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Derecho Internacional Privado

Competencia jurisdiccional en derecho internacional privado (A)

En materia de Derecho Internacional Privado de acuerdo a las normas del Libro X del
Código Civil, existen diversas reglas para determinar no sólo la ley aplicable sino también la
competencia jurisdiccional, siendo el caso que tratándose de la nulidad de un acto
administrativo correspondiente a un Estado extranjero, la autoridad jurisdiccional peruana
deviene en incompetente para conocer la dilucidación de tal acto administrativo en
aplicación del principio "locus regit actum".

Expediente 413-91-LIMA

Lima, 19 de junio de 1992.

VISTOS; con el acompañado; con lo expuesto por el señor Fiscal; y, CONSIDERANDO: Que, a
fojas dos don Eduardo Portocarrero Luque demanda a doña Marca Lucía Goncalves la nulidad e
impugnación de la partida de nacimiento de un niño de nombre William, que es su supuesto hijo
que nació en Brasil, porque dice no ser el padre; que, según la copia en idioma portugués y no
traducida de fojas ciento dieciséis, repetida a fojas ciento treintiocho, el veintiuno de marzo de mil
novecientos setentinueve la demandada declaró en el Registro del Estado Civil del Estado de Río
de Janeiro, en la República Federativa del Brasil, un niño llamado William Portocarrero Goncalves,
nacido el primero de octubre de mil novecientos setentiséis, hijo del demandante; que, tratándose
de la nulidad de un acto administrativo correspondiente a un Estado extranjero, la autoridad
jurisdiccional peruana deviene en incompetente para conocer la dilucidación de tal acto
administrativo, de conformidad con las disposiciones del derecho internacional privado para
determinar la competencia jurisdiccional; que, es principio de derecho recogido en la máxima
"locus regit actum", que la forma de los actos jurídicos y de los instrumentos se rige por la ley del
lugar en que se otorgan, como lo reconoció el artículo veinte del Título Preliminar del Código Civil
de mil novecientos treintiséis, vigente en la fecha de la interposición de la demanda, y repite el
artículo dos mil noventicuatro del Código Civil actual; que, el Código de Derecho Internacional
Privado o Código Bustamante, establece que las disposiciones relativas al Registro Civil son
territoriales; que, en consecuencia, es competente exclusivamente para conocer esta causa la
autoridad judicial del Estado de Río de Janeiro de la República Federativa del Brasil, la que
determinará la ley aplicable según sus reglas de derecho interno; que, finalmente el Juez peruano
está obligado a derivar de oficio su propia competencia como garantía de un debido proceso legal,
de conformidad con el inciso segundo del artículo mil ochenticinco del Código de Procedimientos
Civiles,(1) bajo sanción de nulidad; declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas
ciento setenticinco su fecha nueve de noviembre de mil novecientos noventa; que confirmando la
apelada de fojas ciento sesentisiete, su fecha primero de setiembre de mil novecientos
ochentinueve declara infundada la demanda; reformando la primera y revocando la segunda
declararon IMPROCEDENTE la demanda interpuesta; dejándose a salvo el derecho del
demandante para hacerlo valer con arreglo a ley; en los seguidos por don Eduardo Portocarrero
Luque con doña María Lucía Goncalves Felisberto Da Silva sobre nulidad de partida y otro; y los
devolvieron.

S.S. CASTILLO / URRELLO / BACA / MENDOZA / SANCHEZ.

El domicilio conyugal en las relaciones de derecho internacional privado (C) (*)

MORALES GODO, JUAN

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 7 de Diálogo con la Jurisprudencia


De acuerdo con nuestro Código Civil de 1984 y con los Tratados de Derecho Internacional
Privado, el factor de conexión para la competencia y la determinación de la ley aplicable en
un proceso de divorcio es el domicilio conyugal. Si bien éste, conforme a nuestro
ordenamiento interno, es fijado por ambos cónyuges de consuno, conforme a los Tratados
de Derecho Internacional Privado, aún se mantiene el privilegio del marido de fijar el
domicilio conyugal, lo que puede provocar actitudes fraudulentas en perjuicio de la mujer
casada.

Expediente 7

LA SEXTA SALA DE LIMA HA

EXPEDlDO

Lima, veintiuno de setiembre de mil

novecientos noventicinco.

VISTOS: en discordia; interviniendo como Vocal ponente el señor Ferreyros Paredes: resulta de
autos que a fojas treintitrés don HAM, solicita el reconocimiento en el Perú de la sentencia de
divorcio expedida por la Cámara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripción del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Nacional de la República Dominicana, el veinticinco de agosto de
mil novecientos noventicuatro, y consecuentemente se disponga la inscripción en el Consulado
General del Perú en Chicago, en cuyo Consulado inscribieron su matrimonio contraído en junio de
mil novecientos setentiséis en el Condado de Cook, por ante la Municipalidad de Chicago Illinois de
los Estados Unidos de Norteamérica; amparan su demanda en los artículos ochocientos
treintisiete, ochocientos treintiocho, ochocientos treintinueve y ochocientos cuarenta del Código
Procesal Civil; que admitido el petitorio y notificado a las partes y no habiéndose producido
contradicción al presente proceso no contencioso de reconocimiento de resolución judicial
expedido en el extranjero se declaró válida la relación jurídica procesal, actuándose los medios
probatorios ofrecidos en el escrito de la demanda; habiéndose reservado la decisión final, ha
llegado el momento de que este Superior Colegiado emita decisión final; y, CONSIDERANDO :
Primero: que el reconocimiento de resoluciones judiciales expedidas en el extranjero tienen como
fin que el órgano jurisdiccional peruano reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por
el Tribunal extranjero confiriéndole los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales que
gozan de autoridad de cosa juzgada; para lo cual no basta la legalización efectuada regularmente
en el país de procedencia sino que es necesario la homologación de la resolución judicial conforme
lo determina el Código Procesal Civil; asimismo para su procedencia deberá cumplirse con las
condiciones generales dispuestas por el artículo dos mil ciento cuatro del Código Civil; Segundo:
que, en el caso del matrimonio de HAM y doña CIR inscrito en el Consulado General del Perú en
Chicago el veinticinco de junio de mil novecientos setentiséis, acreditado con la partida de
matrimonio de fojas diez, cuyo vínculo ha sido disuelto en virtud del fallo que se pretende
reconocer por este Tribunal, el que obra a fojas once a trece debidamente traducido y legalizado;
que la pretensión de los actores reúnen los requisitos exigidos por el numeral dos mil ciento cuatro
del Código Civil; presumiéndose asimismo la existencia de la reciprocidad respecto a la fuerza que
se da en el extranjero a las sentencias o laudos pronunciados en el Perú de conformidad con el
artículo ochocientos treintiocho del Código Procesal Civil; siendo además aplicable el Decreto Ley
veintidós mil novecientos cincuentitrés del veintiséis de marzo de mil novecientos ochenta que
ratifica y aprueba la Convención Interamericana sobre eficacia extraterritorial de las sentencias y
laudos arbitrales extranjeros; por estas consideraciones la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de
Lima; RESUELVE: Declarando PROCEDENTE el petitorio de fojas treintitrés, y en consecuencia
que, tiene fuerza y validez legal en el Perú, la sentencia pronunciada el veinticinco de agosto de mil
novecientos noventicuatro por la Cámara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripción del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de la República Dominicana, cuyo texto corre de
fojas once a fojas trece, que disuelve el vínculo matrimonial existente entre don HAM y doña CIR a
que se contrae la partida de matrimonio de fojas diez; MANDARON; que consentida o ejecutoriada
que sea la presente resolución se inscriba en el Consulado General del Perú en Chicago y se
cursen los partes al Registro Personal de los Registros Públicos respectivos, para los fines
consiguientes; archivándose oportunamente.

FERREYROS PAREDES

SEMINARIO VALLE

TINEO CABRERA

LA SECRETARIA QUE SUSCRIBE;

CERTIFICA: QUE LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL SEÑOR SEMINARIO VALLE ES
ADEMAS EL SIGUIENTE:

Que, el Código Civil vigente establece normas generales referentes a derechos civiles comunes
para peruanos y extranjeros, con limitaciones y prohibiciones para con estos últimos; que para ello
se basa en tratados internacionales, Código Bustamante, con el objeto de lograr los fines de
justicia y seguridad jurídica y, establece de manera específica para los casos de derecho de familia
donde se tiene como fundamento para los peruanos cualesquiera que sea el lugar de su domicilio y
la aplicación de la ley del domicilio para los extranjeros, cualesquiera que sea su nacionalidad; que,
en la competencia jurisdiccional basada de manera general en los artículos dos mil cincuentisiete y
siguientes del Código Civil, se establece que los Tribunales Peruanos son competentes para
conocer de acciones contra personas domiciliadas en el territorio nacional; que, el artículo dos mil
sesentidós del mismo cuerpo legal, da una salida, al establecer en la exposición de motivos, que
en el Tribunal Peruano "no lo es, sin embargo, cuando se trata de asuntos relativos al estado,
capacidad o relaciones familiares de las personas individuales domiciliadas en el extranjero, de allí
que se exija, un vínculo efectivo con el territorio de la República; se debe tener en cuenta la ley
aplicable que para las personas naturales es la ley del domicilio, no sólo para divorcio,
separaciones de cuerpos sino también para otros casos de familia; que, como se vienen suscitando
problemas referentes a divorcios, por que algunos países no admiten el divorcio vincular, sin
embargo cada país es libre de reconocer en su legislación el divorcio que contraríe sus preceptos,
del que el Perú no es ajeno; que, en el presente caso don HAM, inscribió su matrimonio con doña
CIR ante el Consulado General del Perú en Chicago como consta de la copia literal de matrimonio
de fojas diez; ambos cónyuges posteriormente, establecieron su domicilio conyugal en la ciudad de
Chicago de los Estados Unidos de Norteamérica, hasta que acordaron poner í in a su estado de
casados, habiéndose obtenido sentencia de disolución del vínculo matrimonial el veinticinco de
agosto de mil novecientos noventicuatro, como consta de fojas once a fojas trece; que del acta de
la diligencia realizada ante esta instancia, se desprende que las partes han persistido en su deseo
de que la sentencia extranjera sea reconocida en el Perú; que, además de los requisitos
contenidos en el artículo dos mil cuatro del acotado cuerpo legal se debe tener en cuenta también,
la última parte del artículo dos mil setentisiete, así como el numeral dos mil ochentiuno del Código
Civil por haber constituido como último domicilio conyugal la ciudad de Chicago de los Estados
Unidos de Norteamérica.

EL VOTO DE LA SEÑORA PALOMINO THOMPSON ES COMO SIGUE:

CONSIDERANDO: que de conformidad con lo dispuesto por el artículo dos mil sesentidós del
Código sustantivo los Tribunales Peruanos son competentes para conocer de los juicios originados
por el ejercicio de acciones relativas al estado y capacidad de las personas naturales, o a las
relaciones familiares, aún contra personas domiciliadas en país extranjero; que en aplicación del
artículo dos mil setenta del mismo Código el estado capacidad de las personas naturales se rigen
por la ley de su domicilio señalando que el cambio de domicilio no altera el estado ni restringe la
capacidad adquirida en virtud de la ley del domicilio anterior; que en aplicación de lo dispuesto por
el artículo dos mil setentiséis del Código Civil la forma del matrimonio se rige por la ley del lugar de
su celebración; que el artículo dos mil setentisiete del acotado establece que los derechos y
deberes de los cónyuges en todo cuanto se refiere a sus relaciones personales, se rigen por la ley
del domicilio conyugal y si los cónyuges tuvieran domicilios distintos, se aplica la ley del último
domicilio común; y el artículo dos mil setentiocho del Código Civil señala que el régimen patrimonial
del matrimonio y las relaciones de los cónyuges respecto a los bienes se rigen por la ley del primer
domicilio conyugal y que el cambio de domicilio no altera la ley competente para regir la relación de
los cónyuges en cuanto a los bienes adquiridos antes o después del cambio; que de conformidad
con el artículo dos mil ochentiuno del mencionado Código del derecho al divorcio y a la separación
de cuerpos se rigen por la ley del domicilio conyugal; estableciendo el artículo mil ochentidós que
las causas del divorcio y de la separación de cuerpos se someten a la ley del domicilio conyugal,
sin embargo no pueden invocarse causas anteriores a la adquisición del domicilio que tenían los
cónyuges al tiempo de producirse esas causas; que siendo la ley competente para conocer los
asuntos relativos al estado y capacidad de las personas la ley del lugar donde se contrajo el
matrimonio primer domicilio, no es posible el reconocimiento de la sentencia extranjera de divorcio
pues para que proceda el exéquatur es necesario que la sentencia al reconocer no resuelva sobre
asuntos de competencia peruana exclusiva: MI VOTO es porque se declare INFUNDADA la
demanda interpuesta por don HAM a fojas treintitrés. Tres rúbricas de los señores Vocales y
Secretaria.

