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INDUSTRIALIZACION DEL MAIZ EN LA COMUNIDAD DE

SALO DE LA PROVINCIA SUD CHICHAS DEL


DEPARTAMENTO DE POTOSI

Estudiante: Univ. Oscar Daniel Terán Mamani

Tupiza, Noviembre de 2021

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I. ANTECEDENTES
El maíz es uno de los cultivos de mayor relevancia, tanto en la alimentación de la población
boliviana como para la economía de los diversos sectores de la denominada economía
plural.
El maíz, en particular, tiene un protagonismo muy alto en la seguridad alimentaria, por su
efecto directo en el alza del precio de la carne de pollo, leche, huevos y otros alimentos;
además, este cereal es el alimento básico de muchas comunidades campesinas e indígenas,
que lo consumen todos los días en una infinidad de platillos y bebidas. Si bien ahora tiene
una mayor valoración, desde tiempos ancestrales ocupa un lugar privilegiado por sus
excelentes cualidades nutritivas, diversidad de usos y amplia adaptación a diferentes
ecosistemas de Bolivia. Por esto, no es raro que este valioso cereal forme parte de la
historia de los pueblos, en especial de los valles occidentales, Chaco y tierras bajas del país.

Es loable que muchas de estas variedades estén presentes en nuestro país desde tiempos
muy remotos y que con el transcurrir del tiempo, sigan vigentes y conservando la
preferencia de los agricultores, por sus bondadosas cualidades culinarias y comerciales,
pese a los cambios tecnológicos agresivos, provocados por el ingreso de la agricultura
extensiva y la migración de los campesinos a otras latitudes.

Para los pueblos antiguos, el maíz era su alimento básico y las formas de consumo eran
muy similares a las actuales. Solían comerlo en estado fresco (choclo) o seco (tostado o
mote); también obtenían harina de forma artesanal para preparar panes, bebidas refrescantes
y otros productos. Pero no sólo estaba presente en la alimentación; la chicha de maíz, el
ingrediente principal de sus estas y rituales, se consideraba el elixir de los incas, quienes
habrían sido los primeros en elaborarla; se preparaba a partir de la fermentación de granos
de maíz cuidadosamente seleccionados.

El consumo humano de maíz no perdió importancia y se mantiene vigente en la mayoría de


las comunidades campesinas, indígenas y de colonos. Destaca el que las recetas o formas de
preparación de diferentes platillos y bebidas, no haya variado mucho con el transcurso del
tiempo; por eso se dice que el maíz forma parte de la historia de estos pueblos y del legado
de las costumbres y tradiciones, a través de las generaciones.

Con la harina de maíz se oferta en el mercado urbano una infinidad de productos, ya


elaborados: panes, galletas, roscas, tamales, empanadas, tortillas biscochos, sopas, refrescos
y mazamorras, entre otros; gracias a ellos se ha generado una serie de negocios familiares o
microempresas.

La harina de maíz también se utiliza como un ingrediente importante en una variedad de


productos alimenticios industriales, con un mayor grado de elaboración que los productos
artesanales. Entre ellos se puede mencionar a las galletas, hojuelas dulces o saladas, fideos,
salsas, sopas instantáneas, refrescos, saborizantes, aceites y muchos más.

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II. FORMULACION DEL PROBLEMA

El desabastecimiento y el alza de precios de alimentos básicos de la canasta familiar son temas de


permanente debate, sondeos de opinión, confrontaciones po líticas, noticias y reportajes, entre
otros, que atraen el interés y preocupación de las autoridades públicas y la población en general. No
es para menos, los precios de los productos son inestables y ponen en serio riesgo la seguridad
alimenta ria, derecho fundamental de la población boliviana, reconocido por la Constitución
Política del Estado. La Carta Magna señala que “Toda persona tiene derecho al agua y la
alimentación”, “El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una
alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población”(Constitución Política del
Estado: artículo 16.I y II).
El maíz, en particular, tiene un protagonismo muy alto en la seguridad alimentaria, por su efecto
directo en el alza del precio de la carne de pollo, leche, huevos y otros alimentos; además, este
cereal es el alimento básico de muchas comunidades campesinas e indígenas, que lo consumen
todos los días en una infinidad de platillos y bebidas. Si bien ahora tiene una mayor
valoración, desde tiempos ancestrales ocupa un lugar privilegiado por sus excelentes cualidades
nutritivas, diversidad de usos y amplia adaptación a diferentes ecosistemas de Bolivia. Por esto, no
es raro que este valioso cereal forme parte de la historia de los pueblos, en especial de los valles
occidentales, Chaco y tierras bajas del país. El maíz es la inspiración de canciones, leyendas,
poesías y otras expresiones artísticas; resalta también su presencia en novelas que evocan los
tiempos del feudalismo o de la colonización, donde los campesinos lo tenían como su principal
cultivo, elemento de cambio, de fiestas, rituales y, por supuesto, de su alimentación.
Lamentablemente, en la actualidad se comete el error de visibilizar sólo su rol en la alimentación
de animales de granja, pese a su importante protagonismo en la alimentación humana,
denominado “consumo directo”. A modo ilustrativo se puede mencionar los deliciosos choclos
que sirven de complemento de una infi nidad de platos, al igual que los motes; también tenemos
las humintas, tamales, sopas, biscochos y otros productos preparados con el grano molido. En
esta lista no pueden faltar las bebidas calientes o frías como el api, somó, tujuré, chicha fuerte,
chicha camba; el listado de productos que la población boliviana disfruta día a día es
interminable.

