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EL DESARROLLO INFANTIL COMO PROCESO DINÁMICO

Lic. Psic. María Pimienta Fernández

El origen asistencial de las instituciones que trabajan con niños pequeños, así como las nuevas
funciones que ha debido asumir la escuela, como producto de la crisis social que atraviesa el país,
han determinado una fuerte tensión entre las funciones pedagógicas y las asistenciales. A veces
son percibidas como antitéticas. Y parece que si el educador se ocupa de las primeras no puede
ocuparse de las segundas. Tal vez debido a una mirada fracturada en relación con el niño y sus
necesidades. En particular en las salas de estas edades, no puede haber tareas asistenciales y
tareas pedagógicas. Todas ellas son educativas.
Muchas veces en el trabajo con niños, debemos enfrentar una multitud de interrogantes,
acerca de la crianza de los niños y de las decisiones que los padres y educadores deben tomar en
relación con la vida de los niños y que pueden resultar conflictivas. Por ejemplo: ¿Debe la madre
cuidar en forma exclusiva a su pequeño? ¿La madre sustituta significa un peligro para el desarrollo
del niño? ¿Cuáles son las ventajas de amamantarlos comparadas con la alimentación o biberón?
¿Cuál es la mejor edad para comenzar el entrenamiento del control de esfínteres? ¿Cuál es la edad
adecuada para el ingreso al Jardín de Infantes?, etc. Frente a cualquier de estas preguntas no
basta con señalar que no existen respuestas generales aplicables para todos los niños, sino
solamente respuestas particulares que se adaptan a un niño específico, ni tampoco que no puedan
basarse tales respuestas en la edad cronológica, ya que los niños difieren tanto en la rapidez de su
crecimiento emocional y social como en el momento en que empiezan a sentarse, caminar, hablar,
etc. y en sus edades mentales.Consideraciones como éstas es solo una parte de la tarea, la otra
parte consiste en la evaluación del significado psicológico de la experiencia o de las exigencias a la
que los padres y educadores intentan someter al niño. Mientras que los adultos consideran sus
planes a la luz de la razón, la lógica y las necesidades prácticas, el niño lo experimenta según su
realidad psíquica o sea de acuerdo con los afectos, ansiedades y fantasías que esos mismos planes
originan y que corresponden a las distintas fases del desarrollo.1
Para lo cual es necesario ver cuál es el proceso del desarrollo psicológico en su complejidad.
Desarrollo- Proceso irreversible, continuo, diferenciador, generalizable, que va produciendo la
variabilidad de las conductas desde la concepción hasta la muerte. Es el producto del encuentro
solidario de dos grandes procesos: el programa genético y el modelo ambiental.
Y aquí voy a introducir dos nociones más, que son la maduración y el aprendizaje. El programa
genético está determinado básicamente, por un conjunto de leyes inmanentes, propias, internas,
implícitas en él, que van a propiciar y permitir los distintos niveles de maduración. Proceso
entonces muy delimitado por lo estrictamente biológico.
Y un modelo ambiental que es el contexto, que incluye variables físico- naturales, físico- químicas
y en un sentido más amplio, biológico, social y cultural. Este modelo ambiental aporta mucho, a
punto que nos permite la adquisición de elementos, a través de lo que se conoce como proceso de
aprendizaje. Maduración y aprendizaje son solidarios y apoyan al proceso de desarrollo y lo
construyen también.
El desarrollo no es visible, si infiere a través de las conductas y comportamientos observables.
Para estudiar el desarrollo debemos ver entonces como se articulan complejamente el programa
genético y el modelo ambiental, y de por sí, maduración y aprendizaje.

