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TEMA IV.

EL PENSAMIENTO LIBERAL DEL SIGLO XIX

1. ¿Qué es el positivismo?

El positivismo afirma que en la realidad existe un orden único que tiende al progreso
indefinido de la sociedad. Todo lo que ocurre responde a ese orden natural que hay que
descubrir, conocer y aceptar. Así, el ser humano no es el constructor de la realidad social,
propone una suerte de inmovilismo social de orden social descartando la
problematización.

Su influencia se extendió a lo largo de Latinoamérica, promoviendo gobiernos fuertes,


orden social, estabilidad y crecimiento económico.

La fuerza de las ideas positivas reflejó el compromiso del liberalismo dominante para
alcanzar el progreso por encima de los obstáculos culturales y religiosos.

Los positivistas fueron también influenciados por las ideas racistas europeas para reducir
a la población indígena, mestiza y negra a un estado social inferior.
Figuras destacadas del postivismo en Latinoamérica fueron Domingo Faustino Sarmiento
(1811-1888) y Juan Bautista Alberdi (1810-1884) en Argentina; Porfirio Díaz (1830-1915)
y Gabino Barreda en México.
2. El Darwinismo social
El darwinismo social es una teoría que pretende aplicar los principios de la evolución al
desenvolvimiento de la historia social. De acuerdo con este enfoque, la supervivencia del
más apto o la selección natural sería visible en los movimientos históricos, donde las
sociedades han competido entre sí para prevalecer.
El darwinismo como ciencia estaba influenciado por su contexto social, específicamente
por el capitalismo que imperaba en Inglaterra. En la lucha por la supervivencia en un
contexto con recursos limitados, algunas “especies” sobrevivieron y otras no (dentro de la
sociedad del siglo XIX).

En esa época las teorías de Darwin estaban en auge, por lo que muchos teóricos y
sociólogos fueron propagadores de estos postulados altamente controvertidos. Los
darwinistas sociales establecieron que las mujeres, los no blancos y la clase baja o
trabajadora no tenían las capacidades físicas y mentales necesarias para prosperar en el
mundo moderno.

El mismo Darwin afirmó que las llamadas “razas salvajes” tenían una capacidad craneal
menor que la del hombre europeo o de clase. En esa época, muchos intelectuales estaban
convencidos de que existía una relación entre el tamaño del cerebro y la inteligencia.
3. Representantes del darwinismo social boliviano

Se tomará en cuenta el trabajo de Jhonny Lazo, quien realiza un esbozo muy ilustrativo
sobre el ideario de ambos autores.

3.1. Nicomedes Antelo Bazan


Nacido el 1 de septiembre 1829 - Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Falleció en 1883, a la
edad de 54 años. Fue Educador y Sociólogo.
Nicomedes Antelo se instruyó en la metrópoli rioplatense; desde allí calificará y juzgará a
los males de Bolivia, tratando así de dar con el origen de las enfermedades sociales que
aquejan al país.

En ese tiempo, las preguntas que surgieron estaban relacionadas con: "¿Cuál era la causa
de todos los males de Bolivia? ¿Cuál la fuente de todos sus desaciertos? ¿Cómo
regenerar a este pueblo? Todo esto por los constates golpes de estado, inestabilidad
política.
Las preguntas que se agitaban en la mente de los hombres que aspiraban a regenerar a
la nación boliviana
A continuación se presentará las ideas más importantes que su biógrafo, Gabriel René
Moreno apunto en un libro sobre Nicomedes Antelo.
- “La filosofía de la evolución, como la han formulado recientemente los positivistas
ingleses y alemanes de la nueva escuela darwiniana, era profesada por Nicomedes Antelo
con fervor de sectario y con autoridad de apóstol.
Consiguientemente, los males del país eran puestos en cuestión desde esa perspectiva
filosófica-política. Es decir, desde el positivismo social expresado en Spencer,
fundamentalmente.

