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Ciudadano:
JUEZ TERCERO DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES
DE CONTROL DEL PRIMER CIRCUITO JUDICIAL PENAL
DEL ESTADO BOLIVAR
Su Despacho.-

Expediente: FP01-P-2009-7136 (I-126.860)


Asunto: Apelación de Autos

ARCADIO SALVADOR ACOSTA, NORBERTO JAVIER


BAPTISTA y CESAR MANRRIQUE, venezolanos, mayores de
edad, abogados en ejercicio, titulares de las cédulas de
identidad Nros. V-13.919.791, V- 8.858.212 y V-13.546.025,
inscritos en el Inpreabogado bajo los números 87.532,
32.279 y 114.546, respectivamente, procediendo en este acto
en nuestro carácter de defensores privados de los ciudadanos
WILLIAM JOSÉ CARRILLO CAMACHO; ARGENIS
GABRIEL MIRATRIAS MC DAVID; REINIERO ALBERTO
MURGEYTIO BASTARDO, venezolanos, mayor de edad,
titulares de las cédulas de identidad Nros. V-17.161.949;
18.237.261 y 18.237256, respectivamente, según se
evidencia en las actas que conforman el expediente signado
con la nomenclatura FP01-P-2009-7136, ante usted
ocurrimos para interponer formalmente RECURSO DE
APELACIÓN en los siguientes términos:

El presente recurso de apelación se interpone contra el


AUTO DE PRIVACIÓN JUDICIAL PREVENTIVA DE
LIBERTAD, dictado por el Tribunal Tercero de Control de
fecha 19 de Septiembre de 2009.
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A los efectos del ejercicio del recurso, me amparo en lo


previsto en los artículos 432, 433, 435, 436 y 447, numeral
7° del código Orgánico procesal Penal (COPP), en
concordancia con el artículo 191 ejusdem, a los fines de
solicitar la Nulidad.

DE LA DECISIÓN OBJETO DEL RECURSO

Mediante Auto de fecha 19 de Septiembre de 2009, el


Tribunal Tercero de Control acordó entre otras cosas lo
siguiente:

“Omissis…; sin embargo, este juzgador concluyó en la


Audiencia que no podía inferirse de su testimonio una
individualización concreta de parte del reconocedor,
porque en todo momento manifestó que no estaba
seguro si algunas de las personas que fueron colocadas
en la rueda de reconocimiento podía ser una de las
personas que intentaron robar el negocio que el
administra, señalando además, que difícilmente podía
reconocer porque todo ocurrió muy rápido.
Es por ello que este juzgador formó su convicción con
los otros elementos de que cursan en las actuaciones,
concretamente de la conexión que existe entre los
elementos circunstancias que se desprenden del acta de
denuncia (folio 3) con el contenido del acta policial de
aprehensión (folio 2), toda vez que puede inferirse que
dos ciudadanos provistos de armas de fuego iniciaron la
ejecución de un Robo Agravado, al ingresar a un local
provistos de armas de fuego, sin lograr la consumación
de ese hecho, al haber abandonado ese lugar,
súbitamente, debido a que no pudieron controlar la
situación de euforia que se generó en virtud de la
reacción de las personas que allí se encontraban,
partiendo de ese lugar en un vehículo de color plata
oscuro, según lo señalado por el denunciante, y siendo
detenidos al cabo de cinco minutos y en una de las calles
adyacentes a ese lugar, cuatro ciudadanos que se
encontraban en el interior de una camioneta identificada
en el acta como de color negro, es decir, de un color
igualmente oscuro, quienes al ser revisados, se les
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incautó a uno de ellos, un arma de fuego y dos, un


facsímil de un arma de fuego, circunstancia ésta hizo
pensar a este tribunal que permite establecer una
probable vinculación de las personas detenidas con el
hecho objeto del proceso, en vista de la proximidad
temporal y espacial existente y por el proceso, en vista de
la proximidad temporal y espacial existente y por el
hallazgo de instrumentos (armas) que coinciden con el
medio presuntamente empleado por las personas que
intentaron robar el local comercial “Génesis” Omissis”.
Copia textual, negritas y subrayado nuestros.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Honorables magistrados, sabemos que todo proceso


judicial para que sea denominado como tal, debe reunir y
comprender una serie de principios y garantías que
manifiesten, en general, los valores de objetividad,
racionalidad, transparencia, eficiencia y aplicación de la
justicia, lo cual, en la presente causa no fue precisado por el
tribunal ad quo.

