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Entre la hermenéutica circular de Heidegger y la hermenéutica

de la comprensión en Gadamer

Ma. Fernanda Guzmán Favela

Resumen

El propósito del siguiente texto es responder a la doble cuestión surgida del


giro lingüístico que invierte la tesis de la preeminencia del lenguaje al pensamiento en
la tradición del positivismo lógico, hacia la supeditación del pensamiento al lenguaje
como lo plantea la fenomenología hermenéutica de Heidegger y la hermenéutica de la
comprensión en Gadamer. Los argumentos presentados en el siguiente trabajo se
orientan por dos preguntas: 1) ¿Cómo se justifica la hermenéutica filosófica en la
fenomenología de Heidegger? y 2) ¿En qué consiste la condición ontológica de la
comprensión hermenéutica en Gadamer? Para la primera cuestión, Heidegger
comprende que la fenomenología es una hermenéutica a partir de la existencia del ser
en el tiempo. Para la segunda interrogante, Gadamer propondrá que es el ser, quien
se posiciona desde la existencia misma del tiempo por la comprensión.

Palabras clave: Comprensión, Fenomenología, Hermenéutica, Ser.

1.

Antes de desarrollar una respuesta a la cuestión de cómo la hermenéutica de


Heidegger encuentra su defensa existencial en la fenomenología, cabe mencionar a
modo de antecedente que Edmund Husserl, considerado el fundador de la
fenomenología fue quien se propuso la tarea por elaborar una respuesta a la crisis de
la ciencia positiva, ante la insuficiencia para proporcionar al hombre dirección alguna
sobre los problemas de la vida. Para entonces la fenomenología se presenta como
una reflexión filosófica que pretende fundamentar la objetividad del saber a través del
método, donde las cosas mismas expresen su contenido. Para tal propósito Husserl
propone el concepto de epojé, que tiene como significado un cambio de actitud
respecto al conocimiento y a la realidad mediante la suspensión del juicio, como una
puesta entre paréntesis de la existencia del mundo, para quedarse únicamente con la
experiencia de la conciencia pura. A lo que Heidegger como discípulo de Husserl,
tomará distancia para orientar la fenomenología hacia la hermenéutica filosófica.
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El viraje (Kehre) que realiza Heidegger en su obra Sein und Zeit, representa
partir no de la consciencia trascendental sino de la existencia, por lo que la
fenomenología cambia la orientación de la intuición hacia la comprensión, hacia las
cosas mismas. En Sein und Zeit, Heidegger describe la noción de fenomenología
derivada del término griego “fenómeno” (ϕαινόμενον), como aquello que se muestra, lo
que se pone en claridad, lo que se saca a la luz y hacer que algo sea visible en sí
mismo. (1951:38). Es decir, aquello que se muestra en sí mismo y resulta accesible a
la intuición empírica es el fenómeno (Phanömen), como así mismo lo refiere:
“Fenomenología es el modo de acceso y de determinación evidenciante de lo que
debe constituir el tema de la ontología. La ontología sólo es posible como
fenomenología” (1951:45).

La hermenéutica de Heidegger se justifica en el dominio fenomenológico al


considerar que la noción moderna de representación del mundo y la vida no son
suficientes para explicar nuestra existencia, porque excluye la experiencia
fenomenológica de nosotros sobre el mundo, limitando nuestra comprensión acerca
del mismo, la fenomenología permite ir al encuentro de las cosas mismas de descubrir
el ser en lo óntico. El giro innovador de Heidegger es que, la comprensión no se revela
como un método, sino como un aspecto fundamental del ser del hombre, es decir que
permite el acceso al mundo a la estructura del Dasein por medio de la actividad pre-
reflexiva. En esta línea la fenomenología equivale a una hermenéutica y la apertura del
ser hacia el mundo representa la verdad fenomenológica, apelando al sentido kantiano
de la verdad trascendental, como lo afirmará el propio Gadamer: “En la interpretación
trascendental de la comprensión por Heidegger el problema de la hermenéutica gana
un rasgo universal, más aún, gana toda una dimensión nueva.” (1999:329).

A la presente idea de comprensión, Heidegger la llama interpretación, que


consiste en tomar conocimiento de aquello que se comprende. Es decir, que la
existencia misma está determinada por una representación, pero a la vez por una
interpretación del mundo, de tal manera que el ser es lenguaje y tiempo, es decir
conciencia histórica, como el propio Heidegger afirmará que el lenguaje es la casa del
ser. Pero la función hermenéutica del Dasein, donde éste se revela como un estar ahí,
como un proyecto libre arrojado al mundo, se remite a explicar su existencia, en la
interpretación de lo ya comprendido, como lo afirma Heidegger: “La fenomenología del
Dasein es hermenéutica, en la significación originaria de la palabra, significación en la
que designa el quehacer de la interpretación.” (1951:46). La condición óntica del
Dasein se funda en la conciencia histórica donde cumple la realización del ser: “En
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de la comprensión en Gadamer
cuanto esta hermenéutica elabora ontológicamente la historicidad del Dasein como
condición óntica de la posibilidad del saber histórico” (1951:47).

