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td FUNDAOóN CAJA¡,,URCIA

Anrigüo Cuard de ArillerÍa

C/ MadEEln.a Oliv{ Molina,s/n

G) D,lkrta:

99o, Ma$áchusetrs lnshute of Technology


Th¿ MIT Pre$, Cambridge, Masáchusem

]:e.h"iqrd of¡he Obvtu*. O¡ Wia" dn¿ Mo¿onitr i"


TodoslsdeEhore€rvados. NopuedserEprodu.ida
ni8una parte de e*e l¡b¡o bajo ninsúD hedio,
electró¡ico o msá¡ico (i¡.luida h Ep¡odu.ció¡ por
Éotocopi¡, s¡abacióo, alnaenamiénto o escaneo) dn
elperniso por escdró de lá publicadorá.

Dadó el c¡rácter ), la tn,lidád de la pr.§¡r€ €dición,


él ¿dftór s¿ acogc al arilculo rz dc la vig¿nt Lcy de La
Prcpi.dad lnclcdrá] párá la reprodu.ción y cna d€
óbhs d. átisrd plásicN reprscntadós por vEGAq
SGAE ú oth .niidád dc $stión, tanio .n Espaí¡
cono cúilqui.¡ otro plis d¿l mundo,

sBñ:978-84-96898{9-6
Depósib legal Mu¡9iroo8

c/ Akrbe del Papel, 16 bajo


Índice

Agr;decimienros 9

r. La modernidad y el p¡oblema del obse¡vado t5

r. La cimara o.cura y su sujero . . . 47

3, La visión subjetiva y la separación de los seutidos . . . . . . 97

4. La' récnicas del observador . . . . Í33

5.la absrracclón vilionari, .. f79

Bibliografia. f95
Para el histo¡iadot materialista, cada época de la
que se ocupa no es sino una ante_historia de aque-
llo que realmente le interesa. Y es precisamente por
eso por lo que la hi\lori¿, prr¡ el. erá desprovistr
de Ia apariencia de repetición, porque los momen-
tos de su t¡anscurso de la historia que más Ie im-
portan se coflvierten en momentos del Pres€nte e
través de su índice en tanto «ante-histodo, y cam-
hie n sus ca¡acterístices de acuerdo con la dete¡mi-
nació¡ catastrófca o triunfante de aquel presente

Valter Benjamin, Zlúra de los pasajes


r. La modernidad y el
problema del observador
El c¡1n?a ¿e k,i¡ión siempft
"E
hd pmída .o/h?¿úbk at tu¿to
dN u"é ¿tu"áción ¿rqueakgi&
vLilio
-Pául

Éste es un lit¡¡o sob¡e la visión y su construcción histórica.


Aunque se centre principalmente en acontecimientos y desa-
rrollos ante¡io¡es a r85o, fue escrito en medio de una t¡ans,
fo¡mación de la naturaleza de la visualidad quizá más pro-
funda que la fractura que separa la imaginería rnedieval de la
pe$pectiva renacefltista. El rápido desarrollo de una eno¡me
va¡iedad de técnicas infográñcas en poco más de una década
forma parte de una reconfiguración drástica de las ¡elaciones
entre el sujeto observador y los modos de representación que
tiene por efecto abolir la mayor parte de los signiEcados es-
tablecidos culturalmente de los mismos térmlnos ob¡a-uador
y representación. La formalizaciór y difusión de las imágenes 5

generadas por ordenador anuncian una implantación ubicua


de «espacios, visuales fabricados, radicalmente dife¡entes de
las facultades miméticas del cine, la fotografía y la televi-
sión. Al metos hasta mediados de los años setenra, estos tres
I
últimos e¡an, en general, formas de medios analógicos que
aún se cotrespondían con las longitudes de onda ópticas del
espectro y con un punto de vista, esrático o móvil, local! 2
zado en el espacio real. El diseiio asistido por ordenador, la
holografía sintética, los simulado¡es de vuelo, Ia animación
I

rt
iJigital, el rcconocinric¡«r ¡rLtomítico rlc inr:igcrrcs, cl trrrz,r ¿lir qrrl rrr«lnll, ilu( .r,rlgrrna, son l.r intirgr:rfi.r y Lrs
§i c\
do de ravos, cl mapeo de texturas, el control de movimie¡to conrcnitl¡,s tlc lu tcr¡riral tlc visualiz¿ción de video [uit/eo dis-
[uotion ron¡rol),los cascos de realidad virtual, la generación ?la! tefl inall una claboración ul¡erior y un re6namiento de
dc ;mágenes por resonalcia magnética y los scnsorcs mul- lo Debord dcnomiró Ia
qr.re GLry del espectáculo,?'
"sociedad
ticspectr¿les no son siro algunas de Las técnicas que están ¿Cuál es la relación entre l¿s des¡naterializada imagineria di-
¡eubicando la visión en un plano cscindido del obse¡vado¡ gital actual y Ia llamada era de la reproductibilidad técnica?
humano. Obviamente, otros modos de «vcr», más antiguos y T ¡s . uesrioner m.i. .rpr<mirnrr'. embargo. .uesrione'
'rn '"n
familiares, pervivirán yconvivirán, con difictltad, junto a los de mayor envcrgadura. ¿Córno se esrá convirtiendo el cuerpo,
nuevos. Pero, de fo¡ma crecientc, las tecnologias emergentcs iocluso cl cucrpo observador, en un componente más de nuc-
tle producción de la imagen sc cstán convi.tiendo en los mo- vas máquinas, economias y aparatos, sean socialcs, libidnrales
delos dominantes cle visualización de acucnlo con los cuales o tecnológicos? ¿De qué manem sc está corvirriendo la subje-
funciorran los principales procesos sociales ylas institucrones. tividad en üna prccadn interfaz enrre sisremas racionalizados
Y natu¡¿lmente, se entrecrrzan con las necesidades ¿c las de intcrcambio y retles de inlórmación?
indust¡ias de la información global y con los requerimiertos Áurque este libro no se ocupa dircctamente de estas cues-
en expansión de las jerarquías médicas, militares y policiales. tiones, si que intenta reconsiderar y rcconstruir parre de su
I a nra¡"r ¡,,ar,. dc L. lurr.ione' hi\rori.rmenr. import.rntes rr¿'iondo hi'róu.u. L" h¡.. e.rrdirrdo un: reorgarriua.ion
del oio hrrnrano están siendo slrpla¡tadas por Prácticas en anterior {c la visiól gue tuvo lugar durante la primcra mitad
las que las imágenes visuales ya no remiten en ¿bsoluro a la J.l 'iglo xrr. l,o"lucjarrdo alguno' Jc 1". r(unre(imienro\
posición del obscrvador en un mundo (r€al,), percibido ópti- v f'uerzas, en concreto tlc las décadas de r8zo y r83o, que
camente- Si puedc dccirse que estas imágenes rcmiten a algo, produjeron un nuevo tipo cle observador y lueron condicio
cs a flrillones de birs de datos matemáticos elecüónicos. La nes previas decisivas para la absaacción de l¿ visión csbozada
visualidad se situará, cada vez más, en un terreno cibemético más arriba. Esra reorgan;z¿ción tuvo rcpcrcusioles inmedia,
y electromagtético en el que los elementos visu¿les absrrac- tas que, si bien no tan r:spcctacular-es, fueron, no ol¡sttnte,
tos y Jos Iingiiisricos coinciden y son consumidos, puestos en profundas. Los problcmas de la visión, entonces como ahom,
. ir. ul,'ciórr e inrerc¡mbia.lo. glotr.rlrnente. eran lundamcntalmente cuestiones relativts al cuerpo y ei ;
Para comprender esra al¡suacción incesante de lo visual y ft¡ncionamienro del poder social. Gran parte de este libro
evirar su misti6cación medianre el recurso a explicaciones cec_ analizará córno, desde principios dcl siglo xrx, un nuevo con-
nológicas, habria que plantearse, y responder, rntchas cuest;o- jurto tle relacioncs cntre el cuerpo por una parte, y folrras
n... .1,: entre l¡s cuales las nás cruciales son de orden histórico. de potlcr nxtinrcional y discursivo por otra, rctlclinieron el
Si, cfectivamente, se está pro¿rcicndo una transformación cle cstatus dcl sujeto observador.
Ia naturaleza de la vjsualidad, ¿qué formas o modos se están sa- Al tlazar algunos de los .puntos dc cmergencia, de un
crilicando? ¡De qté clase de ruptura se trata? Ala vez, ¿cuáles régirren de visión moclcrno yheterogéneo, me centro a la vez
son los elemeocos de contiluidacl clue vinculan la imaginería en el problcma cmparenrado de curándo, y a consccucncia cle
contcrnpor:inea con ordenaciones más antiguas de lo visual?
Vcr n,i "l..li$c ol rb. Spc.ta.l.» (Crar), re81).

f7
qüé acortccimicntos, se fod4o una ruPtura cor los r¡¡¡xle- visrr¡l rrr¡lcrr¡:r t,,,,ri,rri,rrr:rr¡,,rr.rrl:rs l un,¡ vclsirirr rr or,r de
los de visión y del obscrvador ren¿centistas o ./lri¿or. Cómo y
dónde situamos tai ruptura guarda una esrrecha relación con \i,,,r,rl'.,r1r,,. ,"r, ,.1¡r".lrl 6rdel e.p.r,io prr.p((,rvñ.
la intelig;bilidad de Iavisualiclatl cn elseno de la modernidad dc los códigos miméticos y tlc Io rclére¡cial ¿ rnenutlo ha
de los siglos xtx y xx. La mayor partc dc las respuesrirs acrra- convivido acríticamentc con otra periodización muy disrinta
les a esra pregunta adolecen de un inrerés exclusivo por pro- de la histo¡ia dc la cuhura visual europea que es igualmentc
blemrLs de representatiáz visual. La ruptura col los moclelos neces.r¡io abandonar Este segrrntlo modelo incunrbe a la in-
clásicos de la visión ¿ comielzos dcl siglo xrx fue r¡ucho más verción y disemi¡ación dc la fotografia y otras formas vincu-
allá dc un simple cambio en la aparicncia tlc las imágenes y
"¡ealisno, dcl siglo xrx. De nanera aplasranre, esros
ladas de
l¡. ohr¿' Jr ¡ r r.: fue in'epr rrl,le de urra r a'rr rcorganiza. iorr dcsarrollos han siclo prcsentados como pa¡tc de la hisroria
del conocimiento y c{c las prácticas sociales qu€ modiñca¡on concinu¿ dc ur modo de visión de basc ¡enacentista en cl
d( nrrlip,(' r,,nnJ. la' c:rpa, i,hJ¡ proJrr. ri\ J... o3ni, iv.¡\ \ crul I.r i"rogrrii.r ¡ hn.rlmerrrr rl . ine. no \on ,ino rn\rrn, i¡,
deseantcs tlcl suieto hu¡r:no- más recientes de un dcspliegLre ininterrumpitlo del espacio
En esre estutlio prcscnto une con6guracnin rl¡tiva¡rrente y la percepcióu pe$pecrivos. Asi, lr mcnudo perm¡nece u¡
desconocida de los objctos y aco tecimientos del siglo xrx, es confirso ¡nodclo tle la visión en el siglo xrx que se bifrrrca cn
,l..ir. no,rbr.. ¡ro¡,io.. Lorprrr Jc.,'no.inri"rrr" e rrrcnror dos nivcles: en un determinatlo rivel, exisriría un nirmero
recnológicos que raranrenre aparecen cn las histor;¡s del arte rclativamente pequeño dc a¡tisras avanzados quc generaron
o del rn"derni,rn". Un¡ Jr Lr' moriv¿. iore. qu, rn, emf,,j,rn u'r rit'o de \i\iur ) sigrri6ca,icin,.¡Ji.Ilm, nre nuevos. mi,rr
a haccr esto es la voluntad dc cscapar de las li¡nitacioncs en tras quc, en un nivel más cotidiano, la visión permancceria
quc incurren muchas de las historias domjn¿n¡es de la visua enquistada el1 las mism¿s constricciores «realist.rs» gcncrales
lidad de estc período, y sortear las lumcr.osas descripciones c¡uc la habían organizatlo desde el siglo xv. El cspacio clásico
del modernismo y dc la modernidad que depcnc{en de un es revocado por un ladol parecel mientms que persiste por cl
diagnóstico más o uenos similar de Los origenes del artc y 1a otro. Esta división conceptrral intluce a la erróne¡ noción de
cultura visual mode¡nisras en las dócadas de I87o y r88o. In- quc uta corriente llamada rcalista domin¡ba las prácricas re,
cluso hoy tlía, tms nrmerosas revisiones y re escr;1uras (entre prcsentacionales popularcs, mientras que la expcrimenración É
l.r. que 'e err.ucnrrrn rlgunos de 1". rraluio' r, r-r m¡,'i.r¡'. y la innovación tcnían lugar en la eslera difcrenciada (si bien
fcministrs y postestructuralistas más convincertes), sigue a merudo pcrmeatrle) de I¿ creaciófl artisrica rnodernista.
rigerrc rrn rel.rro LenrJl inJlrerJdo.n lo e'en.i.rl. F're po Cuardo la examinamos de cerca, sin embargo, la cele,
dría resumirse así: cr¡n M:rnet, el impresionismo y/o el pos- brada orupturao tlcl rnode¡nisrno es considcrablemenre más
f
timpresionismo, emcrgc uo mrevo modelo dc rcPtcsentación limitada en su impacto cultural y social tlc lo que suele insi
I percepción visual que co[stituye una ruPtura rcspccto a nuar la fanfarria que la rodea. Scgún sus defensores, la prc-
orro rnoclclo de visión vigenre durante siglos, y que podría tendicla levolución perceptivn ¿el arre avanzado de Enales del ,
dehnine aproxim.rJ.rmerr( (onro renrL rri\r¡. per\¡'e.r ivo siglo xIx es un acontccimienro cuyos efcctos ocürren e tl
o normati\.o. La rnayor partc rle las teorías sobre la cultt¡ra ¿r¡rrl¿¡ dc los modos de ver predominartes. Así, siguiendo la

I8 t9
lr'rgicl tlc csrc urgunrcr)rr), s! l mtx lcalnrcntc tlc Lrnrr r.rr¡rrrnr .i,irr? ¿No sorr l¡s lirnn,rs,rr¡rl,irrrrs,l" l,rs rl¡r,rs rlc rr« l
qLre srrccdc cn los márgencs de ¿c una vasra orgrnización hc- [r l:rrg,, rlcl ricrnp(, cl rrgistr'o Dris convincente de córro la
gemónica cie lo visual rlue va grnando fuerza durante el siglo prcpix visnnr ha iclo nrLclando históricameote? F-ste esrudio
xx, con la difusión I proliferación de la fotografía, el cile insisrc en que, al contrario, una historia de la visión (si ésta
y la televisión. En cierto senrido, sin embargo, el mito de la es acaso posible) depende de rnucho más que una simple enu-
rupru¡a modernista ¿epende firndamentalmente del ¡nodelo ¡reración de los cambios o desplazamientos de las prácticas
bina¡io ¡calismo ¿/¿rurr experimcnración. Es deci¡ la conti- represe¡ucionales. Lo quc cstc libro toma Por objeto no sofl
nuidad esencial de los códigos miméticos es una cordición los datos empíricos de las obras de artc, o Ia noción, en últi-
ncccsaria para la ¿lirmación de un avance o progreso de la mo término ide¿lista, de una .perccpción, aislable, sino, en
vanguardia. I;r nocióll de una revoiucióD visual rnodernista su lugar, el no meros problemárico ferómero del observador.
depende de la exisrencia de un sujcto que cuen!¿ con un pun- Porque ei problema del obse¡vador es el campo er cl cuxi
to dc vista distanciado, ya t¡ue es esro lo que permitc aisl al podemos dec;r que se materializa la visión en la historia, que
rn"derni'mo rrnro Lomo e\rilo, Lomo (n (U¡nro re\irFnciJ se hace clla mism¿ visible. Lavisión y sus efcctos son siempre
cultural o práctica icleológica sobrc cl telón de fondo dc inseparables de las posibilidades de un sujeto obscrvador que
una visión normativa. El modernismo se presentaj por ttn es a lavez el producto histórico 1l el lugar de ciertas Prácticas,
to, como la apariencia dc lo nuevo para un observldor que técnicrs, instituciones y pfoccdimientos de sutrjetivación.
Permanece perpetuamc[te igual, o cuyo cstatuto hisrórico La m:ryor parte de los diccionarios hacen pocas drstin-
nlLnca es cuestiollado. ciones semántices ent¡e las palabras nobservador, y respecta-
No cs stficienre con intentxr describir una ¡elación ¿ia- dor,, y el uso comirn a menudo los convierte, de hecho, en
léctica cntre las innovacioncs de los arcist¿s y escritorcs ¿e sinónimos. He elegido el término obseruador pritt iPalrr,en
vanguardia de fin:rles dcl siglo xrx de un lado, 1. el .realismo, tc por süs resonancias etimológicas. A diferencia ¿e spect¿le.
v positivismo coDclrrrenres de la cultura cierrilica y po¡rular raíz latila dc «espectadoro, la raíz de nobservar» no significa
deL otro. Más bien, resulta fun¿amenral ver anrbos fcnómc- liter¿lmenre nmirar a,. La palabn 'especrador' también con
nos como componentes solapaclos de una única super6cie lleva connotaciones especificas, cspecialmente en el contexto
social sobre la que la modemización de la visión se hal¡ía ,l. l¡.uhur¡ de.imorr"nic¡. qu. pr.6ero e\it¿r .oncrerr' a

ini, i"do
'r tli.¡.1¡.,,nres. I o,¡rre sugirro. . que r ¡rin. ipio, merre, las d. ser el asistenre pasivo de un cspcctácl¡lo, como
del siglo xrx ruvo lugar una t¡ansfbrmación en lt constitlr- en una galeria dc arte o e¡ u¡ teatro. En ur se[tido n]ás
ción de lavisión mr¡cho rnás imporrante y amplia. La pnrtura pertineote p¿r¿ nr; estrdio, obseruare signihca uconlormar la
moclernista de l¿s clócrdas de r87o y r88o v el desarrollo de acciór propia, cümplir con», como al obscrvar reglas, códi-
la fotografía después de rfl19 pueden considerarse sinro¡r:rs gos, rcgulaciones y práct;cas. Aunque sc tmtc obviamente de
po\r(r or,'. u (un.cL uFr',ir, J. +rc,li.pl.rzrrr'ienro \i,,erni, u alguien que ve, un observador es, sobre todo, alguien que ve
2
cluc ya csraba en marcl¡a hacir rllzo. de¡tro de un conjtnto dctcllrimdo de posibilidades, que
Pero, llegirdos aquí, uno ¡uede preguntarse ¿ro coincide sc halla insc¡ito err un sisrema de coDvcnciones y Lirnitacio-
l¡ hiso¡ir dcl are de hecho con una hisroria de le percep nes. Y por nconvcnciones), prerendo sugerir nucho más que
In:iLrir:rs r(1,,(s(.'rrir(ionrlcs. Si t)Ic(lr (1.(i¡s. ¡tr¡( (xisrc r¡,r Al ¡,ro¡r,rt.r r¡rrr,lrr:rrrrc l,rs l,rirrrclrs tllc,rcl,rs clel siglo
olxcrv,rclor cq,ccílicti dcl sigL, xrx, o tlc cuulcluicr oorr pc, xrx r¡¡r¡¡¡i fi¡r,r¡ cn lir«rp:r rrn nrcvo tipo dc espectldor r:r-
r íotlo, 1o cs sólo como y'i./¿ de uü sjs.cma ine¿ucrjblemente dicrlnro:tc rlifircntc dcl rlorrinrntc durante los siglos xvrt
hetetogénco de relaciones discursivas, socialcs, recnológicas e y xvlr, sin duda suscitaré el i¡terrogrnte de cómo se puede
institucionales. No existe un suieto observador anaerior i¡ este plantcar gencralidacles tar vagas, catcgorías tan torpcs como
.ampo en conrinu¡ transformación.' .el obselvador del siglo xrx,. ¿No corremos el riesgo de pre-
Si he mencionado la idea de un¿ historia dc la visión, es sentxr algo xbstr¿cto y divorciado de las singula¡idades v la
sólo como un;r posibilidad hipotética. Que la percepción o inmcnsa clivcrsidad quc caracrcrizaba la expe¡iencia visual en
la visión caml¡ien realmente es irrelcvan¡e, dado que no tie- nqucl siglo? Obvinmcnre, no hubo un observador decimonó-
ncl ula historia autónoma. Lo quc cambian soo las variadas nico único, ningúl ejemplo localizablc empiricamcntr:. Lo
firerzas y reglas que compon el campo en que la pcrccp- clue deseo hacer, no obsranre, es apuntir algunas de las con-
. iÁn ¡.orrrr. r. Y Io que deren n in¡ l¿ ! i\ión ( n ,rn mornenro diciones y fuerzrs que dellnieron o permitieron la for¡ración
histórico dado no es r.rna estructura profunda, una base eco- dc un modelo dominantc ¿c obscrvador cr el siglo xrx. Esto
rórnica o Lrna fb¡n¿ de vcr el mundo. sino rnás bie¡ el fun- in,pli,;rr el to'qrrejo de U,r .onjUllro,le ¿.onrc.irnierro'
cionam¡ento de un ensamblaje colecdvo de p¿¡tes dispa¡es emparenrados que ruvieron un papel decisivo er1 los modos
en un.r única supcrlicie soci¿I. Puede incluso que sea recesa, eu los qüe la visión fr¡e debatida, concrolada y encarnad¡ en
rio considera¡ al observtdor como una distribución de Gnó- pr.i,ri..r'.ufiural.^ y.irrrrr6.r'. Al mismo ri.mpu. r'gr"
menos localizados eo muchos lugares disrinros., Nunca hubo mosrrar córr o los rérminos y elemeltos más irnportantes de
ni habrá un espectador rellexivo que aprehenda cl mu¡do en la organiz,ción anterior del observador dejaron de ser ope'
u¡¿ evidencin traffparenre. l-o que hay son combinaciolles rativos. Lo que r¿ se ¿comete en este esrlrdio son las formas
de fucrzas más o menos pode¡osas a través de las cuales se marginalcs y ltcalcs ptr medio dc las cualcs las p¡ricticas dc
hacen posibles las capaci{ades de un observador. la visión fueron resistidas. desviadas o constituidas tle forma
imperlécca. l.a hisroria de estos ¡romentos de oposlc;ón aún
Etr .iefto senrido, Di prcpósiro .¡ erc estu.lñ es
"gene¡lógico», está por escribirse, pero sólo es iegible si se cootr¿sta freüte al
sisuic¡do ¡ Mi.hel Iouca,rlr: "No crco quc cl problema pueda so-
lucioDarsc historiz¿¡Jo el r!en, ral co¡ro lo proponen l<,s feno- con¡rnto de discu¡sos y práctic¿s hegeoónico en quc la vi
nenólosos, niv.r,ra¡do un sujero que evoluclo¡¡ en el (úr¡ de h sión tomó fbrma. Las tipologías y unidadcs provisionalcs que
hisrori¡. H¡l, quc pres.indir del sujero co¡srirurcnlc, librarse del
empleo son p¿te de una esnaregia explicativa que precende
r¡jero ¡rismo, por ¡sí Jecirl{,, para llega, a u¡ a¡álisis que pue¿a
da¡ cuenta dc lx.onsitu.i¿rn del suie¡o dc¡rro d. (n har.o histí demostrar una nrptura o disconti¡ujdad general a prirrcipios
rico. Y csto cs lo que yo llam¡ria genealogia, cs de.ir, u¡r forma Je dcl siglo xrx. Huclga scñalar quc no cxistcn cosas talcs como
: historii que peú,nc cxpli.a.l¿ consriru.ión de s¡bercs, discursos,
J.,¡,,,* ."i.t..o..o .. r,.,r"r.1u.h"a .lnen,.'.'u,,,,¡,o cortnruidad€s o discontinuitladcs cn la historia. sino sólo
rlue o hien es rrascendc¡t¿l c¡ ¡rhción ¡ un carnpo dc act»tcci en las expiicaciones históricas. De modo gue las divisiones
rnirntos, o bien se queda prcso en su va.í¡ hismid¿d a lo l¡¡go dct tempo.ales que propongo no se h¿cen en interés de una uhis- :
.urso de l¡ hisrcria., (Fou.adl, r98o: p. rr7).
Sobre las ü2diciones cieDrificrs c intelectualesen las que los objcros torix vcrdadcm», o dc rcstaurar cl rcgistlo dc olo quc ocu
aot ¿gieg¡dos de farres rciarilimc¡rc i¡¿epen¿ienres,, vid. F.yc rrió realmente,. Lo que está er Fego es muy disrinro: cómo
r¡Li.nd, r98r, rol. ,,r.

z)
l)cri(trli7xrx,s y,l¡r,clr sitL¡,rrrr¡s l,rs ru¡rur:rs o l:rs rrcg:rnrrx rrrlr rli¡rirrriir irrrlc¡r'rrrln rrrc ilc irvcrinnr, nrxlificrrcnin y
son clcccioncs polícicas grc rlctcnninr¡ h consrnLcción clcl ¡x r iccirirr rncc:irric,r s,l,« rrrr c.rnrpo social, translbnnándo-
f

p'.'.rrc. Qu. un" , r, hr., o desr.rque cierro, aconrerimien Lr rlc«lt fircr¡. l,a tccnologia es siempre, al cortrario, una
tos y p¡ocesos a expcnsas de orros afecta a la inteligibilidad parte concurrente o slrbordin:rda cle otr¿s fuerzas. Para Gillcs
del fLrnciolamiento contemporáneo del poder en cl cual no- Dclcuzc, uU¡a sociedad se de6ne po¡ sus ¿leaciones, ¡o por
sotros m¡smos estamos enredirdos. Tales elccciones afectal sus he¡ramicntas... I-as herramienras existcn sólo en rel¿ción
tanto a que la forma dcl prescnte parezca como a ¿ las combinacioles que hacen posibles o qte las haccn po-
"natural,,
quc, por el contrario, se ponga en evidencia su composicrón sibles.»a Por tanto, ya no es posible reduc;r una hisroria del
histó¡icamente fabricada y delsamenre sedimentada. obsc¡varlor ni a los carnbios cr las p¡ácticas técnicas y mc-
A princ[ios del siglo x]x se produjo un¡ úansformación cánicas, ni a los ca¡nbios producidos cn las form¿s de las
radic¿l en la concepción dcl obse¡vador dentro de ul amplio obras de arte y la repr€se¡t¿c;ón visual. Al mismo tiempo,
abanico tlc prácticas sociales y ramas de conocimiento. Una quisiera h¿cer hincapié ct qüe, xunque designe la cárnara
de las principales vías a través de las cuales presentat¿ estos oscura como un objeto clave elr los siglos xvn y xvlrl, ésra
desar¡ollos ser¿i examinando la impoltancia de ciertos dispo- no es isomorfa dc las técnicas ópticas que análizo en el con-
sitivos ópticos. l,os ¿bordo no cn función dc los modelos de texro del siglo xrx. Los siglos xvlr yxvrll no sofl cuadrículas
reprcscntación quc inplican, sino como emplazamientos de anilogas en las que distintos objetos culturales puedan ocu
saber y poder que operan direccamente sobre el cuerpo del par las mismes posiciones relativas. Antcs lrien, l¿ posiciór y
individuo. En coocreto, propofldré la cámara oscu¡a como función de una tét:nica es hisróricamente variabler la cámara
pa¡adigmática del cst¿tuto tlominante del observador du¡an- oscur¿, como §ugiero efl el próxjmo caPírulo, es parte de un
te los siglos xvII yxvllr, mientras que el el caso delsiglo xrx campo del conocimi€flto y la práctic¿ que no se corresPondc
tomaré en consideración cierta cantidad de i¡strumentos óp- esrlucturalmente con los emplazamicntos de los disPosirivos
ficos, y eD parricular eL estereoscopio, como mcdio útil para ópticos que examino posteriormente. En palabras de Deleu-
especific¿r las traruformacioncs en el estxtuto del observador. ze, «Por una parte, cada estrato o formación históricr imPlica
Los dispositivos ópticos en cuestión, de manera significativa, una distribución de lo visible y clc lo emrnciable que acrúa
sor puntos ¿e intersección en los que los discursos filosófi- sobrc sí mismai por otra parte, de un estÍato al siguiente se á
cos, cienríficos y estét;cos se solapan con técnicrs mccáni produce r.ura variación en l¿ disrr;brción, dado que la propia
\J'. requer¡mi(nru. in'rirr¡, ion¡1. . ¡ iurv:. .o, ioe, onórnr. visibilidad cambia de modo, y los enunciados mismos cam-
cas. Cada uno de ellos puede entenderse no simplemente en bian de régimen.,,
tanro objero material, o como parte de una historia de i.r Sostelgo que algunos de los medios dc producción de
'ino ¡ Lr¡ves del modo en que .e in\err¡ en un
a
re, nol"gra. e/:ec¡os orealistas» más extendidos en h cultum visual de ma-
dgenLiamienro mu.ht, mjr rmplio dc a.onrr. imr.nro. y po sas, como el estereoscopio, se basaban de hecho en una abs-
dcrcs. Esto contraria clatamente muchos de los inlluyentes úacción y rcconstrucción radicales de la experiencia óptica, 1o
relaros de la his¡oria de la forografia y el cine, caracterrzados
por un determinismo l¿tente o explícito, y en los t¡uc impcra Dele(ze v Guart¿ri, 1987
t Dcleuze, 1988:48.

