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South American Archaeology Series

Edited by Andrés D. Izeta


No. 14

La Cerámica Arqueológica en la Materialización de la


Sociedad. Transformaciones, Metáforas y
Reproducción Social.
[Archaeological Ceramics in the Materialisation of Society.
Transformations, Metaphors, and Social Reproduction]

IV Reunión Internacional de Teoría Arqueológica Sudamericana


Inter-Congreso del WAC [World Archaeological Congress]
3-7 de Julio de 2007, Catamarca, Argentina.

Editado por
María Cecilia Páez
Guillermo A. De La Fuente
Cover illustration: vasijas del tipo “La Puerta”y vasija asimétrica tipo “jarro zapato”,
proveniente de la fosa 3 del cementerio La Puerta, Chile (Niemeyer 1998).

Edición: Guillermo A. De La Fuente y María Cecilia Páez, Escuela de Arqueología,


Universidad Nacional de Catamarca, Catamarca, Argentina.

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Las prácticas materiales de las sociedades constituyen un medio a través del cual se mantienen y
refuerzan los comportamientos culturales, pero al mismo tiempo ofrecen la estructura a partir de la cual
operan los cambios o transformaciones. Por ejemplo, para las sociedades andinas la alfarería constituye
uno de los aspectos materiales de mayor relevancia, estando involucrada en los distintos aspectos de la
vida cultural (relaciones sociales y tecnológicas, ideología, religión, etc.).
Las prácticas alfareras constituyen un medio activo a través del cual se formula y reformula el orden
social, político y económico vigente en cada sociedad. En este sentido, consideramos que los
comportamientos técnicos que conforman éstas prácticas están social y culturalmente determinados,
participando e íntimamente vinculadas a su vez en otras esferas de la vida social. Partiendo de esta
propuesta, las cualidades materiales de los artefactos no necesariamente determinan sus significados. Por
el contrario, es necesario abordar aquellos aspectos que superen el análisis meramente descriptivo o
funcional de la cerámica, y que se vinculen con las relaciones sociales involucradas en las prácticas
alfareras, la forma en que las propiedades materiales de estos artefactos son simbolizadas y la manera en
que contribuyen a formular y reformular la vida de los sujetos en sociedad.
En este volumen creamos un espacio para evaluar el rol de la cerámica en los procesos por los cuales una
sociedad recrea y reformula sus prácticas sociales. Asimismo, en este volumen intentamos generar un
espacio de discusión crítico en torno a los alcances de diferentes líneas teóricas que abordan los estudios
arqueológicos de alfarería.

Material practices in society constitute a medium through which cultural behaviours are kept and
reinforced through time, but they also provide the structure or matrix through which social
transformations occur. For instance, in Andean societies pottery constitutes one of the material aspects of
greatest significance participating in most of other realms of cultural life (social and technological
relationships, ideology, religion, etc.).
Pottery-making practices are an active medium through which the social, political, and economic orders
are continuously formulated and reformulated. From this perspective, we see the technical behaviours
comprising these practices as culturally and socially determined, participating in and being closely linked
to other spheres of social life. Thus, in a broad sense, we do not see the material qualities of artefacts as
necessarily determining their meanings. On the contrary, it is necessary to go beyond the descriptive and
functional analysis of archaeological ceramics, linking them with the social relationships involved in
pottery-making practices, the form in which material properties in ceramics are symbolized, and the way
in which these practices contribute to the creation and re-creation of social subjects.
The papers in this volume seek to examine the role of archaeological ceramics in the social processes of
past societies, specifically with respect to the formulation and re-formulation of cultural practices. They
also offer critical discussion with respect to the limitations of various theoretical approaches to the study
of archaeological ceramics.

Dr. Guillermo A. De La Fuente


Lic. María Cecilia Páez
Symposium Co-ordinators

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INDICE

[TABLE OF CONTENTS]

GUILLERMO A. DE LA FUENTE y MARIA C. PÁEZ


Introducción …………….……………………………………………………………………………..…..1

VERÓNICA PUENTE
Abordando el Estudio de las Prácticas Alfareras
desde Material Arqueológico Fragmentario………………………………………………………………..9

FRANCISCO GARRIDO ESCOBAR


Identidades y Cambio en la Transición del Período Medio
al Intermedio Tardío en el Valle de Copiapó (Chile)……………………………………………………..27

ANDRÉ PROUS y CAMILA JÁCOME


El ser por el hacer. La socialización y la identidad
expresadas por la cerámica Tupiguaraní…………………………………………………………….…….45

TAMARA L. BRAY
Encuentros Imperiales: Contingencia Histórica,
Agencia Local, e Hibridad………………………………………………………………………………...59

MARÍA C. PÁEZ
De Presencias y Ausencias. Cambios y Continuidades
en la Tecnología Alfarera de las Sociedades del Valle de Tafí………………………...............................75

GUILLERMO A. DE LA FUENTE
Tinajas, Ollas y Yuros: Producción de Alfarería durante el Período Tardío
(ca. AD 900 – AD 1200) en Watungasta (Dpto. Tinogasta, Catamarca, Argentina)…………………….87

MARCO GIOVANNETTI y MARÍA C. PÁEZ


Las Prácticas Alfareras tras la Presencia Inkaica:
Un Análisis a partir de los Platos del Noroeste Argentino………………………………………………101

LIDIA C. GARCÍA
La Cerámica de Azul Pampa como Evidencia de Relaciones
Sociales a Escala Comunitaria y Regional………………………………………………………………113

FLAVIA V. OTTALAGANO
Análisis contextual del registro artístico del sitio A. Arenal 1
(Provincia de Entre Ríos, Argentina): aportes para el estudio de los
aspectos identitarios de los grupos humanos del litoral fluvial del Paraná……………………………....125

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AUTORES

[AUTHORS]

VERÓNICA PUENTE
PROHAL, Universidad de Buenos Aires,
UBA-CONICET
vpuente78@yahoo.com.ar

FRANCISCO GARRIDO ESCOBAR


Departamento de Antropología, Universidad de Chile
fcogarrido@gmail.com

ANDRÉ PROUS
FAFICH / Sector Arqueología,
Universidad Federal de Minas Gerais
Brasil
aprous@netuno.lcc.ufmg.br

CAMILA JÁCOME
PPGAN / Sector Arqueología,
Universidad Federal de Minas Gerais,
Brasil
cpjacome@yahoo.com.br

TAMARA L. BRAY
Professor
Department of Anthropology
Wayne State University
Detroit, Michigan
t.bray@wayne.edu

MARÍA C. PÁEZ
Laboratorio de Análisis Cerámico,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de La Plata – CONICET
ceciliapaez@gmail.com

GUILLERMO A. DE LA FUENTE
Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica,
Escuela de Arqueología, U.N.Ca. - CONICET
gfuente2004@yahoo.com.ar

MARCO GIOVANNETTI
Departamento Científico de Arqueología,
Museo de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de La Plata – CONICET
marcogiovannetti@gmail.com

LIDIA C. GARCÍA
Instituto de Arqueología,
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Buenos Aires - CONICET -
lcgarciaster@gmail.com

FLAVIA V. OTTALAGANO
CONICET-Universidad Nacional de Rosario.
flaviaott@yahoo.com.ar

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La Cerámica Arqueológica en la Materialización de la Sociedad

Guillermo A. De La Fuente y María Cecilia Páez

Cerámicas Arqueológicas, Praxis, Estilos material y reproducción social que las propiedades
Tecnológicos e Identidad Técnica. físicas de las actividades técnicas se intersectan
con el mundo real y de significados de los agentes
Las prácticas materiales de las sociedades humanos (Dobres 2000). La relación entre las
constituyen un medio a través del cual se tecnologías, entendidas como socialmente
mantienen y refuerzan los comportamientos constituidas en una visión dinámica y
culturales, pero al mismo tiempo ofrecen la transformadora, y los agentes humanos a través de
estructura a partir de la cual operan los cambios o la articulación de la acción corporal sobre la
transformaciones (Bourdieu 2007; Giddens 2006). materia redefine a estos últimos como objetos
Por ejemplo, para las sociedades andinas la sociales. De este modo, se puede visualizar las
alfarería constituye uno de los aspectos materiales prácticas tecnológicas como experiencias
de mayor relevancia, estando involucrada en los corporales cotidianas realizadas por diferentes
distintos aspectos de la vida cultural (relaciones individuos dentro de la sociedad, lo que las
sociales y tecnológicas, ideología, religión, etc.) transforma en actividades materiales sociales y
(Sillar 1988, 1999, 2000). cargadas de significado (Dobres 2000).

Las prácticas alfareras constituyen un medio Este libro surgió del simposio “La Cerámica
activo a través del cual se formula y reformula el Arqueológica en la Materialización de la
orden social, político y económico vigente en cada Sociedad. Transformaciones, Metáforas y
sociedad. En este sentido, consideramos que los Reproducción Social”, realizado dentro del marco
comportamientos técnicos que conforman éstas de la IV Reunión de Teoría Arqueológica de
prácticas están social y culturalmente América del Sur durante los días 3 al 7 de julio de
condicionados, participando e íntimamente 2007. Quizás es difícil coordinar un simposio que
vinculadas a su vez en otras esferas de la vida trata de explorar aspectos teóricos y
social (Gosselain 1992, 1999, 2000; Lemmonier metodológicos muy diferentes a los cuales uno fue
1986, 1992). Partiendo de esta propuesta, las formado académicamente en el pasado.
cualidades materiales de los artefactos no Deconstruir esa formación académica no es, ni ha
necesariamente determinan sus significados. Por el sido, tarea fácil, y ha generado diferentes
contrario, es necesario abordar aquellos aspectos situaciones, emociones y sentimientos que se
que superen el análisis meramente descriptivo o intersectan en retrospectiva a la hora de escribir
funcional de la cerámica, y que se vinculen con las estas líneas. Diferentes aproximaciones teóricas y
relaciones sociales involucradas en las prácticas metodológicas al estudio de la cerámica
alfareras, la forma en que las propiedades arqueológica han convergido en este simposio a
materiales de estos artefactos son simbolizadas y través de los trabajos presentados tratando de
la manera en que contribuyen a formular y explorar aspectos que superen la mera explicación
reformular la vida de los sujetos en sociedad tipológica y funcional, dos programas que
(Lemmonier 1992; Miller 1998, 2005). marcaron la historia y el derrotero de las
investigaciones, las posturas más normativas y el
Las tecnologías involucran necesariamente auge del procesualismo hacia la década del „80”.
relaciones sociales y son los agentes técnicos los
responsables por la producción, el uso y el valor Existen numerosas aproximaciones al estudio de la
dado a los objetos materiales. De la misma forma, cerámica arqueológica que han tratado de explorar
son éstos agentes (productores y consumidores) y superar los dos programas de investigación
quienes construyen y constantemente resignifican mencionados anteriormente. No es el objeto de
funcional y simbólicamente el mundo a través de esta introducción analizar en detalle las mismas y
los medios técnicos. Dicho en otras palabras, la para ello remitimos al lector a la literatura edita
gente y el mundo material simultáneamente se que trata sobre ellos (Arnold 2005; Barley 1994;
constituyen y se dan forma unos a otros. Es Gosselain 1992, 1999, 2000; Gosselain y
justamente dentro de esta dialéctica de producción Livingstone-Smith 2005; Miller 1985, 2005; Sillar

1
2000; van der Leew 1993). Sin embargo, podemos Escobar –Chile-, Giovannetti y Páez –Argentina-
reconocer dos tradiciones fuertes de diferente y Ottalagano –Argentina-) y (2) contribuciones
origen desprendidas de la teoría social y de la influenciadas por la antropología de la tecnología
antropología que han tenido una gran influencia en (De La Fuente –Argentina- y Puente –Argentina-).
los estudios arqueológicos: una anglosajona y otra Dos trabajos se abren de estas líneas teóricas: la
francesa. Si bien estas dos tradiciones tienen contribución de Prous-Jácome –Brasil- con
puntos en común también poseen diferencias evidente influencia estructuralista en su análisis y
rastreables en sus orígenes y que se intersectan el trabajo de García –Argentina- que trata de
con aplicaciones derivadas del estudio superar las aproximaciones clásicas de la
antropológico y etnográfico más clásico. etnoarqueología.

Conceptos como práctica, agencia, materialidad y El trabajo de Bray está orientado hacia la
experiencia han sido recientemente abordados en discusión sobre la agencia, identidad e hibridación
varias obras con diferentes repercusiones en la en la producción de alfarería Inka y local dentro
disciplina arqueológica (Dobres y Robb 2000; del contexto del Período Tardío e Inka en los
Dornan 2002; Meskell y Preucel 2004; Miller Andes. La aproximación de Bray desarrolla
2005; Mills y Walker 2008; Pauketat 2001; algunas ideas sobre la relación entre agencia,
Preucel 2006; Stark 1998; Tilley 1999, 2004; cultura material e identidad a partir de la
Tilley et al. 2006; Van Dyke y Alcock 2003). aplicación del concepto de hibridación surgido en
Como bien plantea Dornan (2002), se puede el contexto de los estudios postcoloniales en
rastrear la teoría de la agencia y de la práctica Andes Centrales. La autora trata de demostrar en
hasta Marx, Weber y Durkheim, siendo los su trabajo que la cerámica local producida en
exponentes teóricos modernos de la misma los momentos Inka, que comparte ciertos elementos
post-estructuralistas Pierre Bordieu (teoría de la en la forma, diseño y estructura decorativa,
práctica y el concepto central de habitus) y clásicamente denominada Inka Provincial, es
Anthony Giddens (teoría de la estructuración). Las producto de un interjuego de negociaciones entre
aproximaciones más comunes en arqueología han la estructura imperial del estado Inka y las
focalizado en la agencia colectiva (Shanks y Tilley jerarquías y/o élites nativas para legitimar y
1987, 1996), la intencionalidad individual (Hodder negociar poder por parte de éstas últimas. De este
1986, 2000), la aproximación del actor racional modo, Bray analiza un conjunto de piezas
(Bell 1992), las consecuencias no intencionadas de estilísticamente asociado con lo Inka, Inka
la estrategia social (Pauketat 2001) y la provincial e Inka local, procedentes de contextos
racionalidad práctica (Joyce 2000). funerarios en diferentes partes del Tawantinsuyo,
reclamando por el abandono de las definiciones
Otra corriente de pensamiento derivada de la clásicas de lo Inka Provincial y abogando por el
antropología y relacionada con el estudio de las estudio de la agencia tanto de los actores como de
implicancias sociales de las tecnologías y la los objetos cerámicos en sí mismos. Propone que
construcción e identificación de identidades los efectos del encuentro cultural entre las élites
técnicas es la que reconoce su origen en Marcel imperiales y los líderes locales durante el
Mauss, André Leroi-Gourhan (´etnología de las horizonte Tardío no fueron unidireccionales, sino
técnicas´) (Mauss 1934, 1938; Leroi-Gourhan que la presencia de tales objetos híbridos tanto en
1943, 1945, 1964, 1965), y últimamente en Pierre el centro imperial como en las áreas remotas, así
Lemonnier con su ´antropología de la tecnología´ como el hecho de que tanto las formas Inka y
(Lemmonier 1986, 1992). locales experimentaron la “hibridización” indican
que el cambio cultural fue multidireccional. Esto
Las 9 contribuciones presentadas en este libro implica que el control de la producción de
representan diferentes estudios de caso en alfarería por parte del Estado adquirió dos formas
América del Sur en donde el objeto central de básicas: una en que la producción fue
análisis es la alfarería arqueológica, manifiestamente organizada a nivel de las
desarrollándose aproximaciones enriquecedoras unidades domésticas y la otra desarrollada en los
que articulan conceptos y discursos explicativos centros administrativos estatales. Lo que también
superadores de las aproximaciones funcionalistas. observa Bray, y por cierto muy interesante, es la
Siguiendo las líneas teóricas mencionadas en el distribución de éstas piezas híbridas tanto fuera
párrafo anterior, los trabajos presentados en este del núcleo imperial como dentro de este,
volumen que tratan de abordar el estudio demostrando que la cerámica Inka y local, en sus
arqueológico de cerámicas en diferentes contextos diferentes manifestaciones morfológicas,
pueden dividirse básicamente en 2 grupos estilísticas y funcionales jugaron un rol mucho
principales: (1) contribuciones relacionadas con la más complejo del que clásicamente se les adjudica
aplicación de la teoría de la práctica y/o agencia a este tipo de bienes.
(Bray –Ecuador-, Páez –Argentina-, Garrido

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El trabajo de Páez aborda el estudio de las práctica y el concepto central a ella, el de habitus.
prácticas alfareras en el valle de Tafí para dos De esta manera, pretende entender cómo las
momentos de tiempo inequívocamente integrados: sociedades prehispánicas del Intermedio Tardío en
el Período Tardío y el momento Inka. Partiendo el Norte Chico chileno desarrollaron una forma de
del concepto de ´práctica´ acuñado por Bourdieu y comunicación culturalmente diferenciada a través
superando las limitaciones del programa de este de las manifestaciones visuales plasmadas en los
autor, la autora se desliza dentro de la teoría de la patrones de diseño decorativos en los objetos
estructuración de Giddens para entender las cerámicos. El aporte de Garrido Escobar es
prácticas y relaciones sociales entre los agentes y tentador y superador de los enfoques clásicos al
los objetos materiales en un ámbito conspicuo, estudio del estilo y la etnicidad. Sin embargo,
como es la producción de alfarería, de las parte de la lógica interpretativa del trabajo se basa
sociedades del Período Tardío e Inka en el valle de en un interjuego de oposiciones que llevan a
Tafí. Entendiendo que tanto los objetos cerámicos autodefiniciones culturales un tanto
como los agentes que los produjeron están estructuralistas en su visión. El reconocimiento de
socialmente e históricamente definidos, Páez trata prácticas culturalmente definidas no conlleva por
de abordar, desde la teoría de la agencia, un tema definición la autodefinición cultural por oposición
poco desarrollado para la producción de alfarería: a otras prácticas culturales diferentes, si bien el
la utilización de ciertos tipos de antiplásticos autor intenta articular el cambio observado dentro
(tiesto molido e inclusiones piroclásticas) tanto en del esquema propuesto por Bourdieu.
las formas culturalmente definidas como
pertenecientes a la Cultura Santamariana como El trabajo que nos presentan Giovannetti y Páez
aquellas asignables al momento Inka. La aborda las relaciones morfológicas de una forma
observación de la existencia de cambios y cerámica Inka muy característica como son los
continuidades en la utilización de estos tipos de ´platos´ para dos macro-áreas geográficas
antiplásticos en la producción de alfarería permite (Noroeste Argentino y zona cuzqueña) como un
a la autora rastrear ´prácticas culturales´ que intento de interpretar, incorporando elementos de
persisten a través del tiempo como es el caso del la teoría de la agencia, la relación mantenida entre
uso del tiesto molido y aquellas que están la política imperial del Estado Inka y las
presentes en las elecciones tecnológicas realizadas poblaciones locales. Partiendo de la ruptura con la
por los alfareros de Tafí pero que se visualizan definición clásica de lo que se denomina Inka
exponencialmente tanto para formas cerámicas Provincial y todo lo que ella lleva implícita, los
Inka como para las formas del Tardío, pero en autores tratan de buscar interpretaciones
momentos Incaicos, como es el uso indiferenciado alternativas al sincretismo observado básicamente
de las inclusiones pumíceas (depósitos de caída) en las características mofológicas de los platos
en todas las formas cerámicas analizadas. El registrados y analizados en el Noroeste Argentino,
potencial de esta aproximación es indiscutible en observando la resignificación de las prácticas
relación a la estructuración y reproducción de las alfareras del Período Tardío en momentos Incaicos
prácticas alfareras en una sociedad que hasta no (pucos y platos). Diferentes ideas se originan en
hace mucho se visualizaba como culturalmente este trabajo, quizás una de las más interesantes
diferenciada en dos bloques temporales aquella que plantea más como pregunta que como
internamente homogéneos y diferentes entre sí –lo respuesta el rol de este tipo cerámico, los platos,
Tardío y lo Inka-, diferenciación que se puede en las relaciones entre el Estado y las poblaciones
rastrear hasta los momentos de su definición. locales, tanto a nivel simbólico como funcional.
Las diferencias observadas por los autores a partir
El trabajo de Garrido Escobar es innovador desde del análisis morfológico de los platos entre las dos
todo punto de vista. Garrido Escobar adopta una macro-áreas geográficas lleva a los mismos a
aproximación al estudio del ´estilo´ en la cerámica sugerir que los platos podrían haber jugado un
arqueológica que trasciende los enfoques clásicos. doble rol dentro de estas relaciones: un rol
Su abordaje en la Cultura Copiapó pretende claramente establecido como elementos votivos y
establecer una relación, a partir de la utilización de ofrendatorios cuya relevancia estaría en la
la teoría de la agencia y en particular del concepto legitimación del Estado a través de diversas
de habitus desarrollado por Bourdieu, entre la prácticas, básicamente funerarias; y otro rol
estructuración de los patrones de diseño en la alternativo vinculado con el dominio público o
cerámica y aspectos mucho más amplios como la semi-público, a través de la esfera culinaria, en
identidad étnica. El autor, reconociendo los donde esta forma cerámica habría participado en
alcances y limitaciones de las aproximaciones ceremonias y fiestas entre las elites nativas y
previas en arqueología al estudio de la etnicidad, personajes representativos del Estado Inka. El
aborda el estudio del estilo en la cerámica Copiapó trabajo es un buen punto de partida para seguir
desde una visión desarrollada en el seno de la explorando la significación contextual de ciertos
teoría social intentando vincular la teoría de la tipos de formas cerámicas como lo son los platos y

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aríbalos, formas Incaicas que creíamos en el ´antropología de la tecnología´, en conjuntos
pasado muy estandarizadas. cerámicos fragmentarios. Como señala la autora,
la mayor parte de estos trabajos han sido
A partir del análisis de una muestra de artefactos realizados en contextos de investigación
cerámicos pertenecientes a grupos identificados etnoarqueológicos y etnográficos y ha resultado
como cazadores-recolectores localizados en los difícil poder establecer una metodología apropiada
ambientes fluviales del Río Paraná (Provincia de para aproximarse a los conjuntos arqueológicos
Entre Ríos, Argentina), Ottalagano presta atención cerámicos. Partiendo del estudio de un conjunto de
a un aspecto poco desarrollado en la investigación artefactos cerámicos fragmentados, procedentes
de estos grupos: las características decorativas y del sitio La Angostura (Dpto. Belén, Provincia de
morfológicas asociadas a los recipientes cerámicos Catamarca, Argentina) y asignables a las
y su variabilidad contextual. Partiendo de una sociedades Belén del Período Tardío del Noroeste
concepción de estilo activo, avanza hacia Argentino, Puente trata de abordar el estudio de
formulaciones relacionadas con los aspectos los ´modos de hacer cerámica´ enfatizando tanto
simbólicos de las sociedades que los produjeron y en las características visibles como en las
utilizaron. El arte mobiliar cerámico se visualiza invisibles que caracterizan todo el proceso de
como un área de estudio en la que conceptos y producción cerámica. La investigación
propuestas complementarias pueden ser desarrollada complementa los aspectos visuales y
desarrolladas como una vía fructífera en el estéticos de los objetos terminados (morfología y
transcurso de la investigación. La autora concibe decoración) con las características internas o
visualiza al ´estilo´ como un modo de hacer invisibles (selección de materias primas,
repetido, donde entonces los pautamientos utilización y características de ciertos tipos de
manifestados en la morfología, estructura y antiplásticos, técnicas de manufactura y cocción)
elaboración del registro artístico podrían ser producto de elecciones tecnológicas realizadas por
entendidos como un resultado de modos los alfareros en el pasado. Es así como la autora
establecidos y compartidos de hacer y percibir. plantea la utilización del concepto de ´estilo
Uno de los resultados más interesantes que se tecnológico´ para referirse a las diferentes etapas
presentan en el trabajo es la ausencia de elecciones que conforman la cadena operativa utilizada en la
tecnológicas particulares –condiciones de producción de la alfarería Belén. Los resultados
manufactura y uso- para las vasijas cerámicas obtenidos a partir de esta aproximación permiten
decoradas y los no decoradas, así como su registro observar que existe mayor variabilidad y
en contextos diversos, lo que llevaría a pensar en diversidad en la manufactura de las piezas
la participación de los recipientes cerámicos con cerámicas Belén, básicamente para las categorías
motivos abstractos y zoomorfos tanto en de urnas y pucos, y en palabras de la autora se
actividades cotidianas como en actividades de afirma que …”las técnicas utilizadas para
significación ritual, como ser las prácticas manufacturar la alfarería Belén recuperada en el
inhumatorias de los grupos humanos, sitio, no siguieron un patrón constante de
privilegiando los roles visuales de la cerámica y la manufactura. Al contrario, distintos modos de
comunicación de mensajes en las actividades tanto hacer estuvieron involucrados en la producción
rituales como cotidianas de los grupos. del conjunto analizado.” El trabajo presenta una
Definitivamente, éstos resultados son producto de visión integradora, innovadora y complementaria
la combinación de acercamientos diferentes a los como es la articulación entre las características
objetos cerámicos: las expresiones artísticas, la ´visibles´ e ´invisibles´ involucradas en el proceso
morfología de los recipientes y la interpretación de manufactura cerámica, que consideramos
funcional a partir de los rastros macroscópicos de necesariamente útil para abordar el estudio de las
uso analizados. La autora rompe con la idea prácticas alfareras a partir del material cerámico
tradicional de los artefactos y/o contextos que fragmentado.
usualmente se han utilizado como marcadores de
la ´etnicidad´, incorporando elementos de la La contribución de De La Fuente plantea una
cultural material procedentes de contextos aproximación al estudio de las prácticas alfareras
domésticos que expresan la cotidaneidad de las para momentos del Período Tardío en el sitio de
prácticas de manufactura y uso de la alfarería de Watungasta, localizado en el sector medio del
los grupos bajo análisis, considerando la esfera de Valle de Abaucán (Dpto. de Tinogasta, Provincia
la vida diaria como un aspecto fundamental para de Catamarca, Argentina). A partir del estudio de
construir sus interpretaciones. una muestra extensiva de fragmentos cerámicos
procedentes de recolección superficial y
El trabajo de Puente presenta una problemática excavaciones sistemáticas en Watungasta
que ha sido poco abordada en las investigaciones complementada con el estudio de una muestra
sobre cerámica arqueológica: el estudio de las también extensiva de piezas cerámicas completas
prácticas alfareras, a través del enfoque de la procedentes de diferentes museos arqueológicos el

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autor trata de aproximarse básicamente al estudio grupos, los autores plantean la importancia del rol
de la organización de la producción de alfarería de las mujeres en la elaboración de alfarería
para momentos del Período Tardío. Partiendo del destinada a diferentes actividades en la sociedad
concepto de chaîne opératoire acuñado por Leroi- tupiguarani, prestando atención a las
Gourhan y articulando las ideas de Lemmonier características morfológicas, decorativas y
desde la antropología de la tecnología, el autor funcionales en diferentes áreas del Brasil. Estas
aborda el estudio de la producción de alfarería características estudiadas les permiten a los
desde diferentes enfoques complementarios autores ir definiendo fronteras estilísticas que
(estudios morfológicos, tecnología cerámica, asocian a posibles cuestiones de identidad étnica.
procedencia, estudios sobre las técnicas de El trabajo busca resignificar el papel de la
manufactura, etc.) en un sitio donde la evidencia cerámica como medio de expresión social de las
arqueológica indica que funcionó en el pasado mujeres: las alfareras que elaboran y decoran las
como un centro de manufactura durante el Período piezas cerámicas. Esta búsqueda se hunde
Tardío e Inka. Los resultados obtenidos por De La profundamente y se enraiza con ciertos aspectos
Fuente permiten plantear la existencia de de la filosofía indígena y la linguística de estos
elecciones tecnológicas muy conservadoras grupos. Es así como el rol de la cerámica y de las
involucradas en el proceso de manufactura mujeres en la reproducción social en las
cerámica para el Período Tardío, interpretando sociedades tupiguarani puede ser visualizado
algunas de estas prácticas, como por ejemplo la desde otro ángulo mucho más enriquecedor que la
utilización de un antiplástico de origen cultural mera descripción formal y estilística de las vasijas
como lo es es ´tiesto molido´, como formando cerámicas. La idea de los autores plantea un
parte de aspectos sociales más amplios y con una paralelismo entre las vasijas cerámicas y el cuerpo
significación particular. La reconstrucción de la humano basado fundadamente en las acepciones
chaîne opératoire y el reconocimiento de la de los vocablos tupi y guaranies para definir a las
existencia de representaciones sociales específicas diferentes vasijas. Por otro lado, también se
en la producción de un item tan importante como plantea que en las sociedades tupiguaranies …”los
la alfarería para estas sociedades, lleva al autor a seres y los objetos precisan ser “adornados”, por
pensar en cuestiones relativas a una identidad eso la importancia de las pinturas corporales y de
técnica muy bien definida para este Período. La los adornos de las culturas de las tierras bajas
especificidad cultural comprendida en el concepto sudamericanas.” Este paralelismo antes
de chaîne opératoire permite plantear temas que mencionado se vuelve en una metáfora para
de otra forma serían imposibles de desarrollar. El explicar las diferentes transformaciones
autor rompe con la definición clásica de tradición, biológicas, fisiológicas y sociales por las que pasa
enmarcada dentro la historia cultural, para ir más cada individuo en estas sociedades, es decir para
allá proponiendo un nuevo concepto de ´tradición explicar con un sentido amplio diversos aspectos
alfarera´, visualizándola como una ´práctica de la reproducción de una sociedad. No solamente
culturalmente definida´ a través del tiempo dentro las formas de las vasijas son importantes y tienen
de comunidades con límites sociales muy un rol específico, sino también los diseños
marcados. El otro punto importante desarrollado decorativos aplicados a las mismas. De este modo,
parcialmente por el autor posee implicancias forma / diseño de las vasijas y prácticas alfareras
relativas a la agencia tanto de los actores sociales, se intersectan dentro de los mitos tupiguranies
en este caso los alfareros, como la de los objetos revalorizando el rol de las mujeres dentro de esta
cerámicos que ellos producen, proponiendo la sociedad. Un punto de especial interés es aquel
articulación de la idea de Barley de ver el proceso planteado por los autores sobre las evidencias
holístico de producción de alfarería como una arqueológicas de la existencia de aprendices –
metáfora a través de la cual se realiza la niñas- en la elaboración de alfarería, un área de
reproducción social, es decir como un escenario en investigación que recientemente ha empezado a
el que se puede explicar el mundo social que nos cobrar relevancia. El trabajo deja planteados
rodea y del cual los agentes sociales forman parte. varios interrogantes, abocando por una
interpretación profunda de la etnicidad
El trabajo de Prous y Jácome presenta una resignificada en la práctica cotidiana, pero sin
investigación interesante sobre el papel de la duda alguna esta visión enriquece mucho más el
cerámica en la sociedad tupiguarani, enfatizando estudio de las vasijas cerámicas tupiguarani.
ciertos aspectos relacionados con la distribución
regional de estilos, su correlación con las áreas Por último, el trabajo de García nos presenta una
geográficas linguísticas y sobre el rol de las comparación entre los datos obtenidos a partir de
mujeres –las alfareras- en las prácticas alfareras los estudios etnoarqueológicos sobre la
desarrolladas por estos pueblos. Partiendo de una manufactura y uso de ciertas formas de alfarería
interpretación estructuralista sobre como se define (ollas, cántaros, jarras, virques y ollas grandes)
la cerámica tupiguarani en relación a los ´otros´ realizados en la microrregión de Azul Pampa,

5
Noroeste Argentino (Quebrada de Humahuaca, sensual, es poner el énfasis sobre la naturaleza
Provincia de Jujuy, Argentina) y la información generativa de la construcción y uso del objeto
sobre la producción y uso de alfarería en contextos terminado, en tanto que ella nos informa sobre el
arqueológicos procedentes de dos sitios proceso generativo de la construcción del
arqueológicos correspondientes al momento inicial sujeto/agente social. De este modo, el cuerpo del
del Período de Desarrollos Regionales (Período sujeto técnico, en este caso el/la alfarero/a, y su
Tardío) para la región bajo estudio. Partiendo de la práctica técnica cotidiana, no era solamente un
existencia de ciertas continuidades en las prácticas medio a través del cual ellos sentían y se hacían
alfareras desarrolladas en la región durante los sentir en el mundo, sino que era simultáneamente
últimos 9 siglos, la autora realiza una comparación una etapa en la cual la identidad y otro intereses
interesante entre los contextos de uso de ciertas eran puestos en juego.
formas de alfarería actual y aquellas piezas
procedentes de contextos arqueológicos, prestando
especial atención a las características Referencias
morfológicas, la decoración y la evidencia de
rastros de uso (presencia o ausencia de hollín). Arnold, D. E. 2005. Linking Society with the
Utilizando la información relevada en la Compositional Analyses of Pottery: A Model from
comunidad actual García observa ciertas Comparative Ethnography. En A. Livingstone-
correspondencias en los contextos y usos para la Smith, D. Bosquet y R. Martineau (eds.), Pottery
forma ollas procedentes del Antigal Alto Sapagua. Manufacturing Processes: Reconstitution and
Sin embargo, las formas cerámicas ollas y Interpretation, pp. 21-47. British Archaeological
cántaros procedentes del Pukara de Hornaditas Reports, BAR S1349, Oxford.
parecen haber tenido funciones diferentes a las
actuales. La misma situación se presenta para la Barley, N. 1994. Smashing Pots. Feats of Clay
categoría jarras. Especialmente interesante son las from Africa. The British Museum Press. London.
vasijas correspondientes a la clasificación de
virques y ollas grandes, caracterizadas como de Bell, J. 1992. On capturing agency in theories
uso extraordinario (vasijas para preparar chicha), about prehistory. En Gardin, J. C. y C. Peebles
las cuales presentan una alta movilidad espacial en (eds.), Representations in Archaeology. pp. 30-55.
la actualidad y participan en contextos de Indiana University Press, Bloomington.
reproducción social significativos, como las fiestas
y las libaciones. Un último punto a destacar son Bourdieu, P. 2007. El sentido práctico. Siglo XXI.
las evidencias de reocupación y reutilización de Buenos Aires.
áreas arqueológicas por las comunidades actuales
y la apropiación de los pobladores actuales de Dobres, Marcia Ann. 2000. Technology and Social
prácticas ancestrales que son resignificadas en Agency: outlining a practice framework for
contextos sociopolíticos y económicos diferentes a archaeology. Blackwell.
los del pasado. Este trabajo es un buen punto de
partida para seguir explorando los aspectos de Dobres, M. Archaeologies of technology.
continuidad cultural a través del tiempo en las Cambridge Journal of Economics, 33, 2009.
prácticas alfareras de la microrregión de Azul
Pampa. Dobres, Marcia Ann y John Robb. 2000. Agency
in archaeology: Paradigm or platitude? En Agency
Los trabajos presentados en este volumen y in Archaeology, edited by M. Dobres and J. Robb,
resumidos en los párrafos anteriores demuestran pp. 3-17Routledge, London.
una plétora de ideas en torno a como abordar el
estudio de la alfarería arqueológica en diferentes Dobres, Marcia Ann y John Robb (eds.). 2000.
contextos tratando de superar los planteos Agency in Archaeology. Routledge, London.
netamente funcionalistas. La búsqueda en general
está orientada a comprender al sujeto/agente como Dornan, J. 2002. Agency and archaeology: past,
un constructo social definido históricamente capaz present, and future directions. Journal of
de tener un rol activo a través de la cultura Archaeological Method and Theory 9:303-329.
material en las diferentes esferas de reproducción
social en una sociedad. El campo de estudio de las Giddens, A. 2006. La constitución de la sociedad.
tecnologías antiguas, en este caso las prácticas Amorrurtu. Buenos Aires.
alfareras, es una arena interesante para poder
discutir y debatir sobre diferentes posiciones Gosselain, O. P. 1992. Technology and Style:
teóricas y metodológicas. Como plantea Dobres potters and pottery among Bafia of Cameroon.
(2009) la definición de la tecnología antigua como Man 27: 559-586.
una forma de práctica material sensible, y a la vez

6
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8
Abordando el Estudio de las Prácticas Alfareras
desde Material Arqueológico Fragmentario

Verónica Puente

“...tan pronto como uno mire la manera en que las cosas son hechas (o usadas), más allá de su
mera apariencia externa, la sociología de los artefactos se abre a lo largo de nuevas y fértiles líneas.”
(Lemonnier 1993:11)

Los objetos son creados en un contexto social piezas completas. Con el propósito de responder a
particular. Sus características morfológicas, este interrogante, se presentan y discuten los
tecnológicas y de diseño en general, son el resultados obtenidos a partir del análisis realizado
resultado de un proceso de producción en el que sobre el conjunto cerámico correspondiente a la
intervienen decisiones de diversa índole. La forma unidad estilística Belén, recuperado en el sitio
en que los percibimos influye y, a la vez, es el arqueológico La Angostura (Belén, Catamarca).
resultado de nuestras acciones, valores y estilos de
vida (Dant 1999; Merleau-Ponty 1993; Panofky Prácticas Alfareras y Estilos Tecnológicos
2003; Thomas 1996). Por lo tanto, su existencia no
puede ser reducida a una respuesta adaptativa o a Las prácticas alfareras consisten en un conjunto de
un reflejo de identidad cultural. En el marco de elecciones y acciones que deben ser entendidas
esta discusión y desde la perspectiva de la bajo el concepto de producción social, ya que en
antropología de la tecnología considero que las ellas se interrelacionan aspectos materiales,
prácticas alfareras son el resultado de un conjunto sociales y simbólicos que adquieren significación
de elecciones que se desarrollan y adquieren en un contexto social particular (Lemmonier 1986,
significación en un contexto social particular 1992, 1993). De este modo, dichas prácticas son el
(Lemmonier 1992). resultado de la interacción de distintos elementos -
materia, energía, objetos, gestos y conocimiento
Las prácticas alfareras involucran consideraciones específico (“saber hacer”)-, que se interrelacionan
sociales con las que los individuos se expresan, e interactúan a lo largo de la cadena operativa
producen y reproducen socialmente (Aronson et (Lemmonier 1992: 5).
al. 1994). De esta manera, las elecciones
realizadas a lo largo del proceso de manufactura En este proceso, los artesanos eligen los pasos a
no son al azar, sino que provienen generalmente seguir entre una variedad de opciones posibles. A
del contexto social en el cual se aprendieron y/o en través de estudios etnográficos, se ha observado
el que se realizan los objetos (Dobres y Hoffman que muchas de las elecciones realizadas a lo largo
1994; Browser 2000; Mahias 2000; Stark et al. del proceso de producción son arbitrarias desde el
2000). Muchas de estas decisiones -conscientes o punto de vista técnico, es decir, no responden a
inconscientes- pueden ser independientes de constreñimientos físicos o ambientales, ni están
cualquier necesidad material o mecánica pero, a dirigidas a obtener una mayor eficacia técnica o
pesar de ello, son reproducidas y mantenidas en el material del objeto terminado (MacEachern 1998;
tiempo (Lemmonier 1992: 3-51; Stark 1999; Stark 1999: 35; Mahias 2000: 171). Por lo tanto,
Mahias 2000: 160; van der Leew 2000). En este son elecciones propias de un “saber hacer”
sentido, forman parte del “saber hacer”, el cual, si particular. Esta diversidad de elecciones
es transmitido en el tiempo de generación en plasmadas en modos de hacer particulares, pueden
generación, puede llegar a transformarse en una responder a distintas realidades sociales y, en este
tradición de manufactura. sentido, constituyen “representaciones sociales”,
ya que a través de ellas, los fenómenos sociales
En el marco de esta perspectiva cabe preguntase influyen sobre el sistema técnico (Lemmonier
cómo abordar el estudio de estas prácticas, 1992: 6; Mahias 2000: 174).
considerando que los restos cerámicos que
predominan en los sitios arqueológicos La producción de bienes contiene e involucra
corresponden principalmente a fragmentos de aspectos de diversa índole -económicos, políticos,

9
rituales, mágicos, naturales, etc.-, que no pueden A partir de esta discusión cabe preguntarse ¿cómo
ser separados en compartimentos discretos, ya que abordar el estudio de “los modos de hacer” a partir
la interrelación de todos ellos es lo que le da de material arqueológico?, y específicamente
sentido al proceso (Lemmonier 1993:4; Gosselain ¿cómo abordar el estudio de las prácticas alfareras
1998; Tilley 1999). Esta interrelación confiere lo a partir de conjuntos cerámicos fragmentarios?
que Gell denomina “el encanto de la tecnología”,
aspecto presente en toda clase de actividad técnica Lo Visible y Lo Invisible: Un Acercamiento al
(Gell 1992). En otras palabras, la producción de Estudio de las Prácticas Alfareras
un objeto es una producción social, por lo tanto,
los artesanos –en tanto actores sociales- cargan de La enunciación teórica y los casos de análisis a
significación cada paso del proceso de producción partir de los cuales se plantea a la tecnología como
y cada técnica implementada (Lemmonier 1992, una producción social (en el sentido expuesto
1993). De este modo, las técnicas utilizadas en la anteriormente), surgen principalmente, a partir de
elaboración de un objeto trascienden su simple investigaciones etnográficas y etnoarqueológicas
eficacia material. (Lemmonier 1986, 1992, 1993; Gosselain 1998,
1999; Dietler y Herbich 1998; Mahias 2000;
Los modos de hacer o estilos tecnológicos son el Browser 2000; van der Leew 2000; MacEachern
resultado de este conjunto de decisiones, por lo 1998; Stark 1998; Dobres y Hoffman 1994). En
tanto, representan la suma de conocimientos, ellas, es posible visualizar y analizar la diversidad
procesos técnicos y representaciones sociales de elecciones realizadas por los artesanos a lo
involucradas en la elaboración y en el uso de un largo de la cadena operativa y, por lo tanto,
bien (Gosselain 1998; Stark 1998, 1999; Stark, observar la multiplicidad de factores que
Elson y Clark 1998). Asimismo, aspectos como conforman estas prácticas. Sin embargo, este
quién produce, para quién, bajo qué condiciones y análisis se dificulta al trasladarlo al registro
con qué propósitos, influyen sobre dichas arqueológico.
elecciones y, por lo tanto, tienen consecuencias
sobre las características que adquirirá el objeto en En la última década, los estudios sobre estilos
cada etapa de la produccióni. De este modo, esta tecnológicos y modos de hacer a partir de material
diversidad de elecciones debe ser entendida dentro arqueológico se han incrementado. En el caso de
de la dinámica social mayor de la que forma parte la alfarería, la unidad de análisis considerada
(Lemmonier 1992: 18; Dietler y Herbich 1998; (piezas completas, fragmentos o lotes de
Gosselain 1998: 82; Stark 1999: 42; Mahias 2000: fragmentos), así como los atributos seleccionados
173). para ser estudiados y las herramientas analíticas
utilizadas, variaron de acuerdo a la pregunta de
Como puede observase en diversos estudios investigación y a las características de la cultura
etnográficos, un estilo tecnológico o una tradición material estudiada (López 2007; Stark et al. 1998;
de manufactura no reflejan unidades Chilton 1998, 1999; Feely et al. 2007; Goodby
socioculturales. Al contrario, pueden atravesar 1998; Páez et al. 2005; Sanhueza 2004).
fronteras étnicas (Hegmon 1998); pueden ser
compartidos y percibidos por un grupo de En este trabajo, consideramos que una manera
alfareros como referencia de identidad y adecuada de acercarnos al estudio de los distintos
diferenciación social en el interior de una sociedad modos de hacer que convivieron en el pasado, es a
(Mahias 2000: 171); pueden expresar diferencias través de un análisis holístico de la cultura
sociales de edad, género, etc. dentro de una material (Dietler y Herbich 1998: 238-245; Stark
sociedad (Lemmonier 1992: 87), entre otras cosas. 1998: 5). En este sentido, un abordaje que
Por consiguiente, distintos estilos tecnológicos, al interrelacione los elementos visibles y ocultos
igual que distintos contextos y escalas de (Falabella et al. 2002) –lo externo y lo interno- de
producción, pueden coexistir en una misma los conjuntos cerámicos recuperados (fragmentos
comunidad. En el mismo sentido, esto nos lleva a y/o piezas completas), puede ser una herramienta
pensar que objetos similares pueden haber sido adecuada para abordar el estudio de las prácticas
realizados a través de tradiciones tecnológicas sociales que conforman esta producción. En las
distintas. Y viceversa, objetos percibidos piezas cerámicas, los aspectos que vemos como
diferencialmente pueden haber sido forma y decoración son solo una pequeña
manufacturados por los mismos artesanos o por consecuencia material de todo el proceso de
artesanos que comparten las mismas tradiciones. manufactura (Lemmonier 1993: 10). Por eso, es
importante indagar sobre aquellos aspectos que no
i
Costin y Hagstrum (1995) consideraron estos aspectos se perciben en las características externas de los
para abordar el problema de las características y escalas objetos e interrelacionar ambos tipos de
de producción desde un punto de vista economicista. En información.
base a estas variables clasificaron la producción en
distintos grados de especialización.

10
Lo visible y lo oculto brindan distintos elementos orientar el análisis externo de los fragmentos
a través de los cuales podemos acercarnos a la cerámicos recuperados en el sitio La Angostura.
interpretación del pasado. “Lo visible” nos En base a la clasificación morfológica establecida
informa sobre aquello que fue hecho para ser visto (Puente y Quiroga 2009) (Figura 1) y a la
y por lo tanto percibido. Puede haber sido variabilidad observada en los tratamientos de
realizado con la intención de persuadir, de superficie, técnicas para plasmar los diseños y
provocar, o no, pero se presenta ante nosotros con color, fue posible identificar la variedad de piezas
características propias. Por su parte, “lo oculto” se presentes en el sitio. Sin embargo, para abordar el
refiere a aquellos rasgos que forman parte de un estudio de aquellos aspectos de la manufactura que
objeto pero que no están hechos para ser vistos, es no quedan plasmados en las características
decir, son elementos constitutivos del objeto que externas de las piezas, fue fundamental el estudio
no son percibidos a simple vista, pero que nos realizado sobre los fragmentos cerámicos. A través
brindan información significativa sobre aspectos de ellos, se puede obtener información
involucrados en su elaboración (Reedy y Reedy significativa que no puede ser recuperada en las
1994). piezas completas. En este sentido, considero que
en el estudio arqueológico de las prácticas
Si consideramos la alfarería correspondiente a la alfareras, los fragmentos constituyen una unidad
unidad estilística Belén, observamos que ha sido de análisis con jerarquía propia.
definida principalmente a partir de sus
características morfológicas e iconográficas
(Bregante 1926; González 1955; Lafone Quevedo
1904; Outes 1907; Sempé 1976; Serrano 1966;
Wynveldt 2007). En este sentido, son los atributos
externos de estas piezas los que nos permiten
clasificarlas como tales. Pero, si realizamos un
análisis más detallado de estos atributos externos Figura 1. Clasificación morfológica de la unidad
observamos variabilidad, por ejemplo, en los estilística Belén.
contornos vinculados a un mismo tipo de forma,
en los temas representados y en los modos de Estudiando los “Modos de Hacer” en el Sitio La
representación (Quiroga y Puente 2007; Puente y Angostura
Quiroga 2009). Estas diferencias, si bien pueden
responder a aspectos cronológicos (Sempé 1976) El sitio arqueológico La Angostura, está ubicado
nos hacen reflexionar sobre la diversidad de en el sector sur del Valle del Bolsón (26º 52' a 27º
modos de hacer relacionados a la producción de Latitud Sur y los 66º41' a 66º49' de Longitud
este tipo de alfarería. A partir de esto, cabe Oeste, Dpto. de Belén, Catamarca) (Mapa). Se
preguntarse si las cualidades perceptuales que trata de un asentamiento conglomerado que a
permiten asociar determinada alfarería con esta partir de su planta arquitectónica y de la cerámica
unidad estilística, están enmascarando diversidad superficial y de excavación fue atribuido a
en las técnicas de manufactura involucradas en su ocupaciones prehispánicas tardías. Presenta
producción. En este sentido, ¿pueden identificarse sectores de ocupación espacialmente discontinuos
distintos modos de hacer o estilos tecnológicos en ubicados sobre los extremos de dos conos de
la producción de un mismo estilo iconográfico?, y deyección: en la base, casi en contacto con el
si es así, ¿cómo se relacionaría esta diversidad con fondo de valle y en el sector de mayor pendiente
la escala y las características de la producción? (Quiroga 2002). Es interesante señalar, que este
sitio no responde al patrón arquitectónico de
En este trabajo se realiza un aporte a esta grandes conglomerados que ha sido utilizado
discusión a partir de un análisis integral, es decir, tradicionalmente para caracterizar la problemática
siguiendo un enfoque que considera en forma sociopolítica del tardío. Su menor envergadura, la
conjunta las características externas y visibles – baja superficie cubierta y la integración espacial
color, tratamiento de superficie, forma-, como las de sectores agrícolas y residenciales, no
características internas y ocultas –pastas, detalles evidencian la jerarquización social planteada para
particulares sobre las técnicas de formación de las este período (Quiroga 2002).
piezas- de los restos cerámicos, permitiendo de
este modo, abordar el estudio de las prácticas La muestra analizada se compone de 343
alfareras que se desarrollaron en un contexto fragmentos, recuperados a través de recolección
social particular. superficial y excavación estratigráfica en recintos
Los estudios previamente realizados sobre piezas de habitación, sondeos en cárcavas y recolección
completas correspondientes a la colección superficial por medio de transectas en sectores
Schreiter (Quiroga y Puente 2007; Puente y extramuros (Quiroga 2002; Carrera 2005) (gráfico
Quiroga 2007, 2009), fueron fundamentales para 1).

