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Acto Jurídico

Acción pauliana: objeto de probanza a cargo del acreedor

«... El Artículo ciento noventicinco del Código Civil, establece cuáles son los requisitos
para declarar la ineficacia de los actos jurídicos gratuitos u onerosos que realice el
deudor con el fin de que disminuya su patrimonio conocido y perjudique el cobro del
crédito, que en el presente caso tratándose de un título oneroso debe tenerse presente si
el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el tercero haya tenido
conocimiento del perjuicio a los derechos del acreedor o que, según las circunstancias,
haya estado en razonable situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual
de los mismos; y si el acto cuya ineficacia se solicita fuere anterior al surgimiento del
crédito, que el deudor y el tercero lo hubiesen celebrado con el propósito de perjudicar la
satisfacción del crédito del futuro acreedor, que en cualquiera de los casos antes
mencionados corresponde al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y la
concurrencia de los requisitos antes citados».

CASACION Nro. : 623 - 95 / LA LIBERTAD.

Lima, seis de setiembre de mil novecientos noventiséis.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista el seis de setiembre del año
en curso, emite la siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Eugenio Cogorno Molino Trujillo
Sociedad Anónima, mediante escrito de fojas doscientos veinte, contra la resolución de
fojas doscientos catorce, su fecha dieciocho de julio de mil novecientos noventicinco,
expedida por la Primera Sala Especializada en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de
La Libertad, que confirmando la apelada de fojas ciento sesentiocho, su fecha veinticinco
de abril del año próximo pasado, declara improcedente la demanda de fraude de acto
jurídico y otros conceptos interpuesta a fojas treinticinco por Eugenio Cogorno Molino
Trujillo Sociedad Anónima.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

El demandante sustenta su recurso en las causales establecidas en los incisos primero y


segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, señalando que se ha
interpretado erróneamente la norma de derecho material contenida en el Artículo ciento
noventicinco del Código Civil, y se ha inaplicado al presente caso las normas contenidas en
los Artículos mil noventiuno, mil noventidós y mil noventitrés del Código Sustantivo.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, concedido el Recurso de Casación a fojas doscientos veintiséis, mediante


resolución de fecha veintisiete de julio de mil novecientos noventicinco, y habiéndose
declarado la procedencia del mismo por resolución de fecha cinco de diciembre del año
próximo pasado, es necesario examinar los fundamentos del Recurso de Casación.

Segundo.- Que, se ha declarado procedente el Recurso de Casación por las causales


contenidas en el inciso primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Adjetivo, afirmando que se ha interpretado erróneamente el Artículo ciento noventicinco
del Código Civil, y asimismo refiere que se ha inaplicado al caso de autos los Artículos mil
noventiuno, mil noventidós y mil noventitrés del Código Sustantivo.

Tercero.- Que, con respecto a la interpretación errónea del Artículo ciento noventicinco,
afirma que al expedirse la recurrida desconociendo el crédito que judicialmente fue
reconocido por sentencia de fecha siete de junio de mil novecientos noventitrés, en el
proceso iniciado por el recurrente contra los demandados sobre pago de nuevos soles,
asimismo agrega que la recurrida incurre en error al considerar que el título valor que se
presentó en la demanda de pago de nuevos soles no acreditaba la existencia de un crédito.

Cuarto.- Que, el Artículo ciento noventicinco del Código Civil, establece cuáles son los
requisitos para declarar la ineficacia de los actos jurídicos gratuitos u onerosos que realice
el deudor con el fin de que disminuya su patrimonio conocido y perjudique el cobro del
crédito, que en el presente caso tratándose de un título oneroso debe tenerse presente si el
crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el tercero haya tenido
conocimiento del perjuicio a los derechos del acreedor o que, según las circunstancias, haya
estado en razonable situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual de los
mismos; y si el acto cuya ineficacia se solicita fuere anterior al surgimiento del crédito, que
el deudor y el tercero lo hubiesen celebrado con el propósito de perjudicar la satisfacción
del crédito del futuro acreedor, que en cualquiera de los casos antes mencionados
corresponde al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y la concurrencia de los
requisitos antes citados.

Quinto.- Que, en el caso de autos se pretende la ineficacia del acto jurídico de constitución
de gravamen contenido en el contrato de anticresis de fecha cinco de agosto de mil
novecientos noventidós, así como la nulidad del acto jurídico que la contiene y del asiento
registral respectivo, aduciendo que el inmueble que ha sido materia de la anticresis ha
servido de garantía para un crédito que dio la demandante a los demandados Daniel Zegarra
Poma y Rosa Baca Ruiz.

Sexto.- Que, la demandante afirma que el inmueble materia de la litis le fue dado en
garantía del pago de la letra de cambio que en copia corre a fojas siete, sin embargo no ha
acreditado en modo alguno la existencia de dicha garantía, lo único que ha probado con las
instrumentales de fojas ocho a veintidós, es la existencia de una obligación dineraria.

Sétimo.- Que, en consecuencia no habiéndose cumplido con los presupuestados indicados


en el artículo antes citado, la interpretación dada por el colegiado a la norma de derecho
material antes mencionada ha sido correcta.

Octavo.- Que, con respecto a la inaplicación de las normas contenidas en el Artículo mil
noventiuno, mil noventidós y mil noventitrés del Código Civil, estas normas están referidas
a la constitución de la anticresis, articulados que no son aplicables al caso de autos ya que
se solicitó la ineficacia de la escritura pública de anticresis, por haber dispuesto del bien
supuestamente dado en garantía, y no habiéndose acreditado tal acto, carece de objeto
pronunciarse con respecto a la inaplicación de los referidos artículos de derecho objetivo.

RESOLVIERON:

Estando a las conclusiones que anteceden se declara INFUNDADO el Recurso de Casación


interpuesto por Eugenio Cogorno Molino Trujillo Sociedad Anónima, y en consecuencia
NO CASAR la sentencia expedida por la Primera Sala Especializada en lo Civil de la Corte
Superior de Justicia de La Libertad, de fojas doscientos catorce, su fecha dieciocho de julio
de mil novecientos noventicinco, que confirmando la apelada de fojas ciento sesentiocho,
su fecha veinticinco de abril del año próximo pasado, declara improcedente la demanda de
fojas treinticinco; CONDENARON al recurrente al pago de la multa de dos unidades de
referencia procesal y al pago de las costas y costos originados en la tramitación de todo el
proceso; MANDARON la publicación de esta resolución en el Diario Oficial El Peruano,
bajo responsabilidad; en los seguidos por Eugenio Cogorno Molino Trujillo Sociedad
Anónima con Daniel Zegarra Poma y otros sobre fraude del acto jurídico y otros conceptos.

SS. RONCALLA; ROMAN; REYES; VASQUEZ; ECHEVARRIA.

Accion pauliana o revocatoria: Disponer o prohibir ingreso de bienes (A)

La acción revocatoria o pauliana, tiene por objeto proteger el crédito de un determinado


acreedor declarando la ineficacia del acto por el cual su deudor disponga de su
patrimonio, de manera que lo disminuya, o no acepte que ingresen en él bienes o
derechos que lo incrementen, buscando perjudicar el cobro eventual que con dichos
bienes pudiera efectuar el acreedor.

Cas. Nº 156-99 Lambayeque

Lima, ocho de setiembre de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA, vista la causa número ciento cincuentiséis-noventinueve, en Audiencia
Pública de fecha veinticinco de junio del presente año y producida la votación con arreglo a
Ley, emite la siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Santander contra la sentencia
expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque a fojas
ciento noventinueve del veinticinco de noviembre del año próximo pasado que, en
discordia, confirma la resolución apelada de fojas ciento cincuentidós, su fecha diez de
junio del mismo año, que declara infundada la demanda de fojas veintitrés, con lo demás
que contiene;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que, por Resolución Suprema del cinco de marzo último se ha declarado procedente el
Recurso de Casación interpuesto por la causal prevista en el inciso primero del Artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, esto es la interpretación errónea del
Artículo ciento noventicinco del Código Civil, con el fundamento de que la Sala de mérito
interpreta erróneamente dicha norma, al circunscribirse a la exigencia de que el tercero
debe tener conocimiento del crédito y el perjuicio, cuando dicha norma también establece
que, según las circunstancias, haya estado en razonable situación de conocer o de no
ignorar la existencia del crédito y el perjuicio eventual originado con el acto de disposición;
situación que ha quedado acreditada con la propia expresión de los terceros, el matrimonio
Chinchay Chomba, al manifestar que su inmueble es colindante al de sus vendedores,
codemandados, y que a ellos les une vínculo espiritual en razón de ser padrinos de los hijos
de estos deudores;

CONSIDERANDO:

Primero.- Que la demanda interpuesta tiene como pretensión se declare la ineficacia,


respecto al Banco accionante de la venta del inmueble ubicado en la avenida Pardo y
Miguel trescientos cincuentiocho de la urbanización La Tina, distrito de José Leonardo
Ortiz, Lambayeque, efectuado por Walter Solano Llúncor y su cónyuge Flor de María
Villareal Mendoza a favor del matrimonio Chinchay Chomba según escritura pública del
veintidós de diciembre de mil novecientos noventicinco;

Segundo.- Que la acción revocatoria o pauliana, tiene por objeto proteger el crédito de un
determinado acreedor declarando la ineficacia del acto por el cual su deudor disponga de su
patrimonio, de manera que lo disminuya, o no acepte que ingresen en él bienes o derechos
que lo incrementen, buscando perjudicar el cobro eventual que con ellos se pudiera hacer
aquél;

Tercero.- Que las sentencias de mérito han establecido: a) Que el crédito del Banco
accionante consta de un pagaré cuya ejecución se ha declarado improcedente por la
sentencia que cita; b) Que los compradores adquirieron la propiedad del bien materia de
litis cuando no registraba gravamen a favor de tercero; c) Que esa adquisición se hizo de
buena fe; d) Que no se ha probado que los adquirentes tuvieron conocimiento del perjuicio
irrogado al acreedor (motivo segundo de la de vista);

Cuarto.- Que la sentencia de vista, en atención a los hechos que se han dado por probados y
que constituyen la cuestión de hecho considera que no se dan los presupuestos para la
procedencia de la acción revocatoria, según lo dispuesto en el Artículo ciento noventicinco
del Código Civil;(1)

Quinto.- Que el hecho denunciado de que los terceros se encontraban en la razonable


situación de conocer la existencia del crédito al ser colindantes y estar unidos por un
vínculo de espiritualidad no se encuentra acreditado;
Sexto.- Que el Recurso de Casación es un recurso extraordinario que versa sobre cuestiones
de jure o de derecho, en el que no se puede revisar la materia probatoria y que se encuentra
sujeta a la relación de hecho establecida por las instancias inferiores; Por estas
consideraciones declararon: INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas
doscientos trece; en consecuencia NO CASARON la resolución de vista de fojas ciento
noventinueve, su fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos noventiocho;
CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación
del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON
la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por
el Banco Santander con Walter Solano Llúncor y otros sobre ineficacia de acto jurídico; y
los devolvieron.

SS. ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.;


ECHEVARRIA A.; ROJAS T.; ZUBIATE R.

Acción revocatoria

Se persigue con la acción revocatoria se declare la ineficacia del acto practicado por el
deudor en la medida que este acto perjudica los derechos del acreedor y que la revocación
sea el único medio como éste puede hacer efectivo su derecho.
Si se demuestra que el anticipo de legítima, importa un acto de disposición de los
demandados destinado a perjudicar el derecho del accionante a cobrar su acreencia, dicho
acto jurídico deviene en ineficaz.

Expediente 4030-97

Sala Nº 3

Lima, veinticuatro de abril de mil novecientos noventiocho.

VISTOS, interviniendo como Vocal ponente el señor Carbajal Portocarrero, y


CONSIDERANDO: Primero.- Que, la presente acción importa la invocación del fraude
como un presupuesto de la acción revocatoria o pauliana, diferenciándose el fraude de la
simulación, en que el primero de ellos es un acto real y verdadero, cuyos efectos son
queridos; Segundo.- Que, el Código Civil de mil novecientos ochenticuatro se aparta del
criterio establecido por el de mil novecientos treintiséis, que consideró a la acción
revocatoria como una acción de nulidad, dándole el carácter de un acción declarativa de
ineficiencia. Se persigue con la acción revocatoria que se declare la ineficacia del acto
practicado por el deudor en la medida que este acto perjudica los derechos del acreedor y
que la revocación sea el único medio como éste puede hacer efectivo su derecho; Tercero.-
Que, los requisitos para condicionar el ejercicio de la acción revocatoria son: a) el "eventus
damni" y el "consilium fraudis". El primero es un requisito objetivo que consiste en el
perjuicio al acreedor; el segundo es un requisito subjetivo que consiste en la intención, por
parte del deudor, de causar perjuicio a su acreedor, o al menos tener conciencia del
perjuicio que le causa; Cuarto.- Que, a estos requisitos puede agregársele el "conscius
fraudes" es decir, el conocimiento que tiene el tercero que contrata con el fraudator en
cuanto al perjuicio que se irroga al acreedor de este último, apartándose así el Código
vigente del criterio adoptado por el código de mil novecientos treintiséis, que consideraba
que el ejercicio de la acción contra el fraude estaba condicionado a sólo el "eventus damni"
que se traducía en la insolvencia del fraudator y no en la idea general del perjuicio al
acreedor; Quinto.- Que, adicionalmente a los requisitos antes señalados, debe
necesariamente establecerse la preexistencia del crédito, pues el perjuicio al acreedor sólo
puede producirse cuando éste ya tiene un crédito existente a la fecha en que se realiza el
acto de disposición del deudor, porque antes del aquel acto, si el acreedor no era tal, el
deudor no podía proponerse perjudicarlo o tener conciencia de ello; Sexto.- Que, de autos
ha quedado plenamente demostrado que el anticipo de legítima materia de esta acción,
importa un acto de disposición de los demandados destinado a perjudicar el derecho del
accionante a cobrar su acreencia, razón por la cual el mencionado acto jurídico deviene en
ineficaz; Sétimo.- Que, en este orden de ideas, cabe señalar que la ineficacia del acto
jurídico importa la anulabilidad del mismo, en razón que a diferencia de la nulidad, la
primera de las nombradas es expresa en el sentido de que tiene lugar únicamente en los
casos y por las causas señaladas en la Ley y se verifica "oficio judicis", pudiendo el
interesado renunciar a la impugnación confirmando el acto; Octavo.- Que, en consecuencia,
sus efectos son los descritos por el artículo doscientos veintidós del Código Civil que señala
expresamente: "El acto jurídico anulable es nulo desde su celebración, por efecto de la
sentencia que lo declare"; por estos fundamentos CONFIRMARON la sentencia apelada de
fojas cuatrocientos cincuentiocho, su fecha nueve de octubre de mil novecientos
noventisiete, en cuanto falla declarando fundada la demanda de fojas veinte a veinticinco;
debiendo entenderse que el acto jurídico de anticipo de legítima otorgado por los
demandados a favor de Norma Milagros Curotto García es ineficaz respecto del
demandante; REVOCARON la sentencia en cuanto declara la nulidad del asiento Registral
tres "C"; REFORMANDOLO declararon infundada la demanda en este extremo; con costas
y costos, y los devolvieron en los seguidos por Carlos Jaén Vergara con Manuel Curotto
Almeida y otros sobre nulidad de acto jurídico.

SS. CARRION LUGO / CARBAJAL PORTOCARRERO / PALACIOS TEJADA

Acción revocatoria o pauliana (A)

El acreedor está facultado para solicitar se declaren ineficaces respecto de él los actos
practicados por su deudor que disminuyan considerablemente su patrimonio haciendo
ilusorio su crédito. Se requiere que el deudor actúe con conciencia de perjuicio, mala fe del
tercero (que esté en condiciones de saberlo o de no ignorarlo) y el perjuicio al acreedor.

Casación 2230-97

LA LIBERTAD

Lima, veintinueve de mayo de


mil novecientos noventiocho.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA.- Vista la Causa, número dos mil doscientos treinta - noventisiete, con los
acompañados; en la Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a
Ley, emite la siguiente sentencia.

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Hernando Gutiérrez Alva mediante escrito
de fojas trescientos setenta, contra la resolución de vista de fojas trescientos sesentiséis, su
fecha veintiséis de setiembre de mil novecientos noventisiete, expedida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, que confirmando la apelada de fojas
doscientos noventiocho su fecha ocho de julio del mismo año, declaró fundada la demanda
de fojas veintisiete.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La casación se fundó en los incisos segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis
del Código Procesal Civil, sustentado en: a) inaplicación de los Artículos ciento
noventicinco último parágrafo y dos mil catorce, segundo parágrafo, del Código Civil, así
como la inaplicación de una Ejecutoria Suprema y b) contravención a las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso.

CONSIDERANDO:

Primero.- que, el Recurso de Casación es concedido a fojas trescientos setentinueve y fue


declarado procedente por resolución de cinco de enero último, sólo por la causal prevista en
la primera parte del inciso segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal;

Segundo.- que, el Artículo ciento noventicinco del Código Civil(1) está referido al fraude
como un presupuesto de la acción revocatoria o pauliana, concediendo al acreedor la
facultad de solicitar se declaren ineficaces respecto de él los actos practicados por su
deudor con el fin de disminuir su patrimonio hasta el limite de hacer ilusorio el derecho de
aquél; que, son condiciones para ejercitar la pretensión revocatoria: a) el perjuicio al
acreedor, b) tener conciencia del perjuicio que causa, y c) que, el tercero contratante tenga
conocimiento del perjuicio que se irroga al acreedor;

Tercero: que, en las instancias inferiores ha quedado demostrado la existencia del crédito
del actor derivado del pago de beneficios sociales a cargo del codemandado Julio Olivares
Cabrera;

Cuarto: que, el crédito mencionado es anterior al acto de disminución patrimonial por lo


que no cabe aplicar como lo sostiene el recurrente el supuesto del inciso segundo del
Artículo ciento noventicinco del Código Civil;
Quinto: que, en relación al contenido del inciso primero del mismo artículo también ha
quedado establecido que el tercero comprador también estuvo en razonable situación de
conocer o de no ignorar el perjuicio a los derechos del acreedor;

Sexto: que, por lo dicho, se concluye que las instancias inferiores han hecho una correcta
aplicación de las normas que han dado lugar se ampare la demanda, y no cabe, como lo
solicita el recurrente, una interpretación "a contrario sensu"del último párrafo del Artículo
ciento noventicinco del Código Civil;

Sétimo: que, dada la naturaleza del debate judicial en este proceso no es pertinente discutir
si el tercero compró bajo la fe del registro, por lo que no resulta aplicable el Artículo dos
mil catorce del Código Civil(2) invocado por el recurrente. que, por las razones expuestas y
en aplicación del Artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil: declararon
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por Hernando Gutiérrez Alva,
presentado mediante escrito de fojas trescientos setenta, contra la resolución de vista de
fojas trescientos sesentiséis, su fecha veintiséis de setiembre de mil novecientos
noventisiete; CONDENARON al recurrente al pago de costas y costos originados de la
tramitación del recurso; así como a una multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
MANDARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos por Casimiro Pachamango Reyes con Julio Olivares Cabrera y otro, sobre
Revocatoria de acto jurídico fraudulento; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ALMENARA B.; VASQUEZ C.; ECHEVARRIA A.; BELTRAN Q.

Acción revocatoria: requisitos (A)

El artículo 195° del Código Civil determina los dos requisitos tradicionales para el ejercicio
de la acción revocatoria: el "eventus damni" y el "consilium fraudis"; el primero es objetivo
y consiste en la intención por parte del deudor de causar perjuicio a su acreedor y el
segundo es el conocimiento que tiene el tercero que contrata con el defraudador en cuanto
al perjuicio que se irroga al acreedor ... ya no es necesario que el acreedor pruebe el
perjuicio, sino que éste se presume al disminuir el patrimonio conocido del deudor, de tal
manera que se invierte la carga de la prueba y el acreedor no necesita probar la insolvencia
del deudor.

Casación 2150-98-Lima

LIMA

Lima, veinte de enero de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la Causa número dos mil ciento cincuenta-noventiocho, en la
Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente
sentencia:
MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Continental contra la resolución
de vista de fojas ciento ochentitrés, pronunciada por la Sala Civil Corporativa
Subespecializada en Procesos Sumarísimos y No Contenciosos de la Corte Superior de
Justicia de Lima, su fecha dieciséis de julio de mil novecientos noventiocho, que
confirmando la sentencia apelada de fojas ciento cuarentiocho, de fecha ocho de mayo del
mismo año, declara infundada su demanda revocatoria seguida contra Luis Alberto Salazar
Tafur y Rosario Maritza de Sousa Ferreyra Ugarte.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Por resolución de esta Sala Suprema de fecha veinticinco de setiembre de mil novecientos
noventiocho se ha declarado procedente el recurso por la causal de interpretación errónea
del Artículo ciento noventicinco del Código Civil, con el fundamento de que con la acción
pauliana se persigue la inoponibilidad ante el acreedor de los efectos de cierto acto jurídico
que pueda perjudicar su derecho, y que la constitución del patrimonio familiar perjudica su
derecho a embargar los derechos expectaticios de uno de los cónyuges en el bien sobre el
que se ha constituido el referido patrimonio familiar y no la ejecución de una medida
cautelar como erróneamente interpretan las sedes de instancia.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, la acción pauliana, de vieja raigambre romana, que obtuvo su nombre del
Pretor que la introdujo en su Edicto (Digesto, Libro Cuarentidós, Título Octavo), prevista
en el Artículo ciento noventicinco del Código Civil, es la que tiene el acreedor que ve
disminuido el patrimonio de su deudor en forma tal que perjudique el cobro de su crédito,
para que se declare la ineficacia, respecto de él, de los actos de disposición de su deudor.
Para Josserand presenta los siguientes caracteres: a) es estrictamente individual; b) sanciona
un abuso de derecho: el "fraudator" abusó del derecho de conservar libremente su
patrimonio; c) es personal, ya que no se concibe que un derecho de crédito sea sancionado
por una acción real; d) no es una acción indemnizatoria, e) en realidad la acción pauliana,
mal llamada revocatoria, es una acción de nulidad, (Derecho Civil, Bosch. Buenos Aires
mil novecientos cincuenta, Tomo Segundo, Volumen Uno, página quinientos sesentiuno).
Para Giorgi, está dirigida a restablecer el patrimonio del deudor en la situación que se
encontraba antes de los actos fraudulentos, con el único fin de que el acreedor pueda
conseguir lo que hubiera obtenido si el acto fraudulento no hubiera sido consumado (Teoría
de las Obligaciones, Tomo Segundo, Madrid). Según Colin y Capitant está destinada a
revocar los actos del deudor que causan perjuicio a los acreedores cuando presentan
carácter fraudulento. (Curso Elemental de Derecho Civil, Tomo Tercero, Editorial Reus mil
novecientos veinticuatro, página ochentidós).

Segundo.- Que, el acreedor tiene un derecho general de garantía sobre los bienes de su
deudor, y por eso la Ley le concede determinadas facultades de preservación de éste, como
señala el Artículo mil doscientos diecinueve del Código Civil, a las que se agrega la acción
pauliana, que no es un privilegio, sino que constituye uno de sus derechos, cuyo objeto es
impedir que el fraude de su deudor lo perjudique; es un remedio ante un acto doloso. (ver
sobre el tema La Lucha Contra el Fraude Civil de Cirilo Martín Retortillo, Bosch,
Barcelona, mil novecientos cuarentitrés).

Tercero.- Que,el Artículo ciento noventicinco del Código Civil adopta los dos requisitos
tradicionales para el ejercicio de la acción revocatoria: el "eventus damni"y el "consilium
fraudis"; el primero es objetivo y consiste en la intención por parte del deudor de causar
perjuicio a su acreedor y el segundo es el conocimiento que tiene el tercero que contrata
con el defraudador en cuanto al perjuicio que se irroga al acreedor.

Cuarto.- Que, estando a la redacción del Artículo ciento noventicinco, bajo comento,
establecida por la primera disposición modificatoria del Decreto Legislativo número
setecientos sesentiocho, ya no es necesario que el acreedor pruebe el perjuicio, sino que
éste se presume al disminuir el patrimonio conocido del deudor, de tal manera que se
invierte la carga de la prueba y el acreedor no necesita probar la insolvencia del deudor, y
como dice Lohmann, el empeoramiento se produce al haber quedado reducida la garantía
patrimonial conocida que respaldaba la responsabilidad. (El Negocio Jurídico, Grijley,
Segunda Edición, mil novecientos noventicuatro, página cuatrocientos veintitrés y
cuatrocientos veinticinco).

Quinto.- Que, el otro requisito se cumple cuando el tercero ha tenido conocimiento del
perjuicio al acreedor o que según las circunstancias haya estado en razonable situación de
conocerlo o de no ignorarlo; deberes de conocimiento que señala Lohmann "viene a
explicarse como carga de previsión, y no se exige que el deudor tenga en mente la
determinación resuelta y de mala fe, mediante la ocultación de su patrimonio,
escondiéndolo y poniéndolo fuera del alcance del acreedor; no se requiere que se hagaex
profesopara perjudicar, inclusive puede haber procedido de buena fe, no obstante lo cual el
acto es impugnable, si fuera gratuito, o de ser oneroso, si el adquirente actúa de mala fe"
(Obra citada, página cuatrocientos veintinueve).

Sexto.- Que, la acción pauliana no importa la de nulidad, sino la ineficacia del acto, esto es
que el acto fraudulento no será oponible al acreedor accionante, y sólo a él, de tal modo que
sus efectos no se hacen extensivos a otros acreedores. Esto a diferencia de lo establecido en
el Código Civil de mil novecientos treintiséis que le daba el carácter de revocatoria y de
anulabilidad y cuyos efectos aprovechaban todos los acreedores, como resulta de sus
Artículos mil noventiocho, mil noventinueve, mil ciento uno y mil ciento veinticinco inciso
segundo. Los hermanos Mazeaud consideran que la acción pauliana sólo favorece al
acreedor que la ejercita, y que el acto impugnado sigue siendo oponible a cualquier otra
persona (Lecciones de Derecho Civil, Buenos Aires mil novecientos cincuentinueve, Parte
Segunda, Volumen Tres, página doscientos setentidós).

Séptimo.- Que,en el caso de autos, el deudor ha constituido con su cónyuge, en favor de


ambos, patrimonio familiar sobre un inmueble integrado por la acumulación de tres lotes de
terreno urbano, que se describe en la ficha de inscripción correspondiente del Registro de la
Propiedad Inmueble, como se ha establecido en las sentencias de mérito (motivo segundo
respectivamente), de tal manera que es inembargable, como establece el Artículo
cuatrocientos ochentiocho del Código Civil.
Octavo.- Que, como obliga el Artículo cuatrocientos ochentinueve "in fine" del acotado, el
patrimonio familiar no puede exceder de lo necesario para la morada, en este caso, de los
beneficiarios.

Noveno.- Que, la demanda para que se declare la ineficacia frente al Banco demandante de
la constitución de patrimonio familiar hecha por los demandados, ha sido desestimada por
la consideración de la apelada, que la de vista hace suya, que la deuda es personal del
codemandado Luis Alberto Salazar Tafur, y que el inmueble no es un bien propio sino de la
sociedad conyugal constituida con doña Rosario Maritza de Sousa Ferreyra Ugarte, por lo
que el cobro del crédito que tiene el Banco demandante en relación al demandado y
respecto al predio sublitis se encuentra supeditado a la liquidación de la sociedad conyugal
formada por los demandados, por alguna de las causales de fenecimiento previstas en el
Artículo trescientos dieciocho del Código Civil(1).

Décimo.- Que, hay error en ese razonamiento, por las siguientes consideraciones: a) la
sociedad conyugal puede subsistir aun cuando se liquide la sociedad de gananciales y ésta,
además de las causales señaladas en el Artículo trescientos dieciocho citado, puede
liquidarse por declaración de insolvencia de uno de los cónyuges, como establece el
Artículo trescientos treinta del mismo Cuerpo de Leyes, concordante con los Artículos
ciento quince y ciento veintisiete del Decreto Legislativo número ochocientos
cuarenticinco; b) de tal manera que nada impide embargar los derechos expectaticios de un
cónyuge en la sociedad de gananciales, a la espera de su liquidación, que puede ser por la
declaración de insolvencia; y c) la acción pauliana no es de cobro, sino que para poder
ejercitar las acciones sobre aquellos bienes que por un acto fraudulento se han puesto fuera
del alcance el acreedor, es necesaria una declaración previa de ineficacia del acto.