74 25
(,rirl cxigc r¡llir rc«nrsnlcr:¡.ni¡ (l(l sigtlili(1J,, (lcl .rc.¡lisnx,, . ir*i«r(i,¡rxs r¡rrr', irrrrrrx, t,t,.l.'r (lrlirirsc,r¡»ox;rlrrl,r, y
cn cl siglo xrx. '¡rntbi¿| .:slx.ro dcmosrrar cónn) l:¡s idcls Drils qrriz,í rarrro|i¡it,rrrrcrrrr', ru,r¡o ",rri¡lcr niclad,.
inlluyenres acerca del obscrvatlol a principios del siglo xrx dc l.u r¡¡orlcn¡iz:rcitnr sc cr¡rvicrtc crr L¡¡¡ noción ú¡il unr vez
pendian prioritariamentc dc mo¿clos de visión srrbieriva, en amncrrrl¡ rlc derclminacioncs tclcológicas, principalmcntc
contraste cor la sup¡csió¡ sis¡ernárica de la sulrjetiv ad dc h económicas, y crondo abarca no sólo los cambios estr¡.rctu-
visión quc cncontramos en el peosamicnto c{c los siglos xvrr y rales de las formaciones politices v económicas, sirlo tamb;én
xvlrl. Ura cierra noción de «visión subjctiva, h¿ sido duranrc la inmens¿ reorganizrción del cooocimiento, los lcnguajes,
largo rien4ro una partc signiEcariva de las discus;ones sobrc la las rcclcs de espacios v comunicaciones, y de la subjetir.idad
cultrLra del siglo xrx, rnás a menudo en el contexto del unan rnisma. I'articnrlo del trabajo de Vcbcr, Lukács, Snnmel y
ticismo, como por ej€mplo al ilustrar el p:rso en cl ejer- orros, y dc toc{a la reHexión reóricr colccbida por Ios tér-
"papct
citlo por cl espíLiru en la percepción, tlcsdc las corcepc;ones rninos nracionalización» y «reificación,, es posiblt prcponer
de imiracióo a las de exprcsiót, desde la meráfbra del espejo a una lógica de la rrodeurización separadr de las ideas dc pro
l¡ del, Iinrp'r¡. luo l¡ ide¡ deun, ri'iún o,rnrpr'.,p.ió'r greso o dcsarrollo que implique, al contrario, tr¿nsfórr¡acio-
r1e alguna forma exclLLsiva de ¿rtistas y poctas y diferenciada ¡es no line¡les. P¡m (]i:rnn; Vatrimo. la modcrnitletl tiene
.1. l¡ 'i'r"n m"lde¿d" por nlear v ¡rr, riL.rs emprri.J, o to,iri. precisamente estos rasgos «post-históricos» cn los cu:rles la
r i.r¿. e,. de nuevo. c<nrr,rl rn ..rrs irrrer¡r¡era, iorre,. contiriua p¡oducción de lo nucvo cs lo que fermite qu€ lxs
Me i¡rtercsa cl modo en que los conceptos dc la visión sub- cosils pcfmanezc1rn sienryre igualesi sc trata de una lógica
jetiva y la productividad del observador impregna¡on no sólo de lo rnismo quc sc sitúa, sin erlbargo, er rclación inversa e
los campos del arte y la litcratura, sino que ambién estuvie h cstabilidad de las fonnas t¡adicion¿les. t-a modernización
rr»1 presentes en los tliscu¡sos lilosóficos, científicos y tecno cs un proceso rne.liante cl cunl el capital;soro desarraiga y
lógicos. Más quc clfatizar la separación de artc y cicncia du- hace móvil lo tlue está asentado, aparra o climiD¿ lo que im-
rante el siglo xlx, es inrportante vcr cómo urbos fón¡aban pide la circLrlación, y hace interc¿rrbiable lo quc cs singular.¡
parte de Lrn ¡rismo campo cntrclazado de saber y ptáctica. Esto sirve tanto para los crcrp.rs, los signos, las imágencs, los
El mis¡ro saber tlue pcrmiría la crecie¡ce racronalización y lelguajcs, las relaciones de parentcsco, las práct;c¿s religio-
control deL sujcto humano en función de Jos nucvos rcr¡ucri- sas y las nacionalidades como para las mclcanci¡s, l¿ r;queza a

micntos institucionales y económicos, co[stituia tambié¡ ]a 1 l, rrur'" de obr¡. L.r modc,ri,.r,irirr .e .on,i.rrr,rr un.,
coD¿ición de posibilidad dc nucvos cxperimenros er el c¿¡D
po de le reprcs.ntación vnual. I']or ello quiero dclincar un
sujeto obscrvador qLre fue t.rnto producto clc la rnodernidad li En csté punro es rclev¡rte cL bosquejo hisrório Je Deleuze I
J (,,,r,,r,, ,i-q:'oo:ór \9''r¡,,,",1 n,d,J-
tlel siglo xrx como, e la ve7, constitutivo dc clla. En lireas ' ' , ufli, u. P.
.c«i ¡e ¿cncri¡ñri)li7r.ión,. un h3.er absr¡.tó e lnlci.¿rnbi¿bl.
rnuy generales, lo qrre ocurrc con el observador durante el de cuopo, objoos y Lclaciones. l'er,, cont srbral¡D Dclcuze y
siglo xrr es un ploccso cle noderniz¿ción; él o ella sc adccua Cuártari, la nuev¡ nr¡.rc.,r1bi3bili¿a¿ ¿e ltrs formas b¡jo.l c¿pira-
lismo es l¡.o¡di.ióD de posibilidad de su t.riroii¿liz¡ciór, eo
a toc{a uta consrelación de nuevos ¿conrccirnicntos. fuerzas "re
xtr
buevas jer¡rqúí¡s c nrs¡i¡ucdres.l.a indusrializaclón dcl slglo
€s ÚátaJ¡.n r¿rni¡os de des¡er¡ itoriallz¡ció¡, dcs¡rL¡igo (¿¡¿.t
z¡r¡r¡¡) y producció¡ de ftujos en Cuilhune. rtTrs: r'142.

z6 27
.r.r.i(ir ill( csllnrc y xull¡ pc¡l)ctUrüllc (lc ¡Urvlls nfccs r¿cs, rlti,ril,rs ,rrrrcs, W,rL ¡ lt..rrii,rrin r,rnrhi¿'r l:,rbil cscr ito :rcocl
nucvo corlsumo y nueva produc¡:ió¡., t.cjos ¿c ser cxrerior a clcl ¡x¡,cl rlc l,r nrcrc,rncír cn l:r plrdLrccitnr rlc ura nfirntasmt-
estc p¡occso, el observador, como sujeto hurnano, es corn¡le, goría Jc h igLralcl.rd,. Así, la modcr¡idad es insepalablc, por
tamente inmanente a é1. A lo largo del siglo xrx, el observa- LLn hdo, de una tccolstrucción del observador, y por el otro,
dor tuvo que operar c¿de vez más en el in¡erior de esptcios dc una proliferación de signos y objetos en circulación cuyos
urbanos escindidos y desfamiliarizados, de las dislocaciores eficros coincicle¡ con su visualidad o, en palabras de Adorno,
perceptivas y tcmporales de los viajes en treD, el telégrafo,
ia protlucción induscrial y los flujos de la información tipo, El análisis que Baudrilla¡d propo¡e de la modemidad
grálica y visual. Al mismo ticrnpo, la idenridad discursiv¿ bosqueja u¡a creciente dcscstabilizació¡ y rnovilidad de tos
del observ¿do¡ corno objcto de reflexión Elosófica y estudio .iqno' 1 lo' ródigos que se inici¿ cn rf Ren,Limienro. sigro'
empírico suf¡ió una Brovación igualmente drástica. anreriormeflte efi eizados en posiciones r€lativamentc 6rmes
El trabajo ternprano de Jean Baudrillard cletalla algunas dentro de ierarquías socialcs fijas.
de las condiciones de este nuevo terreno en el que se situa-
ba el observ¿dor dccimonónico. l'ara Baudrillard- una de hs 1.. mod¡ ¡o diste en ula socierlarl de castt y tangos, dado
consecueDcias c¡uciales de las revoluciones políticas burgue- queacada uno se le asigna iroccablenrttt un iugar: Por ran-
sas a 6nales del siglo xvrr era la fuerza ideológica que animó to, la movilidrd dc clase ¡o exis¡e. U¡a interdi.ci¿rn prorege ¡
los mi¡os de los de¡echos dcl homb¡e, el de¡echo a la igualdad lossignosy les asegun una tot¡l cl¡ridad; cada signose ¡eiere
y a la felicidad. En el siglo xrx, por primera vez se hizo nece- i¡.quívocameote a un es¡atut,.-. En las socicdadcs de cas¡as,
sariala prucbx observable para demostrar que la felicidad y la feuJrles o xr.2ic¡s, sociedades cLueles, lo signos sor lnnin
igualclad se habian alcanz¿do realmente. La felicidad debia dos e¡núnero,y¡o csrá¡ ¡mplianenre difunrlidos. ca<la uno
ser om¿nsarabl¿ e¡ té¡minos de objetos y sigloo,, algo que se, fu¡cion¡ con todo su valor .ono interdiccióD. cada uno es
ría evidente para el ojo a modo de nc¡i¡erios r/¡ibles»;" Yatias una obligació¡ recí¡rm enme as*. ciancs o pcrsoDas. l.os
.ig',.. nó.o.,. p'r..,rbrr ,rro.. ll .its1,, r,bi,Jrró . inn;.'
(De ahí la explo¡ación de rodá 1¿ r¿tuhleza y h bús<tueda de nüc-
cuando, en lLrger de vincrlar dos pcrson¿s en una re.iprocida.l
vas cualida.lcs útiles e¡ las cosasr dc ahi cl imer.ambb a es.¡la
u¡iveGal de pbdudos hbricados bajo rodos Los .lim¿s y en t.dos ,nlreh,"n'rL,l,. .1 F,,il -ñtc,infe/. .r rfeti,* , ,.n uni I
los países; los nuevos rraramienros (aLri6.i¡le, ¡pli.¡rlos a los obje- verso desencamado del signilic¡do, cle¡onnudoL conú¡ del
ros ninúales pdá ¿oblos de ¡uevos valoLcs dc uso 1...1 De ¡hi la
rnundo rcal, hacia el que nadie iiene ya ningúm obligación."
.{plorxció¡ Je lá iieúr etr rodos los senridos, tanto p¡rá des.ubrir
nrclos obietos util¿abhs como pam o¡orgar ¡úevás propiededes
dc ürili,xciór ¡ los anrig,ios; I...1 el descübrinic¡ro, lx.re¿ción, era i¡.lustri¿l av¿¡z¿¿a, .onstrui¿a por eL oio .m¡do éstc sc acoe
la saristacció¡ il. nu.Es n€cesid¿des provenienres de ia socicdad rumbró a percibir l¡ realidarl cono ura rcalidrd de obitos por ¡
misma; la cul¡ura de to¡l¡s lás duiidad* del homhre
social, para la ran¡o, básicamenre rle me¡.¡ncí.e,. (Adomo, r98r: 99).
froducció¡ de u¡ honbre soci¡l que É¡ga el máximo de ¡ecesida- .Al negar la naturaleza implícira¡rcnrc concep¡ual d.l an., I. ¡".
des, siendo rico c¡ cualid¡des y rbierio a ió¿o producro social ma de lavisualidarl reifica levlsralltlad en una cualidad opaca, im
más acibado yu¡ivcrsal posible., -cl
(MÚL r97l:4o8-4o9). penerrable una rép1ica del pctriEcado mundo exteri<¡¡, cauteloso
Baudrillard, r97o: 6o. Subr¿y¡do en el original. Algunos de esros con toúr b gue pudiera intüfcrir cor la armonia que la obraerun
cambiosh,n sido descriios por Adorno coho ¿i adapr¡cióD ldel .i¡., (A¡lor¡o, 1984: rl9 rao).
obrrv¡do¡ alorde. de la raclomlidad burguesa¡ finalmenre, ala B¡udriLla.d, re76: 78.

28 29
Asi, l)rrr Ilirklrill,rrrl, lir ,¡)(xlcrr i(lir(l csrii c\r.(lrinrcnrc 'cl,r L,r Ii'r,i11r.rli,r t o,,vio t r¡¡ r¡r¡ clL rrrcrrr,i ct,,u,rl rrc vjLr cn
r

.i,,,,.,J¡.,,,, 1., ..¡t,.,.¡Jr.l q,¡, h,.t.,,,.,, L,\..,,.!,,ri.,.,,,.i., l,r r¡,,.v,r e,,,,¡,,,¡¡í.r .le ¡¡¡cr::ncíes. sino t¡lbión cn ia reor-
les recién llegadas al poder tienen de supemr ola cxclusividad girnizrcitin di r(xlo Lro tcri¡¡io en qre signos c irn:igcnes,
de los sigros» y dc promover,,la ¡rolileración dc los signos cldr curl scprLtlo clcc¡iv¡mente de referenrc, cnculan y
según la ¿cm r¿a,. L¿s imitaciones, las copias, las falsilica, ¡,«rliféren. t-as firogralías pucdcn tener algunas snnilirutlcs
ciones y las técnic¿s p:¡ra prodlrcirlas (entre las que se encon rprrcrl.(:s con orros rifos de irnágc[cs mris antigrLos, conlo
tra¡ían el teat¡o italiano, la perspecriva lineal y la cámara os h pintura pcrspectiva o los dibLrjos rcalizaclos coÍ l¡ ¿yud¿
cura) suptrsicron tod eltas desalíos al monopolio y conrrol cle la cámrr:r oscur:r, pero l:r elrorme cesura sistémica clc l¿
aristocr:itico clc los signos. El problenra dc la mímesis aqui no qLre h firtografia forma p:rrte con\¡ierte estas similirudcs cn
es ya un problerna de estética sino de podcr social, un poder insigniGcanres. La fotografia es u¡r elemento en un nucvo y
fundado en la capacidad dc producir equivalencias. htmogéneo Lerreno .le colstmo y circuitción en el clral qre-
Para Baudrilla y mtchos orros, no obstantc, cs prccisa- ¿a xlojado cl observrdor. l'ara encender cl fotogra€Ía,
"cftcto
mentc c1r cl siglo xrx cuando surge un nucvo ripo de signo, en el siglo xrx, dcbcmos verlo corno un componcrtc crucial
junto con el desarrollo de nucvas tócnicas industriales y luevas de una lueva economia cultu'"I de valor e intercarnbio, 1,
fornas cle poder politico. Estos nucvos signos, «obieros potc¡ no corno ferte de Lrnx historia conti¡u¡ de la representación
ci men.e ;dénticos producidos en series indefiniclas,, anuncial visu¡1.
el momento cn que desa¡arecerá el problcrna tlc la mímesis- La fotografia y dinero se convierten en lbllras hornó-
r:L
logas cle ¡oder soci cn cl siglo xrx." Ambos son por igual
l.a relación cntrc cllos ¡r no es lx.le un o,ieinrl .on !¡ i,nir¡ sistemas r¡ralizadores que engloban ), u¡ific¿n ¿ rodos los
.njn, nianalosi¡ ¡i kflcjo. silú l¿equivrlencia, ia ¡idifcrcü.i¡. sujetos den(ro de una rnisma rcd rlc r,¡I,¡¡ación y deseo.'laly
!lol¿sc¡i.,losol,jefusr.onvie¡ren ensinúl¿.ros ii.leti¡idos como Marx dijo del d;nero, la fbrografia cs tambi¿D un gran
los u¡os.Le li)s oros... Satcmos qrc hor, es en el nivel de la n;velador, un dcmoc¡atiz¡dor, un sínbolo,, una 6c
"mero
reprducción uroda, m'¿ios, publiciJ.d, redes de ¡rlbr¡u ción por cl llamacio corrsenti¡rienro universal dc
"sancionada
ción y cornuni.r.ión en el nivel tle lo quc Marx dcromnu la humanided.,/n Ambos son firnnas rn:igicas qLle est¿blecen
b¿ dcs.uidxd¿r,cnt los Édr¿¡ tsaros imprclisrosl dd cl uD con¡rrto nuevo de relacioDes abstractas cntre individuos
pir¡I..., es Je.ir, en l¡ elera dcl si¡ul¡c.o y el .ódigo, ¿oDde y cosas c inlponen esas relaciones corno lo real. Es:r través de
r ur¿e la ünid¿d dcl pLoc.so .o¡junto .lel capnalismo.'r lirs disrirras pero cDtrclazadrs economías del ¿in€ro y la lo

Dentro rlc cstc nrevo campo de los objctos producidos en L¡ ¡ecsicLr¡t dc l¿ al¡solrta scmejrnza e inteLcamtriabill,Jad prori
I no dc los r.querinriennrs de h guuru v ro dcl dcsarrollo dcl sec«»
serie, los más sigDilicativos, en cuanto a su impacto social y
..o¡ó¡rico, conro r.gunr€nt¿ De L¡¡Jl, reeo.
culmml, eran la lbtogra€ía y unn gran cantidad de !écnicas l'¡r¡ dcbates ¡elacion¡dos con era.ú.srió¡. vid. Joh¡'l:gg, ,ilhe
asoc;adas a lir industrializaciór ¿e la creación de inrágencs.'1 Curcncy ol the Photograph,, et Thnhng l'hotogrd¡hy, ed- Vict tr
l\rrgln (l.ondres, r98:). pp. xo r.{i v Al¿n Sekula, .'lhe Tratic in
rl llaud,illard, 1976: E6. I'hort{tphs,. ú Pbotograpb, ArnnBL th Gr,1j": t\a/-tt ¿ul Photo
rt [!l modclo DÍs irnporL¡nte prra la prcduccióD i¡dúrrixl cn serie \varli\ t97 rrsi (11J],tl¡\, r98a), pp. 1611),.
.luraDre elsiglo xrx fuc cl dc l¡ ú,i.ión ) los repuesos milirarcs.

Jo 3r
rogrirlir¡ c(»no roLlo urr mUn¿o so.irl cs r(prcsf¡rrir(li) y.(rrs rrus rlc crrrcrcrirrrilrrro rlt rr:¡sus, conxr cl csttrcoscopio y
tituido exclusiva¡nentc como signos. cl fln,rqrrisriseo¡io, (lcrivrr(,n origin¡ri.rmcnre de los ruevos
La fotografia, sin embargo, no es el tema de estc libro. A conocimicntos cmpiricos accrce del estaturo fisiológico del
pesar de Io decisiva <¡ue haya podido ser la lotografía para observaclor y la visión. Así, ciertas formas de experiencia vi-
el destino de la visualidad del siglo xrx en adclanre, su in- sual categorizadas a menudo acríticamcnte como «¡ealismo»
ven, ion er « r¡nd¿ri.r prr.r los aconre.imierrro\ que ;nr(nro estlin, de hecho, vinculada,s ¿, teorias no uerídi¿as de la visión
desgranar aqui. Sostengo que en el siglo xrx se producc una quc ticncn por efecto ¿niquilar la existencia de un mLrndo
reorganización del observador con anterio¡idad a la aparición real. A pesar de todos los intentos de autentiGcarla y natura-
dc la fotografía. Lo que riene lugar aproxima<lanerte desde lizarla, la experiencia visual perdió, durante el siglo xrx, los
r8ro hasra r84o cs un desarraigo de la visión col respecto a privilegios apodícricos de que se valia la cáma¡a osaua para
las relaciones estables y Ejas encarnadas por la cámara oscu¡a. imponer la verdad. En un nivel super6cial, las Ecciones de
Si la cámara oscura, en ranro concepto, subsistír como base realismo operan intactas, pero los procesos de moderniza-
objctiva de verdad visual, diversos discursos y prácricas ción del siglo xrx no dcpendían dc tales ilmiones. Nuevos
6losofía, en cicncia y en los procedimicntos de normaliza -en modelos de c;rcutación, comunicación, producción, consu-
ción social tic¡den a abolir los fundamcrtos de esa base a mo y r¿cionalizacjón demandaron y dierol forma conjunta-
principios del siglo xrx. En cierro sertido, lo que ocurre es mente a un flucvo tipo de observador-consumidor.
rrna nueva valoración de la expcriencia visual: se le da una Lo que llamo observador cs, cn realidad, sólo u¡r electo de
movilidad e irtcrcambiabilitlad sin precedentes, abscraída dc la construcció¡ de un nuevo tipo de sujeto o individuo en el
rodo lugar o referente fun¿anres. siglo xrx. El trabajo de Michel Foucaut aquí ha sido central,
En el capitulo 3 describo ciertos aspcctos de esta recvalta- al revelar los procesos e institucio¡res que racionalizaron y
ción cn la ol¡ra de Goethe y Schopcnhauer y en la psicología modernizaron al sujcto cn estc contexto de transformacjo-
y la 6siologia de prilcipios clel siglo xrx, en las cuales la natu- nes sociales y econórnicas." Sin establecer rclaciofles causales,
raleza misma de la sensaciól y la percepciór asume muchos Fouc¿ult demuestra que la revolución hdusr¡ial conrcidió
Je lo' ra'go' de equivalencir e inJilcrenci¡ qu(.arrcreri,,¿- con la aparicióD de métodos para administrar» ¿ vas-
"nLrevos
rán más ¡arde a la fotografia y a otras redes de mcrcancias y ras poblaclones de trabaiadores, a la población u¡ban¿, a estu- á
siglos. Es este nnihilis¡¡o, visual el que se encuenrra en la diantes, prisioneros, pacientes hospitalarios y otros grupos. A
primera línea de los estudios ernpíricos clc la visión subjetiva, medida que los individuos fueron arrancados ¿e los antiguos
una visión que engloba rna percepción aurónoma escindi- regimcrre. .1, potl.r. J. la produ.(ión rBrJr;r y rrre\rnr )
j da de todo relerentc externo. Hay que resaltar, sin eubargo, de las grandes estrrctums faniliares, se concibieron ¡uevos !
que estas nuevas autonomía y abstracción de la visión no son procedimientos para controlar y rcgular esas masas de suje-
sólo una condiciór neces¿ria par:r la pintura modernista dc tos ¡elativamente abandonados a su suerte. Para Foucault. la
finales del siglo xrx, sino también para formas de la cultu- modernidad del siglo xrx es insep¿rable de la fonna el que :
ra visual de masas qlre aparecieton antes. Eo el capitulo 4, los mecanismos de podcr coinciden cofi nuevos modos de
analizo cómo dispositivos ópticos que se convirtieron en for

12 .]l
sul,jcrivi(l.xl I. xsí..,¡,,r¡,.,,r ¡ II I ¡ ( , , ( ( ((1( rtt.,s l(¡,r1.\ J,
I I I | ¡ , I i I lir ,,n,,rurli(lir,l,, c,r r¡,«l¡irlr, ¡,sir,,l,rgi,r v (r¡1)s urrrrPos sr
p\r,,r.,,rr,. \,ri!i,,.r\ t.'¡., ,,IIIr,,LIL II..IIII\II..I ) .,,I\¡. l¡ ll rorrvirrli c¡r rrrr:r ¡,,rrre ttrr.i:rl tlc l¿r colstitr¡cnnr clcl intli-
úriles las nuevas ¡rukiplicidades ¿c n ivicluos. L,r nroclcrni- vnlrro sLg,'irr L,s rcqutrinricnros dcl poricr ilstinrcic,nel en el
zación comiste en esra producci(rrr rlc sujetos rnanipulables a siglr xrx, v lirc r rLavls de estrs disciplin como el sujeto
tr.rvés dc lo que el llarna nuna cicrta polírica dcl cuerpo, rura lrrro. ., ,ie,r., .eniÁo. n.tú1. l.r,1ue rne rnrrr.^r .'
cicr¡a ma¡et¿ dc volrcr a un qrrpo de hornbres dóciJ y úcil.
'r 'er
. ñ,no.l i,,,li!:J,,u, .,, ,r'r" r",,J",, 'e rn,,ri",iu Ln un
Esra política reqLrería la particfación dc dererninatlas rela,
"b-
objeLo de invesrigación y en el lugar dc un sxber en las Prime-
cioncs de poder; apclaba e un:l t¿cnica de sujcción y objetiva ras dócad¡s del rlJoo, y cómo se translormó el cstatuto del su-
cióu superpuestas, y acarreó consigo nuevos procedimientos jcro obscrvador. Oomo ya hc nxlicado, Ia visión subjctiva era
tlc individu.rlización.,'¡ rn objcto dc cstudio clav€ er l cicncias experirnentalcs, ü¡a
Aun,lur l-ou,.ruh .,r¿lr/J ñ\r<n.ibl,rne,,,r in,riru, io,es vis;ón que hrbía sido extr¿ida de las rclaciones incorpóreas dc
.disciplinarieo, como las militrrcs, las prisiotcs y las escuelas, la cimrra oscura y rcubicad¿ en el .uerpo hum¿rio. Se rrara
rxnbién describc el papel rlc las recie¡ucncn¡e constituid$ de un dcsplazamienro seiralado por el paso de la gcomr:tría
cienci¿s humanas en la rcgulaciól y modilicación clel corn- tlptica de los siglos xvrl y xvnl a ura geometria Esiológica
portamicüto de los inclividuos. I.a gcstión y dirección de los qrre tlorrinó los tlcbates unto cientiEcos como lilosólicos cn
sujetos dependía sobre rodo dc la acur¡ul¡ción dc sal¡eres accr- romo á la v;sión er el siglo xrx. Asi se acumuló conoc;mie¡to
ca de éstos, bicl fuera e¡ la medicina, [a cclucacnin, la psicolo- acerca dtl ¡,apel constiutivo riel cuerpo en la aprchcnsión
gía, la Esiología, la mciolallzacióo dcl trabajo o el cuidado de del mundo visiblc, y pronto se hizo obvio qtre la eliciencia
los niíros. l)e estos saberes provino 1o que Foucault clenomin:r y la mcionalización dc muchas áreas dc la actividad hu¡ra-
uuna tecnología muy real, la tecnologíade los individuos», que. na dcpendían de la informació¡ ¿cerca dc las c¿Plcidades
insisre, estri rinscrira en un proceso histórico arn¡rlio: cl desa, del oio humano. Un resultatlo dc l¡ nueva óprica Esiológica
¡rolio, ¡proximedamc[te al mismo tiempo, dc mlrchas orras fue expoler la kliosioc¡asia del ojo t-as postimá
"normal,-
tecnologias agrarias, jndrrstrialcs, económicas.,,, gcnes retinianas, la visión periftrica. la visión binocular y
Iundamcntal para el c{csarrollo de cstas nuevts t¿cricas los umbralcs de ¡rención fucron estudiados cn función de
di" it,li,,JriJ, del ,Uj<.o i,r. t.r rij.r,iorr Je ./¿,.,?,,r .,rin,ir.r la detcrminación de nonnas y par:'uretros cuartilicables. La :
tiv:rs y cstadístic¡s dc compor-temicl1to.." l,a cstirnación clc extendida preocupación por los dcfcctos de la visión humana
clc6nió de manera más precis¡ aún los contornos de lo nor-
r8 fou.auk, rr77:lor. rn.rl. ¡ ¡;rrr.ro n,r.',,. re.r,"l"gr'. 1'.rra inr¡nrr,r rrrrr risinrr
,, fouc¡ul¡, r977: 22,1-¡zt.
I ¿o PüaCúgs C¡¡suilhem,los pro(€r,s dc no,m¡llz¿.nnr sesot¡p¿h
nor0rf,tiva sobrc cl observador.
Cl nri\mú ri¡npñ qrre.e d. e'r.r' irrvc'rig,r,iu
.o¡ l¡ mo.lenriz¡.ió¡.Lu2nre cl siglo xrx: .Al igu¿l que dr t; rc ',rrrolIrorr
lo ,p.J,,-,. ' L..,,in,,o.p.L i .1r ..,,r¡J ¡ ,,.t,d. llcs, se io\-enraroD vxlios d;spos;tivos ópticos que l1rás tar
,nor'i/ri,., ¡r ...,r1.a,¡,...., I' nol, . cle sc convertirian en elcrncntos propios cle la cultura visual
eco¡oüir, hrjo cl c..ro ¿e una
'.,.,.n.,cn..,
D.cic[c meca¡iz¡.]órr i¡Jurí.1, i.
1r ,r'n r. .. 1. r1.,.,-"c.¡..r,r,{.. .1.,¡.J-.¡1.,r, de rnasas clcl siglo xrx. El f¡Daquistiscop;o, una dc entre
nomxlizr.ntn., (Canguilhem, )t8r: 217 118). {Jmgutlhem añrma las rnúltiples máquinas diseriadas prm sirruLar l3 ihsión clc
qu. cl!übo {rorm¡ltz¡¡" se enrflci por prn¡errvc,., r8i4.

l1 It
nlovinricrto, sr pr1)Jujo rl ¡nrt),r'1) (l!l csrrxlio ( rtx ri rflrrirl I os lcr rorcs.lc ViXilat y trtigtr,r rrcturdo h:rn rc¡urtd,, cn
de las post imágenes retinian¿s; cl cstcrcosco¡rio, trrrrr lirnrrr l,r ilccl:rr:rcnin c,rtcgrir icl clc Iirucrult, uNrrcsrla socicdtd ro es
dominante de consumo de las imágcncs fórogr'íficas cirLran, un¡ socicdrd .lcl espcct:iculo sirro de la vigilancia... No nos
re mjs de rnedi".iglo. fue de'.rrrolLJo cr prircil'io en un encontr¡nlos ni eD cl anfiteat(o ni en el escenario, sino en lx
esfuerzo por cuaotilicar y formalizar las oper¿c;ones fisio- máqüina panóprica.,'r Aunque este comentario se realiza ell
lógicas de la visión binocular. Lo importante, pues, cs que medio dc uflx coorparación entre los ó¡denes del poder en la
estos componertes centrales del «¡ealismo, decimonónico, anrigüe¿a¿ y cn la modernidad, el uso quc Foucault hace del
cle la culora visual de nasas, precedieron la invenció¡ de la término «espectác o, está cl¿raúente vinculado a las polé-
fotografÁ y et nhtgtn nodo requirieron de procedimientos micas del post-68 liancés. Cu¿tdo escribió el libro, a prnrci
lotográficos y ni tan siquiera del desarrollo de técnicas tle pios de la década de r97o, (cspcctáculo» er¿ una almión obvia
producciór masiva. Más bien, dependen inextricablemente a los atálisis clel capitalismo contemporáneo llevados a cabo
de tna nueva ordenación del conocimienro del cuerpo y la por Guy Debord y otros.'] Podemos imaginarnos fácilmente
relación constitlrtive de ese colocirnienro con el poder social. el desdén de Foucault, quicn habí¿ escrito una de las mcjo-
F-stos aparatos son el resultado de una comp§a reconstruc- res mcditac;ones en torno a la modctnidad y el poder, hacia
ción del indivic{uo, e¡ tanlo observiüor, en nlgo calculable y cualquier uso superlicial o sirnplista ctel «espectáculo» como
regulable, y de la visión humana cn algo mensurable ¡ por explicación válicla para comprender cómo las masas son «con-
tarto, incercambiable." La estanda¡ización de la imagincria t¡ol¿das, o oembaucadas» por l¿s imágenes de los medios.'r
visual durantc cl siglo xrx debe entenderse, entonccs, no sólo Pcro la oposición foucaultiana e¡t¡e vigilanc;a y espectá-
en cl contexto de las nuev¿s formas ¿e rcpmdu.ción mecani, culo parccc pas¿r por alto hasra qué punto pueden coinci-
zada, sino también en relación a ur proceso más amplio de dir los efcctos de estos dos regimenes dc poder. Al emplear
normalización y sujcción del observador Si se produce una el panóptico de Bcnth¿m como un objeto teórico de vital
revolución cr la naruraleza y función del signo en el siglo xrx, importancia, Foucault submya inccsantemente los modos en
ésta no acoltece de manera indepcndielte a la reconstruc, que los sujctos humanos se corvirticrcn en objetos de obser-
ción del sujeco." vaciól1, bajo la foma del coDtrol institlrcional o de los estu-
Enrre r8oo y r85o,la mc¡suración ¡dopu un pápel fundanen¡al cn É

un ámplio ringo de cic¡ci¿s fÍsicas. La fecha cl¡ve, según Ihomas to q!. p¡csenció la ¡ransició¡ de los ne.anismos histórico{iruales
Kuhn, sri¡ r81o (Küh¡, 1979: 2re 2,o). La mismr concluió¡ sos dc foirn¡ción de la in¿ivi¿u¡li¡l¡d ¿ los rncca¡ismos cienrílico-dis-
dene I¡n Hacking: (Más o me¡os a prrtir de r8oo se producc un¿ cipli¡arios, er que lo norhaL reenpLazó a 1o ancestral, y h meJida
¡vai¡¡.hr de números, sobrc plte¡te en las ciencias socialcs... al csra¡us, nr¡nuyendo asi lá individualidad del homhre memora
un pu¡to inflcxió¡ 'o.to
encuenÍe en r8lz, el iño en qüc blc por la del hombte cr1cu1¡ble, csc momenro en que las cie¡.iás
QrizÍ de sc
a Charlcs B¿bbage, nrveDro, de la coDpurador¿ disital, publi.ó un del hombre se hicicron posibles es el n,omento el q
bnvc panflero en el que álenÉba La publicación de übhs .le b¿os ecnologia de1 poclcr y un¿ nueva anatomía politi.x del cucrpo se
los ¡úmcros co¡stantes conocidos e¡ las .ien.ixs v en las ¡rtes., instrur¿ron,. (Foucauir, reTe: rel).
.H rl ,ng. .,¡.:r.r rrsr. zt Fouceolt, 1979: zr7.
La ¡oción baudrill¿rdiana de un desplazanic¡ro de los sig¡os fijos za Debor.l, r99o. La prn¡era edición se ptrl,li.ó e¡ Fia¡ci¿ c¡ 1967.
de las socicdades feu¿¡les y aris¡ocráricas al régi¡re¡ simbólico del zr Acer.x de l¿ posición de l¿ visión e¡ el pe¡s¡micnro dc Iouc.ulr,
inrercambio dc l¡ node¡nidad e¡cuen¡ra u¡a r¡¿¡sforma.ión reci- ri¿. Deletzc, laucdult, 1988:46-49. Vid. tambih ltajchr¡¡n, ¡188:
procague Foucarlt articulae¡ iérminos del indn-iduo:.El norncn