- Antelo sostenía que con el exterminio de la raza india y la mestiza, Bolivia se regeneraría.
Más adelante Moreno cita a Antelo: “...el cerebro indígena y el cerebro mestizo eran
celularmente incapaces para concebir y entender la libertad republicana, con su altivez
deliberativa y sus prestaciones de civismo”.

- Explicaba aquel razonamiento de la siguiente manera: "...esos cerebros pesan entre


cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de un blanco de pura raza. En la evolución
de la especie humana tal masa encefálica corresponde, fisiológicamente, a un período
psíquico de dicha especie hoy ya decrépito, a un organismo mental raquítico de suyo para
resistir el frotamiento y choque de las fuerzas intelectuales, económicas y políticas con
que la civilización moderna actúa dentro de la democracia."

- Consiguientemente, los males del país eran puestos en cuestión desde esa perspectiva
filosófica-política. Es decir, desde el positivismo social expresado en Spencer,
fundamentalmente.

- Su punto de vista de los MESTIZOS no era nada alentador. Veamos: “Los mestizos,
casta híbrida y estéril para la presente labor tecnológica como el mulo para el
transformismo de las especies asnal o caballar, los mestizos, con un tórax levantado por
los apetitos y su espíritu ungido por el instinto del proselitismo del caudillaje, representan
en la especie humana una variedad subalterna, que corresponde a una degeneración
confusa de la impetuosidad española y el apocamiento indígena.”

- Sigue Antelo con su razonamiento. La unión de los blancos con las indias, ha dado
comienzo al mestizo que es levantisco, rastrero, anárquico y holgazán. “La propensión de
la casta tiende, como es notorio, al ocio, a la reyerta, al servilismo y a la intriga, gérmenes
del bochinche y del caudillaje; bien así como, de otro lado, la estupidez y el amilanamiento
del indio incásico se amoldan a punto para perpetuar en la sociedad en el despotismo.”

Citado por Moreno, Antelo dirá: “… por la virtualidad que es propia del transformismo
desaparezcan cuanto antes el indio y el mestizo de Bolivia, esos dos agentes arcaicos,
incásico uno y colonial el otro; que se extingan bajo la planta de la inmigración europea...”

- Moreno, refiriéndose a Antelo agrega: “Contemplaba con pasmo la precisión casi


mecánica del fenómeno sociológico, según el cual a medida que el indio y el mestizo iban
pereciendo vencidos en la lucha por la existencia contra la superioridad irresistible de las
razas indoeuropeas, se afianzaba en los vecindarios el orden público”.
- Así, “la inmigración europea y la industrialización otorgarían, en suma, las enmiendas
proyectadas para la “regeneración de Bolivia”; los emigrantes europeos, llevarían a la
extinción de los indígenas y a la industrialización. En consecuencia, estos términos se
constituían en la panacea que sacaría a Bolivia de la barbarie indígena para orientarla
hacia la civilización occidental.
3.2. Gabriel René Moreno
Santa Cruz de la Sierra, 1834 - Valparaíso, 1908. Polígrafo boliviano.
Ahondó el estudio de la lengua, la antropología, la filosofía, la ciencia política,
el arte en sus diversas manifestaciones y hasta las ciencias de abstracción, merecieron
su dedicación y ahincada y metódica.
Positivista en filosofía, considera que el conocimiento de la verdad está exclusivamente
basado en la observación del hecho y en el fijar por análisis e inducción las leyes que lo
rigen

Con respecto a los puntos principales del problema, se hallan planteados y juzgados con
bastante amplitud en el estudió biográfico que dedicó a Nicomedes Antelo, cruceño
también y con quien compartía Moreno todas sus convicciones sobre etnografía nacional,
con muy pocas diferencias de detalle

Moreno formulando el pensamiento de Antelo escribe: "¿Se extinguirá el pobre indio al


empuje de nuestra raza, como se extingue el dodo, el dinornis, el ornitorrinco?". Más
adelante dirá: 'Si la extinción de los inferiores es una de las condiciones del progreso
universal, como dicen nuestros sabios modernos, y como lo creo, la consecuencia,
señores, es irrevocable, por más dolorosa que sea. Es como una amputación que duele,
pero que cura la gangrena y salva de la muerte."

