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Fundamentos para una teoría de la experiencia hermenéutica

Cuando nos referimos al pensamiento filosófico que acontece en el siglo XX


es inevitable no nombrar al filósofo alemán Hans-Georg Gadamer como uno de los
pensadores con más fuerza e impacto en el posmodernismo y del cual se
desprenden múltiples variables en la forma de estudiar la filosofía y esto gracias a
los postulados hermenéuticos que llevó a cabo tras la ilación entre la influencia de
su maestro Heidegger y sus estudios asiduos de las hermenéuticas tradicionales
del siglo XIX. Podemos decir con Grondin lo siguiente:

“Gadamer no ha continuado la «hermenéutica de la existencia» de su maestro.


Más bien ha intentado repensar a partir de ella la problemática, más diltheyana, de una
hermenéutica de las ciencias del espíritu”. (2008, 70)

Tras esta comprobación podremos enfatizar la concepción que Gadamer


tiene por hermenéutica y el análisis del historicismo efectual que nace por medio
de ella. Es importante recalcar que en lo que sigue Gadamer realiza un proceso
hermenéutico de la hermenéutica misma. Esto, en un primer momento podría
llevarnos a pensar que el hecho de realizar un procedimiento hermenéutico de sí
mismo es un círculo vicioso que redunda y que puede ser peligroso para
fundamentar el método de hacer hermenéutica. Analógicamente podría ser
comparado al descubrimiento de mí mismo dentro de mí mismo omitiendo el
espejo social.

La justificación parte de la misma obra de Heidegger para poder iniciar un


estudio hermenéutico desde sí mismo:

El círculo no debe ser degradado a círculo vicioso, ni siquiera a uno


permisible. En él yace una posibilidad positiva de conocimiento más originario, que
por supuesto sólo se comprende realmente cuando la interpretación ha
comprendido que su tarea primera, última y constante consiste en no dejarse
imponer nunca por ocurrencias propias o por conceptos populares ni la posición, ni
la previsión ni la anticipación, sino en asegurar la elaboración del tema científico
desde la cosa misma.
Tomando en cuenta este texto nos puede dar toda la base de análisis de la
hermenéutica entendida por Gadamer desde su justificación de apertura como la
consecuente terminología aplicada a su filosofía.

Como primer aspecto tomaremos de referencia la segunda mitad de la cita


textual, la cual dice: … su tarea última, primera y constante en no dejarse imponer
nunca por ocurrencias propias o por conceptos populares ni la posición, ni la
previsión ni la anticipación, sino en asegurar la elaboración del tema científico
desde la cosa misma. En esta parte resaltaremos dos aspectos; el primero de
ellos tiene que ver con la forma fenomenológica de ver la hermenéutica (Grondin,
2008: 110); es decir, el hecho de hacer hermenéutica dirigida a las cosas mismas;
y por otro lado, el la adopción de los términos anticipación y proyecto de su
maestro.

Estar dirigido a las cosas mismas connota un carácter de objetividad de


rigor científico y Gadamer lo asume y lo resuelve de la siguiente manera. Cuando
Gadamer se apropia de la fenomenología hermenéutica sabe de antemano que
dirigirse a un estilo de epoje objetal no es el sentido de las cosas mismas; en
cambio, sostiene que el conocimiento no se consigue con un blindaje en el que la
investigación se ve afectada por el entorpecimiento subjetivo, sino que es el sujeto
mismo quien desarrolla y debe involucrarse en el estudio (Vattimo, 1991).

Al momento de someter al sujeto en la investigación hermenéutica estamos


hablando de un problema más, la objetividad se ve estropeada por la
preconcepción o los prejuicios que el sujeto tiene en el ancho de su experiencia
viviencial. Aquí caemos en el círculo vicioso. Dirigirse a las cosas mismas
involucra que sea un sujeto que haga conocimiento de ellas, pero se encuentra
con la barrera de las condicionantes e impureza del sí mismo y la inhabilidad de
poder estudiar con la objetividad que se merece; entonces el sujeto debe
depurarse de lo que es y convertirse en objeto esto con la ayuda de una
intervención de otro sujeto con prejuicios arraigados y la subjetividad que lo
marca; y así ad infinitum. La manera gadameriana de resolver la situación es
hacer fenomenología en la preesctructura del ser-humano, modelo tomado de
Heidegger.

Heidegger toma conocimiento del hombre como un ser arrojado en


circunstanciales que lo marcan, a eso lo llama ser-en-el-mundo. No podemos
alejarnos de lo que somos ni de lo que estas circunstancias hicieron de nosotros.
Estas condicionantes con las que nacemos son, para Heidegger (2014),
existenciarios como la habladuría, la disposición afectiva, el ser-con-otros, entre
otros. En cambio, para Gadamer, la preestructura de la que parte su análisis
fenomenológico son el estudio de los prejuicios.