Cuando el juez narra su auto motivando la medida


privativa de libertad, en el capítulo referente a la calificación
jurídica de los hechos, exalta que en todo momento la víctima
no estaba seguro si alguna de las personas que fueron
colocadas en la rueda de reconocimiento podía ser una de las
personas que irrumpieron en el negocio que el administra.

Señala también, que a pesar de que la víctima no


reconoció a los imputados, el formo su convicción con los
otros elementos que cursan en las actuaciones,
concretamente señala, que en vista a la proximidad
temporal y espacial existente y por el hallazgo de
instrumentos que coinciden con el medio
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presuntamente empleado por las personas que


intentaron robar el local comercial Génesis, ello hace
pensar a ese tribunal sobre una probable vinculación de las
personas detenidas con el hecho acaecido.

Surge la interrogante: ¿No habiendo sido identificados


los imputados por la propia víctima en la rueda de
reconocimiento, como puede el juez bajo ese torpe
argumento deducir que estos ciudadanos fueron quienes
intentaron robar el día 14 de Septiembre de 2009, la tienda
Génesis?

El Diccionario Jurídico Elemental, de Guillermo Cabanellas de Torres,


con respecto al Reconocimiento Judicial señala lo siguiente:
Reconocimiento: Diligencian que realiza el juez solo o en unión de las
partes, de los peritos o de los testigos, para comprobar la existencia de una
persona o de una cosa, o bien la realidad de un hecho. Es frecuente en la
identificación de los cadáveres, en la reconstrucción de un acto delictivo, o
para que los acusadores o los testigos señalen en rueda de presos, o entre
otras personas, a la que creen haber visto realizando el delito. Copia
Textual, negrita y subrayado nuestros.

Del comentario anterior podemos colegir, que el


reconocimiento en rueda de individuos se realiza con el objeto
de que la persona ofendida por el delito, pueda
fehacientemente señalar al verdadero autor.

Ahora bien, si se examina el acta policial, verificará que


los funcionarios policiales en la parte final señalan entre otras
cosas, que trasladaron a los presuntos imputados con la
víctima, quien los identificó como los que
presuntamente iban a cometer el robo, lo cual, tiene
especial interés para esta defensa, primero, porque de haber
sido cierto que la víctima los identificó durante la captura,
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hubiera señalado en la rueda de reconocimiento a los hoy


imputados, y en segundo lugar, de ser cierto que la víctima
anduvo con los funcionarios e identificó a los hoy imputados
durante su captura, eso genera la nulidad absoluta de este
proceso, dado que existió una situación que contraviene el
contenido del artículo 230 del COPP, que señala que la
persona a reconocer no debe recibir indicación alguna que le
permita deducir cual es la persona a reconocer, de tal
manera, que siendo como quedó comprobado, tales
inobservancias o violaciones de derechos y garantías
concernientes a la intervención, asistencia y representación
de nuestros representados, debe esta Corte obligatoriamente
declarar la nulidad absoluta de los actuado.

El proceso penal, por sus características de represión y


aplicación de penas corporales en contra de seres humanos,
exige un mayor grado precaución y asiduidad en lo que legal
y constitucional se denomina un debido proceso, que no es
otra cosa, sino el conjunto de garantías que protegen al
ciudadano, el respeto, pues, de todos y cada uno de los
principios y garantías definidos en los ordenes normativos que
aseguren al ciudadano una recta y cumplida administración de
justicia, es lo que permite establecer la existencia de un
proceso penal protector de los intereses fundamentales, y en
consecuencia, cónsono con los cimientos de un estado de
derecho como lo es Venezuela.