EXPEDIENTE No 42-95

SALA CIVIL

EXEQUATUR

LIMA DICTAMEN No 1O4-96-MP-EN-FSC

Señor Presidente:

Es materia del Recurso de Apelación la Resolución de fs. I07 que declara Procedente el petitorio
de fs. 33 y, en consecuencia, que tiene fuerza y validez legal en el Perú la Sentencia de fs.11/14,
I5/I9 pronunciada el 25 de agosto de 1994 por la Cámara de lo Civil y Comercial de la Quinta
Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de Santo Domingo,
República Dominicana, que disuelve el vínculo matrimonial existente entre don HAM y doña CIR a
que se contrae la Partida de Matrimonio de fs.10, en los seguidos por HAM sobre Reconocimiento
de Sentencia Extranjera en el Perú.

De la revisión de los actuados se advierte que el objeto de la pretensión del solicitante es el


reconocimiento de la Sentencia Civil No 61994 de fecha 25 de agosto de 1994, expedida por el
Juez de Primera Instancia del Distrito Nacional de Santo Domingo, República Dominicana,
mediante la cual se declara el "Divorcio Final y Definitivo" entre el peticionario y su cónyuge CIR
por la causal de incompatibilidad y, en consecuencia, disuelto el Matrimonio que contrajeron el 27
de junio de 1976, ante el Juez de Circuito en la ciudad de Chicago, Condado de Cook, Estado de
Illinois, Estados Unidos de Norteamérica.

Conforme con lo dispuesto por el artículo 2104 del Código Civil, para que las sentencias
extranjeras sean reconocidas en la República se requiere, además de los previsto en los Artículos
2102 y 2103 del mismo ordenamiento, que se haya cumplido con determinadas condiciones, entre
ellas la contenida en el inciso segundo del citado artículo, referida a la Competencia de los
Tribunales Extranjeros para conocer el asunto de acuerdo a las normas de Derecho Internacional y
Privado y a los Principios Generales de Competencia Procesal Internacional.

Los Artículos 2102 y 2103 del Código Civil dan a las Sentencias Extranjeras la fuerza que les
conceden los tratados y, a falta de ellos, la que en el país extranjero se da a las sentencias
pronunciadas por los Tribunales Peruanos.
Habiendo suscrito el Perú y la República Dominicana el Código de Derecho Internacional Privado o
Código Bustamante y las Convenciones Interamericanas de Derecho Internacional Privado I y II de
Panamá (1975) y Montevideo (1979), que fueron ratificadas por el Perú mediante Decreto Ley No
22953 del 15 de marzo de 1980, constituyen la base legal aplicable al caso.

El Artículo 2 de la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y


Laudos Arbitrales Extranjeros, que forma parte del CIDIP, establece que las sentencias, laudos
arbitrales y resoluciones jurisdiccionales extranjeras, tendrán eficacia extraterritorial en los Estados
Partes si reúnen determinadas condiciones, siendo una de ellas la contenida en el inciso d), esto
es: "Que el Juez o tribunal sentenciador tenga competencia en la esfera internacional para conocer
y juzgar del asunto de acuerdo con la ley del Estado donde deben surtir efecto", norma ésta que
guarda perfecta concordancia con el citado artículo 2104 de nuestro Código Civil.

Ahora bien, con relación a la Competencia Jurisdiccional Internacional Privada, el artículo 2057 del
Código Civil determina que "Los tribunales peruanos son competentes para conocer de las
acciones contra personas domiciliadas en el territorio nacional", vinculándose por tanto la
competencia con el hecho objetivo del domicilio, el que de acuerdo con el artículo 2 de la
Convención Interamericana sobre este particular se determina por el lugar de la residencia habitual
o del centro principal de los negocios y, tratándose de cónyuges, está determinado según el
artículo 4 por el lugar en el cual éstos vivan de consuno, norma que ha sido recogida por los
artículos 36 y 2O81 de nuestro Código Civil.

Que siendo así y apareciendo del Acta de Audiencia y Declaración Judicial de fs. 95 a 98 que el
solicitante ha declarado al responder la primera y segunda preguntas del Pliego de fs. 94 que el
último domicilio conyugal ha estado ubicado en la Calle Cerro Verde No 249 de la Urbanización
San Ignacio de Monterrico del Distrito de Surco de la Provincia de Lima - Perú y asimismo al
responder la tercera pregunta del mismo pliego, que su trabajo habitual está en el Colegio Franklin
Roosevelt de esta ciudad y por ende que reside en el Perú, los Jueces Peruanos son los
competentes para conocer de la Disolución del Vínculo Matrimonial que lo une a doña CIR.

En consecuencia, la petición de fs.33 NO ES PROCEDENTE , desde que las normas de la


República Dominicana, que amparan o sustentan el fallo cuyo reconocimiento se solicita, lesionan
principios generales de competencia procesal internacional. Además, porque no aparece en autos
que las partes de este proceso hayan tenido algún vínculo real con los tribunales de ese país, pues
nunca residieron en dicho lugar y, el solo hecho de que el peticionario haya viajado al mismo para
tramitar su divorcio, no hace surgir dicha vinculación.

Por tanto, esta Fiscalía es de opinión que se REVOQUE la Sentencia Apelada y se declare
IMPROCEDENTE la solicitud de fs. 33.

Lima, 13 de Marzo de 1996

APE. No 42-95

LIMA

Lima, veinticinco de octubre de mil novecientos noventiséis.

VISTOS ; De conformidad con lo dictaminado por el Señor Fiscal Supremo en lo Civil;


YCONSIDERANDO : Que, conforme es de apreciarse de fojas treintitrés el actor solicita el
reconocimiento y consiguiente ejecución de la Resolución Judicial emitida en el extranjero,
respecto de la sentencia judicial de divorcio número sesentiún mil novecientos noventicuatro por la
Cámara en lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Judicial de la República Dominicana, de fecha veinticinco de agosto de mil novecientos
noventicuatro, que disuelve el vínculo matrimonial del recurrente con doña CIR; Que, por escrito de
fojas setentinueve la emplazada ha formulado contradicción en base a la competencia
jurisdiccional por razón de domicilio, que si bien de acuerdo al artículo dos mil ciento cuatro del
Código Civil para que las sentencias extranjeras sean reconocidas en la República se requiere
además de los requisitos previstos en los artículos dos mil ciento dos y dos mil ciento tres, los
requisitos que la propia disposición legal señala, lo es también que el derecho al divorcio o a ]a
separación de cuerpos se rigen por la ley del domicilio como lo indica el artículo dos mil ochentiuno
del Código Civil; que, abona a esta consideración lo previsto en el artículo dos mil setenta del
Código Civil cuando establece que el estado y la capacidad de la persona natural se rigen por la
ley del domicilio, agregando dicha norma legal que el cambio de domicilio no altera el estado ni
restringe la capacidad adquirida en virtud de la ley del domicilio; Que, de la propia declaración de
parte actuada en la audiencia de fojas noventicinco consta de modo incontrovertible que el
domicilio conyugal fue fijado en la calle Cerro Verde número doscientos cuarentinueve, San Ignacio
de Monterrico, Surco Lima, que, de igual forma, el actor es domiciliado y residente en el Perú en la
calle los Aviadores número trescientos veintisiete, Surco, Lima Perú, tal como fluye de la sentencia
de fojas quince, materia de reconocimiento judicial; Que, la residencia temporal en la ciudad de
Costa Rica, no se ajusta a los requisitos señalados para hacer viable la solicitud de su propósito:
Que, por estas razones: REVOCARON la sentencia recurrida a fojas ciento seis, su fecha veintiuno
de setiembre de mil novecientos noventicinco, que declara procedente la petición de fojas
treintitrés, y dispone que tiene fuerza y validez Iegal en el Perú, la sentencia pronunciada el
veinticinco de agosto de mil novecientos noventicuatro por la Cámara de lo Civil y Comercial de la
Quinta Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de la República
Dominicana; con lo demás que a este respecto contiene; REFORMANDOLA, declararon
IMPROCEDENTE la solicitud de fojas treintitrés; en los seguidos por don HAM con CIR sobre
Exéquatur (reconocimiento de sentencia en el extranjero); y los devolvieron.

SS:

RONCALLA
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA

COMENTARlO

1. CATEGORlAS JURIDICAS

Competencia internacional; ley aplicable; domicilio conyugal.

1.1 Competencia internacional

El caso que analizaremos está referido al reconocimiento de una sentencia expedida por un
Tribunal extranjero, que declara la disolución del vínculo matrimonial que se celebró en el
extranjero pero conforme a las disposiciones legales peruanas, entre un peruano y una extranjera.

Como primer tema que hay que abordar es determinar qué juez es el competente para el
conocimiento del proceso de divorcio. Al respecto, existen diversas teorías que pretenden dar una
solución al tema.

a) Teoría del lugar de celebración. Según esta teoría es juez competente el del lugar donde se
celebró el matrimonio. Debe entenderse que cuando dos personas de distintas nacionalidades
contraen matrimonio (como el caso en examen: entre un peruano y una norteamericana) no sólo
debe considerarse el territorio peruano estrictamente, sino además si contrajeron matrimonio en el
extranjero pero en el Consulado del País. De aplicarse esta teoría sería competente para conocer
del divorcio el Juez peruano.
b) Teoría de la nacionalidad. Conforme a esta teoría sería competente el juez del país de donde
son nacionales los cónyuges. Pero, cuando se trata de cónyuges de distintas nacionalidades hay
necesidad de recurrir a otros criterios, por lo que no resuelve el problema.

c) Teoría del domicilio. Esta es la teoría más aceptada a la actualidad. El factor de conexión es el
domicilio conyugal, de tal suerte que el Juez competente será aquel del lugar donde los cónyuges
fijaron su domicilio.

d) El Código Civil de 1936 recogió la teoría de la nacionalidad para los peruanos, y la del domicilio
para los extranjeros, de tal suerte que los cónyuges peruanos que deseaban divorciarse debían
recurrir al Juez peruano para ello, y lo mismo ocurría con los extranjeros residentes en el Perú. El
Código Civil de 1984, recoge la teoría del domicilio, atribuyendo competencia a los jueces
peruanos para las demandas interpuesta contra personas domiciliadas en el Perú. En los asuntos
de divorcio será competente el juez del lugar donde los cónyuges fijaron su domicilio conyugal
(Artículos 2057 y 2062 del Código Civil). Este viraje que adopta el Código vigente al asumir como
factor de conexión el domicilio dejando de lado la nacionalidad, es consecuencia de la mayor
aceptación doctrinaria y de las realidades socio económicas de los pueblos(1).

Esta teoría es asumida, también, por el Tratado de Derecho Civil Internacional Privado de
Montevideo de 1889 y por el Tratado de Derecho Internacional Privado de La Habana de 1928,
ambos ratificados por el Estado Peruano.

1.2 Ley aplicable

Una vez que hemos determinado qué juez es competente para el conocimiento de un proceso de
divorcio, debemos indagar cuál es la ley aplicable al caso. Al respecto, se han intentado varias
teorías para dar solución a este tema:

a) Teoría de la celebración: Conforme a esta teoría debe aplicarse la ley del lugar donde se celebró
el matrimonio. De haberse celebrado en el extranjero, pero registrado en el Consulado peruano,
como es el presente caso, se trata de un matrimonio peruano, por lo que conforme a esta teoría
resultarían aplicables las leyes peruanas. b) Teoría de la lexfori. Conforme a esta posición la ley
aplicable es la ley de la nacionalidad del Juez.

c) Teoría de la ley nacional. Conforme a esta teoría la ley aplicable está determinada por la
nacionalidad de los cónyuges, aún cuando no nos ayuda a resolver el asunto cuando se trata de
cónyuges de diferentes nacionalidades .

d) Teoría del domicilio conyugal. Por domicilio debemos entender el asiento jurídico de la persona;
la sede legal de la persona, el lugar donde la ley estima que puede ser ubicada la persona para las
exigencias de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones.