1
Freud, A: Normalidad y Patología en la Niñez -Paidós- Buenos Aires, 1981

1
Hay comportamientos que maduran independientemente de la influencia del medio. Cualquier
niño, aunque no se le hable, va a desarrollar la conducta previa al habla, hasta el balbuceo, hasta
el laleo, o sea conducta que prescinde del medio, que es disparada desde la maduración, desde
esas leyes inmanentes, internas, desde ese programa genético. La herencia y el programa genético
interno lo que aporta son disposiciones que el medio va a actualizar, estas son: disposiciones
estables que básicamente no dependen de la incidencia cultural, son los instintos, reflejos, lo
innato, capas psíquicas profundas; y las disposiciones inestables, que sí son aquellas modificables
por el entorno, por ejemplo: la inteligencia, influenciable por lo cultural.
El crecimiento según H. Remplein- es un rasgo parcial del desarrollo, apunta más a lo cuantitativo,
implica diferenciación de estructuras y también de funcionamiento.2
Ahora bien, ¿cómo se vinculan estas nociones con las diferentes líneas de desarrollo?
Mi referente conceptual básico es la concepción del hombre como un “ser complejo en situación”,
en tanto individuo conceptualizado como una entidad “bio-psico-socio-cultural”.
El desarrollo global por lo tanto es esa convergencia puntual y compleja, donde se entrecruzan por
lo menos tres líneas parciales de desarrollo: cognitivo, afectivo sexual y proceso de socialización.
Esto da como resultado una significación del ser concreto en desarrollo inmerso en su vida
cotidiana.
DESARROLLO AFECTIVO-SEXUAL- En cada uno de estos enfoques dentro de su concepción de
Desarrollo Evolutivo, parten del potencial biológico. Pero luego este fenómeno puede verse de
diferentes vertientes. El bebé humano es el único que nace con un sistema nervioso no
desarrollado. Por eso se habla de un inmaduro neurológico. Esto que es lo que diferencia al ser
humano del resto de los animales, es lo que le da sus características humanoides, ya que para
sobrevivir necesita obligatoriamente del otro. Esa inmadurez está dada por el hecho de que no se
ha completado la mielinización de los nervios. La capa de mielina es la que transmite el impulso
nervioso. El proceso se va dando de la cabeza hacia los pies y del centro del cuerpo hacia los
extremos (brazos y manos), de ahí que el desarrollo sea céfalo-caudal y próximo-distal. Primero se
controlan los músculos de la nuca, luego los de la espalda, las piernas, etc. A su vez se controlarán
primero los hombros, luego los codos, las muñecas, hasta lograr finalmente la motricidad fina de
las manos. Por eso un niño primero controla la cabeza, después se sienta, luego gatea y finalmente
camina, así como primero hace grandes movimientos de barrido intentando tomar objetos, hasta
poder finalmente tener una prehensión fina, usar un lápiz, pincel, etc. Por eso también se
denominan oral, anal, fálica, genital a las diferentes fases libidinales del desarrollo afectivo-sexual.
Dentro de ésta franja etárea correspondería la fase oral de 0 a 1 año aproximadamente, la fase
anal de 1 a 3 años y la fase fálica de 3 a 5 años. El niño tiene necesidades fisiológicas ligadas a un
cuerpo biológico, sobre ellas se va a construir un cuerpo erógeno que va trascendiendo al nivel de
las meras necesidades y que está mucho, puesto a nivel del deseo, al cual hay que dar satisfacción
también, satisfacción afectiva. Cada estadio tiene su zona erógena dominante y los
desplazamientos de éstas producen la sucesión de los diferentes estadios. Las zonas erógenas
constituyen al principio del desarrollo psicosexual, los puntos privilegiados de intercambio con el
medio ambiente. En la fase oral la zona erógena es la boca o mucosa bucal, en la anal el ano o
mucosa anal y en la etapa fálica la zona erógena, el pene en el niño y el clítoris en la niña. 3
D.Winnicott plantea que el desarrollo emocional primitivo del individuo es una especie de viaje
que recorre cada persona desde la dependencia absoluta con otro, (su madre o quien cumpla su
función, cuyo rol es fundamental), pasando luego por una dependencia relativa (momento en que
hace su aparición el objeto y los fenómenos transicionales), hasta llegar hacia la independencia y

2
Remplein, H: Tratado de Psicología Evolutiva. El niño, el joven y el adolescente.
3
Freud, S: “Tres ensayos acerca de la teoría sexual”-Segundo ensayo: “La sexualidad Infantil”