11
tomadas de Rye (Rye 1981: 89). Si bien, el tipo de
tratamiento puede variar en una misma pieza
según su sector y superficie –externa o interna-, en
la colección mencionada pudieron distinguirse
claramente piezas que recibieron tratamientos de
distintas calidades. Es necesario aclarar, que las
características fragmentarias y contextuales del
conjunto recuperado en el sitio La Angostura
dificultan –en la mayoría de los casos- asociar
distintos fragmentos a una misma pieza, por esta
razón, la unidad de análisis trabajada es el
fragmento. Considerando estas características y
los antecedentes mencionados, los fragmentos
fueron agrupados de la siguiente manera (gráfico
2):
- Alisado: se define por la presencia de
fragmentos con ambas superficies alisadas. Los
fragmentos asignables a las piezas de Forma 1 y
3 muchas veces presentan sectores de la
superficie interna con un tratamiento alisado
desparejo. Dicho sector no sería visible si la
pieza se encontrara completa.
- Bruñido: se define por la presencia de
fragmentos con ambas o al menos una de sus
superficies bruñidas y la otra alisada. Dentro de
este conjunto, se decidió incluir también a los
Mapa. Ubicación geográfica del Valle del Bolsón
fragmentos que presentan un tratamiento pulido.
y del sitio La Angostura
El motivo de dicha agrupación se debe a que no
todos los fragmentos presentan las mismas
La primera instancia del trabajo consistió en
condiciones de conservación y, considerando
realizar una clasificación considerando las
que ambos tratamientos se diferencian por el
características externas de los fragmentos, esto es,
grado de regularidad y lustre observado en la
el tratamiento de superficie, el color y la
superficie (Rye 1981: 89; Rice 1987:138), la
identificación de puntos característicos de formas
división en grupos diferentes podría ser errónea.
(bordes, bases, asas, puntos angulares y puntos de
inflexión). Estos últimos, fueron clasificados
según los criterios propuestos por Shepard
(Shepard 1957: 224-248) y constituyeron la base Tratamientos de superficie
para la asignación a las variedades morfológicas
definidas previamente a partir de piezas completas
(Puente y Quiroga 2009) (Figura 1). alisado
73%
bruñido
91%
9%
Proporciones de fragmentos pulido
18%
7%
5%
fragmentos de cuerpo
15% Gráfico 2. Diversidad de tratamientos de
bordes
superficie.
asas
En cuanto a las características de color y a las
73% bases técnicas utilizadas para plasmar los diseños, la
muestra se clasifica de la siguiente manera
(gráfico 3):
- Diseños pintados de color negro sobre engobe
Gráfico 1. Proporciones de fragmentos según el rojo: integrado por 333 fragmentos.
sector de la pieza que representan. - Diseños pintados de color negro y con puntos
blancos sobre engobe rojo: integrado por 4
Dicha experiencia también permitió reconocer que fragmentos correspondientes a la Forma 1,
los tratamientos de superficie utilizados en esta recuperados en distintos sectores del sitio. Dos
alfarería son: alisado, bruñido y pulido (categorías

12
de ellos poseen la superficie externa bruñida y a) Forma 1 y Forma 3: considerando la forma y
los otros dos, alisada. altura del borde-cuello se identificaron 9
- Diseños grabados y pintados de color negro ejemplares correspondientes a la Forma 1 y, 9
sobre engobe rojo: integrado por 4 fragmentos ejemplares que pueden corresponder tanto a la
que fueron recuperados en distintos sectores del Forma 1 como a la Forma 3. En base a las
sitio. Tres de ellos formaron parte de piezas características del contorno y del labio se observan
correspondientes a la Forma 1 o 3 y recibieron las siguientes variedades (Tabla 1, Figura 2).
un tratamiento de superficie bruñido. El otro El diámetro de los bordes de la Forma 1 varía
fragmento, correspondió a una pieza de la entre 30 y 35 cm. Esta medida pudo ser estimada
Forma 2 cuyas superficies recibieron un en 5 casos, con un porcentaje de representación
tratamiento alisado. superior al 10%. El cálculo de los diámetros de
borde de los fragmentos que representan la Forma
Es pertinente aclarar, que los colores utilizados 1 o 3 pudo ser estimado en un solo caso con un
para identificar el estilo Belén fueron definidos porcentaje superior al 10 %, indicando 32 cm de
tradicionalmente como negro y rojo. Sin embargo, diámetro.
las tonalidades observadas en los fragmentos
recuperados en el sitio, como así también, en las b) Forma 2: se recuperaron 19 bordes.
piezas completas de la colección Schreiter no son Considerando sus características de contorno fue
homogéneas. Hay ejemplares donde las posible identificar 2 clases morfológicas distintas
representaciones plásticas de color negro se dentro de esta variedad (Puente y Quiroga 2009)
plasman sobre un fondo morado. Debido a que los (Tabla 2, Figura 3).
motivos de estas diferencias pueden ser diversos y
exceden el análisis propuesto en este trabajo, se En relación al diámetro de los bordes, solo fue
utilizará la categoría “rojo” a pesar de las posible realizar una estimación en 9 fragmentos,
diferencias observadas. pero con un porcentaje bajo de representación,
entre 5% y 10 %. Estos resultados indican que los
bordes de las piezas de la Forma 2 presentes en el
Color
sitio, variaban entre 18 y 38 cm de diámetro
aproximadamente.

negro s/ rojo Asas


Se recuperaron 13 asas cinta y 4 asas
negro y crema s/ rojo
mamelonares. Esta últimas corresponden a piezas
grabado de la Forma 2. Las asas cinta, por su parte, pueden
corresponder a piezas de la Forma 1 como de la
Forma 3, debido a que ambas variedades
morfológicas no presentan diferencias en este
aspecto.
Gráfico 3. Proporciones de fragmentos según la Considerando las características de contorno, las
técnica y el color utilizado para plasmar las asas cinta pueden diferenciarse en dos grandes
representaciones. grupos (Figura 4):
A) Ejemplares en que la inserción del asa tiene
Como fue anteriormente mencionado, para continuidad morfológica con el cuerpo inferior de
determinar las variedades morfológicas presentes la pieza. Presentan un contorno arqueado hacia
en el sitio, se realizó una comparación con la afuera. Dentro de este grupo se distinguen dos
clasificación establecida a partir del estudio de variedades:
piezas completas pertenecientes a la colección 1- el asa posee ambos orificios -superior e
Schreiter (Puente y Quiroga 2009). Los criterios inferior- de gran tamaño;
considerados para la comparación fueron, las 2- el orificio superior del asa posee un tamaño
características de contorno y la presencia de mucho mayor que el orificio inferior.
representaciones plásticas en alguna o ambas B) Ejemplares donde la inserción del asa y el
superficies. De este modo, a partir del análisis de cuerpo inferior de la pieza forman un límite
los bordes, las asas y las bases recuperadas fue angular. Dentro de este grupo se distinguen:
posible estimar la diversidad morfológica de las 1- Asas de contorno cóncavo. Presentan el orificio
piezas que se utilizaron en el sitio. superior de forma y tamaño diferentes al inferior.
Este último es más pequeño y de forma circular.
Bordes 2- Asas de contorno cóncavo. Presentan ambos
Se recuperaron 50 bordes, pero solo en 37 casos orificios de igual forma, pero el orificio superior
fue posible identificar la variedad morfológica es de mayor tamaño que el inferior.
correspondiente:

13
Variedad morfológica Borde Labio Frecuencia
evertido convexo 3 fragmentos
Forma 1
evertido recto 6 fragmentos
evertido convexo 4 fragmentos
Forma 1 o 3 evertido recto 4 fragmentos
Levemente evertido recto 1 fragmento

Tabla 1. Diversidad de bordes y labios correspondientes a las Formas 1 y 3

Figura 2. Diversidad de bordes y labios correspondientes a las Formas 1 y 3.

Clase morfológica Borde Labio Frecuencia


Contorno simple Invertido Recto 14 fragmentos
Contorno inflexionado E Evertido Recto 5 fragmentos

Tabla 2. Clases morfológicas correspondientes a la Forma 2.

Figura 3. Clases morfológicas correspondientes a la Forma 2.

14
Figura 4. Diversidad de asas cinta: contorno y vista superior.

3- Asa arqueada hacia afuera. Solo presenta - La concavidad se presenta levemente en la


orifico superior. Corresponde a una pieza de superficie externa y se disimula en la superficie
menor tamaño que las anteriores. interna, adquiriendo un aspecto plano.
Esta diferencia está presente en fragmentos
Bases correspondientes a ejemplares de las Formas 1 y 3.
Se recuperaron 18 bases, 6 de ellas corresponden a En el caso de tratarse de la pieza completa, dicha
piezas de la Forma 2 y las 12 restantes, a piezas de divergencia solo podría ser observada desde el
la Forma 1 o 3. Considerando las características interior de la misma, por lo tanto, no es un aspecto
del contorno correspondiente a la unión cuerpo que influya en la percepción de la vasija completa.
inferior-base se distinguieron dos variedades Teniendo en cuenta, las características de
(Figura 5): tratamiento de superficie, color, técnica decorativa
A: sin punto de inflexión. y forma, es posible afirmar que la variedad de
B: con punto de inflexión. piezas representadas en el sitio, refleja la variedad
Es relevante señalar, que si bien, todas las bases establecida para la alfarería Belén a partir de los
recuperadas son de forma cóncava, existen algunas estudios realizados sobre piezas completas.
diferencias entre ejemplares de diámetro y forma
similar. Estas discrepancias se observan al Analizando Lo Invisible
comparar las características de la superficie Como fue anteriormente señalado, consideramos
interna y externa de los fragmentosii. A partir de como invisible aquellos rasgos de un objeto que
ello, se identificaron dos variedades (Figura 5): son producto de elecciones que no tienen un
- La concavidad está presente en ambas impacto visual directo sobre su apariencia, en este
superficies. sentido, involucran decisiones sobre el modo de
hacer ese objeto que no tienen como finalidad ser
percibidas (Reedy y Reedy 1994). El estudio de
ii
Solo en algunos fragmentos es posible observar estas decisiones puede
claramente ambas superficies de la base.

15
Figura 5. Contornos de las bases.

Fragmento Forma Contorno Técnica Diámetro de la base Espesor Espesor


cm. base cuerpo
cm. inferior
cm.
11-25 1-3 A 2 10 1 1,5-0,9
32-618 1 A 2 9,5 1,9 1,7
43-124 No determinado No 2 No determinado Superior a n/d
determinado 1,4
43-2 1-3 B 2 12 1,1 0,7
5- 1-3 A 2 11,60 1,6 0,5-1,3
21/66/102/133
15-12/1 1-3 A 1 11 0,7 0,6
11-45 n/d B 1 No determinado n/d n/d
3-3 1-3 B 1 9 0,8 1
44-5 1-3 B 1 10 1,6 1,1
32-23 2 B 1 No determinado 1 1
32-12 2 A 3 9 0,8 0,9
12-57 2 A 3 No determinado 0,5 0,8
43-5/11 2 A 3 8 0,6 0,6
8-1/2 2 A 3 9 0,6 0,9
5-145 2 A 3 No determinado 1 0,6

Tabla 3. Relaciones entre la Forma, Contorno y Técnica para los fragmentos analizados.

16
Figura 6. Técnicas utilizadas en la construcción de bases.

ser abordado a través del análisis de determinados externa, posiblemente para reforzar la
rasgos o marcas que permiten inferir las técnicas pieza. Como puede observarse en la Figura
utilizadas en la construcción de las piezasiii o de 6, dentro de este grupo se aprecian dos
determinados sectores de ellas y, también, a través variedades -1a y 1b- que difieren según la
del análisis de las pastas cerámicas. extensión de la capa 2.
Este tipo de técnica es utilizada para
a) Técnicas utilizadas en la formación de las manufacturar principalmente piezas de la
piezas Forma 1 y/o 3, aunque un fragmento parece
corresponder a la Forma 2.
A partir de un análisis detallado sobre los 2- La base y el cuerpo inferior son
fragmentos correspondientes a bases y asas, fue manufacturados como partes separadas y
posible identificar diferencias en las técnicas posteriormente adheridas. Es interesante
utilizadas para la construcción de dichos sectores destacar, que en algunos fragmentos la
de las piezas. Es pertinente aclarar, que la muestra fractura dejó a la vista marcas paralelas que
sobre la cual fue posible estudiar este aspecto es evidencian la costura realizada para unir el
pequeña, por lo tanto, los resultados alcanzados cuerpo inferior a la base de la pieza.
son preliminares. Sin embargo, consideramos que El uso de esta técnica se observa en
constituyen un importante aporte a la discusión fragmentos que corresponden a piezas de la
que podrá ser abordada con mayor profundidad a Forma 1 y/o 3.
través de un conjunto más numeroso. 3- La base y el cuerpo inferior son
Bases: El análisis del patrón de fractura accidental manufacturadas a partir de un solo cuerpo
y de distintas marcas que quedaron expuestas en el de arcilla. Esta técnica se observa
corte transversal de algunas de las bases claramente en los fragmentos que
recuperadasiv, permitió identificar tres tipos de correspondientes a la Forma 2.
técnicas utilizadas para la construcción de las
mismas: Las bases manufacturadas con las técnicas 1 y 2,
1- La base es formada por la superposición de no presentan diferencias significativas en cuanto a
dos cuerpos o capas de arcilla amasada su diámetro y espesor. Esto permite plantear a
(Figura 6). La capa 1, parece corresponder a modo de hipótesis, que ambas técnicas se
la que origina de manera contínua la base y utilizaron indistintamente para manufacturar las
el cuerpo inferior de la pieza. La capa 2, es bases correspondientes a piezas de igual forma y
posteriormente adherida desde la superficie tamaño posiblemente similarv. En relación a la
construcción de las bases correspondientes a
iii
Un ejemplo, lo constituyen los estudios sobre técnicas piezas de la Forma 2, se utilizaron las técnicas nº 1
de manufactura realizados a través de análisis y nº 3. Por otra parte, si comparamos la diversidad
radiográficos (De La Fuente et al. 2004; López y de los contornos establecidos para cada tipo de
Caramés 2003; Pérez Arantegui et al. 1996). A forma, observamos que no hay una relación
través de ellos, se han abordado problemáticas que no directa con la técnica utilizada (Tabla 3).
hubieran podido ser estudiadas a partir de las
características externas de las piezas.
iv v
Dadas las características de la fractura, solo fue La forma y el tamaño de las bases y su relación con la
posible discriminar la técnica utilizada en el 68% de los forma y el tamaño de las piezas se basa en los estudios
fragmentos de base recuperados. previamente realizados sobre la colección Schreiter.

17
Asas: considerando la clasificación previamente involucradas en la selección y procesamiento de
establecida entre las asas cinta que presentan las materias primas y en algunos pasos de la
continuidad morfológica con el cuerpo inferior de construcción de la pieza. De esta manera, las
la pieza (A) y aquellas que marcan una ruptura a técnicas utilizadas en la manufactura cerámica
partir del punto de inserción (B), observamos que pueden ser inferidas a partir del análisis
incluso existen diferencias dentro de estos grupos, interrelacionado de un conjunto de atributos. Entre
en relación a las técnicas implementadas para ellos se encuentran, las características de textura y
incorporarlas a la superficie de la pieza. Estas porosidad de la matriz, junto con la naturaleza, el
diferencias pueden ser observadas en detalles tamaño, la densidad, la forma y la distribución del
presentes en la superficie interna de las mismas y, material antiplástico (Shepard 1957; Rye 1981;
por lo tanto, en elementos que requieren una Rice 1987).
observación detallada.
Dentro del grupo A, tres asas presentan Con el propósito de realizar una primera
características externas similares pero se aproximación en el estudio de la diversidad de las
diferencian en la técnica utilizada para técnicas de manufactura utilizadas en la
incorporarla a la superficie de la pieza. Dos elaboración del conjunto, se analizaron las pastas
ejemplares presentan doble remache, a diferencia cerámicas con lupa binocular de hasta 40x. Esta
de otro, que simplemente se encuentra adherido. instancia permitió a su vez, obtener información
Todo el conjunto tiene dimensiones similares. En preliminar sobre las materias primas empleadas.
base a estas características y a las observaciones Las características de tamaño, forma, densidad y
realizadas sobre la colección Schreiter, planteamos distribución del antiplástico brindan información
que estas diferencias posiblemente no se sobre actividades vinculadas en la selección y
encuentran vinculadas a contrastes en el tamaño de procesamiento de las materias primas y, en la
las piezas. preparación de la mezcla arcillosa. Estas variables,
En relación a las asas de contorno cóncavo, se junto con el grado de pureza de la arcilla, la
observan diferencias entre las correspondientes al cantidad de material orgánico presente y la calidad
grupo B-2. Dos de ellas fueron incorporadas al del amasado –entre otras cosas-, influyen sobre la
cuerpo de la pieza a partir de una simple textura y porosidad de las pastas (Shepard 1957:
adherencia, a diferencia de otra que fue 20-28; Rye 1981: 27, 50, 105; Rice 1987: 72-82 y
incorporada a través de un doble remache. Por otra 350). De esta manera, el análisis en conjunto de
parte, no se observan diferencias en este aspecto estos atributos permite abordar el estudio de las
en relación a las asas del grupo B-1, todas ellas primeras etapas del proceso de producción y en
presentan doble remache. este sentido, de las elecciones realizadas por los
alfareros durante la misma.
A partir de estos resultados, planteamos que para
la manufactura de piezas similares se han utilizado Considerando las variables recién mencionadas, se
técnicas diferentes. Las diferencias técnicas estableció una agrupación preliminar, a partir de la
observadas en la construcción de bases y asas observación directa en la lupa binocular. Esta
correspondientes a piezas similares entre sí, en instancia permitió distinguir 29 grupos de pastas,
cuanto a la forma y tamaño, nos lleva a pensar que con diferentes grados de similitud y diferenciación
los modos de hacer involucrados en su entre ellos. Es significativo señalar, que esta
producción, no respondieron a un solo patrón de diversidad no se expresa principalmente, en el tipo
manufactura. Es decir, los alfareros utilizaron de material antiplástico presente. La identificación
procedimientos técnicos diferentes para realizar mineralógica preliminar, permitió determinar que
piezas de iguales características. La muestra todos los grupos identificados presentan
trabajada es pequeña y es necesario que sea especialmente -aunque en proporciones distintas-
ampliada, sin embargo, la diversidad presente antiplástico de cuarzo, mica, líticos negros, líticos
adquiere jerarquía y permite plantear a modo de blancos y granitovi. Por otra parte, es relevante la
hipótesis, que la manufactura de la alfarería Belén presencia de tiesto molido y/o grumos de arcilla
presente en el sitio, no puede ser agrupada bajo un como antiplástico en la mayoría de los grupos
único estilo tecnológico. establecidos, aunque en muy bajas proporciones
por fragmento. Teniendo en cuenta que este
b) Los primeros pasos en la manufactura. Una elemento no se encuentra naturalmente presente en
aproximación desde las pastas cerámicas la arcilla, es pertinente pensar que puede estar
indicando un aspecto tradicional en la manufactura
El estudio de las pastas cerámicas es una vía a de este tipo de piezas.
través de la cual es posible abordar aquellos
aspectos de la manufactura que no son
evidenciados en los atributos externos de las vi
Se utiliza este término a nivel general, dada la
piezas, es decir, las acciones y elecciones presencia de clastos líticos en los que se observa cuarzo,
mica y feldespato.

18
La aparente homogeneidad mineralógica permite (textura y porosidad de la matriz, densidad, forma,
platear como hipótesis, que las vasijas fueron tamaño y distribución de antiplástico).
manufacturadas en la misma región o con materias
primas provenientes de una misma región Cluster A: está constituido por pastas con muy
geológica. De este modo, la diversidad señalada, baja densidad de material antiplástico (menos del
se expresaría principalmente en la combinación de 10%), escasa porosidad (entre 2 y 5 %) y tamaño
los atributos que se encuentran vinculados a las del antiplástico menor o igual a 0,5 mm. A partir
tareas de procesamiento, preparación y amasado las características texturales se discriminan 3
de la mezcla arcillosa. subgrupos: pastas de textura compacta (A-1),
pastas de textura no compacta (A-2) y pastas de
Con la intención de determinar la variabilidad en textura medianamente compacta (A-3).
este último aspecto, se realizó un análisis de
cluster considerando los atributos que dan cuenta Cluster B: Las pastas incluidas dentro de este
de estas actividades: a) matriz: textura y densidad conjunto se diferencian del anterior
relativa de cavidades; b) material antiplástico: principalmente, por presentar mayor densidad de
densidad relativa, distribución, tamaño y forma antiplásticos en la matriz (entre 10 y 20 %). Este
predominantevii. De esta manera, la naturaleza y conjunto contiene mayor diversidad interna que el
proporción de cada tipo de temperante no fue cluster A. Por un lado, se discriminan pastas de
considerada. El análisis se realizó utilizando el textura no compacta (B-1) con distintos grados de
coeficiente de Jaccard y la técnica de ligamiento porosidad y variedad en el tamaño de sus
promedio no ponderado (UPGM) (Shennan 1992: inclusiones: B-1a) entre 2 y 5% de porosidad y
207). La aplicación de este test estadístico permite tamaño de antiplástico entre menos de 0,25 y 0,75
observar cuánto se asemejan los 29 grupos de mm; B-1b) entre 6 y 10% de porosidad y tamaño
pastas identificados y analizar en relación a qué de antiplástico entre menos de 0,25 y 1 mm. Por
variables lo hacen. Teniendo en cuenta que los otro lado, se incluyen fragmentos con textura
grupos preliminares se establecieron a partir de medianamente compacta (B-2) y textura compacta
fragmentos y, que dentro de una misma pieza (B-3). Ambos presentan porosidad entre 5-7% e
puede existir un rango de variación en la incluyen antiplástico de tamaño modal diverso:
característica general de la pasta, la diversidad entre menos de 0,25 mm y 1 mm.
preliminarmente identificada podría estar sobre
representada. Por esta razón, se consideró que el La principal diferencia entre ambos conjuntos, se
análisis de cluster permitiría un acercamiento más observa en la densidad relativa y en el tamaño del
preciso a la diversidad de pastas –entendidas como antiplástico, aspectos a partir de los cuales
resultado de distintas técnicas de procesamiento- distinguimos entre pastas finas y gruesas: cluster
presente en el sitio. A) pastas finas: densidad relativa inferior al 10%,
tamaño del antiplástico menor o igual a 0,5 mm;
El dendograma muestra que la clasificación cluster B) pastas gruesas: densidad relativa entre
previamente constituida se relaciona en dos 10 y 20%, tamaño del antiplástico entre 0,25 y 1
grandes grupos –A y B- con diversidad interna mm.
significativa (Gráfico 4). El coeficiente de
correlación cofenética obtenido es de 0,8, lo cual Este aspecto permite plantear una elección
indica que los resultados observados en el diferencial por parte de los alfareros en las
dendograma presentan poca distorsión en relación características de las mezclas (arcilla-
a la matriz de similitud originalmente utilizada antiplásticos) utilizadas en la manufactura. Por
para realizar el análisis estadístico (Lanteri et al. ejemplo, para la elaboración de las piezas que
2005: 93-122). Cada uno de los grupos presentan pastas más finas, existe la posibilidad de
conformados representa el 48,9% de los que los artesanos hayan utilizado arcillas con poca
fragmentos analizados. Es interesante señalar, que densidad de antiplásticos o bien, que durante la
varios grupos previamente diferenciados en la etapa de preparación de la mezcla arcillosa hayan
observación directa por lupa binocularviii, se sometido el material a un mayor proceso de
asemejan entre sí en los estados de atributos que tamizado que las pastas de aspecto más grueso. A
dan cuenta de los primeros pasos de la producción su vez, a las pastas de este último conjunto, los
alfareros pueden haberles agregado sedimentos
vii arenosos como antiplástico. De este modo, los
La densidad del material antiplástico y de los poros o contrastes entre ambos tipos de pastas expresarían
cavidades se estimó en base a cartas de comparación
visual.
diferencias en los modos de preparación
viii
Como fue mencionado anteriormente, para la involucrados.
agrupación preliminar establecida en la observación En cuanto a la forma y distribución del
directa por lupa binocular se habían considerado la antiplástico, no se observan diferencias
naturaleza y proporción del antiplástico. Ambos significativas entre los grupos establecidos. La
atributos no son incluidos en el análisis de cluster.

19
Gráfico 4. Dendograma que muestra la relación entre los distintos tipos de pastas

forma del temperante refleja la erosión a la que ha similaridad con el que se relacionan con el resto de
estado sometido (Rye 1981: 37; Rice 1987: 73; los grupos:
Orton et al. 1997: 160). De este modo, la - Pasta nº 24: corresponde a un fragmento que
presencia de formas angulares y redondeadas presenta una textura compacta y de apariencia
puede ser el resultado de: a) que el alfarero triture “vitrificada”. También, se diferencia del resto de
y agregue antiplásticos a la arcilla que va a los fragmentos por presentar una pasta de color
utilizar; b) que la arcilla utilizada contenga gris con diferentes tonalidades, aspecto que se
naturalmente antiplásticos de formas diversas; c) vincula a una cocción en atmósfera no oxidante.
que el alfarero agregue como antiplástico - Pasta nº 2: corresponde a los fragmentos más
sedimentos que contengan líticos de formas densos del conjunto (30% de antiplástico), con
diversas. Igualmente, para poder plantear mayor cantidad de cavidades (12-15%) y con
diferencias en esta etapa de manufactura es antiplástico de tamaño inferior a 0,25 mm.
necesario realizar análisis petrográficos por cortes
delgados (Rye 1981: 52; Rice 1987: 74), ya que la Con respecto a las características de cocción, la
lupa binocular solo permite una aproximación variabilidad también se hace presente en este
estimativa que debe ser evaluada aspecto (gráfico 5). La mayoría de los fragmentos
microscópicamente. correspondieron a piezas cocidas en atmósferas
La variabilidad de las pastas de la muestra oxidantes pero, un 60% de los mismos alcanzó
analizada, puede ser expresada como un continuo, una oxidación incompleta. Solo el 2% presenta
donde los extremos opuestos muestran pastas de condiciones de no oxidación.
características totalmente diferentes: por un lado,
pastas de textura compacta, con baja porosidad, En síntesis, la variabilidad resultante, expresada en
poco densas y con poca variabilidad en el tamaño los atributos vinculados a elecciones realizadas
del antiplástico, por otro lado, pastas de textura no durante las primeras etapas de la cadena operativa
compacta, porosas y con antiplástico de mayor y en la cocción, permite asegurar que las técnicas
tamaño. utilizadas para manufacturar la alfarería Belén
Por otra parte, hay casos que pueden ser recuperada en el sitio, no siguieron un patrón
considerados atípicos en la muestra, tanto por su constante de manufactura. Al contrario, distintos
baja representatividad, como por el bajo valor de

20
modos de hacer estuvieron involucrados en la de hacer involucrados en la producción de esta
producción del conjunto analizado. alfarería no siguieron un único patrón de
manufactura, es decir, piezas de características
similares, fueron elaboradas siguiendo técnicas de
Cocción
construcción diferentes. En el mismo sentido, la
70%
variabilidad morfológica, de tratamiento de
60%
superficie y color, no presenta una relación directa
50% con las diferencias encontradas en las
40% características de las pastas. Piezas de tamaño y
30% forma similar fueron manufacturadas con pastas
20% que presentan características técnicas
10% diferenciales. A su vez, la variabilidad también
0% está presente en las características de cocción. De
Oxidante Oxidante No Oxidante esta manera, la interrelación de ambas
Incompleta perspectivas de análisis –lo visible y lo oculto-,
permite afirmar con fundamento empírico, que los
alfareros utilizaron técnicas diferentes para
Gráfico 5. Proporciones de los distintos tipos de realizar piezas externamente similares.
cocción.
Estas diferencias en los modos de hacer, reflejan
elecciones diferenciales por parte de los alfareros a
Discusión lo largo de la cadena operativa. En la elaboración
de la alfarería Belén, dichas elecciones no
Las prácticas alfareras son el resultado de influyeron sobre las características externas
múltiples elecciones que los alfareros hacen a lo generales de las piezas, razón por la cual
largo del proceso de manufactura. Estas elecciones planteamos que no estuvieron intencionalmente
pueden quedar plasmadas en las características dirigidas a ser percibidas. Si consideramos que el
visibles u ocultas del objeto terminado. Si bien el objetivo final fue producir un mismo tipo de pieza,
análisis de cada aspecto por separado, permite las diferencias encontradas pueden ser el resultado
abordar problemáticas diferentes, una manera de elecciones que trascienden la eficacia material
adecuada de abordar el estudio de las prácticas del objeto terminado y, por lo tanto, pueden haber
alfareras, es a través de la información generada a formado parte de saberes distintos, tal vez,
partir de la interrelación de ambas perspectivas de originados en tradiciones de manufactura
análisis. En el caso de estudio presentado, la diferentes pero que buscaron generar objetos
interrelación de las características visibles y similares.
ocultas de los fragmentos cerámicos, permitió
reconocer que piezas percibidas como similares Si contextualizamos este trabajo en la
habrían sido manufacturadas a través de técnicas problemática de la producción alfarera en el
distintas. Sin embargo, si consideramos lo externo Tardío, observamos que la definición de estilos
y lo interno como vías de análisis separadas, los regionales, se basa en el supuesto de la existencia
resultados nos llevan a interpretaciones de una producción alfarera de carácter
contrapuestas: asociación por un lado y diversidad especializada y estandarizada, cuyo control habría
por el otro. estado a cargo de la elite y en estrecha relación
con su poder político, como bien de prestigio e
En el conjunto trabajado, los atributos externos intercambio a larga distancia (Nuñez Regueiro
analizados –tratamiento de superficie, color, 1974; Tarragó 2000). Si bien es posible que esta
forma- no se relacionan de forma constante. Es situación haya estado presente en algunas regiones
decir, dentro de una misma variedad morfológica del NOA, la generalización de esta problemática,
se observan fragmentos correspondientes a piezas homogeneiza a nivel espacial y temporal la
sobre las que se aplicaron distintas técnicas de diversidad de situaciones políticas, sociales y
tratamiento de superficie y color. A pesar de la económicas que pueden haber coexistido en dicho
diversidad, la percepción de estas características momento. En este contexto, las particularidades de
en conjunto, permiten asociar a las piezas bajo una la producción material quedan reducidas a
misma unidad estilística, quedando en un segundo enunciados generales vinculados al modelo
plano la variabilidad señalada. sociopolítico utilizado pero sin ser realmente
indagados.
Con respecto a los atributos internos, las
diferencias técnicas observadas en la construcción Si consideramos los estudios tecnológicos
de bases y asas correspondientes a piezas de forma realizados en el área valliserrana sobre conjuntos
y tamaño similar, permiten plantear que los modos alfareros correspondientes a las unidades

21
estilísticas del tardío, observamos que han sido Sin embargo, hasta el momento no se observan
utilizados para abordar distintas problemáticas, patrones técnicos sobre el modo de manufacturar
entre ellas: identidad étnica (Baldini y Balbarrey las piezas. Este último aspecto, no genera un
2004), interacción regional e interregional Baldini impacto visual directo sobre los objetos
y Balbarrey 2004; Ratto et al. 2002, 2004; terminados y, por lo tanto, no altera las cualidades
Zagorodny et al. 2007), procedencia de bienes estéticas que caracterizan a esta unidad.
(Palamarczuck 2002; Piñeiro 1996; Sjödin 2001,
Ratto et al. 2002, 2004, 2007), caracterización En este sentido, las prácticas alfareras
tecnológica y modos de hacer (De La Fuente responsables de la producción del conjunto
2007; Páez et al. 2005; Ratto et al. 2004; Puente analizado, jerarquizaron las características
2009). Sin embargo, son escasas las evidencias externas de las piezas, por sobre los estilos
que permiten inferir la manera en que la tecnológicos de producción. El objetivo principal
producción de este tipo de bienes ha sido fue producir bienes que fueran percibidos como
organizada. Conjuntamente, la evidencia semejantes, mas allá de que para su producción se
arqueológica que sustentaría una producción utilizaran técnicas distintas. Por lo tanto, se
artesanal especializada y en talleres de jerarquizó la reproducción de cualidades estéticas
manufactura, solo se ha identificado para objetos particulares, que habrían jugado un rol primordial
de metal, tanto suntuarios como utilitarios, pero no en la creación y reproducción de determinadas
para la alfarería (Tarragó y Nastri 1999). relaciones sociales.

Dado el estado de la investigación, no tenemos los Agradecimientos


elementos necesarios para inferir cuál habría sido
la escala y características de la organización de la Quiero agradecer a Laura Quiroga por sus
producción alfarera. Además, debido a la ausencia comentarios orientadores y generadores de ideas.
de fechados absolutos disponibles para el sitio, por No está demás decir, que soy totalmente
el momento no es posible conocer si el mismo es responsable de lo aquí expuesto.
el resultado de una o varias ocupaciones. Sin
embargo, es de importancia destacar que la
variabilidad observada en los distintos estados de Referencias
atributos vinculados a las técnicas de preparación
de las materias primas, amasado, construcción y Aronson, M., J.M. Skibo y M.T. Stark. 1994.
cocción de las piezas, junto con la diversidad en Production and Use Technologies in Kalinga
los tratamientos de superficie y color y, la falta de Pottery. En: Longacre W. A. y Skibo J. M. (eds.),
correlación entre ellos, permite plantear la Kalinga Etnoarcheology: Expanding
ausencia de estandarización en la producción de Archaeological Method and Theory, pp. 83-111.
este conjunto. Esta diversidad, permite pensar que Washington and London: Smithsonian Institution
la producción fue realizada por distintos alfareros, Press.
que no respondían a un sistema de elaboración
reglamentado y que, posiblemente, no Baldini, L. y G. Balbarrey. 2004. Análisis de
compartieron un espacio de producción pastas cerámicas tardías del Valle Calchaquí
determinado. De esta manera, la tendencia Central (Salta, Argentina). Chungará (supl.
asumida como característica para este período, no especial) 36: 1069-1080.
se registra –hasta el momento- en el conjunto
estudiado. Bregante, O. 1926. Ensayo de clasificación de la
cerámica del NO argentino. Buenos Aires:
Unidades estilísticas con amplia distribución Estrada.
regional no necesariamente están vinculadas con
una producción especializada y estandarizada. Las Browser, B. 2000. From Pottery to Politics: An
relaciones sociales pueden ser creadas y Ethnoarchaeological Study of Political
modeladas a través de las cualidades estéticas de Factionalism Ethnicity and Domestic Pottery Style
los objetos (Gosden 2001). Hay objetos que son in the Ecuadorian Amazon. Journal of
creados con la intención de provocar un Archaeological Method and Theory 7 (4): 219-
determinado efecto sobre quienes los perciben 248.
(Gell 1992, 1998). En la alfarería Belén, las
cualidades estéticas son las que permiten asociar Carrera, M. 2005. La Angostura: elaborando
piezas diferentes bajo una misma unidad mapas de distribución artefactual. Entre pasados y
estilística. Estas, se reflejan en los patrones presentes. VI Jornadas de Jóvenes Investigadores
morfológicos, en los temas representados sobre las en Ciencias Antropológicas: 296-307. Instituto
piezas y en el modo de su representación (Quiroga Nacional de Antropología y Pensamiento
y Puente 2007: 338-343; Puente y Quiroga 2009). Latinoamericano.

22
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Identidades y Cambio en la Transición del Período Medio
al Intermedio Tardío en el Valle de Copiapó (Chile).

Francisco Garrido Escobar

Introducción Cultura Copiapó albergadas en diversos museos


del país, cuyos resultados serán comparados con
El reciente reconocimiento de la cultura Copiapó la situación de la alfarería Ánimas y Diaguita
(Niemeyer y Cervellino 1998) como una entidad chilena, con el fin de explorar sus diferencias y
arqueológica independiente de la cultura Diaguita, oposiciones desde el Período Medio al Intermedio
ha abierto muchas interrogantes acerca de este Tardío del Norte Chico.
grupo cultural del Intermedio Tardío. La cerámica
ha sido hasta ahora su principal elemento La alfarería y la definición de identidades
diagnóstico, y su análisis en profundidad nos abre
las puertas hacia la comprensión de los patrones La cerámica, materialidad que sustenta este
que la configuran socialmente como un elemento trabajo, incorpora en su dimensión estilística
cultural activo de su cultura. De este modo, se información importante acerca de tradiciones de
espera ir más allá de las descripciones tipológicas manufactura y decoración, cuya configuración
y ahondar en los aspectos de la estructura interna puede ser un buen indicador para diferenciar a un
de la Cultura Copiapó y sus relaciones con otras grupo sociocultural en oposición a otros. El estilo
entidades culturales como Ánimas y Diaguitas. de acuerdo a David y Kramer (2001), quienes
siguen la línea de Letchman (1977) y Lemonnier
Los patrones de configuración alfarera de las (1992) en cuanto a los estilos tecnológicos,
vasijas Copiapó negro sobre rojo, difieren en una correspondería a un potencial de interpretación
multiplicidad de dimensiones con su homólogo residente en aquellas características formales de
Diaguita chileno, sobre la base tanto de aspectos un artefacto que son adquiridas en el curso de la
formales y tecnológicos, como en cuanto a la manufactura como consecuencia del ejercicio de
decoración. Con esta última presenta diferencia una decisión cultural. Sin embargo, el estilo
tanto en los motivos visibles, como también en la además de ser indicador de múltiples aspectos de
estructura profunda de diseño, sobre todo en manufactura, también puede transmitir
cuanto a la selección de los patrones de simetría. información identitaria y jugar un papel activo en
Mientras en lo Copiapó, se privilegia la selección las relaciones sociales. Aunque diversos aspectos
de los diseños finitos y unidimensionales, en lo del estilo pueden remitir a diversos niveles
Diaguita predominan los bidimensionales, donde identitarios y de organización social y cultural,
cada cual acepta patrones de simetría divergentes, uno muy importante que discutiremos aquí, hace
cuyas implicancias pueden extrapolarse a las relación al plano de la etnicidad.
diferencias en los modos de organización y
percepción de la realidad de estas culturas del En arqueología, la relación entre cultura material
pasado. y etnicidad, ha sido discutida por diversos autores
con variadas posturas. De hecho, Ian Hodder
El Período Medio es el momento de origen de esta (1979), trata el tema de un modo interesante en
oposición, cuyo referente se encuentra en la cuanto a la asociación entre distribuciones
diversidad regional de tipos cerámicos del artefactuales y límites étnicos. Sus trabajos
Complejo Cultural Las Ánimas. Las implicancias clásicos con los Njemps del lago Baringo en
de dicha diferenciación serán examinadas en el África, parten en un comienzo como un intento de
presente trabajo con el fin de comprender la poder investigar bajo una línea etnoarqueológica
significación interna de los patrones de simetría en actualista, qué situaciones sociales concretas son
función de un correlato identitario grupal, cuya las determinantes de que las distribuciones de
oposición con otros patrones haría referencia a la artefactos que no se ajusten a una distribución
autodefinición de un grupo en oposición a otros. normal en cuanto a su disminución gradual en
función de la distancia. Las limitantes
Este estudio se basa en la realización de análisis (constraints) que hacen variar las distribuciones
sistemáticos a las colecciones cerámicas de la artefactuales, no siempre son sociales en el

27
registro arqueológico, ya que los procesos de de similitudes y diferencias en los habitus de la
formación de sitio pueden generar una visión gente y las condiciones que caracterizan una
distorsionada del contexto sistémico productor de situación histórica determinada” (Jones 1997).
aquello. De ahí el interés de Hodder en el estudio
etnoarqueológico. Los principales puntos del autor Los principios sociales que sustentan los habitus
en relación a lo anterior se refieren a su atención tienden a su naturalización en la sociedad y con
en los marcadores étnicos de tipo emblemático, ello a la mantención de un determinado “status
similares a los definidos por Wiessner (1983), que quo”, en lo que Bourdieu ha denominado la doxa,
diferencian físicamente las identidades de grupos que cuando domina bajo un criterio único pasa a
vecinos y convivientes en una misma área. Ciertas convertirse en ortodoxia (Bordieu 1990). En
características tecnológicas intrínsecas a los cambio, sería la heterodoxia (Bordieu 1999) la
objetos y otras manifiestamente visuales, son salida a la unicidad de criterio de la doxa, donde
asumidas de modo natural como distintas para los agentes sociales son capaces de concientizar
cada grupo, e incluso determinan preferencias un discurso de acción que es capaz de romper el
culturales de modo casi incuestionado por los antiguo equilibrio y así producir el cambio social.
individuos en la práctica. La aplicación de Hodder Esta situación da pie a que cualquier principio de
al tema de las identidades y sus correlatos ordenamiento social, no sólo sea reflejo de las
materiales, va enfocada a las distribuciones condiciones de existencia previas de un individuo
artefactuales y a la determinación de las clases o durante su proceso de socialización, sino que
tipos de artefactos de mayor poder o función además, pueda ser agente activo de cambio y
identitaria, lo cual si bien desde un punto de vista transformación de su situación. Por ello, Jones
etnográfico involucra menos problemas que para (1997) sostiene que gracias a este enfoque es
el caso arqueológico, nos da pistas interesantes posible superar las visiones primordialistas e
acerca de la asociación entre ambos planos. instrumentalistas de la etnicidad, al entender
ambas situaciones como parte de un mismo
Aún cuando es posible que ciertos artefactos proceso social. Sin embargo, Jones en su
pueden estar jugando o no un rol de carácter utilización del concepto de habitus, deja de lado
identitario grupal étnico, más que definir qué una característica fundamental que va más allá de
elementos culturales son aquellos que marcan la las disposiciones compartidas en torno a un
identidad (vestuario, alfarería, tecnologías líticas, determinado tipo de agentes sociales: el aspecto
formas de organización económica, etc.), lo relacional de los habitus en virtud de su propiedad
importante es comprender que su potencial de de constituirse como principio clasificatorio en
diferenciación no es aleatorio dentro de un base a lógicas de oposición (Bordieu 1988). Sería
contexto sociohistórico específico, ya que esto ésta característica la que permitiría dar sustento a
responde a mecanismos sociales derivados de la la distinción entre un yo y los otros dentro de un
dinámica de la interacción social y la distribución marco activo de representaciones que puede
del poder material y simbólico entre las personas incluir tanto la aceptación como el rechazo
(Jones 1997). Siân Jones (1997), nos plantea la explícito de los miembros no pertenecientes a la
problemática de los enfoques clásicos acerca de la colectividad propia, según la dinámica práctica de
etnicidad por su marcada tendencia al los principios compartidos de identidad.
primordialismo o subjetivismo, donde asume
como propuesta integradora una noción de En el caso de la alfarería, ésta no necesariamente
etnicidad integrada directamente al concepto de remite a aspectos étnicos, ya que el estilo
“habitus” de Pierre Bourdieu (1998), con la involucrado en su manufactura podría estar
finalidad de llegar explícitamente hacia una teoría indicando una multiplicidad de niveles de
de la práctica de la etnicidad. Sería el concepto de adscripción social (distinción entre familias,
habitus, el que permitiría trascender la dicotomía relaciones de género, estatus, etc.), lo cual se
entre objetivismo y subjetivismo, gracias a que puede manifestar en sus características
incorpora tanto las condiciones materiales y tecnológicas, en la decoración o en el uso práctico
subjetivas precedentes de los procesos del objeto. Cuando la vasija es decorada la
socioculturales, como a su vez el plano de la configuración visual de motivos transmite
práctica, donde entra en juego la acción concreta información (Wobst 1977), pero bajo la lógica del
de los agentes sociales, tanto en el tiempo presente habitus, su interpretación no es unívoca y debe ser
como en el futuro. considerada dentro de una dinámica social
determinada, de acuerdo a los principios
El habitus es la estructura que organiza y permite estructurantes de la sociedad en ese contexto.
la deriva histórica de tales elementos a través del
tiempo y permite caracterizar una condición social Ahora bien, existe una dimensión presente en la
en un momento dado. Por ello, la etnicidad decoración de las vasijas, que aunque se expresa
correspondería a “un producto de la intersección de modo inconsciente en los actores sociales, en la

28
práctica su uso no lo es. Más allá de los motivos objeto, versus su grado de estructuración, ya que
directamente visibles, hay una estructura que los ésta limita las posibilidades de expresión sólo a
organiza y que responde a categorías de una serie de códigos inteligibles dentro de una
clasificación social muy amplias y compartidas comunidad de significado. La reducción de la
eventualmente por una comunidad de significado variabilidad individual provee a pesar de todo, una
que de acuerdo al contexto, podría referirse a mejor calidad en la información que se está
agrupaciones identitarias de carácter étnico. Los entregando al facilitar su comprensión y
patrones de diseño y sus principios de simetría universalización, más allá de su creador particular.
asociados son un buen indicador de lo anterior y La mantención de una estructura por parte de un
han sido un tópico en los análisis de decoración en grupo cultural constituye un estilo, el cual si es
arqueología. altamente estructurado, se convierte en un fuerte
indicador de identidad étnica de grupo (Washburn
Dorothy Washburn (1977, 1989) ha sido una de 1989).
las principales arqueólogas dedicadas a este tema,
y bajo su línea se intentará explorar la diferencia Debido a lo anterior, es que Washburn llega a
de los conjuntos alfareros analizados, en función comprender el estilo generado por la selección de
del examen de sus similitudes y diferencias. No un cierto tipo de principios de simetrías, como un
todas la variaciones estilísticas responden a las marcador que diferencia entre grupos y configura
mismas causas o son reflejo de las mismas distintos patrones organizadores de lo que
unidades sociales. Sin embargo, a lo que observamos en el mundo. Sin embargo, aunque
apostamos aquí es a la estructuración profunda de tales principios están determinados culturalmente,
los estilos, lo cual se constituiría en un fuerte éstos se basan en un repertorio limitado de reglas
marcador identitario intergrupal por su y combinaciones, el cual subyacería en un sustrato
especificidad y amplio espectro local. cuasi biológico, muy similar a lo que sería posible
reconocer en el análisis estructuralista Levi-
Una de las principales preocupaciones de Straussiano. Por ello, en la alfarería, aunque los
Washburn, hace relación a la afirmación común motivos utilizados en los patrones de diseño
en arqueología de que existen y es posible decorativo sean una producción cultural propia, su
distinguir grupos étnicos separados en el tiempo y organización sólo puede optar entre, pero no ir
el espacio, en función de conjuntos similares de más allá de los patrones de simetría universales.
artefactos (Washburn 1989). Sin embargo, no Los patrones de diseño con su selección de
todas las características diferenciales de los determinados principios de simetría cumplen la
objetos son necesariamente marcadores étnicos, función de reducir la incertidumbre y por ende
ya que pueden ser indicadores de diversos tipos de generar una economía psicológica en la
información y reflejar distintos niveles de representación del mundo y la acción en él de los
identidad o diferenciación social. Ante tal individuos. En otras palabras, dan seguridad sobre
preocupación, es donde Washburn sugiere que hay los significados y así permiten establecer una
ciertos elementos básicos contenidos en la comunicación efectiva a nivel cultural en torno a
expresión material de los grupos, los cuales tienen categorizaciones comunes. De ahí la posibilidad
que ver con el modo de categorizar el mundo y del reconocimiento de ciertas estructuras de
están determinados culturalmente, constituyendo diseño como algo propio del grupo de pertenencia
un estilo. Los procesos que están involucrados en del individuo en oposición a otros, punto muy
el reconocimiento y categorización del mundo se relevante dentro del desarrollo de este trabajo.
condensan en lo que serían los patrones de diseño Así, los patrones de categorización y
con la selección de determinados principios de reconocimiento de la realidad constituidos por los
simetría, concebidos éstos en similitud a los principios de simetría estarían aglutinados bajo un
principios de clasificación cristalográfica mismo habitus, constituyendo identidad en base a
originales de Shepard (Washburn 1977). La una comunidad de significado en oposición a
estructura que entrega el uso y selección cultural otros considerados como no válidos, lo cual es
de simetrías es una forma de organizar la característico de agrupaciones de carácter étnico.
información que permite un tipo especial de Es este marco desarrollado por Washburn (1977,
comunicación y transmisión de ideas. Cuando la 1989), es el que permite dar solidez en el ámbito
información se manifiesta a través de una de la arqueología al argumento clásico acerca de
estructura, es posible generar una interpretación la necesaria autocomprensión subjetiva de la
“correcta” de los significados, gracias a la identidad étnica (Beattie 1972; Barth 1976;
redundancia que ésta provee sobre ciertas pautas Bartolomé 1997), que diferencia a un yo de un
que pueden ser reconocidas por los individuos de otro en base a emblemas físicos, actitudes,
un grupo. Sin embargo, existe una relación conductas y valores subjetivos, comprendidos
inversamente proporcional entre la cantidad de bajo esquemas propios de percepción y
información que es posible manifestar en un autoreconocimiento, que no sólo son distintos,

29
sino muchas veces abiertamente opuestos ante fue obtenida de colecciones de diversos museos
entes externos, con el fin de mantener viva la del paísi y su procedencia se distribuye
cohesión del grupo. geográficamente entre el norte de Chañaral y el
valle del Huasco.
Dentro del estudio realizado que incorpora como
aspecto fundamental el análisis de las estructuras Los análisis fueron efectuados bajo 2 criterios
decorativas cerámicas de la alfarería Copiapó, principales: morfología y decoración. Cabe
cabe destacar la significación que es posible destacar que en el desarrollo de este trabajo de
otorgarle a tales estructuras como marcos investigación, se mantuvo como criterio
compartidos de percepción de un grupo cultural, primordial de análisis la clasificación tipológica,
constituyendo indicadores de identidad colectiva. el cual ha sido el principal criterio diagnóstico
Un importante nivel de identidad colectiva a para definir lo que hoy conocemos como Cultura
evaluar para el caso Copiapó, será el étnico en su Copiapó. La idea es poder complementar la
funcionalidad diferenciadora intergrupal. La definición de los tipos Copiapó en base a la
etnicidad para definirla de un modo operativo, la realización de análisis sistemáticos de gran parte
entenderemos como la identidad cultural de un de su referente alfarero, para obtener un resultado
pueblo, que se construye en la relación de un “yo” que pueda ser contrastable con otras unidades
frente a un “otro” genérico, donde las diferencias analíticas semejantes.
se refuerzan gracias a la ideología del grupo,
mediante símbolos, rituales y objetos (Beattie A. Morfología: Examen de atributos
1972). Una etnia no es un grupo ontológico, sino métricos y clasificación de elementos anatómicos
relacional y situacional dentro del marco de su formales de las vasijas, de acuerdo a los
“frontera étnica” o límite del alcance de las parámetros de Anne Sheppard (en Rice 1987).
relaciones recíprocas del grupo (Barth 1976). La Los análisis específicos realizados en relación a
conciencia colectiva del grupo se mantiene viva los atributos morfológicos son los siguientes:
en torno a un otro y en base a él genera el - Categoría de vasija y sección de cuerpo
contraste necesario para su propia - Tipo de labio, bordes y bases
autocomprensión, reconocimiento y mantención - Espesores del labio, borde y cuerpo
de lo que en definitiva sería su cosmovisión - Alto máximo
particular. Los límites étnicos no son fijos y - Diámetro máximo, del borde y de la base
pueden ser modificados y manipulados
activamente por el grupo, donde la B. Decoración: En este trabajo se han
instrumentalidad en ciertos casos no está ausente. utilizado los fundamentos, orientaciones y
La identidad étnica es un tipo de representación unidades analíticas del enfoque estructural (Rice
social compartida de carácter relacional, que 1987), con el fin de poder reconocer las reglas de
posee mecanismos de cohesión social donde la diseño presentes en la alfarería Copiapó a través
afectividad grupal en términos de emotividad y del reconocimiento del repertorio de motivos,
una carga valorativa común serían de gran determinación de sus patrones de diseño,
importancia, más allá del carácter instrumental o principios de simetría y configuración de motivos.
no del tipo de identidad (Bartolomé 1997). Sin Este es uno de los principales trabajos analíticos
embargo, no todas las formas de organización aplicados en el presente estudio, el cual es posible
social grupal corresponderían a una identidad de de efectuar en toda su magnitud, gracias al estudio
tipo étnico, ya que la mera autoadscripción sin un de piezas completas.
sustrato cultural compartido y distintivo, El presente esquema da cuenta del orden analítico
determinaría que cualquier grupo corporado fuese utilizado para el estudio de la decoración:
catalogado bajo ese concepto, careciendo así de
toda utilidad analítica (Bartolomé 1997). - Determinación del repertorio de unidades
de diseño: identificación de la variabilidad de
Muestra y método aquellas unidades decorativas discretas que son la
base de la estructura del diseño. Estas unidades
La muestra que constituye este estudio abarca un conocidas como motivos, han sido clasificados de
total de 71 ejemplares de alfarería Copiapó negro modo individual y en categorías según atributos
sobre rojo, que representa la mayor parte de las comunes.
piezas completas existentes en la actualidad. A la - Reconocimiento de patrones de diseño y
vez, también se han incorporado algunas piezas principios de simetría: se refiere a la disposición
decoradas Ánimas de la zona, las cuales presentan de motivos y su movimiento en el espacio de los
un claro antecedente morfológico y decorativo
i
que las vincula fuertemente con lo Copiapó y que Museo Regional de Atacama, Museo Arqueológico de
permiten al mismo tiempo discutir sobre el origen la Serena, Museo de Historia Natural de Valparaíso,
local de dicha manifestación cultural. La muestra Museo Nacional de Historia Natural, además de una
colección particular.

