Está en la página 1de 7

El desarrollo como estrategia adaptativa:

características exclusivas de la infancia humana

Silvia Español*

Resumen

En este trabajo se presenta una hipótesis evolucionista acerca del


desarrollo. Se compara la infancia humana con la de los primates
no humanos y se describen sus rasgos exclusivos vinculados con
la extensión y transformación del mundo emocional, la interacción
adulto-bebé y la formación de procesos psicológicos complejos. Se
argumenta a favor del papel constitutivo de las artes temporales en
cada uno de los rasgos descriptos.
Palabras clave: infancia temprana, artes temporales, evolución,
musicalidad comunicativa.

Abstract

This paper introduces an evolutionary hypothesis about develop-


ment. It compares human infancy with non human primate infancy
and describes its exclusive features linked with the extension and
transformation of the emotional world, the adult-infant interaction

* Doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Docente de


Infancia Temprana, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Inves-
tigadora del CONICET. E-mail: silvia.ana.es@gmail.com.

Silvia Español 47
and the formation of complex psychological processes. It argues de representaciones flexibles que requieren de tiempo y experiencia
about the constitutive roll of temporal arts in each of its descripted para su gestación. La tan extensa y protegida infancia de los prima-
features. tes humanos es un período delicado, dedicado a la construcción de
Keywords: early infancy, temporal arts, evolution, communi- representaciones flexibles del mundo físico y social y a intervenir
cative musicality. en función de ellas.
Nuestra disposición a completar las adaptaciones comportamen-
tales durante la ontogenia nos libera de la posibilidad de cometer
algunos “errores”, como el de aquellos famosos patitos que quedaron
La intersección entre la psicología cognitiva del desarrollo y la “fijados” al etólogo Lorenz. Aunque el reconocimiento de rostros en
psicología evolucionista ha dado lugar, en los últimos años, a un humanos es una de las capacidades más encauzadas biológicamen-
modo de abordaje de la mente humana que implica básicamente te, las representaciones de nuestros cuidadores y progenitores son
concebirla como el producto de una ola evolutiva que favoreció el complejas y flexibles y se van construyendo durante el desarrollo.
desarrollo cognitivo como una estrategia adaptativa a largo plazo No existe, para nosotros, un instante de impronta o troquelado que
(Gómez, 2007). En esta idea simple pero esencial radica, en gran no permite rectificar el equívoco. Existe un prolongado período de
medida, el interés que el desarrollo humano despierta actualmente inmadurez en el que se van construyendo representaciones flexibles
en otras áreas de conocimiento, como la psicología de la música o y multimodales (visuales, auditivas, táctiles, olfativas) de nuestros
la psicología del lenguaje, la filosofía de la mente o la psicología congéneres, del mundo, de nosotros mismos. Este período despierta
cognitiva clásica. un marcado interés teórico porque allí pueden observarse múltiples
La ola evolutiva que favoreció el desarrollo como estrategia lugares donde se produce el ensamble naturaleza-cultura: en la ex-
adaptativa condujo a que el período de la infancia se prolongara en tensión y transformación del mundo emocional, en la interacción
la línea de los primates, marcadamente extensa en comparación con entre las preferencias estimulares infantiles y el modo de actuar de
la de otros mamíferos. En primaria instancia, tal estrategia evolutiva los adultos frente a los bebés, y en la formación de las “funciones
parece peligrosa: da lugar a organismos débiles y vulnerables, por críticas de humanización”.
un período cada vez más extenso, que requieren que los miembros
adultos inviertan mucho tiempo y energía en su cuidado. Sin em-
bargo, como claramente lo vio Jerome Bruner en los años setenta, Cambios en el modo de vínculo con el congénere
la vulnerabilidad e inmadurez con que nacen los primates tiene una
ventaja evolutiva fundamental: permite que haya plasticidad, fluidez El nacimiento precoz de los humanos parece estar directamente
o flexibilidad cognitiva. vinculado con el proceso de bipedestación. Una hipótesis amplia-
Si todo nuestro repertorio conductual y nuestras capacidades re- mente aceptada sugiere que la evolución de la postura vertical y de
presentacionales estuvieran pautadas filogenéticamente, tendríamos la locomoción bípeda produjo un cambio en la configuración de la
a nuestra disposición únicamente estructuras fijas. En cambio, la pelvis y un estrechamiento del conducto natal, lo cual limitó el cre-
disposición a completar las adaptaciones comportamentales durante cimiento máximo del cráneo del feto humano y causó el nacimiento
la ontogenia, propia de los primates, dio lugar a comportamientos precoz y la continuación de la gestación fuera del útero (el cerebro
flexibles. La flexibilidad comportamental se asocia al desarrollo sigue creciendo a ritmo fetal durante los primeros años de vida). La
prolongado porque es el resultado de la construcción y articulación precocidad del nacimiento tuvo efectos drásticos en la evolución