2
la autonomía. Para él en la constitución de un individuo intervienen diferentes factores de
desarrollo: -los elementos genéticos (las potencialidades que el bebé trae consigo); -los factores
ambientales, imprescindibles para que los anteriores se desarrollen; y -la modalidad con la que el
propio bebé responde frente a las circunstancias. Al principio, en la etapa de dependencia
absoluta, existe una unidad dual madre- hijo, en la cual se da una relación con determinadas
particularidades. Winnicott, dice que “No hay una cosa tal como un bebé”, queriendo decir que si
uno se propone describir a un bebé, se encontrará siempre con que debe describir a un bebé y a
alguien. Un bebé no puede existir solo, sino que constituye una parte esencial de una relación”.4
Al principio la criatura depende totalmente de la provisión física aportada por la madre viva, ya
sea en su vientre o por medio de los cuidados que le presta al hijo una vez nacido. Es la madre
quien constituye el medio ambiente posibilitador, para lo cual necesita apoyo. Quien le puede
prestar apoyo puede ser el padre de la criatura, una abuela, la familia y el medio ambiente social
más inmediato. A través de diferentes técnicas de cuidado: sostén (holding); manipulación
(handling) y presentación de objeto, va creando en tanto ambiente facilitador, una provisión
ambiental. Adecuándose a las necesidades y posibilidades del niño, trae a éste de manera
personal, constante, comprensible y limitada, la realidad exterior (lo alimenta, lo protege de los
excesivos estímulos, lo acuna haciéndolo sentir seguro, etc.) implicando esto un conocimiento de
su bebé. Es necesario que la cara de la madre proporcione al bebé un espejo, en el cual éste pueda
verse a sí mismo. Y esto es importante a tener en cuenta, el bebé es capaz de percibir una mamá
deprimida, agresiva, cansada, feliz, frustrada. Capta la categoría emocional en la que se encuentra
la madre. Esta función materna implica que en la medida que la mamá está alimentando al bebé,
le está procurando otros placeres, el de la mirada como un elemento fundante de cualquier sujeto
psíquico. La función materna entonces consiste en una capacidad que le permite captar las
ansiedades del bebé, de su hijo. Las incorpora, las asimila, dentro de su aparato psíquico las
ansiedades que ese bebé le muestra, devolviéndoselas a su hijo y calmarlo. O sea que la
adaptación activa de la madre hacia el bebé es fundamental para el crecimiento del bebé. Es en el
pasaje de la dependencia absoluta, donde el bebé se encuentra fusionado con la madre (objeto
subjetivo), a la dependencia relativa, donde el bebé comienza a descubrir la realidad externa,
donde surgen los objetos transicionales. Estos pueden ser la succión de un pulgar, o jugar con el
rostro de la mamá, o algo inanimado, blando, como por ej: una sábana, algún juguete (osito de
peluche), que le permite ir elaborando la separación con la mamá. El niño lo encuentra y usa,
llegando a adquirir una importancia vital para él. El niño lo chupa, lo deforma hasta hacerlo
irreconocible salvo para él, porque es su “objeto”. Los padres reconocen y aceptan su valor, no
realizando cambios en él a menos que lo haga el propio bebé, proporcionándoselo al niño cuando
está angustiado.
Ya sobre los 4 a 6 meses aproximadamente, hay una discriminación mayor, entre el “objeto
mamá” y el “objeto-yo”, es ahí donde aparece el padre. Winnicott habla del equipo “padre-
madre”. Aquí hay una díada, un vínculo primario, madre- hijo que necesita de este tercero que
sostiene, pero luego con el pasaje del tiempo, tiene y de eso se trata la función paterna, que
producir un corte entre la madre y el niño. Si la madre comienza a trabajar y ha recuperado su
sexualidad con su pareja se empieza a generar un corte. Ya la madre no es toda para el bebé, ni el
bebé es todo para la madre, esto significa que el bebé es capaz de captar desde su inconsciente
estos elementos y ahí empieza a producirse el corte. Y el padre tiene que facilitarlo. El bebé a los 4
o 6 meses tiene una adaptación distinta. La mamá tiene que posibilitar que el bebé tolere la
frustración en términos aceptables, de alguna manera para que el niño pueda crecer sano. Si
imaginamos un niño en espera que se alimente, llegará un momento que la criatura sabrá esperar
4
Winnicott, D: Nuevas reflexiones sobre los bebés como personas. En El niño y el mundo externo.

