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CARRERA DE PARAPSICOLOGÍA CIENTÍFICA

INTRODUCCIÓN A LA PARAPSICOLOGÍA
UNIDAD I

1.1. PARAPSICOLOGÍA: 1.1.1. Definición


1.1.2. Características del fenómeno parapsicológico

1.3. LOS TESTS EN PARAPSICOLOGÍA


1.3.1. Introducción
1.3.2. Las cartas zener
1.3.3. Hoja de control (PES)
1.3.4. Tests de Percepción Extrasensorial
1.3.5. Tests de Psicokinesis
1.3.6. Hoja de control (PK)
1.3.7. Recomendaciones psicológicas para los tests parapsicológicos

1.5. GLOSARIO

GUÍA DE ESTUDIO I

LECTURAS SUGERIDAS
El debate de los unicornios: El problema de psi como pregunta científica limítrofe,
por Alejandro Parra
¿Cartas ESP, cartas duke o zener?,
por Brenio Onetto Bachler

INTRODUCCIÓN A LA PARAPSICOLOGÍA

1.1. PARAPSICOLOGÍA

1.1.1. Definición

La Parapsychological Association (Asociación de Investigadores en Parapsicología) más importante del mundo


creada por J.B.Rhine en 1957, define a la parapsicología como el estudio científico de las anomalías aparentes
de conducta y experiencia que existen aparte de los mecanismos actualmente conocidos de comunicación
entre organismos y medio ambiente, organismo-organismo y el flujo de comunicación.

Fue un filósofo y psicólogo de Berlín llamado Max Dessoir quien, en 1889, creó la palabra “parapsicología”; con
este nombre se designaba la ciencia de los fenómenos parapsíquicos que desbordaban el curso normal de la
vida psíquica. En los últimos decenios, se aceptó internacionalmente esta designación sustituyendo con ella los
nombres que se venían empleando de investigación psíquica –de acuerdo con el Psychical Research inglés– o
Metapsíquica.

Cuando hoy se habla de fenómenos o de facultades parapsíquicas se indica que, debido al prefijo griego
“para”= “al lado de”, dichos fenómenos o facultades se presentan o parecen presentarse al lado o al margen de
aquellos fenómenos que ya nos son familiares o que se comprenden con las categorías conceptuales con que
estamos habituados a enfocar hasta ahora el mundo.

Antes de que esta zona limítrofe de la Psicología cayera en el foco de los esfuerzos científicos puros, se hablaba
de fenómenos “ocultos” y de “ocultismo.” Esta palabra deriva de la palabra latina ocultus –que significa
“secreto,” “escondido”– y se vino empleando desde la Edad Media para referirse a las fuerzas misteriosas de la

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naturaleza y del espíritu. Hoy se emplea en sentido peyorativo. Así lo hace por lo menos Theodor W. Adorno
llamando al ocultismo «la metafísica de los imbéciles», que barruntan misterio y secreto allí donde su
inteligencia no alcanza a comprender. Esto que señala Adorno puede aplicarse a un gran número de sectas
«ocultas» y de comunidades seudo religiosas que, considerada! como “subculturales,” llevan aún hoy una vida
muy dispersa y apenas conocida. Precisamente aquí se abre a la Parapsicología científica un amplio campo de
trabajo, desde el punto de vista de la higiene social o psicológica, tratando de instruir a los pueblos.

La Parapsicología, reconocida a ultranza como ciencia “de frontera,” no puede prescindir de la colaboración
interdisciplinar. Precisamente porque hasta ahora no ha pasado de la constatación de la existencia de sus
fenómenos, necesita de los impulsos y colaboración de los demás saberes –la física, la fisiología, la matemática
o las ciencias técnicas– para poder construir una teoría suficientemente amplia y explicativa.

En las investigaciones que vamos a exponer, usaremos como sinónimos los términos “paranormal” y
“parapsicológico,” ya que, tanto uno como otro, ponen de manifiesto la existencia de una determinada clase de
fenómenos que no se aviene con las leyes hasta ahora conocidas. Además, ambos conceptos van
inevitablemente unidos a una significación sobre la que vamos a hacer ahora hincapié. Cuando hablemos de
fenómenos paranormales queremos dar a entender. con esa palabra que se trata de fenómenos poco
corriente, en contraposición a los fenómenos psíquicos que se suceden a diario, pues, aunque todos los
hombres tengan posiblemente aptitudes paranormales, solamente se manifiestan en algunos, si bien sean
éstos más de lo que pensamos. Este carácter de paranormales que atribuimos a estos fenómenos no tiene, por
tanto, nada que ver con el sentido patológico de lo anómalo o de la anormalidad, aunque demos por supuesto
que en ciertas circunstancias los estados de ánimo patológicos faciliten la aparición de fenómenos
paranormales.

Frente a la palabra “paranormal,” se encuentra en la palabra “parapsíquico” la acentuación de una estrecha


relación de estos fenómenos con una psique, muy especialmente con la del hombre, aunque en algunas otras
de las formas de vida más evolucionadas se dan también, según parece, no pocas manifestaciones de
fenómenos parapsíquicos en su conducta, incluso en los llamados «fenómenos físicos», como los de duendes
y otros, se ha podido comprobar que hay una relación con la presencia de determinadas personas, lo que
justifica hasta en estos casos el término «parapsíquico». Por ello se habla hoy más de psicocinesis que de
telecinesis, porque los efectos (tele) cinéticos están psíquicamente condicionados.

En la clasificación de los fenómenos paranormales sirvieron de base los procesos psíquicos normales. El
hombre, como cualquier otro animal, está dotado de funciones sensomotoras. Estímulos físico-químicos, corno
la luz, el sonido, etcétera, llegan a los receptores de los órganos sensoriales, donde son transformados en
impulsos electroquímicos que, mediante una acción centrípeta sobre las neuronas, son conducidos a los
órganos nerviosos centrales. Allí se elabora la información recibida y, en su caso, se transforma en una
reacción, cuyos impulsos, mediante un movimiento centrífugo, son conducidos a los efectores, que producen
en los correspondientes músculos una contracción.

El conjunto de la función sensomotora tiene lugar, por consiguiente, entre los órganos nerviosos centrales
(cerebro, médula espinal) y los receptores y efectores, que están comunicados entre sí por medio de los
conductos nerviosos. Este sin embargo, es sólo un aspecto –el físico– de la función sensomotora, porque, como
complementarios de estos procesos nerviosos, tienen lugar otros, que son los procesos psíquicos de la
conciencia, los cuales, por analogía con los sensoriales y motores, se dividen en receptivos o espontáneos
(automáticos) o activos 1. La manera de relacionarse la conciencia y el sistema nervioso o, en general, el cuerpo
y el alma es una cuestión filosófica tan antigua como insoluble, que vuelve a plantearse también en
Parapsicología, como demuestran los resultados de las investigaciones empíricas de esta ciencia frente a esta
misma aporía.

La cuestión de si a los fenómenos parapsicológicos vividos en la conciencia corresponden correlatos neuro-


fisiológicos, es un tema de investigación tan fascinante corno controvertido. Se ha venido demostrando
repetidas veces que la información parapsíquica se facilita mediante las llamadas alteraciones de la conciencia
que fenomenológicamente pueden perfilarse a grosso modo como relajación, hipnosis o trance; sin embargo,
siempre –y hasta en los casos de manifiesto monoideismo, en que la conciencia normal del mundo exterior
disminuye– hay una cierta conciencia, y es en virtud de esta vivencia consciente de los fenómenos
paranormales como parece posible, en primer lugar, que permanezcan en la conciencia ciertas huellas de los
mismos.

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Explicaremos brevemente estos procesos con un ejemplo, el de la clarividencia. En casos de clarividencia la
persona interesada (el paragnóstico) se encuentra en la conciencia, ya de una forma inesperada ya mediante
un esfuerzo de su voluntad, una representación óptica o incluso acústica, que más o menos adecuadamente
reproduce un objeto real, situado fuera del alcance de los sentidos, pongamos por ejemplo detrás de una
plancha o una pared de plomo. En determinadas circunstancias, puede también tener el clarividente una
representación especialmente clara del objeto (como tal vez sea el caso del eidético) y estar en ese momento la
vigilancia de su conciencia de tal forma disminuida o, mejor dicho, estrechada, que sea esa representación la
única que ocupe el campo de su conciencia; aunque no es preciso que se den siempre estos fenómenos, de tal
forma que la representación clarividente puede equipararse de modo perfecto, desde un punto de vista
estrictamente fenomenológico, con otras representaciones.
Aun cuando este proceso de la clarividencia tenga algún parecido con la verdadera representación, por lo que a
menudo se han podido desenmascarar percepciones seudo clarividentes como representaciones alucinatorias,
la verdad es que en la auténtica clarividencia no se da representación alguna, sino percepción. Sin embargo,
puesto que el objeto de la clarividencia se encuentra fuera del alcance de los sentidos, esta percepción no es
sensorial, sino extrasensorial, y todas las demás percepciones que durante un hecho de clarividencia puedan
darse, si es que se diera alguna, tanto semiconocidas como «conconocidas» (como diría Rohracher), nunca
tienen relación con el objeto de la clarividencia.
A pesar de eso, la conciencia tiene que entrar en contacto de algún modo con el objeto y, además, el cerebro
debe haber actuado al menos como órgano registrador de la percepción clarividente, porque, de lo contrario,
un recuerdo de esta vivencia o la comunicación verbal de la misma sería imposible. Sin embargo, todavía
desconocemos totalmente cómo el cerebro o, mejor dicho, la conciencia, sujeta a las funciones corticales,
realiza la percepción clarividente. Por eso precisamente señalamos la clarividencia como uno de los fenómenos
paranormales.
El término “telepatía” (transmisión de pensamiento) hace alusión a una característica especial de este modo de
percepción extrasensorial, a saber, el que la telepatía se da con bastante más frecuencia entre personas
espiritualmente cerca una de la otra, que entre aquellas que no tienen ningún contacto entre sí. Valiéndonos
de una fórmula, podríamos decir que la simpatía favorece a la telepatía. Si tenemos en cuenta la distinción que
hemos hecho entre un emisor o agente y un receptor o percibiente, podemos decir que, mientras más se
esfuerza el agente en transmitir psíquicamente su pensamiento, con bastante más facilidad parece percibirlo el
receptor. Por lo demás, no es difícil descubrir una analogía entre el contacto psíquico del telépata con otro
sujeto y el contacto del clarividente con los objetos (psicométricos o inductores), en relación con el objeto de
clarividencia.
Frente a la telepatía, podemos ya definir la clarividencia como la percepción extrasensorial de un objeto
existente, cualquiera, sin intervención del sujeto o sus vivencias. Por ello, por parte de la trascendencia de la
conciencia, el objeto de clarividencia está siempre comprendido entre estos dos extremos: ni puede ser
contenido de conciencia del sujeto clarividente ni contenido de otro sujeto. Estas hipótesis valen también como
característica, y característica esencial, por cierto, del conocimiento empírico normal, pero la percepción
empírica se realiza por medio de los sentidos, mientras que en la clarividencia no se da ninguna intervención de
los sentidos, es más, ni siquiera es posible, porque el objeto de clarividencia no se encuentra en el campo de
percepción del paragnóstico.

Cómo un tercer modo de percepción extrasensorial, hemos citado ya la precognición (prae-cognitio= saber
anticipadamente), que también se conoce, especialmente en el marco religioso, como profecía. La precognición
se refiere al conocimiento, inexplicablemente anticipado, de un hecho futuro, cuyas posibles causas –las de
este hecho futuro– ignoramos absolutamente no estamos en disposición de averiguar por los medios normales
a nuestro alcance y cuya realización –la de ese mismo hecho– tampoco puede ser consecuencia del
conocimiento anticipado (Esto último debe excluir el peligro de la llamada «necesidad de cumplimiento».)

Las definiciones que acabamos de emplear para telepatía, clarividencia y precognición son, por el momento,
suficientes desde el punto de vista teórico, aunque no se trate de definiciones perfectas, puesto que todas son
negativas, en el sentido de que se limitan a negar la característica –que distingue a las demás percepciones– de
la sensibilidad o de la intervención de los sentidos. Tratando de superar este aspecto negativo, habría que
buscar una respuesta positiva a la cuestión de como de hecho se realiza la percepción extrasensorial; y hasta
tanto no se explique esto, las tres definiciones quedarán necesariamente incompletas y, por consiguiente, sólo
con referencia a la peculiaridad del objeto extrasensorialmente percibido las podremos distinguir, declarando
el objeto de la telepatía como algo psíquico, el de la clarividencia como algo físico y el de la precognición como
algo futuro.

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Por lo que respecta a la precognición, es lógico tener en cuenta también su contrario, o sea, la retrocognición,
que se refiere al conocimiento –igualmente parapsicológico del pasado en vez del futuro. Sin embargo, tanto
en ésta como en las demás clases de percepción parapsíquica, la experiencia demuestra que, si bien
teóricamente estas distinciones son aceptables, en la práctica carecen de valor, puesto que muchas veces
resulta difícil, o incluso imposible, determinar en cada caso concreto la clase de percepción extrasensorial de
que se trata. Por ejemplo, en lugar de clarividencia nos encontramos siempre con un caso de telepatía, cuando
el contenido clarividentemente percibido ha sido va antes conocido empírica o incluso paranormalmente por
otro sujeto, con lo cual dicho conocimiento, tanto si está todavía en la conciencia de éste como si ha pasado ya
a su inconsciente, puede considerarse mejor como un objeto de percepción telepática. Algo parecido podemos
decir de la retrocognición.