48 Revista de Psicología Silvia Español 49


del hombre. Efectos comparables, tal vez, con los producidos por ellos). La elaboración –que conlleva saliencia, novedad, expectativa
el bipedismo en la capacidad para manipular objetos y para fabricar y, por tanto, emoción– de lo que de por sí ya son pautas filiativas
herramientas (al dejar las extremidades superiores libres), pero dife- tiene la virtud de conducir directamente a un estado de mutualidad
rentes. Porque la precocidad del nacimiento no afectó especialmente inherentemente placentero y da lugar al establecimiento de las pri-
el modo de relacionarse con el medio ambiente natural, sino que meras experiencias de intersubjetividad entre el bebé altricial y el
marcó decisivamente el mundo social humano, y consecuentemente adulto atento (Dissanayake, 2000). La conjunción del desvalimiento
modificó las características de los adultos de la especie. La pre- del bebé y del andamiaje parental abrió las puertas a que un ser (el
cocidad del nacimiento afectó el mundo social debido a que de la indefenso) y otro ser (su cuidador) entraran en un contacto íntimo
inmadurez se derivan la dependencia y el andamiaje parental humano de sentimientos que trascienden las emociones darwinianas clásicas
omnipresente desde el nacimiento (Rochat, 2004). (ira, miedo, alegría, interés, tristeza, etcétera), que compartimos
De acuerdo con Dissanayake (2000), el largo período de inma- con otros primates, y permitió que emergiera lo que Stern (2000) y
durez de la cría humana generó una presión selectiva para aquellos Trevarthen (1998, 2000) denominan sentimientos temporales, modos
mecanismos que garantizaran el contacto psicológico, es decir, de sentir difícilmente verbalizables que se expresan con maestría en
para aquellos mecanismos que tornaran posible las experiencias de las artes temporales, la música y la danza, pero que encuentran su
intersubjetividad, de intimidad y de amor con el bebé. Tal presión germen y origen en las interacciones tempranas en las que adulto y
selectiva dio lugar a una co-evolución de predisposiciones univer- bebé se entienden a través del lenguaje del tiempo.
sales en poblaciones tanto parentales como filiales que funcionan El modo no-verbal de ser y estar con el otro esencialmente con-
de manera temprana durante la ontogenia y están controladas por formado por qualia temporales –prototípico de las interacciones
subsistemas no conscientes de regulación conductual (Papôusek, cara a cara adulto-bebé– perdura a lo largo del desarrollo y acontece
1996). De tal modo, el cuidado parental prolongado, y la consecuente también entre adultos (Gallagher, 2001; Gomila, 2003). Sin em-
protección de la cría, quedó, cuanto menos, favorecido y apuntalado. bargo, adopta un modo peculiar durante los primeros seis meses de
Pero, además, y como consecuencia de la co-evolución de predis- vida del bebé, en el cual el hacer conjunto de la díada prescinde de
posiciones, la modalidad del vínculo con el congénere cambió de los objetos del medio (Trevarthen, 1998; Español, en prensa). Este
forma radical: no sólo se acentuaron los sentimientos de filiación, modo diferenciado de ser y estar con el otro se ha transformado
tal como podían estar presentes en nuestros antepasados evolutivos, en los últimos años en un imán para todos aquellos que trabajan
sino que emergieron modos de sentir sofisticados vinculados con la en el punto de intersección entre la psicología del desarrollo y la
percepción del tiempo. psicología de la música (Malloch y Trevarthen, 2008). De acuerdo
La presión selectiva para aquellos mecanismos que garantizaran con este abordaje interdisciplinario del desarrollo, los bebés nacen
el contacto psicológico dio lugar a rasgos importantes del andamiaje o desarrollan tempranamente capacidades particulares que engarzan
parental. Condujo a que conductas filiativas presentes en otros prima- perfectamente con modos de actuar de los adultos y permiten que
tes –como expresiones faciales, gestos, movimientos y sonidos– se exista contacto humano desde el momento en que el bebé nace y
elaboraran o trataran de un modo especial, mediante un moldeado establece relación ocular con su madre. Estas capacidades de los
dinámico, rítmico y trasmodal. Para atraer la atención de los bebés, bebés están vinculadas fundamentalmente con la sensibilidad al
los padres elaboran sonidos y movimientos ordinarios: repiten (fra- tiempo, con la capacidad de expresar e interpretar emociones y con la
ses, movimientos, sonidos, expresiones faciales) y exageran (sus capacidad de imitación. La sensibilidad de los bebés al tiempo resulta
contornos melódicos, su amplitud, su duración y las pausas entre particularmente interesante, al menos por tres motivos: porque sobre