)6 )7
tlir¡s cicrrríliros o rlcl torrrpor.r:rrrri<.rrro;
1n.r,,,1,.t., ,1. l.xl(, Ixs , L,¡,,, "rrr,,, r,rlr.rl,,,.¡1r,,. \,,1,,,1\,r'nri1i,.rl,l(,r,¡irr
nucvas fbnnas ¡rcrlia¡re l:rs quc h prr,I)i:r visi,i,r sc.(,¡virlnj
¡,,rr c.r 1.,.r1"1,.,,.,irrscr,rrlla,{.r.lcl.rtclctirdrctrrl."
en un ¡ipo de discipii¡ra o modo cle trab.!o. Los disposiriv()s
visuales decnnonónicos rlc los que me ocrpoj Do nrenos qrlc Así, cn .r¡/rlisis dc la rrroclernización y 1a reevalurción clc la
nr i
el panóptico, itrplicarcn disposicioncs cle los cuerpos en el visión, señ.rlo cómo cl scnti¿o ¿cl tacto lornni parte integran-
espacio, reeulaciones de actividad y cl despliegue clc cuerpos rc dc las teorías clásicas de la visión cn los siglos xv r¡ y xvrrr.
individu¿les que cocliEcaban y non¡¿lizaban al observador L¿ disociación clc t¡cto y visra que le sigue tienc lugar cn el
er sisremas de consunro visual rígidarnenre dclinidos. l.ue marco general tlc una.,scprac;ón de los senddos, y de una
ror técnicas pala la administración dc Ia .rtención, para la reconligrración industrialdel cuclpoquet;ene lugar.luranrc
imposición de houogcneidad, procedirnientos an¡i-nórradas el si[1lo x]x. tJna vez quc cl tacto ttjó de ser un componence
que Ejaron y aistaron r1 obscrvador cnrpleando «l:r patición conc(ptual de I¿ v;sión, el ojo se desligó dc h rcd ¡eferenciaL
y la celularidad... cn las quc el individr¡o es reclLrcido en tan, encarnada cn h trctilicl¡d e in;c;ó (Lná relación sLrbjctivr con
to que hrcrza polírica., La cultura de mas¡s no se oqanizó el espacio percibido. Esta autononiz¡ción de la vista, que
a partir de un espacio secundario o supercstrrctural de lx mvo lugar en difirentes ámbiros, fuc uua conclición l¡istóric¿
práctica social; estaba complct:lmertc inserta en las mis¡n:rs pxrn la reconstmcción de un obser-vaclor hccho a l:r ¡nedi-
rr¡,'.lorm.¡. ior.. .'orrrrr"d.r. ¡,or I ou, r, rlr. da de las ta¡cas dcl cc,nsu¡ro uespecracular,. El aislamicnto
No quicro dccir con csro, sin embargo, qut la empírico de la visión no sólo posibilitó su cuantilica.ión y
"sociedad
rlel espcctáculo, aparczca repcnrinamenre cn paralclo a los homogeneización, sino que tarnbién pcmritió a los nuevos
desarrollos c¡re estoy enr mcr'and o. Eluespcctáculo,, talcomo
r objetos dc la visión (fuer:rn mercancjas, forografias o cl acto
I)ebord emplea el término, probablemenre no tom¡ forma de percepción cn sí misrüo) arrrnir una ;dentidad mistificacla
eñcriv¡ hasra pasadas varias décadas rlel sigio xx..ó En este y abs[ra.ta, escind a dc ¡orl¿ rclación con la posición del
libro ofrezco algunas nons accrca de su prehistori¡, acerca dc observador dentro de un carnpo uriicaío cog[itivamente.
los ¿ntecedcntes tcmpranos del espectáculo. I)ebord, en un I I,rr.'r, o"opio L. ,r,, lug,r cuIr,r,ld. gr',rn inrporr.rrr. rr, n
conocido pasaje, plantea uno de sus prilci¡ales rasgos: el que esra brecha cntrc la tangibilidad y la visualidad se hace
parricularmente evi¿cntc. :
El eycct:ícul,, com, tendc¡ci¡ dc /z¿¿¡ r¡, ¡ tr¡rts de ctite- Si Foucault descrilx algunas cle las corclicioncs cpistcmo-
.enrcs !¡edi¡cio¡cs espc.i¿lü&i¡s. .1 mu ndo {lu. h¡ dci¿Jo d. Itigicas c itstitucionales del observador del siglo xrx, otros
scr .lirec¡amlnre ap¡cheDsibt., uro¡e¡tra tutrm¿lrndre .¡ h h¿n es¡udiado rnás corcrctnmcntc le forrna y la densidad
vista el scntiJo iiurLano privilegtado gre firc cr orLas épocas tlcl crmpo en el que rr.rvo lugar Ia rralsformación de lt per-
26 SigúieDdo u¡ breyc conrenr.rio ¿e D.bord. tic propuesto situar cl ccpción. Qüizá más que ningirn ono, \flaltcr Bcnjamin h:r
comienzo dc la.socicd¡d del cspeúácúlo, . tio¡lcs ¡e ra d¿.a(la dc ,r,.,li¡¡,1" l, h.r.r"¡énrr r<.ru,¡ de Io. r.orrre.inrirrrror y
¡)ro, p il.l¿nrenre a los oriilc¡ct recnolójricos c i¡nin,cion¡tes dc obietos de los que cstaba comprrcstc, el observador de aquel
l¡ ¡cl.visión, los inicios Jelsonido sincro¡ir«lo c¡ el cinc..l uvr.l.
1.....,,.,.d. 1,.'cui.",r- n".,¡.o, t¡,to,",e, \t.n,,,. 27 !
-1,,.e...i.rrb.n.,'o) .tt,"..,.t.ot,,!uü-t.,,,Jt,,o",,t,.n
llebod,,99o: se.. r8. lcitr t¿du.idl dcl orig]lal fr.¡cÉs: Cür l)e-
l1o"d, t.nSt¡¿t¿¿ r¿lr Ge 6z), t']¡ris: G¡lljoa rd, ,.,),)¿, secc. ¡8,
.ia c¡ ni .Sfc.rxcle, A(le¡rion, Counr.r Mc¡u.r, lC, jry, ese). p.9. N.d-lll.
'!

l8
.]9
sig[, Iir rlivcrrr* li,rgrrrcrrr,,s ,lL. su\ .! rir,A, rl, lJ.,,rlcl,rirr'." Mery,,rr ,s irrr¡rrrr,rrrrc rr,i ¡rrr d crirrrcrricio
un obscr vador ¡nrbuhnrr .or)sr ir rri(l{) li,rrrlrl o norroglifi.rt Jc sr¡ ¡,lrlr, sirro como nrdicc clc Lrna
Irr L, (, rrvcrgcrrc i,r rlc
nuevas tecnologias, de nuevos csp:rcios Lrrl;urlrs y rlc. uucvus scnsr¡rirlidrl rlctcriorecla qrrc r.s¡onclc I las tcmPranas sacu-
frrncioncs económicas y simbólicas de las imágcnes v los pro- didas tlc l¡ ¡rodcrniz.rc;ón. L,as inquictantes im:igenes dc un
ducros: for¡ras de iluminación a¡ciñcial, nucvos r¡sos de los Paris rnedicval y uincral adquieren el valor de Por-imágencs
espejos, arqrritecrura de cristal
y accro, vías de rren, rnuseos, dc lrrgares y cspacios clcstruidos ¿csde los iflicios de la re¡ova-
jardines, fotografía, moda, muchedumbres. t_a percepción, .ior urh¡r.r dcl rcgrrrrd" lmperio. Y l.r' rreniu't\ irr' r\iune'
para Benjamín, cra slrmamente temporal y cinética, v tleja de sus ilusuaciolcs grabadas sintomatizan llarro6a del trabajo
claro cómo la modernidad subvicrte la posibilidad m,sma de trtesalal frente a la reproducción nrdustial en s€ric. Ll ejem
un espectador conremplarivo. Nunca accedemos a un obieto plc, de Mcryon insistc en qLre la visión cn eL siglo xrx era in-
e¡ su pura unicidad; la visión siempr€ es núhiple, contigua sepamble de la fugaci¿ad - es decit, tle nuevas temporalitlades,
y suPerpllcsta ¿ otlos objctos, descos y vcctores. Ni siquiera rJ.,J<'. e\p,ri(a.i,.,lc flulo 1
'elo, "b'ore'''n,i
el es¡acio petriEcado del musco es capaz de trascendcr un clensidad y sedirneltación de la estructu¡a de la me¡roria vi
rnundo cn <l ,tue r".lo , .r¡ en , ir, ,,1¡, iorr. sual. Pra Bcnjamin, la percepción, dentro clel contexto de la
No debería pasar iladvertido un tema en generd ¿esate[- morle¡ridad, nu¡ca revclrba el rnundo como presencia. Il ob-
dido por B,njrm;n: h ¡inruru drl .iBlo xrx. rerr,ill¿mrnre. seLvador puede iclcnti6carc, por eiemplo, con ttn !¿nü§, ú1
ésta no consr;ruyc Lnr conpoücrte signilicarivo del carnpo r:o¡suuiclor mór.il rle tlna hccs¡nte srccsili¡ de imágenes ilu
acerca del cu¡l propolciona rrn ¡ico inventa¡io. Lltrtrc orras sorias con1o mercancias.r' Pero el tlin¿mismo destructivo de la
implicacioncs, esca omisión indica, ciertamen¡e, que la pin- nro,lrrni, r¡nrl'ierr ,rn., ti'iñn,lrr( re'i\rrri'r \rr'
tLrra no era para él un elemcnto primordlal e¡ la reconEgu-
^i"rr ¡,<r'nirio
eiicros, una perccpción rcvivificadora del prescrte envlreltx en
ración de la percepciórr tlurante cl siglo xrx..t El obse¡vador sus propixs posr-in genes históricas. Ircnicameltc, la percep
dc pinturas, en el siglo xrx, era tarnlrién un observador quc ció¡ ues¡arclarizirda y tlesnacuraliz¿da, dc las rnasas, pera la
consrrmia, a la vez, una gama prolifcranre clc expericncias óp- quc Benjamnr intentaba conseguir alternativ'\ ndi'-¡les debia
ticas y sensoriales. En otras palab¡as, las pilrurrs prrxlucirn la mayor parte dc su fuerza, rn el siglo xrx, ¿l estuclio empíico
y asumían scrrido ro en una suerte de aislar¡icnto est¡.¡ico y a Ia cuantificación de las post-imágcncs retinianas y su tcm
imposilrlc, ni en la contiruid¡tl cle una tradiciól de códigos poralida¿ cspecíGca, .onro explicaré en 1os capitulos 3 y 4.
pictóricos, sino denrrc de Lrrr caos en cxpansión de imágencs, La pintura del sigio xrx fue también desaterrdida, por rno-
mercrncías y estímlrlosl colno Gno mlis de e¡ttt orros mu, livos ¿ist¡rtos, por los fund:rdores dc la hiq¡ori¡ rlel rrre mo-
chos elemcnros consumibles y efíueros. tlerna, rrna generación o dos antcs de 13cnjamin. Rcsuha fácil
¿
Uno dc los pocos artistas visuales de los que se ocrrpa Ben, olvidar quc ia histori¡ del artc corno cliscflina acttlémica
jamin es Charlcs Meryon, filt¡ado a través dc la sensibilid¿d ticne sus origcnes en estc ¡rismo cntonro .lccirnonólico. Tres
proccsos desarrcllados durante el siglo xrx iDscPlrabl€s de l:r
28 ViJ., porcjdnplo. Benjami¡, 1978: rrr: .Con ., .re.ic¡rc atca¡.ede
los sisrcrn¿s de co¡runic¡ciones, l. ihpo,.r¡¡Li¡ de l¿ pintura .¡ la 29 Be¡l¡min, t971: 3ú-19.
comunic¡.1ón dc inñn¡lción b¿ q(..I¡do k.lu.i¿tr,. ,rj,lo.
lo Vid. llu.k Morsr, t986:

4r
irsr irurn,¡¡.rlizr.ni¡ Jc l.r ¡,rii r n :r lrisr,i, i( o,¡l rsr k,r mnr (r) N4 ,,,ill{ \r.rr( ,,r, , l,r ,1,* ,,r¡r irrrrrrl¡,1 {t1,r ñ!¡rí.¡r¡ rro c§ |r yrr
krs ¡uodos his«xir:isras y cvoltrrionisr.rs i[. .r,r,rLnl.r rrr¡rrrrr.r ,lc l\'Jrruit v cl intprcsionisnxr; se rratabrr
l,r.rsirri.r¡r,) qu(.
pern tieron que Ias fórmas li¡etan ordc¡r¿rcl:rs y cllsiiiclclls nris hicrr rlc conrprLlrtlcl por qré ¡rinrorcs ran divc¡sos corno
siguiendo ru desarrollo tcnryoral; (z) las rmnslór rraciones lngrcs, t)ver1xck, CoLLlbcc, Delaroche, Mcissorrier' voD
sociopolíticas implicadas en I¡ creación clel ticmpo dc ocio y Kijl¡ell, Mill¡is, (ilcyrc, Lrrietlrich, (iabanel, (ierirme y 1)e-
la errancipaciól cultural dc secror(s más am¡rlios cle la po- hcro;x $oL rorirlrrar txrl sólo Lrros Poco, cncirrnarotl cor-
bl;¡ciól urb¿na, uno de cr¡r'os resultados ftre el ¡nur.n de nr¡. iLrnramcnre un cstilo cle rcPrcsentación ¡rr;mético y figurativo
¡rúblico; v (3) Ios nuevos mérodos serialcs de replodurcción de cn aparicnci¡ similar pero inquielan¡cmcnre disrinto del dc
sLLs pLedccc«rres. Il silencio dcl historiaclo"lel ¡r¡e su indi-
la imagcn, qLLe permiticron ran¡o Lr circulación globtl como
la yLLxtaposición de copias cada vez más 6cles de t¡bras ttc firencia o inclt¡so su cltsdén por cl eclecricisr)ro )¡ I formas
arte rnuy divcrsas. Sin enrbrago, si la modernidad del siglo .dcgradadas, rcvtlan quc cste períotlo ¡:roponia un lenguaje
xrx constituvó en parte la mirtriz de la his¡oria del :r¡tc. las visu¿rl ratlicalmentc diflrentc qrre no Podí, ser sor¡elido a
obras dc arre dc esa moder¡itlad li¡cro¡ excluidas dc los es los misnos métodos clc rnálisis, al que no se le potlia hacer
quemas erpli.,arivos y clasi6catorios don¡inmres ic h histo hablar deLmisnm modo, <¡te nrclLrso no poclía ser leído.r'
ri" d,I¿r.. ir¡ lu\u \J irri i.rdn el ri¡;tn r.. El trrbaio rL generaciones posteriores Lle histori¿dores dcl
Ior ejemplo, dos trrdicioles fturdamentales, una p¡ovcnien- irte, Do obs(arltc, Prooto oscureció aquclla intuición inau
cc de Morclliy otra de l¿ Escuelade \farbrre, fuclon incaprccs gur¡l de ruptur:r o clifcrerrcia. El siglo xrx fue asnDilándose
o rc(ic.ntes a inclu;r cl arre dcl siglo xrx dcntrn del ámbito cG a la cc¡rrienre tloni¡artc de la disciplina sotrctiéndolo a un
sus ¡lvestigaciooes. Y esto a pesar de Ia tulación dixlé.dca de e{.rncn aparentcmcnre desapasionaclo I objetivo, de manc
estas prácticas col cl morncnro histórico tlc su propia aparición: ra setrcjarte a lo que había ocLlrri¿o co¡ ;rnterioridad en el
la crudición mo¡clliana in¡eres¿da en l:r aurori¡ ylaori!.halidr¡ arte de Ia antjgiie¿ad tardía. Pc¡o con el 6¡ de .lomcsticar
se procluce cLrando nucvas tccnologias y fórma, ¡e irrá.an Si., lx cxtr¡ñeza ante h que sus ¡redeccsores hrbiat re¡rocetlitlo'
Poncn en cucsti(i¡ nocioncs corno la
"mano»,
la aurori,r y la los histo¡i¿dores aplioron al arre del siglo xlx los ¡todelos
u,rgrn"li(1.¡Ji r Lr bu¡rr.,r; d( 1"r,,,J, .irnt,,Ii,.,..o,,,, e\t,,. tom¡dos dcl estudio dcl arte arterior.'' Al Pr inciPio sc trans-
sión cle los fundamen¡os cspirituales clc unr cultur¡ t¡ni6cac1a lirieron sob¡c todo hs caregorixs form.rles dcsde la pintura del
por partc de los cr.uditos de la cscrLelr de Warburg coircide con ll,n..inrie,rro ¡ lo ¡rrr.r¡' dJ .'gl" ',r. P.1u.r 'ñr¡rhn/o\
un:r¡rsiedad cul¡u ral colectiva antc la ausorcia o nlposibilidad de La clécadr de t94o nocioncs como los contenitlos de clase y
dc tales lomas cn el prcscnre. Asi, estos modos superpueslos la irnagnrcría poptlar se convirticrorr er sustitutos dc Lr ico-
clc historia del ¡te ¡rmaron cono olrjcros privilegiados el artc
EgLrrativo de la Anrigiicdad y cl Renacimiento. Lr hostllirhcl brcia la m¡or p:nc clcl arre contcmpori¡eo en tsutck-
h¿«lt, Ilildcl¡r¡nr], Wóllllln, Riclrl y l'iedler rs ÚalizrcLa por Mi'
Iu irre,r.¿rre .rqrri e, rl ¡,<r,pi,rz ,r, or^, rnriin,o q,re chael Rxlro (l'od,o. ry8¿: 6tt-;o).
comparten los firndadorcs de la historia del arte su l1 Uno Jc los primeLos irtcnros influyÚres rlc nrponer h nttodokr
blimin.rl o de otra espccie- rlc la disconriruidad -l.r¡cra eh v.1 dc l¡ hirori¿ dcl ¿re tedrpr¡¡a 3l sislo !r ftre
frund¡mcn- "oca¡ul"'n,
tal de1 arre dcl siglo xrx respecto al de los siglos precedcntes.
; d; W"1,", l'' i.Jl-"1"r ( l'rierll¡¡tlc I ,.,r;z; crl ic¡ón ¡r igiml a lL-ma-
¡¡ Je ¡,»o.) rrieJlarcttr desúib! l¡ pitr,rr frx¡ccs e" iémnrosd.
f:scs cliisi.rs r b¡rro.a' rhen,¡¡rcs.

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¡rogrllh rr:r(liLi,,¡xl. Sil crll,:rr¡¡o, .rl irrxn.rr Lr ¡,irrrrrr.r ,1..1 i,,,,,.\li),,(.ir( .lr'trr'rdrr'rriL rr'i.r "'
siglo xrx cn rrna his«¡.ia tltl a¡rc ct¡ntinu¡ y (.r un irl).uxro .L 1," c.r i,rrrLl," ,1,'l crr., i,r.'
discursivo exegético ruri6cado, se pcrdieron algunos r.rsgos dc
su difcrc¡cia cscrcial. Pam recuperar esa diferctcia, se tlcbe Al igr:al quc Benjamin, Nierzsche socava aquí cualquier po
reconocer cómo la c¡eación, el consrmo y la cfectividad ¿e ese sibilidad dc espectador contemPlátivo, y plantea rrna con-
artc dependcl de un obselvaclor y de una oganiz:rción de lo fusión anti-est¿tica como r¿sgo central dc l¿ moclcrnidad,
visible tluc excedc col mr¡cho el á¡rlrito de análisis convencio qrre Gcorg Sirnmel y oúos a¡alizarían después en detalle'
nalde la hisroria del arte. El aisl¿micnto de L:r pintura después Cuando Nictzsche emplea Palabras cuasi-científlcas como
de la déc.rda de r83o como una categoría dc esmdio viable y «rea.ciorar» e «irritlrbilidacl", lo hace
"influjo,, "adaptación,,
autosuEciente se hacc, como mínimo, altamenre problenrá, a propósito de un nrndo que ya se ha rcconfigurado en tor
tica. t.a circulación y recepción de rola la imagincrÍa visrral no I coÍrponertes FlccPtivos lucvos. L" m¡'lerni'l¡<l- en
está uD próxioramenre jntcrrelacionacla a n¡e¿iados de siglo este caso, coinci¿c con el colapso cle los modelos clásicos de
que ni[girn mcdio o forma de reptcsenración visual cucnta ya visión y su cspacio tlc rePresertacrón €stable. En c¿mbio, la
con una idcnridad autóroma significrtiva. Los signi6cados l obscrvación es, c:rda vcz más, rlra cuesrión de sensaciones
cfccros de cada imagcn son sicmpre contiglros ¿ esrc enrorno y estímulos equivalentcs que no cont;enen ref¡rencin ¿ una
sensori¡l sobrecargado y plural. y al observatlor que lo habita. localización espacial. Lo que comielza en la tléc.rda dc rSzo
Benjamin, por cjen4rlo, no vio el museo de arre de ¡¡rerliados y r8lo es un reposicio¡amiento del observador fuera de las
del sielo xrx sino como uno tlc los numcrosos espacios dc Lel:rcio¡es 6ias interio/cxterior que la cámara oscrlx Preslr-
sueño expcrimentados y atravesados pol el observador, igual ponia y eD (Ln tcrritor;o lo demarcado en el qtre la distinción
que los pasales, los jadines botánicos, los museos de cera, los enrre scnstciór interna y signos exrcrnos se difunlina irrcvo-
c¿sirtos, hs estnciones dc tren y los ccrtros com€rcieLes.I c:rblernentc. Si algunt vez hubo una nliber¿ción, de la visión
Nietzschc describc la posición del individrLo quc se en- durante elsiglo xlx, cs entorccs cua¡do sucede Por primerx
conrraba dcnrro en cste entorno en rérminos de una cr;sis dc vez. En ausencin del moclelo iurídico de la cám¿ra osculai se
asi¡rilación: produce un¿ emanciPación tle la visión, un derrumbamicrto
r1e las r'ígidas estructuras quc lc habian dado forma y habian É

Sensibilid¡l i¡ncns¿hen¡e uás irritabl.r... abund¡ncir cLe constitui¿o sus obictos.


imprcsiones disp¿res ma)or que nuo.¿ x¡¡es: cos¡ropolira_ Pcro casi simultárcamente a csta disolución 6nal de un
¡¡nb en l..ohi¿a, la h.mtura, tos pernidicos, l¿s ñrDas, lundamento trascendenral de la visión emcrgc una plurali-
los gusros, n,chao los priejes. El rempo dc cfe i.Hnjo cs
clad de mcdios para recodificar la acrividad del ojo, para rc
¿
!td^\ino; l¡s borl¡ u¡as ¿
in,prcslones se gimentarla, para intcnsificar su productivideci e hpedir su
: re'nrc nrrinriv.¡re¡re a is¡nih¡ r asjuritd ór.ta prcIu¡d,, disrracción. Así, los imperativos de la moclernización capira-
mcDLe, a .dig.rir" nad.. (lo , res¡[¡do. se prod!.e un dc lista, a la vez que demoli:rn el campo de la vnión clásica, ge-
billtaniertodel ¡oderr{c<tigerir;loshombrcsd.srprendc¡l¡ neraror t¿cnicas Par¿ inPofler la atcnción visual, racio¡ali-

]] Vid. ll.n;"min, rr32, vol. ,: rro t2l. 1.1 Ni.rzsche, 1967: p. 17.

11 4i
,¡r l¡ su)sr.nir v r(lrrinislrirr lir lx¡(cl,(i(',rr. Iiucr'¡lr róc.rrirr¡s
discipljnari.rs quc lcqL:iricrol conccbir la cxpcriencia visu,rl
como ifstrumcntal, modilicablc y esencialmentc rbsLracta, y
que Dunca pcrmirieror que rrn rnundo real adcluirier, solidez
o permanencia. Una vcz que la visión quedó localizada cn ia z. La cámara oscura
inmcdiatez cnpírica del cLrcrpo del observador, pertenecía
al tienrpo, al É1ujo, a la muerre. Las garantias de autoridad,
ysu su]eto
identidad y universalidad suministradas por la cánara oscu,
ra pertenecen ya a otta épocr, Etu tit)o h unat¡tu¡¿úa prrt el n^ unld¿ro, ¿l
/,ás naúúiú,?u¿t rkn¿ ¿/ ah.1cn d*c í et * tonlidtd
y.on?le¿ó,. t't. h..ho cúdoue, u obstatt¿, ¿¡ o¡ rt¡
lid¡tl l¿ clw ni¡ ¿t¡¡nt¡ 1 trás pobrt le Lotlztl.
Hcgcl
-.C§ll:.
ln lz: lis&:nm nnaiohgicn! prc¿iln u i ¡úLd¿ ¿¡n
a dbonlar los problcwt dd cotuod»ti¿ to, pot ¿í ¿¿dlo,
s(b spccic ¡.rerdratis. ¿,r t"tt ti¿¿r\ n com?nndar
únf iú¿t¿nlct¿tuhinoia! ti, t.rttt .r.ht¡ qr.
!o/lt/¿n ?erren$er n.ntuh! hiltólí.ot ¿tli/¿ r¿t.

Paul !cytrabend

La rnayor partc dc los intentos de teorizar la visión y la vi


.e relr.ionJn .orr rnoJelo, qrrr inri,rrn Lrlrn¡ ,r¿.
'uilid¿¿
dición visuaL occidertll continua c intcgradola. Desde luego,
a menudo se hace estr:rtégicamcnte nccesario esbozar una
rrrJi. i"rr .'pr. rrLr ir r o c\ ot,i..r q,re domi,r.r ininrer r urnpi
clamcnte la hisroria de la visión en occidentc: pol cjcrnplo,
desde Placón h¿sta la actualidad, o dcsdc cl Quatrrocenro
1 hasta finales rlcl siglo xrx. Mi propósito no es lanco proponer
irrgumentos en corrra dc tales uodelos no dejan de
-que
r.n,r .u uriliJiJ- .o,¡". rnj,hien..,rbr.r\,r Lluc.\i\r,n im.
porrantes disconti r;dades que han qucrlado cmpaÁadas por
err.rs ion.r¡r..iunr'. m.n"lirr,,r.. lo qrre nre inrrre\.r rJnr
bién aqui, más concretrmente, es analizar una idea c¡rc st ha

46
17
I
.('rrv r irl(, .ri t)li( ri( l r)r.r¡r c r¡l,i( lli v qrk., iri l¡r,y, .(,jrri,Iiir
rL ¡rxIr¡rrlnito v rxi.rl r¡rrc, (l,rl¡,r.,,1(, ,1
rrrisrrro:r¡,.rr.rr,,
xrriculirrd(,sc dc vrri¡s lirrnras: l¡ nier¡ ¿r qur I:r,r¡;rrici,nr
el crrrr,,lc vrrr ios sigli,s,,r»rr irrrir tIist i¡,Iiluni|, y rcgrrllrrrlo
de la t'ótogralia y cl cine cl el siglo xrx cs la rc:liz¡ción o cl
cl tsr.¡rLrs tlcl (,1)s(,vxd{,. l.,r cintr.r ts, .rsi, para algunos,
curnplimicnro dc un largo desarrollo tecnológico
i,/o ideoló L¡n indicio c,crnplir rlc la narurulcza idcológica rlc la repte-
gico que tLrvo lugar en occidentc y a través del cual la cám¿r¿
scntrción, al cncrLnaL las prcslurciorlcs cpistemológicas tlcl
oscura cvolucionó hasta la cánra¡¡ forográEca. Este esque-
Jrumanismo burgués,. A menudo se co¡renta que el rparato
ma implica que, en cada ctapa dc dicha evolocirín, pcrma,
cinerlrárico, qlre ¡párece entre finxles del siglo xlx y princi-
neccrÍan vigenres los nrismos p¡csupucstos sobre la rclación
pios clcl xx, pcrpctúa, si bicn bajo formas carla vcz m:is difc
dcl observador con el mundo .xrerior. Pod¡íarnos entmer¿r
rcnciadas,la rnisma ideologÍa cic la rcprcscrtación ycl mismo
una docera de libros sobre la historia del cinc o Ia fotografía
suiero trasceldental.
ctr cuyo primcr capitulo aparece el obligado grabrdo dcl si_
Mi intenc;ón en esre capítulo es art;cular el modelo de vi-
Blo r r rr repr+.rr ¡ rrd" u rrr ,.im.rr.r or. rr ra, , on ro .i ,e r r¿r¡ r¡
sió¡ de la c:ir¡¡r a oscu¡a er los padmetros de su cspecilicided
de um espccie dc fórma incipienrc o inal¡grrral dent¡o de una
histórica, parx, a cortituaciól, inclicar cóno csre modclo sc
l:rrga escala evoluriva.
tlermmbó en las clécadas de r8zo y rt33o, duranre las cuales fue
Estos modelos de con¡inuidad han siclo emplcados por
des¡lazado por concepciones radicalnrenre diGrenres sobre la
histotiadores de posiciones políticrs divcrgentcs e, inclLrso,
llituraleza del observador y los lactores constituyentcs de la
¿ntitóric¿s. Los conservatlores ticnden a proponer cl relato
visión. Si, avanzaclo cl siglo xrx, cl cinc o la fotogralia parcccn
dc un progreso siemprc crecicnte hacia la vcrosimilirud tle
slrscitar .onlparaciones fiLmales con la cámara osclrra, no es
la reprcsencaciór; en ósre, la pe¡spccriva rcnacentisra y la Fo,
sino dentro de un entorno sociaL, cultoral y cientíllco en el
tografia se encuadran derrtro de la misura búsqueda dc un
que ya había teoido lug:rr ún¡ pofund¡ rúptrrra con las co¡r-
ecluivalenre roralmc¡re objerivo de la «visión narural,,. F.n
,li, ron..,l. ,i.r"rr pr.^upu(...¡\ pu, , .r. .li.po,rri,o.
est$ historias dc la cictcia o la cultu¡a, la cámara oscura
sL^ rnuestra como u¡a ctapa del desarrollo de las
ciencirs de
la obscrvaciólr en los siglos xvtr y xvrrr en F.uropa. La acu
Dcsclc hacc al menos clos mil años srbcrnos quc cuando la luz
¡rulación tlc co¡ocimientos acerca de ia luz, las lentes y el
pasa a trlv¿s de un pequeño xgujcro x un intcrior ccrraclo y
ojo se convierren en plrre de una sccuencia progrcsiva dc
,". u,.. .,, 1., parcd ,' 1,, oq,,eJrd rp.'r., e ,,nr in,.,ge,,
dcscul¡¡imientos y logros quc se dirigen hacia un csrudio y "puc.,¿
invertida. Pensadores ran dist¡ntes eorre sí como Fluclides.
represcnració[ cada vez m:is exactos del mundo fisico. Enrre
Aristóteles, Al-ll¡zen, Roger Racon, Leonardo y l(cplcr rc-
Ios acontecim¡entos que suelen tlestacarse en csta secuenci¡
I pararon cn cstc fcnómcno y cspccularon dc varias f-ormas 1a
figural la invención dc la perspecriva lineal en el sigto xv, la
rrrcd a cn quc scria o lo alálogo a la vnión humanr. Lr
c¿rrera rlc Galilco, la ob¡¿ inducriva de Ncwton y la apari_
laLga historia de esras observaciones aún esrá por escr;birse, y
ción del empirislro británico.
excede los propósircs y el limit¡do alc¡¡ce de este capitulo.
Por su palte, los histotiadores radic¿lcs suelcn considerar
Ils importantc, no obstantc, ¿istinliuir cntrc cl hccho cm-
a la cámara oscufa y el cine estrech¿mence vinculaclos a un
pÍLico perdurable que pelmite ral fórma de producir ináge-

48
49
rrcs y .,irrlrr,r ,,s,,¡r:r crr r.r¡r,¡,r,rcf,,rr,¡.r»rsrrui,l¡, l¡isr,i,i
l,r
( inrur(. lin cl¡( ro, h liru,rrrr riscrrlul, cru si¡rrplcrntntc unr

rrrit¡rrin,r incrrc y ncutr'.rl o un conjunrc clc pLcmisas tóclic¿rs


n Loc. drs y mc¡)rldxs .or1 los :rÁos; al coltrario, cstabr ins
.rit;r €n un, ordenación más ampliavdensa del conocirnienro
v dc,l sujeto observador. En térm;nos históricos, debemos re-
conoccr t¡uc, tlurantc cc¡ca ¿c doscicntos años, desrlc linales
del siglo xvr y hasra las postrimerías del xvlr, los principios
."r nr, rrrr.rle, ¡ ;¡,r i, ns de la, :marr o\. ur., .e. nri,rB¿ron en
run paradigm:r dominante a rravés del que fireron descri¡os el
tstatus y las posibilidadcs clcl obscrvador. Sulrrayo c¡re cstc
paradigma era domnrantc aunquc, obviamente, ¡o cxclusivo.
l)rrrante los si[llos xvlr y xvrll Ia cámara oscura lue, ;ndis-
cutiblcmenrc, cl modelo mis ut;l;7ado para explicar la visión
hurnana y para rcplescntar la relaciófl del sujero perceptor
v la posición cle rn
sujeto cognosccntc rcspccto dcl mundo
cxrerno. F.ste problemático objero era mucho más que un
simplc dispositivo óptico. Durante más de doscrerrtos ¡ños
pervivió corno metáfom 61osó6cr, como mtxlclo tlc la cior-
cia de la óptica fisica, y tarnbión corno apanto técnico rsxdo
cn gran cant;&d de ac¡ividades crrl¡urales.' l)Lrrante dos si-
glos permitió explicer, tanto p¿r¡ el pe¡rsrmiento racion¡lis
rx como pxra cl crnpirista, cómo la obscrvación conclucc a
Je,1,,,. io,,e, ven¿i. r, ,"hre el n ,rd", al rnisnro rierrr¡,o. err
Lrnro cpe objeto marerial, ese modelo era Lrn medio anrylia-
r cÍte r¡tiliz¡do para observar el mundo visjble, un iosrru-

L¡ eitens¡ lird¡tur¡ sobr.l¡ cir¡¡¡¡ oscur¡ cs rcsu¡ri.h.¡ S.h¡rl


',. ) a'üori,g. r,,\. I J,.dio.t.rrr.,1,.9,,.',,o .,n1.io,.,
t Cán:ra oscura portátil. Mediados dcl siglo xxtn. c¡ cs¡as obr¡s son MoriiT vo¡ Rohr, Z7r ¡i¿,rkhng do dankeln
t{annrr (t\erlín, er) y lohn l. tt.ñmond, /he C¿"úrn Ob,1tú: A
(--r&,n L (llrisrol, re8r. Pari infam¡.ión v.lnN3 a.e..a de los u«x
de l¡ cám¡¡a oscur¡ en el siglo xvrr, vid. lritsche, r916:,t8'rr.1, r
Cn»efii, r,)s.J. ti¡¡e l.x ¡rabaios «¡h,e el u¡¡ artistico de la cá,¡¡ra
oscura en ei siglo xvrr se encuenran: Sevmour 196.+: lzltlri
Fink,
¡97r:491-tot.i Malo, r9t6: I' z6: Schwarz. 1966: ¡7o¡8o; \l¡hee-
lo.k, r977j Znñer, r98o: 49, 126.

