso la separación que supone el déficit en la renuncia pulsion:d,

Página 148
(
(
{

llevan a que tocamientos, gestos o abusos francos sean no escuchaba a Caro mientras hablaba y pensaba que vos te
percibidos o, dicho con mayor propkdad, percibidos pero estabas haciendo una idea errónea ele lo que pasó.
vaciados de significación. En este contexto, el sufrimiento C: Vos ce creés que la realidad es lo que pensás vos, pero •••
vincular promueve, corno en María, que una persona dude J: Sabés que no me gusta que me interrumpan. Te lo digo
de su propia percepción y se autoposicione en el 1ugar de "la desde que nos conocemos pero vos insistís. La realidad
loca". El abuso puede ser pensado como una de las precipi- es que ella puede hacer las dos cosas en el mismo día,
taciones del l1.1cer, que borra las diferencias generacionales y porque la intervención es una pavada y el médico nos
los lugares simbólicos, atentando contra las certe2as básicas dijo que en dos horas la nena va a estar perfectam~nre.
que una persona necesita para no psicotizarse, verdadero Eso es lo que me enoja, que dla r~nga un pcnsMnléntO
retorno en acto de una moda1idad <lealianza sostenida en la irracional.
co-desmenri<la. C: Vos no cntendés que las cosas se pueden vivír de modo
diferente, que hay dístinrns realidades y yo como mamó.
guicro estar con };:i nena. ,
UN TALADRO EN LA CABEZA J: Pero ru argumento no 1:s racional, porque vos no estas
siendo honesta con vos misma y segur:imence elegís ouo
Javier (42)y C~rolina (40) consultan a pedido de él por conflictos día porque re ví~ne más cómodo y no tenés que dejar tu
en la pareja. El se queja de que ella es irracional e impulsiva y t~nis.
es la responsable:exclusiva del problema; ella a su vez sostiene C: (Empieza a llorar). :Élquiere saber mejor que yo lo que a mí
que él es agresivo. me pasa. La verdad siempre la tiene él y quiere convencerme
de que todo lo que yo piensú es equivocado. .
C: Para darre una idea, ayer fuimos al especialista porque a J: Todo no. Pero esto sí. Vos podés perfecc:amenre 1r a la
Urna hay que hacerle una pequeña intervención. El mé- intervención por h1mañana y ser testigo a la tarde. faa es
dico propuso el día 2.6 pero yo le dije que: no porque ese la realidad.
día es el casamiento de mi mejor amiga y yo soy testigo. C: (Se lleva las manos a la cabeza mientras llora). Basca, voy a
Y ahí mismo, enfrente del médico, él empezó: ''¿Por qué hacer lo que vos <ligas.No para, no para, parece un taladro,
no pod.:s d 26, si la intervención es a la mañana 'f nos voy a hacerlo el 26.
vo1vcrnosa casa y d casamiento es a la tarde?". Yo trataba J: Es lo lógico.
de explicarle que a mí no me deja tranquila, tienen que
ponerle anestesia general, quiero estar con mi hija todo
el <lía.¿Es tan raro pensar así? Pero él sigue y sigue y Vemos aquí c:n acción d funcionamiento perverso narcisista.,
hasca antes de entrar aquí me estaba diciendo por qué la perversión moral. El discurso monológic_o,auwricario,_de
no hacerlo e126. Javier, descalifica la percepción y los scnndos de Carnl11~c1
J: ¿Terminaste? (Dirigiéndose a la analista). Bueno, ahora a.sumiendo que existe una única realidaJ y es la quc_e~11nc1a
yo cevoy a conrnr la realidad de lo que pasó, porque yo la él. La metáfora del taladro muestra el poder desub¡envancc:

Páglna 150
(

de un discurso que se introduce por la fuerza en el psiquismo No: Níco le rompió al padre su compuraclora a propósito •..
dc:I otro provocando verdaderos agujeros de sentido, y ejcr~ Ad: Ya lo había inccmado otro día, y prometió portarse bito •..
ciendo una violencia que por momentos bordea ese plus que: No: Esta semana empieza en la escuda nueva ...
.rnponc la crueldad. La respuesta de Carolina es someterse
Y hacer/pensar lo que el otro ·desea, con ral de cortar 1.:onla
situación. Verdadero sufrimiento vincular ligado a la voluntad Or,-a sesión quince días después:
de alienación de w10 y al dolor por el sometimiento de! otro.
También para d analista será una rarea difícil cuestionar el No: Me llamaron d~ la escuela nueva p,ua decírme que hizo
discurs_oautoritario de Javier y poner al descubierto su posición lío en d aula, y yo les dije que no quiero que me llamt:n
de Yo ideal, poseedor de todas las verdades y único garante más ... a meno5 gue se rompa un braio ...
de la "realidad", sin provocar su enojo. Tampoco será sencillo
que Carolina asuma protagonismo, pues ha naruralizado este Tres semanas despw:!savisan de la escuela que Nico se subió a
modo de vínculo y, aunque lo denuncia, se ha acomodado a una pared para intentar salir a la calle ... , raz6n por la.cu::illo
su posición en él. ~x:pulsan.
Sicuaciones como ésta, en hs que un niúo es malcratado ca~i
inhumanamente, muesccan una forma de abuso, de violación
LA PARED -aunque no sea estrictamente sexual- que implica Ja puesrn
en juego de una crueldad causante Je! arrasamienro subjetivo
Concurren a una sesión los padres: Norma (38) y Adrián (40) del niño.
con su hijo, Nico, de 8 años. Emran al consultorio y Nico se Observamos que la alianza entre los padres es can férrea
sube a la falda de su mamá, y esconde su cabeza. (¿gozosa?) que el analista necesita sacar al hijo de la escena in-
centado evitar que la presencia de:los pa<lrt:Sse convierta en un
No: Estamos muy mal hoy... exceso imposible:de cramirnr en su psiquismo. Como señalamos
Ni: ~urmura algo. antetiormente, 3<>el dispositivo vincular puede promover situacio-
No: El no quiere contar ... (Nico va ala caja de juegos y empieza nes dt: desestructuración subjetiva o vincular cuando funcion,1
a rirar objeros por el aire ... ) al modo de un espacio facilitador de la repetición traumática.
Ad: ¡Si seguís así, vas a terminar solo como un perro! (Nico Esrn sirnación clínica rnuescra lo que hemos denominado un
llora). funcionamiento con productividad perversa narcisista, en el
Ad: ¡No llores ahora, lo hubieras pensado ames! (Nko grita que que se da un verdad.e.roacoso moral sobre la psique de alguien
no quiere que cuente qué pasó). que s1.:encuentra en sicuación de Jc:samparo. en este caso por
Ad: ¡Callare, sentare y hablá! (Norma observa sin inmuc:use). s<:run niño.

A: (a Nico) Pnrfavor, dejamesolocon oo paprú un rato,quedare


esperandoafuera...