Gabriel René Moreno, nos dirá que la incapacidad de los indígenas es cerebral impotencia
etnológica de sus entendimientos. Por tanto, de acuerdo a Moreno: (…) tendrán que
sucumbir a la lucha por la existencia, como están sucumbiendo hoy y se extinguen a
nuestra vista en Australia hombres, plantas y animales, precisamente porque las especies
importadas o las especies nuevas ya aclimatadas poseen mejores condiciones para la
lucha."

Esa visión darwinista también se vio en algunos presidentes de ese siglo. Es el caso de
el general liberal Pando, presidente de Bolivia desde fines del siglo XIX a principios del
siglo XX solicitó la ayuda del líder indígena Villca con el fin de derrotar a los conservadores
del Sur. Pando tenía la siguiente concepción de los pueblos indígenas: “Los indios son
seres inferiores y su eliminación no sería un delito, sino una selección natural, dura y
repugnante (…) pero impuesta por las necesidades del progreso”. Después de estas
aseveraciones, se entiende la lógica de su traición a las comunidades aymaras, las cuales
le habían ayudado a derrotar a los conservadores de Chuquisaca.

Juzga el problema social como de raza, y lo expone con vehemente franqueza al referirse
en concreto a la sociedad boliviana. Considera al aborigen, sea de la montaña o de la
llanura, como inepto por infradotado y consiguientemente como destinado a desaparecer
por la fuerza de la superioridad moral y física del blanco. En cuanto cuanto al MESTIZO,
estima que en él la concurrencia de los progenitores indígena y blanco produjeron un tipo
menos apto por la mutua anulación de los elementos biológicos de las dos razas.

Sus ideas raciales adquieren su máxima nitidez cuando se refieren a su tierra natal
cruceña. Ya hace años que fue señalada al influencia del "carácter cruceño, engreído de
su pura estirpe española", en aquellas ideas, nos parece que hay algo más: Moreno
construyó una especie de paradigma con la peculiaridad racial de Santa Cruz de la Sierra.
Examinándolo podremos percibir mejor aleación de baja ley de doctrinarismo e historia,
lo que a su vez nos permitirá poner a prueba sus quilates científicos.

Hace más de cien años, el historiador Gabriel René Moreno descubrió que el pueblo
boliviano era "celularmente incapaz".

Con su análisis sociológico de la historia dice: El ‘CHOLO abogado’ es la “alimaña más


dañina en la sociedad” y el ‘cholo mandón’, el “gato montés más rapaz y bravo”, que
denota “su racismo, su convencimiento de la superioridad de la raza blanca sobre la
mestiza y la india”
Sobre su aporte profesional
Josep Barnadas, anota sobre el conjunto de su obra: “Su aporte al conocimiento del país
ha sido trascendental, sin que hasta el momento de su muerte nadie le pudiera igualar; y
su calidad hizo que en su gran parte haya resistido el paso del tiempo; ha sido de rigor
objetarle su ‘racismo’, cuando no lo fue más que el resto de darvinistas sociales
contemporáneos suyos. Sus relaciones con la sociedad boliviana pasaron por diversas
fases y aunque nunca llegó a olvidar la infamia de 1880, no por ello dejó de trabajar por
el país sin esperar retribución alguna. Con él Bolivia estuvo a la par con los países
hispanoamericanos más desarrollados”.
Gunnar mendoza a su vez dice: Moreno sigue el método de Taine, no afirmando ni
negando nada, sino es, como él mismo dice, ‘al respaldo del documento’. Si algo
singulariza el carácter, y ‘el tipo mental’ de este escritor, es que tuvo la pasión de la
verdad, aquella imperativa, insofrenable exigencia vital de los que como Lessing o
Nietzsche, no pueden vivir si no es ‘respirando el aire puro de la verdad’. Esa fue la vida
y la pasión de Moreno. El amor de la verdad y la expresión clara de ella, ‘cueste lo que
cueste y duela a quien duela’”.
PENSAMIENTO DE FRANZ TAMAYO
(La Paz, 1879 - 1956)