5o tf
nrcr¡1o Jc crr.r(r¡irriulo p(,lnrlxr, invcsrigrrtirlrr ricrrr íli..r v 1.,,.,(r(risri(rs lrrr,l,r,r,,rr.¡l,r,lc Lr .,irrlu,r r,'tr¡r,r iIr¡,¡t,'
¡rñcricr artística. Si el fu¡cionrmicn«¡ fi¡n¡rrl de 1¡ cri¡¡¡,u,r r,"l.r cs,r ,r¡rx,r. l.:rs ¡cl;rti,,rrLs firrr.rlcs consrituic[s por l,r
oscura en rento csqLrenr¿ alrsrmcro se h¡ mantenido cons¡rn- .,,t' , '1t,)1 1.¡./ t. ,r,., y ¡ ¡r ', v. /
te, la lirnción dcl dispositivo o de Ia met:ifora ha fluctuatlo rclruh,i(LL¿ y rrnifbrm ad, indcpcndiencemente de Ia hctc
decisiva¡ncntc denrro dc ul canrpo social o discurs¡,o cl¡cri, rl,gurc a¿ o ¡c h ntrh relación t¡uc guarden entre sí los lu-
vos. [,] dcstilo del paradigma cámara oscura drrranre elsiglo
,t.rrcs de esos cnunci.rdos.
xrx consrirlLye un buen ejemplo de esto.. En los rertos tlc No es mi inrerción sugerir, no obstante, quc la cimalr
Malx, Bergson, Freud y otros, el mismo apararo que url sielo ,rscum nrvjeru sólo una iclentidatl cliscursiva. Si podemos dc
anres había sido hgar dc l¿ vcrdad se co¡visre en r¡¡otlclo de signa a en térmi,ros de enulciaclos, c¿da uno de esros crlrn
procedimicntos y fuerzas que ocLrLtan, invierten y mistilic¿n .ir¿os xparcce necesariamente ligado a sujetos, prácricas e
esa vcrdad.r irrsrirrciones- Quizás el obstáculo más importante p:rra l¿
Asi pues, ¿qué rr e perrnitc sugerir quc cl estarus dc la cá- .omprensión de Lr cámam oscur¡, o de cualqlrier aparato óp-
n1ara oscula mantiene una coherencia común dür¡nte los si, tico, sca la idea de que tanto dispositivo óptico corno obscr
glos xvrr y xvrr y proponer esta amplia extensión remporal so¡ dos c¡t;dades diFerencixdxs, quc la identidad del
como unidad? I-a comtiruc;ó¡ fisica y o¡erativa de la cárna
"rdor
observador cxistc independienternelte dcl tlispositivo óptico,
r¿ oscura expcrimenró, sin cluda, co¡tinuas modif.icaciones rl cual no es más quc un iÍstrumento té.nico físico. Lo tpe
dluanre cstc período.a Los primeros disposirivos portáriles, ronstituye la cámara oscura cs precisameote su identidatl
por ejemplo, se empczaron a usar hacia 165o, y hacia lina rnúltiplc, su cstatuto «mixto» como ligura epistemológica
les clcl sielo xvrrr los modelrs cran cad¡ vcz más pequcíros. denrro de ul odcn tliscursrlo / como objeto dcnt¡o de una
Y, obviameotc, cl amplio rbanico de pr:icticas sociales y rc- disposición cle prácticas crllrur¿les-t La cámara oscura es lo
presentacionales asociadas al insrrL¡ocnto ñreron mudando que Cilles Deleuze llamaria un dgenciamient:o, algo quc cs,
considerablemen¡e a 1o largo de cstos dos siglos. Sin errbar .: l.r.,z, irr.<p.'rahlenrenre. púr unr p,,re. JgFn.irrnienro
go, a pcsar de la rnuldplic ¡d tlc sus m.r¡ifcstaciones localcs, maqunrico ¡ por otr¡ parte, un agenciamic[to de errLrncia-
rr.ul,., .'r-orrlrn¿ri¡ h,urr.i.re,rci.r,tu, rnJnriene,r . h rr:r. r:ión,, un objeco acerca rlcl cual se dice algo ¡ a la vcz, un ot¡-
jr,to que es usado.o Lugar eü el cu¡l una f¡rmación discursna
Cl. en'li¡rb¿r,,¡., 1962: esp. §4 rt8, ¡ol-¿o8, c¡ gue trcloDc ¡ lr sc cntrccruza con prácticas rnatcrialcs, la crimara oscura ro
.:ih r.¡ oscu r¡ .onx, u. con.cp b .omple¡¡n.lLc ¡l,isóico ligrdo
puede ser rcclucida a un objeto recnológico ni discursivor era
¡ t.orírs d. ,.pr.se¡ta.ión rcp¡.se¡¡Íi\"s o d. copitr ¿esdc li ¿nri
gii«l¡J h,sra L¡ ¡.ruali¿id. Un rtcbate igualmcntc rhisnj.ico dc l¿ una coorpleja amalgama social cuya existencia como 6gura
. ,,,,. . ,,r .r- ., io,Jú , ,, , ,¡'t.,,'. ) t. L' .,'. tcxru:rl no podía separarse ¿c slrs usos maquinicos.
n¡ s. c¡.rcn¡ra e¡ D¿nLo, q-l8.
Marx, r97o:.17; Ilergson, 1988: fp. j719i Ire , ,9rr: t7,1 t7r. Lr l,o que esto implica es quc dcbcmos lil¡erar a la cáuara os
nocióf hcgelianr dcl (nur o invdrido» (¿zl1ll,¡¿ W.r) .s.tucirt
paralasrccusacn,nespostc¡n¡resal n,odclodel¡cánrar¡oscurar vid. .l is dis¡in.n,nes .on l¡s q!..¡rpic,a el método mare¡i¿list¡, dis
Ilegel, 116;: 2ol-¿o7. Vid. L¡¡¡bi¿n Kofimn, 1971: I,rnlcy, Berge cririnatlor el pri¡cipio, son disrinciones denúo de erc objc
descLe
úone¡¡1..1976: l-,o,yMiL.!ell,'986r 16o,o8. to altamente mezclado, y no pucde presentar at ol,jtro.ouo ¡o
Pm de¡¿llcs r(ú.a de disri¡ros nn)delos du¡xme este pcriodo, vid., mezclado o no suficic¡tcrn.¡rc .ririco., (Benjamid, 1971: roil.)
f or.icn,pl.. Ciior.fli,,9r:, j-r"tr. t)eletrze I a;u¡rr¿rl, rr87r 5o4.

i¿ t:l
rrl,rrr¡rrrrrrrorrer .l ilrrto r orrsrir rriiIr ¡r,,r l,r .,irrrrrlr v
.r11rr, irrrrr
rlcrnrrnb,r y l,r L.irrr:rrr lix,,grilic,r t convicrtc cn Lrrr otrjero
rlisnnil, situ.rdo cr¡ nreclio dc um rcd de enunciados y prácti'
c¡s rrclicalmcntc dilirenre.
Corno era de suponer, los historiaclores clel arte ticndcn a
intcrcsarse por los objctos arrisricos, y la m¡yr¡ría se ha ocu
pado dc la crlrnara oscura cn fr¡nción clel modo en que ésta
ha podido dctcminar la estructura de las Pinrurns o los gra-
bados. Muchos:rnálisis de la cámare oscura, en corcrcto los
rclativos al siglo xvur, propenden a considerar exciusivamen-
C:¡n3 ras oscuris. McJiidos dcl siglo ¡vxr. re slr uso co¡no instrlrmcnto Para coPi y cofio auxilio en lx
cleaciól rlt pintrrras por Paftc de los ardsras. A menuclo se
cur¡ dc h lógica evolucionisra y cl dererminisrno tcclológico presrLme que cstos ¿rtistas rrabajaban con un srcc¿áneo de
central en mr¡chas jnvcsrigxciores históricm inl1u1.entcs, que lo que querial rcalmcnte, y que aParcccri¿ Pronto, r srbcr: l¡
la rrbican como p¡eclrrsorir o acorltecinrie¡to inaugtrral de cámam focogLá6ca.' Este enlbque irnpone todo un conjunto
una genealogía quc desemboca err cl n¡cioienro tlc la fbto .1e supucstts prop;os clcl siglo xx, en particular una lógi.a
grrf r. t irrn,lo dc ¡rrcru., Irrlcu¡e. tr. nrrluirrr. son $
¡rroductivista, sobre tn dispositivo cLrya fiLnciól principal za
cialcs anres tie ser técnicas,.¡ Obviamcnre, la fotogralia con, crx crear ;rnágencs. Copiar con la cámara oscura dccir,
teba con ft¡ndarr¡entos récricos y mareriales, rrazar y hacer pennancntc li imagen- no c¡¡ sino sólo uno
-cs
I los ¡:rinci¡rios
cstructuralcs de ¡mbos disposirivos no dejan de de sus nur¡erosos usos, c inclmo hacia mccii.rdos del siglo
fju¡r¿ar (Lna
clara ¡elación. Sin embaryo, sostcneo r¡rc la cámara osculr \ \ r ll d. ru ,1,' \, de',,..d. .n , rr i.r' ,le* ri¡r iorr.. im¡orrr n'
v la cámara fotográfica, en tarto agcnciamientos, prícticas tes. El ar¡ículo clcdic¿do a la.cáma¡a oscrLra, en la Izr¡rla-
y objetos sociales, pcrteneccn a dos ordenar:iones difcren¡es p¿¿iq pot ejen\plo, cnumera srs Lrsos cD este orden: "r\rroja
tlc la reprcsent:rciól y el observ.rdor, así como de la relación
dcl ol¡servador con lo visible. Hacia principios dcl siglo xrx AftÑr K. wheelock planrc¡ que h "vetosinllitud, de l¡ cin rr
oscura satlslizo los nnpulsos nitlLr"list¿s dc los Pin¡(res llamsrcos
la cámara oscura ya no es sinónimo dc producción clc ver, Ltcl siglo rvr,.lue cncontr¡ban h petspc.ti!¡ dcmasiado mec:i¡tic¡
L] ,J nr rrr,.r po.i.;on de ol*,.r v¿, ion q,re v al¡s¡¿ctr. "Pa¡r Los artist¡s hola¡d*es, ¿l¡sor¡os en la explotu.ióD
|e¡ In irJ r,r ¡ \ i\ion ,l.l"",r¿,,,tr. l . ro.l..,l-.i I'
vcridic¡. La regularidad de rales clu¡ciados se ¡rrerrlLrnpc
nr.c,, l. ¡,r"r.¡r, l.l-,.,,,,'."Pi ,r.,r.'
(Wheel¡ck, ¡qzz¡: ,l-,o,). A l¡ vez quc profone la pful,Lenática
il. ' .r ,. {,,'.,1r.'
"')., t..,..t,i r.t.i..,,,.,1.
..r.li. ta,rc".l, I.., i,"i'o,,,J,{.,.
l. t,,.,..
*,,',,..,,u1, -u,J,r
no.nh dc (¡. pin nn a . ver.l¡.lc¡amcn¡e nitural,,, §'h.cloch.!¡nle
(lue cl rlisposirivo permiríe ú¡a prcsen¡acnin neutrel y aproblenrá-
ló,,r,r.,,,.n,h. u,,. \.,..,,.,.,.,1.,,. J, L ro,,,r,,.,t.,, .. tic¿ cle l¡.rc¿ljdad, visual. Pcrfila un p«,cev, rle cambio cstilístico
n|,., ..,, o..l ¡. L.n..u .,.,,i',u J. -.',ri.t"..,,,.orprr., o,, t,. (sisuicndo .parenreme¡re x Gonbrich) en el.uxl.l úso de li.ámr
,,\..J-,,1,:,ni.,,J,.,...,,j,.,.r 1., t,,,..r,,n i. \ .t.. p,,, rr os.úr¿ inrcracrurba con p¡á.ticas y e{lued,¿s rr¡dicionales Parr
ec,,,pl,. r,,. ,.lni, .,".: .,.,.. N.uh,ll. ,,.4: . r,.".t.,.,, r,r,: p«xlLrcir imágenes mis re¡list¿s. Yid. WLe.lo.li, D77bi,6f¡&1.
'. 17
l6Jz; y s.h$,¡rz, r98t: 97 Sv.d¿¡¡ r¡nrbié¡ ¡linna que la cinura oscrr. !¡¡lso un¿
^lp.rs
nD¿g.¡ nrás veraz ( Lpcrs, ,981: l¡-lt).

t4
''
,rbuncl,¡nrc luz v,l,re l.r r:rntrl,z:r rlt Ir visl;rrr t)r,)tn,Lr,,,.¡ , ,r.r rrrrrr, ,r ll,11.rrí.r .r ,r rr¡r,rr rrrlr ¡r,sit irir ilist rrrsi
,i,¡r.u.r r*r
e1'.r r.r. rrl","rv,,"¡,,, rri,1,,. . r,, 1,¡'u ¡',. !,,r., rl,.¡r-,' r.r ¡¡sri.i,rl cIciriv.¡.lesJ. l,r,¡rx,,lrrr,"l.l,,tl,,rrrirrrntct¡rche
'rrr
¡es que secmcja[ Perfecl.rmentc x sus obicl(,si rcl)rcstr)tir vcrriil,, clclinc,rrrtir lqLrí puclicra cocsrionarse.
los colores y los noviDie¡ros de los objcros mejor de lo quc nrismo ticrrpo, clcbcrnos lxocural no conlundir los
cualqúier otra chse ¿c rcpresenhción pucda hacerlo., Sólo
^l y elictos de la cánurx oscllra con las técnic¿s de
'iunificrdos
nri' ¡.['l¿nre ipLrnr.r qrc pur nleJio de e.¡e irtrrrrrmcntn l:r pclspcctiva lineal. Obvia¡rente, las dos están relacionad¿s,
alguien quc no sept dibujar puctlc, no obstante, hacerlo con ¡c,o debe subftyarse qu.: la clm¿ra oscura define la posición
cxitctirud extrena.»'" Las descripcioDcs no inst¡umenrales ¿c ,lc u¡ observador interiorizado rcspecto del mundo externo,
la cámara oscura cran lleneralizadas, y lx resaLt¿ban como 1 no simplemenrc una represenración bid;mensional,
como es
dclnostmción autosuEcicnte de su propio funcion¿miento rl caso cle la perspcctiva. Por ranro, la cánr.rra oscura se con_
¡ por analogía, del de la visión hu¡r¿na. Para aqtéllos qrre vir:rte en sinónimo de un tipo de sujcto efecto rnás amplio,
corn¡lendieran sus bases ópticas, h cárnxra oscrra ofrccía cl quc exce.le la rclación de tn obserr'¿dor con un determinado
cspcctriculo del firncionamiento de i:r ¡eprcscDt¡ción oPeran- ploccdimiento de crc:rción de imágenes. Muchas descripcio-
do tlc fo.m¡ totalmenrc rransparente! v para aqucllos rlLre las rres conrcmporáneas dc l¿ cáInara oscurl distingucn como

ignoraran, la cámara les proporciootba los place¡cs clc la ilu- r:rsgo más cxtraordirario srr representación del movimicnto
,icin. \in enrbr rgo. igrul rlue L p,'r .pr, r iva L,,nrerr i, rn \,¡ in l.os ot¡servadorcs coment;rrorr a menu¿o con asornbro que
tcrior Jas pelturbacloras posibilidades dc la anarnorfirsis, ram- hs parpadeanres imágenes proycctadrs en el intc¡ior de la
bién h vcr.rcidad de Ia cárnara oscur¡ esraha amcrazada Por ciimara (viandantes en movimiento, hojas que se rnovian al
sr proxirnidad a las técnicas tle la prcstid igitación ,v h ihrsnin. vicr-rto. etc.) patccían más r,calist¡s o na¡urales clue los objctos
I;r lintema mágice, desarrollada ¡,aralelarnente a la cáma¡a odgir¡les." Las djlerencias fcnomenológicas en(re la exPc
oscur¿, tuvo la capacidad de apropiarsc dc la estrucmra dc riencia de una construcción perspcctiv.r y la proyccción de la
esra irltima y subverrir su luncionamienro, imprcgnando su cimara oscura no sor, Pues, sluiera comparables. Lo hrn-
inrerior dc imágenes reflejadas y provectadas mediantc el uso clamental en la cámara oscur:r es Ia relación que Promucvc
tle luz artiEcial. No olrst¿nte, esrc contra-des¡rliegue dc la cltrc el observador y la ¡l;mitadx c irrdif¡rerciada exrensión
clel rnundo exterior, y el modo en que str apararo electú¿ un
L .ylo!¿di¿, t7t1: 6r-61. Antes e¡.1rnismo siglo xvxt.Ioh¡ Ha-
ris no nc¡cio¡a s¡ uso por p¡r1. dc los ¡rrisras ni k posibilldad .ore lrcrodi.u o urr¡ ,l,lrnrir¡, iorr cn,^¡ erre,r'i,in. Pcrnri'
de resisrr¿r hs ioáscnes proyrctadrs. Er carnbio, subre¡r su cvr'
rúo.omo cntrcre¡inriento popular c iiLutracnir rlidácti.r dc los ?
pri¡.ipios dc la visi¿,r (II¡rris, rToa: ¿64-271). \Villirn Mollneur inundibad (i nrt.rio, de l¡ cim¡¡¡ con un rcspl¡¡dor visionl¡io,
ün,po.o ¡r.Dciona ningú¡ so ¡rrisrico del disposniro, pero lo cr'¡l,,nJ. p,r., .rl. ',,i i, r c o. lu ¡¡ii-,, ..1 ',. irr,.
r.l¿clon¡ esre.h¿rne¡te cor la llntema miLgicr y los cosroLamas q..,.pro1.,.,.i-' ),'....e4,,,.,r.'l,r.ir...r lu¡,r.1. l.,r
(Molvneux, ¡q6z: t6 +r). l'.ra un manntrl Prá.rico.cerca deluo ¡tc .od cl ii¡ de simula. ur¿ ilL¡nrinació¡ divnr¡. tir contrasrc con el
l¡ cá m, , a oscura p¡r¿ .rris¡as, vid. Joml.r t, 17»: , l7it6. .onl.'xro conrra, refórnist¡ de hs p.jctic.s de Kit.her. Podemos
ul ribr¡, ¿el s¡.cdotc jesui¡a Ath¿¡asius Kircher (1602 1680) y e$xblccer uni relació¡ ¡nry general dc h cárnara oscur¡ co¡ l¡ in-
N legen¿¡ri¡ rc.nologí. de li linrem¡ ¡úgic. cs un .onúa edp1.o terioridad de u¡tr s )jctilidad moder¡iz¡da y Prorestx¡r.
lu¡d,nkni¡l de 1os slsr.nras ópiicós clisi.os. vi¿- \t\ An /,ng ¿ r V d.. por ryn'¡| , ct '-on¡ c - J. R"L, I 'r,, h
lu.s ¿r lKtr.h¡er, ,646: r7l r84). En lLrg.r del a..eso rr¡¡! r\n.i,h,l ;8 ror ,loh',H , , t.,,.o" t..1'a.,'-üt-tHtnr.t-'):
pr*rc "l"htu¿
dcl observ:dor rl extdior, Kircher .oncebia t¡.¡i.¡s que

ia,
t7
ti(rrrL, rlrrc ¡,rrcrl,r scr visrr sill s.(riti(,ll s,¡ vir.¡li,l.rrl c$,ri,rl. ,,rrr,*, Nrwr,rrr 1, rrrr,,,u,x) er¡.uv.r ¡,1,r,r l,r c,i,¡¡.r,,r
1.,¡Lr',
l¡ero cl ¡¡,ovinricnro y Ia rcrrpor.Llicl,rrl cvitlcnci:¡rlos c¡¡n t,r osr rrr:r rrrr¡ri rrrr Irg:r tlcsr,rc:rtli,. '' M,is.riLi ttc h cucsrión
cámarr oscura ¡rreccdían sionpre al ;rc«r clc lcprcscnr.rción¡ .lc los signific,rJos dcl urrc holendós, cs impor ttnte reconocer
movimicnto y tieüpo podían scr vistos y experimcnrados, cl c¡rtictt¡ tr¿r¡ru¡tit¡n¿l de la vid.r intclccrual y cieoLitica el
pe¡o nuDca reprcsonrados.'l lirropr dtLrante estc pcriotlo ¡ más concretamcrtc, las seme-
O¡ro malcntendido clave en torno a la c:imala oscurx cs j.rnzas lirnlarnenLales quc rclacionttran las descripcioncs dc
qte se trata de un modelo dc visualided cn cier¡o morlo i¡,
trínsecame¡re oórdico,.'+ Svcrlana Alpers, en concrero, ha
l.¡..,m¡r,,
"*ur.' rn,ii'rin,¡' ¡,arr,'.1. Lrrrol'r I'rovirrier¡l
óstes rle racionalistas o (nrpi¡ist¿s.''
desatrollado esta posición, al recalcar que las crracrcrístic¿s Aunqte A$ers se ccntrc cn un problema rradicional dc h
errr, r,rle' Je l.' pirrrur.r hol¿rdc'.r,L.l .iplo \vrr ,or i,r.<pJrJ histo¡i:r del ¡rLe (el es¡ilo dclNortc frente la pintura itJiam),
blcs de las cxperiencies que se llcvaron a cabo con la cima¡a ,r lo largo dc su argúntentación plaltca aLgun:rs especulacio-
osctLr¡ cn el Nortc de Europa.'J Sin embargo, su argumenra rcs Dtás generales rclxtiv.¡s :rl fapel hisrórico dc l¡ cím¡ra
ciófl no riene cn cuenra que la nretífora cle la crimara oscura, orurr. Arrrr,lue.,.¡rr Ir" po.l.mo' ,err.,nir ', ,.'2,,,r',,ni nr,'
en tanto figura de la visión hu¡rrna, domin<i cl toda f.uropa en su rotaliclarl, Al¡ers perfila un motlo rJe ver «descLiptivor y
., l. hrgu .1.I sielo rr l. B¡,.ir,lov er, lo, rrrrp,,r.r,rrr,.. rrrurr- enryírico. que coincirle con la expericnci:I de l¡ cámara oscu-
ciados tlc Keplet acerca de la cá¡r¡r:r oscura y h irnagen rc rx, como (1n:1«opción artística» peroranentc ¿cl xltc occiden-
tiniana, Alpers alude a un olrodo dcscli¡rrivo uó¡clico, como trl. oEs una opción o nodo pictórico que ha siclo rctomado
cl umodo kcpleriano,. fero Keplcr (que rerlizó sus estudios cr, ,n",nelr,,..lrt,.,re' v l.or rno,i\".,lrG <tr¡qr r .igrre.irr
ópticos cl la ecléctica y bieo poco nó«lica cuhur¡ visual de ,^r.,, .l'r,, el,qu. rn,'.liJr JcL,erir.on'irlrrarr qu. .u,)'riru
la cortc praguensc de Rodolfo Il) no cra más que uro de los
)-c un desarrollo hist{irico en de si nrismo,.'' La auto¡¿ rfir-
y
destacados pensadores dcl siglo xvrr (junto a Lcibniz, Dcs- ma quc ulos orígenes últimos clc la fotograli; rro residen cn 1a
'', i,, .,. r. i,.,,1. u..i....".. ," ,rt,t,d..i,J Res,hr siia¡ili.¡tivo que A l|ers onrn L¡ dcs.rlp.ión deh visnfi ¡ la
,J, r- J..1,,,1 "te,.of¡ia.h...tr),\rr.\.
t..11 .,1t, ... r^,.,,., t,. cim¿ra oscure llcv¡da ¡ caho pot D.scúcs ct\ !.a dioth¡.tk 11611),
1,.. .,,.,,..i,1,1... r,. 1r.ñ i1,-l erLl. t*r,. .r.nrrr. t,.,r..r,.ror.,rJ Ja{to guc D.s.irrcs vivii; en ILI¡rl¡ cture¡tc más de l,einte 1ios,
L,-r".,.. 't 'r.'l^..1, J.tIlu ¡,..,rr. ..p..,-.u-t^. ," d€ 1628 ¡ 164r, v lnr ru r.ori¡ óptn.i.s(¡1,¡¡ t¡n ,elacnD¡cL¿ co¡
,,'. ¡,. ,t,.c ol. /L-. n. ll- , . ,,. ., d.,.n , - .. ., .-, .,,. h dc Kcplcr. I a emejrnzr .rr. cl observ&nn lepleriaro y cl car
'" Í r me¡u.lo
¡lc¡«,ri¡ v rr¿¡sf<¡rmado¡¿ ¿, ¿1 ,r./,1¿. in.lüvcndo t.si¡no rlcrde 3 rJ.avrr lx to.ión d. .lirrzí regntr,rles.1istntr¡s.
.. ,.n .q,.il.,liJ"J,l.o.. ...-, .t' i. propósiro de Des.artes y Holarda, vid., ¡or eje plo. C. Lolisc
o pnLenrs simplemenre i¡visitrles, ¡siconú áisttrdos d. $,s.ap¿ci ^'nrijssc¡,.l.c.3rtésirniirL. xux l'§s B¡!, (en DijLferl,tris, Iero:
d¿d.s eii.ria¡s par fecrar o dddmiD¿r ¿ su ve, tos .fe.r¡s e; cl r8.t 260). liérar¿ Simo¡ i¡slstc cn qoc la r.1ia7rr;9ra rle Dcscrrtcs 3
cor¡zúr de csros nrnmos pro.esos la .i.¡.ir .te t¡ D¡rurateza hx . J".o, n,. .. t ,"1 "1,..,r.ú,,.i'.J,.'r'l
á .\ l,,i.l..t,r,,,,1 " t.. .,.i,u,1, J. .,r. p,,.,,. t.,,,, r.,., t, ,1..;t,. 'J. h.p'r,''"'.r,,,'i.'
r.'r,',¡,.1o1,.e"., J, lJi,'',ts,','' ', ', '.
'^\.d.'d
4'. n,.u, , n' n " .. ' 't,r,l t\rn, ,1-a.,-¡1. aat (Simon, r97.i).
F]win I'anofiky, s. .c¡r¡ó cn u¡i ctrestión rd¡.io¡¿da. los dif¿-
1,1 Segirn grar canrlded Jc esfecul¡.iones, la cá¡rdá (,s.ur¡ r.¡¡¡ia rcntes usos cLe h pÚspccrira cn el Norte ¡ cL Sur. Snr crnbargo, él
origencs trerliterárcos: hahría sido (.le!.ul,i.rr¡» a..i.lenratüente a^,1. tr ", u rr... " .p,
', . .'' - r.,,t'.
oB¡do l¡ luz brill¡¡re del sol cntraLa a través de unr ¡equcrie aber com,in, .omo sir.m¿ -! ré.nic¡, es mu.ho ¡ñs inporta¡re que !$
",
idbsinc,rsirs rcgio¡¡lcs. (l'anofskv, r9,4 25).
Alpers, 198l: p- 2,1.1, ¡. j7

ifl i9
invcncn;¡¡ rlc l,r ¡cr¡xtrivrr crr cl sigIr xv, si¡,¡, rrr,í. bitrr c¡¡ r rirr rrrl), srr¡r'rior. lrur l,r irrr¡rrrr:rrrt irr tlc I )t.ll:r l'o,r.r rcsnlc
el al¡crnativo modo picrórico rlel Nonc. ll,ri,, csrc ptrnto dc r,rrrr,, cn i l rr¡rbrrrl irrrt.lLr:r rrll Lrl cl grrc sc irrsrr trr como cn cl
vista, sc podría decir que la imagen fbrográ6r:a, tl ¡rtc .lc tlcs r.,,"t,,, r, .¡rr, org.,nr/J, iol
cribir holandés, ¡.. la piltura inrpresionista son todos ejcm i s:rbcr v cld ver qLre socavarri 1.r cienci¡ clcl I{cnacimiento
plos de esta opción artísr;ca constante en el art€ occidental».'' cjcnrplific,tla cn la mlvor partc dc su trabajo."
Mi propósiro, al contrario, es proponcr que lo q:ue !(Pllru L,r rnagia natural de Della Porra era une concepción del
^l¡
fbrografía de la perspectiva y de Ia cámam oscura es rnucho ¡rundo en su unidad lundamentaly u medio dr obscrvnr
más signiEcativo que lo qre ticneo en comirn. rsrl u¡idad: uF.stamos convencicios dc quc poclcmos cono-
Mieltras quc mi ;rnálisis dc la cámara oscura cstá bisado .c¡ l:rs cosas secretas ncdiantc la coltcrnplaciór del mundo
cn los conceptos tle continaidad y dlferen,:ia, l\lpcts, como en sr¡ totaliclacl, a sabcr, cl movnnienro, el esrilo y la lbrma
nuclros otros, plantea n ociorrcs de continui..lad en st bosque- ,l.lnrlsrr".. Irr nrra¡'arre. l ,ellJ l'orr¡ in'i,re en ,Ir( uno
jo de lrx orígcnes de la fotografi;1. y de identidal en su idca tlcbe r¡rirar los Gnórnenos con los ojos dc ul lincc, dc forma
de un observaclor apriorístico quc tiene acceso pclm¿nente a tl qrre, complctacla la obsc¡vación, uno pueda ern¡ezar a
estas opciores visualcs, llotanres y tmnshir'Ári..§ '" Pctó si mx¡1ipularlos,,.., el observador se esliLerz¡, en últim.r
esras opcrones fieran (constantes,, el observador en cucstión ^qui, el entendinrien¡o de un lenguajc uni
instancia, en conseeuir
escaparia c{c las condicioncs materiales e históricas especiE vc¡sal de simbolos v anirlogías que puedlln cmplcarsc para
cas de la visión. Al revesri¡se dc las consabidas polaridades rlirigir y aprovcchar las fuc¡zas cle la naturaleza. Pero, según
estilísticas, ral i gumcnto corre el ricsgo de convcrti$e en Michcl Foucault, Della Porta imaginaba un mondo err que
una srerte de neo-wólfEinismo. «rclas las cosas eran con!;gu¿s. unidxs e¡rtre si en catlen¿:
Las dcscripciones al uso de la cámara oscur¡ suelen haccr
rutinarianentc algrrna melción especial al sabio napolita-
no Giovanni Bartista dell¿ Porra, identifrcándolo a mcnudo Ios unos r los oÚos, La planta !e co¡iuni.a.on el rnimal, el
¡on¡o ¡¡no de srls inventorcs.'' Nunca conoceremos col ab- ¿¡irnal con el mar, el ho,¡b,e «» rodo lo quc lc ,odc.... L¡
soluta certcza estos detalles, pcro sí contarnos con su descrip reh.ión de enrulación pertrri¡c ¿ l¡s cos¿s irnlt¡rs. cnire si Je
ción de la ci¡ar¿ oscura, quc cscrilrió en su ampliarnence .,r
^,,na¡ct,r..,.o, o,,,,t,.J,pi..,...,,.,, (,p-j,,
lxklo Magia Naturalis Lle r5i8, en cl cual explica el uso de un cl ¡mdo ¡l¡olc l¡ dist¿¡ci¿ qtre le es t Íi,pi¡! de e§: m¿ner¡,
espéctlo cóncavo para cvitar que la iuragen proyectada ap:r- supcn el lugar rsignaJo a cad3 .os.. l']ero ¿cuálcs dc csras

¡eciera invertidn. Iln la segunda edición de 1589, Della l'orta imágenes que recore¡ clesp¡cioso¡ l¿s i¡rí9.¡.s orign,¡ies?
dctalla el modo cn que una lentc cóflcav¿ Puede situarse en ¿{irálcs la rcalidad vcuál L¡ prorc.ción?"
¿
la apertura de la cámara prra ploducir rrna imagen dc resoltL_

r9 A\,eñ, re8t: p. ,aa, n. ]7. ¿z Della l']or¡. rs idcnrific¿do cono un .,prc rnorlcno, en Lenoble,
20 Para uD ihporr¡nrc deb¡te acerca d.l¡
identi¿al y le difetencia en
las expli.¡cio¡cs hiróricas, Vid. ¡'rcd.ic Jmeñ,n.
"Maüis¡
an.L ¡l Delli I']or!, ,ó18: ,t.
Hisntricirn, (c¡JaNeson, 1988: r.18j77). ¡l Ci¡. en Ci,in, 1965: r9o.
zr ViJ. Gliozzi,19rz. ¿t Iou.rult. ¡971: r8r9.