Existe un domicilio real y otro legal, además de los domicilios especiales, como el domicilio
contractual y el procesal. El domicilio real debe ser entendido como aquel donde la persona reside
y/o labora habitualmente (Artículos 33 y 35 del Código Civil). Mientras que el domicilio legal es
aquel que está predeterminado por la ley, como sería el caso de las personas jurídicas, de los
incapaces, funcionarios públicos y el domicilio conyugal .

Conforme a esta teoría, el domicilio conyugal es el factor de conexión más aceptable, porque es el
ordenamiento normativo más accesible a los cónyuges, porque es común, ya que sólo existe un
domicilio conyugal. TOVAR GIL, María Teresa y Javier, señalan que "respecto de la elección del
factor de conexión en este tema la doctrina y las legislaciones no se han mostrado uniformes y las
opciones varían entre la ley del domicilio y la de la nacionalidad. No obstante, puede sostenerse
que desde el final de la primera guerra mundial se tiende hacia el domicilio como factor de
conexión que ofrece un criterio más seguro a las relaciones actuales no sólo por haber quedado
demostradas las limitaciones del factor nacionalidad ante situaciones de cambio de nacionalidad,
pluralidad de nacionalidades, apatridia, etc., sino por resultar que es más coherente con el
desenvolvimiento del comercio internacional y la naciente movilización de personas" (,,,,,,,)(2),

e) El art. 2O81 del Código Civil de ]984 establece que el divorcio y la separación de cuerpos se
rigen por la ley del domicilio conyugal.

Esta misma posición es asumida por los Tratados Internacionales, como el de Montevideo de 1889
y el Código de Bustamante.

1.3 El domicilio conyugal

Está claro que para nuestro Código Civil de 1984, así como para los Tratados de Derecho
Internacional Privado, el factor de conexión para la competencia y la determinación de la ley
aplicable es el domicilio conyugal .

Cómo debemos entender el domicilio conyugal?. En el Libro I del Código Civil de 1984, referido a
los Derechos de las Personas, se expresa claramente lo que es el domicilio conyugal. En efecto, el
artículo 36 señala que el domicilio conyugal es aquel en el cual los cónyuges viven de consuno o,
en su defecto, el último que compartieron. Significa ello que, el requisito para que se establezca el
domicilio conyugal es que ambos estén de acuerdo, a diferencia del Código Civil de 1936 que
otorgaba el derecho al marido.

Sin embargo, el Código Civil de 1984, en el Libro X, referido a las normas de Derecho

Internacional Privado, se hace referencia al domicilio conyugal, pero no se le define, por lo que
ante una situación como la planteada en el caso que se analiza, debemos tratar de encontrar una
definición del domicilio conyugal, teniendo la opción de recurrir al Libro I, referido a los derechos de
las personas y válido para el derecho interno, o de lo contrario, indagaremos en las normas de los
Tratados de Derecho Internacional Privado.

Conforme al art. 2047 del Código Civil de 1984 la solución correcta es aplicar en primer lugar las
normas de los Tratados Internacionales y sólo en caso no exista norma específica se puede
recurrir a las nociones de derecho interno.

Si esto es así, significaría que debemos indagar en las normas contenidas en los Tratados
Internacionales para encontrar la concepción del domicilio conyugal. En ese sentido, observamos
en el Tratado de Montevideo de 1889, en el Artículo 8, que se señala que el domicilio conyugal es
el que tiene constituido el matrimonio y en defecto de éste se reputa por tal al del marido. La mujer
separada judicialmente conserva el domicilio del marido, mientras no constituya otro.

Conforme a esta concepción, el marido es el que finalmente fija el domicilio conyugal. ¿Qué
consecuencia produce ello en el campo de las relaciones matrimoniales y específicamente en los
casos de divorcio?. Puede ocurrir que el marido, que ha incurrido en alguna de las causales de
divorcio, y no desea divorciarse, puede permanentemente estar cambiando de domicilio y con él
tácitamente su cónyuge, imposibilitando que la mujer pueda interponer una demanda de divorcio, o
fijar su domicilio en un país antidivorcista, o en un país donde no exista la causal en la que habría
incurrido conforme a las disposiciones del derecho nacional, con lo que cortaría toda posibilidad de
divorcio.

De otro lado, también puede ocurrir que el marido fije un domicilio en otro lugar, escogiendo un
país que facilite los divorcios (vr gr. República Dominicana) y obtenga el divorcio que, conforme a
las leyes peruanas no lo podría obtener.

EL Tratado de La Habana o Código de Bustamante, establece en su Artículo 24 que el domicilio


conyugal del jefe de la familia se extiende a la mujer y a los hijos emancipados. Este Tratado, como
vemos, establece una norma similar al Tratado de Montevideo, con las mismas consecuencias que
ello produce.

IDENTlFlCAClON DEL TEMA DE FONDO EN LAS RESOLUClONES MATERIA DE COMENTARlO

Determinar qué Juez es competente para el conocimiento del proceso de divorcio planteado por
HAM contra CIR para los efectos de reconocer la sentencia dictada por la Cámara de lo Civil y
Comercial de la 5ta. Circunscripción del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional de la
República Dominicana, que declaró la disolución del vínculo matrimonial.

Determinar qué ley es la aplicable al caso. Precisar un concepto respecto del domicilio conyugal
válido para las relaciones de Derecho Internacional Privado y si efectivamente se había constituido
el domicilio conyugal en la República Dominicana.

3. ANALISIS DE LAS RESOLUCIONES

a) Sentencia de la Corte Superior de Lima

La sentencia dictada por la Corte Superior de Lima contiene gruesos y gravísimos errores, con
excepción del voto singular que se ha transcrito. En efecto, no se ha tomado en consideración que
el domicilio conyugal, conforme a las reglas de los Tratados de Derecho Internacional Privado, si
bien lo fija el marido, en el caso sub materia no se ha demostrado que éste haya domiciliado en
algún momento en la República Dominicana y, por ende, haya establecido su domicilio conyugal,
ya que siempre ha domiciliado en la Ciudad de Lima, donde trabaja en forma estable y permanente
en un centro de educación privado. Siendo así, aún cuando estaría dentro de sus facultades el fijar
domicilio en otro lugar, conforme a los Tratados de Derecho Internacional Privado, el domicilio
conyugal fue la ciudad de Lima, donde vivieron de consuno, y cuando se separaron debe tomarse
en consideración este último domicilio.

Conforme se desprende de las sentencias examinadas, el propio demandante del exéquatur, al


declarar en la audiencia llevada a cabo, reconoció haber fijado su domicilio de consuno con la
demandada en la ciudad de Lima, Urbanización San Ignacio de Monterrico, Surco, y que cuando se
separó de ella fijó su domicilio en el mismo Distrito de Surco, Lima, además de reconocer que
trabaja como profesor de un centro educativo particular desde hace varios años y continúa
haciéndolo, por lo que queda demostrado que nunca fijó como domicilio en República Dominicana.
Siendo así, ello excluye la jurisdicción de los jueces de dicho país para resolver el divorcio de las
partes en este proceso, así como también excluye las disposiciones de dicho país, pues, como
hemos analizado anteriormente, en ambas situaciones, el factor de conexión es el domicilio
conyugal.

La sentencia, por otro lado, asume erróneamente que se trataría de un pedido de ambos cónyuges
de reconocimiento de sentencia emitida en el extranjero, como si hubieran tramitado una
separación convencional, lo que no es cierto, ya que se trata de un proceso de divorcio por la
causal de incompatibilidad de caracteres, en la que el cónyuge HAM demanda a CIR. Tan es así,
que el exéquatur planteado ante la Sala Civil, dio lugar a que la demandada planteara
contradicción rechazando los fundamentos de la demanda, solicitando el no reconocimiento de la
sentencia dictada por los Tribunales de República Dominicana.

El voto singular, por lo contrario, sí recoge la concepción del domicilio conyugal como factor de
conexión que estaría determinando la competencia para el conocimiento de la causa que, en este
caso, serían los jueces peruanos, y que las leyes aplicables serían las peruanas, concluyendo que
el exéquatur solicitado debe declararse infundado.

El peligro de no tener una concepción clara respecto del factor de conexión, en los asuntos de
divorcio, así como una precisión respecto del domicilio conyugal, puede ocasionar fraudes a la ley,
y acciones malintencionadas con el único propósito de obtener el divorcio que, conforme a las
normas de derecho interno peruanas, no lo podrían efectuar. En efecto, un cónyuge, de mala fe,
puede viajar por breves días a un país donde las normas relativas al divorcio son
extraordinariamente flexibles, como es el caso de República Dominicana, donde las certificaciones
domiciliarias se conceden de un día a otro; puede otorgar poder a un abogado, iniciar el proceso de
divorcio contra su cónyuge que domicilia en el Perú, emplazarla judicialmente, y basado en las
normas de los Tratados de Derecho Internacional Privado que el domicilio conyugal lo fija el
marido, obtener e divorcio(3).

b) Dictamen del Fiscal Supremo y Sentencia de la Corte

Suprema de la República

Tanto el Dictamen del Fiscal Supremo e lo Civil como la Sala Civil de la Corte Suprema de la
República, rescatan las normas de Derecho Internacional Privado que regula nuestro Código Civil,
y aplican además la normas de los Tratados de Derecho Inter nacional Privado. En ese sentido,
señalan claramente que el domicilio conyugal es el factor de conexión que debe tenerse en
consideración cuando se trata de asuntos relativos al estado y capacidad de las personas.

Que el domicilio conyugal quedo clarificado por la propia declaración del demandante, quien al
absolver las pregunta contenidas en el interrogatorio, señaló que el último domicilio que compartió
con la demandada estaba ubicado en la ciudad de Lima, y que actualmente reside en la misma,
ciudad, donde además trabaja permanentemente. Esta situación de hecho no fue considerada por
la Sala Civil de la Corte Superior de Lima, cuando en realidad era el hecho fundamental que
determina la competencia del Juez y la ley aplicable.

4. CONCLUSIONES

a) En el presente caso, tanto el dictamen del Fiscal Supremo como la sentencia de la

Sala Civil de la Corte Suprema, analizando los hechos expuestos por las partes, determinan que el
último domicilio conyugal que tuvieron las partes intervinientes en el proceso, fue la ciudad de
Lima.

b) Determinándose el domicilio conyugal en la ciudad de Lima, conforme a las normas de nuestro


Código Civil relativas al Derecho Internacional Privado, la competencia jurisdiccional
correspondería a los jueces peruanos. El Juez peruano sería el competente para conocer del
divorcio entre las partes, por haberse determinado el domicilio conyugal en el Perú.

c) El factor de conexión, adoptado por la legislación peruana, para determinar la ley aplicable al
caso concreto, también es el domicilio conyugal para los asuntos de divorcio. Siendo así,
correspondería aplicar las leyes peruanas y no las de la República Dominicana.

d) Por razón del domicilio, no correspondería conocer del divorcio entre las partes a los jueces de
República Dominicana, ni la ley

e) aplicable sería la de dicho país, como erróneamente lo había considerado la Sala Civil de la
Corte Superior de Lima.

Si bien, conforme a nuestro ordenamiento interno, el domicilio conyugal lo fijan ambos cónyuges de
consuno, conforme a los Tratados de Derecho Internacional Privado, aún se mantiene el privilegio
del marido de fijar el domicilio conyugal, lo que puede provocar actitudes fraudulentas en perjuicio
de la mujer casada. Sin embargo, en el caso que se analiza, al haberse demostrado, por propia
declaración del actor que él nunca fijó domicilio fuera del país, fue sencillo concluir que la sentencia
dictada por el Tribunal de República Dominicana es ineficaz y no debe ser reconocida por los
Tribunales peruanos, por infringir disposiciones nuestras relativas al Derecho Internacional Privado.
El fin último del exequátur: cumplimiento formal de los requisitos de homologación (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 12 de Diálogo con la Jurisprudencia

El reconocimiento en el Perú de las resoluciones judiciales y laudos expedidos en el extranjero no


tiene por finalidad el reexamen de lo juzgado o el análisis del proceso mismo. El fin último del
exequátur es verificar el cumplimiento formal de los requisitos de homologación que nuestra
normatividad exige para su concesión.

Expediente 384-97-Lima

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA

Solicitantes : Wolfgang Reiner Eder y Rossana Silvia Wagner Torres.


Asunto : Reconocimiento de sentencia extranjera de divorcio.
Fecha : 18 de agosto de 1997.