Décimo Primero.- Es evidente que el matrimonio produce una modificación en la capacidad


de obrar de los cónyuges y una alteración de la legitimación de ambos para realizar actos
patrimoniales, siendo que la sociedad de gananciales constituye el régimen general, de
acuerdo al cual se constituye un estado patrimonial, con bienes, derechos, obligaciones,
cargas y régimen específico, sin atribución de cuotas, en lo que el Artículo sesentiocho del
Código Procesal Civil(2) denomina patrimonio autónomo, que permanece hasta su
disolución.

Décimo Segundo.- Que,el hecho de que la sociedad conyugal y más propiamente la


sociedad de gananciales constituye un patrimonio autónomo, no puede entenderse como
que se encuentra fuera del comercio de los hombres, o que se ha formado una persona
jurídica distinta y que los acreedores de los cónyuges por obligaciones personales no
puedan solicitar medidas para cautelar su acreencia sobre los derechos que su deudor tendrá
al liquidarse la sociedad de gananciales.

Décimo Tercero.- Que, elpatrimonio familiar reconocido en nuestro Código Civil, tiene
como finalidad excluir del comercio de los hombres un bien determinado, el tal manera que
no puede ser enajenado ni gravado, siguiendo sus antecedentes históricos del "homestead"
sajón y del hogar de familia en el Código de mil novecientos treintiséis, y se sustenta, entre
otras doctrinas, en la del Rerum Novarumde León XIII que reconoce especial importancia a
la propiedad familiar de la vivienda y de la tierra", "la finca en que habita toda una familia
y de cuyos frutos saca íntegramente, o al menos en parte, lo necesario para vivir". (Ver
Familia y Propiedad, de José Castán Tobeñas, Madrid mil novecientos cincuentiséis).

Décimo Cuarto.- Que, es requisito de la constitución del patrimonio familiar, como señala
el Artículo cuatrocientos noventicinco del Código Civil, no tener deudas cuyo pago sea
perjudicado, lo que a criterio de Cornejo Chávez significa que el instituto no puede servir
para amparar una actitud dolosa de quien, so pretexto de asegurar el sustento de su familia,
lo que en realidad persigue fuese la burla de los derechos de sus acreedores, por lo que
algunas legislaciones han establecido que por la constitución del hogar de familia sólo
queda liberado del riesgo de embargo y remate por deudas posteriores a su constitución
(Derecho Familiar Peruano, Tomo Tercero, Lima, mil novecientos setenta).

Décimo Quinto.- La constitución del patrimonio familiar es un acto de renuncia de


derechos que perjudica el cobro del crédito, por lo que se encuentra en el supuesto legal de
la norma y su constitución perjudica el derecho a embargar los derechos expectaticios de
uno de los cónyuges sobre el bien, por lo que debe ampararse la acción interpuesta; por
estas consideraciones, declararon FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto,NULA la
sentencia de vista de fojas ciento ochentitrés y conforme a lo dispuesto en el inciso primero
del Artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil, actuando en sede de
instancia, REVOCARON la sentencia apelada de fojas ciento cuarentiocho y reformándola
declararon FUNDADA la demanda de fojas diecinueve, y en consecuencia que carece de
eficacia respecto del Banco Continental, el patrimonio familiar constituido sobre el
inmueble ubicado en la calle Uno número ciento doce, manzana B, lotes tres, cuatro y cinco
de la urbanización Monterrico Chico, del distrito de Santiago de Surco, realizado por los
demandados don Luis Alberto Salazar Tafur y doña Rosario Maritza de Sousa Ferreyra
Ugarte a su favor por escritura pública de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos
noventiséis, DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por el Banco Continental con Luis Alberto Salazar Tafur sobre
revocatoria de acto jurídico; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; SáNCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRíA A.; CASTILLO
LA ROSA S.

Acción revocatoria: valor del bien

Para interponer la acción revocatoria no es necesaria la determinación del valor del bien
objeto de transmisión con relación a los límites sucesorios, sino simplemente que se
acredite que su disposición disminuya el patrimonio conocido del deudor, con lo cual
perjudicaría el cobro de sus obligaciones.

Casación 1364-97

LIMA

Lima, veintisiete de abril de mil novecientos noventiocho.


LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPUBLICA: Vista la Causa número mil trescientos sesenticuatro - noventisiete; con los
acompañados; en la Audiencia Pública de la fecha; y producida la votación con arreglo a
Ley, emite la siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don John James O'Broin Shannon,
mediante escrito de fojas cuatrocientos setentidós, contra la sentencia de vista expedida por
la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Lima de fojas cuatrocientos cincuentiséis, su
fecha treinta de mayo de mil novecientos noventisiete que, confirmando la apelada de fojas
trescientos setenticuatro, fechada el veinticuatro de diciembre de mil novecientos
noventiseis, declara fundada la demanda de ineficacia de acto jurídico de fojas setentitrés;

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Invocando el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil
el recurrente denuncia la aplicación indebida del Artículo mil seiscientos veintinueve del
Código Civil, alegando que la precitada norma corresponde al derecho sucesorio y no
puede aplicarse a una persona viva como es el demandado, ya que no se ha tenido en cuenta
tampoco la institución de la colación que se aplica al fallecimiento del donante;

CONSIDERANDO:

Primero.- que, en su Artículo mil seiscientos veintinueve del Código Sustantivo establece
que nadie puede dar por vía de donación más de lo que puede disponer por testamento,
siendo inválida en todo lo que exceda de esta medida, debiéndose regular el exceso por el
valor que tengan o debían tener los bienes al momento de la muerte del donante;

Segundo.- que, en cuanto a los límite del anticipo de legítima, cuya ineficacia es objeto de
la presente acción; los Artículos setecientos veintitrés, setecientos veinticuatro y setecientos
veinticinco del citado Cuerpo de Leyes, disponen que dicho acto no puede exceder en todo
caso el valor de la legítima que le corresponde al heredero forzoso beneficiario más el valor
del tercio de libre disposición del donante que cuenta con hijos, como en el caso materia de
autos;

Tercero.- que, la sentencia de vista reproduce los fundamentos de la apelada, refrendando el


incluido en su considerando octavo que utiliza el Juez para declarar la invalidez del anticipo
de legítima, equiparándola a la donación y señalando que esta es inválida por cuanto el
donante no puede dar más de lo que puede disponer por testamento, juicio que encierra la
presunción de conocer cuál es el volumen de la masa hereditaria del demandado y suponer
que el bien anticipado tiene un valor mayor al que puede disponerse testamentariamente;

Cuarto.- que, sin embargo, el propio Artículo mil seiscientos veintinueve antes citado,
señala que la determinación del exceso donado se verifica en el momento de la muerte del
donante, con el valor que tengan o debían tener, los bienes materia de la transferencia, de
tal modo que la valorización de la porción hereditaria anticipada no podía realizarse en
estas circunstancias en que el anticipante está vivo lo cual efectivamente hace que la norma
contenida en el numeral denunciado sea innecesaria, ya que no sirve para fundamentar la
decisión del Juez;

Quinto.- que, no obstante ello, la recurrida se sustenta principalmente en lo dispuesto por el


Artículo ciento noventicinco del Código Civil que no exige para interponer la acción
revocatoria, la determinación del valor del bien objeto de transmisión con relación a los
límites sucesorios, sino simplemente que se acredite que su disposición disminuya el
patrimonio conocido del deudor y perjudique el cobro de sus obligaciones;

Sexto.- que, en consecuencia, lo resuelto por la recurrida se ha sujetado a Derecho, aunque


haya incluido una motivación errónea dentro de sus fundamentos, lo cual es susceptible de
rectificar a tenor de la facultad concedida por el segundo parágrafo del Artículo trescientos
noventisiete del Código Procesal Civil, sin tener que casarla; por las conclusiones arribadas,
de conformidad con lo dispuesto por el Artículo trescientos noventisiete citado, declararon
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por John James O'Broin Shannon,
mediante escrito de fojas cuatrocientos setentidós, contra la resolución de vista de fojas
cuatrocientos cincuentiséis, su fecha treinta de mayo de mil novecientos noventisiete,
CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación
del recurso, así como al pago de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en
los seguidos por doña Violeta Bastidas Meléndez de O'Broin y otras con don John James
O'Broin Shannon y otra sobre ineficacia de acto jurídico; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ALMENARA B.;

ECHEVARRIA A.; CASTILLO LA ROSA S; BELTRAN Q.

Acto celebrado consigo mismo: persona jurídica y natural (A)

Para disponer de la propiedad del representado o gravar sus bienes, se requiere que el
encargo conste en forma indubitable y por escritura pública (...), no se presenta el supuesto
del acto jurídico celebrado por el representante consigo mismo, regulado en el artículo 166°
del Código Civil, cuando en la celebración del acto jurídico intervinieron personas distintas,
(...) las sociedades son personas jurídicas distintas a sus socios.

Casación 225-96
LIMA

Lima, cinco de noviembre de mil novecientos noventisiete.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista


en audiencia pública el veinticinco de setiembre del año en curso, emite la siguiente
sentencia; con los acompañados:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por T y T, Sociedad Anónima, Contratistas


Generales, contra la sentencia de vista de fojas cuatrocientos noventisiete, su fecha
veintinueve de diciembre de mil novecientos noventicinco, expedida por la Cuarta Sala
Civil de la Corte Superior de Lima, que confirmando la sentencia apelada de fojas
cuatrocientos veintitrés, su fecha doce de abril de ese mismo año, declara infundada la
demanda de fojas setentitrés; en los seguidos con BITUMEN, Sociedad Anónima, sobre
otorgamiento de escritura pública con lo demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha cuatro de julio de mil novecientos noventiséis ha


estimado procedente el Recurso de Casación por las causales relativas a la aplicación
indebida del Artículo ciento sesentiséis del Código Civil y la inaplicación de los Artículos
ciento cincuentiséis, mil cuatrocientos doce, mil trescientos sesentiuno y mil trescientos
sesentidós del Código Civil y el Artículo diecinueve de la Ley General de Sociedades.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que el Artículo ciento sesentiséis del Código Civil establece expresamente que es
anulable el acto jurídico que el representante concluya consigo mismo, en nombre propio o
como representante de otro, a menos que la ley lo permita, que el representado lo hubiese
autorizado específicamente, o que el contenido del acto jurídico hubiera sido determinado
de modo que excluya la posibilidad de un conflicto de interés.

Segundo.- Que, tal como se puede advertir, la mencionada norma legal establece como
causal de anulabilidad del acto jurídico que el representante en ejercicio de la
representación, por declaración unilateral de su propia voluntad, establezca entre su esfera
jurídica y la de su representado o entre las esferas jurídicas de sus representados efectos
jurídicos iguales a los que se obtienen mediante la celebración del contrato, salvo las
excepciones previstas en la misma norma.

Tercero.- Que del contrato que corre a fojas veintitrés del expediente materia de autos se
desprende que no se da el supuesto previsto en el citado artículo; esto es, que se trate de un
acto jurídico que deriva de una sola declaración de voluntad, por cuanto quienes
intervinieron en la celebración del contrato, son personas naturales distintas; con la
acotación de que las sociedades son personas jurídicas distintas a las de sus socios.
Cuarto.- Que de lo expuesto se concluye que en la sentencia recurrida se ha aplicado
indebidamente el Artículo ciento sesentiséis del Código mencionado, al considerar que el
contrato materia de litis era un acto jurídico celebrado consigo mismo.

Quinto.- Que, en cuanto a la denuncia de haberse inaplicado el Artículo ciento cincuentiséis


del citado Código Sustantivo, debe tenerse presente que la mencionada norma legal señala
que para disponer de la propiedad del representado o gravar sus bienes, se requiere que el
encargo consta en forma indubitable y por escritura pública, bajo sanción de nulidad.

Sexto.- Que en el caso materia de autos se puede apreciar que a los representantes que
intervinieron en el contrato se les ha conferido las facultades necesarias para suscribirlo, no
habiéndose establecido la necesidad de autorización previa o confirmación de algún Organo
Social de la empresa, conforme se desprende de la escritura pública de poder que corre a
fojas trescientos veintidós.

Sétimo.- Que, en lo que respecta a la denuncia de haberse inaplicado el Artículo diecinueve


de la Ley General de Sociedades(*), es en su interpretación contrario sensu, que se señala
que quienes se encuentran autorizados debidamente por la sociedad la obligan con sus
actos.

Octavo.- Que, la denuncia mencionada se encuentra estrechamente vinculada a una referida


en el quinto considerando de la presente resolución, por lo que le son aplicables los
argumentos señalados sobre el particular, por lo que tal extremo también debe ser
amparado.

Noveno.- Que, en cuanto a la denuncia de inaplicación del Artículo mil cuatrocientos doce
del Código Civil(1), debe tenerse en cuenta que la mencionada norma ha sido invocada
expresamente en el primer considerando de la sentencia apelada, argumento por el cual,
entre otros, fue confirmada por la sentencia de vista, conforme a la facultad prevista en el
Artículo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial(2) ; en consecuencia tal extremo no
puede ser amparado.

Décimo.- Que en lo referente a la causal de inaplicación de los Artículos mil trescientos


sesentiuno y mil trescientos sesentidós(3), tal extremo debe ampararse, máxime si en la
cláusula décima del referido contrato se pactó que cualquiera de las partes podía solicitar la
elevación a escritura pública del mismo, lo cual es viable, sin que por ello implique que las
partes han cumplido con todas sus prestaciones; además de que la parte demandada no ha
negado la existencia de dicho contrato ni objetado en la forma legalmente prevista.

4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones a las que se arriba, la Sala Civil de la Corte Suprema, declara
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por T y T, Sociedad Anónima, Contratistas
Generales y, en consecuencia CASARON la sentencia pronunciada por la Cuarta Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, su fecha veintinueve de diciembre de mil
novecientos noventicinco y, actuando en sede de instancia, REVOCARON la apelada de
fojas cuatrocientos veintitrés, su fecha doce de abril de mil novecientos noventicinco;
REFORMANDOLA: declararon FUNDADA la demanda de fojas setentitrés, en
consecuencia que BITUMEN, Sociedad Anónima, otorgue la Escritura Pública respecto a
los bienes materia de la litis a que se refiere el contrato celebrado el dieciocho de octubre
de mil novecientos noventiuno; ORDENARON la publicación de la presente resolución en
el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos con BITUMEN,
Sociedad Anónima, sobre otorgamiento de escritura pública; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; CASTILLO; MARULL;

Adquisición de derechos en favor de un tercero: ¿Se requiere estar facultado para ello? (A)
(*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 16 de Diálogo con la Jurisprudencia

No es necesario contar con facultad para adquirir derechos en favor de un tercero. Es el


caso de la persona que adquiere un bien y declara que hace la compra por encargo y con
dinero de un tercero, que es quien finalmente recibe el dominio. Sucede igual cuando se
quiere hacer un pago para tercero, pues cualquier persona puede efectuarlo.
En cambio, nadie puede obligar a otro sin su autorización.
El acto jurídico celebrado por un apoderado excediendo sus facultades es solamente
anulable y esta anulabilidad no puede ser alegada por otra persona que aquélla en cuyo
beneficio la ley la establece.

Casación 738-99-CAÑETE

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : Representaciones Alpamayo S.A.


Demandado : Banco Internacional del Perú - Sucursal Cañete.
Asunto: Nulidad de acto jurídico.
Fecha : 24 de agosto de 1999 (Publicada el 19/10/99).

Lima, trece de agosto de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA: Vista la causa número setecientos treintiocho-noventinueve, con el
acompañado; en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley
emite la siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO:

El Banco Internacional del Perú recurre en casación de la sentencia de vista de fojas ciento
ochenticinco pronunciada por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Cañete el
veinticinco de enero del presente año, que confirmando la apelada de fojas ciento
cuarenticuatro, del veintisiete de octubre de mil novecientos noventiocho, declara fundada
en todos sus extremos la demanda interpuesta por Representaciones Alpamayo Sociedad
Anónima y nula la escritura pública del tres de marzo de mil novecientos noventicuatro, de
préstamo con garantía hipotecaria, con los demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Por resolución de esta Sala Suprema del tres de mayo del presente año se ha declarado
procedente el recurso por las causales de los incisos primero y segundo del Artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil(1), sustentada en: a) interpretación
errónea del Artículo ciento sesentiuno del Código Civil(2), porque si bien dicho dispositivo
establece que el acto jurídico celebrado en la forma que señala es ineficaz con relación al
representado, no se puede invocar dicha ineficacia para una tercera persona; b) aplicación
indebida del Artículo doscientos diecinueve del Código Civil(3) porque la nulidad no puede
subsanarse, en cambio el acto jurídico que se cuestiona es subsanable vía ratificación
prevista por el Artículo ciento sesentidós del Código Civil(4) ; y c) inaplicación del
Artículo ciento sesentidós del Código Civil; que permite la ratificación del acto jurídico en
los casos previstos por el Artículo ciento sesentiuno, observando la forma prescrita para su
celebración, que es lo que ha ocurrido en el presente caso.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que Representaciones Alpamayo Sociedad Anónima demanda se declare la


nulidad del acto jurídico contenido en el contrato de préstamo con garantía hipotecaria
celebrado entre el Banco Internacional del Perú y K y M Distribuidores Sociedad de
Responsabilidad Limitada, con intervención de la sociedad conyugal compuesta por don
Jesús Alfonso Koo Chiok y doña Julia Marita Magallanes Pérez de Koo y por consiguiente
nula la escritura correspondiente, en razón de que el representante del Banco actúo de
manera unipersonal y debió hacerlo mancomunadamente con otro funcionario, de acuerdo
con los poderes que se le otorgó.

Segundo.- Que las sentencias de mérito han establecido que en dicho acto jurídico intervino
el Banco Internacional del Perú Sucursal de Cañete, representado por su administrador el
señor Víctor Chávez Romero, faltando la intervención de otro funcionario de dicho Banco
en la celebración de dicho acto jurídico, incumpliéndose de esta manera los alcances del
poder de fojas sesentisiete (motivo quinto de la apelada y segundo de la de vista);

Tercero.- Que dentro de la patología del acto jurídico, nuestra legislación claramente
distingue los actos jurídicos nulos de los meramente anulables. Son nulos y por tanto
inexistentes(5) aquellos en que falta alguno de los requisitos esenciales de éste, cuando sea
contrario a normas imperativas o sea ilícito, como enumera el Artículo doscientos
diecinueve del Código Civil; en cambio es meramente anulable cuando el acto adolece de
ciertos defectos, pero existe y produce sus efectos, como establecen los Artículos
doscientos veintiuno y doscientos veintidós del mismo Código(6) ;

Cuarto.- El acto jurídico puede ser celebrado por representación, y es más, las personas
jurídicas necesariamente deben ser representadas, desde que no tienen existencia física, y el
apoderado que interviene en esas circunstancias, actúa en virtud de un mandato, que es un
contrato nominado, regulado en el capítulo cuarto del título noveno de la sección contratos
del Código Civil, que establece los derechos y obligaciones de ambas partes;

Quinto.- Que empero, para adquirir derechos para un tercero no es necesario contar con
facultad para ello, como el caso de la persona que adquiere un bien y declara que hace la
compra por encargo y con dinero de un tercero, que es quien finalmente recibe el dominio;
al igual que para hacer un pago, pues cualquier persona puede hacerlo; en cambio nadie
puede obligar a otro sin su autorización(7), como así resulta de lo dispuesto en los Artículos
mil ochocientos nueve, mil ochocientos diez y mil doscientos veintidós del Código
Sustantivo(8) ;

Sexto.- Que cuando el apoderado se excede de las facultades otorgadas, conforme a la regla
del Artículo ciento sesentiuno del Código Civil, en principio el acto resulta ineficaz frente a
su representado; pero éste puede ratificarlo conforme a la norma del Artículo ciento
sesentidós siguiente, de tal manera que sólo el representado y no otro puede objetar el acto
jurídico efectuado en su nombre, así como también puede ratificarlo, como resulta de su
simple interpretación gramatical, lo que determina la interpretación errónea hecha por las
sentencias de mérito de la primera norma citada y la pertinencia, por relación de causalidad,
de la segunda y por tanto evidente el vicio de su inaplicación denunciado por el recurrente;

Séptimo.- Que en consecuencia, el acto jurídico celebrado por el apoderado excediendo sus
facultades es solamente anulable y no puede ser alegada por otra persona que aquella en
cuyo beneficio la establece la Ley, como dispone el Artículo doscientos veintidós del
Código Civil, lo que determina la aplicación indebida del Artículo doscientos diecinueve
del mismo, en que se sustentan las sentencias de instancia;

Octavo.- Que en tal virtud, la demandante no está legitimada para demandar la nulidad del
acto jurídico en cuestión, en el que además no ha sido parte; por estos fundamentos, de
conformidad a lo dispuesto en el Artículo trescientos noventiséis inciso primero del Código
Procesal Civil, declararon: FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas ciento
noventicinco; en consecuencia: NULA la sentencia de vista de fojas ciento ochenticinco, su
fecha veinticinco de enero del presente año; y actuando en sede de instancia:
REVOCARON la sentencia apelada de fojas ciento cuarenticuatro, fechada el veintisiete de
octubre de mil novecientos noventiocho, y REFORMÁNDOLA, declararon: INFUNDADA
la demanda de fojas ochentiocho, subsanada a fojas cien, con costas y costos;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en
los seguidos por Representaciones Alpamayo Sociedad Anónima con el Banco
Internacional del Perú Sucursal Cañete y otros, sobre nulidad de acto jurídico; y los
devolvieron.

SS. ORTIZ B.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRÍA A.; CASTILLO LA ROSA S.;
ALVA S.

Agente capaz
Para la validez del acto jurídico se requiere, entre otros elementos, la intervención de agente
capaz, es decir que los sujetos que intervienen sean personas que gocen de lucidez mental
que les permita discernir sobre los alcances de los actos que realizan.

Expediente 2352-92

LIMA

Lima, diecisiete de setiembre de

mil novecientos noventitres.-

VISTOS; con los acompañados, por los fundamentos de la apelada; y, CONSIDERANDO


además; que el inciso primero del artículo ciento cuarenta del Código Civil, establece como
requisito esencial para la validez de un acto jurídico, en primer lugar agente capaz, esto es,
que los sujetos que intervienen sean personas que gocen de lucidez mental que les permita
discernir sobre los alcances de los actos que realicen; que en la minuta que en copia obra a
fojas noventiocho, de fecha treintiuno de julio de mil novecientos ochentiseis, la actora,
cuando ya contaba con más de ochenta años de edad, aparece transfiriendo a título oneroso
la única casa de su propiedad, en la que vive, por la suma de cincuenta mil intis, declarando
en la cláusula quinta, después de dibujar su firma e imprimir su huella digital, que a la
firma de esa "escritura" y no "minuta" ha recibido dicha suma a su entera satisfacción,
agregando en la cláusula octava que el contrato no podrá ser invalidado por supuesto error
o precio no recibido; que de esta fé de entrega del precio no ha podido dar razón el notario
porque recepcionó la minuta ya firmada; que estos hechos unidos a la incapacidad mental y
física por senilidad de la vendedora, según el mérito del informe psiquiátrico de fojas ocho
y la resolución de interdicción civil de fojas veintiuno del acompañado, así como las demás
pruebas actuadas que revelan que el referido estado mental se remonta, incluso, a la época
en que se suscribió la glosada minuta, determinan obviamente la nulidad del acto jurídico
que contiene; declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento
ochentisiete, su fecha veintiséis de octubre de mil novecientos noventidós, en la parte
materia del recurso, que revocando la apelada de fojas ciento sesenta, su fecha cinco de
noviembre de mil novecientos noventiuno; declara infundada la demanda de fojas diez;
reformando la primera confirmaron la segundo, que declara FUNDADA la referida
demanda; y, en consecuencia NULO el acto jurídico y sin valor ni efecto legal alguno la
escritura pública de compraventa que lo contiene; celebrada con fecha catorce de agosto de
mil novecientos ochentiseis, ante el Notario Público Doctor Espinoza Garreta; en los
seguidos por María Bolaños Quiliche viuda de Palacios con César Domingo Palacios
Hurtado y otros sobre nulidad de escritura y otro concepto; y los devolvieron.-

SS. MENDOZA ALMENARA LANDA RONCALLA ROMAN

Anulabilidad: simulación relativa y prescripción (A)

Si bien la acción de anulabilidad del Acto Jurídico era imprescriptible según lo dispuesto
por el art. 1096º del Código Civil de 1936, la prescripción surtirá sus efectos extintivos si
desde la entrada en vigencia del Código Civil de 1984 transcurriera el nuevo término
prescriptorio de la acción.

Expediente 490-94

Distrito judicial: Arequipa

Lima, veintisiete de enero de mil novecientos noventicinco.

VISTOS ; con los acompañados ; y CONSIDERANDO ; que si bien el artículo mil


noventiséis del Código Civil de mil novecientos treintiséis establecía que la acción de
simulación era imprescindible entre las partes, el Código Civil actual modificó tal concepto
al establecer en los incisos primero y cuarto del artículo dos mil uno(1) los plazos de
prescripción de diez años, para solicitar la nulidad del acto jurídico y de dos años para la
anulabilidad; que asimismo el actual Código hace la distinción en sus artículos ciento
noventa y ciento noventiuno(2), sobre las simulación absoluta que es la que aparenta
celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo, de la relativa
que es cuando las partes han requerido concluir un acto distinto de la aparente, distinción
que es importante, porque en su artículo doscientos diecinueve señala como causa de
nulidad del acto jurídico, la simulación absoluta y en su artículo doscientos relativa; que en
este caso estamos ante la simulación relativa, porque se sostiene en la demanda que las
partes han requerido concluir un acto distinto del aparente, porque se ha simulado la
persona del comprador, que no es la que figuraba en el contrato sino el actor; que
estableciendo el artículo dos mil ciento veintidós(3) que el Código vigente en lo que se
refiere a los plazos de prescripción surte sus efectos, si ha transcurrido tal término, a partir
de su vigencia, resulta evidente que tratándose la anulabilidad del acto jurídico por
simulación relativa, cuyo plazo de prescripción es de dos años, ha transcurrido con exceso
dicho término a partir de la vigencia del nuevo Código, por que el acto jurídico cuya
nulidad se solicita por simulación se celebró el quince de febrero de mil novecientos
setentitrés y la demanda ha sido incoada el dieciséis de enero de mil novecientos
ochentinueve, por lo que la excepción de prescripción es procedente; que los fundamentos
de la sentencia de vista para denegar la demanda acumulada de reivindicación, se
encuentran arreglados a ley, declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de
fojas novecientos treinta, su fecha treintiuno de enero de mil novecientos noventicuatro,
que revocando la apelada de fojas ochocientos sesentitrés, su fecha diecinueve de mayo de
mil novecientos noventitrés, declara fundada la prescripción de acción deducida por Luis
Acuña y Sonia Díaz de Acuña en contra de la acción de nulidad de contrato y demás cargos
y, en consecuencia NULO todo lo actuado respecto de la indicada demanda de fojas
cincuenta y cuatro e improcedente la misma e IMPROCEDENTE la demanda acumulada
sobre reivindicación, entrega de bien, cobro de frutos, daños y perjuicios y otros conceptos;
condenaron en los costas del recurso a la parte que lo interpuso; en los seguidos por Alvaro
Acuña Peñaranda con Luis Acuña Peñaranda y otra sobre nulidad de contrato y otros
conceptos; y los devolvieron.

Señores RONCALLA; REYES; VASQUEZ; LOZADA; ECHEVARRIA.


Anulabilidad de un acto jurídico por error en la cualidad de uno de los contratantes: de lo
que sucede cuando este último no es el propietario del bien materia del contrato (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 13 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si se ha establecido que fue materia determinante para la celebración de un contrato


habérsele atribuido a una de las partes una cualidad que no tenía, en este caso ser la
propietaria del bien materia del contrato, estamos ante un error esencial y por tanto el acto
jurídico es anulable.

Casación 1793-98-Lima

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPúBLICA

Demandante : Carmen Morales Mejía.

Demandado : Rosa Iris Cuculiza Gonzales de Lúcar.

Asunto: Anulabilidad de acto jurídico.