Fundados en esta capacidad de variación de los resultados parapsíquicos, los parapsicólogos han sugerido que
posiblemente se trate de una función única conocida como psi (primera letra de la palabra griega
correspondiente a «psyche»), cuyos efectos se conocen como fenómenos “psi” dividiéndose en los ya sabidos
fenómenos de ESP y de PK. Por otra parte, a causa de la casi imposibilidad de diferenciarlos, los fenómenos
parapsíquicos se han dividido por razones prácticas en una forma que se acerca mucho a una definición
operacional.
Así Neuháusler define de una forma usual la “clarividencia,” como «percepción de un contenido real objetivo,
que nadie conoce, sin intervención de los sentidos». De esta manera se restringe mucho sin duda el campo de
los fenómenos de clarividencia –pues un clarividente puede percibir un objeto de forma perfecta por
clarividencia aunque ya lo conozca otro sujeto–, pero se hace posible separar, al menos en condiciones
experimentales, telepatía y clarividencia y, con ello, investigarlas aisladamente.

1.1.2. Características del fenómeno parapsicológico

 Inhabitualidad: Un alto por ciento de personas habrá podido observar alguna vez en su vida la existencia
de la facultad parapsíquica, bajo la forma de telepatía, presentimientos, etc.; pero siempre como fenómeno
inhabitual, sorprendente, y ligado a circunstancias excepcionales de su vida, por lo general desgraciadas (una
enfermedad, un accidente, una muerte, etc.). Las personas dotadas, en forma relevante de esta facultad,
llamados dotados psíquicos (en lugar de la antigua denominación de médiums) son escasas; y aun dentro de
ellas son muy pocas las que pueden producir voluntariamente los fenómenos, haciendo posible la investigación
científica. La mayoría de las veces éstos se presentan en forma espontánea, totalmente imprevista, haciendo
muy difícil su correcta observación.

 Intencionalidad: La segunda característica es que se trata de fenómenos intencionales. Tienen siempre una
significación inteligente; se muestran con las características de lo que en nuestra condición humana llamamos
inteligencia e intencionalidad. Así, por ejemplo, si se trata de una telequinesia, el desplazamiento sin contacto
del objeto no es casual, muestra siempre detrás de él una dirección intencional. irá a parar el objeto a un lugar
determinado de antemano; pasará entre los asistentes evitando tocarlos o golpearlos; o se producirá el
desplazamiento a pedido de los mismos. Llamó la atención de la gente un hecho inhabitual que se produjo en
una localidad de la Provincia de Buenos Aires. De dos chapas de cine colocadas a manera de puerta en una
construcción, brotaban en forma aparentemente inexplicable sonidos musicales y voces que correspondían a la
transmisión de una radioemisora de la Capital Federal. Este era un hecho inhabitual, pero no un hecho
parapsíquico, pues faltaba el requisito de la intencionalidad. Las fuerzas que provocaban el fenómeno son las
fuerzas ciegas que constituyen el objeto de ciencias como la física y la química, y que por rara coincidencia
habían encontrado en las chapas un medio de captación de ondas hertzianas.

 Carácter paranormal: La tercera característica del fenómeno parapsíquico, para que pueda en rigor ser
tenido como tal, es la de que debe exceder las posibilidades normales del dotado parapsíquico. Esto es, que
debe ser producido por medios paranormales (que están al lado de los normales, pero que son otros que los
normales). Así, por ejemplo, un sensible manifiesta a un señor X a quien no conoce, que un familiar suyo se
encuentra enfermo de gravedad en ese instante y da detalles precisos sobre la persona y la enfermedad, que
resultan ciertos. Para que éste sea un hecho parapsicológico, es necesario que el sensible no haya adquirido
ese conocimiento por la razón ni por la vía de sus sentidos comunes (oído, vista, etc.), que son los caminos
normales del conocimiento. Es necesario que su conocimiento sea paranormal, adquirido por otros medios que
los comunes.

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1.3 LOS TESTS EN PARAPSICOLOGÍA

1.3.1. Introducción
Así como en psicología y otras ciencias sociales se usan procedimientos de evaluación de variables o
características psicológicas (personalidad, conducta, disfunciones) empleando tests psicométricos o test
proyectivos, los parapsicólogos también han iniciado una serie de recursos para evaluar la percepción
extrasensorial en condiciones de laboratorio.
Emplean dos tipos de tests: (1) tests de respuesta libre y (2) tests de respuesta rigurosa:
 Los test de respuesta libre consisten en “adivinar” fotografías –preferentemente– con motivos
emocionalmente intensos, a diferencia de las cartas que representan objetivos emocionalmente neutros
(figuras “abstractas”). La evaluación matemática consiste en otorgar un puntaje equivalente para cada
fotografía. Si se seleccionan cuatro fotos las probabilidades de acertar es ¼ y la probabilidad de errar es ¾. Las
fotografías se ensobran apropiadamente para evitar indicios o fugas sensoriales y se seleccionan
aleatoriamente antes de las pruebas empleando tablas de números aleatorios o programas de computadoras
(es posible usar un Clip-art en CD). Por lo general se emplean estos procedimientos de evaluación, más
interesantes para los sujetos, ya que los objetivos emocionales tienden a ser mejor percibidos por los sujetos
que las cartas estandarizadas.

 Los tests de respuesta rigurosa consisten en “adivinar” objetivos (generalmente cartas) estandarizados,
esto es, una selección de figuras previamente seleccionadas para una evaluación matemática de acuerdo al
cálculo de probabilidades. Los aciertos se evalúan considerando las probabilidades de acierto y error en cada
ensayo. Generalmente se aplican para evaluar las capacidades extrasensoriales de los sujetos, aunque estos
procedimientos son actualmente poco usados. Empleando cartas estandarizadas (por ej. Zener), la probabilidad
de acertar es 1/5 y de errar 4/5. En este tipo de experimentos, que detallamos más adelante, se requieren los
siguientes materiales:

1.3.2. Las cartas Zener

Son las más adecuadas para la experimentación parapsicológica, y se utilizan en las investigaciones. Consiste de
una baraja de 25 cartas, con un total de cinco figuras diferentes, cada una de las cuales se repite cinco veces, o
sea, que las cartas se dividen en cinco grupos iguales entre sí (5x5).

Usted puede armar imprimiendo en cartón un set de cartas Zener con la imagen que más abajo acompaña
presente Curso de Parapsicología.

Los dibujos son los siguientes: estrella, cuadrado, círculo, ondas y cruz, con lo cual tenemos cinco estrellas,
cinco cuadrados, cinco círculos, cinco ondas y cinco cruces, que forman las 25 cartas.

Están especialmente concebidas para las experimentaciones de tipo telepático (de mente a mente),
clarividencia (de mente a un lugar o cosa oculta a los sentidos) o precognición (de mente a futuro, o sea,
conocer el futuro).

Básicamente, las experimentaciones que se efectúan con las cartas Zener se desarrollan así:

 Telepatía. Se barajan convenientemente las cartas y luego se toman una a una, se miran con atención y se
comunican mentalmente a distancia a otra persona, que intentará captarla y anotar el dibujo percibido. Si el
fenómeno se produce, entendemos que se ha efectuado una transmisión telepática.

 Clarividencia. Bien barajadas las cartas y ocultas a la vista tanto del sujeto perceptor como del transmisor,
la persona intentará captarlas a distancia y decir cuál es el orden en que han quedado las cartas en el mazo,
anotándolo convenientemente; y después. se comprueba el verdadero orden de las cartas.

 Precognición. El sujeto perceptor deberá, ante todo, decir y anotar qué cartas y en qué orden van a quedar
en un próximo futuro. Entonces se barajan bien y luego se comprueba si han quedado en el orden previamente
establecido. Si es así, revela la facultad de prever el futuro.

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1.3.3. Hoja de Control (PES)

Como es natural, antes se han de rellenar los datos del sujeto que efectúa la experimentación, así como
registrar el nombre del investigador, concretar qué tipo de test se va a realizar, especificar las condiciones
generales ambientales en las que se efectúa la experimentación, el número y método de experimento, la fecha,
la hora, eventualmente el lugar y sobre todo, el resultado final y el promedio general de la experimentación.

Seguidamente vemos unos signos, que indican su relación con los cinco dibujos de las cartas Zener. De esta
manera, tanto si sale una cruz como un círculo, un cuadrado, unas ondas o una estrella, el sujeto o sujetos que
efectúan la experimentación no tienen que hacer todo el dibujo, sino sólo esquematizar sus rasgos principales.

Estos símbolos son los siguientes:

A continuación, se da el número de juegos o de experimentaciones que se pueden efectuar, y en cada hoja de


control, o test, se anotarán las diez experiencias.

Más abajo figuran, verticalmente, dos casillas rectangulares, en las que dice “Ensayo” y “Cartas.” Sirven para
colocar por orden las cartas que vayan saliendo en grupos de cinco. El primer ejemplo lo tenemos más abajo
(ver Ejemplo de Hoja de Control); consta de cinco grandes apartados, en departamentos pequeños de cinco,
que sirven para colocar el símbolo de la carta en cuestión. En el primero pone «Ensayo», y debajo, en las
veinticinco casillas que hay, se van anotando las cartas que al sujeto le parece percibir, de arriba a abajo, hasta
terminar las veinticinco previamente barajadas y, en todo caso, se trataría de un fenómeno de clarividencia.
Exactamente igual ocurre con los efectos de desplazamiento hacia atrás.
Por ejemplo, citar sistemáticamente la carta que ya ha salido y que, como es natural, el sujeto no conoce
todavía, porque no la ha visto sensorialmente. Este fenómeno podría parecer de retrocognición (conocer
tiempos pasados), pero en realidad tampoco es así, porque la baraja de cartas estaba ya convenientemente
barajada, por lo cual se trataría de una clarividencia.
El parapsicólogo se encuentra muy a menudo con estos efectos de desplazamiento, lo cual se debe a los
estados tensionales y anímicos de los sujetos sometidos a experimentación, pues está comprobado que todas
las personas angustiadas, sometidas a tensión, que no tienen tiempo para vivir, suelen dar efecto de
desplazamiento más uno hacia delante, mientras que los drogados, los ensimismados, los obnubilados dan por
lo general el efecto de desplazamiento menos uno hacia atrás.
Si decimos esto es porque, en casos de este tipo, tal vez convenga puntualizar y evaluar la hoja de control de la
experimentación, y entonces se ha de saber a qué es debido, pues tanto en un efecto de desplazamiento como
en el otro se trata de un fenómeno paranormal de gran interés, ya que incluso se dan casos de más dos o tres
desplazamientos.
Una vez comprobada la hoja de control, se evalúa la experimentación, se obtienen los índices estadísticos y se
comprueba si se ha producido o no una fenomenología parapsicológica. Mas para llegar a este resultado es
necesario repetir una y otra vez la misma experiencia con diferentes condicionantes psicológicos e incluso
fisiológicos.

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Los resultados deben registrarse en seguida en las correspondientes hojas de control, que luego servirán para
facilitar el resultado de la investigación. En la parte superior se especifican el tipo de hoja de control, el nombre
del sujeto que efectúa la experimentación, el nombre del investigador, el tipo de test parapsicológico, las
condiciones generales de la experimentación, el resultado total, el número del experimento, la fecha, hora y
lugar:

EJEMPLO DE HOJA

Cada hoja contiene 10 juegos. Cada juego contiene 25 ensayos, dos casilleros donde el sujeto debe dibujar o
escribir en forma vertical cada carta hasta completar los ensayos (en la línea derecha). Cuando se completa
una línea vertical se coteja cada carta del mazo en busca de aciertos y errores. Se circula con un lápiz cada
acierto. (Un set de hojas de control PES está incluido dentro del pack que usted recibió con el Curso de
Parapsicología).

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Una vez contabilizados cada ensayo, al final de la hoja se registra el número de aciertos obtenidos que, como
hemos dicho, puede ser igual al azar, o superior o inferior al mismo. Finalmente, se anotarán los desvíos
obtenidos, tanto positivos como negativos, lo cual nos indicará e número de aciertos conseguidos.

1.3.4. Tests de Percepción Extrasensorial

a. DT (Down Trough): El procedimiento consiste en poner todo el mazo de cartas boca abajo sobre una mesa.
Los sujetos deben ir “percibiendo” una tras otra –verticalmente a través y de arriba abajo todas las cartas.
Algunos investigadores prefieren mantener el mazo de cartas en la misma posición, pero en su mano,
procedimiento éste admisible siempre y cuando la baraja esté cubierta totalmente, tapada o dentro de una
caja. Además, el investigador no debe observar las cartas.