6o 6t
lrsrc crrrrcl:rz¡,sr,I l,r r¡,rrrrrrlcz,r y srr rr¡,rcscrrrlirirr, csr.r lr,ll,r l',,,r.r,1< il,1,.r,l:rs ¡r»rcriorcs, h.:irrrlrl
r»(rrru l)t¡r..ix
irxlistinción cn¡c l.r rcalict,rcl y su pIr)yc..nirr. scr:i irl¡,li,l:, I'ror)r(1(r ,r, irsru¡¡¡clro ilc ol;scrvlci¡nr plivilcg;arlo
y sin
por la c:ímara oscura, y en su lugrr insrituiri urr rógiorcn <tp riv:rl quc st .rlc.rnz,rr írr finah¡crrre I ct¡st¡ de haccr airicos la
tico quc s(pamrá y disthguirá a priori h ;rn¡gen dcl olrjcto." .rnlligilidr(l rcnaccrtista eDtre el cognoscente y Jo conocido.
Dc hccho, h clescripción qrre DeLla Porta hacc rlc h cámara A ¡aniL tlc finalcs del siglo xvr, h 6gura dc l¡ cárna¡a
oscura iue un elemento cl:rvc cn l¿ tbrmulación reórica de oscura empi€zn x ¿sr.rmir una imPortancia suPerior cn l¡ de-
la imagerr retiniana clc Kcplcr." !,Lnst Cassirer sirúr ¡ Delle lirniración y de6nición dc l¡s relacio¡es erltlc el observador
Porta cn la tratlición renacenrisra de lo rlágico, en la cual y cl mLrndo. Durante varias rlécadas, la cámara oscura tleia
cortcmPlar un objcto dc ser uno de unros instrumcntos u opciones visrrales para
conver(irse crl el lugxr obligatlo desde el que podcr concebir
signifi.¡ co¡vc,ti6c.! !¡o co¡ é1. Pc¡o estr u¡icl¡d srtlo es r) reprcsentar Lr visión. Ior encima de ¡odo' esro indic¿ la
posiblcsicl suj.ro rd ol,jetu. el.oDo.e¿o, rlo.onocido, so,1 aprriciór cle tLn nucvo moclclo de subjctividad' la hegernonía
dc l¡ ¡rismr ¡rnL¡rlezar ésos debe¡ ser nicmb'!s yp¡ .s.lc clc un nuevo suiero-efecto. Er Pri¡rer lugar' la cámlra oscurx
.,n.r.1,,,., .'tle..'' realiza una opcración clc indivitlLración: en cl in¡erior cle sr.rs
".,11'''p'. pi,,,..,'.. r,e' ( .r' i.r rnPnr( fur 'rr
riales ün 1.n, de fi¡sión r rc(¡ili.¿ci¿D.'¡ ,
", uro. .o r hnc', Jetin. .rl ,,1""n,.1.,'
risl:unicnto, reclr.rsión 1' autonomia. Impulsa una stertc de
P:rre la magia n:rtural de l)ella Porta, el uso de la cámara /ff.zrj o retirada del mundo, con el 6[ de regular y puriEcar
oscura era simplernente rlno de los distintos rnótodos que la rclación dc L¡no con los rnúltiples coltcnidos dcl, ahora,
permitian el observador conccntrxsc dc rnanera más ptena rnrrndo ocxterio¡,. Asi, la cá¡raLa oscura es inseparablc de
en uo objeto conc¡eto! to tcnia plioriclad exclusive en ¡anto cierta mctafísica clc la intcrioridad; cs una 6gum tanto del
q1¡e lug¡¡ o motlo dc observación. Pelo para los ler:to«'s dc observador', que es nominalmc¡te un intlividuo libre y sobc
rano, conro ¿c un sLrjcto privarizado y rcducido en un espa-
S.Á¡l.mos Li n¡diferen.ir Je Delh |dJa ha.i¡ cl esr¡rús rc¿l o ilu
sorio d.lo qú. s. h¡(e visible co¡ la.jnü,: oscura:.Nada pucdc scL cio ctasi doméstico, separadc, del mundo pirblico ertcrior."
rnris agraLüb1c, púa los gL"¡.les hombres, los enlli¡os y las pcrso (Jecques Lactn ha comentado c¡re el obispo Berkcley y otros
nas ingeniosas, qu. co¡r.trrpl¡r qu.. cn u¡r (l:inrtrn (\curi ll)a,k
cscril¡ieron sobre las representaciones visü¿les como s; éstas
Chrmbúl $b¡e sáb¿n¡s bhocrs, uro puerla vu cl*a y oítiJ:nren-
te, .omo siesruvicr¡n anrc sus ojos, Cr.üi¡s, B 1!ud*, tr,érci¡os fircran una propiedad priv.rda.)i" Al mismo tiempo, otr¿ f¡n-
dkmigo!,luesos r rodo lo quc úno dcs.e. iltrc hrv¡ lcne ¡ ev ción dc l¿ cárnara oscura, cmparentnda e iSralmenre dccisjva,
C:inan, en h qüe des.as rcprcscntar csres cosas, alqure Llanurr
cst,¿.i{xa en la.lue fued. ser ilunio¡do librc¡r.¡rc por cl r,1: si
consistió cn cercennr el acto rlc la visión respectt, del cucrpo
sobre elh .ol,).as árboles en alrdc¡, .si .omo Bosqúcs. Mo¡r¿i,as, fisico del obscrvador': cn descorPoreiz lx visión. La cámara
Rios y rt¡irn¡l.s quc lo sean rerlmente o crerdos ¡or cl Anc, oscur¿ autentifica y lcgitima el punto dc vista rnon:idico dcl
dc Midcr. o.ú¡lqL,iú otra hrterir... l(x (lue erén en la a]ám¡..
yerán Arbd.s, A¡nMl*, (l¡zacLores, Ca¡as, et.. .on r"l cl¡ridad indivitluo, pero la expericncia física y sensorial delobsc¡vadoL
que no pod.án dlsri¡guir si sor vc¡cL¿rle¡,s o ilusn¡nes: lis Hspad¡s
dibu,ad¡s briil¡riin cn cl rg(j.ro,. (Della Porta, 1618: 164-165). I ,.,rr I . J. .,,ib'r:pJ o'i,,Ji\'J,,o ,rJ"¡" ,rrrfi' rlm'r.r.
-'-
'.1.. ,,1.1,.., 14 .'..,r_.n'r,' ohr'rrr' io
Acerc! ¡e l¡ ioflu.D.ie dc D.ll¿ Port¿ «lre Kepler vi¿. l-indberg, ,l ,lr.,r,,,j,r,sr\r
ridarlv priretización serual e¡ .l siglo xv! cn l]3rker. 1984: PP. e 6r'
rS C¿ssúer, re-2: p. ¡.9. Mjs soLrrc Dcll. Po¡tr.¡ Ri.nsrr¡. re6].

6l
L,r 1,,,., ,\r.,,ri., ,,,,,r ,^,,I l.r,l ,l),¡ 1,¡. r¡ \i.rl
r,,,r,l,,rrL,,[ ,ln(xin].,,1.,,,tri,r( rrnr rcrcr.r ¡.r:tr Jc un:
¡|lg&h rlr rrLhorr prrct(. ,, tn clpostigo dc unr vcntana,
.olo(t!¿ trn prisnr¡ dc ! rio, i (r.v¿s drlcualcl r.Io dc l¡ luz
Llcl sol, qoc cnnaba por aqucl rgrjcro, podia scr rcfractrdo
hacir r¡¡it¡re¡ di¡ección rl muro opuesto rle lacámaray, allí,
fi»nrar un: inragen coloreada delsol.''

l.r.r.ririJ.rJ inr.r,¡rc l\rurol Jcrrihe en ¡,rirncra p,'r'ona


no aludc al funcionanicnto tlc su propia visiót, sino más
bien al cle un insrrumento de representación transparente
Cii¡nar¡ os.ú¡x. r646 y refractivo, Newton es menos el obse¡vador que el org¿ni
zaclo¡, cl montado¡ cle un aparato tlc cuyo ftrncionarnictto
es suphntxd.r por las rclaciones entre un apatato mecánico y cfictivo es¡á físicamente diferenciado. Aunque el aparato en
un muldo preexistenre objetivirmente vcrrlaclero. Nietzschc cuestión no es1 estrictamerte, una cámara oscura (un pris-
resumiría así cste modo ¿e pcnsrr: .Los scntidos engailan, rna sustituye a la lente pl¿n¿ o eL estenopo), su estructur¡
la tazón corrigc los errores; en co[sccuencial se concluyó, la cs fundamcntalmentc la misma: la rcprcscntación dc un fi-

razón es el camiro hacia lo consrantci l:rs ideas rnenos se¡- nómcno exterior acontece en el inrerior de los límires rec¡i-
suales dcbc¡ ser más cetcanas al 'mturdo vcrdadero'- lls de los Iineos de u¡a habiración oscural un¿ cá¡rara o, en prlabras
sentidos clc clonde provielc ia mayor partc rlc las desgracias de l.ocke, un «ftabioete vecío».rjF-l plano bidimensionel en
éstos son e[gaírosos, ilusorios, dcstructores.»]' cl cu¡l h imagen dc ufl cxte¡ior sc preseflta a si misma no
Entre los conocidos textos en qlrc cncontramos la imagen subsistc sino por su rclación especílica de distarcia con una
de h cámara oscuray dc su sujero intcrioriztdo v clcscor aperrura en la pared o¡uesta. l)ero entre estos dos lugares
ó¡daz de Newrol lr7ol) y el Ensalo
poreizacio sc lrallan la (rn punto y un pla¡o) existe u espacro de extensrón inde
sobre rl ¿nt¿nlimiento humant, ,le I ocke (169o). T,o que arn- ierminada en el cual el observ¡dor se sitúa ¡mbiguamcnte.
bos demuestran cs climo la cámxrn oscura servia a l¿ vez de A difcrorcia clc una consttucción pcrspcctiva, quc también
moclclo para la obsen'ació^ de Fenóncnos empíricosl para la supo a mosrrar ura rcpresentación ordenada objetivamenre,
insrrospccción reflexiva y ia ¡uto-ol¡servación. ll lugar de los la cá¡rara oscrrra no imponia un lugar o un área restri[gidos

proceclimieffos inductivos dc Novto¡ a lo latgo dc su rexto clesdc los quc la imagcn sc prcscfltara con total cohcrcncia y
z
es la cárnam oscurat ésta es la basc que hace posible su cono_ consisteflcia.r+ Por una partc, cl/ln obscrvador/a cs rlisjuüto/a
cimiento. Hacia cl principio de la Óprlrz, cornenta: l2 NeNro¡, rrrz: 16.
l,l L.ocke, rrtr: I, ii, §. Sobrc algu¡as dc l¿s iDrplic¿cloDcs (?istu'noló
gicas del trab.jo de Newto¡, vid.'LouL¡ür, i979: u6.
'. fl,,h 1,.',n,-l' l'. ,,..i1,.,do1,e .,.rñ,\ru. ,o'h ptr.pc!,,\.'
de linales del Qrúrrroce¡ro pemi¡ian al espectador un lirrnado
l, Ni.(zs.he, ,16ll: l17 campo de movilidad en el interior del cu¡l l¡ co¡sistenci¡ de la

64 65
Jc I:r ¡,lxcrv,rcirir¡ lrrru rkl ilis¡rrsiriv,, y irsisrc ((,rro r(sri1r) . r:,r .r,,r.r ,, ,,,,,1, ,,,,orr, .r, .r1,, .r
,,r.r"l.r,l,,,lir¡,,r,,, L.r

incoryóreo r uta tc prcscnt.rcirin mccánic.r y t'usccrrclcrt,rl lLrz,.Ll ,¡Lr rll,le r¡r,I rL,r.L¡.,¡rcnr.rl,c,Lorr" ¡.rm rtrj.u

de Ia objetiv ad tlcl rnundo. Por otra parte, no ol¡strntc, su c,,,, r r1.,,i.,,.i.tr vGibl(scrrc,n.* ¡,r1su,,¡ c¡ dc l¡scosas
pnsencia cn la cárnara en¡¡aira Lrna simLLltaneidad cspacial ¡( iiúrrir si hs iDlisc¡.s quc cntLrr¡n ¡ cs¡ hal¡it¡c¡ón tan
y tcmporal de Ia subjerividrd humana y el aparato objctivo. os.ur¡ ro hicicrrn sido pcrmatecer rlli 1 ¡act trn ordcna-
Asi, el/la espectador/a es un hnbitnnrc cle la oscuridad más Jrs como pera ser enconra¿¿s rgio l¡ o.asnin, se pare..ri¡
iütpreciso, una plCscncia stplementaria v marginal indepe¡r nm.ho rl cnrodimicn¡r .le h-¡b¡c.''
".
tlicntc dc la maquinaria de la representaciórr. Como Foucx r
demos¡ró en su análisis ¡le Las Moinas ,lc Yelázquez, se rra- Un punco importanre del tcxto de I-ocke ctimo la merá-
es
ta de un sujeto incrpaz de auto rcprcscnrarsc a la vez como ióra de la habitación nos distancia cfectivamenrc drl apirrato
sujeto y objeto.JJ Ln cámara oscula im¡ide aTriori qu,e ellll¿ que describe. En cl narco de su proyccto de inrrospccción,
obscrvrdorTa vea su posición como parte de l:r rcprcscntaciól. Locirc propone un rnctlio pirn visualizar cspaciaLmenre las
El cuerpo, por ranto, constitulc un problcma que la cárrura operacionts tlel intelecto. Explicita lo que estaba implícito en
nunca podría resolvcr sino rnargnrándolo y convirtiéndokr rl rel¡,o de Ncu ron -,l,re .¡r ¡' ,i' r,l.¡J ., 'u esr¿ rn i¡ ou rr¡:
<n Lr, f¡rrr¡'m¿. ."n el Án de e,r.¡hlecer un e\¡r.io ,. io cl ojo del observador es compleramcnte separado clcl apara
nal.¡6 En cierto senr;do, Ia ciimara oscur:r srria uün mcráFora ro quc perntire la cntrada y forrnaciól dc «imágenes, o nsc-
precaria de lo que Iidmund Flussc dclinió couo el mayor rneiarzas,. Ilume recalcó taml¡ién una relación tle clistancia
p¡oblema 61osólico del siglo xvrl: uCórro un filosofar tlue similar: nlas opcraciones del espiritu... deben ser aprchcncli-
busca sLrs ñrndamenros últimos en lo subjctivo... pucclc rei- ¿as efl ún instante pol urr,r peneclacitíl srr¡arlol derivada d(
vindicar una 'verdad' objeciva y una validcz mctalísicamenre la naturaleza y nejoratla por el hábito y 1a reflexión.»r'
El otro pasrje l-ocke da un sig¡ificado difircntc r le ;de¿
Quizá la imagen rnás célebre de la cám¿r¿ oscuri sc en de la habitación: lo que, en la llglaterra deJ siglo xvrl, sig-
cucntre en elÉzsa7a sabrc el enten¿limientt¡ humarut $69c) de nilir::rh.¡ lireraLnertc csta.f in c11rlrcrd. csto es, dentro de las
t-ocke: cánarxs de un iuez o dc rr¡ noble. Las scnsacioncs, escribe,
se rransmitc¡ udesde el cxtcrior ¡L cerebro, quc cs, por asi de-
Las seDsa.bncs exrctu¡s e iorcr¡rs sor l¡s úricas vías que
cirlo, la sah k'l¡dtnber) de :Lrdlcr,citr, do¡de son Prcscntndls
pucdo cncontrar dd comcihi.nto ¡lenren.limiento. Sólo és-
al espírirr-r.,'" Adcmás de estructurar cl ncto de la observación
ras son, cn la mediJa en l: vcntanr
i¡ue puedo dcscubrir, las
l8 Locke, r9j9: rr, ii, i7.
r tuvés {¡e las cual(s sc dci^ cntn .\ 1¡ lLtz.t esÁ hrtn¿t¡ót Hume, r91i: p. 16 (.1$¡bmya¿o 4 nio). Mauace Merleau Po¡tI
t d.,/z ldark rco"rl. x¡ eue, c¡eo, cl entemlimiento ¡o es de apunta un¡ sirL¡¡cióñ s¡nilir en Dcs.¡(cs, en la cnal el csprclo
es una qcd dc ¡el:cn¡nes e¡rrc los obietos, al o¡mo lo rcria un
pntr(m &'m¡¡t.ni¡, en lusar de l¡ inmovilidid de un pu¡ro úri.o krigo dc mivisnnr o un gcónctru, cxaminándoh y rccoostrryén-
y njo. (D¡rnis.h,, re83). Vi¿- tahbién Aumonr, r9lll. dol¡ dcsdc tuem, (,,[.re trnd Mi¡d,, en Meltru Ponty, ]9ó4r r78).
It Fouceúlt. re7:l 16- Vid. tahbié¡ Dreytus y Ribino{, ,982: zt la.qr.s La.dn deb:te el pcmanienm .aúesir¡o cn rclación r la
A propósiro dc G¡lilcó, Descaftes y ¿a o.uha.ión del suje.o eñun fór¡ml¿.Me veo a ní ¡ti,no vié¡dome a n,i uis¡to", en l.acan,
cian¡c o l¿ ¿.(ivid¡d dis.rrsiv¡', viJ- Reiss, ¡982: 18'41.
.to l-o.l.c, r9t9: II, iii, r.

66 67
.orno cl l)¡1).(v, Ix), (l curl rlgo rs obscrvirri, ¡r,r rrrr srritrri, , rris,ri [,s. rr,, ¡rcst;rrl.rr(rr(i(ir ir nris
,',,,1 r¡ris,,jr», rlcrrrr,lr,l
Locke cambién otorga rLn papeljurítlico al oLscrv.r¿or.tuc s. slrrr iilix,,lc l )csc,rrrcs. l .u ¡rcru r r:rcnin or rlcn,rLLr y calcul$lc
encuent¡a er cl interior de la cámara oscura. Así, ¡rodillc¿ clc Lrs r:ryos tlc luz e tr.rvós dc l¡ única apcrtura de la cámara
la lunción rcccpriva y neutral dcl aparato especificando una oscura cD.Lrcrlílr una concspontlencia con la nrunclación clel
función autoJegislativa y de autoridad: la cámara oscu¡a pcr cspiriru por'le luz de la rúón, y no con el deslumbrar¡rienro
mite al sujero glrantizar y vigilar la correspordercia entre el potencialmentc pcligroso de los sel1tirlos por le luz del sol.
mundo exteriol y la representación intcrior, y excl[ir rodo El paradigma de la cám¿r, cartesianx se rePresenta de ma
lo quc sca desordenado o indisciplinado. La ¡nrrospección nera espcci mente lúcicla cn dos pinruras rlc Ve¡¡reefJ: -47
reflexiva se stperpone con un régimen de autodisciplina. ()eótnetra y El Asttínomo, ambas pintadas hacia 1668. Oada
Es en este contexto cn el que Richard Rorty alirma que inragen reprcsenta una 6gura masculina solitada absorta en
Locke y Descartcs descril¡en un observador diferente en lo crudit¿s investigaciones, dentro de un interior ell peDumbra
tun.lJmur.,l de l¡'.on.ep.ion.',lcl perr'.rnrienro griego 1 horatlaclo aparenremcntc por una solaventafla. El asrrólomo
medieval. I']ara Rort¡ el logro de esros dos pensadorcs fre esrudia un globo celeste con las co¡rstelaciorcs clibujrdas; el
L corr.<p.ion dr la men,e lru m¿rr, . omo ,rn c\pr. io in,erior geógrafb tiene ante sí una carra nátrtica. Ar¡l¡os tiercn lx m;-
en el cual se pasaba revisra ranto a los sufrimienros co¡ro ¿ rada apartada dc la apertura que ¿a al exterior. No conocen el
ias iclcas claras y distiltas antc un Ojo Inrerior... l.o novc mundo exterior m€¿irnte un examen stnsori¿l direcro, sintr
doso e¡a la noción de un cspacio inrerior írnico en cl cual las a rravés tlc la i¡vestigación mental de su repr'cscnt¡ción «clara
sens¿ciones corpomles y perceptivas... cran objero de cuasi, y disrinta, dcntro de Ia habitaciún. El sombrio aislamielto
¿c estos ¡redirabulldos eruditos en sus interiores amurallaclos
En cstc sentido, t-ocke puedc sc¡ relacionado con Descartcs. no obsüculiza su rprehensión del muntlo exter¡o, ya quc la
E¡ h M¿¡Jit¿cióx Stgunda, Desctrtes aGrma quc percep- división entte el suieto interiorizado y el mundo exterio¡ es
"la
ción, o la acciún por la que percibiiDos, no cs unavisión... sino
44 Desc¡flcs, 1984, vol. 2: p. 24.
que cs únicamenre una inspección llcvada a cabo por el espí- 4r Mi ¡¡álisis sobreVerñeer Do se deriene en l¡s err.Ds¿s csPe.ul¿ci{,
dru.,1'A continueción, cucstiona la concepció¡ según h cual ncs hisróric¡s.cet.r.le su posible urc de Le cinera oscurr para la
.rea.ión desus.u¿¿ros (v . rcrerencias cnroLa r): Nlegó ruurLa? ¡
conoce¡ros el mundo a través de la vist¿: uEs posiblc que yo
si lo hi?o, ¿cóno af.ctó ¿ liconfigunciór ttesus pinturas? Áurquc
no teng¡ siquicrn ojos con los que ver nacla.,+r Para l)escarres, cras ¡regurtas pucdrn rener su inter¿s Para los esteciálist¡s, ¡qui
conoccmos el mundo .únicrmentc por la percepción del espi no nre pteocupen las res¡ueris, se¡n c¡ u¡o u otr) sentl.lo. Estc
ril,o .Le n,vesLigaciones tienclen a rcduciL cl problema r1e h cámam
itu», y nuestro Ermc posicionamienco dentro dc un espacio os.urr a trná .ocs¡ión de efe.tos ópricos ), en úhina i¡sran.i., de
j i¡terior vacío cs una condición previa para conocer el ¡rundo efilo ti.rórico. l'ar. mí, la cín¡r¡ oscura debe s,te¡dcsc c¡ re'
errerno. tl c1'a, io ¿e lJ , Jrn.u.r o,!urr. .u ¿corrmienro. \u lación al n,odo en que cle6njó l¡ posi.iór ),las Posibilid¡dcs de un
i.ro observidot: ,r¿ er¡ simplemenre u¡a op.ió¡ pi.róri.a o eri
oscuridad, su separación de un .xtcfior, enc¿rna el uAho¡a cc Lhti.¡, u¡¡ ele..ntn e¡tc orras a dnposiciór dc un sujeo neuttal
y ahisró,ico. In.l$o si Vcrneer no llegó r tocar runca el rparato
Rorr, ,r79: 49 ro. Para un punro de visra opresro, viJ. Yohon, mccánico de l¡ cá¡¡¡r¡ oscura y «,n otros Los facrores que erplicrr
sr rimbado de rcflcjos y perry€.tiva ¡.enrÍ.d¡, rs Pinturrs es:itr,
Des.ar¡es, r98a, vol. 2: p. zr. no obsrame, profundarnerre ins.rii¡s e¡ cl modcl. ePistehol¿gi.o
11 Des.ares, ,984, vol. z: p. zr.

68 69
Yünc.r, El ¿Í,¡i/tu"tu, t668. Y.ta..r, El r.ó«ñ[o, h. ú68.

tt
una con¿i.i¿)n prcvix pxrr cl c(rnocir)ric¡rt(, dc tstt tilirrr,,. §u¡orgrnror lrrr tlrrrrr l¡r¿¿¡r,'l cr¡¡plctrrtotLc cor¡¿¡
Las pnrnrras son, pues, la dcmosrmción consLrnrrth rlc l¡ d cxcc|ción (lc un único orificio, y que siiu¡mos una lente
fu nción re, ont ili¿doru que asrrmi.r l¡ , i nr¿r¿ o,cu r¡: .u irrr< de vidrio l:renre á esrc orificio con un¿ sábaqa bla¡ca e{ten-

rio¡ es la interfaz entre las absolutarnente disparcs r¿r cogit¿ns did¡á clert¡distancia derrás de ésre, de forma que la luz que

y res e$tens/1 c^rfesi?nas, entre el observador y el mundo.a6 La próvie¡e de ios objeros exteriores forma imásenes sobre la
cámara, o la habitación, es el luga¡ en el interior del cual una sábana. Sedice que la habiución represenrá al ojo: el orificio,

prolccr rón orJenaJr Jel mundo, Je I¿ 'u'ranci¿ exrensa. 'e a la pupila; la lerre, al humor cris¡alino-.-'*

ofrece a la inspección del espíitu. La cárnara produce siem-


pre ula proyección sobre una super6cie bidimcnsional en Pe¡o, antes de avanzar,, Descartes aconseja a su lector que lLe-
este c¿so, mapas, globos, cuadros e imágenes. Cada pensador, ve acabo una demostración que supone utomar el ojo muerto
en su plácida tranquilidad, pondera esa característica funda- de una persona recrén fallecida (o, a faka de ésta, el ojo de
rnettal dcl mundo, su exrensión, tán mistedosamente distin- un blrey u otro animal grande)» y usar el ojo extraido como
r¡ de l¡ iner.rerrs¡ inmedirez de su. propios pcnsrmienrus lente en el oriEcio de una cámara oscura. Así, para Desc¿rtes,
y que, sin embargo, se presenta de forma inteligible ante el las imágenes observadas en el inrerior de la cámara se forma¡

e'piriru medirnce l¿ clarid¿d de e.,s relre\enrl ione\ ) \u\ a t¡avés de un ojo descorporeizado y ciclópeo, distalciado
relaciones magnitudinales. Más que oponerse por el objeto del observado¡, ün ojo que quizá no sea siquiera humano.
respectivo de su estudio, la tierra y cl ciclo, el geógrafo y el Además, Descartes continíra,
ast¡ónomo comparten una empresa común: observar distin-
ros aspectos de un exterior único e indivisible.a, Ambos (y S.cciona las tres nrembranas circundantes por la parte na-
muy bien pudieran ser el mismo hombre) soo fguras de una ser¿ pá¡a dponer uDa parre mayor del humor sin derramar

interioridad pdnor¿ial y soberana, de un ego individual y nada... Ninguna luz debc enrar c¡ cst¡ habitació¡, ¿ excep-

aurónomo, que ha hecho suya la capacidad de llegar a domi- . ,o,, de J que ,, n,,oJu- ¡ . ,.e. de e¡. o.o. . Lr". pi,,e.
nar la existeDcia rnfnita de los cuerpos en el espacio. todas sabes que son completamente transp*entes. Tr* hacer

La descripción que Desca¡tes h¿ce de l¿ cámara oscura en esto, si mir¿s ¿ l¡ sában¡ bl¡¡ca, verás allí, qujzá no si¡ pla-
La lioptrique (l.61) contieÍe algunos msgos poco comunes. .er y neravilla, unx im¿s.n quc reprcscnra todos los objetos
Al princfio, establece la analogia convencional cntre el ojo y exreriores en perspeciiva ¡atúr¿1."

la cimara oscura:
Mediante esta escisión ¡adical del ojo respecto del observador
16 La aduidad enne Von¡eer y el¡ensamieno cartesiano es debrtirh y su insralación en este aparato foflnal de representación ob-
¿ por Michel Serres en ¿¿ T¿¿u¿tio (Se es. D74t 189-196). jetiva, el ojo muerro (puede que incluso bovino) experimenta
17 Descáftes re.h¡zó la disrinción escolásric¿ cnúc cl mundo subluna¡
o ter¡estre y el cualit¿tiválre¡re difcre¡ciado ámbiro cclestial e¡ .L¿¡ una suerte de apoteosis y se eleva a un estatuto nrcorpóreo.J'
ptilLtiliot ¿" h Filo¡oli¿, public¡do por primer¿vez cn Holanda e¡
1644. «De ma¡G¡ simila¡ la ricr¡a y el ciclo crá¡ compues¡os de 48 Descares. rg8r, vol. r: r66i Dcs.áÍ.s, 1961-71, vol. r 686-ó87.
t¡¡ y la mism¡ n¿re¡ia, y no pucde habcr muchos mundos., llev ,+9 Desc¡rtes, r98t, vol. r: 166.
cartes, 1985, vol. r: ziz. Cl Anhu¡ K. \fheelock, yr¡z¿r¡ (Nueva ro Vid. el cápitulo de bocut Dcscanes er l'apr¿s-coup idéologi-
"Leil
YoLk, 1988), Abrams, p. to8. qoc», c¡ Kofoan, r97:l: 7I-76.

7L 7)
Si cr¡ cl ccrrro ilLl rrr¡r¡¡|, (,rrt(si.ux) s( crr(()rrrr.,l,.r 1., ,,(
ccsidrcl de cscrpar clc l¡s inccr¡ich¡n,brcs dc l¡ r:rer¡ visi,l,r
70irl q Lr,(' vta L,t?.2en
humana y de la contirsión de los sclticlos, la cár¡ra¡a oscur¡
cs congruenre cor la búsqueda cartcsiana clel íindamcnto cle
ur.ono(in,i<rro i,um¡r" L,.r',do err ur¿ !r\iun l,urrnr'¡,r.
objetiva dcl mundo. La aperture tle la cámam oscr¡r¡ se co-
rrcsponde con un punto único y matcmáticamente dc6¡ible,
dcsclc el cLr¡l el mundo ¡,uede ser deduciclo lógicamentc a tre-
vés dt un¡ acumulaciór y combinación progresivas de sigros.
Se trara dc un dispositivo quc cncarna la posición del hornbre
cntre l)ios y el mundo. Basada cn las leyes de la naturaleza
(la óptica), pero extrapolada a un plano exterior a ésta, la
cárnara oscura proporciona unt posición clc vcntaja sobrc cl
rnundo an:iloga a la del ojo tle Dtus." Es un oio rlerafisico
infalible rnás que un ojo (mecánico»." l.a evidcncia senso-
rial luc rechazada r favor de las represcrtaciones del aparato
monocula¡ cl¡ya aurenricidrd quedaba ñrera dc toda duda.J'

L¡ cien.ir clási(r privil.gia un¡ .les.¡ip.ión co¡m objeriv¡ .cn la


medicta e¡ 1¡ quc cl observrcLor scr crclunh y h dcscripción se
hasr de c un punro que se hallc ájat luem cLel nu,tlo, cs decir,
.lesde el po¡ro d. visri ¿ivióo. ¡l.u¿l el rlnrtr hun¡¡¡¡, c,qd¡ r
imrge¡ d. Dios, ¡r¡o ¡..ev, alprincDio. Así, 1a .ic¡.i¡ .lisi.r aúD
¡ersiguc dcscubrlr h verclacl únice sobLe el mundo, h lcngu: única
que dcs.ilirrá 1¡ ¡.trali.l"¿ dc l¡ ¡.rL¡rale,a., (Prigoglnc y Stengers.
1984: rz).
Áccrc¡ tlel Leceb de Dcscaltes ¡or el poclcr dcibrnrrre Je h pcs-
pc.riv¡, v . Ilalrics, r97J: ¿8'a2. Vid. t¡!¡bnl¡ l'.ul Ri.ocú, .L¡
.ucsrión ¿el $icro: .L dcs¡fío de la scniología,, en Ricocur, 197.11

¿,,.'," 1 l,'.',,i.ri'o ..,'c'J,.. '. ,Pr",, . -.,,t.r:,pot.i Conrp¡r¿.nti c¡r¡c .l ojo ]- b .ámaH os.ú¡. lrnncra m,¡ad del siglo xvnt.
rco dc una visión ttcl nur o en k cul lx totalnlitl .Le l¿ objctiv!
dad se dis¡ersr cono un cspectáculo sobrc cl cual el rz3lra provcct:
ru mirad¡ sol¡er¡¡¡, (llicoeur, re74: 216).
I ¿ ¿inre¡sió¡ reológica Je la ro¡ocul¡,idid tue ¿púniada for Da
DiclD.Ioc:.H¿$,rgido tr¡,r ¡ocla generacntn qu., par¡ solucioóar
1,..1.rIl,.,¡, d ,* r"n,,. r1r.r, r.,,J1,. i,"3i ",,,".\'.
ro y pod.roso que no tiene lbma, pem .lue ttprcscr
( i rr ()io. l'lsr3 ótti." iili¡t. que imaginan es lvra t, N¿t ún' - - -

.l ,l lr lrrrmrnr, poL corsiJtui.¡tc, en l¡ opnrió¡ dc csros naturrlis


r.,', rr¡ v.rro llxler (ipLico... de lo 9ue kluccn r todos L,s Suts
" (l)Lli\..rToj:17).
.L ( ) !,.