30
campos de diseño. Los patrones de diseño pueden el área andina nuclear se ve reflejada en el
ser de tres tipos fundamentales: Finitos, cementerio de túmulos de La Puerta donde, entre
unidimensionales y bidimensionalesii. las innumerables ofrendas de las sepulturas, fue
- Configuración de los campos de diseño: encontrado un kero de plata con claras
corresponde al número y distribución de los características de Tiwanaku (Durán 1993), lo cual
motivos dentro del campo de diseño, lo cual daría cuenta de los vínculos de las poblaciones
genera divisiones analíticas en la superficie de la locales con las influencias del área sur boliviana a
vasija (dobles, triples, cuádruples, etc.) través del Norte Grande chileno o el Noroeste
- Análisis de oposición: se trata de la argentino. Por otra parte, existen ciertas
identificación de estructuras de diseño que manifestaciones culturales asignadas al Período
combinan categorías específicas de motivos con Medio en la región de Atacama, como los
su configuración distributiva espacial, bajo un cementerios de túmulos y arte rupestre con pintura
descriptor único que las identifique roja presente en lugares como Quebrada de Las
individualmente. Pinturas y La Puerta, de las cuales hasta el
momento no tenemos registro de su existencia
para la región de Coquimbo. Aunque por ahora no
El Período Medio y su problemática en la es posible descartar la presencia de tales
región de Atacama. manifestaciones para zonas geográficas al sur del
Valle del Huasco por la falta de investigación,
El Período Medio en el Norte Chico es un sabemos que por lo menos para la región de
momento de la historia poco conocido, el cual Atacama, algunos de estos elementos culturales se
hasta ahora ha sido caracterizado por la entidad pueden rastrear incluso desde el Período Alfarero
cultural denominada arqueológicamente como Temprano, donde la presencia de sepulturas de
Complejo Cultural “Ánimas”, conocida por sus túmulos (sobre todo en el valle del Huasco) y
estilos cerámicos denominados I, II, III y IV poblados complejos como El Torín y la aldea de
(Montané 1969). Sin embargo, la aparente Cabra Atada al interior del valle de Copiapó
homogeneidad con la que se ha caracterizado, es (Niemeyer y Cervellino 1982; Niemeyer et al.
un supuesto que oculta una diversidad regional 1993), nos hablan de un patrón que mantiene
mucho más amplia. Aunque hasta hoy tenemos cierta continuidad temporal y espacial.
muy pocas investigaciones sobre éste tema, vemos
que las manifestaciones Ánimas no poseen una La expresión Ánimas en la región de Coquimbo,
homogeneidad absoluta en su zona de comparte muchos atributos comunes con lo que
distribución, ya que la variedad de estilos se posteriormente será conocido como la Cultura
segrega espacialmente de modo diferencial en las Diaguita. Los tipos Ánimas III y IV se asemejan
actuales regiones de Atacama y Coquimbo en mucho en sus elementos decorativos asociados a
Chile. este último grupo cultural y no presentan registro
en el Valle de Copiapó. Los cuatro estilos Ánimas
El principal factor con el que se ha interpretado no presentarían entre sí una sucesión cronológica
hasta hoy la particularidad del Ánimas de la y, salvo el hecho de que en la región de Coquimbo
región de Atacama, ha estado dado por las encontramos fechados más tardíos, nada dice que
influencias de las fases finales de la Cultura se correspondan a fases de desarrollo cultural. De
Aguada del NOA (Iribarren 1969; Castillo et al. hecho, más bien parece que se trataría de una
1996-1997; Callegari 1998), que se darían mucho diferenciación regional. La tricromía presente en
más fuertemente en el valle de Copiapó que hacia los pucos y cuencos estrellados Ánimas III y IV,
el sur, donde el tipo cerámico conocido como La hace relación a: “Cuando los detalles se asemejan
Puerta (Iribarren 1958), reflejaría dicha relación. más a los motivos decorativos diaguitas, éstos se
La mayor interconexión del Valle de Copiapó con encuentran aplicados sobre fondos rojos, en
platos anchos de paredes curvas y base pequeña
ii
Según Rice, P., 1987: hendida. O bien, en cuencos elipsoidales de boca
Finitos: Los motivos son una entidad en sí misma y no chica, a través de una serie basada en figuras
forman una unidad con otros de su especie, negras sobre ribetes en blanco, tales como ciertos
desplazándose a partir de un punto único. Sólo aceptan decorados en forma de estrellas o una cruz
los principios de simetría de traslación y reflexión estilizada que cubre el interior de las piezas; en
especular. ambos casos ésta decoración es compartida con
Unidimensionales: Los motivos y/o elementos se triángulos lineales o llenos (simples o pareados),
disponen en un eje recto horizontal o vertical, formando
una banda. Estos diseños aceptan los 4 principios de
o con una línea que recorre el borde exterior de
simetría. algunos platos con su clásico ribete blanco”
Bidimensionales: Los motivos y/o elementos se (Castillo 1989: 265-276).
disponen en dos ejes, uno horizontal y otro vertical, que
constituyen campos que aceptan los 4 principios de
simetría disponibles.

31
El tipo Ánimas IV aparece claramente asociado al dos formas de sección de cuerpo (Figura 2), las
Diaguita I o Transición en el sitio Punta de Piedra, cuales son la elipsoide vertical (clásicamente
lo cual haría a ambas manifestaciones denominada acampanada) y la hemiesférica. Los
contemporáneas dentro de un proceso cultural que espesores de labio, borde y cuerpo se presentan en
estaba ya dando paso a lo que conocemos como la su mayoría entre los 4 y 5 mm, el alto máximo de
Cultura Diaguita (Ampuero 1989). Sin embargo, las piezas se concentra en mayor frecuencia entre
en el valle de Copiapó (Figura 1) se estaba los 80 y 90 mm, los diámetros máximos entre los
gestando un proceso completamente distinto a lo 145 a 210 mm, y las bases entre los 35 a 80 mm.
Diaguita, que cual surge del sustrato que ha sido Fuera de los pucos, no tenemos ninguna otra
denominado Ánimas, para cristalizarse en el categoría de vasija asociada a este tipo. En la
período Intermedio Tardío a través de la “Cultura Cultura Copiapó, las otras categorías cerámicas se
Copiapó” (Castillo 1998). La cerámica Copiapó presentan con otros patrones morfológicos, como
tiene su principal expresión diagnóstica en dos las urnas Punta Brava Punta Brava que
tipos que corresponden a las variedades Copiapó corresponden a grandes tinajas de
negro sobre rojo (y/o ante) y el Punta Brava. La aproximadamente 50 cm de altura con o sin
definición de ambas variantes corresponde a cuello, o bien piezas monocromas con categorías
desarrollos anteriores a este trabajo (Garrido 2004, formales diversas.
2007), y por ello nos limitaremos en lo que sigue
a resumir sus principales características y lo que
las une y diferencia con los tipos Ánimas y La cerámica Diaguita presenta sobre todo en sus
Diaguita. Tal comparación, será realizada en los fases II y III, además de pucos, cuencos, vasijas
planos de morfología, manufactura y decoración. modeladas zoomorfas y antropomorfas, urnas y
jarros pato, bajo un patrón decorativo similar. Las
paredes de los pucos de la fase II que se
correspondería con la definición propia de lo
Diaguita clásico en un contexto preincaico, son
generalmente rectas a diferencia de aquellas
paredes acampanadas incorporadas sólo cuando
llega el Inka (Ampuero 1978). Las vasijas de la
Cultura Copiapó en su tipo negro sobre rojo y
variantes, privilegian sobre todo el uso de paredes
acampanadas y hemisféricas desde el comienzo,
marcando ya una gran diferencia con la
morfología de las piezas Diaguitas.

Por su parte, la alfarería Ánimas presenta


predominantemente en sus tipos I y II, la categoría
formal “puco”, cuya sección de cuerpo presenta
paredes acampanadas, muy concordante con la
morfología de los pucos Copiapó. Los tipos
Ánimas III y IV, también corresponderían a
pucos, pero de perfil hemiesférico, al igual que el
Diaguita I. Por otro lado, el tipo del Período
Medio denominado “La Puerta” del valle de
Copiapó, corresponde en su morfología a grandes
recipientes no restringidos de perfil compuesto
Figura 1. Mapa de la zona de dispersión de la
(Figura 3A), los cuales no encuentran un referente
Cultura Copiapó.
similar posterior en la zona (Iribarren 1958;
Niemeyer 1998).
Comparación de la cerámica Copiapó negro
sobre rojo con Diaguita y Ánimas
Otra categoría de vasija presente en la alfarería
Ánimas, es el llamado “jarro zapato”, que consiste
Características de morfología
en una vasija asimétrica con el asa en el sector
más angosto del cuerpo (Figura 3B). Esta vasija se
La cerámica Copiapó negro sobre rojo
da posteriormente como un artefacto de funebria iv
corresponde en su morfología a la categoría
“puco”iii, la que presenta dentro de su variabilidad
iv
Aunque hasta ahora esta categoría de vasija se ha
reconocido principalmente en funebria, esto no descarta
iii
Puco, correspondería a una vasija no restringida con su uso en contextos domésticos. Sin embargo, falta aún
una relación de 1/5 a 1/3 entre su alto y su diámetro realizar mayores análisis de materiales en sitios de este
máximo. tipo.

32
Figura 2. Variante morfológica de la sección de cuerpo en pucos Copiapó.

Figura 3. A: vasijas del tipo “La Puerta”; B: vasija asimétrica tipo “jarro zapato”, proveniente de la fosa
3 del cementerio La Puerta (Niemeyer 1998).

Figura 4. Arriba a la izquierda y al centro, 2 urnas Diaguita incaicas encontradas en Copiapó (Looser
1932); arriba a la derecha, Urna Diaguita colección Museo Arqueológico de La Serena. Abajo izquierda,
Urna Diaguita incaica del sitio Punta Brava (colección Museo Regional de Atacama); abajo a la derecha,
urna Punta Brava encontrada en el valle de Copiapó (colección Museo Arqueológico de La Serena)

33
Figura 5. Representación esquemática y figurativa de las oposiciones 26 y 27

Figura 6. Esquema de relación entre las manifestaciones cerámicas Ánimas I y II y La Puerta con
Copiapó, y Ánimas III y IV con Diaguita.

34
común en las sepulturas Diaguita y Copiapó en el La decoración Ánimas (Figura 6) clasificada en 4
Período Intermedio Tardío y Tardío, lo cual tipos (Montané 1969), presenta una distribución
retrotrae esta manifestación hasta el Período diferencial en términos geográficos, donde los
Medio para la zona del norte semiárido. tipos decorativos III y IV no aparecen en los sitios
arqueológicos de la región de Atacama, mientras
En cuanto al tipo Copiapó Punta Brava, su que las distintas variedades del tipo La Puerta, son
correspondencia con grandes contenedores tiene exclusivas de esta zona y según diversos autores
similitud en tamaño con las urnas Diaguitas, pero (Iribarren 1969; Castillo et al. 1996-1997;
morfológicamente son diferentes, ya que las urnas Callegari 1998; Niemeyer 1994; 1998), se le han
Punta Brava tienen una presencia casi nula de asas atribuido ciertas características de la cerámica
y cuello corto, con bordes preferentemente rectos Aguada en su fase decadente por forma y
y no evertidos como las Diaguita (Figura 4). decoración. Las variedades decorativas III y IV
son casi exclusivas de la región de Coquimbo,
mientras que la presencia en dicha zona de los
Manifestaciones visuales tipos I y II sería escasísima y sólo presentaría una
distribución de tipo costero, más allá de la falta de
El tipo cerámico Copiapó negro sobre rojo estudios sistemáticos en la zona (Cantarutti y
presenta con mayor abundancia, las estructuras de Solervincens 2003).
diseño denominadas nº 26 y 27 con un 16,7% y un
35,7% del total respectivamente (Garrido 2007). La alfarería Diaguita presenta en sus tres fases,
La estructura 27 se compone de 4 campos de patrones de diseño bidimensionales (González
camélidos (categoría G) en disposición simétrica, 1995, 1998, 2000a, 2000b; Rodríguez et al. 2004),
los cuales presentan en sus campos intermedios y un repertorio de motivos preferentemente
una oposición de un par de volutas compuestas geométricos que no se encuentran en los pucos
(categoría D) y otro de volutas simples (categoría negro sobre rojo de la Cultura Copiapó. Además,
E). Por otra parte, la estructura 26 es la que los motivos Copiapó constituyen unidades
contiene como elemento predominante, 2 franjas discretas que no se mezclan ni fusionan con sus
verticales (categoría C) dispuestas en dos pares vecinos dentro de un campo de diseño, lo cual es
perpendiculares, entre los cuales se sitúan en contrario a lo que acontece con la decoración
oposición un par de rostros antropomorfos Diaguita. Sólo el tipo Copiapó Punta Brava
(categoría A) y un par de U (categoría B). Sin presenta patrones bidimensionales, pero con
embargo, ambas estructuras coinciden en cuanto a motivos distintos a lo Diaguita y pocas unidades
ser de tipo óctuple y presentar un patrón de diseño de repetición en el diseño.
finito. La representación figurativa de tales
oposiciones se aprecia en la Figura 5. Características de manufactura

La cerámica Copiapó negro sobre rojo y La cerámica Copiapó negro sobre rojo es
variedades presenta una gran cantidad de fabricada con una pasta de granulometría muy
indicadores en el repertorio de motivos y pequeña, la cual sufre un proceso de elaboración
estructura que la asemejan bastante a la cerámica especial que tritura sus antiplásticos y reduce su
Ánimas en sus tipos I y II y en parte al tipo La tamaño, dando así una composición más fina a la
Puerta en su decoración de líneas onduladas. Los pasta. Lo anterior pudo ser comprobado gracias a
motivos de líneas onduladas, camélido, volutas análisis petrográficos de fragmentos, cuyos
compuestas y la distribución y desplazamiento de resultados se obtuvieron en virtud de un trabajo de
las unidades de diseño entre los campos clasificación de pastas del conjunto cerámico
decorativos interior y exterior, así como la Copiapó (Garrido 2004). Del mismo modo, hay
presencia de diseños finitos en sus estructuras un cuidado manifiesto en la cocción de tales
decorativas, son atributos de la cerámica Copiapó piezas, ya que ésta es pareja y oxidante,
con innegable trasfondo Ánimas que refuerzan la produciendo un color de matriz rojizo sin
idea de continuidad y transformación propia de secciones negras que indiquen la presencia de
rasgos en este nuevo desarrollo alfarero. Del residuos orgánicos sin combustión. La
mismo modo, muchos de los atributos decorativos manufactura de alta calidad de las piezas Copiapó
de los tipos Ánimas III y IV como la tricromía negro sobre rojo no es un producto final visible,
negro y rojo sobre blanco y rojo, además de la ya que luego la pieza es pulida engobada y
presencia de patrones de diseño bidimensionales, pintada. En cambio, la cerámica Diaguita en su
dan cuenta de una realidad distinta más al sur que estilo II posee antiplástico poco procesado, de
ya desde los tiempos de Cornely se le atribuye gran tamaño y cocción irregular, situación que ha
como el origen de lo Diaguita y de allí su sido manifiesta en publicaciones desde Montané
denominación de Diaguita Arcaico (Cornely en adelante (Ampuero 1989; González 1995;
1956). Cantarutti 2002). Un estudio reciente de los

35
patrones de pasta Diaguita de la zona de Illapel, Inferencias de la comparación
nos dice lo siguiente para el estilo Diaguita II:
La comparación de los conjuntos cerámicos a
“Se observa una menor prolijidad en el proceso partir de las dimensiones analizadas, nos establece
de elaboración alfarera. La pasta se presenta una serie de similitudes y diferenciaciones
preparada en forma más deficiente (antiplásticos empíricas entre ellos, las cuales son un aspecto
de tamaño muy diverso y distribución muy muy significativo para establecer relaciones
irregular, menor compactación y homogeneidad estilísticas entre sí. Lo más significativo en
en la fractura) y un irregular control de la relación al objetivo de este trabajo, es que el tipo
cocción oxidante (presencia de núcleos oscuros Copiapó negro sobre rojo, a la vez que se asemeja
que ocupan gran parte o toda la fractura)” a los estilos Ánimas I y II, se diferencia bastante
(Rodríguez et al. 2004: 743). de los estilos Ánimas III y IV y de lo Diaguita.
“...podríamos señalar que durante la fase Las similitudes entre la alfarería Copiapó y la
Diaguita II (a la cual pertenecerían la mayoría de Ánimas I y II, se manifiestan básicamente en:
los materiales analizados) el cuidado del artesano
se centra en la decoración de la pieza y no en la - Morfología compartida: la forma
manufactura de esta, hecho observable en el predominante de las vasijas Ánimas I y II
deficiente tratamiento de la pasta. Esto contrasta corresponde a piezas no restringidas asimilables a
con lo ocurrido en la fase I, en donde el esfuerzo la categoría “puco”, al igual que la totalidad de las
del artesano se orienta a la manufactura vasijas Copiapó negro sobre rojo. Además la
tecnológica de la pieza cerámica y produciendo forma acampanada de las paredes de la pieza,
una decoración poco lograda” (Rodríguez et al. típica de lo Copiapó, ya se observa en las
2004: 744) mencionadas manifestaciones del Período Medio.

La anterior interpretación que da cuenta que la - Disposición de los campos de diseño: el


cerámica Diaguita con su desarrollada técnica de tipo Ánimas I con decoración pintada interior y
engobe y decoración pintada, destaca más la exterior, posee cierta variedad negro sobre rojo y
importancia de la visibilidad exterior que a la crema con una disposición de colores de los
composición interior de la vasija. Aunque no campos desplazada entre ambas caras de la pieza.
necesariamente la interpretación expuesta es El tipo Copiapó negro sobre rojo en su variedad
correcta, debido a que el juicio de deficiencia de negro sobre rojo y ante, posee exactamente la
la pasta se debería relacionar a la función que misma estructura de disposición de los campos
cumple la vasija, lo importante es destacar que las decorativos, desplazada entre exterior e interior y
características técnicas propias de la pasta con los mismos colores de pintura que la variedad
Diaguita, son muy distintas a las de la cerámica Ánimas mencionada (Figura 7). Este sería un
Ánimas y Copiapó, siendo así un indicador de importante antecedente estilístico que continúa en
diferencia. lo Copiapó.

La cerámica Ánimas por su parte, presenta un tipo - Estructuras de diseño homólogas en


de pasta sólida de gran dureza, la cual presenta determinados motivos: la estructura de diseño nº
una cocción de tipo variable que va desde 27, es la más común del tipo negro sobre rojo y
completamente oxidante en algunas variedades del posee un motivo centralvi de volutas compuestas
tipo I, hasta otra con un interior negro reducido en en oposición, que se presentan tanto al interior
el tipo IIv. En cuanto a la aplicación de como al exterior de la pieza. Dicho motivo que
decoración, ésta presenta engobe y pintura al igual tiene una frecuencia del 52,4% en el tipo negro
que sus sucesoras Diaguita y Copiapó. En sobre rojo, y que posee además algunas variantes
definitiva, sus características de manufactura similares, posee una estructura interna muy
serían mucho más semejantes al Copiapó negro similar a otra de un motivo perteneciente a una
sobre rojo y al Diaguita I, que a lo manifiesto en vasija Ánimas Ivii. Los elementos comunes de
el estilo Diaguita II, lo cual sería un indicador más ambos, como las líneas laterales dobles, dos ejes
de la semejanza entre tales manifestaciones laterales con elementos mirando hacia el centro y
cerámicas. uno central con dos pares de figuras, dos a la
izquierda y dos a la derecha, demuestran una
similitud enorme entre ambos, lo cual puede ser
un antecedente más de la relación estilística entre
Ánimas y lo Copiapó negro sobre rojo (Figura 8).

v
De acuerdo a Montané (1969) ambos tipos I y II,
vi
derivarían en gran modo de la Cultura El Molle, de la Motivo D1 de volutas compuestas (Garrido 2007).
vii
cual habrían heredado su antiplástico fino, cocción Motivo K6 perteneciente a una vasija Ánimas
parcialmente reductora y base plana. procedente del sector de Obispito (Garrido 2007)

36
- Motivos comunes: ya desde el Período configura como un momento de la historiaviii que
Medio vemos aparecer en la zona ciertos nos muestra una realidad cultural compleja y
elementos decorativos que van a ser continuados bastante heterogénea espacialmente, donde los
en el período siguiente dentro de las desarrollos del sector norte discrepan
manifestaciones cerámicas de la Cultura Copiapó. artefactualmente de los de más al sur. La alfarería,
La presencia del motivo del camélido es uno de es un buen indicador de aquellos procesos y
estos motivos, a lo cual se suma también el de diferencias que a través del tiempo van cobrando
líneas onduladas que también se encuentra en el paulatina relevancia hasta constituir dos realidades
otro tipo cerámico del Período Medio de Copiapó, muy distintas e independientes entre sí: lo
el tipo La Puerta. El motivo del camélido Ánimas Copiapó y lo Diaguita, identidades que ya desde
posee algunas diferencias con el Copiapó por la el Período Medio, definen un territorio particular
forma del vientre que es triangular en el primer y propio.
caso (Figura 9), pero su disposición en la pieza,
así como la del motivo de líneas onduladas, es La pregunta por la unidad de Ánimas se torna un
similar a la de la cerámica Copiapó (Figura 10), punto crucial en la discusión, siendo un tema poco
salvo que el camélido Ánimas es menos frecuente trabajado y que casi nada ha variado desde la
y tiene menos unidades de repetición en el campo época de Montané (1969). Cada vez hay un mayor
de diseño. cuestionamiento a la homogeneidad espacial de
estas manifestaciones cerámicas que hasta ahora
Las anteriores similitudes entre las no serían más que un “complejo de pucos”
manifestaciones alfareras del Período Medio y la (Cantarutti y Solervicens 2003), con tipos
Cultura Copiapó, además del hecho de compartir cerámicos diferenciados según región. La
una distribución espacial similar y de ser segregación espacial de los tipos Ánimas I y II
sucesivas en el tiempo, nos permiten establecer un para los valles de Copiapó y del Huasco, y los
vínculo de continuidad entre estas manifestaciones tipos III y IV para los valles del Elqui hasta el
culturales, las cuales a su vez difieren bastante de Limarí por el sur, nos hace reflexionar sobre la
la situación que encontramos con respecto a los aplicabilidad de la conceptualización de Cultura o
tipos cerámicos Ánimas III y IV y Diaguita. La Complejo Cultural Ánimas a una zona tan amplia
estructura de diseño de tipo finito, propia del tipo y heterogénea como el Norte Chico para el
Copiapó negro sobre rojo, tiene su referente en los Período Medio. Lo único común en toda la zona,
tipos Ánimas I y II, pero no se relaciona en nada a es la presencia de vasijas Ánimas I y II en algunos
lo Diaguita, lo cual es importante en cuanto a que cementerios costeros de la región de Coquimbo,
ambas tradiciones poseerían un origen las cuales incluso podrían ser piezas intrusivas en
relativamente independiente entre sí, y por lo tales contextos, según la interpretación derivada
menos para el caso Copiapó, bastante de los análisis efectuados por Carlos Osorio en el
regionalizado. Esta situación tiene interesantes material cerámico del sitio Compañía de
implicancias en relación a la historia cultural y Teléfonos del valle del Elqui (citado Cantarutti y
social de la región, lo cual es un camino que Solervicens 2003), ya que sus pastas y
deberá ser explorado más adelante gracias al tratamientos de superficie serían más bien
estudio en profundidad de las manifestaciones del similares a la realidad del valle de Copiapó que a
Período Medio, con el fin de establecer su la de dicha zona. Lo que sí es evidente, es la fuerte
especificidad regional y los procesos sociales similitud de las manifestaciones arqueológicas del
subsecuentes involucrados en la transición al Período Medio (y su referente cerámico sobre
Período Intermedio Tardío. Aunque el desarrollo todo), con los desarrollos de los grupos culturales
en extenso de este tema excede los propósitos de del Período Intermedio Tardío: Copiapó y
este trabajo, abordaremos algunas reflexiones Diaguitas. En este sentido, La Cultura Copiapó
preliminares que esperemos orienten futuras tendría su referente inmediato en las poblaciones
investigaciones al respecto. Ánimas locales, heredando gran parte de los
habitus de su producción alfareraix.

Hacia la comprensión de los procesos Más allá de la existencia de una tradición de


involucrados cultura material diferenciada entre los desarrollos
culturales de Copiapó y Huasco con respecto a los
El Período Medio de más al sur, queda pendiente el desafío de
analizar sus características internas específicas y
En base a los antecedentes planteados para el el tipo de interacción entre las poblaciones de esta
Período Medio en el Norte Chico y en particular
en la región de Atacama, dicho período se nos
viii
ver Tabla 1
ix
Específicamente de sus tipos I y II.

37
Figura 7. Pieza Ánimas de Copiapó (colección Museo de La Serena), en comparación con la disposición
de campos común de las piezas Copiapó negro sobre rojo y ante.

Figura 8. Estructuras decorativas Ánimas y Copiapó respectivamente, compartiendo ambos las líneas
laterales dobles, dos ejes laterales con elementos mirando hacia el centro y uno central con dos pares de
figuras, dos a la izquierda y dos a la derecha.

38
Figura 9. Pieza procedente del centro de Vallenar (Kuzmanic 1998), en donde se aprecia por su interior
un motivo del camélido, muy similar al de la alfarería Copiapó negro sobre rojo (derecha).

Figura 10. Arriba, vasijas del Período Medio Ánimas I de Copiapó y Caldera, y vasija tipo La Puerta del
sitio tipo, todas con decoración de líneas onduladas paralelas verticales. Abajo, una de las múltiples
vasijas Copiapó negro sobre rojo con un motivo similar.

Principales fechados Período Medio Valle de Copiapó

39
Tipo Sitio Años AP Fecha Año base Tipo Sitio Años AP Fecha Año base

C14 Cabra Atada 1440 +/- 50 510 d.C. 1950 TL La Puerta 1165 +/- 120 825 d.C. 1990
TL La Puerta 1350 +/- 150 640 d.C. 1990 TL La Puerta 1140 +/- 100 850 d.C. 1990
TL Puntilla Blanca 1320 +/- 100 670 d.C. 1990 C14 Cabra Atada 1100 +/- 50 850 d.C. 1950
TL La Puerta 1310 +/- 100 680 d.C. 1990 TL Carrizalillo Chico 1130 +/-100 860 d.C. 1990
C14 Quebrada Seca 1230 +/- 60 720 d.C. 1950 TL La Puerta 1130 +- 90 860 d.C. 1990
TL Pukara Punta Brava 1260 +/- 140 730 d.C. 1990 C14 La Puerta A 1090 +/- 50 860 d.C. 1950
TL La Puerta 1210 +/- 60 780 d.C. 1990 C14 Puntilla Blanca 900 +/- 50 1050 d.C. 1950
TL La Puerta 1200 +/- 50 790 d.C. 1990 C14 La Puerta A 800 +/- 50 1150 d.C. 1950

Tabla 1. Fechados para el Período Medio del Valle de Copiapó (Chile)

área, aspecto muy difícil de abordar si seguimos motivos presentes. Sin embargo, cuando hacemos
hablando de lo Ánimas como un todo indisoluble. abstracción de los motivos y examinamos su
La separación conceptual de las tradiciones estructura organizativa, se advierte que mientras
culturales del Período Medio es un tema que los Diaguitas privilegiaban los diseños
queda por definir, y que nos permitirá ampliar la bidimensionales donde es posible manifestar
visión hacia nuevas problemáticas y ya no cuatro tipos de simetrías (rotación,
simplemente extrapolar las secuencias tipológico- desplazamiento, reflexión y reflexión desplazada),
cronológicas de otras áreas a priori, como ha la preferencia por los diseños finitos de los pucos
sucedido en la región de Atacama hasta hoy. El en la alfarería Copiapó, sólo admiten dos (rotación
tipo de contacto y relación de las poblaciones del y reflexión especular). Las posibilidades de
Período Medio del Norte Chico entre sí queda a la organización decorativa alfarera se constituyen de
expectativa de nuevas investigaciones, las cuales modo muy distinto entonces dadas las
seguramente deberán ahondar inclusive en el posibilidades que entregan los patrones de
Período Alfarero Temprano en que desarrolla la simetrías que cada grupo cultural definió en su
Cultura El Molle para buscar allí la simiente de la devenir histórico. Pero, ¿Será casual esta
diferenciación (la cual quizá incluso venga de diferenciación?
antes). Lo importante a destacar aquí, es que
encontramos vínculos en las estructuras de diseño La constatación anterior nos deja con una nueva
de los tipos Ánimas de la región de Atacama, y el gran inquietud: si seguimos la postura clásica en
tipo Copiapó negro sobre rojo, lo que nos permite cuanto a que Copiapó y Diaguita provienen de un
sustentar la idea de continuidad. mismo sustrato cultural denominado “Cultura Las
Ánimas” desde dónde se diferenciaron política y
El paso del Periodo Medio al Intermedio espacialmente, volvemos a la pregunta inicial:
Tardío ¿qué estaría indicando la diferenciación en sus
patrones estructurales de diseño y principios de
Los análisis de decoración realizados a la simetría relacionados? La respuesta podría tener
colección cerámica de la Cultura Copiapó, nos dos aristas que van por una parte hacia la
revelan un sinnúmero de patrones de motivos y comprensión del significado de las estructuras de
estructuras de diseño que al compararlas con la diseño y sus principios de simetría en la cultura
situación que encontramos en el universo como marcador identitario (Washburn 1989),
cerámico Diaguita, resulta evidente que hay mientras que por otra, a la oposición que
fuertes diferencias en tales ámbitos. configura el eje Copiapó-Diaguita si consideramos
que ambos grupos forman parte de un habitus
Si partimos de la base que la estructura de diferenciador que se consolida en el Período
organización de los diseños decorativos con sus Medio bajo dos tradiciones culturales distintas
principios de simetría incluidos, constituye una entre la región de Atacama y región de Coquimbo,
tradición cultural y en última instancia da cuenta que hasta ahora han sido subsumidas en la
de una determinada forma de aprehensión de la confusamente definida Cultura Las Ánimas.
realidad (Washburn 1977, 1989; Washburn y
Crowe 1988), las diferencias en los patrones de Ambas respuestas requieren considerar a
diseño y la selección de determinados tipos de cabalidad lo sucedido durante el Período Medio en
simetrías en los conjuntos cerámicos Copiapó y la zona, con el fin de comprender mejor el
Diaguita, nos estarían hablando de profundas surgimiento de la Cultura Copiapó y Diaguita, y
diferencias entre ambos grupos. Decir que así explorar cómo aquello podría haber
Copiapó y Diaguita son distintos puede resultar influenciado las diferencias y oposiciones entre
obvio si sólo lo remitimos a las variedades de ambos durante el Período Intermedio Tardío y

40
Tardío del Norte Chico. Interesante es destacar lógica de diferenciación identitaria que requiere
que el papel de Ánimas como gestor de cambios del reconocimiento del otro como un opuesto. De
culturales, habría sido previamente insinuado para ahí entonces, la importancia de la oposición en la
Chile Central en función del surgimiento de la estructuración de sus patrones de diseño en la
Cultura Aconcagua. Paola González (1997), en un cerámica, reafirmando así las diferencias. El tipo
análisis sobre la estructura decorativa Aconcagua cerámico Copiapó negro sobre rojo estaría
en comparación a la Diaguita, llega a la cumpliendo así, una función social activa en la
conclusión de que las diferencias en los patrones naturalización de las identidades.
decorativos de ambas culturas no son aleatorios,
sino intencionales con el objeto de definir la Si asumimos la tesis de Washburn acerca del uso
identidad de cada grupo en función de una de patrones de diseño y sus principios de simetría
herencia común que vendría del Período Medio como indicador identitario en cuanto a los modos
del Norte Chico, específicamente de la Cultura culturales de percibir la realidad (Washburn
Las Ánimas. Si tal situación fuese así, se nos abre 1989), la alfarería Copiapó y Diaguita con sus
un interesante camino hacia la comprensión de los patrones de diseño preferentemente finitos por una
procesos sociales y regionales a gran escala, que parte y bidimensionales por otra, son producto de
articularían la transición hacia el Período un proceso de diferenciación que se consolida en
Intermedio Tardío. el Periodo Mediox. Más allá de que se trate de un
proceso consciente o no, la relación entre las
Al investigar en la cerámica de la Cultura estructuras decorativas Copiapó y Diaguita está
Copiapó, las estructuras y patrones de diseño marcando una diferencia fundamental en el modo
decorativos de las vasijas, podemos avanzar en un de percibir y estructurar la realidad, sirviendo a su
tema que va más allá de los principios culturales vez como un mecanismo de reconocimiento intra
técnicos involucrados en la configuración material e intergrupal, es decir, como frontera identitaria.
de un objeto. De hecho, nos permite avanzar en la Por ende, desde el Período Medio se estaría
determinación de marcos de configuración y consolidando una estructura de disposiciones
percepción de la realidad, que compartidos, diferenciadas o habitus, cuyos términos de
diferencian los estándares de comprensión del oposición corresponderían a un eje espacial norte
entorno social y natural entre los grupos. – sur, donde la distinta complejidad y área de
Entramos al plano de las cosmovisiones, donde sí interacción de los grupos culturales de este
es argumentable hablar de diferencias de carácter espacio, sería probablemente el factor que marcó
identitario de tipo étnico de acuerdo a los el surgimiento de nuevas formas de adscripción
referentes teóricos que estamos utilizando. Existen identidaria. La causa de este proceso no es un
muchos planos en el registro de la cultura material tema del cual se tengan muchos antecedentes,
que nos hablan de diversos niveles de identidad, pero la variable geográfica relacionada a las
donde por ejemplo, el nivel de los estilos distintas posibilidades de contacto intercultural
tecnológicos puede hablarnos de unidades sociales que ofrece y efectivamente tuvieron las
mínimas (Sanhueza 2004). Sin embargo, existen poblaciones de la región de Atacama con el NOA
otros indicadores que nos hablan de unidades (Iribarren 1969, Castillo et al. 1996-1997;
mayores y trascienden a ese plano. Los patrones Niemeyer 1994, 1998; Callegari 1998) y San
de categorización y reconocimiento de la realidad Pedro de Atacama (González y Westfall 2005),
constituidos por los principios de simetría, serían posiblemente estén jugando parte de un proceso
un marcador de conglomerados socioculturales histórico, que condujo a las poblaciones locales a
constituidos en base a una comunidad de diferenciarse progresivamente a través del tiempo,
significado en oposición a otros considerados disminuyendo cada vez más los vínculos entre las
como no válidos, característicos de agrupaciones zonas correspondientes a las actuales región de
de carácter étnico. Es este marco desarrollado por Atacama y región de Coquimbo del país.
Washburn, en el plano de las manifestaciones
visuales, el que permite aproximarnos en Las diferencias anteriores partiendo
arqueología al ámbito de las identidades de probablemente desde el Período Alfarero
carácter étnico, que diferencian a un yo de un otro Temprano, pueden concebirse como el proceso de
en base tanto a emblemas físicos, actitudes, formación paulatina de una estructura de
conductas y valores subjetivos, comprendidos diferenciación interregional de habitus, que con el
bajo esquemas propios de percepción y tiempo va naturalizando las crecientes diferencias
autoreconocimiento, que no sólo son distintos, intergrupales (Jones 1997), siendo en este caso la
sino muchas veces abiertamente opuestos en alfarería testigo de aquello. En este sentido,
relación a otros entes externos, con el fin de
mantener viva la cohesión del grupo. Lo
explorado en torno a la diferenciación de lo x
Lo cual se manifiesta en las diferencias de patrones de
Copiapó y lo Diaguita, podría responder a una diseño entre los tipos Ánimas I y II, versus los tipos III
y IV.

41
podríamos estar estamos hablando de lo que Por último, cabe señalar que más allá del fuerte
Bourdieu denomina el paso de una doxa a una componente de tradiciones culturales del Período
heterodoxia (Bordieu 1999), donde el proceso de Medio involucradas en el origen de lo Copiapó,
diferenciación que en un comienzo se da de modo no se ha podido reconocer ningún vínculo efectivo
pasivo, inconsciente y naturalizado, pasaría a ser de la cerámica de la Cultura Copiapó (en términos
reflexivo. Lo anterior produciría un quiebre al de sustrato de origen), con las manifestaciones
nivel de percepciones sociales, donde de ahora en alfareras de otras zonas aledañas como el Norte
adelante estaría comenzando una diferenciación Grande o los Andes Meridionales. El avance a
consciente basada en la oposición total al otro futuro de una investigación por esa línea será muy
identitario, a partir de sus referentes culturales y interesante a la hora de poder correlacionar los
modos de organización profundos. De este modo, principios simbólicos de los habitus interpretados,
la Cultura Copiapó y Diaguitas tenderían a una con una cosmovisión mayor del sistema andino,
diferenciación mutua entre sí (Beattie 1972), en donde podamos establecer hasta que punto hay
sustentada por medio de objetos, una ideología y semejanzas y en que radica su particularidad. Sin
una cosmovisión específica (Bartolomé 1997), embargo, creo que una mayor preocupación por
además de una frontera étnica definida los Períodos Medio y Temprano en la región, es
espacialmente (Barth 1976), en función del área sin duda un tema prioritario para la investigación
que marca el límite de sus relaciones recíprocas de los desarrollos culturales locales, para poder así
como grupo. Tal área de dispersión abarcaría para finalmente comprenderlos mejor en su propia
la Cultura Copiapó en su extremo norte, la cuenca realidad.
del río Salado (Chañaral) por el interior y Taltal
por la costa, mientras que por el sur, los valles de
Copiapó y parte del Huasco. Por su parte para la Referencias
Cultura Diaguita, sería el Valle de Elqui por el
norte y el Choapa al surxi. La etnicidad de ambos Ampuero, G. 1978. Cultura Diaguita. Santiago:
grupos concebida como “un producto de la Ministerio de Educación, Departamento de
intersección de similitudes y diferencias en el Extensión Cultural.
habitus de la gente y las condiciones que
caracterizan una situación histórica determinada” Ampuero, G. 1989. La Cultura Diaguita Chilena.
(Jones 1997: 126), estaría reafirmada entonces por En Culturas de Chile: Prehistoria, desde los
la segregación espacial y simbólica de sus orígenes hasta los albores de la conquista. Cap.
prácticas y disposiciones culturales. XII, pp. 277-293. Santiago: Editorial Andrés
Bello.
La interpretación inicial de aquellos principios
culturales que estarían estructurando la Beattie, J. 1972.Otras culturas. Madrid: Fondo de
variabilidad del conjunto alfarero de la Cultura Cultura Económica.
Copiapó y su relación con Ánimas y Diaguitas, es
aún un desarrollo preliminar que se plantea como Barth, F. 1976. Los grupos étnicos y sus fronteras.
una hipótesis que necesita ser sometida a una México DF: Fondo de Cultura Económica.
mayor reflexión y análisis, sobre todo al
compararla más adelante ojalá con otros tipos de Bartolomé, M. 1997. Gente de Costumbres y
materialidad presentes en los contextos Gente de Razón. Las identidades étnicas en
arqueológicos de la zona. Esperamos así México. México DF: Siglo XXI-INI Editores.
contribuir al desarrollo de una línea de
investigación en torno a estas problemáticas, tanto Bourdieu, P.1988. La distinción social. Madrid:
al nivel de la prehistoria local, como también en Editorial Taurus.
cuanto a la búsqueda de indicadores materiales
que nos puedan dar indicios de identidades Bourdieu, P. 1990. Sociología y cultura. México
culturales en el pasado. Un aspecto DF: Grijalbo/CONACULTA.
importantísimo en función de lo anterior, es la
realización de análisis más amplios en las Bourdieu, P. 1999. ¿Qué significa hablar?.
colecciones de sitios habitacionales para Madrid: Akal Universitaria.
desarrollar mejor la clasificación de la alfarería Callegari, A. 1998. Interacción entre el Valle de
monocroma, categoría aún bastante ambigua Copiapó y el Centro – Norte del Valle de
dentro de este panorama. Vinchina (La Rioja). Estudios Atacameños 14:
131-142.

xi
Sólo en el Período Tardío con la llegada del Inca al Cantarutti, G. 2002. Estadio Fiscal de Ovalle:
territorio, es que éstos formarán alianza con los redescubrimiento de un sitio diaguita-inca en el
Diaguitas y así se expandirán territorialmente desde el
norte de la región de Atacama hasta Chile central.

42
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44
El ser por el hacer
La socialización y la identidad expresadas por la cerámica Tupiguaraní

André P. Prous y Camila Jácome

Introducción
En 2001, un equipo del Sector de Arqueología de
Los primeros europeos que arribaron al litoral la Universidad Federal de Minas Gerais inició una
brasileño y el Río de La Plata entraron en contacto investigación sobre sitios tupiguaraní en este
con grupos indígenas en plena expansión, que estado, que nos llevó a estudiar los patrones
hablaban dialectos emparentados de la familia decorativos y gestuales de las olleras prehistóricas.
lingüística tupi-guaraní. Los cronistas (Léry 1972; En 2003, propusimos a nuestros colegas
Staden 1974) escriben que las mujeres fabricaban brasileños, argentinos y uruguayos un trabajo
una cerámica de alta calidad decorada con motivos conjunto para presentar una síntesis de los
pintados elaborados; los misioneros jesuitas conocimientos acumulados hasta el final del siglo
(Montoya 1876, 1892) informan, en sus XX (Prous y Lima 2008) y propuestas de nuevas
diccionarios, de los vocablos relacionados a las líneas de investigación (Prous y Lima en prensa,
formas y a las técnicas de decoración que vol. 2 y 3). Con la ayuda de decenas de
muestran la existencia de decoración plástica. Por investigadores y museólogos reunimos abundante
ejemplo, hay una palabra que significa “pintar la documentación sobre las pinturas en cerámica que
cerámica como el cuerpo del yacaré” que nos será publicada en breve (Jácome y Prous, en
parece que se refiere al corrugado. prensa). En efecto, centenas de vasijas enteras
Con el inicio de la investigación arqueológica fueron encontradas casualmente o durante
sistemática en Brasil, en los años de 1960, los excavaciones arqueológicas, pero pocas
investigadores del Programa Nacional de colecciones fueron estudiadas o publicadas de
Investigaciones (PRONAPA), coordinado por B. forma sistemática, a no ser por algunas
Meggers y C. Evans, identificaron los vestigios excepciones (Chmyz 2002).
cerámicos no amazónicos pintados y con
decoración plástica como siendo característicos de A partir de nuestros levantamientos y
una tradición de horticultores tropicales. aprovechando trabajos etnográficos realizados con
Denominaron a esta tradición Tupiguarani (sin poblaciones tupi y guaraní actuales (Silva 2000;
guión para diferenciar este término del Prous y Lima, en prensa; Muller 1990)
vocabulario lingüístico), considerando que comenzamos a reflexionar sobre el papel de la
estarían probablemente emparentados a grupos cerámica en la sociedad tupiguaraní. Así, se dice
ancestrales de los Guaraníes (ocupantes históricos que, sobretodo la guerra mantenía cohesionadas
del Brasil meridional y del Río de La Plata) y de las tribus y confederaciones tupi y guaraní
los Tupis (instalados en la franja litoral central y históricas, así como las ceremonias durante las
nordeste del Brasil, así como en algunas regiones cuales eran muertos e ingeridos los prisioneros de
de la Amazonía) (Figura 1). A lo largo del siglo guerra –una dialéctica de asimilación mutua
XX, los investigadores, en su mayoría, se propia y del enemigo esencial de la metafísica tupi
preocuparon por la tecnología de fabricación de (Fernández 1989; Viveiros de Castro 1989, 2002).
las vasijas, por las posibles rutas de migración de
la cerámica tupiguaraní (Brochado 1973, 1991), Sin embargo esta visión, que se supone válida
por la función de sus vasijas (Brochado 1991) o también para parte de los grupos productores de
por la estructura de las aldeas (Pallestrini 1970). cerámica pre-histórica tupiguaraní, focaliza
Luego se notó que existía alguna diferencia entre esencialmente en el lado masculino y guerrero de
la cerámica tupiguaraní meridional (con vasijas la sociedad. Deja de lado justamente el único
sobre todo hechas con decoración plástica vestigio material que proclama para los
preponderante), y la cerámica del litoral brasileño arqueólogos el vínculo entre los tupiguaraní –
central y septentrional, que privilegiaba vasijas justamente una huella probablemente ligada al
abiertas y una decoración pintada. Así quedó claro mundo femenino, ya que son exclusivamente las
que una frontera separaba los supuestos ancestros mujeres las que producen la cerámica entre la casi
de los guaraníes de los predecesores de los grupos
Tupi a la altura del estado de São Paulo (Figura 2).

45
Figura 1. Mapa general del territorio Tupiguaraní con indicaciones de tribus históricas y de los países y
algunas provincias actuales. Fuente: Rachel Rocha (2008).

totalidad de los grupos históricos de las tierras expresarían una forma de hacerlas opuesta a los
bajas tropicales. modos de los Tapuia (los “otros” en relación a los
hablantes de lenguas tupí y guaraní en el período
En este contexto ¿hasta qué punto la cerámica histórico).
arqueológica nos habla del mundo simbólico de
los usuarios? ¿De qué forma esta producción Fuera de la Amazonía, la cerámica tupiguaraní
expresa la cohesión de ciertos grupos y la presenta muchas características exclusivas: se
oposición entre otros? ¿La fabricación de vasijas destaca el refuerzo del borde, aplicado a casi todas
sería una actividad individual o colectiva? ¿Sería las formas de vasija y frecuentemente acompañado
posible que las alfareras expresasen al mismo por discretas inflexiones próximas a la boca. Por
tiempo su participación en la comunidad aldea y otro lado, varias formas de vasijas menores
su personalidad individual en la fabricación y en la utilizadas para presentar la comida no son muy
decoración de las vasijas – fuesen éstas destinadas distintas de las que se encuentran en otras
a uso ritual o cotidiano-? En este caso, ¿cómo se tradiciones ceramistas. Sin embargo, las vasijas
desenvolverían sus habilidades? Son estas para consumir cauimi y los potes mayores para
cuestiones las que abordaremos en este texto. cocinar, preparar bebidas fermentadas, así como
aquellas ligadas a preparar la mandioca, presentan
1 – La cerámica como posible marcador formas complejas, normalmente ausentes de la
territorial y de identidad producción de las demás comunidades ceramistas
como las tradiciones Taquara/Itaré al sur;
Los ceramistas tupiguaraní, y sus “Otros” Pantanal, al oeste y Aratu/Sapucaí en Brasil
central y noreste. La Salvia y Brochado (La Salvia
Las vasijas en la cerámica tupiguaraní son las
únicas que presentan ciertas características
morfológicas y de decoración que probablemente
i
bebida fermentada, generalmente hecha con maíz.

46
Figura 2. Piezas con diseños evocativos de formas humanas y partes de cuerpos humanos.
A) Vasija con diseño de cuerpo abierto mostrando las vísceras y vértebras vistas en corte transversal
(MHN-UFMG); B) y C) Vasijas con diseños que evocan cuerpos estilizados (MAE-UFBA y Museo del
Indio de Conceiçäo dos Ouros); D) Vasija con líneas formando diseños que evocan los intestinos (Museo
Nacional). Fotos: André Proas. Diseños: Marcos Brito.

y Brochado 1989) mostraron que las panelasii eran paredes con inflexiones en el cuerpo, en lugar de
pensadas como volúmenes heterogéneos hombros escalonados. La boca y el diámetro
sobrepuestos – lo que nos parece diferenciarlas mayor de ciertos cuencos y baciasiii pueden ser
inclusive de las tradiciones amazónicas. Las elipsoidales, cuadrangulares y hasta triangulares
grandes vasijas para contener cauim presentan
iii
Vasijas abiertas de fondo achatado, generalmente
relacionadas a la preparación de mandioca amarga
ii (nhãeta).
Vasijas para preparar alimentos, generalmente
destinada a ir al fuego (yapepó).

47
contrastando con el diámetro siempre circular de través de las palabras en Guaraní Ñande Reko,
otras tradiciones. usadas para designar a todos aquellos que
compartían su modo de ser y de vivir. En tanto
El contraste es grande también en relación a la que la palabra Tapuia reúne en una misma
decoración de las vasijas. Las demás ceramistas categoría de exclusión a todos aquellos que son los
del Brasil central raramente decoraban sus vasijas, “Otros”, potencialmente enemigos. Ser Guaraní o
apenas cerca del borde. Las del Brasil meridional Tupí es compartir conocimientos y prácticas,
y occidental (Figura 1), a su vez, apenas usaban música, historia y mitos, así como el modo de
decoración plástica. La cerámica de Pantanal hacer cerámica. No tenemos dudas que, desde la
presenta impresiones de cuerda, filetes aplicados e prehistoria, la forma y la decoración de las vasijas
incisiones simples (Schmitz et al. 1988). La participaban de algo semejante al Ñande Reko
cerámica Vieira de vez en cuando recibe Guaraní y que su utilización cotidiana ayudaba
impresiones de cestería o digitales (Schmitz et al. ciertamente a su actualización y mantenimiento.
1991), en cuanto a las vasijas Taquara son
frecuentemente decoradas por elaborados La cerámica como expresión de diferencia entre
punteados, motivos pintados, unguiculados e distintas comunidades Tupiguaraní
impresiones de cestería (Schmitz y Becker 1991).
Aunque la cerámica tupiguaraní expresara la
Contrastando con estas fórmulas, el corrugado o el participación de todos en la oikumene, no dejaba
espatulado suelen dominar entre las decoraciones de presentar modificaciones menores – pero
plásticas de la cerámica tupiguaraní. Solamente los nítidas – de una región a otra. Cabe discutir si
unguiculados, generalmente reservados a vasijas estas variaciones apenas serian el resultado de una
pequeñas, son comunes a estos diferentes deriva natural consecutiva al distanciamiento
complejos cerámicos. Sobretodo, la gran geográfico o si traducirían una voluntad
peculiaridad de la decoración tupiguaraní es la consciente de individualización de diversos grupos
presencia de motivos geométricos pintados en rojo tupiguaraní. Se espera que, si fuera el primer caso,
y/o negro sobre fondo blanco, aplicados de forma se exprese arqueológicamente a través de
diferenciada en dos campos principales: el vientre mudanzas graduales a lo largo de los ejes norte-sur
(en las vasijas cerradas) o toda la superficie y este-oeste. Caso fuera lo segundo, las mudanzas
interna (en las vasijas abiertas), y en los bordes en serian relativamente bruscas en regiones
ambos casos (Figura 5). Los labios son pintados fronterizas entre comunidades distintas. Las
de rojo y las inflexiones de las vasijas son unidades territoriales de base de los guaraní y
resaltadas por bandas de este mismo color. La tupinambá (los tekohá) tenían algunas decenas de
decoración bicrómica o tricrómica es una forma quilómetros de diámetro, aunque autónomas en la
que los tupiguaraní compartían, en Brasil, apenas vida cotidiana, formaban alianzas militares que
con la llamada “tradición policroma” de la región alcanzaban extensos territorios (los guará
amazónica. Asimismo, las formas, los motivos y la guaraní). Aquellos que participaban de estas
forma de elaboración aún muestran que se trata de macro-unidades debían expresar sus diferencias en
dos tradiciones distintas – aunque algunas relación a los vecinos de varias formas, inclusive a
convergencias formales y estructurales permiten través de la cultura material. Obviamente, los
discutir la posibilidad de que haya algunas raíces cambios territoriales a lo largo del tiempo
comunes a ambas (Lima 2005). Es interesante complicarían el reconocimiento de estos límites
notar que, en el período del contacto, fueron por medio de los estilos cerámicos. Asimismo, es
producidas ciertas formas de vasijas europeas no posible determinar la existencia de características
obstante decoradas de acuerdo con una estructura geográficamente discriminantes de la cerámica
gráfica tradicional tupiguaraní (Jácome y tupiguaraní. Una primera subdivisión regional fue
Nascimento 2008). propuesta en la década de 1980, entre un dominio
meridional (desde la Argentina hasta el río
De esta forma, la cerámica expresaba el oikumene Paranapanema, en la frontera entre los estados de
tupiguaraní en todas las ocas (unidades São Paulo y Paraná, en Brasil) [Figura 1] y un
domésticas) de cada tekoá (aldea), desde el dominio septentrional. Hoy día podemos proponer
Maranhão en los confines atlánticos de la floresta extender esta frontera al oeste, en el estado de
amazónica, hasta las tierras templadas del Río de Mato Grosso do Sul, entre los ríos Ivinheima y
La Plata, 4000 km. más al sur (Figura 1). Los tupí Pardo. Esta frontera geográfica corresponde
y guaraní históricos estaban divididos en tribus y aproximadamente a la separación moderna entre
confederaciones hostiles unas con otras, que las lenguas guaraní y las lenguas tupí. Por esto,
poseían denominaciones distintas (Tupinambá, algunos autores pasaron a llamar a las ocurrencias
Tupinikim, Carijó, etc.). Pero eran - y todavía son sureñas “Sub-tradición Guarani” y las situadas
– conscientes de lo que podríamos llamar su más al norte, “Sub-tradición Tupinambá”
identidad verdaderamente humana, que expresan a (Scatamachia ms.; Prous y Lima 2008).