Es desde el prejuicio donde hace hermenéutica de la comprensión de la


historia y que explorará los principales preceptos de cómo hacer hermenéutica.
Aunque se comienza desde la concepción y valoración de los prejuicios; la
problemática se acentúa debido a la connotación peyorativa que la historia del
pensamiento mismo le ha dado a dicho término. Gadamer se va a enfocar en los
movimientos intelectuales de la ilustración y el romanticismo (2003).

En términos generales Gadamer va a depurar lo que el término prejuicio


significa y su alto impacto para comprender e interpretar la historia. Esto nos
llevará a la aplicación del modelo clásico lo cual formará la corriente humanista y
la tradición que alberga la fusión de la historia entre el presente que se enfoca en
el pasado y el pasado que siempre se actualiza en el presente, procedimiento que
se denomina historia efectual.

El pensamiento de la ilustración insiste en definir a los prejuicios como un


daño y un obstáculo para alcanzar la libertad y el desarrollo de las ciencias, nubla
la finalidad de llegar a la autonomía humana. Los prejuicios que atentan contra la
razón liberadora son la autoridad y la precipitación. La pregunta que surge es
¿cómo legitimar los prejuicios para tener una preestructura que fomente el
genuino conocimiento histórico? La relevancia de esta respuesta se manifiesta
sobre todo en la autoridad, ya que esta desencadenará el complejo análisis
hermenéutico de la hermenéutica misma en torno a la conciencia histórica de
Gadamer.
La precipitación de los cuales nacen algunos prejuicios se resuelve con la
atención y meditación de una aplicación metódica cartesiana de las
enumeraciones repasando hasta percatarse de no omitir ningún elemento
estudiado hasta alcanzar el rigor matemático del conocimiento. Por otro lado, los
prejuicios autoritarios, como por ejemplo los canones religiosos del cristianismo,
nos pueden llevar a la creación de errores que cuestan la libertad del ser humano
y la sumisión a un credo que obstaculiza el alcanzar la verdad como adequatio. El
carácter epistemológico de la autoridad lleva inevitablemente a la formación de un
desarrollo ético que sustenta las creencias y la determinación de instituciones, así
como los comportamientos. Estas instituciones y comportamientos, como sus
consecuentes innovaciones generan una tradición

Desde la tradición se funda la investigación histórica y por lo tanto su base


como comprensión tanto del texto, que es lo que le concierne a la hermenéutica,
como de la cultura. el recorrido histórico a través de la tradición comprende y
aprueba gracias al tiempo, lo que perdura y aquello que solo gira en derredor de la
auténtica tradición. Las obras de Homero, Sófocles, Séneca, Dante Alighieri entre
otros aprueban el olvido del tiempo en la aplicación de sus creaciones a los
presentes de cada época y la cual da el reconocimiento y el conocimiento de que
la obra funge como representante de un contexto. Para Gadamer la autoridad no
la aplicación del saber desde el poder y la coacción a un pensamiento o ideología;
al contrario, el hombre respeta la autoridad debido al consenso de reconocer que
la autoridad sabe lo que dice o hace debido a la experiencia y conocimiento.

La legitimización de los prejuicios, en resumen, se avalan por medio de la


distancia temporal que actualiza su aprobación, deben ser estimulados en cada
presente para verificar su legitimiadad y por último este estimulo y los problemas
del presente hacen cuestionable si dicho prejuicio puede ser aceptado o refutado
(Gadamer, 2003).

Con esta explicación podemos aclarar la primera parte del texto de


Heidegger citado anteriormente: el círculo no debe ser degradado a círculo
vicioso, ni siquiera a uno permisible. En él yace una posibilidad positiva del
conocimiento más originario, que por supuesto solo se comprende cuando la
interpretación ha comprendido que su tarea… ¿Qué decimos al respecto? El
círculo se inició desde el prejuicio mismo en una concientización histórica desde la
ilustración y el romanticismo alemán para dignificar el uso de los prejuicios como
preestructura de la hermenéutica hasta llegar a la tradición y el reconocimiento de
la autoridad. Encontramos un conocimiento positivo en el que fungirá de base para
la comprensión fenomenología hermenéutica de Gadamer. La comprensión sujeta
al tiempo y la historia efectual no busca la comprensión mejor de un autor o texto,
al estilo de Schleiermacher o Dilthey sino sólo una comprensión diferente en el
que se entretejan la tradición que envuelve el texto pasado con los elementos de
comprensión del presente del lector.

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