Fecha : 12 de mayo de 1999.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, vista la causa


mil setecientos noventitrés - noventiocho en audiencia pública en la fecha y producida la
votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Pedro Manuel Vidaurre en
representación de doña Rosa Iris Cuculiza Gonzales de Lúcar contra la sentencia de vista de
fojas noventisiete, su fecha quince de abril de mil novecientos noventiocho, expedida por la
Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando la sentencia
apelada de fojas setenticuatro, su fecha treinta de setiembre de mil novecientos
noventisiete, declara fundada la demanda de fojas quince y, en consecuencia la demandada
debe devolver a la accionante la suma de mil dólares americanos, entregadas por supuestas
"arras", con lo demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha veinticinco de agosto de mil novecientos


noventiocho ha estimado procedente el recurso por las causales de aplicación indebida del
inciso primero y segundo del Artículo doscientos veintiuno del Código Civil(1) referentes a
la incapacidad relativa del agente y al vicio resultante del error y dolo, no siendo materia de
la acción la incapacidad relativa de quien recibe las arras(2) ; y la inaplicación de los
Artículos mil cuatrocientos setentisiete y mil cuatrocientos setentiocho del Código Civil(3),
que determinan la naturaleza y efecto de las arras.
3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, en la demanda incoada a fojas quince se acumulan la pretensión principal de


anulabilidad de acto jurídico por causa de error y dolo y la pretensión accesoria de
devolución de mil dólares americanos, con intereses legales, costas y costos.

Segundo .- Que, en consecuencia, al sustentarse la sentencia de primera instancia en lo


dispuesto en el inciso primero del Artículo doscientos veintiuno del Código Civil se ha
infringido lo dispuesto en el Artículo sétimo del Título Preliminar del Código Procesal
Civil(4), pues no ha sido materia de petitorio la anulabilidad del acto por incapacidad
relativa del agente.

Tercero .- Que, por otro lado, no existe relación entre la incapacidad relativa y el hecho que
la demandada no era la propietaria del bien objeto del contrato(5), por lo que la citada
norma no resultaba de aplicación al presente caso.

Cuarto : Que, si bien es cierto que tanto la apelada como la de vista adolecen de claridad y
precisión en su fundamentación, de la lectura de los referidos fallos se puede extraer que se
ha considerado la existencia de error en la cualidad de la demandada, a la que se atribuye la
condición de propietaria del bien, y error en la naturaleza del acto que se celebra(6).

Quinto.- Que, la Corte cuando conoce en vía de casación conoce del derecho y no sobre los
hechos, los mismos que son tomados de lo establecido en las instancias de mérito.

Sexto.- Que, habiéndose establecido que fue materia determinante para la celebración del
contrato el haberse atribuido a la demandada una cualidad que no tenía, este error se
encuadra dentro de lo dispuesto en el inciso segundo del Artículo doscientos dos del
Código Civil.

Sétimo.- Que, asimismo, al haberse determinado que la suma entregada en el contrato de


fojas dos no lo fue en calidad de arras, se debe concluir que se dio el error a que se refiere
el Artículo doscientos ocho del Código Civil(7).

Octavo .- Que, en consecuencia, siendo de aplicación lo dispuesto en el Artículo doscientos


dos inciso segundo del Código Civil(8) no procede casar el fallo impugnado conforme al
segundo párrafo del Artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil(9),
debiendo tomarse en cuenta las rectificaciones efectuadas.

Noveno.- Que, la interpretación de la voluntad de las partes en un contrato es una tarea


propia de las instancias de mérito, pues la casación tiene como finalidad velar por la
correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y no respecto de disposiciones de
carácter privado.

Décimo .- Que, en ese sentido habiéndose determinado que el contrato de fojas dos no
contiene un pacto de arras, no cabe cuestionarse esta conclusión en esta vía, siendo en
consecuencia infundada la denuncia por inaplicación de los Artículos mil cuatrocientos
setentisiete y mil cuatrocientos setentiocho del Código Civil.
4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones a las que se arriba y de conformidad con lo dispuesto en el


Artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil; declararon INFUNDADO el
Recurso de Casación interpuesto a fojas ciento cuatro por don Pedro Manuel Vidaure en
representación de doña Rosa Iris Cuculiza Gonzales de Lúcar, en consecuencia, NO
CASAR la sentencia de vista de fojas noventisiete, su fecha quince de abril de mil
novecientos noventiocho; CONDENARON a la recurrente al pago de una multa de dos
Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso; en los seguidos por doña Carmen Morales Mejía sobre
Anulabilidad de acto jurídico y otro concepto; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA;

OVIEDO DE A.; CELIS.

Carácter general de las nulidades en el Código Civil (C) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 2 de Diálogo con la Jurisprudencia

GUTIERREZ CAMACHO, WALTER

El autor sostiene que la teoría de las nulidades sirve al sistema para garantizar su legalidad.
La nulidad se retrotrae hasta el inicio para liquidar los efectos que se hubieran producido y
se proyecta al futuro para impedir que se sigan produciendo. Basado en esta premisa
analiza las diversas especies de nulidad.

Expediente 106-93-CUZCO

Lima, ocho de diciembre de mil novecientos noventitrés.-

VISTOS; con los acompañados; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO:


que los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos, de conformidad
con lo establecido en la primera parte del artículo mil trescientos sesentiuno del Código
Civil; que presumiéndose la identificación entre la declaración expresada en el contrato y la
voluntad común de las partes, aquella que alega haber sido inducida a error en forma
maliciosa por la otra debe probarlo, de acuerdo a lo establecido en el segundo párrafo del
artículo antes mencionado, cosa que no han logrado los accionantes a lo largo del proceso,
máxime que no cabe solicitar la nulidad de un contrato que ya ha sido ejecutado, por lo que
no cabe amparar la demanda en cuanto a la nulidad de las cláusulas segunda, tercera,
cuarta, última parte de la sexta y sétima del contrato de ampliación de préstamo
hipotecario; que en cuanto a la contradicción de resoluciones emitidas en la acción de pago
de soles número mil cuatrocientos sesentiocho guión ochentitrés seguida al amparo del
Decreto Legislativo doscientos cuatro deviene en improcedente por cuanto ese tipo de
procedimientos no está comprendido en el artículo mil ochentitrés del Código de
Procedimientos Civiles; que lo referente a las liquidaciones, éstas se han practicado
teniéndose en cuenta las disposiciones legales vigentes en ese momento, que si bien
incrementaban extraordinariamente las cuotas, el Banco demandado estaba obligado a
cumplir por tratarse de normas expedidas por el Supremo Gobierno; que los demandantes
no han acreditado los daños y perjuicios y el daño moral, por lo que no cabe amparar la
demanda en estos extremos: declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de
fojas quinientos ochentisiete, su fecha dieciocho de setiembre de mil novecientos
noventidós, en cuanto CONFIRMANDO en parte la apelada de fojas quinientos
cuarenticuatro, su fecha dieciocho de mayo del mismo año, declara FUNDADA la demanda
y, en consecuencia, NULAS las cláusulas segunda, tercera, cuarta, última parte de la sexta
y sétima de la escritura pública del dieciocho de agosto de mil novecientos ochentidós, así
como, SIN EFECTO las liquidaciones del treinta de noviembre de mil novecientos
ochentitrés, treintiuno de marzo de mil novecientos ochenticuatro y treinta de enero de mil
novecientos ochenticinco; y NULA la resolución número veintitrés del procedimiento sobre
adjudicación de inmueble; REFORMANDO la primera y REVOCANDO la segunda;
declararon INFUNDADA la demanda y su ampliación respecto a la nulidad de cláusulas y
liquidaciones e IMPROCEDENTE el extremo sobre contradicción de resoluciones;
declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene y es materia del grado; en los
seguidos por Guido Lovon Pagaza y otra con el Banco Central Hipotecario del Perú -
Sucursal Cuzco sobre nulidad de cláusulas y otro concepto; y los devolvieron.-

Señores: MENDOZA. - ALMENARA. - LANDA. - RONCARA. - CARRION.

Se publicó conforme a ley.

ROBERTO QUEZADA ROMERO, Secretario (p). Corte Suprema de Justicia de la


República.

COMENTARIO

El Derecho es una creación del hombre, es una "realidad artificial", distinta a la que
vivimos cotidianamente; ideada con el propósito de satisfacer dos necesidades
fundamentales del hombre y de la sociedad: seguridad y justicia. Estas dos entelequias
-difíciles de definir y más difíciles de alcanzar- constituyen los ejes sobre los que gira la
realidad jurídica. Como toda realidad, el mundo jurídico tiene sus reglas y axiomas internos
y cuando alguna conducta escapa a ellas es sancionada inevitablemente.

Precisamente la teoría de la validez es uno de los temas jurídicos más arduos, sobre todo
porque en gran medida está vinculado al concepto mismo de Derecho, y porque de su seno
surgen otros conceptos como el de nulidad, anulabilidad, nulidad relativa, nulidad parcial
etc., generando un panorama de aparente complejidad. A esto viene a sumarse la falta de
homogeneidad, tanto en la doctrina como en la legislación respecto del contenido de los
términos ineficacia e invalidez.

Adicionalmente la aparición del concepto inexistencia creado por la jurisprudencia francesa


y que ha gozado de cierta aceptación tanto en España como en Italia ha tornado confuso el
panorama. Y como quiera que nuestro Derecho no ha sido ajeno a la influencia de estas tres
legislaciones, no resulta extraño encontrar que en nuestra jurisprudencia muchas veces se
utilicen estos términos como sinónimos, cuando como veremos son perfectamente
diferenciables.

La sentencia que nos ocupa es útil, pues revela cómo nuestro Derecho Civil ha adoptado un
concepto genérico de nulidad que naturalmente involucra la nulidad absoluta o nulidad
propiamente dicha y nulidad relativa o anulabilidad. En este sentido habrá de entenderse
que las normas que se ocupan de la nulidad, en nuestro sistema civil, regulan las dos
subespecies mencionadas. Veamos.

I. EL CASO

A tenor de la ejecutoria se puede extraer lo siguiente:

A) El acto jurídico sobre el que se discute es un contrato de ampliación de préstamo


hipotecario entre Guido Lovon Pagaza y el Banco Hipotecario del Perú - sucursal Cuzco.

B) El Sr. Guido Lovon interpone demanda contra el Banco Hipotecario del Perú sobre
nulidad de cláusula y otros. Según la sentencia el argumento central del demandante es que
éste fue inducido a error en forma maliciosa por la otra parte. Al parecer la sentencia de
primera instancia declara FUNDADA la demanda interpuesta; se desconocen los términos
de esta sentencia.

C) La sentencia de segunda instancia CONFIRMO en parte la primera en los siguientes


términos: declara nulas las cláusulas segunda, tercera, cuarta, última parte de la sexta y
sétima de la escritura pública, así como sin efecto las liquidaciones.

D) La sentencia de la Corte Suprema declaró HABER NULIDAD en la resolución de


segunda instancia. Reformó la sentencia de primera instancia y revocó la de segunda:
declarando INFUNDADA la demanda; fundamenta su sentencia en que los contratos son
obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos; que quien aduce haber sido inducido a
error deberá de probarlo, que al parecer el demandante no lo ha hecho; que no cabe
solicitar la nulidad de un contrato que ya ha sido ejecutado.

II. CATEGORIAS JURIDICAS INVOLUCRADAS EN EL CASO

a) Ineficacia y validez.

Aun cuando a lo largo de la sentencia no se utiliza la expresión ineficacia, es claro que lo


que busca el demandante es que determinadas cláusulas del contrato no surtan efecto, es
decir sean ineficaces. Detrás de todos los conceptos relacionados con la teoría de la
invalidez de los actos jurídicos se halla siempre el de ineficacia. De modo que resultará útil
que abordemos los alcances de este concepto.

Como sabemos, el Derecho reclama que haya correspondencia entre la realidad y la


tipicidad negocial que describe la norma jurídica. Sin embargo, esta correspondencia no
siempre se presenta. La discrepancia entre el hecho que realizan las partes y la ley supone
una transgresión de la norma, surge así la ineficacia como una sanción, como un recurso del
ordenamiento jurídico ante una infracción. Pero la falta de correspondencia puede ser de
diversos tipos y gravedad, por tanto la sanción también variará en función de esta
divergencia.

Los grados de ineficacia están directamente relacionados con la clase de defecto o visicitud
de que adolece el contrato. Así por ejemplo, el nivel más grave de ineficacia es el que se
origina como consecuencia de la transgresión de una norma de orden público, es la llamada
nulidad absoluta, esto es, la ausencia total de efectos queridos.

Vemos pues, que la ineficacia es la carencia de efectos, de resultados en el mundo del


Derecho, pero no todo tipo de efectos o resultados, porque como observaremos más
adelante ciertos tipos de ineficacia como el acto nulo o anulable pueden producir otros
efectos -como el de la responsabilidad por daños contra quien procede de mala fe- que no
son los precisamente queridos por las partes. Y es que aun cuando existe una realidad
jurídica en la que no tienen cabida los actos que violan las reglas que determinan la
existencia en ese mundo, es innegable que dichos actos transgresores han existido en la
realidad cotidiana y por tanto, habrán de ser regulados por el Derecho. Si no fuera de este
modo el Derecho sería una ciencia ciega, de espaldas a los conflictos y situaciones que
precisamente debe resolver.

El estado actual de la doctrina permite sostener que la ineficacia es un concepto genérico


más amplio que otros; se trata de un concepto omnicomprensivo de todas las visicitudes
que atacan al contrato: nulidad, anulabilidad, rescisión, resolución, revocación, etc. Es por
eso que la ineficacia, ha servido a algunos teóricos para intentar ordenar las diversas
categorías antes mencionadas. Además se trata de un concepto más versátil no
estrictamente jurídico y que responde mejor a una época en la que el excesivo formalismo
va en retroceso.

No obstante, aun se puede encontrar quienes identifican eficacia con validez. En realidad se
trata de dos conceptos perfectamente diferenciables. La validez es un concepto netamente
jurídico, mientras la eficacia es más bien socio jurídico, esto es, tiene que ver con los
hechos, con la realidad. Así, el contrato puede ser válido en el ámbito jurídico y no
necesariamente eficaz en ámbito real; por ejemplo cuando alguien que no tiene herederos
forzosos, declara a una persona heredero universal de todos sus bienes, pero resulta que el
causante a la hora de fenecer no tiene bienes.

Kelsen se ha ocupado con claridad sobre el tema: «Eficacia y validez (o mejor dicho
vigencia) son dos cualidades por completo distintas; un juicio concerniente a la eficacia es
un juicio sobre lo que es, una declaración acerca de la realidad natural; en cambio, un juicio
concerniente a la validez es un juicio sobre lo que debe ser, una afirmación relativa a la
realidad jurídica, si es que así se puede llamar la existencia concreta del Derecho como un
sistema de normas vigentes. La vigencia del derecho presupone un mínimo de eficacia de
éste. El pensamiento jurídico sólo toma en cuenta la validez o vigencia, o sea, el derecho
como un orden válido ( o vigente )»(1).
En nuestro Código Civil la ineficacia aparece, principalmente, a propósito del fraude del
acto jurídico (arts. 195 y ss), y surge en esta figura, precisamente porque el legislador
implícitamente distingue la ineficacia de otras figuras como por ejemplo la nulidad. El acto
jurídico nulo lo es no sólo para las partes que lo generaron sino para todos, es decir, cuando
se sanciona siempre se hará universalmente, erga omnes. Porque de ordinario el Derecho
no puede hacer distingos, excepciones; sin embargo, la eficacia, como ya se anotó, no es un
concepto netamente jurídico y por lo tanto puede hablarse de ineficacia del acto respecto de
una persona y eficacia respecto de las demás como lo hace el Código Civil en la figura
precitada: « El acreedor, aunque el crédito esté sujeto a condición o a plazo, puede pedir
que se declaren ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor por los que renuncie
a derechos o con los que disminuya su patrimonio conocido y perjudique el cobro del
crédito» (art. cit).

Respecto a la validez diremos que es el modo de ser y existir del Derecho. Se reclama tanto
que el Derecho sea válido, porque de otro modo no sería Derecho. Siendo válido será
obligatorio y exigible, sin estas dos notas características el Derecho se revelaría inútil. En
efecto, la obligatoriedad y la exigibilidad son dos notas tipificantes del Derecho, ellas
provienen de la validez, al no existir ésta tampoco serán las otras. Y un derecho que no es
obligatorio y no es exigible es un contrasentido(2). Cuando se afirma que el modo de ser y
existir del Derecho es su validez, no debe caerse en el error de creer que el Derecho no
regula lo que no es válido. Hablamos de validez cuando el contrato que se realiza se ha
verificado cumpliendo todas las exigencias del mundo jurídico. Pero acontece que es
posible -independientemente de las causas- que el contrato no reúna los requisitos de
validez, que sea un acto disidente de la normatividad, es entonces, que dicho acto no
existirá para el Derecho como tipo preestablecido, pero esto no quiere decir que el acto no
haya acontecido en la realidad y por ese sólo hecho se haga merecedor de ser regulado por
el Derecho. Pensar de otro modo sería incurrir en la ingenuidad de que el Derecho jamás
será transgredido, por ello está en la obligación de suponer esta posibilidad.

Para nuestro Código Civil la invalidez es un concepto genérico del que forman parte la
nulidad y la anulabilidad. Pruebas al canto: en el Libro de Familia existe un capítulo
(sección segunda) denominado invalidez de matrimonio que contiene normas tanto de
nulidad como de anulabilidad del matrimonio (art. 274 y ss).

En la sentencia bajo comentario vemos que el actor persigue que se declare la nulidad de
algunas de las cláusulas del contrato que ha celebrado; se trata de un tipo de nulidad, la
llamada nulidad parcial. Pero aquí surge una pregunta: ¿Puede pedirse la nulidad invocando
una causal -como se hace en el presente caso- que nuestro Derecho Civil reserva a la
anulabilidad ? o se ha tratado de un error del demandante. Para responder esta pregunta
desentrañemos primero el concepto de nulidad.

b) Nulidad.

En el caso bajo comentario el demandante ha solicitado la nulidad parcial del acto jurídico
(art. 224). ¿Se trata a caso de un equívoco? ¿Debió pedirse la anulabilidad parcial dado que
la causal que se invoca es la presencia de error en el acto jurídico? Para absolver estas
interrogantes es preciso ver cómo se trata la nulidad en nuestro Derecho Civil.
Según Stolfi es nulo el negocio al que le falte un requisito esencial, o bien sea contrario al
orden público o a las buenas costumbres, o bien infrinja una norma imperativa.

Para que haya nulidad no es necesario, por consiguiente, que sea declarada caso por caso ya
que viene impuesta como sanción con que la Ley castiga en general la inobservancia de una
norma coactiva. Por eso se dice justamente que la nulidad puede ser expresa o tácita ( o
bien, como algunos prefieren, textual o virtual ). La primera supone que el legislador la
establezca expresamente. La segunda, en cambio, deriva lógicamente de la Ley : aunque
ninguna norma lo prohibe, es obvio que es nulo el matrimonio contraído entre dos personas
del mismo sexo, porque por su naturaleza el matrimonio sólo se puede concebir entre varón
y mujer(3) (4).

Los efectos jurídicos del negocio nulo no se producen ni para los participantes ni para los
terceros. La nulidad se constituye así, en la principal expresión de la ineficacia. Y es que
debe entenderse como negocio nulo, aquel cuya ineficacia es intrínseca, es decir cuya
carencia de efectos negociables ocurre sin necesidad de una previa impugnación del
negocio.(5)

Las causales de la nulidad están reguladas por nuestro código Civil en su art. 219. No se
necesita ser zahorí para advertir que en ninguna de las ocho causales previstas por el
Código encaja la causal invocada por el actor: el error. Como sabemos las causas de la
nulidad afectan a la esencia misma del acto y comprometen irreparablemente su existencia
en el mundo jurídico. Por ello las notas distintivas de este tipo de invalidez son: a) su
carácter instantáneo que hace que surja de pleno derecho, por tanto no requiere sentencia
judicial que lo declare; b) su inutilidad para producir los efectos queridos por las partes; c)
que puede ser alegada por quien tenga interés y por el Ministerio Público; d) que puede ser
declarada de oficio; y, e) no puede ser subsanada por confirmación. Todas estas
características se encuentran contenidas en el art. 220 del Código Civil.(6)

Ahora bien, como se sabe el error es un vicio de la voluntad y es causal de anulabilidad o


nulidad relativa que es lo mismo. En nuestro derecho la nulidad es tratada como un género
que involucra tanto a la nulidad absoluta como a la nulidad relativa.

De manera que cuando el actor se refiere a nulidad parcial y aduce error para fundamentar
su pretensión, debemos entender que se trata de nulidad relativa o anulabilidad.

c) Anulabilidad.

Ocupémonos brevemente de la anulabilidad. El negocio anulable ( también llamado


impugnable ) es plenamente eficaz, pero, por haberse celebrado con determinados defectos,
está amenazado de destrucción, con lo que se borrarían retroactivamente los efectos
producidos. Se trata de un negocio provisionalmente válido (no hay invalidez actual) que,
por tanto, modifica la situación preexistente, pero cuya nulidad está pendiente de la
voluntad del titular del derecho a impugnarlo (hay invalidez potencial).
En conclusión, el negocio anulable, mientras no se impugna es un negocio válido; una vez
impugnado eficazmente, equivale al negocio nulo.(7)

La anulabilidad es una ineficacia provocada, en el sentido de que depende del ejercicio de


un poder de impugnación. Por lo mismo, cabe afirmar que es una ineficacia que puede
sanarse, pues quien tiene la posibilidad de impugnar o dejar de hacerlo puede igualmente
confirmar el acto anulable. La posibilidad de impugnación deriva de un vicio originario que
no constituye una causa suficiente para nulidad radical del contrato pero que se ha previsto
y regulado para la protección de intereses privados.

El contrato anulable es inicialmente eficaz, aunque desde su mismo origen ya existe la


causa que puede invalidarlo. De manera inicial tiene plena eficacia, aunque es una eficacia
claudicante o que puede desaparecer por la posibilidad de que sea ejercitada, dentro del
plazo legal, la correspondiente acción de impugnación.(8)

Como vemos el contrato anulable adolece de un vicio o defecto menos grave que el
contrato nulo; no obstante, dicho defecto no es baladí, pues puede llevarlo a la ineficacia
total de los efectos queridos.

En nuestra legislación las causas por las cuales procede la anulabilidad del acto jurídico
están contenidas en el art. 221 del Código Civil, éstas se refieren a los actos realizados por
incapaz relativo, los realizados con vicios resultante de error, dolo, violencia o
intimidación; por simulación que perjudica el derecho de tercero; y, cuando la ley lo
declare anulable. Este último inciso es omnicomprensivo de todas las posibilidades de
anulabilidad que presenta el Código a lo largo de su texto u otra norma que forme parte de
nuestro ordenamiento jurídico.

Conviene recordar que la acción de anulabilidad prescribe a los dos años (art. 2001), luego
de este tiempo el acto es inatacable y continuará surtiendo los efectos que desde el inicio
produjo. En la brevedad del tiempo que el legislador ha concedido para impugnar el acto se
advierte el menor nivel de gravedad del defecto que adolece el acto anulable versus del que
sufre el acto nulo.

Ahora bien, fue un dislate presentar la demanda como una de nulidad parcial si como
hemos visto el error no es causal de nulidad sino de anulabilidad. Sucede que nuestro
Código Civil no contempla expresamente la anulabilidad parcial. Y decimos que no lo hace
expresamente, porque tácitamente sí se encuentra regulada en dicho texto legal. Y es que ha
de entenderse que algunos artículos que se refieren a la nulidad lo hacen de manera
general, es decir, se refieren tanto a la nulidad absoluta, o nulidad propiamente dicha y la
nulidad relativa o anulabilidad. Así, no debe entenderse que sólo hay nulidad de acto
plurilateral (art. 223) sino también anulabilidad del acto plurilateral, aunque el Código se
refiera sólo a la primera; lo propio sucede con la nulidad refleja (art.225) también para
nuestro sistema existe anulabilidad refleja; y, a su vez no sólo existe nulidad parcial (art.
224) sino también anulabilidad parcial, aunque nuestro Código tan sólo utilice la expresión
nulidad se está refiriendo a ambas especies de invalidez. Por ello no se cometió un error al
presentar la demanda como una de nulidad parcial, pues es claro que se refería a nulidad
relativa.
Es evidente que así lo entiende la jurisprudencia bajo comentario pues en su parte
considerativa sostiene: «...no cabe solicitar la nulidad de un contrato que ya ha sido
ejecutado.» Debe entenderse que cuando esta sentencia dice nulidad, se esta refiriendo a la
nulidad relativa o anulabilidad, figura que sí contempla al error como causal. Aunque no
aparece expresamente, la sentencia aplica la llamada confirmación tácita contenida en el
art. 231 : «El acto queda también confirmado si la parte a la quien correspondía la acción de
anulación, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en forma total o parcial...» Al
ejecutar el contrato el demandante lo habría confirmado, no podrá pedir, entonces, la
nulidad parcial.

d) Nulidad parcial

Detengámonos brevemente en esta figura. Si una disposición que forma parte del negocio
estuviera viciada no necesariamente habrá de verse afectado todo el acto. Siempre que se
cumplan ciertos requisitos (art. 224) resultarán ineficaces sólo los dispositivos afectados. Se
conoce esta figura como nulidad parcial, y tiene como claro propósito hacer efectivo el
principio general de la conservación del negocio. Como ya se anotó nuestro Código Civil
ha recogido la institución de la nulidad parcial en el art. 224 que establece: « La nulidad de
una de las disposiciones de un acto jurídico no perjudica a las otras, siempre que sean
separables.

La nulidad de disposiciones singulares no importa la nulidad del acto cuando estas sean
sustituidas por normas imperativas. La nulidad de la obligación principal conlleva la de las
obligaciones accesorias, pero la nulidad de estas no origina la de la obligación principal».

Aun cuando están vinculadas se trata de tres reglas en una, tres casos de nulidad parcial. La
primera se refiere a la nulidad de una disposición separable; de ordinario el negocio jurídico
se compone de un conjunto armónico de disposiciones, pero esta armonía no supone
necesariamente una interdependencia, de manera que si una de estas disposiciones estuviera
viciada, el negocio podría sobrevivir. La razón por la cual el legislador ha sancionado esta
norma, es porque un defecto de estructura que no sea particularmente grave no tiene porque
destruir el legítimo ejercicio de una facultad clave para el derecho privado como es la
capacidad de autoregular sus relaciones que el ordenamiento jurídico le reconoce a las
personas.

Refiriéndose a esta figura Diez Picazo y Gullón han expresado que la nulidad parcial es la
amputación de parte del contenido del negocio.

Por otro lado, como se ha visto en el caso, el actor reclama la nulidad parcial, pero a tenor
de la sentencia no logra probarlo. Sabemos que no basta la demanda para alcanzar la
efectiva defensa judicial. La sola afirmación hecha en interés propio no es suficiente, no
puede considerarse como una expresión de verdad. Por ello un derecho que no puede
probarse es como si no existiese(9).

e) La nulidad en el derecho comparado


En el Derecho francés, cuyo Código data de 1804, no hallamos una teoría general de las
nulidades. El Código Napoleón en sus artículos 1304 y siguientes se ocupa de "la acción de
nulidad o de rescisión de las convicciones". Estos artículos están referidos a la prescripción
de la acción y a la protección de los menores incapaces. Por ello en el Derecho galo lo
relativo a los conceptos, clases, funcionamiento y efectos de la nulidad de los actos
jurídicos es obra de la doctrina y la jurisprudencia francesa. La teoría francesa de las
nulidades reconoce las denominadas absolutas y relativas y a ella se suele sumar el
concepto de inexistencia.

Las diferencias que se establecen entre las nulidades absolutas y relativas no están
relacionadas con los grados de ineficacia de los actos jurídicos; sólo alcanzan a las
condiciones de funcionamiento de las nulidades mas no a sus efectos.

Por último conviene señalar que tanto para la doctrina como para la jurisprudencia francesa
es clara la necesidad de la sentencia judicial de nulidad para que ésta produzca sus efectos;
es decir, para que el acto deje de tener vida en el mundo jurídico, y se haga como si nunca
la tuvo.

En el B.G.B. o Código Civil alemán se aborda de manera puntual y sistemática todo lo


relativo a la invalidez de negocios jurídicos -no hay que olvidar que la teoría del negocio
jurídico en gran medida es obra del Derecho germano- en los artículos 138 y ss. Para el
derecho alemán las clases de ineficacia son diversas; en lo atinente a la invalidez reconoce
el negocio jurídico nulo y el impugnable. En realidad estas categorías se aparejan a nuestras
reconocidos actos nulos y anulables y tienen su mismo alcance conceptual. A diferencia del
Derecho francés, en el alemán no se entiende necesario la acción de nulidad para invalidar
el negocio, ya que el defecto que lo vicia es coetáneo a él. Sin embargo, se reconoce la
posibilidad de una acción de constatación de nulidad para determinados supuestos según la
Ley de Procedimientos Civiles(10).