Páginll 152
(

Nico se sube a una pared .. , pero lo expitlsan. El sufrimiento Cu.1.ndoFernanda tiene:catorce ai'los, ve en telcvisi6n la escena
viucular se da por una primacía de la ajenidad en el lazo paterno
"en vivo" de una mujer asomada a un balcón, a quien la policía
~liaJ, que produce un sentimiento de nadificación en d niño. intenta dii;uadir de su propósito suicída. La rnujer se sienta en
Este se ve impulsado a un acting que resulta fallido porque el la baranda y amenaza c<>ntirarse: ruidos, ambulancias, policía.
Uamado al otro termina con una expulsión que repica sobre la En un memento dado, la mujer grita: "Espero que un día me
sordera de los padres.
perdonen", y se arnlja a la calle. Inmediatamente aparecen los
subtÍtulos: "Suicidio en Barrio Norte".
Fernanda entra en estado de conmoción e intenta hablar
SECRETOS Y MENTIRASJ!
con su hermana, que se encontraba con ella, pero Carolina
no entiende su angusria y no observa ningún parecido con b
fernanda es una joven mujer que consulta durante eI verano en muerte de su madre. Femanda enfrenta al padre y lo conmina
estado de intensa angustia. En la primera entrevista relata que a hablar, recordando en ese momento la carta. El padre niega la
Roxana, su sobrina de siete años, acaba de tener un accidente existencia de esa carta ("re lo nabrás im:1ginado") y se sostiene
en el Delta, a resultas del cual muere ahogada. Y casi en un férreamente en la versión dd accidente.
susurro agrega: "Yio creo que se suicidó" En sucesivas entre- Pero Fernanda había entrado en un camino sin retorno. No
vistas, Fernanda va narrando una historia. Cuando ella tenía acept.1 la explicación de su padre y comienza a contar en el
ocho años y su hermana menor, Carolina, siete, en una tarde colegio y a sus amigos que su madre se hahía suicidado. Esto
de verano su mamá se despide de ellas y pronuncia una frase: endcnde la ira de! padre y de toda su familia, y le vale ser cas-
"E,spero que un d'1a me pcr d onen ". Sencada en la baranda del
tigada y descalificada, p-asando a ser alternativamente rehelde,
balcón, indina su cuerpo y se arroja al vado. Fernand-a ve en mentirosa, mala o loca.
ese momento sobre la mesa una carca que dice: ':A.mi familia,". Lenrameme va haci~ndo su vida por fuera de la familia, o
Gritos, policía, ambulancias. Una cía que se ocupa de las más bien exiliada de la misma. Intenta hablar con C:uolina de
niñas. Encierro. Y una palabra que insiste: accidente. El resto lo sucedido pero su hermana, aliada al padre, la convierte casi
de la infancia de Fernanda y CaroJioa queda marc:~da por la en una enemiga. Fcrna.nda recuerda estos años de-su vid,1como
palabra: aparecen miedos a los accidentes, fascinación por los de intenso sufrimiento.
accidentes. . . -
Pas,111los años, ambas hermanas se casan y tienen hijo~. En
Pasados seis meses de la muerte de su mujer, d padre vuelve los últimos tiempos, Fernanda había percibido que Roxana,
a casarse, con Marta, con quien tiene orro hijo, y rápidamente hija de Carolina, aparecía triste y aislada. La.niúa pronunciaba
r_odolo sucedido va de'saparec.:iendode la escena y el discurso frases que luego negaba haber dicl10. Frases como: ''¿No sed
familiares.
mejor morirse::?"o "Me gustaría cnwnrrarme en el cielo con
la abuela". Alarmada, habla con los padres de la niña, y re~
cibe nuevamente la consabida respuesta: "Vos siempre viendo
31 ~,r:, m~tc.·rinl1..:Hnk-0fue pn:~~urndo<."n"L~s crc.!i. en la ~onsritud<.lll ~nhj~-
gcner.:.idonc:i;; visiones. ¿No te vas a curar nunca, vos?". Un;¡ tar<k dL·l".,~·
nv~ , <,omd, ~-, J11mada, dd Dcp,,rr¡,uenro de Fami)i, del Centro Oro. lh. A:,,, 1003,
verano, en la casa familiar del Del-ta, Roxana -,1popda en l:1s

Página 154
maderas <ldamarradero- de pronco pasa su cuerpo por deba¡o v un vdamknro de lo imposible cambién excesivo Je la inuert1::
del maderamen y se lan-z.aal rfo. La familia queda deshecha: ,crauniárica de la madre y, tal ve1., de la sobrina, Nos<! tolc:ran
"un terrible accidente". las pérdidas, lo cual Hev.ia la co-desmentida par.1 sostener un
Luego de varias entrevistas, la analista escucha la frase que predominio de la familia ubicada en el lngar del lde;1I.
parece develar d verdadero morivo de consulta: "Al final, yo La disyunción es brurnl: sostener la p_alabrac.Jdpadr(: o perder
no sé si soy la loca o si rodos los demás están locos, pero yo ~u a mor. Feman da elige y se convierte en "la locade lafom; lía''
estoy segura de que la nena se suicidó. Desde que pasó esto, no por ser la única que escapa a la comunidad de desmcnrida t¡u<:·
puedo dormir: tengo miedo que la historia se repita y les pase. une a rodos los demás. De ahí su pregunta an.gusri:ida: '¿Est,1ré
algo a mis hijos". . foca?".La locura o la, cordura dependen grandcmcnre del con-
¿C6mo se transmiten sentidos en e.sta historia? ¿Cuál es el senso que una familia o un.a sociedad den a las percepciones Y
lugar dt'. la repetición? ¿Podemos verdaderamente equiparar la a los sentidos concomír.intes de aquello considerado corno "la
subjetivid.ld de una niña con la de una abuela a la cual no ha realidad". La búsqut:d:1de una semejama que tiende~ lo idén-
conocido? Una primera cuestión: nos parece saludable resistir la tico es también una de las fuentes privilegiadas de sufrimiento
tentación de suponer que el suicidio desmentido de 1a abuela es vincular. Es por tal motivo que una historia falseada puede
la causa del ¿suicidio? de la niera. No existen los hechos causales uansformarse en sentencia de muerte psíquica para un sujeto.
aislados, no importa cual fuere la pregnancia fascinan.ti: que Ex:iscensituaciones do11deel analista no debería permanecer
adquieran en d re.lato. En la constirución subjeriva de Roxana, m:utr,tl en cuanro al valor de rcalid,1d de los hechos sino actuar
entre rodas las x condiciones iniciales, aquéUas que referían al al modo de un testigo, sirnación muy diferente a ~osrcner que
suicidio de la a buda y a la desmentida del mismo -cuestiones exista un modo inequívoco de incerpretadón de lo sucedidu all,1
secretas en d discurso familiar- conformaron el inicio de un y entonces. Cada versión de la historia supone una d~cción y
proceso. Proceso en el cual el azar deja su marca: lo que tuvo arrojará otros sentidos y otras consecuencias.Mostrarle a l?crnand,1
lugar pudo no haber pasado, eliminándose así la idea de destino, <¡ucd analista cree en su versión es un modo de devolverle en
que confunde genealogía con explicación. Poc.lríamos entonces acto h confianza en cu.mro a su criterio de realidad, pues dicho
decir que entre las múlriples condiciones de posibilidad e im- i:ritcrio esrá basado también en 1111a experiencia intersuhjcriva.
posibilidad de que la pulsión de muerte se transmitiera por las Ororgar significado a lo de~mcncido o forduido <leu1.1a 1-~i~toría
nervaduras transgenc:racionalcs y pudiera eclosionar en esi;enas indiv:dual, familiar o colectiva, aun cuando ese s1g01 ficado
semejantes, aqudlas referidas al retorno de lo negadvizado a posea car~cterístíc:ts míticas, snpone recuperar la ca~:a~idad
partir de los mecanismos de co-desmentida tomaron la delanrera. simbé,lh:a de los sujetos e imenrar que la cadena genealog1ca de
Retorno en un hacer por fuera de la representación, por fuera rrans111isiónde lo rechazado no rt"quieraencarnarse en el cuerpo
de la escena. Hacer sin palabras, hacer de la muerte. de una tercera generación para poder a.dquirir un semidn.
Pernanda ha peleado por sostenerse fiel a sí misma pagando
un alto costo: el exilio de su familia de origen y la duda en
..:1rn11Lo al funcionamiento de su propia cabeza. El sufrimiento
vincular, en este caso, se produce por una pertenencia en exceso,