La inobservancia de aquellos, por argumentos en


contrario constituye un sistema discrecional que se
corresponde -más bien- con los estados arbitrarios o de
policía, en el caso que nos ocupa, riela al folio veintinueve
(29) Acta de fecha 16 de Septiembre de 2009, contentiva de
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Audiencia de Presentación, donde el Ministerio Público como


punto previo solicitó al tribunal que fijara un reconocimiento
en rueda de individuos a los imputados, a los fines de aclarar
la participación de cada uno de los imputados en los hechos
acaecidos, en virtud de ello, el juez decide que en relación a
lo solicitado por el fiscal, se fijaba para el día 17 de
Septiembre de 2009, el acto de reconocimiento en rueda de
individuos, así constan en los folios del treinta y tres (33), al
cuarenta (40), las actas contentivas de los resultados del
reconocimiento, de las cuales fácilmente se desprende, que la
víctima a las preguntas formuladas por el juez entre otras
cosas contestó: ME PARECE, NO ESTOY SEGURO, y más
grave aún ni siquiera se refería a los imputados de autos
cuando respondía, sino a los individuos de relleno.

Honorables magistrados, el reconocimiento de personas


en rueda de individuos, como se conoce esta importante
actividad en la doctrina procesal penal, es una diligencia de
investigación de las llamadas de descarte y orientación, pues
a partir de que un sujeto sea reconocido o no por la víctima o
por testigos presenciales del hecho o de sus antecedentes o
secuelas, dependerá que se mantenga en la condición de
imputado, o que se descarte de entrada, no entendemos,
porque si la propia víctima de autos asistió al reconocimiento
y no reconoció a ninguno de nuestros representados, deba el
Juez en base a un torpe argumento, además imaginario,
echar por tierra su decisión inicial de que era preciso el
reconocimiento a los fines de aclarar la participación de cada
uno de los imputados en el hecho, como se explica que luego,
al resultar negativo el reconocimiento, forme su convicción
para privar a los imputados con otros elementos como el acta
policial y la denuncia de la víctima, las cuales además son
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endebles y demuestran un alto contenido de pilladas


policiales, lo cual obliga a esta defensa, a advertir a esta corte
sobre esas situaciones.

Ahora bien, pasemos a analizar los supuestos que


utilizó el juez para la procedencia de la Privación
Judicial Preventiva de Libertad:

1) La existencia de un hecho punible que merezca pena


privativa de libertad y cuya acción penal no se
encuentre evidentemente prescrita.
2) Fundados elementos de convicción parta estimar que
los imputados han sido autores o participes en la
comisión de un hecho punible.
3) Una presunción razonable, por la apreciación de las
circunstancias del caso particular, de peligro de fuga o
de obstaculización en la búsqueda de la verdad.

Con relación al primer y segundo particular, esta defensa


no niega que efectivamente se cometió un hecho punible, de
igual manera, tampoco excluye que la acción penal no está
prescrita, lo que si cuestionamos razonablemente, que es
necesario para un tribunal poder privar a imputados de su
libertad, lo siguiente: primero, tener elementos fiables de que
se trató por ejemplo de un homicidio y no de un suicidio y
luego, tener los elementos incriminatorios contra los
imputados, de tal manera, que estas dos condiciones juntas,
constituyen el fundamento del derecho del estado a perseguir
y a solicitar medidas cautelares contra el imputado (fomus
boni iuris), tampoco existen fundados elementos de
convicción, ya que si revisamos el acta policial, y la denuncia
interpuesta por la víctima, la primera no aporta contundentes
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elementos que determinen efectivamente la participación de


los hoy imputados en los hechos denunciados, así, mal puede
el tribunal justificar su errada decisión con el acta policial.

En cuanto a la denuncia interpuesta por la víctima, la


misma no genera un aporte contundente que permita señalar
a nuestros representados como las personas que irrumpieron
en la tienda Génesis el pasado 14 de septiembre, esto,
porque el acta policial señala que la víctima durante el
traslado de los imputados los identificó como los que
presuntamente iban a cometer el robo, pero si vemos el
contenido de la denuncia, la cual es posterior a la captura de
los hoy imputados, en ninguna parte señala la víctima haber
identificado preliminarmente a las personas que irrumpieron
en la tienda que administra, contrariando así lo afirmado por
los funcionarios actuantes y siendo así, es evidente la
discordancia que existe en estos escuetos elementos de
convicción que utilizó el juez de control para fundar su
decisión, más grave aún, si se desprende de autos que la
víctima durante el reconocimiento en rueda de individuos no
identifico a los hoy imputados, entonces como el juez decide
privar de su libertad a los imputados, sino no existe una
referencia contundente entre los hoy imputados y el hecho
delictivo.