En vez de nombrar las cartas en voz alta –cosa aceptable si hubiera sólo un sujeto y el investigador– los sujetos
van anotando todas las cartas por orden, una debajo de otra en la columna de la hoja de control en donde
pone “Ensayos”. Una vez anotadas las 25 cartas según el orden en que cada uno de los sujetos crea que es el
real, se tapa esta columna y se procede a escuchar el verdadero orden de las cartas, que va nombrando en voz
alta el investigador, una tras otra.

Los sujetos van juntando cada una de las cartas, según las vayan nominando, en la columna en donde pone
“Cartas,” una debajo de otra, hasta contabilizar las 25. Debe evitarse ver la columna anterior de al lado, porque
ello podría producir una sugestión en la mente del sujeto, provocando con ello una posible equivocación en el
momento de anotarlas. Una vez finalizada, la anotación, se procede al recuento de las cartas que se han
acertado, uniendo en un solo lazo circular el ensayo y la carta que se haya acertado. Terminado el recuento, se
contabilizan los aciertos y se anotan al pie de la columna correspondiente.

b. BT (Basic Technique): Este procedimiento es más simple que el anterior y también más racional para los
sujetos. Se utiliza principalmente cuando se ha de experimentar, con un solo sujeto, aunque también puede
hacerse con muchos. El sujeto y el investigador deben estar sentados frente a frente en una mesa, pero sin que
puedan verse, separados por un biombo. También estarán tapadas las cartas.

El investigador recogerá otra baraja de 25 cartas, previamente mezcladas, y la pondrá debajo sobre su mano
izquierda. Luego, a una señal convenida, recogerá la de arriba y la pondrá a la derecha, encima de la mesa, y sin
mirarla. Así irá pasando sucesivamente una tras otra, a una señal establecida o espacio de tiempo convenido.
Por su parte, el sujeto, a cada carta que pase el investigador, anotará ordenadamente una debajo de la otra, en
la columna «Ensayos», las cartas que vaya percibiendo.

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Una vez pasadas las 25 cartas y finalizada la experimentación, se quita el biombo que mantenía separados a los
sujetos, se da la vuelta boca arriba a la baraja de cartas y se comprueba, una por una, cuál ha sido el orden
establecido. Finalmente, se vuelven a contabilizar los aciertos y se enmarcan las cartas en un círculo o lazo.

c. GESP (General Extrasensory Perception): Este procedimiento es idéntico al anterior, con la única excepción
de que el investigador o un agente (transmisor telepático) debe contemplar cada una de las cartas conforme
las vaya pasando y concentrarse en ellas unos segundos.

Este tipo de experimentación, que a primera vista parece ser de tipo telepático, no puede asegurarse que sea
tal, pues también podría tratarse de un fenómeno de clarividencia, ya que, si bien el sujeto receptor puede
captar y recibir la imagen del sujeto emisor en el momento en que éste se concentra, puede ocurrir también
que el sujeto receptor vea la imagen de las cartas por clarividencia y, por tanto, las capte no en el preciso
momento en que el emisor se concentra, sino antes de verlas e incluso sólo viéndolas, sin necesidad de
concentrarse en ellas. Esta compleja problemática psi ha inclinado al doctor Rhine y a su equipo de
investigadores parapsicológicos científicos a catalogar la experimentación como de percepción extrasensorial
en general, sin es especificar ningún fenómeno determinado. Así, pues, toda experimentación puede
interpretarse como, telepática o, si se prefiere, como clarividencia.

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El sujeto estará en la mesa separado del investigador por el biombo o la pequeña pared, y si son muchos los
sujetos, el investigador permanecerá oculto a los mismos por dicha pared y, si es necesario, estará en otra
habitación, ya que la distancia no influye para nada en la producción de la fenomenología paranormal. De la
misma forma, se pondrá la baraja de cartas, convenientemente mezcladas, en la mano izquierda y boca abajo.
Irá recogiendo una a una y les dará la vuelta, concentrándose en el dibujo y observándolas, muy atentamente;
a una señal acústica o de tiempo, dejará la carta a la derecha y boca abajo para recoger otra, y así
sucesivamente, hasta completar el juego total de las 25.

Al finalizar se reunirán los sujetos y el investigador y procederán a la verificación del orden real y al recuento de
aciertos, como ya hemos explicado anteriormente.

d. PT (Pure Telepathy): Para la experimentación telepática pura no se han de utilizar las cartas Zener ni ninguna
otra barajo, cosas u objetos que puedan permitir a los sujetos formarse una idea preconcebida, la que, de
proceder así, no sería un fenómeno telepático puro. Para llevar a cabo esta experimentación es necesario que
ni el sujeto ni el investigador sepan qué cosa es la que se va a transmitir mentalmente.

El investigador o agente transmisor se retira a una habitación en la que haya una serie de objetos. Sobre la
marcha, y al azar, va seleccionando uno por uno y los va transmitiendo a espacios de tiempo previamente
concertados; por ejemplo: (1) una lámpara china de color rojo; (2) una mesa estilo Luis XV; (3) un secador de
cabeza sin cable; etc. Sólo de esta forma, con el sujeto transmisor totalmente aislado, puede obtenerse el
fenómeno telepático puro. Al final se hará el recuento de aciertos.

e. Precognición: Volvemos a encontrarnos con las cartas Zener y con un procedimiento que permite hallarse
también frente a frente a sujetos e investigador. Los sujetos anotarán en su hoja de control el orden en el que
ellos creen que quedarán las cartas Zener una vez barajadas convenientemente, rellenando todas las casillas
hasta un total de 25 cartas, en la columna “Ensayos.”

Seguidamente, el investigador –o mucho mejor, un aparato mecánico– procederá a barajar las cartas varias
veces, durante un espacio de tiempo preestablecido. Al dejar de barajar, se comprueba el orden y se nombra
una tras otra. Si, una vez establecido el orden real, los lo han acertado, significa que se ha producido un claro
fenómeno de precognición o adivinación del futuro, puesto que de antemano se había señalado un orden no
establecido aún.

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OM (Open Matching): Este procedimiento se utiliza cuando se experimenta con un solo sujeto. Consiste en
poner previamente las 25 cartas Zener dentro de 25 sobres, negros u opacos, de forma que no puedan
distinguirse los dibujos. Una vez así, se procede a barajarlos convenientemente, con lo cual quedan listas para
iniciar la experimentación.

Como cartas piloto, el investigador pone cinco cartas diferentes al descubierto (el cuadrado, la cruz, el círculo,
la estrella y las ondas). El sujeto toma la baraja de 25 cartas ocultas y, a medida que las recoge, las va poniendo
debajo de cada una de las cartas piloto, de acuerdo con su dibujo. Ejemplo: si él sujeto cree que tiene una cruz,
la pondrá debajo de la carta piloto que es una cruz; si le parece que tiene un círculo, debajo del círculo, y así
sucesivamente, hasta terminar con las veinticinco.

Una vez finalizada la experimentación, se descubren todas las cartas que se encuentran debajo de cada carta
piloto. Ejemplo: se recogen todas las que hay debajo del cuadrado, se descubren y se comprueba cuántas
cartas tienen el mismo dibujo que, la piloto (que es un cuadrado), y así sucesivamente. Luego se procede al
recuento total de aciertos.

g. BM (Blind Matching): Este procedimiento es idéntico al anterior, con la particularidad de que se meten en
sobres no sólo las 25 cartas, sino también las cinco cartas piloto que sirven de guía. Tanto el mazo completo,
como las cinco cartas piloto, deben barajarse adecuadamente y disponerse frente al sujeto (uno solo), al azar.

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El investigador procede entonces a recoger el mazo de las 25 cartas, que irá colocando debajo de las que él
cree que son del mismo símbolo. A continuación, se lleva a cabo el recuento de aciertos como anteriormente.

h. STM (Screened Touch Matching): Para llevar a cabo esta experimentación se necesita una pared con una
abertura inferior, y la experimentación se hace a través de la pared y la abertura.

Por una parte, el sujeto (uno solo) coloca las cinco cartas piloto en la pared, de cara a él, sin posibilidad de que
las vea el investigador.
Por otra parte, el investigador tendrá las cartas en sus correspondientes sobres y adecuadamente barajadas,
presto a ponerlas en el lugar que el sujeto le indique. Por otra parte, el investigador tendrá las cartas en sus
correspondientes sobres y adecuadamente barajadas, presto a ponerlas en el lugar que el sujeto le indique.

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1.3.5. Tests de Psicokinesis

La investigación PK puede practicarse con simples dados de juego, no obstante, antes de iniciar cualquier
experimentación en este sentido se ha de tener en cuenta:

1. Que los dados sean perfectos y tengan los puntos-números pintados y no grabados o pegados, ya que, en
este caso, unas caras pesarían más que otras, lo cual haría que salieran más unos números que otros.

2. Que los cubiletes sean también perfectos, suficientemente amplios para que puedan moverse bien los
dados, y con salientes interiores para que todos rueden. En su defecto, utilizar cubiletes mecánicos.

3. Que la mesa en la que se van a echar los dados esté recubierta con un paño no deslizante y bordeada por
una barandilla de unos 15 cm. de altura, para que los dados choquen contra ella y no caigan al suelo.

4. Si un dado cae al suelo, quedará invalidada la tirada, que se habrá de repetir.

5. Hacer cada tirada con seis dados a la vez; cada dado tirado constituirá un ensayo y cada cuatro tiradas con
seis dados, un juego. Un juego se compone de veinticuatro ensayos. Esto evita que la experimentación se haga
monótona para los sujetos al echar los dados, y, por otra parte, se va mucho más rápido lanzándolos de seis en
seis.

6. Antes de empezar la experimentación se harán unas cuantas tiradas de prueba, para que no haya dudas
sobre la mecánica del experimento y se entiendan claramente los resultados que se buscan.

7. El investigador supervisará constantemente la experimentación, estimulando a los sujetos para que


pongan interés en la misma.

8. Iniciar la experimentación planteándose los objetivos más sencillos, por ejemplo, sacar el número uno en
todas las caras de los dados; después, el dos; luego, el tres, y así sucesivamente, hasta el seis, para pasar más
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adelante a la combinación de caras y, finalmente, a los objetivos de posición. Todos estos objetivos se
perseguirán en cada uno de los juegos, es decir, en las seis tiradas de seis dados, que contabilizan veinticuatro
ensayos. En un juego se buscará obtener el número uno; después, en el siguiente juego, compuesto de
veinticuatro ensayos, el dos, y así sucesivamente.

9. Anotar previamente, en las hojas de control de psicocinesia, los objetivos que se desean alcanzar, y luego
intentarlo, anotando inmediatamente los resultados en la hoja de control.

10. Tanto el investigador como los sujetos han de actuar con rectitud y uniformidad de criterio, de acuerdo
con las mismas reglas, metodología, condicionantes y variantes. Sólo de esta forma conseguirá demostrar que
la potencialidad psi influye sobre la materia.

11. El método de investigación a seguir en psicocinesia sobre objetos en movimiento mediante dados –lo
mismo que en cualquier otro tipo de investigación parapsicológica– consiste en lo siguiente:

I. Prever el resultado u objetivo que se desea alcanzar.


II. Provocar el fenómeno psicocinético y experimentarlo ampliamente.
III. Repetir la experimentación introduciendo variantes psicológicas y fisiológicas.
IV. Evaluar la experimentación cuantitativa y probar la consistencia real del fenómeno parapsicológico.

Una vez conocida la metodología a seguir en la investigación parapsicológica de tipo psicocinético sobre
objetos en movimiento y mediante dados, veamos ahora la forma en que debe practicarse la experimentación.
Con objetos en movimiento –y siempre con dados– pueden buscarse dos objetivos:

A. Obtener una determinada cara o numeración.

B. Conseguir una determinada posición de los dados en el lugar en que caigan.

En todas las experimentaciones de este tipo se utilizarán seis dados, menos en el sistema combinado de dos
caras, para lograr la suma de la numeración de las dos caras por encima de siete o por debajo de siete, o bien
conseguir sólo siete, sistema en el cual, lógicamente, se utilizarán sólo dos dados. En pocas palabras: existe la
probabilidad de que en 36 lanzamientos de los dados se produzcan, por azar, quince resultados sobre siete;
quince más, bajo siete, y seis, de que salga un siete. Por tanto, la superación de estas cifras en cualquiera de los
objetivos sobre siete, menos siete o siete, estadísticamente indica ya la evidencia del fenómeno paranormal
psicokinético.
La experimentación debe llevarse a cabo con seis dados exactamente iguales y sobre una superficie lisa en la
que no puedan resbalar los dados, los cuales se agitarán con cubiletes manuales o mecánicos. Se arrojarán con
fuerza sobre la superficie de la mesa y contra la barandilla, para que choque en ella y rueden por la mesa. Sólo
de esta forma se evitará que queden inmovilizados uno o más dados. Cada tirada se hará con seis dados a la
vez, lo cual nos dará seis ensayos. Por tanto, con cuatro tiradas de seis dados tendremos veinticuatro ensayos y
un juego. La totalidad de la experimentación se compondrá de seis juegos, de veinticuatro ensayos cada uno,
para la obtención de las caras simples, aunque el número de juegos puede variarse, según lo que se desee
investigar.

a. Caras simples: En esta modalidad de experimentación –en que los juegos se componen de cuatro tiradas de
seis dados– se trata de influir sobre ellos para que salga, primero, el numero uno; después, en otro juego
idéntico, se tratará de que salga el dos, y a continuación; el tres, el cuatro, el cinco y el seis.