Página 156 P;ígíllll Vi7


(

C.o\l'ÍTULO 9

FUNCIONAMlENTOS CON
PRODUCTIVIDAD DE BORDE

INTRODL'CCJÓN

A partir de las llamadas patologías de fin de siglo, del vado, o


narcisistas, mucho se ha cscrilo sobre d déficit narcisista en el
sujero. Nos proponemos ahondar en éSe tema para d campo
Je lo vi ncul.tr, ÍocalizanJo rnnto c:n la ausencia o caída dd velo
imaginario que sostiene el vínculo como en sus excesos. La clínic-.i
actual trae a nuestras puertas sujeros y vínculos donJe se juegan
cuesüom:s acerca de la identidad; se han ensayado distincas
denomín;iciones a estas vicisirudcs iJemirarias: crisis, desgarros,
colapsos, cransformacioncs.Las personas se presentan muchas veces
con un semimiemo de angl,stia arrasador por no poder percibir
una interioridad en discontinuidad con lo exterior. Necesitan
aynda para construir un mundo propio, personal y vincular que
los h;ibilite a llevar adelante un trabajo di::historización.
En lo vincular, ·la situación no es muy diferente. Las pareja~
y familias, sobre cu<lo<le la acrnalidad, se encuenrran muchas
veces con dificultades para definir una identidad vincular y
sostener la red de las diversas identidades de los sujetos. En estos
funciona miemos se arman escenarios done.leuno o varios sujeto,1
no logran reconocerse en una interioridad, están "habitados"
por orros, derramados en otros. confundidos en la trama. Y,
paradojalmente, por el pliegue de lo vincular. surge la sombra
de !a imposibili<la<l, el pumo del no vdamíenco, que también
conduce a no poder sostenerse en un nosotros.
Clisicamemese pensó en funcionamícnros nard~i~ras cuand{\
se perfilaba un desdibuja miento de las fronrc-rascnrrc los sujetos

Página 177
1 '

Y un anhelo de retor.no a un estado fusiona! con un otro com- narcisista, así como déncics en la renuncia pulsional y obstá-
pleto cercano a la díada madre/bebé, vertiente tanática del culos en la posibilidad de salida cxogfo1ica. En este funciona-
narcisism_~' ligada a ideales endog.ímicos no alcanzados por micnrn, el vdamienco de lo imposible y la renuncia pulsional
l~ castr~c1on. Apoyados en estos conceptos surgieron vari,idas necesarios para constirnír un vínculo se bailan fnigilmcme
:1polog1as de estructuras psicopatológicas, susremadas en una mudados. Como resultado, se dan productividades diversas y
idea de progresión o evolución, Jesde un polo narcisista a un h:isca anragónicas, algunas cercanas a la repr~c;ión, otras a la
polo ed'.p_ico,quedando así remarcado el aspecto patológico desmentida o al repudio, y muchas otras ligadas a la escisión,
del narc1sJsmo. pao sin mirnecizarse con ninguna de ellas. Así encomramos
. A partir de estas primeras nociones va girando el punto de problemáticas en relación con la pertenencia y la identidad, los
viseaY se esboza paulatinamente una idea del narcisismo como ideales y la auco-estima i ndiviclua I y vincular, y con cuestiones
facror ineludible de subjetivación en los lazos familiares: sujetos 1·elacionadascon la indiferenciación yo/otro (Hornstein, 2007).
q_ueocupa_n los !ugares propios del sistema de parentesco y se Las alianzas consritutivas se anudan hegem6nicamentc alrededor
v111culans1multaneamence a través de un espejo familiar.;s De de la escisión, que puede darse entre lo corporal y lo psíquico,
este modo, enr_ran ~n rda~ón las imágenes del propio cuerpo d adentro y el afuera familiar o entre los distintos lazos del
Y los modelos 1dent1ficatonos familiares, junto con los ideal.es parentesco. Diferentes núcleos vinculares qne no se comunican
de_la cultura en gue la familia está inmersa. La idea de un es- entre sí. También se muestra la escisión en la uama a partir de la
peJo ~ami_l:aroto_rgaal narcisismo un lugar indispensable en la emergencia de actitudes, afectos o versiones opuestas e irreconci-
cons~1tu~1onsub¡etiva de cada uno de los miembros y en la del liables, generalmente personificadas por distinto.~sujetos, sin que
propio vinculo, proponiendo modelos de vincularidad ideali- en.tren en conflicto y sin producción siotomaL Nos encontramos
zados o denigrados. Recordemos además que desde Ja veniente entonces con súbitos cambios o caídas de unos mecanismos a
del entramado sujero/culcura, Aulagnier (1975)propuso la idea otros y de algunas problemáticas a otras, anudamícntos fugaces
de contrato narcísista 39para pensar la dimensión narcísizante v desanudamiemos abruptos, fruto de escisior.es diversas que
de la ~ulrura. Contamos entonces con dos conceptos que re- podrían explicar el alto grado de volatilidad de estos funciona-
sulcaran clave para seguir las vicisitudes del narcisismo en sus mientos vinculares. Las transiciones y fluctuaciones s011 mucho
encadenamientos familiares y culturales: despejo familiar y el más frecuemes que los momentos de estabilidad. 1ambi¿n circulan
contrato narci.~ista. mecanismos como la proyección,la desestimación de la percepción,
la idealización extrema, las defensas maníacas, etc. En cuanto a
En los funcionamientos familiares con productividad de borde la realidad vincular, marca una diferencia con el funcionamientt>
n_ose logra acabadamente el velamiemo de la imposibilidad psicótico, pues conserva de algún modo, aunque fuera precario,
~mcular, o se produce en exceso, quedando al desnudo braves las pautas del criterio de realidad pwpio de la cultura en que se
fallas en b construcción del espejo &miliar y/o en d contrato halla inmersá la familia o la pareja. Sin er11bargo,a veces este
criterio se ve jaqueado por actuaciones desenfrenadas que coloclln
;8 Ver <:ap 1. al analista en u.na zona de incertidumbre. En muchas sintaciones,
)9 Ver e•~· .¡. la desligadura pulsion~l conver.tirá a ésta en incontrolable y los

