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en Desarrollo Educativo
Universidad Pedagógica Nacional Línea Informática y Educación
Materia: La investigación en el campo educativo
Alumno: Raymundo Martínez Leal
Resumen del capítulo 3: De los temas a las preguntas.
Tomar los intereses como punto de partida para seleccionar un tema es un proceso que apenas
inicia con la indagación personal y el descubrimiento de fuentes que nos ayuden a concebir
nuestro objeto de investigación. Definirlo es tan crucial como punto de partida para iniciar el
proceso investigador.
3.1 Intereses, temas, preguntas y problemas.
El no contar con una específica búsqueda de temas puede ser desconcertante en función del
universo de conocimiento y el tiempo (Booth, 2001, pag. 55) no obstante es el primer paso. Impera
una razón, un motivo, una pregunta y respuestas significativas. El interés del texto radica en cómo
convertir un interés en un tema de investigación.
3.2 De un interés a un tema.
A diferencia de los investigadores, quienes cuentan con intereses concretos, a nosotros nos
resulta complicado encontrar un tema “apropiado” para una investigación académica. El autor
señala: “un tema es un interés suficientemente específico como para sustentar investigaciones…”
(Booth, 2001, pag. 56) Descubrir los intereses particulares e indagar en los espacios apropiados
(bibliotecas, www, tesis, etc.) resulta fundamental para definir la profundidad de nuestra
investigación.
3.3 De un tema amplio a otro más restringido.
En este punto el autor señala que para evitar temas demasiado amplios, se deben concretar.
Aquellos cuyo título es breve implican un mar de conocimientos inagotables, por lo que es
necesario ahondar más en lo que precisamente se quiere investigar de dicho tema, enfocarlo,
desechando los aspectos que son secundarios. Se trata de elaborar un tema específico.
3.4 De un tema restringido a las preguntas.
Siguiendo esta ruta, toca ahora al investigador buscar fuentes y recopilar datos en todas las
fuentes posibles (documentales y de campo). Al interactuar con diversas fuentes (libros, www, etc)
logramos reconocer el entorno de nuestro tema de investigación y otorgarle mayor precisión. En
efecto, “estar con los libros tiene… un doble significado: por un lado la posibilidad de volar con mis
pensamientos, faenar con mis ideas, decidir actuaciones futuras, recordar diálogos, imágenes y
darles una nueva dirección. En la biblioteca los pensamientos remontan, rectifican mi vida…”
(Delgado, Primero, 2006, pag. 104). Además hay que definir en función de las cuatro preguntas
básicas: quién, qué, cuándo y dónde.
Las preguntas tienen una función múltiple: por un lado nos permite identificar las partes y la
totalidad del tema, nos permite escudriñar la evolución histórica y nos da una posición sincrónica.
Finalmente nos ayudan a establecer categorías o características principales para otorgarle valor.
3.5 De una pregunta a su significación.
Una cosa es establecer preguntas y que en sentido general puede resultar sencillo, no obstante es
necesario pasar a darle significado al tema, pero este sentido significativo no implica una
respuesta inmediata, sino un proceso de análisis interior que puede bloquear el trabajo si no se le
acerca por partes (Booth, 2001, pag. 63 y sigs.):
1. Darle un nombre al tema. La construcción debe ser por frases nominales breves (uno o
dos sustantivos que se adjetiven o se transformen en verbos)
2. Sugerir una pregunta. Ahora con el tema escrito es conveniente complementarlo con
preguntas sencillas que justifiquen el sentido general de la investigación.
3. Motive la pregunta. Es un paso más allá que implica agregar una pregunta indirecta,
introductoria, que vaya en relación a la comprensión del tema.
En su conjunto estos tres pasos quedan de la siguiente manera:
Dele un nombre a su tema… Sugiera una pregunta… Formule la justificación lógica…
porque quiero para comprender
Estoy descubrir quién, cómo, por qué,
estudiando… cómo, donde… qué…
Para concluir el capítulo, el autor nos da una lista de fuentes en las cuales indagar en la búsqueda
de temas entre los cuales destacan:
1. libros
2. conferencias
3. problemas específicos de materias especializadas
4. Internet
5. Intereses generales
6. visitas a museos
7. dudar sobre la veracidad de conceptos establecidos
8. Todos aquellos que agudicen nuestro sentido de observación.
Bibliografía:
BOOTH, Wayne C, Cómo convertirse en un hábil Investigador, Gedisa, Barcelona, 2001, pp 5567
DELGADO Reynoso, Juan Manuel, La práctica de la investigación Educativa I. La construcción del
objeto de conocimiento, UPN, México, 2006