48
Preferimos hablar de “proto-guaraní” y “proto- las bandas tienen un largo modesto. La decoración
tupí” para no atribuir manifestaciones pre- corresponde a frisos que contornean el cuello y los
históricas multi-seculares (y hasta milenarias) a hombros de las piezas. El motivo más popular
grupos históricos. La oposición entre estos dos encontrado en los bordes es un haz de líneas
dominios se justificó inicialmente por la paralelas onduladas (Figura 5). En el vientre y en
observación que la decoración plástica era más los hombros, el motivo dominante está formado
frecuente al sur que al norte del río Paranapanema, por módulos rectangulares abiertos, dispuestos de
donde aparecían grandes vasijas abiertas que formas variadas, y por motivos escaleriformes que
faltaban en las regiones meridionales. El estudio pueden componer figuras cruciformes (Figura 4).
de la decoración pintada tupiguaraní que
realizamos en estos últimos años (Prous 2004a, Una combinación recurrente, en una misma vasija,
2004b, 2005, 2007), así como el estudio de las de la cruz y de ondulaciones que evocan
manifestaciones de esta tradición en regiones que serpientes, podría hacer alusión a un mito
antes no estaban exploradas, permiten enriquecer fundador: los puntales cruzados que sostenían la
esta oposición y mostrar que otras divisiones tierra y la serpiente que instala el caos primordial
podrían ser propuestas. Apenas esbozaremos este (Tochetto 1996; Prous 2004c) (Figura 4).
último punto, dado que estas investigaciones aún Subdivisiones regionales emergen de la
están en buena parte inéditas. observación de las decoraciones, sea tratándose de
los temas favoritos, sea de técnicas o temas raros,
La cerámica proto Guaraní pero característicos. Por ejemplo, la banda roja en
la parte inferior de las urnas parece específica de
En la cerámica proto-guaraní, las mayores vasijas la frontera marítima entre São Paulo y el Paraná
pueden tener formas complejas, las panelas tienen (Figura 1); la decoración de los bordes (Figura 5)
varias inflexiones, en tanto las jarrasiv grandes, por medio de trazos cruzados formando rombos es
cuyo diámetro puede llegar a casi 1 metro, observada en los estados de Santa Catarina y Rio
presentan varios escalonamientos en el hombro Grande do Sul, en tanto la aplicación de
(Figura 4). Los cuencos destinados al cauim tienen digitalizaciones pintadas en partes poco visibles de
una forma característica, con un cuello corto las superficies parece más característica de este
vertical dominando la base en calota de esfera. último estado. La decoración de los cuencos por
Generalmente, los refuerzos del borde son elementos al pastillaje parece exclusiva de la
discretos. frontera entre Uruguay y el Rio Grande do Sul
(Figura 1).
La decoración plástica, aplicada a todas las
panelas y a parte de las jarras, es hecha con mucho La cerámica proto-Tupí
cuidado. La forma decorativa más popular es el
corrugado; los relieves son profundos, realizados A lo largo del litoral central y noreste (Figura 1),
con mucha regularidad, creando un juego de lo que llamamos “dominio proto-Tupí” se
contrastes vigorosos entre los puntos oscuros y caracteriza por la casi ausencia de caguaba en la
claros en la superficie de las vasijas. De cualquier cerámica, probablemente sustituidas por
forma, la inversión en decoración plástica no se calabazas. Las grandes vasijas hechas, llamadas
limita al corrugado. La Salvia y Brochado (1989) igaçaba por los Tupís históricos, son menores
que trabajaron varias colecciones de Rio Grande (raramente alcanzan 60 cm. de diámetro) y tienen
do Sul (Figura 1), identificaron 8 formas formas menos complejas que los cambuchí
principales de decoración plástica (alisado, digital, meridionales, las igaçabas también son menos
ungular, impreso, estriado, roletado, nodulado y regulares y simétricas. La mayor peculiaridad de
exciso) con por lo menos 11 variantes. esta región entretanto, es la presencia de grandes
La decoración pintada, en contraste, parece mucho vasijas abiertas destinadas a la preparación de la
más repetitiva y menos creativa. Es prácticamente mandioca y a la presentación de la comida. La
reservada a dos categorías de vasijas: aparece en forma de estas bacias puede ser tanto circular
casi todos los caguâba (vasijas para beber cauim) como elíptica, cuadrangular y hasta triangular. Los
y en muchas de las grandes jarras (cambuchi, en refuerzos del borde de las vasijas son más
guaraní). Episódicamente, los cuencos pequeños pronunciados que en la región meridional. La
son también pintados. La aplicación de las tintas decoración plástica es menos elaborada que en el
es normalmente hecho con pinceles relativamente sur: los corrugados suelen ser más superficiales y
espesos (los trazos tienen al menos entre 1 y 3 mm menos elaborados que en el sur. En ciertas
de espesor) y raramente presentan regularidades; regiones, se transforman muchas veces en surcos
espatulados en la parte inferior de las panelas. La

iv
Grandes vasijas destinadas a guardar líquidos y
preparar la cerveza (cauim). Son llamadas cambuchi en
guaraní e igaçaba en tupi.

49
Figura 3. Piezas con diseños de figuras de caras.
A) y B) Piezas con figuras que evocan caras humanas (20ª SR IPHAN-RN, LARQ-
UFRN); C) Fragmento con líneas que forman una cara que se asemeja a un jaguar.
(Diseño A. Prous sobre foto tomada de Almeida 2008).

50
Figura 4. Vasijas y fragmentos con diseños geométricos.
A) Fragmento con líneas ondulantes, curvilíneas, angulares y figuras en forma de cruz (Museo
Arqueológico de Rio Grande do Sul); B) y C) Piezas con líneas formando diseños cuadrangulares
(Museo Arqueológico de Rio Grande do Sul); D) Pieza con figuras cuadrangulares y en forma de
escala (Museo Arqueológico de Rio Grande do Sul); E) Vasija con líneas formando ángulos y
triángulos (Museo Arqueológico de Rio Grande do Sul). Fotos: André Prous.

51
Figura 5. Paños de diseños de guardas.

Diseños de guardas de vasijas del centro y nordeste de Brasil

Diseños de guardas de vasijas del sur de Brasil

decoración unguiculada y pseudo-unguiculada entre la decoración de los bordes y los motivos


(impresiones de media caña imitando la forma de trazados en el fondo. En los bordes (Figura 5)
uña) es frecuente y presenta formas variadas – dominan conjuntos de trazos oblicuos o verticales
algunas de las cuales bastante elaboradas, – estos últimos pudiendo ser cortados
formando hasta motivos triangulares o curvilíneos transversalmente por una línea dupla ondulada o
normalmente reservados a la pintura. por líneas duplas diagonales, contrastando con los
motivos del borde de las vasijas meridionales. La
La decoración pintada se aplica en la parte parte central de las bacias es ocupada por un
superior de algunas igaçabas, pero, sobretodo, a la enmarañado de trazos finos difíciles de ser
parte interna y al refuerzo externo de las vasijas distinguidos a primera vista, pero que corresponde
abiertas. Las bandas rojas son más largas que en a un repertorio bien definido, con motivos
las vasijas meridionales y, en las bacias, aquella dispuestos según formas canónicas: alineamientos
que separa el registro gráfico del borde del campo simples, círculos concéntricos, estructura gráfica
decorativo principal (el fondo), es rodeada por una central maestra escondida en el medio de un
o dos líneas finas de color oscuro. Exceptuándose laberinto de diseños serpentiformes (Prous 2004c).
los diseños ejecutados por principiantes, los trazos Pequeños elementos refuerzan las líneas más
son más finos (del orden de 1 a 3 décimos de importantes, ayudan al ojo a discernir los motivos:
milímetros de espesor) y delicados que los pequeños pontos marcan las líneas principales;
observados en el dominio proto-guaraní. Los trazos puntilleados curtos reúnen dos en dos, las
temas son también diferentes, aunque algunos líneas paralelas que forman un diseño sinuoso.
elementos tales como rectángulos abiertos son
recurrentes sobretodo en las igaçabas. En las Aunque los motivos pintados hayan sido siempre
vasijas abiertas, se verifica una nítida oposición descriptos como “geométricos”, nos parece

52
incuestionable que muchos de ellos son figurativos ¿Un dominio noroeste?
con representaciones de partes (la cara, tal vez
huesos, vísceras) o de la totalidad de cuerpos, Todavía se sabe poco de los sitios tupiguaraní del
humanos o animales (Prous 2004a, 2004b, 2005, noroeste de Brasil, pero ahora se están
2007) (Figuras 2 y 3). Parecen ocurrir, también, encontrando sitios tupiguaraní en las cuencas de
otros elementos zoomorfos (tales como diseños de los ríos Tocantins y Araguaia, sudeste del estado
piel y patas) y vegetales, de identificación menos de Pará, sudoeste del Maranhão, Tocantins y
obvia. Goiás (Almeida 2008; Pereira et al. 2008) (Figura
1). Los más típicos presentan características que
Todas las etnografías que abordan aspectos nos parecen justificar el reconocimiento de por lo
estéticos indígenas, sea de grafismos ejecutados en menos un dominio diferenciado.
objetos o sobre el cuerpo humano, muestran que
los patrones “geométricos” acostumbran ser En el sudeste de Pará, las vasijas son menores, no
identificados por ellos como representativos de habiendo los grandes recipientes encontrados en el
humanos, espíritus o animales. Por lo tanto, es sur de Brasil; todas las formas son simples,
muy factible que las figuras tupiguarani en tendiendo a globulares. Ocurren bordes huecos
cerámica también estén representando cuerpos, sea (marcando, probablemente, una influencia de otras
“de gente”, sea de animales, vegetales y espíritus tradiciones ceramistas amazónicas) y algunas
que compartían el tiempo mítico (Figuras 2 y 3) formas de decoración plástica original.
(Viveiros de Castro 2002). Destacaremos lo que proponemos llamar
corrugado-digitado e incisiones geométricas
Una cierta diversidad regional puede ser también reproduciendo diseños lineales, normalmente
apuntada dentro de la cerámica proto-Tupí. En las pintados en el dominio proto-Tupí. En la
formas, por ejemplo, notamos al Este del estado de decoración pintada, el rojo es frecuentemente
Minas Gerais, en el litoral de Río de Janeiro y utilizado como fondo, en tanto el blanco es
hasta el estado de Bahía (Figura 1), la existencia utilizado para los diseños lineales. Nótese también
de pequeñas panelas con inflexiones bien juegos entre varios tonos de rojo. Una de las
marcadas de formato elipsoidal, cuya parte características más sobresalientes es el hecho de
superior es siempre unguiculada y que parecen que los colores son frecuentemente aplicados en
utilizarse de forma preferencial para el entierro de franjas anchas, determinando zonas de contraste y
niños. En la misma región encontramos también no sólo diseños lineales. Asimismo, estos
apéndices de borde en forma de roldada. La forma presentan cierta rigidez en relación con los
específica de disposición de la decoración con una producidos en el dominio proto-tupí, siendo las
estructura gráfica “escondida” en un conjunto líneas mucho más espesas. Algunas influencias de
laberíntico corresponde a una región específica, este estilo parecen alcanzar hasta el sudoeste de
que reúne el sur de Minas Gerais y el litoral Brasil, tal como una inversión de los papeles
carioca. En la misma área (y casualmente hasta (fondo/diseño) entre el blanco y el rojo; y la
Bahía), aparece frecuentemente un motivo muy aplicación de las tintas no apenas linealmente,
parecido a lo que Velandia et al. (2008) pero también, para cubrir superficies amplias – lo
consideran representaciones de hongos (una que puede producir efectos encontrados en la
interpretación que, en nuestro contexto, no se cerámica Marajoara del bajo Amazonas (Lima
sustenta con ninguna observación etnohistórica o 2005).
etnográfica). El desdoblamiento del borde en las
bacias es particularmente sistemático en el noreste El reconocimiento de los motivos pintados y de
del estado de Río Grande do Norte al estado del los patrones decorativos nos permite verificar una
Maranhão, asociado a una pintura de borde muy penetración proto-tupí en lo que ha sido
particular con bastones dobles, también considerado históricamente un territorio guaraní,
desdoblada. La representación de cuerpos también en Mato Grosso do Sul y en el oeste catarinense.
sigue variaciones locales: forma de pinza doble en La oposición entre la cerámica de dos o tres
el estado de Sao Paulo, un cuadrilátero con cuatro dominios coincide aproximadamente con la
apéndices curvados en el estado de Río de Janeiro separación entre grupos lingüísticos
y, raramente, en Bahía; rostros son detallados históricamente conocidos. En cuanto a
solamente en el estado de Río Grande do Norte subdivisiones regionales, podrían reflejar antiguos
(Figura 1). No pretendemos detallar aquí todas las guará de larga duración. Sólo en el futuro, con
peculiaridades locales, dado que las colecciones una multiplicación de los estudios de colecciones
disponibles de ciertos estados son pequeñas y no provenientes de excavaciones modernas, será
se puede validar estadísticamente la posible verificar otras variaciones, más discretas,
representatividad de ciertas ocurrencias. que podrían revelar una especificidad de algunos
tehoká.

53
Cuadro Comparativo de los Tipos Predominantes en las Macro Regiones
Atributo Proto Guaraní Proto Tupí Noroeste

Formas Formas complejas. Igaçabas de Formas simples y


Grandes cambuchis y dimensiones medias pequeñas. Contornos
caguabás y grandes cuencos globulares y en media
(ñaetá) calota esférica, y platos
Refuerzo del borde Discretos Marcados Bordes huecos
Formas pintadas Cerradas (cambuchis) Cerradas (igaçabas) Abiertas, semi-cerradas y
y semi-cerradas y abiertas (ñaetá) cerradas
(caguabá)
Trazos (espesor) Gruesos Finos Gruesos, superficies
coloridas
Motivos principales Cruciforme, olas, Curvilíneas, figuras Composición de fajas,
rectángulos abiertos humanas (entera jaguar (?)
y/o parcial)
Decoración central Friso Varias Informaciones
disposiciones insuficientes
pautadas
Motivos del borde Triángulos, olas Serie de bastones Bandas gruesas, bastones
simples (litoral verticales y horizontales,
central), serie de motivos curvilíneos con o
bastones simples y sin pastillaje, evocando
dobles (noreste) motivos marajoaras.
Formas con Cambuchi, caguabá, Igaçabas, yapepó Formas globulares
decoración plástica yapepó
Tipo de decoración Corrugados y gran Espatulado, Corrugados y unguiculados
plástica dominante variedad de formas unguiculado, (inversión media a alta)
(inversión alta). (inversión media).

2 – La cerámica como medio de expresión encuentran vasijas tupiguarani enteramente sin


social de las mujeres decoración, y los muchos fragmentos “simples”
registrados en las publicaciones, corresponden
La cerámica no es sólo un ítem de la cultura generalmente a la base de vasijas cuya parte
material a través del cual se expresan los valores superior estaba decorada.
de grupo. Podemos buscar, a través de los restos
arqueológicos y de la etnografía, indicios de Entre los Waurá actuales, hasta la paleta de
cómo, a través de la producción alfarera, las revolver beijuv (hecha de madera) es pintada,
mujeres pueden valorar su participación en la aunque el diseño desaparezca de los primeros días
sociedad y adquirir prestigio individual. En efecto, de uso. De esta manera, al decorar sus potes, las
la etnografía de las tierras bajas sudamericanas olleras tupiguaraní hacían algo más que
atribuye a ellas la fabricación de la cerámica. Este embellecerlos: los tornaban completos y
hecho es enfatizado por la filosofía indígena efectivos, de la misma forma que, al pintar sus
independientemente de los grupos considerados hijos, los indígenas do hoy los tornan
(Viveiros de Castro 2002). completamente humanos. Como afirma Lévi-
Strauss (Lévi-Strauss 1987), la arcilla natural,
Dar sentido al mundo: lo amorfo y lo formado materia amorfa, al ser trabajada, recibe una forma;
transformada por el fuego, es incorporada en un
Entre los indígenas, los seres y objetos para estar sistema cultural. Al elaborar las vasijas como las
completos precisan ser “adornados”, por eso la igaçabas y los caguabás, las mujeres tupiguaraní
importancia de las pinturas corporales y de los participaban también de los principales ritos que
adornos de las culturas de las tierras bajas dramatizaban la inserción de los hombres en el
sudamericanas. Lo mismo se aplica a muchos de mundo y en la sociedad.
los objetos de la vida cotidiana. Entre los
tupiguaraní, esto parece especialmente verdadero Mujeres, cerámica, cuerda y serpiente: el papel de
en relación a la cerámica, tal vez porque los las mujeres en el ritual del sacrifício caníbal
recipientes eran sentidos como antropomorfos: los
vocablos guaraní y tupí muestran que para ellos
también los potes tienen “labio”, “boca” y v
Bollo elaborado con harina de mandioca (nota de los
“vientre”. Arqueológicamente, raramente se traductores)

54
En el mito de la serpiente Boyassu (Lévi-Strauss En vasijas de Araruama reconocemos un motivo
1987), vemos a las mujeres hacer vasijas, que evoca cuerdas de hilos retorcidos. Por otro
manipular rolletes en forma de serpientes y lado, interpretamos los diseños meándricos que
finalmente, crear los recipientes llenan los espacios entre los elementos
antropomorfizados en los cuales se desarrollan sus estructurantes de muchas bacias como los
hijos. Entre los tupiguaraní, tal vez hubiese una intestinos, en tanto otras vasijas presentan
relación semejante entre mujer, serpiente y barro. circunvalaciones parecidas a las del cerebro. Sería
Esta tendría que ver tanto con los procesos de mucha coincidencia que todos estos diseños
creación de la vida (una serpiente, equivalente al fuesen apenas “geométricos”, como los califican
rollete y al cordón umbilical; una vasija, como los relatos tradicionales, y no alusivos a la función
recipiente y vientre) como con una realización de ritual (probablemente la mas valorada) de las
la muerte (el rollete, tal una cuerda que asegura el bacias.
prisionero para ser sacrificado; la vasija, útero que
va a contener el cadáver del guerrero). No La formación de las ceramistas
obstante, entre los tupí, y probablemente, entre sus
ancestros prehistóricos, ambos aspectos estaban Las colecciones arqueológicas muestran grandes
ligados a través del sacrificio del prisionero, lo diferencias entre las piezas, visibles, tanto en la
cual proporcionaba a quien lo mataba (el mismo construcción de las formas, como en la
asimilado al jaguar) nuevo nombre y nueva vida. elaboración de la decoración. Es posible destacar
ejemplos que expresan el trabajo de principiantes,
De esta forma, podemos decir que, a través de sus de personas con habilidades medias y, finalmente,
diseños, las alfareras tupís abrían y cerraban de especialistas.
simbólicamente el ciclo de vida social. No se trata
de una especulación infundada, pues las bacias del Las vasijas en miniatura son frecuentes en los
litoral central y noreste parecen haber tenido un sitios meridionales, pudiendo ser tanto juguetes
papel destacado en el proceso central de este ciclo como resultado del ejercicio de principiantes. La
- o ritual de sacrificio – que sus pinturas nos rica colección del Museo de Taquara, en Río
parecen retratar. Las mujeres no sólo proveían de Grande do Sul, merecería ser estudiada para que se
las vasijas, sino que participaban activamente de la verifique si estos juguetes fueron hechos por
fiesta. De acuerdo con Thevet (1953), también adultos, aprendices o por los propios niños. En el
eran las mujeres las que decoraban las mazas primer caso, serían semejantes a las vasijas
usadas para matar ritualmente los prisioneros entre normales, a no ser por el tamaño (igual que
los Tupinambá; estas armas ostentaban diseños posiblemente simplificadas, como sugiere Baxter
geométricos (bien visibles en las ilustraciones de (2005)). En el segundo, se esperaría que sean
los textos de H. Standen (1974) y J. de Léry deformes o presenten características fuera de la
(1972)) semejantes a los que encontramos en las norma; esto mostraría que las niñas estarían siendo
vasijas de cerámica. A. Thevet (1953) cuenta iniciadas temprano en el arte de la ollería. De
como, en la víspera de las ejecuciones, una bacia cualquier forma, es sintomático que las miniaturas
(de aquellas que estaban siempre pintadas) recibía que podemos ver en Taquara representan
una cuerda que iba a asegurar al prisionero durante esencialmente decoración plástica, y no pintada.
el combate simulado previo a la ejecución. Vemos Lo mismo ocurre con lo que estamos estudiando
en esta cuerda el cordón umbilical a ser cortado en el litoral de Espíritu Santo. Tal vez la iniciación
para que el sacrificado reviviese dentro de quien lo a la producción de la decoración plástica fuese
mata. Sobre otra bacia se colocaba la maza que anterior a la enseñanza de las técnicas de pintura,
rompería el cráneo del preso, esparciendo su más allá de poder ser realizada en superficies menores.
cerebro. Finalmente, el mismo cronista aclara que,
después de la ejecución, los intestinos eran En el litoral central y noreste, de Río de Janeiro
colocados en las bacias antes de que sean hasta Río Grande do Norte (donde las vasijas
consumidos por los jóvenes (que mueren para la miniaturas todavía no fueron registradas),
infancia, naciendo para la vida adulta), escena encontramos vasijas irregulares, que deben haber
detalladamente representada en las ilustraciones sido hechas por principiantes – tal vez no en todas
tanto de Thevet (1953) como de Staden (1974). fuesen niños. Hay, en esta región, empeño por
adiestrar pintores en superficies mayores (Prous
Ahora, descubrimos que varias de estas fuentes o 2004a).
bacias del litoral central de Brasil parecen
reproducir todos estos elementos. Encontramos Vimos, en Río de Janeiro, una vasija en la cual
diseños de cuerpos – una pintura sugiere, una mano habilidosa borró rápidamente líneas
inclusive, un cuerpo humano abierto, con la sinuosas que fueron reemplazadas por puntos
columna vertebral y los intestinos a la vista; vimos extremadamente irregulares, como si un niño
que otras representan rostros humanos o de jaguar. hubiese colocado gotas desprolijas encima de las

55
“i” en un cuaderno escolar infantil. Otra del norte y15 años). Según Caldeira (2000), más o menos a
de Bahía, de forma y tratamiento de superficie los 4 años, los niños se aproximaban a los padres,
burdo y grosero, presenta una mitad pintada con a través del ritual de la perforación del labio,
líneas paralelas equidistantes, en tanto la otra primera etapa en la formación del guerrero
mitad intenta con poco éxito reproducir el modelo. Tupinambá. Las niñas continuaban acompañando
Esa pieza demuestra la enseñanza de líneas rectas a las madres y comenzaban a ayudar en las tareas
y curvas, paralelismo y equidistancia. En Río diarias. Cuando las madres se dedicaban a hacer
Grande do Norte, una bella bacia bien formada, cerámica, las niñas ya amasaban el barro y
presenta un diseño central de gran cualidad. En enrollaban rolletes.
parte del borde se ve un patrón totalmente inédito El estudio de la forma de elaboración de las
de líneas ortogonales que fue copiado más vasijas y de su decoración podría trazar también
adelante de forma un poco simplificada por otra preciosos conocimientos sobre las relaciones
persona; una tercera mano, probablemente de sociales: ¿trabajarían las olleras solas o con
principiante, intentó completar el diseño, sin aprendices? ¿O se trataría eventualmente de
conseguir crear ángulos rectos- aunque se pueda trabajos colectivos?
también interpretar esto como la simplificación del
tema por la misma persona, cansada de repetir el F. Silva (2000) observa que las propias olleras
diseño. En la misma región, otra bacia “fuera de la Asuriní tienen dificultades en reconocer la autoría
norma” presenta una serie de compartimentos, de las vasijas hechas por mujeres de una misma
cada uno de ellos usado para entrenar el relleno de casa. En compensación, ellas consiguen
espacios con líneas quebradas paralelas. Parece intuitivamente distinguir las vasijas de otro grupo
que las pintoras se preocupaban en enseñar a los doméstico, exclusivamente por la decoración
niños y que la realización de una vasija podría ser pintada, pues no hay diferencias sensibles en la
un acto didáctico. forma y en las dimensiones.
De esta forma sería posible identificar
Probablemente, el mismo fenómeno ocurrió en arqueológicamente grupos de parentesco a través
relación a la decoración plástica, pero no de los estilos familiares, por ejemplo, aquellos que
investigamos todavía este aspecto. De cualquier suceden de la permanencia de las hermanas en la
forma, es importante resaltar que no sólo misma habitación, dentro de una sociedad
diferencias de habilidades pueden crear una matrilocal. Este tipo de investigación estamos
heterogeneidad en la decoración de un mismo intentando realizar actualmente en la aldea
recipiente. Podemos observar, en varios sitios del arqueológica Tupiguaraní de Florestal II, donde
estado de Minas Gerais, cómo una decoración pudimos separar las unidades habitacionales.
corrugada, razonablemente bien ejecutada en la
parte superior de los recipientes, se tornaba Conclusión
progresivamente más simple y tosca en la parte
inferior – menos visible: la misma persona La producción de cerámica tupiguarani perduró
invertía menos en ciertas zonas que en otras. muchos siglos y tal vez, hasta milenios – como
sugieren las dataciones obtenidas en el litoral de
F. Silva (2000) observó, entre los Asuriní, que los Río de Janeiro (Buarque 1999). Continuó hasta
niños pequeños de ambos sexos están saltando después del contacto con los europeos y es
alrededor de la madre cuando ella trabaja la probable que a lo largo de este tiempo haya tenido
arcilla. Las niñas con habilidad motora suficiente cambios temáticos, las más tardías podrían ocurrir
comenzaban a ayudar en la tarea de hacer los con la influencia del cristianismo. Hubo,
rolletes. Para las niñas Asuriní, la mayor dificultad ciertamente, modificaciones estilísticas menores
es conseguir modelar formas regulares, un punto que no podemos todavía analizar por falta de
importante en la evolución de una buena datación precisa para las vasijas y los fragmentos
ceramista. El entrenamiento para este fin consiste decorados conservados en los museos. En efecto,
en elaborar innumerables miniaturas. son casi siempre “fases” arqueológicas que fueron
datadas, y no una ocupación específica con su
Los cronistas y etnohistoriadores ya relataban material asociado. Esto torna aún más
divisiones semejantes con clases de edad entre los impresionante la visibilidad de los recortes
Tupí (Évreux 1929; Abbeville 1975; Laraia 1986; geográficos, los cuales sugieren una relativa
Fernández 1989; Caldeira 2000). Para cada una de estabilidad de “fronteras” a lo largo del tiempo. Es
éstas había roles sociales relacionados al género, a importante destacar que, a pesar de que estas
través de lo aprendido de las actividades sociales y divisiones corresponden en parte a la distribución
económicas. Abbeville (1975) y Évreux (1929) de las diversas lenguas, la pintura del oeste
observan que la infancia Tupinambá estaba catarinense presenta nítida influencia proto-tupí,
dividida en dos fases: la primera infancia (de 0 a 8 expresando tal vez la penetración de un grupo de
años aproximadamente), y la segunda (entre los 8 origen nororiental por el curso del río Paraná. El

56
registro museológico muestra también algunos Baxter, J.E. 2005. The archaeology of childhood –
pequeños cuencos de estilo proto-tupí en el Children, Gender and Material Culture. Oxford:
espacio proto-guaraní y viceversa. Este fenómeno Altamira Press.
podría reflejar intercambio de objetos o de olleras:
se sabe de la movilidad de los individuos en el Brochado, J. P. 1973. Desarrollo de la tradición
período histórico, con la existencia de verdaderos Tupiguarani AD 500-1800. Relaciones de la
caminos que conectaban regiones distantes (tal es Sociedad Argentina de Antropología 3: 7-39.
el caso del famoso Peabiru, entre el litoral del
estado de Paraná y la región de Asunción). De esta Brochado, J. P. 1991. What did the Tupinambá
manera, la cerámica evidencia tanto la estabilidad cook in their vessels? A humble contribution to
de los territorios y la permanencia de una forma de ethnographic analogy. Revista de Arqueologia 6:
hacer y decorar en cada uno de ellos, como la 40-89. Rio de Janeiro: Sociedade de Arqueologia.
existencia de relaciones entre los miembros de la
oikumene tupiguaraní. Buarque, A. 1999. A cultura Tupinambá no Estado
do Rio de Janeiro. En C. Tenório (ed.), Pré-
Dentro de cada comunidad, las mujeres podían História da Terra Brasilis, pp. 306-320. Rio de
proyectarse como creadoras y artistas. Su Janeiro: UFRJ.
producción no parecía exclusivamente cotidiana,
sino que ganaba una gran visibilidad durante los Caldeira, J.R.C. 2000. A criança e a mulher
rituales, con la utilización de las bacias en el tupinambá. São Paulo. Editora Scortecci.
festival caníbal (en el centro y noreste) y en los
ritos fúnebres meridionales, cuando los caguabá Chmyz, I. 2002. A tradição Tupiguarani no litoral
pintados eran usados en todas las ceremonias y do Estado do Paraná. Revista do Círculo de
particularmente en los ritos funerarios, antes de Estudos Bandeirantes 16. Curitiba, Paraná.
acompañar al muerto en su urna. De esta forma,
los hombres garantizaban la cohesión del tejido Évreux, Y. d’. 1929. Viagem ao Norte do Brasil.
social al capturar los prisioneros, y las mujeres, Rio de Janeiro: Freitas Bastos y Cia.
participando activamente de todos los rituales
fundamentales, no sólo como gestadoras de hijos, Fernandes, F. 1989. A organização social dos
sino también como agentes sociales fundamentales Tupinambás. Brasília, São Paulo: Editora
al proveer el material para todos los ritos UnB/Editora Hucitec.
colectivos (cauinagem), inclusive de sacrificios,
fabricando los principales bienes materiales no Jácome C. y A. Prous (eds.). Catalogo das
perecibles que acompañaban los muertos para el Pinturas em Cerâmica Tupiguarani, en prensa.
mundo sobrenatural.
Jácome, C. y L. Nascimento. 2008. Do Pindorama
Entiéndase que modelar y pintar fue fundamental Ao Brasil –a cerâmica tupiguarani e cerâmica
para la realización personal y social de las mujeres “tupiguarani de contato” no sul do espírito santo.
tupiguaraní. Para los arqueólogos, su producción Resumo apresentado no 3o Simpósio de
permanece como el marco de su vigor, en tanto las Arqueologia e Patrimônio da Zona da Mata
armas y las maracas de los hombres no resistieron Mineira: Carangola, 2o Simpósio de Arqueologia
el paso del tiempo. Las sociedades tupí y guaraní e Patrimônio de Minas Gerais e 1a Reunião do
fueron celebradas por los cronistas y los Núcleo Regional Sudesta da SAB. Carangola/MG
nacionalistas románticos – todos ellos hombres – a
través de la figura de sus guerreros. La visibilidad Laraia, R. de B. 1986. Tupi: índios do Brasil
de las sociedades tupiguaraní pre-históricas, a su atual. São Paulo, FFLCH/USP.
vez, se debe a las realizaciones de sus mujeres.
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58
Encuentros Imperiales:
Contingencia Histórica, Agencia Local, e Hibridad

Tamara L. Bray

Este artículo está enfocado a la discusión sobre la arqueológica sobre la diversidad étnica durante el
agencia, identidad, e hibridad en el contexto del tardío período Intermedio Tardío, existe poco soporte
precolombino de los Andes. Empleo esta constelación material para la existencia de alguna clase de
de conceptos para sustentar mi discusión sobre los ―cultura Inca‖ generalizada o compartida sobre el
artefactos producidos en estilos tradicionalmente territorio supuestamente gobernado por el Inca
clasificados como ―Inca-local‖ o ―Inca provincial.‖ Si durante el horizonte Tardío. ¿Qué hemos de
bien estos conceptos son considerados dentro del interpretar sobre esto?
marco de la presente discusión como indivisiblemente
articulados, desarmo cada uno individualmente con el Fuera de Cusco y de las instalaciones estatales
propósito de reflejar de manera más sistemática la autorizadas (sobre las cuales hay relativamente poco,
forma en que cada uno se vincula con el otro. dado el tamaño del imperio), los correlatos materiales
Respecto a la agencia, estoy interesada tanto en la de de la cultura Inca son escasos. Lo que nosotros vemos
los actores como la de los objetos. En este artículo, en cambio, es la inclusión selectiva de un limitado
divido los actores en las categorías de elites número de elementos Inca dentro de los mundos
imperiales, elites nativas y nativos que no son de la materiales de las comunidades andinas existentes. Al
elite. Respecto a los objetos, estoy interesada en los igual que con muchos otros aspectos del ―mundo
sistemas de significados que se generan entre ellos incaico,‖ esto es interesante tanto desde una
tanto como en su participación activa en la perspectiva comparativa vis-à-vis con otros imperios
construcción de identidades sociales y culturales. Al arcaicos como con respecto a ideas sobre la relación
focalizar en la hibridad, apunto a resaltar los entre agencia, cultura material, e identidad. ¿Qué
problemas sobre la diferencia cultural, límites significa en este caso la falta de una cultura
culturales, e interacción cultural, tanto como a criticar compartida, en la medida en que esto es evidenciado
la idea de ―formas puras‖ y la coherencia esencial de en la forma material? ¿Resistencia a la dominación
significados. De esta manera, se destaca la naturaleza imperial?¿Acceso restringido o limitado a los
contingente e histórica de lo que las cosas significan. símbolos y bienes del estado? ¿Una disonancia entre
sistemas de valores estatales y locales? En este
Comienzo por una pregunta que hace rato me artículo, yuxtapongo estas cuestiones sobre la
desconcierta: ¿Existió realmente una ―cultura Inca?‖ ausencia de un enramado cultural unificador con una
Medio siglo atrás, la respuesta parecía relativamente consideración sobre dónde y cuándo encontramos
clara, como se evidencia en el título de la obra elementos materiales de afiliación Inca reconocible
seminal de John Rowe en el Handbook of South alrededor del imperio, las formas que estos toman, y
American Indians titulada ―Inca culture at the time of los contextos en los cuales son encontrados.
the Spanish Conquest‖ (Rowe 1946). Mientras que en
él establecía al principio que el estudio trata Dado que la cerámica de estilo Inca constituye la más
primariamente de la cultura Inca como fuera abundante categoría de artefacto imperial disponible,
registrada en las cercanías de Cusco (Rowe 1946: focalizaré en ella para el presente estudio. Con
183), hay un sentido claro de que él creía en que respecto a este corpus, estoy particularmente
alguna medida de unidad prevalecía a lo largo del interesada en los ítems que combinan elementos de
reino imperial, aunque en últimas palabras él nota que estilos imperiales y locales – por ejemplo objetos
―la unificación cultural probablemente no haya sido típicamente incluidos bajo el rótulo ―Inca-provincial.‖
uno de los objetivos del gobierno Inca‖ (Rowe 1982: Tales ítems ―híbridos‖ raramente han sido
94). Tal visión implica, primero, que las diferencias considerados en relación a la práctica material o las
culturales y étnicas precedieron el origen del imperio estrategias sociales más allá de la ocasional referencia
inca, y segundo, que una vez conquistados, los sujetos a nociones de aculturación o emulación.
tardíamente integrados al estado podrían haber Inspirándome en recientes discursos de teoría post-
empezado a compartir al menos algunos elementos de colonial, el presente estudio busca movilizar la
una cultura común (y presumiblemente estable). discusión sobre la hibridad, entidades híbridas, y
Mientras existe considerable evidencia etnohistórica y culturas híbridas dentro del ámbito de lo material.

59
Como tal se centra tanto en la agencia de los Cerámica Inca Provincial
indígenas que producen y consumen estos objetos,
como en la agencia material de los objetos mismos. Antes de continuar, es de utilidad aclarar cómo el
Más que considerar a priori tales artefactos como término ―Inca provincial‖ es empleado en este
pobre imitaciones diminuidas de formas puras, artículo. Cuando fue introducido inicialmente por
intentaré comprender su rol en relación a los sistemas Rowe en 1944, fue usado para referirse a la cerámica
locales de significado, manejo estratégico e de la región del Cusco que era anterior a los
identidades emergentes. materiales asociados con el período Inca clásico. En
otras palabras, el término ―Inca provincial‖ fue
De manera similar, trabajo desde la posición de que la empleado en un sentido cronológico. Más tarde, el
cultura Inca en el centro imperial fue una concepto de ―Inca provincial‖ fue adaptado por
construcción en constante desarrollo, reformada en Menzel (1966) en su estudio de la las cerámicas del
los encuentros existentes con otros indígenas a través valle de Chincha para referir a la alfarería Inca hecha
del proceso de expansión imperial. Entre los en las provincias. En su apropiación, adquirió una
especialistas que trabajan Inca, las fuentes escritas connotación espacial como opuesta a la temporal.
han sido tradicionalmente privilegiadas sobre las Rivera (1976), trabajando con las colecciones
arqueológicas. El registro histórico cerámicas de Chinchero, subsecuentemente definió lo
convencionalmente asocia los comienzos del ―Inca provincial‖ como una categoría específica de
imperialismo Inca y la expansión del imperio con el cerámica del horizonte tardío producida fuera del
Inca Pachacuti Yupanqui hacia 1438 AD (Betanzos Cusco basada en tradiciones locales pero que
1987 [1551]; Rowe 1944, 1945). Siguiendo su incorporaba rasgos típicos Inca (ver también Menzel
milagrosa derrota de los Chanka, Pachacuti se 1976). Este es, probablemente, el significado del
embarcó sobre una sostenida campaña para someter a término más ampliamente comprendido en la
otros grupos étnicos en las cercanías del Cusco bajo actualidad.
el control Inca. Además de consolidar el territorio
central, es reconocido por inventar y realizar los Desde entonces, varios autores han intentado
atavíos y mecanismos de un gobierno de estado subdividir la categoría de ―Inca provincial‖ basados
imperial, empezando con una reforma extrema del en los grados de diferencia o similitud con los
Cusco pero extendiéndolo también a muchos otros clásicos conjuntos de cerámica policroma Inca del
dominios de la simbolización material (Betanzos Cusco. Esto resultó en una proliferación de términos
1987 [1551]; Rostowrosky de Diez Canseco 1953; que van desde ―imitación Inca‖ a ―Inca-influenciado.‖
MacCormack 1991). Dada la falta de acuerdo sobre definiciones exactas,
prefiero evitarlas. Tal como es usado aquí, el término
Más allá de asumir que Pachacuti creó los atavíos de ―Inca provincial‖ funciona simplemente como una
la cultura imperial Inca en un golpe brillante, tanto etiqueta conveniente para referir a la cerámica que
como es frecuentemente implícito, sugiero que puede claramente no es del clásico estilo Cusco pero que sin
ser útil considerar la invención de las tradiciones Inca embargo exhibe algunos rasgos reconocibles
y los significados que la acompañan como un asociados con el corpus imperial. Por el momento, no
proceso con una temporalidad que se desarrolló en está proyectado significar nada sobre el dónde,
conjunción con la expansión imperial y el cuándo o por quiénes fueron producidos estos
intercambio cultural. Así como el encuentro con los objetos.
reinos del Altiplano influenció la arquitectura
imperial Inca (Protzen 1993), o como la conquista de
la costa norte introdujo nuevas ideas para materializar La región costera
el estatus real (Netherly 1977), también las elites
nativas y las nativas que no eran de elite parecieron El análisis de Menzel (1976) de las colecciones de
haber adaptado al menos algunos elementos de la Uhle del valle de Ica en la costa sur de Perú
práctica material y simbólica Inca para su propio constituye uno de los estudios más detallados y, a fin
mundo cultural durante el horizonte tardío (Menzel de cuenta, perspicaces de la cerámica Inca provincial
1976; Julien 1983; Wernke 2006). A través de un alguna vez publicado. Comienzo mi repaso de las
proceso de interacciones más o menos violentas, cada formas híbridas destacando algunas de sus
comunidad fue en mayor o menor grado transformada observaciones claves. Trabajando con una serie de
en su encuentro con el otro. Sugiero que la naturaleza enterratorios datados en aproximadamente 1350 AD
dinámica de las relaciones, la negociación de nuevas hasta la época Colonial, Menzel demostró que la
identidades, y la naturaleza emergente de la cultura cerámica de tradición local Ica sufrió un número de
puede en algún grado ser discernible en una lectura cambios significativos durante el horizonte tardío tras
contextual de los objetos ―híbridos‖ del período tardío la ocupación Inca del valle. Se encontró que estos
precolombino tanto en el corazón del imperio como cambios ocurrían en la forma, estilo y detalles
en las provincias. técnicos de la cerámica. Su análisis reveló primero
que las vasijas Inca provincial hechas en Ica y

60
encontradas en entierros comprendía un limitado como insectos, aves, y peces, los cuales nuevamente,
número de las formas Inca. Las más comunes mientras están presentes en el canon clásico Inca, no
encontradas en los entierros de Ica fueron los jarros son particularmente comunes. El tratamiento
Inca (aríbalos) de tamaño pequeño a medio, platos de decorativo notado sobre los platos de poca
poca profundidad, y ollas con base pedestal (Menzel profundidad desde el valle de Ica (Figura 4) enfatizan
1976:68) (Figura 1). Estos tres tipos de vasijas motivos de insectos y peces específicos que tienen los
constituyen también las formas más comunes primeros antecedentes en la cerámica del cercano
encontradas generalmente en los conjuntos de valle de Nazca.
cerámica imperial Inca (Bray 2003a). En base a un
análisis funcional de los conjuntos imperiales, ha sido En base a comparaciones con los enterratorios Ica
sugerido que el aríbalo fue usado principalmente para anteriores, Menzel también percibió que las botellas
el almacenamiento, transporte y servido de chicha; Ica —una forma de vasija de prestigio local desde los
que los platos de poca profundidad probablemente primeros períodos— desaparece completamente
representan un plato individual para el servido de durante el horizonte tardío y se reemplaza por las
comidas sólidas o semisólidas, posiblemente carnes; y formas ―Inca-influenciadas‖ que ella llama ―botellas
que las ollas con base probablemente sirvieron como lámpara‖ (Figura 5). Los elementos estructurales de
vasijas de cocina y fueron diseñadas quizás esta nueva forma híbrida son apropiados desde varias
explícitamente para ser transportadas (Bray 2003a). categorías formales Inca diferentes (Menzel 1976:
Menzel (1976: 69) nota que las ollas con base de 52). En estas vasijas Ica-Inca, la decoración combina
pedestal de las colecciones de Ica no muestran signos rasgos de los patrones Inca-Cusco con disposiciones
de uso, llevándolo a sugerir que sirvieron más como tradicionales Ica (Menzel 1976: 151). Las botellas
marcadores de estatus que como vasijas utilitarias en lámparas Ica-Inca son encontradas solamente en las
el contexto provincial. sepulturas de la nobleza local Ica durante el horizonte
tardío. Los nativos que no son de la elite
En el caso de Ica, se notó que sólo con los aríbalos de aparentemente no tienen acceso a estas formas ya que
tamaño más grande los olleros intentaban adherir a como ninguna fue encontrada en los enterratorios más
los cánones decorativos del estilo Inca Cusco (Menzel modestos. Menzel también observó que muchos de
1976:69). De manera interesante, los aríbalos más los ítems de prestigio asociados a lo Inca en las
grandes fueron los más comúnmente encontrados en tumbas de nobles tienen un distintivo carácter local y
los depósitos de basura asociados con el sitio más que que reemplazan categorías similares de objetos de
en los entierros. En los aríbalos más pequeños o de prestigio de la tradición Ica (Menzel 1976: 151). Esto
tamaño medio, los diseños empleados no intentan en contraste con otro enterratorio (Tk) en el valle de
reproducir el estilo cusqueño. Más bien, los olleros Ica en el cual se encontró que contenía varias piezas
selectivamente utilizaron elementos específicos de ordinarias Ica junto a un número de ollas Inca
diseño del canon Inca imperial (Figura 2). Lo mismo provincial, un quipu y dos vasijas del estilo Inca-
ocurre en el caso de los platos de poca profundidad Cusco que se cree que fueron importadas—las únicas
(ver Menzel 1976: 40, 60, 62). Este tipo de patrones dos que fueron recuperadas en el sitio (Menzel 1976:
sugiere una posible correlación entre la 67-76). El entierro fue interpretado como de un
implementación de los motivos de diseño imperial y funcionario local del estado que no fue miembro de la
el uso público de contenedores de cerámica—quizás nobleza nativa (Menzel 1976: 67-76).
en conjunción con eventos festivos públicos, mientras
que en el caso de aquellos destinados a asuntos más En resumen, el estudio de Menzel sugiere que el
privados, la intención puede haber sido enfatizar las estilo Ica-Inca fue usado para expresar rangos dentro
tradiciones y continuidades étnicas locales. de la nobleza nativa Ica más que indicar relación
directa con el estado Inca. El uso selectivo de rasgos
Como señala Menzel, los motivos Inca que aparecen Inca en el valle de Ica señalizó el prestigio de las
con mayor frecuencia en la región son aquellos con elites nativas dentro de la jerarquía local tradicional.
analogías en la tradición de Ica (Menzel 1976: 159). Pero ahora, como sujetos del estado, el prestigio fue
Consecuentemente, uno encuentra diseños que son expresado a través de los símbolos de una nueva
relativamente raros en las vasijas Inca de Cusco autoridad imperial. Los objetos híbridos creados en
apareciendo con mucha mayor frecuencia en la un proceso de negociación del alterado panorama
cerámica Inca-Ica. Un ejemplo específico de esto es político subrayan ambos la agencia de los actores
el patrón tablero de damas, el cual tiene un referente locales y la naturaleza dinámica de los símbolos
en antecedentes de la decoración de Ica, y aunque materiales.
conocido en el corpus clásico Inca, nunca abarcó el
panel frontal entero, en la manera en que se ve en la Se han recuperado otros numerosos ejemplos de
Figura 3. El diseño relleno dentro de los cuadrados vasijas híbridas de los sitios costeros con
blancos fugitivos en este vaso en particular es componentes del horizonte tardío, como Pachacamac
también únicamente Ica (Menzel 1976: 163). Otra (Uhle [1903] 1991), Maringa (Jijón y Caamaño
preferencia Ica es para los motivos figurativos tales 1924), Túcume (Heyerdahl 1995) y varios

61
Figura 2. Ejemplo de forma de vasija Inca con
elementos del diseño no tradicional sugiriendo una
afinidad con las preferencias y motivos locales Ica:
Figura 1. Las tres formas de vasijas más comunes en el aríbalo de tamaño medio con el diseño de
conjunto imperial Inca en: la olla con base de pedestal, ―renacuajo‖ de Menzel (foto de la autora; Museo
el jarro de cuello alto, y el plato de poca profundidad. Americano de Historia Natural, Nueva York,
(Foto de la autora). Catálogo Nº 41.2/7525).

Figura 4. Plato de poca profundidad con decoración de


insecto y bagre del Entierro TK, valle de Ica (Museo
Phoebe Hearst, Universidad de California, Berkeley).

Figura 3. Aríbalo Inca del valle de Ica


con patrón de diseño de tablero de damas
y motivos rellenos únicamente en los
cuadrados blancos (Menzel 1976, pl. 38).

Figura 5. Ejemplo de botella lámpara


híbrida del tipo nombrado por Menzel
(Foto de la autora; Museo Americano de
Historia Natural, Nueva York, Catálogo
Nº 41.0/1360).

62
asentamientos de la costa norte (e.g. Donnan 1997; región raramente estaban decoradas más allá de la
Hayashida 1999). En Pachacamac, enterratorios del aplicación de un engobe rojo, la conformación de
cementerio VI, ubicado en las afueras del centro patrones a través del bruñido, y el uso ocasional de
urbano, presentó ejemplos tanto de cerámica estilo diseños en negativo (Bray 2003b). Tras la conquista
Cusco y estilo local así como, en palabras de Uhle, Incaica, los olleros de esta región comenzaron a
―un numero de objetos que no pertenecen de manera producir vasijas morfológicamente parecidos a las del
exclusiva ni a uno, ni al otro, pero que pueden ser imperio Inca pero siguiendo en el estilo local (Figura
entendidas como una combinación de ambas que 8). Un estudio preliminar de la cerámica Inca e Inca-
crean nuevos tipos‖ (Uhle [1903] 1991: 63). La local de esta región, mediante el uso de análisis de
variedad principal de vasijas híbridas en este activación neutrónica, indica que la mayoría de estos
cementerio consiste de formas Inca-Cusco típicas, ítems habían sido manufacturados con materias
como aríbalos, jarras con caras en el cuello, y jarras primas locales (Bray y Minc 2008). En adición a la
con bases planas, producidas con el característico creación de formas y estilos híbridos, los ceramistas
negro-bruñido de la costa centro-norte del Perú‖ locales eran evidentemente capaces de producir
(Uhle [1903] 1991: 62-66) (Figura 6). Estas formas cerámica inca ―clásica,‖ que se asemejara
híbridas de la costa norte no sólo eran fabricadas con estrechamente al conjunto alfarero imperial en
las materias primas locales, sino que muchas también aspectos de detalle y forma (Figura 9).
parecen haber sido manufacturados bajo métodos
regionales distintivos, como el uso de los moldes de La información de entierros de las tierras altas del
presión y técnicas de paleteado (ver Hayashida 1999). norte, proveen una idea sobre el modo en que las
formas de las vasijas imperiales se articulaban con
En contraste con la naturaleza híbrida de los objetos sistemas locales de significado y ritual. Los entierros
hallados en el cementerio VI en Pachacamac, la del período pre-colombino tardío (AD1250-1530) han
cerámica asociada a los entierros por debajo del sido excavados en diferentes sitios del País Caranqui,
templo del sol, en lo que Uhle se refirió como el incluyendo Cochasquí (Oberem 1981), Cumbayá
―Cementerio de las Mujeres Sacrificadas,‖ fue (Uhle 1926; Buys 2002, comunicación personal) y
considerada como una de las cerámicas de la más fina Quito (Jijón y Caamaño y Larrea 1918). En términos
calidad Inca-Cusco, basada en la ―perfección‖ de las de morfología general, cerca de los tres-cuartos de 32
formas de las vasijas, el tratamiento decorativo, y los enterratorios sobre los cuales existe información,
tipos de pasta (Uhle [1903] 1991: 84). Tanto los contenían de uno a siete jarros, y aproximadamente la
artefactos asociados como el contexto del mitad contenía una o dos compoteras y/o una olla o
enterratorio, llevó a Uhle a concluir que las mujeres vasija globular con trípode (Tabla 1). Los jarros en
sacrificadas probablemente fueran de un origen no estos conjuntos, presentan tres variedades: Caranqui
local, y directamente afiliadas al estado Inca. En local, Panzaleo, e Inca (e.g. aríbalos). El tipo
Pachacamac, así como en el valle de Ica, la Panzaleo es de origen no local, y presumiblemente
distribución diferencial de este material sugiere el rol importadas de los flancos del este y el pie de montaña
activo de estos objetos en la construcción de la de la cordillera Real (Bray 1995). La mayoría de los
identidad individual y de grupos sociales emergentes, aríbalos Inca en la muestra, parecen ser de
la calibración del status social, y la negociación con manufactura local, y la mayoría no presenta
nuevos sectores del poder. decoración (77 %). De forma interesante, las tres
variedades de jarros parecen excluirse mutuamente de
otros en los conjuntos mortuorios. Sólo en dos casos
Las Tierras Altas Norteñas se halló un jarro Panzaleo y un jarro local en el
mismo enterratorio, y en ningún caso se asociaron
Desplazándonos hacia las tierras altas del norte, aríbalos Inca con otro tipo de jarros. Sin embargo la
considero a las formas y estilos de las vasijas Inca inclusión de las compoteras y ollas en el estilo local
encontradas en Ecuador en luz de lo ya referido. La Caranqui en los entierros no parece encontrar
región de Quito-Otavalo-Ibarra asociada con las correlación con el tipo de jarro presente.
provincias de Pichincha e Imbabura, conformaba el En el caso de Cumbayá, los dos enterratorios con el
extremo norte del Tawantinsuyu. Esta era la tierra de mayor conjunto hallado (Nos. 21 y C-2), también
las naciones confederadas de los Caranqui y Cayambe contenían la mayor cantidad de jarros Inca y
durante la era pre-colombina tardía. El conjunto Panzaleo, sugiriendo una posible asociación entre los
básico de vasijas hallado a lo largo de este territorio estilos no-locales y la riqueza relativa (Uhle 1926;
entre aproximadamente los 700 años AD y los Buys 2002, comunicación personal). En el sitio
1600AD (Figura 7) consiste de jarros altos de cuello Nuevo Hospital en Quito (Jijón y Caamaño y Larrea
ancho, conocidos como pondos, trípodes y ollas de 1918), por otro lado, mientras los conjuntos
base redonda, platos de bases altas en forma de funerarios no son muy ricos, el uso exclusivo de
pedestal conocidos como compoteras, cuencos aríbalos Inca como la única forma tipo jarra, sugieren
simples, y fuentes planas para el tostado (Meyers que las vasijas habrían jugado un rol en la creación de
1981; Bray 2003). Las vasijas cerámicas de esta una identidad compartida entre los difuntos de este

63
Figura 7. Formas de vasijas que comprenden el conjunto cerámico
básico del período tardío en el País Caranqui en las tierras altas del
norte de Ecuador (pondo, vaso trípode, compotera, cuenco simple,
olla (siguiendo a Meyers 1981).