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(

afectos llegarán al paroxismo. Veremos aparecer las figuras del


mtÍJ importante pnm los i11dividunsque buscan desespffttdmnente
goce mucho más que las de.!deseo y se sucederán las situaciones de
un nosotros al cuai puedan tena r1eceso ",
riesgo de acting o pasaje al acto: accidentes, suicidios, adicciones., Emre los obsrácuJos a la conformación del scntimíenro de
enfermedades graves, violencia. En este tipo de funcionamiento,
pertenencia se encuemran aquellas situaciones vincula rc:sen qm:
la ídea de riesgo para la vida psíquica o la integridad física de los
aparecen d desinvestimíento o d vacío. ~sen estas escenas adonde
sujetos esd siempre presente. ,
adquiere toda su importancia la idea de pérdidas no dudada.s,
Como ya dijimos, en estas modalidades pasan a primer plano de traumas pretéritos, que a rravés de las generaciones van con-
la pregnancia del yo ideal y las problemáticas de la autoestima, formando un:i. verdadera cadena rraumárica cransgeneracional.
sobre rodo en aquellas situaciones donde el ideal marca el Se L1bicanaquí también las depresiones crónicas parentales, las
viraje hacia el negativo del yo ideal. Si bien las cuestiones de 6gur.:isde los muertos/vivos, las criptas: 10 Predominan los retor-
la autoestima también se juegan. en los funcionamienros neu- nos por la vía del hacer: impulsiones, adicciones, implosiones
róticos, la diferencia es que en muchas situaciones, al estar en somáticas, accidenro6lia.
jueg~ el sentimiento de pertenencia, de la propia consistencia La función de amparo se halla fallida desde una doble pers-
del vinculo, queda jaqueada también la idemidad idemificato- pectiva: por un lado, los vínculos son significados como posibles
ria de los sujetos. Cuando predomina la vulnerabilidad de la sólo en tamo sostén de los ideales narcisistas vinculares y, por
~utoestíma, los sujetos se tornan especialmente sensibles a los otro, esca libidinización se hace a expensas del cuerpo de los
Írncasos y desilusiones. Los vínculos parecen atrapados a la vez .sujetos porque no hay registro de las necesidades corporales
por una autonomía que se convierte en soledad devastadora y propias ni dd otro.
un acercamiento con el otro que confina a la fusíón mortífera. El dimatr:rnsfcrená1l sufre los mismos cambios vertiginosos.
La clíníca actual esrá poblada desituaciones donde florecen el Puede oscilar enue lo pasional/exaltado y lo depresivo/lacónico.
desvínculo, la lejanía, la imposibílidad vincular. La construcción La angustia es ornnipresence, de tipo catastrófico, y cae muchas
de u~ nosotros es muchas veces d peldaño imprescindible para veces del lado del analista, ante el riesgo de las actuaciones.
rraba¡ar d sufrimienro en juego . .Pero también es verdad que La situación pa rádojaL que escas familias plamean devela la
d nosotro~ se diferencia necesariamente de "los otros". Es aquí construcción de una rdadón especular fallida, Una metáfora
donde se nerne la amenaza de la exclusión, de la segregación o de ello es el cuadro de Magritte denominado "La reproductíon
incluso del odio al diferente.
interd itc", en d cual un espejo refleja la espalda del snJeto qnese
La neccsariedad de un "nosotros" vincular que sostenga la mira. Diríamos que esle <"Sun espejo que refleja -en una pura
pertenencia y la posibilidad de las identificaciones que ir:ín di- repetición-- la propia espalda en lugar de la mil'alla del otro.
bujando identidades se juega en la tensión inevicabl~ de la caída
en el dogmatismo. Un autor que se ha ocupado extensamente +o Un c·mtccpw impo,·tnmc es el d,·lCompleio de la Madre MHcna (Green, A.: Mrrci<l.i1>10
del tema d,e los cambios que se han producido en la noción rlf tid 1,. mlrdtü·nrndt"muttu.Arrinrn)rtu~ lh:. As., 1986}. Alli Gn..""(:n txplica qm~it trat;.l
de u 1minrngoc<instlruidaen h\ p~jq11c ,ld hijo .l.urnsecu~nda de 11n;1 dC'~resi<'m n1:tt~r1ta~
de identidad en las sociedades contemporáneas es Zygmunr No .">t u¡1t;·1 de-11n~ mflci1·cmucrr¡l. en la ffalül.1.d,sino de una ll\:tdr<.· viva pern p.m¡n1-
Baurmm (2.005),quien la define como proyecto, algo que hay que ran~cntc mLlt:-rta a lo~oin!i dd hijo. De~d~ m1~.srra pcrspeuiv¡¡¡,po,id:;uno.-.;,ag1egar qur
cu~d~\Uitrflgur,l dc-1 p:ir~ntc.\rnque teng:i función dt!so,,tén parad 1,iño p_w:d~pnuiu'Cl1·
encontrar más guc: descubrir: ''la ídentificación se hace cada •vez d n.ismo cffctn en d Yio<:ulu.pmtnoi.·icndo ~t•m;-a.1o..h-.:ne.~ de Vl.(.uída<l)' hu il1dad.

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Página 18r
LOCURA VINCULAR sosrenimienro Je: lo vincular. Sít uación diferente a la inducción
de b locu r.i Je 1111 sujeto sobre OI ro a p,utir de probh:mJticas
Es fundamentalmente c:n los funcionamientos con productiví- psíquicas dd primero.
dad de borde donde aparecen aquellas situaciones a las rnalcs Se sustenra sobre modalidades de la alianza centradas en el
describimos como locura vincular (Czernikowski y Gomel, deKonocimiento de lo imposible en un plano localizado, que
r997). Denominación en principio referida a aquellas parejas generalmente no abarca rndo e.lentramado vincular sino sólo
~ue suden rotularse como psicóticas, sin que esto equivalga, una parre de éste.41
stn embargo, a decir que uno o ambos miembros del vínculo De esca manera, la locura vincular se constituye como una
puedan ser definidos como cales. Hoy podemos utilizada para nueva realidad conjunta, verdadera neorre.alídad surgida del
pensar también otros tipos de vínculos (filial, fraterno, etc.) en accionar vincular (Czernikowski y Gomd 1997). A partir de
los cuales se den ciertas características definitorias .. allí, el sentimiento de pertenencia se transforma en inamovibl<!
~e r_ratade manifestaciones clásicamente descriptas para la porque arrastra las identidades endebles de los sujetos y cual-
psicosis, cales como discurso paradoja!, alteraciones graves en quier atisbo de dejar de pertenecer se:acompaña e.lefantasÍa!i de
la cotidianeidad, distorsiones u omisiones perceptuales, ideas enloquecimic:nto y muerte.
delira mes, alucinaciones o pasajes al acto que pueden producirse A nivel de la rran.sferencia, con fiecuencia se generan situa-
aw1quc ning·uno de los sujetos presente un cuadro psicótico ciones pai:adoja\es que se muestran irresoluhles, en un clima
franco. Lo sorprendc:nte de esta locura es que muchas veces se generalmenre violenro. Además, el crecimiento desmesurado de
produce a parrir del encuentro, y es frecuente escuchar decir a la locura sude venir acompañado de un aumento de riesgo para
los pacic:ntes ''l:.rtornepa.ra s()lamente con vos". la vida psíquica y/o física de los Slljeros,riesgo que generalmente
Reconoce en su origen las ideas de fati.ea deux, trabajadas es derecrndo por el analísta y no por dios. También se suceden
por Laseguc: y Falrer (r982), y por Regis (J.982),quien díd que siruacíone:; rnnfusionales, en las cuales el criterio de realidad
"la locura simultánea es la única forma verdadera de delirio del an;ilista sude ser puesto en rda de juicio por los miembros
e~h·e muchos". Para algunos autores, "el interés que reviste la dd vinculo, pudiendo incluso llevar a que d analista dude de
Jolie adeux pam la investigación es la posibilidad de clarificar las su propia percepción.
patologías tr,uupersonales que se sitúan no tanto y no solamente a
nivel intmpsíquico sino en la integración entredos o mds personas"
(Nicoló, 2006). QUE NA))A LES FAI.TE.
El término locura supone en forma genérica diversas con-
ducras que van en contra del criterio de realidad socialmente Consulta un.1 familia constituida por el padre, Carlos (59), y dos
conseosua<lo o adquieren características pasionales que impiden hijas: Vancsa (2.6)y Carolina (21).Llama Carlos, presenrándose
o dist?rsionan la percepción de la realidad. Locura en pareja
o en familia pone sobre el tapete la cuestión de mecanismos
-11 "1V1, tr,o tj!tt' !,,Ji1rdmi,)Tf st,l UJI,] 11¡ttruáftt1 cap,,~ dt ('),:rlknJ•flJI' ~1colrl lfr1 CdJ.(Idr psic1t--
de rechazo localizados, circunscriptos, apoyados en el desco- di. l,.r rm11it/,-,.,,w, mrrtmis,,10 ln1·11I ,ütrrminrtmr
rlt Ard,m lor11/e,;,'if /r,J ,·t,mldtri' l'I tl.t

nocim iemo selectivo de representaciones intolerables para el p,ie,jtirns".Na,;io. J. LJ.:l.v, ")o.<


J, L.u,r,t, Amonom1, lls. A,., 19~8.