VISTOS: Resulta que de fojas veintiocho a fojas treintiuno, subsanada a fojas cuarentisiete,
Rossana Wagner Torres, solicita el reconocimiento en el Perú de la sentencia de divorcio expedida
por el Juzgado Local de Munich. Tribunal de Asuntos Familiares, Alemania y consecuentemente se
disponga su inscripción en el Registro de Estado Civil del Consulado del Perú en Munich,
República Federal de Alemania, del matrimonio civil realizado el veinticuatro de setiembre de mil
novecientos ochentiséis; ampara su demanda en los artículos 749°, inciso 11º, 837°, 838°(1) y
demás pertinentes del Código Procesal Civil y los artículos 2102°, 2104°, 2106°, 2107° y demás
pertinentes del Código Civil,(2) que admitido el petitorio, notificadas las partes y no habiéndose
producido contradicción al presente proceso no contencioso de reconocimiento de resolución
judicial expedido en el extranjero se declaró válida la relación jurídica procesal, actuándose los
medios probatorios ofrecidos en el escrito de demanda; habiéndose reservado la decisión final, ha
llegado el momento de que este Superior Colegiado emita decisión final; y; CONSIDERANDO:
Primero.- Que, el reconocimiento de resoluciones judiciales expedidas en el extranjero tienen como
fin que el Organo Jurisdiccional Peruano, reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas
por el Tribunal Extranjero, reconociéndoseles los mismos efectos que tienen las sentencias
nacionales que gozan de autoridad de cosa juzgada, para lo cual no basta la legalización efectuada
regularmente en el país de procedencia sino que es necesaria la homologación de la resolución
judicial,(3) conforme determina el Código Procesal Civil; asimismo para su procedencia deberá con
las condiciones generales dispuestas por el artículo 2104° del Código Civil;(4) Segundo.- Que, en
el caso de autos, la solicitante pretende que este Tribunal, reconozca una sentencia expedida en el
extranjero, la misma que reúne los requisitos exigidos en el numeral 2104º del Código Civil;
presumiéndose asimismo la existencia de la reciprocidad, respecto a la fuerza que se da en el
extranjero a las sentencias o laudos pronunciados en el Perú, de conformidad con el artículo 838º
del Código Procesal Civil;(5) Tercero.- Que, el proceso de Exequátur(6) no tiene por objeto el
reexamen de lo ya juzgado, ni el análisis del proceso mismo, sino el cumplimiento formal de los
requisitos de homologación que la ley peruana establece para su concesión; por estas
consideraciones la Sala Corporativa de familia de la Corte Superior de Justicia de Lima;
RESUELVE: Declarando FUNDADO el petitorio de fojas veintiocho a fojas treintiuno, subsanado a
fojas cuarentisiete, y en consecuencia que, tiene fuerza y validez legal en el Perú, la sentencia
pronunciada el veintiséis de noviembre de mil novecientos noventidós, por el Juzgado Local de
Munich, Tribunal de Asuntos Familiares, República Federal de Alemania, cuyo texto corre
legalizado a fojas treintitrés a fojas treintiocho y traducido a fojas treintinueve a fojas cuarenticinco,
que disuelve el vínculo matrimonial existente entre don Wolfgand Reiner Eder y doña Rossana
Silvia Wagner Torres, a que se contrae la partida de matrimonio de fojas veinticuatro; MANDARON
que consentida o ejecutoriada que sea la presente resolución, se oficie a la Oficina Consular del
Perú en Munich, República Federal de Alemania y se cursen los partes al Registro Personal de los
Registros Públicos para los fines consiguientes, archivándose oportunamente.
Exequátur

En virtud del principio de reciprocidad, el exequátur tiene como fin que el órgano jurisdiccional
peruano reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por el Tribunal extranjero,
reconociéndole los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales que gozan de autoridad
de cosa juzgada. No basta la legalización en el país de procedencia, sino que es necesaria la
homologación de la resolución judicial.

Expediente 70-97

Sala Nº 6

Lima, quince de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; resulta de autos que de fojas sesentisiete a fojas setenta, doña Diana Sáenz Graner
interpone solicitud de reconocimiento de sentencia expedida por la Corte Distrital del Condado de
Harris-Texas trescientos nueve, Distrito Judicial de Texas, que declara el divorcio de la
demandante Diana Sáenz de Guillén y del demandado don Julio César Guillén Saravia, ampara su
solicitud en los artículos 2102º y siguientes del Código Civil y 837º del Código Procesal Civil; que a
fojas doscientos sesentiocho a doscientos setenticuatro Julio César Guillén Saravia se apersona en
este proceso contradiciendo la solicitud de Exequátur aduciendo que en ningún momento y en
ninguna oportunidad ha intervenido en el proceso llevado en los Estados Unidos y que solamente
firmó un documento en blanco, el cual ha sido utilizado por la demandante para oscuros intereses
ofreciendo sus medios probatorios respectivos, los mismos que se anexan a su escrito de
contradicción realizándose la declaración de parte (confesión) ofrecida por éste, el cual obra por
acta de fojas cuatrocientos noventicuatro a cuatrocientos noventiséis realizada por el Cónsul
Peruano en Houston por mandato de la Segunda Sala Civil de esta Corte quien remite los autos a
esta Sala Corporativa de Familia, dada la especialidad de la misma; que a fojas trescientos
setentiocho a trescientos ochentiuno la parte solicitante anexa con la traducción oficial respectiva la
"Renuncia a citación" expresada bajo juramento por Julio César Guillén en la que declara que ha
sido debidamente notificado con la demanda, registra su comparecencia y a su vez renuncia se le
cursen las citaciones del caso y a prestar testimonio y acepta que el Tribunal inicie y decida del
proceso sin necesidad de cursar otra notificación; que a fojas quinientos veintidós a quinientos
veintiséis la parte solicitante anexa el certificado de no apelación de la sentencia materia del
presente proceso con la debida traducción oficial; que habiéndose realizado el acto de la Audiencia
de Actuación y Declaración Judicial con fecha treinta de mayo último en los términos que allí se
consignan siendo su estado procesal de emitir sentencia, y CONSIDERANDO; Primero.- Que el
argumento de la contradicción formulada por la parte emplazada en este proceso Julio César
Guillén Saravia es que en "momento alguno ni en ninguna oportunidad ha intervenido en el
proceso llevado a efecto en los Estados Unidos de Norteamérica" y que "tan sólo a instancia de mi
esposa, para otros trámites, firmé un documento en blanco (ver anexo uno II), instrumento que ha
sido utilizado por la demandante para oscuros intereses, en beneficio propio y de su hermano el
aproderado", sin embargo, este hecho alegado es negado por la parte solicitante en su declaración
de parte, el cual obra de fojas cuatrocientos noventicuatro a cuatrocientos noventiséis y
desvirtuado además por esta misma parte solicitante anexando a fojas trescientos setentiocho a
trescientos ochentiuno el documento expedido por el Tribunal extranjero con su debida legalización
oficial, en que consta; que aquél concurrió personalmente ante el Tribunal declarando bajo
juramento ser el demandado, que recibió copia de la demanda original de divorcio, registra su
comparecencia, renuncia se le expidan y cursen notificaciones y acepta que el Tribunal inicie y
decida sobre el proceso sin necesidad de cursar otra notificación a su nombre. Por lo que debe
desestimarse su contradicción, ya que además en el acto de la Audiencia realizada ante este
Tribunal Colegiado admite haber sido notificado con la sentencia del Tribunal extranjero, la cual no
fue impugnada por esta parte conforme se acredita con el certificado de no apelación que con su
traducción oficial la parte solicitante anexa a los autos a fojas quinientos veintidós a quinientos
veintiséis; Segundo.- Que el reconocimiento de resoluciones judiciales expedidas en el extranjero
tienen como fin que el órgano jurisdiccional peruano, reconozca la fuerza legal de las sentencias
expedidas por el Tribunal extranjero, reconociéndole los mismos efectos que tienen las sentencias
nacionales que gozan de autoridad de cosa juzgada; para lo cual no basta la legalización efectuada
regularmente en el país de procedencia, sino que es necesaria la homologación de la resolución
judicial, conforme lo determina el Código Procesal Civil; y, asimismo, para su procedencia se
deben cumplir las condiciones generales dispuestas por el artículo 2104º del Código Civil; Tercero.-
Que en el caso de autos la solicitante pretende que este Tribunal reconozca una sentencia
expedida en el extranjero, la misma que reúne los requisitos exigidos por el numeral 2104 del
Código Civil; presumiéndose asimismo la existencia de la reciprocidad, respecto a la fuerza que se
da en el extranjero a las sentencias o laudos pronunciados en el Perú, de conformidad con el
artículo 838º del Código Procesal Civil; por estas consideraciones, la Sala Corporativa de Familia
de la Corte Superior de Justicia de Lima; FALLA: declarando INFUNDADA la contradicción
formulada contra la solicitud de exequátur por el emplazado Julio César Guillén Saravia en su
escrito de fojas doscientos sesentiocho a doscientos setenticuatro; y, FUNDADO el petitorio de
fojas sesentisiete a setenta; y, en consecuencia, que tiene fuerza y validez legal en el Perú la
sentencia pronunciada el veintitrés de febrero de mil novecientos noventitrés por la Corte Distrital
del Condado de Harris, Texas de los Estados Unidos de Norteamérica, cuyo texto corre legalizado
de fojas veintiséis a treinticuatro y traducido de fojas seis a veinticinco, que disuelve el vínculo
matrimonial existente entre doña Diana Elvira Victoria Sáenz Graner con Julio César Guillén
Saravia, el tres de febrero de mil novecientos setenticinco, ante el Concejo Distrital de Santiago de
Surco, Provincia de Lima, cuya partida obra en fojas treinticinco; MANDARON que consentida o
ejecutoriada que sea la presente resolución se oficie a la Municipalidad Distrital de Santiago de
Surco, Provincia de Lima y se cursen los partes al Registro Personal de los Registros Públicos para
los fines consiguientes, archivándose oportunamente.

S.S.
FERREYROS PAREDES
VALCARCEL SALDAÑA
CABELLO MATAMALA

Exequátur

El exequátur o proceso judicial de homologación y ejecución de sentencias extranjeras tiene lugar


en el ordenamiento jurídico nacional en base al principio de la reciprocidad y cortesía internacional,
a fin de evitar la duplicidad de juzgamiento frente a un mismo derecho, siempre que se dé
cumplimiento eficaz a la normativa peruana de permisibilidad de esta institución.