Además de la posibilidad del saber histórico, se traza un círculo hermenéutico y


la exigencia por justificar la hermenéutica desde la dimensión fenomenológica de las
cosas mismas reside en la pre-comprensión del mundo, esta actitud pre-reflexiva
produce una circularidad dentro de la comprensión misma, que transita de lo
incomprendido a lo comprendido, denominado círculo hermenéutico. Para
aproximarnos en este punto, se puede considerar que, para conocer en qué consiste
una obra musical se tiene que tener conocimiento de qué es la música, para acceder a
la comprensión de lo que es una obra, de tal modo que el círculo hermenéutico es un
aspecto inherente de la naturaleza humana, pero que posibilita el conocimiento a
través de los fragmentos de la realidad. Por último la tarea hermenéutica que se
propone Heidegger, consiste en no permitir que los modos previos de entender el
mundo estén determinados por sustentos populares, la finalidad es asegurar el
carácter científico de los temas, como dice el propio Heidegger: “El círculo no debe ser
degradado a circulo vicioso, ni siquiera a uno permisible. En él yace una posibilidad
positiva del conocimiento más originario (…) su tarea primera, última y constante
consiste en no dejarse imponer nunca por ocurrencias propias o por conceptos
populares (…) sino en asegurar la elaboración del tema científico desde la cosa
misma.” (1951:72). De este modo Heidegger acredita su hermenéutica circular desde
la fenomenología, desde las cosas mismas.

2.

Para acercarnos a la propuesta hermenéutica de la comprensión de Gadamer,


hay que trazar de manera sucinta la línea teórica de la que parte en Verdad y método
I, donde Gadamer refiere que, Heidegger plantea en su hermenéutica la preestructura
de la comprensión en un sentido trascendental, elevando el tema de toda
configuración empírica, la cuestión de ¿Cuál sería la condición ontológica del sujeto de
conocimiento? Se remite a la estructura del Dasein en Heidegger, donde la realización
del ser, se configura en su estar en el mundo que a sí mismo representa, es decir de
comprender su propia historia, la condición ontológica del Dasein, se funda en la
comprensión de su existencia. Heidegger le asigna una nueva significación al círculo
hermenéutico al definir que la tarea concreta del Dasein es la conciencia histórica: “L’

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analyse de Heidegger confère donc au cercle herméneutique une toute nouvelle


signification (…) Ce que Heidegger décrit de cette manière, ce n’est ren d’autre que la
tâche de la concrétisation de la conscience historique” (Gadamer, 1996:78-79).

Siguiendo a Gadamer, la posibilidad de conocimiento para Heidegger parte de


la hermenéutica circular de la temporalidad de estar ahí y no dejarse imponer
ocurrencias, ni conceptos como la posición, la previsión y la anticipación, sino
asegurar la elaboración precisa de lo que se quiere abordar, por ejemplo en la tarea
por comprender e interpretar, aquél que lo intenta está sujeto al error basado en
opiniones previas sin ser contrastadas con la realidad misma. Ante tal riesgo “La
comprensión sólo alcanza sus verdaderas posibilidades cuando las opiniones previas
con las que se inicia no son arbitrarias.” (Gadamer, 1999:333). En este horizonte
Gadamer estructura su hermenéutica de la comprensión, evitando introducir nuestros
prejuicios y hábitos lingüísticos, condición por la cual se alcanza la validez objetiva de
la hermenéutica que radica en una exigencia moral: “Lo que se exige es simplemente
estar abierto a la opinión del otro o la del texto (…) El que quiere comprender un texto
tiene que estar en principio dispuesto a dejarse a decir algo por él.” (Gadamer,
1999:335). La hermenéutica para Gadamer comprende una relación de la propia
opinión con la del otro. De allí que la importancia que requiere la conciencia histórico-
hermenéutica radica, no en censurar sino en contener conscientemente las
anticipaciones: “Una comprensión llevada a cabo desde una conciencia metódica
intentara siempre no llevar a término directamente sus anticipaciones sino más bien
hacerlas conscientes para poder controlarlas y ganar así una comprensión correcta
desde las cosas mismas” (Gadamer, 1999:338).