50 Revista de Psicología Silvia Español 51


ella se concentran datos empíricos sorprendentes provenientes de estimulación multimodal concordante en algún valor temporal, como
estudios experimentales actuales con bebés, porque muestra como la duración o el ritmo, que a ellos los atrae especialmente. Por otro
ninguna otra capacidad el engarce perfecto entre las predisposiciones lado, los estudios microanalíticos de las interacciones adulto-bebé
universales del bebé y los modos de hacer parentales universales, ponen en videncia una sincronía interactiva basada en el pulso y el
no conscientes e intuitivos, y porque es un índice de la incidencia ritmo (es decir, en la organización del tiempo) que es el sustento de
de los componentes de las artes temporales (la música y la danza) la experiencia placentera de contacto mutuo y de la elaboración de
en nuestros rasgos de especie. la intersubjetividad (Trevarthen y Reddy, 2007).
La sensibilidad infantil al tiempo se observa también en algunas
de las habilidades iniciales señaladas en el área de la psicología
La sensibilidad infantil al tiempo y la temporalidad de la cognitiva de la música: como la distinción precoz, en el labora-
actuación adulta torio, de patrones rítmicos, de contornos melódicos prototípicos
y de cambios de tono, de timbre y distancias entre alturas. Estas
Hace unos treinta años que la hipótesis de que los humanos al precoces habilidades musicales del bebé se ponen en juego en sus
nacer somos una tabla rasa viene refutándose. La investigación interacciones espontáneas con los adultos: los bebés son sensibles
indica que venimos al mundo con un conjunto de predisposiciones a los cambios de tono, a los contornos melódicos y tímbricos de la
estimulares hacia parámetros que caracterizan a las personas, como vocalización parental así como a sus atributos rítmicos, y el pulso
el complejo estimular que identifica el rostro humano. Venimos parece ser el elemento esencial para el acoplamiento interactivo
también con predisposiciones estimulares hacia parámetros que entre ellos (Trevarthen, 2000).
caracterizan los modos de actuar de las personas. Las capacidades iniciales infantiles parecen especialmente diseña-
Como parte de nuestro “diseño para la relación”, contamos con das para acoplarse con los rasgos más sobresalientes de la estimulación
una precoz sensibilidad a la percepción de contingencias y de con- adulta. Cuando los adultos se dirigen a los bebés, al menos en nuestra
cordancias. Un aspecto de nuestro diseño de especie basado en la cultura, remarcan el pulso, retardan el tiempo del habla, hacen pausas
sensibilidad al tiempo. Los bebés se muestran altamente sensibles más largas, hablan más rítmicamente, con frases bien segmentadas y
a la percepción de contingencias: en situaciones de laboratorio se tienden a usar un conjunto de cinco prototipos melódicos (Papôusek,
ha demostrado que, a la temprana edad de dos meses, cuando se 1996). Organizan, además, sus sonidos y movimientos bajo la forma
establece una relación contingente y sistemática entre un esquema repetición-variación. Generan así un tipo de estimulación ideal: por-
del bebé y una estimulación exterior contingente, muestran con que si fuese siempre igual, el bebé se habituaría y perdería interés; y
claridad respuestas sociales como gorjeos y sonrisas. Otra prefe- porque la repetición genera una regularidad que le permite anticipar
rencia que también caracteriza el modo de actuar de las personas el curso del tiempo, es decir, permite predecir lo que vendrá (Rivière,
y que también supone una sensibilidad al tiempo es la preferencia 2003). Los adultos repiten frases, movimientos, sonidos, expresiones
hacia la estimulación concordante. Se trata de una contingencia faciales, exagerando sus contornos melódicos, su amplitud, su dura-
particular entre rasgos que conforman la estimulación compleja, ción y las pausas entre ellos, realizando variaciones en la intensidad,
necesariamente multimodal, que recibe el bebé (Markova y Le- el ritmo, el tono, de forma tal que la estimulación es, al mismo tiempo,
gerstee, 2006). Las personas ofrecemos todo el tiempo estimulación conocida pero nueva.
concordante, no sabemos no hacerlo. Desde la primera vez que Finalmente, los estudios experimentales han detectado también
hablamos y tocamos a nuestros hijos, les estamos ofreciendo una una sensibilidad perceptual del bebé a propiedades amodales (no