Página 182 Págin,1 18.1


(

como el padre de dos hijas con las cuales tiene problemas, so~ c¡uccree pero en realid,td lo que hago yo cuando estoy a5Íes
l
bre todo con una de ellas, la gue motiva su preocupación y b caminar toda la noche: salgo, no me puedo quedar adentro. ~¡·¡
j
consulta: Carolina.
A: (Frcme al silencio de Vanesa) ¿Vosqué pl!'1wí.s?
V: I\,1i papá sic::mprcdice que lo van a matar de disgustos y
Ent revis tíl familiar que dcsd<.'.que Carolina comenz.Ó a salir, a él le duele el
pecho y tiene taquicardias ... .me cansan las discusiones,
1
Carl: Carolina, está en tercer año de abogacía pero se pasa la por eso estoy pow en casa ... Caro coma pastillas, eso yo
mayor parte dd día en la cama tirada o durmiendo. Tiene lo sé desde hace rato, por eso duerme canto ... 1
amistades muy preocupantes y desde hace un año, un
novio, Gustavo, al que le abrí las puertas de la casa y rraté A: ¿Qué pasó con it.1 mamá de las chicas?
de protegerlo porque parecía un buen chíco, hasta qne Carl: ¡Ah, claro! No le dijimos. Delia, mi esposa, murió cuando
advertí que es Lm loquito y drogadicto ... me he enterado Carolina tenía u años y Vanesa 16... murió de cáncer :lpcnas
que incluso ha estado preso por unos días... En el harrio unos días después dd cumpleaños de Vanesa (esto es evocado
todos lo saben y hasta d portero de casa me comenta en qué con detalles y con mucha emoción por parte J.e Carlos) ...
estado llega a veces, en qué estado llegan los dos a veces ... una vez Jcscubierto d cáncer, ca:;i inmediatamente supimos
Lo que más me preocupa es haber descubierto que mi hija el diagnóstico fatal. .. y nos guardamos d secreto, lo sabía
ingiere sedantes ... ún ícamcmc la hermana de Delia ... decidimos arreglarnos
solos y con todo el resto era disimulo. A las chicas les dijimos
Analist,i: (A Carolina) ¿Esasí? guc c·ra una gripe fucne y que la madre debía descamar ...
Ca rol: Me acuesto tarde, cuando mi papá ya duerme o no está, Delia pasaba d día encerrada en d dormitorio.
Y hablo con mi novio hasra las dos o tres de la mañana v Carol: Yo sentía vergüenza porque mi mamá no era como las
luego tengo terror de no poder dormir, por eso !e empecé arras ... esuba cansada y acostada mdo el Jía... mucho antes
a sacar sedantes a papá y luego, corno no me alcanzaban, de la e:nformcdad, mi mamá dormía siestas muy largas y le
se los pido a una amiga ... molestaba el ruido que nosotras hacíamos.
Car!: Mis hijas son muy agresivasconmigo, todo lo cuestionan, no Carl: No crea eso, usted ve cómo ella exagera, eran muy chicas
ayudan en nada. Vanesa es como una máquina, mL~ytrabaja- y no se acuerdan ... yo le prometí a f!dia que me ocuparía
t~orapara ella o para los de af1:era,en casa nada, pero tampoco de todo lo relativo a la educación de las chicas, que no les
nene suerte en las rdaciones al:ectivas.Salió mucho tiempo con haría falrar nada ... Por eso el úníco sentido que pasó a
un personaje parecido al de Carolina ... todo esto va a acabar rener mi vida fue ese ...
conmigo, vivo por y para ellas, si no no rienc sentido mi vida.
Caro]: Yo no tengo ganas de vivir, muchas veces pienso en ma- Delia se murió dos años después de que muriera su padre, fue
tarme y aunque papá 110 lo entienda, cuando mi novio me golpe muy duro para ella ... nunca se repuso ... La analista
Llll

deja yo entro en de.,;esperacióny salgo a buscado ... papá no sé pregunta por la historia familiar de Carlos.

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A: (A Carlos) ¿Cúal es SIi historia familíar? 8011 patologías en las que está en juego d vado de la imposibilidad
ti
Car!: Mi mamá se murió cuando yo tenía 9 anos, soy el menor vincular, 4u.::intenta ser llenado a rra\'és de bs drogas. 11
1,
de cuatro hermanos. Soy de un pueblo del interior, vine El sufrimiento vinrnlar en esta familia se da porque la fun-
~-estudiar a Buenos Aires y aquí me recibí de arquitecto. ción de sost¿n especular está invertida (Matus, 1990) y son las
Irabajé mucho y desde chico porque mi padre era alcohólico hijas ,~uienes recubren desamparo de los padres, aunque ésre
el

y descuidaba: todas las responsabilidades ... Mi hermano conlleve a veces sacrificio de la muerte o eufermedad. Este
el la

mayor se murió hace unos años y era también alcohólico ... espejo familiar fallido se halla articulado con una fu11ción de
tengo una hermana soltera, ella se instalaba en casa para corre ejercida por un padre cómplice de dicha inversión. Será
atender a las chicas y tengo otra hermana casada que vive por eso gt;_eCarlos no ha iniciado d trámite sucesorio: ''acaso
en d exterior ...
les.falta algo ... ya me voy a morii~ mientras tanto yose los cuido".
El reconocimiento simbólico de la muerte de Delia permitiría
A: ¿"Cómose conocieron con Delia?
transformar la pérdida en herencia identificatoria, les facilita ría
y

Carl: Nos conocimos en la casa de una familia amiga de los a Carlos y-a las hijas el trabajo de duelo por la esposa/madre y

dos ••• fue un encuentro hermoso ... fue. poco despliés de tambíén por las pérdidas transgeneraciona les.
la muerte de la madre de ella ... Por orrd parte, Vanesa funciona como una presencia ausentada
que impid1:·establecer un laz.ofraterno capaz de poner en juego las
Cuando en alguna sesión aparece la cuestión sucesoria, frente a la funciones que los padres no pudieron cumplir. El lugar filial se
insinuación de alguila de las hijas para íniciar d trámite, Carlos encuentra -¡emantizado al modo de un "no-lugar" o un lugar de
reacciona: ¿acaso es alta algo? Ya me voy a morir, mientras
• " l f:

gran precariedad, como lo mue.straa la adicción y las situaciones de


tamo se los cuido, porque si fuese por ustedes ... " riesgo de Carolina o d silencio y la ausencia permanente de Vanesa.

Es probable que los dudos tempranos y la existencia de padres sin


rec~rsos para e.!sostén de sus hijos constituyan lar.rama de signifi- Los HF.RMANOS SEAN llNlDOS
cac1o~essobre la que se asentó la alianza de Carlos y Delia, quienes
~e ~n1eron como dos hermanos fn:nre a hechos desgraciados. El Cora (1.5)fue inrcrnada por nn cuadro de depr.-sión de: más tic
lcnomeno del auroabasredmíento en algunas familias como ésta un aii.o de:evolución. 4 :'
encubrela cor:ci_nuidadcon las familias de origen. Si bien padre
el
La pacic::nteabandonad tratamiento psk1uiátrico, los padres
relata que dec1d1eronarreglarse solos con la enfermedad silenciada c<ms~ltan a b psiquiatra trata me porque la veían deprimida y
de su mujer, en realidad podemos inferir que lo venían haciendo decfa que terminada ''suicidada". Frente a esto, la psiquiatra
desde ínicío, ya que las muertes tempranas los dejaron huérfanos
el
indica la imemación, luego de la cual la paciente se niega a
~e ay~da •. Pero esta orfandad coaguló d tiempo y cada vínculo recibir la visita de la famj] ia durante die·¿ días, hasta la primtra
in rento reinstalar lo perdido. Los duelos prematuros no producen entrevisra familiar.
una sep~raci~n sino un desgarro, un vacío, que deja al sujeto en lm
Jugar de invalidez p·.i.racrecery despegarse.Justamente, las adicciones -1~ Agn,1cc,mo,<, la l.k. Dolores Manínez.