75
La disparidad binocuh¡ csrá rchcir¡nacla con lus rr¡tnciorrcs s( ronvirrió, ¡lrru l,cibniz, crr h cxprcsiól tlc
lr. l.r nrinr(lx
fisiológicas de la visión humana, y un dispositivo mo¡ocular un mundo liagnrcnm!Lr y cl,-sccntlaclo, de la ausencia de un
excluye tefler que reconciliar reóricamenre las irnágcnes dis- punto de vista omnisciente, del hecho de que cada posición
pares yr por tantor provisionales, presentadas a cada ojo. Des- súponia ura relatividad fundamental que, para Descartes,
cartes supuso que la glándula pineal ejercía ul poder mono- nun(a conriruyó un problema. ql mi\mo (iemPo. \in em-
cular fundamental: ,iTiene que existir necesariamente algún bargo, Leibniz insistía en que cada mónada poseÍa la caPaci-
lugar en el <1ue las dos imágenes que llegan a los ojos... pue- dad de refleiar en si misma todo el universo desde su Propio
d¿n unirse en una írnica imagen o impresión antes de llegar punto de vista 6nito. Paralelamente, Iaestructura concePual
al alma, de forma que no le presenren dos objeros en lugar de de la cámara oscura también concilia un punto de vista limi-
uno.»J+ A la vez, las inst¡ucciones de Desca¡tes de elimina¡ rado (o monadicol y un¡ rerdad ne.e.¿ri¿.
las membranas ocul¿¡es del cuerpo del ojo es una operación Leibniz, que escribia alrededor de r7ol, Parece haber acep-
que asegura la traffparencia primordial de la cámxra oscura, ra¿o, cn general, el modelo de la cárnata oscura de Locke,
su huida de la opacidad latente del ojo humano. aunque cofl la diferencia esencial de que l1o es ya un disPosi_
Pero quizás sea engaíroso proponer la posición aventajada tivo ¡eceptivo pasivo, sino dorado de una capacidad inheren-
de la cáma¡a oscura como análoga al ojo d;vino. Es impo¡ te para estrrctumr las ideas que recibe:
t¿nte que la cámara oscura sea e¡tendida en el conrexro de
un marco claramente post-cope¡nicano) defltro de un mun- Para hacer rnayor esta senejanza teore el observador y la ha-

do del que había desaparecido un punto absolutamente pri- bi¡ación oscural debshmos postular que existe una pantalla
vilegiado y en el cual nla visibilidad se convi¡tió en un hecho en esra habitación que recibe a tas especies, yque oo es unifor
contingente».j, Para Leibniz, como para Pascal, la pérdida de me, sino diversificrdapor pliegues que represertal elementos

ral punto constiruirá un p¡oblema cerÍel. En el núcleo del de .onocimientoi¡mtoi y, lo que es nás, que esta panralla
pensamiento de Leibniz se hallaba el objetivo de reconciliar o nembrana, estando bajo rensión, posee u¡a elásticided o
la validez de las ve¡dades universales con el hecho ineludi- fue¿a aúiv¡, y quc dc hecho actúá (o reá.ciona) ad¿Prándose
ble de un mundo cornpuesto por múltiples puntos de vis- tx¡to alos pliegues p¿sados como alos ¡úe!.sr¡

Dsqrtes, r98r, vol. r: l4o. P ¡ lean-lr¡osois Lyora¡d, lá monocula-


ridad es uno dc los múáos códigos y procedimienros occide¡r¡les ¿ Para Leibniz, la cá¡nara oscu¡a cn tanto sistema óPtico fun-
, ¡'e.lo..u¡lc.l¡ .e¡lid.d F, *n.', u.dJ ,egun ú,.{Jnh. orgú./ ,
de cion¿ba como un cono de visión, cuyo vértice delinia el pun-
dr'.I vo rrd pull, rr munJo vi.urlqL.en".u,«o uno. onriluo.
'
.corre.ción», «alisamiorro» y elimi¡a.ión ¿e ir.egul¿ridades, con d 6¡ to de vista monádico. Como ha demostrado ertensamente
de hacer energer un cspacio rnifiddo (Lyoh.d, r97r: esp. »5-16rl). Michel Ser¡es:
Bluhenberg, ¡981: l7r. «I-a revolúció¡ .opernic¡na se b¿s¡ en ta
idca de üna alianza eD¡.e Dios y el hombre, una idea caracterisrica
del Ncopl¡ronisño reñacerrisra... Jll hecho de qne el hombie haya l¡,rn,'¡ Jc L..e.,,on-,,'ni,¡. mue.,'J qlr r\i-P un
sido expuls¡do del .e¡ o del u verso no impide en modo algu, pu¡¡o úDico ¡ ptrir dci cual un desorder aparente se otgr
no la fc cn est¿ ¡li¡nzá. ,e reuolutio»ibu¡ ¡o h¿hla ¡¡¡cr le *¡o
cor¡o uDa húmilla.ió¡ y, más rarde, Kepler Du¡ca dejó de elogiar ,6 Leib¡iz, t98r r44. Gilles Dclcuze abord¡ La cinara oscura en re-
el descenffanl.nto de L¡tierra: su órbira era para ¿11¡posición his L¡.ión a la arquiÉc(r¡ barocar .l,a món¿da es la .u¡onon¡h del
avenrajad¡ posjblc p¿r¿ ex¡hinar d univ so., (Hdlly¡, rrro,,8,). nxcrior, un nlrerior sin exrcrioD,, (Deleuze, 1988: l9).

76 77
r)i7¡ (n ur¡ x¡nrn,íi kit... l,rrr rrrr ¡,turrlrh,t ,t.r,tr,
¡,rrr
(n dsordc. {lado, sólo cxisrc un punro rtrcdctror rlti .urt
todo pucde *r puc«o or ord.n; esre punro cxisrc y cs úni.o.
Desdc.ualquier orro lug¡r, persi$en cl desorden y l¡ nrdcr.ts
min¿cló¡. Desdc e¡«,rces, co¡ocer u¡¡ pluralid¿d de.osas
consiste en dcscubrir cl punto desdc el que pode¡ resolv.r su
áeso¡der u o innito, e¡ ¡na l.), de o.den úni.a i,

La semejanza con un cono dc luz es lo que distirgre a la per


ccpción monádica del puoto ¿e vista divino, que consistiría,
más exactamente, cn un cilindro de luz. Según Leibniz, rla di,
férencia entre ia aparición ¿e los cucrpos parn nosoúos y su apa
rición para Dios es la diferencia cxisrentc enrre la cscenografía
y la icnografia, (es {ecir, entrc la perspcctiva y la visca de pájaro
o üsióo de conjunto).!3 Uno de los más vividos cjeuplos tlc esra
respecdva esceüográGc¡ se encuertra en la Mowulología:

Al igual quc l¿ hisna ciudal mir¿d¡ Jesde l¿dos disri¡ros


ofrece aspcctos muy diferenres, y por raDro aprrecc ¡rhi- J¿copo dc' Barbari. v^ta ¿. V¿hda (á.talle\, rtoo.
plicada po¡ 1¡ perspc.riva, rambié¡ ocu¡r. que li múIitud
infiDir¿ de sus¡a¡ci¡s simplcs genera la ápa.ie¡ci¿ de o¡os
la ciudad como entidad uni6cada.6'Se rrara de unavisca roral-
ranros unire6os ¿is¡inros. Sió embargo, ésros ¡o son sino menre alejada de las condiciones epistemológicas y tecnológi
p.rspec¡iy¿s de un ú¡ico univcrso. que v¡ri¿ en fiurció¡ de
cas de la cámarx oscura. Por otra partc,las vistas venecianas de
los punros ¡le vis¡a, los .u! lcs difieren en caJ¡ món¡.h.i,
Canalctto cle mediados clel siglo xvrrr, por ejemplo, revelan un
campo ocupado por un observador monádico, dentro de una
Pod¡íamos considera¡ dos modos eselcialmente distincos de re-
ciudad que sólo puede conocerse mediante la acumulaciófl dc
presentar una ciudad como modelos de l¿ distinción que Leib,
puntos de vistl múltlples y distintos.¡' La carr€ra de Ca¡aleno
niz csrablece cntre escenograf:ía e icnografía. Por ufla parre, la
cstaba estrechamente ligada a una dlsciplina de lo escenográñ-
\lsta de Wnecia de lacopo de' Barbari de r5oo cjemplificaría co: se lormó como escenógra€o, estaba interesado en la teatra
1
una concepción prc copernicana, sinóprica y totalizadora de

t7 Seres, 1968. vol. r:24.1. P¡ra u¡a imtortan¡e discusión ¿cerca de esr¿ imagen, vid. S.hukz,
t8 Carta a des Boses, ; de febrcro de r7r, (ciL. en Sercs, 1968, vol. r: 1978: tzy471.
rst.Tou..M",,,.,1oJ,1. rch. ur.n,r. L ,rn e cnr..:,,n (aogr. «La .iuJad ba«,ca, al conrario, se p¡esen¡a como ura rdrura
ljr¿ ).r poJer rerl(Mrrin, 98r. róe{7e1. abiert¡ si¡ ¡eferenci¡ ¡ un signili.anre p.ivilegi¿do que Ie oro¡guc
t9 su orientación ysigrilicado." (S¿¡duy, ¡qZl: ¿t-6+)-

78
79
li(l,r(l ,1,. L, , iLr,lir,l . lri/(, ,rs,, ,l( l,r .,innri, (,s(r¡rxi,,yr sc 1r.¡rc
(lcl (n c,,x,i(,, (l (liscr.x, ,rrbrnístico o tJe lu irnagineria visual, la
intcligibilitlacl dc rrrr Iugar dado dado depcndc de una relaciól
concreh y c+)eci6c¡de cntre un punto dc vista delimitado y
una imagen escenifica¿a.úr La cárnara oscura, con su xperru-
ra monocula! sc convirrió en r¡na reunin¿l ¡nás acabada del
cono de visiól, una encárnación delpunto irnico rnás perlecta
que el torpe cuerpo bint¡cular del suicto humano- La c:imara,
en cicrto sentido, era una rneLáfora r1c las porencialidarlcs más
racionales deL sujeto percepror en un mundo creciclrtcmenre
desordenaclo y clilámico.
Arrnquc los rrabajos chl obispo Beúclcy el rorno a la vi-
sión to abord¡¡ l¿ cáma¡a oscur¡, su modelo de pcrccpción
coincide cc,n cl c¡re aquélla prcsupoLte. E¡ lhe 7heory oJ W-
sion Vinditutul (q1z). de¡r¡rrestm su la¡riliaridad con los tra
tados dc perspecriv¿ contcmporáneos:

I'odemos suponer un plano di:if¡ o úisido juDro ¿1.¡,, pd,


pcndicdar al horiTo¡rc ), JiviJnlo cr pcquci,os cü¡dr.dos
igu¡I.s. Surgi,í! un¿ ]nrc¿ desde el olo h¿sLa el punro más
Ljr¡o ¿el horizo¡rc, .omo ¡rovcctrdr o rcpresenrad¿ c¡ el
plano pc4r.¡di(ul¡r, arr¿vesan.lo ere phno diáI¡no. El o¡r
Anronjo Can¡lcrro. 1-¿ S¡t l'1¿rto¡ tistt
l,r¡z¿ ,lc ¿le¡¿b ¿l ?ór¡iu & l¿ re rod¡s l¡s p rs y otrjcros rlel plano horizontel a través dc
A§enti¡i,, b q6o- los .mJ.ados corrcspo¡di€ntes dri pl¡no .liifano perp.¡dl
, u ¡,... I . t, o q,,. ,.Jr tlrl^ ¡l .it.,, u. \ J\ ,nJ8c,,c. \Lr
re&i.rmc¡rc s. pqe.un ¡11i, so! dc uór nruralcz¿ del r(do
,rgrbl.. y. r,,,,r,r.. l.) t,,, 1,.. el',...'.....'. imJge,'e.
y.s¡s pintu,rs su¡rd¿¡ [¿ su vú] ui ord.¡ srtre.í !

6z Rcspecb al uso dc la .im¡n oscur¡ por Crnaleffo, vid. Pig¡átti,


,.rd': r{. <.1 \ r or , ,L ( - l ,a .. ,., ó. rur
'.J.
H¿i¿¡e Le.lerc srbr¿y¿ qu€ h3.i¡ ¡r.dixdos .lel siglo xvx, x párri,
dc la olrra de Ile.ni¡i, u¡.once¡to común dc escenogr¡lia eL¡¡vies¿
¡l (c¡tro. el dneño u¡b¿¡ísrico, 13 arquir..trm ).la imagnúiJ vi-

llcrlrclcl, rg+8 1957, rol. ¡:27o 27r.

8o 8r
Aunquc no sc mcnci(»c cl rccinto art¡rritcctonico clc lrr cri- ul¡iro! l! ci\ncsii\lr, .n la cu;rl «¡dos los objctos
de pen-
mare oscura, el observador aqui continúa sicDdo elguicn c¡uc sarricnto, «inclcpcndientemente de su rnateria,, pueden ser
ob"erva una p,olelción en un carnpo eyrerior a si nrismo. ordenados y comparados: nConsistiendo nuestro proy€cto no
y BerLeley dcscribe explícitamente la superficie ordenada dc en inspeccionar las naturalez¿s aisladas de las cosas, sino cn
esta super6cie como una cuad¡ícuia en la que se podría co- compararlas entre sí, de forma que unas puedan ser conoci-
nocer la gramática universal, lengua del Autor de la na- das a partir de las otras,.n,
"la
turaleza». Pero ya se trate de los signos de Dios de BcrLeley La unidad de este terreno sobre el cual se pueden ordenar
alineados en un plano diáfano, de las sensaciones de Locke codas las cosas encue¡tra una de sus expresiones más acaba-

"impresas,
sobre una página en blanco, o de la pantalla elás- das en las páginas de la Enqtclopédie. De acuerdo con Mi-
tica de Leibniz, el/la observador/a del siglo xvlri se enfrenta chel Foucault, el gran proyecto de esre episteme consisae en
sicñpre a un espacio unificado y ordenado, no modificado ura ordenación exh¿ustiva del mundo caractcrizada por «el
por su aparato sensorial y ñsiológico, sobre el cual pueden descubrimiento de los elementos simples y de su composi-
estudiarse y compararse los contenidos del mundo, conocer- ción progresiva; y en su mcdio llas cienciasl son un cuadro,
los en fu¡ción de una multitud de relacioncs. En palabras de prrrenrrtiún de los c"nocimienros en un.isr<ma tontempo-
Rorty, «es como si la fa buk rasa esttt'tteta petmaneltemente rírco de sí mismo. Ll cenrro del saber, en los siglos xvrl y
bajo la mirada de un Ojo del Espiritu que no pestaÉea... se xvrrt, es el cuadro.,63 La lectura que Ernsr Ca,ssirer hace de la
hace obvio que la acción dc imprimir limprintíngl es de ne- Ilustración, aunque hoy en día parezca antrcuada, recuerda
no¡ interés que la observación de lo impreso ftrzp rínt) tod¿ algunos pasajes de la consr¡ucción foucaultiane de )a «ePiste-
la acción de conoce¡ lázaa,lzgJ se lleva a cabo, por así decillo, zr clásica,. Mientras t¡ue gr.rn parte de la histo¡ia intelcctu¿l
por el Ojo que observa la tablet¿ impresa más que por la angloamericana tiende a proponer una atomizaciól del saber
nbleta misma-,6' durante este período, Cassirer ve un fundamenco leibniziano
Para Heidegger, la obra de Descartes inaugura «la época cn el pensamiento dieciochesco:
de la imagen del mundo,, pero Ia imagen a la que se relicrc
Heidegger no implica que sc lc otorgue una prioridad nue- Co¡ el edvenimic¡to dcl siglo xvrr, el absolutisno Jel prin
va al senddo de la visión. Al cont¡ario, oA la esencia de la cipio ¿e uni¿¡d p¡rccc pcrdcr su agarre y aceptar algunes
imagen Ie corresponde la cohesión, el sistema... la unidad limir¡ciones o .oncesiones. Pero estas modificacioñs no to-
de la est¡uctura en Io ¡e-p¡esentado como tal, unidad qLre sc c¡n el rúclco del pens¡miento misho. ye qúe l¡ fu¡ció¡ de
despliega a partir del proyecto de objetividad de lo ente.,n' la u¡ifice.ión continúa sicndo reconocidá .ono la fu¡.ió¡
Ésta es la misma unidad de la cámara oscura, un campo de básicade la mzón. El orden ncioml y cl controlde los datos
í si¡ ura es¡ricta u¡,licación.
pmyecciófi que se corresponde con el espacio dc la mathesis de la experiencia no son posibles
co.ro'c¡ un¿ mul,i,rd J.qp,Itn,iJ\-.\:rúJ, u\ PJrrc.
6t constitü/entes c¡ u¡a relacióo ral respecto de lx otras que,
66 Martio I leidegger, "La edad de la imagen dcl nu¡do,(e¡ Heide-
gge¡ 1977: 15-54). Cita ext¡aíd¿ de la ve¡sió¡ cas¡clla¡a del texfo,
incluido en lleidegger, Czminos ¿¿ batque, M^áti¿, Ahanz¡ 996 (,1 Descanes, t98t: 19, zr.
(VeBión .arelle¡a dc Hclc¡a Cort¿sy Arruro l-eyre). Foucault, r97o: 74 7t. Sobrc I-eibDi? y l¡ labla, vid. Deldzq r988b: t8.

8z 8l
,,r,,(,,/."r,1,, tl(y1,. tt.rt¡, t,),1.,,r¡\,,r, \
L,,r t,1,,,¡,, r1.,.,1, l..r rr,,,i,r ,1, Lr ¡rr,r¡r1,,,' Ll. Ilc,k,l.r, l)(n.j.rrrPl(,, sr'
.r,,ú¡,) (o,, ,,,,., klrjx,r.rl ril y r(n,sr),,rc. t(,rl(r((j,j,¡,t, lr.rs,r cn rrn,r <lis¡,,rrirl.rl csenci,rl clc los scrtirli,s Jc la visión y
y lo codo.ido pirLiciprn d. u¡r (n.,r(r¡l.,tr.onrúh".,,1
cl trcro. ¡rclo csra insistcncir en h hctcrogl:rreid¡d de los scn
ridos quecla l§os clc lts ideas decimonónjc¡s sol¡re la aurono
Cass;rer podria muy bierr haber coircidido con froucaulr visión y la scpar ación de los scntitlos.-' Rerl<ele,v no
mía de I.r
en quc la observación, cn los siglos xvt y xvrr, es «Lm co-
cs, üi mucho ¡reoos. e1 único perrsador del siglo xvrrr e¡nbar-
¡,u.¡n,i.r,,o .i.r\ihle.. ler^ no,\ r,,.oro.i,,,i.nro qr( \ cado cn la cmpresr de lograr ura armorrización firntlamcntal
organice cxclusivamcnre e¡r rorno :r la visrLaliclad. Aun<¡ue Je lo' rnLi.tos. rn l.r . Lr¡l .l 'en iJ. J,'r r',1, o \e , o,r\ irrrc L n
cl predomhio del paradigma de la cá¡rlr¡ oscura implica un moclelo clavc para la percepción visual. El problema dc
de hecho un privilcgio otorgado t la visión, sc rr¿ta clc u¡a
MolyneLrx, que ranto interesó rl pensamicnto del siglo xvrrr,
visjón qre es u¡r r1l¿¡l al servicio de rrna faculr:rd no senso
cxponc cl caso de un sujcto perceptor que ignora cl lL:ngtaje
rial del entcndir¡ierrto, único capaz dc dar urra concepciól ,le ¡,no ¡lc I<,s senr;dos. concntamclrte h visra. La firrmul,r
rcal det nundo. Scria complerarnentc errónco ¡rroponcr ia ción más conocicla dcl problema es h tlc l.ocke,
cá¡na¡a oscur¡ corno rina etapa tcnpranr dc un proccso irin
rerrumpido dc autonornización y cspecillización dc la vis;ón ur lonbrc ciego tle nrcnnicnLo, yr rdulto, r
Su¡ongamos a
quc conrinúa durantc los siglos xrx y x x. La rrisión puede scr qoc ¡a sjdo ensrÁr.Lo ¡ disri¡gui,, })o, el ra.n,, l¡ difcrc¡cia
privilegi:rda en ¡nonenros hisró¡i.(,s ¿iferentcs sin quc ésros erisr.rr.c¡rrc u¡ cübo runao{iL¡. hcctos delmismo n¡¡al
rengan qre ser corrinoos crrre sí. Situar la subjetivirlacl derr
y:¡r,rimadrmrc dc igmlomrrio. rlc trLsucrrc q¡c pueda,
Lro tlc tn¿ tradició¡ occiclenr¡l monolitica de podcl escópico
ocn,lo a unr y la oru figoru, de.ir.ril es cl .úbo )'.uál
o cspecular no hace sino borrar y subsurnir los procedirrrien-
tos y regímcnes singulares c iDconmenslrrables a partir clc los 7¿ l.i.ríti.r rngLo ¡¡N lcrna: menuJo ticrdc a pl¡nte¡r un des¿¡¡,
que sc ha constituido el obserr-¡dc¡r:,, ll{, .odrlrno d.L pc¡s¡nrie,ro Jel sislo xvrt aJ ern¡ir isnr) } i$.il
.n,¡ismo d.l siglo {r{. lln.onúrnx^ uM ¡a[ació¡ ¡¡,icr€s Lrquc
hace Mrrricc M¡ndelb¡un¡ (M¡rd.lb¡!m, ,97r: es¡. t7 162). Tr¿s
C,$ic, rgir: rj. Una lccrúrx .on¡inc¡rrl rlreru¡rivr Je csLc aspec, nLntir c¡ u¡a .onri¡ui.h.L crtrc .l p.¡samienb ¿e Lo.kc, Co¡
i,,J, p.1,...1 -,,¡.t.,',t.,,\r r-....,¡ t,.,t.h,1'j,. ) Aa,:,,, rlillac y Ilatley y el asoci¡cion,ño del sigk, xtx, M¡¡dclb¡um
,"¡\ t t''..'tLtt/ /. ¡.,,..,.,". t.,,.. ,. t, ,,,i,trJ .u.r,ri ¡c.o¡occ,.Así, en a,s origcncs. el ¡$.i¡.n»ist,o ro cra lo qre
r¡tiv¡ d.l p.¡sami.nLo il,,sn¿do.onri¡uyó una.or i.ión prclil la¡,cs Mill v Aler¡¡clc¡ Bain i¡ren¡rron htrcer J( ¿1, Lr¡ sisrcma tsi
pxra li doni¡¿.i¿rn r..no.rárice rlel siglo rx. .A priori, h iusrra cológico Jesar rcllado quc sirvicra prr: clasilicar y nlecionar «rk,s
..i 1,,,-. ñ, u,,.,,,,no .., .,., r.,.. i,,.t^ lu
I,. n^ 1,, ..,1,. ri. I
.1 ,1. , .r ,,. . ,, iJ ,. , i,r ...q,.t. ,..,,,,-tr,,.
los as¡ecos,1e la rirll nrcn¡¡lr se rrrtib¿ his Lri.o, d. u¡ P, in.ifnr
,,.,.,.,.n. ent¡lerrlo para corccter u¡a tosicnjn epist.úrológica gcne'.1 ."n
", J. J'r ,lo. \' J ,.'l
'J )
,,,,r,i,, tcmas especilicos tlc incumbencir intelecuaLy prIlctic.. linre e§os
1
r,. t,,1,.,_ \,,,.1.,. 1....,.t.. n.i i.tú"t. t,rJJ, j, .,¡,,.".j,,.. knrs. Is .,i.siones .on.erniert.s x los fu¡d¡nren«,s d€ l¿ ¡,orxli
J\'ñ' L. Jr 1 ...¡ J..ir r, ,J. L Ii. J, cr(¡.-h Jrd ¡ les rclaciones de h morrlnl¡d.oo la relignin ieniu ú¡ lúga,
'Jr.L¡ 'r., t
süo sicn,pre it!¿1... ¡últipli.i(lad d. las forü¿s es rcdú.i.1¿ l espc.ixLn.¡tc ¡npo,tante,, lM¡nd.ll,¡um, I97,: ¡t.t). Sir cnrbxrgo,
posició¡ y ordcn, lx hisrori¡ ¿l he.ho,l¡s os¡s a h mtr¡erja." tHoF lo quc Mardelbnrm denoni¡¡ (úr¡ postnin episennlLógi.¡ gc¡.-
kheintr r Adomo, re79: p. 7). r¡1,, cs prccisanrente h u¡id¡d ¡cl¡tiva del conocimienlo iiLrsr¡¡.lo
I,.,, . ,I r"-.p'{ ',.,',, r,.h.,,,.'.', Lú.r., i,r,n,,,{ sobrc la quc él im¡one las scpar¡.ioncs y oregoritrs Jel pcrsa¡ricn-
J, lr. |]iJ.i,tr,\,J.a.r h.¡1,ro84 ,oLre9. ro d. sr prcpñ rie'n1,o. L¡ rcligión,la norrlidrcLv lacpistorologír
'
V]J. h\,,,88. no exiria¡.oo,o doni¡los scparados y cLilerenciedc.

8.1 ,Ji
.!r.,.i. s,,ti,,ri.,,,x^. .,t,,,,.,, ,t k , t , L,tr, ) tL ,rn r.r ¡r.r.
t., l,r t)r¡l,,,,ili(1.,,1, n l,)ri., ., l).r'rir iL ur¡.r:r,u,¡rr¡l,rci¡tr ordenr
r)lR u,u ,n(r., y rtur .l h¡,,1,,. Li.rt,) ,.(,)1i,. \1, !i1r.,. S, ti¡ v ¡,r¡:r ir¡ rcm.lcrerr:i:r li¿rJ dc hs l)crccpcnncs en un plano
pregtrntr si tor h vi§r, rnLcs.lc k).x,1{r, pod, i., J¡ri,il1ui, I irtLl,cnilicnrc dcl cspccraclor, el pcnsamienro dicciochcs.o
rJecir cuáles elglnxr y cuáltlcul,o.' igrr,,r.rl,r l.r' ide¡,.,,,,,:, Jc l¡ ri,,, rrrsrrirrr
'r,JaJ ¡,ur.r,1u,
cn cl siglo xrx. Narla podía ser más ajeno a la tco¡ía de Ber
lnclcpcnclicntcmcotc dc cómo luer¿ ¡esuelto fin¡lntente el Lclcy sobre la pcrcep.ión de la disrancia quc la ciencia clcl
probleua, ya lirera dcsdc cl m¡ivisrno o dcsclc cl cmpirismo, estereoscopio. Este dirpositivo decimouónico por excelcncia,
el teslimonio de los senridos constituyó para el siglo xvIII úrediarltc €l que se construía ungibilidad (o relievc) a rravés
una superficie común o¡denada.'' El problerna residía scnci- de urra sirnple ¡,rgarización de sugcrcncias ó?tit.i: (y la Á,
llamentc or sal¡er cór¡ro te ín lug¡r el paso de un orden de tcgración del ot¡scrvador como uro de los componenres del
la pcrccpcnin dc los scnti¿os al otro.:rO para Conclillac, en apararo), er ratlica el campo mismo sobre cl cual se organizó
su célehre análisis sobre los senridos que coblaban vida uro el coDocimienro del xv[r.
tras otro cn la estatu¡, l¡ cuestión era sal¡er cómo podían los Dcsde l)escartcs hasra Berkclcy y l)iderot, la visión se
scnri¿os u¡lirsc o co¡vcrgcr cn el sujcto pcrcc¡totJ6 concibe por analogía co¡ los scntidos del tacto.r L:r obra dc
I'cro aquóllos cuyas rcspucstas al protlcma cic Molvnei¡* Dideror será malinrerpret¡da si no vemos dcscle el principio
liLeron, de u¡a u ora firma, negativas quc ul hornbrc crL:in proñrldarnente ambivalenre e¡a su acrirud respccto a la
, irg.r.¡r. r<.u¡.r.r.r,le ¡rolro Lni'rr ¡r¿ rc,,,,,o, cri¡ inrne visión, y cómo se rcsisria a rr:rtar los fenórlenos aludiendo ¡
diaramcnrc los objctos quc ticnc antc sí , (cntre ellos Locke, un solo se¡tilo.,¡ Su C-¿tlt 10! delos (1749), en su rclato
'abr€
Berkeley. t)ideror, Coldillac y orros), ticncr poco cn común sob¡e el matcmárico ciego Nicholas Saunderson, :rll¡na la
con los psicólogos y fisiólogos del siglo xtx t¡uc, conrcstan¿o posibilth¿ ¿e una gcomctría ráctil, v quc el racto contiene,
a la pregunta tarnbién negariv¡men!e, Io hicieron partiendo igual quc la vista, la lacuhad de aprchender venlatles rmiver
dc una autoritlacl cicntiEca mayor. Al sulrrayar t¡re el cc,no- salmcnre vrilid¿s. El ensayo no prerende tanto subesri¡rar cl
cimiento, y más concrecarnenre el conocimicnto dclcspacio y scnrido tlc la vista como rcfurar su rnonopolio. I)iderot cnu-
mera los tlisposirivos quc Saunderson cnplea para cl cálculo
John l.o.l.e, ,9t9: rr, ix. 8. fse Le¡roduce l: cna tal como liguta cn y Ia dcmosrleción, tablas de madcra recrangularcs con cua
h vernin es¡añola Je Iidmundo O Co.nran (N.¿d T.).1
71 l'or eiempl.: .Si fuer¡ ne.esarb decir rlg<, más rcerca Je un purto driculas deli¡rritadas por allilcrcs. Conectando los ¿lfilercs
tan evidente, ¡otlLírmos comentaL que si la trulta.l .le vu tstuvic col hilos de scda, los dedos clc Saunder podian dibujar y leer
E eloio,la de o;en eloido, y rsi pam elreso Jc los sentirlos,la infinidad de 6guras y sus relaciones, ¡odas ellas c culables
consecnenci¡ necesari¡ Je e*o sería que el fun.lanrcmo dcl pcnsar,

3
:l 9ue denonino 9o mismo,, no es uro, si¡r¡ ¡¡uclros. Pcro csto cs ¡or su localización cn Ia rejilla. Aunque aquí la tabla carte
LonLrdio a l¿.o¡vi..ió¡ i.¡csistlblt'dc rodos los hombc. Cu¡ndo sia¡x tome olra forma, st estrtus subyacentc sieue siendo cl
Ji.u \. u ó t,. .i.,i,r. ,.. '. r,1 ,...,o','1,'.,1¡r,.,i,i¡),¡,',.
ho sujcto cl quc llcva a cabo (odas csras opcracioncs.' (ll.eid, ¡tt,9, mismo- l.¡ ccrtcza del conocimienro no rlcpendia exclusiva-
rrenre dcl ojo, sino de una relación más general cntrc el sis,
7t Vi.1. Cassir.r, 19r¡: ro8. 1'¡rar¡ dcb¡tcrcc¡ente¡ccrc¡ del¡roblemr,
vid. Morg¿¡, re77i y M.rkovits, rr8,r. Vid. Scres, r168: rz,rj2tj ), Merlc.ü Po¡ry, ¡964: ¡69 r7z.
76 Eddnc dc Co¡dillac, ,itrait¿ dcs scns.ror, (r7ra) (en Condillac, Sobrc k rcii¡u.t d. Di.lcnr resfccro ¡ los sentidos, Vnt. fo¡ren¡y,