52 Revista de Psicología Silvia Español 53


dependientes de una modalidad específica) de naturaleza temporal, intersección entre biología y cultura: al mismo tiempo que están
como la duración o el ritmo (Lewkowicz, 2000). Datos recientes posibilitadas por la información genética, poseen un origen cultural e
indican vínculos entre la dimensión temporal y la información histórico, no biológico. Por eso, Rivière las describe como sirenas o
multimodal: la Hipótesis de la Redundancia Intensensorial sostie- centaruros: suponen una fuerte preparación biológica –es imposible
ne que la información sensorial presentada en forma redundante a explicarlas por procesos asociativos, de imitación o de aprendizaje
través de dos o más modalidades resalta las propiedades amodales empírico–, pero implican un formateo cultural de la mente humana.
como el ritmo, la duración, la velocidad, la intensidad, facilitando Requieren para su desarrollo de un contexto interactivo particular,
el aprendizaje y la discriminación de estas propiedades. En cambio, lo que habitualmente se denomina crianza, y también del desarrollo
bajo condiciones de estimulación unimodal, la atención de los bebés de pautas complejas de intersubjetividad, es decir, de los modos de
se dirige más hacia las propiedades específicas del estímulo, como contacto humano comentado en los puntos anteriores.
el tono, la orientación, el timbre o el color (Bahrick et al., 2002). Las FCH son el borde en el que algunos ven el Rubicón que se-
Es razonable suponer que estas capacidades del bebé, detectadas en para el mundo humano y animal y otros ven el hilo de continuidad
el laboratorio experimental, se ponen en juego en sus interacciones entre primates no humanos y humanos. En ellas se concentran las
sociales: el bebé podría, por tanto, establecer equivalencias trans- polémicas clásicas y actuales entre hipótesis continuistas y disconti-
modales de rasgos muy globales de tiempo (también de forma e nuistas. El lenguaje, la capacidad de crear ficción y las competencias
intensidad), por ejemplo de duración y ritmo de la rica información de atribución mentalista inherentes al Sistema de Teoría de la Mente
que el adulto le ofrece a través de distintas modalidades, auditiva, son las FCH que enumera Rivière. Sin embargo, existe otro borde
visual, kinestésica (Stern, 1985 y 2000). Esta capacidad es la base en el que también actualmente se dirime la polémica continuismo-
cognitiva-perceptual que torna posible la percepción de los senti- discontinuismo: la música (Cross, 2003).
mientos temporales comentados en el punto anterior (Stern, 2000; Me atrevo a decir que la música también merece ser considerada
Español, 2007 y 2008). una FCH. Aunque Rivière no llegó a plantearlo así, sí la consideró
reiteradamente al elaborar su concepto de FCH. La cartografía de las
funciones mentales, que incluye las FCH como uno de los cuatro tipos
La música entre las “funciones críticas de humanización” de funciones mentales posibles, fue uno de los últimos temas sobre
los que teorizó y no tuvo tiempo de escribir. Leyendo sus conferencias
El largo período de desvalimiento del bebé permite la construc- editadas (arriba citadas) puede percibirse la insinuación o el atisbo de
ción de representaciones flexibles acerca del mundo, del yo y de los una consideración de la música como FCH. Creo que la condición de
otros. Tales representaciones conforman en gran medida lo que Ángel la música de ser específica de la especie y a la par estar culturalmente
Rivière (2003a y b) define como “Funciones Críticas de Humaniza- mediada nos permite pensarla como tal. Pero, además, investigaciones
ción” (en adelante, FCH). Las FCH son funciones mentales que no actuales en el estudio de la infancia indican que ciertos componentes
están determinadas, sino permitidas por el genoma. Son universales musicales (como el ritmo, los contornos melódicos, las cualidades
y al mismo tiempo están culturalmente especificadas (se dan en las tímbricas) participan en la adquisición del lenguaje (Karmiloff y
mismas fases, sin diferencias de competencia, en niños de distin- Karmiloff, 2001; Papôusek, 1996), en la génesis del juego de ficción
tas sociedades, pero implican el desarrollo de pautas funcionales (Español, 2007) y en la formación de las experiencias de intersubjeti-
que son diferentes para cada cultura). Configuran en gran medida vidad tempranas (Trevarthen, 2000; Malloch y Trevarthen, 2008). Es
nuestra especificidad de especie y pueden considerarse el punto de decir, ciertos componentes musicales participan en la conformación