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l\í.gina 187
( \

Primera entrevista familiar en la clínica Segunda entrevisttl familitt.r en la cllnica

Concurren los padres, Lisandro (67) y Juana (66) y sus rres Concurren los padres, los hermanos y Cora quien sigue plan-
hermanos: Susy (30), Francisco (28) y Ludana (22). En el primer teando su desacuerdo con la internación y acusa al padre por
tramo de la entrevista los padres piden no incluir a Cora. acros autoritarios en la familia. La madre no habla.
El padre pide la palabra, dice que "Cora está mal desde hace El padre discute con Cora y también con los otros hijos, que
más de tres años. Convive con Lucíana, su hermana" menor en comienzan a hablar recordando diferentes actos violentos en la
un departamento comprado por mi. Trabaja en la empresa, no infancia. Aparecen algunos hechos significativos de la historia
sé por qué tiene tan mala relación conmigo, con la madre y fo.miliar:el suicidio del abuelo materno y la militancia del padre
los herma nos".
demro de un sector progresista de la lglesia, a raíz de lo cual se
Se lo observa con un pensamíento rígido y serias dificultades mudaron más de diez vecesy vivieron en barrios muy humildes en
pam escuchar;tiene una postura deparidad con los hijosy ocupa condiciones precarias. Un claro relevante es que dos anos atrás se
la escentldel espaciotempéutico. la madre muestra una actitud descubre la relaciónextramatrimonial del padre con la hermana de
silenciosay pttsiva, no habla, no opina. la esposa,su cuñada. "Esto fue elquiebre de la familia",refiereCora.
~ Luciana, inrcrviene ámidarnente diciendo que "últimamente Ante los redamos de los hijos al padre, éste st:justifica diciendo
Cora lloraba mucho, hablaba de nuestros padres, y que un mes que "yo soy ast"' y "no voy· a cam b.1ar". C,ora 1o en firenta y sus
ames de que la internaran empezó a sacar remas rales como: "qué dichos desaran la violencia del padre, que se acerca a la hija de
haces vos para hacer tu vida, dame una pista. Estaba irritada y manera amenazante para decirle "vos también hacés lo que
peleaba constantemente." querés y te va mal". La madre interviene en un tono inaudible
En e! s:g~ndo tram~ se i~duye a Cora, solo se dirige al padre diciendo al esposo "calmate, Lisandro", pero no es escuchada.
para recnmtnarle que hubiera aceptado que una psiquiatra que la entrevistatuvo que serinterrnmpidapor el clima de violenci11

n~ evaluó la imernara basándose solo en sus dichos; sie.mpre generado. Es alll que la analísta decide citar·sólo a los hermanos,
h1c1moslo que vos quisiste ... me presionaste para que estudi~ra para tvalu.-1.rla posibilidad de trabajar el vinculofraterno.
la carrera de Administración para que trabajara en ru fábrica,
nunca escuchaste que me interesa el arte ... nunca me vieron,
no les perdono que me hayan intc:rnado, jamás se acercaron Primera entrevisttt con los hermanos en la clínica
para pregumarme qué me pasaba".
El padre anre esto tiene una actitud de defensa: por momentos Concurren todos. Se trabaja acerca de lo ocurrido en la última
le pide.disculpas y en otros genera ataques, diciendo que Cora entrevista familiar. Soscíencn que lo que la analista vio es lo t¡ue
tuvo dificultades desde chica, mientras que sus hermanos no suced,~habitualmeme en la casa. Refieren que tienen muy poco
tienen "esos" problemas. Entonces Francisco interviene soste- vínculo entre ellos, que usualmenre no se llaman: "no tenemos
niendo q_uehace un año tuvo episodios de ataques de pánico, costumbre de hablarnos para saber cómo andad otro". Hablan
pero nadie parece escucharlo. La entrevista termina en un clima de los padres, de los episodios de violencia en la infancia (gri-
de tensión y desborde emocional entre la paciente y el padre. tos, rotura de objeros de la casa), de la soledad que cada uno

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sintió y siente frente a un padre violento, intrusivn y una mamá Los hermanos aparecen como desconocidos, extraños y, en úl-
t¡ue ha pasado por períodos de depresión y frecuenremente se lima :nstanda, amenazantes. Famílias endogámicas, dcnrro de
manriene en silencio.
las cuales no predomina la fusión sino el aislamiento. Adentro,
Cora dice qne "l;i madre hace lo que el padre dispone ... no pero aislados. Se trarn de un modo de pertenencia que ubi~a.lo
tuve la posibilidad de degir, todo lo que no sea lo que él quiere externo como amenazante. y construye un nosotros monolmco
es una porguería".
que no da lugar tampoco al amparo.
Cada uno comienza a hablar de sus angustias, de sus dificul-
La viole;1eiaque se genera en la sesión reguiere pensar en un
tades, de sus proyectos, de lo poco que se conocen. Escuchan
cambio de. disposiüvo en el cual no opere la presencia real del
a Cora en su angustia y sus demandas, quien refiere sentirse
orro. El padre que se levama con gesto amenazante marca lo
atrapada tanto trabajando con el padre como en la clínica.
que hemos denominado un "exceso de presencia • " -1 eucnce d"e
Luegn de la externación se decide continuar con el dispositivo sufrimiento vincular- que resulta traumático e impide crear d
de tmrpi,i del vínculo fraterno.
espado para que advenga d trabajo represencacional. La madre,
acallada y denigrada, no constituye un dique para la violencia
F: (Habla de sus ataques de pánico)... Me pesa la mirada paterna. Sólo entre los hermanos y sin la pn.:senciade los p~dres
y la opinión de los otros. Las hermanas lo escuchan, le se puo::deir tejiendo una trama, un lugar para compartir los
pre~untan. ¡
sufrimientos pasados en soledad, y también un ámbiw dcsdc el
C: Yo pensé que eras muy seguro.
cual se pueda vislumbrar un fururo, tejer proyectos. Lugar de 1

S: En mi casa no existe la palabra, no hay diálogo, solo hay lo inédir.o, de lo auro-organizativo, que parece abrir las puercas
peleas, todo se fue encerrando.
para poder mirarse a los ojos en lugar de darse la espalda.
L: Nos encerramos, creo que no nos importa el otro.
C: (Visiblememe emocionada) Con nuestros padres no se
puede pensar diferente, si no sos la rara de la familia. CKÓNlCA Df. U NA MUf.R.TE EN SUSPENSO',:!

En este grupo familiar, podemos observar con claridad los es- Alici;; (55) y Mignel (60) llegan punrualnmm: a su primera
tragos que puede causar la no aceptación de la diferencia bajo emrcvista de pareja.
la égida de un ideal arrasador. Un padre tiránico, que todo lo
sabe y con quien el precio de pensar distinto es el de terminar M: Venirnos con cambios desde el lln del año pasado. Uno de
siendo considerado "raro", vale decir, no perteneciente. Cora los cambios es que nuestra hija Celia, de crcinta, escuvo
no puede lograr d reconocimiento de este padre y se encuen- seis años fuera de casa. Vudve a casa porque se separa de
tra atrapada, ubicándose en el lugar dd negativo del yo-ideal, su pareja, eso fue en mayo. Hay un choque con nu~stro
dañándose en su autoestima cada vez más, hasta fantasear con hijo Pedro, que no da ... la stnsación de que se quiera ir.
la idea de suicidio.
Tiene treinta y dos años y no está uabajandn, no hace
Un rasgo de esta familia -muy frecuente cuando el mecanismo
de la escisión es dominante-es el aislamiento de sus miembros. 4¡ /\gr.H!eccmma !u Dm. !«ne D~bbah.