3
unos minutos porque los ruidos que le llegan de la cocina, anuncian la pronta aparición de la
comida. En lugar de excitarse a causa de esos ruidos, la criatura lo aplica a su capacidad de espera.
La totalidad del procedimiento del cuidado infantil debe caracterizarse principalmente por el modo
firme y estable de presentarle el mundo a la criatura. Acá no tiene cabida la perfección que es
propia de las máquinas, sino de un ser humano que se muestra siempre como ella misma. Esto
también es aplicable al padre o a cualquier educador.
Cuando el niño alcanza los 2 años se han producido acontecimientos que lo preparan para
enfrentarse con la pérdida. Desde el desarrollo afectivo-sexual el niño ha alcanzado la constancia
objetal o sea el reconocimiento de la madre como objeto total. Ha logrado el control de esfínteres.
Existen al lado de estos acontecimientos o avances de la personalidad del niño, ciertos factores
ambientales importantes aunque variables que deben tenerse en cuenta por ejemplo: cabe la
existencia de un equipo formado por la madre y una niñera, también habrá personas adecuadas,
tíos, abuelos, cuidadores que por su presencia constante se hacen acreedores al título de madres
sustitutas. Puede ser el padre, de forma más masculina, dará a su esposa un apoyo y un
sentimiento de seguridad que ella transmitirá a su criatura.
Se podría decir que, las circunstancias de desarrollo bajo las cuales el niño está dispuesto a
ausentarse de su hogar transitoriamente por vez primera, o a separarse de la madre y formar
parte de un grupo en el jardín de infantes, sin sufrir demasiado y con resultados beneficiosos son
los siguientes: 1) Haber alcanzado al menos la constancia objetal, aún así el cambio debe ser
gradual y el comienzo debe ser librado a la decisión del niño la posibilidad de retornar a la madre
cuando lo desea. 2) Alimentarse por sí mismo y haber logrado el control de esfínteres.
Encarar el control de esfínteres abre una serie de interrogantes. El primero referido a determinar a
quiénes le compete la responsabilidad de lograr ese aprendizaje. Debe iniciarse alrededor de los
20 meses. No es conveniente apresurar este proceso debido a que los niños aún no pueden
percibir, por razones de maduración neurológica, las sensaciones en los órganos de su cuerpo que
habrán de posibilitar la continencia. Por otra parte, una serie de razones psicológicas hacen que
este control que reclama no sólo de lo muscular sino también de lo afectivo, se instale. El niño
tiene una posición postural diferente, parado. Comienza a ingerir comidas sólidas y a su vez a
internalizar determinados hábitos higiénicos. Por eso las heces y el trato que les da, aparecen
predominando en este momento. Con el estadio anal, el niño llega a una época, en que el mundo
exterior le parece como un obstáculo, como una fuerza un tanto hostil en su búsqueda de
satisfacciones, se le crean conflictos interiores y exteriores, se le prohibe despojarse de sus
excrementos cuando quiere y donde quiere y se le exige cierta conformidad a las reglas sociales.
Tiene gran significación emocional y social, tanto para el niño como para las personas que
comparten su vida (familia, compañeros, educadoras). Muchas veces puede interrumpirse con la
llegada de un hermanito o el mismo hecho de ingreso al jardín. J.C. Carrasco denomina como
“Síndrome de Inseguridad en el Niño” a la aparición en el niño, de situaciones a veces transitorias
que se condicionan en lo frágil de su estabilidad emocional. Este se da dentro de un marco
referencial determinado, en cuyo seno las figuras parentales y mundo de objetos permanentes de
relación, juegan un papel de soporte especial para mantener dicha estabilidad. La menor variante
de cualquiera de los elementos que integran dicho marco referencial (campo existencial),
determina un desequilibrio en las coordenadas existenciales del niño, provocando fuertes
vivencias de inseguridad, y desencadenando un cuadro en donde el miedo es su principal
ingrediente. Se manifiesta semiológicamente por la aparición de múltiples conductas regresivas de
variada intensidad, a la vez que se observan cambios caracteriales y en la conducta de relación.5