Por otro lado aún cuando en el Código Civil italiano (1942) hallamos que el tratamiento de
las nulidades se encuentra en el Título II, "De los Contratos en general" correspondiente al
Libro IV "De las Obligaciones", comprobamos que estas disposiciones pese a referirse a los
contratos se aplican por extensión a todos los negocios jurídicos patrimoniales. Por ello,
tanto para la legislación como para la doctrina italiana existen dos clases de nulidades: el
negocio jurídico nulo y el negocio jurídico anulable. Los alcances de estas categorías son la
mismas que tienen en nuestro Derecho; esto es, el negocio nulo lo es de pleno derecho sin
que sea necesario una sentencia judicial que lo sancione, y el negocio anulable tiene total
vigencia en tanto la persona que tiene el derecho de accionar no obtenga la sentencia que
determine la nulidad.

En el Derecho argentino, que prematuramente construyó una teoría de los hechos y los
actos jurídicos encontramos en el Título VI, Sección II del Libro II: "De las nulidades de
los Actos Jurídicos" (artículo 1050 y ss), todo lo relacionado a esta materia.

La norma matriz se halla en el artículo 1050 "la nulidad pronunciada por el Juez vuelve las
cosas al mismo o igual estado en que se hallan antes del acto anulado". De ella se
desprende la necesidad de la sentencia de nulidad, en el Derecho argentino, para que opere
la nulidad; como el carácter retroactivo de ésta.

De este rápido vistazo por el derecho comparado podemos extraer una fundamental
conclusión: el efecto de la nulidad se proyecta en dos sentidos temporales; por un lado
hacia el futuro impidiendo que el acto nulo produzca nuevos efectos, si lo produjo, y hacia
el pasado eliminando los que pudieran haberse generado, persiguiendo de este modo
retornar al estado anterior a la celebración del acto. Esta es la clave de bóveda para
entender la teoría de las nulidades.

III. CONCLUSIONES

Luego de haber pasado revista a algunas de las categorías que conforman la teoría de las
nulidades y analizar su aplicación; por medio de la jurisprudencia comentada podemos
llegar a algunas conclusiones.

1) La teoría de las nulidades ha sido creada para preservar la legalidad del sistema y su
consiguiente idoneidad.

2) La nulidad priva al acto jurídico de capacidad para producir efectos propios en lo


sucesivo. Del mismo modo, con fuerza retrospectiva a la fecha de la celebración del acto,
elimina los que se produjeron reponiendo las cosas al estado anterior. Este es el principio
general y eje de la teoría de las nulidades.

3) La consecuencia de todo grado de invalidez es su ineficacia. La comprobación de la


presencia de un elemento perturbador en la génesis del acto jurídico puede herirlo de
muerte si es uno de naturaleza esencial.

4) Nuestro sistema civil ha tratado de modo genérico la nulidad comprendiendo sus


dispositivos tanto la nulidad absoluta como la relativa, por tanto, siempre que resulten
aplicables las normas de la nulidad también se aplicarán a las de la anulabilidad.

5) Si bien la jurisprudencia bajo comentario no es un ejemplo de claridad, confirma que en


nuestro Derecho la nulidad es un concepto genérico; por tanto, es legítimo invocar nulidad
parcial, nulidad refleja, etc. cuando la causal sea de anulabilidad, pues nos estamos
refiriendo en este caso a la nulidad relativa.

Confirmación del acto jurídico (A)

La presente resolución incurre en dos graves errores: el primero consiste en considerar la


compraventa celebrada sin consentimiento de la vendedora como un acto jurídico anulable,
siendo en realidad nulo, y el segundo radica en contemplar la confirmación para un acto
que, siendo nulo, no es pasible de subsanación.

Expediente 968-95
LIMA

Lima, cinco de Julio de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con los acompañados; y, CONSIDERANDO: que la pretensión que contiene el


escrito de demanda de fojas seis, consiste en la nulidad de la Escritura Pública de fecha
diecinueve de Febrero de mil novecientos noventa, celebrada ante la Notaría del Doctor
Javier de Taboada, en la que intervienen la demandada Hilaria Romero Quispe viuda de
Mita, como vendedora y los co demandados Oswaldo Salinas Mita y Rosa Selmira Pomari
como compradores, respecto del bien inmueble que se describe en dicho documento cuya
copia obra a fojas doscientos dieciséis; que se fundamenta la acción, en la falta de
consentimiento de la vendedora y por lo tanto de un acto jurídico simulado, para cuyo
efecto se sostiene que la vendedora no ha intervenido en dicho acto habiéndose suplantado
su huella digital; Que, en base del sustento referido en el acápite anterior, el demandante
pretende probar su acción con la diligencia preparatoria de fojas ocho mediante el cual la
demandada Hilaria Romero absolviendo las posiciones que contiene el interrogatorio de
fojas seis manifestó que nunca realizó Escritura Pública de venta de inmueble alguno,
específicamente a sus co demandados; que sin embargo al absolver la contestación a la
demanda mediante escrito de fojas veintidós, de fecha diecinueve de noviembre de mil
novecientos noventidós, se rectifica de manera radical del contenido de la absolución
anterior indicando que la demandante pretendió apoderarse del inmueble manifestando en
la Oficina de Asentamientos Humanos de la Municipalidad de Arequipa que el inmueble no
tenía propietario haciendo que le adjudique en un primer momento, para luego con las
pruebas aportadas logró que le reconozca como su única propietaria, como aparece del
expediente administrativo que se tiene a la vista, actitud que motivó la decisión de hacer la
venta cuya nulidad se solicita, que este acto rectificatorio posterior constituye en todo caso
una confirmación del acto jurídico realizado conforme se establece en el artículo doscientos
treinta del Código Civil(1) ; Que, asimismo debe tomarse en cuenta la pericia grafotécnica
practicada en autos del que se concluye, que la impresión digital puesta a nombre de doña
Hilaria Romero Quispe viuda de Mita en la minuta de compra venta no presenta
aprovechable para un estudio de homologación dactilar, y en cuanto a la huella digital de la
misma persona puesta en la escritura pública número dos mil ochocientos treintiuno cuya
copia obra a fojas doscientos dieciséis, presenta características de provenir de la misma
persona que ha puesto la impresión digital en las muestras puestas en los escritos de la
contestación a la demanda y ofrecimiento de pruebas, y por último en la Escritura Pública,
no intervienen testigos por cuanto el Notario declara conocerlos personalmente y que
fueron examinados conforme lo determinan los artículos cincuenticuatro inciso h) y
cincuenticinco de la Ley de Notariado(2) ; declararon HABER NULIDAD en la sentencia
de vista de fojas cuatrocientos seis, su fecha veintiséis de Mayo de mil novecientos
noventicinco, que confirmando la apelada de fojas trescientos cuarentinueve, su fecha
catorce de Junio de mil novecientos noventicuatro, declara Fundada la demanda planteada a
fojas doce contra Hilaria Romero Quispe viuda de Mita y otros, REFORMANDOLA la
declararon INFUNDADA ; asimismo declararon NOHABER NULIDAD en la propia
resolución en cuanto declara infundada la excepción de falta de personería, deducida por
Oswaldo Salinas Mita a fojas trescientos setentidós; con lo demás que contiene y es materia
del grado en los seguidos por Nelly Dora Alvarez Mita con Hilaria Romero Quispe viuda
de Mita y otros sobre nulidad de Acto Jurídico; y los devolvieron.
SS. RONCALLA; ROMAN; REYES; VASQUEZ; ECHEVARRIA

El gestor en la sucesión del Estado y de las beneficencias públicas (C) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 7 de Diálogo con la Jurisprudencia

OLAVARRIA VIVIAN, JUAN

Se incurre en error al asimilar los alcances y efectos de la gestión de negocios con los del
gestor o promotor de la Sucesión Intestada en la que sucede el Estado, ya que jamás se
podrá advertir o apreciar en la actuación del promotor la forma espontánea y altruista del
gestor de negocio ajeno, toda vez que siempre habrá de por medio un provecho o beneficio
propio.

PRIMERA SALA CIVIL DE LA CORTE SUPERlOR DE LIMA

Expediente 1870-94

LIMA

Lima, treintiuno de enero de mil novecientos noventisiete.

AUTOS Y VISTOS ; interviniendo como Vocal ponente el señor Betancour Bossio; por sus
fundamentos pertinentes; y ATENDIENDO además: Primero.- que del examen de lo
actuado en este proceso de Declaratoria de Herederos que concluyó con la Resolución de
Vista de fojas doscientos seis, de fecha cuatro de mayo de mil novecientos noventicinco, no
se advierte en la actuación del demandante la forma espontánea, altruista, de quien no
estando obligado ni facultado para ello asume conscientemente el manejo del negocio de
otro que lo ignora -en este caso la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana,
entendiendo por negocio la intervención en el proceso- figura que caracteriza la
interposición gestoria recogida en el artículo mil novecientos cincuenta del Código Civil;
Segundo.- que, lo anterior queda esclarecido si se aprecia que a fojas ciento cuarentiocho,
la propia Sociedad de Beneficencia se apersona al proceso, a través de su apoderado
acreditado, y pide la adjudicación de los bienes de la causante, de conformidad con el
artículo ochocientos treinta del Código Sustantivo; Tercero.- que no resulta necesario,
procesalmente, poner en conocimiento de la Dirección General de Reforma Agraria el auto
de fojas doscientos cincuentiuno, como lo señala la parte final del mismo, por cuanto el
artículo ciento setentidós del Texto Unico ordenado de la Ley de Reforma Agraria (Decreto
Ley número diecisiete mil setecientos dieciséis) que disponía la transferencia de bienes
agrarios originados en herencias vacantes a favor de dicha entidad, ha sido derogado por la
Disposición Final del Decreto Legislativo número seiscientos cincuentitrés y, la nueva
estructura del Ministerio de Agricultura aprobada por Decreto Ley número veinticinco mil
novecientos dos ya no incluye entre sus órganos a la Dirección General mencionada; en
consecuencia: CONFIRMARON : El auto apelado de fojas doscientos cincuentiuno, de
fecha dieciséis de octubre de mil novecientos noventiséis, que declara inadmisible el pedido
de asignar el cuarenta por ciento del valor neto de la masa hereditaria al solicitante;
debiendo el Juez de la causa tener presente lo expuesto en la parte considerativa, respecto
de las notificaciones, en ejecución de sentencia; y los devolvieron.en los seguidos por Jorge
Sierra Cáceres con Elsa Salaverry Cárdenas y otros, sobre Declaratoria de Herederos.

SS.
CARRlON LUGO
SAEZ PALOMINO
BETANCOUR BOSSlO
Cavero, Secretario

COMENTARlO

ANTECEDENTES FACTlCOS

1.- Don Jorge Sierra Cáceres, interpone demanda de Declaratoria de Herederos de doña
Natalia Márquez Verástegui, en su condición de cónyuge supérstite de doña Anastasia
Márquez, hermana de la causante cuya declaratoria se solicita.

2.- En autos se formula una oposición de parte de los hermanos Salaverry Cárdenas,
quienes solicitan se les declare herederos de la causante al ser nietos de la hermana de la
madre de dicha causante.

3.- Por Sentencia de fecha primero de setiembre de 1994, se declara fundada en parte la
oposición presentada por los hermanos Salaverry Cárdenas, y los declara herederos de la
causante.

4.- Por Sentencia de Vista de fecha 4 de mayo de 1995, expedida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Lima, expediente 1870-94, se REVOCA la apelada y declaran
INFUNDADA la oposición e INFUNDADO el petitorio de Declaratoria de Herederos,
MANDARON que en ejecución de Sentencia el A-quo aplique lo previsto en el articulo
830 del Código Civil.

5.- Las consideraciones de la Corte Superior fueron las siguientes:

A) Que, los declarados herederos por el A-quo vienen a ser nietos de una hermana de la
madre de la causante, que entonces, estos últimos son parientes en quinto grado colateral de
la causante y por consiguiente la ley no les concede vocación hereditaria.

B) Que, en cuanto al derecho reclamado por don Jorge Sierra Cáceres, esposo de la
fallecida Anastasia Márquez, hermana de la causante, el cónyuge carece de sustento legal al
permitir la ley la representación sucesoria a los descendientes y a las hijas de las hermanas
de la causante, nunca a los ascendientes ni al cónyuge conforme al artículo 683 del Código
Civil.
C) Que, se ignora la existencia de sucesores testamentarios o legales, por lo que el Juez de
la causa deberá aplicar, en ejecución de sentencia, lo normado en el artículo ochocientos
treinta del cuerpo de leyes citado.

6.- Posteriormente, el actor en ejecución de Sentencia solicita se le asigne el 40% de la


masa hereditaria neta, por haber sido el gestor de la declaratoria en virtud de la cual el
Estado ha sido beneficiado con los bienes dejados por la causante. Dicha solicitud fue
denegada por el Juzgado y CONFIRMADA ulteriormente por la Corte Superior según la
resolución que será objeto de nuestro comentario.

ANALISIS

Es objeto de nuestro comentario la resolución de Vista transcrita in initio en la cual se


deniega la solicitud de asignación del cuarenta por ciento de la masa hereditaria neta al
accionante en una Declaratoria de Herederos sobre la base de que el actor, como en efecto
lo hizo, pretendió constituirse en único y universal heredero del causante sin importarle los
derechos sucesorios que podría tener el Estado y la asignación de los bienes hereditarios en
favor de la Beneficencia Pública de Lima, entendiéndose que el demandante actuó con
interés propio.

La ejecutoria superior bajo comentario, en una suerte de analogía jurídica, aplica las
características de la gestión de negocios regulada y descrita en el artículo 19SO de nuestro
Código Civil, a la figura del gestor de la Declaratoria de Herederos contemplada en el
numeral 83O in fine del mismo Código, llegando inclusive la ponencia a descollar los
conceptos de altruismo y espontaneidad como ínsitos de la mencionada fuente obligacional.

Somos de opinión que la Ejecutoria Superior hizo mal en asimilar las características y los
efectos de la gestión de negocios con los de la figura del gestor en la Declaratoria de
Herederos en que el Estado es declarado sucesor del causante por falta de herederos de
cualquiera de los seis órdenes sucesorios recogidos en el apartado 816 de nuestra ley
común.

En efecto, no cabe la menor duda que en la gestión de negocios por disposición expresa del
Artículo l950 del Código Civil la misma debe desempeñarse en provecho de otro y de
manera consciente, sin que quede margen o duda alguna de beneficio o ganancia propia
para el gestor, con lo cual desaparece la figura propiamente dicha. Prueba de ello, es que
conforme a lo prescrito en el Artículo 1953 del Código acotado el gestor tiene derecho
únicamente a que se le reembolsen los gastos que haya efectuado y eventualmente a que se
le indemnicen los daños y perjuicios que haya sufrido, compulsándose los montos por
criterio judicial que deberá apreciar las circunstancias que motivaron al gestor,
advirtiéndose de la redacción de la norma la imposibilidad de ganancia o retribución alguna
por su gestión.

En esta virtud, y atendiendo a que a la luz de la propia norma (Artículo 830 del Código
Civil) se establecía de manera expresa un beneficio o ganancia del orden del 40% de la
masa hereditaria neta, porcentaje que actualmente se ha visto reducido al I0% del valor neto
de los bienes adjudicados conforme a la modificación introducida por la Ley No 26680, en
calidad de retribución o premio para el promotor de la Declaratoria de Herederos en la que
el Estado suceda al causante por falta de sucesores legales o testamentarios; resulta
jurídicamente imposible concebir dicha figura -la del gestor o promotor de la Declaratoria-
sin que exista un interés propio en su persona, ya que al menos lo tendrá respecto del diez
por ciento antes señalado, sin que pueda alegarse en modo alguno desconocimiento o
ignorancia de la norma por parte del promotor de la declaratoria a fin de asimilarlo al gestor
de negocio ajeno, y pretender hallar en el promotor un accionar espontáneo y altruista para
así únicamente hacerlo acreedor del porcentaje establecido en la ley.

Por ello, mal resuelve la ejecutoria superior al denegar la pretensión del solicitante de que
se le asigne la proporción de la herencia, ya que sin duda alguna de no ser por el promotor o
gestor, que necesariamente actúa con interés propio (sea en la Herencia o en el porcentaje
que pueda recibir) el Estado no hubiese sucedido al causante y la Beneficencia no se
hubiese adjudicado bienes.

En tal virtud, consideramos que se incurre en error al asimilar los alcances y efectos de la
gestión de negocios con los del gestor o promotor de la Declaratoria de Herederos
-actualmente Sucesión Intestada- en la que sucede el Estado, ya que JAMAS se podrá
advertir o apreciar en la actuación del promotor la forma espontánea y altruista del gestor
de negocio ajeno, toda vez que siempre habrá de por medio un provecho o beneficio propio.

Error en el consentimiento: anulabilidad

Hay error en el consentimiento cuando la voluntad de las partes no coincida con la causa
final. Ello es causa de anulabilidad del acto jurídico por impulso exclusivo de las partes
contractuales, quienes son las únicas habilitadas para discernir sobre la existencia de ese
vicio de voluntad.

Expediente 770-98

Sala Nº 3

Lima, veinte de julio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; CONSIDERANDO:


Primero.- Que, la demanda contiene la pretensión de nulidad de compraventa y se apoya,
como fundamentos de hecho, en que en ese acto jurídico se vendió aires que le
corresponden en propiedad, y como fundamentos de derecho, los artículos doscientos
diecinueve y doscientos veintiuno inciso segundo del Código Civil; Segundo: Que, si bien
es cierto se confunde en cuanto a las disposiciones legales invocadas los institutos de la
nulidad y la anulabilidad de acto jurídico, se menciona el error, como vicio de la voluntad,
en forma por demás equívoca y que, en todo caso, corresponde al juzgador calificar el
petitorio aun cuando ha sido erróneamente invocado el derecho; Tercero.- Que, hay error en
el consentimiento cuando la voluntad de las partes no coincida con la causa final y,
obviamente, ésta es causa de anulabilidad del acto jurídico por impulso exclusivamente de
las partes contractuales, quienes son los únicos habilitados para discernir sobre la existencia
de este vicio de la voluntad; Cuarto.- Que, siendo así, y en la seguridad que es nulidad de
acto jurídico la materia elegida, no es aplicable al caso de autos: el término prescriptorio
previsto en el inciso cuarto del artículo dos mil uno del Código Civil sino el inciso primero
de esa norma; por lo que: REVOCARON la sentencia apelada de fojas trescientos tres a
trescientos cinco, de fecha catorce de mayo de mil novecientos noventisiete, que declara
Fundada la excepción de Prescripción deducida por los demandados Julia Emilia Rodríguez
Huamán y Víctor Pablo Díaz Figueroa en su escrito de fojas veinte, y en consecuencia Nulo
e insubsistente todo lo actuado, REFORMÁNDOLA , la declararon INFUNDADA;
MANDARON dictar nueva sentencia con la resolución de todos los puntos controvertidos;
y los devolvieron; en los seguidos por Luis Morey López con Josefina Guivobich Pesaque
Viuda de Albarracín sobre nulidad de compraventa.

SS. CARRION LUGO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN

Fin lícito: aspecto legal y moral(A)

... el concepto de fin lícito en la doctrina peruana comprende tanto lo legal como lo moral, y
queda a criterio del juez apreciar esta última, en el marco de las denominadas «buenas
costumbres»... casos en los cuales el ordenamiento jurídico no podría, sin contradecirse a sí
mismo, asegurar al acto su propia validez y eficacia; ya que se trata de impedir que un
contrato dé vida a determinadas relaciones opuestas a las normas fundamentales del Estado.

Cas. 2988-99 LIMA

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la causa número dos mil novecientos ochentiocho - noventinueve, con
el acompañado, en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley
emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación
interpuesto por Gian Piero Pierantoni Grellaud, apoderado del Sr. Piero Pierantoni
Cámpora, contra la resolución de vista de fojas quinientos dos, de fecha primero de
setiembre de mil novecientos noventinueve, expedida por la Sala de Procesos Abreviados y
de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, que revoca la sentencia apelada
de fojas cuatrocientos treintiséis, de fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos
noventiocho, que declaró infundada la demanda; y reformándola declara improcedente la
misma; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que la Corte Suprema mediante resolución de
fecha catorce de diciembre de mil novecientos noventinueve, ha declarado la procedencia
del recurso por las causales previstas en los incisos primero y segundo del Artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil al denunciarse: a) La interpretación
errónea del Artículo quinto del Título Preliminar del Código Civil, pues se sostiene en la
sentencia impugnada que para aplicarse ese artículo debe indicarse claramente cuáles son
las normas de derecho público o las buenas costumbres que contravienen el acto jurídico
materia de nulidad empero esta exigencia se cumplió, pues en la demanda se indica cuáles
eran esas normas derecho público, señalando normas de la Constitución y del Código Civil;
b) La inaplicación del inciso tercero del Artículo ciento cuarenta del Código Civil pues el
acto jurídico materia de nulidad se otorgó fraudulentamente con el propósito ilícito de
apropiarse del inmueble del demandante; c) La inaplicación de los incisos tercero, cuarto y
octavo del Artículo doscientos diecinueve del Código Civil, que sancionan con nulidad los
actos jurídicos imposibles, como es el caso del que vende una propiedad cuando ya no le
pertenecía por haberla enajenado antes; y d) La inaplicación de los Artículos mil
novecientos sesentinueve y mil novecientos ochenticuatro del Código Civil, que obligan el
pago de una indemnización por el daño material y moral que origina una persona a
consecuencia de sus actos, en este caso, por efectuar una venta de un bien ajeno;
CONSIDERANDO: Primero.- Que, el concepto de fin ilícito en la doctrina peruana
comprende tanto lo legal como lo moral y queda a criterio del Juez apreciar esta última, en
el marco de las denominadas «buenas costumbres», como lo sostiene León Barandiarán al
comentar el Artículo mil ciento veintitrés inciso segundo del Código Civil de mil
novecientos treintiséis, (Comentarios al Código Civil Peruano, Derecho de Obligaciones,
Tomo I, Acto jurídico, Lima 1938, página 187), casos en los cuales el ordenamiento
jurídico no podría, sin contradecirse a sí mismo, asegurar al acto su propia validez y
eficacia; ya que se trata de impedir que un contrato de vida a determinadas relaciones
opuestas a las normas fundamentales del Estado. Segundo.- Que, desarrollando este
concepto, recogido en el Artículo doscientos diecinueve inciso cuarto del Código Civil
como causal de nulidad absoluta, hay que convenir que es ilícito todo aquello contrario a
las normas legales imperativas (ius cogens), especialmente aquellas que tipifican un ilícito
penal; y que para determinar si se produce ese fin será necesario examinar la causal del
contrato, el motivo común a las partes contratantes, las condiciones que lo delimitan y su
objeto. Tercero.- Que la venta como propio de bien ajeno está tipificada como delito de
defraudación en el Artículo ciento noventisiete inciso cuarto del Código Penal(1), acto
ilícito conocido como estelionato. Cuarto.- En consecuencia, la apreciación a priori que
contiene la sentencia de vista en su motivo cuarto para establecer la improcedencia de la
demanda se emite sin haber analizado previamente los elementos antes señalados. Quinto.-
Que, será igualmente ilícito el acto jurídico contra «bona mores», pues las buenas
costumbres dentro del Derecho Civil se refieren a una vasta gama de conductas que se
califican como inmorales, lo que en todo caso corresponderá calificar al Juez, y es errado
calificar apriorísticamente, que su invocación resulta insuficiente para sancionar con
nulidad un acto jurídico, como se considera en el motivo quinto de la de vista. Sexto.- Que,
en la demanda se aduce fraude y dolo, y la sentencia de vista se ha remitido a la figura del
fraude del deudor, legislado en el Artículo ciento noventicinco del Código Civil, lo que no
corresponde a los hechos invocados que sustentan el petitorio de la demanda; y como se ha
invocado dolo, se ha remitido al dolo civil como causal de anulabilidad olvidando el dolo
penal que es la base del ilícito penal. Sétimo.- Que, conforme al Artículo sétimo del Título
Preliminar del Código Adjetivo, el Juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso,
aunque no haya sido invocado por las partes y sólo le está prohibido ir más allá del petitorio
o sustentarse en hechos no invocados por las partes. Octavo.- Que, en consecuencia, la
sentencia de vista incurre en la interpretación errónea del Artículo quinto del Título
Preliminar del Código Civil, y la inaplicación de las normas sustantivas que se señalan en la
Resolución de calificación del Recurso de Casación, sólo será posible verificarla por su
confrontación con los hechos que se determinen en la instancia. Noveno.- Que, la sentencia
de vista que ha revocado la apelada, no contiene relación de hechos y declara la
improcedencia de la demanda, lo que no permite a esta Sala Casatoria examinar la
aplicación del derecho pertinente. Décimo.- Que, aun cuando el Recurso de Casación se ha
calificado como procedente por causales sustantivas, es necesario declarar la nulidad de la
recurrida, para que los Jueces de mérito apreciando la prueba actuada determinen la
cuestión fáctica y emitan pronunciamiento de fondo; Por estas consideraciones; declararon:
FUNDADO el Recurso interpuesto a fojas quinientos quince; NULA la sentencia de vista
de fojas quinientos dos, de fecha primero de setiembre de mil novecientos noventinueve;
ORDENARON que el órgano jurisdiccional inferior expida nuevo fallo con arreglo a Ley;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en
los seguidos por Piero Pierantoni Cámpora con Sociedad Agrícola San Pablo Sociedad
Anónima y otros, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ROMÁN S.; ECHEVARRÍA A.; DEZA P.

Formalidad del acto jurídico

En la compraventa, las partes tienen el derecho de exigir las formalidades que requieran, no
como requisito para acreditar la existencia del acto, sino como simple cumplimiento de
formalidades que otorguen mayor seguridad respecto de sus relaciones contractuales.

Expediente N-222-97

29º Juzgado Civil

Lima, veinticuatro de julio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; actuando como ponente la señora Hidalgo Morán; por sus fundamentos
pertinentes; y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que de autos ha quedado acreditado
que a demandantes y la demandada los une la relación contractual relativa a la compra
venta del inmueble ubicado en el jirón Porras Barrenechea ciento ochentiocho urbanización
Santa Candelaria del distrito del Rímac, Segundo.- Que también está probado que la
demandada incumplió con su obligación de pago del saldo del precio acordado por tal
compraventa; Tercero.- Que a tenor de lo dispuesto en el artículo mil doscientos
cuarentidós del Código Civil, los intereses moratorios tienen por finalidad indemnizar la
mora en el pago; Cuarto.- Que de otro lado el artículo mil cuatrocientos doce del cuerpo
legal civil sustantivo ya citado otorga a las partes el derecho de exigir las formalidades que
requieran, no como requisito para acreditar la existencia del acto, lo que en el caso de autos
no es materia de cuestionamiento; sino como simple cumplimiento de formalidades que
otorguen a la partes mayor seguridad respecto de sus relaciones contractuales; Quinto.-
Que siendo ello así, la reconvención formulada por la demandada requiriendo tal
cumplimiento vía el otorgamiento de escritura pública, resulta atendible; Sexto.- Que la
reconvención planteada en relación a la indemnización solicitada no puede ser amparada,
puesto que en principio no se acredita daño alguno ocasionado a la demandada quien viene
poseyendo el bien materia de la compraventa y de otro lado, suspendió unilateralmente el
cumplimiento de su contraprestación de pago, pese a que no había acuerdo expreso a
efectos de la formalización de la propiedad por parte de los vendedores, tal como fluye del
instrumento de fojas veintiuno; Sétimo.- Que a efectos del pago de costas y costos
generados por el presente proceso, corresponde exonerarse a las partes de su pago, desde
que ambas se ven favorecidas por el fallo en la presente resolución, por lo que procede tal
pronunciamiento de lo dispuesto por el artículo cuatrocientos doce del Código Procesal
Civil; por tales fundamentos: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento doce,
su fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventisiete en cuanto falla declarando
FUNDADA en parte la demanda y ordena que la demandante pague a los demandados el
saldo pendiente de pago ascendente a dos mil quinientos dólares americanos e infundada la
reconvención formulada relativa al pago de indemnización; la REVOCARON en cuanto
dispone que dicha suma generará intereses legales, fija indemnización ascendente a mil
quinientos soles y declara infundadas las reconvenciones formuladas;
REFORMANDOLADISPUSIERON que el saldo de pago de precio generará intereses
moratorios, y asimismo declararon FUNDADA la reconvención formulada relativa al
otorgamiento de escritura pública a la que se hallan obligados los demandantes a favor de la
demandada en relación a la compra venta del inmueble materia de autos; sin costas ni
costos, y los devolvieron.