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Pigina 191
(
.,
\

nada, se pasa roda el día metido en su pieza. Esto trajo esrab;:, muy agitado. Igual fui a trabajar, cuando fui a la
problemas entre los hermanos. Llegamos con rensiones f.icultad los alumnos me diíeron que escaba muy pálido.
a las vacaciones, se fue Alicia con los dos chicos y yo iba Di clase~ igual, pero me senrfa muy agitado.
los fines de semana. Yo me quería tomar unos días solos, A: Él siempre fue de no dar bola a los médicos, muy de rajar y
ella Yyo. Celia y Pedro tuvieron serios e11frentamientos, a yo de decir las cosas. El médico dice que emí cursando un
los golpes. Ya venía pasando, pero allá foe demasiado. Un infortú y que había que hacerle un stent. Esa noche, hizo
día Pedro se peleó mal con Celia y se encerró en el baúo; un paro. Me dicen que la ~ítuación es grave, estuvo diez
grit_abacanto y daba tantos golpes comra la puerta que los días en terapia, gravísimo.
vecinos llamaron a la policía. lvl: Era una inutilidad, yo cstab,1 preocupado por lus ingresos,
A: Yo ~ambién grito y tengo broncas, pero eso... En ese epi- le decía al médico que me senda improductivo, como un
sodio, Hega la policía y Pedro se encerró en el altillo y no víejito.
quería bajar.
A: Después de un mes volvió a <.:asa,estaba confuso, nadie sabía
A: ¿Qui hicieronentonces?
cómo iba a salir, hubo que ararlo. Pam sacarle el respirador
A: Yo subí y le dije que saliera para mostrarle a la policía que hubo que deshidratado.
estaba bien.
M: Yo tenía una sed cerrib!e, me volvía loco por un vaso de
M: Bajó Y la policía se fue. Pedro se tranquilizó y decía: "No agua y no me daban.
aprendieron na<la". Pero yo sí aprendí, cuando se arme de A: Un día salí a hablar por td¿fono y Pedro le dio tm vaso
nuevo tengo que llamar yo a la policía.
con agua. Era muy peligroso, no se podía.
M: Volvimos de las vacaciones y yo empecé con un dolor de M: Yo tenía sed. Pedro fue bueno, hizo una buena alianza
conmigo.
:stómago. Pero no soy de ir al médico.
A: E! trabajó mucho el dfa anterior. A: Miguel volvió a fumar, .:stá gordo, no se cuida con b
M: Yo tra~ajo en una em~resa pero además puse mi propia comída.
M: Hay que trabajar, en casa se gasea mucho.
ernprema de consultona y además doy dase en la univer-
sidad. Tengo tres ocupaciones. L, violencia entre los hermanos esralla cuando Celia regresa. Una
A: Ese día él trabajó en la empresa desde las ocho, después violenci;1dura, con golpes e insulros. ¡Será ltn modo de defen-
fue a su empresa y después dio clase a la noche. Volvió a derse de impulsos incestuosos frente a un padre que se dedar:i
casa a las doce. El trabaja sin parar, trab.tja y trabaja. (Se imporente? Son los vecinos, los de afuera, los que hacen aparecer
le llenan los ojos de lágrimas). A las seis de la mañana me la Ley frente a la locura vincular desacada. Pedro no puede irse
dice que ao se síente bien. Estaba blanco. Llamo y pido de la casa, vive recluido; Celia se va pero debe volver. Son "los
una ambulancia ...
M: Yo no soy muy constante con los médicos, hace tiempo que chicos'', los que no pueden crecer, en un tiempo con~elado a la
sombra de sus padres, en una pcrt~nencia asfixiante que los incita
no me controlaba. Ese día ya no me había sentido bien, ,ll enóeno endog:\mico y produce Ltn intensú sufrimjemo vincular.

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El padre: imporcmc juega a la omnipotencia, en un acuerdo La derivación fue realizada por la cerapcura que los atendió en
-disfrazado de desacuerdo-con su mujer. Él puede todo, su hijo par<::jadura me la imcrnación psiquiátrica de. Andrés. En ese
no puede nada. Miguel supone para sí mismo un saber sobre su momento, Adriana comenta que el marido fue imernado por
propio cuerpo que desafía temeraria.mente los conocimientos esrrés laboral y que rienen una hija, Ángeb, de tres años.
médicos. El miro <ld héroe, como un yo-ideal que sosriene a En bs primeras entreviscas hablaron detalladamente <le la
to<los, le:proporciona un delirio de inmortalidad y coloca a su situaci{rn laboral y familiar previa a la internación con una dara
hijo en d negativo del ideal: no trabaja, no hace nada. En esta necesidad catártica, reiterando los mismos hechos y afectos
familia eJvelamiemo de la imposibilidad vincular es ex:cesivo, vivid()s a lo largo del año antcrioc.
colocando el riesgo de tnuerre en un papel protagónico. En esa
misma dirección aparece la naturalización, tanto de la violencia An: Desde mediados del año pasado estuve a cargo de negocia-
"yti111mfa¡,asando,pero alldfi,e dmutsiaclo~ como de las señales CÍúllCS muy importantes en la empresa. Llegué a rrabajar
del cuerpo: "Citandof'Ui ti fa facultad, los alumnos me dij"eron dieciocho horas diarias. Quería dejar de ir, renunciar, no
que estahamz1ypálido. Igual di' clam': sabía explicarlo, no pedía ayuda. Ella me craraba mal, me
L as "b uenas a ¡·ianzas " parecen ser aquellas que clesaffan la pidió el divorcio dos veces. yo no le daba bola a Ángeles;
muerre, desmienten los riesgos, instauran una legalidad que de ocrubre a diciembre bajé quince kilos, fumaba. Eo oc-
con froma t.:onlas leyes consensuadas culruralmentc y escinden mbre dormía 3 o 4 horas, me despertaba a la madrugad,,
los laws familiares. No estamos aquí frente a la desmentida y le pc.:díaa dla que me abrazara, que me protegiera, tenía
perversa, si1w ame eJ goce de una violencia arrasadora, pura de ir a laoficina. Comencé un wuamient(l psicológico
t<.'.rror
pulsión de muene que tlemuele la subjetividad del hijo y el por insistt:1tcia de Ad ria na y su terapeu.ra y me derivarnn
cuerpo del padre, y desgarra el velo imprescindible de la relación a un psiquiatra. En casa caminaba todo el día y fumaba,
de hermanos. En este tipo de situaciones d dima se acerca a lo ella no me entendía, me decía que quería divorciarsi: (... ).
siniesrro, porque el analisra va sobrecargándose con la an<Tuscia De octubre a diciembre hice varios intentos de suicidio (lo
que la familia expulsa y percibe el acecho de las acrua~iones dice sin moscrar afccco).
mortíferas. la familia se encuentra en un acollaJero en el cual
e! repudio localizado de fragmentos de la realidad crea un terri- La inrernación se produjo a raíz de un coree leve que AnJrés se
torio fértil parn el violento arrasamiento psíquico de los sujetos. hiio rn la snuñeca, por elque fue llevado por la guardia médica
domiciliaria a un sanatorio general y de ahí lo derivaron a la
clínica psic.¡uiátrica.Andrés dice: "yo ya quería estar imcrnado."
UNA CASA LOCA 44

Ad: Hace die1.años vivimos en esta casa; no t<!rn:moshe<.:hod


Adriana (35) se comunica tddonicamente para solicitar un piso, ni placares, ni picaporres en las puertas ... Tampoco
turno al momento de la externación de su marido, Andrés (37). renemos hecha la cocina, sólo el artefacto y un mL1d,lccito
en el que están las cosas diarias; cuando se van rompiendo
-H A¡;uuícccm()sa fa Lic. Sfü.;a Kargi<man, usamos un vaso emrc todos. Tenemos embalado todo lo dd

