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LA CALIDAD DE LA PROFESIONALIZACIÓN DEL PERSONAL DE UNA

INSTITUCIÓN

La búsqueda de la calidad en un centro de servicios sociales pasa por la actitud diaria de un


equipo profesional comprometido, motivado y bien liderado, capaz de prestar atención tanto a
los detalles y matices personales en cada interacción, como a la definición de protocolos de
actuación.

Esa actitud requiere la implicación y participación de todos y cada uno de los/las


trabajadores/as de los centros de servicios sociales, desde la dirección hasta el personal de
limpieza y desde el personal de atención directa al de lavandería, cocina o comedor, ya que la
calidad es responsabilidad de todos/as y se percibe generando fiabilidad, integridad, capacidad
de respuesta, accesibilidad, personalización, empatía, comunicación, etc.

Sin embargo, no se puede hablar de calidad sin hablar de formación, ya que la capacitación
profesional del personal supone un indicador clave de que un centro de servicios sociales está
funcionando bajo parámetros de calidad.

La formación aporta a cualquier organización:

- Mejora del ambiente de trabajo.


- Mejora de la comunicación.
- Aumento de la productividad.
- Aumento de la calidad del servicio.
- Mejora de los resultados.
- Aumento de la motivación del personal.
- Aumento de la responsabilidad del personal.
- Además de aumentar su motivación y responsabilidad, la formación aporta al
Personal:
- Mejora de su capacitación profesional.
- Aumento de su satisfacción.
- Aumento de su seguridad en el trabajo.
- Poder desarrollar mejor sus capacidades.
- Percibir una mayor proyección en el trabajo.
- Estar más integrado.
- Conocer mejor a la organización.
Además, el artículo 24 del V CONVENIO MARCO ESTATAL DE SERVICIOS DE ATENCIÓN A LAS
PERSONAS DEPENDIENTES Y DESARROLLO DE LA PROMOCIÓN DE LA

AUTONOMÍA PERSONAL, deja claro que la formación es un derecho de todo trabajador/a: “De
conformidad con lo que previene el artículo 23 del Estatuto de los Trabajadores y para facilitar
su formación y promoción profesional, el personal afectado por el presente convenio tendrá
derecho a ver facilitada la realización de estudios para la obtención de títulos académicos o
profesionales reconocidos oficialmente, así como a la realización de cursos de
perfeccionamiento profesional organizados por la propia empresa u otros organismos, siempre
que dichos estudios sean cursados con regularidad, y su contenido guarde relación con el
puesto de trabajo”.

Por tanto, si queremos prestar servicios de calidad en centros que quieran dar respuesta a las
necesidades cambiantes y/o nuevas de las personas usuarias de servicios sociales, se necesita
que el personal de dichos centros esté permanentemente formado, por lo que se requiere una
formación continua adecuada que incida en el triple vector al que debemos dar máxima
relevancia:

Esto significa que la formación profesional en la empresa se debe orientar para:

· Adaptar a la persona al puesto de trabajo y a las modificaciones que tenga.

· Actualizar y poner al día los conocimientos profesionales exigibles en la categoría y puesto de


trabajo que desempeñe.

· Especializar, en sus diversos grados, en algún sector o materia del propio trabajo.

· Facilitar y promover la adquisición por el personal de títulos académicos y profesionales.

· Reconversión profesional y adecuación al nuevo sistema de cualificación.

· Adaptar la mentalidad del personal y de las direcciones hacia una dirección participativa por
objetivos.

· Ampliar los conocimientos del personal que le permita prosperar y aspirar a promociones
profesionales y adquirir los conocimientos correspondientes a otros puestos de trabajo

· Formar teórica y prácticamente, de manera suficiente y adecuada, en materia preventiva,


cuando se produzcan cambios en las funciones que se desempeñen o se introduzcan nuevas
tecnologías o modificaciones en los equipos de trabajo y en las condiciones que establece el
artículo 19 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

· Homologar las certificaciones acreditativas de la Formación Continua en todo el ámbito de la


atención a la dependencia y proponer al Instituto Nacional de Cualificaciones la homologación
de las certificaciones para la obtención, en su caso, de los futuros certificados de
profesionalidad.
Por tanto, la Formación continua del personal tendrá un doble objetivo:

a) Buscar siempre la adaptación y preparación de los/las profesionales al contenido de los


puestos de trabajo, mejorando las competencias y cualificaciones indispensables para
fortalecer el activo de los recursos humanos.

b) Prevenir los riesgos procedentes del desconocimiento y/o mal uso de los recursos,
anticipándose a las posibles consecuencias negativas del mal ejercicio de las profesiones que
se dan cita en el sector.

En este sentido la formación debe tener siempre esta fuerte valencia preventiva en relación a
la salud física y psíquica de los/las profesionales (cuidar al cuidador) y no solo una visión
utilitarista de beneficios inmediatos en el hacer profesional.

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