Con relación al tercer particular, utilizado por el juez ad


quo como supuesto de procedencia de la privación judicial de
libertad: la presunción razonable, por la apreciación de
las circunstancias del caso particular, de peligro de
fuga o de obstaculización en la búsqueda de la verdad,
para esta defensa, queda descartada, porque el juez hace una
valoración insustentable e integral de este particular, ha
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debido demostrar y motivar, que ciertamente los imputados


pueden tratar de escapar de la acción de la justicia, o tratar
de entorpecer la investigación (periculum in mora), no solo se
debe atender a la gravedad del delito, sino también a la
personalidad y antecedentes de los imputados, a sus
relaciones, influencias, arraigo, patrimonio y relaciones
familiares, todos en conjunto constituyen el contenido del
artículo 250, pero solo, baso el juez su decisión en
argumentar, que por cuanto el delito de robo agravado es de
mayor entidad, y aunado a la gravedad del hecho era
necesario privarlos, obvió así, los otros elementos señalados
por la defensa y que también son necesarios e ineludibles
para poder aplicar este tercer particular del artículo 250 del
COPP.

Ciudadanos Magistrados, parece que el juez ad quo, está


predispuesto a privar de libertad a todos los que son
presentados ante su tribunal, ello queda demostrado, cuando
con pocos e insustentables elementos de convicción privo a
nuestros representados de su libertad, más grave aún cuando
no fueron reconocidos por la propia víctima, hay que tener
claridad, que la finalidad del proceso no es lograr la condena,
sino el establecimiento de la verdad y la aplicación correcta de
la ley.

Ya se ha indicado que la regla es juzgar en libertad y


excepcionalmente con privación de la libertad. El Ministerio
Público solicitará medidas de aseguramiento contra el
imputado cuando tenga elementos fácticos de convicción, es
decir que el imputado pueda escapar, o que vaya a
entorpecer la investigación, lo cual no se cumple en este
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proceso, además, que el juez debió motivar su decisión y


conforme a la doctrina los presupuestos exigidos son:

1) El FUMUS BONIS IURIS, conocido como la


apariencia del buen derecho, presunción grave del derecho
reclamado, que en el proceso penal significa que exista la
probabilidad real (más de 50%) de que el imputado participó
en la realización del tipo delictual, en el presente caso con el
no reconocimiento por parte de la víctima de los presuntos
imputados, no se cumple este supuesto.

2) EL PERICULUM IN MORA, se trata de un requisito


indispensable que puede o no relacionarse en conjunto con el
anterior. Se explica como aquel presupuesto que justifica
otorgar una medida cautelar para disipar el peligro que
significa dejar que las cosas sigan el curso normal del
proceso. En el proceso penal significa que el imputado evada
el proceso o lo obstaculice. En el presente caso el juez solo
atendió para dictar su privativa a la gravedad del delito (pena
a imponer), y no observó los otros presupuestos antes
precisados por la defensa, y que sin animo de caer en
redundancia son: la personalidad y antecedentes de los
imputados, sus relaciones, influencias, arraigo,
patrimonio y relaciones familiares, todos en conjunto
constituyen el contenido del artículo 250 del COPP.

El juez también yerra, cuando cambia la calificación


atribuida a los hechos por el Ministerio Público, quien
consideró al momento de presentar los imputados que en
relación a los ciudadanos WILLIAM JOSÉ CARRILLO
CAMACHO y OSCAR HERNANDEZ BOLIVAR, su conducta
se enmarcaba en el tipo penal que configura el delito de
TENTATIVA DE ROBO AGRAVADO EN GRADO DE
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COMPLICIDAD, previsto y sancionado en el artículo 458


relacionado con el artículo 80, primer aparte, del Código
Penal, en concatenación con el primer aparte del artículo 84
numeral 1°, ejesdem; en relación con los ciudadanos
ARGENIS GABRIEL MIRATRIAS MC DAVID y REINIERO
ALBERTO MURGEYTIO BASTARDO, precalificó el delito de
TENTATIVA DE ROBO AGRAVADO, previsto y sancionado
en el artículo 80, primer aparte, ejusdem, y finalmente,
precalificó, además en relación con el ciudadano ARGENIS
GABRIEL MIRATRIAS MC DAVID, el delito de PORTE
ILICITO DE ARMA DE FUEGO, previsto y sancionado en el
artículo 277 del Código Penal.