La probabilidad de acertar por puro azar en cada juego –compuesto de cuatro tiradas de seis dados– es de
cuatro; por tanto, la totalidad de la experimentación, compuesta de seis juegos, será de veinticuatro, con lo
cual se deduce que la superación de esta cifra revela la existencia del fenómeno paranormal.

b. Combinación de dos caras: Se escogerán dos dados y se experimentará con ellos intentando obtener, en la
numeración de sus caras, dobles específicos e inespecíficos:

1. Dobles específicos: Se lanzarán los dos dados a la vez, deseando que salgan un par de unos, dos, tres,
cuatros, etc. La operación se repetirá treinta y seis veces, después de lo cual habremos obtenido, por azar, un
solo acierto. En consecuencia, los aciertos restantes revelarán la existencia de un fenómeno paranormal de tipo

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psicocinético. Es decir, treinta y seis tiradas, con dos dados cada tirada, nos darán un solo acierto por azar o
casualidad; los demás aciertos se considerarán como resultados positivos de facultad psi.

2. Dobles inespecíficos: Se emplearán también dos dados. Aquí no se tratará de buscar un doble determinado
previamente. Se irán tirando los dos dados a la vez y se anotarán los dobles que vayan saliendo. Tirando
también treinta y seis veces los dos dados a la vez, ello nos dará un índice de seis aciertos por puro azar; todo lo
que rebase este índice, evidenciará ya la producción del fenómeno psicocinético. Por tanto, cada seis tiradas
tendremos un acierto por azar, y treinta y seis tiradas nos darán seis aciertos por azar; es decir, treinta y seis
tiradas, seis aciertos por azar, y cada seis tiradas, un solo acierto por azar.

3. Suma de sietes: Se lanzarán los dos dados a la vez, deseando obtener siete puntos con ambos, es decir,
sumando la numeración de las dos caras que han salido. El resultado ha de ser siempre siete. La
experimentación constará de treinta y seis tiradas con los dos dados a la vez, y la probabilidad de sacar por azar
un siete será de seis veces, por lo cual, si se obtienen más aciertos, será indicio de fenómeno paranormal.

4. Suma sobre sietes: Se lanzan ambos dados, deseando obtener una suma superior al siete, por ejemplo,
ocho, nueve, diez, once o doce. De treinta y seis tiradas con los dos dados a la vez tendremos la probabilidad de
acertar sólo quince veces por azar, o sea, de obtener una cantidad superior a siete.

5. Suma bajo siete: Aquí se trata de sacar una suma inferior al siete, es decir, seis, cinco, cuatro, tres, dos o
uno. De la misma forma que en la experimentación anterior, con treinta y seis tiradas obtendremos por azar
quince resultados que sumen menos de siete. Si se obtienen más de quince aciertos, tendremos evidencia del
fenómeno psicocinético. Hasta aquí hemos explicado las formas de realizar con dados las experimentaciones de
psicocinesia, a fin de lograr objetivos sobre caras o numeración, o sea, obtener una determinada numeración
con las caras simples de los dados o la combinación de dos caras.

A partir de aquí seguiremos investigando el mismo fenómeno de psicocinesia, pero proponiéndonos otro tipo
de objetivos, o sea, los de posición. Antes buscábamos obtener una determinada numeración. Ahora, en
cambio, lo que nos interesa es la posición en que deseamos que queden los dados u otros objetos sobre la
mesa, los cuales, aunque parezcan obedecer el impulso físico recibido, en realidad es nuestra mente la que los
dirige y los hace detenerse en un determinado lugar. Para llevar a cabo esta experimentación hay que sustituir
los clásicos y pesados dados por otros mucho más pequeños y livianos. Incluso mucho mejor que dados sería
emplear bolitas ligeras o pequeñas fichas, en número de cincuenta.

La mesa en la que deben lanzarse las bolitas ha de estar cubierta también de un paño liso, grueso, y hallarse
circuida por una barandilla de madera, de unos 15 centímetros de altura, para evitar que las bolitas caigan al
suelo. si cae alguna, queda invalidada la jugada y hay que lanzar de nuevo todas las bolas o fichas. La mesa
estará dividida por una raya en dos partes simétricas, A, y B, y uno de sus extremos debe hallarse en pendiente,
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a ser posible, con estrías, por la cual bajarán las cincuenta bolas para detenerse donde se desee, en A o B.
Antes de empezar la experimentación se ha de nivelar perfectamente la mesa, pues el más pequeño desnivel
hacia uno u otro lado desvirtuaría los, resultados de la experimentación.

Se dice a los sujetos en qué parte o zona de la mesa se desea que caigan las bolas, o bien se les ofrece a ellos la
posibilidad de que lo elijan. Entonces se lanzan las cincuenta bolas, manual o mecánicamente, a través de un
canal o tubo que va a desembocar en la pendiente –a ser posible, con estrías– donde las bolas rebotan entre sí
para, finalmente, caer en la parte derecha o izquierda de la mesa, o sea, zona A o B.

En esta experimentación, cada bola se considera como un ensayo, por lo cual, en un lanzamiento se habrán
efectuado cincuenta ensayos o tiradas. No hay fijado un número determinado de lanzamientos; pueden
efectuarse cuantos se estimen convenientes. Sabiendo que cada lanzamiento de cincuenta bolas equivale a
cincuenta ensayos, la probabilidad de acertar por azar es del cincuenta por ciento. Así, en cada lanzamiento,
veinticinco bolas pueden caer por casualidad en la zona deseada. Si repetimos esta experimentación en
veinticinco lanzamientos, tendremos al final mil doscientos cincuenta ensayos, que, divididos por la mitad, nos
darán seiscientos veinticinco aciertos por azar. Por tanto, si superamos esta cifra, sabremos los desvíos
positivos conseguidos con las bolas.

Es muy interesante este tipo de experimentación, consistente en influir sobre las bolas para que éstas se
detengan en la posición deseada. Pero puede ser mucho más interesante aún, y se obtienen resultados mucho
más positivos, si se forman dos grupos de sujetos, cada uno de los cuales dirige sus veinticinco lanzamientos en
forma competitiva contra los del otro. De esta forma, al existir una rivalidad, ambos ponen mucho más interés
y se consiguen resultados muy superiores a los obtenidos por el azar.

Los parapsicólogos pueden ir afinando con el tiempo sus equipos de experimentación y, si pueden, lo mejor
será que se hagan con una máquina eléctrica, la cual agita las bolas, las mezcla, las lanza, cuenta los ensayos y
aciertos, da el índice de azar y el resultado total de la experimentación. Estas máquinas se utilizan en los
laboratorios parapsicológicos de las Universidades. Conviene asimismo reducir la posibilidad de que en la
frotación de las bolas se produzca electricidad. Para ello, lo mejor será conseguir que algún prestigioso centro
parapsicológico facilite pequeñas bolas antimagnéticas, hechas expresamente para esta experimentación.

1.3.6. Hoja de control (PK)

En la parte superior se especifican el tipo de hoja de control, el nombre del sujeto que efectúa la
experimentación, el nombre del investigador, el tipo de test parapsicológico, las condiciones generales de la
experimentación, el resultado total, el número del experimento, la fecha, hora y lugar.

Para experimentar con objetos de caras simples, la hoja debe tener seis recuadros: tres, en la parte superior, y
otros tres, en la inferior; cada recuadro tendrá seis pequeños cuadrados en sentido horizontal y cuatro en
sentido vertical, que representan las seis caras de los dados lanzados en las cuatro tiradas que constituyen un
juego. En la parte superior de cada recuadro se escribe el número de la cara del lado que se desea obtener (el
uno, el dos, el tres, el cuatro, etc.), y en la parte inferior, el resultado o acierto de las caras obtenidas.

Al final de la hoja se registra el número de juegos efectuados (que serán seis), el número de ensayos que
componen la totalidad de la experimentación (ciento cuarenta y cuatro), el índice de azar que se espera
obtener (veinticuatro) y el total de aciertos conseguidos, que, como hemos dicho, puede ser igual al azar, o
superior o inferior al mismo.

Finalmente, se anotarán los desvíos obtenidos, tanto positivos como negativos, lo cual nos indicará e número
de aciertos conseguidos, ya que, como hemos dicho anteriormente, el fenómeno paranormal se puede
presentar tanto positiva como negativamente pues n difícil es acertar todas las numeraciones de las caras
como el no acertar ni una sola.

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EJEMPLOS DE HOJAS

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1.3.7. Recomendaciones psicológicas para los tests parapsicológicos

Al considerar el problema de la conducción de una prueba de psi, en condiciones adecuadas, es conveniente


tener presente que se trata de una función puramente psicológica que se somete a prueba, y que es preciso
dispensarle toda la consideración psicológica posible.

De hecho debemos definir un test de psi adecuado como una prueba en la que se han previsto correctamente
las condiciones objetivas esenciales, que se dan por sentadas, y que permite que el acento principal del trabajo
recaiga sobre la efectividad del test en cuanto a demostrar la presencia de psi. En síntesis, no sería un test psi si
se le limitara a los requisitos meramente precautorios.

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Antes bien, y de modo primordial, debe tener en cuenta todas las condiciones psicológicas en que puede
producirse la operación psi. Mientras se trataba de establecer la ocurrencia de psi, resultaba difícil encarar con
el detenimiento necesario estos requisitos intangibles. Pero ahora que se ha logrado establecerla, no sería
razonable considerar como un test de psi adecuado, a ningún experimento que no estuviera calculado con
propiedad para provocar la aptitud que debe ponerse a prueba, así como también para mensurarla con
seguridad cuando se provoque.

a. Influencia del experimentador. Cuando comenzamos a pensar en la prueba de psi en estos términos más
psicológicos, apreciamos mejor las fallas y dificultades porque las entendemos mejor. Lo que más se destaca tal
vez, entre las fallas, es el hecho de que algunos experimentadores se han visto incapacitados para conducir
experimentos psi exitosos; esto es, cuando han terminado con las rutinas estándar en el examen de sus sujetos,
han obtenido tan sólo resultados esperables por azar.

En la mayoría de esos casos no se ha realizado un esfuerzo integral para poner a prueba un número amplio de
sujetos, de acuerdo con una variedad de condiciones de test, y otras posibilidades que pudieran arrojar
resultados fructíferos. Pero en algunos casos se han hecho esfuerzos bastante amplios en cuanto al tiempo y a
la energía empleados, y no obstante se obtuvieron datos que fueron poco más allá de los resultados esperables
por azar. La presencia de esos fracasos es un hecho serio que debe tomarse en consideración al buscar los
requisitos psicológicos que debe tener un test psi.

Otra dificultad mayor puede ser el hecho de que algunos experimentadores, después de un período de éxito
inicial, al obtener resultados que van más allá de los esperables por azar han tenido menos efectividad en sus
esfuerzos posteriores. En tales casos aparentemente se ha perdido algo que en un momento dado fue un factor
potente. Podría parecer que el elemento que tiene mayores posibilidades de cambiar en el transcurso de un
conjunto de pruebas prolongado es la cualidad de entusiasmo contagioso que acompaña a los descubrimientos
iniciales del investigador. Los que nunca obtuvieron éxitos, claro está, pudiera sospecharse que no han sentido
jamás ese interés contagioso o comunicable que los ayudaría a crear un ambiente de test favorable para sus
sujetos.

Sea cual fuere la explicación –y no es preciso esperar a que se funde una teoría sobre ella– es cosa de simple
sentido común para el experimentador el descubrir si está calificado para el trabajo, antes de que siga
dedicándose a lo que necesariamente es una tarea profesional no probada e incierta. En una etapa anterior de
la parapsicología más de pioneros y de aficionados, en ignorancia de los que podían ser factores de limitación,
era perdonable el explorar durante más tiempo y más pacientemente para ver si las dificultades iniciales
podían superarse. Hoy, no obstante, se ha alcanzado una etapa en la que puede decirse decididamente que el
experimentador mismo puede ser un factor limitativo en la situación de test, y si así fuera sería preferible que
se sometiera a tests preliminares acerca de sus propias condiciones como experimentador. La única regla a
seguir es la del viejo aforismo: “Todo sale bien si se hace bien”.