54 Revista de Psicología Silvia Español 55


de dos de las FCH y en la constitución de aquello que las atraviesa a Cross, I. (2003). “Music and biocultural evolution”, en Clayton, M.,
todas, las experiencias de intersubjetividad. Herbert, T. y Middleton, R. (eds). The Cultural Study of Music.
A Critical Introduction. Nueva York-Londres: Routledge.
Dissanayake, E. (2000). “Antecedents of the temporal arts in
La música y la danza: características exclusivas de la early mother-infant interaction”, en Wallin, N. L., Merker, B. y
infancia humana Brown, S. (eds.). The Origins of Music. Cambridge, MA: The
MIT Press.
La infancia es producto de una ola evolutiva que favoreció el Español, S. (2007). “Time and Movement in Symbol Formation”, en
desarrollo como estrategia adaptativa. En la cresta de esta ola está Valsiner, J. y Rosa, A. (eds.). The Cambridge Handbook of Socio-
la infancia humana, extensa y compleja como ninguna otra. Juego, Cultural Psychology. Nueva York: Cambridge University Press.
cuidado parental, apego, contacto emocional, son todos rasgos que re- ––––– (2008). “La entrada al mundo a través de las artes temporales”,
corren el mundo de los primates. Las experiencias de intersubjetividad en Estudios de Psicología, 29 (1).
recorren también el mundo de los primates, pero adquieren en la cresta ––––– (en prensa). “Performances en la infancia; cuando el habla
de la ola rasgos especiales que señalan que el desarrollo humano ha de parece música, danza y poesía”, en Epistemus, 1.
ser contemplado desde una perspectiva estética. Las experiencias de Gallagher, S. (2001). “The practice of mind. Theory, simulation or
intersubjetividad, base de todo el desarrollo comunicativo, están más primary interaction?”, en Thompson, E. (ed.). Between Our-
cerca de la música y la danza (las artes temporales) que del lenguaje selves: Second Person Issues in the Study of Consciousness.
(Español, 2007 y 2008); son un caso de “musicalidad comunicativa”, Nueva York: Cambridge University Press.
modo de interacción que abarca un amplio espectro de experiencias, Gómez, J. C. (2007). El desarrollo de la mente en los simios, los
entre otras, la ejecución musical (Malloch y Trevarthen, 2008); y son monos y los niños. Madrid: Morata.
fuente de sentimientos que se asemejan a los que expresan con maestría Gomila, A. (2003). “La perspectiva de la segunda persona de atri-
las artes temporales (Stern, 1985 y 2000). Los componentes de las bución mental”, en Duarte, A. y Rabossi, E. (eds.). Psicología
artes temporales dan “soplo humano” a actividades que compartimos cognitiva y filosofía de la mente. Buenos Aires: Alianza.
con otros primates, como el juego, y participan en la formación de Karmiloff, K. y Karmiloff-Smith, A. (2005). Hacia el Lenguaje.
aquello que nos humaniza. Me gusta pensar en la posibilidad de que Madrid: Morata.
esta nueva aproximación a la infancia, que mira hacia nuestro pasado Lewkowicz, D. (2000). “The development of intersensory temporal
evolutivo y convoca a las artes para comprender el desarrollo, genere perception: A epigenetic system/limitations view”, en Psycho-
otra idea (tal vez más amorosa) de la humanidad. Que, tal vez, como logical Bulletin, 126 (2).
decía William James, se vaya haciendo verdadera. Malloch, S. y Trevarthen, C. (eds.) (2008). Communicative Musi-
cality: Exploring the Basis of Human Companionship. Oxford:
Oxford University Press.
Markova, G. y Legerstee, M. (2006). “Contingency, imitation and
Referencias bibliográficas affect sharing: Foundations of infants’ social awareness”, en
Developmental Psychology, 42.
Bahrick, L. E., Flom, R. y Lickliter, R. (2002). “Intersensory re-
Papoušek, H. (1996). “Musicality in infancy research: biological and
dundancy facilitates discrimination of Tempo in 3-Month-Old
cultural origins of early musicality”, en Deliege, I. y Sloboda, J.
Infants”, en Developmental Psychology, 41 (4).