Franz Tamayo Solares fue un poeta, político y diplomático, considerado una de las figuras
centrales de la literatura boliviana del siglo XX. Franz Tamayo fue el primogénito de
Felicidad Solares, mujer de sangre indígena, e Isaac Tamayo Sanjinés, político paceño
que fuera diputado, diplomático y ministro de estado.

1. Sobre la educación

- Tamayo está en contra de la importación acrítica de las teorías desde Europa. “Prejuicio
es este que entre otros hemos bebido en el siglo XVIII francés, sobre todo en medio de
los sueños del ingrato Rousseau”. (13)

- Seguramente existe la necesidad de instruir o de instruirse, pero hay un problema mucho


más grave e importante, y es la existencia o la formación del carácter nacional.

- Seguramente necesitamos buenos maestros de escuela y buenos profesores; pero


sobre todo necesitamos crear o mejorar nuestras costumbres. La ciencia se adquiere, la
voluntad se cultiva; busquemos los medios de cultivarla y desarrollarla. No demos una
excesiva importancia a la instrucción, descuidando por otra parte la educación del
carácter nacional. (14-15)
- Muchos creen que la instrucción trae consigo también la educación del carácter y la
adquisición de buenas costumbres, ¡Error gravísimo! Cuando no hay un fondo moral, la
instrucción es un peligro, y la ciencia puede llegar a ser una plaga.

El rol de la universidad

- ¿CUAL es el valor de la enseñanza universitaria en Bolivia? ¿Cuál el de llamada


secundaria? ¡Es igual a nada!
- (sobre los docentes) “Es un fraude recibir un estipendio para enseñar lo que no se
sabe, y no contentos de ello pretender todavía con estas condiciones orientar la
pedagogía y la educación nacionales. (63)

- En Bolivia, no hay excepción feliz: liceos y universidades son peores que si no existiesen
Todas estas ridículas universidades y liceos de que estamos plagados en Bolivia, no son
otra cosa que traslaciones y trasplantes de similares europeos a nuestro país.

2. El Bovarysmo en la educación

El bovarysmo consiste “en aparentar, respecto de sí mismo y de los demás, tal vez
sinceramente —no se sabe—, una cosa que no es realmente, y es la simulación de todo:
del talento, de la ciencia, de la energía, sin poseer naturalmente nada de ello”. Se trata
de la simulación de la ciencia pedagógica.

- (los bovarystas) Ignoran la única cualidad y la única labor, que cuenta, tratándose de
ciencia: crear. Pero poseen todos los demás talentos, sobre todo uno, el de calco y el de
plagio, que son los talentos bovárycos por excelencia (26).

- Se nos dirá: ¿Qué es lo que tenemos que hacer, entonces?


Dejar de simular; renunciar a la apariencia de las ciencias, y emprender la ciencia de las
realidades; trabajar, trabajar, trabajar, y en el caso concreto, cerrar los libros y abrir los
ojos… sobre la vida.

- crear la pedagogía nacional, es decir de una pedagogía nuestra, medida a nuestras


fuerzas, de acuerdo con nuestras costumbres, conforme a nuestras naturales
tendencias y gustos y en armonía con nuestras condiciones físicas y morales (29)

3. Sobre la Raza

Tamayo está en contra de “los negadores de la vida, los calumniadores de la raza, por
qué niegan la existencia de un carácter, de una energía nacional” (46).