Un experimentador psi es quien puede lograr resultados, trabajando en condiciones que le aseguren que no se
está autoengañando. Todos los demás debieran hacer algo que en realidad estén capacitados para hacer. El
investigador de parapsicología que se ha abocado con resolución a su trabajo debe tener esto en cuenta si es
que desea encontrar colaboradores competentes, y si no podrá dedicarse a cualquiera de los sectores que no
se vinculan en forma directa con el test, en los que puede trabajar con eficacia.

b. Necesidades psicológicas del sujeto. Pero como los hechos lo demuestran palmariamente, las dificultades de
ningún modo se limitan el experimentador. También el sujeto es una cantidad incierta. Es teóricamente
posible, por lo menos, que un sujeto o un grupo dado de sujetos pueda no tener en absoluto aptitud ESP. En la
actualidad no hay manera de saberlo acabadamente, y es mejor, en la etapa presente, atenerse a la suposición
más razonable de que todos tienen una capacidad de ESP potencial, y que hay muchas circunstancias que
afectan y que aun pueden inhibir el ejercicio de la misma. Hay muchas pruebas en favor de estas hipótesis de
trabajo de ESP que la consideran como una característica de la especie, aunque nos pueda faltar todavía una
prueba concluyente en ese sentido. Este supuesto de trabajo está fundado y aun favorece el punto de vista
más realista y útil, según el cual los sujetos se hacen, no nacen, y que algo, en realidad mucho, puede hacerse
por parte del experimentador mismo para desarrollar, o por lo menos para preparar al sujeto para la
investigación a que se lo somete.

El desempeño incierto de los sujetos en las pruebas psi sigue siendo la mayor dificultad en parapsicología.
Algunos sujetos a los que se lleva a la situación de test, y que al principio no demuestran capacidad psi, pueden

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obtener éxitos posteriores en otras condiciones. Otros podrán comenzar con un alto nivel de puntaje, y
mientras la prueba continúa en las mismas condiciones exteriores, pueden perder su posibilidad de dar
resultados más allá de los esperables por azar. Eso se ha producido siempre cuando un sujeto dado ha sido
investigado durante mucho tiempo y en forma continuada. Los sujetos que tienen alto nivel de resultados han
perdido su posibilidad de obtenerlos por encima del nivel de azar. Esta es en realidad una variante de la
fórmula que dice que los buenos sujetos no nacen sino que se hacen, porque demuestra también que los
buenos sujetos pueden estar no hechos, también. Lamentablemente, la clase de prueba que ha caracterizado a
casi todos los sujetos descollantes en la historia de la parapsicología ha determinado la anulación del sujeto de
realización exitosa.

Sabe, ante todo, que en las monótonas rutinas del test el interés tiende a desvanecerse con rapidez; con
algunos individuos más rápidamente que con otros. Su habilidad para mantener a los sujetos prontamente
motivados será muy importante. Será muy afortunado sí encuentra en el sujeto un interés fácilmente sostenido
y duradero, y las cualidades de la personalidad (paciencia, optimismo, una capacidad para la dedicación,
etcétera) que lo ayudarán a mantener, encendida la llama de su propio celo, para alcanzar un alto registro en
su experimento. Afortunadamente ha habido sujetos como el que se describe, y es indudable que puede
encontrarse a muchos otros.

Los sujetos, por supuesto, debieran ser elegidos en la medida de lo posible, en primer lugar, por su máximo
interés, por su disposición y adaptabilidad a las circunstancias del test. Pero es entonces cuando ha comenzado
la tarea del experimentador. El finísimo arte de las relaciones interpersonales, probablemente no se haya
probado jamás como lo ha sido en el desarrollo de un refinado sentido de desafío para un experimento psi. Es
aquí cuando se estimula al sujeto para atraer a una zona mensurable la manifestación de una influencia que no
puede gobernar conscientemente, y que ni siquiera puede sentir cómo opera en la realidad y, no obstante, por
un aventurado acto de fe, debe creer que posiblemente pueda ejercerlo en la tarea que se propone.

Todo esto debe hacerse sin que el sujeto sienta que está haciendo una tontería o que su esfuerzo es inútil.
Entre todas las distintas experiencias sutiles de la mente humana, probablemente ninguna esté mejor calculada
para poner a prueba el amor propio de un individuo, para ejercitar una discriminación supremamente delicada,
para sostener el juicio más finamente equilibrado, y para mantenerla través de todo el proceso un restringido
control de las numerosas influencias sensorias, mnemónicas y racionales que tienden a invadir su foco de
atención. Esta es la etapa sobre la cual el experimentador deberá mantener una influencia directiva, ayudando
al sujeto a alcanzar sus mejores resultados, no una sola vez, sino durante una larga serie de ensayos, a través
de muchos juegos y, si es posible, durante muchas sesiones.

c. Relación del experimentador con el sujeto. No sólo deben estar preparados el experimentador y el sujeto
para la prueba de psi, sino que el test mismo y el diseño experimental que él representa deben calcularse con
prolija comprensión. Hablando en general, cuanto más corta pueda ser una serie experimental, siempre que
conserve sus requerimientos esenciales, tanto mejor será, tanto para el experimentador como para el sujeto.

Cuanto más corta pueda ser una contribución dada por parte de un sujeto dado, tanto mejor, porque en las
sesiones muy prolongadas, y en las series experimentales muy largas, algún elemento importante se gasta o se
pierde. El interés espontáneo con que el sujeto se acerca al test puede declinar considerablemente en el curso
de un solo juego. Aunque parte de su frescura puede volverse a atrapar al comienzo del juego siguiente, no
obstante no es presumible que sea tanta o tan buena como al principio.

Tal vez a su debido tiempo se hará un nuevo descubrimiento que muestre cómo se puede reinspirar al sujeto
para realizaciones posteriores, o aun para producir un mejoramiento progresivo a medida que continúa el
experimento, en lugar de la declinación que por ahora caracteriza a la mayor parte de las series
experimentales. Pero en el presente es mejor estar preparado para una declinación potencial y preparado al
mismo tiempo para ver qué cantidad de la espontaneidad original puede preservarse y durante cuánto tiempo.
Una manera de ayudarse en este sentido es hacer que el procedimiento sea todo lo breve, variado y novedoso
que lo permita el diseño del experimento. El período entre juegos es de especial importancia. Durante este
tiempo la mira del experimentador debiera ser el recapturar y restaurar el interés original por el experimento,
para contrarrestar así el efecto de la monotonía en los sujetos. El chequeo de las planillas de puntaje, hecho
con la participación del sujeto, puede ser un procedimiento de distracción, en especial si se señalan los efectos
interesantes y se hacen interpretaciones optimistas. Pero cualquier búsqueda indirecta en pos de valores
colaterales de los datos debe limitarse porque puede tender a dispersar el interés principal del sujeto, por su
alto porcentaje de acierto frente al estímulo.

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Tal vez el requisito más importante del experimentador es el de poder preservar y renovar con frecuencia el
impulso original que trajo al sujeto al experimento de ESP. En un nivel ideal, como ya se ha indicado, el interés
crecerá con los buenos resultados de las primeras pruebas, pero ese interés nunca debe darse por descontado.
Teniendo todo esto en cuenta, los planes que se dirijan hacia un fin determinado, hacia alguna consecuencia
del experimento considerado en su totalidad, pueden recibir auxilio efectivo para sostener la iniciativa original.
Cada vez que la investigación requiera el mantenimiento de un alto puntaje durante una serie prolongada, es
esencial tener presente algún objetivo lejano para evitar el efecto de declinación normal.

También es necesario buscar lo que podrían llamarse las vetas de abundancia de relaciones psi: buscar las
instituciones sociales constituidas en las que, más naturalmente que en otros lugares, se puede presumir la
función de psi, sin necesidad de construir relaciones especiales entre el sujeto y el experimentador. Trabajos
recientes realizados en escuelas públicas han producido éxito tan uniforme en los tests en los que el maestro
sirve de agente y los alumnos de percipientes, que todo parece indicar que se ha encontrado una veta en este
estrato social de la relación del maestro-alumno. Parece que en esta relación puede haberse establecido ya un
vínculo que facilita la operación de ESP. Como ya lo hemos indicado, el trabajo principal en este sentido es el de
Van Buschbach de Ámsterdam. El éxito alcanzado en este sector alienta la esperanza de que se puedan
encontrar otros estratos similares, en los que la cantidad de posibilidades de relaciones psi ya existentes
puedan extenderse para los fines de la investigación.

Es posible que el hecho de que el conocimiento lento pero creciente de las tremendas aplicaciones prácticas
que esperan a psi, pueda producir un nuevo interés hacia este viejo problema de la utilización práctica de la
función. En el estado ya alcanzado de comprensión psicológica, con respecto a algunas de las mayores
dificultades, y con el descubrimiento de relaciones psi tan naturalmente estimuladas como las que se
presentan en la escuela, por ejemplo, bastará ahora para que un interés estimulado lo suficiente justifique un
programa completo de prueba destinado a la utilización práctica de psi. Tal vez el paso que más se necesite sea
el desarrollo de un curso de entrenamiento para los profesionales de psi, para desenvolverse en una escala más
amplia de operaciones de investigación.

1.5. GLOSARIO

AGENTE. La persona cuyo contenido mental es aprehendido por el percipiente en las pruebas telepáticas. En
las pruebas de GESP es la persona que observa el objeto estímulo.

AZAR. Conjunto complejo de factores que son causas indeterminadas con relación a un propósito dado.

CARTAS STANDARD. (Cartas Zener): Son las que llevan impreso uno de los símbolos siguientes: Estrella,
Círculo, Onda (tres líneas paralelas onduladas), Cuadrado, signo Más (que se conoce también como Cruz).

CARTA OBJETIVO. La que el percipiente trata de percibir.

CONCORDANCIA PREFERENCIAL. Método que establece los aciertos en los tests de respuestas libres. Una
persona debe clasificar los objetos estímulos de acuerdo con su similitud o asociación con cada respuesta dada,
y clasifica las respuestas según la similitud o asociación con cada objeto estímulo. Por lo general se forman
secciones de cuatro objetivos que se someten a comparación uno por uno, con cada una de las respuestas
respectivas.

DECLINACIÓN. Constante observada en diversas pruebas de ESP y PK; la primera mitad, o el primer cuarto de
los ensayos hechos dentro de un juego, o de los juegos realizados en una serie, presentan un número de
aciertos relativamente mayor al de la mitad o los cuartos restantes.

DESPLAZAMIENTO. Es el nombre del fenómeno que se produce en las pruebas de ESP, cuando la respuesta se
refiere a un objetivo anterior o posterior, cronológicamente, al que se propone.

DESPLAZAMIENTO HACIA ADELANTE. Se produce cuando la respuesta se refiere a un objetivo que es posterior
al que se propone. El desplazamiento hacia el objetivo inmediato siguiente se designa (+ l); hacia los que siguen
a éste (+ 2), (+ 3), etcétera.

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DESPLAZAMIENTO HACIA ATRÁS. Se produce cuando la respuesta se refiere a un objetivo anterior al que se
propone. El desplazamiento hacia el objetivo inmediato anterior se designa (-l); hacia los anteriores a éste: (-2),
(-3), etcétera.

DESVÍO. La diferencia que ofrece una cantidad de aciertos, que es total o promedio, con la cantidad o el
promedio posible o esperable por azar. Puede ser un desvío total (por una serie de juegos) o medio (promedio
por juego).

EMERGENCIA. Característica que se observa en pruebas de ESP y de PK; el último cuarto (o quinto) de los
ensayos dentro de un juego, o de los juegos dentro de una serie, presenta un número de aciertos que es
relativamente mayor al de los dos cuartos o tres quintos que los han precedido.

ENSAYO. Tentativa única de identificar un objeto estímulo en pruebas de ESP. Una sola “tirada” de dados u
otros objetos, en el test de PK.

ERROR SISTEMÁTICO (o PSI MISSING). Observase esta característica en pruebas de ESP; el número de
respuestas equivocadas que da el percipiente sobrepasa a las que cabe esperar por efecto del azar. ESP
(Extrasensory Perception). Percepción Extrasensorial.

JUEGO. Es un grupo de ensayos; por lo general se denominan juego los veinticinco que se realizan con un mazo
de cartas ESP. En los tests de PK son veinticuatro tiradas de un dado, sin tener en cuenta el número de dados
que se arroja cada vez. .

LLAMADA. Símbolo de ESP que ofrece el sujeto como respuesta al tratar de identificar un objetivo.

MAZO ABIERTO. Mazo de cartas ESP integrado por una cantidad indeterminada de cada uno de los símbolos.

MAZO CERRADO. Mazo de cartas ESP formado por cinco cartas de cada uno de los símbolos.

MAZO OBJETIVO. Aquel cuyo orden procura percibir el sujeto.

OBJETIVO. El objeto estímulo en los tests de clarividencia; el contenido mental del agente, en telepatía. En
tests de PK, la cara o combinación de caras del dado, que el sujeto procura que aparezca hacia arriba luego de
arrojado.

PERCIPIENTE (= sujeto). Persona que capta objetivos y da respuestas en las pruebas de ESP.

PROBABILIDAD. Es la estimación matemática de la frecuencia relativa probable de un hecho dado, cuando


interviene solamente el azar.

PSI. Factor personal o proceso natural que trasciende leyes aceptadas. Aproxima el uso vulgar de la palabra
“psiquis” con el término “parapsíquico”.

RESPUESTA LIBRE. Es un método de pruebas de ESP en que se utiliza una cantidad relativamente ilimitada e
inespecificada de objetos estímulo, y en la que se dan instrucciones al sujeto para que exprese libremente en
sus respuestas, cualquier pensamiento o idea.

SERIE. Juegos o sesiones experimentales que se agrupan de acuerdo con un principio preestablecido.