86 t R7
I
I
r(,¡¡., s( ¡¡\()r iirl lrrrrrlrrr,, y rrrr cs1,,r, i,, ,1, lirrrir.tl,' r ,,r,1, rr.r,l,,,
sob¡c cl cr¡tl sc potlírn c,rrrxcr y cornp,rlrr lr,sitiottcs. ' l.tt
una pcrsona vitlente los scntirlos son disírniIs cnrR sí, t)cr)
¡ rr¡v,i,le lo que I ridcrur,l.n.r¡rirr.r .'.i'r.'rr.r., ., t¡'t",.' .
lograban proporcionar un conocimjcnto det mundo
Sin ernbargo, a pes¡r de esre discurso acerca de los scnti-
dos y la sensación, continua¡tos encortrándonos dentro ¿cl
mismo ca¡tpo epistenológico ocupado por la ciimlrra osclrril
y su indifcrencia por Ia cvidcncia subjeriva c inmcdiat.r del
cuerpo. Incluso en Diderot, considcrado un matcrialista, los
sentidos se .oncibcr rlás cor1lo ancxt s cle unir mente racional
qrc como órg¿nos lisiológicos. (iadaseltido opera de acuerdo
con una lógica sernántica inrnutable que trascicntlc su moclo
de fiLncionamicnto meramenre físico. De ehi la irnportanc;e
de la inrager qut Diclerct comerlta cn la (r//¿r sobre los úego::
Lrr hombre con los oios vendados situa¿o e¡ un esPa.io nl
aire lib¡c da ün paso a¿elantc, tom¿Irdo vacilxnte un¿ vara
cn cada mano y extendiéndolas para poder sentir los obje(os
y la superficie quc ticnc arrte si. Pero, paradójicamert€, lrrl sc
rrata cle lir imagen tlc un ho¡rl¡re literalmr,nte ciego; más bicn,
es un cliagrama al¡stracto de un ol¡servador Perlect¿mente
dotado de vist¿ en el cual la visión opera corno cl sentido
clcl t:rcro. lgr.ral quc no solr los ojos los que ven GnaLncnte,
rampor:o los ór'ganos carnales del racto cstán clr contacto cor
el muntlo exterior. Didcrot erplicaba clc csta frgtrra ciega y
equgada clc prótesis qLreilLustrtba La dirrytriqtrr tlc Descaltes,
.Ni Descar¡es ni los que lo hal seguido han podido c{ar una
conccpción más clara clc la visión.,3'Esta noción anri-óptica
;
i 79 Sotrrc L¿ pcrsisren.ia del .¡ir.si¡nismo en el Pcns"",i,ir. iLr$ri,ln. llusrr¿.ni,r dc la cdi.ió¡ .le t72a áe Ld D h?|rh d. DesLttres.
Vid. V¡rta¡i¡n, r951.
Didcrot afi.nu qu€ la pcson. más caf¡z ¿e t.oriz¡r 1¡ visnnl y Lú
se¡ridos seri, .un filósofo quc huhiera ,neLliLrdo prolirnJamcrtc
¡ccrca del ¡rj*o uL 1¿ oscurldad o, ¡ara acLoptar cl lengu¿ie .1. los
po.ras, uno que k hubicr¡ s¡.ido lG ojos .o¡ cl fin de frnili¡ri
z¡fsc Feior.on h visió¡', cr t.et¡ts r let otuslo (Dileror, tt6+,
P. ¡r7l

till 89
tlc la visr,r irrr¡,rt.grxi I:r ¡,br:r,k.orr¡rs rrrrlJros ¡xrrs:r,L,ru rlrr
rantc los siglos xvrr y xv rr r: prrr llcrkelcy, n<, sc ¡:rrcclc h:rbl,rr
de una percepción visual de la profundnl«1, y la cst:rtLr:r dc
Coudillac dc,mi¡aba realmcnte cl cspacio con h ryr¡(l¡ del
movimicnto y c,l tacto. La comparación dc la vista con cl
racto se corresponde con urr campo de saber cuyos conte-
nidos se organ¡zan como posiciones estables dentro de un
te¡ritorio extenso. Pero e¡ el sigloxrx, esa concepción se hizo
incompatiblc con un nuevo campo organizado ct tolno al
intcrcambio y cl flujo, cn el cual un saber amar¡ado al trcto
hubierr sido irreconciliable con la cenrralidad que asumen
unos siglos y me¡crncíxs móviles cuya ide¡tidd es exclusi-
v n.ntc ópticn. Como mostra¡é más aclclantc, cl cstcrcosco
pio se convirrió en un sirroma decisivo de la redefinición de
lo rácril y su inclusión denrro de lo óprico.
Las pinturas de J.-B. Chardin están alojadas en est¿s mis-
mas cucstioncs dc conocimicnto y pcrccpción. Sus botlcgo 1.,8. ClÁ.¿in, C¿lt¿ .la fret¿' \it!¿rt*, t . qú .

nes, en parricular son la última gran presenración del objeco


clás¡co en toda str plenitud, antes de que éste fuer¿ irrevoc¿- naturalcza en srr flujo yvariabilí{ad, exrrayendo a la vez idcas
blenrente fr¡ccionado en sig[ificantes destrraigados e inter- univcrsalmenre válidas de ese conocimieoto cambiante.r,
cambiablcs o cfl los t¡azos pictódcos dc urla visión autónoma. Tomenros, por ejemplo,la Cesta dr fre:as sabajes <lc Cha.c
El brillo fuego lenro, de la obra tardia de Chardin, rna din, fichado hacia 176r. Su espléndido cono de fresas apiladas
"a
brillantez inseparable de los v¡lores de uso, es una luz que indica cómo elconocimienro ¡acional de Ia formageométrica
p¡onto qucdará t"clipsada en cl siglo xrx, bien fucra por cl pucdc converger con una ;ntuición perc€ptiva de la multipli-
au¡a sint¿tica de la mercancía o porcl rcsplantlor dc una ob[ir cirlacl y caducidad de la vitla. Pa¡a Ch¿¡tlin, el conocimienro
de arre cuya supervivelcia misma exigia la negación de su sensorial y racional son indisociables. Su obra es tanrc el pro
mera objetividad. En sus bodegones, con s(l'§ repisas de esc¿- ducto clc tn saber cmpirico sotrrc la especilicidad contingen-
sa profundidad semeiantcs x escenrrios habitnclos por formas, tc dc las lorrnas v su posición cn el nruntlo de los signi6cados
sabcr o conoccr algo no er:r corternplar la singularidad ópti- sociales como, al mismo tiempo, una esrructu¡a ideal fuo
a
ca de un objeto, sino aprehender sr identidad feloménica e¡ clada en una claridad racional deductiva. Pero la inmedia¡e¿
su totalidad a la vez que su posición en un canrpo ordenado. de la cxperiencia dc los sencidos cs rrasladada a un espacio
Ill imperativo estético en función clcl cual Chardin sistcma escónico dentro del cual las ¡claciones clc los objetos cntre sí
2
tiza las formas scncillas del uso cotidialo y de la expericlcia
sensorialestá próximo al énfasis de t)ideroc en representar la 8r ViJ. f)idcror, L¿ R¿"¿ ¿Abnbüt, e¡ Guú6 pbrtotu?hiqu\. tp.

9o 9t
tienc mc¡os quc vcr c()n pnms iplricncirs ólnicrs qrc c(11 rl
conocimiento de los isomorfsmos y las posicioncs sobrc un
terreno uniGcado. Es dentro del contexco del cuadro carte-
siano como debe¡iarnos interpretar la claridad enumerat¡va
de Chardin. \u\ rgrlrpam¡enros de objeros en Lonjunro. )
<ubconjunros. Ev¿. analogr¿. tormale' no ronrisren en urr
di,eño,uper6, irl. ,ino ma. bien en un e\pat io permJnen,e r
r¡avés delcual se distribuyen ulas identidades y drferencras no
cuantitativas que sepa¡aban y unían a las cosas».3'
La pintura de Chardin forma parte también de la preocu-
pación dieciochesca por asegurar el predominio de la trans-
parencia 'obre la opacidad. l¿nro los fisico' newtoniano'
como los cartesianos, a pesar de su división, buscaban con-
6rmar la unidad de un campo único y homogéneo, no obs-
tante la diversidad de medios y posibilidades de refracción
el su interior. La dióptrica (ciencia de la refracción) fue de
mayor interés para el siglo xvrrr que la catóptrica (reflexión),
y este predilección se hace patente sobre todo en \a Óptica
de Newton.3, Era fundamenral neu¡¡alizar el poder defor-
mante del medio, ya luera una lente, el aire o un líquido, y
esto podría lograrse si las propiedades de aquel medio eran
dominadas intelectualmente de forma tal quc fueran efec-
tivamente transparentadas a t¡avés del ejercicio de la razón.
En el atadro Pompds cle jdbón ¿e Chardil, datado hacia 1739, l.-8. ChaÁin, Ldt pon?/1' dt labó* h. q9.
un vaso lleno de un liquido jabonoso mate se encuentra so-
bre un errre.ho rlfei¡ar: un jovcrr rrrnslorm;."n una paja coordenados (y esto.r.rr.e en muchas de sus obras), es pa-
esa opacidad liquida e informe en una esfera transparente de radigmático de la propia actividad de Cha¡din como artista.
jabón que se sitúa simétricamente a un lado y otro del recti- \u.rprrh.n.iór' de la .o idenridad de iJca y mareria 1 .u.
líneo alféizar. Esta representación de un acto de dominio o posiciones elegante, 6na y delicadamente dispuestas dentro
maestrí¿sin esfue¡zo, en el cual la visión y el tacto funcionán de un campo unificado revelan un pensamiento para cl cual
e
lo hápcico y lo óptico no son térn nos autóoomos, sino que
8z Foucauh, r97o: zr8. constituycn ¡rnros una modalidad de saber indivisible.
81 Acerca de ta mode¡idad de ia dióptrica, vid. Molyneux, 16911
:tz5z. .Nadie niega a los ¡¡tiguos el conocinienro de la caróp¡¡i- Así pues, la atmósfcra pesada y difusa de la obra madu¡a
.r... .ir emh"rgo. lo'.ri .a'e.óp,to. .on. .re.r ,rnen tle Chardin es un medio en el cual lavisión funciofla como el

9L 93
¡el r,¡( r(), :rr rxvcsr rrlr, rrr rs¡,:ri i,r crr rl , rr,rl rrirr¡irrrr.r
sr:,r id{) r
!:,rí(, (trrr r!¡ ¡rrrli.r r.r ,lirlro,, rc¡,rcr.rrr,r.L,. y,r,¡rrc rsr,rLra
lrr.riun ..r.r \.,LiJ. l,j,^ Jr ..r ,¡r ,i,,,ri¡,i,,
¡,riv,r<lo tlc rlir rrrso y, ¡¡¡r' r,rrr¡,, tlc sienificldo. l)ara una pcr-
privado de aire, cl mu¡clo arLísrico de (ihrrnlin cs Llntigu,, son:r rcciirr provisr,r clcl scnriclo de lu vistr, la visiól tomaba
a la cicnci:r cartcsiana cle una ¡ealidad llena cle maccria, cor-
ionr.r cLr;rnrlo las palabras, los usos y los lugarcs podim asig-
puscula¡ en la que no hay vacío ri acciór a distarcia. y si n.rrse:¡ objctos. Si Cézanne, Rushin, Monct o cualqrLier otro
utilizamos las historias apócrifas qLre rclararr que Charclin ¡rtista dci siglo xlx Íieron capaccs dc concebi¡ un¡ «inoccn
pinraba con los dcdos, ¡o debe¡íamos hacerlo para resaltar cia clel ojo,, se debió sól¡ :r la trasce¡dental recorliguraciól
valorcs «picróricos» erernos, siDo más bien para sutrravar I.r d.l ol'.<r\.J"r qu. lrahr" rcr'iJo lrrg.,r prli.rm..rrre .rr e'e
primacía de u»a visión que pe¡tcrece a un momento históri siglo.
co especifico y en la cual Ia tactilidad estaba complcramentc
integr¿da.3j
Chardh está rnuy alcjado de un artista como Cózanne.
Si la obra dc Chardin puede entendersc en el contexro dcl
problema dc Molyncux y la coordinación dc los tenguajcs
scnsori¡les, la de Cézanne implJca no sólo la posib;lnhd de
alcanzar cl estaclo de un hombre cicgo qrre ha recuperado de
pronto la vista, sino, más ;mpor-ranre aún, la de conservar
esta «inoccncia» peflnanentemenre. Iin los siglos xvrr y xvrll
csra espccie de visión oprimordial, scncillamcnre no cra con-
cebible siquiera como posibilidad hiporética. De e¡rtrc todas
las especulaciotes r¡rc surgieron alrededor del caso del ¡iáo
,l .he.elJrn en r .r8. nadic llegó, nrg.rir q,r( unJ f(r,orJ
ciega quc rccuperase la vista vería inicialmentc tna lumirosa
y en cierra lorma autosuEcientc rcvelación de r¡ranchas dc
color.x6Al contrario, esc momerto inauguralde visióD era un

84 Vid- Di¿e,or, 1968:484. \¡id. tambi¿¡: (Nuesrr¡ visti... pucJe con


sidcr¡rse co,¡o u¡¡ suenc de racro nás delicado y diftro, que se
exric¡dc a si misma $brc una mütrirúd j¡finira de cue.po,., iA,i,ti,
son, ie6r, no. a!, 2r de ¡¡rio .le ,7¡2).
, 8t Vi¿..1J,."1i.,.¿.J.,,..n,.,d. r hJr,li, J.¡ t... \r,",,,t).o.1
,nl¡n.¿d.lt\¿_q, rts,),^n. r8,. F,,r) .,,h, t, ,,,a ,,ú-
.l r,,1r. r r h ,n Lr. r," r.¡ otr! ,. . ,l qtf,r, 4bb. Jp. ...,¡. I
rr,o.u..i¡,rpr1L
c, ( n, d,'..m¡'!.ovp,.',,\.
n,od.l,.J. ,'.,. i.,"..,." i"t n,.d. ,.t",
, o,, l, 10.,oj, ¡.'h or.i.{' i,u. Ll,J' .. M:.n É I ";,r..
n.J, a .., t,ro .¿tauhs a un n\¡ch..ho dc.¡rorcc aiús.ieeo ¿e n.cinri.¡ro. Vid.
\truth,nrpt¡ün nnl thú ¡at,1\fri.i. r,s,at. k ¿tltl¡J.
Ltttts tut lDn1crct, ¡961: 1t!,, y TLcory oJ Viio Vihdi-
86 Ei 1728, cl .i.uj¡no ChcseldeD rc¡ljz{i un¡ .xitosr opÚ¿.nn, (le .¿.¿ (Bc¡krle),, re.j8, sec.7r). Vnl. r.nibló¡ M.hlh¡n, r97e.

94
tt
3. La visión subjetiva y la
separación de los sentidos
Adnirir k no uad¡d cana Lñd catudi.iók dN la li¿a
in?lica, ¿¿sd¿ luesa, a aÍnal negatióh d¿ tu .e
-eso
¡o ¡enti¡lo habi*al ¿le los ulore:.
Nierzsche
-Fried¡ich

El cuérpo 6 ,h fenóúe¡a ntibipb, mmpan de xaa


plaralidzd de fuems ineductíbb¡; ¡u uúdad e¡ k l¿
unrtúne¡o /núltiPl¿, "u i¿dd ¿e doniiaci,is".
Deleuze
-Gilles
Uno de los primeros párrafos áe la Faúenlehre l-leoría de
los colores] de Goethe (r8ro) comienza con la siguiente
descripción:

En u¡a h¿bi¡rión t¡n oscura como sea posible, hrgamos una


abe¡tu¡¡ circular en la contraventam de unas tres pulgadas
de diámetro, que podamos cet¡u o no, e voluntad. T¡as ha-
cer que el sol proyecte sus r¿yos a tr¿vés de éstá sobre un¡
superficie blanca, dejemos al «p<tado frjar sus ojos, desde
I
.ieria disrancia, sobre este circr¡lo b¡illante.' É

Siguiendo una práctica bien arraigada, Goethe se sirvió de la I


cámara oscura ¡:omo un lugar propicio para sus estudios de óp-
á
tica. Igual que en la Ópa¿¿ de Newton, la habitación oscura pa-
reci¿ e.r¿ble.er. de nuevo. rela.ione caregórir as enue interior y

I Goerhe, rgTor 16-17

97
cxrcriinr c,l rr li¡(.rl( (l(. lrrz y ,rlrrrrrrrr y r,rrr rc olrslr v.r,l,rr y ,,1, l\,,,, Lr.rl ',l"err.r,l,r ,,,,.¡, liiL ,idr1.., ul ,)l)i(r,, P.rlu.ix,
i,'to.\irr..rrrlrrrgo.,l.,u,¡rrr,.,r,,r,slrcl.,r,,,r,,<rl¡ .,t,.,¡¡h,r.,
el oden cle la cánnra oscrLra de for.ma abrupa y rotunclt:
,1 . ,1
'.,r, )..¡.'r... ,.1..¡.r. 1. ,:r. r.,..'i,, \,r ,. 01^
¡c n,ucvr¡r sc h.ri v¡il¡lt erronccs el espectro dc oLro color
sobrc cl phno bllrco... t'stc surge de una ihrgen quc ¿hora
Ccmndo enro¡ccs d orincio, dejémosi. hirar h¡ci¿ la
p¡rte tt/tt t. ojo.'
m:is os.uR de ia era¡.i3r ¡nte él se vc¡á flour
r¡a i¡r¡¡e¡
circular El ceu¡o ricl cir.k, t.il,,r",,i,,."1.. La suL,jetividad corpórca dcl observador, cxcluitla a priori del
"p....*á
o añarillenro, pero er bor¡te ¡pareccrá rc¡,. Despu¿s .je
u¡ , cpr.-, de l¡ , i m¡ r¡ or r¡r.¡. \e Lon\ irrre rePenr r rrr m(r)re
¡ichpo, *-r. n,jo, .reciendo ha.ia el .cntro, irá cutrrie¡do "rr.
en cl cmplazamiento sobre el quc fundar la posibilidad dcl
,o.1,. eJ..,. t." , , th¿J, h,,..,.1,...,punr..e,,r.rt.
'rlo 1r_ observador. El cuerpo humano, cr toda su esPecificidad y
¡* cl ú.uto &. ¡3 he.ho bjo, sin cmbargo, c1 borrlc_ co contingencia, genera «el espectro de otro colo¡, 1', ¿sí, se con_
micnza a azutarse, el azrrl invrJe gridrrlnrenLc et
¡ ifterior vicrtc en el produ.tor activo de la experiencia óPtica.
rcjo. Cu¡ndo Lodo r há vuclo ,zú1, el Lrordc
F os.ure.. v Las rami6caciones que Ia teoria del color de Goethc ptne
4.,,, o. ,. I I t,,.d, ,,..,,,,, d, n.,. \,, ,,\.,Je, .,,,,' ,,, . sobre el tapete sor mírltiples, y tieren Poco r¡re ver con la
eu-
to¡lo cl cíLcul¡¡ sc mucs¡¡a incotoro..
empirica dc sus efirm¿ciones o cl c¿rácter «cienri-
"vcrd.rd,
lico, dc srrs experimentos.l Su acunulación asistcmilüc¿ de
Al pcdir que se sclle cl oriEcio (,Man
schliesse tlarauf ilic observacioncs y hallazgos encierra un bosquejo de la visión
Oflnuug,), Goethe aruncia Ia disfunción y negación subjetiva, una idca post-tanti¿na qre es, a lavez, producto dc
de la
la morlernid ad y constitutiva de ést¿. Lo relevantc tlel a n ál isis
mológi.a. Ir.l,ru,urr dc l¡ ¿helur¡ di.rr.lve l¡ dnrin,¡on quc Gocthe planrea de la visión srrbjeciva es el ca¡ácte¡ rnse-
cnnc espacio interior y espacio exterior tle la que presentan corno
dcpendÍa el parable dcdos modelos que habitualmente se
fi¡ncionamiento mismo dc la cár¡ara. co¡
distinros e irreconciliables: un/a observador/a fisiológico/a,
¡rradisnra. fc u ¡a n^ ,. ,.,, ,;,.pt...,1.
obse¡r;d6' .n u¡r inre,ror rll.rdo
:T: ::l:il ; quc seú descrito cada vcz con mayor detalle por las cienc;as :
¡,.ru quc ob.eruc,rr.orr experirncntales en el siglo xrx, l, un/a observador/a quc dis-
rcnido espcci6co: lJ e\perien. i.r opri.J qrrr C"erh.
rle. ril,e r;nras corricntes del uromarticismo» y modernismo tcmPm-
presenta unx noció¡ de la visión que el moclelo
clásico era Do consider:rr como prcductor/a activo/a y autónomo/a de sl.l
incapaz de abarcar
propia experienc¡a visLral.
t.os círculoscoloreadosqueparecíanÉotar,
ondea¡ysuf¡ir Evidentcmcnte, l¿ coperrricana» lDrehnung) a
aquclla sccuencia de tr¿nslormacioncs cromáticas "revolución
á
no tienefl del especrador', quc l(ant propone en cl prefacio de la segun
corrclato ¡i fuera ni dc¡tro de Ia estanci. oscura;
como ex_ da edición de la Cr/tica de la razón pura (1787), es un signo ,
plica detenidamenre Goethe, sc rrata de colorcs
"6siológicos,, Coeihe, r97o:2r. l.a curiva es ¡tresrr¿. t]¡ sr rcori¡ del color,
por.omptero at .uer¡" det oh.erv.rJor y .orr I
{ioethe pretcndía.no lirriane m:is quc al rnundo dá ojo. qú. ¡o
«condiciones nccesarias de la visnín » en.ierr¡snro fornr.Icolor,(Crsne¡, 19at: lJL82).
A propósiro dc la ópri.a de Goed,e, vid. cspecialmeDte SePpcr, 1988.
Vid. hrúbi¿¡ liic G. Forhes, 1981; Magnus, r949i Ribc, re8ir I j
\fcl1s, r97r.

98
99
(lc(rrnrir:rlr tlc l,r rcr»grrr:iz.rcnnr y rlr,sit iorr:rrrrn.rrro rlrl ( iocrlrc rn v lirrir,rr
rl.rt plecrrrintrrcia a trrrtr cxl)cricrlci.r
.r
suieto. Par¿ Kant, prosiguicnrlo cun cl uso tlc lrrs nrL.rrilirrrs
scl,rrrr¡x (lel .ontrLc«) cor cl ¡runrlo c*Lerno. Por una parte,
ópticas, se trara de,un cambio en c] punro clc visra,
rrl 9ur, csri m.rniiis«rnclo slr convicción de que el color cs siempre
«nuesrl? represcrració¡ dc las cosas, como
nos son dadas. no proclLLcro <lc L¡n^ mezcla de leiz v sombra: nEl color mismo
\c J¡u\rr r c.rJ. , o.J. (omo \on (n \r m¡\m.i\.,iI|o
q|le e,tú\ cs un grado cle l¿ oscuriclad; de ahi que Kircher esté cn lo
objetos, cl1 ranro apariencias, se ajustan a nucstro
modo de corkcto ¿l llamarlo lumen tpaticuru.,N Por otra, esrá plan
representaciór.»' \Milliam Blake Io expondría
más sucinra_ reando también las condiciones eü las que los insoslayables
nrenre: de,,,1 oio. r.rlol,jcro. l.:s rhee1e.,u.lr rheobjccr.,.
componcntcs frsiológicos de la visión püeden ser aislados ar-
V ihcl touc¡,¡f, .ubu1a quc, en L ;r,",, . tJ,i, J, l. , i,ió,r
,.- tificialmcrte y hacerse observ¿bles. Para Goethe, como para
raha rn l.r. rrrrrpod.r, Je la epi,rcnrologu l,¡nri¡r¿,
Lrrr¡r¡da s.holell,.,,r,r pr,ro ¿e'pu'\. l" ri.irin.' \ienrPre rrn (urn
en el sujcto; existía entonces rn modo de conocer
inmediaco, plcjo irreduccible cle elenrerltos que Pertenecen al cuerPo dcl
«un conocimiento sensible». Asír
observatlor y de datos clue proviencn de un rnurdo externo.
Asi, el tipo de separación eotre rePrescntacrón interior y rea-
r.a hisro¡i¡ n.rLú¿l Jc¡ el sisto
xvfrl ¡o cs oúa cosa que l li.l,J .rr,rior rnrplicir,r cn l¿.im,r" orut ' '. \on\ierr( (rr
nomnració¡ dc to v¡iblc. De ¿hi sü lparc¡r€ sih¡ti.i.tid
y Goethe en rura simple super6cic de aFecro cn 1¡ cual in¡erior
err prckn.iá quc de l.¡,s pa¡ece i¡gentrr, d. bo simple e y exterior mantieren pocos de sus antiguos siglilicados y ¡o-
i'npucsta po. ta cvidetuia d.las cosasj
siciones. El color, er t:u1to obieto funtlamental de la visión,
'lias la ob¡a de cs ahora atópico, dslado dc todo refireltc cspacial.
Kanr, la transparencia del sujero_en_ranro_ob-
Goethe alude insistenrernertc a exferiercixs cn l¿s que los
servadot comienza a enturbiarse. En lugar dc
una fornlr dc contcnidos subjetivos de Ia visión son d;socixdos de un lrlun-
co[ocinienro privilegiada, la visión misrna pasa ¿ ser objeto
do objetivo, y en las quc es el propio crrerpo el quc produce
d, .ono,imienro I ohserrr.iorr. DerJc
¡,rirrcipios Jcl rrr. y fenórnenos que no cienen corrclato externo. l.as nocioncs de
c¿d¡ \e7 nr¿\. por ,ien,i.r Je I.¡ ri.iúl| r en,(nder,i
u¡¿ ir correspondencir y reflejo, en las que se basaban la óptica y la
dagaciorr $bre I r con,rirr( i.in ti\iologi. J del \ui(|o
l,u rn.¡nú. reoriir del conocimicflto clásicas. han perdido ccotr¿lidad
m.rr qur' la me, .,ni. a Je h lu, v dq l¿ r ¡ rsm
ision ofri, ¿. r¡ y neccsiclad en la -Fzr&arlsrl¿, a pesar de que Goethc las mar-
t¡ara de un momento en el <¡ue lo visible cscapa
dcl orclen tiene en algún otro texto. Quizá lo más interesante aqlrí sea
cterno de la cánu¡a oscu¡a y se iuscrilrc en otro aparato, .:
cl1 el que caracterice n la opacidad como un componente certrnl y
inr(rio, (lc L, h\ioluB,r irre,rahtey tr rcrrr¡,r.rti11"i.t.f
.,,.,p" protluctivo de la visión. Si el cliscu¡so sobre la visu¡lidad de f
los siglos xvrr y xvrn rcprimió y ocultó todo aquello que pu-
AI solicitar repeddarnelre ul1a esrancia a oscuras o _(lui_
diera amcnaz¿r la transpa(encia del sistema óPrico, Goethe J
zá m:is significarJvo- el ojo cerrado, los expcrimcnros
de xpünta hacia su r¡versiól, al proponer la opacid¿d del obsc¡
vador como Lrna condición neccsnrix Para la aParición de los
Y¡illirnr Btrke, e¡ dnnoL¡rions ro Rey¡o]d$,
lc. r8o8l (Btake,

Michcl Foü.2ük, r97o: rrz.


li¡rinrcrros., l,:r ¡x rcc¡x irnlrrr¡rrrr., r rlt,r,rr¡,irl :irrlriro,lr
l, rux iu lirrrlrrrrcrrrrrl crrrt inter¡ns I cxrernas,
Irrs irrrl»csnrrrcs
qnc (iocrlre Ilarró z/ar tiiik: t<¡ Lubnt, Lr rLrl¡t,uIr
t¡ [, y¡r¡r_ crr rrlr r rrr cxrrr¡¡'clin.rri.r guc cuesrionó los supuestos del
brío. l,a lLrz pura y Ia pura r¡ansp¿rcrci. sc clrcuen¡rrn
ahora scnsacionisrro y cmpirismo britilicos. l.o cmcial clc la obra
más allá de los límites dc la visib,tidad hum,ná
" biranian:r a priDc;p;os del xlx cs la aparición de un cuerpo
Alapelar a l:r obsclvación subjetiva, Goethe se inscribc
en ¡crivo e irlquicto cuya irnp¿ciente moil;té (esto es, su esfucr
un dcsplazamicnro que constitulc lo qre Foucauh
clenomina zo dclibe¡¿do frente a la sens¡ción de rcsistcncia) constitryó
nel umbral de nuesrr¡ modernidad,. Micnrras
Ia cám¡r¡ os_ rrn.r . orrJr. ion previa de f¡ ir iJ¡J.
.,rr., luc el n¡odrlo donin¡nre tle ob,e,r¡cio,,, ..,, 'ubir'¡
.,, .,rl, lnrelraldo aprehender la densidarl y la ;nmediatez ¿cl r¿rJ
lorm rde rcprerrnrr.ion ,¡ue
¡ermirr,r cl , nrro. inrie,,ro e Be- lna¡z¡ Mainc tlc Bira¡ difumina la itlcntidad de esr misma in-
ncral,,. A comienzos del siglo xrx, sin embargo
teriorid¿d que intcnmba alirmar, llegar o a disolverla a menu-
do. Biran empleó et término ronesthise pln tlcscril¡ir .la con-
el lúear del ¿nálisis l.a ¡o es h represe¡r¡cióD, siro
et hoh_ ciencia inmcdiata de la presencia dcl cuerpo e:r la pcrccpción,
l¡¡e en su li¡ttud... Sc riescubrió que cl conocinic¡ro
renia v,,la simultaneidad de uo¿ combimciór de impresiones inhc
condi.hncs ,mn,mo fisiolósic¡s, que sc i,rrnaba
poco a rcütcs a distintas p tcs dcl organisrno,.' La pcrcePción visul,
poco er la ¡eryádur¡ delcuerpo, quc podía
rcner rn lugar por cjcmplo, es ;nseparablc tle 1os movimiertos muscülares del
privilegi¿do cn ét, r9rc, en rodo caso, $ fi,mas no potlian
ojo y dcl csfuerzo fisico irvertido en centr¿r la ate¡ción en un
di..,.,J..- d. ,r. .i,,c.,'",id..d. d. .u rui. ,or .,ai1,r,,r . | ,e
objero o, simplemcnte, en mantener los párpados al¡ier¡os. Para
suncn. <1uc erisría ura zarazlrz: detconocimicno
humano V:inc d< Birarr. el ojo.. umo el ,e\ro del ( ,r( rpo. L un'riruye rrrr,,
quc de¡crhinab¿ tas f.,uras y que podía, at
Drisnro tiempo, perril1nz rcalidad fhicx, quc ¡cquiere contiName¡tc del ejerci-
¡ra¡iferársele en sus propna .o¡renidos ehpíricos. ,
cio de fucrza y .rctividad. En una inve¡sión del motlclo clásjco,
que tomaba el apardo como un tlispositivo neutral de ptrra
Dcn¡ro del marco teórico fotcaultiano, la ¿Ermación
del transmisjón, tanto los ólganos sensoriales ¿cl espectador como
papel de.lo subjetivo v lo psicológico en la pcrcepción
que acrividad ap.rrecen ahora inextric¿blemente mczclados con
'o'ricr'< Co.rhe <, ¿n¡log¡ ¡j ril,rjo de.u LUecineo l\4J;nc el objeto quc r:ontemplan. Siet€ aÁos antes de que Goethc pu-
de Bir¡n. A lo l,rBo Je tJ primer.r,te, rfa dct ,iglo.
ore út- ltlic¡nla. lhrbenlehre. Mai ne de Bimn habi¿ ¿bord.rdo el modo
rimo senró las bases cle una ciencia del tsens i)tirre». en ni
cn que noestra percepcióo del color estaba cleteúrinada Por la
irrrerrro ¡,or . e¡¡¡¡6¡¡l¡r de m.rner¡ mis
¡rr, cir.l l¡ n¡r u r¡ lez,r tendencia del cuerpo a la fatiga (debida a modulaciones fisioló-
de h erp..rierrcia irrerror. V¿inr de Bir¿¡r .rhnnú
l¡:rurnnu. gicas llevadas a cabo en el riernpo) y cómo el m ismo Pro€cso del t
mía y Ia primacía de la experieucia intcrior (como
á
Bergson cansa¡cio lorn1aba parte de la percepción.
y \fhitchead harían mucLo más tarde), y postuló
una dife_
l
e La redáricade laeprcsnin cs.eDrr¿teD ela¡álisis que
lean_¡-¡anrois ,r Maine de Bira¡, (.:o"r¡¿er¿úrn t lr! Pti"ci?e¡ d'une ¿lntior le¡
a

lrl.or.'rd ¡r-8: r\t,. r6l rxr). litt\ ?'rlrolosi.tuc! .' rb\¡r,s4,6, (M¡lnc de llimn, re4e, vol. ¡:
ro Efe pu¡ro se tr.r¡ eD Escoub¡s, re82. ¡8o). [.n.omr¡nos un i¡¡portadie erúdio sobre Maine de Bir¿¡ cn
¡ }_oucault,,ezo:¡,q. Ilenry, 1965. Vid. también las reflerioncs dc Aldous }{uJey accrca
de Mri.c dc lliran (Huxlev, Il)so: Lrs2).

