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5) ¿Es posible hacer una venta desatendida (online)? ¿O necesita contacto personal por parte
de un comercial?
10) ¿Es un producto establecido en el mercado, emergente, o en decadencia? ¿Es el líder del
mercado?
13) ¿Es un producto único, o hay una variedad donde escoger? ¿Es personalizable o
accesorizable?
14) ¿Tienes una marca potente? ¿Es tuya, o tienes el uso en exclusiva de esa marca?
15) ¿Cuál es el posicionamiento del producto? ¿Cuál es la propuesta de valor? ¿Se diferencia
de los productos de la competencia?
17) ¿Qué información tiene el cliente cuando empieza a buscar un proveedor? ¿Hay que
desmentir mitos, revertir una mala reputación, o desmontar los argumentos de otros
competidores?
18) ¿Cuánto tiempo necesita el cliente para decidir la compra, y qué proceso sigue? ¿Cuántos
contactos debe haber?
22) ¿Es un producto de venta única (por ejemplo, un coche, o una casa), habitual (por ejemplo,
detergente), o repetido pero imprevisible (por ejemplo, reparaciones)?
Conclusión
Las compras de importe alto serán muy meditadas: comprar una casa o un coche es una
decisión importante, compromete durante mucho tiempo, y el cliente tomará muchas
precauciones.
Hay que tener en cuenta que la valoración de alto o bajo no la hace la empresa, sino el cliente
– cada cliente, según su percepción y sus circunstancias.
En los productos de alta implicación, el cliente dedica mucho tiempo a estudiar la compra. Son
productos que comportan compromisos importantes, que afectan al estilo de vida o a los
principios del cliente.
No es lo mismo comprar un paquete de pilas eléctricas que una botella de vino para una
celebración – aunque el coste pueda ser equiparable.
5) ¿Es posible hacer una venta desatendida (online)? ¿O necesita contacto personal por
parte de un comercial?
Me refiero a todo el proceso de investigación, evaluación y decisión del cliente, no sólo al acto
concreto de la compra.
En los productos que son caros, técnicos, complejos o de alta implicación, el cliente
normalmente pedirá una atención personal por parte de la empresa. Asesoramiento,
recomendación, presupuesto…
Al preparar el plan de marketing hay que tener en cuenta el proceso de compra del cliente, y
prever los contactos, contenidos y procesos que le ayuden a completarlo.
6) ¿Es posible la compra por impulso?
Si es un producto apetecible, novedoso, de precio más bien bajo y sin riesgo, te puedes
plantear perfectamente potenciar la compra por impulso. El mecanismo de compra es
completamente diferente al de una compra meditada o por necesidad.
Si es un producto nuevo, tendrás que explicar varias cosas: qué es, para qué lo necesita, qué
criterios debe usar para decidir, y qué le ofreces.
Si ya conoce el producto, puedes ir directamente a tu oferta, sólo tienes que explicar en qué
eres diferente.
Si el cliente sabe que necesita el producto, o tiene claro que lo quiere, se ocupará de buscarlo
– tienes que asegurarte de que te encuentra. La promoción se orientará más a buscadores.
En cambio, si no sabe que lo necesita, si es algo que tiene que ver para quererlo, tendrás que
mostrárselo allí donde esté, sin que él haga nada para encontrarlo – la promoción se orientará
más bien a publicidad segmentada en redes sociales.
10) ¿Es un producto establecido en el mercado, emergente, o en decadencia? ¿Es el líder del
mercado?
(Por cierto, si necesitas crear o actualizar tu marca, te recomiendo que mires LogoRapid –
mi estudio de diseño de logotipos e imagen corporativa).
Si has creado una plataforma, tienes que desarrollar dos grupos de usuarios, y los dos deben
llegar a la masa crítica que te permita sobrevivir.
Si participas como vendedor en una plataforma, estás en un ecosistema bastante cerrado que
(normalmente) tendrá sus propias reglas de marketing.
13) ¿Es un producto único, o hay una variedad donde escoger? ¿Es personalizable o
accesorizable?
14) ¿Tienes una marca potente? ¿Es tuya, o tienes el uso en exclusiva de esa marca?