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casamiento. lavo en la pileta del patio, cuando se rompió el Seis meus dt!sp1tls
lavarropas lavaba la ropa a mano. En el baño, d año pasado
se rompió el vanicory, estaba todo inundado todo d tiempo, Ad: Ya esr:i, la cocina terminada ... Faltan pequeñas cosit."ts,
lleno de cucarachas. Le decía a él de :meglarlo y skmprc pintar, los cables ... , pero no quiero decir nada porque me
la rcspuesra era "cuando tuviera dempo ... ". Sólo hicimos dice: "Ves, no hay nada qtte te venga bien, ya te hice lo que
nuestra habiración, en la que tenemos la cama matrimonial vos quisiste" ...
y lUt cacrc prestado para Ángeles. que duerme con uno de
nosotros y c:n el carre, el otro. Me preparé un año antes de A: ¿Te dice esr,Andrés? •
buscar elembarazo, consulté con In ginecóloga, comé ácido Ao: Sí, la scm:rna pasada sí, era la ansiedad camin:rn<lo, cuando
fólico, preparé d nido y cuando naci6, no renía lugar. Él insrab.ron todo: un día el electricista, otro armaron los
siempre manejó Laeconomía de la casa, me dejab, piara por muebles codo el dfa, ocro el plomero. O sea, estuvo roda la
día, esto es culpa mía, yo ... nada ... Los últimos meses me semana ...
decía que lo iban a echar, que no teníamos plata, se quería Ad: Con gencc-... , es como qt1c te ren~iona, está. bueno, pero
ir de la casa y me decía que: iban a venir a llevarse cosas, desde las ocho de la mañana que tenía gcnce en c.:asay no
que no firmara oada. Me quería ir, estar sola, la casa de mis se iban ... , que enrraban, salían, y encima tenía que rener
padres er::i mi casa. Dura me la semana, sin cocina, tener rodo ~bierro por una cuesti6n elevencilación, y 111. nena ....
que lln-ar a la nena a lo de mi mamá a comer, dejarla ahí,
volver a fa ao<.he, no sé, la senúa fría la casa ... Ángeles dice A: Y toda mt gmre que estabapor primera vez, desde que urtedes
de la casa: "Ésra es la casa de Luna (la perra), no nuestra ... ". timen nn caSlf, adent:1'0de la casa, haciendo lo que ustedes
dumnte este tiemp() tttnln quisieron. que u hid11r11,te dt'/,e
A: Durante muchos años 110 tuvieron cocina... /;dber genemdo un emula emocio11,1/importante, porque 1/(1
An: Nunca le dimos bola a la casa, ella estaba m:is en 1acasa viviste esto ames.
de los padres y yo en el trabajo. Ad: Como 11nsignificado plus ... comar decisiones ...
Ad: Yo tengo mucha culpa por no ocuparme de la casa y 9uc:
se ocupara él de todo. A: ¿Qué dedJ, Andrls. que la mirds y te sonrds?... ¿Cómo far
An: Elfa no sabía ni viajar. L:i familia de ella también depende ptrra vos?
de mí, recurren a mí para que solucione cosas: "Andrés re- An: Ella estaba intratable, pero yo pensaba mientrns dla h_ab!aba.
suelve codo". Asumo la responsabilidad de babf!1"mehecho c.11 la cara de ella d viernes, cu.indo ya había terminado
e.irgo de codo. todo, c:ra la felicidad. Es una cocina enorme, parece: una
cocina iodusuial, hav seis metros de mesada.. El domingt,
vinieron mis suegro; y mi suegra estuvo sc:nrada en un
banquiro en la cocina como dos horas ...
Ad: Estaba emocionada ...
An: Decía "ahora me puedo morir ... ".

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Ad: Ella siempre me decía "hija, el día que vos termines la casa A: Vosdnltts "el_precioque tuvimos que pagar".. . parece que no les
me voy a poder morir tranquila". Se ponían todos incómo- íba a sergratis a ustedeselpoder lleg,ira tm punto que eséste, en
dos cuando venían a casa, yo ya me había organizado mi e!que están hoy... , h,vim;n que and.arun camino de pelímla de
forma de lavar afuera, pero los que me veían de afuera ... terr01;pmidil/4, y estátambién lo que decía tu mamá, Adriana,
algapuede pasar d1-amár.ico enÍaMda a un sucesofeliz, ..
A: liieg(J de una alegrla... se impone morirse... An: La madre se ofende, medio celo.sa,medio enojada. Creo que
An: Eso pensé cuando dijo la frase "ahora me puedo morír" ... en el fondo debe prnsar "éste se la llevó, me la sacó", creo
guc e8c sentimiento guc decía "me muero cuando tenga la
A: ¿Ypara vos, Andrés, ver /¡zcocina terminada? cocina terminada" lo decíaen serio ... , creía "esto no va .i.
An: Yo ya me la imaginaba ... , había una gran diferencia encre llegar ntmca, mi hija no se va a ir jamás" (l·ism).
lo que ella vivía y lo que vivía yo frente a lo mismo. Ella
con miedo., con prudencia, con ansiedad por d hecho de
La imposibilidad vincular se espacializa en una casa gue se
que nada ~e fuese a ínter poner, esa precaución de que ''no, cae a pedt,zos. La analista comenta que no tienen conciencia
va a ocurnr algo que me va a cortar esto", y yo del otro lado
de la gravedad de bt sirnación, tampoco J.d grado de desorga~
veía "esto es una realidad". Ángeles ya empezó a decir "e] nización en d que han transitado estos años; sí del profundo
dormitorio,,de papá y mamá, la cocina, mi cama, la parre impacto que lcS produce y todavía no logran comprender. En
de addance , •. , rodas las cosas que estuvieron desperdi>"'adas cuanto al dima de las sesiones, observa que pueden escücharse
d urante anos,
- se empezaron a ubicar. "'
y que csrablecieron rápidamente un dima de confianza, en el
Ad: No es que no le creo, pero no me quiero entusiasmar. Soy senrído de la disponibilidad transferencia!. Observamos que el
cauta.•• lo hablo con mi psicóloga, fueron diez años de trabajo terapéutico se centró en varios ejes: el procesamiento
vivir de una forma y son cinco meses de vivir de otra, a de las situaciones traumáticas vivídas, indicaciones concretas
veces me agarran miedos ...
rderidas a organizarle a Ángdcs un espacio propio dentro de
A n: Pero no es '.Tiotivode discusión ni me enojo con ella., para la casa, sefü1lamiemos en cuanto a la indiscriminación entre los
n~da, la de;o que lo procese más allá de unos choques mí- espacios de la casa materna, el trilbajo y la casa propia, y entre
nuscl~~os••• Yodesde la semana pasada estoy más callado, los vínculos filiales y de alianza.
tamb1en lo estoy hablando con mi psicóloga, y es que hace Andrés y Adriana armaron una realidad conjunta que po-
dos se~anas estoy procesando ... es como gue caí en lo gue dríamos llamar "neo-realidad", en cuamo a sostener situaciones
me paso, estoy procesando lo que viví durante cinco meses bizarras y absurdas como si fueran narurales. El pacto incon-
d decaimiento Yla inrernadón, qué pasó, estaba viviend~ cieme anudad.o enrrc una mujer/niña que no sabe viajar sola y
una película de terror con todos los condimentos habidos deposita !~función nutricia en su propia madre y un hombre
Y por haber, es como recordar una pesadilla. Fue lo que que es ubicado y se ubica en el lugar de un proveedor ilimitado,
tuve que pa~ar, y ella también, por supuesto, para empezar como un yo~ideal heroico que puede sostener todo}' a todos,
a sentarnos )Untos y hablar de la consrrucción del camino, lk·va a la emergencia de Lt locura vincular. La dificultad en b
de nuestros objecivos ...
permutación simbólica de los lugares de parentesco también

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I
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I •
l

cobra su trlbuco: cuando una hija puede tener su coci!"Ja,la


madre siente que muere, pero no simbólicamente sino en lo
real. Sólo hay lugar para una madre, y Adriana sostiene a su
propia madre pagando el precio de la locura.
Sin embargo, como apunta la analista, se trata de personas
con posibilidad de hablar y reHex:ionarsobre lo que les pasa y
en poco tiempo, sostenidos en el lazo transferencia! con un
equipo de rerapeuras, comienzan a desarmar este engranaje
mortífero. De allí que, para la analista, los hacercs de Andrés
que precipiran la internación constituyeron nn pedido de ayuda
para empezar a construir un camino. Una vez comenzada la
tarea terapéutica logran ser llevados rápidamente a través de la
vía asodariva al imeríor del proceso, situación diferente a la que
encomrnmos en Jos fundonamienros donde la productividad
psicótica es hegemónica.

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Estructuras Psicóticas

Bibliografía complementaria

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