«Pueblos originarios» es una denominación colectiva aplicada a las comunidades originarias de América, que corresponde a los grupos humanos descendientes de culturas pre-colombinas que han mantenido sus características culturales y sociales. Y una diversidad de etnias o pueblos originarios son los que coexisten dentro del espacio peruano –y ésta dentro de la diversidad de América-… El uso del término se ha difundido por su empleo en los estudios culturales, las cátedras universitarias y la prensa, en los cuales se lo considera una manera políticamente correcta de referirse a las comunidades previamente denominadas «indígenas». Jorge Fernández Chiti argumenta que otra denominación común para los pueblos autóctonos de América ―como «indio»― es etnocentrista e impuesta por los colonizadores como manera de destruir su identidad. De este modo el término «indio» (‘habitante de la India’), o incluso «amerindio», refleja las erróneas ideas de los conquistadores europeos, quienes creían haber encontrado en el continente americano la costa oriental de la India. A inicios del siglo XX, Víctor R. Haya De la Torre no tenía problemas intelectuales para utilizar el término Indoamérica, refiriéndose a los espacios que antes estaban bajo el dominio español y portugués.
Decía : “Lo que une a Indoamérica es lo indígena. Todos
los habitantes de Indoamérica, aunque no sean indígenas tienen ya algo de indígenas por el mero hecho de existir, respirar, vivir sobre la tierra de Indoamérica” Durante el Virreinato la consideración de pueblos bárbaros y atrasados está presente incluso con argumentos teológicos. Lo que en realidad se buscaba era validar sin problemas morales ni legales la explotación y exterminio de los pueblos originarios. “«Todo cuanto los ángeles debían hacer con ustedes ya está hecho. Ahora ¡lámanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo». El viejo ángel rejuveneció a esa misma hora; sus alas recuperaron su color negro, su gran fuerza. Nuestro Padre le encomendó vigilar que su voluntad se cumpliera.” (Fragmento final de “El sueño del pongo”) José María Arguedas Durante la República El racismo colonial justificó la dominación de la nueva élite republicana, que en el pensamiento liberal de la época asumía igual la inferioridad étnica de los indígenas. El exterminio físico, como se emprendió en muchos países de América….
Así, para esta élite republicana existían
dos posibles soluciones a largo plazo: … o la regeneración biológica gradual, a través de la mezcla racial con ejemplares de la “raza superior, blanca”. Surge así la ideología que consideraba al Perú “un país vacío” , que era necesario poblar promoviendo la inmigración europea, para asegurar la superación de las taras raciales de la población no blanca.
De aquí nace la idea de la existencia de una
“República sin ciudadanos” , donde una minoría se sentía la encarnación de la nación, con el derecho de excluir a las grandes mayorías. Intelectual responsable de la formación del sistema educativo peruano. Consideraba que éste debía excluir a los indios.
Para él el indio era racialmente
inferior y era perder tiempo y dinero intentar redimirlo a través de la educación, pues éste había llegado a su decadencia definitiva, a lo sumo cabía protegerlos y defenderlos. ALEJANDRO DEUSTUA El discurso de la “inferioridad natural” de los indígenas tuvo algunas resistencias, ¿cómo explicar entonces la grandeza del imperio de los Incas? Eso planteaba interrogantes serias en torno a la “natural incapacidad de los indios”. Entonces se construyó un discurso que permitiera conciliar esta contradicción (que a la postre llevó a la misma conclusión) : se afirmó que los Incas eran una raza distinta a los indios. Extinguidos aquello, les sobrevivían estos, manifiestamente inferiores. Va a ser José Carlos Mariátegui quien siente las bases de la moderna reflexión social en torno a la cuestión indígena, cuestionando a la generación del novecientos. Mariátegui rechazaba categóricamente que el “problema del indio” fuera educativo, moral, religioso o “natural” y recusaba la “solución” del mestizaje biológico, sosteniendo que el problema era eminentemente socioeconómico. Será el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, el denomi- nado “Gobierno revolucionario de las fuerzas armadas” quien ponga en efecto las ideas de reivindicación y de justicia hacia los pueblos indígenas en general, en el Perú. En América Latina hay más de 670 pueblos indígenas. Sin embargo, pese a su magnitud y el valor cada vez más reconocido de su diversidad cultural, comparten una situación de discriminación estructural de larga data histórica que se expresa en una mayor pobreza. El Perú alberga una sociedad con gran diversidad cultural. No obstante, estas diversas poblaciones culturales y lingüísticas han sido subvaloradas debido a la forma en que ha estado organizada nuestra sociedad, que ha reproducido formas jerárquicas, discriminatorias y excluyentes de relaciones. Aun hoy entonces, todo lo que concierne a los pueblos originarios en el Perú, no es un tema cerrado, sino abierto a desarrollos y cambios.