SIGNIFICACIÓN. Se dice que un resultado numérico es significativo cuando es igual o mayor que algún grado o
criterio de improbabilidad por azar. El criterio que se utiliza, por lo común, es un valor de probabilidad de 0,01,
o menos, o un desvío en cualquier dirección, tal que la relación crítica sea 2,33 o mayor.

SUJETO. Persona con la que se experimenta. En tests de ESP, por lo general, al percipiente. También el agente
en GESP y telepatía. En tests de PK, cualquier persona cuya labor consista en influir mentalmente en el
movimiento de un objeto.

22
GUÍA DE ESTUDIO I

Preguntas basada en esta unidad.

Para completar y enviar a la brevedad

1. Defina a “parapsicología” y explique el concepto con sus palabras.

2. ¿Qué se entiende por “Ocultismo”?

3. ¿Qué es la telepatía y cuál es la diferencia con la clarividencia?

4. ¿A qué llamamos precognición?

5. ¿Qué término se usa para “influencia de la mente sobre la materia”?

6. ¿Qué entiende por inhabitualidad, intencionalidad y carácter paranormal?

7. ¿Qué diferencia encuentra entre un tests de respuesta rigurosa y un test de respuesta libre?

8. ¿En qué consiste el test BT?

9. ¿Qué permite evaluar el test de GESP?

10. Mencione tres requisitos a tener en cuenta en un test de psicokinesis con dados

11. Nombre dos tipos de tests usando dos dados.

12. Mencione dos necesidades psicológicas que deben ser tenidas en cuenta para la buena performance de un

sujeto en un tests parapsicológico.

13. Diseñe por usted mismo un tipo de prueba psicokinética para aplicar con niños usando una combinación de

los tests mencionados. ¿Qué tipo de juegos diseñaría y cómo los implementaría?

23
LECTURAS SUGERIDAS

EL DEBATE DE LOS UNICORNIOS:


EL PROBLEMA DE PSI COMO PREGUNTA CIENTÍFICA LIMÍTROFE 1

Alejandro Parra 2

Introducción

Se sostiene que la parapsicología es una disciplina que procura aplicar el método científico clásico con
el objeto de probar la existencia de una función psíquica anómala y elusiva, pero con una dinámica y un
carácter inteligente, llamado psi (o hipótesis psi), que explica la interacción psíquica a distancia, llámese ESP
(Percepción Extrasensorial) o PK (Psicokinesis). Pero la parapsicología, y con ella los parapsicólogos, han debido
sortear muchas dificultades en cuanto a la aceptabilidad y, sobre todo, la credibilidad de la existencia de tales
procesos psíquicos.

Durante los últimos cien años de investigación, los parapsicólogos solemos recordar, como efemérides épicas,
las batallas libradas contra los escépticos, algunos de ellos abiertamente malintencionados y otros
simplemente ignorantes. Un ejemplo de ello, lo representan las discusiones sostenidas por celebres
personalidades del campo a principios de siglo, como Sir William Crookes, Charles Richet, Camille Flammarion,
Sir William Barret y muchos otros. Algunos de ellos, en principio, con una reacción contraria, hasta que -
finalmente- la evidencia fue más poderosa que sus ideologías naturalistas. Aquellas épocas y los documentos
que hemos heredado, señalan, de que manera se defendía la postura en favor de la existencia de esta nueva
forma de enfocar la realidad psíquica paranormal (Beloff, 1993, 1994).

Estas batallas aparecen descritas en las primeras páginas del Tratado de Metapsíquica del fisiólogo francés
Charles Richet (1922), cuando menciona la ceguera intelectual de muchos de sus colegas respecto a la
existencia de tales fenómenos y como, desde la ciencia, se advierte cierto sentido inquisitorial, cuando los
resultados eran sistemáticamente negados por sus contemporáneos.

Con J.B.Rhine, tenemos un ejemplo similar cuando su obra, Extrasensory Perception, sentó las bases para el
desarrollo de la moderna parapsicología, perfeccionada por muchos otros parapsicólogos a través de los cuales,
con la claridad y la eficacia de sus trabajos, se develó al menos una parte de la naturaleza de la ESP y PK, así
como su aprobación por parte de prestigiosos matemáticos, respecto a los procedimientos estadísticos y sus
devastadoras contracríticas publicadas en las más prestigiosas revistas científicas americanas (Adams, 1991).

Otras efemérides épicas pertenecen al campo académico, más que al campo de la investigación y
comprobación experimental. La incorporación de los estudios parapsicológicos en las universidades, ya sea en
función experimental o educativa, ha constituido un logro importante y un sentido de apertura hacia esta área
considerada “herética”. La incorporación de la Parapsychological Association en la AAAS, en 1969, y aún más
recientemente, el negativo pero provocativo informe del National Research Council en los Estados Unidos, han
sido vistos como dos aspectos del interés social que ha despertado la actividad parapsicológica moderna en los
últimos 25 años 3.

¿A dónde hemos llegado? La revisión de una gran parte de la literatura parapsicológica exitosa a través de los
procedimientos metodológicos de las ciencias sociales, como el meta-análisis, sugieren una sólida evidencia en
favor de la ESP y su funcionamiento, y puede decirse lo mismo para la PK. En realidad, hemos llegado a punto
dramáticamente significativo en la historia de la parapsicología.

Me gustaría señalar, en principio, algunas consideraciones acerca de este punto, y mencionar que todas estas
vacunas que hemos recibido, han servido para fortalecer y mejorar las respuestas de los parapsicólogos,
incluso a los más tenaces críticos y a los malintencionados detractores de lo paranormal (Hansel, 1971).

1
2
3

24
¿Que entendemos por Unicornios?

Los unicornios son animales míticos, cuya aparición hace más o menos románticos los relatos de los
héroes legendarios. El término unicornio no fue aplicado irónicamente a los hallazgos paranormales sino a
principios de los '80 cuando un mago de fama internacional, James “Amazing” Randi, escribió un popular libro
crítico hacia la parapsicología, FLIM-FLAM! Psychics, ESP, Unicorns and Other Delusions (Randi, 1982).
Curiosamente el libro se convirtió en un best seller y a la fecha ya ha superado la decena de reediciones. Randi
expresa que las hadas, la levitación, la fotografía psíquica, los OVNIs, el psicoanálisis, los fantasmas, y varios
parapsicólogos, no son más que engaños, autoengaños, defectos de observación, defectos de interpretación, o
en el peor de los casos fraudes perpetrados por sus investigadores o tergiversación de sus testigos o
testimonios (Don, McDonough & Warren, 1992).

He oído muchas frases con tono de humor sarcástico respecto a las pruebas aportadas por los parapsicólogos
sobre la existencia de psi. Alcock (1981), un crítico de lo paranormal, ha dicho que la parapsicología “es
indistinguible de la pseudociencia... esto no quiere decir que la ESP no existe; así como se puede decir que Santa
Claus tampoco existe.” Expresiones como estas son comunes entre los escépticos confederados, desde 1976,
en una organización ideológica llamada CSICOP (Committee for the Scientific Investigations Claims of
Paranormal). El CSICOP ha iniciado una campaña combativa frente a lo que ellos caratulan como pseudociencia.
En este sentido, pueden incluirse algunas formas de creencias (ciertas prácticas adivinatorias, particularmente
la astrología, y otras prácticas mánticas), fenómenos aéreos anómalos (OVNIs, los fenómenos “fortianos”),
ideologías o tendencias en ciencias sociales (nuevas formas de terapia psicológica, fraudes y abusos en
medicina, sociología y antropología), en ciencias naturales (el creacionismo en biología, ética en genética), y
otras corrientes epistemológicas (el modelo de Feyerabend, el principio del paradigma de Kuhn), y el campo de
la crítica se abre hacia varias direcciones. El objeto del CSICOP es convertirse en un soldado de la ciencia,
apostado en la entrada de la autopista de la epistemología, condicionando al establishment a solicitar una
tarjeta de crédito a aquellas disciplinas que, como novatas, estén sólidamente fundadas en hechos claramente
demostrables, mensurables, y desprovistos del más mínimo rastro de pseudociencia (Blackmore, 1988).

Aunque el CSICOP se originó como un centro para combatir los alegatos de lo paranormal, hoy día sus informes
revisten relativamente pocas críticas dirigidas a la parapsicología. Excepcionalmente, la mayor parte de sus
artículos rescatan temas de la prensa sensacionalista, y otras, con pocas críticas a la metodología aplicada por
los parapsicólogos en sus propias revistas especializadas. El mismo grupo escéptico tiene una publicación, The
Skeptical Inquirer, cuyo tiraje es superior a cualquier publicación psi (35.000 suscripciones), que incluye, por
otra parte, una editorial cuyo fondo ha publicado varias decenas de títulos, la mayoría de ellos escritos por los
mismos miembros del CSICOP (Hansen, 1992a, 1992b).

Según McConnell (1992), la mejor forma que tienen los parapsicólogos de responder a la amplia propaganda
del CSICOP puede ser de dos maneras. Una es presentar la noción de que la superstición es el intento de la
gente ignorante por atribuir a hechos terroríficos lo que ellos no pueden comprender, y la otra, explicar que los
parapsicólogos han encontrado una importante realidad subyacente en las creencias paranormales ocultas. Así,
esta labor trae un equilibrio armónico entre la ciencia y el público, porque explora a nivel básico, ciertos
fenómenos naturales que dan origen a las supersticiones populares. En un sentido, las actitudes ideológicas
limitacionistas, en ciencia, parecen no ser convenientes a la hora de evaluar con amplitud de criterio, los
fenómenos usuales que estudia la parapsicología (ESP y PK).

El Problema de Psi: Algunas Cuestiones Limitativas

Pero cuando nos referimos a la parapsicología, lo hacemos respecto a la existencia de un


razonamiento “negativo”; o sea, consideramos que existe un fenómeno de ESP o una coincidencia significativa,
cuando no podemos atribuirlo a un error o al azar. Aunque la parapsicología aportó poco a la prueba de la ESP
y la PK, le dio un marco científico que en el pasado no poseía. Y al aplicar los criterios de la ciencia
experimental, permitió vincular al fenómeno (que con frecuencia era estudiado aisladamente), e integrarlo a la
actividad psíquica buscando correlaciones que permitan estudiarla de una manera más efectiva. Es por ello,
que la parapsicología aún busca una teoría general de estas anomalías, a través del control de las conductas
manifiestas que se correlacionan con ellas (Braud, 1986).

Gertrude Schmeidler (1990, 1991) revisó los estudios parapsicológicos de los últimos 40 anos. Su presunción
establece que psi es un proceso psicológico y como tal, funciona de la misma manera que lo hacen los demás

25
procesos psicológicos. Para confirmarlo reunió los hallazgos de la investigación psi que confirman dicha
presunción (Schmeidler, 1988). En este sentido encontró tres respuestas, dos negativas y una positiva. En
cuanto a la primera negativa, como la comparación entre objetivos aleatorios y pseudoaleatorios, no tiene
contraparte en psicología, y en el campo de la investigación cualitativa, analizar si, por ejemplo, experiencias
tales como “salir del cuerpo”, son realmente fuera o dentro del cuerpo, son las que le otorgan a la
parapsicología el prefijo “para”. (Blackmore, 1982). La segunda respuesta negativa, se refiere a la carencia de
relación entre los hallazgos de las investigaciones psi y los conceptos elaborados por la psicología acerca de la
cognición y la idea de percepción.

Dos respuestas positivas provienen de dos áreas de interés de la psicología, tales como la psicología social y la
psicología de la personalidad. Ella halló que la extraversión, la introversión, la ansiedad, el modo de ser, la
motivación, y efectos tales como la influencia del experimentador, parecen mostrar el modo operativo de psi.
La investigación psi que confirma todos los resultados positivos con áreas de la psicología son el aprendizaje,
los cambios debidos a la edad (o el desarrollo del individuo), la educación, el cociente intelectual, y la memoria
(Irwin, 1986).

También se ha aprovechado la investigación parapsicológica en las áreas de modificación artificial y natural de


la conducta como los estados alterados. Estos factores comunes son la relajación y el estímulo de la
imaginación, aunque las investigaciones han demostrado que estos dos factores, si bien son importantes como
favorecedores, no son suficientes per se para la manifestación del psi.

Entre otros descubrimientos psicológicos en estados normales de conciencia, tal vez los más interesantes, son
la importancia de la motivación y el estado de ánimo. Los experimentos revelaron que los mismos factores que
influyen psi, influyen también la actividad ordinaria. Los promedios psi mejoran cuando nosotros estamos
interesados, que cuando estamos aburridos. Los resultados de ESP muestran lo que se denomina el “efecto del
experimentador”: Sería más conveniente para el estudio que se realiza, si el experimentador crea una
atmósfera cálida y natural o si espera de nosotros un éxito, que si el experimentador crea un ambiente frío, o
espera de nosotros un fracaso. De este modo, los promedios son más altos cuando nosotros gustamos del
trabajo e ingresamos con placer en él, que cuando desconfiamos o lo desaprobamos (esto parece sumamente
evidente en las investigaciones sobre la meditación). Aquellos que practicaban la meditación, consiguieron
altos promedios (Haraldsson & Houtkooper, 1991).