5
Carrasco, J.C: El Síndrome de Inseguridad en el Niño.

4
Entre los dos y tres años los niños han iniciado la conquista de una dependencia relativa,
muestran cuántas cosas son capaces de hacer por sí mismos, en tanto que el lenguaje verbal
comienza a ser un medio de comunicación importante para expresar sus inquietudes y pedir
ayuda. Existe gran curiosidad por lo que los rodea. A partir de los dos años comienzan a
descubrirse como personas, lo que implica tener conciencia de sí mismo como diferente de los
otros. Intentan probar sus límites. Demuestran sus enojos y disgustos a través de reacciones
abruptas como rabietas. Los empujones, las mordidas son conductas habituales cuando disputan
un juguete, la atención del educador o de otro compañero. El tiempo de espera en estas edades es
breve, todo se demanda aquí y ahora. Es la etapa del descubrimiento del “no”, como forma de
afianzar su identidad. Los niños requieren de pautas y límites, hay que establecerlos teniendo en
cuenta la particularidad de cada niño. Alrededor de los tres cobra relevancia el cuerpo como base
de este proceso de discriminación y reconocimiento de sí mismo. Comienzan a reconocer las
diferencias de los sexos, es común que surjan preguntas sobre estas diferencias, es importante
que el educador responda con naturalidad. En ocasiones se espían unos a otros, exhiben sus
cuerpos, se acarician y automanipulan. Estas conductas deben ser atendidas, dado que son parte
del normal desarrollo de los niños y no signos de perturbación emocional. Los deseos genitales
adquieren pujanza entre los 3 y 5 años y se expresan en todo tipo de actividades, de modo que
sólo una parte de ellos queda libre para la relación edípica con los padres. Los juegos sexuales
entre niños son la norma. Los deseos genitales se canalizan en el juego a la mamá y al papá, el
doctor, los novios, en los que se satisface la necesidad de tocar, mostrarse, ser vistos y ver.
Ya a los 5 años, comprende la participación en grupo. Se interesa por las relaciones sociales. Posee
un conocimiento más equilibrado de sí mismo en relación con otras personas. Comienzo del
interés por la sociedad, que en este momento se centra en la comprensión de los roles sociales
más cercanos a la familia.
DESARROLLO COGNITIVO es el desarrollo de la inteligencia del individuo. Hablamos de una
epistemología genética. El individuo tiene una estructura cognitiva que le va a permitir asimilar lo
que va a captar del exterior, por lo tanto cuando el bebé nace, va a captar a través de la boca, pero
no solamente a través del alimento, o del aire que respiramos, sino a través de instrumentos de
conocimiento. Esa asimilación que da como resultado un conocimiento, es de alguna manera una
adaptación. Piaget va ir describiendo, distintos momentos evolutivos del individuo, partiendo de
un primer momento inicial, donde sujeto y objeto de conocimiento están confundidos, lo que se
llama adualismo. Luego se va ir creando la distancia progresivamente, gracias a la acción del sujeto
con el medio. Dentro de esta franja etárea de 0 a 5 años ubicamos el período sensorio- motriz y su
pasaje a un período pre- operatorio.
PERIODO SENSORIO-MOTRIZ-(0-2años) Predominio de la percepción y el movimiento. Es anterior
al lenguaje. El universo está centrado en el cuerpo y en la acción propia. Período de inteligencia
práctica, tiende a fines concretos. A organizar lo real construyendo las categorías de la acción que
son: -Las del objeto permanente (representaciones) -Construcción del espacio (personal y real),
del tiempo. -Construcción de la causalidad (percepción de un movimiento que acciona, que
produce un efecto, no significa comprensión de relaciones.)
O sea el logro más importante desde el punto de vista del conocimiento que se alcanza sobre el
final de este período, es haber accedido a la noción de objeto permanente, el objeto se configura
con una espacialización determinada, independiente del sujeto, es decir, que hay un espacio
ocupado por el sujeto, un espacio ocupado por el objeto y un espacio común que los engloba a
ambos. Constitución de un universo práctico.
PERIODO PRE-OPERATORIO-(2-6 años) Se destaca la Función Semiótica o simbólica que consiste en
la capacidad de representar algo, un significado, que puede ser un sujeto o un acontecimiento,