56 Revista de Psicología Silvia Español 57


(eds). Musical Beginnings. Origins and Development of Musical Adolescencias y escuelas: interpelando a Vygotsky
Competence. Oxford: Oxford University Press. en el siglo xxi. Unidades de análisis que entrelazan
Papoušek, H. (1996). “Intuitive parenting: a hidden source of mu-
tramas y recorridos, encuentros y desencuentros
sical stimulation in infancy”, en Deliege, I. y Sloboda, J. (eds).
Musical Beginnings. Origins and Development of Musical
Competence. Oxford: Oxford University Press.
Rivière, A. (2003). “Interacción precoz. Una perspectiva vygotskiana
a partir de los esquemas de Piaget”, en Belinchón, M., Rosa,
A., Sotillo, M. y Marichalar, I. (comp.). Ángel Rivière. Obras Cristina Erausquin*
Escogidas, Vol. II. Madrid: Panamericana.
––––– (2003a). “Educación y modelos del desarrollo”, en Belinchón,
M., Rosa, A., Sotillo, M. y Marichalar, I. (comp.). Ángel Rivière.
Obras Escogidas, Vol. III. Madrid: Panamericana.
––––– (2003b). “Desarrollo y educación: El papel de la educación
en el ‘diseño’ del desarrollo humano”, en Belinchón, M., Rosa, Resumen
A., Sotillo, M. y Marichalar, I. (comp.). Ángel Rivière. Obras
Escogidas, Vol. III. Madrid: Panamericana. El objetivo es presentar categorías construidas por Vigotsky
Rochat, Ph. (2004). El mundo del bebé. Madrid: Morata. desde un enfoque psicológico y educativo, para enriquecer perspec-
Stern, D. (1991). El mundo interpersonal del infante. Una perspec- tivas sobre relaciones entre adolescentes y escuelas, integrando el
tiva desde el psicoanálisis y la psicología evolutiva. Buenos contexto social e histórico en el que se inscriben. Se problematiza
Aires: Paidós. la concepción de fracaso escolar y de educabilidad de los sujetos,
––––– (2000). “Putting time back into our considerations of infant que los reduce a problemas individuales. Los textos de Vigotsky en
experience: a microdiachronic view”, en Infant Mental Health Paidología del adolescente, escritos hace casi ochenta años, antici-
Journal, 21 (1-2). pan y proveen insumos significativos para la agenda de problemas
Trevarthen, C. (1998). “The concept and foundations of infant in- contemporáneos sobre el desarrollo de los sujetos y las prácticas
tersubjectivity”, en Bråten, S. (ed.). Intersubjective Communi- educativas. Se enfocan las unidades de análisis en el estudio de
cation and Emotion in Early Ontogeny. Cambridge: Cambridge fenómenos psicoeducativos, para explicar y comprender conductas,
University Press. funciones y procesos, desde planos personales, interpersonales y
––––– (2000). “Musicality and the intrinsic motive pulse: evidence socioculturales. El recorrido del autor, pionero del enfoque socio-
from human psychobiology and infant communication”, en histórico-cultural, abarca dimensiones complejas, como intereses,
Musicæ Scientiæ, Special Issue. pensamiento conceptual, imaginación y personalidad, analizando
Trevarthen, C. y Reddy, V. (2007). “Consciousness in infants”, en los procesos psíquicos superiores como desarrollos de la historia
Velmans, M. y Schneider, S. (eds.). The Blackwell Companion cultural de los adolescentes. Se articula el análisis de la obra con
to Consciousness. MA: Blackwell Publishing. * Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Magíster en Psi-
cología Cognitiva y Aprendizaje, FLACSO y Universidad Autónoma de Madrid.
Docente de Psicología Educacional, Facultad de Psicología, Universidad Nacional
de La Plata. E-mail: cristinaerausquin@yahoo.com.ar.

58 Revista de Psicología Cristina Erausquin 59

También podría gustarte