S.S. CARRION LUGO; BETANCOUR BOSSIO; HIDALGO MORAN

Manifestación de voluntad: interna y externa (A)

Para que exista voluntad jurídica se requiere de la concurrencia de elementos internos


(discernimiento, intención y voluntad) y externos (manifestación); que, con los elementos
internos queda formada la voluntad, la misma que para producir efectos jurídicos requiere
que sea manifestada; que, la voluntad declarada es la voluntad exteriorizada por medio de
declaraciones y comportamientos y, es la única que puede ser conocida por el destinatario.

Casación 1772-98-Apurimac

APURIMAC

Lima, veintiocho de enero de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPúBLICA, vista la Causa número mil setecientos setentidós - noventiocho; con el
acompañado; en Audiencia Pública de fecha dieciséis de noviembre del año pasado y,
producida la votación con arreglo a ley; emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por doña Lucía Mérida Prada Prada, mediante
escrito de fojas trescientos cuarenticuatro, contra la sentencia de vista de fojas trescientos
treintiuno, de fecha veinticuatro de junio de mil novecientos noventiocho, expedida por la
Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Apurímac, que confirmando la apelada de
fojas doscientos veintiséis, su fecha quince de diciembre de mil novecientos noventisiete,
declara fundada en parte la demanda de fojas cuarentitrés, sobre otorgamiento de escritura,
con lo demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La recurrente sustenta su recurso en los incisos primero, segundo y tercero del Artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, denunciando: a) la aplicación indebida de
los Artículos mil ciento cuarentiocho y mil ciento cincuenta del Código Civil, señalando
que debe aplicarse el Artículo mil trescientos cincuentinueve del indicado texto legal, por
cuanto al no existir acuerdo ni manifestación de voluntad no hay contrato perfeccionando;
b) la interpretación errónea del Artículo ciento cuarenta del Código Sustantivo citado,
refiriendo que la Sala ha amparado el derecho del demandante en virtud de un documento
sin eficacia jurídica ni probatoria, al que dan el valor de acto jurídico y calidad de Contrato
de compraventa sin que haya consentimiento de la vendedora; c) la inaplicación de los
Artículos doscientos diecinueve inciso primero y novecientos veintitrés del Código Civil,
por cuanto es nulo el acto jurídico cuando falta manifestación del agente y el título de
propiedad debidamente registrado le permite reivindicar la segunda planta ocupada por el
actor, y, d) la contravención de normas que garantizan el derecho de defensa y la infracción
de las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales, alegando que no
se ha resuelto en la impugnada la nulidad de la sentencia apelada y la nulidad de todo lo
actuado, reponiendo la causa al estado de proveerse con arreglo a ley la recusación del
Juez, conforme al Artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, hecha valer en su
Recurso de Apelación, además por haberse seguido el proceso con infracción de lo previsto
en el inciso tercero del Artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del Estado.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, por resolución de fojas trescientos sesentiséis se concedió el Recurso de


Casación y con fecha diecisiete de agosto de mil novecientos noventiocho fue declarado
procedente por las causales invocadas, razón por la cual es menester analizar sus
fundamentos.

Segundo.- Que, el proceso que motiva la interposición del Recurso de Casación es uno de
otorgamiento de escritura con demanda reconvencional de nulidad de documento y acto que
lo contiene, reivindicación y restitución de bien inmueble, sustentado, fundamentalmente,
en el documento de fojas tres, repetido a fojas ocho, referido a una minuta de compraventa
respecto del inmueble sito en el Pasaje Olímpico número ciento veintitrés de la provincia de
Abancay, departamento de Apurímac, de fecha nueve de marzo de mil novecientos
noventa.

Tercero.- Que, como resultado de la valoración de la prueba realizada en las instancias


inferiores, se ha establecido de manera indiscutible que la referida minuta de compraventa
no ha sido suscrita por la demandada, esto no obstante, han concluido que dicho documento
contiene los requisitos exigibles para la constitución del acto jurídico, conforme al artículo
ciento cuarenta del Código Civil.

Cuarto.- Que, la indicada norma de derecho material establece que el acto jurídico es la
manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas, requiriéndose para su validez la concurrencia de: agente capaz, objeto física y
jurídicamente posible, fin lícito y observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.

Quinto.- Que, para que exista voluntad jurídica se requiere de la concurrencia de elementos
internos (discernimiento, intención y voluntad) y externos (manifestación); que, con los
elementos internos queda formada la voluntad, la misma que para producir efectos jurídicos
requiere que sea manifestada; que, la voluntad declarada es la voluntad exteriorizada por
medio de declaraciones y comportamientos, siendo la única que puede ser conocida por el
destinatario.

Sexto.- Que, al haberse determinado que la minuta anteriormente glosada ha sido firmada
sólo por el demandante, es claro que no se ha producido la manifestación de voluntad, es
decir que no ha sido exteriorizada en la forma señalada en el quinto considerando de esta
resolución, atendiendo a que la voluntad de algún modo exteriorizada (manifestada) es
elemento dinámico por excelencia del mundo jurídico; incurriéndose, en consecuencia, en
una interpretación errónea del Artículo ciento cuarenta del Código Civil, al no haberse
tenido en cuenta este requisito esencial.

Sétimo.- Que, si bien cuando las sentencias inferiores amparan la pretensión del actor, lo
hacen sobre la base de los Artículos mil ciento cuarentiocho y mil ciento cincuenta del
Código Civil(1), referidos al tiempo y modo de ejecución del hecho y a los derechos del
acreedor debido a su inejecución, también lo es que, en base a los hechos determinados por
ellas respecto a la falta de suscripción de la minuta de compraventa por la demandada, no
toman en cuenta que ello demuestra precisamente la falta de perfeccionamiento del contrato
por la ausencia de acuerdo concurrente de voluntades entre las partes; en tal sentido, la
aplicación que se hace de las normas citadas es indebida para la solución del caso sublitis,
siendo de aplicación el Artículo mil trescientos cincuentinueve del Código Civil que
prescribe que no hay contrato mientras las partes no estén conformes sobre todas sus
estipulaciones, aunque la discrepancia sea secundaria.

Octavo.- Que, el otorgamiento de escritura pública procede únicamente cuando existe una
relación contractual que obligue a la parte demandada en tal sentido, lo que no se da en el
caso de autos, por lo tanto, la demanda deviene en improcedente.

Noveno.- Que, por otro lado, el acto nulo lo es de pleno derecho y por ello no requiere de
una sentencia judicial que así lo declare, salvo que se pretenda ejercitar un derecho sobre su
base, sin embargo, en el caso concreto, siendo improcedente la acción del actor, es evidente
que ha desaparecido la perturbación ocasionada por la utilización del documento que
contiene el acto jurídico nulo, por tanto, deviene en improcedente la acción reconvencional
de nulidad de acto jurídico.

Décimo.- Que habiendo la demandada obtenido sentencia favorable en un proceso de


desalojo contra el demandante, respecto al bien inmueble detallado, conforme lo acredita
con la copia certificada de fojas doscientos treintiséis, ello importa en el fondo el ejercicio
del derecho de reivindicación que ha efectuado la emplazada, razón por la cual, el extremo
de su demanda reconvencional mediante la cual pretende la reivindicación y restitución de
la segunda planta del bien indicado, deviene también en improcedente.

Undécimo.- Que, finalmente, habiendo acreditado la impugnante la existencia de vicios in


judicando en la impugnada, carece de objeto, por economía procesal y por interesar a la
justicia, emitir pronunciamiento respecto a los vicios in procedendo denunciados así como
respecto a las demás normas de derecho material invocadas, en consecuencia, por las
consideraciones precedentes, de conformidad con lo establecido en el inciso primero del
Artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil. declararon FUNDADO el
Recurso de Casación de fojas trescientos cuarenticuatro, interpuesto por doña Lucía Mérida
Prada Prada, en consecuencia: NULA la sentencia de vista de fojas trescientos treintiuno,
de fecha veinticuatro de junio de mil novecientos noventiocho, expedida por la Sala Mixta
de la Corte Superior de Justicia de Apurímac, y actuando en sede de instancia:
REVOCARON la sentencia apelada de fojas doscientos veintiséis, su fecha quince de
diciembre de mil novecientos noventisiete, que declara fundada en parte la demanda de
otorgamiento de escritura e infundada la demanda reconvencional de nulidad de acto
jurídico, reivindicación y restitución; REFORMANDOLA : declararon IMPROCEDENTE
la demanda de fojas cuarentitrés sobre otorgamiento de escritura e IMPROCEDENTE la
demanda reconvencional de nulidad de documentos y acto que contiene, reivindicación y
restitución; sin costas ni costos; MANDARON se publique la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por don Porfirio Paulino Prada Prada con doña
Lucía Mérida Prada Prada sobre otorgamiento de escritura pública; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ALMENARA B.; VáSQUEZ C.; ECHEVARRíA A.; CELIS Z.

Manifestación de voluntad: silencio

El silencio no importa manifestación de voluntad cuando la ley o el convenio no le


atribuyen ese significado. El adquirente no está obligado a respetar contratos de
arrendamiento no inscritos en los Registros Públicos.

Casación 937-95

LIMA

Lima, diez de julio de


mil novecientos noventiséis.-

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública el


veinticinco de junio del año en curso emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso casación interpuesto por Inmobiliaria
Gamma Sociedad Anónima, mediante escrito de fojas ciento ochentitrés, contra la sentencia
de fojas ciento setentisiete, su fecha cinco de setiembre de mil novecientos noventicinco,
expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Lima, que revocando la sentencia
apelada de fojas ciento cincuentidós, su fecha veinticinco de julio de mil novecientos
noventicinco, declaró infundada la demanda de desalojo interpuesta contra Inmobiliaria
César Víctor Sociedad Anónima.

FUNDAMENTO DEL RECURSO: La demandante fundamenta su recurso en lo dispuesto


por el inciso primero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil,
señalando como sustento del mismo la interpretación errónea de los artículos ciento
cuarentidós, mil trescientos sesentitrés y mil setecientos ocho inciso segundo del Código
Civil;
CONSIDERANDO:

PRIMERO.- Que, concedido el recurso de casación a fojas ciento ochentisiete, fue


declarado procedente mediante resolución de dos de abril de mil novecientos noventiséis,
respecto de la causal invocada;

SEGUNDO.- Que, tratándose de la enajenación de un bien arrendado, el inciso segundo del


artículo mil setecientos ocho del Código Civil dispone que si el arrendamiento no ha sido
inscrito, el adquiriente puede darlo por concluido y que excepcionalmente el adquiriente
está obligado a respetar el arrendamiento si asumió dicha obligación;

TERCERO.- Que, en este caso el arrendamiento no se encontraba inscrito en los Registros


Públicos, por decisión de dicha entidad, que consta de fojas cuarenticuatro y el adquiriente
no asumió en el contrato de compraventa, ni por otro documento, la obligación de respetar
la locación-conducción;

CUARTO.- Que, con estos antecedentes la sentencia de vista ha considerado que desde la
fecha en que la demandante adquirió el inmueble sub-litis y el día en que cursó las cartas
notariales dando por concluido el contrato, había transcurrido más de un año, por lo que por
su silencio y omisión del ejercicio de la opción que le confería el inciso segundo del
artículo mil setecientos ocho del Código Civil, resultó asumiendo la obligación excepcional
de respetar el contrato de arrendamiento;

QUINTO.- Que, el inciso segundo del artículo mil setecientos ocho del Código Civil ha
sido interpretado erróneamente en la sentencia de vista, porque éste contiene una sola
excepción a la facultad de dar por concluido el contrato y es si el adquiriente asumió la
obligación de respetar el arrendamiento lo que no ha ocurrido en este caso;

SEXTO.- Que, también ha sido interpretado erróneamente el artículo ciento cuarentidós del
Código Civil, porque el silencio importa manifestación de voluntad cuando la ley o el
convenio le atribuyan ese significado y para la circunstancia de la enajenación de un bien
arrendado, ni la ley le atribuye tal significado, por que la única excepción que contempla es
que el adquiriente haya convenido en el respeto del arrendamiento, ni tampoco existe
convenio que le atribuya tal significado;

SETIMO.- Que, asimismo se ha interpretado erróneamente el artículo mil trescientos


sesentitrés del Código Civil, porque no habiéndose celebrado el contrato de arrendamiento
con la demandante y no encontrándose inscrito en los Registros Públicos, no puede
producir efecto con la actora;

OCTAVO.- Que, habiéndose incurrido en la sentencia de vista en la interpretación errónea


de los artículos ciento cuarentidós, mil trescientos sesentitrés e inciso segundo del artículo
mil setecientos ocho del Código Civil, la demanda de desalojo por conclusión del contrato
debe ampararse y aplicando el inciso primero del artículo trescientos noventiséis del
Código Adjetivo;
SE RESUELVE:

DECLARARON: FUNDADO el recurso de casación de fojas ciento ochentitrés, nula la


sentencia de vista de fojas ciento setentisiete, su fecha siete de setiembre de mil
novecientos noventicinco y dispusieron que Inmobiliaria César Víctor Sociedad Anónima,
desocupe el inmueble ubicado en el Jirón Junín número trescientos, trescientos cuatro,
trescientos seis, trescientos diez, trescientos doce y trescientos dieciséis; esquina con el
Jirón Lampa números trescientos uno, trescientos cinco, trescientos diecisiete y trescientos
diecinueve; en el plazo de seis de días; debiendo abonar la demandada las costas y costos
correspondientes a la primera instancia.

SS.
RONCALLA
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA.
María Julia Pisconti D.
Secretaria.

Necesidad de acreditar en la acción pauliana la preexistencia del crédito

«... Para tales efectos (acción pauliana), el actor debe acreditar necesariamente la
preexistencia del crédito a la fecha de la disposición del bien, pues el daño al acreedor se
produce justamente cuando el deudor dispone de éste con el fin de perjudicarle».

CASACION Nro. : 775 - 96 / HUANUCO.

Lima, seis de octubre de mil novecientos noventiocho.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista en


audiencia pública el día cinco de los corrientes, emite la siguiente sentencia; teniendo a la
vista el acompañado:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por F&R del Perú, Sociedad Anónima, contra
la sentencia emitida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huánuco de fojas
doscientos cincuentisiete, su fecha seis de marzo de mil novecientos noventiséis, que
confirmando la sentencia apelada de fojas doscientos dieciséis, su fecha veintinueve de
diciembre de mil novecientos noventicinco, declara infundada la demanda interpuesta; con
lo demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:


La Corte mediante Ejecutoria Suprema de fecha dos de octubre de mil novecientos
noventiséis ha estimado procedente el Recurso de Casación por las causales contenidas en
los incisos primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, el recurrente fundamenta su agravio en que al expedirse la impugnada, el


colegiado ha aplicado indebidamente los Artículos ciento cuarenta inciso cuarto, mil
noventiocho y mil noventinueve del Código Civil, bajo la afirmación que la presente acción
versa sobre ineficacia de contrato de anticipo de legítima, nulidad de acto jurídico e
inscripción en Registros Públicos por fraude, pero que sin embargo el colegiado da otro
contenido a la demanda, es decir como si se tratara de garantía hipotecaria; de otro lado ha
denunciado la inaplicación de los Artículos ciento noventicinco, doscientos, inciso quinto
del Artículo doscientos diecinueve y mil doscientos diecinueve del mismo cuerpo legal ya
que ha existido deliberada intención de los demandados para no pagar la deuda; y, que al
efectuar el anticipo de legítima se ha producido el daño que habían querido.

Segundo.- Que, la acción pauliana contenida en el Artículo ciento noventicinco del Código
Civil, es aquella por la cual el acreedor solicita que quede sin efecto el acto realizado por su
deudor, el cual comporta una disminución en el patrimonio de éste y que hace imposible el
pago de sus acreencias; razón por la que se solicita se revoque el acto celebrado con un
tercero para lograr hacerse pago con el bien que debe reingresar al patrimonio del deudor.

Tercero.- Que, para tales efectos, el actor debe acreditar necesariamente la preexistencia del
crédito a la fecha de la disposición del bien, pues el daño al acreedor se produce justamente
cuando el deudor dispone de éste con el fin de perjudicarle.

Cuarto.- Que, ha quedado establecido en las instancias inferiores que las partes han tenido
tratos comerciales desde el mes de febrero de mil novecientos ochentitrés, suscribiendo
para ello un contrato de Distribución Mercantil, en donde los demandados gravan el único
bien de la sociedad conyugal a favor de la empresa demandante, como garantía de sus
obligaciones.

Quinto.- Que, no obstante ello y luego de que los demandados fueron vencidos en proceso
ejecutivo iniciado por la empresa demandante por incumplimiento de su obligaciones, han
procedido a dar en anticipo de legítima el bien antes referido a favor de sus hijos.

Sexto.- Que, así, están configurados los requisitos para la procedencia de la acción
pauliana, ya que se advierte el perjuicio ocasionado al acreedor así como la intención de los
deudores de sustraerse de su obligación.

Séptimo.- Que, de otro lado, la presente litis no se trata de un proceso de ejecución de


garantías en donde la acción persecutoria es sobre el bien, y para lo cual se exige que se
cumplan los requisitos de formalidad para validez de ella y a que hacen referencia el inciso
cuarto del Artículo ciento cuarenta, mil noventiocho y mil noventinueve del Código Civil.
Octavo.- Que, por el contrario la acción es personal ya que se pretende el cumplimiento de
la obligación por los deudores, razón por lo que resulta de aplicación al caso los Artículos
ciento noventicinco, doscientos, inciso quinto del Artículo doscientos diecinueve y mil
doscientos diecinueve del Código antes acotado.

4. SENTENCIA:

Por las consideraciones que anteceden, con lo expuesto en el dictamen de la señorita Fiscal
Supremo en lo Civil y, con la facultad que concede el inciso primero del Artículo
trescientos noventiséis del Código Adjetivo: declararon FUNDADO el Recurso de
Casación interpuesto, en consecuencia CASARON la sentencia de vista de fojas doscientos
cincuentisiete, su fecha seis de marzo de mil novecientos noventiséis y, ACTUANDO EN
SEDE INSTANCIA, REVOCARON la sentencia apelada de fojas doscientos dieciséis, su
fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos noventicinco, declararon FUNDADA la
demanda interpuesta a fojas veintidós, en consecuencia nulo el contrato de anticipo de
legítima suscrito entre don Guido Máximo Cabrera Herrera y su esposa doña Ana María
Villanueva Tarazona a favor de sus hijos Rocío del Pilar, Guido Ezequiel, Christian
Guillermo, Ana Milena, Roque Ernesto, Paola Milagros y Fiorella Gracia Cabrera
Villanueva, respecto del inmueble ubicado en jirón Prolongación Abtao número trescientos
quince y trescientos diecisiete, Lotización La Quinta, Huánuco, así como el acto que lo
contiene; en los seguidos con don Guido Máximo Cabrera Herrera y otros, sobre ineficacia
de contrato; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; ORTIZ, SANCHEZ PALACIOS; CASTILLO L.R.S.; CELIS

Nulidad del acto jurídico: ausencia de manifestación de voluntad

Para la validez del acto jurídico se requiere la concurrencia, entre otros elementos, de la
manifestación de voluntad del agente. La ausencia de ésta acarrea la nulidad del acto. En el
caso de actos jurídicos de la sociedad conyugal en los cuales deben intervenir ambos
cónyuges de consuno, el acto es nulo si no participa uno de ellos.

Expediente 675-92

Dpte: María Quintana de Giralt.


Ddos: Cofide y otro.
Materia: Nulidad de Acto Jurídico.
solución Nº Veintiséis

Lima, quince de setiembre de


mil novecientos noventitrés.-

VISTOS: resulta de autos que por escrito de fojas catorce doña María Teresa Quintana de
Giralt interpone demanda en contra de Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE) y
contra Hilados Cardados Sociedad Anónima, a fin de que se declare nulo el contrato de
mutuo con garantía hipotecaria celebrado entre los demandados y donde su esposo don José
Giralt, en su calidad de socio accionista de Hilados Cardados Sociedad Anónima firma un
contrato sin el consentimiento ni la firma de la recurrente, siendo así sorprendida que
impugna por ilegal por cuanto en dicho documento hacen aparecer que mi esposo pone en
garantía nuestra casa que pertenece al hogar conyugal a fin de que garantice un préstamo
sin que se haya dado el consentimiento para tal garantía, constituyéndose de este modo una
ilegal hipoteca por la suma de sesenta mil novecientos setenta dólares americanos del
inmueble sito en la avenida Las Camelias número ochocientos treinta - San Isidro, inscrita
en el asiento C-tres de la ficha número treintitrés mil ciento sesentinueve y trescientos mil
ciento setentidós del Registro de Propiedad Inmueble de Lima, que, antes de ser contestada
la demanda la varía ampliándose al pago de una indemnización por daños y perjuicios
ocasionados hasta por la suma de cien dólares americanos; este contrato a su vez tenía otro
aclaratorio y confirmatorio, en donde la recurrente aparece firmando, firma que es
dolosamente falsificada; que, con los documentos fraguados la Corporación Financiera de
Desarrollo interpone una demanda de ejecución de Hipoteca por ante el Octavo Juzgado
Civil de Lima, Secretaria Nidia Espinoza, donde se ordena el remate del inmueble referido;
corrido el traslado de la demanda y su ampliación, según consta a fojas quince vuelta y
veinticinco respectivamente; absuelve la Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE)
la niega y contradice en todos sus extremos; que, el demandado Hilados Cardados Sociedad
Anónima la absuelve en su rebeldía, abierta la causa a prueba conforme consta a fojas
sesentinueve y actuadas las ofrecidas, solicitada sentencia, este Juzgado pasa a expedirla; Y
CONSIDERANDO: que, de las conclusiones del peritaje grafotécnico que obran a fojas
cincuenticinco, se determina la falsificación de la firma de la demandante del contrato de
préstamo, así como del contrato Confirmatorio y Aclaratorio, suscritos por Corporación
Financiera de Desarrollo; que, al amparo del artículo doscientos diecinueve del Código
Civil el acto jurídico es nulo, cuando su fin sea ilícito, cuando falte la manifestación de
voluntad del agente y cuando no reviste la forma prescrita por la ley; que, del artículo
doscientos veinticinco, no debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo. Puede confundirse el acto aunque el documento se declare nulo, por cuanto la
obligación es un efecto y nunca una causa; que, del artículo trescientos quince del Código
acotado, para disponer de los bienes de la sociedad conyugal o gravarlos, se requiera la
intervención del marido y la mujer. Empero cualquiera de ellos puede ejercitar tal facultad
si tiene poder especial del otro; que, por tanto cabe amparar la presente demanda por la
manifiesta nulidad del acto jurídico materia de este proceso, los cuales han generado un
daño moral y económico, existiendo del mismo, una relación de casualidad entre el acto
producido y su resultado; y siendo el estado de dictar sentencia; FALLO: declarando
FUNDADA la demanda de fojas catorce y FUNDADA en parte la ampliatoria de fojas
veintitrés y veinticuatro, en consecuencia, se declara nulo el contrato de mutuo celebrado
entre Corporación Financiera de Desarrollo y Hilados Cardados Sociedad Anónima,
protocolizado con fecha once de Noviembre de mil novecientos ochentisiete por ante el
Notario Aurelio Díaz Rodríguez, así como los contratos aclaratorio y confirmatorio
celebrado ante el Notario Ricardo Ortiz de Zevallos y páguese a favor de María Teresa
Quintana de Giralt la suma de cinco mil dólares americanos o su equivalente en moneda
nacional al tipo de cambio al día de pago por concepto de indemnización por daños y
perjuicios, subsistiendo sus obligaciones generadas en él, notificándose al registro Público
para su inscripción correspondiente, con costas.-
DR. SEGUNDO VICENTE ZARRIA CARBAJO,
Juez (P) del Quinto Juzgado Civil de Lima

JUAN A. ALVAREZ ANDRADE,


Testigo Actuario Adscrito al 5to. Juzgado Civil de Lima

EXPEDIENTE 24-94

Lima, veintidós de Agosto de


mil novecientos noventicuatro.-

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la Doctora Ahon Castañeda; por sus
fundamentos; y CONSIDERANDO: Que no se ha probado en autos la autoría y/o
participación de los demandados en el evento dañoso del que deriva la acción ejercitada, ni
menos la culpabilidad aquilina de las mismas que para ordenar el pago de indemnización
por daños y perjuicios, además de la relación de causalidad entre la acción u omisión y el
efecto dañoso y perjudicial debe demostrarse el dolo, culpa o morosidad y la efectiva
producción de los daños y perjuicios, sin que baste para su procedencia la posibilidad de
que se hayan suscitado, sino que es de rigor la probanza pertinente: REVOCARON la
sentencia de fojas noventidós y noventitres su fecha quince de setiembre de mil novecientos
noventitres en cuanto ordena a las demandadas el pago de cinco mil dólares americanos o
su equivalente en moneda nacional al tipo de cambio del día de pago por concepto de
indemnización por daños y perjuicios en favor de doña María Quintana de Giralt;
reformándola en este extremo; Declararon INFUNDADA en esta parte la demanda de fojas
catorce ampliada a fojas veintitrés, y en consecuencia, sin lugar el pago por daños y
perjuicios; CONFIRMARON la propia sentencia en cuanto declara Nulo el Contrato de
Mutuo celebrado entre Corporación Financiera de Desarrollo e Hilados Cardados Sociedad
Anónima, así como los contratos aclaratorios y confirmatorios celebrados ante el Notario
Ricardo Ortiz de Zevallos; con los demás que contiene; en los seguidos por María Quintana
de Giralt con Corporación Financiera de Desarrollo y otro sobre Nulidad de Acto Jurídico;
y los devolvieron.-

ARON CASTAÑEDA

VALCARCEL SALDAÑA

TELLO PIÑEIRO

Patricia Pando Simonetti


Secretaria

Nulidad de acto jurídico: acto de disposición de bien común

Ninguno de los cónyuges puede atribuirse el dominio del todo o una parte de los bienes
comunes, mientras no se practique la adjudicación post-liquidación; por tanto, el acto de
disposición de un cónyuge respecto de un bien indiviso adolece de nulidad.
Expediente 1575-91

LIMA

Lima, veintiuno de mayo de mil novecientos noventitrés.-

VISTOS; por los fundamentos de la sentencia de primera instancia; y CONSIDERANDO:


que de autos resulta debidamente acreditado que el lote de terreno número cinco de la
manzana "C" de la Urbanización La Pascana-Comas se ha adquirido durante la vigencia del
matrimonio de don Américo Flores Torres con doña Dominga Baltazar Meza; que según el
artículo ciento ochentiocho del Código Civil de mil novecientos treintiséis, modificado por
el Decreto Ley diecisiete mil ochocientos treintiocho, de treinta de setiembre de mil
novecientos sesentinueve, aplicable al presente caso, el marido, en su condición de
administrador de los bienes comunes, requería la intervención de su cónyuge para disponer
o gravar los bienes comunes a título gratuito u oneroso; que tratándose de bienes
gananciales, en tanto que la adjudicación no se practique, como consecuencia de la
correspondiente liquidación, no puede atribuirse uno de los cónyuges el dominio del todo o
una parte de los bienes gananciales determinados; que el demandado ha transferido el
mencionado terreno que corresponde a la sociedad legal de gananciales, sin la previa
liquidación y adjudicación a su favor, por lo que ese acto de disposición adolece de nulidad
virtual por ser contraria a la precitada disposición legal y por subsistir el estado de
indivisión; que con arreglo al artículo novecientos siete del Código Civil, la posesión
adquirida de buena fe pierde este carácter en el caso y desde el momento en que existen
actos que acrediten que el poseedor no ignora que posee la cosa indebidamente, de donde se
infiere que si la indicada norma legal ha de producir el debido efecto, no puede menos
entenderse que la posesión del demandado Gumercindo Fuertes Albarazo pierde el carácter
de pacífica; en el presente caso, desde el cinco de enero de mil novecientos ochentiocho,
fecha en que fue notificado con la demanda que ha dado lugar al presente juicio; que
además, la prescripción adquisitiva de dominio está sujeta a un procedimiento especial;
declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos veintidós, su
fecha primero de agosto de mil novecientos noventiuno, que declara infundada la demanda
de fojas dieciséis, improcedente la acumulada de fojas ciento sesentiocho, fundada la
reconvención de fojas treintiuno en el extremo de prescripción adquisitiva de dominio e
improcedente la misma reconvención en lo demás extremos; REFORMANDOLA en estos
puntos: CONFIRMARON en los mismos la apelada de fojas trescientos seis, su fecha
veintitrés de enero del mismo año; y, en consecuencia, nulo y sin valor legal el contrato de
promesa de venta respecto al lote de terreno número cinco, de la manzana "C", de la
Urbanización La Pascana del distrito de Comas, de fecha primero de febrero de mil
novecientos setenticinco, debiendo don Gumercindo Albarazo restituir a los herederos de
doña Domingo Salazar Meza la propiedad y posesión del bien sub-litis; declararon NO
HABER NULIDAD en lo demás que contiene y es materia del grado; en los seguidos por
Alicia Flores de Sumaeta y otros con Gumercindo Fuertes Albarazo y otro sobre nulidad de
acto jurídico; y los devolvieron.-

SS. URRELLO - MENDOZA - ALMENARA - LANDA - RONCALLA


Nulidad de acto jurídico: Declaración de nulidad de acto jurídico: ¿sanción o
reconocimiento judicial? (A)

... de conformidad con los artículos 219º y 220º del Código Civil, los actos jurídicos son
nulos ipso jure, esto es que no requieren de una sentencia judicial para que así lo
declaren ... la sanción de nulidad sobre el acto jurídico opera de pleno derecho, sin
embargo, en el desenvolvimiento de las relaciones jurídicas existen muchos actos jurídicos
nulos que se les da la apariencia de válidos... ello sólo es una apariencia de validez; ...
consiguientemente, resulta evidente el error del juzgador, quien no obstante considerar nulo
el contrato de anticresis, concluye indicando que como ya era nulo de pleno derecho,
resulta un imposible jurídico declarar su nulidad, soslayando mayúsculamente la naturaleza
de la declaración judicial de nulidad, que no es sancionadora sino reconocedora de una
situación ya existente, eliminando la referida apariencia de validez y obteniendo el efecto
erga omnes.