Expediente 596-97

Sala Nº 6

Lima, ocho de julio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el Señor Quiroga León; aparece de autos que de fojas
diez a fojas doce, subsanada a fojas veinticuatro, doña Raquel Victoria Obregón Vergara, solicita el
reconocimiento en el Perú de la sentencia de Curatela expedida el veintitrés de enero de mil
novecientos noventiséis por el Tribunal de Primera Instancia, División de Asuntos Testamentarios y
Relaciones Familiares de Springfield, Estado de Massachusetts, Estados Unidos de Norteamérica,
y consecuentemente se disponga su inscripción en los Registros correspondientes; por lo que a
fojas veintiséis se ha llevado a cabo la correspondiente Audiencia de Actuación de pruebas y
declaración Judicial, por lo que es su estado conforme al artículo 754 in fine del Código Procesal
Civil, aplicable al presente proceso por remisión supletoria; y que admitido el petitorio y notificadas
las partes y no habiéndose producido contradicción al presente proceso no contencioso de
reconocimiento de resolución judicial expedido en el extranjero se declaró válida la relación jurídica
procesal, actuándose los medios probatorios ofrecidos en el escrito de la demanda; habiéndose
reservado la decisión final, ha llegado el momento de que este Superior Colegiado emita decisión
final; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que el exequátur o proceso judicial de homologación y
ejecución de sentencias extranjeras tiene lugar en el ordenamiento jurídico nacional en base al
principio de la reciprocidad y cortesía internacional, a fin de evitar la duplicidad de juzgamiento
frente a un mismo derecho, siempre que se dé cumplimiento eficaz a la normativa peruana de
permisibilidad de esta institución, conforme a lo reseñado en la concordancia de los artículos 2102º
y 2104º del Código Civil, y con los efectos a que se contrae el artículo 2106º del mismo texto legal;
Segundo.- Que, de autos aparece de la copia certificada, debidamente traducida al español en
Traducción Pública juramentada que la materia juzgada por la División de Asuntos Testamentarios
y Familiares del Tribunal de Primera Instancia del Estado de Massachussetts de los Estados
Unidos de Norteamérica ha juzgado y sentenciado, con carácter de cosa juzgada, la "guardianía"
de don Nemesio Obregón Poma en favor de doña Raquel Victoria Vergara, por la causal de
privación de discernimiento e imposibilidad física, lo que equivale a haber sido nombrada curadora
de un mayor de edad incapaz o bajo interdicción civil; Tercero.- Que, tal materia no es exclusiva de
los tribunales peruanos, tanto más si el interdicto no se encuentra residiendo en territorio nacional,
que la persona a que se quiere hacer valer esta interdicción ha sido debidamente citada por el
Tribunal extranjero homologado, con plazo razonable para comparecer y que la resolución dictada
tiene el atributo y calidad de la cosa juzgada, la solicitud de fojas diez debe ser amparada en todos
sus extremos en atención a los principios de la reciprocidad y la cortesía internacional
anteriormente citados y que se hallan contenidos en la segunda parte del artículo 2102º del Código
Civil; Cuarto.- Que siendo el proceso de exequátur uno que no tiene por objeto ni el reexamen de lo
ya juzgado, ni el análisis del proceso mismo, sino del cumplimiento formal y sustantivo de los
requisitos de homologación que la ley peruana establece para su concesión, por estas
consideraciones y siendo atendible lo solicitado y probado; DECLARARON FUNDADA LA
SOLICITUD DE FOJAS DIEZ, y en consecuencia, CONCEDIERON EL EXEQUATUR,
RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE SENTENCIA EXTRANJERA, de la sentencia de Curatela
expedida el veintitrés de enero de mil novecientos noventiséis por el Tribunal de Primera Instancia,
División de Asuntos Testamentarios y de Relaciones Familiares de Springfield, Estado de
Massachusetts, Estados Unidos de Norteamérica peticionada por doña Raquel Victoria Obregón
Vergara; debiendo entregarse los actuados a la peticionante conforme a los dispuesto por el
artículo 840º del TUO del Código Procesal Civil; con citación

S.S.
MANRIQUE ZEGARRA
PEÑARANDA PORTUGAL
QUIROGA LEON

Exequátur: improcedencia

No habiendo sido inscrito el matrimonio ante la autoridad nacional acreditada en el exterior, ni ante
los Registros del Estado Civil del Perú, no es procedente reconocer la sentencia de divorcio en
tanto no esté registrado o inscrito ante el Consulado respectivo.

Expediente 1277-34

Sala Nº 6

Lima, dieciocho de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS: interviniendo como Vocal Ponente la Doctora Valcárcel Saldaña: resulta de autos que a
fojas cuarentitrés a cincuentidós doña Roxana Marieta Arnaiz Jibaja, solicita se reconozca en el
Perú, la sentencia de divorcio expedida por el Segundo Juzgado de lo Civil de San Salvador,
República de El Salvador, de fecha primero de abril de mil novecientos noventitrés, en lo referente
a la Patria Potestad de su menor hija Roxana Gabriela Nuila Arnaiz, y se sustenta en los artículos
dos mil ciento dos, dos mil ciento cuatro, dos mil ciento seis y dos mil ciento siete del Código Civil,
así como los artículos ochocientos treintisiete y demás pertinentes del Código Procesal Civil:
CONSIDERANDO: Primero.- Que, el artículo doscientos cuarentiocho del Código Civil, preceptúa
que quienes pretenden contraer matrimonio civil, lo declararán oralmente o por escrito, al Alcalde
Provincial o Distrital del domicilio de cualquiera de ellos, y el artículo doscientos sesentinueve,
prescribe que para reclamar los efectos civiles del matrimonio, debe presentarse copia certificada
de la partida de matrimonio; Segundo.- Que, nuestro ordenamiento legal, establece la inscripción
de nacimientos, matrimonios y defunciones de peruanos, ocurridos en el extranjero, ante la
autoridad competente: Consulado respectivo, conforme lo prescribe el artículo sesentitrés del
Reglamento de los Registros Públicos del Estado Civil; Tercero.- Que, de otra parte, el Código
Procesal Civil, señala el procedimiento a seguir, cuando no se hubiere registrado estos actos
ocurridos en el exterior, ante autoridad nacional: proceso no contencioso, artículos ochocientos
veintiséis y siguientes del acotado cuerpo de leyes; Cuarto.- Que, en el caso de autos, estando a la
declaración solicitada y prestada por la peticionante, se evidencia que el matrimonio, cuya
sentencia de divorcio se pretende que se reconozca, no ha sido inscrito ante la autoridad nacional
acreditada en el exterior, ni ante los registros del estado civil del Perú, consecuentemente, no tiene
el mismo, validez en territorio nacional en tanto no esté registrado o inscrito; DECLARARON
IMPROCEDENTE la solicitud de reconocimiento de sentencia de divorcio, presentada por Roxana
Marieta Arnaiz Jibaja, representada por Susana Gabriela Arnaiz Jibaja, en lo referente a la Patria
Potestad de su menor hija Roxana Gabriela Nuila Arnaiz, expedida por Tribunal Extranjero;
devolviéndose los anexos y archivándose el expediente por Secretaría.

LA SECRETARIA DE LA SALA QUE SUSCRIBE CERTIFICA, QUE LOS FUNDAMENTOS DEL


VOTO DE LA DOCTORA CABELLO MATALA SON COMO SIGUE: Primero.- Que, si bien doña
Roxana Marieta Arnaiz Jibaja, ha demandado se homologue la sentencia de divorcio en lo
referente a la Patria Potestad de su menor hija Roxana Gabriela Nuila Arnaiz, expediente número
seiscientos cuarentidós - D - noventidós, también lo es, que este aspecto es en la referida
sentencia, un extremo accesorio de la pretensión principal de divorcio y, por lo que requiere su
homologación integral; Segundo.- Que, la pretensión sobre Patria Potestad o tenencia, puede
volver a ser accionada, independientemente a lo resuelto en la sentencia de divorcio o separación,
por tener la misma, el carácter de variable, y no existiendo impedimento para que los padres
puedan ejercitar este derecho reconocido por la ley es procedente dejar a salvo el mismo.

LA SECRETARIA DE LA SALA QUE SUSCRIBE, CERTIFICA QUE LOS FUNDAMENTOS DEL


VOTO DE LA DOCTORA RODRIGUEZ ALARCON SON COMO SIGUE: Primero.- Que, la actora
pretende que el Tribunal Peruano, valide la resolución expedida en el extranjero; Segundo.- Que, a
fojas once, se encuentra acreditado que el matrimonio de doña Roxana Marieta Arnaiz Jibaja y don
Einar José Gerardo Nuila Novoa ha sido celebrado en la República de El Salvador, el mismo que
no ha sido inscrito en el Consulado Peruano y por tanto, no tiene efectos legales dicho matrimonio
en nuestro país; Tercero.- Que, la sentencia de divorcio expedida por el Segundo Juzgado en lo
Civil del Municipio Judicial de la ciudad de San Salvador, de la República de El Salvador, también
ha resuelto respecto de la Patria Potestad y tenencia de la niña Roxana Gabriela Nuila Arnaiz,
últimos extremos que pretende validar la actora en la República del Perú; Cuarto.- Que, al no
haberse inscrito el matrimonio de doña Roxana Marieta Arnaiz Jibaja y don Einar José Gerardo
Nuila Novoa, en el Consulado Peruano o Registro Civil del Perú, tampoco tendrá efecto legal, la
disolución de dicho vínculo, por lo que las consecuencias que declara la sentencia extranjera sobre
la Patria Potestad y tenencia de la niña, igualmente no tienen efectos en nuestro país; Quinto.-
Que, la actora, como ciudadana peruana, así como la niña cuyo nacimiento se encuentra inscrito
en el Consulado Peruano, tienen expedito su derecho para accionar, ante los órganos
jurisdiccionales peruanos, sobre la Patria Potestad de su hija.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES FERREYROS PAREDES Y SEMINARIO VALLE


ES COMO SIGUE: CONSIDERANDO:Primero.- Que, las sentencias pronunciadas por tribunales
extranjeros, tienen en la República, fuerza legal, que les conceden los tratados respectivos o en su
defecto, cuando se acredite reciprocidad respecto al tratamiento en ese país, de sentencias
pronunciadas por tribunales peruanos; Segundo.- Que, el artículo ochocientos treintiocho del
Código Procesal Civil, incluye como innovación la presunción relativa de la reciprocidad,
disponiendo que corresponde la prueba negativa, a quien la niegue; Tercero.- Que, aun cuando no
se haya contradicho la pretensión, y más bien se haya convenido en ella, son de obligatorio
cumplimiento, las exigencias que se prevé en el artículo dos mil ciento cuatro del Código Civil;
Cuarto.- Que, la sentencia extranjera de fojas uno a siete, procede del Juzgado Segundo de lo Civil
del Municipio Judicial de la ciudad de San Salvador, de la República de El Salvador, y por
consiguiente cumple los requisitos de competencia y ejecutoriedad, apreciándose de su texto, que
tanto el ahora demandante como la ahora demandada, han hecho uso de su derecho de defensa
en el procedimiento de su propósito; Quinto.- Que, las demás exigencias procesales, han sido
satisfechas con arreglo a ley, por lo que cabe amparar la demanda; NUESTRO VOTO es por que
se DECLARE FUNDADA la demanda de fojas cuarentitrés a cincuentidós, subsanada a fojas
cincuentinueve, sesenta y sesenticinco.

LA SECRETARIA DE LA SALA QUE SUSCRIBE CERTIFICA QUE LOS FUNDAMENTOS DEL


VOTO DEL SEÑOR SEMINARIO VALLE SON COMO SIGUE: Primero.- Que, el Código Civil
vigente, establece normas generales, referentes a derechos civiles, comunes a peruanos y
extranjeros. con limitaciones y prohibiciones para con estos últimos; Segundo.- Que, para ello se
basa en Tratados Internacionales, Código de Bustamante con el objeto de lograr los fines de
justicia y seguridad jurídica, y establece de manera específica para los casos de derecho de
familia, donde se tiene como fundamento para los peruanos, cualesquiera que sea el lugar de su
domicilio y la aplicación de la ley del domicilio para los extranjeros, cualesquiera que sea su
nacionalidad; Tercero.- Que, en la competencia jurisdiccional, basada de manera general, en los
artículos dos mil cincuentisiete y siguientes del Código Civil, se establece que los Tribunales
Peruanos, son competentes para conocer, de acciones contra personas domiciliadas en el territorio
nacional; Cuarto.- Que, al artículo dos mil sesentidós del mismo cuerpo legal, da una salida, al
establecer en la exposición de motivos, que en el Tribunal Peruano, no lo es, sin embargo, cuando
se trata de asuntos relativos al estado, capacidad o relaciones familiares de las personas
individuales domiciliadas en el extranjero, de allí que se exija, un vínculo efectivo con el territorio de
la República, se debe tener en cuenta la ley aplicable que para las personas naturales es la ley del
domicilio, no sólo para divorcios, separaciones de cuerpos, sino también para otros casos de
familia; Quinto.- Que, como se vienen suscitando problemas referentes a divorcios, porque algunos
países no admiten el divorcio vincular, sin embargo, cada país es libre de reconocer en su
legislación, el divorcio que contraríe sus preceptos, del que el Perú no es ajeno; Sexto.- Que, en el
presente caso, doña Roxana Marieta Amaiz Jibaja, peruana, contrajo matrimonio con don Einar
José Gerardo Nuila Novoa, de nacionalidad Salvadoreña, ante el Consulado General del Perú en
El Salvador, como consta de la copia literal de la partida de matrimonio de fojas once, ambos
cónyuges posteriormente, el primero de junio de mil novecientos noventa, acordaron poner fin a su
estado de casados, habiéndose obtenido sentencia de disolución del vínculo matrimonial, el
primero de abril de mil novecientos noventitrés, como consta de fojas cuatro a fojas siete; Séptimo.-
Que, del acta de la diligencia realizada ante esta instancia, se desprende, que las partes han
persistido en su deseo de que la sentencia extranjera sea reconocida en el Perú; Octavo.- Que,
además de los requisitos contenidos en el artículo dos mil cuatro del acotado cuerpo legal, se debe
tener en cuenta también, la última parte del artículo dos mil setentisiete, así como del numeral dos
mil ochentiuno del Código Civil.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LA DOCTORA PALOMINO THOMPSON ES COMO SIGUE:


CONSIDERANDO: Primero.- Que, de conformidad con lo dispuesto por el artículo dos mil
sesentidós del Código Sustantivo, los tribunales peruanos, son competentes para conocer de los
juicios originados por el ejercicio de acciones relativas al estado y la capacidad de las personas
naturales, o a las relaciones familiares, aun contra personas domiciliadas en país extranjero;
Segundo.- Que, en aplicación del artículo dos mil setenta del mismo código, el estado y la
capacidad de la persona natural, se rigen por la ley de su domicilio, señalando que el cambio de
domicilio, no altera el estado ni restringe la capacidad adquirida en virtud de la ley del domicilio
anterior; Tercero.- Que, en aplicación a lo dispuesto por el artículo dos mil setentiséis del Código
Civil, la forma del matrimonio, se rige por la ley del lugar de su celebración; Cuarto.- Que, el
artículo dos mil setentisiete del acotado, establece que los derechos y deberes de los cónyuges en
todo cuanto se refiere a sus relaciones personales, se rigen por la ley del domicilio conyugal, y si
los cónyuges tuvieran domicilios distintos, se aplica la ley del último domicilio común y el artículo
dos mil setentiocho del Código Civil, señala que el régimen patrimonial del matrimonio y las
relaciones de los cónyuges respecto a los bienes, se rigen por la ley del primer domicilio conyugal y
que el cambio de domicilio, no altera la ley competente para regir las relaciones de los cónyuges,
en cuanto a los bienes adquiridos antes o después del cambio; Quinto.- Que, de conformidad con
el artículo dos mil ochentiuno del mencionado Código, el derecho al divorcio y a la separación de
cuerpos, se rigen por la ley del domicilio conyugal, estableciendo el artículo mil ochentidós, que las
causas del divorcio y de la separación de cuerpos, se someten a la ley del domicilio conyugal, sin
embargo, no pueden invocarse causas anteriores a la adquisición del domicilio que tenían los
cónyuges, al tiempo de producirse esas causas; Sexto.- Que siendo la ley competente para
conocer los asuntos relativos al estado y capacidad de las personas, la ley del lugar donde se
contrajo matrimonio, no es posible el reconocimiento de la sentencia extranjera de divorcio, pues
para que proceda el exequátur, es necesario que la sentencia a reconocer, no resuelva sobre
asuntos de competencia peruana exclusiva; MI VOTO es porque se declare infundada la demanda
interpuesta por Roxana Marieta Arnaiz Jibaja, a fojas cuarentitrés a cincuentidós.

PALOMINO THOMPSON

Exequatur: objeto

El proceso de exequátur no tiene por objeto el reexamen de lo ya juzgado, ni el análisis del proceso
mismo, sino el cumplimiento formal de los requisitos de homologación que la ley peruana establece
para su concesión.

Expediente 384-97

Sala Nº 6

Lima, dieciocho de agosto de mil novecientos noventisiete.-

VISTOS; Resulta que de fojas veintiocho a fojas treintiuno, subsanada a fojas cuarentisiete,
Rossana Wagner Torres, solicita el reconocimiento en el Perú de la sentencia de divorcio expedida
por el Juzgado Local de Munich, Tribunal de Asuntos Familiares, Alemania y consecuentemente se
disponga su inscripción en el Registro de Estado Civil de Consulado del Perú en Munich, República
Federal de Alemania, del matrimonio civil realizado el veinticuatro de setiembre de mil novecientos
ochentiséis; ampara su demanda en los artículos 749º, inciso 11, 837º, 838º y demás pertinentes
del Código Procesal Civil y los artículos 2102º. 2104º, 2106º, 2107º y demás pertinentes del Código
Civil, que admitido el petitorio notificadas las partes y no habiéndose producido contradicción al
presente proceso no contencioso de reconocimiento de resolución judicial expedido en el
extranjero se declaró válida la relación jurídica procesal, actuándose los medios probatorios
ofrecidos en el escrito de demanda; habiéndose reservado la decisión final, ha llegado el momento
de que este Superior Colegiado emita decisión final; y; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el
reconocimiento de resoluciones judiciales expedidas en el extranjero tienen como fin que el Organo
Jurisdiccional Peruano, reconozca la fuerza legal de las sentencias expedidas por el Tribunal
Extranjero, reconociéndoseles los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales que gozan
de autoridad de cosa juzgada, para lo cual no basta la legalización efectuada regularmente en el
país de procedencia sino que es necesaria la homologación de la resolución judicial, conforme
determina el Código Procesal Civil; asimismo para su procedencia deberá con las condiciones
generales dispuestas por el artículo 2104º del Código Civil; Segundo.- Que, en el caso de autos, la
solicitante pretende que este Tribunal, reconozca una sentencia expedida en el extranjero, la
misma que reúne los requisitos exigidos en el numeral 2104 del Código Civil; presumiéndose
asimismo la existencia de la reciprocidad, respecto a la fuerza que se da en el extranjero a las
sentencias o laudos pronunciados en el Perú, de conformidad con el artículo 838º del Código
Procesal Civil; Tercero.- Que, el proceso de Exequátur no tiene por objeto el reexamen de lo ya
juzgado, ni el análisis del proceso mismo, sino el cumplimiento formal de los requisitos de
homologación que la ley peruana establece para su concesión; por estas consideraciones la Sala
Corporativa de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima; RESUELVE: Declarando
FUNDADO el petitorio de fojas veintiocho a fojas treintiuno, subsanado a fojas cuarentisiete, y en
consecuencia que, tiene fuerza y validez legal en el Perú, la sentencia pronunciada el veintiséis de
noviembre de mil novecientos noventidós, por el Juzgado Local de Munich, Tribunal de Asuntos
Familiares, República Federal de Alemania, cuyo texto corre legalizado a fojas treintitrés a fojas
treintiocho y traducido a fojas treintinueve a fojas cuarenticinco, que disuelve el vínculo matrimonial
existente entre don Wolfgang Reiner Eder y doña Rossana Silvia Wagner Torres, a que se contrae
la partida de matrimonio de fojas veinticuatro; MANDARON que consentida o ejecutoriada que sea
la presente resolución, se oficie a la Oficina Consular del Perú en Munich, República Federal de
Alemania y se cursen los partes al Registro Personal de los Registros Públicos para los fines
consiguientes, archivándose oportunamente.

Exequátur: presunción de Reciprocidad (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 8 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si ambas partes de la causa homologada y homologante tienen domicilio en el extranjero, ello no


debe obstar la tramitación y concesión del exequatur pues existe interés legítimo en darle fuerza
coercitiva dentro del territorio nacional a la sentencia homologada. La correcta interpretación del
inc. 8vo del art. 2104, es la de presumirse la reciprocidad a menos que se demuestre lo contrario.

Expediente 1910-89

LIMA

Lima, veintitrés de Diciembre de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; con lo expuesto por el Señor Fiscal; por los fundamentos del Fiscal Superior de fojas
setentiséis; y, CONSIDERANDO además: que, el procedimiento judicial de reconocimiento y
ejecución de sentencias extranjeras o también denominado de exequatur, inscrito dentro del
Derecho Internacional Privado, tiene su fundamento en el orden público internacional que reprueba
la duplicación de decisiones jurisdiccionales soberanas por sobre un mismo derecho; que, el
exequatur se sustenta además, cuando no se encuentra previsto en tratado internacional alguno,
en el principio de la cortesía internacional o de reciprocidad, de manera tal que la decisión
jurisdiccional sobre la materia ha de trascender necesariamente los límites territoriales de la
Nación; que, en efecto, por el exequatur un juez nacional acepta y da fuerza dentro del territorio
nacional a una decisión jurisdiccional expedida en el extranjero, bajo la premisa de que la decisión
jurisdiccional interna también ha de recibir el mismo tratamiento en dicho país extranjero por el ya
citado principio de reciprocidad, conforme se desprende de la interpretación concordada de los
artículo dos mil ciento dos y dos mil ciento tres del Código Civil(1), que tal procedimiento se halla
previsto y regulado en los artículos dos mil ciento dos y siguientes del Código Civil y mil ciento
cincuenticinco y siguientes del Código Civil y mil ciento cincuenticinco(2) y siguientes del Código de
Procedimientos Civiles en lo no derogado por el Código Civil citado en primer lugar y que es norma
legal de menor antigüedad; que los requisitos que nuestro ordenamiento público nacional exige
para la procedencia de homologación de fallos extranjeros se halla recogido en el artículo dos mil
ciento cuatro del precitado texto legal sustantivo; que, en el caso de autos, la solicitud de fojas
cuarentisiete solicita el reconocimiento y fuerza legal dentro del territorio nacional peruano del fallo
expedido el dieciocho de setiembre de mil novecientos ochentiséis por la Corte Distrital del
Condado de Tulsa, Estado de Oklahoma de los Estados Unidos de América y que declaró la
disolución vincular del matrimonio civil contraído por don William Earle Findley Penland y doña
Olga Silvia Ojeda Manzur por ante el Concejo Provincial de Talara, Piura; que, en la actualidad y
bajo el imperio del Código Civil de mil novecientos ochenticuatro ya no es de competencia
jurisdiccional exclusiva de los Tribunales peruanos el estado y capacidad civil de los ciudadanos
peruanos, por lo que dicho fallo se halla dentro del supuesto negativo-facultativo del inciso primero
del artículo dos mil ciento cuatro(3) del Código Civil; que, lo allí y así resuelto tiene correlato dentro
de nuestra institución del Derecho Familiar Peruano desde que nuestro ordenamiento jurídico
nacional recoge la institución del divorcio vincular por mutuo disenso como causa de terminación
legal de la relación matrimonial civil, por lo que lo allí resuelto encuadra dentro de nuestro orden
jurídico interno; que, por su propia naturaleza y racionalidad, sentencia homologante no puede
ingresar al conocimiento del fondo de lo que fuera juzgado en el extranjero, pues ello desvirtuaría
la esencia del exequatur haciendo del procedimiento homologante una indebida duplicación del
procedimiento homologado; que, la antes citada solicitud de fojas cuarentisiete cumple con todos y
cada uno de los requisitos del artículo dos mil ciento cuatro del Código Civil ya citado, por lo que
resulta procedente y fundado tanto más si la prueba de la reciprocidad es negativa, esto es que no
es posible probar la reciprocidad, sino que en el curso del procedimiento de homologación de oficio
o en la oposición de parte se puede determinar la no reciprocidad en la medida en que se acredite
que los fallos peruanos no son reconocidos en el país de origen del fallo cuya homologación se
solicita, pero no a la inversa, pues ello implicaría la exigencia de una prueba negativa que no
puede existir jurídicamente respecto de hechos positivos y que dentro del derecho probatorio
recibe la denominación de la «prueba del diablo», por lo que la correcta interpretación del inciso
octavo del artículo dos mil ciento cuatro(4) del Código Civil es la de presumirse la reciprocidad a
menos que se demuestre lo contrario, en cuyo caso el exequatur debe ser denegado; que,
finalmente, si ambas partes de la causa homologada y homologante tienen domicilio en el
extranjero ello no debe obstar la tramitación y concesión del exequatur, desde que existe interés
legítimo en darle fuerza coercitiva dentro del territorio nacional a la sentencia homologada, por lo
que no resulta procedente denegarlo por el hecho de que la contraparte tenga domicilio en el
extranjero, si es debidamente emplazada con el vicio de la presente acción, como lo ha sido en la
presente causa, siendo que además ello implica la deducción de oficio de una excepción de
incompetencia que ni este procedimiento ni nuestro ordenamiento procesal civil contemplan;
declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento tres, su fecha dos de mayo
de mil novecientos ochentinueve que deniega por improcedente el exequátur solicitado a fojas
cuarentisiete, la misma que reformaron declarando FUNDADA dicha solicitud; y, en consecuencia,
DISPUSIERON que se conceda el exequátur, reconocimiento y ejecución dentro del territorio
nacional de la sentencia homologada sub-materia; ORDENARON la devolución de los actuados
para su archivo correspondiente; en los seguidos por don Willian Earle Findley Penlond con doña
Olga Silvia Ojeda Manzur sobre exequátur; y los devolvieron -Señores MENDEZ/ SILVA/ BACA/
CHUMBIAUCA.