- Una raza que no sabe jamás qué pensar de sí misma, es una que está en una crisis
transitiva, que está por perecer. Es lo que llamaríamos la duda racial. (49)

- (Por qué no se valora el elemento de la raza?) ¿dónde está el mal fundamental? Todos
los miopes no lo ven sino en las exterioridades palpables y visibles. Se habla de
aislamiento geográfico, de dificultades orográficas y deficiencias fluviales, etc. Se olvida
que Inglaterra no ha sido más que una yesera y los Países Bajos un pantano, y que es un
hecho frecuentemente confirmado en la historia que la grandeza de una raza está en
proporción directa de las dificultades vencidas en su lucha con el medio y con los
elementos ambientes... (50)

- Mientras tanto la cuestión central para nosotros queda siempre: despertar la conciencia
nacional, que equivale a despertar las energías de la raza; hacer que el boliviano sepa
lo que quiere y quiera lo que sepa. (50-51)

4. Sobre la conciencia nacional

- Es más un sentimiento que un concepto general. El boliviano debe hacerse consciente


de su fuerza como hombre y como nación y esto sin metafísicas complejas y apriorísticas.
(53 paráfrasis)

- El nuevo oráculo délfico que habrá que grabar sobre la portada de nuestras escuelas,
no será de el haceos sabios sino el de haceos fuertes (54).

5. El cholo

- El cholo a priori y en absoluto cuesta más al estado y a la comunidad. El cholo se


beneficia de todos los servicios públicos, desde el hecho simple de vivir en las ciudades.
Ante el fisco, ante las comunas, ante todo género de institutos privados de cultura o de
beneficencia, el cholo guarda su puesto y aprovecha en su medida. Preguntaos ahora,
¿es que el cholo contribuye con su esfuerzo individual en la misma medida a la
conservación del estado social en medio del cual vive y del cual se aprovecha? No.
Podemos formular la cuestión: el cholo recibe más de Lo que da. Hay, pues, parasitismo
en la clase (67-68). Paraf.

- Por otra parte, ¿es el cholo un buen elemento de orden y estabilidad social? No siempre.
Históricamente hablando, el resorte y material inmediato de todas nuestras revoluciones
políticas ha sido el cholo. Sus condiciones propias han hecho siempre de él una pasta
fácil que se ha amoldado a las locuras y ambiciones de nuestros más viciosos demagogos
(69)

- El cholo, en sus condiciones actuales y pasadas, no siempre ha sido ni es un sano


elemento de orden y de estabilidad social. En resumen: socialmente hablando, es o tiende
a ser parasitario; políticamente, ha sido o puede ser un peligro (68)

6. El indio

¿QUE hace el indio por el estado?


Todo.

¿Qué hace el estado por el indio?


¡Nada!
- El indio se basta. El indio vive por sí. La existencia individual o colectiva demanda una
suma permanente de cálculo y de acción: el indio la da de sí para sí.

- Que el indio apacente o pesque, sirva o gobierne, encontráis siempre la gran cualidad
de la raza: la suficiencia de sí mismo, la suficiencia en medio mismo, de su depresión
histórica, de su indignidad social, de su pobreza, de su aislamiento, en medio del olvido
de los indiferentes, de la hostilidad del blanco, del desprecio de los imbéciles; la propia
suficiencia que le hace autodidacto, autónomo y porque es preciso aceptar que en las
actuales condiciones de la nación, el indio es el verdadero depositario de la energía
nacional; es el indio el único que en medio de esta chacota universal que llamamos
república, toma a lo serio la tarea humana por excelencia: producir, producir
incesantemente en cualquier forma, ya sea labor agrícola o minera, ya sea trabajo rústico
o servicio manual dentro de la economía urbana.