5
una situación vivida, que está ausente por medio de un significante; y significante puede ser una
palabra, una imagen, un gesto, etc. Supone la construcción de significantes diferenciados. Piaget
estudia cinco conductas que suponen la evocación representativa del objeto, que son:
1-Imitación diferida. 2-Juego simbólico. 3-Dibujo. 4-Imagen mental. 5-Evocación verbal 6
El juego es indispensable para el equilibrio afectivo e intelectual. Es necesario que el niño disponga
de una forma de actividad, cuya motivación no sea la forzosa adaptación a lo real sino la
asimilación de lo real al yo. El juego en el niño es su forma de comunicarse, es la forma que tiene
para elaborar la angustia que le provocan las situaciones nuevas. El juego simbólico se inicia con la
simbolización de las propias acciones “hacer como si...durmiera o comiera”, luego evoluciona
produciéndose un distanciamiento de la propia acción que comienza a recaer sobre los otros:
objetos y sujetos. Es a la muñeca que se le da de comer, es un compañero el bebé al que se le hace
dormir. Al principio un palo es el caballo o una espada, un bloque de madera se convertirá en un
auto, etc. El juego de ficción le posibilita a los niños incrementar su imaginación y su fantasía. En
estas edades disfrutan del juego con elementos no estructurados que sugieren muchos usos:
cajas, envases, telas, etc. En etapas posteriores 4-5 años, el juego evolucionará en escenas
representativas más complejas y aumentará la exigencia de los niños en relación a los atributos de
los objetos buscando que se aproximen cada vez más a los que se utilizan convencionalmente. El
juego presupone aprendizaje social. Se aprende a jugar, el juego no es innato. El niño es iniciado
en el juego por las personas que lo cuidan y se ocupan de él, especialmente su madre. El niño es
introducido en el espacio y tiempo particulares del juego. Investigaciones realizadas refieren que
el incremento de la imaginación y la creatividad en el niño pequeño colabora a través del juego en
el enriquecimiento de sus intereses intelectuales y posibilita la formación del pensamiento que
deviene cada vez más flexible y original. En relación al dibujo, el niño tiene una intención realista
cuando empieza a dibujar, dibuja lo que sabe antes de dibujar lo que ve. Con relación al lenguaje
vemos que las palabras tienen en esta etapa valor simbólico: representan al objeto en su ausencia.
Interviniendo dos procesos en la adquisición del lenguaje: - la imitación diferida, que permite
apropiarse de los significantes y - la asimilación que permite la apropiación de los significados. El
lenguaje es la fuente del pensamiento.
El pensamiento en todo este período de 2 a 6 años es pre-lógico, mágico, animista, le da vida a las
cosas para poder interpretarlas. Atribuye a los objetos cualidades. Carece de reversibilidad
(carácter que tiene la acción de transformación, implica una estructura coordinada de conjunto) El
pensamiento se vuelve antropomórfico, se piensa y se explica según el propio sentir y las propias
experiencias. Se le atribuye vida a lo exterior, cuando en ese exterior se ve movimiento y cambio.
Se le atribuye poderes y valores humanos a las cosas, toda esa jerga de que “las nubes corren”, de
que “la luna se mueve”, el niño no piensa que el viento mueve las olas del mar, para él corren. Se
proyectan las propias actividades sobre los objetos, sobre la realidad, y las explicaciones causales,
son “calcadas” de la explicación que él tiene de sus sentidos, de lo que él está viviendo y
entendiendo. El pensamiento es figurativo, el razonamiento es analógico. No se investiga de la
realidad más que “lo parecido a”.
PROCESO DE SOCIALIZACION- Al decir de J.C. Carrasco, Desarrollo del ser individual al ser social.
Hay dos conceptos básicos dentro de este proceso que son Ser en situación, un concepto clásico
de la Psicología Social, de la década del 20, que al decir de Ortega y Gasset, filósofo español: “Yo
soy yo y mi circunstancia”, o sea todo lo que sucede es inseparable de la situación que acontece, el
ser en situación es eso. El otro concepto es el Fenómeno de relación “ Sería la toma de contacto
del hombre con el ámbito que lo rodea al tiempo que se hace consciente de su propia existencia