rol
( inrll(,.i,,¡, r. l,r i ir(t(, cn ,r ,rjrnr, (,,1,,r, (l( ¡rnri,,t, r,l rrris srrjt t,r rr Ii,r rrlrs rlc irrvrsrig:rcirirr, rcgrrl,rciinr y disciplirn
.t.,,t\ r.,,,5..,'\.,'1.,..,,,,,,,.,.i,,,,,1'.',
,,,...\ 1,,., a lo lurgo,l,,l sigl,r xr x.
Drczcla compuesra por esrc color ¡tgúnos o¡ros,
)¡ r r! j !.r.í Lx inscprr¿bilidld clc la psicoLogía y la biologia domiló
en csra Dcz.h elcolor ¡lquc s. hrbí. ¿cosunlbr¿do.,i el peDsnmieoto de otro inportante investigador de la visión
del siglo xrx. Ln r8r5, el joven Arthur SchoPerhauer e¡vió
Tanto M¡ine de Bi¡al co¡ro Cioethe desplazan los valores a Coethe Llna copi¿ de su manuscrito Über das Sehen unrl
absolutos que la teorí¿ ncwtoniana había ororgatlo al color., ¡lie Faúen lSol¡re la visión y los colofcsl.'J Este texto cons
insistiendo en cse efimcro despliegue del colo¡ qre se produ- rituiil cr pa¡te un homcnaje ¿ la baralla dcl escritor contra
ce en el interior dei sLrjeto huurano.
Newton, pero fue rnucho más allá que la teoria de Goerhe en
Maine de Bi¡an fuc de los primeros en una larga lista de su insisteflcia err la naturaleza comPletamente subjctiva de la
pensadores que, duranre el siglo xrx, esclarecieron las ideas
visión. Schopenhauer abandonó la clasificación de los colores
clc Condillac y otros accrca de la composición de la perccp-
de Goethe en Esiológicos, fisicos y quimicos, elim;nando las
ción. Para Condillac, la sensación era trrra uoiclad simplc, un
dos últimas categorias y nErmando que el color sólo podria
módulo a partn del cual se const¡uían percepcioocs clrr¿s, ser abordado por una teo¡ia cxclusivamenre 6siológica. Para
pero esta noción va no se adccíra a h percepción eD capas y Schopenhaue¡ el color era sinónimo de las reacciones y la
dispersa en el riempo qL¡e clescribe M¿ine de Birar, imposibi-
actividad de la retina; según creia, Gocthe había enado al in
litando la concepción dc oun alma reducida :r plrra recepdvi- rert formul¿r una verdad objetiva del color, independiente
dad.» Ni Coethe ni Mai¡e dc Bira¡ conciben la ol¡servación
rlel cuerpo Lumano.
'ubjtrira.urrrn l.r insp«.iúrr de rrn e1,.r.i" inrerjur o como Sin embargo, no deberianos sobrcvalorar las diferencias
un tearro dc rep¡escnraciones. Al conrra¡io, Ia obse¡vación cntre Coethe y Schopenhauer. En su preocupaciól común
sc exterioriza cada vez más: el cuerpo <¡ue mira y sus obje_
por cl color, y el relieve que otorgal a los fenómenos psico-
tos comienzan a colstiruir un c ¡po único donde interio¡ lógicos para explicarlo, ambos seÁalan ura irvcrsión f(Lnda-
y extcrior se conftucle¡. Y, de modo signi6carivo, ranro el mental respecto a hs op;nioDes más influyentes sobfc el tema
obse¡vador co¡ro lo observado están sujctos a los ¡rismos en cl siglo xvlrr, incluid.r La devaluación del color qte Kant
moclos de cstudio crnpírico. Segíur Georgcs Canguilhem, la
plantex en la Cr/tia d.el juicio.'6 Ambos, tambié¡, fórmaron
rcorg.rnización del conocimiento hurnano qre riene lug ¿
parre dc una reacción más gcneral contra la óptic¿ newroria_
principios del xrx ponc punto 6nal a la idea de un orden hu principios dcl siglo xrx en Alemani¡ '7 L.a
n¿ que ruvo lugar a
mano cualitxriv¿mente distinro, y alude al descubrimiento priorid¿d otorgada tnterjormenre x las cüalidades Primarias
más impoltanre de Mainc de Birar: dado que ocl alora cstá
t nccesariamenre encarnada, no existe psicología sin biologia».a
de Locke sobre las secundtri¡s se ;nviertc. Scgún LocLe, las

Seri la poren.irlidad Je e.r..rrer¡,o 5 ScLopc¡haue,, ¡q¡. vol. ¡: !rl. Ll¡r valn,so a¡álisis de es¡e text, cs ,
1., qre,,r"rr..^t, ,., Lrúxrc¡Da¡n, 1987: 17r 29r. Vi.l. hnrbié¡ OstÍ'ald, ,91¡.
Foucaulr describe l¡ lisión en el sigl<, xvu como <ua visitriLidad
Vrned. Bi r,-/.¿,r/., t,.t¿btrJ. r, ¡¡t t1t./,t,n*,t.ot iibeLadr de otla otn crrgr sensorial y linitada. rderrás, al bianco
.J.l'. l,scrrnd iIJri\. ,q») pr,.rb bo. y ¡cgro., (FotLc¡ult, rqzor,¡¡).
c¡nsuith.h, "Qu,cs-ce qf. h ¡syclúlosie, (ca¡suith.r¡. re8:r: p. Ar ou.',.,,J, \, ,op,.il. F,.1,,,.' ,. r.r. .,'. n¡'rr "' ¡.o, i',.'.
i74. vid. h idtroduc.ión de iuanri.e Ell. a Schofenh¡uer, 1986: e-26

fo1 ro5
cr¡rlid¡(lcs sccUrxl,uils crrrr I:rs (tuc g(lxl,rl)i r (lisri,¡r,rs s(.1 ,.rrrr,rl ,rl 1,,.lu,,1, ,¡rr, r'l ,¡,1,,r * rrlrrrilicsrc.r,xrr(1,, l,)s r)¡,s
..r. ion,.. c r\i.ri., (,, ,t,r. ,,o
SU:,r,1,,hJ,, ,rD!Ur., v,,,,.J.,D/.,
,l, l,n¡g v,,,1,¡ +rirr tcu,rt[¡s. I )cnxrstrir reitcr.rtl¡ncnte
con los objeros realcs. fero Schopenhaocl, y el (;octhc dc ll «inrr "lo quc ircorr(cc. en cl in¡crior del cctcbro,, en el ir-
Tearía de /os colores, petsaban qrre estas imágeles secufldarias tcrior clel sujcto, cs errónexmcnte ¿Prehen¿ido co¡ro Io qrc
coDstitlrían nuestrx imlgen prirnaria dc la realidad exrerior. xcontece luera del cerebro, er cl mundo. Su inversión del
El conocimiento del mt¡ndo fenoménico comierza con el es modclo cle l¿ cánara oscura se vio rcforzada por las investi-
tado de excitación de la rerina y sc desarroll¿ de acuerdo con g.rciones quc, a pr;ncipios clel siglo xrx, localizaron el Purto
Ia constitución de este órgano. La existencia de obietos exre, ciego exactamcrte en el punto cle inserción dcl nervio óprico
riores, nsi como los conceptos de forma, cxtensión y solidez cn la reri¡ra. Al contrario quc la reveladora apct,rra de la
no sor sino la colsecuencia cle esta experiencia fundadora. cámam oscura, cl punto que separaba el oio y cl cerebro del
Para Locl<c y otros pensadores coctáneos, hs cualidades pri- observatlor schopelhaueri¡no era irrcvoc¿blemente oscuro y
marias sicmpre comparren una relación de correspondencia,
si no de semejaDzl, con los objeros extcriores, y cstán con- Lt importancia de Schopcnhauer reside aqui en la pro-
fomrados según los modclos clásicos del observador, como pia modernidad ¡ a la vez, ernbigilcdrd del obscrvador que
la cámara osctra. En Schopenhaucr, esra nociól de cor¡cs- describc. E¡ efécto, al articular una Pe¡cePciór artístic¿ ¿u-
pondencia cnrre sujeto y objeto clcsaparece; él esrudia el color rónorna, Schopenhaucr sc enticiPa a la cstética y la tcoria
sólo cn lo rocantc r las sei[aciones que pertenecen al cuerpo rlcl ¿rce modcrnist¿s. Esta climensión más conocida d€ su
dei observüor. Y explicita 1o irrelcvarte de l:s disrincioncs trabajo sienn las bases de un obsc¡vrdor dis¡anciaclo dorado
entre interior y exterior': de flcultades «visiorarixs),, caracrerizndo por un stb)ctivis-
mo que yx no prrcde caliEcarse de kartiano. Sin embargo, es
Menos aúI podenrcs aprcfi.n.ler en l¿ co¡.ien.ia u¡á.lisrin- importanre atcstiguar la relación i¡mediata dc Schopenhaucr
cnnr, quc .n seneral no liehe lug¿r, cnt.e obiero y repieE¡ra- cor el d;scurso cicntílico sobre cl sujeto humano concra el
cióD... Sólo l¡ seN¿cnnr f,Ledc s.r innrediar¿, r ésta se lü¡ila que teódcamente se rcvelaron los Partid.rrios de h visión ar-
¿ 1¡ e+¿m aloiád¿ bajo nLrcsLra ¡iel. hsto rs explicable por tíst;ca autórom¡. De hecho, en 1885. el archi-antimetafisico
.l hccho dc quc fuo¿ dc nosotros sólo.¡iste derer¡ri¡¿ci(rn Ernst Mach rcconoc;ó a Goethe y Schopcnhauer como los
es|lcial, micnúrs qüc cl cspa.io mismo es... u¡a trn.iór de fumlrdores de uta frsiologia moclerna de ios scntidos.'" tsr
N¡.süo.debro.,l las páginas tlue sigucn, qu;siera aPuntar cómo cl complejo
e¡trelazamicnto del discurso cientifico y cstético sobre la vi
Al contrario quc Locke y Condillac, Schopenhaucr rechaza sión realizado por Schopenhaucr cs esencial pam co¡Pren¿er
ba todo modelo del observado¡ quc 1o concibicsc como un la modernidad y cl obsewador, y có¡ro desafía las oposicio- ,
rcceptor pasivo de las sclsaciones, y en cambio proponía uD nes simplist¿s que consideran la cicncia y el arre clcl siglo xrx
sujeto quc era, a la vcz, lugar y productor cle esas sensaciones. como ánbitos separa¿os y tlistinros.
\.hoprnh¿ue,. vgrrienJo :r r,oe¡h<, J¡b¡ u,r.r imporrn.i.,
re Schopenhaucr, 1966, vol. u:.1er.
r8 Schop.nhrkr, 1166, vóI.2: ¿r.

ro6
Ar¡n(tr¡( s.lx,t,c'rlllr .r (r¡tifi(i,) :r s totq:l'cj(, (tu( ri.rk lrrsxr crr cl (r'rLt¡r,:rninltl,
l,n¡lriir tit(Nl,ril (k. li'irlitiat mtv
niticalisra, y crr general se |ay.r tcntliclo a iclcrrrilic:rlo ruti
y r c(nrsrcr¡crci.r Jcl .tr:rl surgc, cll cse mismo Pünto, la corl-
nr ri¿menre , onro ¡rn . ide ,li.,¡ ,uLierir o.. ¡L.rr ,.¡ i,lur.r:,s rru
cicncia clc r.rna ir»ugen.," Lo t¡ue l(ant denominaba unidad
hacen silo empobrccer la herero€!ónea texrura de su pens+ sintéticr dc la apercepción cs iclcntiñcado por Schopcnbauer,
mie¡to. Ningún ideaiista ha profundizado nunca tanro en sin vacilar, cor cl cerebro. Cot cllo, Schopenhalrer no cons-
los dctalles cle la corporalidad, o h¿ citado un abanico tan rituye srno una insranci¿ de la llamada ureinterP¡eración Ii
¿mplio de textos lisiológicos, sjcu¡ndo ¡citer¿rlamente sus siológica de l¿ crírica kantian¿ de la razóu, que tuvo lugar
iclcas más cent¡ales en ¡elación a la anatolria cspecílica del
duranre la primere mirad del siglo xrx." "Una Elosofía como
cerebro, el sistema ncrvioso
),]a méd(h espinal.., La estética la kandana, quc ignora por comPlcto el P!!)ro cle vista lfisio-
de Schopenhauer ha sido traracla de manera separatla o in_ lógicol, es parcial ¡ por tanto, imu6ciente. Al¡¡e un abismo
dependientc con tanra frecrLencia que a rnenudo se olvj<la su ilfranqueable entre nucst¡o conocimicnto filosófico y Ésioló
p¡¡ctrtesco esencial cc,n los suplemcncos <1e El mundo catto gico quc no prrede llegar n satisf¡cernos rurca »'6
uolunta¿ )1 repr¿se td.iáa. Pero este sujeto estótico, el obser
Segiur Thcodor Adorno, la tlistanci¿ que separa a Scho-
vador liberado de las demandas de la voluntad, del cuerpo, pcnhauer de Kant sc debe, en parte, a que el prime¡o consi
capaz de una npercepción pura» y de converti¡se en nel claro
dcra que el sujeto trascendenr.rl no cs sifio una ilusión, «un
oio clel tnundo», es paralelo a su preocrrpación por Ja cien, fintasna,, y.r que la írnica unidad que Schopcnhauer Prede
cia 6siológica.'. Cuanto más se aden¡raba en cl nuevo saber conceder al slrjeto es, firalmente, biológica.'7 Sin embargo,
, ole.riro'obn el trrer po tragmcrrrado., ñmpue,ro
pñr \i,rc. algo inrylicito en el co¡rentario ¿e Adorno es que, toda vez
mas orgánicos separados, stLjeto a la opacklacl de los órganos
sensoriales y dominado por una ¿crividad relieja involunra,
qrr. cl
'o lenonrerri.o h.r,¡ueJ.,d" redu' nL-r 'r no '.r 'ino,rn
objcto empírico nrás, la autonomía y autcnticidtd de srrs rc-
.ia, con nayor intensidad intcnraba Schopenl)auer establecer presentaciones quedan pucstas, t su vez, en cnúedicho- El
una visualidacl que escapara a las demandas de ese clrerpo.
postulado schopenhaurialro ¿e una esfer¿ noumárica de uPer-
Aunque formaclo fundamentalmente en la estérica y cpis, ccpción totalmentc objetiva, colltielle su formulaciól simul
temología kantianas, Schopenhauer .,,rprcrrde lu que .l.,ro, ránca dci observador como un ¿parato Iisiológico adaptado
mina su «corrección» de Kant| invierre el privilcgio otorga, al colrsumo de un NDdo tle urepresentacioncs, e «imágenes,
do por éste al pensrmiento absr¡acto sobre el conocnnienio preexisrertc. Si en el núcleo dc toda la obra schopenhaueria-
perceprivo, e insistc en la constitución iisioiógica del sujeto na hallamos una aversión a la vida instintiva del cuerpo, a la
corno el lugar donde acolrece la fbrmación de l,rs represclra, rcpctición inces lte y monótona de sLls Pulsiones y deseos, su
ciones-'j La respuesra dc Schopenhauer al problcma kantiano
¿
uropir dc percepción estéticn también corstituíx un refugio
dcla Vor*elhotg Ltos traslada lejos tlel m:rrco clásico clc la ci f'reute a la ansied¿d de un murdo modernizado que estaba a
mara oscura: o¿Qué cs la rcpresentación? Un aconrecimiento
translornundo xl cuerpo en un xParato de actividad refleja
, -\,. . ¡ .1.r..i,,trr,-to.,. r...,.,J, \.tu¡,j Schope¡h¡utr, re66, !ol. z: t9r. SubtaI¡.io e! cl originil
h.r., \i.1. |o. ri, \4,.rt, h.jr, a,ro \, e",.t-.,. .' ¡i Sch¡ádelhach, 1984: ror. Vid. ¡anrbié¡ Learr',1978.
22 S.hope¡ltrkr, 1966,'.,1^
vol- z:167 111. Sclopenhauer. 1966, vol. :: 17¡-
zl S.hopenh¡ud, re66, voi. 2: 27r.- Adorno, r97,F lil ,i,1.

ro8 ro9
I l)r.visil,lc ,¡ tlcci¡ i[.L,s rit,rrrititos Lrryos rr,rlr;rjos r:rrrro tc l.s, i rrnl,r,,. Si l,r rrrrr,,rc c,,r rrrr.r«irrrccir:ricrrro rrrtili¡rli,
habito flscir:rcl¡,. Y l:r oiric:¡ nicrzscIc,rrr rr l,r rsririt¡ rlt y Llis¡xr«,, r,rro rxnro ocurrirí:r con l,r vicle org:inica. Scgírrr
Schopenhaucr insistir.á cn que tstr .inruicirin purru suponír, (icorgcs {i,rngrrilhenr,
"El grrio
¿c Bich¿t consisrió en dcs
flndamentalmentc, una huida del cuclpo scxuat.., crntralizur l:r noción de vida, cn cDcarnarla en distintas Parrcs
Er realidad, Schopenhauer llegó a su dcGnitivr cornbina, de los orgalisrnos.,'' Con Bichat se iniciaría la parcelación y
ción de 1o subjctivo y lo fisiológico durante el largo intcrvalo
tlivisión progresivas dcl crrerpo en sistemas v funciones sepa-
q,re,e (\rendio rnrre L prinrer r¡ ,egundr «lic¡on¡ ¡le fl rrdos que tuvo lugar en la primera mitad del siglo xrx. Unade
mL ¿lo eno ul ra¿|! rc?ft¡enrlciór, ent¡c r8r9 y 1844, pe- cstas fuflciones er¿, claro está, el scntido de ]a vista.
noJo.rr, l cu¡l r.rnro Lr,orr. cp, iÁn,lel r¡rr.rro opr i, o.orrro La visión subjctiva aseverada por Goethe y Schopenhauc¡
lr Jcl currpo hu marro ,ü irie,un unJ p,oru nJ.r r ¡ n,ion¡:r, ion.
y que dotó al tbscrv.rdor de una nueva autonomí¡ perceptiva,
Las revisiones que ScLopenhauer inrrocluce en su texto ft¡e_
coincidió rambién con la úansformación clel obse¡vatlor en
ronp.,r.,hh' J rnJ ,r,"rm( e\frr\ion ( n tJ, inve,¡itsJ. inr)e\ un sr.rjeto de nuevos saberes técnicas de poder. El tcrrc
y
)
¡ublr,r.ion+ ti,iolosnr,. y LnesunJ: ednion J((\riguJ que no sobre el qLrc Émergieron estos dos tbse¡vadores estrecha-
habia asimilado una vasr¿ carridad de material científico. La ¡renre relacionados fue le ciencia de la Esiología. Durante
6tsu'! (1,. \J\;..r 13iclrrr. ¡or ejem¡,1o. ruro u¡,.¡ imt,orr¡r¡i¿ las décadas de r8zo y r84o l,r fisiologia no era aún la cierrcia
viral para Schopenhauer.., Schopenhaucr califLca l¿s Rech¿r- cspccializü¿ en que se corvcrtilia más rardei en llgucl mo
cha pfut:iolrgiqaa sur la uie et la mort
QBoo) de Richar como merto, llo contabl con una ideltidad institt¡cional fbrmal, y
nuna de las ol¡ras más concicnzud¡s de l¡ literatura firncesa»
fire comando forma a t«rvés de la acumtlación dc las investi-
y, añadc, «sus rellexiones y las mías se apoyan rnuürxmentc,
gaciones de individuos que trabajaban separadameltc y pro
dado que las suyas consrituyen la iltstración lisiológica de las
vcnian de ramas distintas dcl saber.r' l.o que comPartían cra
rnías, y 1as mias la ilustración 6losó6ca de las suvas: v se nos
Lrn s€Dtimicnto cle emoción y maravilla Por el cuerPo, que
comprendcrá mcjor a amtros si se nos lec ..ru;i."-.n..,.
ahora aparecía como un continente rrevo a cxPlorlrl car-
Aunrlue hacia la década de r84o el rabaio de Bichat se con_
rogrrli,r r domin,r. (or nue\u\ hue.os ¡ rne..'rri'rno. qrr.
sideraba ya, cn gencral, cientílicamenre obsolero y pertere- se clcsvclal¡an enlonces por vcz pdmera. Pero la verdadera
cientc a un vitalismo cad:r vez ¡nás des:rcreditado. no obsrr¡te
importancia de la fisiologia rienc mcnos <1ue ver con sus ¿es-
proporcionó a Schopenhauer un modelo físico dcl sujeto hu_ cubrirnienros cmpíricos que con su convcrsión eo un cirmpo
mano decisivo. Las conclusiones Esiológicas de Bichat prove
de luevos tipos dc rcfltxión epistemológica quc dcpcnc{ían
nían fu¡dancnralmenre de su cstudio sobre la mucrte, r la
¿cl conocimrento sobre el ojo y cl proceso de Ia visión; esro
que identilicaba como un proceso fragmentado, consistcnre
t
en la ertinción de órganos y procesos diferentes: la muertc de ]I ]]n "tsi.hI.r Bcr"ard, (Cangullhem, ry31: 16r.) Vitl. l-a caracre,i-
l¿ locom". i;n Je l" r*pira.iun. d< la, pcr,e¡riorres scnsori.r za.ió¡ dcl .mpirirno de.imontui.o rc¿liz¡da pot lc¿¡'P¡ul S,rre
en EI ¡¿ior! * l¿Jinili¿:.los prid.ipios dc la nl.olosí. empiristi
o.u[¡¡ !D¡ iDteligencia,nalítica... un nétodo acrno organizad<,
28 Nletzschc, r9at8r 1o.1¡or.
pare rcdrcir on rodo en sns paftes., (Sesrrc, rr8r, vol.,: ,17:-a7t).
A.erc¡ d. Bichar, vid. H¿lgh, rr8.l: esp.87¡¡7, y tou.¡utr,
ry7r: )z dcl¡rodoen que losruevos conccptos dc Ia isnlogirse
' r4, \ iJ. '. n L,i. ' l,'rll.," .,,,.lo,uco, ,, ,.;. ú¡¡siricrc¡ meiafóri.trmenle
^piopósito ¿ l¡s.i.¡ci¡s sociales en elsigb xtx,
Schopenh¿uer, r966, vol 2: 26,. vid. ll¡binos, r989: 2i 26-
irxlit,r cl u¡c't,() st,.srxhir (onvirricr¿o.n cl cnrpl.rz.r-
er'¡rrrr¡
nrior(o Jrl po¡cr y fr v,r rd. Lx lisiologia, en este rnomento
clcl siglo x rx, cs una de esas ciencias que seáalan la ruptura
cntrc los siglos xvlII yxrx planteada por Foucault, en [a cual
ei hombre aparece como ur1 ser en el cual lo trascendental es
tirblece unx correspofldencia con lo cmpirico.! Supuso, pLres,
el dcscubrimiento de que el saber estaba condicionado por
el funcionamiento lisico y anatómico del cuerpo y quizá
más inportante de los ojos. Sin embargo, la fisiología, como
ciencia de l¿ vida, searala rgualmente la apxrición dc flucvos
métodos dc poder. «Cuardo cl diagrama clel poder abandom
el nodelo de soberalía por un modelo discflinario, cuando
se conv;erte en el ubiopodeo o la ubiopolitica» de las pobla-
ciones, controL¿ndo y administ¡ando la vida, r¡ k propia uida
la qte strge cono un rueuo objeto del poler.s,
El logro colectivo ¿e h EsiologÍa europea de la primera
rnitad del siglo xrx fue la investigación extensa de un terri-
torio ¿ntes sólo cooocido a medias: un inventario cxhaustivo
tlc-l cucrpo. Se trataba de ul colocimiento que ¡aml¡ién sen-
taia las bases para la formación de un individuo adaprado a
los requerimienros productivos de la ¡nodernrdad económica
y de ias eme¡gentes tecnologíxs de control y sujeción. Hacia
la década tlc r84o ya sc habían producido (r) la transferencia
gradual del estudio holhrico de la experiencia subjeciva o vida
rneltal a un plano empírico y cuantitac;vo, ), (2) la divjsión y
fragmentación del sujeto físico en sistemxs orgánicos y mccá-
dcos especiEcos. Bichat contribuyó a csta desceltralización
localizando funcioles corno la memoria y la inteligencia en
: el ceretrro y situando las er¡rocio¡es en v¿rios órganos intcr
niF,rio de \i..lr..Hrrri t¡ .h .n 7,¿; ,?" t)t I .1. /at.¿,oñt
nos. Los rrabajos de FranzJoseph Call (a cuy¿s conferencias
I t"oa\r dc v¿r t."n Lto.rg,.y. rs12.
asistió con entl¡siasmo Schopcnhaucr cuando era esnrdiar-
te) v clc Johann Gaspar Spurzheim localizaban la menre y
Z

l1 [ou.auli, r97o: ir8J2o.


la Gillcs D.l.uzc, ¡¿,¿dzlr, p. .¡2. La cursiva es nuestra.

r73
hs crrrr¡cnrrrcs L:xclLrsiv:u¡¡crrrc r¡ cl t.crtlrrr,. S¡,rrrzll.irrr,
¡ror rrr,rrrrrl,¡crrrr,r,l,,,l, l,r n.rrrrr:rlcz,r r¡rrc ist,r 1,rrx[¡ce :¡ nrilcs,, Ia
cjempio, idenriEcó krs cmpllzarnicnros ic Llcirrr,r y cirrco
visirlr¡ sc rlifcrcrrci,rl¡,r rprnas dc csras luncnrncs "inferiores,.
fu¡ciones cerebrales. Este ripo dc cartografí.r r¡cn¡rl clifiria
l'cro cn cl crrsr¡ dr krs aLtisras y los "hombres tlc gcnio», el
de otros esluerzos a¡tcriores en qlre la localiz¿ción se h¡cia
srnrido dc l¿ v;sta era el más altamenre apreciatlo, debido a
ahora por mcdio de la inducción y expcrimentación externas
su oindifcrcnci:r respecco a la voluntad, o, en otras palabras,
y objerivas, y 1.a no a través de la introspección subjeriva.r5 A
su separaciól anatómica de los sistemxs qüe regulan la vida
comienzos de la década de r8zo, cl rrabajo de Sir Charles
pur¡mente ;nsrintivx. Flourens proporcioró un di¿grama li-
Bell v Frangois Magendie habia arricula¿o una disrinciór
siológico que permitió Lrna cspacialización de esta jcrarquia
mortblógica y funcional entrc nervios sensorialcs y rnotores.,6
de firnciones. No es dificil rcconocer en Schopc[haue¡ unt
Johannes Müller, en 1826, fuc más allá aúl al concluir quc los hli¿.r,;r,or reon'. du¡li'ra. J. L perce¡cion l)o\r(riurL\.
ncrvios sensoriales son de cinco tipos, dando un paso más en
como por ejemplo las de Konrad Fiedlcr (que oPonía una
la espccialización del sujcto perceptor.,r También a mediat{os
pü(epLion Jn i\r i' r Iibrr r unr ¡er.e¡'. i"n rro rr rr\riLJ \ no
de esa década, Pierre Flourens anunci¿ba el descubrimicnro
libre), Alois Riegl (la peLcepción háptica y óptica) o Theodor.
dc las lunciones de disrintas parres clcl encélalo hurnano, en
Lipps (la cmpatía positiva y ncgntiva), todas ellas separadas
particula¡ la disrinciór entre el cercbelo, centr) ¡rotol., y el
de la inmediatcz tlel cuerpo y propuestas como sistemas dua-
.elel'r,. cenrro.lc l: ¡<r,e¡rion." tod,. ¡\r¡. i,r,,*rig¿.i., listas de modos de pcrccpción trascen¿entalcs.a'
nes consrruyeron un¡ cicr r¿ ove¡dad, dcl cue¡po qllesirvió de Schopcnhauer exrrajo un¿ conliriD¿ción adicional a sus
lundamento al discurso de ScLopenhauer soble el sujeto.r,
ceorías de las investigaciones sobrc la acción redeja, el con
En cotcreco, fue la locaiización por partc de Flourens dc
creto del trabaio ¿cl médico bri¡ánico Ma¡shall Hatl, quien
las actividades morriz y pcrceptiva, esro es, la separación de
n pnnc;p;os de la dóc:rd¿ de rSlo demostró que la médula
la vista y el oido del movimiento muscular, lo quc proporcio-
espilal cra responsable de una scrie de acrividades colPorales
nó a Schopcnhauer un modclo para aislar la pcrcepción esté,
inde¡reldientcmente del cerebro. H l llevó a cal» ula dis
tica de los sisremas que se o€upaban de la mer-a subsistenci¡
tinción cateeórica cntre la ¿ctividad ncercb¡al» volunt¿ria del
del cueryo. En hombre común y ordinario, esc prodrrcto
"el 'i.r(mr ner\io'o ) h ¡cririJad intolurrrJria c\.iru n)orri7
rt Vid. Chrngeu!, r98ri 14. PIi un contex¡o otís anrplio, viJ. youna. distinción que parecía corroborar Ia,1ue Schopenhaucr habi¿

16 Vid.Iehkin, ir46: tf. ro ,Z fropuesto cnt¡c mero esrímLrlo o ir¡itabilidad y una noción
17 N4üllcr, 18261 6 9. de sensibilidad (dcrivada de Kanr).'' Sin embargo, tanro las
l3 Flourc¡s, r824r48 92.
)9 Itel.. r. ,-.,rn. r., ,t,,- l'. p.hm..'. ,1'. t,.8,, J f, ,,, \vilhelnr \X/or.ingcr, por cjemtlo, .ita a S.hopcDh¡uer a p.opósito
¿ Dio,.l.l iÉ|.\,..n,,- l...til".i.,in-'., ',vnuF
r.,,i tr.,,.-.iJri,.¿. .Le hrr¿d.¡duaL6m de'lhe.¿ot L\pps, c¡ Ah't .úin ! nt"rtu
r i,.,b.'l,.'..-.un,i...'u,",',p,{r',.i.'p,J,r t..r., Lt,,i,. ,
Jpr o.,t ¡i,{,,.,.1r, ..,.,,,.," ..;,,,eei.iJJ. ho.,,t.. rt Geos) (Vorri¡ger, ¡948: rl7). El probabLe virulo enüe el tnbajo
cle Schopcnluuer y el /úrzsaal1ar L{c lticgl es r*ado brevcncntc
o,J-r e.,.,ll..iJ¡.,o,,,,",,o., l, ¡.,. o. .,,.,.,, d, r.o4 J.
poi Orro Pii.ht (l'¡cht, 196l).
d. ,r.l'rcl,,i.-ld. r,'r,,'e. .t.h ,. t,¡ ,' \.,,,,
",i.,trr. oLrn,
,1. ,. g,..r .t, '.i,,r,.,..r..d J.t ,r¡.. 1f P¡r¿ H¿ll, "El sistema ccrcbral cs volición, percepción», micnüas .:
,,,,.h,.,-.,,,.,,.. qu. hs cmociones y l¿s p¿sioncs sc localizaban en lo que lLamó la
inclu$ rcpúbli.¡nos; los unirerifas son legiti,¡isr¿s.» (I{ec.cr y qn¿Llul¿ (o srtema) espinaL propi¡¡r.¡te di.ha, (H¿ll, fir:7o'71.)
' .,,., 1i l -,rr., rñ77 4) .
Vid. t¿mhiéD ClarkcyJ¿cy¡a, ,91i7: r27 r29.

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