Hay que aceptar: el indio es depositario del noventa por ciento de la energía nacional. Ya
se trate de rechazar una posible invasión extranjera; ya se trate de derrocar a Melgarejo
o a Alonso; en todas las grandes actitudes nacionales, en todos los momentos en que la
república entra en crisis y siente su estabilidad amenazada, el indio se hace factor de
primer orden y decide de todo. Queda, pues, establecido que en la paz como en la guerra,
la república vive del indio, o muy poco menos. ¡Y es en esta raza que el cretinismo
pedagógico, que los imbéciles constituidos en orientadores de la pedagogía nacional, no
ven otra cosa que vicios, alcoholismo, egoísmo y el resto! Se habla de civilizar al indio...y
éste es otro de los lugares comunes que repiten los bovarystas que saben de todo menos
de la realidad y de la verdad, y que se repite sin saberse cómo ni por qué.

Señores bovarystas, ya seáis pedagogos o legisladores, han soñado por un momento lo


que significaría civilizar al indio) ¿Saben que pasaría si el indio asimilara todos los
conocimientos e instrumentos de la civilización? Esto sería la ruina irremediable de
ustedes. Eso sería despertar al verdadero poseedor de la fuerza y de la energía,
conduciría a sacudirse de todo parasitismo, a sacudirse de ustedes, como la grey
refortalecida se sacude de la piojería. ¡Adiós todo bovarysmo pedagógico! ¡Adiós
parasitismo gubernativo y legislativo! Sería el despertar de la raza y la reposición de las
cosas. Porque es preciso saber que Bolivia no está enferma de otra cosa que de ilogismo
y de absurdo de conceder la fuerza y la superioridad a quien no las posee, y de denegar
los eternos derechos de la fuerza a sus legítimos representantes. (76) paraf
Nos hemos instituido en profesores de energía nacional, y la primera condición para serlo
es decir la verdad, pese a quien pese y duela a quien duela. Y una de las formas y de las
causas de la inferioridad boliviana es que vivimos de mentira y de irrealidad. El trabajo, la
justicia la gloria, todo miente, todo se miente en Bolivia; todos mienten, menos aquel que
no habla, aquel que obra y calla: el Indio (77).

- (Crítica indirecta a Arguedas) Y sin embargo, la raza alcohólica, egoísta, perezosa


fanática, es capaz de producir individuos como un Santa Cruz, y muchedumbres como las
huestes del Pacífico (31).
- (Sobre la influencia del medio geográfico). La terrible lucha con el medio ha sido el más
poderoso ejercicio físico; y es él que ha contribuido a desarrollar la musculatura más
naturalmente vigorosa y sana de que el indio se beneficia. Pocos placeres, pocas
satisfacciones y un continuo trabajo no siempre recompensado: tal ha vivido el indio.
Sabemos que no hay entre nosotros soldado blanco que resista las fatigas de la guerra
como el soldado indio. Es un vigor que parece inagotable y una energía a toda prueba.
Ahora bien, es el medio que ha dado al indio esa sangre a todas vistas superior. La
continua rudeza del medio ha acabado por hacerse fortaleza racial. La cobardía, la mala
fe, la molicie no existen, tampoco existe la pereza física que proviene de una sangre
empobrecida o degenerada. Ciertos hábitos dietéticos, grandemente simples y naturales
y que contribuyen a mantener una salud física superior. El indio es madrugador, no
trasnocha jamás, come siempre igual y a horas determinadas, desprecia la intemperie y
se expone constantemente a ella, y en medio de la real y antihigiénica suciedad en que
vive, posee la mejor salud física que hay en la república. Si a estas costumbres sabias se
añadiese una educación inteligente y nuevos hábitos, como el de la higiene de la piel, por
ejemplo, se podría alcanzar indudablemente resultados incomparables.
Desgraciadamente, los que se ocupan del indio —cuando se ocupan— sólo ven su
pobreza y su incuria exterior, y nunca las admirables condiciones de sus costumbres, de
su naturaleza física y moral que hacen de él uno de los factores humanos más ricos y
considerables que puede ofrecer la historia. (190)

- El espíritu chacotero del blanco, comienza ya a mostrarse en el indio urbano, y éste


seguramente trabaja de una manera menos normal y ordenada que el labrador puneño.
A pesar de esto, el indio urbano es inferior en costumbres al indio campesino, aunque no
muestra aún la degeneración física y visible del blanco. En este punto, por borracho que
sea el indio, vale siempre más que cualquier blanco nativo.