Gadamer señala la gran importancia de la tradición retórica al colocar, en el


centro de su filosofía, un relato fenomenológico de la experiencia de la conversación.
En otros términos la hermenéutica filosófica es el arte del entendimiento que consiste
en reconocer como principio supremo el dejar abierto el diálogo. En esta línea y de
acuerdo con Mootz III, la hermenéutica filosófica de la comprensión de Gadamer
propone una teoría retórica sofisticada, lo que preserva el elemento crítico de la
comprensión que no tiene que ver con una técnica o instrumento de manipulación
social, más bien proporciona recursos para la crítica social y construcciones filosóficas.
Además los significados sociales se reproducen y difunden hoy en día a través de
textos es decir de todo tipo de medios retóricos de la hermenéutica de Gadamer, en
lugar de utilizar discursos persuasivos en la asamblea o los tribunales de justicia como
ocurría en la época de la polis griega. De esta manera la retórica clásica transitó
irreductiblemente de una cultura de tradición oral a una sustentada en la escritura y la
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de la comprensión en Gadamer
lectura (2011:85-87). Gadamer establece que el intérprete se dedica a una actividad
retórica-hermenéutica, estructurada por la lógica de la pregunta y la respuesta y es de
naturaleza conversacional, con ello se evita un relato superficial donde el sujeto
retórico habla y el hermeneuta escucha.

Este proceso dialógico que permite que, lo expresado se llegue convertir en


palabra es precisamente aquello que no se dice y permite encontrar la palabra que
podamos captar. Para Gadamer hablar equivale a buscar la palabra y encontrarla
significa rebasar un límite. Dicho de otro modo, quien de verdad quiere hablar con
alguien y comunicarse, busca la palabra adecuada, porque cree que, lo que no logra
decirse supera los límites de lo finito. Gadamer prescinde del carácter objetivo de la
ciencia, porque no puede haber una comprensión definitiva del mundo a través del
acuerdo del conocimiento objetivo, la base de la comprensión se funda en el
desacuerdo, en la posibilidad constante de una conversación que se nutre de la
reconsideración de las partes. Para Gadamer la comprensión tiene su finitud, por ello
la hermenéutica no se limita a la conciencia del sujeto, sino que se extiende a una
experiencia del ser insertado en el tiempo y a la vez como tiempo mismo. La condición
ontológica del ser para Gadamer es la comprensión de su existencia en el tiempo. Si
bien la ontología clásica propone como punto de partida el ser para fundar la
existencia, el giro de Gadamer es que el ser se posiciona desde la existencia misma
del tiempo. Es así como la hermenéutica se vuelve una exigencia moral al tratar de
llegar al otro por medio de la palabra. No obstante, dicha tarea requiere de un
abandono, de un olvido del ser, que llama a encontrar la salida, permitiendo el exitus
de nosotros mismos para abrir la posibilidad de otros horizontes y poder comprender el
mundo más allá de las respuestas que ofrecen la ciencia y la técnica. Finalmente lo
que enaltece la conversación es encontrar en el otro, nuevas experiencias del mundo,
por ello Gadamer afirmará que la forma más acabada de la conversación es allí donde
reside la comprensión y la comunicación y éstas se expresan en la amistad.

Conclusión
De acuerdo con el estudio de Grondin (2003), hay una distinción entre
Heidegger y Gadamer acerca del concepto de interpretación (Auslegung), para el
primero la interpretación sucede a la comprensión como una explicación a la actividad
de comprender, en tanto que Gadamer invierte esta afirmación considerando imposible
que la interpretación explicite a la comprensión, más bien que toda comprensión es

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interpretación, porque el mundo no está determinado a ser comprendido desde el


ámbito de la tecnificación que deshumaniza, sino que hace falta un paradigma
educativo para aprender a escuchar y en consecuencia se desarrolle un vínculo de
solidaridad entre los sujetos para establecer el dominio de la comprensión.

Bibliografía

Gadamer, H.-G. (1996). La philosophie herméneutique, Presses Universitaires de


France. Paris.

Gadamer, H.-G. (1999). Verdad y método I, Salamanca. Sígueme.

Grondin, J. (2003). The philosophy of Gadamer, Chesam. Acumen.

Heidegger, M. (1951). Ser y tiempo, México. Fondo de Cultura Económica.

Heidegger, M. (2001). Hitos, Madrid. Alianza.

Mootz III, F.J. (2011). “Gadamer’s Rhetorical Conception of Hermeneutics as the Key
to Developing a Critical Hermeneutics”. In Mootz III, F.J. & Taylor, G. (Ed.), Gadamer
and Ricoeur. Critical Horizons for Contemporary Hermeneutics. H. New York.
Continuum International Publishing Group.

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