Figura 6. Vasija con forma de aríbalo Inca


híbrido producida en la cerámica negra bruñida
característica de la costa norcentral de Perú
(Foto de la autora; Maringa; Museo Jijón y
Caamaño; Catálogo Nº P/1016).

(c)

(a)
(b)
Figura 8. Formas de vasijas imperiales producidas en el estilo local de la región de las tierras altas septentrionales: (a)
aríbalo con base plana y cara modelada en el cuello; provincia de Pichincha; NMAI, Nº de catálogo 2/177; (b) aríbalo
sin decoración, con la única aplicación de un engobe rojo (vecinidad de Latacunga; Casa de Cultura, sin numero de
catalogo); (c) kero incaico con decoración negativa (Museo de Jijón y Caamaño, Quito, No. de catalogo 0/5296).

Figura 9. Aríbalo Inca procedente


de un entierro en el sitio de
Cumbayá, cuenca de Quito,
Ecuador (foto de la autora).

64
cementerio. El Núcleo Imperial
En el único enterratorio en Nuevo Hospital que no se
hallaban jarras (tumba 5), el individuo esta provisto Que los efectos del encuentro cultural entre las elites
de una vasija de cocina con trípode híbrida, que imperiales y los líderes locales durante el horizonte
claramente expresaba un entendimiento de su tardío no hayan sido unidireccionales queda
contraparte imperial a través del uso de un asa cinta manifiesto en la presencia tanto de elementos híbridos
apropiadamente ubicada (Jijón y Caamaño y Larrea y exóticos en la zona central del imperio. Por ejemplo
1918: 11-12). En general, la información sobre las la variante estilística Inca conocida como Urcusuyu,
tierras altas norteñas indica que las vasijas Inca caracterizada por el uso de bandas naranja, a menudo
imperiales eran interpretadas en términos de sistemas dramáticamente delineadas en negro, y en un diseño
locales de significado y selectivamente incorporadas policromo muy elaborado, está claramente vinculada
en tradiciones materiales existentes asociadas con con la cuenca del Titicaca y tiene antecedentes en
prácticas culinarias y rituales mortuorios. Su Tiwanaku (Rowe 1944: 49, Julien 1993). Las formas
naturaleza híbrida sugiere su rol como mecanismos de de las vasijas imperiales en el estilo Urcusuyu son
unión y traducción, y también un importante énfasis bastante comunes en Cusco (Rowe 1944: 48-49;
en la continuidad regional. La distribución Burger y Salazar 2004), y además han sido
relativamente restringida de estas vasijas entre los recuperadas arqueológicamente de los estados reales
enterratorios muestreados, así como la naturaleza de Chinchero (Rivera 1976: 60-61), Machu Picchu
modesta de los conjuntos dentro de los que se (Bingham 1979 [1930], figs. 78, 81 y 115; Burger y
encuentran, sugieren que habrían servido tanto en la Salazar 2004: 130, 142-144), Choquepukio (Bray s/f),
creación y calibración del status como para la y Ollantaytambo (Gibaja 2004). Otro estilo del
afiliación a un nivel local, más que como expresiones período tardío que habría sido evidentemente
de vínculos directos con el estado Inca. concebido por el Inca como suficientemente
prestigioso para ser apropiado, fue el del imperio
Trasladándose ligeramente al sur a la región de costero de Chimor. Las finas vasijas negras asociadas
Riobamba-Ambato en las tierras altas centrales del con Chimú eran hechas con molde, altamente
Ecuador, la evolución documentada de una vasija bruñidas, y altamente cocinadas en una atmósfera
especificada de tipo Puruhá provee una comprensión reductora (Tschnauer et al. 1994). Como resultado del
adicional sobre cómo el encuentro entre los poderes proceso de producción, esta alfarería exhibe un
Inca imperial y las elites nativas se manifestaron en el acabado de superficie brilloso frecuentemente
dominio material. La evidencia arqueológica indica comparado con un ―brillo metálico.‖ En la zona
una tradición de vasijas antropomorfas pequeñas a central del imperio, dicha vajilla negra ha sido
medianas (Figura 10) en esta región que data como encontrada en Cusco (Martínez 1986; Bray s/f) y
anterior a la incursión Inca por medio milenio o más Machu Picchu (Bingham 1979 [1930], figs. 111, 115
(Jijón y Caamaño 1927; Jijón y Caamaño 1997 y 118; Burger y Salazar 2004: 136). La incorporación
[1952]). Basándose en el rango de su tamaño y sus de estas formas y estilos pre-incaicos en el corpus
características formales, es razonable sugerir que imperial Inca, así como su presencia en la capital de
estas vasijas antropomorfas probablemente hubiesen Cusco, indica la influencia recíproca resultante de los
servido de copas para beber. La significación encuentros con otredades culturales en el moldeo de
histórica, política y social de tomar y brindar en la los símbolos que connotaban la identidad imperial.
sociedad Andina está muy bien documentada (Arnold
1997; Jennings y Bowser 2009; Cummings 2002). En el contexto de esta discusión, quiero resaltar una
Las analogías formales y estilísticas realizadas por vasija en particular en las colecciones del Museo
ceramistas locales sobre la manufactura de estas Americano de Historia Natural en Nueva York, que
copas tras la incursión Inca proveen una comprensión merece especial atención (Cat. No B/8268; Figura
sobre la equivalencia funcional, la significación 12a). Este espécimen único pertenece a la categoría
simbólica y el status ontológico tanto de las vasijas general de vasijas de las tierras altas, conocidas como
locales como las imperiales (Figura 11). Así como en compoteras. Tanto la morfología básica como el
el caso de Ica, los sujetos recientemente incorporados pedestal alto y parcialmente cortado de esta vasija son
al estado en las tierras altas de Ecuador, parecen típicos del estilo Cashaloma de la provincia de Cañari
haber adaptado de manera selectiva aquellos aspectos al sur de Ecuador datando de la era precolombina
del estilo Inca imperial más congruentes con sus tardío (Figura 12b). Los registros del Museo indican
propias tradiciones—una práctica que resultó en la que esta pieza fue adquirida por Adolph Bandelier en
generación de formas y productos novedosos. El el área del Cusco hacia fines del siglo XIX. Mientras
resultado híbrido del encuentro Puruhá-Inca—el kero la forma compotera deriva de las lejanas tierras altas
antropomorfizado—refleja una consciencia aguda del norte, la decoración policroma pintada en su
sobre el panorama político en desarrollo, las políticas interior se encuentra ilustrada en el clásico estilo del
de bebida, el rol de los objetos en la negociación del Cusco, típico de los platos poco profundos Inca. La
poder, y la agencia de los actores locales. combinación de estilo y forma en este espécimen
híbrido sugiere que las compoteras probablemente

65
(a)

(b)

(d)

(c)
Figura 10. Tazas para beber locales y
preincaicas de la región de Puruhá de Figura 11. Transformación de las tazas para beber de estilo local
las tierras altas del centro ecuatoriano Puruhá luego de la incursión Inca en las tierras altas del centro
(Jijón y Caamaño 1927: Lam. 48; 1997 ecuatoriano. a) taza antropomorfa preincaica de la región de Puruhá
[1952]:214). (Jijón y Caamaño 1927: Lam. 48a); b) kero Inca (Cusco; Museo
Nacional de Historia Natural, Instituto Smithsoniano, catálogo Nº
378129); c) Jarra con cara en el cuello Inca – nótese los ojos grano
de café y la doble línea negra estandarizada a través del puente de la
nariz (Cusco, Museo Inka, catálogo Nº A-480); d) tazas para beber
híbridas Inca-Puruhá exhibiendo un uso selectivo de atributos
específicos de la forma y decoración Inca (Ambato; Museo de Jijón
y Caamaño, nos. de catálogo 0/3824 y 0/3833).

(a) (b)
Figura 12. Compotera híbrida Inca-Casholoma adquirida por Adolph Bandelier en Cusco en
el siglo XIX en las colecciones del museo Americano de historia Natural (foto de la autora;
catálogo Nº B/8268); b) Compotera Casholoma del sitio de Ingapirca (Fresco 1984:
Lam.12a).

66
habrían sido vistas como un equivalente funcional de Arqueológicamente hablando, nuestro conocimiento
los platos poco profundos Inca. Dado su lugar de sobre la producción cerámica Inca es relativamente
hallazgo y los referentes culturales que evoca, es limitado. En la región Altiplánica del sur de Cusco,
interesante especular sobre la significación de esta Spurling (1992) identificó el etnohistóricamente
pieza. ¿Fue un regalo? ¿Un souvenir? ¿La posesión conocido centro de producción de Milliraya (también
de un residente de Cañari en Cusco? 1. Tal vez la conocido como ―Hupi‖) al extremo norte del lago
―incaización‖ de esta forma de las tierras altas del Titicaca en base a las densas concentraciones
norte representó un deseo de parte de su creador para superficiales de desechos cerámicos. Los artefactos
elevar el prestigio de este ítem vernáculo en el relacionados a la producción en este sitio incluyeron
contexto Inca más celebrado de todos—la ciudad un número significativo de herramientas para la
capital del Cusco. O tal vez representó un intento de fabricación de cerámica, como raspadores y
parte de un ceramista imperial para apropiarse de alisadores, cantidades de cacharros desechados o
forma directa de una categoría de vasijas provinciales defectuosos, y varios trozos de arcilla quemada
prestigiosas. En ambos casos, este espécimen único (Spurling 1992: 272-293). El conjunto cerámico
habla de las maneras en que los objetos híbridos consistía de manera abrumadora de formas y estilos
materializan y mediatizan distintos sistemas de Inca o Inca-relacionados (Spurling 1992: 353). Los
significado, así como sobre la agencia tanto de sus tipos de desechos recuperados indican que los
creadores como de sus usuarios. aríbalos, los keros y los platos poco profundos, así
como posiblemente platos Inca profundos y ollas para
la cocción con pedestal, eran manufacturados aquí
Producción Alfarería Incaica (Spurling 1992: 359-371).

Esto nos trae a una pregunta importante en el En adición a las formas imperiales estándar, la
contexto del presente artículo: ¿Quiénes eran los evidencia de desechos indica que los ceramistas de
productores de estas vasijas híbridas? Para el caso, Milliraya estaban fuertemente involucrados también
¿quien producía las vasijas polícromas estandarizadas en la producción de vasijas locales así como con la
que tan fácilmente asociamos con el estado imperial producción de vasijas de tipo híbrido. Muchos de los
Inca? ¿Operaban los creadores de la alfarería imperial tiestos recuperados en el sitio, en particular aquellos
e híbrida en diferentes dominios separados, o acaso que pertenecían a cuencos y platos poco profundos,
eran los mismos artesanos? ¿Qué hay de las fueron producidos en un caolín disponible localmente
cuestiones relacionadas con el control estatal de la de muy alta calidad, en un estilo identificado como
producción, la forma en que los bienes circulaban y el Taraco Polícromo (Spurling 1992: 313). Sumado al
grado de acceso a los olleros estatales? Estas son diagnóstico de la pasta blanca, los Taraco Polícromos
preguntas muy amplias que aquí sólo puedo intentar aparentaban una fusión de Inca con los elementos de
resumir. diseño locales de Sillustani. Basándose en la
evidencia, Spurling (1992: 371) postula que Milliraya
Inicialmente se asumía que la alfarería inca era habría sido el principal centro de producción para
producida masivamente en talleres altamente estos productos. Él concluye sobre esto que los
controlados en el área del Cusco y luego exportada ceramistas en Milliraya, mientras producían cerámica
desde allí a diferentes puntos alrededor del imperio de acuerdo a las especificaciones estatales,
(Rowe 1944: 48). Estudios subsecuentes, sin continuaban manufacturando alfarería de tipo local de
embargo, llevaron a los estudiosos del tema a sugerir la cuenca del Titicaca, así como nuevos estilos
que la producción y la distribución de la cerámica híbridos. Las evidencias de otros sitios de producción
estatal era un asunto mucho más regionalizado y cerámica Inca (Lorandi 1984; Williams y Lorandi
descentralizado. Morris (1982), por ejemplo, notó que 1986; Donnan 1997; Hayashida 1999) sugieren que la
la cerámica Inca de Huánuco Pampa y el sitio cercano manufactura simultánea de la cerámica local e
de Tunsukancha eran ―esencialmente lo mismo‖, pero imperial habría sido una práctica común entre los
difería de los materiales Inca de los centros más ceramistas.
distantes de Pumpu y Jauja. Otros han hecho
observaciones similares (p. ej. Hayashida (1998), De la evidencia etnohistórica, podemos inferir que la
Hyslop (1993), Julien (1993:189), Matos (1999)). organización de la producción artística en general
Más recientemente los análisis de composición de los durante el período Inca tomó principalmente dos
tipos de pasta y de fuentes de arcilla han proveído de formas. Para algunos bienes, parecería ser que la
apoyo empírico al sentimiento comúnmente producción se hallaba organizada a nivel de las
expresado de que la producción de cerámica estatal unidades domésticas, e implicaba la intensificación de
estaba en gran parte basada localmente (p.e., Alden et la producción doméstica (Murra 1980; Costin y Earle
al. 2006; Bray et.al. 2005.; D’Altroy y Bishop 1990). 1989; D´Altroy 2001). En algunos otros casos, grupos

1
Para más información sobre la presencia Cañari en Cusco,
ver Villanueva (1971), Niles (1999).

67
Tabla 1. Entierros del Período Tardío de las Tierras Altas del Ecuador

Vasijas Vasijas Vasijas Inka


Sitio Entierro Nº Compotera Cuenco Olla Trípode Referencia
Locales Panzaleo (aríbalo)

Cumbaya 1 - 2 - - - 1 1 Uhle 1926


2 1 - - - - - -
3 1 1 - - - 1 1
4 - - - 2 - - -
5 - 1 - - - - -
6 2 1 - 21 - - -
9a - - - 1 - - -
9b 2 - - - - - -
9c - - - - 4 - -
16 - - - - - 2 1
18 1 - - - - 1 -
21 - 3 - 1 4 2 -
24 1 - - 1 - - -
C-1 - - 2 - - - - Cordero & Benavidez 1991
2 3
C-2 - - 4 2 1 2 - Joz Buys com. pers.

Cochasqui 1 - 1 - - - - 2 Oberem 1981


2 - 1 - 1 1 - 1
5 - - - 1 - 24 -
6 - 1 - 1 - - 1
7 - - - 2 - - 1
15 - - - 1 - - 2
Mnd A - 4 - - - - -
Mnd M 2 - - 1 - - -
Mnd N - 7 - - 4 - 5

Nuevo I - - 2 1 2 - - Jijón y Caamaño


Hospital, Quito II - - 1 2 - - - y Larrea 1918
III - - 1 - - 1 -
IV - - 1 - - 1 -
V - - - - 1 1 15
VI - - 1 2 - - -
VII - - 1 - - - -

Inca-Caranqui 1 - - - 1 - - - Bray & Echeverría 2008

1
Una de las dos compoteras fue Panzaleo
2
Entierro conteniendo un par de aríbalos decorados y un par no decorados
3
Plato Inca profundo (cazuela) más que un cuenco local
4
Ambas ollas son zapatiformes
5
Vaso trípode que tiene asa en cinta oblícua como las ollas con base pedestal Inca (Jijón y Caamaño y Larrea 1918:12)

68
artesanos eran removidos hacia centros principios originales y mezclas de lo viejo con lo
administrativos estatales o enclaves de producción nuevo transpiran de un lado al otro, transformándose
separados, dedicados a la manufactura de bienes inevitablemente.
específicos, como en el caso de Milliraya (Espinosa
Soriano 1970, 1973, 1987; Murra 1980; Wachtel En el contexto de los estudios postcoloniales, la
1982). La evidencia sobre la manufactura de la hibridez ha probado ser un concepto altamente
cerámica Inca estatal dentro de un contexto productivo. Ha llegado a referirse a una constelación
relativamente libre de restricciones como puede ser el de cosas relacionadas a las mezclas y
de la unidad doméstica, o la aldea, se encuentra en recombinaciones que ocurren en el espacio
fuentes documentales de la región de Huánuco. Aquí, compartido de los encuentros culturales. En el
los ceramistas locales de Chupachu, contaron a las dominio arqueológico y de los estudios de la cultura
autoridades que ellos producían vasijas para el estado material, el potencial analítico que supone un foco en
en sus propias comunidades y que luego las repartían la hibridización, está empezando a ser reconocido
al centro regional de Huánuco Pampa como parte de (p.e. Antonaccio 2003, 2005; Van Dommelen 2006).
su tributo (Thompson 1967; Levine 1987; Grosboll En estas arenas, el concepto ofrece un enfoque fresco
1993). La evidencia arqueológica de los sitios del a la exploración de las ya establecidas nociones de
valle superior de Mantaro, y el noroeste de Argentina etnicidad, identidades estables, y la direccionalidad en
también han sido interpretados como reflejo de este el cambio cultural. La noción de hibridización captura
tipo de acuerdo sobre la producción (Costin 2001; los procesos y resultados de la interacción y la
Lorandi et al. 1991). negociación. El enfoque se refiere a cómo los
En resumen, parece claro que los olleros que elementos específicos son introducidos o adquiridos,
producían la cerámica para el estado Inca eran los y cómo dichos elementos se combinan y reconfiguran
mismos individuos que hacían la cerámica para sus las tradiciones locales, los habitantes, y los sistemas
comunidades en sus propios estilos locales y de significado a través de sus efectos materiales.
regionales. La producción de cerámica estatal no
reemplazó la producción de los estilos locales. En los El imperio creado tras Pachacuti y sus descendientes,
enclaves de manufactura cerámica segregados, tanto fue territorialmente extensivo, y en su mayor parte,
los estilos locales como estatales eran producidos indirectamente administrado. La importancia de la
simultáneamente, a veces con las mismas materias elite nativa como intermediarios culturales y bienes
primas y utilizando las mismas técnicas de indirectos de los Inca y su proyecto imperial es
manufactura localmente distintivas. La calidad y aparente en el registro etnohistórico (ver por ej.
cantidad de la producción no parece haber sido Wernke 2006). Tal como en los miembros de la elite
altamente controlada por el estado Inca. La de la mayoría de las sociedades, podemos presumir
manufactura cerámica por parte de quienes no eran que las acciones de los señores de las etnías locales
especialistas ocurría en un nivel domestico también, habrían reflejado principalmente su interés propio. En
de donde podemos presumir que las necesidades estados tan extensivos territorialmente como el Inca,
materiales de las unidades domésticas locales eran el control centralizado y el patronazgo de la
cubiertas. Parecería haber existido una amplia producción artística de elite ha aspirado a promover
oportunidad para la producción de estilos y formas una uniformidad estilística a lo largo de toda la
híbridas, tanto para los productores de medio tiempo, entidad política (Trigger 2003: 545-552). El arte de
como para los productores especializados. elite y los objetos generados en este marco, habrían
jugado un rol material afianzando un sentido de
unidad y pertenencia con la clase gobernante dispersa
Agencia, Actores, Objetos e Híbridos a lo largo de una vasta región (Trigger 2003:551). En
los Andes precolombinos tardíos, así como en
La hibridación ha emergido como un tema de muchos otros contextos pre-industriales y pre-
investigación clave entre los estudios culturales y capitalistas, podría haber resultado más natural para
postcoloniales a lo largo de la última década y media las elites nativas, entre las que se puede contar los
(ver Bhabba 1994; Gilroy 2000; Hall 1996). señores del Cusco, relacionarse a través de las
Resurgida de un pasado semántico dudoso, la noción divisiones étnicas, que el cruzar las divisiones
de hibridez fue re-introducida por Homi Bhabha para sociales y de clase dentro de sus propias
capturar la ―entre-mediatización‖ esencial de la gente comunidades. Este tipo de estrategia política, y
y sus acciones en las situaciones coloniales y de acciones clasistas, podrían ser reflejado
contacto. Para él, representaba un intento de materialmente en la distribución moteada de los
fragmentar las concepciones dualistas de la situación clásicos artefactos de estilo imperial incaico a lo largo
colonial en donde las distinciones entre los del imperio.
colonizadores y los colonizados eran vistas como
directas y estables (Bhabba 1994). En el espacio de También es verdad, sin embargo, que el imperio Inca
entre-medio recientemente creado, al cual Bhabha se fue construido sobre las espaldas de una multitud de
refiere como el ―tercer espacio,‖ la gente pierde sus comunidades agricultoras mayormente compuestas de

69
aldeanos promedio. Aunque muchas de estas definen esta clase de materiales como ―copias
comunidades andinas eran distintas étnicamente, producidas por manos menos expertas que aquellas de
parece probable que a pesar de todo compartieran los artesanos del Cusco.‖ Tales actitudes negativas
concepciones sobre el mundo y orientaciones sociales pueden proceder de la formulación que hiciera
similares. Dichas comunidades tienden a formar Veblen (1953 [1899]) del concepto de emulación
entidades cohesivas de pequeña escala. Estas son según el cual las personas en posiciones sociales
generalmente vistas estereotípicamente como inferiores eran vistas como los principales
conservativas y resistentes al cambio. En los andes practicantes de dicha acción. Trabajos más recientes
precolombinos tardíos, esta noción parece atestiguada han tomado una visión más amplia sobre el concepto
por la estabilidad en los patrones de asentamiento de emulación. Dean (1999), por ejemplo, en un
locales, las actividades productivas, la arquitectura, y estudio de los símbolos Inca del período Colonial en
la cultura material. Empero la presencia de los objetos Cusco, traza una distinción entre la imitación servil y
híbridos Inca-locales entre los conjuntos la apropiación selectiva de símbolos y formas. En su
arqueológicos de dichas comunidades pequeñas y en discusión, ella compara la noción de imitación con la
apariencia inconsecuentes como Guano (Jijón y noción de ―cita.‖ Desde su perspectiva, ―cita,‖ como
Caamaño 1927; Davis 1996) y Agua Blanca la imitación, es emprendida desde una posición de
(McEwan y Silva 1989) en Ecuador, Ichu en Perú debilidad, porque tales actos dan voz y autoridad a
(Thompson 1967), y sitios en los valles de Elqui y otro. Ella contrasta la idea de ―imitación,‖ sin
Limarí en la región centro-norte de Chile (Cantarutti embargo, con la de ―citación,‖ sugiriendo que la
2002; González 2008), por mencionar solo algunos, última implica un sentido positivo de los individuos
sugiere la importancia de la distinción social, el rango selectivamente utilizando conocimiento del Otro para
jerárquico, y la conciencia cultural e interconexión avanzar con sus propios fines.
incluso en las más remotas localidades rurales durante
el horizonte tardío. Uno de los puntos a destacar del estudio de Dean
(1999) de los propósitos presentes es que la habilidad
Para sostener la opinión de que los individuos eran de elegir cuáles aspectos incorporar, y cuáles dejar de
conocedores de los cambios que ocurrían en el lado, como en el caso de la ―citación,‖ implica
panorama del poder dentro de un nivel macro- agencia, actores cognoscentes, y un (limitado) poder.
regional más amplio, así como se alertaban sobre las Más que descartar a la cerámica Inca-provincial como
potenciales consecuencias y posibilidades a nivel simples imitaciones producidas por ―emuladores
local, basta con mirar dichos artefactos. La naturaleza atrasados,‖ sugiero que dichos objetos sean mejor
de estos objetos y los contextos en los que fueron comprendidos como representaciones de las
encontrados, otorga un nuevo significado a la antigua estrategias materiales de actores conocedores dentro
frase que ―toda la política es local.‖ Las formas y del tercer espacio de encuentros coloniales. Tales
representaciones en las vasijas, regularmente objetos híbridos habrían ayudado en la creación de
interpretadas como meras imitaciones pobres de los sistemas de diferencia estructurados con los otros,
productos imperiales, deben ser vistas como la ambos a un nivel local y en sus relaciones externas.
expresión material de maniobras políticas locales, Los contextos arqueológicos varios en los cuales
como reflejo de la agudeza de los actores políticos fueron hallados estos objetos, relacionados tanto con
locales y su comprensión de la agencia de los el consumo y el ritual, indican su implicancia activa
objetos. Abordar los objetos Inca-provinciales como en la expresión de identidad y promoción de los
evidencia de agentes sociales interesados e compromisos sociales específicos y esperados. La
informados ofrece una nueva avenida para la presencia de tales objetos híbridos tanto en el centro
exploración de los motivos sociales y la interconexión imperial como en las áreas remotas, así como el
de la gente y las comunidades durante el horizonte hecho de que tanto las formas Inca y locales
tardío. experimentaron la ―hibridización,‖ indican que el
cambio cultural fue multi-direccional más que
unilateral e impuesto desde arriba. La significación de
Conclusiones la alfarería Inca imperial como marcador del alcance
imperial, es acentuada por su amplia apropiación y su
La alfarería Inca provincial a menudo ha sido referida maleabilidad aparente como símbolo que podía servir
como una imitación de la alfarería imperial a múltiples sectores de la sociedad andina y sus
―originaria‖ presumiblemente producida en Cusco. La diferentes agendas durante el período tardío.
palabra ―imitación‖ tradicionalmente conlleva
connotaciones negativas. Meyers (1975), por Referencias
ejemplo, definió la cerámica ―imitación Inca‖ como
―copias crudas o defectuosas que pueden fácilmente Alden, J., L. Minc y T. Lynch. 2006. Identifying the
ser reconocida en términos de técnica, forma y sources of Inka period ceramics from northern Chile:
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74
De Presencias y Ausencias. Cambios y Continuidades
en la Tecnología Alfarera de las Sociedades del Valle de Tafí

María Cecilia Páez

La clasificación de un “Período Tardío” y un la historia del Valle de Tafí, cuya biografía


“Período Inca” como bloques temporales incorpora distintos agentes en una realidad
claramente definidos con un comienzo y un final, histórica comprendida entre el 900 d.C y la llegada
es aún mantenida en los trabajos arqueológicos del de los españoles. Estas fechas, que aparecen
NOA y su utilidad es escasamente cuestionada. definidas con tanta precisión, sólo encuadran
Resaltando el carácter homogéneo de las como aproximación en nuestra reconstrucción,
manifestaciones sociales desarrolladas dentro de refiriendo lo que se definió culturalmente como
sus límites, nos remite a una secuencia donde los Santa María, y posteriormente Inca. Aquí
cambios entre uno y otro período son más bien preferimos utilizar estos términos sólo en relación
abruptos, definidos y con sentido y dirección a su delimitación estilística, en tanto trataremos de
precisa. El análisis de la tecnología alfarera es un explicar el desarrollo social en términos de las
reflejo bien acabado de este modelo, donde las poblaciones locales y su impacto tras la presencia
características técnicas se analizan primeramente Incaica.
dentro de cada espacio (período) temporal, y
después, desde una perspectiva comparativa, entre Tradicionalmente, las formas cerámicas asociadas
ellos. al estado Inca fueron claramente diferenciables de
En este trabajo nos proponemos analizar la las vinculadas a momentos previos. Platos,
presencia de dos componentes de las pastas aribaloides y pie de compotera, las más
cerámicas del Valle de Tafí que están presentes en representadas en localizaciones relativamente
lo que tradicionalmente se asignó a ambos alejadas el Cusco (Bray 2004) denotaban un
momentos del desarrollo prehispánico: el tiesto cambio morfológico y estilístico que venía a
molido y las inclusiones pumíceas. Partiendo de la reafirmar las fuertes diferencias entre el orden
idea de que las dinámicas y lógicas sociales están tardío y aquel Incaico, y entre lo asociado al
sujetas a comportamientos particulares que se Estado y lo que seguía funcionando bajo la esfera
crean y recrean constantemente en función de los de control del Estado. Los aspectos tecnológicos –
intereses y estrategias de los sujetos, proponemos particularmente los vinculados al análisis de las
que las continuidades y modificaciones en sus pastas – eran quizás los menos involucrados en
usos responden a distintas estrategias estas interpretaciones, aunque ayudaban a
desarrolladas por las sociedades locales – completar el panorama disociador de las prácticas
productoras de alfarería - en función de un alfareras.
contexto socio – político en proceso de cambio.
Asimismo, procuraremos analizar la forma en que En este trabajo abordaremos las caracterísicas de
el uso de estas estrategias tecnológicas impactó en las pastas cerámicas del valle de Tafí, localizado
la configuración de las relaciones socio-políticas en el este tucumano, evaluando los cambios y las
desarrolladas en la sociedad tafinista durante parte continuidades entre lo que estilística y
del segundo milenio de la era cristiana. morfológicamente se vinculara a lo local y a lo
foráneo desde una perspectiva diacrónica y
sincrónica. Consideramos ambas manifestaciones
Introducción – las transformaciones y las persistencias - como
parte de un proceso social iniciado mucho tiempo
Incorporar la práctica como principio antes y continuado mucho después que va a
estructurador de la sociedad, nos supone caracterizar la dinámica social e histórica vallista.
trascender el papel de la cerámica como marcador Esperamos que el recorte temporal que
étnico e identitario y pensarla como testigo y realizaremos aquí – lo que la literatura denominó
protagonista de aquellos procesos sociales en los Período Tardío y Período Inca – pueda integrarse
que estuvo involucrada, y que delinearon parte de en esta idea de proceso.

75
Práctica y Estructura decir, el diseño de las relaciones entre los sujetos
en un espacio–tiempo que supone la reproducción
Sin duda, la cerámica constituyó uno de los de las prácticas situadas, y por otro, su dimensión
elementos materiales más significativos para las paradigmática, implicada en los modos de
sociedades prehispánicas, participando en la articulación de estas relaciones en el juego de la
dinámica de la vida social y en la construcción de reproducción. En otros términos, la forma en que
significados culturales. Es la cosa-en-movimiento contribuye a la conformación de los principios
la que ilumina su contexto social y humano, como estructurales de la sociedad (Giddens 2006 [1984]:
refiriera Appadurai (1991), e inversamente, es el 49). Y nos adentramos aquí en un concepto
contexto social e histórico el que otorga directriz para explicar el devenir de la sociedad,
significado a los objetos a través de las relaciones que es el de estructura.
que se crean. Los objetos no pueden ser
comprendidos aisladamente sin considerar el Superando un poco sus connotaciones
contexto social y cultural en el cual se produjeron funcionalistas, o más aún, aquellas del
y las nuevas circunstancias del contexto actual en estructuralismo levistraussiano, retomamos el
el que se desenvuelven. concepto de estructura en su sentido articulador,
como ligazón de relaciones sociales en un
De esta manera, no podemos definir la cerámica ni espacio–tiempo, y es esta dimensión la que le va a
exclusivamente en el plano material ni otorgar el sentido de flexibilidad y mutabilidad
exclusivamente en el dominio ideacional, sino más dado por el carácter situado de las interacciones.
bien en aquel espacio donde estas divisiones se Lejos de constituir un orden fijo, la estructura es
diluyen y confunden que es el espacio de la praxis. permanentemente actualizada en las relaciones
Es aquí donde los significados y los valores son sociales reproducidas, otorgándole de esta manera,
acumulados y transformados a través de las su sentido dual estructurado y estructurante
mutuamente creativas relaciones entre sujetos y (Giddens 2006 [1984]). Con esto nos referimos a
objetos. Esta performación constante de los una de las principales tesis de la teoría de la
valores sociales contribuye a la reproducción de la estructuración, que es que “las reglas y los
sociedad, nunca estática, nunca fijada, sino más recursos que se aplican a la producción y
bien constantemente construida y reconstruida en reproducción de una acción social son, al mismo
el espacio de la práctica (Bordieu 2007 [1980]). tiempo, los medios para la reproducción
sistémica” (Giddens 2006 [1984]: 55). De esta
De esta manera, referimos al concepto de manera, las propiedades estructurales que
reproducción social como el proceso por el cual organizan la sociedad son tanto un medio como un
una sociedad continuamente se recrea y reforma a resultado de las prácticas que tienen lugar
sí misma, reproduciendo al mismo tiempo o cotidianamente a través de la puesta en juego de
paralelamente las instituciones y niveles de las relaciones contextualizadas temporal y
organización. Esto implica dos componentes espacialmente.
fundamentales involucrados en este proceso que En este marco interpretativo, las transformaciones
están relacionados dialécticamente. Por un lado, la y las continuidades en las prácticas sociales son
práctica material a través de la cual la gente vistas como parte de un proceso, de la dinámica de
constantemente re–crea su mundo material y sus reproducción de la sociedad que opera como
relaciones sociales, es decir, las estructuras principio fundante de la existencia y desarrollo de
objetivas que son puestas en movimiento en la la vida social.
organización del mundo social, y por otro, el
trasfondo ideológico –percepciones y
representaciones del mundo social- que motiva la El Valle como Escenario
participación en prácticas materiales específicas
(Sillar 1994: 3). Estos dos componentes El valle de Tafí constituyó un espacio de
comparten un espacio singular que es el de las significativa relevancia para el asentamiento
relaciones sociales, mecanismos fundamentales a humano prehispánico. Por su localización, articula
través de los cuales el conocimiento cultural y las dos espacios geográficamente diferentes; por un
estructuras sociales son reproducidas. Lo que lado, los valles occidentales, áridos, de clima
Barman (2002) definiera como el esqueleto de la cálido – templado; por otro, la llanura oriental,
práctica social. cálida y húmeda, con ambiente de bosques y
selvas. Constituye una cuenca intermontana a
Esta interacción humana desarrollada a partir de la 2000 m.s.n.m., en el borde oriental de la región
naturaleza interdependiente de los individuos valliserrana, separando dos sistemas montañosos
sociales -principio fundante del carácter societal-, importantes: las Cumbres Calchaquíes, al norte, y
encierra dos dimensiones sustanciales a tener en las sierras de Aconquija, al sur.
cuenta. Por un lado su dimensión sintagmática, es

76
A momentos tardíos del desarrollo social del Valle
se asocian arquitectónicamente unas estructuras
rectangulares deprimidas que habrían funcionado
como espacios domésticos, conocidas en la
bibliografía arqueológica como “casas–pozo”,
dispersas en casi todo el Valle (López 2000;
López y Manasse 2001; Manasse 1995-1996,
1997). Se asocia también la presencia de alfarería
propia de los momentos tardíos de regiones
aledañas como los valles semiáridos occidentales
–Santamariano, Belén, Famabalasto–, lo que
sugiere la existencia de complejos procesos
sociales (Manasse 2003), que se continuarían en
momentos posteriores.
De igual manera que para momentos tardíos, es
Figura 1. Vista del Valle de Tafí desde el sitio
destacable la abundancia de cerámica vinculada al
LCZVIIIS1
momento de expansión Incaica. Formas
tradicionalmente relacionadas al Estado, como
Las evidencias arqueológicas dan cuenta de una
platos y aribaloides, aparecen dispersos en los
ocupación importante, tanto en términos
distintos espacios ocupados previamente por las
espaciales como cronológicos (Manasse 2001). Si
poblaciones locales, estando ausente de manera
bien el referente socio–cultural local parecen
significativa los rasgos arquitectónicos que otrora
constituirlo los restos arquitectónicos en piedra de
definieran lo que “debía” ser considerado parte
las sociedades formativas, son cada vez más
inequívoca de la sociedad Incaica. Esto reflejaría
abundantes las depresiones cuadrangulares tardías,
de alguna manera, la índole de las relaciones
así como la alfarería propia de estos momentos y
mantenidas entre las poblaciones locales y la
del período de expansión Incaica.
presencia Estatal en uno de los dominios más
orientales conocidos dentro de la arqueología
Las primeras investigaciones arqueológicas
Incaica del NOA (Patané Aráoz 2008).
llevadas a cabo en el Valle datan de fines del siglo
XIX (Ambrosetti 1897) y principios del siglo XX
(Bruch 1911; Lafone Quevedo 1902; Schreiter
Las Pastas Cerámicas del Valle de Tafí
1928). Estos trabajos tienen un cierto carácter
descriptivo y centran su atención en los monolitos
Las sociedades que desde hace más de 2000 años
que caracterizaron la arqueología de Tafí. Desde
habitaron el Valle incorporaron la producción
entonces hasta la actualidad las investigaciones se
cerámica como una de las actividades cotidianas
han concentrado principalmente en el estudio del
de la práctica cultural, vinculada a los demás
Período Formativo (Manasse 2001).
aspectos sociales, económicos, políticos, técnicos
Este período está representado por una “cultura”
etc. La alfarería representaba un mundo de
arqueológica local denominada “Tafí” (Bennett et
significados, que además se re-creaba
al. 1948) caracterizada por una modalidad de
constantemente a partir de las relaciones sociales
asentamiento, conocido como “patrón margarita”,
en las cuales tomaba participación. Este espacio
compuesto por un círculo central donde se
social era -según nuestro entendimiento acerca de
realizarían actividades domésticas y funerarias, al
la naturaleza social-dinámico, ideológicamente
que se le adosarían círculos de menores
cargado y socialmente construido.
dimensiones, que funcionaban como habitaciones
y/o depósitos (Berberían y Nielsen 1988). A este
En este sentido, tomando la tecnología como un
tipo de conjuntos arquitectónicos se le asocian los
acto social (Lemmonier 1986), las cualidades de
monolitos de piedra, conocidos como “menhires”.
producción de los objetos son intervenidas por un
Es discutida la situación del Valle luego de la
contexto simbólico, político y socialmente
ocupación Tafí. Algunos investigadores sostienen
determinado, en el cual las ideas tecnológicas son
que habría sido despoblado durante un período de
entendidas y manipuladas. Entonces, el análisis de
casi doscientos años, al que se sucedería la
las pastas se nos presenta como una vía para
ocupación santamariana e Inca (Nuñez Regueiro y
abordar ciertas percepciones culturales aborígenes
Tartusi 1990). Otros sugieren la persistencia de
(o parte de ellas) y la organización de la sociedad
grupos Tafí asociados a características
en la cual los sujetos productores se desenvuelven,
constructivas de grupos vecinos (Bolsi et al.1992);
así como la forma en que estas características
sería particularmente el caso de aquellos del valle
sociales son mantenidas, reforzadas o
de Santa María, en el oeste catamarqueño.
transformadas.

77
Por esto, nos detendremos en el análisis de las externa del fragmento. Esta localización y el
distintas manifestaciones alfareras del valle de hecho de que el registro era considerablemente
Tafí. Aunque nuestro objetivo no son las pastas de bajo para una muestra de 22 cortes, sugeriría como
la alfarería estilísticamente definida como “Tafí”, alternativa una incorporación accidental al cuerpo
creemos que una breve caracterización de la cerámico. Posiblemente se vincularía a restos
misma contribuirá a una mejor comprensión de las cerámicos presentes en la superficie que se usó de
manifestaciones posteriores, a la vez que resaltará apoyo en la confección de la pieza que habrían
la idea de proceso que esperamos mantener como migrado hacia su interior.
directriz de este trabajo.
Esta pequeña descripción que puede retomarse con
Las pastas tempranas mayor detalle en nuestro trabajo del año 2005,
empezó a definir algunas cuestiones importantes
La alfarería de momentos tempranos del Valle se para estas pastas cerámicas del momento
distingue notablemente de la de momentos temprano, sobre todo como referencia para la
posteriores, no sólo focalizando en sus comparación con las pastas del momento tardío y
características tecnológicas sino también de los posteriores. Como mencionáramos más arriba, no
aspectos formales y aquellos vinculados al nos vamos a ocupar del primer milenio vallisto,
tratamiento de las superficies y decoraciones. En sólo nos interesa destacar que faltan dos
un trabajo presentado recientemente (Duglosz et componentes muy importantes que van a ser
al. 2007) se describen dos modalidades alfareras fundamentales en los procesos tecnológicos que
para el registro cerámico de varios sitios del Valle. caracterizarán los momentos posteriores.
Una de ellas incluye el uso de pintura o engobe
monócromo – a veces pulido- y figuras zoomorfas
y antropomorfas modeladas, ambos en piezas de Moliendo Cacharros
formas abiertas y cocción oxidante. El otro
conjunto morfo-estilístico recurre a incisiones, La incorporación de fragmentos cerámicos
escisiones, estampados y modelados en formas molidos a las pastas es –y ha sido- una práctica
que se asocian a escudillas, jarras y vasijas muy difundida entre las comunidades ceramistas
subglobulares de cocción no oxidante. (Cornell y Sjodin 1990; Echallier 1984; Mannoni
1971: 464; Shepard 1936; Stark et al. 2000;
De acuerdo a los análisis tecnológicos que fueron Steponaitis 1984). Constituye un material de fácil
realizados sobre un conjunto de fragmentos acceso que tiene ciertos beneficios en las pastas,
correspondientes a estas formas y decoraciones, sobre todo porque su capacidad de expansión y
los fragmentos que estilísticamente fueron contracción producto del calor es similar a la de la
denominados “Tafí” (Berberían 1988) presentan arcilla, otorgando algunas ventajas funcionales, en
pastas con altos porcentajes de inclusiones particular vinculadas a la resistencia de las piezas
(Manasse et al. s/f; Pifferetti y Bolmano 2006). En a la rotura (Tite et al. 2001). Esto no implica que
las muestras analizadas en corte delgado (n=22) necesariamente se establezca una necesidad
observamos un origen predominantemente funcional sine qua non, es decir que siempre
plutónico, con aporte de cuarzo, micas (muscovita prevalezca su elección conciente desde el punto de
y biotita), microclino, plagioclasa, líticos vista tecnológico. En este sentido, es importante
vinculados a este mismo ambiente geológico – en tener en cuenta los porcentajes en los que se
su mayoría de origen plutónico -, y algunos registra en las piezas, considerando que
minerales accesorios. El tamaño y el porcentajes muy bajos no proporcionarían una alta
redondeamiento de estos componentes nos hace resistencia.
pensar en la incorporación de arenas a los fines de
reducir la plasticidad de la arcilla. Esta idea está Como mencionábamos arriba, este rasgo no parece
sostenida también por la presencia de algunos presentarse como elección tecnológica en la
componentes minerales indicativos de un origen confección de las piezas de momentos tempranos.
volcánico, como es el caso de las plagioclasas con En la caracterización de las pastas de momentos
zonación, que sin embargo están redondeadas, tardíos para el Valle, concretamente dentro de lo
forma que puede vincularse con el transporte que fuera definido en base a forma y decoración
fluvial. como “Santamariano”, es uno de los componentes
que presenta mayor regularidad en cuanto a su
Debemos mencionar, sin embargo, que uno de los presencia, si bien los porcentajes en que se registró
cortes presentaba dos inclusiones con en cada fragmento son relativamente bajos. En un
características ópticas similares a las que análisis que realizáramos de 16 cortes delgados de
caracterizan al tiesto molido. No obstante, estas cerámica pintada, Negro/Blanco y Negro y
inclusiones –clasificadas como tiesto molido Rojo/Blanco –o sea las modalidades bicolor y
dudoso- estaban muy cercanas a la superficie tricolor-, encontramos que estaba presente en el

78
75% del conjunto (Páez 2005). Análisis alfarería de momentos tardíos del desarrollo
microscópicos posteriores sobre este mismo tipo vallisto, continuándose para momentos
de alfarería nos confirmó la significativa presencia posteriores. En este sentido, sería de gran valor
de este rasgo, que no pudimos asociar a una poder seguir temporalmente el desarrollo de la
morfología específica presentándose tanto en práctica de utilizar el tiesto molido en las pastas.
formas abiertas (pucos) como en cerradas (urnas). Al respecto, tenemos datos de que las poblaciones
Estas dos morfologías caracterizan a grandes Quilmes procedentes del sitio homónimo en el
rasgos las manifestaciones estilísticas pintadas valle de santa María y reasentadas en la provincia
santamarianas del valle de Tafí, completando el de Buenos Aires en el siglo XVII, utilizaban este
repertorio con una serie de formas menores (Páez componente en la manufactura de sus piezas
2005). Las urnas están formadas por un cuerpo (Quatrin de Rodríguez 1999). Podemos presumir
ovoide con dos asas simétricas colocadas a ambos que las poblaciones de esta reducción, habrían
costados, un cuello cilíndrico que se abre hacia la continuado manufacturando su cerámica de
parte superior y un puco de base que reproduce la acuerdo a los conocimientos tradicionales
forma abierta. Los pucos son formas desarrollados en el oeste tucumano, aún luego del
subglobulares o ligeramente troncocónicas de base impacto desestructurante y abrumadoramente
plana o ligeramente cóncava (Serrano 1958). violento de la conquista de su territorio y del
Dentro de estas dos grandes categorías existe un forzoso traslado al que se vieron sujetas.
amplio abanico de variantes que responden tanto a
aspectos vinculados a la distribución espacial –o
lo que podría pensarse como variantes regionales– Allá Lejos, los Volcanes
como a aspectos hoy cuestionados de ubicación
cronológica (Perrota y Podesta 1973, 1978; Como ya mencionáramos, el aporte lítico en las
Bregante 1926; Caviglia 1985). pastas de momentos tempranos corresponde
mayormente a un origen plutónico, aunque en
Revisando las características de pasta de la proporciones significativamente menores
alfarería santamariana de localizaciones vecinas a encontramos también presentes los litoclastos
Tafí, encontramos que el tiesto molido también metamórficos, volcánicos y sedimentarios
está presente en sitios como El Pichao (Cornell (Manasse 2006). Al contrario de estas
1990), Rincón Chico (Tarragó et al. 2002) y Loma proporciones, en las pastas santamarianas tricolor
Rica (Schwartz 1991), todos ubicados en el vecino y bicolor, así como en las formas Incaicas
valle de Santa María, con el que estimamos que diagnósticas, el aporte volcánico cobra una
Tafí habría mantenido importantes relaciones destacada relevancia, predominando en muchos
durante estos momentos a los que hacemos fragmentos (Páez 2005, 2007; Páez et al. 2006).
referencia (Páez 2005). Esto se manifiesta en la presencia de pastas
Tuvimos en cuenta también para esta discusión, la basáltico–andesíticas, así como de inclusiones
incorporación de análisis en las formas arriba piroclásticas identificadas como depósitos de
descriptas –urnas y pucos estilísticamente caída.
santamarianos- pero asociadas al momento de El análisis de sitios asociados a momentos tardíos
expansión Incaico. Nos fue útil los datos del Valle, particularmente de un cementerio
recuperados de dos sitios localizados en Los santamariano de urnas (Leiva-Benegas 2003; Páez
Cuartos – LCZVIIIS1 y LC(1)-, al este del Valle. 2005) nos reveló que los componentes
En ambos sitios no sólo se recuperó cerámica piroclásticos estaban presentes en escasa cantidad
Santamaría, sino también formas Incaicas comparado con lo que registráramos para el
diagnósticas y cerámica asociada a lo que momento Incaico. En relación a esto, para el valle
Calderari y Williams (Calderari y Williams 1991) de Hualfin también se identificó la presencia de
definieran como Fase Inca. Nuevamente el tiesto vidrio volcánico en las pastas en alfarerías de
molido, en proporciones muy similares a las que momentos tardíos (Zogorodny et al. 2007).
asociamos a los momentos tardíos. Del primero de
los sitios mencionados realizamos 16 análisis de Sin embargo, en sitios de Tafí asociados al
corte delgado en formas diagnósticas Incaicas - momento Incaico, encontramos que el aporte
distintos sectores morfológicos de la forma plato-, piroclástico representa en algunas piezas el
encontrando microtiestos en el 62,5% de la componente predominante de la fracción clástica.
muestra (Páez y Patané 2007). Análisis realizados Componen las pastas de piezas cerámicas
con posterioridad, tanto en estas formas como estilísticamente asociadas a Santa María (Negro
también en aribaloides de sitios del Valle, nos sobre Blanco, Negro y Rojo sobre Blanco y Negro
confirman la persistencia de este rasgo. sobre Rojo), Belén e Inca, imprimiendo en ellas
una característica tecnológica distinguible a simple
Así, el tiesto molido empieza a hacerse presente en vista. Visualmente se observan unas pequeñas
las pastas cerámicas del valle de Tafí a partir de la inclusiones blancas redondeadas, en densidades

79
altas que análisis específicos microscópicos nos aspectos que estamos recién explorando, es
permiten identificar como fragmentos pumíceos. importante al menos dejar planteado la posibilidad
Inicialmente este componente fue identificado de que socialmente se realicen ciertas elecciones
para pastas Incaicas de los sitios Potrero tecnológicas como una forma de responder a
Chaquiago e Ingenio del Arenal Médanos, en requerimientos de distinto orden que tienen lugar
Catamarca (Cremonte 1991). Investigaciones más en la práctica social cotidiana. Tal vez era
recientes amplían bastante el panorama de necesario alivianar las piezas y hacerlas resistentes
dispersión, incluyendo los sitios de Susques (Solá para que se pudieran mover con más frecuencia, o
y Morales 2007), El Shincal (Giovannetti 2009), mayores distancias.
Hualfín-Inca (Lynch y Páez 2009), Tambillo
Nuevo (Moralejo 2009) y Ruinas de San Franciso Esto constituye sólo una alternativa interpretativa.
(Prieto et al. 2009), además de algunas piezas de Abundan los ejemplos donde las ventajas
museos –particularmente platos Incaicos– funcionales no fueron necesariamente
procedentes de distintos puntos del NOA, consideradas –concientemente- al momento de
relevadas en el marco de investigaciones sobre elegir una características tecnológica que a la larga
esta morfología que realizamos previamente. resultaba beneficioso en términos funcionales
(Neupert 1994; Vekinis y Kilikoglou 1998).
En el caso de Tafí, esta cerámica se encuentra
dispersa por todo el Valle, en contextos que Hasta aquí hemos descripto –y discutido– el
podríamos vincular a la presencia estatal (Manasse trayecto tecnológico de dos componentes
y Páez 2008). Uno de los aspectos que más llama fundamentales en las pastas del valle de Tafí. Uno
la atención –al menos para el caso particular de de ellos, el tiesto molido, es utilizado por las
Tafí– es la homogeneidad en el proceso de poblaciones locales desde el segundo milenio de la
preparación de las pastas, que habría supuesto la era cristiana continuando su uso en las alfarerías
mezcla del depósito de caída con el componente diagnósticas del momento Incaico. No
arcilloso (Páez y Arnosio 2009). Se procuró un encontramos diferencias sustanciales en las
agregado de inclusiones importante, logrando proporciones ni en las características de este rasgo
piezas con alta densidad de antiplástico, y gran entre las pastas de momentos tardíos y las de
homogeneidad en sus componentes y momentos Incaicos.
características. Casi podríamos pensar en una El otro componente analizado, las inclusiones
receta, donde el grado de variación observado es piroclásticas, aparecen en las pastas cerámicas
mínimo, independientemente de las formas y asociadas a contextos Incaicos en Tafí, aunque
decoraciones de las piezas. Este agregado para estos momentos son usadas en la alfarería
piroclástico inconsolidado o poco consolidado no diagnóstica como en aquellas formas y
habría requerido escasa o ninguna fuerza mecánica decoraciones tardías.
de separación de los componentes –no sólo las Ahora, podríamos preguntarnos por qué
pómez sino también la fracción clástica más fina– seleccionamos sólo dos componentes de las
que ya se encontrarían separados o con un grado pastas, dejando de lado el comportamiento del
de cohesión mínimo. resto de los minerales y fragmentos de roca que
estarían presentes en estos conjuntos analizados.
Un elemento que estamos explorando actualmente Esto responde fundamentalmente al hecho de que
es la posibilidad de obtener un beneficio funcional no registramos diferencias sustanciales ni en la
en la aplicación de estos materiales en altas naturaleza ni en las características del resto de las
proporciones. En este sentido, pensamos que uno inclusiones presentes, lo que apoyaría la idea de
de los aspectos más beneficiados en la que la composición de las pastas fuera de los
performance de la pieza es el peso. La baja componentes mencionados, mantiene cierta
densidad de las pómez hace que incluso puedan continuidad tanto desde un punto de vista
flotar en el agua, representando una notable diacrónico, como desde un análisis sincrónico
disminución en el peso final del objeto. Por otro entre las formas locales y las incaicas.
lado, también observamos que la porosidad en este
tipo de pastas aumenta en relación con aquellas
con iguales características estilísticas pero sin el LO “LOCAL” y LO “INCAICO” – Realidades
agregado piroclástico, cuestión que podría deberse Antagónicas Del Discurso Histórico-.
a los efectos de la expansión y contracción de
rocas tan silíceas como las pómez. Esto afectaría La elección de estos dos componentes para nuestro
de alguna manera la resistencia a la rotura de las análisis no fue casual. Creemos que ilustra dos
piezas, dado que la fractura que se inicia por un comportamientos sociales que nos interesa tratar
efecto mecánico es tempranamente detenida por la separados pero a la vez integrados a un complejo
serie de espacios vacíos que se genera en torno a proceso que involucró a las sociedades locales del
las inclusiones pumíceas. Si bien esto constituye Valle. ¿Qué supuso la presencia Incaica en Tafí?