Que el indio se emborracha como una bestia, es verdad, lo mismo que nuestro blanco, y
no se emborracha más ni mejor que el más orgulloso inglés. La verdad es ésta: el
alcoholismo comienza recién a ser un vicio indio por contagio del blanco y comienza recién
a manifestarse en las proximidades de las ciudades blancas y mestizas. En cincuenta
años más tal vez su estrago comenzará a dejarse sentir en la raza recién enviciada.

7. El blanco

- Hay dos fuerzas que la historia ha puesto en América una en frente de otra: el blanco
puro y el indio puro (75)

- La superioridad del blanco se hizo patente en seguida; pero era una superioridad
entendida y convencional. El blanco sabía más por viejo que por sabio, y prevalía más
por astuto que por fuerte. En tanto el indio poseía, como posee, la fuerza primitiva,
material, y estofa de toda cultura posible. El indio posee y conserva la fuerza real y fundial
de la historia. (paraf)

- El hecho es que, históricamente hablando, el blanco no se basta en nuestro continente.


La energía no está de su lado; la verdadera fuerza creadora de vida no está con él, y
entonces la historia le ofrece un dilema sin salida: para continuar evolucionado
étnicamente y para continuar guardando algo de su primitiva hegemonía racial —en
América— es renunciar a su personalidad de raza y aceptar en sus venas la energía
extraña. Para el blanco, cruzarse o perecer: tal es el dilema.

- El blanco, inconscientemente, desde Pizarro y Balboa hasta nuestros días, se da cuenta


de estas condiciones fatales de la vida. Se da cuenta de su momentánea superioridad y
de su irremediable declinación futura. A la segunda generación no siente más en su
sangre la grande energía creadora, y al revés siente que ella está intacta en el autóctono
oprimido y deprimido (76)

- ¿Cómo explicar el odio real y el desprecio aparente del blanco por el indio? Es el rencor
previo de quien se sabe condenado a claudicar ante el vencido de ayer; y es este
sentimiento malsano que se ha traducido en inhumanas leyes coloniales

8. El mestizo

- En tales condiciones, habría un movimiento y una dirección de mestizaje que se


cumpliría irremediablemente en América, y que a ser verdaderos importarían la
verificación de una ley histórica, verificación fecundísima en con secuencias de todo
género; porque cuando una nación ha llegado a interpretar su verdadera regla histórica,
sucede que el esfuerzo unánime de la nación se dirige ya conscientemente al
cumplimiento de la fatalidad histórica que es su destino y es el más sólido cimiento de la
conciencia nacional. Tal es la importancia de la cuestión que por primera vez estamos
indicando en América.
Entonces el mestizaje sería la etapa buscada y deseada a todo trance, en la evolución
nacional, la última condición histórica de toda política, de toda enseñanza, de toda
supremacía; la visión clara de la nación futura; el encarrilamiento, de parte de los
directores, de toda acción y todo movimiento nacional hacia la etapa y el objeto
descubierto.
¿Es todo esto verdad?

- Dos cosas características se presentan en el mestizo: la persistencia de rasgos físicos


de origen autóctono; la aparición de formas y caracteres intelectuales de origen y
naturaleza europeos.
Lo primero que el mestizo revela como heredero de sus padres blancos es la inteligencia.
Estudiemos primero este punto, que consideramos relativamente secundario, dejando lo
que creemos principal, para el capítulo en que estudiemos los factores fundamentales de
lo que suponemos el carácter nacional. 113

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