CAS. Nº 1843-98

ICA

Lima, veintinueve de octubre de mil novecientos noventinueve.

LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE SUPREMA


DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA:

VISTOS; en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, integrada por los señores
Vocales: Buendía Gutiérrez, Beltrán Quiroga, Almeida Peña, Seminario Valle, Zegarra
Zevallos; luego de verificada la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:

RECURSO DE CASACIÓN:

Interpuesto por don Julio Antonio Víctor Velarde Galindo, mediante escrito de fojas
noventicinco, contra la resolución de vista de fojas ochenticinco, su fecha veintidós de
mayo de mil novecientos noventiocho, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de
Ica, que declara Insubsistente la apelada de fojas sesenticuatro, fechada el veinticuatro de
febrero de mil novecientos noventiocho y, Nulo todo lo actuado hasta fojas veinte
inclusive, e Improcedente la demanda de fojas catorce; en los seguidos con don Cirilo
Chercca Silvera, sobre Nulidad de Contrato Anticrélico y otro.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Sala de Derecho Constitucional y Social a fojas veintidós del cuaderno de casación,


mediante resolución de fecha treinta de setiembre de mil novecientos noventinueve, ha
declarado procedente el Recurso de Casación respecto a la causal de Inaplicación del
Artículo doscientos veinte del Código Civil, para lo cual el recurrente expresa como
fundamento que la citada norma sustantiva complementa lo dispuesto por el Artículo
doscientos diecinueve del mismo cuerpo legislativo, para el cual si un acto jurídico debe ser
considerado nulo de pleno derecho, esta nulidad puede ser alegada por quienes tengan
interés o por el Ministerio Público; que además si bien dicha norma no la invocó en su
demanda, el Juez está en la obligación de utilizarla al momento de sentenciar según lo
dispuesto en el Artículo siete del Título Preliminar del Código Civil.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, de conformidad con los Artículos doscientos diecinueve y doscientos veinte
del Código Civil(1), los actos jurídicos nulos lo son ipso jure, esto es, que no requieren de
una sentencia judicial para que así lo declaren puesto que la sanción de nulidad sobre el
acto jurídico opera de pleno derecho; sin embargo, en el desenvolvimiento de las relaciones
jurídicas existen muchos actos jurídicos nulos que se les da la apariencia de válidos porque
las partes contratantes o una de ellas actúan como si tales asi lo fueran y de ello persuaden a
terceras personas; empero ello sólo es una apariencia de validez; y a fin de eliminar esta
apariencia se encuentra precisamente este Poder del Estado de quien, en el ejercicio del
derecho de acción, el justiciable obtiene una sentencia que reconoce dicha invalidez
declarando judicialmente la nulidad del acto jurídico, es decir, no está recién condenado
con la nulidad un acto jurídico sino que está declarando una situación ya existente.

Segundo.- Que, siendo ello así, trasladando lo expuesto al presente caso resulta evidente el
error en que se ha incurrido en la sentencia de vista; puesto que no obstante que el Superior
Colegiado ha considerado nulo el contrato de anticresis de fojas cinco, por incumplimiento
de una formalidad expresamente establecida en el Código Civil, como causal de dicha
sanción, concluye indicando que como ya era nulo de pleno derecho, resulta un imposible
jurídico declarar la nulidad de un instrumento nulo; soslayando mayúsculamente la
naturaleza de la declaración judicial de nulidad, que como ya se indicó no es sancionadora,
sino reconocedora de una situación ya existente, eliminado la referida apariencia de validez
y obteniendo el efecto erga omnes.

Tercero.- Que, en consecuencia, no existe, en lo absoluto imposibilidad jurídica alguna; y


por el contrario, precisamente para ello existe la pretensión de Nulidad de Acto Jurídico,
que es la que ha presentado el recurrente, la cual tratándose lógicamente de los casos
previstos en el Artículo doscientos diecinueve del Código Civil, esta misma norma, a través
del citado Artículo doscientos veinte, incluso falta plantearlo a quien tenga interés y al
Ministerio Público; y aún más, puede ser declarada de oficio por el Juez, siempre y cuando
resulta manifiesta.

Cuarto.- Que, por consiguiente, habiéndose reconocido la nulidad del contrato de anticresis
de autos, la declaración judicial en ese mismo sentido resulta perfectamente legal; de tal
modo que se ha incurrido en la causal denunciada, habiendo lugar a casar la sentencia en
uso de la facultad prevista en el Artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil
así como efectuar una recomendación a los Vocales integrantes de la Sala Civil de la Corte
Superior de Ica.

RESOLUCIÓN:

Declararon FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas noventicinco por don


Julio Antonio Víctor Velarde Galindo; en consecuencia NULA la sentencia de vista de
fojas ochenticinco, su fecha veintidós de mayo de mil novecientos noventiocho; y actuando
en sede de instancia, CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas sesenticuatro, fechada
el veinticuatro de febrero de mil novecientos noventiocho, que declara FUNDADA la
demanda de fojas catorce; y que en consecuencia declara Nulo el contrato de anticresis de
fojas cinco; con lo demás que contiene; RECOMENDARON a los Vocales integrantes de
la Sala Civil de la Corte Superior de Ica resolver los conflictos jurídicos que se les planteen
con mayor estudio de los hechos y conocimiento del derecho; ORDENARON la
publicación del texto de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos con don Cirilo Chercca Silvera, sobre Nulidad de Contrato Anticrético y otro; y
los devolvieron.

SS. BUENDÍA G.; BELTRÁN Q.; ALMEDIA P.;


SEMINARIO V.: ZEGARRA Z.

Nulidad de acto jurídico: falta de manifestación de voluntad

No existe manifestación de voluntad si se hace abuso de firma en blanco y se comprueba


que al momento de la supuesta celebración del contrato, la "vendedora" había perdido la
capacidad y habilidad escritural.

Expediente 650-96

Cusco

Lima, dieciocho de junio de mil novecientos noventisiete

VISTOS; con los acompañados; por sus propios fundamentos; y CONSIDERANDO


además: PRIMERO: Que, las pretensiones de Angel Sutta Mamani contenidas en su escrito
de demanda de fojas siete se sustentan en los documentos privados de contrato de compra
venta y contrato de aclaración, declaración y pago de precio de fechas veinte de febrero de
mil novecientos ochentisiete y ocho de marzo de mil novecientos ochentiocho,
respectivamente, y que corren a fojas treintiuno y treintidós de autos, los que al parecer
fueron suscritos por la Señora Cristina Enríquez Saravia Viuda de Frisancho, en su calidad
de vendedora del inmueble ubicado en la Calle Triunfo número trescientos cincuenticuatro
en la Ciudad del Cusco y por lo que le transfiere la propiedad de dicho inmueble al referido
demandante; 2º) Que, al contestar la demanda en mención se indica que tales documentos
son fraguados ya que la referida transfiriente no los firmó o que en todo caso se trata de un
abuso de firma en blanco, 3º) Que, a fojas trescientos veintiuno corre la pericia de
grafotecnia evacuada por la División de Criminalística de la Policía Nacional del Perú, en
la que se concluye que las firmas que aparecen en los documentos dubitados corresponden
al puño gráfico de la referida vendedora, pero que se trata de documentos fraguados ya que
se ha hecho abuso de firma en blanco, toda vez que Cristina Enríquez Saravia
aproximadamente, desde el dieciséis de diciembre de mil novecientos ochentiuno había
perdido la capacidad y habilidad escritural, de lo que se colige que las hojas donde aparecen
dichos documentos fueron firmadas con anterioridad a la colocación del texto de los
mismos, en consecuencia dichos documentos así como los actos jurídicos que lo contienen
resultan nulos por falta de manifestación de voluntad; declararon NO HABER NULIDAD
en la sentencia de vista de fojas setecientos cincuenticuatro, su fecha veinticuatro de
octubre de mil novecientos noventiséis, que confirmando la apelada de fojas seiscientos
cincuenta, su fecha cuatro de marzo de mil novecientos noventiséis, declara infundada la
demanda de fojas siete, con lo demás que contiene y que es materia del recurso; condenaron
en las costas del recurso y multa de ley a la parte que lo interpuso; en los seguidos por don
Angel Sutta Mamani y otros con la sucesión de Cristina Enríquez Saravia viuda de
Frisancho y otros, sobre cumplimiento de obligación de otorgamiento de escritura pública y
otros conceptos, con costas; y los devolvieron.-

SS. IBERICO / RONCALLA / SEMINARIO / TINEO / ALMEYDA

Nulidad de acto jurídico: legitimidad para obrar

La rescisión de un contrato sólo la pueden interponer los intervinientes en el contrato, sus


sucesores o causahabientes; mas la nulidad de un acto jurídico puede interponerla cualquier
persona que tenga interés, esto es, que le afecte directa o indirectamente su derecho, o el de
la persona o grupo de personas que representa, o cuando exista un interés difuso

Casación 2381-97

TACNA

Lima, siete de diciembre de mil novecientos noventiocho.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista


en audiencia pública en la fecha, con los acompañados; emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por la Municipalidad de Tacna contra la


sentencia de vista expedida por la Sala Civil de Tacna, de la Corte Superior de Justicia de
Tacna y Moquegua a fojas quinientos cincuenta, su fecha veintisiete de junio de mil
novecientos noventisiete, que revocando en parte la apelada de fojas cuatrocientos
cincuentidós, su fecha veintisiete de diciembre de mil novecientos noventiséis, declara
improcedente la demanda; con lo demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Sala Civil de la Corte Suprema mediante resolución del tres de febrero de mil
novecientos noventiocho, ha estimado procedente el Recurso de Casación, por la causal
relativa a la aplicación indebida de una norma de derecho material, contenida en el Artículo
mil quinientos treintinueve del Código Civil.

CONSIDERANDO:
Primero.- Que, efectuado un análisis de la materia controvertida, y especialmente del
petitorio que contiene la demanda, se colige claramente que se trata de una nulidad de acto
jurídico y no de rescisión del mismo, por venta de bien ajeno, a que se refiere el Artículo
mil quinientos treintinueve del Código Civil.

Segundo.- Que, siendo esto así, la sentencia de la Sala impugnada aplicó indebidamente esa
norma material para revocar la sentencia del Juez, que declaraba infundada la demanda para
declararla improcedente, en cuanto a la nulidad de acto jurídico; al respecto debe tenerse en
claro que la rescisión de un contrato sólo la pueden interponer los intervinientes en el
contrato, sus sucesores o causahabientes, mas la nulidad de un acto jurídico puede
interponerla cualquier persona que tenga interés, esto es, que le afecte directa o
indirectamente su derecho, o el de la persona o grupo de personas que representa, o exista
un interés difuso; así es que la Municipalidad interpuso la nulidad de la venta y partición,
con el argumento que esos actos afectaban una vía pública urbana, que está bajo su control
y cuidado.

Tercero.- Que, en consecuencia, la sentencia de vista impugnada ha incurrido en la causal


de casación prevista en el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil, en cuyo caso, el Tribunal de Casación actuando como ente de instancia debe
resolver el conflicto como lo establece el inciso primero del Artículo trescientos noventiséis
del mismo Código.

SENTENCIA:

Por estos fundamentos , de conformidad con la conclusión del dictamen de la señorita


Fiscal Supremo, la Sala Civil de la Corte Suprema, declara FUNDADO el Recurso de
Casación interpuesto por el Concejo Provincial de Tacna; en consecuencia CASARON la
sentencia de vista de fojas quinientos cincuenta, su fecha veintisiete de junio de mil
novecientos noventisiete; y actuando como sede de instancia CONFIRMARON en todos
sus extremos la sentencia del juez de fojas cuatrocientos cincuentidós, su fecha veintisiete
de diciembre, de mil novecientos noventiséis, que declara infundada la demanda; con todo
lo demás que contiene; en los seguidos con Mauro Fidel Berrios Liendo y otros, sobre
nulidad de acto jurídico y otros conceptos; ORDENARON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; ORTIZ; SÁNCHEZ PALACIOS; CELIS.

Nulidad de acto jurídico: simulación

El acto aparente de compraventa que oculta un acto real de transferencia de inmueble, sin
pago de precio alguno, del patrimonio de la entidad vendedora al patrimonio de otras
entidades compradoras (donación encubierta en perjuicio de tercero) constituye simulación
relativa anulable por irrogar un grave perjuicio económico al tercero demandante.

Expediente S/N
LIMA

Lima, veintisiete de diciembre de mil novecientos ochenticinco.

VISTOS; resulta de autos que por escrito de fojas veintitrés Inmobiliaria Sussie Sociedad
Anónima en su condición de accionista Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima interpone
demanda en la vía ordinaria contra Inversiones Cantú Sociedad Anónima, Urbanizadora
Santa Rosa del Palmar Sociedad Anónima y contra la Compañía Urbe Sociedad Anónima,
para que se declare la nulidad absoluta del contrato simulado de compraventa celebrado por
Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima como vendedora y las restantes demandadas como
compradoras mediante minuta del siete de setiembre de mil novecientos setenticuatro
elevada a Escritura Pública el diecinueve del propio mes y año ante el Notario Público
Daniel Céspedes Marín, así como para que se declare la nulidad de la inscripción de la
referida compraventa corriente en el asiento Tres-C de la ficha ciento cincuentiséis mil
novecientos del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima y para que se ordene que las
tres demandadas restituyan a la vendedora Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima, los
alquileres y bonos que se han cobrado desde setiembre de mil novecientos ochenticuatro
hasta la fecha en que la sentencia que recaiga en este juicio quede ejecutoriada a los
arrendatarios de los inmuebles objeto de la compraventa cuya Nulidad demanda,
devolución que deberá hacerse con sus respectivos intereses legales a partir de la fecha en
que los inquilinos pagaron los alquileres, y en forma alternativa para que se declare la
nulidad del contrato referido anteriormente por simulación, dolo, fraude y lesión, se declare
igualmente nulo el asiento de inscripción de tal acto y que las tres demandadas en su
calidad de simuladas compradoras indemnicen a la vendedora Inmobiliaria Dafna Sociedad
Anónima con una suma equivalente a los alquileres que han cobrado desde el mes de
setiembre de mil novecientos ochenticuatro e indemnicen a la actora las tres compradoras
demandadas con una suma equivalente al cuarenta por ciento del monto indemnizatorio que
se fije a Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima, fundamentándola en que los compradores
no han pagado suma alguna por los bienes y que por el precio pactado de seiscientos
veinticuatro millones de soles oro han entregado a la vendedora una letra de cambio sin
intereses y con vencimiento de catorce de setiembre de mil novecientos ochenticinco,
siendo este precio diminuto con relación al bien y su ubicación, así como es inferior incluso
el autoavalúo de mil novecientos ochentitrés; agregando que los compradores no tienen
capacidad económica para obligarse y comprar unos bienes valiosos; sostiene así mismo
que las tres sociedades compradoras son accionistas o directores Humberto Bertello
Másperi, José Bertello Másperi y Ana Rosa Bertello Másperi de Tozzini y su cónyuge
Nello Tozzini Azabache y las personas que suscriben la minuta y escritura pública de
compraventa son testaferros de los nombrados accionistas, sin capacidad económica y que
el propio Humberto Bertello, accionista y director de Urbe Sociedad Anónima es accionista
y director de Dafna Sociedad Anónima, o sea es mandatario de la compradora y la
vendedora y ha sido él quien ha aprobado en Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima la
venta; que en ello Tozzini aprobó en su condición de director de Dafna Sociedad Anónima
la venta y como director de Cantú Sociedad Anónima junto con su cónyuge doña Ana Rosa
Bertello de Tozzini, únicos directores, aprobó la compra; y finalmente que José Bertello
como director de Dafna Sociedad Anónima aprobó también la venta como director de ésta.
Corrido traslado de la demanda fue absuelto a fojas cuarentiséis en rebeldía de la co-
demandada Dafna Sociedad Anónima, y a fojas treintisiete por la restante en los términos
que allí aparece deduciéndose la excepción de falta de personería absuelto el trámite de
éste, abierta la causa a prueba, ofrecidas y actuadas las pertinentes, puesto los autos a
disposición de las partes para alegatos a llegado el estado de expedir sentencia; y
CONSIDERANDO : Que la excepción perentoria de falta de personería deducida, a fojas
treintisiete vuelta por el apoderado de la demandada, debe desestimarse, por cuanto la
actora acciona por derecho propio sin atribuirle representación alguna, que en cuanto al
fondo de la acción, debe señalarse que la Inmobiliaria Sussie Sociedad Anónima demanda
la nulidad del contrato de compraventa celebrado por Inmobiliaria Dafna Sociedad
Anónima como vendedora e Inversiones Cantú Sociedad Anónima, Urbe Sociedad
Anónima y Urbanizadora Santa Rosa del Palmar Sociedad Anónima como compradora,
cuyo acto consta en la minuta de fecha siete de setiembre de mil novecientos ochenticuatro,
elevada a escritura pública el diecinueve del mismo mes y año ante Notario Público Doctor
Daniel Céspedes Marín, haciéndola extensiva a la nulidad de su inscripción en los Registros
de la Propiedad Inmueble de Lima y a la restitución por parte de las compradoras, a favor
de Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima de los alquileres y bonos que han cobrado desde
el mes de setiembre de mil novecientos ochenta y cuatro; con tal propósito invoca su
calidad de propietaria de setenticinco mil quinientos sesenta acciones que representan el
cuarenta por ciento del capital de Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima y que por lo tanto
lo asiste interés manifiesto para accionar con arreglo al artículo sexto del título Preliminar
del Código Civil; como fundamento básico de la nulidad, sostiene de la existencia de
simulación absoluta en el contrato, que contempla el inciso quinto del artículo doscientos
diecinueve del citado Código; alternativamente plantea la nulidad por tratarse de un acto
jurídico simulado, doloso y fraudulento invocando lo dispuesto por los artículos doscientos
once incisos segundo, tercero y cuarto, ciento sesentiséis y ciento noventiséis de la misma
codificación, así como la nulidad del asiento registral y la indemnización a favor de la
compradora con una suma equivalente a los alquileres cobrados por la compradora desde el
mes de setiembre de mil novecientos ochenticuatro y a favor de la actora con una suma
equivalente a cuarenta por ciento del monto que se fije a favor de Inmobiliaria Dafna
Sociedad Anónima; como fundamento de hecho sostiene: Primero: que realmente no hubo
pago de precio, pues sólo se entregó a la vendedora una letra de cambio aceptada por los
compradores con vencimiento al catorce de setiembre de mil novecientos ochenticinco sin
intereses; Segundo: que el precio de venta es diminuto incluso inferior al del autoavalúo de
mil novecientos ochentitrés; Tercero: falta de capacidad económica de la compradora; y
Cuarto: la existencia de intereses en conflicto en razón de que don Humberto Bertello
Másperi es accionista y director de Urbe Sociedad Anónima y a su vez accionista y director
de Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima o sea que es mandatario tanto de la compradora
como de la vendedora, estando incurso en la prohibición que prescribe el artículo mil
trescientos noventisiete inciso segundo del Código Civil anterior y ciento sesentiséis del
vigente; igualmente, don Nello Tozzini Azabache, como director de la vendedora aprobó la
venta en la sesión del veintisiete de agosto de mil novecientos ochenticuatro, como director
de Inversiones Cantú Sociedad Anónima aprobó así mismo dicha venta conjuntamente con
su cónyuge; que en cuanto al primer punto debe señalarse que en las cláusulas segunda y
tercera de la escritura pública de fojas dos y siguientes se establece que el precio pactado
ascendente a seiscientos veinticuatro millones de soles será pagado en una letra de cambio
protestada por los tres compradores con vencimiento al catorce de setiembre de mil
novecientos ochenticinco precisando que la entrega de dicho título es cancelatoria del
precio; que en esta situación, existe pacto expreso en el sentido de que la entrega del título
valor produciría la cancelación del precio, siendo en este caso de aplicación la última parte
del artículo mil doscientos treintitrés del Código Civil primer párrafo; que si bien el artículo
mil doscientos cuarentiocho del Código Civil anterior establecía que la entrega de letras de
cambio u otros documentos, sólo producirá los efectos del pago cuando hubiesen sido
realizados, en el caso específico de autos, existiendo convenio expreso de las partes, debe
aplicarse la norma del artículo mil trescientos veintiocho del citado Código; que en todo
caso, la falta de pago del precio sólo podría ser alegada por la vendedora de conformidad
con el artículo mil cuatrocientos trece del Código Civil anterior y mil quinientos sesentitrés
del vigente; del mismo modo, la forma de pago en referencia no es índice de la existencia
de simulación o dolo en el contrato; en relación al precio diminuto, cabe señalar, que dicho
planteamiento importa la existencia de lesión en el contrato de compraventa, y en tal
sentido, la acción pertinente es la rescisoria a instancia del vendedor, la misma que debe
ejercitarse dentro de los seis meses de realizada la venta, tal como lo prescribe los artículos
mil cuatrocientos treintinueve y mil cuatrocientos cuarenta del Código Civil anterior,
concordante con los artículos mil cuatrocientos cuarentisiete y mil cuatrocientos
cincuenticuatro del vigente; que en el caso de autos se invoca la Nulidad por tercera
persona en un contrato celebrado el siete de setiembre de mil novecientos ochenticuatro,
razón por la cual carece de sustento legal dicho planteamiento; que de otra parte no se ha
probado que el precio pactado sea menor de la mitad del valor del predio, o en todo caso
que la desproporción entre las prestaciones al tiempo de celebrarse el contrato, sea mayor
de las dos quintas partes; en torno a la falta de capacidad económica de las firmas
compradoras para adquirir el predio, deben considerarse que tampoco se ha probado tal
argumento al no haberse apartado elemento de juicio alguno con este propósito; en todo
caso la alegada insolvencia sería de responsabilidad de la vendedora que debió tomar las
provisiones requeridas para asegurar el pago del precio, más aún la propia vendedora
otorgó efectos cancelatorios a la sola entrega del título valor, que representaba el monto del
precio pactado; cabe agregar, que la venta del bien sub-litis y la forma de pago, fueron
previamente aprobados en Sesión de Directorio de la firma vendedora Inmobiliaria Dafna
Sociedad Anónima de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos ochenticuatro inserta a
fojas cinco; que en este caso, siendo Inmobiliaria Sussie Sociedad Anónima accionista de la
vendedora, hecho no negado por las demandadas, debió objetar el acuerdo aludido si lo
estimaba perjudicial a sus intereses, o en todo caso plantear la nulidad del mismo en la vía
legal correspondiente, si se hubiera transgredido normas estatuarias o de la Ley de
Sociedades Mercantiles, siendo válido el acuerdo de Directorio no puede invocarse la
nulidad de la venta que es una consecuencia del mismo; finalmente, en lo atinente al
conflicto de intereses, debe tenerse en cuenta, que la compraventa se ha realizado entre
personas jurídicas legalmente constituidas, que son independientes de las personas
naturales que pueden ser los accionistas o miembros del Directorio; en el caso sub-materia,
tanto la vendedora como las compradoras aprobaron en forma previa realizar el negocio o
acto jurídico que se cuestiona, mediante acuerdos de directorios que se insertan en la
Escritura Pública de compraventa, de donde resulta existe expresión uniforme de voluntad,
marginando de este modo un posible conflicto de intereses o situaciones incompatibles con
la esencia del acto; consecuentemente, éste resulta válido a tenor de lo dispuesto en la
última parte del artículo ciento sesentiséis del Código Civil; tampoco resulta aplicable la
prohibición que prescribe el inciso segundo del artículo mil trescientos noventisiete del
Código Civil anterior, referente a que el mandatario sin permiso expreso del mandante no
puede comprar los bienes que en virtud del mandato, tiene a su cuidado, aspecto legal que
es distinto al del caso de autos; que si bien Bertello Másperi aparece como Directivo de la
vendedora Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima y de la compradora Urbe Sociedad
Anónima y del mismo modo don Nello Tozzini Azabache, respecto de dicha vendedora y
de la compradora Inversiones Cantú Sociedad Anónima por las razones ya expuestas no
existe incompatibilidad de intereses o de cuestiones de orden legal, agregándose a ello, que
dichas personas no han intervenido como mandatarios o Representantes Legales de las
firmas compradoras tal como se desprende de la Escritura Pública de compraventa de fojas
dos y siguientes; que los hechos complementarios que se contrae el punto sexto de la
demanda, además de no haberse acreditado debidamente, están comprendidos dentro de los
fundamentos básicos de la acción, ya analizados separadamente, significando que el hecho
de no haberse constituido hipoteca sobre el inmueble vendido no acarrea la nulidad del
acto, por no estar prevista en los artículos doscientos diecinueve y doscientos veintiuno del
Código Civil, que en consecuencia, no existen elementos probatorios suficientes que
pongan en evidencia la existencia de dolo o simulación absoluta en la celebración del
contrato objeto de la litis, debiendo por lo tanto aplicarse la norma del artículo trescientos
treintiocho del Código de Procedimientos Civiles; que las demás pruebas instrumentales
actuadas y no glosadas, no alteran los considerandos anteriores; por cuyos fundamentos;
FALLO : Declarando sin lugar la excepción perentoria de falta de personería deducida por
el apoderado de la demandada en su escrito de fojas treintisiete; e infundada en todas sus
partes la demanda de fojas veintitrés; sin costas.- Entre líneas: sesenta: Vale. Enmendado:
dos: Vale.

DR. ANGEL ROMERO DIAZ,


Juez del Décimo Juzgado Civil de Lima

PEDRO PUENTE MUÑOZ,


Secretario de Juzgado

Expediente 4196-86

PRIMERA SALA CIVIL

LIMA

Lima, treinta de diciembre de mil novecientos ochentiséis.

VISTOS ; interviniendo como ponente el señor Gallegos Guevara; por sus fundamentos;
con la instrumental presentada en esta instancia; y CONSIDERANDO ADEMAS: Que la
numerosa documentación presentada en esta instancia no desvirtúa el mérito de las
motivaciones de la recurrida; CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento veinticinco su
fecha veintisiete de diciembre de mil novecientos ochenticinco, que declara sin lugar la
excepción perentoria de falta de personería deducida por el apoderado de la demandada en
su escrito de fojas treintisiete; e infundada en todas sus partes la demanda de fojas veintitrés
con lo demás que contiene y es materia del grado; y los devolvieron.

GALLEGOS GUEVARA
URRUTIA CARRILLO
GAMARRA CABEZA
GONZALES PEREZ ALBELA, Secretaria

Expediente 1074-87

LIMA

Lima, dieciséis de agosto de mil novecientos ochentiocho.

VISTOS y CONSIDERANDO; que antela abundante prueba instrumental presentada en


segunda instancia con la simple afirmación de que dicha prueba no desvirtúa el mérito de
los fundamentos de la apelada no se cumple con la obligación que el precepto
constitucional impone al Juez de motivar sus fallos; que la naturaleza de los hechos
controvertidos exigen en análisis serio y reflexivo de la prueba actuada para conocer en
materia del grado las razones que han pesado en el ánimo del juzgador al expedir la
sentencia; que no habiéndose dado cumplimiento a lo prescrito en el artículo mil setentiséis
del Código de Procedimientos Civiles, se ha incurrido en la causal de nulidad prevista en el
inciso sexto, in fine del artículo mil ochenticinco del acotado; declararon NULA la
resolución de vistas de fojas trescientos diez su fecha treinta de diciembre de mil
novecientos ochentiséis: MANDARON que la Sala de la Corte Superior expida nueva
resolución apreciando debidamente la prueba actuada; en los seguidos por Inmobiliaria
Sussie Sociedad Anónima con Inversiones Cantú Sociedad Anónima y otras, sobre nulidad
de contrato y otros conceptos. Interviniendo el Doctor Urrello Alvarez de conformidad con
el artículo ciento veintitrés de la Ley orgánica del Poder Judicial; y los devolvieron .