80
¿Podríamos pensar que se reestructuraron las locales confeccionando alfarería en estilos no–
prácticas alfareras tardías? locales.

Los resultados de la investigación que venimos En otros términos, lo que circula en el primero de
desarrollando desde hace algunos años en el Valle, los casos son los conocimientos técnicos sobre la
y que en parte presentamos aquí, no parecen manufactura de las piezas, en tanto en el segundo,
plantear una diferencia sustancial entre lo “tardío” estos conocimientos circulan de la mano de
y lo “Incaico”, al menos en lo que respecta a la quienes efectivamente se ocupan de la confección
composición de las pastas. Sí es de mencionar la de las piezas, que entonces manufacturarían en
incorporación de los componentes piroclásticos en estilos locales y en estilos Incaicos.
densidades importantes, pero sin embargo no Esta relación que podemos plantear entre lo tardío
aparece como una característica exclusiva de las local y lo Incaico a partir de ciertos rasgos como el
formas Incaicas sino que por el contrario es tiesto molido, también la observamos a partir de
incorporada en las formas tardías que se análisis estilísticos y morfológicos en formas
incorporan en la dinámica del momento de diagnósticas asociadas al Estado como los platos –
expansión incaico. lo que tradicionalmente se denominó plato patoi-.
Esto nos llevó a dos preguntas cuya resolución –o Esta morfología resultaba en un interés especial
intento de explicación- quisiéramos discutir aquí. por considerarse que su presencia en las provincias
En primer lugar, ¿podríamos pensar que el tiesto procuraba imitar los ejemplares cusqueños.
molido les resultó interesante a quienes Comparando esta forma en piezas del área del
confeccionaban las formas Incaicas, al punto de Cusco y aquellas procedentes de distintos puntos
incorporarlo a estas piezas? del NOA –incluyendo del valle de Tafí-
Hay menciones de que este elemento aparece en la encontramos importantes diferencias tanto en los
composición de las piezas de las formas Incaicas aspectos estilísticos como en los morfológicos.
que exceden al NOA (Matos 1999), por lo que Los platos del NOA combinan motivos locales
también deberíamos tener en cuenta la posibilidad con aquellos cusqueños en estructuras de
de que sea una práctica vinculada al centro estatal, bipartición y cuatripartición, forma característica
incorporada en las piezas Incaicas de Tafí. Sin de estructurar el espacio en el Tawantinsuyu,
embargo, aunque esta alternativa es posible, la igualmente difieren en los tratamientos dados a las
similitud en lo que hace a las características del superficies interna y externa del plato.
tiesto presente en las pastas tardías e Incas de Tafí Morfológicamente conservan rasgos que podrían
nos sugiere con un poco más de fuerza la primera relacionarse con los pucos locales del momento
opción. tardío, junto a elementos distintivos Incaicos (Páez
y Giovannetti 2008; Giovannetti y Páez, este
Pensamos entonces que podría tratarse de una volumen). Estos datos nos sugieren que la forma
continuidad, que quienes elaboraban las formas plato, comúnmente considerada una copia de las
Incaicas destinadas a ser usadas en el marco de morfologías cusqueñas, permite que se
prácticas estatales retomaron este rasgo manifiesten ciertos elementos locales que se
tecnológico de momentos previos. Esto implica combinan y reconfiguran al ser incorporados a una
también un segundo elemento para considerar y es estructura morfológica y decorativa foránea. El
que no habría restricciones de estas prácticas de resultado es un objeto sincrético, concientemente
producción a las formas Incaicas, no se prohibió logrado.
que se siguiera usando en las formas locales. Por
el contrario, lo “local” y lo “Incaico” compartieron También resulta difícil distinguir las pastas de
este componente en las pastas, como parte de una platos y aríbalos con aquellas de urnas y pucos
tradición de manufactura compartida. asociadas a sitios del momento de expansión
La continuidad que planteamos podría leerse de Incaica, si consideramos el aporte piroclástico
dos maneras, no necesariamente excluyentes. De como una característica de la práctica alfarera. Es
acuerdo a lo que mencionamos arriba, el primero cierto que la presencia que identificamos en Tafí
representa el de las prácticas alfareras, es decir, el
de la acción y la idea. En otros términos, la
i
práctica es la misma, independientemente de quien Optamos por no usar la denominación de plato pato
la lleve a cabo. Pero esta continuidad también porque consideramos que no representa las distintas
puede operar al nivel de los grupos alfareros, de morfologías, sobre todo en lo referente al tipo de
quienes efectivamente confeccionan las piezas. apéndice. Meyers (1975) menciona que además de las
cabezas de pato con los apéndices caudales enfrentados
Esto no implica que se trate necesariamente de las también hay platos con asas verticales y horizontales y
mismas personas –no nos interesa en este caso platos únicamente con apéndices caudales. De hecho
reconocer a los sujetos ceramistas menciona que esta última variante es la más frecuente
individualmente-, sino de las mismas poblaciones en el área cusqueña.
Meyers, A. “algunos problemas en la clasificación del
estilo incaico”, Pumapunku 8, 7-25 (1975).

81
para los momentos tardíos es muy distinta de Lemonnier- como un acto social, creado y
aquella que encontramos en sitios asociados a la recreado constantemente.
presencia Incaica en el Valle. Casi podríamos
decir que “hacen explosión” en este último Las reconstrucciones de la historia prehispánica,
momento. Sin embargo, para entonces no particularmente la que se vincula a los momentos
encontramos diferencias en esta característica tardíos e inmediatamente previos a la llegada
tecnológica entre piezas que podemos identificar europea, tendieron a dividir los espacios sociales
entre formas estatales y locales. entre aquellos locales, unidos a los territorios que
Consideramos que este aporte piroclástico se estudian, y los foráneos, generalmente
corresponde al uso de depósitos de caída, que por asociados al estado Incaico con su carácter
su génesis tendría una dispersión bastante menos transformador. Así, la presencia Incaica imprime
restringida que otro tipo de depósitos de esta en la historia –una historia que por supuesto lleva
naturaleza como las ignimbritas. Esto nos el rótulo de “Incaica”– rasgos que servirán para
permitiría hipotetizar que, en función de la amplia definirse como diferentes del orden previo. El
dispersión que estamos registrando en sitios del patrón de asentamiento, los rasgos arquitectónicos,
NOA, estos recursos estarían disponibles para su la cerámica son algunos de los elementos
uso en varios puntos del Noroeste. En este sentido, materiales que servirán para ilustrar el cambio
estamos analizando si estas piezas serían radical que se presenta en la historia de las
manufacturadas localmente, en valle de Tafí, sociedades del NOA tras la presencia Incaica.
usando recursos locales. Los datos geológicos
locales refieren la existencia de niveles de tobas de
edad Cuaternaria.

Los componentes piroclásticas presentes en el


momento tardío en muy bajas densidades es
probable que correspondan al contenido de las
arcillas usadas para la manufactura. Otra
posibilidad sería que hayan integrado las arenas
usadas para la preparación de la pasta. No
obstante, teniendo en cuenta la friabilidad de estos
componentes frente al desgaste mecánico
provocado en el acarreo, el transporte fluvial
probablemente represente un inconveniente para la Figura 2. Mujeres preparando chicha (Vignale de
conservación del material pumíceo. Las arcillas, Ardissone 1943).
entonces, podrían ser los contenedores naturales
para estos materiales, y por ende, una vía directa ¿Qué pasó con las prácticas locales? ¿Qué pasó
no intencionada para su incorporación en las con el paisaje social tardío durante el momento de
pastas. En este sentido, el relevamiento realizado expansión Incaico?
por Cremonte (1996) en la quebrada de La
Ciénaga –próximo a nuestra área de estudio-, En este trabajo nos propusimos empezar a pensar
permitió identificar vidrio volcánico en el el Valle del Segundo Milenio como un proceso
contenido de algunas arcillas muestreadas. social, más que como recortes cronológicos, o
como tipos cerámicos. Las sociedades de
momentos tardíos del valle re-produjeron sus
Práctica Material e Historia Social. El Valle de prácticasii, siguieron haciendo cerámica de la
Tafí. forma que conocían o decidieron cambiarla, pero
siguieron presentes en un contexto social y
En estas líneas intentamos pensar el valle de Tafí político probablemente de cambio. La integración
como un espacio social, con una cotidianeidad del Valle a las políticas estatales no supuso que las
fundada en la práctica, con “gente” haciendo prácticas alfareras locales desaparecieran, por el
cerámica y con cerámica participando de un contrario, se recrearon conforme al devenir de las
conjunto de relaciones, las mismas que estructuran relaciones sociales que estructuraron la
la práctica. cotidianeidad del paisaje vallisto durante esta parte
Pretendimos caracterizar a la cerámica más que de la historia.
como una roca sedimentaria metamorfizada, más
que como un objeto económico y más que como Agradecimientos
un marcador étnico. Pretendimos darle cierto
protagonismo en la configuración de las relaciones
del día a día y pensarla –en los términos de
ii
Reproducción en su sentido de continuidad o
transformación.

82
A las personas que de una u otra manera Cremonte, B. 1991. Caracterizaciones
colaboraron con la investigación que enmarca este composicionales de pastas cerámicas de los sitios
trabajo. A las evaluadoras del artículo, por sus Potrero-Chaquiago e Ingenio del Arenal Médanos.
valiosos comentarios. Shincal 3, Tomo I: 33 – 47.

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Tinajas, Ollas y Yuros: Producción de Alfarería durante el Período Tardío (ca. AD
900 – AD 1200) en Watungasta (Dpto. Tinogasta, Catamarca, Argentina)

Guillermo A. De La Fuente

“Lo que resalta en los momentos de ver los objetos de arcilla cocidos es que los indios, especialmente en Watungasta, El Puesto y
Fiambalá, eran excelentes alfareros, los de los primeros lugares más hábiles y los de Fiambalá con más fantasía. Corresponde la
belleza de la cerámica al pueblo que sabía construir fortalezas como la Troya, y una vez que se hagan grandes colecciones de
Tinogasta, para poder comparar unos objetos con los otros, así como los grabados y signos entre sí, entonces recién ha de darse el
valor verdadero que la cerámica tenía entre los indios, porque hay un simbolismo en todos los dibujos de las tinajas, y no parece
sino probarlo la repetición del mismo dibujo en objetos de su clase, como en yuros, ollas ó tinajas”
(Adán Quiroga 1896: 514).

Introducción 1984, 1993; Vandiver 1988; Costin 1991; Arnold


2000).
Hacia fines del siglo XIX, Adán Quiroga estaba El registro arqueológico de la producción
fascinado por la alfarería encontrada en el sector cerámica generalmente posee aspectos
medio del valle de Abaucán (Dpto. Tinogasta, multidimensionales que pueden ser explorados a
Catamarca), como lo demuestra la cita textual que diferentes escalas de resolución informativa y de
abre este trabajo. Esta fascinación con las “tejas” este modo las interpretaciones sobre la conducta
de Batungasta –o Watungasta- ha sido reflejada en humana en el pasado basadas sobre datos
casi la mayoría de los trabajos arqueológicos que composicionales (sean éstos mineralógicos o
desde fines del siglo XIX se llevaron a cabo en químicos) están lejos de ser interpretaciones
diferentes sectores del valle de Abaucán (Lafone simples sobre las pastas cerámicas y no pueden
Quevedo 1892; Lange 1892; Quiroga 1896; descansar solamente sobre comparaciones directas
Gómez 1953; González y Sempé 1975; Dreidemie entre los datos químicos o mineralógicos
1951, 1953; Sempé 1973, 1976, 1977, 1980; obtenidos de las pastas cerámicas y aquellos
Weisser 1925). procedentes del análisis de las materias primas o
sus contextos geológicos (Arnold 2000, 2005).
El estudio de la organización de la producción
cerámica en contextos arqueológicos ha sido Como ha sido señalado por Arnold (2005), el
abordado por un número importante de vínculo entre los análisis composicionales de
investigadores a través del tiempo en donde se han alfarería (mineralógicos y químicos) y las materias
materializado diferentes aproximaciones (van der primas (arcillas y antiplásticos) constituyentes es
Leeuw 1977, 1984; Arnold 1971, 1975, 1985, conductualmente complejo y es el resultado de
1991, 1993, 1994, 2000, 2005; Rice 1981, 1984, numerosas variables tanto naturales como
1987, 1989, 1991; Peacock 1982; Hagstrum 1985; culturales. En primer lugar, la composición de la
Vandiver 1988; Bishop y Neff 1989; Costil 1991; alfarería es afectada por las elecciones de las
Gosselain 1992, 1999, 2000; Blackman et al. materias primas realizadas por los alfareros que
1995; Costin y Hagstrum 1995; Gosselain y involucran, en un sentido general, las nociones o
Livingstone-Smith 2005). Aunque estas conceptos cognitivos sobre su apropiabilidad
aproximaciones no han sido siempre excluyentes (Arnold 1971, 1975), disponibilidad natural
en sus enfoques teóricos y metodológicos han (Gosselain 1992, 1999, 2000), factores religiosos,
permitido explorar y evaluar aspectos o temáticas creencias culturales sobre los lugares más
diferentes de la organización y escala de la adecuados para extraerlas (Arnold 1971, 1993;
producción cerámica en diferentes contextos Sillar 1988, 1999, 2000) y los factores
geográficos y culturales, etnoarqueológicos y tecnológicos que afectan o intervienen en las
arqueológicos (Rice 1981, 1991; van der Leeuw características de performance en el mezclado de

87
la pasta, el modelado de las vasijas, el posterior como Pierre Lemmonier en su “antropología de la
secado al sol y finalmente la cocción (Arnold tecnología” (Lemmonier 1986, 1992). Dentro de
2005). En segundo lugar, los alfareros pueden –y esta línea de trabajo, un segundo y más ambicioso
de hecho lo hacen- mezclar arcillas procedentes de objetivo de este trabajo es aproximarnos a la
diferentes depósitos para manufacturar cerámica definición de los comportamientos técnicos
(Gosselain 1999; Gosselain y Livingstone-Smith empleados por los alfareros en el pasado con la
2005) y en algunos casos la arcilla puede ser idea de poder desarrollar algunas ideas sobre lo
mezclada con antiplásticos que alteren las que se ha denominado “identidad técnica”
propiedades físicas durante los procesos de (Gosselain 1992, 1999; ver también Leroi-
modelado, secado y posterior cocción de las pastas Gourhan (1964, 1965) y Lemmonier (1992),
cerámicas (Arnold 2005). Por último, en concepto derivado de la corriente de la “tecnología
situaciones de desarrollo tecnológico más cultural” o la “etnología de las técnicas” (Leroi-
complejas, los alfareros pueden modificar las Gourhan 1964, 1965).
arcillas originales en una etapa previa a la de
modelado de la forma base de la vasija cerámica,
utilizando técnicas como la levigación, la
molienda y el tamizado del material arcilloso con
el cual se conformará el cuerpo arcilloso (Arnold
2005; ver también Gosselain y Livingstone-Smith
2005 para ejemplos en donde se utilizan diferentes
tipos de antiplástico para el modelado de una sola
vasija). El reconocimiento de la existencia de estas
situaciones en el pasado implica comprender que
el proceso de manufactura cerámica en una
sociedad específica es muy complejo e
inequívocamente estará intersectado por un
número de variables naturales y culturales que
afectarán tanto al producto final, la vasija
cerámica, como a las características propias de la
organización de la producción cerámica (Arnold
2000, 2005; Gosselain 1992, 1999; Sillar 1999).

Las investigaciones etnoarqueológicas realizadas


en sociedades alfareras no occidentales permiten
abordar el estudio de estas variables naturales y
culturales con el objetivo de entender cual es el rol Figura 1. Primer plano del sitio arqueológico
que juegan cada una de estas variables en el Watungasta, realizado a fines del siglo XIX por el
proceso organizativo de la producción cerámica, y Ing. Gunardo Lange (tomado de Lange 1891).
en última instancia generar modelos explicativos
que sean pasibles de aplicarse, aunque sea En la primer parte de este trabajo se presenta en
parcialmente, a contextos arqueológicos (Arnold detalle las principales características de la
1971, 1975, 1985, 1991, 1992, 2000, 2005; organización de la producción de alfarería durante
Arnold, P. 1991; Gosselain 1992, 1999; Costin y el Período Tardío en Batungasta (Figura 1),
Hagstrum 1995; Gosselain y Livingstone-Smith haciendo énfasis en los aspectos materiales,
2005). básicamente tecnológicos, producto del proceso de
elaboración de alfarería, conformando lo que
En el presente trabajo nos proponemos abordar el denominamos el registro arqueológico de la
estudio de las “prácticas alfareras” desarrolladas producción de alfarería. En la segunda sección de
por los alfareros del Período Tardío (ca. AD 900 – este trabajo se discuten las ideas acerca de la
AD 1200) en el sector medio del valle de Abaucán identidad y tradición técnica en la producción de
(Dpto. Tinogasta, Catamarca), más alfarería en Batungasta y de cómo se pueden
específicamente en el sitio arqueológico de entender estos conceptos en perspectiva
Batungasta, a partir de la identificación de las arqueológica. Finalmente, nos proponemos
“elecciones tecnológicas” involucradas en la generar y discutir un acercamiento arqueológico a
manufactura de cerámica. Un concepto teórico que la definición de una “tradición alfarera” que nos
creemos clave para entender estas elecciones permita entender uno de los aspectos más
tecnológicas es aquel de chaîne opératoire (o importantes del desarrollo artesanal prehispánico
cadena operativa) desarrollado originalmente por para el Período Tardío en el valle de Abaucán
André Leroi-Gourhan (Leroi-Gourhan 1943, 1945, (Dpto. Tinogasta, Catamarca) a través de la
1964, 1965) y reelaborado por autores franceses resignificación de las prácticas alfareras como

88
parte integrante y activa de las prácticas sociales arqueológicas (N=93) permitieron visualizar la
dentro de una sociedad, por la cual ésta construye presencia de las formas cerámicas más conspicuas
su identidad social. (Pucos, Ollas Globulares y Urnas Funerarias)
(Figuras 2, 3 y 4) presentes en el sector medio del
valle de Abaucán para el Período Tardío (De La
Características Organizativas de la Producción Fuente 2007).
Cerámica en Batungasta
5) la identificación de estas formas cerámicas ha
El estudio integral de una muestra cerámica posibilitado la construcción de una tipología
extensa procedente de contextos de recolección cerámica tentativa y preliminar para el Período
superficial en Batungasta y sus alrededores Tardío en el sector medio del valle de Abaucán,
(N=15.937) complementada con una muestra de caracterizada por la presencia de las formas Pucos,
piezas cerámicas procedentes de diferentes Ollas Globulares y Urnas Funerarias: (a) dentro de
colecciones arqueológicas (N=93) y material la forma puco, los pucos Sanagasta y Abaucán son
cerámico fragmentado procedente de sondeos en los más típicos, aunque se registraron también
el ejido urbano de Batungasta, ha permitido pucos asignados a la cultura Belén, (b) las ollas
abordar desde diferentes enfoques analíticos el globulares más recurrentes son aquellas asignadas
estudio de la organización y la escala de la a lo Sanagasta (decoradas y no decoradas), y (c)
producción cerámica desarrollada en el sector las urnas funerarias presentan la mayor
medio del valle de Abaucán para el lapso temporal variabilidad a nivel de formas, tamaños y de
comprendido por el Período Agroalfarero Tardío decoración, siendo las Urnas Sanagasta las más
(ca. AD 900 – AD 1200). comunes (ver Boman 1927-1932), seguidas por las
Los resultados obtenidos en esta investigación Urnas Sanagasta no decoradas con bases cónicas y
permiten aproximarse a la definición de las las Urnas Abaucán de grandes dimensiones (De La
principales características de la producción Fuente 2007) (Figura 2).
cerámica en Batungasta:
6) la presencia de un alto grado de estandarización
1) la existencia de 47 estructuras de combustión – dimensional en la producción de algunas formas
hornos de cerámica- registradas tanto al norte cerámicas (Urnas Funerarias no decoradas, Urnas
como al sur de la instalación de Batungasta hacen de enterratorios de párvulos y Pucos),
que sea defendible la idea propuesta por Ratto pertenecientes al Período Tardío, identificado en la
(Ratto et al. 2002) de que Batungasta funcionó en muestra de vasijas completas analizada nos hace
el pasado como un “centro manufacturero y pensar en la existencia de “categorías culturales”
emisor de bienes cerámicos” (Caletti 2005; Feely muy cohesionadas y profundamente enraizadas de
2003). cómo hacer las cosas y en este sentido nos
permiten hablar de la presencia de percepciones
2) la identificación y registro de altas tasas de locales ´representaciones sociales´ bien
material cerámico fragmentado de descarte establecidas en el ámbito de la producción de
(sobrecocido) y su correlación espacial con las alfarería (De La Fuente 2007; Lemmonier 1992;
estructuras de combustión refuerzan la idea de una Sillar 1999: 2), quizás fuertemente vinculadas a
producción cerámica intensiva a través del tiempo aspectos identitarios, cosmogónicos y de
(De La Fuente 2007; ver también Feely 2003). reproducción social para este Período (De La
Fuente 2007; Gosselain 1999).
3) el estudio de las características morfológicas y
estilísticas de la muestra cerámica permite afirmar 7) los estudios de tecnología cerámica por
que la producción cerámica estuvo intensificada microscopia binocular a bajos aumentos -20X-
para momentos del Período Tardío (especialmente 40X- (N=959) y petrología cerámica en altos
para que lo que se ha definido tradicionalmente en aumentos -40X-100X- (N=125), permiten
la literatura arqueológica como culturas Sanagasta, observar la existencia de variabilidad tecnológica
Abaucán y Belén) (De La Fuente 2007), aunque a través del tiempo, fuertemente marcada por una
los resultados de los análisis distribucionales utilización de materias primas locales (materiales
obtenidos por Feely (Feely 2003) hacen pensar félsicos -diferentes variedades de inclusiones de
que esta producción habría comenzado en etapas cuarzos y feldespatos-, micas, biotitas, fragmentos
formativas más tempranas (Período Temprano). de rocas ígneas plutónicas y volcánicas –
vulcanitas y andesitas- y minerales accesorios –
4) el análisis morfológico de la muestra superficial anfíboles y piroxenos) asociada a una
(N=15.937), los estudios de remontaje de piezas homogeneidad y uniformidad en la elaboración de
cerámicas identificadas en el material fragmentado las pastas cerámicas que nos permite defender la
(N=148) y su comparación con las piezas idea de un alto grado de “estandarización” en la
cerámicas procedentes de diferentes colecciones elaboración de las pastas cerámicas; las

89
Figura 2. Formas cerámicas más conspícuas en Batungasta: pucos Sanagasta, urnas Sanagasta de entierro
de párvulos, urnas Sanagasta no decoradas con base cónica.

diferencias tecnológicas observadas se vuelven funerarias, etc.) los alfareros antiguos de


significativas hacia momentos del Período Tardío Batungasta utilizaron un repertorio reducido y
en donde se ha registrado la presencia casi muy claro de técnicas, siendo aquella del
exclusiva de la incorporación de antiplástico de “chorizeado” o “rodeteado” la técnica de
origen cultural -“tiestos molidos”- en la manufactura primaría más común para el
elaboración de las pastas cerámicas para todas las levantado de las piezas (Figura 5), seguida por el
formas cerámicas analizadas (De La Fuente 1999, “estiramiento de pasta” para formatizar los
2007), y los porcentajes más altos registrados para sectores superiores de las bases y la utilización de
la utilización de “vidrio volcánico” (ver también algún tipo de molde no convencional para lograr
De La Fuente (2004) para resultados similares las bases cóncavas de las piezas de mayor tamaño
observados en cerámicas incaicas procedentes del como por ej. las urnas y ollas globulares;
sitio inca San Francisco, región de Chaschuil) sorprendentemente, en algunas piezas cerámicas
del Período Temprano se identificó
8) los estudios de las principales técnicas de microscópicamente la utilización de la técnica
manufactura cerámica primarias y secundarias primaria de manufactura por “planchas”, no
abordadas a través de diferentes niveles de mencionada anteriormente para ningún tipo de
resolución (macroscópicos y microscópicos – alfarería de este Período del Noroeste Argentino
radiografías industriales y petrología cerámica-), (De La Fuente 2007). En relación a las técnicas de
permiten afirmar que en la manufactura de las manufactura secundarias la única que pudo ser
vasijas cerámicas (pucos, ollas globulares, urnas fehacientemente identificada fue el “alisado” tanto

90
en las superficies externas como internas de los nucleados”) reflejada en el registro arqueológico
diferentes tipos de vasijas cerámicas. Para la en una “alta estandarización” de las pastas
forma Puco, se pudo identificar en algunas vasijas cerámicas para épocas Formativas e Incaicas
la existencia de atributos físicos compatibles con (Arnold 2000).
la aplicación de la técnica de “paleteado”, una
técnica de manufactura secundaria en la que
generalmente es difícil de identificar en las vasijas Identidad y Tradición Técnica Alfarera en
terminadas, dado que recurrentemente sus rasgos y Watungasta: entendiendo el comportamiento
atributos físicos se encuentran obliterados por el técnico
“alisado” y “pulido” final que se aplica en el
acabado de este tipo de piezas (De La Fuente En sus trabajos etnoarqueológicos realizados
2007). durante casi cuatro décadas, Arnold (1971, 1975,
1985, 1991, 1993, 2000, 2005) ha propuesto y
9) los resultados de los análisis de procedencia desarrollado varios conceptos para tratar de
(A.A.N.I.) realizados sobre una muestra de identificar y explicar las causas de la variabilidad
material cerámico fragmentado (N=127) en la composición de las pastas cerámicas, la
perteneciente básicamente al Período Tardío e forma en que esta variabilidad se relaciona con el
Inca indican claramente que para momentos del comportamiento de los alfareros y su rol dentro de
Período Tardío e Inca los artefactos cerámicos la organización de la producción cerámica en las
están siendo manufacturados localmente en los diferentes comunidades estudiadas. Uno de los
alrededores del sitio arqueológico de Batungasta, conceptos más apropiados desarrollado y aplicado
utilizando materias primas locales (depósitos en diferentes situaciones por él observadas es el de
arcillosos) cuya “fuente” está localizada en el área “comunidad de alfareros” (Arnold 2000, 2005). La
–o cuenca- media del río La Troya (De La Fuente noción de “comunidad de alfareros” se refiere a la
2007; Arnold 2005), con un fuerte énfasis en la unidad social de producción en la cual sus
reutilización del alfar de La Troya a través del miembros interactúan entre ellos más
tiempo desde épocas Formativas tempranas hasta frecuentemente que lo que lo hacen con miembros
momentos Incaicos (Ratto et al. 2002a, 2002b, de otras comunidades, y de este modo cada
2004, 2006). comunidad se aprovisiona de las materias primas
cerámicas dentro de lo que Arnold ha denominado
Los resultados obtenidos en esta investigación nos el modelo de las “distancias umbrales” (Arnold
permiten avanzar en algunas ideas relativas a la 1985, 1991, 1993) –ver los trabajos de Gosselain
organización de la producción cerámica en (1999, 2000) y Gosselain y Livingstone-Smith
Batungasta. El análisis del registro arqueológico 2005) para una interpretación diferente- y tiende a
de la producción cerámica en Batungasta para categorizar, definir y utilizar las materias primas
momentos del Período Tardío (ca. AD 900 – AD cerámicas en una forma unívoca (Arnold 2005).
1200) e Inca (ca. AD 1480 – AD 1532) indica que
la producción cerámica en el valle de Abaucán Esta noción de “comunidad de alfareros” no solo
estuvo altamente concentrada (Costin 1991) a está restringida al aprovisionamiento y utilización
través del tiempo en su sector medio (Batungasta y de las materias primas cerámicas, sino que los
alrededores) con características propias que alfareros a causa de la interacción social en una
implican una producción intensiva de vasijas comunidad también comparten una “estructura de
cerámicas (ver también Feely 2003) y un patrón toma de decisión” común con respecto a las demás
distribucional o de intercambio que refleja un alto etapas del proceso tecnológico en la manufactura
grado de movilidad espacial de los artefactos, que de las vasijas cerámicas (estructuras de diseños,
no se limitó solamente al valle de Abaucán, sino formas, funcionalidad de las vasijas, etc.) (Arnold
que alcanzó la región puneña de Chaschuil (Plá y 1975, 1985, 1993), generando de este modo una
Ratto 2003, 2007; Ratto et al. 2002a, 2002b, 2004, mayor cohesión y un bajo nivel de variabilidad en
2006; Orgaz et al. 2006) y probablemente hasta la la producción de alfarería dentro de la misma
región de Antofagasta de la Sierra (Ratto et al. comunidad (Arnold 1993: 140-187, 2000, 2005).
2006).
Sin embargo, reconsiderando los datos
Por otro lado, se puede defender la idea de que en etnográficos recolectados por él desde 1965,
el sitio de Batungasta existió una alta Arnold ha observado que los comportamiento
especialización funcional relacionada con la pertenecientes a las etapas de la selección de
producción cerámica a una escala supra-doméstica materias primas y la preparación de las pastas
de diferentes formas de vasijas y la utilización de cerámicas son altamente variables, más bien
recursos (materias primas cerámicas) a través del inestables, y ampliamente gobernados por un
tiempo (Rice 1991; ver también Peacock (1982) número de factores tales como la geología del
para una discusión sobre la categoría de “talleres ambiente circundante a las comunidades, las

91
Figura 3. Bordes de pucos, urnas y ollas
Abaucán, Período Tardío. Figura 4. Vistas de vasijas reconstruidas a
partir de los trabajos de remontaje (Urnas).
.

percepciones individuales de las materias primas, diferentes animales (cabra, oveja y llama) como
los patrones de asentamiento y la tenencia de la combustible para la etapa de cocción de la
tierra, los preceptos religiosos, el uso esperado de alfarería, visualizando no solo las propiedades
las vasijas y las técnicas utilizadas e involucradas físicas del estiércol como combustible, sino las
en las restantes etapas del proceso de manufactura “elecciones técnicas” involucradas en la selección
(Arnold 2005). del mismo por parte de los alfareros andinos –
chaîne opératoire- y su relación e inter-
A través de un enfoque similar, Sillar (1999, 2000) dependencia con prácticas sociales (su
ha observado formas bien definidas en el proceso significancia social y ritual), económicas y
de producción de alfarería en diferentes técnicas más amplias dentro de la sociedad,
comunidades de los Andes Centro-Sur (Perú y dilucidando de esta forma como la tecnología es
Bolivia), en donde la producción de alfarería en socialmente definida y reproducida en una
esta área es sorprendentemente consistente tanto situación de espacio-tiempo específica (Sillar
en términos de las técnicas utilizadas como en la 1999: 3-5). De este modo, las “elecciones
organización de la producción (tradiciones técnicas” realizadas por los alfareros durante las
locales). Su aproximación es relativamente diferentes etapas del proceso de producción de
diferente a la de Arnold, y él ha enfatizado su alfarería son visualizadas como “elecciones
estudio en el entendimiento de las “elecciones culturales”, en donde una tradición tecnológica es
técnicas” (Lemmonier 1992, 1993; van der Leeuw reproducida cotidianamente a través de la
1993) realizadas por los alfareros en las diferentes repetición de un rango amplio de “actos técnicos”
etapas del proceso de producción de alfarería y su y parcialmente mantenida a través del tiempo y
importancia vital en la reproducción social de las espacio a causa de la forma en que las tecnologías
comunidades alfareras (Sillar 1988, 1999, 2000). específicas están embebidas dentro de prácticas
Una de las áreas investigadas por Sillar (1999) en sociales y técnicas mucho más abarcativas dentro
los Andes ha sido la utilización del estiércol de

92
Figura 5. Técnicas de manufactura primaria: (a) y (b) puco Sanagasta, rodeteado, (c) urna Abaucán,
rodeteado en la sección media de la urna, (d) urna Abaucán levantada en tres secciones diferentes por la
técnica de rodeteado, (e) estiramiento de pasta en sector superior de base, urna Sanagasta, y (d) grandes
rodetes visibles en urna Sanagasta no decorada.

93
de la vida social de estas comunidades (Sillar concepciones locales de los limitantes técnicos y
1999; Lemmonier 1993). funcionales, en las relaciones con otras actividades
diferentes a la producción de alfarería y en el
Gosselain (1999) y Gosselain y Livingstone-Smith significado simbólico de los materiales y
(2005) han ido aún más allá en su exploración de comportamientos particulares. De esta forma,
los mecanismos –estrategias técnicas- de selección Gosselain y Livingstone-Smith (2005: 67-68)
y procesamiento de materias primas cerámicas en plantean: …”que los alfareros no actúan
su estudio intercultural llevado a cabo en el Africa aleatoriamente, sino que navegan a través de un
sub-sahariana con más de 1000 alfareros en canal estrecho de prácticas definidas y
diferentes países. Su enfoque ha radicado en compartidas culturalmente.”;…”y que lo que
entender el “comportamiento técnico” de los constituyen tradiciones puede se considerado
alfareros en una forma más dinámica y realista, a como definiciones locales de «lo que es posible» y
través del estudio de los aspectos sociales más lo «que no es posible» dentro de un contexto
amplios que gobiernan esta actividad artesanal. específico, en donde tales definiciones (o
Una de las conclusiones más importantes a las que «reglas») están embebidas en los individuos a
Gosselain y Livingstone-Smith (2005) han través de la práctica, tácitamente compartida y,
arribado es que los patrones actuales de selección más frecuentemente, no explícita.”
y procesamiento de las materias primas cerámicas
no dependen ni están determinados por la Las tradiciones son entendidas, entonces, no como
distancia geográfica a las fuentes, los derechos de meros actos técnicos, sino como prácticas
propiedad de la tierra, ni por cuestiones culturalmente definidas que son puestas en juego
relacionadas a la funcionalidad esperada de las y transmitidas tanto vertical como horizontalmente
vasijas a modelar, sino que la forma en que las dentro de comunidades con límites sociales muy
prácticas alfareras se configuran una y otra vez en marcados, dentro de “comunidades de práctica”
el tiempo y el espacio responde a otras (Gosselain y Livingstone-Smith 2005; Wenger
consideraciones: (1) la percepción individual de 1998; Barley 1994).
los lugares adecuados para extraer la arcilla, (2)
los criterios que permiten al alfarero localizar los Mas aún, Barley (1984) ha planteado que partes
bancos de arcilla, (3) los tipos de actividad durante del proceso técnico sirven como una “metáfora”
la cual un nuevo depósito de arcilla puede ser para explicar aspectos de la experiencia humana y
descubierto (trabajo agrícola, tareas domésticas, estructurar una serie de ritos sociales: …”la
reparación de casas, etc.), (4) las concepciones alfarería como proceso involucra un número de
personales de lo que es una arcilla “apropiada” cambios. Este proceso toma la materia amorfa y
para modelar vasijas cerámicas (y su comparación la formatiza. La transforma a través de la
por ej. con las prácticas de procesamiento de operación de calentamiento, de lo húmedo a lo
alimentos), (5) el estatus socio-económico de la seco, de lo blando a lo duro, de lo crudo a lo
actividad artesanal (alfarero/a) y (6) las creencias cocido, de lo natural a lo cultural, de lo impuro a
y prácticas religiosas (rituales, prohibiciones, lo puro. Una vasija rota puede ser nuevamente
sacrificios). En otras palabras, las estrategias de molida e incorporada dentro de nuevas vasijas
selección y procesamiento de las arcillas para la para mostrar la reversibilidad del tiempo. Las
manufactura de cerámica involucran una serie de vasijas se prestan asimismas a la fractura abrupta
“habilidades” y “representaciones” que caen para marcar aislamiento, destrucción”….. “Ellas
dentro de los campos económicos y técnicos, así son sobre todas las cosas vasijas y por lo tanto
como también dentro de aquellos sociales y pueden ser usadas para referirse las cavidades del
simbólicos (Gosselain y Livingstone-Smith 2005). cuerpo. Ellas se prestan rápidamente a la
discusión del espíritu, la concepción y la esencia”
De este modo, para Gosselain y Livingstone- (Barley 1984: 99). La chaîne opératoire –cadena
Smith (2005) existen cuatro aspectos que juegan operativa- de este modo ofrece una herramienta
un rol muy importante para tratar de entender la útil para explicar los procesos naturales y para
lógica subyacente detrás de estas prácticas locales estructurar aquellos procesos culturales. Esto es lo
y representaciones: la tradición, los limitantes que Barley llama el “modelo alfarero”: …”una de
tecno-funcionales, las relaciones con otros ámbitos las numerosas formas disponibles para una
de actividad social y las concepciones simbólicas. cultura para pensar sobre si misma”…(Barley
La selección de las “recetas apropiadas”, dentro de 1994: 138). Teniendo en cuenta todas las
un rango muy amplio de técnicas de instancias en donde la alfarería está involucrada en
procesamiento adecuadas y disponibles para el una sociedad o donde se hace una referencia
alfarero, está basada en el conocimiento específico explítica a su chaîne opératoire, se vuelve claro
y general perteneciente a la forma en que los que su común denominador es la transformación:
individuos se sitúan asimísmos en el tiempo y en transformación fisiológica (concepción, gestación,
el espacio (noción de “tradición”), en las aparición del primer diente, madurez sexual,

94
menstruación, menopausia, muerte), en el sitio de Batungasta y alrededores. Esta
transformación cultural (ritos de nacimiento, producción de cerámica se intensificó hacia el
iniciación, matrimonios, funerales, Período Tardío alcanzando una escala que fue
ancestralización) y transformación mítica (la mucho más allá de la esfera doméstica abarcando
creación de los humanos) (Gosselain 1999: 214). no solo el valle de Abaucán sino también la región
Esto muestra que los productos de arcilla (las puneña de Chaschuil y probablemente algunos
vasijas) o partes del proceso de manufactura sectores puneños de Antofagasta de la Sierra
pueden servir como un instrumento o un modelo (Ratto et al. 2002a, 2002b, 2004, 2006).
en el curso de las transformaciones culturales o
aún como una metáfora para explicar ciertas La intensificación de la producción de alfarería en
transformaciones fisiológicas o míticas en la vida el Período Tardío (ca. AD 900 – AD 1200) llevó a
de los individuos (Gosselain 1999: 214). Batungasta al nivel de un “centro de manufactura”
cerámica bien establecido en talleres (Orgaz et al.
Es casi imposible hablar de “tradición” sin caer en 2006; Ratto et al. 2002a, 2002b, 2004, 2006;
el esquema normativista histórico-cultural que Caletti 2005) y con un alto grado de
conlleva el término en las interpretaciones especialización funcional así como también en la
arqueológicas. Creemos, como mencionamos utilización de los recursos –materias primas
anteriormente, que las tradiciones pueden ser cerámicas- (Rice 1991). Como mencionamos
visualizadas como “prácticas culturalmente anteriormente, esta especialización artesanal en la
definidas” a través del tiempo dentro de producción de alfarería posee su correlato directo
comunidades con límites sociales muy marcados a nivel arqueológico en la aparición de altos
(Gosselain y Livingstone-Smith 2005). Esta grados de “estandarización” tanto a nivel
definición puede aplicarse para entender el morfológico y dimensional en la manufactura de
registro arqueológico de la producción cerámica las vasijas como en la elaboración de las pastas
del sitio de Batungasta y sus alrededores para cerámicas que caracterizan este período (Arnold
momentos del Período Tardío (ca. AD 900 – AD 2000).
1200) en el valle de Abaucán (Dpto. Tinogasta,
Catamarca), en donde podemos hablar de la Esta producción cerámica quizás fue nuevamente
existencia de una “tradición alfarera”, la cual intensificada y reorientada en tiempos de la
implicaría un conjunto de prácticas o ocupación Inca en el valle (Ratto et al. 2002;
comportamiento técnicos conservadores repetidos Orgaz et al. 2006) adecuando las necesidades de la
a través del tiempo por los alfareros - chaîne burocracia estatal durante la anexión de estos
opératoire-, que habría comenzado en épocas nuevos territorios y poblaciones (Orgaz et al.
Formativas muy tempranas, acentuándose en el 2006).
Período Tardío con las manifestaciones cerámicas
de lo que se ha denominado Cultura Sanagasta o La “tradición local de alfarería” en el sector
Sanagasta-Abaucán (Ratto el al. 2004; Caletti medio del valle de Abaucán, materializada en el
2005) y que involucraría las diferentes “elecciones registro arqueológico de la producción cerámica
técnicas” realizadas por los alfareros durante los estudiado, nos habla de una producción con
procesos de: (1) selección y preparación de las fuertes características locales y muy conservadora
materias primas cerámicas –arcillas y en relación a la estructuración de la chaîne
antiplásticos-, (2) modelado de las vasijas a través opératoire –cadena operativa-: (1) la utilización de
de las técnicas de manufactura primarias y las materias primas cerámicas –arcillas y
secundarias para lograr diferentes formas, (3) antiplásticos-, (2) la producción de formas
acabado y decoración de las vasijas y (4) cocción cerámicas muy conspicuas –la mayor parte de
de las vasijas en estructuras de combustión y a ellas relacionada con la concepción y ritos en
cielo abierto (Caletti 2005). torno a la muerte-, (3) la utilización de un
repertorio reducido de técnicas de manufactura –
primarias y secundarias-, (4) la decoración de las
Ríos de Arcilla: Producción Cerámica en vasijas y (5) la cocción de las mismas.
Watungasta
En relación a las formas y decoración de las
Considerando la información presentada en este vasijas si bien la mayoría pertenecen a momentos
trabajo, podemos plantear para Batungasta un del Período Tardío, Culturas Sanagasta y Abaucán
modelo de producción cerámica para el Periodo (González y Sempé 1975; Sempé 1977, 1980),
Tardío (ca. AD 900 – AD 1200) e Inca (ca. AD Ratto y colaboradores (Ratto et al. 2007) han
1480 – AD 1532) basado en la noción de la observado que existe un gran sincretismo con
“comunidad de alfareros” (Arnold 2005), en donde elementos decorativos asignados a la Cultura
la producción de alfarería en el valle de Abaucán Belén en la decoración de ciertas formas
(Dpto. Tinogasta, Catamarca) estuvo concentrada cerámicas procedentes de contextos funerarios

95
(ver también Alanis 1947). Por otro lado, la forma del cuerpo humano y su desarrollo a través
evidencia cerámica procedentes de los valles de la vida (Barley 1994). El proceso por el cual la
meridionales como San Blas de Los Sauces y arcilla se vuelve una vasija cerámica recrea y
Pituil (Provincia de La Rioja) muestra que existe refleja las transformaciones biológicas, físicas y
una relación muy fuerte entre la “tradición sociales por las que un individuo pasa a través de
alfarera” definida para el sector medio del valle toda su vida, desde su concepción hasta su muerte
de Abaucán (Dpto. Tinogasta, Pcia. de Catamarca) (Barley 1994; Gosselain 1999; Gosselain y
y las poblaciones que vivieron durante el Período Livingstone-Smith 2005).
Tardío en aquellos valles riojanos (Boman 1927-
1932). Platt en los Andes meridionales muestra como el
proceso de concepción, gestación y parto del ser
humano es homologado metafóricamente entre los
Vasijas Sagradas, Vasijas Domésticas: Macha al proceso de cocción de una vasija
entendiendo el rol de la alfarería en el Período cerámica (Platt 2002).
Tardío
Adicionalmente, las vasijas nos llevan
Podríamos caracterizar a las sociedades del rápidamente a un lenguaje interno/externo,
Período Tardío en el valle de Abaucán como contenedor/contenido, poseyendo un lugar
sociedades alfareras con un fuerte contenido particular dentro de la gramática de los objetos de
agrícolo-pastoril. Definir a éstas sociedades como las sociedades del Período Tardío (Barley 1994).
alfareras implica emprender una visión en la que La inclusión de un antiplástico de origen cultural
la alfarería, en tanto una de las ergologías con como el “tiesto molido” a las pastas cerámicas,
mayor presencia en todos los ámbitos de la básicamente en las vasijas Sanagasta (pucos y
sociedad, jugó un papel estructurador en la urnas) en muy bajos porcentajes no posee ninguna
organización económica, política, social y significancia funcional (De La Fuente 2007). Por
religiosa de las mismas. Podríamos pensar, el contrario, vemos la molienda y el agregado del
entonces, que la elaboración de alfarería en el tiesto molido como una elección tecnológica
pasado fue parte de la experiencia cotidiana relacionada con una práctica reproductiva social
compartida por los individuos en la sociedad. De mucho más amplia, probablemente asociada con
este modo, las vasijas cerámicas participaron en ritos, mitos y prohibiciones que gobernaron la vida
las diferentes visiones sociales del mundo. Cada de estas sociedades (Barley 1994; Sillar 1999,
vasija está íntimamente conectada con el medio 2000).
social y cultural donde fue creada, aunque algunas
veces las vasijas pueden tomar diferentes rumbos En los Andes meridionales, el proceso de hacer
y su destino puede variar drásticamente. Aún más, alfarería como un todo, puede ser visto como un
las vasijas cerámicas pueden moverse desde lo escenario que provee una experiencia concreta que
sagrado a lo profano en su participación dentro de pudo servir como un modelo para organizar otras
la vida social dentro de una sociedad, actividades de la vida en el pasado. En las
resignificando los nuevos contextos dentro de los sociedades alfareras, como aquellas del Período
cuales toman parte activa como objetos sociales. Tardío en Batungasta, el hacer alfarería fue una
forma válida para explicar el mundo en el pasado,
La visión estática del arqueólogo en la definición y más ampliamente fue un modelo utilizado para
de las categorías formales para estudiar los objetos entender las diferentes etapas en el ciclo de la vida
cerámicos presenta una barrera teórica más bien humana. La alfarería no solo participó en todas las
que metodológica para avanzar en la etapas de la vida humana sino que fue un ítem de
interpretación de los aspectos sociales e la cultura material asociado a todas las prácticas
identitarios en el pasado. Las urnas, los pucos y sociales en diferentes formas. Un ejemplo
las ollas se transmutan en el Período Tardío en el interesante en Andes meridionales es aquel
valle de Abaucán; mientras que las urnas descripto por Platt para los Macha del altiplano
funerarias nos hablan directamente del ritual de la boliviano, en el que la alfarería, en este caso los
muerte, los pucos, que usualmente refieren a tiestos, asociados a los chullpa ancestrales,
aspectos domésticos de la vida (e.g. servir comida) participan en las prácticas etno-obstétricas
aparecen también mezclados con las urnas resignificando el contexto particular del parto
funerarias en diversos contextos. durante la separación del recién nacido de su
Los pucos y las ollas son contenedores de líquidos madre (Platt 2002):…”Solo entonces se corta el
y sólidos, pero también de esencias espirituales a cordón (kururu) con un tiesto (k´analla), a veces
través de la transformación física de los alimentos. recogido del suelo fuera de la casa en ese
Las vasijas cerámicas poseen labios, bocas, instante. Los tiestos también se asocian con los
cuellos, hombros, pies, extremidades y fondos o restos arqueológicos del tiempo de los
bases, lo cual nos lleva directamente a pensar en la chullpa.”…”Se dice que el uso del tiesto

96
garantizará que el niño siempre tenga buena agradece el apoyo del CONICET a través de una
ropa; el uso de las tijeras o de una chuchilla Beca Doctoral Interna (2001-2005), a la Escuela
(gilette), que ahora se ha adoptado en algunas de Arqueología, Universidad Nacional de
familias, se critica por los tradicionalistas, Catamarca, y a la Comisión Fulbright a través de
quienes dicen que esto va a suponer ropa escasa y una Beca de Investigación (2008) por brindar los
andrajosa. Detrás de estas creencias yace un medios adecuados para la realización de este
cuento sobre el origen del tejido, que nos trabajo. Finalmente, el autor agradece a los
proporciona una clave importante para organizadores del IV TAAS por ofrecernos el
interpretar la conceptualización del parto en espacio para poder coordinar el simposio que dio
Macha. Dios, se dice, dijo al zorro que ordenase a origen a este trabajo. Las opiniones aquí vertidas
las mujeres sacar sus tejidos de las ollas, pero el así como también las omisiones son de exclusiva
zorro les dijo que fuesen a poner cuatro palos en responsabilidad del autor.
el suelo para tejer. El zorro es una figura
embaucadora, asociada con los orígenes de la
cultura. La idea de que los tejidos debieran
sacarse cocidos de las ollas ofrece una analogía Referencias
con la emergencia del feto hilado del vientre
caliente y húmedo de la madre.”…..”El uso del
tiesto, metonímicamente relacionado con las ollas Alanis, R. 1947. Material Arqueológico de la
de los chullpa, para cortar el cordón constituye, Civilización Diaguita. Museo Arqueológico
por lo tanto, una delimitación simbólica de la Regional “Inca Huasi”, La Rioja, Argentina.
frontera convergente entre los tejidos internos
(naturales) y externos (culturales) del cuerpo Arnold, D. E. 1971. Ethnomineralogy of Ticul,
humano. De ahí que propicie una abundancia de Yucatan Potters: etics and emics. American
buena ropa para el recién nacido.” (Platt 2002: Antiquity 36: 20-40.
141).
Arnold, D. E. 1975. Ceramic Ecology of the
De este modo, no debería sorprendernos que la Ayacucho Basin, Peru: Implications for
alfarería adopte configuraciones y patrones Prehistory. Current Anthropology 16: 183-205.
diferentes en el registro arqueológico de acuerdo a
su rol como producto social. El estudio de la Arnold, D. E. 1985. Ceramic Theory and Cultural
chaîne opératoire –cadena operativa- en las Process. Cambridge University Press. Cambridge.
sociedades alfareras es una herramienta poderosa a
nivel teórico y metodológico para aproximarse, en Arnold, D. E. 1991. Ethnoarchaeology and
diferentes formas, al estudio de aspectos tales Investigations of Ceramic Production and
como la identidad y el comportamiento técnico y Exchange: Can We Go Beyond Cautionary Tales?.
entender mucho mejor el rol de la alfarería en el En R. L. Bishop y F. W. Lange (eds.) The Legacy
pasado. of Anna Shepard, pp. 321-345. University Press of
Colorado, Boulder.