El voto singular del Señor PANTOJA RODULFO es como sigue VISTOS ; por sus fundamentos; MI
VOTO es porque se declare NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento tres, su
fecha dos de Mayo de mil novecientos ochentinueve que declara IMPROCEDENTE la demanda
interpuesta a fojas cuarentiséis.

DICTAMEN Nº 349-90

Señor Presidente:

Viene para vista fiscal, la solicitud de Exequátur o petición de resolución judicial de reconocimiento
de sentencia extranjera, presentada por Guillermo Gulman Checa, en representación de William
Earle Findley Penland, al Presidente de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, a fin de que se sirva declarar que la sentencia que declara el divorcio entre William Warley
Findley Penland y Olga Silvia Ojeda Manzur, expedida por la Corte Distrital del Condado de Tulsa,
Estado de Oklahoma de los Estados Unidos de Norteamérica, con fecha 18 de setiembre de 1986,
tiene fuerza legal en la República Peruana

Acompaña como recaudo: La sentencia de la Corte Distrital del Condado de Tulsa, Oklahoma,
debidamente legalizada y traducida oficialmente al Español, corriente a fs 4 a 10, que declara el
divorcio de las partes «por incompatibilidad mutua»; la partida de matrimonio civil entre las partes a
fs. 22 y el Testimonio del Poder para interponer la presente acción, corriente a fs. 42 a 46. Ampara
la demanda en lo dispuesto por arts 2077, 2082, 2102, 2104, 2106, 2107, 2108, 2109 del Código
Civil Arts. 1161 y demás pertinentes del Código de Procedimientos Civiles.

Dictado el admisorio se corre traslado a la parte demandada mediante el exhorto y por el término
de ley, la misma que se apersona a juicio por intermedio de su apoderado a fs. 69.

Mediante resolución de fs. 78, la Colegiala dispone «Previamente para resolver acredite el
accionante la reciprocidad que existe entre las sentencias dictadas en el Perú, con el Estado de
Oklahoma de los Estados Unidos de Norteamérica; de conformidad con lo previsto en el inciso
octavo del art. dos mil ciento cuatro del Código Civil».

El accionante presenta a fs. 79 a 84 el texto traducido del Inglés al Español de la Ley del Estado de
Florida sobre el Procedimiento para reconocer y hacer cumplir las sentencias de otras naciones.

Tramitado el expediente conforme a su naturaleza, se dicta sentencia a fs. 103 declarando


improcedente el Exequatur planteado, por lo que el accionante interpuso recurso de nulidad.

Del estudio y análisis de los actuados y de la legislación sobre la materia se infiere:

1. Las sentencias extranjeras tienen en el Perú el valor que les conceden los tratados (Art.
2102 Código Civil. Primera Parte y Art. 1155 del Código de Procedimientos Civiles).

2. No existe tratado suscrito entre el Perú y los Estados Unidos de América sobre ejecución
de sentencias.

3. Si no hay tratado con el país en el que se pronunció la sentencia, tiene ésta la misma
fuerza que en aquel país se da a las sentencias pronunciadas por los Tribunales peruanos (Art.
2102, Segunda Parte, Código Civil y Art 1156, Código de Procedimientos Civiles)

4. Conclusión, al no existir tratado sobre esta materia es indispensable acreditar que en el


Estado de Oklahoma, Condado de Tulsa de los Estados Unidos de Norteamérica, de donde
proviene la sentencia, rige el principio de reciprocidad con relación a las sentencias expedidas en
el Perú.

5. El accionante no ha cumplido con este requisito que fue solicitado por la Colegiada, pues
ha presentado el Texto de la Ley del Estado de Florida para Reconocimiento de Sentencias
Extranjeras, obviamente inaplicable para el Estado de Oklahoma; pero puede darse el caso de que
el Tribunal de este Estado no haya ejecutado ninguna sentencia expedida por los Tribunales
Peruanos, en tal caso, lo que debe demostrarse es que se ejecutan los fallos extranjeros y que por
lo tanto podría también ejecutarse un fallo peruano. Por estas consideraciones este Ministerio
Público dictamina, se declare NO HABER NULIDAD en la recurrida.

Lima, 18 de Abril de 1990

MARIO MIRANDA GARAY


Fiscal Supremo Civil (e)

Exequátur: presunción de Reciprocidad

A falta de tratados o de sentencias que consagren la reciprocidad expresa, procede consagrar


jurisprudencialmente la doctrina de la responsabilidad presunta o hipotética, según la cual -salvo
prueba en contrario- se presume que en el país de la sentencia originaria, nada impide que se
aprueben las sentencias peruanas.

Expediente 2089-90 TACNA


DICTAMEN FISCAL

Señor Presidente:

Viene para vista fiscal, la causa seguida por don José Rosas Figueroa sobre solicitud de
exequátur.

Don José Rosas Figueroa a fs. 61 solicita a la Tercera Sala Civil, mediante exequátur se de fuerza
legal a las sentencias sumarias finales dictadas por la Corte de Circuito del Undécimo Circuito
Judicial de Florida por el condado de Dade, de fecha 4 de mayo de 1987 y del 16 de marzo de
1988 que resolvieron la demanda interpuesta por el accionante contra don Benitos Lores Loret de
Mola, en el juicio que a su vez interpusieran James Stewart Horizons Real Estado contra Benito
Lores, José Rosas Figueroa y otros; agrega que existen procedimientos de reciprocidad entre el
Perú y los Estados Unidos de Norteamérica, en especial con el Estado de Florida. Fundamenta su
demanda en los arts, 2102, 2104, 2107 y 2108 del C.C y 1160 del C. de P.C.

A fs.85, don Benito Lores Loret de Mola, absuelve la demanda sosteniendo que no hay tratado con
los Estados Unidos de Norteamérica sobre reconocimiento de sentencia y aplicación de exequátur,
no siendo signatario los Estados Unidos de Norteamérica del Tratado Procesal de Montevideo de
1880, ni la convención de Caracas de 1915 ni tampoco el Tratado de la Habana; agrega que
tampoco existe reciprocidad con respecto de las sentencias emitidas en el extranjero, debiendo
probar el actor lo previsto en el art. 1162 del C. de P.C.

El actor presenta las siguientes pruebas: de fs. 2 a 7, la traducción oficial de una copia certificada
de sentencia final por costo y honorarios legales bajo apelación emitida en el Estado de Florida, por
el Juez de la Corte de Circuito del Undécimo Circuito Judicial del Estado de Florida y por el
Condado de Dade; de fs. 19 a fs. 29, una traducción oficial de copias certificadas emitida en la
Corte de Circuito del Undécimo Circuito Judicial de Florida sobre notificación de audiencia,
sentencia sumaria final; mandato de la Corte Distrital de Apelación; fallo de la Corte de Apelación
sobre honorarios del Abogado de fs. 30 a 59, copias certificadas de las sentencias referidas a la
solicitud de exequátur.

El emplazado presenta las siguientes pruebas: de fs. 71 a. fs. 77, sentencias declarando
improcedente demandas de exequátur.

Tramitada la causa conforme a su naturaleza a fs. 95 se dictó sentencia declarando improcedente


la demanda de exequátur; lo que motivó el recurso de apelación concedido a fs. 96 vta.

Del estudio y análisis de lo actuado se tiene que el actor no ha acreditado la existencia de tratado
entre los Estados Unidos de Norteamérica y el Perú y por ende el principio de reciprocidad a que
hace referencia el art. 2103 del C.C. concordante con el art. 1156 del C. de P.C., por lo que no
cabe amparar la solicitud interpuesta.

Por estas consideraciones este Ministerio Público opina NO HABER NULIDAD en la recurrida.

Lima, 17 de mayo de 1990.

CESAR ELEJALDE ESTENSSORO Fiscal Supremo en lo Civil

EJECUTORIA SUPREMA

Lima, veintidós de julio de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; EN DISCORDIA; con lo expuesto por el señor Fiscal; y CONSIDERANDO: que, en


esencia la cuestión litigiosa se circunscribe a dilucidar el problema jurídico de la reciprocidad entre
dos países, en uno de los cuales se pretende ejecutar un exequátur; que, la premisa legal de
razonamiento jurisprudencial en el caso subjudice está dada por los artículos mil ciento
cincuentiséis y mil ciento cincuentisiete del Código de Procedimientos Civiles, de los cuales se
infiere, primero, que si no existen tratados bilaterales o convenciones multilaterales es
indispensable acreditar que en la nación de donde proviene la sentencia, cuyo exequátur se
pretende, rige el principio de reciprocidad y la carga de la prueba incumbe al demandante;
segundo, que si la sentencia procede de un país en el que no se da cumplimiento a la
jurisprudencia peruana, no tendrá fuerza alguna en la República; que, a falta de tratados o de
sentencias que consagren la reciprocidad expresa, es preciso consagrar jurisprudencialmente la
doctrina de la reciprocidad presunta o hipotética que fluye de la presunción juris-tantum de
reciprocidad, según la cual, salvo prueba en contrario, se presume que en el país de la sentencia
originaria, nada obsta para que se aprueben las sentencias peruanas, que, en tal sentido, el
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Florida (Florida Rule of Civil Procedure) consagra
el principio de la defensa de una sentencia o fallo extranjero (artículo uno, ciento veinte, "e"),
siempre y cuando conste la misma por escrito y que ella no haya sido anulada, modificada o
liquidada en todo o en parte; que, las sentencias extranjeras sólo se desconocen en el Estado de
Florida cuando se ha demostrado que la misma es inidónea por falta de competencia jurisdiccional,
falta de notificación, contravención al orden público ó fraude; vale decir, los mismos principios que
rigen en el Perú, conforme lo consagra el artículo dos mil cientocuatro del Código Civil; que a
mayor abundamiento, si no existe prueba en contrario, esto es, de que el país del que procede la
sentencia no se ha negado a dar cumplimiento a una sentencia peruana porque no se ha
presentado el caso, se debe conceder el exequátur como un medio de que se haga lo propio con
nuestras sentencias; que, en consecuencia, habiéndose acreditado la existencia de una
reciprocidad hipotética o presunta, es preciso analizar si en el caso de autos la demanda de
exequátur reúne los demás requisitos de ley; que, conforme se aprecia a fojas diecisiete
-documento cuya traducción oficial corre a fojas doce- el demandado Benito Lores fue debidamente
notificado, conforme a la ley del lugar del proceso; que igualmente, se aprecia que la sentencia de
fojas treintidós debidamente traducida de fojas veintiuno a veintitrés, que manda pagar al
demandado Benito Lores treintiún mil ciento diez con treintiséis dólares americanos, que
debidamente confirmada por la Corte Distrital de Apelación de Florida, conforme se aprecia a fojas
treinticinco -traducción a fojas veintiséis y veintisiete; teniendo en consecuencia la calidad de cosa
juzgada; que, igualmente la sentencia de fojas nueve traducida a fojas tres y cuatro, impone al
demandado Benito Lores el pago de tres mil novecientos ochentitres con cincuenticinco dólares
americanos por costas y honorarios derivados de su apelación, resolución que quedó consentida;
que, tratándose las dos sentencias materia de exequátur del pago de dinero derivados de un
proceso judicial llevado a cabo conforme a las normas del lugar del proceso, tal orden no va ni
contra el orden público ni contra las buenas costumbres; que, en consecuencia, reuniendo las
sentencias objeto del exequátur los requisitos exigidos por la ley peruana para su reconocimiento,
procede que los Tribunales peruanos concedan el exequátur demandado, teniéndose presente que
tal institución se fundamenta en la solidaridad de respetar los derechos adquiridos; declararon:
HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas noventicinco, su fecha once de mayo de mil
novecientos ochentinueve, que declara improcedente la demanda de fojas sesentiuno; reformando
la de vista; declararon: FUNDADA la referida demanda y, en consecuencia: que tiene fuerza y
validez legal en el Perú la sentencia pronunciada el cuatro de mayo de mil novecientos ochentisiete
por el Juzgado del Undécimo Circuito Judicial del Condado de Dade, Florida, cuya traducción corre
a fojas diecinueve y siguientes y que ordena pagar a Benito Lores la suma de trintiún mil ciento
diez con treintiséis dólares americanos; e igualmente, tiene fuerza y validez legal en el Perú la
sentencia pronunciada por el Juzgado del undécimo Circuito Judicial del Condado de Date de
Florida pronunciada el quince de marzo de mil novecientos ochentiocho, cuya traducción corre a
fojas tres y siguientes, que manda pagar a Benito Lores tres mil novecientos ochentitres con
cincuenticinco dólares americanos a favor de José Rosas, por concepto de costas y honorarios; y
los devolvieron. - S.S. MENDEZ O. - SILVA V. BACA - GALLEGOS G. - Se publicó conforme ley.