Los pobladores de las comunidades de la Provincia Sud Chichas, son sujetos del proceso
productivo y estos enfrentan diferentes factores climáticos que varían de un año a otro,
también un reducido tamaño de propiedad agrícola, como el minifundio, falta de
tecnologías apropiadas y otros factores que directamente inciden en el empobrecimiento de
las familias y la migración hacia otras zonas urbanas y periurbanas, especialmente en la
población de jóvenes en busca de mejores oportunidades

El problema de la inseguridad alimentaria de la población rural en Bolivia radica en que la


mayoría de los hogares realizan actividades de agricultura de subsistencia, debido a la baja
capacidad productiva de los suelos y pequeña propiedad de tierra, que impiden a estas
familias comercializar sus productos a mayor escala y así poder complementar su canasta
alimenticia con otros productos. A todo lo anterior, se suma la falta de infraestructura

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productiva, el bajo nivel de conocimiento técnico de los agricultores (Programa Mundial de
Alimentos 2008).

De acuerdo a la información del Plan de Desarrollo Municipal del Municipio de Tupiza


2009-2013, del diagnóstico se tiene un total 5.496.80 has de tierras agrícolas en los seis
distritos rurales y dos distritos urbanos del Municipio; en función de esta superficie total
cultivable el cultivo del maíz que es el cultivo principal de todo el municipio y que alcanza
al 65%, es decir, aproximadamente 3.572.92 has destinadas a este cultivo. En la provincia
Sud Chichas existen más de 50 variedades de maíz, de acuerdo a un relevamiento que
realizo el Instituto Bolivia de Tecnología Agropecuaria (IBTA 1996).

El maíz se lo comercializa en grano principalmente, siendo los principales compradores


intermediarios mayoristas, minoristas y otros departamentos, quienes vienen a acopiar a las
comunidades y al Mercado Campesino principalmente, fijando precios muy bajos para este
cereal. Este producto es trasladado a los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí,
Cochabamba, Chuquisaca y Tarija principalmente, para posteriormente darle el valor
agregado en la elaboración de otros productos como: harinas compuestas, api, sémola,
maicena, tojori, chicha, tostado, pito y otros, que son comercializados a mayores precios;
Al final el que se lleva las mayores ganancias son los intermediarios, siendo el pequeño
productor el más perjudicado, logrando al menos rescatar el costo de producción con bajos
márgenes de ganancia.

En este sentido es de vital importancia la industrialización del grano del maíz, para darle el
valor agregado, para que los pequeños productores de las comunidades del Municipio de
Tupiza, se vean más favorecidos por los ingresos y por ende se mejorara las condiciones de
vida de las familias dedicadas a este cultivo, asimismo se lograran crear nuevas fuentes de
empleo, para otras familias, gracias a ello se generara una serie de negocios familiares o
microempresas.

III. Objetivo General

Industrializar el grano de maíz en la Provincia Sud Chichas, con el objeto de que los
pequeños productores logren mayores ingresos para su familias y por ende se mejoren las
condiciones de vida, así como también se crearan nuevas fuentes de trabajo y el desarrollo
de nuevos emprendimientos o negocios.

IV. Objetivos específicos

 Mejorar la tecnología de su cultivo, con el objeto de incrementar la producción y


productividad.
 Agregación de valor al producto
 Búsqueda de nuevos nichos de mercado
 Comercialización asociada y organizada

V. HIPOTESIS

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Con la industrialización del grano de maíz, los pequeños productores lograran mejores
ingresos, ya que les permitirá, introducir tecnología y mejorar la producción y
productividad de su cultivo, asimismo se crearán nuevas fuentes de trabajo y el desarrollo
de emprendimientos y negocios, para otras familias.

VI. MARCO TEORICO

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