Agradecimientos Arnold, D. E. 1993. Ecology of Ceramic


Production in an Andean Community. Cambridge
Este trabajo fue presentado por primera vez en el University Press. Cambridge.
Simposio “La Cerámica Arqueológica en la
Materialización de la Sociedad. Arnold, D. E. 1994. La Tecnología Cerámica
Transformaciones, metáforas y reproducción Andina: Una Perspectiva Etnoarqueológica. En
social”, realizado durante la IV Reunión Izumi Shimada (ed.) Tecnología y Organización
Internacional de Teoría Arqueológica de la Producción Cerámica Prehispánica en los
Sudamericana, 3 al 7 de julio de 2007, Catamarca. Andes, pp. 477-499. Fondo Editorial, Pontificia
Diferentes versiones del mismo fueron Universidad Católica del Perú.
presentadas en otros ámbitos académicos durante
el año 2008. Una versión ampliada fue presentada Arnold, D. E. 2000. Does the Standardization of
en una conferencia realizada durante el mes de Ceramic Pastes Really Mean Specialization?.
noviembre de 2008 en el Departamento de Journal of Archaeological Method and Theory 7
Antropología de la Universidad de Missouri- (4): 333-375.
Columbia, la cual fue beneficiada por numerosas
críticas. El autor agradece las diferentes críticas y Arnold, D. E. 2005. Linking Society with the
opiniones vertidas por los asistentes a las Compositional Analyses of Pottery: A Model from
presentaciones del mismo y los comentarios Comparative Ethnography. En A. Livingstone-
ofrecidos por los evaluadores del trabajo. El autor Smith, D. Bosquet y R. Martineau (eds.) Pottery

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100
Las Prácticas Alfareras tras la Presencia Inkaica:
Un Análisis a partir de los Platos del Noroeste Argentino

Marco Antonio Giovannetti y María Cecilia Páez

Introducción procedencia peruana y aquellos del NOA. En este


sentido, se han hallado diferencias notables entre
Hasta hace algunos años el análisis de la dinámica ambas muestras que permiten avanzar en la
inkaica giraba en torno a la interpretación de las comprensión de la dinámica desarrollada a partir
intenciones cuzqueñas, considerando sólo de la puesta en juego de diferentes estrategias de
escasamente los complejos procesos sociales e producción y circulación de objetos cerámicos,
históricos que operaban en aquellas poblaciones tanto estatales como locales.
que se anexaron y que indudablemente
condicionaron la forma en que operó la política El aporte específico de este trabajo posee un doble
expansiva. enfoque. Por una parte revisaremos críticamente la
idoneidad de las categorías -con el concomitante
Desde una óptica alternativa, este estudio pretende marco conceptual que las sustenta- que han sido
considerar los diversos agentes que intervinieron utilizadas históricamente para el tratamiento de las
en la realidad histórica del Tawantinsuyu en el piezas cerámicas Inka, en este caso
Noroeste Argentino. Se parte de la idea de que la particularmente los platos. Por otra parte
forma de integración/asimilación de cada región intentaremos brindar un nuevo contexto
respecto de los intereses imperiales no se presenta explicativo para la articulación de estos objetos
como un panorama homogéneo, sino que por el dentro de la dinámica estatal en las provincias.
contrario, es el resultado del interjuego entre las Este marco explicativo se encuadrará en la praxis
intenciones estatales y las características y social donde reuniones y banquetes, espacios
dinámicas locales (González y Tarragó 2004, políticos de toma de decisiones, armonizan con
2005; Tarragó y González 2005; Williams 1999, objetos (en la forma de contenedores u otro tipo de
2002-2005; Williams y D´Altroy 1998). Esto parafernalia afín) en la reconfiguración de las
quedó reflejado en las distintas dimensiones de la relaciones sociales que definen el nuevo orden
vida material de las sociedades - el planeamiento social y político. Un orden determinado por una
urbano, la arquitectura, textiles, metales, la multiplicidad de actores de orígenes y rangos
cerámica -. De esta manera, lo que se observa en diversos.
el registro arqueológico no constituye solamente la
materialización de la ideología estatal, sino la
forma en que aquella tomó cuerpo en el seno de El Esencialismo en la Alfarería Inka
las poblaciones locales.
El tratamiento de los estilos cerámicos ha sido por
Partiendo de esta idea trabajamos a partir de una mucho tiempo el manantial de donde se ha
de las formas cerámicas más difundidas en el área extraído, para el NOA al menos, información
de dispersión estatal, los platos, comparando los clasificatoria de identidades socio políticas y
aspectos morfológicosi, en materiales de étnicas restringidas en períodos temporales.
Ciertas simplificaciones, producto de una noción
un tanto estática y monolítica de la relación
i
Sobre este mismo conjunto fueron relevados y
cultura material/identidad materializada, son
analizados tanto aspectos morfológicos como estilístico discutidas hoy justamente porque consolidan y
decorativos. Estos últimos han sido publicados sujetan rígidamente productos sociales materiales
recientemente y se remite al lector a éste para dar apoyo
a las interpretaciones desarrolladas en el presente
trabajo. Páez, M. C. y M. Giovannetti, “Intersecciones y en el Noroeste Argentino“, Arqueología Suramericana
Síntesis. Sincretismos en los platos del período inkaico Vol 4, Nº 2 (Bogotá, 2008), 169-190.

101
con entidades étnicas, homogeneizándolas en trabajos de los ´80 (Raffino 1981), en relación a
comportamientos estandarizados. Además se ha objetos cerámicos de estilos netamente locales
criticado la baja profundidad alcanzada en pero con pequeñas variaciones en su producción
explicaciones de los fenómenos de relaciones (si acaso las había) aunque con una distribución
sociales y el papel y status que los objetos, en este determinada por la dinámica social del
caso la cerámica, poseen en la dinámica socio Tawantinsuyu. Se la denominó Fase Inka y los
histórica. Estas críticas han sido puestas de tipos representativos serían Famabalasto negro
manifiesto sobre todo para los tipos culturales sobre rojo, Yocavil policromo, Santa María, Belén
propios del NOA como el Santamariano o el Belén III o Belén Inka y Yavi Chico Polícromo
(Quiroga 2004). (Calderari y Williams 1991).

Las referencias etnohistóricas quizás hayan A partir de estas clasificaciones, con las cuales
colaborado en los estudios inkaicos a presentar acordamos que son herramientas válidas para
panoramas donde las relaciones de poder y el construir información arqueológica, pretendemos
control centralizado de los productos estén discutir la situación de los platos inka, mejor
familiarizados con las explicaciones conocidos como “platos patos” o “platos
arqueológicas. También el conocimiento de los ornitomorfos”, en la literatura arqueológica. Los
fenómenos de movilización poblacional como platos han sido considerados las formas más
estrategia estatal, aún en el NOA (Lorandi 1983, típicas de cerámica inkaica (Berberían y Raffino
1991; Williams 1995), han posibilitado un 1991; Ruiz 1998) y han gozado de un status
acercamiento a concepciones donde los tipos diagnóstico sólo compartido con los aríbalos al
mixtos (expresiones con manifestaciones momento de analizar la problemática en las
estilísticas locales en conjunción con provincias del Tawantinsuyu (Bray 2004). Sólo en
manifestaciones incaicas) en la producción contadas ocasiones y con escasas descripciones y
iconográfica cerámica hayan sido destacados y análisis específicos se han considerado por fuera
tipologizados. Ya los tipos Inka pacajes, Casa de la clasificación ya clásica de Rowe de la
morada polícromo, Inka Viluco, Diáguita Inka y cerámica inkaica cuzqueña (Cuzco Polícromo,
Aconcagua Salmón (Raffino 1981) aparecieron Cuzco Buff (Ante), Cuzco Rojo sobre Blanco,
demostrando que el componente sincrético en la Cuzco Polícromo Figurativo, Qoripata Polícromo,
producción cerámica no era un fenómeno raro en Huatanay Polícromo y Urcosuyu Polícromo)
la dinámica del estado Inkaico en los Andes (Rowe 1944). Es común hallarlos, cuando carecen
Meridionales. Fueron incluso relacionados a un de decoración pintada, dentro del tipo Cuzco Buff
momento tardío de la ocupación inkaica (Raffino 1981). Sin embargo la mayor parte de los
remarcando el carácter impositivo de los Inkas autores coinciden en que la cerámica fabricada en
versus la “cultura receptora” que asimilaba los el Cusco e importada al NOA es atípica
diseños estatales como forma de sometimiento e predominando en los objetos de clara filiación
influencia imperial (Berberían y Raffino 1991). estilística inkaica el fenómeno de imitación de
formas y motivos que da sentido al tipo conocido
Calderari y Williams (1991), a partir de la como Inka provincial. La mayor parte de los
información que por décadas fue produciéndose platos del momento inka procedentes del NOA se
sobre la ocupación inkaica en el NOA, establecen han colocado en esta categoría asignándole el
una clasificación más ordenada de los tipos supuesto de reproducción o copia fiel de los platos
cerámicos más comunes en la región sureña del producidos y utilizados en los Andes Centrales
imperio. Es así que el Inka Imperial (Williams 1995). Los análisis comparativos que
correspondería a las piezas importadas desde el mostraremos a continuación nos llevaron a
Cuzco en los diferentes estilos dados por Rowe formular otro tipo de explicaciones que superarían
(Rowe 1944). El Inka Provincial circunscribiría a esta noción de cerámica local imitando la imperial.
las piezas que imitan en mayor o menor grado a
las cuzqueñas en iconografía, morfología y
estructura del diseño aunque difiriendo Platos Inka
notablemente en su producción. Luego,
nuevamente se jerarquiza en importancia un tipo Esta forma alfarera constituye una de las más
que pretende dar cuenta de la combinación de representadas a lo largo de los espacios vinculados
elementos cuzqueños con otro no cuzqueño. Es así al Inkario, tanto en territorio cuzqueño como en
que en el Inka Mixto se incluyen aquellas piezas las provincias (Bray 2004).
que combinan esto en los cuatro ejes del análisis Si bien se realizaron varias clasificaciones del
estilístico, es decir, morfología, producción y universo cerámico incaico (Bray 2003), en este
estructura del diseño e iconografía. Finalmente se trabajo utilizaremos el de Meyers (1975) por
reconoce en un tipo nuevo una idea que considerarlo el más claro y apropiado de acuerdo a
tímidamente venía siendo destacada en los los fines propuestos. Este esquema clasificatorio

102
fue realizado a partir de la revisión de la colección Aspectos Metodológicos
cerámica de Saqsaywaman. En él se describe la
forma 13 (Figura 1) como shallow plate (plato de Los objetivos propuestos se abordaron a partir del
poca profundidad). trabajo con variables básicamente morfológicas -
Los platos constituyen formas planas de bordes reforzadas aquí por algunos datos decorativos
levemente levantados, y superficies pulidas, aunque en realidad han sido objeto de otro trabajo
pintadas y/o engobadas que manifiestan una gran específico (Páez y Giovannetti 2008) -, en piezas
variedad estilística, combinando elementos completas procedentes de museos del país y en
decorativos geométricos, zoomorfos y fitomorfos. material fragmentario recuperado de excavaciones
Poseen por lo general base plana y regularmente la sistemáticas. La ventaja de trabajar con las
superficie decorada es la interna con patrones de primeras está dada por la posibilidad de observar
bi y cuatripartición (Matos 1999). un mayor número de características para los dos
ejes de análisis propuestos que, a su vez, se
Existe una variedad morfológica en función de las pueden correlacionar aportando aún mayor
características de los apéndices adheridos: la más información. Sin embargo, uno de los mayores
común consiste en una cabeza zoomorfa que inconvenientes, que no está presente en la muestra
cumpliría la función de asa, y un par de fragmentaria, es la falta de datos contextuales en
protuberancias en posición opuesta que lo que se refiere a procedencias específicas.
asemejarían colas. Otra variedad muy representada Algunos de los especímenes trabajados ingresan a
son aquellos que presentan pares de los museos a partir de colecciones de particulares
protuberancias opuestas, adheridas al borde. obtenidas de diversas maneras, sin que se cuente
También se manifiestan con asas cinta en posición con registros concretos de los lugares ni
vertical u horizontal, aunque estas son las menos condiciones de recuperación más que referencias a
frecuentes (Meyers 1975). macroáreas, casi siempre a provincias (Tabla 1).
El análisis llevado a cabo se orientó a evaluar el
grado de homogenidad del conjunto cerámico en
función del eje morfológico. Para ello se
consideraron una serie de variables analíticas cuali
y cuantitativas en una muestra de 44 ejemplares
(n=44).

Características Morfológicas

Las variables morfológicas que consideramos nos


permitieron una primera aproximación empírica al
conjunto. Se relevó el diámetro de boca, la alturaii,
dimensiones y características de las bases,
espesores de pared, tipo de perfil de la pieza y tipo
Figura 1a. Plato Inka de poca profundidad de Perú. de borde, presencia / ausencia de asas y
Museo de La Plata, representativos del tipo con doble características de los apéndices. Sin embargo, por
pares de protuberancias opuestas. diferentes razones, no en todos los casos fue
posible completar el análisis con la totalidad de las
Funcionalmente se los relaciona al servido de variables para cada ejemplar. En estos se relevaron
alimentos sólidos, aspecto que se desprende de sus las características presentes dando como resultado
características morfológicas: el alto de la pieza y un N diferente dependiendo de la variable en
el bajo ángulo de las paredes (Bray 2003), así cuestión.
como del análisis de huellas de uso. Se observaron Uno de los inconvenientes que tuvimos fue que
desgastes y pérdidas de brillo en las superficies parte del material registrado se encontraba
externas de las bases y en la región basal interna incompleto, dificultando el registro, por ejemplo,
de la pieza, superficies brillantes y fracturas de variedades morfológicas en función de la
antiguas redondeadas en sectores del labio, y asociación entre asas y apéndices. De esta manera,
adhesión de sustancias en las paredes interna y sobre un n=39 obtuvimos:
externa (Vásquez 1994). Esto confirmaría los Variante 1: piezas con asa cinta oblicua y un par
datos etnohistóricos presentados por Cobo (1964 de apéndices caudales adheridos al borde en el
[1653]) como ya lo remarcara Bray (2003).
ii
Esta variable se tomó desde la base de la pieza hasta el
labio. No incluimos los apéndices porque nos interesaba
particularmente evaluar la variabilidad en la altura del
recipiente en sí.

103
extremo opuesto (23,1% de la muestra). En la consideramos pertinente definirlo como nueva
mayor parte de la muestra la inserción del asa es variante.
vertical, siendo horizontal en un único ejemplar. Las categorías mencionadas encuentran una
Variante 2: platos con dos pares de apéndices particular distribución dependiendo de los
caudales enfrentados, con forma de triángulos sin distintos contextos de procedencia. Por ejemplo,
punta, insertados horizontalmente (25%). La dentro del conjunto de piezas peruanas sólo se
separación entre cada apéndice integrante del par registra la variante 2 y 3, al igual que en el
no es homogénea (23,1%) (Figura 1). contexto del Llullaillaco. Asimismo, la mayor
variedad en las representaciones zoomorfas de la
variante 3 se encuentra dentro de este conjunto. En
el caso de aquellos platos que proceden del NOA
el tipo 2 no está presente, representándose sólo las
variantes 1 y 3 con mayores porcentajes para la
última (Figura 2).

Figura 1b. Plato Inka de poca profundidad de Perú.


Museo de La Plata, representativos del tipo con doble
pares de protuberancias opuestas.

Variante 3: platos con cabezas zoomorfas y un par


de apéndices caudales (51,3%). Se observaron
algunas variantes menores dentro de este grupo,
particularmente en lo que respecta al tipo de
animal representado y a las características de los
apéndices caudales. En el primero de los casos se
pudo interpretar la representación de llamas,
cóndores, posiblemente osos hormigueros, aves
diversas y patos, con los rasgos constitutivos de la
cabeza representados de manera incisa, excisa o
pintada. Es importante mencionar que en la
bibliografía especializada no se presta demasiada
atención a las variedades zoomorfas expresadas, la
mayoría de los trabajos del NOA refieren
solamente a patos, una distorsión producida por
considerar sólo los hallazgos en esta vasta área Figura 2. Variantes morfológicas 1 y 3. (a) Plato
pero excluyendo una comparación directa con 4088. Proc. Quebrada de Humahuaca. Museo de
otras regiones. La Plata, (b) Plato S/ Id. Proc. Catamarca. Museo
Los apéndices caudales varían en cuanto a Adán Quiroga (Catamarca).
morfología y disposición. En la mayor parte de los
casos se manifiestan como triángulos sin punta La manufactura del cuerpo de estas piezas pudo
horizontal o levemente inclinados hacia arriba o haberse realizado mediante la superposición de
hacia abajo, adheridos al borde. En otros casos se rollos de pasta dispuestos en forma anular y
presentan como ondulaciones huecas, adheridas de unidos por medio de una variedad de
la misma forma. La separación entre las cúspides herramientas, o mediante el uso de moldes. En las
que componen el par caudal es también variable. piezas analizadas –particularmente las que se
Debemos remarcar que uno de los ejemplares, registran en contextos del NOA- fue posible
procedente de Tastil, tiene únicamente identificar una serie de indicadores en las
representada la cabeza sin apéndices caudales de superficies como irregularidades en el espesor de
ningún tipo. Este plato destaca además por sus las paredes y surcos horizontales que se
pequeñas dimensiones y sus características de corresponderían con uniones de rodetes. Análisis
manufactura (ver más adelante). Por todo esto no realizados sobre fragmentos de platos de
LCZVIIIS1 (Tafí) confirman la utilización de esta

104
técnica de manufactura. Microscópicamente se afirmación es un ejemplar de Campo Fonteñez, en
observa una orientación paralela o subparalela de las proximidades de El Shincal, donde a un
los cristales y láminas micáceas, así como también espesor de 0,7 cm. le corresponden valores de
cavidades y fisuras de la pasta en aquellos cortes diámetro de boca de 10 cm. y altura de 2,8 cm.
realizados paralelamente al borde del fragmento. Referimos este caso como uno de los más
Esta observación se refuerza microscópicamente significativos, pero esta relación se manifiesta con
en la identificación de irregularidades en el grosor frecuencia en toda la muestra.
de las paredes que, en algunos casos, superan 1,5 Los espesores se encuentran incrementados en
mm (Páez y Patané Aráoz 2007). sectores próximos a las bases. Es probable que
Los espesores de pared revelan los mayores esta característica esté dada por la técnica de
valores de ocurrencia establecidos en los manufactura de este sector de la pieza. En trabajos
intervalos 0,50 – 0,59 cm. (33,33%) y 0,40 – 0,49 anteriores se propuso que para ejemplares del
cm. (25,64%). Estos dos rangos contienen casos NOA podría corresponder a la misma técnica
de distinta procedencia, sin que este elemento sea utilizada para el levantamiento de las paredes
un factor de diferenciación (Figura 3). (González Carvajal 1998). En la muestra analizada
todas las bases son planas. Sólo en algunos casos
correspondientes a piezas locales se pudo ver que
estaban ausentes o apenas delimitadas,
observándose una continuidad con el perfil de las
paredes.
El desgaste es uno de los elementos que podría
indicar la presencia e intensidad del uso a partir
del roce con superficies duras. La mayor parte de
la muestra presentó una superficie de apoyo
desgastada en grado variable para los distintos
casos, aunque en un porcentaje significativo esto
no pudo constatarse. Afortunadamente tuvimos
acceso a los contextos de hallazgos de la mayoría
de estas últimas que, llamativamente,
correspondían a entierros. Tal es el caso de los
Figura 3. Plato recuperado del Volcán Llullaillaco. platos del Llullaillaco y de cuatro ejemplares
Museo MAAM LL-99-037 recuperados de un entierro en el departamento San
Carlos (Salta). Para el resto de los ejemplares sin
El siguiente gráfico refleja los resultados desgaste, que incluyen piezas tanto del NOA como
obtenidos sobre un n=39. Como puede observarse, foráneas – no pudimos determinar su origen
más de la mitad de los platos tienen entre 0,4 y 0,6 contextual.
cm. de espesor.
Otro rasgo que es importante destacar es que en
los platos del Llullaillaco y en un ejemplar
peruano – todos de dimensiones reducidasiii - se
observaron restos de pintura en sus bases que se
corresponden con las decoraciones de la parte
interna de otros platos. Esta característica podría
ser indicativa de una técnica de cocción que
implicaba el apilamiento de estos objetos para su
horneado en conjunto.

Perfiles y bordes
El análisis de los bordes nos obligó a definir tipos
específicos para esta morfología, que
identificamos del 1 al 4 (figura 4). Para un n=43 se
obtuvo:
Gráfico 1. Espesores de pared de los platos
relevados.

Es necesario tener en cuenta que esta variable no


depende exclusivamente del tamaño de las piezas,
pudiendo encontrar platos de dimensiones
iii
reducidas con espesores de pared considerables. Ver distinción de categorías de tamaños más adelante.
Uno de los casos más ilustrativos de esta

105
de todo el conjunto del Llullaillaco. Algo similar
ocurre con los labios. Los rectos verticales se
presentan exclusivamente en el contexto peruano
estando completamente ausentes en el NOA
siempre y cuando podamos independizarnos del
santuario de altura como decíamos. Aquí en el
NOA, por el contrario, predominan los biconvexos
y rectos horizontales. Este último tipo incluyó
excepcionalmente un ejemplar peruano y el plato
con decoración pacajes. Los labios rectos
inclinados estuvieron presentes en todos los
conjuntos en proporciones similares, no pudiendo
observarse ninguna tendencia en relación a la
Gráfico 2. Tipos de borde identificados en la
procedencia de las piezas.
muestra de platos. La extensión de la línea roja
Otra de las variables que analizamos en la muestra
relaciona los tipos señalados y procedencia de los
es el tipo de perfil de las piezas. Al igual que para
platos.
el caso de los bordes fue necesario definir nuevas
categorías tipológicas que se ajustaran a la forma
El gráfico previo muestra un predominio del Tipo
analizada, por eso creamos una serie de tres tipos
1, que corresponde a bordes planos identificados
(figura 5). De forma similar a lo que observamos
en todos los platos cusqueños y en el contexto del
para el caso de los bordes encontramos una
Llullaillaco. La bibliografía menciona este tipo de
correlación directa con el origen de las piezas.
borde como el más característico para la forma
Sobre un n=42 ejemplares pudo registrarse:
plato inkaica, tal como aparece graficado en las
representaciones tipológicas de la cerámica estatal
(Meyers 1975). Sin embargo, el resto de los
platos, que incluyen los de procedencia NOA y
aquellos sobre los que no se tiene una localización
segura, presentan bordes Tipo 3 (32,6% de la
muestra) y Tipo 2 (20,9%). El Tipo 4 sólo se dio
en un plato procedente de Catamarca. Constituye
un dato singular porque este tipo de borde no es lo
más común en ninguna de las formas abiertas.

Figura 5. Tipo de bordes y porcentajes de los


mismos en relación a procedencia.

El ejemplar sobre el que no identificamos


Figura 4. Tipos de borde de platos. procedencia, correspondiente al tipo de perfil 2, es
un plato con decoración Pacajes depositado en el
Es importante destacar de esta dispersión de tipos Museo de La Plata. Al no contar con datos
de bordes parecen corresponderse con relacionados al contexto de hallazgo, y por ende,
procedencias específicas al interior de las regiones no poder integrarlo a ninguno de los macrogrupos
del Estado Inka. Para el caso del NOA no se establecidos en función de la proveniencia (NOA
registraron los clásicos tipos planos, que serían y Perú), decidimos incluirlo en nuestro análisis en
característicos de las formas peruanas, a excepción

106
calidad de “Indet.”. Nos pareció interesante, de que superan los 16 cm. pero con escasas alturas
esta manera, evaluar los datos que se desprenden que apenas superan 1 cm.
de su agrupamiento en relación a los otros casos
de la muestra.

Diámetros de boca y altura


Los diámetros de boca de las piezas son bastante
variables. A simple vista podríamos agrupar estas
formas bajo las categorías de “chicos” y “grandes”
aludiendo a una distinción que surge de la simple
observación directa. Pero mas allá de esto, el
análisis cuantitativo que realizamos nos demuestra
que existe una clara delimitación conformando dos
conjuntos bien diferenciados (ver grafico 3). Un
conjunto, el de los platos pequeños, se establece
entre los 8,7 y 12 cm. (n= 16) cubriendo todo el Gráfico 3. Dispersión de casos en relación a la
espectro de este rango. No encontramos ninguna altura y diámetro de boca
medida entre los 12 y los 14 cm. en el total de
platos relevados, extendiéndose el segundo Una vez analizados los platos desde variables de
conjunto entre los 14 y los 18 cm. (n=27). tamaño, intentamos establecer relaciones que
consideraran las proporciones, tales que nos
permitan resaltar las formas independientemente
de las variaciones de tamaño. Utilizamos para esto
la herramienta estadística conocida como Media
Geométrica (MG) que se definir como la raíz
enésima del producto de las n variables relevadas
y brinda una medida de la forma general del
objeto. Una vez establecido el tamaño, la forma de
los objetos es descrita mediante proporciones (i.e.
variables de forma). Las mismas resultan de
dividir cada variable por la variable de tamaño
estandarizada (i.e. MG) de cada objeto. De esta
manera todos los objetos han sido escalados, es
decir las diferencias restantes entre ellos (los
valores obtenidos mediante el cociente con la
Figura 6. Plato procedente del depto. San Carlos, Media Geométrica) se deben a diferencias en
recuperado en un contexto de entierro, sigla T1-05-007. forma.
Museo de Alta Montaña (Salta). Corresponde al perfil
Tipo 3
El gráfico 4 muestra una dispersión que no se
relaciona con los valores absolutos ni de diámetro
Aunque los dos centímetros de diferencia que
de boca ni de altura. Son una medida de la
separan ambos conjuntos pueden parecer pocos, el
relación entre estos. Los valores volcados mas
promedio podría mostrarnos más claramente estas
hacia la derecha y abajo se diferencian de aquellos
diferencias. En el caso del conjunto de platos
que se encuentran arriba y hacia la izquierda en
grandes el valor promedio es 15,67 cm con un
que su altura es menor en relación al diámetro de
desvío estándar de 0,965; en el caso de los chicos
boca independientemente de ambos valores
el promedio es 10,13 cm con un desvío de 1,663.
absolutos. Los de arriba a la izquierda se
En estos cálculos no se ha considerado un caso
caracterizan porque se destaca su altura en
que ya mencionáramos como excepcional por
relación al tamaño de la boca.
varias características, entre ellas sus dimensiones
diminutas. Este ejemplar procede de Tastil y
En este análisis no es posible discriminar las
retomaremos su análisis posteriormente.
categorías platos grandes y pequeños establecidas
más arriba al ser una dispersión que trabaja sobre
Focalizando en la variable altura podemos
las proporciones.
observar que existe una dispersión contínua en un
rango que va desde 1 cm. a 5,5 cm. Al contrario
de lo que podría esperarse no hay una correlación
entre las dos variables trabajadas, tal como se
observa a través de casos con diámetros de boca

107
no son mayoritarios y nunca se registraron, en los
platos analizados, en las superficies externas. Las
superficies internas se presentan más cargadas de
colores y diseños que en el NOA, siendo asimismo
la gama de colores más amplia, incluyendo el
blanco, crema, borravino, rojo y negro.
También se observaron diferencias en lo que hace
a motivos y estructura del diseño.

En el NOA hay mayores variantes en este segundo


aspecto que en Perú, donde predomina la división
en dos campos por medio de guardas dobles o, en
menor medida, simples o triples.
Gráfico 4. Dispersión de casos en base a la Asimismo, los motivos del Noroeste difieren en
relación proporcional entre las dos variables cuanto a la presencia de los figurativos y al tipo de
tratadas elementos geométricos representados. En este
sentido, se observa una situación muy particular
Uno de los aspectos que se desprenden de los manifiesta en la supervivencia, en varios casos, de
gráficos es una fuerte agrupación en función de las componentes iconográficos del tardío local
procedencias aunque las categorías chico y grande (manos Famabalasto, volutas Yavi, guardas Belén
se identifican en todos los contextos sin depender y/o Santamarianas y líneas gruesas externas
de variables geográficas. Sin embargo es posible, propias de Yocavil), adaptados a estructuras de
desde los análisis de tamaño, reconocer que los bipartición y cuatripartición –reconocidas como
platos provenientes del NOA se diferencian de los propias inkaicas– (González Carvajal 1998). Este
peruanos y del Llullaillaco sobre todo en función sincretismo ya fue observado en otras formas
de la altura. En general, los platos del NOA son como muchos aribaloides y pequeñas jarritas.
más altos, ya sea dentro de la categoría grandes o
dentro de la categoría chicos. Por el contrario, los
diámetros de boca no parecen variar Discusión
significativamente de una región a otra. En
relación a estas consideraciones en el gráfico 4 A la luz de los datos presentados es posible
observamos una clara diferenciación de los platos destacar diferencias importantes entre los platos
del NOA donde se mantienen como grupos del NOA y del área del Cusco que muchas veces
significativamente diferenciados. ha pasado por alto en las clasificaciones de la
cerámica inkaica. Hemos trabajado en ellas a lo
largo del texto, pero es importante retomarlas en
Variabilidad en los Tratamientos de Superficie este acápite, sintetizando comparativamente el
y Características Decorativas corpus de datos.
Desde el punto de vista morfológico, los platos del
Si bien parte de estos resultados fueron NOA presentan registros de altura
presentados en trabajos anteriores (Páez y significativamente mayores que, en combinación
Giovanneti 2008), queremos resaltar algunas con los diámetros de boca registrados, son
características que apoyan las diferencias que indicativos de una capacidad volumétrica superior
veníamos observando a través del análisis a la de los peruanos. Si bien no se realizaron
morfológico. medidas de peso, una apreciación expeditiva nos
La observación de los tratamientos de superficie y permite destacar valores notablemente superiores
decoraciones revela algunas distinciones para los platos peruanos, aún con diámetros y
regionales que evidencian que el NOA pareciera alturas menores.
comportarse con algunas particularidades que no
permiten clasificarlo dentro de las clásicas No se observaron bordes planos, que son los
características dadas a los platos peruanos. Las predominantes en el conjunto de Perú, ni labios
superficies observadas muestran un predominio de rectos verticales. Los bordes más inflexionados
caras internas y externas pulidas y engobadas, con recuerdan la de los pucos, formas tardías locales.
aplicación de pintura principalmente en la interna. Dentro de las variantes morfológicas establecidas
Los engobes son mayormente de color rojo, a partir de la presencia/ausencia de apéndices, no
aunque en algunos casos se registraron también está presente la Variante 2, que de acuerdo a
color ante. La pintura utiliza color negro, y en Meyers (1975) es una de las dominantes en los
menor medida rojo. conjuntos imperiales. Los perfiles de tipo 1 (chato
En el caso de los peruanos, las superficies son y abierto) sólo se presentan en casos de Cusco y
igualmentes sujetas a un pulido, pero los engobes Llullaillaco siendo el tipo predominante en esta

108
Tabla 1. Procedencias y localizaciones de los platos

muestra. Algunos otros pertenecen al tipo 2 y independencia del carácter miniatura de los platos,
nunca al tipo 3 que es exclusivo del NOA y a su la correspondencia con los ejemplares del Perú es
vez mayoritario en este conjunto. En el análisis de prácticamente total. Esto debe abordarse a partir
formas proporcionales es muy clara nuevamente de una lectura del contexto arqueológico del
una diferenciación regional aun tomando en hallazgo. Son ya muy conocidas las momias de los
cuenta los platos grandes y pequeños. Según lo tres individuos con un importante ajuar halladas
observado, en cada región parecen mantenerse las en la cima del volcán en 1999 (Reinhard 2005).
mismas proporciones independientemente del Los estudios genéticos revelaron que los
tamaño. Los platos pequeños parecieran ser individuos fueron trasladados desde el Cuzco para
ejemplares miniatura de los grandes. reproducir ceremonias típicas del Estado Inka. El
ajuar parece corresponder con objetos también
Es necesario ahora explayarnos sobre la trasladados con los niños. En este sentido no es de
problemática del Llullaillaco, del cual analizamos extrañar las similitudes observadas en todos los
un conjunto bastante homogéneo de platos ejes del análisis morfológico y estilístico con los
vinculados a un contexto ceremonial. Es claro que platos cuzqueños pudiendo hipotetizarse que
en la mayor parte de las variables, con

109
corresponderían a un contexto de producción
peruano. El sincretismo que observáramos en la iconografía
(Páez y Giovannetti 2008) pareciera hacerse
También merece una mención especial el caso del presente nuevamente en los rasgos morfológicos.
pequeño plato ornitomorfo hallado entre los Nadie discute que se mantienen ciertas
objetos excavados en Tastil (Cigliano 1973). Las características adjudicables a la cerámica cusqueña
reducidas dimensiones, particularmente en lo que (i.e. los apéndices, las bases planas, etc.), sin
se refiere al diámetro de boca (5 cm.), altura (2,3 embargo, al mismo tiempo recuerdan algunos
cm.), diámetro de la base (2 cm.) así como de aspectos de las formas abiertas del tardío local
aquellas que se encuentran en íntima relación con (mayores capacidades volumétricas, bordes con un
las mencionadas (espesores de pared y ángulo de inflexión más marcado), lo que nos
dimensiones de los apéndices) separan este lleva a preguntarnos por el significado de estas
ejemplar de la totalidad de la muestra. Su continuidades. Los p’uku tardíos tienen una alta
manufactura y tratamiento posterior resalta un frecuencia de aparición siendo las formas más
carácter poco acabado; estilísticamente, sin típicas en el NOA, junto a las llamadas urnas. Las
embargo, reproduce la división cuatripartita de los interpretaciones más recientes en relación a forma
diseños inkaicos. Los datos dimensionales apuntan y función de este tipo de objetos destacan su
a la idea de que no respondería a las funciones utilización para el consumo de alimentos (Piñeiro
primarias que se atribuyen a esta forma cerámica – 1996). Los platos inkaicos también tendrían
contenedor de alimentos-. Más bien parece funciones culinarias, como suele encontrarse ya
asociarse a representaciones en miniatura desde las crónicas.
significativas en otros contextos. En este sentido,
se ha llegado a sugerir que podría tratarse de Es una interesante hipótesis -que por supuesto
juguetes (Raffino, comunicación personal). deberá ser contrastada por vías alternativas- pensar
en la resignificación de los platos en los contextos
Conclusión de consumo locales teniendo en cuenta utilidades
similares a los p’uku por lo menos en términos
A nuestro criterio uno de los aportes más culinariosiv. Como ya mencionáramos, los platos
importantes de los análisis e interpretaciones peruanos funcionalmente habrían sido aptos para
presentados en este trabajo radica en las el consumo de carnes, a partir de su escasa altura y
significativas diferencias encontradas entre los bajo ángulo de las paredes. Sin embargo, estas
platos del NOA y los de Perú. En este sentido características están ausentes en el NOA por lo
necesitamos hacer una aclaración importante. No que podríamos preguntarnos qué tipo de alimentos
es nuestra intención postular que los platos del se estarían consumiendo en estas formas.
momento inkaico en el NOA se comportan
homogéneamente en sus características La comida -y consecuentemente la cocina- se
morfológicas y estilísticas –que asumimos interpreta desde ciertos parámetros como
implicaría comportamientos sociales similares de depositaria y expresión de las tradiciones e
producción y consumo-. Nuestro trabajo se reduce identidades de los grupos (Montanari 2003). Sería
a una comparación sobre dos macroáreas que interesante avanzar en este sentido, evaluando las
podrían presentar diferencias al interior de cada características de las tradiciones alimentarias y
una si se establecen trabajos con mayor grado de gastronómicas en el NOA durante el momento de
detalle y un aumento considerable de la muestra. expansión inkaica, considerando que las
Tradicionalmente los platos, cuando eran hallados costumbres culinarias no son estáticas sino
en los contextos de las provincias se percibían extremádamente sensibles a los cambios y a las
como réplicas, copias o imitaciones, a veces de influencias externas (Montanari 2003:12).
menor calidad, de una cerámica siempre inkaica Siguiendo en relación a las prácticas alimenticias
(Calderari y Williams 1991; Matos 1999). Aún y el Estado Inka, ya ha sido postulado el status
más, se atribuían funciones similares, dado que se importante de estas prácticas sobre todo en lo
suponía que los platos siempre mantenían relacionado a fiestas y rituales de legitimación
correspondencias más allá de cada región. Sin estatal, donde los objetos de cerámica como
embargo, los resultados presentados tanto desde el contenedores comunicantes de un rico
punto de vista morfológico como decorativo simbolismo, juegan un rol crucial. Aparecen
ponen en cuestión esta supuesta necesidad de definiendo contextos de elite por lo que no
alcanzar los ideales cusqueños. Las expresiones estarían distribuídos homogéneamente al interior
locales mantienen una persistencia intencional
que, a juzgar por su recurrencia, no se
circunscribiría a una política fuertemente iv
De cualquier manera el hallazgo de estas piezas en
centralizada en lo referente a las manifestaciones ajuares de tumbas dejan abierta la posibilidad de pensar
alfareras. otros significados, utilitarios o no, para platos y p´uku.

110
de la sociedad (Bray 2003). A partir de aquí se procesos posteriores de construcción de poderío
hace sumamente interesante indagar acerca de los estatal o en el sentido de Althusser (2003), la sola
contextos donde estarían circulando estos objetos coerción no puede mantenerse por mucho tiempo,
en el NOA y en que grado estarían reflejando las sino que el control duradero requiere del montaje
relaciones de poder que implica la anexión de de todo un aparato ideológico y - agregamos
estos territorios al Tawantinsuyu. En otro lugar las nosotros-, con el despliegue simbólico
interpretaciones y discusiones en relación a esta concomitante.
problemática nos llevó a postular que los platos se
vincularían a espacios donde las elites locales Los símbolos representados en la fabricación de
funcionarían como articuladores o bisagras entre platos y su posterior utilización, creemos, nos
las políticas del Estado y las esferas locales (Paéz proveen información útil para construir las
y Giovannetti 2008). Estos espacios serían interpretaciones de estos procesos.
aquellos que Sternfeld (2007) define como Indudablemente las estrategias desplegadas por el
escenarios asambleísticos donde se desplegaba el Estado dependen de un conjunto de circunstancias,
potencial carismático de las elites para negociar en donde las características y dinámica locales juegan
medio de discusiones, convites ceremoniales, un papel protagónico. Quizás, como dice Bhabha
ofrendas rituales, consejos de ciertas personas (2003) el discurso híbrido esté manifestando un
experimentadas, regalos y el reparto de chicha y espacio de negociación que, lejos de representar la
comida. Aún así no podemos descartar que los asimilación o la colaboración, refleje el
platos funcionaran en otros contextos más allá de surgimiento de una agencia “intersticial” en
los públicos. El hallazgo en tumbas de platos sin contraposición a la representación binaria del
desgastes de uso, por ejemplo, es evidencia de antagonismo social.
esto.
Referencias
Por otra parte, pensar en réplicas o imitaciones
tendría, a nuestro entender, fuertes implicancias Cigliano, E. 1973. Tastil, una ciudad prehispánica
desde el punto de vista de las estrategias argentina. Ediciones Cabargón, Buenos Aires.
sociopolíticas llevadas adelante por el Estado.
Estas prácticas se corresponderían más a contextos González, L. R. y M. Tarragó. 2004. Dominación,
de asimilación y aculturación. Desde este punto de resistencia y tecnología: la ocupación incaica en el
vista, los símbolos del Estado necesitarían ser Noroeste Argentino. Chungara Revista de
reproducidos como una forma de legitimar el Antropología Chilena, 36 (2): 393 – 406.
control hegemónico para mantener cierto statu
quo. Pero ¿Qué podemos pensar cuando los González, L. R. y M. Tarragó. 2005. Vientos del
símbolos no son reproducidos fielmente y sur. El valle de Yocavil (Noroeste Argentino) bajo
presentan una variada combinación de elementos la dominación incaica. Estudios Atacameños, 29:
locales? Y esta combinación se extiende tanto a 67 – 95.
símbolos iconográficos como a formas de objetos
que podrían remitir a continuidad de prácticas de Tarragó, M. y L. González. 2005. Variabilidad en
consumov y utilización previas al Estado. Ha sido los modos arquitectónicos incaicos. Un caso de
establecido que las estrategias del inkario para estudio en el Valle de Yocavil (Noroeste
anexar sociedades extranjeras fueron variadas y Argentino). Chungara, Revista de Antropología
contingentes (Matos 1999; Williams 2002-2005). Chilena 37 (2): 129 – 143.
En muchos casos la imposición guerrera y violenta
fue un hecho (Nielsen y Walter 1999; Williams, V., 1999. Organización de la
Rostworowsky de Diez Canseco 1999), pero la producción de cerámica en los Andes del Sur.
negociación estratégica sobre todo con las elites Arqueología 9: 71 - 111.
locales es otro factor reconocido en este proceso
expansivo (Williams 1999; Tarragó y González Williams, V. 2002-2005. Provincias y capitales.
2005). Y aún las conquistas violentas implican Una visita a Tolombón, Salta, Argentina. Xama
15-18: 177-198.
v
Consumo es un concepto en pleno debate sobre todo Williams, V. y T. D`Altroy. 1998. El sur del
en las producciones sociológicas acerca de la Tawantinsuyu: un dominio selectivamente
modernidad. Tiene implicancias muy fuertes en relación
a prácticas sociales capitalistas actuales y describe más
intensivo. Tawantinsuyu 5 (2): 70 – 78.
que una práctica de utilización de productos una
filosofía de vida y una concepción particular del mundo. Quiroga, L. 2004. Belén: debates en torno a la
Extrapolarlo a sociedades no occidentales debería al construcción de un objeto de estudio. Runa Nº 24:
menos debatirse a fin de especificar sus alcances 151 - 171.
conceptuales.

111
Lorandi, A. M. 1983. Olleros del Inka en platos del Período Inkaico del Noroeste Argentino.
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Páez, M. C. y M. Giovannetti. 2008.


Intersecciones y Síntesis. Sincretismos en los

112
La Cerámica de Azul Pampa como Evidencia de Relaciones
Sociales a Escala Comunitaria y Regional

Lidia Clara García

Introducción sitios locales Alto Sapagua y Pukará de


Hornaditas, con adscripción clara hasta el
En este trabajo se presentan los resultados de la momento.
aplicación de la información etnoarqueológica
relevada en la micorregión Azul Pampa a los datos
arqueológicos de sitios a cielo abierto de la
misma, pertenecientes al horizonte ca 1.000 AP1.
Se trata de materiales obtenidos en campañas y de
museos, provenientes del lugar (Figura 1).

En particular, se considera el papel que tuvo la


cerámica como vehículo de redes sociales a través
del intercambio a nivel local y regional. La
investigación etnoarqueológica local nos mostró
que existen dos circuitos de intercambio. Uno
microrregional, donde las vasijas producidas
localmente (ollas chicas y cántaros) son
intercambiadas a nivel local y utilizadas para
necesidades diarias. En cambio, los virques y ollas
grandes, que no son manufacturados localmente,
son intercambiados a largas distancias, de alcance Figura 1. Mapa de la región de estudio.
regional, y utilizados para ocasiones Microrregión Azul Pampa. 1: Alto Sapagua; 2:
extraordinarias (fiestas). La muestra incluye la Churque Aguada; 3: Churque Asiento; 4:
totalidad de las evidencias recuperadas de ollas y Hornaditas; 5: Inca Cueva alero 1; 6: Inca Cueva
cántaros a nivel etnoarqueológico, así como cueva 6; 7: Inca Cueva cueva 5; 8: Inca Cueva
arqueológico, de las excavaciones propias y alero 3. Las líneas punteadas indican límites
museos que tienen piezas provenientes de los departamentales.

1
Este trabajo se enmarca en los proyectos UBACYT F-
161 y PIP 5427/05 “Estudio del proceso de Desarrollo Nuestra propuesta
de las sociedades prehispánicas en el sector Norte de la Dada la gran similitud entre las vasijas actuales y
Quebrada de Humahuaca”, dirigidos por la autora. las arqueológicas registrada localmente (según los
Colaboraron 10 alumnos de la carrera de Ciencias pobladores actuales, que en el caso de Alto
Antropológicas, dos de los cuales (Verónica Puente e Sapagua viven hoy por encima del sitio),
Irene Lantos) realizaron becas Estímulo y sus Tesis de
incluyendo el reuso actual de vasijas
Licenciatura dentro del Proyecto. Las tareas de gabinete
fueron organizadas por la entonces Lic. Susana Basílico
arqueológicas por ej. para libaciones –
de Valter. Este proyecto, continuación de anteriores, reclamación- (Schiffer 1987: 109), utilizamos esta
sigue actualmente mediante el UBACYT F-108. Y se información etnoarqueológica para preguntarnos
cuenta con los permisos de las comunidades aborígenes acerca de las funciones de la muestra arqueológica
de Hornaditas y Negra Muerta, así como de la Secretaría local, a través de aspectos tales como forma,
de Turismo y Cultura de la Pcia. de Jujuy. Las tamaño, decoración y observaciones como la
estudiantes investigadoras Nancy Morano y Yesica presencia de hollín. Y nos planteamos las vías de
Sánchez Bautista participaron del proyecto F-161, contrastación posibles con respecto a la función de
siguen en el F018, y han colaborado en campo y
las vasijas arqueológicas, a futuro. Nos
laboratorio para este trabajo. Soledad Higa se ha
incorporado recientemente. Agradecemos a todos su
preguntamos por lo tanto sobre estos usos
participación.

113
posibles, sin que por ello asignemos de manera localmente); b - Para hervir el arrope para beber la
automática el uso actual al arqueológico. chicha; c - Para preparar la chicha solamente, y d -
Se utilizan evidencias cerámicas de las Para mezclar la harina de maíz con agua hirviendo
ocupaciones a cielo abierto de esta microrregión, que se vierte desde las otras ollas para la chicha.
empleando la información etnoarqueológica local, Para este último propósito también usan virques
para sugerir manufactura local o no local y (ollas de tamaño mayor) que vienen de “los
función/uso. Andes” (Abra Pampa y Susques) y son las únicas
pintadas (Figura 3). En las fiestas, el segundo
grupo de ollas puede utilizarse para cocinar, pero
La información etnoarqueológica nunca el tercer grupo que solamente se utiliza para
la chicha y no va al fuego. Para almacenar agua,
Forma y función se usa una olla grande, buena, y se prepara como
Los dos tipos básicos son Ollas y Cántaros dijimos antes. También tienen tiestos que se
(categoría emic). Ambos son manufacturados utilizan para moler maíz y para asarlo.
localmente, para las necesidades familiares o para
intercambiar con los vecinos o parientes de
acuerdo a las necesidades a nivel microrregional
(Figura 2). Hay una clara diferencia entre aquéllas
vasijas que serán utilizadas para tareas ordinarias
tales como preparar las comidas diarias, y las que
serán utilizadas para otros propósitos tales como
almacenamiento o para preparar el arrope (jugo
cocido) para la chicha (cerveza de maíz). Esta
diferencia es conocida y compartida por todos los
miembros de la comunidad.

Figura 3. Virques intercambiados a grandes


distancias (Depto. de los Andes, Susques) que se
usan para fiestas. Alto Sapagua, 1986.

Las antiguas vasijas del antigal de Alto Sapagua,


según nuestra informante, eran similares a los
virques. Los cántaros se usan para verter agua, y
también para traerla desde el río si no tienen
vasijas de plástico ó metal, los cuales prefieren.
Hoy en día, usan cántaros de cerámica solo si no
los poseen. Antiguamente, tenían mayor variedad
Figura 2. Ollas y cántaro manufacturados en Alto de ollas. Hacían chicha de harina de maíz. Hoy, la
Sapagua en 1986, secándose al sol. Utilizados e hacen moliendo y asando maní bien fino, y
intercambiados microrregionalmente. mezclando la pasta con agua. Luego la hierven, y
le agregan canela, uvas y azúcar.
La variabilidad tiene que ver también con la gente Las ollas más chicas son de manufactura local y
que las usará -la familia nuclear, o un número no son decoradas, salvo las incisiones en las asas,
mayor de personas, en fiestas-. Estas son que cambian de una ceramista a otra. A través de
actividades que se realizan solo una vez al año, este atributo, son reconocidas muchos años más
para el Carnaval principalmente, en febrero, tarde - ocho o más - por todos los miembros de la
cuando toda la familia extensa se reúne y tiene comunidad (microrregión) como habiendo sido
también un sentido mítico. De modo tal, que la hecha por una artesana en particular. La
variabilidad se relaciona con la entidad social y el información de Taricá (Perú) dice que este tipo de
uso de cada pieza cerámica. “marcas” ó señales, son usadas por los ceramistas
Las diferencias en las funciones de las ollas se que cocen sus cerámicas juntos, para reconocerlas.
relacionan con el tamaño, las asas, el color Y este tipo de firma se encuentra en cerámicas
funcional (rojo o negro), el tipo de orificio, el arqueológicas también (Donnan 1971).
grosor de las paredes y la decoración. Ya hemos
descripto anteriormente estos rasgos en detalle Las ollas pintadas, las de mayor tamaño, fueron
(García 1988, 1998-1999, 2001). Para resumir, intercambiadas con gente que venía de la puna
hay diferentos tipos de ollas, de la más pequeña a más alta (Abra Pampa y Susques), al Oeste, y han
la más grande: a - Para cocinar diariamente (éstas sido truequeadas (bienes intercambiados por otros
son las más comunmente intercambiadas bienes). Nunca se utilizan para cocinar (Apéndice

114
I). Si bien existe una cantidad de producción radiocarbónico AMS sobre una costilla humana
etnoarqueológica actual, como vía teórico- proveniente del rescate de una olla y su contenido
metodológica, en este caso nos centraremos en la que se había desprendido de la barranca de Alto
comparación de las vasijas etnoarqueológicas y Sapagua en el límite del Antigal homónimo. El
arqueológicas locales mencionadas, dada la mismo resultó en 890 ± 40 AP (Beta 117246),
sugerencia de los pobladores en el sentido de que calibrado por Beta Analytic Inc. en AD 975 a
las vasijas del Antigal (lugar de habitación de los 1045 y AD 1105 a 1115 (2σ). Fecha convencional:
antiguos, sin defensas) de Alto Sapagua, eran 1020 ± 40 AP (Struiver y Reimer 1993). Este es el
iguales a las actuales. fechado inicial para las ocupaciones de este
antigal, coincidente con uno obtenido
posteriormente de excavación, en el rescate 2
La información arqueológica (campaña 2006 de la autora), levemente anteriores
al fechado obtenido por el Dr. H. Yacobaccio para
La microrregión Azul Pampa, ubicada en el sector el Pukará de Hornaditas, que se comentará más
noroeste de la Quebrada de Humahuaca, se adelante.
estableció como unidad espacial de análisis
(Aschero 1988). La misma comprende dentro de Comparación
esta investigación, localidades en distintos pisos
altitudinales, con diferente acceso a recursos y Abajo se presenta la descripción del material
emplazamientos variados, como la Quebrada de arqueológico de Alto Sapagua (Figura 4),
Inca Cueva (3900 a 3750 m.s.n.m.), Alto Sapagua correspondiente exclusivamente a las ollas. Esto
(3500 m.s.n.m) y Hornaditas (3300 m.s.n.m.), se debe a que las jarras que supuestamente
entre otros (García 1998-1999). El Antigal de Alto provenían de este antigal, actualmente en el
Sapagua y el Pukará de Hornaditas tienen Museo de Humahuaca y la Colección Justiniano
fechados similares para sus ocupaciones del Torres Aparicio, presentan dudas. Tampoco
Período de Desarrollos Regionales I, presentando presentamos aquí los pucos obtenidos del primer
defensas naturales el segundo. Ver mapa 1 para rescate de la barranca, del rescate 2, así como de
distancias y ubicación. Las familias que viven en una estructura circular intervenida recientemente,
ambas localidades actualmente han estado dado que no tienen correlato etnoarqueológico.
vinculadas a través de matrimonios cruzados a lo Comparamos ambos grupos de materiales
largo de los últimos 100 años (García 1998-1999, solamente para ollas en este caso. Para detalles de
2001). mediciones, etc., ver Apéndices I y II.

Seguidamente, presentamos brevemente los sitios OLLAS PEQUEÑAS


y describimos la muestra arqueológica. La misma
está compuesta por materiales de colección que Forma: Hay una sola olla pequeña en la muestra
pudimos adscribir a los sitios Alto Sapagua y arqueológica proveniente de Alto Sapagua. Su
Hornaditas, y de diversas campañas realizadas por silueta es subglobular, similar a las actuales. Por
este equipo en los mismos sitios. Las variables otro lado, su borde es recto (mientras que las
comparadas son: forma (incluyendo altura, actuales lo presentan evertido), y su boca es
diámetro, cuello/borde/boca, asas), color, restringida, al igual que las actuales.
decoración y observaciones adicionales como la Tamaño: Su altura y diámetro es bastante menor
presencia de hollín. en comparación a las ollas actuales.
Decoración: No presenta decoración, al igual que
las registradas etnoarqueológicamente.
Antigal de Alto Sapagua Observaciones: No presenta hollín.