GALVEZ VEGA
SILVA VALLEJO
CASTILLO CASTILLO
URRELO ALVAREZ

CONSIDERANDO:

Que al expedirse la resolución de vistas no se ha incurrido en causal de nulidad alguna por


cuanto la Corte Superior ha hecho referencia a la prueba presentada en segunda instancia:
MI VOTO es porque se conozca el fondo del asunto.

SS.
ALFARO ALVAREZ
BERNARDO DEL AGUILA PAZ,
Secretario General Corte Suprema.

Expediente 470-86
PRIMERA SALA CIVIL

RESOLUClON No 2698-88

LIMA

Lima, quince de diciembre de mil novecientos ochentiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el Señor Ezquerra Cáceres; con la


instrumental presentada en esta instancia y CONSIDERANDO; que Inmobiliaria Dafna
Sociedad Anónima por escritura pública de diecinueve de setiembre de mil novecientos
ochentiséis, que en testimonio corre a fojas dos a catorce, dio en renta el inmueble número
quinientos diecisiete al quinientos treintisiete del Jirón de la Unión, en el Cercado de Lima,
en el precio de seiscientos veinticuatro millones de soles oro que dio por cancelado con la
entrega de una letra de cambio con vencimiento al catorce de setiembre de mil novecientos
ochenticinco, sin intereses y con opción de renovarse contraviniendo lo prescrito en el
artículo mil trescientos ochentitrés del Código Civil de mil novecientos treintiséis, vigente
en la fecha de esa operación, y el artículo mil quinientos veintinueve del Código Civil
actual, que demanda que el precio de la compraventa se pague en dinero, y
desnaturalizando dicho contrato; que Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima, no ha probado
en autos las razones que justifiquen la transferencia de su patrimonio en favor de los
codemandados, aparte de que no consta en autos de que laventa, su forma de pago y el pago
mismo se hubieran hecho saber a la demandante, en su calidad de accionista de la
vendedora, en proporción del cuarenta por ciento; que dicho negocio jurídico deviene en
fraudulento, simulado y doloso, porque la transferencia se efectuó en favor de tres
sociedades administrados por los mismos que como Directores de Inmobiliaria Dafna
Sociedad Anónima decidieron su transferencia, contraviniendo lo prescrito en los artículos
ciento cincuentiséis, ciento sesentidós, ciento setenta y ciento setentidós de la Ley General
de Sociedades; que la afirmación de don Humberto Bertello, constante del Acta de
"Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima" de fojas cinco vuelta, en sesión con don José
Bertello y don Nello Tozzini, en el sentido de que el Jirón de la Unión había perdido su
prestancia y el local principal se encontraba alquilado en condiciones deficientes, no
concuerda la renta que generaba dicho predio que, conforme a los recibos de fojas
doscientos tres a doscientos treintiuno, anualmente superaba el monto de la letra de cambio,
advirtiéndose que según instrumento de fojas doscientos treintiocho, los mismos don
Humberto Bertello, don Nello Tozzini, ya como representantes de las Sociedades
compradoras, suscribieron nuevo contrato de arrendamiento con los Almacenes Sears el
primero de setiembre de mil novecientos ochenticuatro, con vigencia a partir de ese mismo
día, o sea con anterioridad a la fecha en que las Sociedades co-demandadas adquieren la
propiedad, con lo que se demuestra que el objeto de la transferencia fue perjudicar los
derechos de la demandante; a que, como consecuencia de esa operación, "Inmobiliaria
Dafna Sociedad Anónima", sustituyó por una letra de cambio, su único activo; un inmueble
con un valor de seis mil novecientos cuarentidós millones novecientos sesentitrés mil soles
oro según tasación no impugnada, practicada por el cuerpo técnico de Tasaciones y que
corre a fojas doscientos veintinueve, habiéndose fijado como precio, una suma aún inferior
al monto del autoavalúo según consta del inserto en la escritura pública ya referida; que, en
conformidad también con los artículos mil doscientos cuarentiocho, mil trescientos
noventisiete inciso segundo del Código Civil de mil novecientos treintiséis; Artículo Sexto
del Título Preliminar, artículos ciento sesentiséis y ciento sesentisiete incisos primero,
segundo y cuarto; artículo ciento noventicinco inciso segundo, artículo doscientos veintiuno
inciso segundo, tercero y cuarto del Código Civil vigente; REVOCARON la sentencia
apelada de fojas ciento veinticinco, su fecha veintisiete de diciembre de mil novecientos
ochenticinco, en cuanto declara infundada la demanda de fojas veintitrés; y
DECLARARON: FUNDADA la demanda alternativa de fojas veintitrés vuelta, y en
consecuencia nulo el contrato de compraventa, celebrado entre "Inmobiliaria Dafna
Sociedad Anónima" como vendedora e "Inversiones Cantú Sociedad Anónima", "Urbe
Sociedad Anónima" y "Urbanizadora Santa Rosa del Palmar Sociedad Anónima" como
compradores respecto del inmueble número quinientos diecisiete al quinientos treintisiete
del jirón de La Unión y que consta en la Escritura Pública de diecinueve de setiembre de
mil novecientos ochenticuatro, extendida ante el Notario Doctor Daniel Céspedes Marín;
nulo el asiento de inscripción en favor de los compradores en el Registro de la Propiedad
Inmueble y que los mismos compradores deben indemnizar a la vendedora Inmobiliaria
Dafna Sociedad Anónima con una suma equivalente a los arrendamientos correspondientes
al inmueble que fue materia de la transferencia desde setiembre de mil novecientos
ochenticuatro, con interés y cuyo monto se establecerá en ejecución de sentencia, cuarenta
por ciento del cual debe ser pagado directamente a la demandante, con costas; y la
CONFIRMARON en cuanto declara sin lugar, entendiéndose infundada la excepción de
falta de personería deducida por el apoderado de la demanda en su escrito de fojas
treintisiete; y los devolvieron.

HERNANDEZ DE RODRIGUEZ
EZQUERRA CACERES
CABELLO VARGAS
Ernesto Cadillo Vizcarra,
Secretario

Expediente 408-89

LIMA

Lima, veintinueve de abril de mil novecientos noventiuno.

VISTOS; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: Que con el informe


pericial de fojas doscientos noventiuno se acredita que el valor del predio sub-litis en
setiembre de mil novecientos ochenticuatro fue de seis mil novecientos cuarentidós
millones novecientos sesentitrés mil soles, a pesar de lo cual se vendió en esa fecha sólo en
seiscientos veinticuatro millones de soles, precio inferior a la declaración de autoavalúo
ascendente a ochocientos noventicuatro millones trescientos noventicuatro mil seiscientos
siete soles; que en el contrato se estipuló que el precio sería pagado con una letra de cambio
aceptada por las tres firmas compradoras, con vencimiento al catorce de setiembre de mil
novecientos ochenticinco, renovable, indicándose que la entrega de la letra era cancelatoria
del precio, lo que constaría en su inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble, en
contravención con lo ordenado por el artículo mil doscientos cuarentiocho, del Código
Civil anterior, vigente en esa fecha, que establecía que la entrega de pagarés, letras de
cambio u otros documentos sólo producirían los efectos del pago cuando se hubiera
realizado; que las empresas demandadas no han probado que dicho precio haya sido
cancelado, presentando el título valor respectivo o mediante otras pruebas pertinentes; que
tales hechos y la circunstancia que Humberto Bertello Másperi y Nello Tozzini Azabache
eran Directores de las Compañías Urbe Sociedad Anónima y Cantú Sociedad Anónima,
respectivamente y de la firma vendedora del bien, permiten concluir que la compraventa
contenida en la Escritura Pública de diecinueve de setiembre de mil novecientos
ochenticuatro cuyo testimonio corre a fojas dos y siguientes es un acto simulado en
perjuicio de la firma demandante, accionista de la vendedora, lo que se corrobora con el
contrato de locación conducción que en fotocopia corre a fojas doscientos treintiséis de
primero de setiembre de mil novecientos ochenticuatro, en el cual las demandadas figuran
como propietarias del predio materia de acción, alquilándolo no obstante que en esta fecha
aún no se había realizado la transferencia de dicho inmueble a su favor; que, por tanto
dicho acto jurídico, llevado a cabo mediante simulación absoluta es nulo ipso jure de
acuerdo con el artículo mil noventicinco del Código Civil anterior, nulidad que también
sanciona el inciso quinto del artículo doscientos diecinueve del Código Civil vigente; que la
demandante tiene legítimo interés para accionar en virtud de lo dispuesto por el artículo mil
ciento veinticuatro del Código Civil anterior y artículos doscientos veinte y ciento
noventitrés del Código Civil vigente; que el acto jurídico nulo, no produce efectos, por lo
que resulta amparables también las otras acciones acumuladas en la demanda en los puntos
b) y c) porque derivan de la declaración de nulidad del acto jurídico por simulación
absoluta; que en efecto no puede subsistir inscrito en el Registro de la Propiedad Inmueble
un acto jurídico nulo y las firmas demandadas que se han beneficiado ilícitamente con el
cobro de la merced conductiva del inmueble a partir del acto simulado tiene que devolver
ese importe a la verdadera dueña del precio para los efectos legales consiguientes; que al
ampararse estas acciones, no cabe ya pronunciamiento sobre las otras planteadas en forma
alternativa por lo que la recurrida resulta nula en cuanto se ha pronunciado también sobre
esta última pretensión alternativa; que la excepción de falta de personería no fue objeto de
apelación, por lo que no ha debido ser objeto de pronunciamiento en la recurrida, siendo de
aplicación en estos puntos el inciso trece del artículo mil ochenticinco del Código de
Procedimientos Civiles: declararon NO HABER NULIDAD en la resolución de vista de
fojas trescientos cincuentiséis, su fecha quince de diciembre de mil novecientos
ochentiocho; en cuanto revocando la apelada de fojas ciento veinticinco, fechada el
veintisiete de diciembre de mil novecientos ochenticinco, declara fundada la demanda;
entendiéndose que esta declaración es con respecto a las acciones contenidas en los puntos
a), b) y c) de la misma; y en consecuencia, que es nulo el contrato de compraventa
celebrado entre Inmobiliaria Dafna Sociedad Anónima como vendedora e Inversiones
Cantú Sociedad Anónima, Urbe Sociedad Anónima y Urbanizadora Santa Rosa del Palmar
Sociedad Anónima como compradores respecto del inmueble ubicado en el Jirón de La
Unión, calle Espaderos números quinientos diecisiete al quinientos treintisiete y que consta
en la escritura pública de diecinueve de setiembre de mil novecientos ochenticuatro,
extendida ente el Notario doctor Daniel Céspedes Marín; nulo el asiento de inscripción en
favor de los compradores en el Registro de la Propiedad Inmueble; debiendo las firmas
compradoras restituir a la vendedora el importe de la merced conductiva cobrada desde
setiembre de mil novecientos ochenticuatro, más intereses legales, los que se establecerán
en ejecución de sentencia; declararon NULA la propia resolución de vistas, en cuanto es
propia sobre la excepción de falta de personería y sobre los puntos venidos en las acciones
planteadas en forma alternativa; en los seguidos por Inmobiliaria Sussie Sociedad Anónima
con Inversiones Cantú Sociedad Anónima y otros, sobre nulidad de contrato y otros
conceptos. Interviniendo el doctor Garrido Chaparro de conformidad con el artículo ciento
veintitrés de la Ley orgánica del Poder Judicial; los devolvieron .

SS.
NUGENT
CASTlLLO CASTILLO
VASQUEZ VEJARANO
URRELLO ALVAREZ
GARRIDO CHAPARRO
Bernardo Del Aguila Paz, Secretario

Nulidad de la escritura pública: ¿La Ley del Notariado excluye las normas del Código
Civil? (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 12 de Diálogo con la Jurisprudencia

Las escrituras públicas no sólo se pueden anular por defecto en el cumplimiento de las
formas que señalan los artículos pertinentes de la Ley del Notariado, toda vez que resulta
incoherente la exclusión de las reglas para la nulidad y anulabilidad de los actos jurídicos y
otras contenidas en el Código Civil. En el presente caso, son pertinentes las normas de
dicho código referidas a la usura, por tratarse de la escritura pública de un contrato de
mutuo.

Casación 2482-98-Lima

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : Alfredo Araujo Ayarza y otra.


Demandado : Rosa Aurora Salas Berlanga.
Asunto: Nulidad de acto jurídico.
Fecha : 16 de abril de 1999.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la Causa número dos mil cuatrocientos ochentidós-noventiocho, con el
acompañado, en audiencia pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley,
emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Doña Rosa Aurora Salas Berlanga recurre en casación de la sentencia de fojas trescientos
treintidós, pronunciada por la Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento de la Corte
Suprema de Justicia de Lima, de fecha trece de agosto de mil novecientos noventiocho, que
revoca la sentencia apelada de fojas doscientos cuarentitrés, fechada el diecisiete de marzo
del mismo año, que declara infundada la demanda en todas sus pretensiones; y
reformándola declara fundada en parte dicha demanda y en consecuencia es nula la
escritura de mutuo con garantía hipotecaria suscrita entre demandantes y demandada ante el
notario don Jorge Ernesto Velarde Sussoni, el doce de enero de mil novecientos
noventitrés, en cuanto los demandantes se han obligado a devolver una suma mayor a los
seis mil dólares efectivamente recibidos y a pagar la penalidad de la cláusula quinta sin
haber recibido la integridad del mutuo, y que también es nulo el documento privado del
dieciocho de febrero de mil novecientos noventitrés en cuanto se declara haber recibido una
suma mayor a los seis mil dólares entregados por la demandante; con costas y costos.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Por resolución de esta Sala Suprema del dos de noviembre de mil novecientos noventiocho
se ha declarado procedente el recurso por las causales de inaplicación de los Artículos
doscientos veinticinco del Código Civil y ciento veintitrés de la Ley del Notariado con el
fundamento de que se habría declarado una nulidad de escritura pública por una causal no
contemplada en la Ley de la materia; que se fijó como puntos controvertidos la nulidad de
los documentos y no la nulidad de los actos jurídicos que contienen; que no se debe
confundir el acto con el documento que sirve para probarlo y tratándose de un documento
público notarial debió aplicarse lo dispuesto en el artículo ciento veintitrés de la Ley del
Notariado que señala que son nulos los documentos públicos notariales cuando infrinjan las
disposiciones de orden público sobre la materia, que de no aplicarse se estaría avalando que
se declare nula una escritura pública por una causa que no se encuentra prevista en la
referida ley, y que la sentencia de vista se pronuncia sobre un supuesto incumplimiento de
contrato, pero no sobre si la escritura carece de algún requisito esencial señalado en los
Artículos cincuenticuatro, cincuentisiete y cincuentinueve de la Ley del Notariado.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, se ha establecido como cuestión fáctica en el proceso que la demandada


sólo entregó en mutuo a los demandantes la suma de seis mil dólares americanos y no la
suma que consta en la escritura pública.

Segundo.- Que, como consecuencia de esta determinación el Juzgador de mérito ha


aplicado lo dispuesto en el Artículo mil seiscientos sesenticuatro del Código Civil(1) y
declara nula dicha escritura en cuanto los demandantes se han obligado a devolver una
suma mayor.

Tercero.- Que, éste es el fundamento legal medular de la sentencia recurrida y el cargo de


su aplicación indebida ha sido declarado improcedente en la calificación del recurso, por lo
que se mantiene enhiesto.

Cuarto.- Que, el Artículo doscientos veinticinco del Código Civil,(2) cuyo antecedente
legislativo es el Artículo mil ciento treintiuno del Código Civil de mil novecientos
treintiséis, concierne al caso en que el documento constituye medio de prueba del acto
jurídico, de tal manera si éste se anula, el acto se puede probar por otros medios. León
Barandarián pone como ejemplo la nulidad de la escritura pública por algún defecto formal,
en cuyo caso ésta valdrá como documento privado(3) (Comentarios al Código Civil
Peruano (Derecho de Obligaciones) Tomo Uno, Acto Jurídico, Lima mil novecientos
treintiocho, página doscientos dos); Vidal Ramírez opina en igual sentido en su comentario
al Artículo doscientos veinticinco (Código Civil, Exposición de motivos y Comentarios
compilado por la doctora Delia Revoredo, Lima mil novecientos ochenticinco, Tomo
Cuatro, página trescientos treinticuatro).

Quinto.- Que, en el caso bajo examen no se ha anulado la escritura pública en su totalidad,


sino en un extremo, esto es en cuanto los demandantes se han obligado a devolver una
suma mayor a los seis mil dólares efectivamente recibidos y a pagar la penalidad de la
cláusula quinta, de tal manera que no hay relación de causalidad con la norma civil antes
analizada.

Sexto.- Que, el Artículo ciento veintitrés de la Ley del Notariado establece la nulidad de los
instrumentos públicos notariales cuando se infrinjan las disposiciones de orden público
sobre la materia, contenidas en dicha ley, lo que no excluye las causales de nulidad
previstas en la Ley Civil Sustantiva, a la que claramente se refiere el Artículo ciento
veintiséis de la misma ley.(4)

Sétimo.- Pareciera que a criterio del recurrente las escrituras públicas sólo se pueden anular
por defecto en el cumplimiento de las formas que señalan los Artículos cincuenticuatro,
cincuentisiete y cincuentinueve de la Ley del Notariado,(5) l o que no resiste el menor
análisis, pues no se puede excluir las reglas de nulidad y anulabilidad y la del Artículo mil
seiscientos sesenticuatro del Código Civil, aplicado en la sentencia impugnada, que
sanciona el acto ilícito y reprobado de la usura;(6) Por esas consideraciones, declararon:
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas trescientos cuarentiuno; en
consecuencia: NO CASARON la resolución de vista de fojas trescientos treintidós, su fecha
trece de agosto del año próximo pasado; CONDENARON a la recurrente al pago de las
costas y costos originados en la tramitación del recurso; así como a la multa de una Unidad
de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Alfredo Araujo Ayarza y otra con Rosa
Aurora Salas Berlanga, sobre la nulidad de acto jurídico; y los devolvieron.

S.S. URRELLO A.; ORTÍZ B.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRÍA A.;
CASTILLO LA ROSA S.

Plazo judicial. Supuestos de fijación del plazo por el juez (A)

El Código Civil regula dos supuestos de fijación del plazo por el juez. El primero alude al
plazo tácito, en el cual se parte del supuesto que existe un plazo pero será el juez quien
determine su extensión. El segundo párrafo regula los casos en los que el acreedor ha
permitido que el deudor cumpla su obligación cuando quiera o cuando tenga los medios
suficientes; sin embargo, en este caso el arbitrio del deudor no es ilimitado, pues
corresponde al juez establecer en dicha hipótesis el término conveniente para que resulte
exigible la obligación.
Casación 3319-98-Lima

LIMA

Lima, treintiuno de mayo de mil novecientos noventinueve.

La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, en la causa vista


en audiencia pública en la fecha del año en curso, emite la siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por doña Zoila Graciela Salazar Vda. de
Mascaró contra la resolución de vista expedida por la Sala Civil Corporativa para Procesos
Ejecutivos Cautelares de la Corte Superior de Justicia de Lima a fojas doscientos diecisiete,
su fecha dieciséis de noviembre de mil novecientos noventiocho, que confirmando el auto
apelado de fojas ciento setentitrés, su fecha trece de agosto del mismo año, declara
infundada la contradicción y ordena el remate dado en garantía; con lo demás que contiene.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha veintisiete de enero de mil novecientos


noventinueve ha estimado procedente el Recurso de Casación por las siguientes causales: a)
la inaplicación del Artículo ciento ochentidós del Código Civil,(1) señalándose que en el
contrato de reconocimiento de deuda las partes, al haber establecido que el cumplimiento
de las obligaciones se debía efectuar según los ingresos obtenidos a través de las taquillas,
fijaron un plazo indeterminado para la cancelación de la deuda, por tanto, antes de
demandar la ejecución de la garantía hipotecaria, el acreedor debió solicitar que el Juez fije
el término del plazo a fin de que la obligación reconocida deviniera en exigible; b) la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso y la infracción
a las formas esenciales para la validez de los actos procesales, sustentándose en dos
agravios: b.1) que el Artículo setecientos veintidós del Código adjetivo,(2) establece
causales autónomas para contradecir la ejecución, sin embargo, en el auto apelado se ha
considerado erróneamente que la inexigibilidad de la obligación se produce cuando la
obligación se haya extinguido o se encuentra prescrita; b.2) que en la resolución de vista la
Sala de mérito no se ha pronunciado de manera clara y precisa, respecto al punto
controvertido de la inexigibilidad de la obligación, vulnerándose de esta forma lo dispuesto
en el Artículo ciento veintidós inciso tercero del Código Procesal Civil.(3)

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, cuando se invocan motivos por error in procedendo e in iudicando se


impone examinar primero aquellos, pues, en caso que se declare fundado el Recurso de
Casación por dicha causal carece de objeto pronunciarse respecto a las causales sustantivas.

Segundo.- Que, respecto la denuncia por error in procedendo cabe precisar que en las
instancias de mérito se ha llegado a la conclusión que la obligación reconocida deviene en
exigible porque el acreedor había requerido extrajudicialmente el cumplimiento de las
obligaciones, en tal virtud, en la resolución de vista la Sala Superior sí se ha pronunciado
respecto de la contradicción por la causal de inexigibilidad de la obligación, careciendo de
sustento real el agravio denunciado.

Tercero.- Que, al haberse considerado que la constitución en mora produce la exigibilidad


de la obligación en las instancias de mérito se han pronunciado de manera autónoma
respecto a la contradicción por la causal de inexigibilidad de la obligación, no influyendo
sobre el sentido de la resolución el hecho de que esté erróneamente motivada, en
consecuencia, conforme lo dispone el Artículo ciento setentidós del Código Procesal Civil,
(4) no corresponde declarar la nulidad cuando la subsanación del vicio no ha de influir en el
sentido de la resolución.

Cuarto.- Que, el Artículo ciento ochentidós del Código Civil, el cual tiene como
antecedente el Artículo mil ciento quince del Código Civil de mil novecientos treintiséis,
establece dos supuestos de fijación del plazo por el Juez; el primero alude al caso del plazo
tácito en el cual se parte del supuesto de que existe un plazo, pero será el Juez el que
determine su extensión o duración; el segundo párrafo, según lo sostiene el tratadista
nacional Guillermo Lohmann Luca de Tena en su libro "El Negocio Jurídico", pretende
regular los casos en los que el acreedor ha permitido que el deudor cumpla su obligación
cuando quiera o cuando disponga de los medios suficientes, sin embargo, el arbitrio del
deudor no es en todo caso ilimitado, corresponde el Juez establecer en dicha hipótesis el
término conveniente para que resulte exigible la obligación; en los supuestos del Artículo
ciento ochentidós del Código Civil, para que sea exigible la obligación se requiere que el
Juez fije la duración y el término del plazo, para ello, será necesario que dicha solicitud se
tramite previamente en vía del proceso sumarísimo.

Quinto.- Que, en las instancias del mérito ha quedado establecido que el ejecutante ha
reconocido en su escrito de demanda que el pago de la suma adeudada se debía efectuar
según los ingresos obtenidos a través de las taquillas, en tal virtud, las partes acordaron que
el cumplimiento de las obligaciones debía efectuarse cuando el deudor disponga de los
medios suficientes para cumplir, en consecuencia, lo acordado por las partes se encuentra
dentro del supuesto del segundo párrafo del Artículo ciento ochentidós del Código Civil.

Sexto.- Que, no obstante haberse denunciado la inaplicación del Artículo ciento ochentidós
del Código Civil, la referida norma tiene naturaleza procesal, en consecuencia, a fin de no
desnaturalizar el proceso, corresponde reponerlo al estado en que se produjo el vicio
procesal, resolviendo de conformidad con lo dispuesto en el ordinal dos punto cuatro del
Artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil.(5)

4. SENTENCIA:

Estando a las consideraciones que anteceden, la Sala Civil de la Corte Suprema; declara
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por doña Zoila Graciela Salazar Goudey
Vda. de Mascaró; en consecuencia NULA resolución de vista de fojas doscientos diecisiete,
su fecha dieciséis de noviembre de mil novecientos noventiocho, e INSUBSISTENTE el
auto apelado de fojas ciento setentitrés, su fecha trece de agosto del mismo año, y nulo todo
lo actuado hasta fojas cincuentinueve; ordenaron que el Juez califique la demanda con
arreglo a ley; en los seguidos por Automotriz Pershing Sociedad Anónima, y otros, sobre
ejecución de garantías; ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; OVIEDO DE A.; CELIS

Representación: Exceso de límites

Los actos jurídicos celebrados por representante legal, excediendo los límites de las
facultades que se le hubieren conferido, no pueden ser objeto de nulidad, sino de
anulabilidad... la incapacidad de una de las partes no puede ser invocada por la otra en su
propio beneficio, salvo cuando es indivisible el objeto del derecho de la obligación
común... el acto jurídico queda confirmado si la parte a quien corresponde la acción de
anulabilidad, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en forma total o parcial o si existen
hechos que inequívocamente pongan de manifiesto la intención de renunciar a la acción de
anulabilidad, al sostener la validez de la transacción.

Cas. 926-2000 LIMA

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA: Vista la causa número novecientos veintiséis - dos mil, con el acompañado,
en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley, emite la
siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación
interpuesto por Inmobiliaria Irfesu Sociedad Anónima, mediante escrito de fojas trescientos
setenticuatro contra la sentencia emitida por la Sala de Procesos Abreviados y de
Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima de fojas trescientos cincuentidós, su
fecha diecisiete de diciembre del año próximo pasado, que confirmando la apelada de fojas
doscientos cuatro, su fecha veintiocho de enero del mismo año, declara infundada en todos
sus extremos la demanda; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que concedido el recurso
de casación a fojas trescientos noventiocho fue declarado procedente por resolución de
fecha dieciocho de mayo del año en curso, por la causal contemplada en el inciso segundo
del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sustentada en la inaplicación
de los artículos ciento cincuenticinco, ciento cincuentiséis ciento sesentisiete inciso
segundo, doscientos diecinueve inciso primero y artículo quinto del Título Preliminar del
Código Civil, porque el Gerente de una persona jurídica tiene poder general para actos de
administración distintos al poder especial que comprende los actos para los cuales ha sido
conferido de manera expresa, en forma indubitable y por escritura pública bajo sanción de
nulidad y porque para celebrar una transacción el representante legal o Gerente de una
persona jurídica requiere autorización expresa y si no la tiene, la transacción es nula e
ineficaz, por ser contrarias a las leyes que interesan al orden público y a las buenas
costumbres; CONSIDERANDO: Primero.- Que, lo actos jurídicos celebrados por el
representante legal, excediendo los límites de las facultades que se le hubieren conferido,
no pueden ser objeto de nulidad sino de anulabilidad, porque pueden ser ratificados o
confirmados de acuerdo a lo establecido en los artículos ciento sesentiuno, doscientos
treinta y doscientos treintiuno del Código Civil; Segundo.- Que, el artículo doscientos
veintiséis del Código Civil dispone que la incapacidad de una de las partes no puede ser
invocada por la otra en su propio beneficio, salvo cuando es indivisible el objeto del
derecho de la obligación común; Tercero.- Que, en este caso, la demandante no está
invocando su propia incapacidad, sino la de la otra parte, por lo que resulta de aplicación el
dispositivo legal antes citado; Cuarto.- Que, más aún el artículo doscientos treintiuno del
Código Sustantivo dispone que el acto jurídico queda también confirmado si la parte a
quien correspondía la acción de anulación, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en
forma total o parcial o si existen hechos que inequívocamente pongan de manifiesto la
intención de renunciar a la acción de anulabilidad; Quinto.- Que, la Cooperativa de Trabajo
y Fomento del Empleo American Excellent Limitada, cuyo representante según la actora
carecía de facultad para celebrar la transacción, no solamente ha ejecutado en forma total la
transacción, sino que inequívocamente ha puesto de manifiesto la intención de renunciar a
la acción de anulabilidad, al sostener la validez de la transacción en este proceso; Sexto.-
Que, por ello no resulta de aplicación lo dispuesto en los artículos ciento cincuenticinco,
ciento cincuentiséis, ciento sesentisiete inciso segundo, doscientos diecinueve inciso
primero y artículo quinto del Título Preliminar del Código Civil; Sétimo.- Que, por las
razones expuestas y no presentándose la causal contemplada en el inciso segundo del
artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil y aplicando el artículo trescientos
noventiocho del Código Adjetivo declararon: INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por Inmobiliaria Irfesu Sociedad Anónima a fojas trescientos setenticuatro,
contra la sentencia de vista de fojas trescientos cincuentidós su fecha diecisiete de
diciembre del año próximo pasado; CONDENARON al recurrente a la multa de dos
Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución
en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Inmobiliaria
Irfesu Sociedad Anónima contra Cooperativa de Trabajo y Fomento del Empleo American
Excelent Limitada y otros sobre nulidad de acto jurídico y otros; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; SANCHEZ PALACIOS P.; ROMAN S.; ECHEVARRIA A.; DEZA P.