Si el producto tiene una marca importante que ya es conocida, puedes aprovecharte de esa
notoriedad.
Si hay una marca que no es conocida y la tienes en exclusiva, puedes invertir en darla a
conocer.
En general, si hay una marca importante, vale la pena apoyarse en ella para vender. Pero debe
estar establecida en el mercado, y, para eso, el fabricante, o el mayorista en cada mercado,
debe establecerla (léase “invertir muchísimo en publicidad”).
15) ¿Cuál es el posicionamiento del producto? ¿Cuál es la propuesta de valor? ¿Se diferencia
de los productos de la competencia?
Si la marca es conocida (ya está establecida en el mercado) y tiene una personalidad conocida,
debes seguir esa personalidad, esa forma de comunicarse. Y eso determina los canales que
puedes usar.
17) ¿Qué información tiene el cliente cuando empieza a buscar un proveedor? ¿Hay que
desmentir mitos, revertir una mala reputación, o desmontar los argumentos de otros
competidores?
Según lo que sepa o crea el cliente, habrá que darle un mensaje u otro. El contenido de la web
puede cambiar mucho.
18) ¿Cuánto tiempo necesita el cliente para decidir la compra, y qué proceso sigue? ¿Cuántos
contactos debe haber?
En productos complejos, los clientes suelen seguir una serie de pasos bastante comunes, y el
proceso se dilata un tiempo. La información en la web, los contactos comerciales y de
“nurturing”, deben estar correlacionados con el proceso de compra de los clientes.
19) ¿Los clientes forma parte de un grupo motivado?
Hay segmentos de clientes que tienen una motivación especial para comprar un producto, que
les hace ser menos sensibles al precio y más a las características y al servicio. Por ejemplo,
coleccionistas, aficionados, fans, seguidores de modas; personas con necesidades especiales
(celíacos, dependientes…); ideologías o estilos de vida (vegetarianos); y similares.
Si tiene, o puedes inventar, una componente emocional, toda la comunicación será muy
diferente a si te debes centrar en las características del producto, o en el precio.
Si lo es, y tienes un buen precio, la promoción se orientará a canales que permitan comparar
precios directamente. Si no lo tienes, entonces se dirigirá más bien a canales de búsqueda
directa de productos pero que no permitan esa comparación (aunque siempre estarás en
desventaja).
Si no es sensible al precio, entonces también deberías evitar esos canales, habrá otros más
adecuados.
22) ¿Es un producto de venta única (por ejemplo, un coche, o una casa), habitual (por
ejemplo, detergente), o repetido pero imprevisible (por ejemplo, reparaciones)?
En productos de venta única, te debes centrar en conseguir los contactos y cerrar esa venta
única.
Pero si las ventas no son previsibles, te centrarás seguramente en mantener el contacto con el
cliente y asegurarte de mantenerte arriba en su lista de proveedores.
Si el cliente va a hacer compras subsiguientes durante mucho tiempo, sabes que el valor total
del cliente es mucho más alto que el de una sola compra – puedes invertir mucho más para
conseguir el cliente y esa primera compra. Puedes incluso subvencionar esa primera compra, y
no ganar nada a cambio de conseguir esa renta.
Es lo que hacen los fabricantes de impresoras: el aparato es muy económico, y donde ganan
dinero es vendiendo la tinta. Por eso las tintas originales son muy caras.
24) ¿Quien compra el producto es distinto a quien lo usa? ¿A quién nos vamos a dirigir?
Por ejemplo, una empresa donde haya un departamento de compras (o una secretaria), o
niños y sus padres: ¿a quién vendemos?, ¿quién decide?, ¿quién hace la compra?, ¿quién lo va
a usar?, ¿quién decidirá comprar futuras?
¿Tienes otras preguntas clave que afectan a las acciones que se pueden realizar para
promocionar un producto? Ponlas en un comentario.
Conclusión
Si estás desarrollando un producto nuevo y tienes que decidir la estrategia de promoción; o si
estás empezando una empresa nueva; o si quieres revitalizar tus ventas; o si quieres sacar el
máximo jugo al marketing online – te puedo ayudar, contáctame y hablaremos.