Sorpresivamente, estimó el juzgador, a pesar de lo


solicitado por el Ministerio Público como titular de la acción
penal, que existían fundadas razones para concluir que todos
los imputados se encontraban presuntamente incursos como
CO-AUTORES, en la comisión del delito de ROBO
AGRAVADO EN GRADO DE TENTATIVA, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 458 del Código Penal, en relación con
los artículos 80, primer aparte, y 83, ejusdem, apartándose
de la precalificación dada a los hechos por el fiscal, indicando
que lo hacía conforme al artículo 282 del COPP.

Lo anteriormente expuesto, perjudica contundentemente


a los imputados, y les cercena así el beneficio que
inicialmente tenían conforme al artículo 84 numeral 1° del
Código Penal, de que la pena que podría llegar a
imponerse se rebajaría por mitad en beneficio de los
imputados WILLIAM JOSÉ CARRILLO CAMACHO y OSCAR
HERNANDEZ BOLIVAR, por cuanto los mismo serian
cómplices en el delito de Robo Agravado, situación esta que
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también determina, que el juez se extralimito con relación a


lo solicitado por el Ministerio Público, desventajado así a los
imputados en sus derechos, actuando en ULTRA PETITA, es
decir concediendo a una de las partes más de lo por ella
pedido, ejemplo: la propiedad, en lugar de la posesión; a lo
cual lógicamente nos oponemos.

Con esta decisión, el juez solo demuestra, que por


cuanto la víctima no identificó a los imputados como las
personas que irrumpieron en el local comercial que
administra, debía él, como fuera privarlos de la libertad,
simplemente con el acta policial, situación bastamente
esgrimida por el tribunal supremos de justicia, cuando ha
señalado que el acta policial no constituye un elementos
suficiente para demostrar la participación de un individuo con
un hecho delictivo, sino que, debe el juez también examinar
otras circunstancias de gran importancia, ya que, el proceso
penal, no implica, una mera y libérrima declaración de
voluntad del juzgador acerca de cuáles hechos se consideran
probados y cuales nó, sino por el contrario, debe ser, una
declaración fundada en razonamientos, que si bien son el
producto de la convicción personal de los jueces, deben ser
susceptibles de valoración por terceros conforme a criterios
racionales emanados de la probabilidades, de la experiencia
general, o de las relaciones estables y constantes entre
diversos hechos, establecidos por la ciencia.

III
PETITORIO
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Con base a todo lo anteriormente expuesto, quienes


aquí suscribimos, solicitamos:

PRIMERO: Se declare, aun de oficio, de conformidad


con el contenido de los artículos 191, 195 y 196 del C.O.P.P,
la Nulidad Absoluta del Auto de fecha 17 de julio de 2009,
dictado por el Tribunal segundo de Control, donde se acuerda
privar preventivamente de libertad a los ciudadanos
WILLIAM JOSÉ CARRILLO CAMACHO, ARGENIS
GABRIEL MIRATRIAS MC DAVID y REINIERO ALBERTO
MURGEYTIO BASTARDO.

SEGUNDO: Por cuanto la nulidad de un acto cuando


fuere declarada, conlleva la de los actos consecutivos que del
mismo emanaren o dependieren, por tal razón solicitamos se
acuerde la Libertad Plena de nuestros representados
WILLIAM JOSÉ CARRILLO CAMACHO, ARGENIS
GABRIEL MIRATRIAS MC DAVID y REINIERO ALBERTO
MURGEYTIO BASTARDO, en tanto, que el tribunal ad quo
tomo una decisión desajustada y apartada de las situaciones
que fueron demostradas durante la audiencia de
presentación, aunado al no reconocimiento por parte de la
víctima sobre los imputados.

MEDIOS PROBATORIOS QUE SE PROMUEVEN.

Solicitamos que se recabe del Tribunal Segundo de


Control la totalidad de las actas procesales que conforman la
causa signada con la nomenclatura FP01-P-2009-7136.

En justicia, en Ciudad Bolívar, a la fecha de su


presentación.-

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