Representación: extensión de las facultades (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 9 de Diálogo con la Jurisprudencia

La representación debe ejercitarse dentro de los límites establecidos en el acto de


apoderamiento. Por lo mismo, habiéndose otorgado facultades procesales a uno de los
copropietarios para desalojar a un inquilino, aquél no puede celebrar válidamente contrato
de compraventa sobre el total del bien en uso de dicha representación.

Casación 91-T-97

LA LIBERTAD

Lima, viernes 27 de febrero de 1998

VISTOS; la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República,


verificada la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL
RECURSO.- Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Porfirio Arana
Castañeda, mediante escrito de fojas ciento cuarenticinco, contra la sentencia de vista
expedida por la Segunda Sala de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas
ciento cuarenta, su fecha veintinueve de noviembre de mil novecientos noventiséis, que
revocando la apelada de fojas ciento veintitrés fechada el catorce de octubre del mismo año
y reformándola declaró improcedente la demanda interpuesta por don Porfirio Arana
Castañeda contra la Sucesión de don Francisco Cruz Ortiz, sobre Otorgamiento de Escritura
Pública; FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- El recurrente fundó su recurso en la
interpretación errónea del Artículo ciento sesentiuno del Código Civil, la inaplicación del
Artículo novecientos setentisiete del acotado, asimismo que, como el acto jurídico de la
conciliación surte el mismo efecto de la sentencia que tiene la autoridad de la cosa juzgada,
la compraventa reúne todos los requisitos del Artículo novecientos cuarenta del Código
Sustantivo, y para atacar sus efectos los demandados debieron ejercitar la acción de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta de acuerdo al Artículo ciento setentiocho del Código Procesal
Civil, y que también se ha inaplicado el Artículo Séptimo del Título Preliminar del Código
Civil; CONSIDERANDO: Primero.- que, concedido el Recurso de Casación a fojas ciento
cuarentinueve fue declarado procedente por resolución del siete de julio de mil novecientos
noventisiete, por las causales invocadas; Segundo.- que, el poder otorgado en favor de don
José Ramón Cruz Farro por sus hermanos, era exclusivamente para pleitos, con la finalidad
que el inquilino don Porfirio Arana Castañeda desocupare el inmueble ubicado en la calle
Independiente número ciento cincuentidós-ciento cincuentiséis del distrito de Guadalupe,
provincia de Pacasmayo, por lo que no contenía las facultades que consigna el Artículo
ciento cincuentiséis del Código Civil(1) para disponer de la propiedad de sus representados;
Tercero.- que, al conciliar el representante con el inquilino en el juicio de Desalojo y
acordada la compraventa del inmueble sublitis, don José Ramón Cruz Farro se excedió de
las facultades que gozaba, las que fueron otorgadas exclusivamente para seguir dicho juicio
pero no para vender, por lo que resulta de aplicación el Artículo ciento sesentiuno del
Código Sustantivo,(2) que ha sido interpretado correctamente, y porque además el
representante no transfirió la porción que le correspondía, sino la de sus representados;
Cuarto.- que, el Artículo novecientos setentisiete del Código Civil(3) no es aplicable al
caso, porque como se ha expresado anteriormente, don José Ramón Cruz Farro no transfirió
su parte alícuota, sino la totalidad de los derechos en la parte del inmueble que se vendía,
incluyendo los de sus representados; Quinto.- que, si bien la sentencia tiene los efectos de
una cosa juzgada, ésto se refiere a la acción de desalojo; pero no para admitir una
compraventa por un representante que no tiene la facultad de vender, situación que conocía
perfectamente el demandado en el juicio de desalojo, porque corría en autos el testimonio
del poder, por lo que no era necesario ejercitar ninguna acción de nulidad de la cosa
juzgada fraudulenta, porque el acto jurídico era ineficaz de acuerdo con el Artículo ciento
sesentiuno acotado; Sexto.- que, esta situación no se subsana por el allanamiento a la
demanda de don José Ramón Cruz Farro, porque sus hermanos demandados no aceptan la
compraventa, por lo que no se trata de la inaplicación del Artículo Séptimo del Título
Preliminar del Código Civil(4) ; Séptimo.- que, no presentándose las causales previstas en
los incisos segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Adjetivo y
aplicando el Artículo trescientos noventiocho del mismo,(5) DECLARARON:
INFUNDADO el Recurso de Casación de fojas ciento cuarenticinco, interpuesto por don
Porfirio Arana Castañeda, contra la sentencia de vista de fojas ciento cuarenta su fecha
veintinueve de noviembre de mil novecientos noventiséis; CONDENARON al recurrente a
los costos y costas del recurso así como a la multa de una Unidad de Referencia Procesal;
MANDARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, en los
seguidos por don Porfirio Arana Castañeda con la Sucesión de don Francisco Cruz Ortiz,
sobre otorgamiento de Escritura Pública; y, los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRIA A.;
BACIGALUPO H.

Simulación absoluta y relativa (A)

Por la simulación absoluta se aparenta celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente
voluntad para celebrarlo; por la simulación relativa se celebra un acto jurídico distinto al
que realmente se desea celebrar.

Expediente 490-94

AREQUIPA

Lima, veintisiete de enero de mil novecientos noventicinco.-

VISTOS, con los acompañados: y CONSIDERANDO: que si bien el artículo mil


noventiséis del Código Civil de mil novecientos treintiseis(1) establecía que la acción de
simulación era imprescriptible entre las partes, el Código Civil actual modificó tal concepto
al establecer en los incisos primero y cuarto del artículo dos mil uno(2) los plazos de
prescripción de diez años, para solicitar la nulidad del acto jurídico y de dos años para la
anulabilidad; que asimismo el actual Código hace la distinción en sus artículos ciento
noventa y ciento noventiuno(3), sobre la simulación absoluta que es la que aparenta
celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo, de la relativa
que es cuando las partes han querido concluir un acto distinto del aparente, distinción que
es importante, porque en su artículo doscientos diecinueve(4) señala como causa de nulidad
del acto jurídico, la simulación absoluta y en su artículo doscientos veintiuno(5), como
motivo de anulabilidad la simulación relativa; que en este caso estamos ante la simulación
relativa, porque se sostiene en la demanda que las partes han querido concluir un acto
distinto del aparente, porque se ha simulado la persona del comprador, que no es la que
figuraba en el contrato sino el actor; que estableciendo el artículo dos mil ciento
veintidós(6) del Código vigente en lo que se refiere a los plazos de prescripción surte sus
efectos, si ha transcurrido tal término, a partir de su vigencia, resulta evidente que
tratándose la anulabilidad del acto jurídico por simulación relativa, cuyo plazo de
prescripción es de dos años, ha transcurrido con exceso dicho término a partir de la
vigencia del nuevo Código, porque el acto jurídico cuya nulidad se solicita por simulación
se celebró el quince de febrero de mil novecientos setentitrés y la demanda ha sido incoada
el dieciseis de enero de mil novecientos ochentinueve, por lo que la excepción de
prescripción es procedente; que los fundamentos de la sentencia de vista para denegar la
demanda acumulada de reivindicación, se encuentran arreglados a ley; declararon NO
HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas novecientos treinta, su fecha treintiuno
de enero de mil novecientos noventicuatro, que revocando la apelada de fojas ochocientos
sesentitrés, su fecha diecinueve de mayo de mil novecientos noventitres, declara fundada la
prescripción de acción deducida por Luis Acuña y Sonia Díaz de Acuña en contra de la
acción de nulidad de contrato y demás cargos y, en consecuencia NULO todo lo actuado
respecto de la indicada demanda de fojas cincuenticuatro e improcedente la misma e
IMPROCEDENTE la demanda acumulada sobre reivindicación, entrega de bien, cobro de
frutos, daños y perjuicios y otros conceptos; condenaron en las costas del recurso a la parte
que lo interpuso; en los seguidos por Alvaro Acuña Peñaranda con Luis Acuña Peñaranda y
otra sobre nulidad de contrato y otros conceptos; y los devolvieron.-

SS. RONCALLA, REYES, VASQUEZ, LOZADA, ECHEVARRIA

Se publicó conforme a Ley

DRA. ELIZABETH RABANAL G., Secretaria (P), Sala Civil, Corte Suprema de la
República

Simulación de acto jurídico (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 4 de Diálogo con la Jurisprudencia

Por la simulación absoluta se aparenta celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente
voluntad para celebrarlo; requiere por tanto la concurrencia de tres presupuestos, tales
como la disconformidad entre la voluntad real y la manifestación, el concierto entre las
partes para producir el acto simulado y el propósito de engaño. En el caso de autos el
contrato fue celebrado con el objeto de simular una transferencia de acciones para aparentar
un patrimonio menor al real y ganar seguridad frente a posibles actos criminales.

S.C. TRANS. C.S.

Expediente 878-94

LIMA

Lima, dieciséis de octubre de mil novecientos noventicinco.-

VISTOS.- por sus fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO además que la


existencia del matrimonio contraído entre don Max Higueras Clark y doña Edda Delgado
Pastorino no sólo ha sido reconocida por las partes en el presente proceso emergiendo
además de la instrumental de fojas seiscientos cuarentiocho a fojas seiscientos cincuentidós,
así como de la demanda sobre separación de cuerpos que obra de fojas seiscientos
cincuentisiete a fojas seiscientos sesentitrés, por lo que la sentencia recurrida contiene un
error al afirmar que no se ha acreditado la existencia del anotado matrimonio; que los
fundamentos de la demanda de fojas ciento treintisiete han sido debidamente acreditados,
entre otros, por el mérito que arroja el contradocumento de fojas doscientos treintitrés a
fojas doscientos treintisiete, el mismo que no ha sido desvirtuado ni enervado en su valor en
modo alguno por don Max Higueras Clark, y que por el contrario merece fe por el hecho de
haber sido suscrito por todos los intervinientes del documento que contiene el contrato
simulado de transferencia de acciones obrante de fojas ciento veintiocho a fojas ciento
treintiséis, materia de la demanda acumulada, no habiendo sido cuestionado por ninguno de
ellos; que, por lo demás, de lo actuado fluyen elementos de juicio que hacen presumir
fundadamente que el contrato de transferencia de acciones contenido en el documento de
fojas ciento veintiocho a fojas ciento treintiséis es simulado, señalándose los siguientes el
parentesco existente entre los que aparecen celebrando el contrato, la forma de pago sin
desembolso de dinero alguno por los compradores, los plazos dilatados para el pago del
supuesto precio no obstante tratarse de acto mercantil, que por su naturaleza deben ser
breves, y que don Héctor Delgado Parker con posterioridad a la simulada transferencia de
acciones ha venido participando activamente en las empresas, a título personal y como
representante de sus hijos, como aparece de fojas seiscientos sesenticinco a fojas
seiscientos setenta; que la circunstancia de que don Héctor Delgado Parker haya venido
actuando en las empresas en representación de sus hijos con posterioridad a la transferencia
de acciones no puede reputarse como un hecho demostrativo de que la transferencia de
acciones haya sido real en atención a que todos esos actos realizados con posterioridad a la
suscripción del documento de fojas ciento veintiocho, en conjunto, indudablemente,
conforman actos constitutivos para dar visos de veracidad al acto simulado, que, de otro
lado, llama la atención que don Max Higueras Clark al plantear su demanda de fojas tres
(tres de abril de mil novecientos noventidós), solicitando se declare judicialmente que la
parte alícuota de las acciones adquiridas por la demandada, la que fuera su cónyuge doña
Edda Delgado Pastorino, conforme al contrato de diecisiete de mayo de mil novecientos
ochentinueve, constituye bien común y por consiguiente se tome en cuenta con tal
condición al momento de la liquidación de la sociedad conyugal, su esposa se encontraba
casada con otra persona, pues en efecto, el veintiuno de abril de mil novecientos
ochentinueve (antes de la suscripción del contrato simulado de transferencia de acciones de
diecisiete de mayo de mil novecientos ochentinueve) doña Edda Delgado Pastorino como
aparece a fojas seiscientos cincuenticuatro había contraído matrimonio civil por ante la
Municipalidad de Miraflores con don Alejandro José Harrison; es más, don Max Higueras
Clark, igualmente con fecha catorce de junio de mil novecientos ochentinueve, como
aparece de fojas seiscientos cincuentitrés, había contraído matrimonio por ante la
mencionada Municipalidad con doña Elizabeth Jane Clark Spilman, hechos que evidencian,
de otro lado, que cuando la citada emplazada adquirió las acciones se encontraba
prácticamente casada con dos personas agregándose a ello que la instrumental de fojas
seiscientos cuarentiocho a fojas seiscientos cincuentidós, demuestra que la sociedad
conyugal Higueras Delgado de hecho desde mucho antes de la suscripción del contrato
simulado no cumplía con su finalidad, pues cada uno de los ex-cónyuges ya había formado
su respectivo hogar conyugal; por tales razones declararon NO HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas seiscientos noventiocho, su fecha treinta de junio de mil
novecientos noventicuatro, que revocando la apelada de fojas quinientos setenticuatro, de
veintiocho de febrero del mismo año, declara INFUNDADA en todas sus partes la demanda
de fojas tres y asimismo declara FUNDADA la demanda acumulada de fojas ciento
treintisiete y, en consecuencia, nulo y sin efecto legal, por simulación absoluta, el contrato
de transferencia de acciones obrante a fojas doscientos treintitrés a fojas doscientos
treintisiete y, en consecuencia, nulo y sin efecto legal, por simulación absoluta, el contrato
de transferencia de acciones obrante a fojas doscientos treintitrés a fojas doscientos
treintisiete, así como de fojas cincuenta a fojas cincuentiocho y de fojas ciento veintiocho a
fojas ciento treintitrés: declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene y es
materia de grado; condenaron en las costas del recurso a la parte que lo interpuso en los
seguidos por Max Higueras Clark con Edda Delgado Pastorino y otros sobre declaración de
bien propio y los devolvieron.-

SS.
VASQUEZ C.
CARRION L.
QUIROS A.
CERNA S.
BACIGALUPO H.

LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL SEÑOR VOCAL GIUSTI ACUÑA , aparte de
los que se consignan en la resolución que antecede son los siguientes CONSIDERANDO:
Primero: Que, en el presente proceso judicial se discute las siguientes pretensiones a) La
declaración de bien propio, contenido en la demanda de fojas tres a siete, en la cual don
Max Higueras Clark solicita se declare bien común las acciones adquiridas por su cónyuge
doña Edda Delgado Pastorino mediante contrato de fecha diecisiete de mayo de mil
novecientos ochentinueve, celebrado por don Héctor Delgado Parker y doña Edda Pastorino
de Delgado, como vendedores; don Arturo Héctor Delgado Pastorino, don Alvaro Aurelio
Delgado Pastorino y doña Edda Marcela Delgado Pastorino, como compradores; y b) La
nulidad del mencionado contrato, por adolecer de simulación absoluta, peticionada por don
Héctor Delgado Parker y doña Edda Pastorino de Delgado en la demanda acumulada de
fojas ciento treintisiete a ciento cuarenta; Segundo: Que, la controversia se centra en la
validez o no del contrato referido, por lo que debe analizarse en principio la pretensión
contenida en el liberal b) del primer considerando; Tercero: Que, los actores de la demanda
acumulada, don Héctor Delgado Parker y doña Edda Pastorino de Delgado, pretenden la
nulidad del contrato de su referencia por adolecer de simulación absoluta, sustentando su
petitorio en que por razones de seguridad personal, debido a las constantes amenazas de
que eran objeto, de común acuerdo con sus hijos Arturo Héctor, Alvaro Aurelio y Edda
Marcela Delgado Pastorino, decidieron simular la transferencia de parte de las acciones de
su propiedad emitidas por las Compañías Panamericana Televisión Sociedad Anónima,
Producciones Panamericana Sociedad Anónima, Radioprogramas del Perú Sociedad
Anónima y, Panamericana Exportaciones Sociedad Anónima, mediante el contrato que se
impugna, celebrándose en la misma fecha un contradocumento en el que se expresa el
carácter simulado del contrato de transferencia; Cuarto: Que, por la simulación absoluta, se
aparenta celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo,
requiere por tanto la concurrencia de tres presupuestos: a) La disconformidad entre la
voluntad real y la manifestación, b) Concierto entre las partes para producir el acto
simulado y, c) El propósito de engaño; que, en el caso de autos el contrato fue celebrado
con el objeto de simular una transferencia de acciones, con la finalidad de aparentar un
patrimonio menor al real y ganar seguridad frente a posibles actos criminales, en contra de
don Héctor Delgado Parker y su cónyuge, acto simulado que reúne las características de
simulación absoluta, esto es, que se aparentó el traslado patrimonial, cuando se mantuvo en
poder de los citados accionantes, asimismo, el acuerdo simulatorio entre las partes del
contrato queda acreditado con el contradocumento que en copia obra de fojas doscientos
treintitrés a doscientos treintisiete, el mismo que se corrobora con el allanamiento de los
presuntos adquirentes de dicho contrato, corriente a fojas doscientos doce y doscientos
trece, y finalmente de las pruebas glosadas se evidencia el animus de los intervinientes de
engañar a posibles potenciales delincuentes; Que ello aunado a las demás pruebas actuadas
como lo es la carta de fojas seiscientos ochentiocho, y los términos del contrato, esto es, la
forma de pago y los plazos dilatados -diferentes de los pactados en el documento de fojas
quinientos cuarentinueve a quinientos cincuenticuatro- dada su naturaleza comercial, crean
convicción en el Juzgador de la existencia de un acto simulado, por lo que la demanda
acumulada de fojas ciento treintisiete debe ser amparada; Quinto: Que, en lo referente a la
pretensión contenida en la demanda de fojas tres, a que se contrae el literal a) del primer
considerando, por la consideración precedente, ésta debe desestimarse; por las
consideraciones precedentes y, de conformidad con el artículo ciento noventa y doscientos
diecinueve inciso quinto del Código Civil.(1)

S.
GIUSTI ACUÑA

EL VOTO DE LOS SEÑORES ECHEVARRIA ADRIANZEN Y QUIROS AMAYO es


como sigue por los fundamentos de la sentencia de primera instancia; y CONSIDERANDO
además que en el contrato privado de compraventa obrante de fojas ciento veintiocho a
ciento treintiséis, materia de la demanda acumulada se expresa con precisión en la cláusula
tercera el precio de la compraventa de las acciones equivalentes a doce mil ciento
ochentinueve espacios publicitarios en Pantel de treinta segundos de duración cada uno y
de treintiocho mil seiscientos ochenticinco menciones publicitarias en Radio Programas del
Perú de ocho segundos de duración cada una a las tarifas de Pantel y de Radio Programas
del Perú respectivamente, vigentes al momento del pago y más aún en la cláusula cuarta se
establece la forma de pago, en dinero en efectivo, consistente en la tercera parte de los
dividendos que produzcan las acciones a partir de la fecha de su transferencia, que dicho
pago debe producirse dentro de las veinticuatro horas siguientes a la recepción por los
compradores del dividendo en dinero o en especie y se conviene en algo fundamental que
impide la simulación y es que en todo caso los compradores estaban obligados a pagar al
vencimiento del quinto año contado desde la fecha de suscripción del contrato, la cantidad
necesaria para completar la tercera parte del precio pactado, a su vez, al vencimiento del
décimo año los compradores debían pagar la cantidad necesaria para completar otra tercera
parte y al vencimiento del décimo quinto año debían abonar la cantidad necesaria para
completar la cancelación del total del precio pactado; que en autos no consta si a partir de la
vigencia del convenio el diecisiete de Mayo de mil novecientos ochentinueve, hasta la
interposición de la demanda o en el transcurso del proceso, los vendedores hayan recibido
el dinero en efectivo la parte del precio correspondiente, pero si lo han hecho, no se puede
hablar de simulación y si al vencimiento del quinto año, los compradores no cumplieron
con pagar la tercera parte del precio total de la compra-venta, los vendedores tendrán la
facultad de hacer uso de los derechos que les correspondan, todo lo que impide que pueda
considerarse el contrato como simulado; que el llamado contradocumento de fojas
doscientos treintitrés a fojas doscientos treintisiete, sólo tiene fecha cierta a partir de su
legalización el veintinueve de marzo de mil novecientos noventitrés, ante el Notario Doctor
Antonio del Pozo Valdez, es decir muchos meses después de interpuesta la demanda de
fojas tres y la acción acumulada de fojas ciento treintisiete, por lo que la simulación no
puede acreditarse con un documento que sólo tiene fecha cierta con posterioridad y no con
anterioridad a la demanda de simulación, que resultando el contrato de compraventa de
acciones válido y celebrado cuando se encontraba vigente el matrimonio de don Max
Higueras Clark y doña Edda Delgado Pastorino, las acciones adquiridas por la esposa
constituyen un bien perteneciente a la Sociedad Conyugal y tienen el carácter de bienes
sociales; que esta situación no se altera porque los citados esposos sin encontrarse
divorciados, hayan contraído nuevo enlace: NUESTRO VOTO es porque se declare
HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas seiscientos noventiocho a setecientos
dos, en cuanto revocando la de primera instancia, declara infundada la demanda incoada a
fojas tres, sobre declaración como bienes comunes de un lote de acciones y adjudicación de
un porcentaje en calidad de gananciales y fundada la demanda acumulada interpuesta a
fojas ciento treintisiete sobre nulidad, por simulación del contrato de compraventa de
acciones de diecisiete de mayo de mil novecientos ochentinueve; reformándola declararon
FUNDADA la demanda de fojas tres a siete, en consecuencia, constituyen bien común
perteneciente a la sociedad conyugal conformada por el demandante don Max Higueras
Clark con la demandada doña Edda Delgado Pastorino la participación que tiene la cónyuge
antes nombrada en la copropiedad de las acciones adquiridas mediante contrato de fecha
diecisiete de mayo de mil novecientos ochentinueve de las empresas Panamericana
Televisión Sociedad Anónima, Panamericana Exportaciones Sociedad Anónima; Radio
Programas del Perú Sociedad Anónima y Producciones Panamericana Sociedad Anónima;
la que como consecuencia de ello deberán tomarse en cuenta con tal condición al momento
de la liquidación de dicha sociedad conyugal e INFUNDADA la demanda acumulada de
fojas ciento treintisiete a fojas ciento cuarenta y se declare NO HABER NULIDAD en lo
demás que contiene y es materia de grado.

S.S.
ECHEVARRIA ADRIANZEN
QUIROS AMAYO

Suficiencia en la acción pauliana de la comprobación objetiva del perjuicio ocasionado

«... No es menester revisar prueba alguna para establecer con claridad meridiana que en
este caso se configuran los requisitos que viabilizan la acción pauliana a favor del actor,
desde que el acto jurídico impugnado tiene como consecuencia una disminución del
patrimonio de los demandados que menoscaba el derecho del actor a intentar el
cumplimiento de una obligación por parte del deudor, sin ser necesario investigar la real
intención (...), pues es suficiente la comprobación objetiva del perjuicio ocasionado».

CASACION Nro. : 116 - 99 / LIMA.

Lima, trece de agosto de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA: Vista la Causa número ciento dieciséis - noventinueve; con los
acompañados en Audiencia Pública de la fecha; y, producida la votación con arreglo a Ley,
emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:


Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Distribuidora Textil Dimartex Sociedad de
Responsabilidad Limitada a fojas ciento noventicinco, contra la resolución de vista de fojas
ciento ochenticuatro, su fecha veintiséis de noviembre de mil novecientos noventiocho,
expedida por la Sala Civil Corporativa Subespecializada en Procesos Sumarísimos y No
Contenciosos de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando la apelada de fojas
ciento cuarentiuno, de fecha diez de setiembre de mil novecientos noventiocho, declara
infundada la demanda de nulidad de acto jurídico.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte, mediante resolución del veintinueve de enero de mil novecientos noventinueve ha


estimado procedente el recurso por las causales contenidas en los incisos primero y
segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Adjetivo, por interpretación
errónea del Artículo ciento noventicinco del Código Civil e inaplicación del Artículo
noventicuatro de la Ley de Títulos Valores.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, el Artículo ciento noventicinco del Código Civil consagra la acción
revocatoria o pauliana, que se concede a todo acreedor para demandar la revocación de los
actos celebrados por el deudor en perjuicio o fraude de sus derechos.

Segundo.- Que, no es punto controvertido que don Roque Reyes López aceptó una letra de
cambio por el monto de cuarentisiete mil doscientos ochenticuatro dólares a favor de
Distribuidora Textil Dimartex Sociedad de Responsabilidad Limitada, con vencimiento el
siete de abril de mil novecientos noventicuatro.

Tercero.- Que, tampoco está en discusión que por escritura pública de fecha seis de julio de
mil novecientos noventicuatro, don Roque Reyes López y su cónyuge doña Hilda Zenaida
Soto Flores otorgaron en anticipo de legítima a sus menores hijos Carlos Alberto y Alex
Eduardo Reyes Soto el inmueble sito en Strauss número seiscientos cinco departamento
ciento dos, San Borja.

Cuarto.- Que, el acto jurídico de anticipo de legítima, cuya nulidad se pretende en esta vía,
imposibilita que la empresa demandante-acreedora obtenga la anotación de medidas
cautelares vinculadas a cualquier proceso que intente para obtener el cumplimiento de la
obligación contenida en la letra de cambio antes mencionada, puesto que dicho acto ha sido
inscrito en la ficha correspondiente del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima.

Quinto.- Que, no es menester revisar prueba alguna para establecer con claridad meridiana
que en este caso se configuran los requisitos que viabilizan la acción pauliana a favor del
actor, desde que el acto jurídico impugnado tiene como consecuencia una disminución del
patrimonio de los demandados que menoscaba el derecho del actor a intentar el
cumplimiento de una obligación por parte del deudor, sin ser necesario investigar la real
intención de don Roque Reyes López y su cónyuge, pues es suficiente la comprobación
objetiva del perjuicio ocasionado.
Sexto.- Que, si bien es cierto la sentencia de primera instancia establece que no se ha
acreditado en autos que la suma contenida en el título valor que corre a fojas once haya sido
utilizada en provecho de la sociedad conyugal, tal situación no enerva la procedencia de la
acción pauliana, desde que sólo es necesario establecer si la deuda se contrajo en provecho
de la familia cuando se trata de bienes propios y se pretende hacer efectiva la excepción al
principio que contiene el Artículo trescientos ocho del Código Civil, que no es el caso.

Séptimo.- Que, en lo concerniente a la inaplicación del Artículo noventicuatro de la Ley de


Títulos Valores, según el cual la letra de cambio debe ser pagada el día de su vencimiento,
la norma es manifiestamente inaplicable en este proceso que versa sobre nulidad de acto
jurídico.

Octavo.- Que, en consecuencia, no se configura la causal de inaplicación del Artículo


noventicuatro de la Ley de Títulos Valores desde que tal precepto es impertinente para el
caso de autos; Por estas razones y de conformidad con el dictamen Fiscal; declararon
FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas ciento noventicinco; en
consecuencia NULA la resolución de vista de fojas ciento ochenticuatro, de fecha veintiséis
de noviembre de mil novecientos noventiocho; y actuando en sede de instancia:
REVOCARON la apelada de fojas ciento cuarentiuno, del diez de setiembre del mismo
año; que declara infundada la demanda de fojas cuarenticuatro; reformándola declararon
FUNDADA dicha demanda; consecuentemente ineficaz el acto jurídico de anticipo de
legítima a que se contrae el testimonio de fojas dos; ORDENARON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por la Empresa Distribuidora
Textil «Dimartex Sociedad de Responsabilidad Limitada» contra Roque Reyes López y
otra, sobre ineficacia de acto jurídico; y los devolvieron.

SS. ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRIA A.;


CASTILLO LA ROSA S.; ALVA S.

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