Y por ello será necesario, en la investigación parapsicológica, informar preferencias dentro de la metodología.
Cuando realizamos un test psi con un grupo de sujetos, los parapsicólogos deberíamos saber predecir las
respuestas psi de los sujetos entre si, y establecer así, como psi opera sobre estas reglas generales, y estudiar a
cada individuo precisando como aplicar tales reglas (Carpenter, 1988; Gissurarson, 1990).

Estudios neurológicos muestran que la activación del hemisferio cerebral derecho de un sujeto hace más
probable lograr un acierto ESP que la activación del hemisferio cerebral izquierdo en el mismo sujeto (aunque
hay excepciones) (Dobronravova & Lebedeva, 1994; Warren, McDonough & Don, 1992). Evidencias de esto
aparecen en el estudio de los movimientos de los ojos, pero la mayor parte lo aporta el empleo del
electroencefalógrafo (EGG), que amplifica y registra los cambios cerebrales. La segunda conclusión es aquella
que afirma que el acierto ESP tiende a estar más asociado con la baja frecuencia de las ondas cerebrales
denominadas alfa, o aún con las más bajas ondas de frecuencia, llamadas theta.

Casi todas las investigaciones cerebrales en parapsicología han examinado la ESP. Pero no sabemos si son
aplicables estas reglas en todos los casos. Obviamente, por lo tanto, otra de las necesidades en parapsicología
son las investigaciones paralelas de la ESP y PK. Si ellas difieren en los modelos cerebrales, este descubrimiento
podría ser muy estimulante e importante (Gissurarson & Morris, 1990).

Dos preguntas sin respuesta nos demuestran la necesidad de investigar más profundamente en este tópico, lo
mismo que sobre estados de ánimo o actitudes. La segunda cuestión es si el modelo de ESP es aplicable
también a la PK. Existen algunas evidencias de que las dos funcionan diferentemente y que el acierto PK se
produce con un alto nivel de activación, pero esta evidencia no justifica aún una conclusión.

Otro experimentos de PK han estudiado el crecimiento en plantas. Estos estudios abarcan la investigación
sobre bio-PK (la influencia PK sobre objetivos orgánicos). En el más rigurosamente controlado de estos
estudios, las semillas son separadas en manera aleatoria entre grupos experimentales y grupos de control. Un
sanador trata de influir sobre las semillas del grupo experimental aunque éstas están protegidas de cualquier

26
contacto físico y también en contacto con el aura del sanador. Ambas unidades, la experimental y la de control,
son entonces codificadas, de modo que la persona que vigila y que luego realiza la medición no conozca cuál es
cual. Muchos de estos cuidadosos experimentos muestran un incremento de crecimiento sobre las plantas a las
que el sanador trató de ayudar, y como resultado de ello parece bien establecida la influencia de un efecto PK.

Otro sustancial cuerpo de investigaciones utilizó levadura u otros organismos microcelulares. Aquí
también, si examinamos las investigaciones que están rigurosamente controladas, muchos de los resultados
muestran un efecto PK que esta bien fundamentado (Gurtovoy & Parkhomov, 1993).
Muchos informes describen la sanidad física sobre los seres humanos. Pero en pocos de ellos se
utilizaron condiciones rigurosas de investigación como los citados anteriormente. Solo dos recientes informes
parecen bien controlados, ya que en ellos se elaboraron los más complejos sistemas científicos. Uno de ellos
fue dirigido sobre cientos de pacientes quienes ingresaron a una unidad coronaria intensiva. Cerca de la mitad
fue elegida al azar como grupo experimental; cristianos devotos quienes nunca habían conocido a estos, oraron
por su recuperación, y los restantes pacientes estuvieron en el grupo de control. Ninguno de los pacientes ni
quienes los cuidaban conocían cual era el grupo experimental y el grupo de control. Luego que algunos
pacientes fueron dados de alta y otros murieron, los registros del hospital fueron analizados y las estadísticas
evidenciaron que la recuperación del grupo experimental fue mejor en su totalidad y también mejor en
distintas categorías específicas, que la recuperación en el grupo de control 4.

Una conclusión que recientemente tuvo preeminencia es la posibilidad de que los cambios geomagnéticos
puedan influir sobre los éxitos ESP o PK. Cuando manchas solares u otros factores originan un incremento de la
actividad geomagnética, los promedios ESP parecen ser más bajos que cuando la actividad geomagnética es
pasiva. Contrariamente, la PK podría ser más activa cuando la actividad geomagnética es más alta. Algunas
investigaciones indicaron que la actividad corporal muestra mayor avivamiento con alta actividad
geomagnética, y éstas dieron a los investigadores un nuevo rumbo para sus experimentos.

Un grupo de investigadores emplearon un RNG (Random Number Generator). Ellos lo programaron para
seleccionar objetivos al azar, y entonces asignar cada objetivo aleatoriamente, o en todo caso, asignar una
condición que el sujeto prefería, o también a una condición con la que el sujeto no simpatizara. Por ejemplo,
una condición podría ser el feedback. En uno de los test, la condición era que el sujeto vea después cual fue el
objetivo; en la otra condición nadie -ni el sujeto ni el experimentador- conocerán cual fue el objetivo.

Experimentos de este tipo revelaron que los sujetos dotados obtenían un promedio más alto en cualquier
condición que a ellos les agradara, pero lograban bajos promedios (algunas veces significativamente bajos) en
otra condición. Esto demostró que las respuestas ESP, responden tanto al contenido del objetivo como a las
condiciones bajo las cuales éste se presenta, y que la conciencia, esencialmente “inyecta orden” a los procesos
aleatorios (Radin, 1991).

Los Problemas de Aceptación de las Evidencias de psi

Otro problema común entre los parapsicólogos tiene que ver con el grado de credibilidad acerca de sus
hallazgos. Una revisión de las objeciones efectuadas acerca del carácter de ciencia de la parapsicología pueden
resumirse en diez aspectos, entre algunos de ellos:

(a) que los experimentos de ESP y PK no son suficientemente repetibles, ni por el mismo investigador, ni por
investigadores independientes, como para aceptar los conceptos revolucionarios que involucra su discutida
realidad;
(b) que los parapsicólogos utilizan procedimientos matemáticos inadecuados;
(c) que los fenómenos psi son teóricamente imposibles;
(d) que los diseños experimentales empleados por los parapsicólogos son imperfectos y a menudo se deslizan
errores, o dan lugar a que los sujetos se guíen por indicios sensoriales o por influencias del experimentador que
vician el estudio, y al mejorar el diseño, los éxitos descienden al nivel del azar, como evidencia de una no-ESP o
PK;
(e) que la posibilidad de fraude, por parte del sujeto o del experimentador son siempre plausibles;
(f) que los fenómenos psi violan los principios aceptados por la ciencia clásica, ya que la interacción mental
con poder de acción a un supuesto nivel no físico presenta dificultades con respecto a la independencia física y
psíquica, la causalidad física es violada por los fenómenos de precognición, pues implica conocer los efectos
4

27
antes que se produzcan las causas, o la ley de conservación de la energía es violada por los fenómenos de
psicokinesis;
(g) que es común que entre los parapsicólogos se publiquen estudios exitosos, de manera que si se comparan
los resultados positivos con los negativos, el resultado sería completamente aleatorio;
(h) que los mismos parapsicólogos han encontrado defectos en los trabajos de sus colegas;
(i) que los fenómenos parapsicológicos no son explicados por la física ni la fisiología, y en ello radica la
dificultad de su aceptación;
(j) que algunos parapsicólogos hacen afirmaciones exageradas respecto a descubrimientos y avances
explosivos, por parte de advenedizos en la materia; y
(k) que al margen de esta forma de actividad parapsicológica, abundan prácticas adivinatorias, mencionadas
como parapsicológicas que se prestan para la explotación de la credulidad pública (Adams, 1991; Imich, 1993;
McClenon, 1991; Roney-Dougal, 1992).

Al respecto, Robert McConnell (1977) publicó una encuesta realizada entre los mismos parapsicólogos, quienes
manifestaron que el 69% afirma no tener duda acerca de la existencia de la ESP, el 49% ha entrado en conflicto
con sus anteriores creencias y conceptos científicos al iniciar sus investigaciones parapsicológicas, y un 15%
reconoce que aún no ha superado ese conflicto. Tal vez, esta falta de unanimidad se deba a su propia
capacidad crítica (y autocrítica), pues no adhieren a la parapsicología como artículo de fe, sino con criterio
científico.

Los fenómenos parapsicológicos involucran formas de conocimiento que no son explicables por las actuales
teorías científicas acerca del modo en que se adquiere información y se la integra a la conciencia. Comprenden
fenómenos que no pueden ser explicados por las actuales teorías de la interacción de los campos gravitacional
y electromagnético. La hipótesis psi puede ser falsa para explicar adecuadamente algunos aspectos del
mecanismo de tales anomalías, pero su investigación es perfectamente legítima. Además, aunque el fraude sea
una contraexplicación válida en algunas pocas ocasiones, no todas las investigaciones exitosas han sido
fraudulentas, y esto tampoco afecta únicamente a la parapsicología. Otras ciencias, las sociales y las formales,
han padecido de científicos deshonestos.

Otro problema es la credibilidad. Martínez Taboas (1979) afirma que, a diferencia de otras ramas de la ciencia,
los fenómenos psi no pueden ser repetidos adecuadamente a voluntad del experimentador, y que, incluso, el
paso del tiempo hace que pierdan su poder de convicción y que sean finalmente puestos en duda o rechazadas.
Además, algunos de estos fenómenos resultan poco creíbles por atentar contra las leyes físicas conocidas.

La literatura de la investigación demostrativa en parapsicología tiene como fundamento la presunción de que


esta disciplina necesita llegar a desarrollar un experimento repetible para poder establecerse como ciencia. Los
parapsicólogos están de acuerdo con los críticos que la repetibilidad estricta merece prioridad en sus
investigaciones (Beloff, 1983). Pero la mayoría sostiene que no es esencial la réplica exacta de un experimento
sino más bien el tipo de replicabilidad estadística, que es común en la mayoría de las ciencias sociales y del
comportamiento. Los críticos de la parapsicología están de acuerdo en cuanto a la validez de este enfoque,
pero no han planteado con claridad que es exactamente lo que constituiría una evidencia aceptable de la
repetibilidad de un experimento, y al respecto, varios tipos de experimentos generalmente aquellos que
comparten dos actitudes opuestas (por ejemplo, “creyentes” y “escépticos” en psi, introvertidos y
extravertidos), han dado resultados que lograron un nivel importante de replicación.

El rol del meta-análisis en parapsicología se ha convertido en un sólido argumento en favor de la replicabilidad


de los fenómenos psi. El meta-análisis es una variedad de estrategias que sintetizan cuantitativamente las
evidencias existentes en toda una área de investigación. Los resúmenes meta-analíticos deben satisfacer los
mismos requisitos lógicos relacionados con un buen resumen de las evidencias dentro de un estudio, esto es,
un resumen meta-analítico adecuado supone que se hayan resumido correctamente las evidencias existentes
dentro de cada estudio.

Sin embargo, el meta-análisis es menos subjetivo que otros métodos que combinan resultados entre distintos
estudios; permitiendo a los investigadores conocer si un hallazgo proveniente de un estudio o un grupo de
estudios es susceptible de ser generalizado a diferentes situaciones y sujetos. Esto comprende la recolección de
datos de numerosos estudios realizados sobre un mismo tópico, analizarlos estadísticamente en conjunto y
establecer una afirmación general acerca de lo que indican estos estudios. Si bien el meta-análisis puede ser un

28
paso más para llegar a un resumen “objetivo” del estado actual de conocimiento en un área científica dada, no
es necesariamente un atajo para llegar a la “verdad” científica 5.

Muchos experimentos recientes en parapsicología tienden utilizar, como objetivos, materiales más complejos
que las cartas y los dados que se utilizaban antiguamente. Los objetivos en Ganzfeld suelen ser objetivos de
“respuesta libre”, pues el sujeto tiene libertad acerca de los objetivos (fotografías, por ejemplo). Robert
Rosenthal sometió a meta-análisis los 28 estudios Ganzfeld de los cuales se conocían los aciertos directos. Si el
número de aciertos esperado y el observado hubiesen sido idénticos, la magnitud del efecto sería igual a cero.
El resultado arrojó un número importante a favor del Ganzfeld (el 82% tuvo una magnitud superior a cero).

Los datos de experimentos con Ganzfeld fueron resumidos independientemente por un parapsicólogo y por un
escéptico. Ambos llegaron a conclusiones diferentes, más en un comunicado conjunto, estuvieron de acuerdo
que en la base de datos, hay un efecto general significativo que no puede ser explicado razonablemente por la
información selectiva o el análisis múltiple (Hyman & Honorton, 1986).