El antigal de Alto Sapagua está emplazado en la OLLAS GRANDES Y VIRQUES


margen izquierda del Arroyo de la quebrada de
Sapagua. Ha sido mencionado por Boman, Schuel, Forma: Dos ollas provenientes de Alto Sapagua
Aguerre y colaboradores Ms, F. Distel, Cigliano y son subglobulares de base estrecha y plana, y
Calandra (Boman 1992 [1908]; Schuel 1919-1920; ambas están fragmentadas en su parte superior,
Aguerre et al. 1973; Fernández Distel 1979; por lo que el borde y la boca en un caso no es
Cigliano y Calandra 1965). Recientemente, se han determinable, y en el otro, fruto de las tareas de
ocupado del mismo Raffino (1993) y Nielsen remontaje, es evertido, de 10 cm. de alto.
(1996, 1999, 2001). Tamaño: Las alturas de las mismas son de entre
43 y 52,5 cm., semejantes a las de las ollas
Dentro de este proyecto, se intervino grandes actuales que van de 45/50 cm. En cuanto a
sistemáticamente el sitio (García 1996, 1998, los diámetros, en una de las vasijas arqueológicas
2003). Se realizó también un fechado es de 46,7 cm., nuevamente comparable a las

115
actuales, mientras que la otra tiene un diámetro de Pukará de Hornaditas
45-50 cm., también comparable.
Decoración: Una de ellas presenta una línea Dentro de la microrregión Azul Pampa antes
blanca bastante desleída en el sector interno del mencionada, se encuentra la localidad de
cuello. Hornaditas. La misma cuenta con una serie de
Observaciones: Ambas tienen hollín, no sitios arqueológicos dentro de los cuales se
comparable a los datos etnoarqueológicos, que destaca el Pukará de Hornaditas. El mismo se
señalan el uso de este tipo de vasijas para la encuentra en cercanías de Hornaditas Pueblo
preparación de la chicha durante las reuniones de Viejo, posiblemente más temprano, sobre el cual
la familia extensa en ocasiones de fiesta. se han instalado una serie de pobladores actuales,
algunos de los cuales han regularizado su
superficie y retutilizado materiales de dicho
antigal, presentando en este caso también,
situaciones de reclamación (Schiffer 1987).
Algunos de estos materiales, los hemos ilustrado
anteriormente (García 1988/1989: 149). No se
poseen fechados de este último sitio.

El Pukará de Hornaditas, se encuentra sobre la


margen derecha del arroyo Chorrillos. El sitio fue
explorado por Schuel en 1919-1920 (Schuel 1919-
1920) y Pelissero en 1969 (Fernández Distel
1983). En el último caso mencionado, es posible
que haya información proveniente de la mesada de
Figura 4a. Alto Sapagua, Rescate 1. Hornaditas Pueblo Viejo, sobre la margen opuesta
del arroyo. Varios autores coinciden en que el
Pukará de Hornaditas fue ocupado durante el
Período Tardío e Inka (Fernández Distel 1983,
1996; Raffino 1988, 1993; Palma 2000; Nielsen
1996, 2001; Madero 2004).

Más recientemente, se realizaron trabajos de


campo en el Pukará por García en 1987, y
Yacobaccio en 1988 y 1989. Este último
investigador, realizó un fechado radiocarbónico de
una muestra de carbón de un sondeo en el Pukará
de Hornaditas (Sondeo 5 capa 2, -20cm.). El
mismo resultó en 860±50 AP (LP-680), según
informó el LATYR a la autora, con autorización
expresa de Yacobaccio. Fue calibrado por
nosotros: Cal. 1162 (1214) 1248, calibrado a 1 σ y
1036 (1214) 1281, a 2 σ AD (Struiver y Reimer
Figura 4b. Alto Sapagua, Rescate 2, sector 1
1993).

En el marco del Proyecto UBACYT F-161, ocho


de los investigadores alumnos mencionados en
nota 1, analizaron 4019 tiestos obtenidos de las
campañas mencionadas en el párrafo precedente.
La becaria estímulo UBA y tesista de Licenciatura
Irene Johanna Lantos, realizó un estudio funcional
de la cerámica del Pukará de Hornaditas
proveniente de los trabajos de campo de García y
Yacobaccio mencionados anteriormente (Lantos
2008). Dado que la muestra analizada
correspondió básicamente a un conjunto
fragmentario, se recurrió a la revisión de
colecciones de museos para obtener piezas enteras
de referencia. Las mismas, conjuntamente con las
piezas enteras y remontadas obtenidas en las
Figura 4c. Alto Sapagua, Rescate 4 excavaciones de Alto Sapagua, se utilizan en este

116
trabajo para comparar con los datos obtenidos como es el caso de las actuales. Sin embargo, hay
desde la información etnoarqueológica. presencia de jarras: una simple, tres subglobulares,
Se cuenta principalmente con las piezas relevadas y dos globulares o subglobulares asimétricas.
de la Colección Pelissero 1969, Museo E. Tamaño: La altura de las jarras es sensiblemente
Casanova (Instituto Interdisciplinario Tilcara, menor que la de los cántaros actuales.
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Decoración: Ninguna presenta decoración pintada,
Buenos Aires), y de la Colección Muñiz Barreto aunque tres poseen incisiones. Una de ellas en el
del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, cuerpo, con motivos de dos tridígitos y dos
pertenecientes a la Primera Expedición (Schuel camélidos. Otras dos presentan incisiones en las
1919-20)2. asas con motivos de tridígitos y en “v”. Este rasgo
se repite en una jarra relevada en el Museo
Arqueológico Municipal de Humahuaca (no
Comparación incluída aquí por sus dudas de proveniencia,
aunque su cartel decía “Hornaditas” en el
Abajo se presenta la descripción del material relevamiento realizado en 1994), que presenta
arqueológico del Pukará de Hornaditas (Figuras 5 líneas verticales incisas en las asas. Dicha
y 6), comparándolo con el material característica ha sido registrada
etnoarqueológico. Para detalles, ver Apéndices I, etnoarqueológicamente en la microrregión Azul
II y III. Pampa, como se mencionó en la sección La
información etnoarqueológica.
Observaciones: Dado que la mayoría de las jarras
OLLAS PEQUEÑAS arqueológicas presentan hollín, y una de ellas
presenta adherencias en su interior de posible
Forma: Si se comparan las ollas arqueológicas origen orgánico, la función de las jarras podría
analizadas de las dos colecciones de museos haber sido diferente a la de los cántaros actuales.
mencionadas con las actuales de producción local,
puede observarse que una gran mayoría de las
ollas arqueológicas poseen cuerpos subglobulares, Discusión y Conclusiones
bocas restringidas y bordes evertidos, al igual que
las ollas actuales. Por las comparaciones que hicimos, a pesar de que
Tamaño: La altura de las ollas arqueológicas es la muestra es muy pequeña aún, especialmente
menor, en algunos casos significativamente, a habiendo eliminado cerámicas arqueológicas con
aquélla de las ollas pequeñas actuales. Los proveniencia dudosa, vemos que los datos que
diámetros son levemente inferiores en las vasijas tenemos al presente muestran un comportamiento
arqueológicas. Para el grupo ollas, en la muestra diferente para ambos sitios.
arqueológica no se observan medianas o grandes Por ejemplo, en cuanto a las ollas arqueológicas,
(Apéndice I). las del Antigal de Alto Sapagua sí se condicen con
Decoración: La presencia de decoración en las parte del repertorio etnoarqueológico. En cambio,
ollas arqueológicas es muy elevada, mientras que las ollas arqueológicas del Pukará Hornaditas,
las actuales no exhiben decoración salvo las difieren notablemente de las etnoarqueológicas
incisiones en las asas, que en la muestra locales. Aunque las formas coincidan. En este
arqueológica de ollas, no se presentan punto, es importante considerar que ambas
Observaciones: Una sola vasija arqueológica muestras arqueológicas provienen en el primer
presenta hollín. Las etnoarqueológicas, todas. caso de excavaciones propias y en el segundo, de
museos, sin tener datos de excavación. Aunque los
materiales obtenidos por Schuel están mejor
CÁNTAROS documentados que los de Pelissero. En el caso de
Schuel, pudimos consultar sus libretas de campo,
Forma: En la muestra de jarras arqueológicas del en el Museo de La Plata. Las de Pelissero, en el
Pukará de Hornaditas, no se observan ejemplares Instituto Interdisciplinario Tilcara, no están. De
con cuello de aproximadamente 7 cm. de alto, todos modos, tampoco sabemos en ninguno de los
casos si son la totalidad del material recuperado.
Ni si se pueden asociar al fechado obtenido por
2
Agradecemos acá los permisos otorgados por la Yacobaccio ya que su muestra de carbón provenía
Dra. E. Belli, Directora del Instituto de un contexto sin cerámica. Y su muestra
Interdisciplinario de Tilcara en el momento de arqueológica es casi en su totalidad de fragmentos,
realizar este relevamiento, durante la campaña así como la nuestra. De la cual no pudimos
2006. También, especialmente al Dr. R. Raffino, obtener formas completas.
Director de la División Arqueología del Museo de
La Plata, por abrirnos los depósitos y sus registros
completos.

117
(a) (b)

(c) (d)

(e) (f)

Figura 5. Ollas arqueológicas del Pukará de Hornaditas. Museo Eduardo Casanova: (a) MEC 2660, (b)
MEC 2661, (c) MEC 3307, (d) MEC 3311, (e) MEC 3312 y (f) MEC 3315.

(a) (b)

(c)

Figura 6. Jarras arqueológicas del Pukará de Hornaditas.


Museo Eduardo Casanova: (a) MEC 3306, (b) MEC 3308 y (c) MEC 3313.

118
Esto nos lleva a reflexionar sobre las dificultades empleadas en el pasado (Fernández Distel 1976).
encontradas en la investigación arqueológica En consecuencia, podríamos argumentar que hay
cuando intentamos incluír datos previos pero no se una apropiación del pasado y una reproducción de
cuenta con informes, inventarios o publicaciones las prácticas sociales por parte de los actuales
exhaustivas que hagan referencia a contextos, pobladores del lugar.
como se exige a los investigadores actualmente.
Como hemos comentado en La información
Otra conclusión considerando el repertorio del etnoarqueológica, en las reuniones comunitarias
Pukará de Hornaditas es que hay ollas sin hollín y extraordinarias en las cuales intervienen vasijas
jarras ó cántaros con hollín. Por lo que su como los virques, entre otras, se refuerzan y
funcionalidad parece haber sido diferente de la reformulan las identidades sociales y sus
actual. pertenencias a los grupos familiares. Se observan
así varios niveles de pertenencia progresivamente
En cuanto a las jarras arqueológicas, comparadas incluyentes y en los cuales se negocian territorios,
con los cántaros etnoarqueológicos, la situación es recursos, relaciones matrimoniales, de
más complicada aún. En Alto Sapagua, habiendo compadrazgo, etc. (cuestiones que han ido
eliminado los ejemplares provenientes del Museo cambiando en los últimos veinte años de relación
Municipal de Humahuaca (aunque en 1994 un con las comunidades locales). Esto sin embargo,
ejemplar tenía un cartel que decía “Sapagua”, pero no se ve plasmado de manera directa en el estilo
no hay datos de proveniencia en inventarios del decorativo de las vasijas mayoritariamente
Museo) y de la Colección Torres Aparicio (que utilizadas en estas ocasiones.
clasificamos, y las piezas tenían numeración pero
no remitían a inventarios), y no contando aún con En síntesis, los materiales cerámicos
ejemplares de excavación, no podemos comparar etnoarqueológicos muestran dos grupos de vasijas,
con el cántaro etnoarqueológico. Para estos uno de manufactura e intercambio local y otro de
artefactos, dado que ambos sitios se encuentran proveniencia lejana, también intercambiado pero a
dentro de la misma microrregión, a tan solo 5 Km. mayores distancias, y con un contexto de uso
(ver Figura 1), y considerando que diferente aunque integrando también el repertorio
etnoarqueológicamente estos materiales son de local. Y se ha utilizado en este trabajo el total de
producción local y se intercambian entre estas los materiales disponibles de ambos contextos
localidades actuales, comparamos con las jarras (arqueológico y etnoarqueológico).
arqueológicas de Hornaditas de las dos
colecciones consideradas de museos. Ahí vemos A nivel arqueológico, solo los materiales del
que las diferencias son aún mayores, presentando primer grupo (ollas) coincide tanto para lo local
los ejemplares arqueológicos mayormente hollín, como para lo intercambiado a largas distancias en
lo cual los diferencia en sus usos de los actuales, y Alto Sapagua. En este caso, contamos con
sólo coincidiendo con las decoraciones incisas cronología segura para solo uno de los casos
actuales en las asas, que en el caso presentados. Falta por lo tanto, mucho trabajo por
etnoarqueológico, se presentan en las ollas. hacer, tanto de campo como de gabinete.
Manejamos los datos etnoarqueológicos locales
Nos interesó revalorizar nuestro relevamiento solo a nivel hipotético, y será necesario hacer
etnoarqueológico realizado en 1986, dado que análisis de pastas cerámicas, comparativos con las
trabajos actuales muestran que las técnicas fuentes de materias primas locales relevadas, para
tradicionales prácticamente se han perdido, y en poder separar ambos grupos de vasijas a nivel
quebrada de Humahuaca los artesanos hacen arqueológico.
cerámicas con decoraciones realizadas para venta
a los turistas, con motivos principalmente del valle Una última conclusión es que los relevamientos
Calchaquí (Otero 2006). También porque etnoarqueológicos locales, aunque presenten una
contrariamente a lo esperado, en el contexto gran continuidad tecnológica con las supuestas
actual, las vasijas de mayor tamaño son las que prácticas prehispánicas, así como un uso de los
más circulan a grandes distancias y no son artefactos dentro de redes sociales
manufacturadas localmente, a diferencia de las microrregionales y regionales de intercambio, sólo
pequeñas, que en cambio tienen un sello local. pueden considerarse a nivel hipotético, necesitan
Actualmente, estamos viendo que las vasijas de ser chequeados por vías independientes cuando se
uso extraordinario no son las producidas aplican a un contexto arqueológico, y las muestras
localmente, pero sí tienen mucha importancia en tienen que ser amplias.
las relaciones sociales locales. A su vez, vasijas
arqueológicas encontradas en los mismos sitios
con reocupación actual, son utilizadas para libar la
tierra de la manera que se supone fueron

119
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121
Apéndice I. Cerámicas actuales observadas en Alto Sapagua en 1986. Figuras 2 y 3.

122
Apéndice II. Ollas arqueológicas enteras y remontadas de campañas en Alto Sapagua y
de museos, provenientes del lugar.

123
Apéndice III. Jarras arqueológicas del Pukará de Hornaditas provenientes de museos.

124
Análisis contextual del registro artístico del sitio A. Arenal 1 (Provincia de Entre
Ríos, Argentina): aportes para el estudio de los aspectos identitarios de los grupos
humanos del litoral fluvial del Paraná.

Flavia V. Ottalagano

Introducción de aves adaptadas al ambiente fluvial (ej. Orden


Tinamiformes, Familia Tinamidae; Orden
El sitio A. Arenal I se localiza en la Terraza del Pelecaniformes, Familia Phalacrocoracidae;
Paraná (Departamento La Paz, Provincia de Entre Orden Ardeiformes, Familia Ciconidae; Orden
Ríos) (Figura 1). Se emplaza sobre la margen Anseriformes, Familia Anatidae; y Orden
izquierda del arroyo El Arenal, a unos 50 m de la Ralliformes, Familia Rallidae (Tonni et al. 1985).
desembocadura de este afluente en el Riacho
Espinillo, y a 10 km al nordeste de la ciudad de La
Paz. Se encuentra asociado a tres principales
ambientes: pajonal, vegetación acuática flotante y
bosque en galería, éste último muy degradado por
acción antrópica y fluvial. El sitio presenta un sólo
componente de ocupación. Consiste en un
pequeño médano de origen eólico que integra un
conjunto de sitios del mismo nombre, los cuales
podrían conformar un mismo gran emplazamiento
arqueológico de grupos fundamentalmente
cazadores-recolectores. Si bien no se poseen
fechados radiocarbónicos, su ocupación se habría
dado a partir del cambio de las condiciones
climáticas de semiáridas a húmedas, esto es,
durante el Holoceno tardío (Ceruti 1989; Tonni et
al. 1985).

Se realizaron en el sitio intervenciones


arqueológicas sistemáticas entre los años 1978-
1979-1980 y 1992 por parte de Ceruti (Ceruti
1989). Estas intervenciones dieron como resultado
el registro de abundantes fragmentos cerámicos:
lisos, con pintura roja zonal o total, con motivos
abstractos incisos y con motivos representativos
zoomorfos. Además de los ítems cerámicos, el
sitio cuenta con elementos líticos, materiales Figura 1. Localización geográfica del sitio
arqueofaunísticos y enterratorios. Los ítems líticos arqueológico A. Arenal I.
suelen ser escasos, hallándose especialmente
lascas sin retocar y algunos núcleos en arenisca El sitio registra tres esqueletos humanos, dos de
rojiza. Entre la arqueofauna del sitio abundan los cuales habrían conformado una misma
especialmente los restos de peces y de mamíferos inhumación. Los esqueletos Nº 1 y Nº 2 se
acuáticos (ej. Myocastor coypus Cavia aperea; identificaron como individuos adultos de ambos
Mazama cf. gouazoubira); algunos de los cuales sexos. Se hallaron en posición decúbito dorsal con
presentan marcas de fractura intencional y de brazos flexionados sobre la pelvis, y se
haber estado en contacto con el fuego. Se destaca encontraron protegidos por una cubierta
también la presencia de valvas de Diplodon sp. y constituida por concreciones de carbonato de

125
calcio, valvas de moluscos y cerámica La variable contextual del registro artístico de
fragmentada. A los costados de las sepulturas se estas poblaciones ha sido con frecuencia
constataron asimismo concentraciones de exiguamente abordada; en parte como
materiales: fragmentos de recipientes cerámicos y consecuencia de la carencia de intervenciones
restos arqueofaunísticos (especialmente vértebras estratigráficas en el área que pudieran arrojar
de peces y un cuerno de cérvido seccionado, información de campo específica, y en parte
probablemente de Blastoceros sp.). El tercer también, por la falta de trabajos que enfocaran sus
esqueleto, perteneciente igualmente a un individuo objetivos de investigación sobre los aspectos
adulto, fue registrado en posición decúbito dorsal artísticos y simbólicos de estos grupos.
con orientación NE-SE. De manera semejante a la
inhumación anterior, este entierro presentó
materiales asociados: fragmentos cerámicos, Criterios metodológicos
esquirlas líticas y un fragmento de cuerno de
cérvido (Ceruti 1989). Si bien los aditamentos zoomorfos y
antropomorfos muchas veces se presentan
El registro arqueológico de A. Arenal I se fracturados y separados de sus recipientes
correspondería con grupos humanos respectivos, resulta esperable que la mayoría de
tradicionalmente denominados Ribereños las vasijas con motivos representativos se hayan
Plásticos o Goya-Malabrigo (González 1977; visto acompañadas por motivos abstractos en el
Serrano 1931, 1954, 1958, 1972), caracterizados cuerpo o en el borde. Los motivos abstractos
básicamente por la elaboración de alfarería con incisos –especialmente en aquellos en que se ha
motivos zoomorfos-antropomorfos (cabezas de podido realizar actividades de remontaje-
aves psitaciformes principalmente) y por la presentan, por su parte, la particularidad de
manufactura de recipientes con paredes de gran conformar en algunos casos motivos
espesor y sin fondo: campanas (Gaspary 1950) o representativos, siendo su “abstracción”, entonces,
alfarerías gruesas (Serrano 1929). Bajo meramente aparentei.
lineamientos teóricos histórico-culturales, y sobre En contraste con esto, no se registra el diseño de
la base fundamentalmente de estos ítems, se tendió figuras de animales y humanas mediante técnicas
a identificar al área del Paraná medio como el de pintura. Los recipientes pintados (RP), como se
sector de asentamiento principal de este grupo visualiza en la Figura 2, sólo manifiestan
cultural (González 1977; Serrano 1931, 1972). Si superficies totalmente pintadas o con la presencia
bien algunos fechados sugieren la presencia de de anchas bandas pintadas, por lo común, de
poblaciones ribereñas unos 2.000 años AP, su manera paralela a la línea del borde. Teniendo en
desarrollo más importante se habría dado hacia los cuenta esta situación, es posible considerar a los
1.000 años AP aproximadamente; momentos en RP como una categoría artefactual, si bien
los que cuales los grupos adaptados al ambiente igualmente decorada, esencialmente diferente de
fluvial del río Paraná habrían intensificado su aquella integrada por contenedores con motivos
presencia en la llanura aluvial de este río, incisos y/o modelados, tanto abstractos como
alcanzando su delta, remontando el río Uruguay y representativos (RMA-RMR).
asentándose en buena parte de sus márgenes
(Ceruti 2000, 2003). En base a esto se tuvieron en cuenta al menos tres
amplias categorías de recipientes, pudiendo ser
Los recipientes de alfarería relacionados con las consideradas igualmente en otros sitios del área
poblaciones fluviales paranaenses constituyen (Figura 2): 1) Recipientes decorados mediante
prácticamente el único soporte conocido para el motivos abstractos y/o representativos (realizados
registro artístico de estos grupos. Los mismos se mediante técnicas de incisión y/o modelado), con
presentan intensamente fragmentados, con escasa la presencia o no de pintura roja total en alguna de
presencia de ejemplares enteros o con sus caras (RMA-RMR); 2) Recipientes decorados
posibilidades de una reconstrucción completa. No con pintura roja, zonal o total (RP); y 3)
obstante, expresan a nivel regional formas Recipientes lisos, no decorados (RL).
globulares con base redondeada y contornos Se tomaron dos grandes ejes metodológicos
simples; y a diferencia de otros casos, la cerámica interconectados para el abordaje del arte mobiliar
de estas poblaciones no registra un uso como cerámico: a) el contexto del registro artístico, en el
urnas funerarias. El registro artístico se encuentra cual se incluyó el estudio de variables
conformado por motivos abstractos (sensu Gradin tecnológicas, de utilización y, especialmente de
1978) realizados mediante incisión o pintura, y forma en las distintas categorías de recipientes
fundamentalmente por motivos representativos
(sensu Gradin 1978) elaborados mediante i
Dichos motivos dibujados mediante técnicas incisas
modelado y, en menor proporción, por medio de conforman, en los casos constatados, motivos
técnicas incisas. zoomorfos equivalentes a aquellos diseñados mediante
técnicas de modelado, esto es, aves psitaciformes.

126
Figura 2. Categorías de recipientes cerámicos y principales formas registradas en A. Arenal I.

127
Figura 3. Reconstrucción de las posibles formas más comunes en base a bordes.

128
Figura 4. Aspecto y tratamiento de superficie según categorías de recipientes cerámicos.

129
cerámicos; así como también los patrones - Formas restringidas (diámetro de boca menor al
distribucionales de los elementos decorados al diámetro máximo de la vasija): a) con cuello recto;
interior de los sitios; y b) las cualidades del b) con cuello evertido; y c) con cuello invertido.
registro artístico, en el cual se consideraron
aspectos de su elaboración técnica, de sus El abordaje de los motivos representativos
atributos morfológicos y de sus modalidades zoomorfos requirió un acercamiento especial. Se
organizativas. decidió tener en cuenta la segmentación de la
figura en distintas áreas, de modo tal de poder
La muestra cerámica proveniente de las distintas observar los comportamientos de los diferentes
categorías artefactuales fue discriminada en atributos decorativos en: a) el área superior de la
función del grado de relación con los enterratorios cabeza; b) el área lateral de la cabeza y el cuello;
del sitio. De esta manera se distinguieron las c) en la periferia de los ojos; y c) en el cuerpo, en
siguientes áreas contextuales: a) áreas asociadas a aquellos casos en que se trató de una
entierros, en la que se consideraron los materiales representación a cuerpo completo.
cerámicos que habrían formado parte de la
cubierta de los esqueletos Nº 1 y Nº 2, así como Se realizaron labores de remontaje que
aquellos que se habrían dispuesto como permitieron agrupar conjuntos de tiestos como
acompañamiento funerario; b) áreas no asociadas parte -o como potencialmente parte- de una
a entierros, en la cual se tuvieron en cuenta el resto misma vasija. En estos casos se los computó a
de los materiales cerámicos del sitio. todos estos fragmentos como una sola unidad a
La discriminación de los materiales analizados en fin de no sobredimensionar la representatividad
áreas contextuales se tomó como un criterio de los mismos dentro de la muestra. Se siguió
analítico destinado a realizar consideraciones con para esto el criterio de familias de fragmentos
respecto a la variabilidad en la manufactura y uso según el cual los tiestos pueden computarse juntos
de los artefactos cerámicos. Sin embargo, es en base al examen de los atributos artefactuales
posible que se hayan producido desplazamientos que indiquen su potencial pertenencia a una
de materiales por procesos post-depositacionales misma pieza cerámica, como por ejemplo, la
que alteraran la ubicación original de los ítems decoración, el espesor y la forma de los bordes
arqueológicos, contribuyendo a desdibujar sus (ver Palamarczuk 2002).
comportamientos intra-sitio. Por otra parte, debe
sumarse a esta limitación la falta de un sostén Se analizó la totalidad de los restos asignables a
cronológico adecuado para los materiales recipientes con motivos abstractos incisos del sitio
arqueológicos del sitio que permita circunscribir (N=198), en tanto que con respecto a las
áreas temporales bien definidas, más allá de las representaciones figurativas se trabajó con
que pueden ser planteadas por medio de los aquellos ejemplares enteros o casi enteros (N=20).
cambios en la litología o a partir de las Debieron descartarse aquellos fragmentos de
concentraciones de materiales. recipientes con motivos zoomorfos demasiados
pequeños, los cuales no permitían determinar si
Para la reconstrucción de las formas de los conformaban representaciones distintas, o si se
recipientes, y como consecuencia de su alta trataba de elementos pertenecientes a las
fragmentación, se tuvo en cuenta la división básica representaciones casi enteras ya registradas. En el
entre formas restringidas y no restringidas (sensu caso de los restos de recipientes con pintura zonal
Shepard 1963), a la cual se le adicionó una o total, en razón de su elevado número, se
subdivisión teniendo en cuenta la apertura de las seleccionaron preferentemente bordes, debido a su
paredes, en el caso de los recipientes abiertos, y el valor diagnostico, y en menor medida fragmentos
tipo de cuello, en el caso de los recipientes de cuerpo (N=305). Con los tiestos pertenecientes
cerrados. Como muestras de referencia para la a recipientes lisos, e igualmente por los mismos
individualización de las probables formas se motivos, se trabajó mayormente con una selección
tomaron como parámetro los contenedores enteros de bordes (N=320).
hallados en el área del Paraná medio, así como
también las alfarerías miniaturas encontradas en
los sitios del área. De este modo, se distinguieron Variabilidad por categorías de recipientes
(Figura 3): cerámicos: datos tecno-formales y rastros de
uso
- Formas no restringidas (diámetro de boca igual o
superior al diámetro máximo de la vasija): a) con Las diferentes categorías de contenedores
pared extremadamente divergente; b) con pared cerámicos presentan similitudes de
medianamente divergente; y c) con pared poco comportamiento con respecto a atributos
divergente. relacionados con las características de la pasta y el
acabado de las superficies de los recipientes, así

130
como a ciertos aspectos generales concerniente a restringidas (Figura 2 y 5). Esta situación podría
la forma de los mismos. Tanto los contenedores ser un modo de habilitar a ambas categorías de
lisos, los pintados como los que presentan motivos artefactos tanto para actividades que impliquen
abstractos-representativos demuestran superficies almacenamiento, dado que la restricción de boca
regulares, con escasa proporción de permitiría una mayor retención del contenido de la
irregularidades (Figura 4). Los rodetes han sido vasija, como para actividades que requieran la
bien alisados, registrándose en algunos casos manipulación, el despliegue o el secado del mismo
engobe y pulido (Figura 4). Las pastas cerámicas (Shepard 1963).
evidencian texturas compactas (62,5%-69,5%) con
adición de tiesto molido de distintas medidas Más allá de estas similitudes, se apuntan sin
como antiplástico. Las mismas no evidencian embargo algunas divergencias entre las distintas
prácticamente la presencia de burbujas de aire de categorías artefactuales con respecto a variables
relativamente grandes dimensiones y de tales como forma, diámetro de boca, presencia de
distribución azarosa, indicadoras de un amasado hollín, ubicación y conservación de la pintura. De
inapropiado (Cremonte 1985; Rye 1981). Se esta manera, los distintos recipientes cerámicos
distingue, por otra parte, una preponderancia de reúnen un conjunto específico de tendencias en
fracturas finas (57%-70%), es decir, con cuanto a la aplicación de determinadas elecciones
irregularidades pequeñas y juntas. La casi ausencia técnicas, las cuales resultan más particulares en el
de fractura floja y la presencia generalmente caso de las vasijas pintadas que en el resto de las
minoritaria de fracturas altamente cortantes o muy categorías artefactuales. Los datos registrados en
ásperas en los materiales analizados podría sugerir las distintas categorías de recipientes cerámicos
que los recipientes no fueron cocinados a muy sugieren las siguientes tendencias específicas para
bajas temperaturas (Orton et al .1997). El cada una:
predominio amplio de núcleos de color gris
uniforme (78%-85,5%) en la muestra analizada Recipientes con motivos abstractos y
estaría indicando, por otro lado, la existencia de representativos (RMA-RMR).
una atmósfera de cocción reductora, en la cual al
verse restringida la circulación de aire, se impide - Predominan los diámetros de boca pequeños
la completa oxidación de los materiales contenidos (menores a 18cm). Los diámetros medianos
en la pasta (ver Convención Nacional de (18/30cm) y los grandes (igual o superior a 30cm)
Antropología 1966). Ciertos aspectos formales, de suelen estar menos presentes (Figura 5). Por otro
manera semejante a lo sucedido con los atributos lado, las represtaciones zoomorfas son con
de la pasta y de la superficie, resultan comunes a frecuencia de tamaño reducido (menores a 5cm),
las distintas categorías de recipientes cerámicos lo cual haría pensar en su correspondencia con
considerados. En todos los casos predominan las recipientes igualmente pequeños o medianos
formas de contornos simples e invertidos que (Figura 5). La menor proporción de figuras
terminan en labios convexos o rectos, así como los grandes (por encima de 10cm) y medianas
grosores de pared medianos (0,45cm-0,65cm) (5cm/10cm) estaría sugiriendo probablemente la
[Figura 5]. La marcada presencia de vasijas de presencia igualmente menor de contenedores de
formas globulares con contornos simples y sin grandes proporciones (Figura 5).
ángulos, si bien son atributos especialmente - Las superficies externas suelen estar levemente
preferibles en actividades culinarias donde la mejor niveladas que en relación al interior de los
exposición al estrés térmico es reiterada, podría recipientes (Figura 4); situación que podría
reflejar la intención de dar soluciones eficaces a deberse a los requerimientos necesarios para la
problemas comunes presentes en varios posterior decoración, localizada especialmente
desempeños cerámicos (Paleo y Meroni 2005- sobre la cara externa de los recipientes.
2006). Por otro lado, este tipo de formas, así como - Se distinguen proporciones de hollín
la fabricación de paredes de grosores medios, fundamentalmente en cantidad escasa y moderada,
podría constituirse como una manera efectiva para y en mucho menor grado de manera abundante
incrementar la resistencia de las vasijas a las (Figura 6). Su presencia se registra en un 8,5% de
caídas, y por ende, de aumentar la durabilidad de los recipientes con motivos abstractos incisos
los artefactos (Shiffer y Skibo 1997). (RMA) y en un 5% en recipientes con motivos
representativos (RMR). Estas adherencias se
Si bien los recipientes pintados (RP), tienden a detectan mayormente en la superficie externa de
diferenciarse del resto de los contenedores por un los recipientes, y en menor medida de manera
amplio predominio de formas abiertas, tanto los interna o sobre ambas superficies a la vez;
recipientes con motivos abstractos-representativos asociándose fundamentalmente a recipientes
(RMA-RMR) como los recipientes lisos (RL) cerrados con paredes invertidas o levemente
presentan por lo común proporciones más evertidas (Figura 6).
equivalentes entre formas restringidas y no

131
- Las vasijas de esta categoría que se combinan Recipientes pintados (RP):
con superficies totalmente pintadas de rojo en
alguna de sus caras constituyen el 16% del total de - Amplio predominio de formas abiertas, dentro de
la muestra de estos recipientes. La misma tiende a las cuales se da una alta frecuencia de paredes
ubicarse preferentemente en la superficie externa medianamente divergentes, así como una buena
(39,5%) o bien en ambas caras al mismo tiempo proporción de recipientes con paredes
(39,5%), y en menor proporción en la cara interna ampliamente divergentes, prácticamente
(21%); es decir, en proporciones más equitativas inexistentes en el resto de las categorías
en las distintas superficies que en relación a la artefactuales (Figura 2 y 5).
categoría de los RP. - Los diámetros de boca de los recipientes se
ubican en su mayoría entre los 18cm/30cm, y por
encima de los 30cm; indicando tamaños de vasijas
preferentemente medianas a grandes (Figura 5).
- Resultan infrecuentes los espesores muy gruesos
de más de 0,9cm, siendo nula, a diferencia de las
otras categorías de recipientes, la presencia de
bordes correspondientes a campanas o alfarerías
gruesas sin fondo (Figura 5).
- La ubicación de la pintura tiende a ser
fundamentalmente de localización interna (85%),
con buenos porcentajes de estado de conservación
bueno (37,5%) y muy bueno/excelente (25,5%) en
dicha superficie. Con respecto en la cara externa
se destaca un incremento de la conservación
regular (78%).
- Se registran los índices más elevados de
regularidad interna y externa de las superficies,
que con respecto a las otras categorías de vasijas.
Las superficies internas, en este caso, suelen
presentar menores irregularidades que aquellas
externas (Figura 4).
- La presencia de engobe se registra en
porcentajes mayores a los constatados en resto de
Figura 5. Atributos formales en las distintas las categorías de recipientes (Figura 4);
categorías de recipientes cerámicos. desarrollándose especialmente como base de las
superficies que han sido pintadas.
Recipientes lisos (RL): - La pasta cerámica destaca una preponderancia
más marcada de fractura fina (70%) respecto de la
- Los diámetros de boca suelen ubicarse entre los cortante (25,5%) y la laminada (4,5%); así como
18cm/30cm, siguiéndoles en proporción los antiplásticos de tiesto molido de tamaño menor al
diámetros pequeños (menores a 18cm) y los registrado en las demás categorías artefactuales
grandes (mayores a 30cm) (Figura 5). consignadas.
- Se registra mayor cantidad de piezas con hollín - La presencia de hollín suele ser muy escasa en
(15,5%), reflejando una presencia significativa de comparación al resto de los recipientes (1,5%);
estos probables restos de uso dentro de esta constatándose solamente en pequeños sectores de
categoría (Figura 6). la superficie externa de los tiestos (Figura 6).
- Si bien se localizan con mayor frecuencia
cantidades escasas y moderadas de hollín, se
detectan, en comparación con las otras categorías Cualidades del registro artístico: morfología,
de recipientes, porcentajes más elevados de organización y elaboración
cantidad abundante (Figura 6). La ubicación de
estos rastros en los recipientes suele ser externa, y Morfología. El espacio decorado se localiza en los
en menor medida interna, o sobre ambas recipientes especialmente en las proximidades de
superficies a la vez (Figura 6). Los tiestos lisos sus bordes, como así lo indica la supremacía de
con adherencias de hollín se corresponden fragmentos de bordes (N=159) con respecto a los
mayoritariamente con formas restringidas; y en el de cuerpo (N=59). Las aves psitaciformes
caso de asociarse a formas no restringidas, las conforman el taxón con mayor presencia en la
mismas corresponden a paredes nada o muy poco iconografía del sitio, alcanzando el 90% (N=18)
divergentes (Figura 6). de los motivos figurativos. El 10% restante
corresponde a la figura de un mamífero (felino) y

132
a la de un reptil (ofidio). A excepción de este predominante en el área superior de la cabeza y en
último, el cual resulta plasmado a cuerpo la periferia de los ojos; y la línea quebrada en zig-
completo, las demás figuras constituyen solamente zag, mayormente localizada en el área lateral de la
representaciones de una parte del cuerpo de los cabeza-cuello de las figuras. En menor proporción
animales: la cabeza y el cuello. se registra espiralado y escalonado,
particularmente presentes en el grupo de las aves
psitaciformes (Figura 7).
Organización. El 28% de la muestra de RMA
(N=56) presenta alguna clase de movimiento de
simetría. Los mismos corresponden ampliamente a
principios de traslación y de reflexión simple, de
manera conjunta o independiente (Figura 8). La
traslación de los elementos se produce
predominantemente sobre un vector horizontal, en
tanto que la reflexión toma como referencia un eje
vertical (Figura 8). Si bien en aproximadamente la
mitad de la muestra correspondiente a las figuras
zoomorfas no pudo examinarse este atributo por
encontrarse fragmentada o bien por no poseer
tridimensionalidad, una importante proporción
presentó reflexión sobre su eje sagital, dando lugar
a dos mitades exactas (Figura 8). Las figuras que,
Figura 6. Ubicación y cantidad de hollín según por el contrario, mostraron mitades asimétricas
categorías de recipientes cerámicos. resultaron ejemplificadas por: una probable
psitácida, una psitácida y por el mamífero. En las
Dentro de los motivos abstractosii, predominan dos primeras figuras la asimetría estuvo dada por
ampliamente los motivos lineales rectilíneos diferencias mínimas en los motivos abstractos
(N=178). Aquellos lineales combinados suelen presentes en su cuello, en tanto que en el felino la
estar escasamente presentes (N=11), al igual que asimetría se expresó en la presencia de ojos en una
los lineales curvilíneos (N=5) y los puntifomes en de sus mitades y por su ausencia en la otra mitad.
general (N=4) (sensu Gradin 1978). Las guardas
abstractas se presentan usualmente como líneas
paralelas a la línea del borde (de 1 a 3 líneas), las
cuales suelen verse acompañadas por distintos
elementos de diseño, pero especialmente por
líneas quebradas en zig-zag (Figura 2). Las
combinaciones entre elementos que conforman las
guardas abstractas se encuentran presentes en un
15% de los casos constatables de la manera
siguiente: línea recta paralela al borde + línea recta
quebrada: (N=16); línea recta paralela al borde +
escaleriforme: (N=6); línea recta paralela al borde
+ triángulo (N=3); línea recta paralela al borde +
escaleriforme + triángulo: (N=3); línea recta
paralela al borde + línea recta quebrada + círculo:
(N=2).
En las figuras zoomorfas, los motivos abstractos
que las acompañan se localizan preferentemente
sobre la cabeza de las mismas (83,5%); y en Figura 7. Elementos y técnicas decorativas según
menor medida, a los costados de su cara y cuello localización en las figuras zoomorfas.
(33,5%) y en la periferia de los ojos (33,5%). Los
elementos constitutivos principales de estos Elaboración de los motivos. La principal técnica
motivos son: la línea recta, especialmente decorativa utilizada es la incisión de surco rítmico,
la cual tiende a localizarse en la parte externa de
los recipientes (N=164), y en mucha menor
ii
Se refiere tanto a los motivos que forman guardas en proporción en la superficie interna (N=10), en el
las proximidades de los bordes de los recipientes, como labio (N=10), o en ambas caras a la vez (N=3)
a los motivos abstractos que acompañan a las (Figura 9). Las otras técnicas minoritarias
representaciones y que se localizan en la parte superior
empleadas son: la incisión de línea, localizada
de su cabeza, a los costados de su cara-cuello y en la
periferia de sus ojos, o sobre su cuerpo. preferentemente en el borde de los recipientes; el
punteado y el unguiculado, ambas técnicas

133
ejecutadas sobre las superficies externas (Figura empleó únicamente como medio para elaborar los
9). La combinación de técnicas decorativas en un ojos de las figuras (Figura 7).
mismo recipiente se da en un 14% de la muestra Dado que los trazos incisos se presentan
considerada. Se registran: (1) incisión de surco básicamente como líneas claras, la realización de
rítmico + incisión de línea en el labio (N=22), (2) los motivos sobre la arcilla debió realizarse
incisión de surco rítmico + incisión de punto prácticamente en el estado de dureza de cuero de
(N=5). este material (Rye 1981) (Figura 10). La dureza
El entrecruzamiento de variables tales como la plástica de la arcilla al momento de la elaboración
forma de los recipientes y la localización de los de los motivos, registrada en 2 de los 3 casos
motivos, indicó comportamientos algo divergentes constatados, corresponde fundamentalmente a
entre formas abiertas y cerradas. Las formas labios decorados mediante incisión de línea, en los
abiertas evidenciaron una presencia mayor de cuales este estado de secado pudo haberse
decoración incisa –ya sea de surco rítmico o de relacionado con la elección del tipo de motivo
línea- en los labios de los recipientes, que con final perseguido; es decir, labios incisos con una
respecto a las formas restringidas, las cuales ligera apariencia de modelado.
mostraron por su parte escasos labios decorados.
Las figuras zoomorfas se realizaron ampliamente Las improntas de los motivos incisos se presentan
sobre modelado (80%, N=16), técnica que le mayormente con forma subcuadrangular, seguidas
aporta un aspecto tridimensional y un mayor en cantidad por aquellas con forma subrectangular
realismo a las mismas. Las representaciones (Figura 10). Ambas clases principales de
zoomorfas bidimensionales son menos frecuentes improntas podrían darse, o bien en función de una
(20%, N=4). Éstas se elaboraron mediante trazos modificación en el instrumental utilizado, ya que
incisos en el cuerpo-borde de las vasijas (N=2) o algunas de las subrectangulares se presentan con
bien se realizaron por medio de una extensión de dimensiones mayores a las subcuadrangulares; o
parte del borde de los recipientes (N=2) (Figura bien en virtud de un menor espaciamiento entre un
2). trazo y el siguiente, utilizándose para ello el
mismo instrumento o instrumentos similares. La
presencia mayor de huellas de dimensiones
pequeñas (alrededor de los 2,5mm) podría estar
afianzando la segunda de estas posibilidades.
La presión de los trazos tiende a ser intermedia;
esto es, trazos ni muy profundos que podrían
deformar los motivos, ni muy suaves como para
disminuir la visibilidad de los mismos. Por otro
lado, el ángulo del instrumento fue ejecutado
mayoritariamente a 90º en relación a la línea del
trazo; y tan sólo en contados casos el instrumento
fue colocado en forma inclinada, de manera tal de
formar un ángulo de 45º. Los trazos se practicaron
generalmente con muy buena precisión, seguido
de precisión buena y excelente; indicando la
habilidad por parte de los alfareros para controlar
los gestos técnicos. Resultan muy escasos, por el
Figura 8. Atributos con respecto a la simetría de contrario, los trazos en los cuales se detectó una
los motivos. precisión regular en cuanto a la ejecución de los
motivos (Figura 10).
Los detalles incisos que forman parte de las
figuras se llevaron a cabo predominantemente
mediante técnicas de incisión de surco rítmico en Variabilidad por contextos de asociación
todos los grupos taxonómicos, es decir, en los
diferentes grupos de animales representados. Si El análisis de los comportamientos intra-sitio de
bien esta técnica se desarrolla sobre todos los las variables tecno-formales y de los rastros de uso
sectores de las figuras, lo hace más especialmente en las distintas categorías de recipientes cerámicos
a los costados de la cabeza y el cuerpo de las no parecen indicar diferencias significativas entre
mismas (Figura 7). La incisión de línea resulta las dos áreas contextuales consignadas en función
minoritaria en la muestra, y fue utilizada para los de su asociación o no con los entierros del sitio.
motivos abstractos que se encuentran en la parte Los atributos considerados respecto de la forma, la
superior de las figuras. La incisión de punto, superficie y la pasta que caracterizan a las distintas
igualmente de escasa presencia en la muestra, se la categorías de artefactos siguen las mismas
tendencias en ambos sectores del sitio. Como

134
excepción, no obstante, puede mencionarse el registro del único recipiente con motivo abstracto

135
Figura 11. Distribución intra-sitio de recipientes con motivos abstractos y representativos.

136
provisto de orificio de suspensión en el área mantienen constantes, en tanto que otras se
contextual de no asociación a las inhumaciones comportan de modo particular según sea la
del sitio; así como, igualmente en esta área, la categoría de recipiente considerada. Estas
presencia de un recipiente miniatura sin tendencias especiales, en cuanto a la aplicación de
decoración. determinadas elecciones tecnológicas, se hacen
más evidentes en el caso de los recipientes
Más allá de esto, la presencia de marcas de hollín pintados (RP) que en las vasijas lisas (RL) y con
en tiestos correspondientes a recipientes con motivos abstractos-representativos (RMA-RMR),
motivos abstractos (RMA) y a recipientes lisos las cuales comparten, por ejemplo, características
(RL) se verificó tanto en áreas de asociación relativas a forma, tratamiento de superficie y
como de no asociación a entierros; en tanto que el pasta.
recipiente con motivo zoomorfo (RMR) que
evidenció rastros de hollín se registró solamente Las similitudes planteadas en torno al
en esta última área contextual. Es de destacar, por comportamiento de estos atributos en RL y en
otro lado, que el registro de alfarerías gruesas, RMA-RMR podrían estar indicando semejanzas
tanto en las categorías de los RMA-RMR como en en cuanto a los desempeños pasados de dichos
los RL, no constituye un aspecto exclusivo de un contenedores. Es decir, los modos en que se
área en particular, sino que constituyen por el manufacturaron los recipientes, soportes del
contrario materiales adjudicables a ambas áreas registro artístico, no parecen diferir
consideradas. substancialmente de aquellos que no presentan
decoración alguna; los cuales por no presentar una
La evaluación de la distribución intra-sitio del cuota de esfuerzo, tiempo, materiales y habilidad
registro artístico indicó la presencia de restos de extra, se constituyen como el prototipo de los
recipientes con decoración abstracta (RMA) y recipientes de uso cotidiano. El soporte del
representativa (RMR) tanto en contextos de registro artístico no destaca, por ejemplo, ni la
asociación a los entierros como en las áreas donde presencia de superficies perfectamente niveladas -
no se registraron inhumaciones, tal como se ilustra como efectivamente sucede con los RP-, ni
en la Figura 11. Con respecto a las demás tratamientos superficiales distintivos u otro tipo de
variables decorativas analizadas (morfología de elecciones tecnológicas, más allá de la presencia
los motivos, organización de lo decorativo y de los aspectos decorativos, que podrían hacer
elaboración del registro artístico) no se destacaron pensar en desempeños especiales para los mismos.
igualmente diferencias apreciables entre las
distintas zonas del sitio (Figura 8 y 10). La ausencia de elecciones tecnológicas
particulares, así como su registro en contextos
diversos, indicarían posiblemente entonces la
Consideraciones finales participación de los recipientes con motivos
abstractos y zoomorfos tanto en actividades
Este trabajo pretendió ampliar la propuesta cotidianas como en actividades de significación
metodológica preliminar asumida en trabajos ritual, como ser las prácticas inhumatorias de los
previos para el estudio de los aspectos artísticos de grupos humanos. Los rastros de hollín que
los grupos fluviales del Paraná (Ottalagano 2007a, demuestran algunos de los fragmentos
2007b, 2007c). En ella se intentó enfatizar la pertenecientes a estos recipientes estarían
dimensión contextual de las variables decorativas, reforzando por otro lado la idea del uso
planteándose comparaciones de atributos tecno- domésticos y culinario de estos artefactos;
formales y de uso en distintas categorías de probablemente de carácter eventual, dada la menor
recipientes cerámicos, y registrando la distribución intensidad con que se presentan estos rastros en
de los ítems decorados en relación a las áreas de los RMA-RMR. Por otra parte, la ausencia de
entierro. En base al criterio metodológico de maneras diferentes de manufacturar artefactos
discriminar distintas categorías artefactuales y de decorados en las distintas áreas contextuales
efectuar comparaciones de atributos entre las consideradas, podría estar sugiriendo el paso de
mismas, se buscó evaluar si los alfareros habían los ítems decorados de un contexto doméstico a
implementado elecciones tecnológicas divergentes uno funerario; tratándose por lo tanto de artefactos
en las diferentes clases de contenedores presentes de uso generalizado.
en el sitio, en pos de capacitarlos para desempeños
diversos. El estudio del registro artístico en sí mismo, por su
parte, indica pautamientos relacionados con: a) la
Los análisis realizados por medio de este enfoque manera de ejecutar técnicamente los motivos
contextual sugieren que algunas características (forma y tamaño de las improntas, presión y
artefactuales de los contenedores cerámicos se precisión de los trazos, ángulo del instrumento,

137
técnicas decorativas); b) la morfología de los arte en diferentes contextos, y particularmente en
motivos (ej. grupos faunísticos y partes el ámbito de lo cotidiano, podría estar señalando la
anatómicas representadas, clases de motivos intención de manifestar determinados emblemas
abstractos); y c) el modo en que se estructura lo de identidad en artefactos que son asumidos como
decorativo (empleo de determinadas reglas de altamente visibles (Conkey 1990). La mayor
simetría, relación particular entre técnicas proporción de recipientes pequeños a medianos en
decorativas y localización específica dentro de los la categoría de los RMA-RMR, podría sugerir
recipientes o en los distintos sectores de las figuras funciones relacionadas con la preparación y
zoomorfas). distribución de alimentos; actividades que
involucran una exhibición pública más marcada
Entendiendo al estilo fundamentalmente como un que las relacionadas, por ejemplo, con el
modo de hacer repetido (Hodder 1990; Washburn almacenamiento. A su vez, esto permitiría pensar
y Crowe 1988), los pautamientos manifestados en las razones por las cuales algunos recipientes se
la morfología, estructura y elaboración del registro encuentran decorados y otros no; ya que
artístico podrían ser entendidos como resultado de probablemente se habría privilegiado la
modos establecidos y compartidos de hacer y de decoración en aquellos destinados a sostener un
percibir. Así, por ejemplo, las escasas variaciones nivel de exposición mayor.
que demuestra la elaboración técnica de lo
artístico podría estar indicando la existencia de Se ha sugerido, en tal sentido, que los artefactos
determinadas recetas de comportamiento asociados con las actividades diarias poseen
apropiadas (sensu Schiffer y Skibo 1987) o pautas mejores condiciones para manifestar aspectos de
de hacer estandarizadas (Costin y Hagstrum la etnicidad de las poblaciones asentadas en cada
1995). Los datos referidos a la manufactura de los sitio, no solamente porque tienden a estar
motivos (ej. secado de la arcilla al momento de la manufacturados localmente, contando por este
decoración, forma y tamaño de los trazos), estarían motivo con menos posibilidades de ser
señalando el uso de un instrumental acotado y un introducidos como elementos exóticos (Williams
repertorio restringido de acciones acerca de 2005); sino porque la cotidianidad es “…el
cuándo y cómo utilizarlo. Las decisiones con espacio fundamental de concreción de la
respecto a la manera de organizar lo artístico conciencia social de un grupo humano…”
dentro de una sociedad está relacionada, por su (Bartolomé 1997: 84). La cotidianidad, siguiendo
parte, con los modos en que sus integrantes a Bartolomé, constituye el espacio de expresión
conciben el mundo (Washburn y Crowe 1988). En del ser social distintivo; convirtiéndose en “…el
términos similares, y siguiendo los conceptos de parámetro cardinal para caracterizarse y
metáfora (Tilley 1991) y su rol en la construcción caracterizar a los otros” (Bartolomé 1997: 84-85).
de significados (Ottalagano 2008), podría En este espacio, la cultura pasa a asumirse como
encuadrarse también la preferencia por la desempeño real, antes que como norma ideal,
representación de determinados grupos faunísticos visibilizándose los significados culturales como
(aves en general, aves psitaciformes en particular) conductas concretas. Es mediante las
y partes anatómicas específicas (segmento objetivaciones cotidianas de la cultura donde la
correspondiente a la cabeza y el cuello). Dado que identidad se revela, ya que es en la esfera de la
la conexión de significados que establece el vida diaria “…donde mejor se manifiesta la
proceso metafórico tiene lugar bajo circunstancias riqueza de la diferencias; la alteridad en acción…”
sociales e históricas específicas, los miembros de (Bartolomé 1997: 85).
una misma cultura comparten entendimientos
metafóricos particulares, situación que facilita la
articulación de individuos y grupos (Tilley 1991). Referencias

Estas conclusiones conducirían a planteos más Bartolomé, M. A. 1997. Gente de costumbres y


amplios, que aunque requieren un cuerpo de datos gente de razón. Identidades étnicas en México.
mayor al expresado en el presente trabajo, Siglo XX, México.
permitirían plantear la posibilidad de
connotaciones emblemáticas o identitarias para el Ceruti, C. 1989. Proyecto “Las modificaciones
registro artístico (Bartolomé 1997; Wiessner ambientales del Pleistoceno final Holoceno, y su
1983). Las regularidades expresadas en el arte relación con los asentamientos humanos en el
mobiliar cerámico analizado podrían indicar, noroeste de Entre Ríos” (PID-CONICET Nº 3-
entonces, la voluntad de comunicar una 081800/88). Informe Final, MS.
diferenciación por parte de un grupo humano; y
supondrían, además, el establecimiento de Ceruti, C. 2000. Ríos y praderas. Los pueblos del
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