6
Piaget, Jean: “Psicología de la Inteligencia”

6
como individuo”7 ¿Dónde transcurre nuestra cotidianidad, y dónde es que nos relacionamos?
Nuestra cotidianidad va transcurriendo y nos relacionamos en lo que suelen llamarse los grupos de
pertenencia y referencia. Son de pertenencia porque estamos en ellos, el grupo nos incluye y son
de referencia, porque obran tanto como referentes para nosotros acerca de lo que sucede en el
mundo, pero también son nuestra referencia en tanto nos devuelven nuestra propia imagen. Este
fenómeno de relación, se da en estos grupos, los más importantes son: la familia - la educación - el
trabajo. A partir de los cuales se va ir dando la vida cotidiana y que van a hacer que internalicemos
las pautas de la cultura, la ideología y las pautas sociales. De ahí, la importancia del trabajo de la
Institución con la Familia.
A modo de conclusión podríamos decir, que el niño es un individuo con historia y con raíces
que lo conforman. Recibir al niño en el Centro es recordar que con él ingresan la cultura, el
lenguaje, las pautas de crianza, las miradas hacia el futuro que cada familia proyecta sobre sus
hijos. La alimentación, la higiene, el sueño son tan importantes como las actividades lúdicas,
expresivas y motoras. Estamos al comienzo de un nuevo siglo donde las diversidades nos
envuelven, vemos en la actualidad una crisis en la familia: “familia ampliada”, estrategias de
supervivencia, madres jefas de hogar, los niños están más horas en la escuela. La situación socio-
económica en la actualidad es otra y por lo tanto las realidades dentro de los centros educativos
son otras; por ende en lo que hace a nuestro rol, deberíamos tener en cuenta todos estos factores
para mejorar nuestra labor y apuntar a elevar la calidad de vida del niño.
Los niños construyen su propia identidad en interrelación con los otros. En este proceso son
los otros: padres, familiares, educadores y demás adultos significativos, así como los otros niños,
los que posibilitan esta construcción. Desde los diferentes modelos de identificación que
representan los otros para el niño hasta las expectativas e imágenes que tienen de él y que irá
introyectando de manera inconsciente, el niño va estructurando su personalidad a la vez que
descubre, por los ojos de los otros, quién es.

Bibliografía
Carrasco, J. C: “Seminario Psicología Crítica- Alternativa”. GPCPA. París, 1983.
Carrasco, J. C: “Síndrome de Inseguridad en el Niño”
Freud, A: “Normalidad y patología en la Niñez”. Paidós- Buenos Aires, 1981.
Freud, S: “Tres ensayos de teoría sexual”/Obras Completas-Vol VII, Amorrortu Editores- Buenos
Aires, 1978.
Piaget - Inhelder: “Psicología del Niño”
Piaget, J: “Psicología de la Inteligencia”
Piaget, J: “La Formación del Símboloen el Niño”. Ed. Fondo de Cultura Económica- México, 1973.
Remplein,H: “Tratado de Psicología Evolutiva”. Ed. Labor- Barcelona, 1968.
Souto de Asch, M: “Hacia una didáctica de lo grupal”. Ed. Miño y Dávila- Buenos Aires, 1995.
Tonucci, F: “A los tres años se investiga”. Ed. Losada- Buenos Aires, 1998.
Winnicott, D: “El niño y el mundo externo”. Ed. Hormé- Buenos Aires, 1986.
Winnicott, D: “El proceso de maduración en el niño”. Ed. Laia, Colección Psiquiatría/Papel 451-
Barcelona, 1ª edición, 1975.
Winnicott, D: “Realidad y juego”. Ed. Gedisa- Buenos Aires, 1991.

7
Carrasco, J.C: “Psicología crítica Alternativa” -Seminario París 1983.

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