Se aplicó el meta-análisis en la investigación de micro-PK, en el que se utiliza un generador electrónico de


números aleatorios (RNG). Habitualmente la aleatoriedad depende de la emisión de electrones a partir de una
débil fuente radioactiva. En esos experimentos los sujetos intentan influir sobre el RNG (o sobre la pantalla en
que aparecen los números aleatorios), de tal manera que el aparato actúe menos aleatoriamente. Se realizó un
meta-análisis sobre los datos en 832 estudios con RNG efectuados en aproximadamente 30 años (1957 a 1987),
y ofreció un resultado significativamente superior a la media en los estudios de influencia PK, respecto a los
objetivos de control (Radin & Nelson, 1989).

También se sometieron a meta-análisis los test de precognición con respuestas forzosas realizados entre 1935 a
1987 (Honorton & Ferrari, 1989). Los objetivos utilizados abarcan desde cartas de ESP hasta generadores de
números aleatorios. Se aplicó el meta-análisis a experimentos de PK con dados, estudios en donde se
correlacionaban la medición de la extraversión de los sujetos con puntajes ESP (Honorton, Ferrari y Bem, 1990),
test de mecanismos de defensa (Haraldsson, 1992) y un meta-análisis de varios estudios con inducción
hipnótica (Schechter, 1984).

En general, los hallazgos de los parapsicólogos muestran resultados alentadores. Tal vez no tanto como
deseamos, pero lo suficientemente promisorios como para esperar nuevos avances. Un último problema de la
actividad experimental en parapsicología (probablemente la más necesaria en este tramo de la historia
parapsicológica) sea la falta de suficientes investigadores. En otras ciencias, la población de científicos y el
número de laboratorios es proporcionalmente mayor que en parapsicología, pues las inversiones hacia la
actividad psi pueden no ser suficientemente rentables de inmediato, considerando que muchas empresas
pueden invertir dinero en proyectos prioritarios en tecnología, medicina, física nuclear, ciencias sociales u otras
áreas.

La aplicabilidad inmediata de los fenómenos psi han generado una controversia en la comunidad
parapsicológica, y es poco probable que hasta que los estudios progresen aún más en el descubrimiento de la
mecánica de psi, los aspectos vinculados con su desarrollo potencial puedan requerir de más tiempo y
experimentación. Porque es cierto que los críticos exigen a la parapsicología más pruebas que cualquier otra
disciplina, probablemente por el carácter de sus afirmaciones.

Además, desde hace algún tiempo, ha habido un interés por parte de los parapsicólogos por publicar sus
informes en las revistas especializadas no-parapsicológicas, aunque esta política no es compartida por todos.
En primer lugar, los informes exitosos suelen ser publicados en las revistas parapsicológicas, porque el lector
esta familiarizado con las técnicas y procedimientos de la parapsicología en tanto que los lectores de otras
revistas no-parapsicológicas podrían prestar poca o nula atención a estos trabajos. Esta política, en realidad, es
parte de una estrategia de los mismos parapsicólogos con el objeto de darle a la parapsicología un contexto
académico más integral (Severi, 1994), al marco de las ciencias “clásicas”, presentando estos estudios como
hipótesis psi, más que como anomalías (Palmer, 1993).

Publicado en Psi Comunicación: Revista de la Sociedad Española de Parapsicología. Vol. 20, No.38,
Enero/Diciembre 1995.

29
2
Alejandro Parra es editor de la Revista Argentina de Psicología Paranormal. Coordinador del Instituto de
Psicología Paranormal, y la Agencia Latinoamericana de Información Psi. Es miembro de la Parapsychological
Association. Ha publicado varios trabajos de investigación y es autor de Historia de la Parapsicología en
Argentina (Buenos Aires, 1990).

3
Al respecto cabe mencionar la polémica que generó este trabajo. Para ello ver Palmer, Honorton y Utts (1988),
y McConnell y Clarck, 1991. Morris (1990/91) hace una buena síntesis de la actividad parapsicológica en la
década del ‘80.

4
Existe una numerosa cantidad de experimentos, efectuados en el último lustro, que demuestra una posible
aplicación curativa de psi, tales como los informes de Braud (1989, 1990, 1994a y 1994b), Irwin (1994), Rao
(1991) y Schmidt (1991).

5
Para un estudio más profundo acerca del rol del meta-análisis en parapsicología, ver Honorton, Ferrari, 1988;
y Krippner et al., 1993.

Conclusiones

Ahora, estamos frente a nuestra inquietud por permanecer en un medio no siempre bien comprendido en
general. Estamos frente a proyectos para mejorar el futuro de la parapsicología. Es importante considerar
todos estos aspectos, porque el destino de la investigación parapsicológica puede ser más incierto de lo que
parece. A nivel popular, el parapsicólogo no es considerado un hombre de ciencia, sino un “curandero”, un
“sanador”, un “auxiliar espiritual del psicólogo”.

No obstante, al respecto, yo mismo he tenido ocasión de tratar con numerosos científicos, profesionales en
otras áreas, clínicas y experimentales, y todos ellos han manifestado un interés peculiar por los problemas de la
parapsicología. En parte, este sentido aperturista de algunos científicos sea debido a la divulgación popular de
tales temas, la abrumadora información que aparece en los medios de prensa, la comunicación cotidiana con
familiares, amigos, colegas o pacientes, la explosión de literatura, y la promoción de cursos y seminarios.
Aquellos científicos “escépticos” se han mostrado sumamente curiosos por conocer el sentido de la
investigación psi, pero aún así, sin compromiso hacia la parapsicología (una conclusión similar extrae Rex
Stanford, 1988). Un aspecto particularmente necesario señalar, es conducir a la parapsicología a un grado de
seriedad. La respetabilidad forma parte de la honestidad en ciencia, que no parece ser una característica de
quienes se dicen a si mismos “parapsicólogos”.

Los recursos económicos son importantes, pero la carencia de dinero no es un impedimento para la actividad
parapsicológica. Muchas otras investigaciones en el pasado ganaron Premios Nobel con microscopios
averiados, que los más sofisticados instrumentos de medición valuados en millones de dólares. Se necesita de
“obreros” de la parapsicología, profesionales que generen recursos metodológicos y “produzcan” resultados.

En tanto comprendamos que la parapsicología puede integrarse en el concepto general de neurociencias, todos
los estudios de psi permanecerán como un objeto “herético” de la ciencia. Es difícil que los epistemólogos
modernos, aún con excepciones, admitan la totalidad de hechos paranormales como demostrados
científicamente, pues su existencia es discutida y discutible de hecho, aunque la acumulación de la evidencia de
psi constituye uno de los más atractivos aspectos de la investigación científica contemporánea (White, 1990).

Sería interesante mencionar que los grandes hallazgos de la ciencia se han efectuado dentro y fuera de ella. En
el pasado, la comunidad científica era más rígida entonces que ahora, debido a muchas influencias ideológicas
conservadoras. Es probable que psi sea mucho más fácilmente integrada hoy, cuando los científicos sociales se
dan cuenta que el concepto de ciencia es uno de los muchos modelos (tal vez el mas sólido), que tenemos en
Occidente para descubrir la realidad macroscópica, infinitamente grande, y la realidad microscópica,
infinitamente pequeña.

REFERENCIAS

Adams, Ch.F. (1991). Explanation and social change: How the scientific establishment's acceptance of ESP and
PK would influence contemporary society. Journal of American Society for Psychical Research 85, pp.43-66.-

Alcock, J. (1981). Parapsychology: Science or Magic? Pergamon: New York.

30
Beloff, J. [et al.] (1983). The repeatability problem in parapsychology. Parapsychology Review 14 (No.6), pp.1-
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CARTAS ESP, CARTAS DUKE 0 ZENER? 6

Brenio Onetto Bachler 7

Con excesiva frecuencia hemos visto en revistas y libros de parapsicología que son de nivel científico adecuado
mencionar, que para tal o cual experimento se utilizaron las archiconocidas “Cartas Zener.” Este imperdonable
error podría acaso tener alguna explicación en obras de divulgación o artículos de prensa que es bien sabido no
hacen sino copiar con ligeras variantes, y por desgracia a veces hechos que se consignaron como efectivos por
una vez, y desde entonces se siguen repitiendo con majadería, como por ejemplo el famoso “Experimento” en
el submarino Nautilus, que como lo ha declarado varias veces el mismo Rhine, jamás se llevó a cabo (y
dejaremos para otra ocasión la cita de las fuentes pertinentes serias que ya en más de una ocasión se han
desmentido categóricamente).

En el libro ESP After Sixty Years (Rhine et al., 1940, p. 61) se afirma que “para simplificar la evaluación
estadística Rhine introdujo las cartas Zener, y más tarde las cartas ESP; una baraja estandard de 25 cartas con
cinco veces 5 simples símbolos o dibujos: un rectángulo (que más tarde se cambió a cuadrado), un signo más
(cruz), una estrella, 6 líneas onduladas (que luego fueron reducidas a tres) y un círculo”.

Queda claro entonces que hubo en el primer período de investigaciones del Laboratorio Parapsicológico de la
Universidad de Duke, por lo menos dos modelos (entre otros muchos más que se estudiaron) de cartas. Pero
también se deduce del párrafo mencionado, que el diseño hecho por el psicólogo norteamericano Dr. Karl
Edward Zener (1903-1964), del Departamento de Psicología de la mencionada Universidad, difería en por lo
menos 2 cartas del grupo definitivo que fuera patentado por Rhine ya en 1937, cuando se encontraba en
prensa la que fuera su respuesta ahora en formato de libro y que por ser menos conocida que su predecesora,
el opus original de 1934, titulado “ESP”, mencionados aquí al lector interesado. Se trata de New Frontiers of the
Mind (Una historia de los experimentos de la Universidad de Duke) (Rhine, 1950). El libro de 275 páginas y las
características ilustraciones por desgracia solo se conoce en el original inglés, (o en traducción alemana de
1938), ambas hoy día completamente agotadas. En la página 48, se afirma lo siguiente: “Las cartas que el Dr.
Zener y yo diseñáramos en esa época se hicieron mucho más conocidas de lo que cualquiera de nosotros jamás
hubiese podido soñarlo. Al comienzo de la investigación (hacia 1930-31), empecé llamándolas “Cartas Zener” ,
6
7

33
y más tarde cambié dos de los símbolos de ellas, a las que se bautizó como “Cartas ESP” (destinadas a medir la
percepción extrasensorial). Por aquel entonces (1934) estábamos ya usando el término “Percepción
Extrasensoria”, (abreviado ESP) para describir la clarividencia y la telepatía y para las cuales las cartas servían
de técnica de prueba. Es este el nombre con que se las conoce hoy en día (1937), y los diferentes modelos de
cartas que estamos usando ahora y que se ha puesto a disposición del público en general han sido modificadas
y mejoradas de los diseños originales elaborados y los diferentes modelos de cartas que estábamos usando
ahora y que se ha puesto a disposición del público en general, han sido modificadas y mejoradas de los diseños
originales elaborados por el Dr. Zener y por mí”, (hasta aquí Rhine, el que además ilustra muy claramente en las
paginas 48-49 y 274-75 de la obra mencionada, los dos modelos en los que, fuera de la diferencia ya citada y en
las dos cartas que se modificaron, puede verse además que: La estrella se amplió, y el círculo y la cruz se
hicieron de contornos algo más que pequeños y nítidos) .

Concluyendo, pues, podemos afirmar que la carta que Rhine diseñaba son en sus cinco símbolos sensiblemente
diferentes de la del Dr. Zener. En la misma obra que recién citamos se lamenta Rhine que ya en 1937 ha ya
Zener abandonado la investigación parapsicológica, pues sus otras tareas en su Departamento (que en aquel
entonces dirigía William Mc.Dougall), le impidieron continuar con la que fuera una fecunda colaboración inicial.
He aquí entonces como, en definitiva conocen los parapsicólogos profesionales estas famosas cartas (y lo
aclaramos también para todos aquellos lectores de lengua española a los que no cupo en suerte conocer el ex-
laboratorio de Parapsicología de Rhine que él ahora ha reemplazado por una Fundación para el Estudio de la
Naturaleza del Hombre, con sede también en Durham, Carolina del Norte (Rhine et al, 1965) las llaman “cartas
ESP”, “cartas de Rhine”, o “cartas Duke” (en recuerdo del Laboratorio Universitario en que fueran desarrolladas
y patentadas).

Finalmente agreguemos, como dato curioso, que en vida y también poco antes de morir el psicólogo Dr. Karl
Edward Zener declaró, que para él era inexplicable porque se le mezclaba tanto con estas cartas en las que él
había tenido una participación prácticamente mínima (véase su nota necrológica (Journal, 1964). Nosotros
diríamos como en el adagio “Sic Transit...”

6
Publicado en la Revista Argentina de Psicología Paranormal. Vol.1, No.3, Julio 1990, pp.145-147.

7
Médico psiquiatra y parapsicólogo chileno (1919-1998) fue coordinador del Instituto Rhine de Investigaciones
Parapsicológicas, editor de la Revista de Parapsicología.

REFERENCIAS

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Years. New York: Henry Holt.

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Rhine, J.B. & Associates (1965). Parapsychology: From Duke to FRNM. Durham, NC: The Parapsychology Press.

Journal of Personal Psychology (1964). Duke University Press.

FIN DE ESTA UNIDAD

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