BERNARDO DEL AGUILA PAZ Secretario General de la Corte Suprema


LOS VOTOS DISCORDANTES DE LOS SEÑORES MARTOS BECERRA, PANTOJA RODULFO Y
RONCALLA VALDIVIA; son como siguen:

Por sus fundamentos; y CONSIDERANDO, además: que no tienen fuerza legal en el Perú las
sentencias pronunciadas por Juzgados y Tribunales de los Estados Unidos de Norte América, por
no existir tratado entre el Perú y dicha nación, sobre la ejecución de sentencias; menos se ha
probado la reciprocidad entre ambos países (artículo mil ciento cincuenticinco y mil ciento
cincuentiséis del Código de Procedimientos Civiles); declararon: NO HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas noventicinco, su fecha once de mayo de mil novecientos ochentinueve,
que declara IMPROCEDENTE la demanda interpuesta a fojas sesentiuno. - S.S. -MARTOS B. -
PANTOJA R. - RONCALLA V. - Se publicó conforme a ley.

BERNARDO DEL AGUILA PAZ Secretario General de la Corte Suprema

Exequátur: sentencia de divorcio

Los exequatur no se admiten cuando la materia sublitis es de competencia de los jueces peruanos.
El criterio jurisprudencial ha sido uniforme en el sentido que los tribunales de Justicia del Perú son
competentes para conocer de los juicios de divorcio de peruano o peruanos, en virtud del principio
de Derecho Internacional Privado de que las relaciones de los cónyuges se rigen por la ley del
domicilio.

Expediente 464-89 LIMA.

DICTAMEN FISCAL

Señor Presidente:

Viene para dictamen el escrito de fs. 14, mediante el cual doña Flora Renee Cortéz Quispe, en
representación de don Abelardo Sergio Liendo Gallo, solicita la ejecución expedida por un Tribunal
extranjero (Exequatur) señalando como sustento, que su poderdante contrajo matrimonio civil en
esta capital, con doña María Ana Vojvodich el 8 de mayo de 1965, en el Concejo Distrital de La
Victoria, de cuya unión tuvieron dos hijos Danniza Carmen María Liendo Vojvodich de 22 años y
Abelardo Miguel Liendo Vojvodich de 15 años; agrega que por sentencia de la Corte Suprema del
Estado de Nueva York-Condado Queens de los Estados Unidos de Norteamérica, se declaró el
divorcio de su poderdante con su esposa doña María Ana Vojvodich, quien interpuso la acción de
divorcio como aparece del documento de fs. 2 a fs. 5 y señala asimismo los fundamentos de
derecho en apoyo de su petición, acompañando como recaudo copia legalizada de la respectiva
sentencia en la correspondiente traducción oficial.

A fs. 24, doña María Ana Vojvodich de Liendo se apersona en la presente acción alegando entre
otros hechos que el divorcio materia del "exequatur" ha sido manipulado procesalmente por su
esposo, siendo sometida a intimidaciones y violencia para obtener la disolución del matrimonio,
aunque afirma que, sin embargo dio su asentimiento; por lo que solicita a la Presidencia de la
Tercera Sala Civil, la revisión del fallo con el que se recurre a efecto de dejarlo sin efecto en
nuestro país.

Tramitada la causa conforme a su propia naturaleza, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Lima, a fs. 31, expide resolución declarando Fundada la demanda de exequatur y en consecuencia
que tiene fuerza en el Perú la sentencia dictada por la Corte Suprema del Estado de Nueva York-
Condado de Queens, de los Estados Unidos de Norteamérica, cuya traducción corre a fs. 2 y
siguientes, que disuelve el vínculo matrimonial existente entre doña María Ana Vojvodich y don
Alberto Sergio Liendo, contraído en la Municipalidad de La Victoria, el 8 de mayo de 1965; dispone
que en vía de ejecución de sentencia dicho divorcio se inscriba en la entidad municipal de su
referencia y se anote en el Registro Personal.

Del análisis de todo lo actuado se establece que es procedente la acción de exequatur porque
tiene por objeto la ejecución de la sentencia expedida por la Corte Suprema de Nueva York, de los
Estados Unidos de Norteamérica, en consideración a que cumple los requisitos señalados en el
artículo 2104 del Código vigente y porque aparece de la documentación que obra en autos que los
cónyuges tienen domicilio en dicho país.

Por lo expuesto, este Ministerio Público, opina NO HABER NULIDAD, en la recurrida de fs. 31, su
fecha 20 de octubre de 1988.

Lima, 03 de mayo de 1989.

CESAR ELEJALDE ESTENSSORO Fiscal Supremo en lo Civil.

EJECUTORIA SUPREMA

Lima, veintitrés de octubre de mil novecientos ochentinueve.

VISTOS; con lo expuesto por el Señor Fiscal; y CONSIDERANDO: que las sentencias
pronunciadas por tribunales extranjeros tienen en la República la fuerza que les conceden los
tratados respectivos; que cuando no hay tratado en el país que pronunció la sentencia, tiene ésta la
misma fuerza que en aquel país se da a las sentencias pronunciadas por los tribunales peruanos;
que lo anteriormente expuesto, conlleva a la necesidad de acreditar la existencia de tratado con el
país en el que se ha seguido y sentenciado el juicio de divorcio, y en segundo lugar la reciprocidad
existente, vale decir que debe probarse las sentencias expedidas por tribunales peruanos tienen
fuerza en dicho país; que por ello el inciso octavo del artículo dos mil ciento cuatro del Código Civil
exige que se acredite la reciprocidad, que en el caso de autos no se ha demostrado, ni menos se
ha acreditado la existencia de tratado con Estados Unidos; que finalmente, los exequatur no se
admiten cuando resuelven sobre asuntos de competencia peruana; que los divorcios que regulan
los derechos de familia, las relaciones personales entre los cónyuges y el régimen de los bienes y
la patria potestad sobre los hijos es de exclusivo conocimiento de los jueces peruanos; que por otro
lado los litigantes se han casado en el Perú y uno de ellos es peruano, y es principio jurídico el
imperio de la ley peruana, sea cual fuere el domicilio de uno o de los dos contrayentes; que en el
caso de autos la cónyuge reside en el Perú; que, además, el criterio jurisprudencial ha sido
uniforme en esta materia, en el sentido de que los Tribunales de Justicia del Perú son competentes
para conocer de los juicios de divorcio de peruano o peruanos, en virtud del principio de Derecho
Internacional Privado de que las relaciones de los cónyuges se rigen por la ley de domicilio;
declararon: HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas treintiuno, su fecha veinte de
octubre de mil novecientos ochentiocho, que declara fundada la demanda de exequator interpuesta
a fojas catorce; reformando la resolución recurrida, declararon IMPROCEDENTE la referida
demanda; en los seguidos por doña Flora Renee Cortez Quispe, en representación de don
Abelardo Sergio Liendo Gallo con doña María Ana Amparo Vojvodich Rocovich, sobre exequatur
de sentencia de divorcio; y los devolvieron.- S.S. UGARTE DEL P. - MANRIQUE D.- CASTILO C.-
PANTOJA R.- HERNANDEZ DE R.- Se publicó conforme Ley.

BERNARDO DEL AGUILA PAZ Secretario General de la Corte Suprema

Régimen patrimonial del matrimonio celebrado en el extranjero: discusión en torno a la ley aplicable
(A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 13 de Diálogo con la Jurisprudencia


Según esta jurisprudencia, la ley aplicable al régimen patrimonial del matrimonio es la del primer
domicilio conyugal, el cual está determinado por el hecho constitutivo del cambio del estado civil
mediante la celebración del matrimonio y no por el hecho declarativo de su reconocimiento judicial.

Casación 2073-98-Arequipa

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : Stella Moscoso Galindo de Rojas.


Demandado : Medardo Rojas Gallegos.
Asunto : Sustitución del régimen de sociedad de gananciales.
Fecha : Lima, cinco de mayo de 1999.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista en audiencia


pública el día cuatro de los corrientes, emite la siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Medardo Rojas Gallegos contra la sentencia
emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa de fojas trescientos
cuarentisiete, su fecha tres de julio de mil novecientos noventiocho, que revocando la sentencia
apelada de fojas doscientos ochentiséis, su fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos
noventisiete, declara fundada la demanda, en consecuencia dispone el cambio de régimen de
gananciales por el de separación de patrimonios y ordena que en ejecución de sentencia se
efectúe la liquidación y adjudicación de los bienes de la sociedad de gananciales previo inventario
de los mismos; con costas y costos.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante Ejecutoria Suprema de fecha veinticinco de setiembre del año próximo pasado
ha estimado procedente el Recurso de Casación por la causal contenida en el inciso segundo del
Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, referido a la inaplicación del Artículo dos
mil setentiocho del Código Civil(1).

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que al denunciar dicha norma, el recurrente pretende cuestionar la ley aplicable(2), bajo
el argumento de que no corresponde a los tribunales peruanos resolver acerca de la pretensión de
la actora respecto de los bienes adquiridos durante el matrimonio por las partes, señalando que
habiéndose casado en los Estado Unidos de Norte América y existiendo bienes en dicho país no
compete al estado peruano regir las relaciones patrimoniales de los cónyuges.

Segundo .- Que aparece de la Exposición de Motivos del Código Civil respecto del Artículo dos mil
setentiocho; que la Comisión Revisora optó por la inmutabilidad del régimen patrimonial del
matrimonio internacional, pasándolo a regular entonces por la ley del primer domicilio conyugal y
sin permitir que el posterior cambio del domicilio acarree el cambio en la ley aplicable.

Tercero.- Que igualmente debe precisarse que aparece del texto en comentario, que con el fin de
dictar las reglas que aparecen en el Libro X del Código Civil (Derecho Internacional Privado) los
legisladores consideraron diversos Tratados de Derecho Internacional, entre ellos el de Montevideo
de mil novecientos cuarenta.

Cuarto.- Que, así el Artículo décimo sexto del mencionado Tratado señala que "Las Convenciones
matrimoniales y las relaciones de los esposos con respecto a los bienes se rigen por la ley del
primer domicilio conyugal en todo lo que sobre materia de estricto carácter real, no esté prohibido
por la ley del lugar de la situación de los bienes", mientras que el Artículo décimo sétimo enfatiza
que "El cambio de domicilio no altera la ley competente para regir las relaciones de los esposos en
cuanto los bienes, ya sean adquiridos antes o después del cambio".

Quinto.- Que imperando en las disposiciones referentes a la familia el criterio domiciliario para la
aplicación de la ley, se concluye que al expedirse la impugnada se ha incurrido en la causal de
inaplicación de normas de derecho material.

Sexto.- De otro lado, ya mayor abundamiento debe tenerse en cuenta que con el Certificado de
Matrimonio que corre en autos se acredita un "hecho constitutivo" cual es el cambio de estado civil
de soltero o casado; y, habiendo contraído matrimonio en la ciudad de Nevada en los Estados
Unidos de Norte América, fue en dicho lugar que se estableció el primer domicilio conyugal de las
partes(3), situación ésta que no han observado las instancias de mérito.

Sétimo .- Que, además, si bien es cierto que luego de varios años en que las partes decidieron
residir en la República Peruana, es la actora quien vía acción judicial logra que se inscriba el
matrimonio ante el Concejo Distrital de Cayma, Arequipa, dicho acto debe entenderse como un
"hecho declarativo" el cual reconoce una situación que ya se había dado.

4. SENTENCIA:

Estando a las consideraciones que anteceden y con la facultad que concede la ley; declararon
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto, en consecuencia CASAR la sentencia de vista de
fojas trescientos cuarentisiete, su fecha tres de julio de mil novecientos noventiocho, que
revocando la apelada de fojas doscientos ochentiséis su fecha veintinueve de diciembre de mil
novecientos noventisiete, declara fundada la demanda; y ACTUANDO COMO SEDE DE
INSTANCIA, REVOCARON la recurriday REFORMÁNDOLA declararon IMPROCEDENTE la
demanda; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano,
bajo responsabilidad; en los seguidos por doña Stella Moscoso Galindo de Rojas con don Medardo
Rojas Gallegos, sobre sustitución de régimen de sociedad de gananciales por el de separación de
patrimonios y otros conceptos; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; OVIEDO DE A.; CELIS

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